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Thompson: El Concepto de Cultura

Date post: 17-Dec-2015
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Thompson: El Concepto de Cultura
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Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial correspondiente.
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    JOHN B. THOMPSON

    Ideologa y cultura moderna

    Teora Crtica social en la era de la comunicacin de masas

    UNIVERSIDAD AUTNOMA METROPOLITANA

    UNIDAD XOCHIMILCO Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades

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    Universidad Autnoma Metropolitana Rector General, doctor Luis Mier y Tern Casanueva Secretario General, doctor Ricardo Sols Rosales

    Universidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco Rectora, doctora Patricia Elena Aceves Pastrana Secretario, doctor Ernesto Soto Reyes Garmendia

    Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades Director, licenciado Gerardo Zamora Fernndez de Lara Secretario Acadmico, maestro Roberto Martn Constantino Toto Jefe de la Seccin de Publicaciones, licenciado Miguel ngel Hinojosa Carranza Traduccin: Gilda Fantinati Caviedes

    Primera edicin en espaol, 1993 Segunda edicin, 1998

    Primera reimpresin de la segunda edicin, 2002

    Diseo de cubierta, Edmundo Garca Estvez

    D.R. 2002, Universidad Autnoma Metropolitana Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud Coyoacn, 04960 Mxico, D. F. ISBN: 970 654 327 9

    T t u l o o r i g i n a l , Ideology and Modera Culture. Critical Social Theory in the Era of Mass

    Communicatin Primera impresin en ingles, 1990 John B. Thompson Polity Press in association with Basil Blackwell

    ISBN 07456 00816 ISBN 07456 0382 4 (pbk)

    Impreso y hecho en Mxico / Printed and Made in Mxico

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    NDICE G E N E R A L

    PREFACIO VII

    INTRODUCCIN IX

    1. EL CONCEPTO DE IDEOLOGA 45

    La ideologa y los idelogos 47 Las concepciones de ideologa en Marx 52 De la ideologa a la sociologa del conocimiento 69 Repensando la ideologa: una concepcin crtica 81 Rplica a algunas objeciones posibles 102

    2. LA IDEOLOGA EN LAS SOCIEDADES MODERNAS

    Anlisis crtico de algunas descripciones tericas 111 La ideologa y la era moderna 114 La ideologa y la reproduccin social 127 Crtica de la industria cultural 145 La transformacin de la esfera pblica 163

    3. EL CONCEPTO DE CULTURA 183

    Cultura y civilizacin 186 Las concepciones antropolgicas de la cultura 190 Repensando la cultura: una concepcin estructural 202 La contextualizacin social de las formas simblicas 217 La valoracin de las formas simblicas 229

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    4. TRANSMISIN CULTURAL Y COMUNICACIN DE MASAS El desarrollo de las industrias de los medios 241 Aspectos de la transmisin cultural 243 La escritura, la imprenta y el inicio del comercio

    de noticias 252 El desarrollo de la radiodifusin 268 ltimas tendencias en las industrias de los medios 283 EL impacto social de las nuevas tecnologas

    de comunicacin 300

    5. HACIA UNA TEORA SOCIAL DF LA COMUNICACIN DE MASAS 315

    Algunas caractersticas de la comunicacin de masas 317 La comunicacin de masas y la interaccin social 328 Reconstituyendo los lmites entre la vida pblica

    y la privada 346 La comunicacin masiva entre el mercado

    y el Estado 360 Repensando la ideologa en la era de la comunicacin

    de masas 383 6. LA METODOLOGA DE LA INTERPRETACIN 395

    Algunas condiciones hermenuticas de la investigacin sociohistrica 398

    El marco metodolgico de la hermenutica profunda 403 La interpretacin de la ideologa 423 Analizando la comunicacin de masas:

    el enfoque tripartito 440 La apropiacin cotidiana de los productos

    massmediados 454 Interpretacin, autorreflexin y crtica 463

    CONCLUSIN: TEORA CRTICA Y SOCIEDADES MODERNAS 475

    NDICE DF TABLAS Y FIGURAS

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    CAPTULO 3

    EL C O N C E P T O D E C U LT U RA En la literatura de las ciencias sociales, el estudio de las formas sim- blicas se ha conducido generalmente bajo la rbrica del concepto de cultura. Si bien puede haber desacuerdo en cuanto al significado del concepto mismo, muchos analistas convendran en que el estudio de los fenmenos culturales es una preocupacin de importancia central para todas las ciencias sociales. La vida social no es slo una cuestin de objetos e incidentes que se presentan como hechos en el mundo natural: tambin es una cuestin de acciones y expresiones significativas, de enunciados, smbolos, textos y artefactos de diversos tipos, y de sujetos que se expresan por medio de stos y buscan comprenderse a s mismos y a los dems mediante la interpretacin de las expresiones que pro- ducen y reciben. En su sentido ms amplio, la reflexin sobre los fenmenos culturales se puede interpretar como el estudio del mundo sociohistrico en tanto campo significativo. Se puede interpretar como el estudio de las maneras en que individuos situados en el mundo sociohistrico producen, construyen y reciben expresiones significativas de diversos tipos. Visto as, el concepto de cultura alude a una variedad de fenmenos y a un conjunto de preocupaciones que hoy da comparten analistas que trabajan en diversas disciplinas, que van de la sociologa y la antropologa a la historia y la crtica literaria.

    Sin embargo, no siempre se ha usado de este modo el concepto de cultura. Es un concepto que posee una larga historia propia, y el sentido que transmite en la actualidad es en cierta medida producto de ella. Al recorrer algunos de los principales episodios del desarrollo

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    del concepto de cultura podremos obtener una comprensin ms profunda de lo que interviene y de lo que debe evitarse en el estudio contemporneo de los fenmenos culturales. Por tanto, empezar es- te captulo ofreciendo una breve visin panormica de este desarrollo. Mi objetivo no es proporcionar un examen exhaustivo de los muchos usos, pasados y actuales, del concepto de cultura, sino ms bien poner de relieve algunas de las principales lneas de su empleo.1 En aras de la sencillez, distinguir entre cuatro sentidos bsicos. El primero es el que era aparente en las primeras discusiones de la cultura, en especial en aquellas que se produjeron entre los filsofos e historiadores ale- manes durante los siglos XVIII y XIX. En estas discusiones el trmino cultura se usaba generalmente para referirse a un proceso de desa- rrollo intelectual o espiritual, proceso que difera en ciertos aspectos del de civilizacin. Podemos describir este empleo tradicional del trmino como la concepcin clsica de la cultura. Con la aparicin de la antropologa a fines del siglo XIX, la concepcin clsica cedi el paso ante diversas concepciones antropolgicas de la cultura. Aqu distingo dos de tales concepciones: lo que llamo la concepcin descriptiva y la concepcin simblica. La concepcin descriptiva de la cultura se refiere al conjunto diverso de valores, creencias, costumbres, convenciones, hbitos y prcticas caractersticos de una sociedad particular o de un periodo histrico. La concepcin simblica desplaza el enfoque hacia un inters por el simbolismo: de acuerdo con ella, los fenmenos culturales son fenmenos simblicos, y el estudio de la cultura se interesa esencialmente por la interpretacin de los smbolos y de la accin simblica.

    La concepcin simblica es un punto de partida adecuado para desarrollar un enfoque constructivo para el estudio de los fenmenos culturales. No obstante, la debilidad de esta concepcin en la forma

    1 Para conocer algunas discusiones generales acerca del concepto de cultura vanse A. L. Kroeber y Ciyde Kluckhohn, Culture: A Critical Review of Concepts and Definitions (Cambridge, Massachusetts: Papers of the Peabody Museum of American Archaeology and Ethonulogy, Harvard University, 1952); Raymond Williams, Keywords, A Voeabulary of Culture and Society (Londres: Fontana, 1976) y Culture (Londres: Fontana, 1981). [trad. cast. Paids]

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    en que aparece, por ejemplo, en los escritos de Geertz es que no presta suficiente atencin a las relaciones sociales estructuradas donde se insertan siempre los smbolos y las acciones simblicas. En con- secuencia, formulo lo que llamo la concepcin estructural de la cultura. De acuerdo con ella, los fenmenos culturales pueden entenderse como formas simblicas en contextos estructurados; y el anlisis cultural puede interpretarse como el estudio de la constitucin significativa y de la contextualizacin social de las formas simblicas. La ma- yor parte del presente captulo se relaciona con la elaboracin de los dos rasgos implicados por la concepcin estructural de la cultura: es decir, la constitucin significativa y la contextualizacin social de las formas simblicas.

