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Vaz Ferreira Fermentario

Date post: 18-Oct-2015
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  • FERMENTARIO

    [7]

    FERMENTARIO

    A ELVIRA RAIMONDI DE VAZ FERREIRA,

    POR QUIN, PARA M, NO TODO "LO REAL FU DOLOR"

    Y NO TODO "LO IDEAL FU SUEO"

  • FERMENTARIO

    [21]

    PREFACIO

    "Por inusitado que sea, este modo de publicar me pa-rece ms natural y ms modesto que el libro propiamentedicho, para una parte considerable de lo que pensamos.Ya que una necesidad, hecha en parte de vanidad y enparte de sentimientos ms nobles, nos obliga a escribir,reservemos la forma del libro para aquellos sistemas deideas que acaben por tomarla espontnea y naturalmen-te. Para el resto, esta otra forma es la mejor: as podemosser ms verdaderos y ms sinceros; evitamos menos dif-cilmente el peligro de forzar la afirmacin y de simetrizarpor la violencia, y conservamos la libertad de dudar, deignorar, de completarnos y de corregirnos".

    Con la anterior nota explicativa apareci hace ya tiempoel primer fascculo de una publicacin ma que tena ciertocarcter especial. Ms tarde, en una de las tentativas quehice para continuarla, escrib una introduccin de la cuallos siguientes pasajes explican cul era entonces mi pensa-miento, tendiente a que cada escritor mantuviera en lo po-sible una publicacin permanente de aquel carcter:

    "En la forma material de libros propiamente dichos,deben publicarse slo los que verdaderamente, en su es-pritu, sean libros; esto es: los que espontneamente naz-can ordenados, conexos, completos, o, sin violencia niartificio, acaben por tomar esa forma. Para el resto cadaautor podra publicar, adems, una especie de revista per-sonal permanente, por fascculos o nmeros...

  • CARLOS VAZ FERREIRA

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    En eso habra sin duda ventajas (e inconvenientes,pero no demasiado serios) para el pblico y tambin parael mismo escritor.

    Los hbitos literarios actuales mantienen un dilemaen verdad violento y absurdo. Con cada cosa que se pien-sa hay que hacer un libro (o algo concludo y de ciertasdimensiones: folleto, artculo...) (o buscarle colocacinen algn libro); o, si no, no hacer nada: escribir sobreeso.

    Mi sistema de publicacin, dando a nuestras ideas yobservaciones esa tan natural oportunidad de expresar-se, evita que algunas se alarguen y artificialicen y queotras se pierdan.

    Tendencia, as, a evitar lo concludo artificialmente,lo forzado, lo simetrizado: los rellenos (el alargamientointil, a veces hasta es debido slo a la costumbre, o a lasugestin de las dimensiones habituales de los libros) yla publicacin de muchas cosas que se escriben o se pu-blican para formar libro con las que espontneamentenacieron. (Ntese bien que el sistema actual tiende, porun lado, a estimular la produccin o la publicacin demuchas de esas cosas secundarias o forzadas, mientras,por otro lado, sustrae a la publicacin muchsimas dems valor, que el mo no dejara perder).

    Y no necesidad de esperar, para comunicar un pensa-miento, un proyecto, un estado de espritu, a que hayamospodido pensarlo del todo, dominarlo en todas sus proyec-ciones, y, todava, emprender y acabar el trabajo penoso,y, en una vida, no muchas veces posible, de composicin ypublicacin. Digo no necesidad: que madure todo lo quepueda madurar; pero que no sea forzoso reservarlo entretanto. De nuestros pensamientos, slo unos pocos podrneventualmente recibir una forma definitiva. Aun esos, mien-

  • FERMENTARIO

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    tras continuemos trabajndolos, anticiparlos a la cola-boracin. Y, de los otros, se formulan o se sugieren algu-nos que puedan tener valor, o por si tuvieran...

    Y no morirse con tantas cosas adentro...

    Tambin: ah ira, expresado en lo posible, el psiqueoantes de la cristalizacin: ms amorfo, pero ms plsticoy vivo y fermental. Otra vez hay que repetir: "no en lugar,sino adems". El pensamiento, al cristalizar, puede ganar(claridad, justeza, cumplimiento, aplicacin...) y puedeperder (espontaneidad, sinceridad, vida e inters, fecun-didad...); y, muchas veces, al mismo tiempo gana y pierde.Concluir que sera siempre preferible el fermento al pro-ducto elaborado, fuera exagerar y falsear. Pero en verdadlo preferible sera que el pblico conociera a veces elpensamiento en los dos estados (y hasta en varios estados"antes de la letra", adems del definitivo). De eso, se uti-liza todo, o lo que sirva. Ahora bien: lo que sirva o valgams, no siempre ser el producto final. Y, entre tanto, den-tro de las costumbres literarias establecidas, slo entra-mos en posesin de pensamiento en formacin, por algnaccidente, como el exterior que nos dej los "pensamien-tos" de Pascal en lugar de cierto tratado demostrativo enque se hubieran convertido, o como el interior que obliga Nietzche a entregarnos tanta parte de su pensamientoen estado de levadura viva y fecunda, en vez de su pobrevino agrio y fracasado. Otros accidentes hicieron llegara nosotros lo que algunos hombres escribieron para smismos: Marco Aurelio, Amiel... Claro que lo nuestro nosera precisamente lo mismo (la intencin de publicardeterminar frecuentemente preparacin para publicar);pero siempre sera muy bueno; y, con la educacin de losautores, cada vez mejor.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

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    Y podran ir ah muchas otras clases de cosas queordinariamente no se pueden publicar: ideas de estudiosque no sabemos si podremos emprender o concluir; pla-nes para trabajos y experiencias; resmenes de conferen-cias o lecciones que hemos dado y no se recogieron (sinperjuicio, naturalmente, de poderse publicar ah mismoestudios y trabajos concludos), etc...

    Y no morirse tantos con cosas adentro...

    Otras manifestaciones de lo que un hombre necesita opuede escribir, tendran en esa publicacin personal unlugar ms natural que en los libros propiamente dichos.

    Desde luego, precisamente lo personal. Cada escritorha de hablar en ciertos casos y en cierta medida de smismo; ya aunque slo fuera por necesidades de verdad yde defensa: para establecer y explicar sus actos y carc-ter; corregir inexactitudes, justificarse... No hay que ha-cer recordar que lo personal puede y suele ser atractivo:el libro autobiogrfico es con bastante frecuencia el msinteresante o simptico entre los de un autor; y no es raroque sea el ms profundo...; pero ni todos lo escriben, nitodos pueden, o deben, escribirlo. Adems, esta otra for-ma de publicacin puede dar ms facilidad y ms oportu-nidad a lo personal. En todo caso, es como su lugar natu-ral; y tambin le da una salida natural, lo que conviene(pues, as, franco y humano, no es malo: larvado y rentres como tiende a corromperse lo personal, y a daar todo).

    Otra utilidad: para la polmica. Cuntas veces lainclusin de ella en los libros (desde el principio o enediciones posteriores) les altera las proporciones y lesdesequilibra la composicin! Entre tanto, esa necesidad,que origina y prolonga las discusiones, de precisar, deaclarar, de establecer bien y de defender lo que se cree

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    verdadero o bueno, es muy humana, y no slo de vanidad.Sin perjuicio, entonces, de que alguna parte de la polmi-ca pueda entrar en los libros, otra parte de ella tendr enesa publicacin personal su sitio y oportunidades msnaturales. Con la ventaja aun mayor de que as se puedesiempre complementar, modificar, corregir...

    Y muchos, muchos otros casos de conveniencia:En un discurso, en una leccin, en un informe admi-

    nistrativo, en un alegato o sentencia, en un artculo dediario, le sali a alguno tal idea original, tal apreciacinu observacin interesante o til, que le parece digna dems publicidad. Hoy, tendra que optar entre publicar eltrabajo entero o dejar perder aquel detalle. Pues pondrael fragmento, breve, concreto, en su publicacin personal(y, aunque algunos pusieran el trabajo entero, siempre seprevendra ms de una "recopilacin" ...)

    Proyectos concretos que pueden ocurrrsele a un hom-bre que piensa, observa y siente, aun en lo que no sea desu especialidad: una reforma en una institucin, en lalegislacin de algo; en una mquina o en un utensilio; enun detalle cualquiera de la industria , de las costumbres,de la vida prctica... Alguna observacin cientfica de unartista; una buena poesa, u opiniones literarias de unhombre de ciencia; o cualquier cosa buena de cualquie-ra: un dibujo, una meloda...

    Hasta (muy importante) cosas de otros: observacio-nes, ideas, proyectos ajenos que los escritores podemoscomunicar, haciendo ms aprovechable la experiencia,el buen sentido, la inteligencia, el gusto de las personasque no escriben...

    (Estoy viendo el peligro...; y, tambin, imaginando lascrticas: "Con la idea de concentrar la produccin y pre-venir su superabundancia, se propone un procedimiento

  • CARLOS VAZ FERREIRA

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    que permitir a cada uno escribir todo lo que se le ocu-rra, sin la limitacin selectiva que el plan y la necesidadde acabamiento y de forma automticamente imponen, yhasta lo que se les ocurra a todos sus amigos...". Se puedeseguir, ms o menos ingeniosamente... Pero, pensandoserio y concreto, se prev que los males seran muchomenores que los bienes).

    (Y, tambin, tratndose de esa clase de publicaciones,resultara ms fcil o ms breve reconocer cundo hayque leer y cundo hay que no leer: para el pblico, as,ms fcil la defensa...).

    Notas tomadas en nuestras lecturas, breves, sintti-cas, sin necesidad de hacer "artculos crticos", y libroscon ellos...

