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SPANISH VERSION, tranlated by the Spiritual Care Task ...secpal.com/Documentos/Blog/GUIA AGORA IN...

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SPANISH VERSION, tranlated by the Spiritual Care Task Force from the Spanish Society of Palliative Care (SECPAL)
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SPANISH VERSION, tranlated by the Spiritual Care Task Force from the Spanish Society of Palliative Care (SECPAL)

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GUIA DE ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

EDITADO POR EL GRUPO AGORA.

AMBITO NACIONAL EN HOLANDA

INDICE

Colofón..........................................................................................................................3

Introducción……………………………...................................................................... 4

Terminología................................................................................................................. 6

Características del acompañamiento espiritual ………………................................... 7

Prevalencia....................................................................................................................12

Origines y evolución................................................................. ................................13

El curso natural del proceso espiritual.......................................... ...............................13

Fases de lucha y búsqueda en el proceso espiritual......................................................17

Una crisis existencial estancamiento en el proceso espiritual ……............................18

Diagnostico...................................................................................................................19

Detectando señales y estimulando la discusión abierta...............................................19

Diagnostico de la crisis existencial …….....................................................................21

Factores predisponentes...............................................................................................21

Instrumentos diagnósticos para médicos y enfermeras ............................................ ..22

Instrumentos para agentes de pastoral……………………………………………….25

Política.........................................................................................................................26

Atencion.......................................................................................................................28

Counseling...................................................................................................................31

Intervention en Crisis............ ....................................................................................32

Derivación....................................................................................................................33

Derivación a un agente de pastoral de la salud............................................................34

Derivación a un psicólogo, trabajador social o psiquiatra, …………………..…….36

RESUMEN: el ABC del acompañamiento espiritual..................................................39

Referencias...................................................................................................................41

Descargo de responsabilidad........................................................................................48

3

Colofón

Versión 1.0 de la guía sobre acompañamiento espiritual fue elaborada por el

grupo de trabajo Spiritual care guideline de Agora entre 2006 y 2010.

Esta guía fue traducida al inglés con la colaboración de:

M. Walton, profesor de acompañamiento espiritual, Protestant

Theological University, Groningen

C. Leget, profesor asociado de ética en asistencia sanitaria, Tilburg

University, Tilburg

J. van de Geer, agente de pastoral, Medical Center Leeuwarden,

Leeuwarden

A. de Graeff, oncólogo, University Medical Centre Utrecht, Utrecht, y

médico, Academic Hospice Demeter, De Bilt

H. Slootweg, traductor, Slootweg translators, Dordrecht

NOTA DEL GRUPO DE ESPIRITUALIDAD SECPAL (GES) La version en ingles ha sido traducida al castellano por el Grupo de Espiritualidad Secpal (GES) de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos www.secpal.org

4

Introducción

Muchas personas que se enfrentan a una enfermedad empiezan a hacerse

preguntas. Cuando la enfermedad es potencialmente mortal, las preguntas

pueden ser de carácter existencial. “¿Qué he hecho para merecer esto?” “¿Qué

he hecho mal?” “¿Por qué tengo que sufrir?” “¿Por qué debería seguir

viviendo?” “¿No soy solo una carga para los demás?” Estos aspectos o

preguntas vitales pueden denominarse preguntas espirituales o

existenciales. Representan las grandes preguntas de la vida a las que muchas

personas buscan respuesta en su visión de la vida o en su religión. Cualquier

persona que trabaje en cuidados paliativos se encontrará tarde o temprano con

este tipo de preguntas. Algunas veces las preguntas se formulan literalmente;

algunas veces la búsqueda de significado y de objetivo de una persona

aparecerá en historias o comentarios sutiles. ¿Cómo puede uno responder a

ellos? ¿Qué puede hacer uno por sí mismo1 y cuándo es prudente la consulta a

profesionales de otras disciplinas?

Esta guía ha sido escrita principalmente por médicos y enfermeras2, sin

intención de excluir a personas que proporcionan asistencia en otras disciplinas

o voluntarios. Todos los que están involucrados en el bienestar físico y

psicológico de los pacientes necesitan conocer las preguntas existenciales

implicadas. Para determinar un acompañamiento y un tratamiento adecuados,

es importante saber qué es lo que aporta sentido y propósito en la vida de las

personas afectadas.

En primera instancia la guía proporciona ayuda posibilitando la distinción entre:

A. situaciones en que la atención ordinaria a los aspectos vitales es suficiente;

B. situaciones en que los pacientes necesitan asesoramiento sobre aspectos

de la vida o experimentar conflictos normales para las que el

consejo/acompañamiento de un experto puede ser beneficioso, y

C. situaciones en las que la lucha con los aspectos vitales da como resultado

una crisis existencial requiere una intervención por parte de un agente de

pastoral3, un trabajador social médico o un psicólogo.

En segunda instancia la guía ofrece algunas pautas prácticas para proporcionar

un buen acompañamiento en las distintas situaciones.

La guía se estructura como se indica a continuación. Primero, se proporciona

una explicación sobre las características distintivas de los aspectos

existenciales y de la terminología empleada en estos temas. Segundo, se

aporta una indicación de la frecuencia en que se producen este tipo de

preguntas, luchas y crisis. Luego las recomendaciones apuntan hacia los

diagnósticos y proporcionan consejos y tratamiento. A lo largo de la guía se

5

utiliza una triple distinción, entre acompañamiento normal, necesidades

especiales y situaciones de crisis.

Hemos elegido el término “espiritualidad” en el nombre de la guía para hacer

referencia al campo de las cuestiones vitales. En este sentido la guía está de

acuerdo con la definición de cuidados paliativos que da la Organización

Mundial de la Salud (OMS), que habla de la atención a las necesidades de

naturaleza física, psicosocial y espiritual.

Ilustración . La ubicación de la espiritualidad

Representación visual de la relación entre la dimensión espiritual y las dimensiones

física, psicológica y social de la existencia humana. La dimensión espiritual se

considera la más íntima y oculta: menos medible que las otras tres, pero

continuamente en una relación de influencia recíproca con ellas

El acompañamiento espiritual como componente de los cuidados paliativos es

también importante para aquellas personas cercanas al paciente. La

aproximación de la muerte de un ser querido puede evocar preguntas

La ubicación de la espiritualidad

6

espirituales también para ellos. Además, el proceso espiritual de las personas

cercanas al paciente puede estar conectado con el duelo (anticipado).

1Nota del traductor: Cabe decir que cuando no se explicita el género de la persona, se ha

utilizado el masculino genérico. En español la marca de género es mucho más frecuente que

en inglés, y su diferenciación complicaría la lectura.

2Nota del traductor: El sintagma inglés doctors and nurses, y variantes, muy frecuente en este

texto, se traducirá, sin ánimo sexista, por médicos y enfermeras, pues la profesión de

enfermería es ejercida mayoritariamente por mujeres y así aparece en la mayor parte de la

documentación de textos sanitarios.

3 Nota del traductor: Para healthcare chaplain se ha optado por la traducción agente de

pastoral, con la intención de no especificar el tipo de religión o cosmovisión al que pertenece

este profesional, aunque es pertinente decir que en España los agentes de pastoral suelen

corresponder a sacerdotes o capellanes de la iglesia católica, vinculados o no a los hospitales.

Terminología

El término “espiritualidad” es difícil de definir. Junto con asistencia a los

problemas físicos y psicosociales, la definición de la OMS (2002) menciona

“espiritual” de una forma modesta. Cuando el término se traduce literalmente

al holandés evoca no solo reconocimiento, sino también preguntas y

resistencia.

Por un lado, la espiritualidad con frecuencia está asociada a las visiones de la

vida de las que en Holanda hay una gran diversidad. Para las personas con un

contexto católico romano, el término “espiritualidad” es tradicionalmente

sinónimo de una connotación de “vida religiosa”. Los protestantes normalmente

relacionan el término con los monasterios y las costumbres católicas. Estos

prefieren hablar de devoción personal o de una vida de fe. Desde el inicio del

movimiento “New Age” en la década de 1960, la espiritualidad se ha convertido

en un término de moda que puede hacer referencia a una multitud de

movimientos, incluyendo los inspirados por las religiones y las visiones del

mundo orientales.

Por el otro lado, la espiritualidad se relaciona con nociones de búsqueda y

experiencia del significado de la vida. En un sentido negativo, la espiritualidad

se asocia a la imprecisión o con frecuencia se confunde erróneamente con el

término “espiritualismo” (contacto con el difunto). En parte por esta razón,

algunos de los cuidadores prefieren utilizar los términos “existencial” o “visión

del mundo”.

Para esta guía, el término “espiritualidad” se utiliza según la bibliografía

internacional sobre el tema. El ámbito de la guía es preeminentemente un

dominio en que la atención cercana a la lengua es esencial porque trata con

los valores y la fe, con el significado existencial o propósito de las cosas, con

7

las personas y finalmente con la vida como un todo. En esta guía4, el término

espiritualidad se define como:

“La espiritualidad es la dimensión dinámica de la vida humana que se relaciona con la manera en que la persona (individuo o comunidad) experimenta, expresa y/o busca el significado, el propósito y la transcendencia, y la manera en que estos conectan con el momento, con uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con lo significativo y/o lo sagrado. El campo espiritual es multidimensional: 1. Retos existenciales (p. ej. preguntas referentes a la identidad, el significado, el sufrimiento y la muerte, la culpabilidad y la vergüenza, la reconciliación y el perdón, la libertad y la responsabilidad, la esperanza y la desesperación, el amor y la alegría). 2. Consideraciones y actitudes basadas en valores (qué es más importante para cada persona, como las relaciones con uno mismo, familia, amigos, el trabajo, la naturaleza, el arte y la cultura, la ética y la moral, y la vida misma). 3. Consideraciones y fundamentos religiosos (fe, creencias y prácticas, la relación con Dios o con lo supremo).”

4Nota del traductor: en la fecha de aprobación de la guía, 06/06/2010, la espiritualidad

se definía como “el funcionamiento de las personas en relación con las visiones del

mundo , incluyendo aspectos relacionados con la búsqueda y la experiencia de

significado”. La espiritualidad incluye un amplio abanico de fuentes de inspiración, que

varían de las religiosas a las ordinarias. Para algunas personas el énfasis yace en la

experiencia emocional (p. ej. rezar, gozar de la naturaleza, literatura, música, arte) o

en actividades (meditación, rituales o dedicación a una buena causa); otros

experimentan la espiritualidad de forma más intelectual (contemplación o estudio). La

espiritualidad afecta a la toda la existencia de uno mismo. Es dinámica y tiene que ver

más con la fuente de una actitud hacia la vida que con un campo distinguible de la

vida. Cuatro meses más tarde, los autores estaban trabajando en el grupo de trabajo

de la EAPC sobre acompañamiento espiritual en Werkhoven. Para proponer un

debate internacional, aquí se utiliza la definición de la EAPC.

Características distintivas del acompañamiento espiritual

De entrada es importante tener en mente tres aspectos

cuando entra en juego el acompañamiento espiritual. Son

aplicables a lo largo de toda la guía.

1. Prestar atención al proceso espiritual desde el inicio de la fase paliativa

En la fase paliativa de la enfermedad se acerca el final de la vida. Tan pronto

como uno empieza a concienciarse de esto, es una respuesta humana normal

que surjan asuntos vitales. Esto puede estar conectado con aspectos

cotidianos o con temas más religiosos. Con el fin de ofrecer una impresión de

la variedad de aspectos, se exponen en una lista algunos grupos de temas

predominantes, sin pretender que sea exhaustiva:

8

Búsqueda de sentido (experiencia o pérdida de sentido)

¿Mi vida todavía tiene sentido? Preguntas sobre la experiencia de la oscuridad,

o del destino. ¿Por qué yo?

Temas referentes a: enriquecimiento en lo que queda de vida, aumento de la

profundidad, conexión interpersonal, transcendencia, deseo de morir, petición

de eutanasia, sentir que con la vida se acaba todo.

Pérdida de control

Sentimientos de debilidad, duda, autonomía, dependencia, necesidad, hacer

frente, capacidad de manipulación, sentido de la dignidad.

Perspectiva temporal

Reducción del futuro, vivir el día a día, conciencia de la muerte, aceptación,

resignación, negación, aprender a adaptarse a la situación, transformación

personal, integración. ¿Es esto realmente el final? ¿Qué hay después de esta

vida? Centrarse en el futuro próximo para hacer el presente soportable. ¿Cómo

puedo utilizar el tiempo que todavía tengo? ¿A quién quiero ver y a quién no?

Conexión interpersonal y aislamiento

Estar aterrorizado, enfrentarse a las cosas en soledad, sentirse aislado,

sanación, integración en una comunidad espiritual, sentirse conectado (con un

todo mayor), espiritualidad afín.

Esperanza y desesperación

Abatimiento, pérdida de esperanza, esperanza poco realista. ¿Cuáles son mis

fuentes de fuerza e inspiración? ¿Qué me proporciona confianza, esperanza y

plenitud? ¿Qué me mantiene vivo? ¿Qué es lo que realmente importa ahora?

Equilibrio de la vida

Culpabilidad, hacer modificaciones, castigo, búsqueda de un nuevo equilibrio,

“poner fin”, aceptación, reconciliación. ¿Qué he hecho mal? ¿Qué dejo detrás?

¿Qué he sido capaz de dar? Pero también: celebrar la vida, bendiciones, la

buena vida, poner las cosas en perspectiva y humor.

Convicción religiosa

¿Qué reserva Dios para mí? ¿Debo confiar mi vida a mi Creador? ¿Cómo me

reconcilio con Dios? ¿Me castigará después de esta vida?

En general es importante no esperar hasta la fase terminal para considerar el

proceso espiritual. Es mejor dedicar atención al acompañamiento espiritual tan

pronto como el diagnóstico indique que se trata de una enfermedad

potencialmente mortal. A medida que la enfermedad avanza, los niveles de

energía disminuyen, mientras que la incomodidad física, el dolor y/o la

9

somnolencia pueden incrementar. Puede que el paciente ya no sea capaz de

ocuparse del “mantenimiento de la espiritualidad”.

2. Adquirir sensibilidad para detectar señales sobre aspectos espirituales:

normalmente no son inmediatamente aparentes

La espiritualidad se entrecruza con toda la vida del paciente. Conforma una

parte de todo lo que vive el paciente. Esto no significa, sin embargo, que los

pacientes sean siempre capaces de expresarse claramente en temas

espirituales. Las preguntas espirituales son normalmente preguntas que no se

hacen, prcada vez?eguntas que no están totalmente claras para el paciente.

Por eso, los mismos pacientes no siempre las reconocen. Tampoco lo hacen

siempre los cuidadores. Como resultado, las preguntas se pasan por alto, se

posponen y con frecuencia se desatienden. Dado que las preguntas

espirituales se entrecruzan con la totalidad de la vida de uno, tienen un carácter

íntimo y personal. Los pacientes no hablan fácilmente de ellas con cualquier

cuidador. También hay pacientes que no quieren tratar el tema.

Por todas estas razones, el acompañamiento espiritual es insuficiente si

solamente se proporciona cuando el paciente lo pide. En una conversación

atenta los temas pueden ser clarificados por ambas partes. En el proceso de

conversación un paciente puede descubrir de pronto qué piensa, y escuchando

a un cuidador puede detectar señales que pertenecen al acompañamiento

espiritual.

¿Cómo puede uno entrenarse para ser sensible a esas señales? Un primer

paso es darse cuenta de que las afirmaciones de los pacientes rara vez tienen

un único significado, sino que normalmente contienen niveles de significado.

Las preguntas espirituales están inextricablemente conectadas con las otras

tres dimensiones de los cuidados paliativos (física, psicológica y social), y

algunas veces el nivel espiritual del significado se esconde debajo de una

expresión que parece ser principalmente de una naturaleza física o psicosocial.

Un ejemplo puede ayudar a ilustrarlo

Ejemplo de cuatro niveles de significado

Una mujer de 60 años es una paciente en un hospital y dice, “Muchas veces me

encuentro tumbada por la noche despierta y pensando en mi marido”. ¿Qué significan

estas palabras? ¿Qué niveles de significado pueden estar escondidos dentro de esta

única frase? ¿Cómo deberíamos interpretar esta frase? Desde la perspectiva del

cuádruple foco de los cuidados paliativos la pregunta puede ser entendida de diferentes

maneras.

Físicamente (en relación con comunicar de manera objetiva, verificable y basada en

hechos reales sobre el estado actual): “La mujer no duerme por la noche”. Centrarse en

el dominio físico remite a preguntas como: ¿Es esto insomnio? ¿Debería hacerse algo al

respecto?

Psicológicamente (en relación con pensamientos, imágenes, sentimientos y emociones

ocultas en su declaración): “La mujer piensa en su marido”. Algunos ejemplos de

10

preguntas que se centren en el aspecto psicológico/emocional son: ¿Está preocupada?

¿Echa de menos a su marido? ¿Es por pena o por nostalgia? ¿Qué gravedad tiene? ¿Qué

tipo de asistencia podría necesitar?

Socialmente (en relación con el entorno social al que alguien está conectado y respecto

al que comparte algo sobre su identidad): “La mujer está (estaba) casada”. Preguntas

que surgen centrándose en este nivel son: ¿Qué tipo de relación tienen/tenían? ¿Cómo

se comunican? ¿Es su marido una persona necesitada? ¿Es la mujer viuda?

Espiritualmente (en relación con lo que mueve a las personas a lo más profundo, las

inspira y les da significado a la vida, que en muchos casos puede estar conectado con las

cosas ordinarias de la vida). Centrar atención en esta dimensión hace que surjan

preguntas como: ¿Qué significa para ella pensar en su marido? ¿Cómo percibe ella los

recuerdos de su marido? ¿Le produce tristeza o coge fuerza de ello, o las dos cosas?

¿Cómo le afecta el silencio de la noche?

Todos los niveles de significado están interconectados. Su distinción hace que

sean potencialmente manejables. Volverse sensible a la dimensión espiritual de

los cuidados paliativos significa: aprender a escuchar a los niveles de

significado, la intención y la inspiración que puede estar oculta debajo de los

detalles superficiales. “Cómo se siente cuando piensa en su marido por la

noche?”, preguntó el agente de pastoral a la mujer. Su respuesta fue: “Me da

consuelo. Murió hace dos años y sobre todo por la noche tengo la sensación de

que está conmigo y me apoya en este tiempo tan difícil”.

Lo que es sorprendente sobre su respuesta es que demuestra que el

significado de una declaración no debería presuponerse demasiado rápido.

Cada vez, la tarea es descubrir el significado único que tiene la declaración

para el paciente individual. Con la formulación de preguntas abiertas y con un

resumen de lo escuchado, se puede crear espacio para que los pacientes

cuenten de dónde deriva su objetivo y su fuerza. Ellos mismos toman

conciencia de ello mientras están hablando. Proveer tiempo y espacio para

historias que tienen importancia para un paciente es, por tanto, un aspecto

esencial del acompañamiento espiritual. Pero tomarse tiempo para centrarse

en el dolor que no puede ser paliado pero que sí requiere acompañamiento

también es un aspecto importante en cuidados paliativos que todos los

cuidadores pueden proporcionar.

3. Desarrollar una “actitud de no intervención”

Otra característica de las preguntas espirituales es que implican aspectos para

los que no hay una solución disponible. Preguntas como, “¿Qué he hecho para

merecer esto?” o “¿Por qué tengo que sufrir así? Son expresiones de una

búsqueda de significado y objetivo existenciales. Simplemente por el hecho de

que no se tenga una solución a mano no significa que no haya nada que

responder. Sin embargo, si hay que buscar una respuesta a estas preguntas,

esta no procederá de libros ni de esta guía. Finalmente el paciente es el único

que puede responder, y se le puede asistir o apoyado en la búsqueda de una

11

respuesta. Esto requiere que el cuidador adopte un enfoque con el que está

menos familiarizado.

Los cuidadores están preparados principalmente para ayudar a solucionar

problemas. Sin embargo, en el contexto del acompañamiento espiritual, la

“presencia” es la preocupación principal. La presencia es una manera de actuar

cuyo énfasis está en escuchar con atención. En lugar de ofrecer ayuda desde

el exterior, se intenta movilizar las fuerzas internas del paciente mostrándose

presente y fiel y enfatizando el “dejar que pase” en lugar del “hacer”, como

modo de acción de "no intervención"

La conciencia de los diferentes niveles de significado y una “actitud de no

intervención” son importantes para todas las formas de cuidados espirituales.

Ambos aspectos forman parte de la formación básica de un buen cuidador.