    Al considerar las formas simblicas en relacin con los contextos sociales estructurados en los cuales se producen y reciben, la con- cepcin estructural de la cultura proporciona una base sobre la cual podemos empezar a pensar en lo que implica el surgimiento y el desa- rrollo de la comunicacin masiva. De determinadas maneras y en virtud de ciertos medios, la comunicacin masiva trata de la pro- duccin y transmisin de las formas simblicas. La comunicacin de masas es ciertamente una cuestin de tecnologa y de poderosos me- canismos de produccin y transmisin; pero tambin es una cuestin de formas simblicas, de expresiones significativas de diversos tipos, que son producidas, transmitidas y recibidas por conducto de las tecnologas desplegadas por las industrias de los medios. De este mo- do, el surgimiento y el desarrollo de la comunicacin de masas pueden considerarse como una transformacin fundamental y continua de las maneras en que se producen y circulan las formas simblicas en las sociedades modernas. Es en este sentido cuando me refiero a la me- diatizacin de la cultura moderna. Lo que define a nuestra cultura como moderna es el hecho de que, desde fines del siglo XV, la pro- duccin y la circulacin de las formas simblicas han estado creciente e irreversiblemente atrapadas en procesos de mercantilizacin y transmi- sin que ahora poseen un carcter global. Los anteriores son desarrollos que examinar en el captulo siguiente.

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    CULTURA Y CIVILIZACIN

    Permtaseme comenzar haciendo un recorrido por la historia del con- cepto de cultura. Derivado de la palabra latina culturam, el concepto adquiri una presencia significativa en muchas lenguas europeas durante el inicio del periodo moderno. Los primeros usos dados al concepto en las lenguas europeas preservaron parte del sentido original de cultura, el cual significaba primordialmente el cultivo o el cuidado de algo, como las cosechas o los animales. A partir del siglo XVI, el sentido original se extendi poco a poco de la esfera de la labranza al proceso del desarrollo humano: pas del cultivo de las cosechas al cultivo de la mente. Sin embargo, el uso del sustantivo independiente cultura, para referirse a un proceso general o al producto de dicho proceso, no fue algo comn sino hasta fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. El sustantivo independiente apareci primero en francs e ingls; y a fines del siglo XVIII, la palabra francesa se incorpor al alemn, en el que primero se escriba Cultur y ms tarde Kultur.

    A principios del siglo XIX, la palabra cultura se usaba como si- nnimo de la palabra civilizacin, o en algunos casos en oposicin a ella. Derivado de la palabra latina civilis, que significa de los ciu- dadanos o perteneciente a ellos, el trmino civilizacin se us inicialmente en francs e ingls a fines del siglo XVIII para describir un proceso progresivo de desarrollo humano, esto es, un movimiento hacia el re- finamiento y el orden, y un alejamiento de la barbarie y el salvajismo. Detrs de este nuevo sentido se encontraba el espritu de la Ilustracin europea y su creencia confiada en el carcter progresista de la era moderna. En francs e ingls se traslaparon los usos de las palabras cultura y civilizacin: ambas se usaron cada vez ms para des- cribir un proceso general de desarrollo humano, de cultivarse o civilizarse. Sin embargo, en alemn estas palabras se usaban con frecuencia en oposicin, de manera que Zivilisation adquiri una con- notacin negativa y Kultur una positiva. La palabra Zivilisation se

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    asociaba con la cortesa y el refinamiento de los modales, mientras que KuJtur se usaba para referirse a los productos intelectuales, artsticos y espirituales donde se expresaban la individualidad y la creatividad de la gente.

    El contraste germano entre Kultur y Zivilisation se vinculaba con los patrones de la estratificacin social de la Europa moderna temprana. Norbert Elias ha examinado con cierto detalle este vnculo.2 Como observa Elias, en la Alemania del siglo XVIII el francs era la lengua de la nobleza cortesana y de los estratos superiores de la burguesa; hablar francs era un smbolo de prestigio de las clases altas. Adems de las clases altas, exista un estrato de intelectuales que slo hablaban alemn y que pertenecan principalmente a los crculos oficiales cortesanos y ocasionalmente a la nobleza terrateniente. Esta intelligentsia conceba su propia actividad en trminos de sus logros intelectuales y artsticos; se mofaba de las clases altas que, aun cuando no lograban nada en este sentido, gastaban sus ener- gas en refinar sus modales y en imitar a los franceses. La polmica contra las clases altas se expres en trminos del contraste entre Kultur y Zivilisation. Nos cultivamos por medio del arte y de la ciencia, seal Kant, nos civilizamos [al adquirir] una variedad de buenos modales y refinamien- tos sociales.3 La intelligentsia alemana usaba el trmino Kultur para expresar su posicin peculiar y para distinguirse y distinguir sus logros de las clases altas, a las cuales no tena acceso. En este sentido, la situa- cin de la intelligentsia alemana difiri significativamente de la francesa. En Francia existi tambin un naciente grupo de intelectuales, que inclua a Voltaire y Diderot, pero stos fueron asimilados por la gran sociedad de la corte de Pars, mientras que sus contrapartes alemanes fueron excluidos de la vida cortesana. Por consiguiente, la intelligentsia alemana busc y encontr su realizacin y orgullo en otra parte: en los mbitos de la academia, la ciencia, la filosofa y el arte, es decir, en el m- bito de la Kultur.

    2 Vase Norbert Elias, The CivilizingProcesa, vol. 1: The History of Manners, trad. Edmund Jephcott (Oxford: Basil Blackwell, 1978), cap. 1. [trad.cast. FCE]

    3 Immanuel Kant, mencionado en Wrterbuch de Jacob Grimm y citado en Kroeber y Kluckhohn, Culture: A Critical Review,...op. cit., p. 11.

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    A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, el trmino cultura tambin se usaba comnmente en trabajos que buscaban servir como historias universales del desarrollo de la humanidad. Este uso era particularmente fuerte en la literatura alemana; por ejemplo, en los trabajos de Adelung, Herder, Meiners y Jenisch. Fue en el trabajo que el primero llev a cabo en 1782 donde apareci por primera vez la expresin Culhir-Geschichte, historia de la cultura.4 En estas historias, el trmino cultura se usa en general en el sentido del cultivo, el mejoramiento y el ennoblecimiento de las cualidades fsicas y espirituales de una persona o un pueblo. Las historias de la cultura expresaban as la creencia que tena la Ilustracin en el carcter progresista de la era moderna, al tiempo que transmitan la connotacin positiva de cultura como el desarrollo y el ennoblecimiento genuinos de las facultades humanas. La ms conocida de estas primeras historias de la cultura fue la obra de J. G. von Herder, Ideen zur Philosophie der Geschichteder Menschheit, que se public originalmente en cuatro volmenes entre 1784 y 1791.5 En esta vasta obra, Herder preserv algunos de los nfasis de sus contem- porneos, aunque critic el etnocentrismo caracterstico de muchos trabajos que se presentaban como historias universales. En respuesta a lo que consider como una mala interpretacin de sus ideas, Herder apunt:

    Nunca me pas por la mente, al emplear las pocas expresiones fi- guradas, la niez, adolescencia, adultez y vejez de nuestra especie, cuya cadena se aplicaba, pues era aplicable, slo a unas cuantas naciones, sealar un camino por el que pudiera reconstruirse la historia de la cultura, para no hablar de la filosofa de la historia de la humanidad en su totalidad. Existe un pueblo sobre la Tierra que carezca totalmente de cultura? Y qu tan estrecho debe ser el esquema de la Providencia

    4 Vase J. C. Adelung, Versuch einer Geschichte der Kultur des Menschlichen Geschlechts (Leipzig: Gottlieb Hertel, 1782).

    5 Vase J. G. von Herder, Ideen zur Philosophie der Geschichte der Menschheit, repr. como vols. 13 y 14, en Bernhard Supham (ed), Smmtliche Werke (Berln: Weidmannsche Buchhandlung, 1887). Una edicin en ingls de Ideen apareci con el ttulo de Outlines of a Philosophy of the History of Man, trad. T. Churchill (Londres: J. Johnson, 1800).

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    para que todo individuo de la especie humana deba avenirse a lo que nosotros llamamos cultura, termino para el cual debilidad refina- da sera a menudo una expresin ms apropiada? Nada ms vago que el trmino mismo; nada ms propicio para desviamos, que apli- carlo a naciones y pocas enteras.6

    Herder prefiri hablar de culturas en plural y dirigir la atencin hacia las caractersticas particulares de diferentes grupos, naciones y periodos. Este nuevo sentido de cultura fue adoptado y elaborado ms tarde por Gustav Klemm, E. B. Tylor, y otros, en el siglo XIX, cuyos escritos etnogrficos pro- porcionaron, como veremos, un estmulo para el desarrollo de la antropologa.

    El concepto de cultura que emergi a fines del siglo XVIII y co- mienzos del XIX, y que fue formulado principalmente por filsofos e historiadores alemanes, puede describirse como la concepcin clsica. A grandes rasgos, esta concepcin se puede definir as: la cultura es el proceso de desarrollar y ennoblecer las facultades humanas, proceso que se facilita por la asimilacin de obras eruditas y artsticas relacionadas con el carcter progresista de la era moderna. Es evidente que ciertos aspectos de la concepcin clsica su nfasis en el cultivo de los valores y las cua- lidades superiores, su inters por las obras eruditas y artsticas, su vnculo con la idea de progreso de la Ilustracin se mantienen vigen- tes en la actualidad y estn implcitos en algunos de los usos habituales de la palabra cultura. Sin embargo, la restriccin y la estrechez mis- mas de la concepcin clsica constituyen tambin la fuente de sus limitaciones. Esta concepcin privilegia ciertas obras y ciertos valores sobre otros; considera tales obras y valores como los medios por los cua- les pueden cultivarse los individuos, es decir, ennoblecerse en mente y espritu. Este privilegio otorgado a ciertas obras y ciertos valores se vin- cul con la autoafirmacin y la autoimagen de la intelligentsia alemana y, en general, con la creencia confiada en el progreso asociado con la Ilustracin europea. El concepto de cultura no pudo soportar el peso de semejantes suposiciones durante mucho tiempo. Ya he hecho notar

    6 Vase von Heder, Outlines of Philosophy,... op. cit., p. v. (traduccin modificada.)

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    las reservas expresadas por Herder. Sin embargo, el cambio decisivo se present a fines del siglo XIX con la incorporacin del concepto de cultura a la naciente disciplina de la antropologa. En este proceso se despoj al concepto de cultura de algunas de sus connotaciones etnocntricas y se adapt a las tareas de la descripcin etnogrfica. El estudio de la cultura trataba ahora menos del ennoblecimiento de la mente y el espritu en el corazn de Europa, y se interesaba ms por descifrar las costumbres, prc- ticas y creencias de aquellas sociedades que constituan el otro para Europa.

    LAS CONCEPCIONES ANTROPOLGICAS DE LA CULTURA El concepto de cultura se ha asociado tan estrechamente con el desarrollo de la antropologa que a veces se les consideran como virtualmente coex- tensivos: la antropologa, o al menos una de sus principales ramas, es el estudio comparativo de la cultura. En vista de la centralidad que tiene el concepto de cultura en la literatura antropolgica, tal vez no resulte sorprendente que el concepto se haya usado de varias maneras y se haya vinculado con muchos supuestos y mtodos diferentes. No intentar ha- cer un anlisis o estudio detallado de tales usos; para mi propsito bastar con distinguir entre dos empleos bsicos, a los cuales denominar la con- cepcin descriptiva y la concepcin simblica. Semejante distincin implica inevitablemente cierta simplificacin, no slo porque no considera algunos matices que pueden discernirse en los distintos usos del trmino, sino tambin porque acentan las diferencias entre las dos concepciones y en consecuencia descuida las similitudes. Sin embargo, la distincin es un recurso analtico til que nos permitir revisar algunos de los principales usos del concepto de cultura en la literatura antropolgica.

    La concepcin descriptiva La concepcin descriptiva de la cultura puede rastrearse desde los escritos de los historiadores culturales del siglo XIX, quienes estaban interesados en la descripcin etnogrfica de las sociedades no europeas. Entre

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    los ms importantes estaba Gustav Klemm, cuya obra, Allgemeine Cultur-Geschichte der Menschheit, se public en diez volmenes entre 1843 y 1852. Klemm trat de proporcionar una descripcin sistemtica y amplia de el desarrollo gradual de la humanidad al examinar las costumbres, habilidades, artes, herramientas, armas, prcticas religio- sas, y as sucesivamente, de pueblos y tribus de todo el mundo.7 El trabajo de Klemm era conocido por E. B. Tylor, profesor de antropologa de la Universidad de Oxford, cuya obra ms importante, PrimitiveCulture, se public en dos volmenes en 1871. En el contexto ingls, el contraste entre cultura y civilizacin no fue tan marcado como en Alemania. Tylor emple ambos trminos de manera intercambiable y present esta definicin clsica al principio de Primitive Culture:

    La cultura o civilizacin, tomada en su sentido etnogrfico amplio, es esa totalidad compleja que abarca al conocimiento, las creencias, el arte, la moral, la ley, las costumbres y cualesquiera otras habilidades y hbitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad. La condicin de la cultura entre las diversas sociedades de la humani- dad, en la medida en que se puede investigar a partir de principios generales, es un tema propicio para el estudio de las leyes del pensa- miento y la accin humanas.8

    La definicin de Tylor contiene los elementos clave de la concepcin des- criptiva de la cultura. De acuerdo con esta concepcin, la cultura se puede considerar como el conjunto interrelacionado de creencias, costumbres, leyes, formas de conocimiento y arte, etctera, que adquieren los individuos como miembros de una sociedad particular y que se pueden estudiar de manera cientfica. Todas estas creencias, costumbres, etctera, conforman una totalidad compleja que es caracterstica de cierta sociedad y la distingue de otras que existen en tiempos y lugares diferentes. En la

    7 Vase de Gustav Klemm, Allgemeine Cultur-Geschichte der Menschheit (Leipzig: B.G. Leubner, 1843-52), esp. vol. I.

    8 Fdward B. Tylor, Primitive Culture: Researches rnto the Development of Mythology, Philosophy, Religin, lLanguage, Arf, andCustom, vol. 1 (Londres: John Murray, 1903), p. 1.

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    descripcin de Tylor, una de las tareas del estudio de la cultura es disecar estas totalidades en sus partes componentes y clasificarlas y compararlas de manera sistemtica. Es una tarea similar a la que emprenden el bot- nico y el zologo: As como el catlogo de todas las especies de plantas y animales de una localidad representa su flora y su fauna, la lista de todos los aspectos de la vida general de un pueblo representa esa totalidad que llamamos su cultura.9

    Tal como lo pone en claro la ltima observacin, el enfoque de Tylor comprende una serie de suposiciones metodolgicas acerca de cmo se debe estudiar la cultura. Tales suposiciones constituyen a la cultura co- mo el objeto de una investigacin cientfica y sistemtica; producen lo que podemos describir como la cientifizacin del concepto de cultura. En tanto que la primera concepcin clsica de la cultura era sobre todo una nocin humanstica interesada en el cultivo de las facultades humanas por medio de obras eruditas y artsticas, la concepcin descriptiva de la cultura, tal como apareci en los escritos de Tylor y otros, se consider como el principal apoyo de una nueva disciplina cientfica relacionada con el anlisis, la clasificacin y la comparacin de los elementos constitu- tivos de diversas culturas. Sin embargo, la cientifizacin del concepto de cultura no elimin su nfasis original en la idea de progreso; en mu- chos casos simplemente insert la idea en un marco evolutivo. Lo anterior es evidente en el trabajo de Tylor, quien consideraba las condiciones cul- turales de diversas sociedades como etapas de desarrollo o evolucin, siendo cada una el resultado de la historia anterior, y estando a punto de hacer su parte correspondiente para moldear la historia del fu- turo.10 Adems de analizar, clasificar y comparar, el estudio de la cultura debera, segn Tylor, intentar recorrer el desarrollo de la especie humana, con miras a reconstruir los pasos que llevaron del salvajismo a la vida civilizada. De aqu la preocupacin de Tylor por lo que l llama la super- vivencia en la cultura: es decir, a partir de los restos de formas culturales 9 Ibd., p. 8. 10 Ibid., p. l. 192

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    previas que persisten en el presente y que dan testimonio de los orgenes primitivos y brbaros de la cultura contempornea.

    El carcter cientfico y evolutivo del trabajo de Tylor fue coherente con el clima intelectual general de fines del siglo XIX, momento en que los mtodos de las ciencias positivas se estaban adaptando a nuevos cam- pos de investigacin y cuando tena una gran penetracin el impacto de las ideas de Darwin. En los escritos de antroplogos posteriores, estos nfasis fueron moderados un poco o a veces fueron desplazados en parte por otras preocupaciones. Por ejemplo, Malinowski adopt en sus escritos de las dcadas de 1930 y 1940 una teora cientfica de la cultura y respald una perspectiva evolutiva calificada; sin embargo, su principal inters consista en desarrollar un enfoque funcionalista acerca de la cultura, en el cual los fenmenos culturales se pudieran analizar en trminos de la satisfaccin de las necesidades humanas.11 La concepcin de cultura empleada por Malinowski es una versin de lo que he llamado la concepcin descriptiva. Segn l, los seres humanos son distintos en dos aspectos. En primer lugar, varan en cuanto a su estructura corporal y a sus caractersticas fisiolgicas; el estudio de tales variaciones es labor de la antropologa fsica. Asimismo, varan en tr- minos de su herencia social o cultura, y tales variaciones ataen a la antropologa cultural. La cultura comprende artefactos, bienes, pro- cesos tcnicos, ideas, hbitos y valores heredados. La cultura es una realidad sui generis y se debe estudiar como tal.12 El estudio de la cultura debe intentar separar esta herencia social en sus elementos componen- tes y relacionarlos unos con otros, con el medio ambiente y con las necesidades del organismo humano. De acuerdo con Malinowski, el examen de las funciones de los fenmenos culturales, de las maneras en que satisfacen las necesidades humanas, debe preceder todo intento por formular las etapas del desarrollo social y los esquemas evolutivos.

    11 Vase Bronislaw Malinowski, A Sdentifc Theory of Culture and Otier Essays (Chapel Hill, Carolina del Norte: University of North Carolina Press. 1944). [trad.cast. Edhasa]

    12 Vase Bronislaw Malinowski, Culture, en Encyclopaedia of the Social Sciencies, vol. 4 (Londres: MacMillan, 1931), pp. 621-623. [vid. J.S. Kahn, El concepto de la cultura: textos fundamentales, Anagrama]

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    A pesar de los diferentes nfasis evidentes en los escritos de Tylor, Malinowski y otros, todos comparten un punto de vista comn de la cultura y de las tareas o al menos algunas de ellas del estudio de los fenmenos culturales. He caracterizado este punto de vista como la concepcin descriptiva de la cultura, concepcin que puede resumir- se as: la cultura de un grupo o sociedad es el conjunto de creencias, costumbres, ideas y valores, as como los artefactos, objetos e instrumentos materiales que adquieren los individuos como miembros de ese grupo o esa sociedad; y el es- tudio de la cultura implica, al menos en parte, el anlisis, la clasificacin y la comparacin cientficas de estos diferentes fenmenos. Sin embar- go, como hemos visto, existen puntos de vista divergentes acerca de cmo debera proceder el estudio de la cultura; por ejemplo, si debera efec- tuarse en un marco evolutivo, o si debera drsele prioridad al anlisis funcional. Las principales dificultades que entraa la concepcin descrip- tiva de la cultura, tal como ha aparecido en la literatura antropolgica, se relacionan ms con estas suposiciones asociadas acerca del estudio de la cultura que con la concepcin de la cultura misma. Hay muchos cam- pos donde tales suposiciones podran ser cuestionadas, y de hecho lo han sido, por parte de los antroplogos y otros que se interesan por la lgica y la metodologa de la investigacin social; y si estas suposiciones se po- nen en tela de juicio, entonces la concepcin descriptiva de la cultura pierde gran parte de su valor y utilidad, puesto que el punto principal de esta concepcin era definir una serie de fenmenos que se pudieran analizar de manera cientfica y sistemtica. Sin una mayor especifica- cin del mtodo de anlisis, la concepcin descriptiva de la cultura puede quedarse girando en el vaco. Asimismo, muy bien podramos tener algunas reservas en relacin con la extensin misma del concepto de cultura, tal como lo emplean Malinowski y otros. Al usarse para abarcar todo lo que vara en la vida humana, aparte de las meras caracters- ticas fsicas y fisiolgicas del ser humano, el concepto de cultura se vuelve ooextensivo de la antropologa misma, o ms precisamente, de la antro- pologa cultural. El concepto se torna vago en el mejor de los casos y redundante en el peor; como sea, corre el peligro de perder el tipo de precisin que convendra a una disciplina que busca establecer sus cre-

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    denciales intelectuales. La preocupacin por contrarrestar dicho peligro ha sido uno de los motivos que respaldan la formulacin de un concepto de cultura un tanto diferente dentro de la antropologa.

    La concepcin simblica Durante mucho tiempo se ha sostenido que el uso de smbolos es un rasgo distintivo de la vida humana. En tanto que los animales no hu- manos pueden emitir seales de diversas clases y responder a ellas, slo los seres humanos han desarrollado plenamente, segn se argumenta, lenguajes en virtud de los cuales se pueden construir e intercambiar ex- presiones significativas. Los seres humanos no slo producen y reciben expresiones lingsticas significativas, sino que tambin dan significado a construcciones no lingsticas: acciones, obras de arte y objetos ma- teriales de diversos tipos. El carcter simblico de la vida humana ha sido un tema de reflexin constante entre los filsofos preocupados por el desarrollo de las ciencias sociales y humanidades, y entre los profesio- nales dedicados a l. En el contexto de la antropologa, esta reflexin se ha concentrado en elaborar lo que podemos describir como una concep- cin simblica de la cultura. En la dcada de 1940, L. A. White deline en The Science of Culture una concepcin en este sentido. A partir de la premisa de que el uso de smbolos, o simbollyng como lo llama l, es el rasgo distintivo del ser humano, White argumenta que la 'cultura' es el nombre de un tipo preciso o clase de fenmenos, es decir, las cosas y los sucesos que dependen del ejercicio de una habilidad mental, exclusiva de la especie humana, que hemos denominado symbolling.13 White divide despus la amplia categora de los fenmenos culturales en tres sistemas: el tecnolgico, el sociolgico y el ideolgico, y los coloca en un marco evolutivo amplio que enfatiza el papel de la tecnologa. No obs- tante al desarrollar de esta manera su descripcin, White pierde gran parte del inters y la originalidad de su concepcin de cultura. Si bien

    13 Leslie A. White, Tlte Science of Culture: A Study of Man and Civilizaron (Nueva York: Farrar, Strauss & Cudahy), p. 363. [trad.cast. Paids]

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    sus escritos ayudaron a preparar el camino de una concepcin que subray el carcter simblico de la vida humana, correspondi a otros autores desarrollarla de manera plausible y efectiva.

    En aos recientes, la concepcin simblica de la cultura ha sido colocada en el centro de los debates antropolgicos por Clifford Geertz, cuyo trabajo magistral, The Interpretation of Cultures, representa un in- tento por extraer las implicaciones que tiene dicha concepcin para la naturaleza de la investigacin antropolgica. Geertz describe su concepto de cultura ms como semitico que simblico, aunque esta diferen- cia terminolgica carece de importancia aqu. El inters fundamental de Geertz recae en cuestiones del significado, el simbolismo y la interpre- tacin. Al creer tal como Max Weber, que el hombre es un animal suspendido en tramas de significacin tejidas por l mismo, considero que la cultura se compone de tales tramas y que el anlisis de sta no es, por tanto, una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significado.1* La cultura es una jerarqua estratificada de estructuras significativas; consiste en acciones, sm- bolos y signos, en espasmos, guios, falsos guios, parodias, as como en enunciados, conversaciones y soliloquios. Al analizar la cultura, nos abocamos a la tarea de descifrar capas de significado, de describir y re- describir acciones y expresiones que son ya significativas para los individuos mismos que las producen, perciben e interpretan en el curso de sus vidas diarias. Los anlisis de la cultura es decir, los escritos etnogrficos de los antroplogos son interpretaciones de interpretaciones, descripcio- nes de segunda mano, por as decirlo, de un mundo que ya es descrito e interpretado constantemente por los individuos que lo constituyen. El etngrafo inscribe el discurso social, es decir, lo asienta por escrito; al hacerlo, lo transforma de un suceso fugaz o transitorio en un texto per- manente y examinable. Tomando prestada una frmula de Paul Ricceur, Geertz describe este proceso como la fijacin de lo dicho del discurso social: la etnografa es una actividad interpretativa donde el intrprete

    14 Clifford Geertz, The interpretation of Cultures (Nueva York: Basic Books, 1973), p. 5. Itrad.cast. Gedisa]

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    busca captar lo que se dice en el discurso social, su discurso significativo, y fijar lo dicho en un texto escrito. Como tal, el anlisis de la cultura tiene poco que ver con la formulacin de leyes y predicciones, para no hablar de la construccin de grandes esquemas evolutivos; se asemeja ms a la interpretacin de un texto literario que a la observacin de una regularidad emprica. El analista trata de dar sentido a las acciones y expresiones, y especificar el significado que tienen para los actores que las ejecutan, y al ha- cerlo as, aventurar algunas sugerencias, algunas consideraciones refutables, acerca de la sociedad de la que forman parte estas acciones y expresiones.

    El enfoque interpretativo de Geertz al estudio de la cultura es de gran inters, pues representa un avance antropolgico que coincide en ciertos aspectos con desarrollos de otras reas de las ciencias sociales y las humanidades. Este enfoque se apoya en una concepcin de la cultura que he descrito como la concepcin simblica, y que puede carac- terizarse en general de la siguiente manera: la cultura es el patrn de significados incorporados a las formas simblicas ntrelas que se incluyen acciones, enunciados y objetos significativos de diversos tipos en virtud de los cuales los individuos se comunican entre s y comparten sus experiencias, concepciones y creencias. El anlisis cultural es, en primer lugar y ante todo, la elucidacin de estos patrones de significado, la explicacin interpretativa de los significados incorporados a las formas simblicas. Visto de esta manera, el anlisis de los fenmenos culturales se transforma en una actividad muy distinta de la que implica la concepcin descriptiva, con sus suposiciones asociadas acerca del anlisis y la clasificacin cien- tficas, acerca del cambio evolutivo y la interdependencia funcional. En la descripcin de Geertz, el estudio de la cultura es una actividad ms parecida a la interpretacin de un texto que a la clasificacin de la flora y la fauna. Lo que requiere no es tanto la actitud de un analista que busque clasificar y cuantificar, sino ms bien la sensibilidad de un in- trprete que busque descifrar parrones de significado, discriminar entre distintos matices de sentido, y volver inteligible una forma de vida que ya es de por s significativa para los que la viven.

    En mi opinin, el trabajo de Geertz ofrece la formulacin ms impor- tante del concepto de cultura que ha surgido de la literatura antropolgica.

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    Ha reorientado el anlisis de la cultura hacia el estudio del significado y del simbolismo, y ha puesto de relieve la centralidad de la interpreta- cin como enfoque metodolgico. Es precisamente porque encuentro tan interesante el enfoque de Geertz que quiero invertir algo de tiempo en examinar lo que considero las dificultades y debilidades de su trabajo. Me limitar a tres principales crticas. Primero, aunque Geertz ha inten- tado formular una caracterizacin precisa de la concepcin simblica de cultura, de hecho usa el trmino cultura de varias maneras dife- rentes, de las cuales no todas parecen ser totalmente consistentes. Por ejemplo, en un punto dado, Geertz define la cultura como un patrn, transmitido histricamente, de significados que se incorporan en sm- bolos, en tanto que en otro pasaje la cultura se concibe como un conjunto de mecanismos de control planes, recetas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros en computacin llaman programas) para gobernar la conducta.15 De acuerdo con esta ltima concepcin, la cultura se asemeja ms a un patrn o un plano para organizar los procesos sociales y psicolgicos, patrn que segn Geertz, es necesario porque la conducta hu- mana es extremadamente plstica. Sea como sea, de ninguna manera queda claro cmo se relaciona esta concepcin de la cultura como reglas, planes o programas que gobiernan la conducta, con la concepcin sim- blica de la cultura como patrones de significados incorporados a las formas simblicas. Tampoco resulta evidente que el anlisis de la cultura, concebida como la elucidacin de reglas, planes o programas, equivaldra a la explicacin interpretativa del significado. Elucidar las reglas, planes o programas que gobiernan la conducta humana puede requerir que se preste atencin a los patrones de significado, pero tambin puede requerir que se haga lo mismo con otros factores, como las reglamentacio- nes y rutinas, las relaciones de poder y desigualdad, y las tendencias sociales ms amplias; analizar los parrones de significado no puede esclarecer, por s solo, las reglas, los planes o los programas que gobiernan la conducta humana. En consecuencia, el uso que hace Geertz del trmino cultura, y su punto de vista acerca de la naturaleza y las tareas del anlisis cultural, 15 Ibid., pp. 89, 44; vanse tambin pp. 10, 216, 363.

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    no son tan claros y consistentes como podran parecer en un comienzo. Una segunda dificultad en el trabajo de Geertz se relaciona con la

    nocin del texto, el cual desempea un papel central en su enfoque. Tal como mencion antes, Geertz toma prestada esta nocin de Paul Ricceur, quien ha intentado definir las caractersticas clave del texto y desarro- llar una teora de la interpretacin sobre esta base.16 Geertz parece emplear dicha nocin de dos maneras diferentes y ambas originan problemas. En algunos contextos, Geertz sugiere que el anlisis cultural se relaciona con los textos en el sentido de que la prctica de la etnografa es la produccin de textos: los textos con los que estamos tratando son textos etnogrficos, que fijan lo dicho del discurso social. Ahora bien, no cabe duda que escribir etnografa implica la produccin de textos. Pero, dnde estn los argumentos que apoyen la afirmacin de que lo que los textos etno- grficos hacen, o deberan intentar hacer, es fijar lo que est dicho en el discurso social de los sujetos que forman el objeto de la investigacin etno- grfica? Tales argumentos no pueden encontrarse en los escritos de Ricoeur, cuyas propuestas relativas a la fijacin del significado no tienen nada que ver con la relacin entre el investigador cientfico y el sujeto/objeto de su investigacin. Adems, a veces resulta difcil conciliar la propia prc- tica de Geertz como etngrafo con este precepto metodolgico. Por ejemplo, en su Deep Play: Notes on the Balinese Cockfight, ensayo brillante e imaginativo de la etnografa interpretativa, Geertz interpreta la pelea de gallos como una forma artstica en la cual y mediante la cual los balineses experimentan y dramatizan sus preocupaciones por la posicin social; es, en palabras de Goffrnan, un bao de sangre por la posicin social que da a los balineses una manera de percibir y actuar sus relaciones sociales sin correr el riesgo de modificarlas o interrumpirlas realmente.17 Aunque esta interpretacin es brillante e imaginativa, Geertz no proporciona ninguna

    16 Vase en especial Paul Ricoeur, Hermeneutics and the Human Sciences: Essays on Language, Action and Interpretation, ed. y trad. John B. Thompson (Cambridge: Cambridge University Press, 1981); e Interpretation Jixeory: Discourse and theSurplus of Meaning{Fort Worth: Texas Christian Universfy Press, 1976). En el captulo 6 analizar con ms detalle la teora de la interpretacin.

    17 Vase Clifford Geertz, Deep Play: Notes on the Balinese Cockfight, en The Inter- pretation of Cultures,...op.cit, pp. 412-453.

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    defensa convincente de la afirmacin de que esto sea lo que significa la pelea de gallos para los balineses que participan en ella. No realiza entrevistas entre una muestra representativa de participantes (o si lo hace, no nos lo dice), ni ofrece su interpretacin a los balineses para juzgar si ellos la consideraran como una versin precisa de su propia comprensin. Hay aqu problemas metodolgicos que merecen ser discutidos en s mismos,18 pero el punto que deseo acentuar es simplemente que la relacin entre el texto etnogrfico y el tema acerca del cual escribe el etngrafo puede ser considerablemente ms compleja de lo que sugerira el precepto metodolgico de Geertz.

    Sin embargo, Geertz tambin emplea la nocin del texto de una manera algo distinta. A veces sostiene que el anlisis cultural se relaciona con textos, no nada ms porque escribir etnografa implique la produccin de textos, sino tambin porque los parrones de significado que el etngrafo busca captar estn en s construidos como un texto. La cultura se puede considerar como un conjunto de textos, como documentos actua- dos, como trabajos imaginativos construidos con materiales sociales.19 El propsito de esta analoga es dirigir nuestra atencin hacia las maneras en que se inscribe el significado en las formas culturales y permitirnos con- siderar el anlisis de estas formas como algo semejante, en aspectos esenciales, a la interpretacin de un texto literario. Considerar las insti- tuciones, las costumbres y los cambios sociales como si fuesen lebles en algn sentido implica modificar todo nuestro sentido de lo que es dicha interpretacin y cambiarlo hacia modos de pensamiento algo ms fami- liares para el traductor, el exgeta o el icongrafo, que para el aplicador de pruebas, la persona dedicada al anlisis factorial o el encuestado.20

    Comprendida de esta manera general, la analoga es un recurso metodo- lgico til; sin embargo, los problemas surgen tan pronto como se investiga

    18 Algunos de los problemas metodolgicos de la obra de Geertz son analizados por Vincent Crapanzano, Hermes Dilemma: The Masking of Subversin in Ethnographc Description, en James Clifford y George A. Marcus (ed.), Writing Culture: The Poetics and Politics of Ethnography (Berkcley: University of California Press, 1986), pp. 51-76.

    19 Vase Geertz, The Interpretation of Cultures,...opcit., pp. 10, 448 y s. Vase tambin Clifford Geertz, Local Knowledge: Further Essays in Interpretative Anthropology (Nueva York: Basic Books, 1983), pp. 30 y s.

    20 Geertz, Local Knowledge,...op. cit, p. 31. 200

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    la analoga en detalle y se examinan las suposiciones sobre las cuales se basa. Geertz no expresa tales suposiciones de manera clara y explcita, y se apoya en cambio en referencias ocasionales de Ricoeur para justificar el uso de la analoga. No obstante, la conceptuacin del texto de Ricoeur, sus argumentos en favor de tratar la accin como un texto y con su teora de la interpretacin se pueden cuestionar en ciertos aspectos fundamen- tales. Como he argumentado en otra parte, pienso que se puede demostrar que el enfoque de Ricoeur implica una cosificacin injustificable de la accin y una abstraccin engaosa de las circunstancias sociohistricas en que se producen, transmiten y reciben las acciones, los enunciados y, de hecho, los textos.21 Por muy til que sea en un nivel general, el uso que hace Geertz de la analoga descuida estas dificultades del detalle; simple- mente se desplaza sobre un conjunto de problemas que, si se confrontasen ms directamente, arrojaran considerables dudas sobre cualquier intento por considerar la cultura en masse como una coleccin de textos.

    La tercera dificultad del enfoque de Geertz es que no presta sufi- ciente atencin a los problemas del poder y el conflicto social. Los fenmenos culturales son vistos ante todo como constructos significativos, como formas simblicas, y el anlisis de la cultura se entiende como la interpre- tacin de los patrones de significado incorporados a stas. Sin embargo, los fenmenos culturales tambin estn insertos en relaciones de poder y de conflicto. Los enunciados y las acciones cotidianas, as como fenmenos ms elaborados como los rituales, los festivales o las obras de arte, son producidos o actuados siempre en circunstancias sociohistricas particu- lares, por individuos especficos que aprovechan ciertos recursos y que poseen distintos niveles de poder y autoridad; y una vez que se producen y representan estos fenmenos significativos, son difundidos, recibidos, percibidos e interpretados por otros individuos situados en circunstancias sociohistricas particulares, que aprovechan ciertos recursos a fin de

    21 Para conocer un anlisis crtico y detallado de los puntos de vista de Ricceur, vase John B. Thompson, Critical Hermeneulics: A Study in the Thought of Paul Ricceur and Jrgen Habermas (Cambridge: Cambridge University Press, 1981); y Action, Ideology and the Text: A Reformulation of Ricceur's Theory of Interpretation, en id., Studies in the Theory of Ideology,... op. cit., pp. 173-204.

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    dar sentido a los fenmenos en cuestin. Vistos de esta manera, los fenme- nos culturales pueden considerarse como si expresaran relaciones de poder, como si sirvieran en circunstancias especficas para mantenerlas o interrumpirlas, y como si estuvieran sujetos a mltiples interpretacio- nes divergentes y conflictivas por parte de los individuos que reciben y perciben dichos fenmenos en el curso de sus vidas diarias. Ninguna de estas consideraciones figura de manera prominente en el enfoque de Geertz. Su nfasis recae en el significado ms que en el poder, y en el significado ms que en los significados conflictivos y divergentes que pueden tener los fenmenos culturales para individuos situados en diferentes circunstan- cias y dotados de diferentes recursos y oportunidades. En este sentido, es probable que el modelo del texto de Ricceur sea algo confuso. Segn l, la caracterstica clave del texto es su distanciamiento de las condiciones sociales, histricas y psicolgicas de su produccin, de tal manera que la interpretacin del texto slo puede basarse en el anlisis de su estruc- tura interna y contenido. Sin embargo, proceder de esta manera significa pasar por alto las formas en que el texto, o el anlogo del texto, se inserta en los contextos sociales en los cuales, y en virtud de los cuales, se produce y se recibe; significa olvidar el sentido que tiene para los individuos que parti- cipan en la creacin y el consumo de este objeto, los individuos para quienes este objeto representa, de maneras diferentes y tal vez divergentes, una forma simblica significativa. La concepcin simblica de la cultura, espe- cialmente como se ha elaborado en los escritos de Geertz, no consigue prestar suficiente atencin a los problemas del poder y el conflicto, y de manera general, a los contextos sociales estructurados en los cuales se producen, transmiten y reciben los fenmenos culturales.

    REPENSANDO LA CULTURA: UNA CONCEPCIN ESTRUCTURAL

    Los anlisis precedentes acerca de las diferentes concepciones de la cultura proporcionan el teln de fondo contra el cual deseo delinear un enfoque alternativo para el estudio de los fenmenos culturales. Al desarrollar este enfoque me basar en la concepcin simblica formulada por Geertz,

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    aunque intentar evitar las dificultades y limitaciones evidentes en su trabajo. Propondr lo que podra llamarse una concepcin estructural de la cultura, con la cual me refiero a una concepcin de la cultura que enfatiza tanto el carcter simblico de los fenmenos culturales como el hecho de que tales fenmenos se inserten siempre en contextos sociales estructurados. Podemos ofrecer una caracterizacin preliminar de esta concepcin al definir el anlisis cultural como el estudio de las formas simblicas es decir, las acciones, los objetos y las expresiones significativos de diversos tipos en relacin con los contextos y procesos histricamente especficos y estructurados socialmente en los cuales, y por medio de los cuales, se producen, transmiten y reciben tales formas simblicas. En esta descripcin, los fenmenos culturales se van a considerar como formas simblicas en contextos estructurados; y el anlisis cultural para usar una frmula abreviada que explicar a fondo ms tarde se puede considerar como el estudio de la constitucin significativa y la contextualizacin social de las formas simblicas. Como formas simblicas, los fenmenos culturales son significativos tanto para los actores como para los analis- tas. Son fenmenos que los actores interpretan de manera rutinaria en el curso de sus vidas diarias y que reclaman una interpretacin por parte de los analistas que buscan captar las caractersticas significativas de la vida social. No obstante, estas formas simblicas se insertan en contex- tos y procesos sociohistricos en los cuales, y por medio de los cuales, se producen, transmiten y reciben. Tales contextos y procesos se estructu- ran de diversas maneras. Pueden caracterizarse, por ejemplo, por ser relaciones asimtricas de poder, por un acceso diferencial a los recursos y oportunidades, y por mecanismos institucionalizados para la produc- cin, transmisin y recepcin de las formas simblicas. El anlisis de los fenmenos culturales implica elucidar estos contextos y procesos estruc- turados socialmente, as como interpretar las formas simblicas; o, como intentar demostrar con ms detalle en un captulo posterior, implica interpretar las formas simblicas por medio del anlisis de contextos y procesos estructurados socialmente.

    Al describir esta concepcin de la cultura como una concepcin estructural, quiero poner de relieve la preocupacin por los contextos

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    y procesos estructurados socialmente donde se insertan las formas sim- blicas. Sin embargo, no quiero sugerir que dicha preocupacin agote las tareas del anlisis cultural: por el contrario, lo que es crucial es la manera en que se vincula esta preocupacin con la actividad de la inter- pretacin. La concepcin estructural de la cultura no es tanto una alternativa a la concepcin simblica como una modificacin de ella: es una manera de modificar la concepcin simblica tomando en conside- racin los contextos y procesos estructurados socialmente. El trmino estructural, tal como lo uso aqu, no debe confundirse con estruc- turalista. Este ltimo se usa generalmente para aludir a una variedad de mtodos, ideas y doctrinas asociados con pensadores franceses como Lvi-Strauss, Barthes, Greimas, Althusser y, al menos en algunas fases de su trabajo, Foucault. Ms tarde examinar con algn detalle los pun- tos fuertes y dbiles de los mtodos estructuralistas. Por el momento bastar con establecer una distincin entre los rasgos estructurales internos de las formas simblicas, por una parte, y los contextos y procesos estruc- turados socialmente en los cuales se insertan las formas simblicas, por la otra. Los mtodos estructuralistas se relacionan tradicional y funda- mentalmente con los primeros es decir, con los rasgos estructurales internos de las formas simblicas en tanto que Ja concepcin estructural de la cultura se preocupa por tomar en cuenta los contextos y procesos estructurados socialmente. Argumentar ms tarde que los mtodos estruc- turalistas pueden ser tiles como medios para analizar rasgos estructurales internos tales como la estructura de la narrativa desplegada en un texto. Pero tambin sostendr que, por diversas razones, estos mtodos son estrictamente limitados en trminos de su utilidad y validez. La concep- cin estructural de la cultura se preocupa por evitar las limitaciones de los enfoques estructuralistas. Aunque emplear mtodos estructuralistas cuando resulte til hacerlo, el marco metodolgico que delinear buscar combinar de manera sistemtica las preocupaciones gemelas por el signifi- cado y el contexto que transmite la concepcin estructural de la cultura.

    Podemos empezar a elaborar la concepcin estructural de la cul- tura discutiendo algunas de las caractersticas de las formas simblicas. Distinguir cinco caractersticas, a las cuales describir como sus aspectos

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    intencional, convencional, estructural, referencial y contextual. Deseo sugerir que estos cinco aspectos intervienen tpicamente en la constitucin de las formas simblicas, aunque las maneras especficas en que lo hacen, y la importancia relativa de un aspecto en comparacin con otro, pueden variar considerablemente de un tipo o ejemplo de forma simblica a otro. Los aspectos intencional, convencional, estructural y referencial se relacionan todos con lo que se transmite comnmente por medio de los trminos significado, sentido y significacin. No es mi objetivo presentar aqu un estudio general de la literatura que abor- da estos trminos tan discutidos, y mucho menos algo tan amplio como una teora del significado. Mi objetivo es mucho ms modesto: distinguir algunas de las caractersticas clave en virtud de las cuales las formas simblicas se pueden considerar como fenmenos significativos, de tal manera que ms tarde podamos examinar lo que implica la interpreta- cin de las formas simblicas. El quinto aspecto de las formas simblicas, el contextual, es tambin relevante para las cuestiones del significado y la interpretacin; pero dirige nuestra atencin hacia las caractersticas de formas simblicas estructuradas socialmente que con frecuencia se omiten en las discusiones del significado y la interpretacin, caracters- ticas que son, pese a todo, cruciales para el anlisis de la cultura. En la seccin siguiente me concentrar en el aspecto contextual de las formas simblicas. Aqu quiero comenzar por ofrecer una clarificacin preli- minar de los aspectos intencional, convencional, estructural y referencial. En esta discusin preliminar no examinar en detalle las diferencias que puedan existir entre el significado lingstico y no lingstico, o las variaciones que se pueden encontrar entre diferentes tipos de formas simblicas. Usar el trmino formas simblicas para referirme a un amplio campo de fenmenos significativos, desde las acciones, gestos y rituales, hasta los enunciados, los textos, los programas de televisin y las obras de arte. En el captulo siguiente establecer algunas diferencias en- tre distintos tipos de formas simblicas, en el curso del anlisis de algunas de las modalidades de la transmisin cultural.

    Permtaseme considerar primero el aspecto intencional de las formas simblicas. Lo que quiero decir con ello es que las formas simblicas son

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    expresiones de un sujeto y para un sujeto (o sujetos). Es decir, las formas simblicas son producidas, construidas o empleadas por un sujeto que, al producirlas o emplearlas, persigue ciertos objetivos o propsitos y bus- ca expresar por s mismo lo que quiere decir, o se propone, con y mediante las formas as producidas. El sujeto productor tambin busca expresarse para un sujeto o sujetos quienes, al recibir e interpretar la forma simblica, la perciben como la expresin de un sujeto, como un mensaje que se debe comprender. Aun en el caso limitado de un diario personal que no tiene la intencin de ponerse en circulacin, el sujeto productor escribe para un sujeto, es decir, para el mismo sujeto que escribe el diario y que es el nico que posee la clave. En este sentido, las formas simblicas difieren de los patrones naturales de las piedras en la playa o de las nubes en el cielo. En general, tales patrones no son pre- cisamente formas simblicas porque no son expresiones de un sujeto y no se perciben como tales. En ciertos sistemas de creencias animistas, los patrones naturales pueden adquirir un carcter simblico y pueden considerarse como significativos en algn sentido; sin embargo, los patrones naturales adquieren este carcter en la medida en que son considerados como la expresin de un sujeto intencional y con propsi- tos, sea ste un ser humano, cuasihumano o sobrenatural. La constitucin de los objetos como formas simblicas presupone que sean producidos, construidos o empleados por un sujeto para dirigirlos a un sujeto o su- jetos, o que sean percibidos como si hubieran sido producidos as por el sujeto o sujetos que los reciben.

    Al describir este aspecto de las formas simblicas como intencio- nal, no deseo sugerir que el significado de las formas simblicas, o los elementos que las constituyen, se puedan analizar exclusiva o exhaus- tivamente en trminos de lo que se propuso o quiso decir el sujeto productor. Se han hecho varios intentos por analizar el significado en trminos de las intenciones del sujeto productor, desde Grice hasta E. D. Hirsch.22 No hay necesidad de examinar aqu los puntos fuertes y

    22 Vase H. P. Grice, Meaning, en Philosophkal Review, nm. 66, 1957, pp. 377-388, y la descripcin revisada en parte que aparece en Utterer's Meaning and Intentions, en

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    dbiles de estos intentos, ni de tratar de determinar, de manera general y exhaustiva, la relacin que existe entre el significado de las formas simblicas y las intenciones de un sujeto productor. Baste hacer dos observaciones generales. Primero, la constitucin de los objetos como formas simblicas es decir, su constitucin como fenmenos signifi- cativos presupone que son producidos, construidos o empleados por un sujeto capaz de actuar de manera intencional, o por lo menos que se perciban como si hubieran sido producidos por dicho sujeto. Decir que un objeto fue producido, o que se percibe como si hubiera sido produci- do por un sujeto capaz de actuar de manera intencional no significa, sin embargo, que el sujeto haya producido el objeto de manera intenciona), o que ste sea lo que el sujeto tena la intencin de producir; significa sim- plemente que el objeto fue producido, o es percibido como si hubiera sido producido, por un sujeto acerca del cual podramos decir, alguna vez, que lo hizo de manera intencional. La segunda observacin que podemos hacer es la siguiente: el significado de una forma simblica, o de los elementos que la constituyen, no es necesariamente idntico a lo que el sujeto productor se propuso o quiso decir al producir la forma simblica. Esta divergencia potencial est presente en la interaccin social cotidiana, como puede apreciarse en una respuesta indignada del tipo de: Tal vez eso sea lo que quisiste decir, pero no es para nada lo que dijiste. Pero la divergencia puede ser an ms comn en el caso de for- mas simblicas que no se vinculen con una situacin dialgica. De esta manera, los textos escritos, o las acciones ritualizadas o las obras de arte pueden tener o adquirir un significado o sentido que no podra expli- carse plenamente con slo determinar lo que el sujeto productor se propuso o quiso decir al producir la forma simblica. El significado o sentido de una forma simblica puede ser mucho ms complejo y variado que el significado que podra derivarse de lo que el sujeto productor se pro- puso originalmente. Adems, lo que el sujeto productor se propuso o quiso decir en cualquier caso particular puede ser poco claro, confuso,

    Philosophical Review, nm. 78, 1969, pp. 147-177; y Eric D. Hirsch Jr., Validity in Interpretation (New Haven, Connecticut: Yale Universiry Press, 1967).

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    rudimentario o inaccesible; el sujeto pudo haber tenido intenciones diversas, conflictivas o inconscientes, o quiz simplemente ninguna intencin clara. Estas variaciones y combinaciones entre las intenciones del sujeto productor no se reflejan necesariamente en el nivel de la forma simblica como tal. El significado de una forma simblica, o de los ele- mentos que la constituyen, es un fenmeno complejo que depende de, y queda determinado por, una variedad de factores. Lo que el sujeto produc- tor se propuso o quiso decir al producir la forma simblica es ciertamente uno (o algunos) de estos factores y puede, en ciertas circunstancias, tener una importancia crucial. Pero ste no es el nico factor y sera muy engaoso sugerir que las intenciones del sujeto productor pudieran o debieran tomarse como la piedra angular de la interpretacin.

    La segunda caracterstica de las formas simblicas es el aspecto convencional. Por ello me refiero a que la produccin, la construccin o el empleo de las formas simblicas, as como su interpretacin por parte de los sujetos que las reciben, son procesos que implican tpicamente la aplicacin de reglas, cdigos o convenciones de diversos tipos. Tales reglas, cdigos o convenciones van de las reglas gramaticales a las convenciones estilsti- cas y expresivas, de los cdigos que vinculan las seales particulares con letras, palabras o estados de cosas particulares (por ejemplo, el cdigo Morse) a convenciones que gobiernan la accin y la interaccin de los individuos que buscan expresarse o interpretar las expresiones de los dems (por ejemplo, las convenciones del amor cortesano). Aplicar reglas, c- digos o convenciones a la produccin o interpretacin de las formas simblicas no significa necesariamente que se est consciente de estas re- glas o cdigos, ni que sea uno capaz de formularlas clara y exactamente si se le pide hacerlo. Estas reglas, cdigos o convenciones se aplican ge- neralmente en un estado prctico, es decir, como esquemas implcitos y presupuestos para generar e interpretar las formas simblicas. Consti- tuyen parte del conocimiento tcito que los individuos emplean en el curso de sus vidas diarias, con el que constantemente crean expresiones significativas y dan sentido a las expresiones creadas por otros. Aunque este conocimiento en general es tcito, es, sin embargo, social, en el sen- tido de que es compartido por ms de un individuo y est siempre abierto

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    a la correccin y la sancin de los dems. Si producimos un enunciado gramaticalmente incorrecto, o si expresamos nuestras emociones de ma- nera anormal en funcin de la condiciones prevalecientes, nuestra forma de expresarnos puede ser corregida o sancionada de ciertas maneras. La posibilidad de corregir o sancionar la produccin e interpretacin de las formas simblicas da fe del hecho de que tales procesos implican tpica- mente la aplicacin de reglas, cdigos o convenciones sociales.

    Es importante hacer una distincin ms rigurosa de la ofrecida ahora entre las reglas, los cdigos o las convenciones que intervienen en la produccin, la construccin o el empleo de las formas simblicas, por un lado, y aquellas implicadas en la interpretacin que da el sujeto a las formas simblicas que recibe, por otro. En el primer caso podemos hablar de las reglas de codificacin, en tanto que en el segundo podemos ha- blar de las reglas de decodificacin. Es importante establecer esta distincin a fin de enfatizar el hecho de que no es necesario que coincidan o siquiera que coexistan estos dos conjuntos de reglas. No necesitan coincidir en tanto que una forma simblica codificada de acuerdo con ciertas reglas o convenciones se puede decodificar de acuerdo con otras reglas o convenciones. Por ejemplo, un texto producido segn las convenciones del discurso cientfico puede ser interpretado de diferente manera por varios lectores consecutivos, ya sea como un trabajo de filosofa o mito- loga o como un trabajo que rompe con las convenciones cientficas e instituye algo nuevo; asimismo, un espectculo representado como un acto de gobierno puede ser interpretado por los espectadores como una advertencia o amenaza, como un disparate o como una farsa. Adems, las reglas de codificacin y decodificacin no necesitan coexistir en el sentido de que una forma simblica se puede codificar, pero tal vez nun- ca decodificar en la prctica, como en el caso de un diario que nunca se lee o el de un artefacto que nunca se ve. As, una forma simblica se pue- de decodificar de acuerdo con ciertas reglas o convenciones, aunque de hecho nunca se haya codificado. La interpretacin animista de los pa- trones o sucesos naturales es un ejemplo de decodificacin de formas no codificadas; pero esta prctica tambin es comn en la interpreta- cin cotidiana de las acciones y los sucesos humanos. De esta manera,

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    una accin puede interpretarse como un acto de resistencia o una amenaza al orden social, como una seal de cansancio o como un sntoma de en- fermedad mental, aunque la accin ni se haya codificado de acuerdo con ninguna regla o convencin particular. La dificultad para distinguir claramente entre las reglas de la codificacin y las de la decodificacin es uno de los problemas que malogran los escritos de Winch y otros filso- fos quienes, bajo la influencia del Wittgenstein tardo, han argumentado que el rasgo clave de la vida social es su carcter de estar gobernada por reglas.23 En su afn por subrayar la relacin que guardan las re- glas y la accin significativa, Winch termina poblando el mundo con reglas que gobiernan todas y cada una de las acciones que sean significativas de alguna manera, en tanto que las reglas relevantes ya existan de he- cho en otra forma, es decir, ms como reglas de decodificacin que como reglas de codificacin. Al distinguir claramente estos dos conjuntos de reglas, podemos evitar el tipo de problemas que enfrentaron Winch y otros, y podemos preparar el camino para una investigacin ms detallada de las relaciones existentes entre las reglas, los cdigos o las convenciones que intervienen en la produccin de las formas simblicas y quienes parti- cipan en su interpretacin por parte de los sujetos que las reciben.

    La tercera caracterstica de las formas simblicas es su aspecto estructural, con lo cual me refiero a que las formas simblicas son construcciones que presentan una estructura articulada. Presentan una estructura articulada en el sentido de que tpicamente se componen de elementos que guardan entre s determinadas relaciones. Tales elementos y sus nterrelaciones comprenden una estructura que se puede analizar de manera formal en el sentido, por ejemplo, en que se puede analizar 23 Vase Peter Winch, The Idea of Social Science and its Relation to Philosophy (Londres:

    Routledge & Kegan Paul, 1958); vanse tambin R. S. Peters, The Concept of Motivation (Londres: Routledge & Kegan Paul, 1958); A. J. Melden, FreeAction (Londres: Routledge & Kegan Paul, 1961); y A. R. Louch, Explanation and Human Action (Oxford: Basil Blackwell, 1966). Para conocer una crtica pertinente de Winch vase Alisdair Macfntyre, The Idea of a Social Science, en Bryan R. Wilson (ed.), Rational


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