    Hechos, materiales o psicolgicos, que hemos obser-vado, o que conocemos, y que merecen ser reseados odescriptos...

    Hay otro aspecto: la relacin de esa publicacin conlos libros propios:

    Por ejemplo: permite ampliar los libros ya publica-dos, explicarlos, corregirlos, aunque no se puedan hacernuevas ediciones, o sin esperar a ellas.

    Cuando a uno lo interpretan o lo resumen mal, o loclasifican: - "No: quise decir esto; pienso esto; soy esto, opretendo ser...".

    Muy interesante: ah podra publicar cada autor pa-sajes elegidos, extractos o resmenes de sus mismos librosimpresos. Lo que en algn caso resultara mejor o msclaro que el libro; o, por lo menos, respondera a esahabitual pregunta: "pero, en resumen: qu es ese libro,qu sostiene, qu quiere?", de tantos que no lo han (o quelo han) ledo. Entonces, los que quieren, van a buscar ellibro; los otros, no, con conocimiento de causa.

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    Y uno mismo se hace sus "trozos selectos", su "idea-rio". Son trabajos que hacen los dems, pero en que esjusto que tambin uno colabore...

    Y esa publicacin sera la que se buscara para darsecuenta de quin es el autor. Y la que el autor remitirapara que lo conocieran.

    Y todo eso no sera "rclame", sino algo bien razona-ble y honrado.

    Otro aspecto todava: el efecto sobre los mismos auto-res. Mantener su espritu a la vez ms gil y ms sincero.Excelente gimnasia, intelectual y moral, ese trabajo con-tinuo de aclaracin, de correccin y rectificacin en sucaso.

    Efecto anlogo de la costumbre de escribir las dudas;los modos de no entender (en lo que se pueda).

    En cuando a la no necesidad de "forma", producirabien y mal: segn los casos; segn los temperamentos. Nose aprecia con seguridad qu predominara; pero creoque el bien (porque, pudindose publicar y escribir de losdos modos, habra tendencia a elegir el ms adecuadopara cada caso y para cada temperamento. No se olvideque no se trata de elegir entre los dos modos de publicar,sino de elegir entre disponer de uno solo, como hoy, odisponer de los dos.Y, si se quiere reflexionar bien en esta ltima observaciny en todo su alcance, y si se quiere todava imaginar biencunto ms gustaramos y utilizaramos hoy la produc-cin de los escritores anteriores, y no slo de los genia-les, si nos la hubieran dejado as completada.. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .

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    El primer fascculo inicial a que me he referido aparecien enero de 1908 1), y su forma de publicacin ejerci algu-na influencia (plan ideolgico o material de algunas publi-caciones nuestras o espaolas posteriores); pero sin quese haya realizado propiamente mi idea. (En verdad, aquelmismo fascculo slo la realizaba plenamente en cuanto asu forma material, pues, en espritu, se resenta en parte decierta artificiosidad literaria). Despus, en varias pocas heprocurado continuar aquella publicacin. Pero la vida nome dej.

    La vida no me dej. Y no slo por razones econmicas.Las de esta clase, que naturalmente sern ya en loscasos comunes las que ms obstaculicen la generaliza-cin de publicaciones como la que yo intent, fueron, en micaso personal, especialmente duras y graves. Pero, aunquelimitada y difcilmente, algo de lo que proyectaba hubierapodido realizar si no hubieran actuado causas ms hondas.Lo intelectual ha sido en mi vida, y por mi temperamento,para m secundario. Fueron lo principal, ante todo, los afec-tos concretos: la familia, los seres queridos. Y no s cmo,habiendo sentido tanto por ellos, y luchado tanto para ellos,hasta ejerciendo una profesin para m no vocacional, mehan podido quedar energas para algo ms. Y despus, to-

    1) Sumario: "Conocimiento y accin. En los mrgenes deL'Exprience Religieuse de W. James. Sobre el carcter. Unparalogsmo de actualidad. Psicogramas. Un libro futuro. Reaccio-nes. Ciencia y Metafsica".

    No tena ttulo, porque la idea era que esa publicacin de cadauno se denominara con el nombre de su autor. Pero aparecieroninconvenientes de librera. Por eso mismo doy a esta obra un nombrecon que me haba acostumbrado a pensarla.

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    dava, en el ejercicio de la enseanza, y en los cargos pbli-cos que en ella desempe, todas mis aspiraciones intelec-tuales fueron dominadas, y, para lo especulativo, casi este-rilizadas, por el fervor de educar, de hacer bien y de impedirmal (complicado ello todava, y, en cuanto a la eficacia, biendificultado, por la inflexibilidad en el mantenimiento de pu-reza moral rigurosa en la vida individual y cvica). As comono puedo concebir que alguien haya sufrido ms que yo,por ejemplo, por la enfermedad de un ser querido, tampocopuedo creer que a alguien haya amargado tanto el fracasode un proyecto fecundo o de una intencin benfica. Ycuando unos buenos amigos y ex-discpulos, con el prop-sito generoso de hacerme posible la produccin, obtuvie-ron para m la creacin de una ctedra de conferencias, seme exacerb todava aquel propsito de educar y hacerbien: me impuse, y resist, el esfuerzo de dar una conferen-cia, o ms de una, cada semana, sobre temas siempre nue-vos, soportando solo por mucho tiempo el peso total de laenseanza superior (no profesional) de mi pas: tratandotoda clase de temas (apresuradamente, imperfectamente,como tenemos que actuar en estos medios: pero, si los quelo hacen sin darse cuenta de ello pueden ser grotescos, losque lo comprenden y reconocen pueden ser hroes). Ycuando, despus de tantos aos, una enfermedad que pa-reci final me oblig a jubilarme, y despus, vuelto inespe-radamente de ella, hubiera podido consagrar los ltimos atrabajo intelectual propiamente dicho, prefer solicitar micargo de nuevo, y seguir...

    De la parte de mis conferencias que se tomtaquigrficamente (casi todas por la colaboracin cariosade una hija), tengo muchas decenas de volmenes indi-tos, que nunca podr revisar para su publicacin (porquehe de seguir preparando siempre conferencias nuevas), y

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    que tampoco tendra medios materiales para publicar. Encuanto a los verdaderos libros que conceb, no podr pu-blicar ninguno: ni siquiera concluir alguno como, por ejem-plo, el relativo a los problemas de la libertad y deldeterminismo, en que, hace treinta aos, hice distincionesan hoy nuevas y aclar confusiones que todava persis-ten en el pensamiento filosfico. Ni esto es vanidad, ni, siviviera otra vez, hara otra cosa que volver a dar lo principalde mi vida pblica a la educacin cientfica, moral y cvicade la juventud. Pero, para salvar algo, y una vez que estapublicacin ya no ser posible tal como yo la conceba -ni,escrita retrospectivamente, tendra sentido-, intentar, porlo menos, publicar algunos volmenes supletorios: los pri-meros, con cosas antiguas: reproducciones, fragmentos oresmenes de antiguas lecciones o conferencias; y, en losque puedan seguir, fragmentos o resmenes de conferen-cias ms recientes, planes o ideas para libros, correccin delos publicados; proyectos, actuacin; -y, resumido en loposible, un ideario que pueda contener algo de mis pensa-mientos y sentimientos actuales sobre las cuestiones es-peculativas y prcticas.

    As, pues, de este volumen inicial, casi todo esantiguo1), y no todo ya mo. Hay muchos pasajes cuyosejemplos se refieren a estados cientficos o sociales pasa-dos, lo que el lector habr de tener un cuenta. Pero la direc-cin general de pensamiento y sentimiento es la que miespritu sigui, y hay que publicar as parte de lo antiguo.Despus, no s cuanto me quedar de tiempo y de salud

    1) Con el signo * van sealados los pasajes de la publicacininicial de 1908 que no entraron en libros posteriores.

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    para el trabajo de corregir, completar y poner al da, que mepropongo intentar.

    Carlos Vaz Ferreira.Montevideo, abril de 1938.

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  • FERMENTARIO

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    *SOBRE EL "CARACTER"

    Si por carcter hemos de entender la subordinacinrigurosa y habitual de los actos a lo que se cree bueno ydeseable, dominando a cualquier otro mvil menos noble,es indudable que los hombres, cuando no se engaan to-mando por carcter diversas formas de la violencia, de laobstinacin, de la declamacin o de la osada, slo recono-cen el carcter cuando se presenta unido a una inteligenciaestrecha, combinacin relativamente comn, que da el tipovulgar de hombre enrgico.

    En los casos, raros, por lo dems, en que el carcter talcomo lo hemos definido est combinado con una inteligen-cia amplia y con una afectividad rica y delicada, se necesi-tara un examen menos superficial que el de las masas parareconocerlo. Tarea interesante, digna de un buen psiclo-go concreto, la de describir la psicologa y la moral de estenoble tipo de hombres. Como no adaptan su conducta afrmulas exageradas o simplistas, como saben distinguir ygraduar, su accin parece vacilante e inconsecuente ante elexamen grosero, porque no puede formularse con un es-quema verbal: "opositor al gobierno", "amigo de sus ami-gos", "hombre que cumple la ley sean cuales sean las con-secuencias", etc, etc., sin contar los efectos de la duda real,e indispensable, sello de la verdadera superioridad. A es-tos hombres selectos le est negada la "satisfaccin deldeber cumplido", en el sentido en que la describen ciertasficciones optimistas, a saber, como una alegra positiva:sta la sienten, en todo caso, los cumplidores de deberes

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    de espritu limitado; no lo ms comprensivos, en quienes laperturban habitualmente la misma duda, y la compasin -yel remordimiento, que ellos sienten con ms frecuencia quenadie.

    Si se estudia la accin de los hombres por la huella quedeja, como en el mtodo grfico, - el trazado de la conductadel hombre de carcter de tipo superior no es una lneargida, como la de un mecanismo: acusa, sin perjuicio de ladireccin general firme, por una vibracin constante la duda,y, por inflexiones, la piedad.

  • FERMENTARIO

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    HOMBRES DE PENSAMIENTO Y HOMBRESDE ACCION

    Suele hablarse de hombres de pensamiento y de hom-bres de accin como en anttesis.

    Ms que anttesis, es clase y grado. Los hombres depensamiento son tambin hombres de accin, slo que sonde muchas ms accin.

    Si esto no se entiende es porque esa accin obra deotro modo.

    Un pedazo de radio contiene mucha ms energa que unpedazo de carbn. Slo que no da esa energa echndolo alfogn de una locomotora o de una cocina: la da de otromodo.

    (Naturalmente, hay hombres de pensamiento cuya ac-cin es mala: pero porque era malo su pensamiento. Tam-bin hay hombres de accin cuya accin es mala; y sonbastantes; y son los que hacen ms dao...).

  • CARLOS VAZ FERREIRA

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    PRAGMATISMO DE LA SINCERIDAD

    Creer saber slo lo que se sabe; dudar de lo dudoso;saber que no se sabe, o que se sabe mal en su caso, etc.(sinceros hasta con nuestros ideales y hasta con nuestrasesperanzas), no slo es lo ms verdadero -en verdad subje-tiva: en sinceridad interior- y no slo es lo ms limpio ypuro, sino que es pragmticamente lo mejor (a pesar decierta aparente lgica). Hay que ahondar psicolgicamentepara explicarse por qu esos hombres tienden a ser msbuenos y ms morales de hecho, aun sin el temor, aun sin laesperanza concreta...

    Es que, libres, la razn y la afectividad se conservanms sensibles: crece, en lugar de embotarse, su sensibili-dad, desde luego para la verdad, que ya comprende justiciay bondad, y directamente para la bondad misma. La libertadde todas las funciones espirituales es la que mantiene susensibilidad. Y creo -creo- que esto ha de ser lo mejor hastapara las posibilidades trascendentes de perfeccionamientoo salvacin.

    (Y si no lo fuera, yo no podra comprar posibilidadestrascendentes por ese precio...).

  • FERMENTARIO

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    P R I N C I P I O S

    "Principios" parece opuesto a lo prctico. Y la oposi-cin, muchas veces, es real (y hasta el contraste da efectoscmicos, como en aquel mdico que prefera salvar princi-pios a salvar enfermos...).

    Entre tanto, el signo esencial de la elevacin de pensa-miento es tener en cuenta principios, y sacrificar a ellosxito, resultados inmediatos o aparentes, etc.

    Hay, pues algo que aclarar ah.Y es que hay principios convertibles y principios

    inconvertibles. Principios en el buen sentido, son los con-vertibles.

    Principios son pensamiento a crdito.Son formulaciones que condensan experiencia, que con-

    densan previsin comprendiendo resultados poco visibles,resultados remotos, y sobre todo ese conjunto de efectosque son imprevisibles en su determinacin concreta perocuyo signo y cuyo valor se pueden prever por una especiede anticipacin racionalizable o intuitiva.

    Entonces son principios convertibles. Esos "principios"a cuya persistencia ("pereat...") sacrificaban las almas he-roicas los resultados inmediatos y el xito aparente.

    La "justicia", la "libertad", son principios convertibles.Aun en los casos en que las consecuencias de ms fcilobservacin o las consecuencias a ms breve plazo, lasconsecuencias a crdito ms corto, presenten un balancedesfavorable a esos principios, el balance es favorable sise hacen entrar el crdito largo y el crdito imprevisible.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

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    Y aun cuando la previsin no pueda hacerse concretaen sus detalles, se pueden explicar las consecuencias, p.ej., de lo justo y de lo injusto, de manera que puedapercibirse, aunque sea con intuicin de experiencia, que loque se opone en estos casos, no son formulaciones verba-les o estados de conciencia vagos a consecuencia prcti-cas, sino ms y mejores consecuencias prcticas a menos ypeores.

    Tambin la moral entera como disciplina normativa esun conjunto de principios; y la moral bien hecha ha de serun conjunto de principios convertibles: efecto remoto ygeneral de los actos "buenos" y "malos".

    Y as como el crdito es lo ms provechoso o lo msdaoso en lo econmico segn las posibilidades de con-versin, as tambin el pensar por principios es lo ms fe-cundo o lo ms vano del pensamiento segn que se tratede principios convertibles o inconvertibles.

    Ahora, los principios son inconvertibles o por falsos opor no concretables: la moneda ilegtima del pensamientoes de mala ley o por falsedad o por vaguedad.

    Nota, a propsito de los principios morales: La dificul-tad mxima que ofrece el establecimiento de la moral es lade dar forma a sus principios, porque para hacer de la moraluna disciplina pragmtica (tambin para hacer de ella mate-ria pedaggica), es necesario formar clases de actos.

    Hay que preceptuar por clases de actos (verdad, menti-ra, caridad, justicia, tolerancia, etc). Y como los casos parti-culares son tan distintos, si se hace la clasificacin de ac-tos con un cierto grado de generalidad, en las clases de"actos buenos" quedan comprendidos algunos malos (p.ej. una clase de actos como los de veracidad, admitira ex-

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    cepciones: habra casos, como algunos de piedad, en quela verdad no sera buena).

    De aqu resulta una dificultad especialsima de la cien-cia normativa moral, que es la de determinar el grado degeneralidad que conviene dar a sus principios.

    Una clasificacin muy general, deja demasiadas excep-ciones. Si se trata de especializar ms, siempre clasificando,caemos en la casuistica, con toda su inferioridad hasta prag-mtica. Y si se quiere, entonces, prescindir de toda clasifi-cacin, y fundar una moral slo por el fin buscado, caemosen otra forma de disolucin de la moral que es la justifica-cin de todos los medios por sus fines.

    As, la moral pragmtica y pedaggica es una especiede ciencia en grueso, de ciencia de promedio y depredominancia, sea que se la base en mandamientos o enpreceptos trascendentes, sea que se pretenda basarla mscientficamente en la relacin natural de ciertas clases deactos con ciertas clases de consecuencias.

    Yo nunca he podido tericamente resolver de manerabien satisfactoria esto; pero tiendo a resolverlo -o en todocaso a conformarme- por esta va: Que la dificultad es slopedaggica (para reducir a frmulas la moral, y para ense-arla); pero que, en s mismo, el problema se disuelve alperfeccionarse en cada uno la moral individual.

    El perfeccionamiento del individuo concreto no lo llevaa la casustica, preceptiva pulverizada. No: A lo que sellega por el perfeccionamiento moral, es al sentimiento decada acto, y al juicio de cada acto; pero, ste, con criteriocompleto, o sea teniendo en cuenta (para lo cual se necesi-ta una complementacin por intuicin de experiencia) nosolamente los resultados inmediatos visibles o fcilmenteprevisibles o previsibles concretamente, sino todos los re-sultados.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [40]

    Quiero decir lo siguiente:Los "utilitaristas empricos" aconsejaban examinar cada

    acto teniendo en cuenta las consecuencias favorables ono, p. ej., para el placer o para la utilidad. Una moral "cien-tfica", "como la de Spencer, combati esa consideracinde actos en particular, y vino a preconizar principios, o seala divisin de actos en clases tales que los actos de deter-minadas clases deban traer como consecuencia p. ej., elaumento en el bienestar de los hombres, y el progreso, entanto que los actos de otras determinadas clases debentraer como consecuencia natural, aunque no aparezca comoprevisible en cada caso, la disminucin del placer y la obs-taculizacin del progreso: Los actos de las primeras clasessern los "buenos"; los de las segundas, los "malos".

    Pero aun en esa forma cientfica en que se quiere preci-sar la moral, tropezamos con aquella dificultad: Qu es unacto? O mejor dicho: Con qu grado de generalidad debe-mos establecer las clases de actos?

    Si se da mucha generalidad, es muy grande el nmerode excepciones.

    Si se va disminuyendo la generalidad, caemos en lacasustica sin resolver por eso el problema.

    En realidad, esos principios, que en moral son clasifica-ciones de actos, sirven de auxiliar indispensable para laenseanza de la moral y para su influencia pragmtica, ytambin para el ejercicio de la moral individual, mientras elanlisis hondo que se hace a la vez con la razn y con elsentimiento no nos ha hecho sobrepasarlos.

    Cuando los sobrepasamos, se llega, sin duda, a la apre-ciacin de cada acto (o sentimientos, etc.) (cada uno esdistinto, nuevo y nico). Pero esa apreciacin de cada actono se hace con el criterio estrecho de los empricos, sinocon un criterio completo: no solamente a base de las conse-

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    [41]

    cuencias previsibles directamente en ese caso, sino com-prendiendo todas las consecuencias imprevisibles en es-pecie concreta, pero previsibles en valor y en direccin(signo moral), para lo cual se necesitan intuicin de expe-riencia y sentimiento. Y entonces lo que ocurre es que lamoral en ese estado superiorizado no puede ya formularsead docendum, ni trasmitirse con eficacia pragmtica; perocuando en un espritu se disuelven de esa manera los prin-cipios, es, tericamente, porque los sobrepas, y, prctica-mente, porque ya no los necesita.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

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    IDEAL DE EXCITACION E IDEALDE SATISFACCION

    En lo social, en lo humano, es fundamental la persona-lidad, y lo conexo: individualidades; lucha, con victorias ycadas; esfuerzo, excitacin. La humanidad se humaniz yse hiperhumaniza por excitacin: el progreso se hace casti-gando la especie.

    Ahora, eso es demasiado doloroso, duro; y, adems, nose sabe si responde a una realidad final.

    Entonces viene el otro ideal, el ideal de satisfaccin:asegurar algo, no dejar caer demasiado, igualar hasta uncierto grado: un mnimum de igualdad, de seguridad y defelicidad. En ese carcter y grado, como complementariodel otro, ese ideal es tan legtimo como indispensable; peronunca hay que olvidar que no es el nico. (Suele ser lo quese olvida en "socialismo").

  • FERMENTARIO

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    FALSAS ANTITESIS EN LO MORAL

    Para una creencia corriente, entre pensamiento y senti-miento hay anttesis o incompatibilidad psicolgica. Nadams inexacto: de hecho, psicolgicamente, no existe tal an-ttesis. Existen personas en que el pensamiento es ms fuerteque el sentimiento y personas en que el sentimiento es msfuerte que el pensamiento; personas en que uno y otro sondbiles; personas en que uno y otro son fuertes. Pero elhecho real en psicologa y en vida bien observadas es quela razn que se tenga tiende a reforzar y no a disminuir elsentimiento que se tenga.

    Hay otra anttesis para la opinin corriente, o sea laanttesis entre pensamiento y accin. Esta tiene una basede psicologa de hecho; pero muy mal interpretada. En elcaso anterior, no es cierto que el pensamiento tienda nuncaa disminuir el sentimiento. En este otro caso, es, s, ciertoque en determinadas condiciones o casos el pensamientotiende a inhibir accin, pero generalmente a inhibir accinmala o desarreglada; de manera que si bien el pensamientotiende a disminuir la suma total de accin, a disminuir laaccin en bruto, tiende a aumentar la accin buena.

    Ahora, eso s: es muy fcil declamar contra la razn,porque se cuenta con ella, consciente o inconscientemen-te.

    Se confa en ella, en su "milagro continuo": As como,segn ciertos telogos, Dios realizara un milagro conti-nuo, manteniendo el mundo, volvindolo a crear en ciertosentido en cada momento, la razn realiza positivamente un

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [44]

    milagro anlogo en el mundo moral y social. En cuantocediera, en cuanto la razn se aflojara, se desencadenara laaccin mala y desarreglada. Pero se siente que no va aceder y se cuenta con ella.

    En verdad, la relacin de la razn con la accin (buena)y con la misma bondad, es como la del radio a sus emana-ciones: una gran condensacin que permite dar una ener-ga desproporcionada, en emisin prcticamente continua.

    Y nuestro espritu instintivamente lo siente. Por quhiere tanto a todas las almas bien hechas la injusticia? Por-que la injusticia, adems del elemento sufrimiento o dolor,contiene otro elemento racional, un aspecto de lgica vul-nerada.

  • FERMENTARIO

    [45]

    CIERTA INGENUIDAD DEL MAL

    Los libros "morales", de intencin ms o menos peda-ggica o pragmtica, son a menudo ingenuos. Eso, todoslo sienten y lo entienden. Pero los libros, y en general elarte, que se relaciona con el mal, con el vicio, con el peca-do; en la misma vida, tambin, lo que se relaciona con el maly con el vicio, suele ser tan ingenuo, a veces ms ingenuotodava. Slo que, eso, casi nadie lo siente. Est al alcancede cualquiera la sensacin de ingenuidad de los librosmoralizantes, pedaggicos y optimistas; pero no hay sen-sacin ms difcil que la de percibir, supongamos, que loslibros de un J. Lorrain son tan ingenuos como los de unSmiles. Un joven, por ejemplo, no tendr esa sensacin. Sela adquiere despus, con la vida. Explicarla, no se puede.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [46]

    CRISIS MORALES 1)

    Comparando los hombres de pensamiento libre con loshombres de creencias fijas, parece a los superficiales quelos primeros habrn de tender a ser menos morales, no slopor carecer de frmulas sino por el hecho de que pasancrisis, de que su desarrollo mental no es seguro y sereno:dudan, vacilan, sufren: A veces toda su vida es una crisis.

    Pero si se sabe observar se nota que esas crisis sonracionales y afectivas, pero no morales. Que esas crisis,aunque parezcan comprometer los fundamentos racionalesde la moral, no comprometen, en esa clase de hombres, lamoralidad efectiva, la moralidad del acto. Ms: que la exci-tan, y que la mejoran.

    Los hombres de creencias fijas, que no tienen crisis, enla accin tienen ms bien tendencia a valer menos: es as dehecho, -hecho de observacin, aunque no todos sepanobservarlo, porque se van por razonamientos, por teoras opor prdica.

    Pero no slo se observa eso, sino que tal vez se puedeexplicar: el mismo hecho de no tener crisis, de no experi-mentar dudas, dolor moral, acusa y prueba deficiencia desensibilidad y ausencia de esfuerzo de auto-superacin.

    1) Para "Moral Viva".

  • FERMENTARIO

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    M O R A L I Z A D O R E S 1)

    Me refiero en mi "Moral para Intelectuales" a la relacinentre la manera de moralizar y la conducta, comparandodos tipos de hombres a globos de los cuales unos subieransin barquilla y otros con ella. El globo que sube sin barqui-lla -digo all- subir muy alto, sin que eso tenga valor nin-guno, porque deja el peso en el suelo. Lo que tiene valor essubir todo lo que se pueda, levantando la carga; que lamoral se eleve todo lo alto posible, levantando la conducta.

    Pero eso es grueso. Habra que poder explicar lo mismorefirindonos, no ya a actos, sino a posibilidades. Es algo-por cierto ms sutil para entenderlo- de una verdad psico-lgica profunda. Ya en la manera de moralizar de ciertoshombres, se reconoce que sus propsitos, sus frases y susdiscursos, lo que tal vez ellos mismos creen sus sentimien-tos, no se relacionan con posibilidades de actos. En tantoque hay otra manera de moralizar en que se siente que elque habla maneja una masa densa de posibilidades; tieneque luchar contra la resistencia de algo, que son las dificul-tades de la accin ya concebida e intuda.

    Cuando se ha vivido mucho se adquiere una especie deinstinto que permite distinguir esas dos clases demoralizadores. Fuera de dicho instinto, no hay criterio inte-lectual, lgico; por ms que suelen delatar a los espritusdel primer tipo la excesiva facilidad con que resuelven ge-

    1) Para "Moral Viva".

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [48]

    neralmente los problemas morales, y su aficin demasiadoexclusiva a los ideales muy sublimados y abstractos.

  • FERMENTARIO

    [49]

    SOBRE CONCIENCIA MORAL 1)

    Que el remordimiento no es inseparable de la inmorali-dad, ni proporcional a la inmoralidad (de la persona o desus actos), se ha observado y se ha escrito. Pero existentodava otros errores y hasta ciertas mistificaciones a pro-psito de la conciencia moral. P. ej.: creer, o hacer creer, ohacerse creer, que la tranquilidad de conciencia existe natu-ralmente en los buenos, que es normal en ellos, y hasta quees como un criterio o medida de su superioridad moral.Aqu hay una mezcla de error y de mistificacin; de esamistificacin pedaggica en que a veces es tan difcil dis-cernir la parte de sinceridad y la parte de hipocresa (ms omenos inconsciente).

    Poder vivir con la conciencia tranquila, lejos de consti-tuir criterio de superioridad moral, indica normalmente al-guna inferioridad: ordinariamente, insensibilidad (salvo cier-tos casos de gran simplicidad mental; en ese caso la infe-rioridad sera intelectual).

    Y por ms de una causa:En primer lugar, la opcin, tal como la presentan a nues-

    tra actuacin las circunstancias reales de vida, es ordina-riamente entre actos o reglas de conducta que contienencada una algn mal. Slo en excepcionales casos, de los dela vida real, se presenta la opcin entre una conducta bue-na y una o varias conductas malas. En todo caso es muy

    1) Para "Moral Viva".

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [50]

    frecuente que la opcin slo se nos presente entre actosque tienen todos algo de malo, y de los cuales, si puededecirse que uno es mejor que los otros, es slo porqueproduce o contiene menor mal.

    Entonces, aun en la vida del hombre ms elevado ypuro, hay mal realizado, dao causado, dolor producido. Yaunque lgicamente, intelectualmente, eso no debiera darlugar al sufrimiento y menos a remordimiento, de hecho, enel hombre sensible, los produce.

    Adems, hay la duda moral. Aun suponiendo un hom-bre que hubiera resuelto todas las dificultades morales desu vida, diramos, objetivamente bien, si su organizacinmoral psicolgica es elevada, tiene la duda: duda moralsobre el pasado, en el presente y para el futuro. Ahora bien:duda moral, es sufrimiento. Y es tambin intranquilidad deconciencia. Y la falta de duda moral, salvo una gran simpli-cidad mental, no es criterio de superioridad sino de inferio-ridad.

    La ilusin puede producirse de afuera tambin, comosobre ciertos tipos histricos, en los cuales, sin embargo,aun suponiendo que hayan tenido la tranquilidad de con-ciencia que aparentan en las biografas o que los historia-dores han supuesto en ellos, encontramos todava, y hastaen los ms altos, alguna insensibilidad o alguna deficien-cia. Para ir lo ms arriba posible: si Marco Aurelio, p. ej.,tena la tranquilidad de conciencia que resulta de sus Me-morias, aun en l sentimos como una deficiencia, como unainsensibilidad de alma en un hombre responsable p. ej. delas persecuciones y matanzas de cristianos. (La insensibili-dad a que me refiero sera doble: insensibilidad al mal real-mente hecho, e insensibilidad a los escrpulos y a la dudamoral).

  • FERMENTARIO

    [51]

    Otro estado u otra actitud absurda en lo relativo a "con-ciencia moral" es el pretender consolar con lo de la tranqui-lidad de conciencia: consolar a un hombre en circunstan-cias particulares, o consolar en general al alma humana delmal, de la injusticia, del dolor. P. ej. un funcionario, un hom-bre de accin que ha realizado una obra buena y a quien sela destruyen, sufre: siente y sufre porque amaba esa obra,no por vanidad (o no tanto por vanidad), sino porque hacabien. Entonces, pretender consolarlo con la tranquilidad deconciencia, sera tan absurdo como si a un padre que haperdido un hijo se lo pretendiera consolar recordndoleque hizo todo lo posible; que llam mdico a tiempo, presttodos los cuidados, etc.

    Es claro que ms aun sufrira si no lo hubiese hecho;pero eso es lo nico que tiene que ver con el dolor la "con-ciencia tranquila".

    Y sobre esa base se organizan ciertas mistificacionespedaggicas, ms o menos bien intencionadas, pero deefectos en el fondo contraproducentes, aun desde el puntode vista pragmtico. Es precisamente se el aspecto antip-tico de cierta clase de libros que, al predicar la verdad y lajusticia, aseguran la felicidad como un premio automtico.(Intil nombrar autores -que se sustituyen unos por otros;pero la tendencia es siempre la misma). Los que puedenescribir esa clase de libros, o son insensibles o fingen: o nosienten el dolor del mal inevitable, de la injusticia inevita-ble, de la duda moral y del remordimiento inevitables, o sonhipcritas; o escriben con palabras.

    Hay adems, y sobre todo, en esos libros, como unafalta de respeto al dolor, y a las vctimas de las injusticias dela naturaleza o de los hombres. Verdaderamente, si han po-dido ser escritos as esos libros para los cuales la tranquili-dad de conciencia acompaa siempre al bien, y ste es pre-

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [52]

    miado y recompensado, si han podido ser escritos (as, yno en el plano mucho ms profundo en que eso vuelve aser verdad, pero de otro modo), es porque sus autores notienen bastante simpata, ni bastante sentimiento del dolorhumano; su estado mental prueba que no han sentido bas-tante ni el dolor de los que sufren injustamente ni el dolorde la injusticia misma y del mal. Los verdaderos librosmoralizadores y buenos, tienen que haber sido escritos porquien sea capaz de sentir el dolor y la injusticia y su parcialinevitabilidad.

    En cuanto a esas frases como "no tener ms gua, msjuez que su conciencia", y, con su aprobacin, vivir satisfe-cho y feliz, no olvidemos que la conciencia se acostumbra;y si hay un tipo de hombres temibles en la vida son los quehan conseguido al mismo tiempo amaestrar su conciencia yno tener ms juez que su conciencia.

  • FERMENTARIO

    [53]

    LO MISMO, MAS EXPLICADO

    "TRANQUILIDAD DE CONCIENCIA""SATISFACCION DEL DEBER CUMPLIDO"

    He aqu -de entre otros- cliss de la prdica moral, y dela declamacin, como de la pedagoga, que corresponden acierto concepto generalizado -a veces claro, ms habitual-mente vago y sobre todo como implcito- de la moralidad delos hombres y de su conducta prctica.

    Tal concepto es, en unos, cosa separada de la psicolo-ga real y de la bondad y moralidad reales (no tanto algohipcrita, como algo separado).

    Otros, predican aquellos estados sinceramente, y mu-chos hombres buenos creen realizarlos, con lo cual mues-tran que no saben observar (y se piensan inferiores a loque son), porque, en verdad, la tranquilidad y la satisfac-cin morales, cuando realmente existen, no son signo desuperioridad, sino ms bien de inferioridad.

    Es curioso que esto lo entiende cualquiera para la vidadiaria. Si a un hombre se le enferma un hijo, y hace lo posi-ble para salvarlo: le trae mdico a tiempo, lo vela, lo cuida, yel hijo se le muere, nadie se atrevera a hablarle de su "satis-faccin" por el deber cumplido. Y si l mismo hablara, serams bien un monstruo.

    Pero no se siente as para otros casos. Se piensa, porejemplo, que en el hombre pblico que lucha por un pro-yecto y no puede realizarlo o realizarlo bien; que en el hom-bre pblico que lucha por evitar una guerra o cualquier otracalamidad y no lo consigue, y en todas las situaciones

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [54]

    anlogas que constituyen la normalidad de la vida, puedehaber y debe haber, y sobre todo debe bastar, esa pretendi-da "satisfaccin del deber cumplido".

    Por ejemplo, el que desea -y propugna- el bien a realizary no lo consigue, o no todo, tiene que sufrir por el bien norealizado, o por no poder realizar bastante.

    No puede haber ah, no ya satisfaccin, que querradecir placer, sino siquiera ausencia de sufrimiento.

    Ahora, si algunos pueden "contentarse con haber cum-plido su deber", es porque no sienten bastante el deseo delbien real, del bien objetivo; el sufrimiento por el mal real,por el mal objetivo.

    Y puede haber en ello mucho de vanidad, o demasiadasatisfaccin egosta.

    Variedad vana y ficticia de hombres, o estado vano ysin significacin, el de sos que dicen luchar por el bien"sin preocuparse de las consecuencias" y sin sufrir. Siem-pre, en el fondo, deficiencia de sentimiento, de deseo realdel bien, de desesperacin por el mal.

    Y algo ms: deficiencia revelada por el hecho de nohaber sentido que tantas veces no triunfa el bien, o nobastante; y no sentir, de ello, hondo el dolor.

    Es como los que pedagogizan, predican o declaman so-bre el premio de los buenos, sobre la recompensa fatal de lavirtud. Cuando no es simple psicologa farisaica, o (el mejorde los casos) simple automatismo de frmulas verbalesestereotipadas, eso revelara que no han sentido bastanteel dolor y la injusticia reales. De modo que si han podidollegar realmente a ese estado, si no se engaan sobre smismos, es porque les faltaba simpata, amor o bondad.Rarsimas son las excepciones: almas de tan extraordinariaabnegacin que la bondad les hace las veces de inocenciay de esperanza.

  • FERMENTARIO

    [55]

    No confundir con los efectos pragmticos: La fe en elxito puede hacer luchar mejor en algn caso. Y, para tem-peramentos limitados, podr ser indispensable. Tambinhabr salvedad en cuanto a la accin a ejercer sobre esosespritus limitados, o a la accin sobre los nios, en quie-nes hay que preparar indirectamente o por razonamiento lafutura moral.

    Pero, en s mismo, aquel estado supone deficiencia. Y elhombre superior puede dar todo en la accin sin la espe-ranza irrazonada, y hasta sin esperanza: aunque dude inte-lectualmente del xito.

    Y, no slo as vale ms, sino que acta mejor. Y aunqueparezca ilgico, acta ms. Cyrano pele con valor contralos cien hombres. Y an con ms valor pele contra la Muer-te.

    Por lo dems, se acta, se lucha, ms y mejor, no tantopor el grado de esperanza, como por el grado de deseo: dedeseo del bien real, y de dolor por el mal y por la injusticiareales.

    En cuanto a "conciencia tranquila", como estado gene-ral, revela, salvo casos excepcionales, pobreza e inferiori-dad en la naturaleza moral.

    Salvo deficiencia intelectual, la explicacin casi no pue-de ser sino por algo de esto: desde luego porque el sujetono duda de s mismo: suficiencia, orgullo... o estrechez, odureza...

    Y despus, sobre todo: falta de dolor por el mal hecho.Entindase que no me refiero -o no solamente- al mal

    que pudo no hacerse, sino al que inevitablemente huboque hacer (como hubo que dejar de hacer bien) en la elec-cin que supone cada problema moral; y, problemas, haycasi en cada situacin de la vida.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [56]

    Ese sujeto de la permanente tranquilidad de conciencianunca se habr planteado problemas morales.

    No ha hecho esfuerzo, ese esfuerzo impotente para so-lucionarlo todo, que nos lleva lo ms lejos posible en elintento de hacer bien con el menor mal. En casi toda situa-cin, al optar, hay que hacer algn mal o dejar de haceralgn bien. Y la tranquilidad de conciencia, como estadopermanente, habitual, revela insensibilidad para ello. Casicualquier cuestin moral es de conflicto. Slo los conflic-tos de justicia y bondad llenan la vida. Sin contar los otrosconflictos especiales de justicia con deberes pblicos, dejusticia con agradecimiento, de justicia o deberes con afec-tos personales; sobre todo, la necesidad inevitable de ha-cer sufrir por justicia o por bien.

    As, el sujeto con verdadera vida moral, duda y sufre;su vida espiritual es conflictual.

    Y en cuanto a ciertos hombres que "slo dependen desu conciencia"; ah!, sos, pueden ser los ms temibles,cuando esa conciencia es poco sensible o cuando se vaembotando o amaestrando. Con cualesquiera otros hay es-peranzas. Con sos, ninguna.

    Que no les importe, por ejemplo, el juicio de los otros:indiferencia a la estimacin, a la aprobacin, a las mismasalabanzas... cuando ello es real, no es buen signo de supe-rioridad, sino ms bien de inferioridad.

    La simpata, el amor humano, nos hacen sensibles a laaprobacin y a la simpata de los otros.

    El bueno quiere ser querido, y la desaprobacin, comotoda antipata, le duele y debe hacerlo sufrir. Ser insensiblea la aprobacin y al cario de los hombres, revela falta deciertos sentimientos buenos en s y eficaces para el bien.

    Lo que hay que evitar -eso s- para entender esto, es laconfusin entre sufrir o no sufrir y el modo de actuar.

  • FERMENTARIO

    [57]

    Lo malo, lo inferior, no es sufrir por el juicio injusto delos otros, sino modificar por eso la accin.

    Es la accin del hombre superior, del hombre bueno laque no est subordinada a los juicios ajenos. l obra en elsentido del bien, de su deber o de su amor, con indepen-dencia de los juicios; pero los siente y los sufre. As actael bueno y superior, sufriendo por todo: Por el bien que nologra realizar objetivamente, por el bien que tiene que dejarde hacer, y an por el mal que tiene que hacer al resolver losconflictos. Y tambin por la desaprobacin y la falta desimpata de los otros. Pero, todo ese sufrimiento, por unaparte es condicin de su bondad, y, as, de su accin bue-na. Por otra parte, de hecho, es estmulo (aunque en lgicapuramente racional pudiera parecer lo contrario) para acre-cer su accin en cantidad y calidad, para intensificarla ypara mejorarla.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [58]

    1) Para "Moral Viva".

    JUICIOS MORALES 1)

    En nuestros juicios ticos relativos a las condicionesmorales de los hombres, a su accin social o poltica, etc.,debemos tener muy presente un hecho que, quienes juz-gan, olvidan o no disciernen generalmente, lo que los hacedoblemente injustos, en ciertos casos por falta de toleran-cia y en otros casos por exceso de tolerancia.

    Existe efectivamente como una creencia implcita en elsentido de que en cada situacin de la vida hay una solaconducta buena, y totalmente buena, siendo malas las de-ms. Sobre esa base, implcitamente, se discute y se juzgasi se procedi bien, o se procedi mal. Pero en realidad,completamente bien, slo puede procederse en ciertos ca-sos. En la vida de los hombres, privada o pblica, en la vidaadministrativa o poltica, hay situaciones en que se ofrecenvarias conductas de valores morales equivalentes, o quepueden ser tomados como equivalentes, y en las cuales laaccin ha debido ser solamente una solucin de eleccin.Entre tanto, en otras situaciones, la eleccin ha sido, hapodido ser, una sola y totalmente buena, y ha podido sertotal o predominantemente mala. Bien: el error, no slo lgi-co sino moral, a que me refiero, consiste en juzgar sin dis-tinguir esos dos casos, lo cual lleva, como dijimos, a ser enciertos casos demasiado intolerante o en otros demasiadotolerante, pues esa confusin, de que deriva una actitudtan corriente, no discierne esos casos de eleccin en que

  • FERMENTARIO

    [59]

    no hay inferioridad moral ni siquiera error en el verdaderosentido, de los otros en que la desviacin de una lnea deconducta recta, que era realmente una, se ha debido a m-viles inferiores: en que la conducta ha sido verdaderamen-te inmoral o dbil; confundindose unos y otros casos enuna misma condenacin. Y es as cmo tantos hombres, ensus juicios morales, cometen la doble falta de sancionarcon ms severidad que la debida, en ciertos casos, y alcontrario de no sancionar con severidad bastante en otros.

    Si quisiramos poner aqu ejemplos, tanto de la vidaprivada de los hombres como de la vida poltica, presenta-ramos fcilmente muchsimos de la primera clase; casostales que, aun despus de transcurridos los hechos, no seve una solucin claramente mejor entre las varias que sepresentaban, y en que por consiguiente era forzoso y leg-timo, o bien disculpable, obrar de alguna manera, bien in-tencionada, con ventajas e inconvenientes, que pudo ser ono aqulla que se eligi.

    Y, por eso, cuando se dice (tan comnmente) que "to-dos los hombres han cometido faltas o errores", se cae enesa falacia. No: hay muchsimos hombres que no han co-metido faltas ni errores. Muchsimos hombres que han ele-gido en todos los casos soluciones que podan elegirse.Slo que, como en muchos de esos casos no haba ningu-na perfectamente buena, como no haba ninguna que con-templara todo, era necesario proceder de algn modo. Y as-una vez ms- esa confusin lleva a los hombres a ser injus-tamente severos con otros hombres buenos, al mismo tiem-po que tiende a aflojar la sancin de las acciones verdade-ramente inmorales, verdaderamente deshonestas o viles.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [60]

    "HOMBRES NECESARIOS " 1)

    Se ha dicho: "Hay hombres tiles; no hay hombres ne-cesarios". Y sobre esto hay confusin, y en cierto sentidoun gran error.

    S, si por "necesarios" se quisiera entender que sin ellosla tierra no seguira girando o que se extinguira la humani-dad.

    Pero que, sin tal hombre, algo empeora mucho, en unmomento o en una situacin dada, o deja de mejorar, sueleser completamente verdadero, y ni raro.

    Y, en ese sentido, no se necesita ser un hombre excep-cional para ser un hombre necesario. Todas las situacionesestn llenas de hombres necesarios, o de vacos en que elhombre necesario falt.

    Casi cualquiera fu hombre necesario en cierto momen-to para alguna cosa.

    P. ej.: cuando yo tena autoridad en Instruccin Pblicade este pas, y por ello ocasin de impedir ciertos absurdoso males, sola pensar: qu hubiera sucedido sin mi? quhubiera sucedido si yo no discuto la cuestin, si no leshago ver que lo que queran hacer era absurdo o era malo...?Pero reprima esta tendencia de pensamiento, creyendo queera una ilusin; y me deca: "No hay hombres necesarios.Una cosa tan absurda, no se hubiera hecho; no s cmo,pero alguien la hubiera impedido".

    1) Para "Moral Viva".

  • FERMENTARIO

    [61]

    Despus me quitaron la autoridad, y cosas de aquelgnero, algunas de aquellas mismas, sucedieron. Nadie lasimpidi.

    P. ej.: En la Enseanza Secundaria exista en nuestropas la institucin de los exmenes por asignaturas. Esa eracosa mala, pero relativamente tolerable porque en aquellapoca no pasaban los exmenes de tres o cuatro, cinco a loms, por ao. Pero sancionan una nueva ley tal que la ense-anza general, en lugar de estar comprendida en seis aos,quedaba estrechada en cuatro. Por lo cual yo introduje unaserie de procedimientos de contralor de escolaridad paraevitar el absurdo, el crimen de que se obligara a nuestrosnios a dar diez exmenes por ao. Entonces pensaba que,de no estar yo, otro hubiera impedido el rgimen absurdo einhumano. Pero en cuanto yo dej de estar, lo instituyeron:hubo as un perodo en que se oblig a nuestros nios adar diez o ms exmenes por ao, y muchos quedaron inuti-lizados mentalmente; otros se enfermaron; algunos murie-ron.

    Otro caso: cuando yo estaba en la Instruccin Primaria,observ que se haba introducido en las escuelas la prcti-ca de retener a los alumnos muchos aos en la misma clase,generalmente por el error de juzgar las escuelas por el ade-lanto de las clases en lugar de juzgarlas directamente por eladelanto de los nios. Es claro que presentando como alum-nos de cada ao a los que haban estado tres o cuatro en elmismo, las clases obtenan una clasificacin ms alta, y laescuela en estas condiciones pareca mejor, muchas vecesal mismo que la organizaba.

    Resultaba de aqu un absurdo (de funestras consecuen-cias prcticas). El Estado obligaba a los padres a mandar asus hijos a la escuela, y sta, despus de retener a un niotres o cuatro aos, lo dejaba ir sin que hubiera hecho otra

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [62]

    cosa que repasar durante todo ese tiempo el programa deprimer ao; esto es, sin saber prcticamente nada.

    Cuando perd el mando en Instruccin Primaria, yo te-na confianza en que aquel horror no poda volver: en quealguien lo reprimira, como yo lo haba reprimido. Pero encuanto sal se volvi a establecer aquello, y all qued.

    Ahora bien: cualquier hombre, el ms modesto, encuen-tra, en la historia de su actuacin, hechos de ese gnero,que muestran que en cierto sentido -es sin duda si se quie-re una cuestin de palabras, pero una cuestin de palabrasque conviene comprender bien, porque tiene alcance prc-tico- que en cierto sentido casi todos los hombres pode-mos ser "necesarios". Sin duda, lo repito, porque dejemosde esforzarnos al mximun, no se parar la tierra ni la raza seextinguir; pero todos somos necesarios para que no ocu-rra algn mal grande o pequeo, para que algo ocurra unpoco mejor que como ocurrira sin nuestra atencin, sinnuestros esfuerzos mayores y sin nuestra fe en la necesi-dad de ellos.

  • FERMENTARIO

    [63]

    SOBRE LA HISTORIA

    Lo relativamente superior que est en la historia, quepudo entrar y que qued en la historia, no es lo ms eleva-do que di la humanidad en las almas, sino lo que pudorealizarse, y realizarse bien visiblemente, y engranar fcil-mente con los efectos visibles, y ser descriptible.

    ste es uno de los aspectos tristes de la historia. Y haytantos otros...

    No slo no queda lo mejor de los actos, sino que sloquedan actos: no sentimientos...

    Y sobre todo la historia tiende a eliminar a los hombresque sienten todos los sentimientos, todos los ideales, ycuya accin entonces es menos simtrica y menos descrip-tible, aunque ms intensa y buena.

    En cambio, la historia tiende a agrandar a los hombresde ideal y de accin unilateral, y a los hombres segundosque llegan a la hora del xito preparado.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [64]

    ILUSIONES DE LA OPINION Y DE LA HISTORIA

    Ni la reputacin -sancin de opinin- ni la historia, re-gistran y valoran lo que dej de hacer el hombre: los erro-res, insensateces, crmenes, faltas, que inhibi.

    Ahora bien: los actos que se cometieron, pueden se-guirse en todas las consecuencias. La historia registra yvalora males, a veces espantosos, que por haberse realiza-do ciertos actos se pudieron apreciar y medir. Pero si aque-llos actos no se hubieran cometido, ni la reputacin ni lahistoria haran adivinar ni que pudieron cometerse ni susefectos fatales. Todo el mal que contenan en potencia, nose puede apreciar. De que Lavalle en un mal momento fusi-lara a Dorrego, p.ej., resultaron males espantosos queentenebrecieron durante muchos aos la historia de un pas.Si no lo hubiera hecho, todos esos males no hubieran podi-do preverse: tal vez ni la posibilidad del acto mismo, en elcaso de que hubiera sido inhibido.

    Y bien: de aqu resulta que ni la opinin ni la historiaregistran ni valoran mucho de lo mejor de los hombres me-jores, que est en todo lo que en s mismos contuvieron oreprimieron, en todos los impulsos que dominaron, en to-dos los errores, faltas, a veces crmenes, que fueron capa-ces de no cometer.

  • FERMENTARIO

    [65]

    OTRA ILUSION DE CASI TODOS(HISTORIADORES Y HOMBRES)

    Se siente la gran importancia de ciertos hechos de lahistoria, y nos parece sentir su irreemplazabilidad: el Cris-tianismo, la conquista romana, la conquista napolenica...;pero no nos damos cuenta, ni nos hace dar cuenta la histo-ria, de que si no hubieran ocurrido esos hechos, hubieranocurrido otros entre los cuales hubieran podido algunosser de igual importancia, pero que no podemos ni siquieraimaginar.

    Se siente as la impresin de que sin ciertos hechoshistricos la historia quedara vaca. Y sin embargo esesentimiento es ilusorio. Si no se hubiera producido la con-quista romana, nadie hubiera podido preverla. Si no se hu-biera dado el Cristianismo, nadie hubiera podido prever oimaginar siglos y siglos de historia. Pues lo mismo para loshechos que se habran producido en lugar de esos...

    Lo cual lleva -y ste es el resultado de la ilusin- aconsiderar irreemplazables ciertos hechos histricos, y asupervaluarlos.

    (El lenguaje indeterminista de esa explicacin, corres-pondiente al plano prctico de la historia, no supone niafecta ninguna solucin profunda del problema deldeterminismo e indeterminismo).

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [66]

    RAZON Y EXPERIENCIA

    Se piensa generalmente, y se dice, que "es la experien-cia la que ensea a los hombres", que los ensea ms quela razn; y que, as, la experiencia viene a corregir, en hom-bres y en sociedades, la imperfeccin de los raciocinios.

    De hecho, tan excepcional es interpretar bien la expe-riencia como razonar bien. Hasta ms.

    En lo cientfico, los hechos son generalmente solicita-dos a entrar en los raciocinios; y el hombre de ciencia aquien los hechos ensean, es temperamento ms excepcio-nal todava que el que razona bien.

    En la vida, sin duda, la experiencia acta sobre todo porlo que tiene de castigo: deja temor, como instintivo. Perohay mucho de ficticio en eso de que la experiencia corrija, ocorrija tan comnmente, los errores en la vida individual.

    Lo comn psicolgicamente -aunque poco lgico- esque, formada la opinin o tendencia de conducta, rechaza-dos los razonamientos o consejos razonables, cuando, mstarde, viene el hecho de experiencia que lgicamente debe-ra autorizarlos, no se lo relacione con ellos, ni con las opi-niones anteriores, discusiones o argumentaciones, y questas sean olvidadas o tergiversadas, generalmente porinclusin de estados de espritu que no fueron sino poste-riores.

    As, ya en la vida individual (y salvo la rendicin por laedad o por las penas, que es cosa de otro orden), se obser-van menos casos todava de ceder a la experiencia que deceder al razonamiento.

    Y en lo social o poltico, ese fenmeno es impresionante.

  • FERMENTARIO

    [67]

    Por ejemplo: ninguna experiencia debi causar ms efec-to que la de la ltima guerra; y sa mostr decisivamentecul era el paralogismo esencial de los admiradores de laorganizacin excesiva y del "orden": antes, los que seal-bamos sus peligros, sus debilidades, sus males, pareca-mos "tericos", pero fu la realidad, la experiencia la quemostr cmo y por qu, por admirable que sea una organi-zacin social, no contiene sino lo que se ha puesto en ella,y slo lo expresamente previsible, y resulta as inadaptable,o difcilmente adaptable, a todo cambio, e incapaz de dar ensu caso todo lo que los acontecimientos inesperados oextremos pueden exigir; en tanto que la libertad, con sudesorden, pero con su fermentalidad, contiene menos futu-ro previsible pero mucho ms futuro imprevisible, un coefi-ciente imprevisible de cambio y de posibilidades, prctica-mente infinito.

    Tambin nos ha demostrado la vitalidad de la democra-cia. Con la precisin que hubiera podido tener una expe-riencia ad-hoc, nos ha hecho ver que, independientementedel bando en que lucharon, fueron las naciones (entonces)democrticas y libres las que pudieron resistir, y las otraslas que se derrumbaron.

    Sin embargo, despus de esta experiencia, lo que recru-deci fu la admiracin por la "organizacin", y la hostili-dad hacia la democracia.

    Este hecho brutal muestra lo que es la pretendida en-seanza de la experiencia para los hombres y para los pue-blos.

    Lo repito: Es mucho ms difcil todava, para la organi-zacin mental humana, convencerse por experiencia queconvencerse por razonamiento.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [68]

  • FERMENTARIO

    [69]

    OPOSICIONESEXTRINSECAS E INTRINSECAS

    En la consideracin de los hechos sociales, y lo mismoen el estudio de la historia, nos aparecen como oposicio-nes fundamentales las que han determinado expresamentelas luchas de los hombres: el Estado contra la Iglesia, unosestados contra otros, unas iglesias contra otras; hoy elfascismo contra el comunismo; etc.

    Y as es desde ciertos puntos de vista, y as se seguirpresentando lo histrico. Pero la oposicin esencial, la ver-daderamente irreductible, en cuanto en lo social y psicol-gico pueda haberla, es la oposicin de clases de alma. Haydos clases de almas: almas liberales y almas tutoriales: Al-mas cuyo ideal instintivo es la libertad (entendamos, pro-pia y ajena) y almas que tienen un ideal de tutela, y porconsiguiente de autoridad: que por una parte necesitan odesean la tutela, y por otra parte desean imponerla (confines por lo dems muy a menudo bien intencionados). Esaes la oposicin ms verdadera y ms indestructible. Mien-tras que la otra es psicolgicamente mucho menos funda-mental: muchos menos difieren, quiero decir, los que estny combaten, en distintos lados, que los que difieren enclases de alma.

    Hace poco lea un artculo sobre el voto de la mujer, enel cual, para refutar ese argumento habitual que ve peligrosen la tendencia conservadora de las mujeres, se sostenaque la experiencia ha demostrado la falsedad de tal argu-mento, ya que, en posesin del voto, las mujeres han vota-do por todo, "desde las que han votado por los dictadoresmilitares hasta las que han votado por el comunismo". Que

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [70]

    mal argumentado! por mal observado: Todo eso es de lamisma clase de alma: militarismo, dictaduras, religiones or-ganizadas o comunismo: todo eso es de alma tutorial. (Lamujer, entre parntesis, tendra cierto derecho a tener almatutorial, para madre y maestra; y aunque la tenga, debemosdarle el sufragio, a pesar del peligro. Pero seran otros loshechos que podran demostrar que la mujer puede teneralma liberal, esto es, alma que ame y desee la libertad, anen sentido contrario a las opiniones y deseos). De todosmodos, las almas liberales son bastante ms raras de lo queilusoriamente parece. Precisamente por no comprender esose sorprenden las personas superficiales ante ciertas "con-versiones". En realidad las verdaderas conversiones sonmuy raras si es que existen: seran las conversiones declases de alma. Ahora, las conversiones de oposicin, fe-nmeno muy corriente, para un anlisis profundo no sonverdaderas conversiones, lo mismo en hombres de pensa-miento que en hombre de accin. Tal pensador, p. ej., Comte,que empieza positivista y acaba mstico, aparentemente seconvierte; en realidad no ha hecho sino tomar otra posi-cin, pero con la misma clase de alma: como socilogo eraorganizador autoritarista; la ltima posicin de su vida, laorganizacin de una religin, no es otra cosa sino una nue-va actitud; pero su alma no ha cambiado. Cuando un ex-comunista pasa a ser militarista, o dictatorialista, o dicta-dor, no ha habido en l verdadera conversin: partidario deuna teora de organizacin autoritaria, lo que ha hecho escambiar de sitio: pas, histrica o polticamente, de un par-tido al otro: cambi de lado, pero llevando la misma alma.

    Los que verdaderamente sienten la libertad: la de ac-cin y de pensamiento, sos, no se "convierten".

  • FERMENTARIO

    [71]

    A PROPOSITO DE DEMOCRACIA

    Cuando se dice que un enfermo se cuida y asiste muybien a s mismo, esta afirmacin puede tener dos sentidos.

    En uno primero, contiene ya una parte de verdad, aun-que no tanta. Efectivamente la experiencia, el buen sentidoensean a cada persona a organizar su vida, su alimenta-cin, etc., de una manera que suele ser razonable, eficaz yapropiada a su constitucin. Slo que, en eso que el sujetohace consciente, voluntaria y razonadamente, queda toda-va mucho error y, no hay que decirlo, mucha ignorancia. Pero aquella proposicin tiene un alcance mucho msverdadero si entendemos referirnos no solamente a lo queel sujeto hace por su salud, consciente, deliberadamente,sino a lo que hace inconscientemente y orgnicamente.Entonces, si pensamos en ese proceso interno de auto-defensa, en la fagocitosis, en la creacin de anti-cuerpos,en todas las reacciones orgnicas, nuestra asercin ad-quiere un alcance mucho mayor y es mucho ms verdadera.

    Pues del mismo modo, cuando se dice que los pueblosse gobiernan bien a s mismos, la expresin puede tenerdos alcances.

    Tiene ya una parte de verdad cuando se refiere a lo quelas democracias hacen consciente e inteligentemente. Peroesa verdad es, como en el caso anterior, limitada: Cuandoobservamos cmo se discute: lo que conscientemente sehace y se preconiza y se dice -sobre todo lo que se dice- enlas democracias, tenemos tendencia a recibir aquella aser-cin con algn pesimismo.

    Pero es la verdad que los pueblos, cuando sus auto-defensas no estn artificializadas ni oprimidas, hacen porsu progreso, por su xito o por su conservacin, mucho

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [72]

    ms de lo que es consciente y deliberado; y lo que resulta-lo que sale- de bueno en las democracias, suele ser ms ymejor, sobre todo ms eficaz que lo que conscientementese proyecta y discute...

    Naturalmente, uno de los paralogismos anti-democrti-cos ms habituales es el de no observar ese hecho profun-do, verdadero en los pueblos como en los organismos.

  • FERMENTARIO

    [73]

    "PAR DESSUS LA MELE"

    Divisa y tendencia que est confundiendo las almas(iba a decir "muchas de las ms nobles", pero pienso quesas no se dejan confundir).

    Sin duda hay que estar en cierto sentido par dessus lamle; pero no para identificar lo justo y lo injusto, sinopara discernirlos mejor, y no para abstenerse de la lucha,sino para asistir.

    Par dessus la mle, como los dioses de Homero: com-batiendo; pero con una diferencia: combatiendo no por unbando en cualquier caso, si no en cada caso por lo justo.

    Cuando un escritor refina tanto su imparcialidad y suabstraccin como para sentir p. ej., que en el caso de lainvasin belga todos eran iguales, que tanta razn o tantasinrazn tenan los alemanes como los belgas, entonces seha rarificado tanto esa moral que el sentimiento desapare-ce. Ahora, si despus de condenar en este caso al bandoque fu injusto y criminal, se hubiera sentido obligado, porprejuicios de bando, a seguir condenando siempre al mis-mo, aun en algn caso en que hubiera podido tener razn,entonces hubiera combatido mal. Pero no se trata de eso:Precisamente si debemos levantarnos -au dessus- no ha deser ni para sustraernos ni para identificar, sino para discer-nir mejor lo justo y lo injusto, y para defender, ayudar ycondenar. Como los dioses de Homero, pero no siemprepor los griegos: por la justicia.

    No incondicionalizarse en un bando. Ver lo de cada lado,pero para sentir mejor e intervenir mejor. Del otro modo,"par dessus la mle" es triste cosa. Produce, o mejor reve-la, falta de sensibilidad a la justicia y falta de reaccin por lainjusticia (concreta). Y si no confunde a los hombres mejo-

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [74]

    res, es porque stos, sensibles a lo justo y a lo injusto, nopueden, ante la injusticia, decir ni sentir: "Je m'en plne".

  • FERMENTARIO

    [75]

    NOSTALGICOS Y FUTURISTAS

    Los nostlgicos son casi siempre hombres de ms sen-timiento, ms sinceros, ms hondos, ms reales que losfuturistas...

    Porque el sentimiento del pasado est en casi todos loshombres (y los ms vulgares tienen ah lo mejor suyo).

    Mientras que sentimientos, verdaderos sentimientos,de futuro, son poco comunes: casi siempre lo que se tomapor eso son teoras o palabras.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [76]

    "FUTURISMO DINAMICO"

    Hay un futuro prximo: la muerte de todos los seresqueridos y de todos los conocidos: los que conocemos deafuera y el que conocemos de adentro.

    Hay un futuro remoto: que el sistema solar se enfra yque el planeta se va a helar.

    Hay ms dolor y ms muerte todava en el futuro que enel pasado.

    Hay, tambin, esperanza; pero -la que pueda haber- esdespus del dolor y ms hondo que el dolor.

    As esa esperanza es lo ms serio del alma.Slo que en muy pocos hay bastante sentimiento para

    dar calor a ese dolor y a esa esperanza; de aqu la superfi-cialidad declamadora y el literateo, contra los cuales el pa-sado, con su dolor comn, sentido y realizado, est msdefendido automticamente.

  • FERMENTARIO

    [77]

    LAS FAMILIASY LA MUERTE

    En las familias se crean sentimientos, con su lenguaje:modos de sentir, de hablar, que son nuevos y propios.

    Y es de la vida ms honda, y de la ms personal.Y muchos -casi cualquiera- tienen eso.Y eso, como originalidad y como fuerza y calidad de

    sentimiento, es de lo que vale ms.No sale a la literatura. (Alguna vez, algn ligero chispo-

    rroteo...).Y cada uno que muere, o cada familia que se extingue,

    se lo llevan. Y era lo mejor; y distinto en cada caso.El ser ms vulgar se lleva un mundo de sentimientos

    especiales, de sentidos de palabras, de recuerdos con sig-nificacin y emocin nicas, de palabras inventadas, dealusiones...

    Y se extingui para siempre. Y distinto en cada caso...La gente sigue y comunica en la psicologa comn (la

    de todos), y se escriben generalidades sobre los sentimien-tos.

    Pero eso no es nada al lado de lo otro. (Aunque sea loque parece ms, por costumbre en parte).

    Casi cada muerto se lleva algo mucho ms hondo quetoda la literatura.

    Es una de las causas de que sea horrible que haya muerte.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [78]

    SALUD

    Lo que llaman "sano" -y en el fondo, en verdad, lo quellaman "fuerte"- tiene algo de negativo. Est hecho o con-dicionado por insensibilidades, como por anestesias oimpermeabilidades.

    El "cuerdo", p. ej., es el que no siente, o siente poco,tanto absurdo y tanta tristeza: el que es insensible,anestesiado a la seguridad de la enfermedad, el sufrimientoy la muerte: la propia y la de los seres queridos. El que nosiente lo pasajero y lo vano de la risa, de los discursos, dela gloria del mando, de la industria, de la economa polti-ca... De eso resulta, de paso, ser "fuerte", ser "triunfador",etc., y lo dems de la prctica.

    P. ej., llaman "fuerte" al que no sufre bastante por laprdida de un ser querido... La fuerza resulta como deobliteraciones, zonas de insensibilidad o incomprensinen las almas...

    (Conste que hay los que actan como fuertes, sintien-do y comprendiendo al mximum: y slo as se puede sertil como los unos y bueno como los otros).

  • FERMENTARIO

    [79]

    PSICOLOGIA DE VENCIDOS

    Hay hombres que tienen de tal manera psicologa devencidos, que cuando por algn azar llegan a tener poder oinfluencia, siguen reaccionando psicolgicamente comovencidos, y como si echaran de menos la derrota, -a la cual,por lo dems, no tardan generalmente en volver, y sintien-do como una especie de descanso.

    Dicho sea de paso, en calidad humana son de los mejo-res. Desde luego, mejores que los de psicologa de triunfa-dores. Y en verdad pueden triunfar ellos tambin, pero enotro sentido, de otro modo: efecto remoto y difuso.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [80]

    SOBRE PSICOLOGIA DE LA GENIALIDAD

    Existe un hecho psicolgico de muy interesante obser-vacin, que debe ser tomado en cuenta en el estudio de lagenialidad creadora y especialmente de la genialidad arts-tica. Es difcil de describir en s mismo porque su naturalezalo hace difcil de estudiar; pero podra expresarse comoalgo que se relacionara con comunicaciones mentales.

    El hecho es que hay personas en las cuales el yo cons-ciente y racional est completamente incomunicado (lascosas pasan como si fuera as) con el yo subliminal, sub-consciente o inconsciente.

    En tanto que en otras personas, incidentalmente o per-manentemente, y en grado diverso, cierta comunicacindel yo consciente con el otro yo subconsciente, instintivo,intuitivo y no regido por la razn, existe y se manifiesta.Desde el punto de vista de la creacin artstica, este hechotiene un gran inters. Produce desde luego dos clases detemperamentos creadores: Los que crean conscientementey a pura razn, y los que crean ms o menos instintivamente,tambin ms o menos fatalmente, de una manera menosracional, y en los cuales la obra es, as, menos hecha que"salida". Una auto observacin de inters psicolgico mepermite imaginarme lo que puede suceder en ciertos espri-tus. A m me ocurre lo siguiente: mi yo consciente, el yo dela vida, de la accin, el yo de la vigilia, tiene deficienciacompleta en todo lo que se relaciona con representacin decolores y con artes visuales. Me es completamente imposi-ble p. ej. representarme un color; lo nico que me represen-to son sus nombres: s que tal objeto es azul o amarillo,pero no me puedo representar el color mismo. Tampoco mepuedo representar formas u objetos en funcin de sensa-

  • FERMENTARIO

    [81]

    ciones visuales: represento por el sentido de movimiento.Este hecho es muy comn: son los temperamentos motoreso kinestsicos. Pero lo curioso es que en el sueo, y en elestado especial de preparacin del sueo, aparece en m lafacultad de visualizar bien colores, con toda claridad; y mepasa algo ms: en el estado de semi-sueo me desfilan cua-dros, con paisajes, con caras, algunos de ellos tan extraor-dinarios que tengo la sensacin de que si yo pudiera repre-sentarme esas imgenes a voluntad y supiera pintarlas, seraun pintor por lo menos sorprendente. Todo eso desapareceen la vigilia. Puede existir, as, en ciertas personas, algoartstico (o aprovechable artsticamente) que puede estarcompletamente incomunicado. En qu consiste la explica-cin, p. ej. fisiolgica, de ese hecho, no lo podemos ni sos-pechar; pero las cosas pasan como si en los que son comoyo hubiera un tabique impermeable, o como si ciertas co-municaciones estuvieran cortadas. