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Suplemento Dominical

Date post: 03-Mar-2016
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Suplemento Dominical publicado el 09 de Noviembre del 2012 en Milenio Diario Jalisco
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16
STALINGRADO, LA BATALLA MÁS SANGRIENTA 09|12|2012 · NÚM. 17 [NATIONAL ARCHIVES IN COLLEGE PARK] "No tengo cadáveres en el clóset" Ricardo Kleinbaum, el otro Echeverría A 70 años , testimonios inéditos Tlatelolco, verano del 68 Jacobo Zabludovsky
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Page 1: Suplemento Dominical

STALINGRADO, LA BATALLA MÁS SANGRIENTA

09|12|2012 · NÚM. 17

[NATIONAL ARCHIVES IN COLLEGE PARK]

"No tengo cadáveres

en el clóset"

Ricardo Kleinbaum,

el otro Echeverría

A 70 años , testimonios inéditos

Tlatelolco, verano del 68Jacobo Zabludovsky

Page 2: Suplemento Dominical

03

[AFP]

"ESOS CINCO MESES DE

LUCHA FUERON

COMO CINCO AÑOS DE

NUESTRAS VIDAS"

por Michael Sontheimer

A l amanecer del 31 de enero de 1943 la batalla más sangrienta de la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fi n para el principal comandante alemán en Stalingrado. Los soldados rusos estaban apostados a la entrada del sótano

de la tienda de departamentos Univermag, en la cual los ofi ciales alemanes de mayor rango, incluyendo al coman-dante en jefe Friedrich Paulus, se habían refugiado. Un día antes, Adolfo Hitler había promovido al líder de las tropas alemanas en Stalingrado al rango de mariscal de campo —no tanto como un signo de reconocimiento sino más bien como una orden implícita de acabar con su vida en lugar de permitirse ser capturado.

El teniente coronel Leonid Vinokur fue el primero en divisar a Paulus: “Estaba recostado en una cama cuando entré, con su abrigo y su gorra. Tenía una barba de tres días y parecía haber perdido el coraje”. El último escondite del comandante del 6º Ejército alemán parecía una letrina. “La mugre y los excrementos humanos y quién sabe qué más llegaban hasta el nivel de la cintura”, deja constancia el mayor Anatoly Zolda-tov, y añade: “Apestaba en forma increíble. Había dos baños con letreros que decían: 'No se admiten rusos'”.

Fue sólo un poco después que los alemanes fueron obli-gados a entregar las armas. “Fácilmente podrían haberse disparado”, dice el mayor general Ivan Burmakov. Pero Paulus y sus hombres optaron por no hacerlo. “No tenían la intención de morir —eran cobardes—. No tuvieron el coraje para morir”, dice el testigo presencial Burmakov.

UN MOMENTO DECISIVOLa batalla de Stalingrado marcó un punto decisivo desde el punto de vista psicológico en la guerra nazi alemana de conquista y aniquilación. “Las noticias que llegaban de Stalingrado tuvieron un efecto impactante en el pueblo ale-mán”, admitió el ministro de propaganda del Reich, Joseph Goebbels, el 4 de febrero de 1943. Tal como el historiador británico Eric Hobsbawm resume la situación: “A partir de Stalingrado, todos sabían que la derrota de Alemania sólo era cuestión de tiempo”.

Cientos de miles de personas perdieron sus vidas en el due-lo de honor entre los dos dictadores, Hitler y Stalin. Unos 60 mil soldados alemanes murieron en el sitio. De los 110 mil pri-sioneros alemanes capturados en Stalingrado, sólo cinco mil regresaron a su hogar. Por el lado soviético, murieron entre medio millón y un millón de soldados del Ejército Rojo.

Ahora, casi 70 años después, es posible comprender con una claridad sin precedentes cómo vivieron los vencedores esta fatídica batalla en el río Volga. Estas nuevas perspectivas fueron originalmente trabajo del historiador moscovita Isaak Izrailevich Mints. En 1941, fundó la Comisión para la historia de la guerra patriótica. La idea era que todos en las fuerzas armadas, desde los soldados rasos a los ofi ciales de alto

Entrevistas con miembros del Ejército Rojo, rescatadas de viejos archivos, ofrecen por primera vez la visión honesta de los soldados rasos del sitio de la ciudad soviética. Una verdad histórica que debe revalorarse

STALINGRADO, LA BATALLA MÁS SANGRIENTA

0302

REPORTAJE09|12|2012

últimos hallazgos echan por tierra completamente el argumento —planteado por los nazis y repetido por Occidente durante la guerra fría— de que los soldados del Ejército Rojo lucharon tan fi eramen-te solo porque de otra forma miembros de la policía secreta les hubieran disparado.

Sin duda hubo ejecuciones en el frente. El teniente general Vasily Chuikov, comandante supremo del 62º Ejército, contó en persona a los historiadores cómo trató a los “cobardes”: “El 14 de septiembre, le disparé al comandante y comisario de un regimiento, y poco des-pués le di a dos comandantes de brigada y comisarios. Estaban todos impresionados”.

Aparentemente la extensión de las ejecuciones ha sido sobres-timada. Por ejemplo, el historiador británico Antony Beevor habla de más de 13 mil soldados del Ejército rojo ejecutados solo en Stalingrado. Pero, los documentos descubiertos en los archivos rusos muestran que hacia mediados de octubre de 1942 las ejecuciones habían sido menos de 300.

Los Protocolos de Stalingrado revelan que la disposición de los soldados soviéticos a hacer sacrifi cios podría no ser solamen-te efecto de tales medidas de represión. Los llamados “ofi ciales políticos” jugaron un rol clave, al asegurar repetidamente a los hombres enrolados que ellos estaban arriesgando sus vidas por la libertad de su pueblo. Se esforzaron por motivar a los soldados y encauzar sus preocupaciones para elevar su moral de lucha.

Las entrevistas también demuestran que los comunistas devo-tos sintieron que debían jugar un rol de liderazgo en todos lados. El comisario de brigada Vasilyev dice: “Se veía como una vergüen-za si un comunista no era el primero en dirigir a los soldados en la batalla”. En el frente en Stalingrado, el número de miembros del partido que llevaban su tarjeta se elevó entre agosto y octubre de 1942 de 28 mil 500 a 53 mil 500. Los ofi ciales políticos distribuían volantes en la zona de batalla con el retrato del “héroe del día”, in-cluyendo grandes fotos de los soldados destacados. Les enviaban retratos de los distinguidos a sus orgullosas familias.

El concepto era que se trataba de una guerra del pueblo. “El Ejército Rojo era un ejército político”, dice el historiador Hellbeck.

LA CREENCIA EN UN PROPÓSITO SUPERIORAdemás de ofrecer charlas a los soldados respecto a la situación en tiempos de guerra, los ofi ciales políticos los comprometían en conversaciones personales. “Por la noche”, dice el teniente Coro-nel Yakov Dubrovsky, “los combatientes están más inclinados a hablar abiertamente, y pueden bucear en su almas”. El comisario de batallón Pyotr Molchanov añade: “Un soldado está apostado en las trincheras por un mes completo. No ve a nadie además de su vecino, y de pronto el comisario se le acerca, le dice algo, una palabra amistosa, lo acoge. Esto es de una importancia enorme”.

En los momentos críticos, ocasionalmente los ofi ciales políticos también distribuían chocolate y mandarinas a los camaradas desmoralizados. Uno de ellos, Izer Ayzenberg, del 38º cuerpo de fusileros, solía recorrer las trincheras con su “maletín de agitación”. Además de folletos y libros, contenía juegos como damas y dominós.La meta era que los soldados no se dejaran llevar más por el miedo, sino que usaran su conciencia polí-tica para superar la angustia.

Por ende, los comunistas veían como un signo de debilidad cuando los soldados alemanes capturados se describían a sí mismos como apolíticos. En su opinión, la verdadera voluntad de vencer solo podía darse en aquellos que creían que servían a un principio superior. Los comunistas veían al Ejército rojo política y moralmente más inquebrantable que la Wehrmacht.

Pero además de la agitación y la propaganda, fue principalmente el odio de los soldados soviéticos hacia los invasores lo que elevó su moral para luchar contra el 6º Ejército alemán, inicialmente superior. Es más, los alemanes encendieron el odio con su brutal ocupación. Ya con su entrada hacia el Volga, el 6º Ejército hizo su contribución al holocausto. Los civiles estaban aterrorizados.

“Uno ve a las muchachas jóvenes, a los niños, colgando de los árboles en el par-que”, dice el francotirador Vasily Zaytsev, y añade: “Eso tiene un tremendo impacto”.

El mayor Pyotr Zayonchovsky cuenta de una posición que los alemanes habían abandonado. Cuando llegó al lugar, descubrió el cuerpo de un camarada muerto “cuya piel y uñas de la mano derecha habían sido completamente arrancadas. Los ojos habían sido quemados y tenía una herida en su sien izquierda hecha por un pedazo de hierro al rojo vivo. La mitad derecha de su rostro había sido rociado con un líquido infl amable y encendido”.

INFIERNO EN AMBOS LADOSAntes de la guerra, muchos rusos habían admirado a los alemanes como una na-ción de cultura, y los respetaban por el talento de su ingeniería. Algunos de los entrevistadores dicen que quedaron impactados por los alemanes que encontraron durante la guerra.

El mayor Zayonchovsky describe la naturaleza de “los alemanes” de la siguiente manera: “La mentalidad de ladrón se ha vuelto como una segunda naturaleza, para ellos, tienen que robar —lo vayan a usar o no”—.

Un ofi cial en la agencia de inteligencia, que interrogó a prisioneros alemanes, expresó su sorpresa de que los ataques a civiles y los robos “se habían vuelto parte tan integral de la vida cotidiana de los soldados alemanes que los prisioneros de guerra nos contaban sobre esto sin ningún escrúpulo”.

De acuerdo al capitán Nikolay Aksyonov, uno podía sentir “cómo cada soldado y cada comandante estaba ansioso de matar tantos alemanes como fuera posible”.

El francotirador Anatoly Chechov recuerda en su entrevista cómo mató al primer alemán. “Me sentí terrible. Había matado a un ser humano. Pero entonces pen-sé en nuestra gente y comencé a dispararles sin piedad. Me volví un bárbaro, los mato. Los odio”. Al momento de la entrevista, él había matado a 40 alemanes —la mayor parte de ellos con un tiro en la cabeza.

Es de público conocimiento que Stalingrado fue un infi erno para los soldados de ambos lados. Pero gracias a estos testimonios, ahora tenemos una idea vívidamen-te clara de cómo era estar en el combate casa a casa y de nunca acabar para el cual los soldados no habían sido entrenados. Cómo las cenizas, el polvo y el humo les quitaron toda orientación. Cómo las detonaciones individuales fueron ahoga-das por el constante estrépito de la batalla. Cómo lucharon por días para tomar edifi cios, en los que en algunos casos los soviéticos se habían apostado en un piso, mientras los alemanes se habían atrincherado en otro.

“En estos combates callejeros, las granadas de mano, las ametralladoras, las ba-yonetas, los cuchillos y las espadas son usadas”, dice el teniente general Chuikov. “Ellos se enfrentan el uno al otro y se golpean. Los alemanes no pueden hacerlo”. Sin embargo, la Wehrmacht se las arregló al principio para tomar la ciudad, con excepción de una delgada franja junto al Volga.

Entonces el Ejército Rojo rodeó a los alemanes, quienes sólo eran capaces de recibir exiguas provisiones desde el aire. Los soldados alemanes sufrían de

hambre y no tenían uniformes abrigados para el amargo frío del invierno. El comandante Paulus exhortó a sus tropas a no rendirse: “Resistan, el Führer nos hará mierda”, era el eslogan del día. La Operación tormenta de invierno, que buscaba romper el cerco, terminó en un fracaso. El 6 de enero, el general soviético Konstantin Rokossovsky ofreció a Paulus una rendición honrosa. A las órdenes de Hitler, el comandante alemán rechazó la oferta.

Cuatro días más tarde, el Ejército rojo comenzó a avanzar y apre-tar el cerco sobre la ciudad. Después de 10 días, los alemanes esca-samente tenían algo de comida y municiones. Cuando Paulus y sus hombres se permitieron ser tomados prisioneros a fi nes de enero, en vez de cometer suicidio o luchar hasta morir, Hitler se enfureció.

“LA TIERRA RESPIRABA FUEGO”El precio también fue alto para los ganadores de la batalla. Vasily Zaytsev, por ejemplo —sin duda el mejor francotirador del Ejérci-to Rojo en Stalingrado— se adjudicó haber matado a 242 alema-

nes, pero hizo el siguiente comentario aleccionador: “Siempre lo recuerdas, y la memoria tiene un impacto poderoso”, dijo un año

después de la batalla. “Ahora, tengo los nervios de punta y constan-temente tiemblo”.

Su camarada Aksyonov añade: “Esos cinco meses en Stalingrado fueron el equivalente a cinco años de nuestras vidas”. Le parecía que “la tierra en Stalingrado respiró fuego por días”.

Estas son cosas que los comunistas simplemente no quieren es-cuchar respecto a la guerra. Un “informativo libro histórico escrito por los participantes en la batalla”, como abogaba el historiador Mints, nunca fue publicado. Durante las expulsiones antisemitas de Stalin, el propio Mints fue despojado de su cátedra, acusado de ser

un “cosmopolita sin raíces”. Fue sólo después de la muerte del dictador que fue rehabilitado. Él escondió los protocolos con las entrevistas.

Hellbeck, que los consiguió con sus colegas rusos, ya está planean-do lanzar el próximo volumen de entrevistas, esta vez enfocándose

en la ocupación militar alemana de la Unión Soviética. La edición rusa de Los Protocolos de Stalingrado será publicada en 2013. D

Fragmentos tomados de Der Spiegel.Traducción de Elisa Montesinos

REPORTAJE09|12|2012

rango, expresaran sus pensamientos, sentimientos y experiencias como modelo para otros, pero sin adornos.

En 1943, tres historiadores entrevistaron a más de 20 soldados soviéticos que estuvieron presentes cuando Paulus y sus hombres fueron capturados. Esta es la primera versión del evento desde la perspectiva de los soldados rasos.

Los investigadores realizaron entrevistas con un total de 215 combatientes en Stalingrado (…) Los testimonios son tan honestos que más tarde los comu-nistas sólo publicaron una pequeña parte de ellos. Después de 1945, los líderes soviéticos no estaban interesados en el impacto de batallas sangrientas, sino en glorifi car a los héroes épicos entre los que Stalin jugaba el rol principal. Los aproximadamente cinco mil protocolos compilados por la comisión de historia-dores desaparecieron en los archivos del Departamento de Historia en la Aca-demia Soviética de Ciencias. En 2001, el historiador alemán Jochen Hellbeck, que enseña en la Universidad de Rutgers en New Jersey, escuchó hablar de este tesoro. Siete años después, pudo conseguir más de 10 mil páginas en Moscú.

UNA NUEVA VERSIÓN DE LOS HECHOSHellbeck publica ahora Die Stalingrad-Protokolle (Los protocolos de Stalingrado), que consiste en entrevistas, incluyendo en algunos casos fotos de los soldados entrevistados, junto a la descripción del ambiente en que se hicieron las entre-vistas. A la luz de estos documentos, la historia de la Batalla de Stalingrado no tendría que ser rescrita, pero algunas visiones necesitan ser corregidas. Estos

palabra amistosa, lo acoge. Esto es de una importancia enorme”.En los momentos críticos, ocasionalmente los ofi ciales políticos

también distribuían chocolate y mandarinas a los camaradas desmoralizados. Uno de ellos, Izer Ayzenberg, del 38º cuerpo de fusileros, solía recorrer las trincheras con su “maletín de agitación”. Además de folletos y libros, contenía juegos como damas y dominós.La meta era que los soldados no se dejaran llevar más por el miedo, sino que usaran su conciencia polí-

“En estos combates callejeros, las granadas de mano, las ametralladoras, las ba-yonetas, los cuchillos y las espadas son usadas”, dice el teniente general Chuikov. “Ellos se enfrentan el uno al otro y se golpean. Los alemanes no pueden hacerlo”. Sin embargo, la Wehrmacht se las arregló al principio para tomar la ciudad, con excepción de una delgada franja junto al Volga.

Entonces el Ejército Rojo rodeó a los alemanes, quienes sólo eran capaces de recibir exiguas provisiones desde el aire. Los soldados alemanes sufrían de

hambre y no tenían uniformes abrigados para el amargo frío del invierno. El comandante Paulus exhortó a sus tropas a no rendirse: “Resistan, el Führer nos hará mierda”, era el eslogan del día. La Operación tormenta de invierno, que buscaba romper el cerco, terminó en un fracaso. El 6 de enero, el general soviético Konstantin Rokossovsky ofreció a Paulus una rendición honrosa. A las órdenes de Hitler, el comandante alemán rechazó la oferta.

Cuatro días más tarde, el Ejército rojo comenzó a avanzar y apre-tar el cerco sobre la ciudad. Después de 10 días, los alemanes esca-samente tenían algo de comida y municiones. Cuando Paulus y sus hombres se permitieron ser tomados prisioneros a fi nes de enero, en vez de cometer suicidio o luchar hasta morir, Hitler se enfureció.

“LA TIERRA RESPIRABA FUEGO”El precio también fue alto para los ganadores de la batalla. Vasily Zaytsev, por ejemplo —sin duda el mejor francotirador del Ejérci-to Rojo en Stalingrado— se adjudicó haber matado a 242 alema-

nes, pero hizo el siguiente comentario aleccionador: “Siempre lo recuerdas, y la memoria tiene un impacto poderoso”, dijo un año

después de la batalla. “Ahora, tengo los nervios de punta y constan-temente tiemblo”.

Su camarada Aksyonov añade: “Esos cinco meses en Stalingrado fueron el equivalente a cinco años de nuestras vidas”. Le parecía que “la tierra en Stalingrado respiró fuego por días”.

Estas son cosas que los comunistas simplemente no quieren es-cuchar respecto a la guerra. Un “informativo libro histórico escrito por los participantes en la batalla”, como abogaba el historiador Mints, nunca fue publicado. Durante las expulsiones antisemitas de Stalin, el propio Mints fue despojado de su cátedra, acusado de ser

un “cosmopolita sin raíces”. Fue sólo después de la muerte del dictador que fue rehabilitado. Él escondió los protocolos con las entrevistas.

Hellbeck, que los consiguió con sus colegas rusos, ya está planean-do lanzar el próximo volumen de entrevistas, esta vez enfocándose

en la ocupación militar alemana de la Unión Soviética. La edición rusa de Protocolos de Stalingrado

A 70 AÑOS, TESTIMONIOS INÉDITOS

Comandante en jefe Friedrich Paulus

Page 3: Suplemento Dominical

03

[AFP]

"ESOS CINCO MESES DE

LUCHA FUERON

COMO CINCO AÑOS DE

NUESTRAS VIDAS"

por Michael Sontheimer

A l amanecer del 31 de enero de 1943 la batalla más sangrienta de la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fi n para el principal comandante alemán en Stalingrado. Los soldados rusos estaban apostados a la entrada del sótano

de la tienda de departamentos Univermag, en la cual los ofi ciales alemanes de mayor rango, incluyendo al coman-dante en jefe Friedrich Paulus, se habían refugiado. Un día antes, Adolfo Hitler había promovido al líder de las tropas alemanas en Stalingrado al rango de mariscal de campo —no tanto como un signo de reconocimiento sino más bien como una orden implícita de acabar con su vida en lugar de permitirse ser capturado.

El teniente coronel Leonid Vinokur fue el primero en divisar a Paulus: “Estaba recostado en una cama cuando entré, con su abrigo y su gorra. Tenía una barba de tres días y parecía haber perdido el coraje”. El último escondite del comandante del 6º Ejército alemán parecía una letrina. “La mugre y los excrementos humanos y quién sabe qué más llegaban hasta el nivel de la cintura”, deja constancia el mayor Anatoly Zolda-tov, y añade: “Apestaba en forma increíble. Había dos baños con letreros que decían: 'No se admiten rusos'”.

Fue sólo un poco después que los alemanes fueron obli-gados a entregar las armas. “Fácilmente podrían haberse disparado”, dice el mayor general Ivan Burmakov. Pero Paulus y sus hombres optaron por no hacerlo. “No tenían la intención de morir —eran cobardes—. No tuvieron el coraje para morir”, dice el testigo presencial Burmakov.

UN MOMENTO DECISIVOLa batalla de Stalingrado marcó un punto decisivo desde el punto de vista psicológico en la guerra nazi alemana de conquista y aniquilación. “Las noticias que llegaban de Stalingrado tuvieron un efecto impactante en el pueblo ale-mán”, admitió el ministro de propaganda del Reich, Joseph Goebbels, el 4 de febrero de 1943. Tal como el historiador británico Eric Hobsbawm resume la situación: “A partir de Stalingrado, todos sabían que la derrota de Alemania sólo era cuestión de tiempo”.

Cientos de miles de personas perdieron sus vidas en el due-lo de honor entre los dos dictadores, Hitler y Stalin. Unos 60 mil soldados alemanes murieron en el sitio. De los 110 mil pri-sioneros alemanes capturados en Stalingrado, sólo cinco mil regresaron a su hogar. Por el lado soviético, murieron entre medio millón y un millón de soldados del Ejército Rojo.

Ahora, casi 70 años después, es posible comprender con una claridad sin precedentes cómo vivieron los vencedores esta fatídica batalla en el río Volga. Estas nuevas perspectivas fueron originalmente trabajo del historiador moscovita Isaak Izrailevich Mints. En 1941, fundó la Comisión para la historia de la guerra patriótica. La idea era que todos en las fuerzas armadas, desde los soldados rasos a los ofi ciales de alto

Entrevistas con miembros del Ejército Rojo, rescatadas de viejos archivos, ofrecen por primera vez la visión honesta de los soldados rasos del sitio de la ciudad soviética. Una verdad histórica que debe revalorarse

STALINGRADO, LA BATALLA MÁS SANGRIENTA

0302

REPORTAJE09|12|2012

últimos hallazgos echan por tierra completamente el argumento —planteado por los nazis y repetido por Occidente durante la guerra fría— de que los soldados del Ejército Rojo lucharon tan fi eramen-te solo porque de otra forma miembros de la policía secreta les hubieran disparado.

Sin duda hubo ejecuciones en el frente. El teniente general Vasily Chuikov, comandante supremo del 62º Ejército, contó en persona a los historiadores cómo trató a los “cobardes”: “El 14 de septiembre, le disparé al comandante y comisario de un regimiento, y poco des-pués le di a dos comandantes de brigada y comisarios. Estaban todos impresionados”.

Aparentemente la extensión de las ejecuciones ha sido sobres-timada. Por ejemplo, el historiador británico Antony Beevor habla de más de 13 mil soldados del Ejército rojo ejecutados solo en Stalingrado. Pero, los documentos descubiertos en los archivos rusos muestran que hacia mediados de octubre de 1942 las ejecuciones habían sido menos de 300.

Los Protocolos de Stalingrado revelan que la disposición de los soldados soviéticos a hacer sacrifi cios podría no ser solamen-te efecto de tales medidas de represión. Los llamados “ofi ciales políticos” jugaron un rol clave, al asegurar repetidamente a los hombres enrolados que ellos estaban arriesgando sus vidas por la libertad de su pueblo. Se esforzaron por motivar a los soldados y encauzar sus preocupaciones para elevar su moral de lucha.

Las entrevistas también demuestran que los comunistas devo-tos sintieron que debían jugar un rol de liderazgo en todos lados. El comisario de brigada Vasilyev dice: “Se veía como una vergüen-za si un comunista no era el primero en dirigir a los soldados en la batalla”. En el frente en Stalingrado, el número de miembros del partido que llevaban su tarjeta se elevó entre agosto y octubre de 1942 de 28 mil 500 a 53 mil 500. Los ofi ciales políticos distribuían volantes en la zona de batalla con el retrato del “héroe del día”, in-cluyendo grandes fotos de los soldados destacados. Les enviaban retratos de los distinguidos a sus orgullosas familias.

El concepto era que se trataba de una guerra del pueblo. “El Ejército Rojo era un ejército político”, dice el historiador Hellbeck.

LA CREENCIA EN UN PROPÓSITO SUPERIORAdemás de ofrecer charlas a los soldados respecto a la situación en tiempos de guerra, los ofi ciales políticos los comprometían en conversaciones personales. “Por la noche”, dice el teniente Coro-nel Yakov Dubrovsky, “los combatientes están más inclinados a hablar abiertamente, y pueden bucear en su almas”. El comisario de batallón Pyotr Molchanov añade: “Un soldado está apostado en las trincheras por un mes completo. No ve a nadie además de su vecino, y de pronto el comisario se le acerca, le dice algo, una palabra amistosa, lo acoge. Esto es de una importancia enorme”.

En los momentos críticos, ocasionalmente los ofi ciales políticos también distribuían chocolate y mandarinas a los camaradas desmoralizados. Uno de ellos, Izer Ayzenberg, del 38º cuerpo de fusileros, solía recorrer las trincheras con su “maletín de agitación”. Además de folletos y libros, contenía juegos como damas y dominós.La meta era que los soldados no se dejaran llevar más por el miedo, sino que usaran su conciencia polí-tica para superar la angustia.

Por ende, los comunistas veían como un signo de debilidad cuando los soldados alemanes capturados se describían a sí mismos como apolíticos. En su opinión, la verdadera voluntad de vencer solo podía darse en aquellos que creían que servían a un principio superior. Los comunistas veían al Ejército rojo política y moralmente más inquebrantable que la Wehrmacht.

Pero además de la agitación y la propaganda, fue principalmente el odio de los soldados soviéticos hacia los invasores lo que elevó su moral para luchar contra el 6º Ejército alemán, inicialmente superior. Es más, los alemanes encendieron el odio con su brutal ocupación. Ya con su entrada hacia el Volga, el 6º Ejército hizo su contribución al holocausto. Los civiles estaban aterrorizados.

“Uno ve a las muchachas jóvenes, a los niños, colgando de los árboles en el par-que”, dice el francotirador Vasily Zaytsev, y añade: “Eso tiene un tremendo impacto”.

El mayor Pyotr Zayonchovsky cuenta de una posición que los alemanes habían abandonado. Cuando llegó al lugar, descubrió el cuerpo de un camarada muerto “cuya piel y uñas de la mano derecha habían sido completamente arrancadas. Los ojos habían sido quemados y tenía una herida en su sien izquierda hecha por un pedazo de hierro al rojo vivo. La mitad derecha de su rostro había sido rociado con un líquido infl amable y encendido”.

INFIERNO EN AMBOS LADOSAntes de la guerra, muchos rusos habían admirado a los alemanes como una na-ción de cultura, y los respetaban por el talento de su ingeniería. Algunos de los entrevistadores dicen que quedaron impactados por los alemanes que encontraron durante la guerra.

El mayor Zayonchovsky describe la naturaleza de “los alemanes” de la siguiente manera: “La mentalidad de ladrón se ha vuelto como una segunda naturaleza, para ellos, tienen que robar —lo vayan a usar o no”—.

Un ofi cial en la agencia de inteligencia, que interrogó a prisioneros alemanes, expresó su sorpresa de que los ataques a civiles y los robos “se habían vuelto parte tan integral de la vida cotidiana de los soldados alemanes que los prisioneros de guerra nos contaban sobre esto sin ningún escrúpulo”.

De acuerdo al capitán Nikolay Aksyonov, uno podía sentir “cómo cada soldado y cada comandante estaba ansioso de matar tantos alemanes como fuera posible”.

El francotirador Anatoly Chechov recuerda en su entrevista cómo mató al primer alemán. “Me sentí terrible. Había matado a un ser humano. Pero entonces pen-sé en nuestra gente y comencé a dispararles sin piedad. Me volví un bárbaro, los mato. Los odio”. Al momento de la entrevista, él había matado a 40 alemanes —la mayor parte de ellos con un tiro en la cabeza.

Es de público conocimiento que Stalingrado fue un infi erno para los soldados de ambos lados. Pero gracias a estos testimonios, ahora tenemos una idea vívidamen-te clara de cómo era estar en el combate casa a casa y de nunca acabar para el cual los soldados no habían sido entrenados. Cómo las cenizas, el polvo y el humo les quitaron toda orientación. Cómo las detonaciones individuales fueron ahoga-das por el constante estrépito de la batalla. Cómo lucharon por días para tomar edifi cios, en los que en algunos casos los soviéticos se habían apostado en un piso, mientras los alemanes se habían atrincherado en otro.

“En estos combates callejeros, las granadas de mano, las ametralladoras, las ba-yonetas, los cuchillos y las espadas son usadas”, dice el teniente general Chuikov. “Ellos se enfrentan el uno al otro y se golpean. Los alemanes no pueden hacerlo”. Sin embargo, la Wehrmacht se las arregló al principio para tomar la ciudad, con excepción de una delgada franja junto al Volga.

Entonces el Ejército Rojo rodeó a los alemanes, quienes sólo eran capaces de recibir exiguas provisiones desde el aire. Los soldados alemanes sufrían de

hambre y no tenían uniformes abrigados para el amargo frío del invierno. El comandante Paulus exhortó a sus tropas a no rendirse: “Resistan, el Führer nos hará mierda”, era el eslogan del día. La Operación tormenta de invierno, que buscaba romper el cerco, terminó en un fracaso. El 6 de enero, el general soviético Konstantin Rokossovsky ofreció a Paulus una rendición honrosa. A las órdenes de Hitler, el comandante alemán rechazó la oferta.

Cuatro días más tarde, el Ejército rojo comenzó a avanzar y apre-tar el cerco sobre la ciudad. Después de 10 días, los alemanes esca-samente tenían algo de comida y municiones. Cuando Paulus y sus hombres se permitieron ser tomados prisioneros a fi nes de enero, en vez de cometer suicidio o luchar hasta morir, Hitler se enfureció.

“LA TIERRA RESPIRABA FUEGO”El precio también fue alto para los ganadores de la batalla. Vasily Zaytsev, por ejemplo —sin duda el mejor francotirador del Ejérci-to Rojo en Stalingrado— se adjudicó haber matado a 242 alema-

nes, pero hizo el siguiente comentario aleccionador: “Siempre lo recuerdas, y la memoria tiene un impacto poderoso”, dijo un año

después de la batalla. “Ahora, tengo los nervios de punta y constan-temente tiemblo”.

Su camarada Aksyonov añade: “Esos cinco meses en Stalingrado fueron el equivalente a cinco años de nuestras vidas”. Le parecía que “la tierra en Stalingrado respiró fuego por días”.

Estas son cosas que los comunistas simplemente no quieren es-cuchar respecto a la guerra. Un “informativo libro histórico escrito por los participantes en la batalla”, como abogaba el historiador Mints, nunca fue publicado. Durante las expulsiones antisemitas de Stalin, el propio Mints fue despojado de su cátedra, acusado de ser

un “cosmopolita sin raíces”. Fue sólo después de la muerte del dictador que fue rehabilitado. Él escondió los protocolos con las entrevistas.

Hellbeck, que los consiguió con sus colegas rusos, ya está planean-do lanzar el próximo volumen de entrevistas, esta vez enfocándose

en la ocupación militar alemana de la Unión Soviética. La edición rusa de Los Protocolos de Stalingrado será publicada en 2013. D

Fragmentos tomados de Der Spiegel.Traducción de Elisa Montesinos

REPORTAJE09|12|2012

rango, expresaran sus pensamientos, sentimientos y experiencias como modelo para otros, pero sin adornos.

En 1943, tres historiadores entrevistaron a más de 20 soldados soviéticos que estuvieron presentes cuando Paulus y sus hombres fueron capturados. Esta es la primera versión del evento desde la perspectiva de los soldados rasos.

Los investigadores realizaron entrevistas con un total de 215 combatientes en Stalingrado (…) Los testimonios son tan honestos que más tarde los comu-nistas sólo publicaron una pequeña parte de ellos. Después de 1945, los líderes soviéticos no estaban interesados en el impacto de batallas sangrientas, sino en glorifi car a los héroes épicos entre los que Stalin jugaba el rol principal. Los aproximadamente cinco mil protocolos compilados por la comisión de historia-dores desaparecieron en los archivos del Departamento de Historia en la Aca-demia Soviética de Ciencias. En 2001, el historiador alemán Jochen Hellbeck, que enseña en la Universidad de Rutgers en New Jersey, escuchó hablar de este tesoro. Siete años después, pudo conseguir más de 10 mil páginas en Moscú.

UNA NUEVA VERSIÓN DE LOS HECHOSHellbeck publica ahora Die Stalingrad-Protokolle (Los protocolos de Stalingrado), que consiste en entrevistas, incluyendo en algunos casos fotos de los soldados entrevistados, junto a la descripción del ambiente en que se hicieron las entre-vistas. A la luz de estos documentos, la historia de la Batalla de Stalingrado no tendría que ser rescrita, pero algunas visiones necesitan ser corregidas. Estos

palabra amistosa, lo acoge. Esto es de una importancia enorme”.En los momentos críticos, ocasionalmente los ofi ciales políticos

también distribuían chocolate y mandarinas a los camaradas desmoralizados. Uno de ellos, Izer Ayzenberg, del 38º cuerpo de fusileros, solía recorrer las trincheras con su “maletín de agitación”. Además de folletos y libros, contenía juegos como damas y dominós.La meta era que los soldados no se dejaran llevar más por el miedo, sino que usaran su conciencia polí-

“En estos combates callejeros, las granadas de mano, las ametralladoras, las ba-yonetas, los cuchillos y las espadas son usadas”, dice el teniente general Chuikov. “Ellos se enfrentan el uno al otro y se golpean. Los alemanes no pueden hacerlo”. Sin embargo, la Wehrmacht se las arregló al principio para tomar la ciudad, con excepción de una delgada franja junto al Volga.

Entonces el Ejército Rojo rodeó a los alemanes, quienes sólo eran capaces de recibir exiguas provisiones desde el aire. Los soldados alemanes sufrían de

hambre y no tenían uniformes abrigados para el amargo frío del invierno. El comandante Paulus exhortó a sus tropas a no rendirse: “Resistan, el Führer nos hará mierda”, era el eslogan del día. La Operación tormenta de invierno, que buscaba romper el cerco, terminó en un fracaso. El 6 de enero, el general soviético Konstantin Rokossovsky ofreció a Paulus una rendición honrosa. A las órdenes de Hitler, el comandante alemán rechazó la oferta.

Cuatro días más tarde, el Ejército rojo comenzó a avanzar y apre-tar el cerco sobre la ciudad. Después de 10 días, los alemanes esca-samente tenían algo de comida y municiones. Cuando Paulus y sus hombres se permitieron ser tomados prisioneros a fi nes de enero, en vez de cometer suicidio o luchar hasta morir, Hitler se enfureció.

“LA TIERRA RESPIRABA FUEGO”El precio también fue alto para los ganadores de la batalla. Vasily Zaytsev, por ejemplo —sin duda el mejor francotirador del Ejérci-to Rojo en Stalingrado— se adjudicó haber matado a 242 alema-

nes, pero hizo el siguiente comentario aleccionador: “Siempre lo recuerdas, y la memoria tiene un impacto poderoso”, dijo un año

después de la batalla. “Ahora, tengo los nervios de punta y constan-temente tiemblo”.

Su camarada Aksyonov añade: “Esos cinco meses en Stalingrado fueron el equivalente a cinco años de nuestras vidas”. Le parecía que “la tierra en Stalingrado respiró fuego por días”.

Estas son cosas que los comunistas simplemente no quieren es-cuchar respecto a la guerra. Un “informativo libro histórico escrito por los participantes en la batalla”, como abogaba el historiador Mints, nunca fue publicado. Durante las expulsiones antisemitas de Stalin, el propio Mints fue despojado de su cátedra, acusado de ser

un “cosmopolita sin raíces”. Fue sólo después de la muerte del dictador que fue rehabilitado. Él escondió los protocolos con las entrevistas.

Hellbeck, que los consiguió con sus colegas rusos, ya está planean-do lanzar el próximo volumen de entrevistas, esta vez enfocándose

en la ocupación militar alemana de la Unión Soviética. La edición rusa de Protocolos de Stalingrado

A 70 AÑOS, TESTIMONIOS INÉDITOS

Comandante en jefe Friedrich Paulus

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CRUZADA CONTRA EL HAMBRE

COLUMNA09|12|2012

| LA HORA DEL LOBO |POR FEDERICO CAMPBELL

DE LOS PUEBLOS NORTEÑOS NO FRONTERIZOS

Sacramento es un pueblo de mil habitantes; no hay hospital ni farmacias, sólo mejorales.

—Daniel Sada

A Daniel Sada no le gustaban las fronteras: “No me gusta que exista una línea y que te digan de aquí para allá no se puede pasar, no importa de qué lado estés”.

Ahora que se cumplió un año de que dejó de estar entre nosotros el mejor novelista mexicano de los últimos tiempos (se nos adelantó el 18 de noviembre del año pasado) hemos podido recordar algunas de las cosas que hablaba con los amigos o decía en entrevistas periodísticas.

Sí reconocía, sin embargo, que le gustaba mucho la excitación de la vida fronteriza. “En la frontera no tienes la sensación de que vas a permanecer, como que es un lugar de paso; no puedes sentar raíces y decir aquí me voy a establecer para toda la vida”. Sentía a la frontera como algo my ambiguo, como una vida muy convulsa, como de última hora. “Hay una sensación de catástrofe todo el tiempo, de que algo muy grueso va a pasar, muy grueso, va a explotar o van a matar gente, no sé, pierdes la paz interior”.

Estas palabras fueron recogidas en una de las entrevistas que se le hicieron: la que fi rma Raúl Silva en el año 2000 y que luego, en diciembre de 2011, fue rescatada por la revista Replicante.

La síntesis que Raúl Silva hace de la obra y la personalidad literaria de Sada es de las mejores que se han publicado: “Más allá del artifi cio, del manejo impecable del lenguaje, de sus construccio-nes poéticas que se abrían paso en un mar narrativo, Daniel Sada era un ser apasionado con espíritu festivo, en la vida y en su litera-tura. Barroco satírico, culterano popular, el habla de sus invenciones creó una realidad aparte, pero no a la manera de esos territorios como la Santa María de Onetti o el Comala de Rulfo, sino un sitio nómada, creado por atmósferas sonoras capaces de hacer ver”.

El mundo novelesco de su invención, esa realidad aparte que consigue el lenguaje verdaderamente creativo, no incluye a las poblaciones del confín. Empieza por decir que el norte empieza en Zacatecas, casi desde el centro hacia arriba: Saltillo, Torreón, Duran-go y Culiacán son lugares norteños no fronterizos. “No se relacionan con el centro; no pertenecen a lo que los antropólogos llaman el México profundo, que es el sur con las culturas indígenas”.

Decía Daniel que todo lo que se consigue aquí en el mercado (en el DF) no se lo podía imaginar en una ciudad norteña, la varie-dad de legumbres y de frutas. Todo queda demasiado lejos, son territorios muy grandes los del norte, muy deshabitados, muy despoblados. “La cultura norteña es una cultura del desierto, así es como la he vivido, un lugar donde todo se tiene que hacer o está por hacerse: si quiero agua tengo que hacer un pozo”.

La entrevista de Raúl Silva abunda también en frases y aso-ciaciones de ideas que encajan en lo que Javier Marías llama “pensamiento literario” y que reunidas como sentencias aisladas podrían conformar un libro de aforismos cuyo leit motiv sería el arte poética narrativa de este escritor.

A donde quiera que fuera Daniel Sada llevaba su Sacramento adentro. Era, el de su infancia, una aldea en ruinas en la que ni siquiera existía el atractivo de oír las campanas y en donde el panteón era más grande que el pueblo. D

http://oralesos.blogspot.com

[ARCHIVO]

[ARCHIVO]

REPORTAJE

0504

09|12|2012

por Víctor Ronquillo

L a Cruzada contra el Hambre anunciada como una de las primeras acciones del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto enfrenta el reto de atender con urgencia a 11 millones de personas que en el México del siglo XXI sufren de la carencia de lo más elemental:

alimentación para la subsistencia.Los datos son contundentes. De acuerdo a cifras del Consejo Na-

cional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 10.4 por ciento de la población de nuestro país padece de pobre-za extrema. Una pobreza multifactorial que los lleva a la extrema condición de sufrir hambre.

Los pobres entre los pobres se encuentran de manera prepon-derante en zonas rurales y la condición de miseria parece atávica a las personas de origen indígena en México. Hay lugares donde falta de todo: trabajo, salud, justicia… donde persiste el hambre pese a los 730 mil 581 millones de pesos gastados por el anterior gobierno en programas sociales. Sorprende que de esos progra-mas sólo cinco se enfocaran a abatir el rezago alimentario de forma directa, con una inversión de 67 mil millones 900 pesos.

De los municipios habitados por personas de origen indígena, 83 por ciento son clasifi cados como de alta o muy alta margina-ción. En los poblados y caseríos de esos municipios se cuenta con

En pobreza alimentaria 10.4 por ciento de los mexicanos, medio millón de familias rurales sin salario y un millón de pobres en el DF: urge remedio ya, dicen expertos

menos de 50 pesos diarios para la subsistencia y, en promedio, apenas se alcanzan cuatro años de escolaridad.

Pero la pobreza no sólo anida en las lejanías de Chiapas, Oaxaca o Guerrero. El mapa de la miseria se extiende también por las más importantes ciudades del país, por ejemplo el Distrito Federal. De acuerdo a datos de la Secretaría de Finazas del Gobierno del DF, en la Ciudad de México un millón de personas se encuentran en situación de pobreza. Más de la mitad de esas personas carecen de servicios de salud. Por lo menos 280 mil no disponen del servicio de agua entubada dentro de su vivienda y viven en condiciones de hacinamiento. Más de 250 mil personas de ese ejército de pobres carece de refrigerador y medio millón no dispone de lavadora. El mapa de la miseria alcanza en el DF las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón.

Una de las principales causas de que los recursos de los progra-mas destinados a abatir la pobreza (730 mil millones de pesos gas-tados por el gobierno federal en 273 programas sociales) no hayan generado mejores condiciones de vida es el clientelismo político.

El “Inventario de Programas y Acciones federales de desarrollo 20011”, elaborado por Coneval, asienta: “Varios programas pue-den resolver problemas concretos de la población, pero debido a que no siempre se cuenta con información clara y transparente sobre los resultados, habrá que analizar la posibilidad de un uso político de los mismos”.

EL CAMPO ABANDONADO; ALIMENTOS AL ALZATras de la penuria del hambre está el aumento de los precios de alimentos básicos. La canasta básica alimentaria incrementó su costo en 4.98 por ciento, mientras que la infl ación acumulada en los últimos meses ha crecido 1.38 por ciento, según el Coneval.

La importación de alimentos ante las condiciones de abandono en que se encuentra buena parte del agro mexicano ha generado un défi cit de dos mil millones de dólares en la balanza alimentaria. Estas compras externas generan dependencia económica y polí-tica. El 74 por ciento del comercio agroalimentario realizado en los últimos seis años, de acuerdo a información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se realizó con Estados Unidos.

El 30 de octubre se presentó el Sistema de Información de Co-mercio Exterior del Sector Agroalimentario, y en esta reunión Ernesto Fernández, entonces subsecretario de Alimentación y Competividad afi rmó: “Terminamos con un défi cit menor en comparación con años anteriores, esperamos que el ritmo de las exportaciones sea elevado, que las importaciones disminuyan y que en algún momento vuelvan a cruzarse esos indicadores para terminar con el défi cit”.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó un incremento de 4.77 por ciento en el precio de alimentos al con-sumidor en el pasado mes de septiembre, lo que representa el mayor incremento en su precio desde marzo de 2010. En los pro-ductos agropecuarios, así como en gas LP y en gasolinas, se dan los mayores aumentos de precio reportados en el sexenio.

En el Análisis Mensual de Productos Básicos se precisa también el incremento anual sufrido por productos agropecuarios, el que alcanzó un alza en promedio de 17. 7 por ciento. El incremento en algunos productos en los últimos 12 meses expone claramente las condiciones de lo que puede considerarse al mercado de la sub-sistencia con productos ya inalcanzables para muchos mexicanos. El costo del huevo se incrementó en 40.1 por ciento, el de pollo 13.40 por ciento, la carne de res tuvo un alza en su precio 16.55 por ciento, la de cerdo de 9.55 por ciento y el pescado incrementó en 11.73 por ciento su precio de venta al público.

El problema del campo es estructural. De acuerdo a datos del INEGI, 3.3 millones de lo que pueden considerarse unidades de producción agrícola en el país, son minifundistas que cultivan en extensiones de cinco hectáreas o menos. El sistema de produc-ción es en pequeña escala y con base a la organización familiar del trabajo. Cinco millones de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios hacen por la vida en el campo mexicano. La pobreza es una cruda realidad para ellos y sus familias. Medio millón de hogares campesinos sobreviven con menos de un salario mínimo, pues cultivan pequeñas extensiones de tierra y todas de temporal.

El campo se encuentra entonces en la ruina, y para constatar-lo hay datos de sobra: la superfi cie sembrada de maíz diminuyó un millón de hectáreas en un lapso de poco menos de 10 años, de 1997 a 2008. Y a lo largo de los primeros cuatro años del gobierno que recién fi nalizó se importaron anualmente 20 mil millones de dólares de alimentos para suplir las carencias de la producción nacional.

DESEMPLEO Y PRECARIEDADOtra de las causas de la multiplicación del hambre y la proliferación de la pobreza es el creciente desempleo. Cuatro de cada 10 mexi-canos en edad laboral sufren la carencia de un empleo regular. Esta dramática cifra se mantiene desde 2007, de acuerdo a la En-cuesta Nacional de Trayectorias Laborales elaborada por el INEGI.

Además, de aquellos que cuentan con empleo, 10 por ciento gana menos de un salario mínimo al día y 64.5 por ciento percibe tres minisalarios, lo que está muy lejos de cubrir las necesidades básicas de una familia. En cuanto a los 48 millones de mexicanos que cuentan con empleo, poco más de 14 millones lo tienen porque laboran en el sector informal.

Otra condición que defi ne a la pobreza en nuestro país, expresión de problemas de fondo como la crisis del empleo y la falta de oportunidades, es la desigualdad. Mientras la economía de México es catalogada entre las primeras 20 en el mundo, ocupa el lugar 58 en cuanto a la distribución por ingreso, de acuerdo a un estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional.

Información proveniente de los reportes de Desarro-llo Humano de la ONU indican que México ocupa el lugar 103 de 126 países estudiados en cuanto a la brecha de ingresos: en 10 por ciento de los hogares mexicanos se concentra el 39 por ciento de los ingresos. La desigualdad en nuestro país es similar a la que existe en países centroamericanos como Honduras y El Salvador, o en países africanos como Nigeria.

La información incluida en el más reciente Índice de Desarro-llo Humano en México, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) no es alentadora. “Entre 2008 y 2010 se amplió la brecha en el Índice de Desarrollo Humano”.

Las desigualdades entre población rural y urbana, entre hom-bres y mujeres, entre indígenas y no indígenas, no sólo se ha mantenido, sino que en el caso de apartadas comunidades de estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, se ha incrementado. D

DESIGUALDADDatos conservadores de Coneval señalan que por lo menos 500 mil hogares en el país no fueron atendidos por el Programa Opor-tunidades (principal esquema de los gobiernos panistas, para la atención de la pobreza), por ubi-carse en zonas aisladas, donde la atención tendría que haber sido urgente e imprescindible.

CRUZADA CONTRA

REPORTAJE09|12|2012

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CRUZADA CONTRA EL HAMBRE

COLUMNA09|12|2012

| LA HORA DEL LOBO |POR FEDERICO CAMPBELL

DE LOS PUEBLOS NORTEÑOS NO FRONTERIZOS

Sacramento es un pueblo de mil habitantes; no hay hospital ni farmacias, sólo mejorales.

—Daniel Sada

A Daniel Sada no le gustaban las fronteras: “No me gusta que exista una línea y que te digan de aquí para allá no se puede pasar, no importa de qué lado estés”.

Ahora que se cumplió un año de que dejó de estar entre nosotros el mejor novelista mexicano de los últimos tiempos (se nos adelantó el 18 de noviembre del año pasado) hemos podido recordar algunas de las cosas que hablaba con los amigos o decía en entrevistas periodísticas.

Sí reconocía, sin embargo, que le gustaba mucho la excitación de la vida fronteriza. “En la frontera no tienes la sensación de que vas a permanecer, como que es un lugar de paso; no puedes sentar raíces y decir aquí me voy a establecer para toda la vida”. Sentía a la frontera como algo my ambiguo, como una vida muy convulsa, como de última hora. “Hay una sensación de catástrofe todo el tiempo, de que algo muy grueso va a pasar, muy grueso, va a explotar o van a matar gente, no sé, pierdes la paz interior”.

Estas palabras fueron recogidas en una de las entrevistas que se le hicieron: la que fi rma Raúl Silva en el año 2000 y que luego, en diciembre de 2011, fue rescatada por la revista Replicante.

La síntesis que Raúl Silva hace de la obra y la personalidad literaria de Sada es de las mejores que se han publicado: “Más allá del artifi cio, del manejo impecable del lenguaje, de sus construccio-nes poéticas que se abrían paso en un mar narrativo, Daniel Sada era un ser apasionado con espíritu festivo, en la vida y en su litera-tura. Barroco satírico, culterano popular, el habla de sus invenciones creó una realidad aparte, pero no a la manera de esos territorios como la Santa María de Onetti o el Comala de Rulfo, sino un sitio nómada, creado por atmósferas sonoras capaces de hacer ver”.

El mundo novelesco de su invención, esa realidad aparte que consigue el lenguaje verdaderamente creativo, no incluye a las poblaciones del confín. Empieza por decir que el norte empieza en Zacatecas, casi desde el centro hacia arriba: Saltillo, Torreón, Duran-go y Culiacán son lugares norteños no fronterizos. “No se relacionan con el centro; no pertenecen a lo que los antropólogos llaman el México profundo, que es el sur con las culturas indígenas”.

Decía Daniel que todo lo que se consigue aquí en el mercado (en el DF) no se lo podía imaginar en una ciudad norteña, la varie-dad de legumbres y de frutas. Todo queda demasiado lejos, son territorios muy grandes los del norte, muy deshabitados, muy despoblados. “La cultura norteña es una cultura del desierto, así es como la he vivido, un lugar donde todo se tiene que hacer o está por hacerse: si quiero agua tengo que hacer un pozo”.

La entrevista de Raúl Silva abunda también en frases y aso-ciaciones de ideas que encajan en lo que Javier Marías llama “pensamiento literario” y que reunidas como sentencias aisladas podrían conformar un libro de aforismos cuyo leit motiv sería el arte poética narrativa de este escritor.

A donde quiera que fuera Daniel Sada llevaba su Sacramento adentro. Era, el de su infancia, una aldea en ruinas en la que ni siquiera existía el atractivo de oír las campanas y en donde el panteón era más grande que el pueblo. D

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REPORTAJE

0504

09|12|2012

por Víctor Ronquillo

L a Cruzada contra el Hambre anunciada como una de las primeras acciones del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto enfrenta el reto de atender con urgencia a 11 millones de personas que en el México del siglo XXI sufren de la carencia de lo más elemental:

alimentación para la subsistencia.Los datos son contundentes. De acuerdo a cifras del Consejo Na-

cional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 10.4 por ciento de la población de nuestro país padece de pobre-za extrema. Una pobreza multifactorial que los lleva a la extrema condición de sufrir hambre.

Los pobres entre los pobres se encuentran de manera prepon-derante en zonas rurales y la condición de miseria parece atávica a las personas de origen indígena en México. Hay lugares donde falta de todo: trabajo, salud, justicia… donde persiste el hambre pese a los 730 mil 581 millones de pesos gastados por el anterior gobierno en programas sociales. Sorprende que de esos progra-mas sólo cinco se enfocaran a abatir el rezago alimentario de forma directa, con una inversión de 67 mil millones 900 pesos.

De los municipios habitados por personas de origen indígena, 83 por ciento son clasifi cados como de alta o muy alta margina-ción. En los poblados y caseríos de esos municipios se cuenta con

En pobreza alimentaria 10.4 por ciento de los mexicanos, medio millón de familias rurales sin salario y un millón de pobres en el DF: urge remedio ya, dicen expertos

menos de 50 pesos diarios para la subsistencia y, en promedio, apenas se alcanzan cuatro años de escolaridad.

Pero la pobreza no sólo anida en las lejanías de Chiapas, Oaxaca o Guerrero. El mapa de la miseria se extiende también por las más importantes ciudades del país, por ejemplo el Distrito Federal. De acuerdo a datos de la Secretaría de Finazas del Gobierno del DF, en la Ciudad de México un millón de personas se encuentran en situación de pobreza. Más de la mitad de esas personas carecen de servicios de salud. Por lo menos 280 mil no disponen del servicio de agua entubada dentro de su vivienda y viven en condiciones de hacinamiento. Más de 250 mil personas de ese ejército de pobres carece de refrigerador y medio millón no dispone de lavadora. El mapa de la miseria alcanza en el DF las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón.

Una de las principales causas de que los recursos de los progra-mas destinados a abatir la pobreza (730 mil millones de pesos gas-tados por el gobierno federal en 273 programas sociales) no hayan generado mejores condiciones de vida es el clientelismo político.

El “Inventario de Programas y Acciones federales de desarrollo 20011”, elaborado por Coneval, asienta: “Varios programas pue-den resolver problemas concretos de la población, pero debido a que no siempre se cuenta con información clara y transparente sobre los resultados, habrá que analizar la posibilidad de un uso político de los mismos”.

EL CAMPO ABANDONADO; ALIMENTOS AL ALZATras de la penuria del hambre está el aumento de los precios de alimentos básicos. La canasta básica alimentaria incrementó su costo en 4.98 por ciento, mientras que la infl ación acumulada en los últimos meses ha crecido 1.38 por ciento, según el Coneval.

La importación de alimentos ante las condiciones de abandono en que se encuentra buena parte del agro mexicano ha generado un défi cit de dos mil millones de dólares en la balanza alimentaria. Estas compras externas generan dependencia económica y polí-tica. El 74 por ciento del comercio agroalimentario realizado en los últimos seis años, de acuerdo a información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se realizó con Estados Unidos.

El 30 de octubre se presentó el Sistema de Información de Co-mercio Exterior del Sector Agroalimentario, y en esta reunión Ernesto Fernández, entonces subsecretario de Alimentación y Competividad afi rmó: “Terminamos con un défi cit menor en comparación con años anteriores, esperamos que el ritmo de las exportaciones sea elevado, que las importaciones disminuyan y que en algún momento vuelvan a cruzarse esos indicadores para terminar con el défi cit”.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó un incremento de 4.77 por ciento en el precio de alimentos al con-sumidor en el pasado mes de septiembre, lo que representa el mayor incremento en su precio desde marzo de 2010. En los pro-ductos agropecuarios, así como en gas LP y en gasolinas, se dan los mayores aumentos de precio reportados en el sexenio.

En el Análisis Mensual de Productos Básicos se precisa también el incremento anual sufrido por productos agropecuarios, el que alcanzó un alza en promedio de 17. 7 por ciento. El incremento en algunos productos en los últimos 12 meses expone claramente las condiciones de lo que puede considerarse al mercado de la sub-sistencia con productos ya inalcanzables para muchos mexicanos. El costo del huevo se incrementó en 40.1 por ciento, el de pollo 13.40 por ciento, la carne de res tuvo un alza en su precio 16.55 por ciento, la de cerdo de 9.55 por ciento y el pescado incrementó en 11.73 por ciento su precio de venta al público.

El problema del campo es estructural. De acuerdo a datos del INEGI, 3.3 millones de lo que pueden considerarse unidades de producción agrícola en el país, son minifundistas que cultivan en extensiones de cinco hectáreas o menos. El sistema de produc-ción es en pequeña escala y con base a la organización familiar del trabajo. Cinco millones de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios hacen por la vida en el campo mexicano. La pobreza es una cruda realidad para ellos y sus familias. Medio millón de hogares campesinos sobreviven con menos de un salario mínimo, pues cultivan pequeñas extensiones de tierra y todas de temporal.

El campo se encuentra entonces en la ruina, y para constatar-lo hay datos de sobra: la superfi cie sembrada de maíz diminuyó un millón de hectáreas en un lapso de poco menos de 10 años, de 1997 a 2008. Y a lo largo de los primeros cuatro años del gobierno que recién fi nalizó se importaron anualmente 20 mil millones de dólares de alimentos para suplir las carencias de la producción nacional.

DESEMPLEO Y PRECARIEDADOtra de las causas de la multiplicación del hambre y la proliferación de la pobreza es el creciente desempleo. Cuatro de cada 10 mexi-canos en edad laboral sufren la carencia de un empleo regular. Esta dramática cifra se mantiene desde 2007, de acuerdo a la En-cuesta Nacional de Trayectorias Laborales elaborada por el INEGI.

Además, de aquellos que cuentan con empleo, 10 por ciento gana menos de un salario mínimo al día y 64.5 por ciento percibe tres minisalarios, lo que está muy lejos de cubrir las necesidades básicas de una familia. En cuanto a los 48 millones de mexicanos que cuentan con empleo, poco más de 14 millones lo tienen porque laboran en el sector informal.

Otra condición que defi ne a la pobreza en nuestro país, expresión de problemas de fondo como la crisis del empleo y la falta de oportunidades, es la desigualdad. Mientras la economía de México es catalogada entre las primeras 20 en el mundo, ocupa el lugar 58 en cuanto a la distribución por ingreso, de acuerdo a un estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional.

Información proveniente de los reportes de Desarro-llo Humano de la ONU indican que México ocupa el lugar 103 de 126 países estudiados en cuanto a la brecha de ingresos: en 10 por ciento de los hogares mexicanos se concentra el 39 por ciento de los ingresos. La desigualdad en nuestro país es similar a la que existe en países centroamericanos como Honduras y El Salvador, o en países africanos como Nigeria.

La información incluida en el más reciente Índice de Desarro-llo Humano en México, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) no es alentadora. “Entre 2008 y 2010 se amplió la brecha en el Índice de Desarrollo Humano”.

Las desigualdades entre población rural y urbana, entre hom-bres y mujeres, entre indígenas y no indígenas, no sólo se ha mantenido, sino que en el caso de apartadas comunidades de estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, se ha incrementado. D

DESIGUALDADDatos conservadores de Coneval señalan que por lo menos 500 mil hogares en el país no fueron atendidos por el Programa Opor-tunidades (principal esquema de los gobiernos panistas, para la atención de la pobreza), por ubi-carse en zonas aisladas, donde la atención tendría que haber sido urgente e imprescindible.

CRUZADA CONTRA

REPORTAJE09|12|2012

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[CORTESÍA]

TLATELOLCO, VERANO DEL 68

Ricardo Kleinbaum (Ciudad de México, 1976) graba actualmen-te la telenovela Porque el amor manda, del productor Juan Osorio, y la serie Los héroes del norte, del productor Gustavo Loza, para Canal 5, así como la serie Paramédicos, dirigida por Alejandro Lozano, para Canal Once.

Ha trabajado en películas como Morirse está en hebreo, Así del precipicio, Todo el poder, No eres tú, soy yo y La otra familia.

Como productor se ha asociado con Matthias Ehrenberg (a través de la casa productor Río Negro/ Barracuda) para llevar a la pantalla grande la versión en inglés de la conmovedora y divertida cinta argentina Elsa y Fred.

Actualmente forma parte del ju-rado de la sección "Cortos Filmados con Celulares" del Festival de Cine de Morelia.

ESTOY LIGADO DE ALGUNA

U OTRA MANERA CON

GENTE QUE ESTUVO EN EL

MOVIMIENTO DEL 68 O

QUE LO HA ESTUDIADO

El actor encabeza la nueva cinta de Carlos Bolado, para la cual investigó a fondo la vida del ex presidente y, sin justifi carlo, lo protagoniza como un hombre forzado a

circunstancias extremas: “Me tocó interpretar al malo”, dice

RICARDO KLEINBAUM,EL OTRO ECHEVERRÍA

0706

ENTREVISTA09|12|2012

por José Manuel Valiñas

L uego de participar en proyectos como No eres tú, soy yo, La otra familia y, más recientemente, Colosio: el asesi-nato, el actor, empresario y productor Ricardo Kleinbaum da vida en la pantalla nada menos que a Luis Echeverría Álvarez. Tlatelolco, verano del 68 es la nueva propuesta

de Carlos Bolado, quien previamente había hecho un documental sobre los sucesos del 2 de octubre titulado precisamente 1968. Ahora toma como punto de partida la trama histórica para tejer una historia de amor enmarcada en aquel despertar de la conciencia ciudadana, que culminó de manera sangrienta en la Plaza de las Tres Culturas.

A primera vista Kleinbaum nos parece un muy improbable Echeverría, pero el mismo actor se encarga de relatarnos cómo fue su caracterización y, sobre todo, el reto de interpretar a un personaje tan cuestionado.

¿CÓMO FUE REPRESENTAR A LUIS ECHEVERRÍA?Cuando te enfrentas a un personaje como éste es muy fácil irse por el lado de la caricatura. Por eso para mí era más importante enten-der al ser humano. Así que me puse a investigar cómo era antes de ser secretario de Gobernación, antes de tener la ambición de llegar a ser Presidente, entendiendo que en ese entonces los presidentes de México concentraban un poder desproporcionado.

¿Y CÓMO LE HICISTE?Documentándome. Me ocupé de conocer su carrera, sus relaciones con López Portillo cuando estudiaron en la primaria Benito Juárez de la colonia Roma, los viajes que hicieron conociendo el país. Leí muchos libros al respecto. Entre otras cosas, leí los ensayos que es-cribió Salvador Novo sobre los sexenios de Echeverría y Díaz Ordaz. Trataba de leer todo lo que tuviera que ver con la época, no solo lo concerniente al movimiento de 68. Y lo que encontré fue algo que se conoce poco. Cuando te documentas así, cuando vas a fondo de los sucesos históricos de una época determinada, te encuentras también cosas muy positivas, pero el problema es que ahora todo lo vemos en blanco y negro, y eso es una reducción de la realidad. Por ejemplo, lo que hizo Echeverría por la industria de los hidrocarburos fue algo muy importante, algo muy positivo para el país. Pero como tomó también malas decisiones, eso está en el olvido. Otro ejemplo: a pesar del poder que tenía, nunca fue un mujeriego. Para él su familia y su mujer estaban primero. Muchos recuerdan sus fi estas con agüita de jamaica y todo ese folclor que llegó a imponer.

ADEMÁS TENÍA UNA PARTE INTELECTUAL, TANTO ÉL COMO LÓPEZ PORTILLO…Durante su sexenio se dio un renacimiento del cine mexicano, por ejemplo. Y se llevaba a los intelectuales a sus giras por todo el mundo. Otra de las cosas curiosas es que Echeverría tuvo en su ga-binete a 11 líderes del Consejo General de Huelga del movimiento del 68, algo de lo que no se habla mucho.

¿LOS COMPRÓ?No sé si los compró. Llámale culpa, ambición o control, pero tam-bién es cierto que le subió el presupuesto a la UNAM en mil por ciento. Todo ese tipo de cosas se pierden con el juicio de la historia.

CIERTO, PERO ES EL MISMO PERSONAJE DEL 68 Y LUEGO DEL HALCONAZO, EN 1971: INSISTO EN QUE ESTÁS REPRESENTANDO A UN PERSONAJE DIFÍCIL…Pues sí, me tocó interpretar al malo. Pero como actor tú tienes la consigna de justifi car las acciones de tu personaje, así seas el antagonista, así seas el que concentra todas esas fuerzas oscuras. Si no lo haces así, acabas por presentar una caricatura: “ñaca-ñaca, qué malo soy”. Entonces tu personaje pierde perspectiva y profundidad, y se convierte en ese villano de “vamos a matarlos a todos”. Yo veo a Echeverría como un hombre puesto en unas circunstancias extremas, en un contexto determinado, muy par-ticular, tomando decisiones. Todos los países del mundo se han manchado las manos de sangre en algún momento de su historia. En este caso le tocó a ese señor. Lo tengo que simplifi car de esa manera para poderlo digerir e interpretar.

ESO NO QUIERE DECIR JUSTIFICARLO…No, para nada. Yo como actor y como persona he estado siempre cerca del tema del 68. Mi papá estudiaba en el Politécnico y estuvo en las marchas. Ahora estoy haciendo una telenovela de Jorge Fons, quien dirigió Rojo amanecer, y estuve en otra, Corazón salvaje, con María Rojo. Así que estoy ligado de alguna u otra manera con gente que estuvo en el movimiento o que lo ha estudiado o interpretado. He tenido así la oportunidad de alimentarme por todos lados del conocimiento de lo que pasó en ese entonces.

LA PELÍCULA TERMINA CON EL ÚLTIMO INFORME DE GOBIERNO DE DÍAZ ORDAZ, DICIENDO QUE ASUME TODA LA RESPONSABILIDAD DE LO SUCEDIDO EL 2 DE OCTUBRE.Eso es justo para expiar de culpas a Echeverría, quien iba a ser, por su designación directa, como se usaba antes, el siguiente Presidente. Luego vino el halconazo. Es la historia del país. Y este señor va car-gando con las decisiones que tomó, y esas decisiones lo convierten en la persona que es, obligado a vivir en un bajo perfi l durante tantos

años, sin poder dar la cara abiertamente. Además de que tiene que enfrentar el juicio de la Historia…

VOLVIENDO A LA PELÍCULA, SE TRATA BÁSICAMENTE DE UNA HISTORIA DE AMOR.Digamos que no está enfocada en la tragedia estudiantil, sino en la tragedia del amor. A mí me parece que es un gran trabajo de Car-los Bolado, con un guión muy atractivo, excelente música y una muy buena adaptación de época. Eso sí, es una película comercial, que cumple con el objetivo de entretener. Si de ahí los chavos (pues hay muchos jóvenes en México que no conocen esa parte de la historia) quieren saber más sobre el movimiento, cuál era el pliego petitorio de los estudiantes, qué es lo que en realidad querían y qué consiguie-ron, pueden acercarse al documental del mismo director, en donde sí abunda en los sucesos históricos. Ojalá lo hagan, pues, como dice la frase, pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla.

¿LA ADAPTACIÓN DE ÉPOCA FUE TAMBIÉN UN RETO, CON LOS PRESUPUESTOS QUE HAY EN MÉXICO PARA HACER CINE?No necesariamente una película de época tiene que ser más cara. El look se ve muy bien: los coches, el vestuario, los peinados, las re-laciones de las familias, porque hoy en día nos relacionamos muy diferente. Piensa por ejemplo en los padres y los hijos, la brecha ge-neracional: el control que tenía un patriarca en su casa, lo sumisa que era la esposa y los hijos, y cómo se rebelaron estos.

AHORA ACABAN DE ANUNCIAR LA NUEVA SUPERSECRETARÍA DE GOBERNACIÓN, QUE VOLVERÁ A TENER ATRIBUCIONES POLICIACAS, Y SURGIERON DUDAS DE SI ÉSTA VOLVERÁ A PERSEGUIR OPOSITORES…La sociedad ha cambiado mucho, la gente ya tomó un empode-ramiento diferente y es muy difícil que vuelva a pasar algo así. Simplemente mira las redes sociales y cómo se han convertido en una vía para la participación ciudadana. Eso no había en aquel entonces. Antes el gobierno manejaba toda la información, y eso le daba todo el poder. Ahora la gente maneja la información.

¿EN QUÉ OTROS PROYECTOS ESTÁS TRABAJANDO?El más importante es el que tengo como productor, junto con mis socios: el remake de la película argentina Elsa y Fred para el mercado estadunidense. En este mes iniciamos el rodaje en Nueva Orleans y en Roma. Contratamos a Ed Saxon, quien produjo Filadelfi a, El silen-cio de los inocentes y Adaptation, entre otras películas.

ES LANZARSE A LAS LIGAS MAYORES, CON RIESGOS IMPORTANTES.Cuando traes un producto como Elsa y Fred, con los resultados que tuvo esa película, es más fácil encontrar gente interesada. Tener gente conocida también ayuda. Los actores de la cinta son Christopher Plummer y Shirley MacLaine, y el director es Michael Radford, quien dirigió Il Postino. Cuando ves una película como Marigold, que costó siete millones de dólares y recaudó 200 millo-nes, ves que hay posibilidades cuando un proyecto tiene todos los elementos que gustan en la taquilla de Estados Unidos.

Ahora, es cierto que es un negocio muy arriesgado. Hay una fra-se que dice There’s no business like show business. El negocio de los productores es producir las películas, el de los distribuidores, distribuirlas; el de los exhibidores, exhibirlas, pero nadie entiende bien a bien de qué se trata. Es muy difícil el esquema de recupera-ción. Para que los inversionistas recuperan su dinero debe pasar mucho tiempo y muchos factores. Es un negocio no sólo riesgoso, sino completamente inestable… y, sin embargo, se sigue haciendo. Y es lo mismo en todo el mundo: no creas que en Hollywood es distinto. Y aquí seguimos, haciendo cine, a pesar de todo. D

da vida en la pantalla nada menos que a Luis Echeverría es la nueva propuesta

de Carlos Bolado, quien previamente había hecho un documental . Ahora

toma como punto de partida la trama histórica para tejer una historia de amor enmarcada en aquel despertar de la conciencia ciudadana, que culminó de manera sangrienta en la Plaza de las Tres Culturas.

A primera vista Kleinbaum nos parece un muy improbable Echeverría, pero el mismo actor se encarga de relatarnos cómo fue su caracterización y, sobre todo, el reto de interpretar a un

Cuando te enfrentas a un personaje como éste es muy fácil irse por el lado de la caricatura. Por eso para mí era más importante enten-der al ser humano. Así que me puse a investigar cómo era antes de ser secretario de Gobernación, antes de tener la ambición de llegar a ser Presidente, entendiendo que en ese entonces los presidentes

años, sin poder dar la cara abiertamente. Además de que tiene que

09|12|2012ENTREVISTA

Kleinbaum como Echeverría y Roberto Sosa como Díaz Ordaz

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[CORTESÍA]

TLATELOLCO, VERANO DEL 68

Ricardo Kleinbaum (Ciudad de México, 1976) graba actualmen-te la telenovela Porque el amor manda, del productor Juan Osorio, y la serie Los héroes del norte, del productor Gustavo Loza, para Canal 5, así como la serie Paramédicos, dirigida por Alejandro Lozano, para Canal Once.

Ha trabajado en películas como Morirse está en hebreo, Así del precipicio, Todo el poder, No eres tú, soy yo y La otra familia.

Como productor se ha asociado con Matthias Ehrenberg (a través de la casa productor Río Negro/ Barracuda) para llevar a la pantalla grande la versión en inglés de la conmovedora y divertida cinta argentina Elsa y Fred.

Actualmente forma parte del ju-rado de la sección "Cortos Filmados con Celulares" del Festival de Cine de Morelia.

ESTOY LIGADO DE ALGUNA

U OTRA MANERA CON

GENTE QUE ESTUVO EN EL

MOVIMIENTO DEL 68 O

QUE LO HA ESTUDIADO

El actor encabeza la nueva cinta de Carlos Bolado, para la cual investigó a fondo la vida del ex presidente y, sin justifi carlo, lo protagoniza como un hombre forzado a

circunstancias extremas: “Me tocó interpretar al malo”, dice

RICARDO KLEINBAUM,EL OTRO ECHEVERRÍA

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ENTREVISTA09|12|2012

por José Manuel Valiñas

L uego de participar en proyectos como No eres tú, soy yo, La otra familia y, más recientemente, Colosio: el asesi-nato, el actor, empresario y productor Ricardo Kleinbaum da vida en la pantalla nada menos que a Luis Echeverría Álvarez. Tlatelolco, verano del 68 es la nueva propuesta

de Carlos Bolado, quien previamente había hecho un documental sobre los sucesos del 2 de octubre titulado precisamente 1968. Ahora toma como punto de partida la trama histórica para tejer una historia de amor enmarcada en aquel despertar de la conciencia ciudadana, que culminó de manera sangrienta en la Plaza de las Tres Culturas.

A primera vista Kleinbaum nos parece un muy improbable Echeverría, pero el mismo actor se encarga de relatarnos cómo fue su caracterización y, sobre todo, el reto de interpretar a un personaje tan cuestionado.

¿CÓMO FUE REPRESENTAR A LUIS ECHEVERRÍA?Cuando te enfrentas a un personaje como éste es muy fácil irse por el lado de la caricatura. Por eso para mí era más importante enten-der al ser humano. Así que me puse a investigar cómo era antes de ser secretario de Gobernación, antes de tener la ambición de llegar a ser Presidente, entendiendo que en ese entonces los presidentes de México concentraban un poder desproporcionado.

¿Y CÓMO LE HICISTE?Documentándome. Me ocupé de conocer su carrera, sus relaciones con López Portillo cuando estudiaron en la primaria Benito Juárez de la colonia Roma, los viajes que hicieron conociendo el país. Leí muchos libros al respecto. Entre otras cosas, leí los ensayos que es-cribió Salvador Novo sobre los sexenios de Echeverría y Díaz Ordaz. Trataba de leer todo lo que tuviera que ver con la época, no solo lo concerniente al movimiento de 68. Y lo que encontré fue algo que se conoce poco. Cuando te documentas así, cuando vas a fondo de los sucesos históricos de una época determinada, te encuentras también cosas muy positivas, pero el problema es que ahora todo lo vemos en blanco y negro, y eso es una reducción de la realidad. Por ejemplo, lo que hizo Echeverría por la industria de los hidrocarburos fue algo muy importante, algo muy positivo para el país. Pero como tomó también malas decisiones, eso está en el olvido. Otro ejemplo: a pesar del poder que tenía, nunca fue un mujeriego. Para él su familia y su mujer estaban primero. Muchos recuerdan sus fi estas con agüita de jamaica y todo ese folclor que llegó a imponer.

ADEMÁS TENÍA UNA PARTE INTELECTUAL, TANTO ÉL COMO LÓPEZ PORTILLO…Durante su sexenio se dio un renacimiento del cine mexicano, por ejemplo. Y se llevaba a los intelectuales a sus giras por todo el mundo. Otra de las cosas curiosas es que Echeverría tuvo en su ga-binete a 11 líderes del Consejo General de Huelga del movimiento del 68, algo de lo que no se habla mucho.

¿LOS COMPRÓ?No sé si los compró. Llámale culpa, ambición o control, pero tam-bién es cierto que le subió el presupuesto a la UNAM en mil por ciento. Todo ese tipo de cosas se pierden con el juicio de la historia.

CIERTO, PERO ES EL MISMO PERSONAJE DEL 68 Y LUEGO DEL HALCONAZO, EN 1971: INSISTO EN QUE ESTÁS REPRESENTANDO A UN PERSONAJE DIFÍCIL…Pues sí, me tocó interpretar al malo. Pero como actor tú tienes la consigna de justifi car las acciones de tu personaje, así seas el antagonista, así seas el que concentra todas esas fuerzas oscuras. Si no lo haces así, acabas por presentar una caricatura: “ñaca-ñaca, qué malo soy”. Entonces tu personaje pierde perspectiva y profundidad, y se convierte en ese villano de “vamos a matarlos a todos”. Yo veo a Echeverría como un hombre puesto en unas circunstancias extremas, en un contexto determinado, muy par-ticular, tomando decisiones. Todos los países del mundo se han manchado las manos de sangre en algún momento de su historia. En este caso le tocó a ese señor. Lo tengo que simplifi car de esa manera para poderlo digerir e interpretar.

ESO NO QUIERE DECIR JUSTIFICARLO…No, para nada. Yo como actor y como persona he estado siempre cerca del tema del 68. Mi papá estudiaba en el Politécnico y estuvo en las marchas. Ahora estoy haciendo una telenovela de Jorge Fons, quien dirigió Rojo amanecer, y estuve en otra, Corazón salvaje, con María Rojo. Así que estoy ligado de alguna u otra manera con gente que estuvo en el movimiento o que lo ha estudiado o interpretado. He tenido así la oportunidad de alimentarme por todos lados del conocimiento de lo que pasó en ese entonces.

LA PELÍCULA TERMINA CON EL ÚLTIMO INFORME DE GOBIERNO DE DÍAZ ORDAZ, DICIENDO QUE ASUME TODA LA RESPONSABILIDAD DE LO SUCEDIDO EL 2 DE OCTUBRE.Eso es justo para expiar de culpas a Echeverría, quien iba a ser, por su designación directa, como se usaba antes, el siguiente Presidente. Luego vino el halconazo. Es la historia del país. Y este señor va car-gando con las decisiones que tomó, y esas decisiones lo convierten en la persona que es, obligado a vivir en un bajo perfi l durante tantos

años, sin poder dar la cara abiertamente. Además de que tiene que enfrentar el juicio de la Historia…

VOLVIENDO A LA PELÍCULA, SE TRATA BÁSICAMENTE DE UNA HISTORIA DE AMOR.Digamos que no está enfocada en la tragedia estudiantil, sino en la tragedia del amor. A mí me parece que es un gran trabajo de Car-los Bolado, con un guión muy atractivo, excelente música y una muy buena adaptación de época. Eso sí, es una película comercial, que cumple con el objetivo de entretener. Si de ahí los chavos (pues hay muchos jóvenes en México que no conocen esa parte de la historia) quieren saber más sobre el movimiento, cuál era el pliego petitorio de los estudiantes, qué es lo que en realidad querían y qué consiguie-ron, pueden acercarse al documental del mismo director, en donde sí abunda en los sucesos históricos. Ojalá lo hagan, pues, como dice la frase, pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla.

¿LA ADAPTACIÓN DE ÉPOCA FUE TAMBIÉN UN RETO, CON LOS PRESUPUESTOS QUE HAY EN MÉXICO PARA HACER CINE?No necesariamente una película de época tiene que ser más cara. El look se ve muy bien: los coches, el vestuario, los peinados, las re-laciones de las familias, porque hoy en día nos relacionamos muy diferente. Piensa por ejemplo en los padres y los hijos, la brecha ge-neracional: el control que tenía un patriarca en su casa, lo sumisa que era la esposa y los hijos, y cómo se rebelaron estos.

AHORA ACABAN DE ANUNCIAR LA NUEVA SUPERSECRETARÍA DE GOBERNACIÓN, QUE VOLVERÁ A TENER ATRIBUCIONES POLICIACAS, Y SURGIERON DUDAS DE SI ÉSTA VOLVERÁ A PERSEGUIR OPOSITORES…La sociedad ha cambiado mucho, la gente ya tomó un empode-ramiento diferente y es muy difícil que vuelva a pasar algo así. Simplemente mira las redes sociales y cómo se han convertido en una vía para la participación ciudadana. Eso no había en aquel entonces. Antes el gobierno manejaba toda la información, y eso le daba todo el poder. Ahora la gente maneja la información.

¿EN QUÉ OTROS PROYECTOS ESTÁS TRABAJANDO?El más importante es el que tengo como productor, junto con mis socios: el remake de la película argentina Elsa y Fred para el mercado estadunidense. En este mes iniciamos el rodaje en Nueva Orleans y en Roma. Contratamos a Ed Saxon, quien produjo Filadelfi a, El silen-cio de los inocentes y Adaptation, entre otras películas.

ES LANZARSE A LAS LIGAS MAYORES, CON RIESGOS IMPORTANTES.Cuando traes un producto como Elsa y Fred, con los resultados que tuvo esa película, es más fácil encontrar gente interesada. Tener gente conocida también ayuda. Los actores de la cinta son Christopher Plummer y Shirley MacLaine, y el director es Michael Radford, quien dirigió Il Postino. Cuando ves una película como Marigold, que costó siete millones de dólares y recaudó 200 millo-nes, ves que hay posibilidades cuando un proyecto tiene todos los elementos que gustan en la taquilla de Estados Unidos.

Ahora, es cierto que es un negocio muy arriesgado. Hay una fra-se que dice There’s no business like show business. El negocio de los productores es producir las películas, el de los distribuidores, distribuirlas; el de los exhibidores, exhibirlas, pero nadie entiende bien a bien de qué se trata. Es muy difícil el esquema de recupera-ción. Para que los inversionistas recuperan su dinero debe pasar mucho tiempo y muchos factores. Es un negocio no sólo riesgoso, sino completamente inestable… y, sin embargo, se sigue haciendo. Y es lo mismo en todo el mundo: no creas que en Hollywood es distinto. Y aquí seguimos, haciendo cine, a pesar de todo. D

da vida en la pantalla nada menos que a Luis Echeverría es la nueva propuesta

de Carlos Bolado, quien previamente había hecho un documental . Ahora

toma como punto de partida la trama histórica para tejer una historia de amor enmarcada en aquel despertar de la conciencia ciudadana, que culminó de manera sangrienta en la Plaza de las Tres Culturas.

A primera vista Kleinbaum nos parece un muy improbable Echeverría, pero el mismo actor se encarga de relatarnos cómo fue su caracterización y, sobre todo, el reto de interpretar a un

Cuando te enfrentas a un personaje como éste es muy fácil irse por el lado de la caricatura. Por eso para mí era más importante enten-der al ser humano. Así que me puse a investigar cómo era antes de ser secretario de Gobernación, antes de tener la ambición de llegar a ser Presidente, entendiendo que en ese entonces los presidentes

años, sin poder dar la cara abiertamente. Además de que tiene que

09|12|2012ENTREVISTA

Kleinbaum como Echeverría y Roberto Sosa como Díaz Ordaz

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ENTREVISTA

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ENTREVISTA09|12|201209|12|2012

por José Luis Martínez S.

Jacobo Zabludovsky llega puntual a la cita convenida a las 9:30 de la mañana en su ofi cina, en las Lomas de Chapultepec. Elegante, risueño, saluda a su secretaria y me invita a pasar a su estudio, amplio, con libreros de piso a techo y una pared de cristal que ofrece una panorámica incomparable de la ciudad.

Estamos en el piso 18 de un moderno y funcional edifi cio.—¿Qué tal, qué te parece todo esto? —dice señalando el hori-

zonte. El bosque, las calles, los edifi cios, los autos, todo surge en medio de un proverbial silencio; ningún ruido penetra este lugar en el que Zabludovsky lee y escribe.

Sobre una mesa está una escultura de José Pagés Llergo, el di-rector de la revista Siempre!, el amigo y maestro a quien conoció en un restaurante en vísperas de un viaje a Estambul, donde la compañía Air France presentaría “un avión sin hélices llamado jet”, recuerda con una sonrisa.

Pagés, con su amistosa hosquedad, le preguntó si había leído a Pierre Lotti.

—Le respondí que había leído Visiones de Oriente y Las desen-cantadas.

El veterano editor se sorprendió. Nunca había conocido a ningún lector de Lotti en México. Le encargó un reportaje siguiendo las huellas del escritor francés en Estambul. Jacobo lo hizo y se publicó en Siempre! Ese fue el principio de una larga amistad.

Los amigos, las lecturas, el periodismo son los ejes de una con-versación que se prolonga por casi dos horas. En todo momento Zabludovsky se muestra amable, invita a preguntarle lo que sea, responde con seguridad y aun con emoción cuando habla de su infancia en el Centro.

—Nací en Doctor Barragán, en la colonia Doctores, pero nos cambiamos muy temprano a una vecindad del Centro, en la calle de Mesones. La recuerdo bien: dos pisos, una escalera en medio del pa-tio con dos brazos para conducir al piso de arriba. En el patio estaban también los lavaderos, los tendederos, el excusado —no había esa fa-cilidad en las viviendas—. Desde esa época de niño balbuceante, que apenas dejaba de gatear, hasta los veintitantos años viví en el Centro.

Su familia cambiaba de domicilio con frecuencia. Cada casa iba siendo un poco mejor que la anterior. Jacobo se acuerda de todas con asombrosa precisión.

En 1943 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en San Ildefonso, donde estuvo dos años, y luego a la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

—Ahí —dice— hice mis primeros años de Derecho, que luego se me deshilacharon porque había otras prioridades.

Mucho después, cuando ya era un periodista famoso, volvió a la UNAM para terminar la carrera. Tomó cursos; en algunas materias presentó exámenes extraordinarios o a título de sufi ciencia, y escribió su tesis.

—Me recibí en Ciudad Universitaria. El presidente del jurado fue Andrés Serra Rojas, maestro emérito. El día de mi examen profe-sional fui con mi esposa y mis dos hijos, Abraham y Jorge. Diana nació después.

****El padre de Zabludovsky, originario de la ciudad de Bialystok, en Polonia, en su juventud fue agente de ventas de una editorial.

—Y como agente de esa editorial, un vendedor cualquiera, recorrió la Rusia profunda y leyó a Dostoievski, Chéjov, Gogol, Turgueniev, Andreiev, Tolstoi…

“Él me inculcó el amor por la lectura; en la casa teníamos en español las obras de los autores que él había leído en ruso. Ese fue, tal vez, mi primer encuentro con una profesión en la que es indispensable leer”.

Uno de los domicilios de su familia estuvo en la calle de San Jerónimo.—Ahí, en un cuarto de azotea vivía un señor que se llamaba Luis Felipe

Ureña Uribe. Era corrector de pruebas en El Nacional y los sábados y domingos, que no tenía clases, me llevaba al periódico a que lo ayudara.

En ese periódico, dice, a los 13 o 14 años descubrió su vocación.—Olí la tinta, leí a los reporteros y colaboradores de El Nacional, y quise

ser como ellos.En ese tiempo, la radio era una presencia absoluta en los hogares.

Jacobo creció escuchando la XEW, la XEB, y tuvo el deseo de ser locutor.—Por fortuna, mis padres fueron muy comprensivos, aunque seguramen-

te pensaban que me iba a morir de hambre como periodista y locutor.“Para ser locutor se necesitaba sacar un permiso. Entonces yo —ahora

dicen “apliqué”, como si fuera en inglés— solicité, presenté todos mis documentos (además había que pagar 50 pesos, lo que era pesado) para obtener mi permiso de locutor, que conservo enmarcado: tiene fecha del 3 de enero, el primer día hábil, de 1945.

“Cuando tuve el permiso, a los 16 años y medio, empecé a pedir trabajo, aunque ya había comenzado a escribir en los periódicos. Tengo un impreso de 1943. Creo que soy el decano de los periodistas mexicanos y puedo presentar testimonios de mi antigüedad”.

****Zabludovsky nunca ha dejado la prensa escrita, siempre ha colaborado en periódicos o revistas. En la radio empe-zó en la XECM, una pequeña estación que estaba en una granja de pollos, en el camino a Xochimilco. Tiempo des-pués llegó a la XEX, donde fue electo secretario general del sindicato y conoció a Rómulo O’Farril, quien compró la emisora en 1948.

Luego de un primer desencuentro, tuvo una estrecha relación con O’Farril, sobre todo a partir de que éste in-auguró el primer canal de la televisión mexicana en 1950.

—Mucha gente me pregunta '¿cómo entraste a la tele-visión?'. Le respondo que cuando la televisión llegó, yo ya estaba.

“Entré a la televisión desde que se inauguró el Canal 4 en el piso 13 de la Lotería Nacional, haciendo el pri-mer noticiario. Yo inventé la forma de hacer un script: uniendo lo que hacía en radio con los guiones para cine, pero dándoles más agilidad. Establecí una columna de instrucciones para el director de cámaras, una columna para el que lee el noticiero y algunas otras anotaciones. Ese script, que 62 años después se sigue usando, nada más que ahora ya en teleprompter, yo lo inventé”.

La XEX pretendía competir con la XEW, de Emilio Azcárraga Vidaurreta. En 1951 éste inauguró el Canal 2 para rivalizar con el 4. El enfrentamiento duró poco: O’Farril y Azcárraga se unieron en 1955, con Guillermo González Camarena, concesionario del Canal 5 desde 1952, en Telesistema Mexicano.

—Cuando don Rómulo se juntó con Azcárraga liquidó gran parte de las cosas, se llevó algunos muebles y algunos empleados que consideró que eran necesarios para el nuevo consorcio; entre ellos estaba yo.

En la nueva organización, Zabludovsky tuvo una larga, exitosa pero también controvertida carrera. Se le han reprochado silencios, sobre todo como conductor del noticiario 24 Horas, que dirigió y condujo durante 27 años, desde el 7 de septiembre de 1970 hasta el 19 de enero de 1998.

El 30 de marzo del 2000 renunció a Televisa, poniendo fi n a una rela-ción de 45 años. Con él terminaba una época, un estilo, una manera de hacer periodismo.

****En su estudio, Zabludosvky ríe, cuenta anécdotas, habla de proyectos, de libros, de pintores, de músicos. Muestra, sin presunción, su amplia cultura y, cuando se le pregunta, refl exiona y rememora episodios de un género que domina como nadie: la entrevista.

¿Es cierto —le digo— que usted preparaba tanto sus entrevistas que hasta las equivocaciones estaban contempladas?

—Sí, así era. Preguntas que parecían bobas, tontas, eran totalmente meditadas. Por ejemplo, yo sabía que Dalí sentía gran desprecio por el muralismo mexicano. Entonces le pregunté qué opinaba de los grandes muralistas de nuestro país: “No conozco a ninguno”, me dijo. Insistí: “¿No conoce usted a Diego Rivera, a José Clemente Orozco, a David Alfaro Siqueiros? Han pintado grandes murales”. “Mire —me respondió—, eso de pintar grandes muros no tiene ninguna importancia. Vermeer pintó un cuadro de este tamaño (me lo mostró con las manos), un pequeño cua-dro de una chica que hace puntas (que es una manera española de decir que teje encaje). La chica está concentrada en su labor, y en la punta de una aguja que no se ve está toda la historia del arte”.

“¿Sabes qué?, desde entonces cada vez que voy al Museo del Louvre voy directamente al cuadro de Vermeer (La encajera, de 24 por 21 cm), porque después de que lo dijo Dalí le di una mayor importancia. ¿Dónde está la aguja en cuya punta está toda la historia del arte? La respuesta de Dalí es fascinante”.

Al preguntarle por Rubinstein, los ojos de Zabludovsky se iluminan.—Arthur Rubinstein fue un gran amigo mío y de mi esposa. Fue el más

grande pianista del siglo XX, que cuando escribió sus primeras memo-rias, Le jours de ma jeunesse (Los días de mi juventud), le dije: “Oiga, maestro, a qué hora graba usted tantos conciertos si todo el tiempo se la ha pasado acostado con las señoras”.

“Se río muchísimo. Era chaparrito, muy presumido. Nos veíamos en Nueva York y convivimos mucho. De él aprendí una cosa importante: cómo respetar y hacer que alguien sienta orgullo de su profesión, cualquiera que esta sea.

“Una vez fuimos a la discoteca Avignon, que estaba en París, en la Rue Avignon esquina con los Campos Elíseos. Estaba llena y a él le tocó pegadito a un muchacho con el que se puso a platicar en francés. Rubinstein le pre-guntó a qué se dedicaba y el muchacho dijo: ‘Soy campeón de patinaje sobre hielo’. ‘¡Patinaje sobre hielo! —exclamó Rubinstein—, es una de las cosas que siempre hubiera querido hacer en mi vida. Platíqueme cómo es eso’. El mu-chacho se puso feliz, orgulloso… Eso es generosidad, tener curiosidad, no tener temor de que lo acusen de trivial. Un personajazo Arthur Rubinstein.

“Me contó una anécdota. Decía que en la época de la Revolución vino a México a dar un concierto en el Teatro Arbeu, que estaba en la calle de El Salvador. Estaba tocando cuando entraron los zapatistas, quienes saca-ron sus pistolas y apagaron a balazos todos los focos del teatro. ‘Yo seguí tocando —me decía—, dejaron de disparar y continúe tocando. Cuando terminé, me sacaron y me llevaron en hombros al hotel donde estaba hospedado’. Era muy hablador”.

—¿Qué siente de haber sido testigo de tantos acontecimientos e interlocutor de tanta gente? —le pregunto hacia el fi nal de la entrevista.

—Pues me siento muy privilegiado, la verdad de las cosas. Disfruto mu-cho mi profesión, me gusta. Mira, cuando este año me contrataron los de ESPN para ir a Londres, durante los Juegos Olímpicos, para hacer todo lo no deportivo, después de que fi rmé el contrato —mi esposa me conoce—, estaba yo angustiado: “Voy a hacer el ridículo —decía—, para qué acepté, es mucho trabajo”. Al fi nal hice 44 cápsulas —dos no se usaron— para 21 programas, en ubicaciones distintas.

“Cuando entré a la radio, después de haber salido de Televisa, tenía también un gran miedo al fracaso. (El fracaso en periodismo, sobre todo el de radio, se manifi esta en la indiferencia de la gente. No fracasas por-que tu primer programa sea espantoso, fracasas porque la gente no se interesó y para eso tiene que pasar un tiempo. Ése es el fracaso).

“Ahora ya me hicieron unas ofertas nuevas, pero aunque yo lo que menos quiero es más trabajo, el desafío siempre es importante”.

Al fi nal de la entrevista, Jacobo Zabludovsky posa para las fotos de Arturo Bermúdez y juntos recorremos sus libreros. Muestra algunos de sus tesoros y me dice: “Revisa los que quieras”.

Hay miles de libros: de arte, de literatura, de historia, muchos de ellos dedicados. Hay también, por supuesto, de tango y tauromaquia —dos de sus grandes pasiones. Pero no hay fotografías.

—Aquí no hay egoteca —comenta—. Solo hay una foto en el pasillo, es La muerte de un miliciano, de Robert Capa. D

JACOBO ZABLUDOVSKY

“NO TENGO CADÁVERES EN

EL CLÓSET”Entrevistador sagaz, conductor legendario en

radio y tv, el periodista comenta: “Hay muchas cosas que no hice, que hubiera hecho mejor. Pero

todo lo que he hecho es público, está a la vista”

"MUCHA GENTE ME

PREGUNTA'¿CÓMO

ENTRASTE A LA TELEVISIÓN?',

LE RESPONDO QUE CUANDO

LA TELEVISIÓN LLEGÓ, YO YA

ESTABA"

[ARTURO BERMÚDEZ]

¿CUÁL ES SU LIBRO FAVORITO?El Quijote, no tengo duda.

¿A QUIÉN ADMIRA?En primer lugar, a mi esposa, es muy aguantadora; cumplimos 58 años de casados en agosto. Siempre viajo con ella, es una gran ayuda. La admiro mucho porque me ha tolerado tantos años, en las buenas y en las malas.

Tengo admiración también por mis amigos, por García Márquez, por ejemplo. Pero hay gente a la que le tengo envidia, que es distinta a la admiración. Le tengo envidia al que habla otros idiomas, algo que nunca aprendí sufi cientemente…

¿QUÉ ES PARA USTED LA FAMILIA?La familia es fundamental; tengo tres hijos, dos hombres y una mujer; 10 nietos, cinco niños y cinco niñas, y un bisnieto que va a cumplir un año. Ya soy bisabuelo.

¿HA SIDO FELIZ?Es muy difícil defi nir la felicidad y decir, soy feliz. Puedes sentirte satisfecho de algunas cosas, otras las hubieras hecho de otra manera. Pero disfruto mucho con mi profesión, con mi casa, con mi esposa, con la lectura, con mi forma de vida. Ha sido una suerte que lo que más me gusta hacer sea lo que me da de comer y lo que me ha mantenido económi-camente bien. También he recibido algunas corna-das como el cáncer. Me pronosticaron cinco años de vida, y eso fue hace 14, así que voy de gane (risas). Creo que eso de la felicidad es relativo.

¿EN EL PERIODISMO HAY ALGO DE LO QUE SE ARREPIENTA, DE HABER O NO HABER HECHO?Por supuesto, hay muchas cosas que no hice, que hubiera hecho mejor o de otra manera. Pero todo lo que he hecho es público, está a la vista. No tengo cadáveres en el clóset.

Zabludovsky en su estudio

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ENTREVISTA

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ENTREVISTA09|12|201209|12|2012

por José Luis Martínez S.

Jacobo Zabludovsky llega puntual a la cita convenida a las 9:30 de la mañana en su ofi cina, en las Lomas de Chapultepec. Elegante, risueño, saluda a su secretaria y me invita a pasar a su estudio, amplio, con libreros de piso a techo y una pared de cristal que ofrece una panorámica incomparable de la ciudad.

Estamos en el piso 18 de un moderno y funcional edifi cio.—¿Qué tal, qué te parece todo esto? —dice señalando el hori-

zonte. El bosque, las calles, los edifi cios, los autos, todo surge en medio de un proverbial silencio; ningún ruido penetra este lugar en el que Zabludovsky lee y escribe.

Sobre una mesa está una escultura de José Pagés Llergo, el di-rector de la revista Siempre!, el amigo y maestro a quien conoció en un restaurante en vísperas de un viaje a Estambul, donde la compañía Air France presentaría “un avión sin hélices llamado jet”, recuerda con una sonrisa.

Pagés, con su amistosa hosquedad, le preguntó si había leído a Pierre Lotti.

—Le respondí que había leído Visiones de Oriente y Las desen-cantadas.

El veterano editor se sorprendió. Nunca había conocido a ningún lector de Lotti en México. Le encargó un reportaje siguiendo las huellas del escritor francés en Estambul. Jacobo lo hizo y se publicó en Siempre! Ese fue el principio de una larga amistad.

Los amigos, las lecturas, el periodismo son los ejes de una con-versación que se prolonga por casi dos horas. En todo momento Zabludovsky se muestra amable, invita a preguntarle lo que sea, responde con seguridad y aun con emoción cuando habla de su infancia en el Centro.

—Nací en Doctor Barragán, en la colonia Doctores, pero nos cambiamos muy temprano a una vecindad del Centro, en la calle de Mesones. La recuerdo bien: dos pisos, una escalera en medio del pa-tio con dos brazos para conducir al piso de arriba. En el patio estaban también los lavaderos, los tendederos, el excusado —no había esa fa-cilidad en las viviendas—. Desde esa época de niño balbuceante, que apenas dejaba de gatear, hasta los veintitantos años viví en el Centro.

Su familia cambiaba de domicilio con frecuencia. Cada casa iba siendo un poco mejor que la anterior. Jacobo se acuerda de todas con asombrosa precisión.

En 1943 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en San Ildefonso, donde estuvo dos años, y luego a la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

—Ahí —dice— hice mis primeros años de Derecho, que luego se me deshilacharon porque había otras prioridades.

Mucho después, cuando ya era un periodista famoso, volvió a la UNAM para terminar la carrera. Tomó cursos; en algunas materias presentó exámenes extraordinarios o a título de sufi ciencia, y escribió su tesis.

—Me recibí en Ciudad Universitaria. El presidente del jurado fue Andrés Serra Rojas, maestro emérito. El día de mi examen profe-sional fui con mi esposa y mis dos hijos, Abraham y Jorge. Diana nació después.

****El padre de Zabludovsky, originario de la ciudad de Bialystok, en Polonia, en su juventud fue agente de ventas de una editorial.

—Y como agente de esa editorial, un vendedor cualquiera, recorrió la Rusia profunda y leyó a Dostoievski, Chéjov, Gogol, Turgueniev, Andreiev, Tolstoi…

“Él me inculcó el amor por la lectura; en la casa teníamos en español las obras de los autores que él había leído en ruso. Ese fue, tal vez, mi primer encuentro con una profesión en la que es indispensable leer”.

Uno de los domicilios de su familia estuvo en la calle de San Jerónimo.—Ahí, en un cuarto de azotea vivía un señor que se llamaba Luis Felipe

Ureña Uribe. Era corrector de pruebas en El Nacional y los sábados y domingos, que no tenía clases, me llevaba al periódico a que lo ayudara.

En ese periódico, dice, a los 13 o 14 años descubrió su vocación.—Olí la tinta, leí a los reporteros y colaboradores de El Nacional, y quise

ser como ellos.En ese tiempo, la radio era una presencia absoluta en los hogares.

Jacobo creció escuchando la XEW, la XEB, y tuvo el deseo de ser locutor.—Por fortuna, mis padres fueron muy comprensivos, aunque seguramen-

te pensaban que me iba a morir de hambre como periodista y locutor.“Para ser locutor se necesitaba sacar un permiso. Entonces yo —ahora

dicen “apliqué”, como si fuera en inglés— solicité, presenté todos mis documentos (además había que pagar 50 pesos, lo que era pesado) para obtener mi permiso de locutor, que conservo enmarcado: tiene fecha del 3 de enero, el primer día hábil, de 1945.

“Cuando tuve el permiso, a los 16 años y medio, empecé a pedir trabajo, aunque ya había comenzado a escribir en los periódicos. Tengo un impreso de 1943. Creo que soy el decano de los periodistas mexicanos y puedo presentar testimonios de mi antigüedad”.

****Zabludovsky nunca ha dejado la prensa escrita, siempre ha colaborado en periódicos o revistas. En la radio empe-zó en la XECM, una pequeña estación que estaba en una granja de pollos, en el camino a Xochimilco. Tiempo des-pués llegó a la XEX, donde fue electo secretario general del sindicato y conoció a Rómulo O’Farril, quien compró la emisora en 1948.

Luego de un primer desencuentro, tuvo una estrecha relación con O’Farril, sobre todo a partir de que éste in-auguró el primer canal de la televisión mexicana en 1950.

—Mucha gente me pregunta '¿cómo entraste a la tele-visión?'. Le respondo que cuando la televisión llegó, yo ya estaba.

“Entré a la televisión desde que se inauguró el Canal 4 en el piso 13 de la Lotería Nacional, haciendo el pri-mer noticiario. Yo inventé la forma de hacer un script: uniendo lo que hacía en radio con los guiones para cine, pero dándoles más agilidad. Establecí una columna de instrucciones para el director de cámaras, una columna para el que lee el noticiero y algunas otras anotaciones. Ese script, que 62 años después se sigue usando, nada más que ahora ya en teleprompter, yo lo inventé”.

La XEX pretendía competir con la XEW, de Emilio Azcárraga Vidaurreta. En 1951 éste inauguró el Canal 2 para rivalizar con el 4. El enfrentamiento duró poco: O’Farril y Azcárraga se unieron en 1955, con Guillermo González Camarena, concesionario del Canal 5 desde 1952, en Telesistema Mexicano.

—Cuando don Rómulo se juntó con Azcárraga liquidó gran parte de las cosas, se llevó algunos muebles y algunos empleados que consideró que eran necesarios para el nuevo consorcio; entre ellos estaba yo.

En la nueva organización, Zabludovsky tuvo una larga, exitosa pero también controvertida carrera. Se le han reprochado silencios, sobre todo como conductor del noticiario 24 Horas, que dirigió y condujo durante 27 años, desde el 7 de septiembre de 1970 hasta el 19 de enero de 1998.

El 30 de marzo del 2000 renunció a Televisa, poniendo fi n a una rela-ción de 45 años. Con él terminaba una época, un estilo, una manera de hacer periodismo.

****En su estudio, Zabludosvky ríe, cuenta anécdotas, habla de proyectos, de libros, de pintores, de músicos. Muestra, sin presunción, su amplia cultura y, cuando se le pregunta, refl exiona y rememora episodios de un género que domina como nadie: la entrevista.

¿Es cierto —le digo— que usted preparaba tanto sus entrevistas que hasta las equivocaciones estaban contempladas?

—Sí, así era. Preguntas que parecían bobas, tontas, eran totalmente meditadas. Por ejemplo, yo sabía que Dalí sentía gran desprecio por el muralismo mexicano. Entonces le pregunté qué opinaba de los grandes muralistas de nuestro país: “No conozco a ninguno”, me dijo. Insistí: “¿No conoce usted a Diego Rivera, a José Clemente Orozco, a David Alfaro Siqueiros? Han pintado grandes murales”. “Mire —me respondió—, eso de pintar grandes muros no tiene ninguna importancia. Vermeer pintó un cuadro de este tamaño (me lo mostró con las manos), un pequeño cua-dro de una chica que hace puntas (que es una manera española de decir que teje encaje). La chica está concentrada en su labor, y en la punta de una aguja que no se ve está toda la historia del arte”.

“¿Sabes qué?, desde entonces cada vez que voy al Museo del Louvre voy directamente al cuadro de Vermeer (La encajera, de 24 por 21 cm), porque después de que lo dijo Dalí le di una mayor importancia. ¿Dónde está la aguja en cuya punta está toda la historia del arte? La respuesta de Dalí es fascinante”.

Al preguntarle por Rubinstein, los ojos de Zabludovsky se iluminan.—Arthur Rubinstein fue un gran amigo mío y de mi esposa. Fue el más

grande pianista del siglo XX, que cuando escribió sus primeras memo-rias, Le jours de ma jeunesse (Los días de mi juventud), le dije: “Oiga, maestro, a qué hora graba usted tantos conciertos si todo el tiempo se la ha pasado acostado con las señoras”.

“Se río muchísimo. Era chaparrito, muy presumido. Nos veíamos en Nueva York y convivimos mucho. De él aprendí una cosa importante: cómo respetar y hacer que alguien sienta orgullo de su profesión, cualquiera que esta sea.

“Una vez fuimos a la discoteca Avignon, que estaba en París, en la Rue Avignon esquina con los Campos Elíseos. Estaba llena y a él le tocó pegadito a un muchacho con el que se puso a platicar en francés. Rubinstein le pre-guntó a qué se dedicaba y el muchacho dijo: ‘Soy campeón de patinaje sobre hielo’. ‘¡Patinaje sobre hielo! —exclamó Rubinstein—, es una de las cosas que siempre hubiera querido hacer en mi vida. Platíqueme cómo es eso’. El mu-chacho se puso feliz, orgulloso… Eso es generosidad, tener curiosidad, no tener temor de que lo acusen de trivial. Un personajazo Arthur Rubinstein.

“Me contó una anécdota. Decía que en la época de la Revolución vino a México a dar un concierto en el Teatro Arbeu, que estaba en la calle de El Salvador. Estaba tocando cuando entraron los zapatistas, quienes saca-ron sus pistolas y apagaron a balazos todos los focos del teatro. ‘Yo seguí tocando —me decía—, dejaron de disparar y continúe tocando. Cuando terminé, me sacaron y me llevaron en hombros al hotel donde estaba hospedado’. Era muy hablador”.

—¿Qué siente de haber sido testigo de tantos acontecimientos e interlocutor de tanta gente? —le pregunto hacia el fi nal de la entrevista.

—Pues me siento muy privilegiado, la verdad de las cosas. Disfruto mu-cho mi profesión, me gusta. Mira, cuando este año me contrataron los de ESPN para ir a Londres, durante los Juegos Olímpicos, para hacer todo lo no deportivo, después de que fi rmé el contrato —mi esposa me conoce—, estaba yo angustiado: “Voy a hacer el ridículo —decía—, para qué acepté, es mucho trabajo”. Al fi nal hice 44 cápsulas —dos no se usaron— para 21 programas, en ubicaciones distintas.

“Cuando entré a la radio, después de haber salido de Televisa, tenía también un gran miedo al fracaso. (El fracaso en periodismo, sobre todo el de radio, se manifi esta en la indiferencia de la gente. No fracasas por-que tu primer programa sea espantoso, fracasas porque la gente no se interesó y para eso tiene que pasar un tiempo. Ése es el fracaso).

“Ahora ya me hicieron unas ofertas nuevas, pero aunque yo lo que menos quiero es más trabajo, el desafío siempre es importante”.

Al fi nal de la entrevista, Jacobo Zabludovsky posa para las fotos de Arturo Bermúdez y juntos recorremos sus libreros. Muestra algunos de sus tesoros y me dice: “Revisa los que quieras”.

Hay miles de libros: de arte, de literatura, de historia, muchos de ellos dedicados. Hay también, por supuesto, de tango y tauromaquia —dos de sus grandes pasiones. Pero no hay fotografías.

—Aquí no hay egoteca —comenta—. Solo hay una foto en el pasillo, es La muerte de un miliciano, de Robert Capa. D

JACOBO ZABLUDOVSKY

“NO TENGO CADÁVERES EN

EL CLÓSET”Entrevistador sagaz, conductor legendario en

radio y tv, el periodista comenta: “Hay muchas cosas que no hice, que hubiera hecho mejor. Pero

todo lo que he hecho es público, está a la vista”

"MUCHA GENTE ME

PREGUNTA'¿CÓMO

ENTRASTE A LA TELEVISIÓN?',

LE RESPONDO QUE CUANDO

LA TELEVISIÓN LLEGÓ, YO YA

ESTABA"

[ARTURO BERMÚDEZ]

¿CUÁL ES SU LIBRO FAVORITO?El Quijote, no tengo duda.

¿A QUIÉN ADMIRA?En primer lugar, a mi esposa, es muy aguantadora; cumplimos 58 años de casados en agosto. Siempre viajo con ella, es una gran ayuda. La admiro mucho porque me ha tolerado tantos años, en las buenas y en las malas.

Tengo admiración también por mis amigos, por García Márquez, por ejemplo. Pero hay gente a la que le tengo envidia, que es distinta a la admiración. Le tengo envidia al que habla otros idiomas, algo que nunca aprendí sufi cientemente…

¿QUÉ ES PARA USTED LA FAMILIA?La familia es fundamental; tengo tres hijos, dos hombres y una mujer; 10 nietos, cinco niños y cinco niñas, y un bisnieto que va a cumplir un año. Ya soy bisabuelo.

¿HA SIDO FELIZ?Es muy difícil defi nir la felicidad y decir, soy feliz. Puedes sentirte satisfecho de algunas cosas, otras las hubieras hecho de otra manera. Pero disfruto mucho con mi profesión, con mi casa, con mi esposa, con la lectura, con mi forma de vida. Ha sido una suerte que lo que más me gusta hacer sea lo que me da de comer y lo que me ha mantenido económi-camente bien. También he recibido algunas corna-das como el cáncer. Me pronosticaron cinco años de vida, y eso fue hace 14, así que voy de gane (risas). Creo que eso de la felicidad es relativo.

¿EN EL PERIODISMO HAY ALGO DE LO QUE SE ARREPIENTA, DE HABER O NO HABER HECHO?Por supuesto, hay muchas cosas que no hice, que hubiera hecho mejor o de otra manera. Pero todo lo que he hecho es público, está a la vista. No tengo cadáveres en el clóset.

Zabludovsky en su estudio

Page 10: Suplemento Dominical

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21|10|2012XXXXXXX

Respuestas pág. 13

CONSEJO EDITORIALJESÚS RANGELALFREDO CAMPOS VILLEDAJOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

CORRECCIÓNALEJANDRO DE LA GARZA

FOTOGRAFÍAARTURO BERMÚDEZ

DISEÑOBRAULIO MONTES/EditorSALVADOR VÁZQUEZ/ConceptoMARIO FUANTOS/Diseñador

(+) JESÚS D. GONZÁLEZFUNDADOR

FRANCISCO A. GONZÁLEZPRESIDENTE

FRANCISCO D. GONZÁLEZ A.DIRECTOR GENERAL

JESÚS D. GONZÁLEZ A.DIRECTOR GENERAL ADJUNTO

CARLOS MARÍNDIRECTOR GENERAL EDITORIAL

CIRO GÓMEZ LEYVADIRECTOR EDITORIAL ADJUNTO

HUGO CHAPA GAMBOADIRECTOR EJECUTIVO

PEDRO GONZÁLEZDIRECTOR ADMINISTRATIVO Y FINANZAS

JAVIER CHAPADIRECTOR DE NEGOCIOS

ADRIANA OBREGÓNDIRECTORA COMERCIAL

LUIS REZADIRECTOR RELACIONES INSTITUCIONALES

GABRIEL NAVARRODIRECTOR INTERNET

MAURICIO MORALESDIRECTOR DESARROLLO CORPORATIVO

FERNANDO RUIZDIRECTOR PRODUCCIÓN

ADRIÁN LOAIZADIRECTOR SISTEMAS

ÁNGEL CONGDIRECTOR SERVICIOS CORPORATIVOS

MARCO A. ZAMORADIRECTOR PROYECTOS ESPECIALES

[email protected]

[MARKUS REUGELS]

PREGUNTASPARA JODERAL VECINO

por Juan Alberto Vázquez

[LUIS M. MORALES]

| MUSICÓPATA |POR JAIME ALMEIDA

TLALNEPANTLA DE BEATLESDesde la semana pasada el centro de Tlalnepantla se ha convertido en un referente para los seguidores de Los Beatles al inaugurarse una plaza pública dedicada a recordar al legendario cuarteto inglés.

La Plaza Estado de México, ubicada en la esquina que forman las calles de Roberto Fulton y Sor Juana Inés de la Cruz, en pleno corazón de Tlalnepantla, luce adornada con pintorescos elementos que invitan a evocar la presencia de John, George, Paul y Ringo en el ánimo de la gente.

El elemento principal de la plaza lo constituye un conjunto escultórico de cuatro fi guras a escala real que reproduce el momento en que Los Beatles fueron fotografi ados por Ian McMillan cruzando la calle Abbey Road —el 8 de agosto de 1969— para servir como portada del último álbum que grabaron antes de separarse.

La fotografía se ha vuelto clásica en los anales del rock y es una de las más famosas y reproducidas en distintas versiones gráfi cas que han adornado los álbumes de otros artistas. En ella los cuatro músicos van cruzando en fi la india sobre las rayas blancas pintadas sobre el pavimento. John Lennon, vestido de blanco, encabeza la procesión. Le siguen Ringo Starr en traje negro, luego viene Paul McCartney quien va descalzo y viste un traje azul oscuro, y al fi nal se ve a George Harrison en ropa de mezclilla azul. Esa imagen sirvió de base para que la escultora Cecilia Vélez realizara las cuatro fi guras en bronce —cada una con un peso aproximado de 250 kilos— en acabados químicos que ofrecen los colores del vestuario utilizado por el cuarteto. La base en que están colocadas las estatuas es como una pasarela a la cual tienen acceso los visitantes para tomarse fotografías al lado de los cuatro personajes legendarios de los años sesenta.

La plaza cuenta también con un carro de bomberos antiguo, protegido por un cobertizo, que tiene en el frente la leyenda “Penny Lane Fire Station”, una evocación de la canción “Penny Lane”, escrita por Paul McCartney en 1967 y en la que se menciona una estación de bomberos, situada en la calle de Liverpool con ese nombre.

En recuerdo del instrumento utilizado por Lennon para interpretar su canción “Imagine”, se erigió un enorme piano blanco como plataforma elevada desde ldonde se ofrecerán espectáculos musicales. Dos casetas telefónicas de color rojo, iguales a las que son clásicas del entorno inglés, dan servicio a numerosos visitantes quienes no pierden la oportunidad de tomarse en ellas algunas fotografías.

La idea que dio motivo a esta plaza fue de Arturo Ugalde, el Alcalde de Tlalnepantla. Su propósito fue el de aportar un espacio cultural que provoque la comunicación entre las generaciones que han crecido teniendo como fondo la mú-sica y el mensaje de fraternidad propuesto por Los Beatles.

Sin duda esta plaza llamará la atención del mundo pues, que yo sepa, en ninguna otra parte —incluso en la misma Inglaterra— no existe un espacio escultórico similar a este. Yo ya estuve en el lugar y me tomé la obligada fotografía como “el quinto Beatle”. Estoy seguro de que si la música del grupo inglés está ligada a sus recuerdos, disfrutará mucho al visitar esta plaza tan singular. D

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2. ¿Y CÓMO RECUERDA LA

MISMA MARÍA LAS PRETENSIONES QUE

TUVO CON ELLA EL PINTOR DIEGO

RIVERA?3. SEGÚN LA

MISMA MARÍA FÉLIX, ¿POR QUÉ NUNCA NADIE LA

HIZO SUFRIR?

7. ¿CÓMO DEBÍA SER LA VIDA,

SEGÚN VINCENT VAN GOGH, QUIEN

SOLÍA PINTAR DURANTE DÍAS

ALIMENTÁNDOSE DE PAN Y CAFÉ?

1. ¿QUÉ OPINABA

MARÍA FÉLIX DE CARLOS FUENTES?

9. ¿CUÁLES ERAN LOS

INGREDIENTES QUE CONSTITUÍAN LA

MASCARILLA CON QUE MARÍA ANTONIETA

COMBATÍA EL ACNÉ?

10. ¿CUÁL TERMINÓ SIENDO

EL MEJOR RECUERDO DE

SU VIDA PARA LA NEGRA MERCEDES

SOSA?

10. ¿CUÁL TERMINÓ SIENDO

EL MEJOR RECUERDO DE

SU VIDA PARA LA NEGRA MERCEDES NEGRA MERCEDES NEGRA

SOSA?

1. ¿QUÉ OPINABA

MARÍA FÉLIX DE CARLOS FUENTES?

4. ¿CUÁNTO TIEMPO FUERON

AMANTES Y CUÁNTO DURARON CASADOS ADOLFO HITLER Y EVA VON

BRAUN?

5. ¿QUIÉN FUE LA PRIMERA ABOGADA EN

MÉXICO?

8. ¿QUÉ SIGNIFICA EN LA

JERGA DE LOS GRUPOS NEGROS,

EL TÉRMINO “ROCKANDROLL”?

6. ¿QUÉ ES LA

“MACA”?

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[ROBERT D YEOMAN/ INDIAN PAINTBRUSH]

[ROBERT D YEOMAN/ INDIAN PAINTBRUSH]

| OFICIO DE TINIEBLAS |POR GUSTAVO GARCÍA

RESPUESTAS...1. “Ese no está en mi galería. Es un mujerujo. Un hombre que tiene corazón de mujer. Lo que en una mujer es cualidad, o sea tener corazón de hombre, en un hombre es una catástrofe”. 2. “Él me amo sin esperanzas durante casi 10 años. Sin esperanzas porque a mí los viejos nunca me han gustado, y él lo sabía”. 3. “Porque nunca he querido a nadie como me han querido a mí”. 4. Trece años y dos días, respectivamente. 5. María Sandoval, quien en 1912 se graduó de la Escuela Nacional de Jurisprudencia y recibiera, sin complejos ni diatribas lingüísticas, el título de licenciada en derecho. 6. Un tubérculo de los Andes, mejor conocido como el viagra peruano, que se exporta en muchos productos derivados, como licor y conservas. 7. “Un hombre sano debe ser capaz de vivir, trabajando todo el día, con nada más que un pedazo de pan; también de fumar una pipa y de tomar un buen trago pues sin esto no se pue-de hacer nada. Y además, debe ser capaz de sentir la emoción de las estrellas y del cielo infi nito. Entonces es un deleite vivir”. 8. Fornicar. 9. Leche, limón y brandy. 10. “Mi infancia, al lado de mis papás, dignidad ante la pobreza, mi hermano, el amor que nos unía. Es algo que no se borra”.

El exilio interiorGocemos del temor ante las criaturas de la Tierra Media: con todos los distri-buidores amedrentados y los exhibidores extasiados por el estreno masivo, la próxima semana, de la primera parte de El Hobbit, es el momento de sacrifi car a los pequeños, de empezar a lanzar a la hoguera, por ejemplo, las películas promovidas en la Muestra. En orden de aparición, toca ahora turno a Un reino bajo la Luna (la Muestra abrió con la versión restaurada de Macario, pero no es plan reestrenarla a estas alturas), sexto largometraje del disparejo, desconcertante, brillantemente opaco texano Wes Anderson (Rushmore, Los excéntricos Tannembaum, La vida acuática de Steve Zissou, El fantástico señor Zorro).

Un reino bajo la Luna, en principio, parece una película fi lmada mil veces ya: hacia 1962, el preadolescente Sam (Jared Gilman) padece estoico la pe-sadilla de un estúpido campamento veraniego, hasta que opta por desapa-recer. En realidad, ha sido un plan largamente acariciado con una amiguita por correspondencia, Susy (Kara Hayward), harta, a su vez, de su turbia vida familiar. La búsqueda de ambos revela todo tipo de turbiedades (Sam es huérfano y sus tutores buscaban deshacerse de él en el campamento; la madre de Susy es amante del sheri� local, el jefe de los scouts lo es por inadaptación social); pero cuando la historia parece un desfi le de clichés de la amoral clase media estadunidense con matices de hermanos Cohen (Frances McDormand como la madre de Susy ayuda mucho en ese sentido), se abre a su verdadero registro, el del viaje. Con más capacidad de asombro que en la cínica El viaje del Darjeeling, y aludiendo sin invadir los mundos de Tim Burton, la huida de Sam y Susy es la gradual construcción de una realidad paralela y propia, donde la película encuentra su poética interna.

Para entonces, sin embargo, Anderson ha abierto demasiado el abanico; la segunda hora es menos interesante que la primera porque tiene que dar juego a demasiados personajes (los compañeros de Sam en el campamento, el líder espléndidamente idiotizado por la actuación de Edward Norton, los habitantes del pueblo, las autoridades, incluida la trabajadora social Tilda Swinton); y es que Anderson es el tipo de cineasta de culto irregular que se siente en la obliga-ción de estar a la altura de su estatus de “autor” por encima de su relato. Eso le ha llevado a tropiezos tan estrepitosos como La vida acuática… e híbridos que apelan a la admiración de sus fans, como El fantástico señor Zorro (¡nunca se la pongan a sus niños!). Anderson fue famoso antes de ser sólido; amparado por Francis F. Coppola (su sobrino, Jason Schwatzman, es su actor de cabecera, y su hijo Roman Coppola es coguionista de ésta película), en realidad es ahora cuan-do muestra todas sus armas, un ofi cio que le permite tener un reparto notable realmente a sus órdenes, sin lucimientos incontrolables, y una historia sutil, compleja, maliciosa y divertida sobre los mundos interiores que se guardan cuando la realidad cree habernos vencido.

Un reino bajo la Luna (Moonshine Kingdom). Dirección: Wes Anderson. Argumento: Wes Anderson y Roman Coppola. Fotografía: Robert Yeoman. Música: Alexander Desplat. Intérpretes:

Jared Gilman, Kara Hayward, Bruce Willis, Edward Norton y Bill Murray. Estados Unidos, 2012.

CINE09|12|2012

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WES ANDERSON

mundo se siente solo y atrapado a veces. Yo creo que es más o menos la norma, y mis personajes son más o menos eso, un tanto extraños porque están en una película, pero fi nalmente, muy parecidos a nosotros. La inspiración para crearlos pro-viene de la vida misma y la vida en sí misma, es disfuncional, después de todo. Solo buscamos hacer un refl ejo de ella, exa-gerado y fi ltrado por la sensibilidad del cine, pero refl ejo, al fi n y al cabo.

SUZY Y SAM, LOS PROTAGONISTAS DE UN REINO BAJO LA LUNA, TIENEN 12 AÑOS. ¿FUE MUY DIFERENTE COLOCAR A NIÑOS AL CENTRO DE ESTE ESPEJO DE DISFUNCIÓN EXISTENCIAL?En efecto, son niños, pero eso no quiere decir que sean aliení-genas o ajenos a las emociones que nos forman. En la trama, su infelicidad es parte de su razón para darse a la fuga. Ese es el punto de partida de estos niños. Pero lo principal que me interesaba era contar un romance a esa edad. Cuando escribí el guión con Roman Coppola, trataba de recordar la fuerza de esos sentimientos cuando uno tiene esa edad. Cualquier senti-miento románticos a los 12 años es como entrar en un mundo completamente diferente, más intenso, amplifi cado. Todo se extrapola y de ahí surge la idea del fi lme.

PERO USTED TUVO UNA INFANCIA COMPARATIVAMENTE FELIZ…Mucho. Mis hermanos y yo crecimos felices. Pero eso no quiere decir que no tuviera una idea de lo difícil que es ser un niño o una niña de 12 años, especialmente en una atmósfera como la que se presenta en la película: muy cerrada y aislada, donde la infelicidad de los adultos de algún modo contagia la esfera de su infancia. Un reino bajo la Luna en realidad no tiene nada qué ver con mi niñez, pero creo que en cierta forma nos habla a todos porque tiene elementos universales que nos hablan a todos los que alguna vez tuvimos esa edad y nos enamoramos de alguien a esa edad.

por Miguel Cane

S e le considera un auteur —esto es, un director con una idiosincrasia tan específi ca que se vuelve rúbrica de estilo en su obra— pese a su juventud, y es que cada una de sus obras (desde la aparición de Bottle rocket, en 1996) ha sido aclamada por

la crítica y le ha valido cada vez mayores muestras de cariño de parte de un público que se encuentra identifi cado con los personajes que ha presentado en cintas como Los excéntricos Tenenbaum, Academia Rushmore, La vida acuática con Steve Zissou, El fantástico señor Fox o la más reciente, Un reino bajo la Luna, que abrió el pasado festival internacional de Cannes y ha sido una sensación desde su estreno.

Sin embargo, más allá de todo el reconocimiento y la fama, Wes Anderson (Houston, Texas, 1969) es un hombre modesto, sencillo, que se expresa con una mezcla de claridad y timidez, su sello personal junto con un peculiar sentido de la moda y una excentricidad natural que ha sabido imprimir a sus fi lmes.

“Una de las cosas que me gusta dramatizar, y que a veces es divertido, es ver cómo alguien se cae a pedazos y luego debe volverse a pegar. Aunque en la realidad eso no tiene nada de gracioso, creo que en la fi cción sirve para plantear un confl icto y puede ser útil para una narrativa. Por ejemplo, el personaje del padre, que hace Gene Hackman en Los Tenenbaum, no es una persona entrañable o un hombre particularmente evolu-cionado, pero de alguna manera Gene lo hizo divertido; era el material que estaba trabajando y el punto de la historia era ése, romperse, para volverse a unir”.

PERO ESE ES UN TEMA RECURRENTE, PODRÍA DECIRSE QUE SON ESTUDIOS DE LA DISFUNCIÓN...Es verdad, por lo general, los personajes están inspirados en una combinación de personas y, sí, no hay historia si no hay algún confl icto. Las cosas no suelen ser memorables cuan-do todo el mundo está reunido y contento. Creo que todo el

SEA CUAL SEA LA QUÍMICA DE LOS ACTORES,

ESTÁ EN JUEGO DURANTE EL

RODAJE Y VA A ESTAR EN

LA PELÍCULA TERMINADA

Un reino bajo la Luna, la nueva cinta del director tejano estrenada en Cannes, tiene el sello inconfundible de su autor: disfuncionalidad de los personajes, extrañeza ante una realidad turbia, situaciones límite y confl ictos interiores resueltos con humor y drama

“NO BUSCO INFLUIR EN NADIE, SOLO CONTAR HISTORIAS”

AQUÍ CUENTA DE NUEVO CON BILL MURRAY Y JASON SCHWARTZMAN. ESTA ES UNA ESPECIE DE FAMILIA. ¿ES IMPORTANTE TENER ESA SENSACIÓN DE NORMALIDAD, DE UNA FAMILIA QUE TE RODEA, CON EL FIN DE CREAR SITUACIONES COMO LAS QUE PLASMA EN ESTE FILME?No creo que ninguno de nosotros se considere “normal” (risas). Es probable que juntos seamos más bien como una familia de locos, cada uno con su tema. Pero hay una energía creativa extraordinaria que proviene de personas que son amigos. Sea cual sea la química, está en juego durante el rodaje, va a estar ahí en la película terminada, y si tú, como director, quieres algo de electricidad, necesitas reunir los elementos que te la den, y en mi caso, es trabajando con ellos.

NO HAY UNA SOLA TOMA EN SU OBRA QUE NO SE IDENTIFIQUE COMO UNA PELÍCULA DE ANDERSON. INCLUSO LA ANIMACIÓN STOP-MOTION DE MR. FOX ES ÚNICA; SOLO PODÍA SER SUYA. ¿SE CONSIDERA UN ARTISTA PERFECCIONISTA?No lo sé... Creo que realmente en el momento en que ensayas en el set y capturas algo espontáneo, es como magia. Luego hay un proceso muy largo donde se puede ir mejorando y volver a trabajar, ¿me explico? Me gusta hacer eso, siempre tengo la sen-sación de que está mejorando un poco y un poco más cada vez, y al fi nal va a ser un poco mejor de lo que creamos al principio. Los actores que trabajan conmigo, son muy generosos y entran en ello. Siento que mis películas responden a eso y no sé si lo veo como perfeccionismo o si solo es que me gusta trabajar como yo quiero. Verás, el tipo de películas que hago puede ser interpre-tada de muchas maneras, y con razón alguien puede odiarlas o quererlas por muy buenas razones.

¿LE MOLESTA QUE LOS ESPECTADORES PUEDAN PERDER EL PUNTO QUE ESTÁ TRATANDO DE PLANTEAR?Por lo general yo trato de no pensar en cómo querría que al-guien reaccionara al ver una de mis películas. La mayor parte del tiempo mi atención se centra en que crean que el personaje está sintiendo algo, y que esto que siente es real. Normalmente no me pongo a pensar en si esta es una escena cómica o no. Casi siempre hay algún tipo de mezcla de ambas cosas, y creo que a veces esto hace que una película funcione en mayor o menor grado, que conecte o no con el público, algo que no pue-do controlar de ninguna manera. Cuando haces una película te estás abriendo a algo que te podría hacer sentir muy mal. Como creador no quieres estar demasiado concentrado en eso, en las reacciones. Solo haces tu trabajo y esperas que le llegue a alguien. Es como echar una botella al mar.

ASÍ COMO EN USTED INFLUYERON DIRECTORES DE LOS SETENTA COMO HAL ASHBY, MIKE NICHOLS O LOUIS MALLE, USTED HA INFLUIDO EN DIRECTORES ACTUALES. ¿QUÉ OPINA AL RESPECTO?Me halaga. Pero creo que es aún demasiado pronto como para hablar acerca de si puedo o no infl uir a alguien. Yo solo hago estas películas, cuento estas historias. Pero cómo cada espec-tador las interpreta, es una cuestión tan íntima para ellos, como lo es para mí crearlas. No busco infl uir en nadie, solo contar una buena historia, quizá compartir una emoción. Poco más. D

09|12|2012ENTREVISTA

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[ROBERT D YEOMAN/ INDIAN PAINTBRUSH]

[ROBERT D YEOMAN/ INDIAN PAINTBRUSH]

| OFICIO DE TINIEBLAS |POR GUSTAVO GARCÍA

RESPUESTAS...1. “Ese no está en mi galería. Es un mujerujo. Un hombre que tiene corazón de mujer. Lo que en una mujer es cualidad, o sea tener corazón de hombre, en un hombre es una catástrofe”. 2. “Él me amo sin esperanzas durante casi 10 años. Sin esperanzas porque a mí los viejos nunca me han gustado, y él lo sabía”. 3. “Porque nunca he querido a nadie como me han querido a mí”. 4. Trece años y dos días, respectivamente. 5. María Sandoval, quien en 1912 se graduó de la Escuela Nacional de Jurisprudencia y recibiera, sin complejos ni diatribas lingüísticas, el título de licenciada en derecho. 6. Un tubérculo de los Andes, mejor conocido como el viagra peruano, que se exporta en muchos productos derivados, como licor y conservas. 7. “Un hombre sano debe ser capaz de vivir, trabajando todo el día, con nada más que un pedazo de pan; también de fumar una pipa y de tomar un buen trago pues sin esto no se pue-de hacer nada. Y además, debe ser capaz de sentir la emoción de las estrellas y del cielo infi nito. Entonces es un deleite vivir”. 8. Fornicar. 9. Leche, limón y brandy. 10. “Mi infancia, al lado de mis papás, dignidad ante la pobreza, mi hermano, el amor que nos unía. Es algo que no se borra”.

El exilio interiorGocemos del temor ante las criaturas de la Tierra Media: con todos los distri-buidores amedrentados y los exhibidores extasiados por el estreno masivo, la próxima semana, de la primera parte de El Hobbit, es el momento de sacrifi car a los pequeños, de empezar a lanzar a la hoguera, por ejemplo, las películas promovidas en la Muestra. En orden de aparición, toca ahora turno a Un reino bajo la Luna (la Muestra abrió con la versión restaurada de Macario, pero no es plan reestrenarla a estas alturas), sexto largometraje del disparejo, desconcertante, brillantemente opaco texano Wes Anderson (Rushmore, Los excéntricos Tannembaum, La vida acuática de Steve Zissou, El fantástico señor Zorro).

Un reino bajo la Luna, en principio, parece una película fi lmada mil veces ya: hacia 1962, el preadolescente Sam (Jared Gilman) padece estoico la pe-sadilla de un estúpido campamento veraniego, hasta que opta por desapa-recer. En realidad, ha sido un plan largamente acariciado con una amiguita por correspondencia, Susy (Kara Hayward), harta, a su vez, de su turbia vida familiar. La búsqueda de ambos revela todo tipo de turbiedades (Sam es huérfano y sus tutores buscaban deshacerse de él en el campamento; la madre de Susy es amante del sheri� local, el jefe de los scouts lo es por inadaptación social); pero cuando la historia parece un desfi le de clichés de la amoral clase media estadunidense con matices de hermanos Cohen (Frances McDormand como la madre de Susy ayuda mucho en ese sentido), se abre a su verdadero registro, el del viaje. Con más capacidad de asombro que en la cínica El viaje del Darjeeling, y aludiendo sin invadir los mundos de Tim Burton, la huida de Sam y Susy es la gradual construcción de una realidad paralela y propia, donde la película encuentra su poética interna.

Para entonces, sin embargo, Anderson ha abierto demasiado el abanico; la segunda hora es menos interesante que la primera porque tiene que dar juego a demasiados personajes (los compañeros de Sam en el campamento, el líder espléndidamente idiotizado por la actuación de Edward Norton, los habitantes del pueblo, las autoridades, incluida la trabajadora social Tilda Swinton); y es que Anderson es el tipo de cineasta de culto irregular que se siente en la obliga-ción de estar a la altura de su estatus de “autor” por encima de su relato. Eso le ha llevado a tropiezos tan estrepitosos como La vida acuática… e híbridos que apelan a la admiración de sus fans, como El fantástico señor Zorro (¡nunca se la pongan a sus niños!). Anderson fue famoso antes de ser sólido; amparado por Francis F. Coppola (su sobrino, Jason Schwatzman, es su actor de cabecera, y su hijo Roman Coppola es coguionista de ésta película), en realidad es ahora cuan-do muestra todas sus armas, un ofi cio que le permite tener un reparto notable realmente a sus órdenes, sin lucimientos incontrolables, y una historia sutil, compleja, maliciosa y divertida sobre los mundos interiores que se guardan cuando la realidad cree habernos vencido.

Un reino bajo la Luna (Moonshine Kingdom). Dirección: Wes Anderson. Argumento: Wes Anderson y Roman Coppola. Fotografía: Robert Yeoman. Música: Alexander Desplat. Intérpretes:

Jared Gilman, Kara Hayward, Bruce Willis, Edward Norton y Bill Murray. Estados Unidos, 2012.

CINE09|12|2012

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WES ANDERSON

mundo se siente solo y atrapado a veces. Yo creo que es más o menos la norma, y mis personajes son más o menos eso, un tanto extraños porque están en una película, pero fi nalmente, muy parecidos a nosotros. La inspiración para crearlos pro-viene de la vida misma y la vida en sí misma, es disfuncional, después de todo. Solo buscamos hacer un refl ejo de ella, exa-gerado y fi ltrado por la sensibilidad del cine, pero refl ejo, al fi n y al cabo.

SUZY Y SAM, LOS PROTAGONISTAS DE UN REINO BAJO LA LUNA, TIENEN 12 AÑOS. ¿FUE MUY DIFERENTE COLOCAR A NIÑOS AL CENTRO DE ESTE ESPEJO DE DISFUNCIÓN EXISTENCIAL?En efecto, son niños, pero eso no quiere decir que sean aliení-genas o ajenos a las emociones que nos forman. En la trama, su infelicidad es parte de su razón para darse a la fuga. Ese es el punto de partida de estos niños. Pero lo principal que me interesaba era contar un romance a esa edad. Cuando escribí el guión con Roman Coppola, trataba de recordar la fuerza de esos sentimientos cuando uno tiene esa edad. Cualquier senti-miento románticos a los 12 años es como entrar en un mundo completamente diferente, más intenso, amplifi cado. Todo se extrapola y de ahí surge la idea del fi lme.

PERO USTED TUVO UNA INFANCIA COMPARATIVAMENTE FELIZ…Mucho. Mis hermanos y yo crecimos felices. Pero eso no quiere decir que no tuviera una idea de lo difícil que es ser un niño o una niña de 12 años, especialmente en una atmósfera como la que se presenta en la película: muy cerrada y aislada, donde la infelicidad de los adultos de algún modo contagia la esfera de su infancia. Un reino bajo la Luna en realidad no tiene nada qué ver con mi niñez, pero creo que en cierta forma nos habla a todos porque tiene elementos universales que nos hablan a todos los que alguna vez tuvimos esa edad y nos enamoramos de alguien a esa edad.

por Miguel Cane

S e le considera un auteur —esto es, un director con una idiosincrasia tan específi ca que se vuelve rúbrica de estilo en su obra— pese a su juventud, y es que cada una de sus obras (desde la aparición de Bottle rocket, en 1996) ha sido aclamada por

la crítica y le ha valido cada vez mayores muestras de cariño de parte de un público que se encuentra identifi cado con los personajes que ha presentado en cintas como Los excéntricos Tenenbaum, Academia Rushmore, La vida acuática con Steve Zissou, El fantástico señor Fox o la más reciente, Un reino bajo la Luna, que abrió el pasado festival internacional de Cannes y ha sido una sensación desde su estreno.

Sin embargo, más allá de todo el reconocimiento y la fama, Wes Anderson (Houston, Texas, 1969) es un hombre modesto, sencillo, que se expresa con una mezcla de claridad y timidez, su sello personal junto con un peculiar sentido de la moda y una excentricidad natural que ha sabido imprimir a sus fi lmes.

“Una de las cosas que me gusta dramatizar, y que a veces es divertido, es ver cómo alguien se cae a pedazos y luego debe volverse a pegar. Aunque en la realidad eso no tiene nada de gracioso, creo que en la fi cción sirve para plantear un confl icto y puede ser útil para una narrativa. Por ejemplo, el personaje del padre, que hace Gene Hackman en Los Tenenbaum, no es una persona entrañable o un hombre particularmente evolu-cionado, pero de alguna manera Gene lo hizo divertido; era el material que estaba trabajando y el punto de la historia era ése, romperse, para volverse a unir”.

PERO ESE ES UN TEMA RECURRENTE, PODRÍA DECIRSE QUE SON ESTUDIOS DE LA DISFUNCIÓN...Es verdad, por lo general, los personajes están inspirados en una combinación de personas y, sí, no hay historia si no hay algún confl icto. Las cosas no suelen ser memorables cuan-do todo el mundo está reunido y contento. Creo que todo el

SEA CUAL SEA LA QUÍMICA DE LOS ACTORES,

ESTÁ EN JUEGO DURANTE EL

RODAJE Y VA A ESTAR EN

LA PELÍCULA TERMINADA

Un reino bajo la Luna, la nueva cinta del director tejano estrenada en Cannes, tiene el sello inconfundible de su autor: disfuncionalidad de los personajes, extrañeza ante una realidad turbia, situaciones límite y confl ictos interiores resueltos con humor y drama

“NO BUSCO INFLUIR EN NADIE, SOLO CONTAR HISTORIAS”

AQUÍ CUENTA DE NUEVO CON BILL MURRAY Y JASON SCHWARTZMAN. ESTA ES UNA ESPECIE DE FAMILIA. ¿ES IMPORTANTE TENER ESA SENSACIÓN DE NORMALIDAD, DE UNA FAMILIA QUE TE RODEA, CON EL FIN DE CREAR SITUACIONES COMO LAS QUE PLASMA EN ESTE FILME?No creo que ninguno de nosotros se considere “normal” (risas). Es probable que juntos seamos más bien como una familia de locos, cada uno con su tema. Pero hay una energía creativa extraordinaria que proviene de personas que son amigos. Sea cual sea la química, está en juego durante el rodaje, va a estar ahí en la película terminada, y si tú, como director, quieres algo de electricidad, necesitas reunir los elementos que te la den, y en mi caso, es trabajando con ellos.

NO HAY UNA SOLA TOMA EN SU OBRA QUE NO SE IDENTIFIQUE COMO UNA PELÍCULA DE ANDERSON. INCLUSO LA ANIMACIÓN STOP-MOTION DE MR. FOX ES ÚNICA; SOLO PODÍA SER SUYA. ¿SE CONSIDERA UN ARTISTA PERFECCIONISTA?No lo sé... Creo que realmente en el momento en que ensayas en el set y capturas algo espontáneo, es como magia. Luego hay un proceso muy largo donde se puede ir mejorando y volver a trabajar, ¿me explico? Me gusta hacer eso, siempre tengo la sen-sación de que está mejorando un poco y un poco más cada vez, y al fi nal va a ser un poco mejor de lo que creamos al principio. Los actores que trabajan conmigo, son muy generosos y entran en ello. Siento que mis películas responden a eso y no sé si lo veo como perfeccionismo o si solo es que me gusta trabajar como yo quiero. Verás, el tipo de películas que hago puede ser interpre-tada de muchas maneras, y con razón alguien puede odiarlas o quererlas por muy buenas razones.

¿LE MOLESTA QUE LOS ESPECTADORES PUEDAN PERDER EL PUNTO QUE ESTÁ TRATANDO DE PLANTEAR?Por lo general yo trato de no pensar en cómo querría que al-guien reaccionara al ver una de mis películas. La mayor parte del tiempo mi atención se centra en que crean que el personaje está sintiendo algo, y que esto que siente es real. Normalmente no me pongo a pensar en si esta es una escena cómica o no. Casi siempre hay algún tipo de mezcla de ambas cosas, y creo que a veces esto hace que una película funcione en mayor o menor grado, que conecte o no con el público, algo que no pue-do controlar de ninguna manera. Cuando haces una película te estás abriendo a algo que te podría hacer sentir muy mal. Como creador no quieres estar demasiado concentrado en eso, en las reacciones. Solo haces tu trabajo y esperas que le llegue a alguien. Es como echar una botella al mar.

ASÍ COMO EN USTED INFLUYERON DIRECTORES DE LOS SETENTA COMO HAL ASHBY, MIKE NICHOLS O LOUIS MALLE, USTED HA INFLUIDO EN DIRECTORES ACTUALES. ¿QUÉ OPINA AL RESPECTO?Me halaga. Pero creo que es aún demasiado pronto como para hablar acerca de si puedo o no infl uir a alguien. Yo solo hago estas películas, cuento estas historias. Pero cómo cada espec-tador las interpreta, es una cuestión tan íntima para ellos, como lo es para mí crearlas. No busco infl uir en nadie, solo contar una buena historia, quizá compartir una emoción. Poco más. D

09|12|2012ENTREVISTA

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09|12|2012COLUMNA

| MULTIMEDIA |POR HÉCTOR RIVERA*

¿LOS MARCIANOS LLEGARON YA?Nos tienen con el alma en un hilo, atando cabos, echando a volar la imaginación, juntando valor para enfrentar lo nunca visto. Me pregunto si los marcianos serán como los ha dibujado desde hace años la ciencia-ficción, el cine de terror, los cómics de héroes todopoderosos. Chapa-rros, cabezones, ojones, con tentáculos, indescifrables y armados hasta los dientes, tripulando enormes bichos robotizados. Me temo, sin embargo, que en todo caso lo peor que puede pasar es que sean iguales a nosotros. Ahí sí, ni para donde correr.

Uno de los científicos más destacados del equipo de la NASA a cargo de la misión del robot Curiosity en Marte, ha soltado hace unos días al modo de una inevitable infi-dencia que han hallado algo en el planeta rojo que habrá de transformar de manera radical el contenido de los libros de historia. Dijo que se trataba de algo que parece realmente bueno. Pero enseguida llegaron las peticiones de discreción, de cautela, de paciencia “hasta que se confirmen los datos”.

Tal vez cuando estas líneas aparezcan publicadas, muchos estarán tomando ya el desayuno en su casa con un invitado marciano, o nos estaremos enterando de las negociaciones a cargo del gobierno estadunidense con los delegados de Marte para hacerles entrega de nuestro país. Dirán que ya sabemos lo que se siente después del encuentro con los españoles, que qué tanto es tantito más. Son bien capaces.

El hecho es que todos hemos interpretado el comentario en el sentido de que hay vida en Marte. Y no por nada. En realidad, los gringos llevan rato soltando las gotitas de ácido que hacen hoyo en la cabeza de muchos: que había huellas extrañas en el suelo marciano; que detectaron el acceso a un misterioso cráter que conduce a una cueva subterránea; que apareció un objeto de plástico brillante que nada tenía que hacer ahí; que encontraron un enorme monolito que prueba la existencia de una antigua civiliza-ción; que existen yacimientos de un metal cuyo valor es 10 veces superior al del oro, que hay grandes depósitos de agua. Que si hay agua, hay vida.

Está claro que resulta prácticamente imposible que a un científico de altos vuelos de la NASA se le vaya la lengua así nomás. Y menos con los rusos y los chinos pisándoles los talones. También es obvio que han echado a andar desde hace tiempo un programa de filtración de datos para mantener a la opinión pública con los ojos atentos a sus pasos en la superficie marciana. La pregunta es ¿por qué diablos la NASA le anda haciendo tanto al cuento con que hay vida en Marte?

Sin duda muy pronto sabremos lo que traman. Y cuánto nos va a costar. Si no es así, lo mejor es ponerse a buscar cuanto antes agua, comida, pilas y medicamentos, ence-rrarse en casa con la familia y atrancar muy bien la puerta, como recomiendan los clásicos desde hace años. De otro modo los gringos nos van a agarrar desprevenidos, mirando al cielo en busca de los marcianos.

*Profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa

[NASA]

Ficción y memorabilia en torno a la tele-serie Batman (1966-1968) se conjuntan en esta cinta en la que los protagonistas de aquélla, Adam West y Burt Ward, se abocan a la búsqueda del Batimóvil, que ha sido robado. En busca de pistas que los lleven a descifrar los motivos del hurto, comienzan a recordar los tiem-pos de la célebre producción televisiva, lo que nos da oportunidad para conocer detalles, situaciones, curiosidades y anécdotas ocurridas alrededor del pro-grama y la fama que éste les dio, con las actuaciones de Jack Brewer y Jason Marden como West y Ward respectiva-mente, y cameos de Frank Gorshin, Lee Meriwether y Julie Newmar.

Ethan Hunt (Tom Cruise) debe limpiar el nombre de su organización (Fuerza Misión Imposible), luego de que ésta se ve comprometida con un bombazo en el Kremlin. Él y su equipo operan desde la clandestinidad en condición de prófugos.MOVIECITY PREMIERES ESTE, DOMINGO 9, 15:50 hrs.

Escrito y producido por Luc Besson, este filme no se estrenó en México. Es la historia de Cataleya (Zoe Saldana) quien huye a Estados Unidos siendo una niña, luego de atestiguar el ase-sinato de sus padres en Colombia. Convertida en sicaria, ha de utilizar su oficio para vengarse.HBO OESTE, DOMINGO 9, 19:00 hrs.

ESPÍRITU DE TRIUNFO

Homenaje al equipo de futbol Santos Laguna, esta película

se centra en tres historias: un talentoso jugador ansía llegar a la Primera División

y, luego de sucumbir a los excesos, se redime; un obrero ha perdido su trabajo y la fe;

el presidente del club debe asirse a la esperanza al estar gravemente enfermo. Todos son tocados por el don de El

Profe (Eric del Castillo).

BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE ASCIENDELa última parte de la trilogía de El Caba-llero de la Noche, de Christopher Nolan, es motivo de una serie de presentaciones que van de los ejemplares sencillos a los combos, sobresaliendo la Edición Limita-da que viene acompañada de la figura de una máscara rota de Batman. Además, la interactividad es parte importante en este lanzamiento con la aplicación The Dark Knight Rises para celulares y tabletas, que habilita una interacción con las ediciones en Blu-ray, formato éste en el que la película se ve enriquecida al ser su visualización producto de un master híbrido que conjunta las cualidades de los formatos IMAX y 35 milímetros.

IMÁ

GEN

ES

EN CARTELERA

EN LA TELE

LA POSESIÓN DE SALLY

Con información y experiencia de primera mano, Pat Holden

dirige esta cinta inglesa que recrea el caso de poltergeist

más violento registrado en Europa, fenómeno del que fue partícipe su tía y del cual tuvo su propia dosis. Cambiando el

apellido familiar pero tomando en cuenta lo sucedido y las

varias investigaciones al res-pecto, plantea lo sucedido vía

los Maynard.

POR

ALEJ

ANDR

O L

EAL

Y LU

CÍA

M. V

ALLE

DVD/BLU-RAY

COLOMBIANA

DE REGRESO A LA BATICUEVA

MISIÓN IMPOSIBLE: PROTOCOLO FANTASMA

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| EL SANTO OFICIO |POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

EL FANTASMA DE LA REPRESIÓNEl largo silencio del cartujo inquietó a sus compañeros en la sala de prensa de la FIL de Guadalajara. Estático, con los ojos fi jos en la pantalla de la computadora, parecía haberse marchado al otro mundo como suele marcharse de todas las reuniones: sin decir adiós.

Era la noche del primer sábado de diciembre. En la tarde, las inmediaciones de la FIL se habían convertido en un campo de batalla entre policías y manifestantes contrarios a la “imposición” de Enrique Peña Nieto como Presidente. Pero las cosas no pasaron a mayores.

Horas después, las imágenes de lo ocurrido en la Ciudad de México lo dejarían catatónico. No daba crédito: jóvenes embozados y furiosos agredían a gendarmes inermes, les lanzaban piedras y palos encendidos, golpeaban con tubos de metal sus escudos de acrílico.

En su ofensiva, causaron destrozos y sembraron mie-do, desvirtuaron el espíritu de las protestas ciudadanas y se dedicaron a la agresión a mansalva. Aunque nada de eso ven los apologistas del odio.

En las hordas no hay rebeldía —deberían saberlo— sino un rencor vivo. Esos muchachos no son sino ejemplo del lumpen proletariado, “ese producto pasivo de la putrefac-ción de las capas más bajas de la vieja sociedad. Puede a veces ser arrastrado al movimiento por una revolución proletaria; sin embargo, en virtud de todas sus condiciones de vida está más bien dispuesto a venderse a la reacción para servir a sus maniobras”.

Las palabras de Marx en el Manifi esto comunista re-suenan en la cabeza hueca del monje. Si en verdad a esos jóvenes les dieron 300 pesos por sus desmanes, por 500 cambiarían de bando sin dudarlo un momento.

Son mercenarios, carne de cañón. Utilería y pretexto para los columnistas “comprometidos”, para los carica-turistas “de izquierda”, para el periodismo ideologizado, mentiroso y ramplón, para las buenas conciencias de los radical chic.

Eran relativamente pocos, pero la policía, inefi caz y medrosa, sin un garrote para defenderse, no pudo conte-nerlos sino cuando ya era demasiado tarde.

Al fi nal, detuvieron a unos cuantos culpables y a varios inocentes, y desde las redes sociales y la prensa “pro-gresista” se alentó la idea de la represión, ese fantasma tan temido por los gobernantes mexicanos después de la matanza de 1968 y el Jueves de Corpus del 10 de junio de 1971, cuando estudiantes y maestros se enfrentaron —indefensos— a otros esbirros igualmente inconscientes y violentos: los halcones.

¿Me he vuelto reaccionario?, se pregunta el amanuense al escuchar su muda perorata. Frente a la computadora, sus compañeros lo zarandean, le hablan, le echan agua bendita. Nada parece devolverlo a la realidad.

Continúa viendo la cobardía de los pandilleros enmasca-rados; piensa en las familias de los policías —impreparados y con sueldos miserables— y en la sevicia de quienes, en su sed de poder y venganza, apuestan todas sus canicas a la intimidación y el terror. Y esto apenas comienza...

Queridos cinco lectores, como golondrina sin alambre, El Santo Ofi cio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. D

[SHASENKA GUTIÉRREZ/ EFE][CLAUDIA GUADARRAMA]

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ÁNGELES MASTRETTA

“CANTAR Y CONVERSAR ME DIVIERTEN MÁS QUE ESCRIBIR”

por Héctor González

Pocas escritoras en México se pueden jactar de tener el número de lectores de Ángeles Mastretta. Antes que novelista, esta mujer de origen poblano

y sangre italiana, se confi esa como una conver-sadora que disfruta del baile y la música. Ha

publicado más de una docena de títulos, siendo el más reciente La emoción de las cosas.

QUÉ TIENE MÁS ¿LECTORAS O LECTORES?

Lectoras; creo que la fi cción la leen más muje-res que hombres. Antes me afectaba no llegar a

los hombres, pero ya no me importa. Mi mejor lector es Luis de la Barreda Solórzano, siempre

está muy pendiente de lo que hago.

¿PARA QUÉ SER ESCRITORA?Primero porque me gusta y quiero. Después ya viene el para qué y la respuesta está en contar

historias. En mi familia todos tenemos anéc-dotas, cuando nos reunimos predomina quien

tiene mejores situaciones.

¿DE QUÉ TAMAÑO ES SU EGO?Normal. Como el de cualquiera. A veces lo

lidias, otras lo complaces, en ocasiones te caes pésimo, otras te congratulas y dices ¡qué bien me quedó esto! Hay momentos cuando pienso

que debería dedicarme a otra cosa.

¿EN SERIO ALGUNA VEZ PENSÓ EN DEDICARSE A OTRA COSA?

De niña decía que iba a ser maestra, me decían “la maestra liendre”, por chiquita. Después

quise hacer tele y periodismo, pero en la UNAM, Gustavo Sáinz me sugirió que me dedicara a la fi cción. Pedí la beca en el Centro Mexicano de

Escritores y me la dieron.

TUVO POR MAESTROS A RULFO Y A ELIZONDO…

Sí, lo malo es que ninguno tenía muchas ganas de enseñar. Con Rulfo

hablé más del pie de nuez y de la vida. Salvador era devastador y una

crítica suya motivó que no escribiera fi cción por ocho años. El silencio se

rompió durante una fi esta donde le platiqué a Sergio Pitol cosas de

Arráncame la vida, libro que terminé por escribir.

¿HA PLAGIADO?No, ni se me hubiera ocurrido. Es un acto

de audacia y temor.

HAY QUIEN DICE, “QUIEN NO HAYA PLAGIADO QUE TIRE LA PRIMERA

PIEDRA”…Yo no lo suscribo, acaso te contagias de otros

autores pero hasta ahí.

¿TOCA EL PIANO?Muy mal, no paso del do, re, mi. Pero me encan-

ta que esté en la casa para que lo toque quien quiera. En realidad resulté mejor cantante, y

eso que canto mal.

¿CUÁL ES SU REPERTORIO?Lo que se atraviese, desde Sarita Montiel hasta

el Ave María, pero como tenor bajo.

NUNCA SE PIERDE A JOAQUÍN SABINA, ¿VERDAD?

Nos volvimos muy amigos conversando y cantando

en el Bar Siqueiros.

Joaquín, sabio que es, se hizo amigo del Gabo García Márquez y Mercedes, su esposa. Lo conocí con ellos, después de un concierto nos fuimos al Polyforum. Por esas épocas él era más bárbaro, ahí canté “Arráncame la vida” y juntos interpre-tamos otras canciones. A partir de entonces nos caímos muy bien.

¿CON QUIÉN MÁS HA "PALOMEADO"?Con el Gabo, Zabludovsky, Joaquín López-Dóriga es rebueno cantando. Una vez desinhibidos todo mundo canta. Yo no bebo nada, pero actúo como si estuviera borracha. Cantar y conversar me divierten más que escribir.

¿QUÉ HAY MÁS EN SU VIDA FELICIDAD O ALEGRÍA?La felicidad se encuentra y llega en destellos. La alegría en cambio es una opción vital, incluso cuando te contradice la vida puedes tener un compromiso con la alegría. Mi compromiso es con estar viva, y ahí incluyo la pérdida o la tristeza. A mí me alimenta todo eso, además de conversar. Héctor (Aguilar Camín) y yo nos sorprendemos de llevar 35 años juntos y seguir hablando todo el tiempo.

YA ES UN BUEN TIEMPO, ¿CÓMO LE HACEN?Medir el tiempo por días e intentar sorprendernos continuamente. D

ÁNGELESMASTRETTANació en la ciudad de Puebla en 1949. Entre sus libros se encuentran Arráncame la vida, Mal de amores, El mundo ilu-minado y Mujeres de ojos gran-des, así como los poemarios La pájara pinta y Desvaríos


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