12

Prevalencia

La atención diaria a los aspectos vitales es siempre importante. Según un

estudio estadounidense reciente, un 88 % de los pacientes con una fase

avanzada de cáncer consideran que la atención a lo religioso y espiritual es de

gran importancia. El 72 % piensan que se presta demasiada poca atención a

sus necesidades en este campo.

A primera vista, parece que los pacientes holandeses en la fase paliativa tienen

pocas preocupaciones espirituales. Un análisis de las preguntas formuladas en

la consulta a diferentes equipos de cuidados paliativos en Holanda muestra que

las preocupaciones espirituales desempeñan un papel en solamente un 8,4 %

de las consultas. En la mayoría de los casos es el asesor quien declara que

hay o debería haber algún tipo de acompañamiento en la dimensión espiritual.

En un estudio en pacientes llevado a cabo por Staps y Yang, todos los

encuestados (n = 82) declaran que aprecian el hecho de que el médico que los

trata se tome el tiempo para preguntarles sobre la manera en que les afecta

una enfermedad potencialmente mortal y qué significa para ellos. Cuando un

médico no presta atención a los aspectos vitales que surgen, el paciente suele

sentir que está siendo tratado de manera impersonal.

No obstante, las preguntas en el área de la espiritualidad normalmente son

desatendidas e incluso no son reconocidas por parte del cuidador. Entre las

causas por las que esto sucede se encuentran las siguientes: la falta de

conocimiento sobre lo que es la espiritualidad; la subestimación de la

importancia de la espiritualidad para el acompañamiento al paciente y el efecto

que tiene sobre el su bienestar físico y psicológico; y la ignorancia sobre cómo

tratar los asuntos vitales y las preocupaciones espirituales. Todavía no ha sido

comprobada la frecuencia en que los pacientes paliativos de Holanda han

pasado por una crisis existencial tan intensa que se haya requerido

intervención por parte de un agente de pastoral o un psicólogo.

La mayor parte del acompañamiento espiritual también permanecen

parcialmente o totalmente externos a la vista de los profesionales (e

investigadores) del ámbito sanitario porque los representantes de las

comunidades religiosas o de cosmovisiones atienden estas necesidades. En

gran parte de Holanda el acompañamiento espiritual, por ejemplo, por parte de

clérigos, curas y agentes de pastoral, ejerce un papel importante sin que esté

documentado.

13

Orígenes y evolución

La investigación sobre procesos espirituales en el sector de sanitario se ha

llevado a cabo inicialmente para y con pacientes con cáncer. Las descripciones

de estos procesos son generalmente aplicables también a pacientes que se

enfrentan a otras enfermedades potencialmente mortales.

Para entender el proceso espiritual es fundamental la observación de que las

personas encuentran su camino en la vida atribuyendo un propósito o sentido a

prácticamente todo. Atribuir un propósito a algo proporciona una sensación de

estabilidad y esto otorga un cierto grado de intimidad a su existencia. En la

incertidumbre de la existencia ninguna persona puede vivir sin significado.

Cada persona sabe que la muerte es inevitable. Sin embargo, tenemos una

fuerte tendencia a suprimir el hecho de que esto se aplica a todos y cada uno

de nosotros. Con facilidad, interiormente damos por sentado que el futuro no

acabará o que el final se encuentra a una distancia remota. Esto reduce un

sentido de finitud al conocimiento teórico que ya no tiene influencia sobre los

pensamientos y sentimientos personales. Esto funciona, siempre que el final no

amenace.

Cuando este es el caso, por ejemplo cuando un ser querido muere o cuando

alguien entra en la fase paliativa o terminal de la enfermedad, puede

desarrollarse un proceso de búsqueda o de lucha. Esta es una respuesta

normal.

El curso natural de un proceso espiritual

En este proceso natural se pueden distinguir algunos temas que suelen

sucederse en fases.

Conciencia de finitud

La conciencia de finitud surge en el momento en que la amenaza existencial se

acerca al paciente. Los pacientes adoptan esta conciencia cuando escuchan

que se les ha diagnosticado cáncer o que padecen una enfermedad incurable.

Algunas personas entran en pánico. Esta conciencia también puede causar a

los pacientes una sensación de soledad profunda. La conciencia de finitud

también puede pasar a un primer plano cuando las consecuencias de la

enfermedad y el tratamiento han aumentado las repercusiones sobre el

paciente. Durante los periodos estables del proceso de la enfermedad, el

paciente puede experimentar conciencia de finitud, puesto que tiene más

tiempo para considerar todo a lo que se ha tenido que enfrentar y adónde le

puede llevar

14

Pérdida del control sobre la vida

La conciencia de finitud provoca que el paciente se sienta como si hubiera

perdido el control de su vida. Las construcciones de significado en las que se

confiaba, ya no son suficientes para enfrentarse a la amenaza, porque la

muerte a corto plazo no tenía cabida en estas construcciones. La lucha que

ocurre normalmente se caracteriza por emociones negativas como ansiedad,

pánico o un estado de ánimo depresivo. Todo se percibe como negativo.

Cuando el paciente se aísla, el entorno social no puede ofrecerle apoyo. Los

pacientes experimentarán estos aspectos de la lucha espiritual en diferentes

niveles e intensidades. Mientras que la ansiedad y el pánico pueden ser

predominantes para un paciente, para otro pueden constituir un sentimiento de

impotencia o soledad existencial que prevalece.

Pérdida de significado

Cuando se acerca la muerte, se pierde un sentido del futuro. Lo que el paciente

experimenta normalmente se percibe como irracional y sin importancia. Todo lo

que ama el paciente está en peligro de desaparecer. No tiene sentido hacer

planes. Seguir los planes anteriores ya no es realista. Normalmente el tiempo

ejerce un papel importante en la manera en que progresa la lucha. Después de

pocos días el impacto emocional del primer shock normalmente disminuye. El

médico habrá proporcionado información sobre la situación actual, el posible

curso de los acontecimientos y las alternativas para paliar los síntomas.

Mientras que la enfermedad todavía mantiene el carácter amenazante, el

paciente experimenta físicamente que aquello no significa que morirá de forma

inmediata.

Proceso de duelo

Cuando la reacción inicial de shock disminuye, la conciencia de todas las cosas

que uno debe dejar ir, como seres queridos y planes, aumenta. Empieza un

proceso de duelo.

Experiencia de conexión

En los tiempos en que las formas anteriores de atribuir significado a la vida se

quedan cortas, el paciente puede experimentar inesperadamente una conexión

con un todo mayor o una sensación de pertenencia a este. La experiencia

surge repentinamente y no puede evocarse de manera consciente.

Reservamos el término experiencia de conexión para esta experiencia con el

fin de distinguirla de las anteriores maneras de buscar y encontrar significado

que han pasado a estar bajo presión. Muchas veces la experiencia ocurre

cuando el paciente se ha atrevido a enfrentar las implicaciones amenazantes

de su situación. Una experiencia de conexión como esta puede ser nueva para

el paciente y, por tanto, difícil de verbalizar. Además, el paciente puede pensar

que esta experiencia es extraña o disparatada. Puede tener miedo de que otras

15

personas piensen lo mismo si les hablase sobre esto. En general, solamente

hablará sobre esto con otras personas si se siente seguro con ellos y le toman

en serio. La experiencia consciente de conexión da como resultado una

reducción de la ansiedad.

Integración de significado y experiencia de conexión

Cuando la búsqueda de significado y la experiencia de conexión están de

nuevo integradas, se crean nuevas construcciones que permiten la realidad de

la muerte. Lo que experimenta el paciente y que lo aísla de los otros se sitúa

dentro de un marco de referencia más amplio (humanidad, naturaleza, visión

del mundo, religión). Puede ser una experiencia de conexión profunda con la

naturaleza o con una dimensión transcendente como el infinito o Dios. Esto

puede hacer más fácil la aceptación de los límites de la vida. Cuando la corta

esperanza de vida se ha integrado en un sistema de significado, el paciente se

centrará más en el aquí y ahora. También experimentará una sensación de

cambio. La corta experiencia de vida provocará que se establezcan otras

prioridades. Se dejará guiar más por lo que él considere importante o por lo que

necesita personalmente y menos por las expectativas sociales. Debido a estos

cambios puede lograr una nueva sensación de equilibrio. Como persona puede

sentirse más fuerte o más segura de sí misma y más consciente de la conexión

con un todo mayor. Esto puede guiarlo hacia un sentimiento de confianza o

esperanza, aunque la ansiedad y la resistencia también pueden seguir

ejerciendo un papel importante.

Ejemplo casuístico: Cuidado espiritual por parte de un médico

A continuación, un médico describe un ejemplo de una búsqueda habitual de los

factores que podrían tener un efecto positivo sobre un equilibrio alterado:

La Sra. M., una mujer de 46 años casada con tres hijos, ha sido ingresada en una unidad

de cuidados paliativos debido a un carcinoma pulmonar con metástasis óseas y

hepáticas. La Sra. M. siempre está contenta y parece que en cierto modo estar tranquila

con el proceso de su enfermedad. La enferma padece relativamente pocos síntomas. El

cansancio, sin embargo, aumenta rápidamente. En un cierto momento, me llamaron

para asistirla con urgencia. La vi junto con su marido y parecía profundamente

desanimada, cansada y desesperada. Inmediatamente dijo: “Me tiene que dar una

inyección para poner fin a mi vida. Estoy completamente rendida. No puedo seguir

adelante. No puedo. No puedo.” Me senté a su lado, le cogí la mano y dejé que me

dijera en qué grado sentía que era imposible continuar viviendo de aquella manera. En

lo que me dijo noté un problema subyacente. Deseaba con mucha fuerza aparentar estar

fuerte hasta el final, especialmente por los niños. Y ahora sentía que ya no podía

mantener esta imagen de sí misma. Esto le hacía sentir desesperanzada. Sentía que no

podría enfrentarse a sí misma o a sus hijos y solamente quería marcharse, ¡literalmente!

Le dije que yo también pensaba que ella no podría permanecer por mucho tiempo de

esta manera; que estaba demasiado cansada y enferma para mantener tal imagen de sí

misma en su lecho de enferma y al mismo tiempo continuar cuidando los altibajos de

los demás. También le dije que ya no era necesario, que ya había ganado todas las

medallas que podría lograr cuidando a los demás. También le comenté que ahora podría

dejar esta fase atrás, rendirse ante su fatiga y descubrir que sería igualmente amada.

16

Luego miró a su marido, quien repitió exactamente el mismo mensaje con sus propias

palabras. Ella empezó a llorar y se rindió en cierto modo. Un poco después me pidió un

vaso de agua y fue remarcable la manera en que toda su desesperación había

desaparecido en tan poco tiempo. Mediante el reconocimiento de los demás ahora pudo

librarse de un peso que apenas podía soportar. En su última semana adquirió un carácter

totalmente diferente. Fue capaz de morir en paz después de una despedida emotiva de su

marido y de sus hijos.

De:Van Leeuwen PW. Ondraaglijk of bijna niet alleen te dragen? [¿Insoportable o casi

para no cargarlo uno solo?] Pallium 2003; 4: 6-11

Cuando aquellas personas cercanas al paciente no están de acuerdo con el

cambio de prioridades y las alteraciones de comportamiento que acompañan

este cambio, a veces puede provocar la aparición de tensiones o

distanciamiento, mientras que otros contactos pueden ganar importancia.

Vivir en el aquí y ahora

Vivir con una sensación de conexión con un todo mayor puede incrementar la

apreciación por parte del paciente de las bendiciones y los disfrutes del

momento. El paciente vivirá más en el aquí y ahora. Viviendo en un nuevo

equilibrio, puede que sienta que su vida tiene algo más profundo que ofrecer.

Muchos pacientes dicen que una enfermedad potencialmente mortal ha

enriquecido sus vidas. Sin embargo, se debe ir con precaución para no

romantizar tal afirmación. Y no debemos aplicarla a otros pacientes. La

conciencia de la finitud de uno mismo es el enfrentamiento último con la “vida

tal como es”, que siempre es diferente de los pensamientos, las expectativas o

las esperanzas de cada uno. Normalmente es un proceso impredecible en el

que el paciente oscila arriba y abajo, entre extremos, entre esperanza y

ansiedad, resistencia y rendición. Cuando la incomodidad aumenta y el cuerpo

se vuelve más débil, puede que llegue un momento en que la lucha para

preservar la vida se vuelva inútil y la muerte se experimente como una

liberación. Esto puede dar como resultado un anhelo de morir o una petición de

eutanasia.

“Mantenimiento espiritual”

Los pacientes en la fase paliativa reaccionan de manera diferente a su

situación. No todos los pacientes experimentan búsquedas o luchas

espirituales (véase más abajo). Tales necesidades espirituales, sin embargo,

pueden estar presentes incluso sin lucha. Normalmente entonces habrá una

necesidad de “mantenimiento espiritual”. Puede haber necesidades espirituales

que a las personas les gustaría compartir y para las que algunas veces

querrían obtener asesoramiento. Estas necesidades pueden ser importantes en

la última fase de la vida o durante la transición de tratamiento curativo a

cuidados paliativos y lo que siga.

17

Fases de lucha o de búsqueda en el proceso espiritual

Algunos pacientes pasan por la lucha en fases. El curso en el que se suceden

puede ser similar al patrón descrito arriba. No obstante, hay una diferencia.

Cuando el paciente toma conciencia de su finitud, experimenta brevemente

ansiedad o pánico, pero al mismo tiempo, lo considera “demasiado” o algo

“demasiado intenso” para experimentar. Reprime sus emociones antes de tener

la oportunidad de que estas sensaciones lo sobrepasen. Una paciente declaró

que fue como si hubiera apagado un interruptor. La amenaza de la muerte se

arrincona en el subconsciente, de modo que uno es capaz de actuar de forma

apropiada. Puede haber una expresión de emociones, pero solo brevemente.

De este modo el paciente mantiene un cierto control. Esto permite dejar que la

realidad de la amenaza y las emociones que la acompañan entren

gradualmente a la consciencia , un proceso que puede llevar semanas o

meses. Una vez se ha alcanzado esta fase, el paciente puede enfrentarse a la

amenaza sin obstáculos y dejar que las emociones emerjan a la superficie y

posteriormente puede centrar su atención en otros aspectos. La fase más

lejana del proceso espiritual (incluyendo experiencias de significado y

conexión) corresponderá a la manera en que van las cosas con los pacientes

para los que la amenaza era inevitable desde el principio. Soportar la lucha

existencial es un paso importante en la búsqueda de un equilibrio psicológico y

espiritual que permita al paciente estar preparado para el final de su vida que

se va aproximando.

La ausencia de angustia espiritual

No todos los pacientes experimentan una búsqueda o lucha espiritual en la

fase paliativa. Siempre que el propósito del tratamiento médico sea curativo, la

mayoría de los pacientes se centrarán en ser curados y arrinconan la amenaza

de la proximidad de la muerte a sus subconscientes. Incluso cuando el

tratamiento médico no tiene la intención de curar, muchos pacientes se

centrarán principalmente en ocuparse del tratamiento y sus efectos. Este

aplazamiento de enfrentarse a la amenaza puede verse como una estrategia

de enfrentamiento efectiva para poder soportar la carga del tratamiento, o como

una incapacidad para reconocer la amenaza y todas las preguntas que la

acompañan.

La confrontación y la posterior lucha con el final de la vida, , no pasará al primer

plano si el paciente continua negando la gravedad de su situación. Tal negación

en este momento puede ser la manera más factible de enfrentarse con la

situación amenazante. Por ello, no es recomendable salir de este mecanismo si

el paciente no indica estar preparado para ello. Primeramente la persona

deberá adquirir una estrategia diferente para hacer frente a la enfermedad.

18

La ausencia de lucha, sin embargo, no siempre indica negación de la situación.

Cuando las personas ya han experimentado una clara conciencia de la

relatividad de la vida antes de estar gravemente enfermas, la conciencia de su

aproximación a la muerte no necesariamente tiene porque derivar en una lucha

espiritual. Esto puede entenderse con las siguientes consideraciones:

La edad avanzada del paciente que le ha enfrentado gradualmente a

limitaciones a lo largo de los años. Esto le otorga la capacidad de

adquirir una actitud hacia la vida (una marco de significado) dentro de la

que ya se le ha asignado un sitio a su propia finitud.

Historia previa del paciente. Si previamente se ha enfrentado a la muerte

y a la pérdida de una manera intensa y directa, es posible que haya

desarrollado un marco de significado que explica su propia finitud.

Una actitud realista y pragmática del paciente por la que la aproximación

de la muerte no se percibe a nivel emocional como una amenaza. Una

vez enfrentado con su propia finitud, el paciente inmediatamente puede

hacer frente a la nueva realidad y tratar con ella de manera efectiva.

visión del mundo bien definida, mediante la que la mortalidad y la muerte

de uno mismo pueda ser incorporada de forma natural. La perspectiva

de la vida y la muerte puede estar profundamente arraigada en la

cosmovisión del paciente, que le ha enseñado, por ejemplo, a aceptar “lo

que venga de la mano de Dios”.

Una crisis existencial; estancamiento en el proceso

espiritual

Algunas veces el curso de un proceso espiritual se desarrolla de manera

menos natural porque el enfrentamiento con el final de la vida es tan intenso

que un paciente experimenta ansiedad, ataques de pánico o muestra signos de

depresión. En esta guía hablamos entonces de crisis existencial. Una

característica de este proceso es que el paciente experimenta sentimientos de

ansiedad y de pánico, impotencia y falta de sentido.

De cara a una crisis existencial, un paciente necesita más asesoramiento

especializado por parte de un agente de pastoral y/o de un psicólogo. En esta

guía reservamos la palabra crisis para situaciones en que los cuidadores

consideran que se requiere una intervención. Esto no siempre coincide con una

búsqueda o lucha espiritual que el mismo paciente describe como crisis.

La búsqueda o la lucha espiritual puede estancarse y derivar en una crisis

existencial si el paciente continua siendo resistente al hecho de su enfermedad

y se agarra a uno o más aspectos de su situación antes de estar enfermo,

como:

19

Estar físicamente sano (en el presente). El paciente está centrado en la

discrepancia entre las capacidades que previamente poseía y ahora ya

no tiene o en su imagen corporal alterada. La pena, el enfado y la

resistencia siguen predominando.

Tener expectativas particulares (futuro). El paciente está obsesionado

por las amenazas que le esperan en el futuro. Tiene la tendencia de dar

por sentado que va a suceder lo peor. Predominan la irracionalidad y los

sentimientos de ansiedad. La ansiedad puede también estar relacionada

con lo que el paciente teme que le pasará después de la muerte.

“Seguridad” de lo cercano y lo querido (pasado). El paciente está

preocupado por lo que tiene que dejar atrás. Este hecho evidentemente

le provoca mucha pena. Sin embargo, también es posible que el

paciente se preocupe por ciertos sucesos y acontecimientos de su vida

con los que no está satisfecho, o que le producen sentimientos de

culpabilidad.

O más generalmente. El paciente se encuentra atascado en una

concepción de la vida (religiosa o de otro tipo) dentro de la que las cosas

que experimenta no se pueden incorporar de manera que tengan

sentido.

Una característica de la crisis existencial es que las preocupaciones

mencionadas más arriba y los sentimientos que las acompañan persisten

durante un largo periodo de tiempo (semanas), y siguen dominando el

comportamiento y/o la comunicación. Si la crisis existencial persiste durante

mucho tiempo, puede derivar en ansiedad o trastornos del estado de ánimo, y/o

en el deseo de morir.

20

Diagnóstico

Este capítulo se divide en las siguientes partes:

Detección de señales y fomento de un debate abierto

Diagnósticos para una crisis existencial

Factores de predisposición

Instrumentos diagnósticos para médicos y enfermeras

Instrumentos para agentes de pastoral

Detección de señales y fomento de un debate abierto

La detección de señales es un aspecto que debe ser observado y escuchado

con cautela. ¿Cuál es la postura de alguien? ¿Cuál es la expresión de su cara?

¿Qué puede significar exactamente? Si el paciente es apático, se muestra

desanimado o cínico, ¿significa esto una necesidad de contacto? Junto con

una atenta observación, escuchar también es importante. Hemos indicado más

arriba cómo las declaraciones pueden contener diferentes niveles de

significado. Con el fin de detectar los aspectos espirituales es necesario prestar

atención a los diferentes niveles. El hecho de hablar sobre cuestiones

espirituales puede fomentarse de manera óptima formulando preguntas

abiertas. Si tiene lugar una conversación y la manera en que se establece

depende en gran medida de la actitud del cuidador (véase ítem A, Tabla 1 en

Política).

La ausencia de señales

Si un paciente no emite ninguna señal en una situación en la que la experiencia

ha demostrado que muchas personas sufren crisis existenciales, puede ser

apropiado tantear si existe la necesidad. Un ejemplo de cómo hacerlo sería una

pregunta como, “Me da la impresión de que está muy relajado. ¿Es así como

se siente?” Si no es así, probablemente el paciente responderá, “No”, y se

habrá establecido una base de confianza. Esto podría significar el inicio de una

conversación. Si la respuesta es “Sí”, el paciente se siente tranquilo. Sin

embargo, puede responder que sí incluso si no se siente relajado pero no

quiere hablar de ello con la persona quien le está preguntando; al menos, no

todavía. En ambos casos la conversación debe seguir sobre el significado de

“Sí” y “No”. Mediante preguntas el cuidador debe aclarar que quiere hablar del

tema si el paciente lo desea. Es importante que el cuidador se dé cuenta de

que algunas veces el paciente puede estar tan consumido por el sufrimiento

físico, que le resulte demasiado difícil expresar el sufrimiento existencial.

21

Diagnósticos para una crisis existencial

El paciente o su entorno social pueden proporcionar señales verbales o de

comportamiento que indiquen una (inminente) crisis existencial.

Señales del paciente y de su entorno social

El mismo paciente lo dice . No lo llamará crisis existencial, sino que

utilizará expresiones como: “No puedo más con esto”, “¿Por qué debería

seguir viviendo?”, “Me siento perdido”.

Cambios en el comportamiento habitual del paciente. Este es el caso

cuando el paciente se encuentra en un estado de ánimo depresivo y

sombrío, es difícil motivarle a que haga algo o ya no hace planes,

incluso a corto plazo. Cuando el paciente tiene un mal humor crónico y

está siempre malhumorado y enfadado, esto también puede ser un

indicador de una crisis existencial.

El paciente somatiza en un alto nivel. Los problemas existenciales

normalmente se expresan en síntomas físicos o en el comportamiento.

En general la somatización es más frecuente en hombres que en

mujeres, y en unas culturas más que en otras.

El paciente se aísla.

El paciente dice con desesperación que quiere morir. Esta

desesperación es diferente de las situaciones en que un paciente dice

que ha vivido lo suficiente y expresa aceptación.

Las personas cercanas al paciente declaran que el paciente está

desanimado o que no saben qué le pasa.

Factores de predisposición

Hay dos tipos de factores que hacen más difícil al paciente tratar con el

inminente final de la vida y pueden dar como resultado la búsqueda, la lucha o

la crisis existencial:

Factores relacionados con el paciente

Historia previa de uno o algunos episodios de depresión.

Historia previa de algunos traumas psicológicos que han sido

insuficientemente tratados.

Un intento de suicidio.

Ansiedad intensa con respecto al juicio personal después de la muerte.

22

Altas metas en la vida junto con la sensación de que se han cumplido

pocas.

Una situación en la que el paciente es consciente de la amenaza de la

muerte, pero no se permite a sí mismo tener las emociones

correspondientes.

Una gran discrepancia entre una imagen idealizada de la realidad y la

dura realidad en la que se encuentra ahora el paciente.

Factores situacionales

El entorno social del paciente le presiona para que se enfrente a su fin

inminente. En muchos casos, esto sucede sin que el paciente encuentre

una razón justificable. El cuidador o aquellos cercanos al paciente

piensan que este ha negado la situación durante demasiado tiempo o

que no es suficientemente consciente de la gravedad de la situación.

El paciente no obtiene suficientes oportunidades para llevar a cabo su

lucha. Esto puede ocurrir debido a la rápida progresión de la enfermedad

o como resultado de un exceso de visitas, de modo que el paciente no

tiene el tiempo suficiente. También puede ser que la situación sea

demasiado amenazante para el cuidador o para aquellos cercanos al

paciente. Las personas temen que el paciente ya no sea capaz de

enfrentarse a su situación si se rinde a ella. Pueden intentar limitar la

lucha sugiriendo lo que ellos creen que son soluciones, rebajando la

gravedad de la situación o evitando completamente hablar sobre el

tema. Algunas veces el entorno social no sabe cómo tratar con la

situación y, por lo tanto, evita cualquier tipo de conversación substancial.

El paciente experimenta que el modo de acompañamiento vulnera su

autonomía, independencia y dignidad. Esto es más habitual en un centro

clínico que en casa.

El paciente no tiene el suficiente apoyo social.

El cónyuge o el hijo del paciente tiene una enfermedad o una limitación

grave. Esto puede dar la sensación al paciente de que es incapaz de

cumplir con su deber en la vida

Instrumentos diagnósticos para médicos y enfermeras

Detección

Junto con la atención general de la dimensión espiritual, que es siempre

importante, existe la opción de comprobar brevemente la situación espiritual de

cada paciente como un estándar. El documento de consenso de los EE. UU.

(Puchalski 2009) habla de “detección”. Basándose en unas pocas preguntas

23

simples, se examina la situación del paciente para establecer cualquier

necesidad de un acompañamiento espiritual más exhaustivo. El beneficio de

este enfoque estandarizado es que la atención al acompañamiento espiritual se

incluya en el orden del día en un estadio temprano. La necesidad puede

hacerse explícita en la historia clínica del paciente. La detección no puede

reemplazar la atención más general a la dimensión espiritual, pero pueden

realizarla todos los cuidadores. No se necesita una formación especial. Una

posible forma de detección puede consistir en las tres preguntas siguientes:

¿Existe en este momento algo en particular que le preocupe?

¿Dónde ha encontrado apoyo con anterioridad en situaciones difíciles?

(¿Familia? ¿Visión del mundo? ¿Música?)

¿A quién le gustaría tener a su lado? ¿Quién le gustaría que le apoyara?

Dependiendo de las respuestas puede realizarse una evaluación de si es

necesario proporcionar asesoramiento de manera inmediata o si la propia

búsqueda o lucha puede dejarse en las manos del paciente.

Evaluación (“historia espiritual”)

Con el fin de evaluar el grado en que un paciente necesita asesoramiento, y de

ser así, quién sería la mejor persona para proporcionárselo, la situación del

paciente en relación con el acompañamiento espiritual puede ser la evaluación.

El documento de consenso de EE. UU. se refiere a ello como “historia

espiritual”. En principio, todos los profesionales que hayan llevado a cabo una

breve formación pueden hacerlo

La evaluación de la historia espiritual pretende proporcionar una visión de los

problemas de significado y propósito que son importantes para el paciente. La

evaluación es más amplia y más exhaustiva que una detección y también

requiere cierta formación. Un cuidador no debe sentirse incómodo con el tema

y debe saber cómo responder si un paciente le cuenta su historia. La historia

espiritual implica entrar en mayor profundidad en las preocupaciones, fuentes

de ayuda y esperanza de alguien. Puede llevarse a cabo siguiendo un formato

de entrevista existente, junto con la evaluación de las dimensiones de

acompañamiento físico y psicosocial. Luego puede asignársele un lugar fijo en

la historia del paciente.

Especialmente en EE. UU., se han creado diferentes herramientas como FICA

y SPIRIT, para evaluar la necesidad potencial del paciente de recibir

acompañamiento espiritual. Los modelos estadunidenses funcionan en una

sociedad en la que el 96 % de la población se considera religiosa, y el 92 %

son miembros de una asociación religiosa o con una cosmovisión compartida.

Estos modelos todavía no se han aplicado en Holanda. Se tendrían que

24

adaptar a la cultura holandesa para su implementación. Los dos modelos se

presentan aquí a modo ilustrativo.

FICA

F: Fe i creencias

I: Importancia de la espiritualidad en la vida de los pacientes

C: Comunidad y apoyo espiritual

A: ¿Cómo desea el paciente que sean abordados los aspectos espirituales en

su acompañamiento?

SPIRIT

S: Sistema de creencias espirituales

P: Espiritualidad personal

I: Integración con una comunidad espiritual

R: Práctica de rituales y restricciones

I: Implicaciones del cuidado médico

T: Planificación de los acontecimientos terminales

En diferentes lugares de Holanda y Flandes, el modelo “ars moriendi” (el

modelo del “arte de morir”) de Leget se utiliza como un instrumento para

evaluar la situación espiritual del paciente (véase figura 2). El modelo se

remonta al arte de morir medieval. El concepto central de este modelo es el

término “espacio interior”. El acompañamiento espiritual se centra en la

recuperación o alargamiento del espacio interior como una “disposición por la

cual alguien pueda relatar de manera pacífica y libre las emociones evocadas

por una situación”. La idea es que cuando alguien posee un espacio interior, los

aspectos vitales pueden recordarse y tenerse en cuenta a partir de diferentes

puntos de ventaja. Con el fin de ayudar a agrandar el espacio interior de los

pacientes es importante que los cuidadores posean un propio “espacio interior”.

Esto fomenta la confianza de los pacientes de que pueden dirigirse a un

cuidador con sus preguntas espirituales. Además, puede ayudar a que el

cuidador distinga los diferentes niveles de las expresiones de los pacientes,

como se ha comentado más arriba.

El modelo ars moriendi distingue cinco temas importantes que pueden

expresarse en forma de tensiones o polaridades de cara a la muerte inminente.

En cada polaridad el paciente puede sentir que está siendo empujado hacia

atrás y hacia delante entre dos extremos. Repetidamente esta es la tarea (arte)

de encontrar el equilibrio correcto entre los dos extremos. Para cada persona

este es un proceso único.

25

Ilustración : Modelo del arte de morir

Espacio

interior

¿Tiene la oportunidad de ser usted mismo?

¿Está dejando este mundo de la manera en que desea?

hacer-experi-mentar Saber-Creer

Modelo ars moriendi

Perdonar-Olvidar Agarrarse-

dejarse ir

Uno mismo- el otro

¿Qué significa la muerte para usted?

¿Se siente respaldado por alguna fe o

creencia? ¿Cómo sigue adelante?

¿Qué desea que hagamos?

¿Si recorre mentalmente toda su vida, qué siente?

¿Hay cosas importantes que contar o discutir con alguien?

¿Qué le da fuerza en esta situación?

¿Qué/quién le inspira?

¿A quién se apoya, quien le sosiene?

¿Se siente capaz de abandonar la vida?

26

Instrumentos para agentes de pastoral

Interpretación y valoración

Aparte de los instrumentos para detectar y evaluar la historia espiritual, los

agentes de pastoral tienen instrumentos para interpretar y valorar las

necesidades espirituales (El documento de consenso de EE. UU. utiliza el

término “evaluación espiritual”). Esto puede proporcionar una indicación de las

preguntas, peticiones, deseos, necesidades y recursos espirituales del

paciente. No se hace con un cuestionario estructurado, sino con un marco

interpretativo que requiere una formación más extensiva. Esto va más allá de

las competencias profesionales del personal de medicina y enfermería. El

agente de pastoral inicia una conversación abierta con el paciente. Con la

ayuda del marco interpretativo, desarrolla una noción de la situación espiritual

del paciente y sus temas centrales. Los modelos interpretativos que los

agentes de pastoral pueden utilizar son conocidos en la profesión y constituyen

una parte de su competencia profesional. Uno puede pensar en autores como

Fitchett, Leget y Weiher.

27

Política Los cuidados paliativos por definición son multidisciplinarios. La cooperación

cercana multidisciplinaria es de fundamental importancia para el

acompañamiento espiritual , pero cada una de las distintas disciplinas tiene su

papel y tarea propios. La siguiente sección de la guía se estructura según una

escala gradual (A, B, C) dependiendo de la gravedad de la situación y el

posicionamiento de los papeles de los distintos cuidadores (véase Tabla 1:

Tipos de acompañamiento espiritual por disciplina). Debería tenerse en cuenta

que en la práctica no se pueden establecer siempre claras distinciones en este

sistema esquemático.

Tabla 1: Tipos de acompañamiento espiritual por disciplina

Personal médico y de enfermería

Trabajadores sociales en el ámbito médico, psicólogos

Agentes de pastoral

Foco principal, acceso y marco de referencia

Somático Psicosocial Espiritual

A Asistencia (siempre)

Escuchar, apoyar, reconocer y detectar*

Escuchar, apoyar, recono-cer y detectar*

Escuchar, apoyar, reconocer, detectar* e interpretar

Representar y conectar

B Asesoramiento (a petición del paciente)

Seguir el proceso de búsqueda, referencia y evaluación*

Seguir el proce-so de búsqueda, referencia, ( ) y evaluación*

Seguir el proceso de búsqueda, ( ) referencia, evalua-ción*, interpretación y valoración*

C Intervención de la crisis (si está indicado)

Detección, referencia

Reconocer asesoramiento, tratamiento y referencia

Reconocer asesoramiento, (a veces) tratamiento, ( ) referencia, interpretación y valo-ración*

* Véase instrumentos (diagnósticos) en Diagnósticos

Comentarios sobre la tabla:

Al indicar el foco principal, el acceso y el marco de referencia, la

intención no es exclusivamente separar los dominios profesionales, sino

meramente distinguirlos. Las distinciones apuntan a la dimensión de

acompañamiento por la que una disciplina tiene la responsabilidad final y

posee una experiencia especializada. En cuidados paliativos, siempre

es deseable la cooperación multidisciplinaria (con consulta mutua) o

(preferentemente) la colaboración interdisciplinaria.

Cada disciplina evoca su propia realidad (“mundo”) que tiene un efecto

diferente sobre el paciente. Esto influencia lo que el paciente cuenta a

28

una enfermera, un médico, un psicólogo o un agente de pastoral,

respectivamente.

Cada disciplina también tiene su manera propia de ayudar o asesorar, su

propio repertorio y papel en relación con el paciente.

Con su presencia, los agentes de pastoral evocan una respuesta

diferente que los médicos o las enfermeras. Representan una dimensión

de significado en la vida. Puesto que proceden de unas tradiciones de

cosmovisiones específicas, los agentes de pastoral también pueden

representar otras realidades, como una comunidad religiosa o Dios. Lo

que también es característico del trabajo de los agentes de pastoral es la

dimensión de conexión (relacionar la única historia de la vida con

imágenes, símbolos, rituales, historias y poemas apropiados). Esto

requiere su propia serie de competencias junto con aquellas compartidas

con otras disciplinas, como escuchar, apoyar, reconocer, asesorar y

tratar.

Escuchar y reconocer (véase A en la Tabla) son siempre muy

importantes en sí mismas, pero también sirven para prevenir la crisis.

Los voluntarios en cuidados paliativos terminales no se incluyen en esta

tabla. Sin embargo, también pueden desempeñar un papel importante

en la facilitación de cuidados espirituales. Los voluntarios están

presentes en el momento de la muerte y son los que están cerca del

paciente ofreciendo su tiempo, atención y apoyo durante la última fase

de la vida del paciente. Los voluntarios tienen más tiempo y no están

presionados por el sistema de asistencia sanitaria profesional. Además,

a veces poseen información valiosa que ponen a disposición de los

cuidadores.

Atención

Esta guía presupone que la atención a la dimensión espiritual de cuidados

paliativos está siempre presente. Esta atención puede adquirir dos formas:

una actitud abierta y receptiva;

un breve análisis espiritual mediante el cual se ha asignado un lugar en

el archivo del paciente a la dimensión espiritual y se incluye en el orden

del día (véase Diagnósticos).

Actitud abierta y receptiva

Estar atento a los aspectos y necesidades espirituales requiere que los

cuidadores asuman una actitud atenta de estar presentes. Los pacientes son

29

vulnerables y necesitan acompañamiento. Tienen que exponerse a los

cuidadores de muchas maneras. Por esta razón es importante crear un entorno

seguro. Por supuesto, el acompañamiento adecuado por parte del personal

médico y de enfermería yace en su conocimiento especializado. El

acompañamiento espiritual, sin embargo, también requiere un compromiso

activo como ser humano. Un buen acompañamiento requiere una actitud

receptiva y compasiva que demuestre franqueza y sensibilidad por aquello que

las personas experimentan. Solamente entonces es posible observar

adecuadamente las expresiones y los niveles de significado que los mismos

pacientes proporcionan.

Como el paciente, el cuidador también es una persona con un pasado y

peculiaridades propios. Mediante la auto-observación y autorreflexión un

cuidador puede adquirir conciencia de sus propias respuestas y de sus

consecuencias en sus interacciones con los pacientes. Esto puede ayudar a

evitar falsas interpretaciones de las señales del paciente. El grado al que un

cuidador es capaz de tomar conciencia de su impotencia o ansiedad y

enfrentarse a ellas repercute en su capacidad para ejercer presencia cuando el

paciente siente impotencia o ansiedad. La auto-observación y la autorreflexión

regulares, por ejemplo a modo de supervisión (entre iguales), son, por lo tanto,

recomendables.

No solo es importante para el cuidador adquirir conciencia de sus propias

emociones y enfrentarse a ellas. Con el fin de ser capaz de tomarse tiempo

para la espiritualidad, debe abrirse a ella. Antes de que los cuidadores puedan

escuchar a los demás de manera efectiva, deberán ser capaces, en primer

lugar, de escuchar lo que sucede en su propio interior. Las conversaciones

sobre espiritualidad pueden tocar lo más profundo de uno. Los pacientes

suelen notar con quiénes pueden hablar o no sobre algún tema. Es de esta

forma más que con otras dimensiones de acompañamiento que la persona del

cuidador determina lo que el paciente comparte. Cuando el paciente siente que

el cuidador no se interesa por la dimensión espiritual del acompañamiento, la

probabilidad de que el paciente no se exprese sobre el tema es mayor. Sin

embargo, los cuidadores que se toman todos los aspectos demasiado en serio

pueden no estar en sintonía con las necesidades del paciente. Andries Baart

habla sobre ese aspecto de la importancia de la gravedad diluida: el arte de

hablar sobre temas serios casualmente y con facilidad mientras uno come o

lava la ropa. Diluir temas serios con tareas diarias hace más fácil hablar sobre

ellos. El humor también puede ser una manera fantástica de aligerar el

ambiente porque se abre camino entre la intensidad del proceso de

fallecimiento. ¡Pero hay que utilizar el humor de manera habilidosa y tan

suavemente como sea posible!

30

Recomendaciones generales a la hora de proporcionar acompañamiento

espiritual

Condiciones

Estar abierto a la propia dimensión espiritual interior.

Tomarse un tiempo (El paciente se negará a responder más preguntas

profundas si el cuidador parece tener prisa).

Colocar en un primer nivel los objetivos y deseos del paciente.

Respetar las propias limitaciones profesionales y personales.

Entorno

Transmitir un carácter pacífico y tranquilo.

Ofrecer seguridad y una relación de confianza (compasión).

Estar presente en el aquí y ahora, sin imponerse.

No hacer las cosas demasiado sencillas o demasiado duras.

Simplemente ser uno mismo y hablar de persona a persona.

Proceso

Sintonizar con los deseos y las necesidades del paciente y de aquellos

cercanos a este, en cada fase.

Mostrar atención e interés genuinos por los sentimientos del paciente.

Preguntar con interés sincero.

Escuchar y observar con atención. Formular preguntas abiertas.

Asumir una actitud abierta. Responder con empatía.

Evitar cualquier tipo de juicio. Dar al otro la oportunidad de trabajar en su

búsqueda o lucha a su manera.

Ofrecer consejos y soluciones en el momento oportuno. Nadie pretende

salvarse. Lo importante es que la persona establezca contacto con sus

propios puntos fuertes.

No tomarse el enfado o la culpa de manera personal. Normalmente se

da como expresión de ansiedad o pena.

Mantenerse disponible para el paciente y aquellos cercanos a él, incluso

si no hay nada más que hacer o si se rechaza el cuidado.

Fuentes diarias o visiones de la vida como contexto interpretativo

31

Cuando un cuidador se enfrenta con los aspectos de la vida y la muerte de un

paciente, es importante ser capaz de relacionar estas cuestiones con un marco

de referencia más amplio. Un marco de referencia proporciona un respaldo al

cuidador y facilita la comunicación con los compañeros de profesión y la

remisión a estos. El contexto más evidente para el significado existencial

consiste en los papeles que una persona desempeña en el día a día (cónyuge,

padre, madre, hijo, cuidador, compañero de fútbol, feligrés). En relación con las

fuentes de inspiración y la fuerza del día a día se puede hablar de

“espiritualidad cotidiana”.

Desde hace tiempo las inmemorables tradiciones religiosas y otras

cosmovisiones también han proporcionado marcos significativos para entender

e interpretar los aspectos espirituales. Es importante darse cuenta de que hay

muchas denominaciones dentro de cada cosmovisión y religión. Además hay

una diferencia en la manera en que los feligreses practican su religión. Puede

haber personas ortodoxas o bastante liberales. Adicionalmente, no es poco

frecuente que las personas que se han vuelto completamente seculares

redescubran los valores religiosos de su educación.

La espiritualidad es un concepto dinámico y puede implicar muchos procesos

distintos. Sea cual sea el proceso que uno siga, es importante para todos y

para su bienestar mantener una actitud de aceptación y respeto hacia las

convicciones de vida. Esta actitud precede a cualquier conocimiento específico

sobre los rituales de la cosmovisión involucrada.

El reto para el cuidador es ser un visitante preocupado, interesado, pero

discreto. Es de gran importancia no opinar nunca sobre las diferentes

costumbres, sino ofrecer apoyo. Sin embargo, si un paciente da pie a ello, no

debe evitarse una conversación personal.

Aunque para muchas personas las tradiciones religiosas todavía cumplen el

papel de dar significado a la vida, un número de pacientes cada vez mayor no

tiene conexión con la religión. Y cada vez hay más pacientes que se apoyan en

elementos de diferentes tradiciones para crear su propia cosmovisión.

Counseling

Los aspectos de atención y counseling de alguna manera se solapan. La

principal diferencia entre ellos, sin embargo, es que la atención es una tarea

para los cuidadores en todas las situaciones, mientras que el counseling va un

paso más allá, y solo se ofrece cuando el paciente lo solicita. En otras

palabras, la atención general a los aspectos de la vida y la facilitación de

counseling son parte de un buen acompañamiento. Pero el counseling nunca

debe imponerse a un paciente.

32

Experimentar una lucha existencial es un paso importante para encontrar un

nuevo equilibrio psicológico y espiritual que permita al paciente enfrentarse al

inminente final de la vida. Por este motivo no debería evitarse o suprimirse una

lucha esencial. Dado que implica un proceso muy personal y único para el

paciente, es importante que el mismo paciente pueda determinar cuándo es

capaz de enfrentarse a la amenaza de la muerte. Un cuidador que formule las

preguntas pertinentes puede ayudar al paciente a avanzar hacia este momento.

De forma similar, es importante que el paciente tenga el tiempo y el espacio

para ocuparse de la lucha a su manera.

Todo el personal sanitario, incluyendo médicos y enfermeras, pueden

desempeñar un papel en el counseling espiritual sobre la base de su propia

profesión. Hay un cierto grado de entrenamiento requerido para hacerlo de

manera habilidosa. Esta guía no puede sustituir una verdadera práctica, pero sí

aborda aspectos que se tienen que considerar.

El counseling en acompañamiento espiritual implica conversar con el paciente

sobre aspectos que le preocupan en relación con el tratamiento médico o de

enfermería. Se pueden aplicar las recomendaciones generales para

proporcionar acompañamiento espiritual de la categoría A. En relación con el

counseling es importante para los médicos y las enfermeras tener un

conocimiento sobre el proceso espiritual por el que el paciente pasa o en el que

está atrapado. En este sentido uno puede observar la búsqueda o la lucha del

paciente y detectar qué sucede. De ser necesario, el paciente puede ser

remitido a otro profesional (dependiendo del juicio propio de uno, del paciente,

o de las personas cercanas a él). Algunos pacientes pueden necesitar apoyo a

modo de conversación, textos o rituales. Los agentes de pastoral están

preparados para satisfacer estas necesidades. Además, como los psicólogos,

pueden utilizar otras técnicas como la meditación o la visualización.

Intervención en crisis

Respecto al counseling, es el paciente quien indica si lo desea o no. En la

intervención de la crisis, el cuidador puede tomar la iniciativa. Dependiendo de

la gravedad de la situación y de la capacidad del paciente para sobrellevarla, la

búsqueda o lucha existencial podría generalmente durar unos pocos días o

pocas semanas. Si dura más, el paciente necesita que lo remitan a un agente

de pastoral o a un psicólogo, especialmente si el paciente apenas dispone de

sus funciones mentales, o cuando el cuidador nota una gran necesidad y no

sabe cómo abordar la situación él solo. Un trabajador social del ámbito médico

también puede proporcionar ayuda en este caso. Puesto que los cuidados

paliativos son anticipatorios, idealmente ya se habrá establecido un contacto

con estas disciplinas en una fase temprana del proceso de la enfermedad.

33

Derivación

La derivación para acompañamiento espiritual empieza en muchos casos con

el consentimiento entre los cuidadores que hayan establecido una relación

importante con el paciente. (“Escucha la misma sintonía (espiritual) que yo

escucho? ¿Reconoce la misma necesidad?) El otro profesional al que se remite

puede ser un agente de pastoral, pero también puede ser el médico que trata al

paciente, un psicólogo, una enfermera, especialista o practicante, o un

trabajador social implicado en el caso por otras razones. También puede ser un

asesor personal o la enfermera del caso quien tiene la responsabilidad

principal. El agente de pastoral es, por lo que respecta a su foco principal y su

marco de referencia, un especialista en esta materia. Él también puede

explorar el tema o la necesidad espiritual con el paciente y, si es necesario, con

aquellos cercanos a este.

Las personas activas en la tradición de una cosmovisión específica suelen

tener una preferencia clara por counseling desde esta tradición. Con respecto a

las personas que en un momento tuvieron relación con una tradición específica,

no siempre es una buena idea remitirlos a ciegas a un representante de la

tradición en cuestión. En algunos casos, la relación con la tradición se ha

deteriorado o roto. Entonces es importante saber si esta ruptura es vista como

una liberación o como una pérdida. En el caso de una relación con una traición

que se ha deteriorado, puede ser recomendable ponerse en contacto con el

agente de pastoral que tenga contacto con esta tradición, pero quien no

representa explícitamente la comunidad (religiosa). En el caso de que la

relación con una tradición religiosa se haya roto, el restablecimiento del

contacto con la comunidad religiosa mediante un representante oficial de la

comunidad puede ser una buena opción. La decepción, sin embargo, no se

puede descartar, porque lo que uno ha dejado atrás en una iglesia a menudo

ya no puede encontrarlo allí. La comunidad habrá cambiado, como la persona

en cuestión ha cambiado. Algunas veces la vacilación del paciente (o de las

personas cercanas) es tan grande que se necesita un agente de pastoral para

salvar la laguna. (La respuesta al comentario: “Se extrañarán de que regrese

después de tantos años”, podría ser: “Creo que se alegrarán de verte allí de

nuevo, y de poder ayudarte en esta situación”). Puede ser que la vacilación

sea tan grande que sería mejor no intentar recuperar la relación rota con la

tradición. Entonces el foco debería centrarse en apelar a las fuentes de

inspiración personales del paciente.

Los agentes de pastoral tienen el acompañamiento espiritual como aspecto

principal y marco de referencia. Además, las técnicas y teorías psicosociales

desempeñan un papel importante en su trabajo. Los procesos espirituales

implican invariablemente componentes psicológicos, emocionales y sociales.

El foco principal y el marco de referencia de los psicólogos y los trabajadores

sociales del ámbito medico están relacionados con la dimensión psicosocial del

34

acompañamiento. Esto no significa que la espiritualidad no pueda ser un tema

importante en su asesoramiento. En los dos campos de especialización se

encuentra un gran nivel de conocimiento y experiencia. Dependiendo de la

disponibilidad, la implicación personal o el tema de una crisis, el paciente

puede ser remitido a uno u otro profesional.

Derivación a un agente de pastoral

Un agente de pastoral es un profesional especializado en acompañamiento

espiritual. Los agentes de pastoral normalmente, pero no siempre, están

afiliados a una tradición religiosa o a una cosmovisión específica. No obstante,

gracias a su profesionalidad, también pueden proporcionar acompañamiento

espiritual a pacientes de otras tradiciones religiosas o de otras cosmovisiones.

Actualmente, los agentes de pastoral se encuentran disponibles

mayoritariamente en hospitales, asilos de ancianos y en una serie de clínicas

de reposo. En los casos excepcionales, se puede pedir un agente de pastoral

mediante los servicios de atención telefónica o a domicilio. Los presupuestos y

las políticas de los centros de cuidados paliativos no siempre permiten que

haya un agente de pastoral afiliado al centro. En muchos casos se han hecho

acuerdos de trabajo con pastores/clérigos locales y sacerdotes de

organizaciones de la vecindad. Además, existen agentes de pastoral

independientes con su propia práctica privada que también pueden solicitarse.

Dentro de este alcance de la práctica un agente de pastoral puede tomar la

iniciativa de contactar con los pacientes y con aquellos cercanos a él. Sin

embargo, en muchos casos se establecerá el contacto porque el agente de

pastoral ya forma parte del equipo de cuidados paliativos. Otro cuidador

también puede remitir al paciente al agente de pastoral.

La remisión a un agente de pastoral es deseable cuando:

Un paciente o personas cercanas a este lo piden explícitamente.

Existe la impresión de que una persona se beneficiaría de alguna clase

de apoyo, pero no puede expresarlo por ella misma. La pertinencia de la

remisión puede aclararse comprobando si “hay una necesidad de hablar

de esto con alguien” y remitir a esta persona si es necesario.

Existe la impresión de que hay una necesidad implícita de apoyo, pero

que una oferta directa provocaría la negación. Podría solicitarse que un

agente de pastoral se acercase casualmente y conociera al sujeto.

En casi todos los casos, es recomendable que el cuidador que remite a la

persona a otro profesional permanezca involucrado en el proceso. El hecho de

que el cuidador haya observado y escuchado al paciente significa que se ha

detectado una necesidad más profunda. El paciente puede percibir esta

35

implicación como importante. Esto refleja la calidad de la relación de cuidados

que se ha desarrollado. No es fácil definir en qué punto la atención para la

espiritualidad pertenece al papel del médico o de la enfermera, y en qué punto

debería transferirse a la responsabilidad del agente de pastoral.

Es importante para los médicos y las enfermeras mantener sus límites

profesionales y personales a la vista. A la pregunta de un paciente a la

enfermera del turno de noche “¿rezaría conmigo?” una enfermera puede dar su

consentimiento cordial y discreto, mientras que otra puede no saber cómo

responder. Pero también en situaciones en las que un cuidador se enfrenta a

sus propios límites emocionales (p. ej., el paciente es alguien de su edad o

tiene niños de la misma edad que los suyos), la remisión a otro especialista es

una señal de actuación profesional. La presencia y la respuesta respetuosas

son importantes.

Indicaciones importantes para la derivación:

Razones intrínsecas:

cuando (Ud.)5 sospecha de que se necesita algo más, pero no sabe qué

(o cómo);

cuando la espiritualidad de la otra persona debe ser reevaluada (p. ej.,

cuando la esperanza de vida cambia de repente y de manera dramática;

cuando el paciente experimenta impotencia (real y existencial) y

sentimiento de culpa;

cuando el paciente y/o sus seres queridos necesitan rituales;

cuando se sospecha de una crisis existencial.

Razones personales:

cuando se enfrenta a limitaciones personales: “Entiendo que es esto es

importante para usted, pero no soy capaz de ayudarle”;

cuando está enredado en sus propios aspectos vitales o enfrentado con

su propia desesperación o ansiedad, con pena, dolor o sentimientos de

impotencia.

Razones prácticas:

cuando sobrepasa sus límites profesionales;

cuando no puede proporcionar en un cierto momento la tranquilidad y el

espacio necesarios.

5Nota del traductor: En esta lista, cuando no se especifica el sujeto, este es usted; se

trata de indicaciones dirigidas al lector de este texto. El sujeto no debe confundirse con

el paciente o con otro tercero, puesto que la conjugación de usted coincide con la de la

tercera persona.

36

¿Qué puede esperarse de un agente de pastoral?

Los agentes de pastoral adoptan varios enfoques de acompañamiento.

Dependiendo de su propio contexto religioso o de una cosmovisión concreta, el

agente de pastoral utiliza un marco de referencia conceptual específico con sus

propios rituales, pero de una manera apropiada para el apoyo al paciente y

para sus deseos. No obstante, hay una serie de pautas generales a seguir.

En primer lugar, un agente de pastoral se centra principalmente en la otra

persona, el paciente. La historia y la vida del paciente son el foco principal, no

aquellas del agente de pastoral. El punto hasta el que es importante disponer

del apoyo de un agente de pastoral procedente de un contexto, p. ej., católico,

protestante o humanista, depende mayormente del paciente. En algunas

situaciones es importante que el agente de pastoral hable el mismo lenguaje

religioso o perteneciente a la misma cosmovisión y que esté familiarizado con

los rituales y costumbres correspondientes. En otras situaciones, puede ser

estimulante hablar con alguien que tenga otra perspectiva de vida.

En segundo lugar, un agente de pastoral no se centra principalmente en un

problema que tiene que solucionarse. Dado que la espiritualidad se entrecruza

con la totalidad de la persona, el agente de pastoral se centra principalmente

en la persona como un todo. Se considera que la persona íntegra es un ser

humano único que nunca puede conocerse y entenderse completamente a sí

mismo. Finalmente, los niveles más profundos de cada persona son un

misterio. Es en los niveles más profundos donde tienen lugar los aspectos de la

vida y la muerte y los procesos espirituales. Estos niveles no son legiblemente

accesibles o tratables. Pueden tocarse de modo que el paciente pueda

restablecer el contacto con sus propias fuentes de significado, propósito,

inspiración y fuerza.

Lugar en la política organizacional

Otros cuidadores pueden emplear la ayuda de un agente de pastoral para los

siguientes temas:

consulta y asesoramiento en relación con cuestiones sobre

acompañamiento espiritual;

práctica en el área de espiritualidad, religión, cosmovisión y significado;

traducción de acompañamiento espiritual a fórmulas locales de políticas

de acompañamiento y protocolos y guías nacionales;

acompañamiento para los cuidadores y el papel de confidente para otros

cuidadores;

contribuciones para el seguimiento del acompañamiento, p. ej., al

organizar funerales o en las sesiones de seguimiento con la familia;

37

colaboración a niveles de política y contribuciones a la atención prestada

a los aspectos de significado y espiritualidad para los pacientes y los

cuidadores;

consulta y consejo para los médicos y los cuidadores a domicilio en

redes de cuidados paliativos locales.

Derivación a un psicólogo, trabajador social o psiquiatra

Cuando una crisis existencial dura más de unos pocos días y va acompañada

de problemas psicológicos graves, se debería también remitir al paciente a un

psicólogo o a un profesional de cuidado psicosocial. Sin embargo, es

importante tener en mente que puede ser valioso tener a agentes de pastoral,

trabajadores sociales del ámbito médico y psicólogos trabajando juntos en esta

situación con el fin de proporcionar una idea de qué tipo de acompañamiento

puede estar involucrado en una remisión por parte de los cuidadores de un

equipo de cuidados paliativos, exponemos brevemente los aspectos principales

del tratamiento especializado de una crisis existencial.

Posibles elementos del tratamiento psicológico de una crisis existencial

En relación con el pasado:

restructuración cognitiva, reevaluación

diseñar un equilibrio vital

En relación con el presente:

tratamiento de problemas reversibles físicos, psicológicos y sociales;

mantener hacia el exterior acompañamiento y apariencia, dignidad e

independencia;

terapia cognitiva: reevaluación de la situación actual;

terapia dirigida al interior para recuperar el significado.

En relación con el futuro:

terapia cognitiva;

establecer objetivos alcanzables a corto plazo;

fomentar la conversación sobre el miedo a la muerte y aprender a tratar

con los sentimiento y emociones (actuales, pasadas, futuras);

fomentar la conversación sobre aspectos religiosos y de otras

cosmovisiones y/o remisión a un agente de pastoral.

Caso clínico Una ilustración de qué puede hacer un psicólogo en una

crisis existencial (grave)

38

Piden a un psicólogo que vaya a visitar a la Sra. Hendriks, una mujer de 45

años en el departamento de oncología. El motivo de remisión es que la Sra. H.

tuvo una reacción emocional grave ante las malas noticias que recibió ese

mismo día. Durante la consulta, le comunicaron que el tratamiento del

carcinoma de colon no funcionó y que el tratamiento paliativo era la única

opción que le quedaba.

Psicológico: Antes la Sra. Hendriks siempre expresaba una actitud positiva y

era capaz de aceptar su situación. Está sorprendida de que eso ahora haya

cambiado y siente solamente enfado y ansiedad. No obstante, piensa que

debería aceptar la situación y pide apoyo psicológico. Es urgente porque vive

lejos y volverá a casa a la mañana siguiente.

Diagnóstico: El cuidador opina que existe un malestar existencial. Así es como

la paciente experimenta su crisis y pide una intervención. Aunque las

emociones son muy intensas, se espera que el proceso de aceptación pueda

llevarse a cabo de manera normal. Este tema se discute con ella. No obstante,

puesto que sus emociones son muy intensas y no se atreve a volver a casa,

pregunta si hay algo que se pueda hacer.

Consejo: Se puede ayudar combinando la implosión con una variante de

interrupción del pensamiento. La implosión es la exposición al enfado y la

realidad que provoca ansiedad, que permite que los sentimientos se extingan.

La interrupción del pensamiento es la detención del flujo de pensamientos y

sentimientos desagradables para que la paciente pueda aprender a canalizar

sus emociones.

Implementación: Se explican las técnicas y se informa a la paciente de cuál es

la nueva realidad. Ella dice: la proximidad de la muerte, el carácter permanente

de un estoma, estar en la cama y aumentar la dependencia. Se le pide al

paciente que pronuncie estas cosas (“Voy a morir de esta enfermedad”, “Nunca

me libraré de este estoma”, etc.) y que fluyan libremente los sentimientos que

la acompañan. A su marido, que está presente, se le pide que permanezca en

un segundo plano y que se abstenga de cualquier acción reconfortante.

Después de quince minutos, el sujeto se muestra cambiado y tiene agradables

recuerdos de su juventud. Este procedimiento se repite dos veces. La

intensidad de las emociones disminuye y la paciente expresa confianza en el

sentido de que puede enfrentarse a ello de nuevo.

Seguimiento: Tres semanas después vuelve a ingresar por dolor. Dice que fue

capaz de aceptar la situación y que ella y su marido disfrutaron de un periodo

de tiempo agradable juntos. Incluso los aspectos que en primera instancia se

percibieron como negativos adquirieron un significado positivo. El estoma, por

ejemplo, ahora es una bendición, en las circunstancias actuales, hubiera sido

una agonía tener que usar una cuña.

39

Resumen: los ABC del acompañamiento espiritual

Los pacientes que necesitan cuidados paliativos sienten, más intensamente

que antes, que la vida es finita. Esto enfrenta a la mayoría de las personas con

preguntas de una magnitud enorme: cuestiones de la vida y la muerte, que

también pueden llamarse preguntas de significado o preguntas existenciales.

Muchas personas buscan respuestas a las grandes preguntas de la vida en su

cosmovisión o religión. Estas preguntas afectan al bienestar físico y psicosocial

de los pacientes. En consecuencia, con el fin de determinar el cuidado y

tratamiento adecuados es importante saber lo que las personas consideran

significativo en la vida y sobre esta.

En esta guía hemos elegido el término espiritualidad para hacer referencia a

estos aspectos de la vida. En este sentido la guía va en consonancia con la

definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los cuidados

paliativos, que trata de la atención de las necesidades de una naturaleza física,

psicosocial y espiritual.

Hay tres aspectos característicos del acompañamiento espiritual:

El foco de atención en esta dimensión del acompañamiento es

importante desde el principio de la fase paliativa para que las preguntas

y las expresiones puedan contextualizarse dentro de todo el proceso

espiritual.

Esta dimensión del acompañamiento siempre tiene diferentes niveles de

significado que se entrecruzan entre ellos.

Se dan preguntas y expresiones para las que generalmente no se puede

aportar una solución, pero que sí que requieren atención y respuesta.

Es muy importante para cada profesional la conciencia de estas tres

características y la capacidad de tratar con ellas de manera apropiada.

Además, los cuidados paliativos son, por definición, multidisciplinarios. Las

diferentes disciplinas tienen su propio papel y responsabilidad también en

relación con el acompañamiento espiritual. Esta guía se basa en una triple

distinción (A, B, C) dentro de una escala de gravedad gradual, en la que los

papeles de los distintos cuidadores pueden cambiar.

La escala implica:

A. situaciones en que la atención diaria a los aspectos vitales es suficiente;

B: situaciones en que los pacientes necesitan asesoramiento sobre aspectos

vitales o en que experimentan luchas normales en las que el asesoramiento por

parte de un experto sería beneficioso; y

40

C: situaciones donde la lucha con aspectos vitales conduce a una crisis

existencial que requiere intervención por parte de un agente de la pastoral, un

trabajador social del ámbito médico o un psicólogo.

41

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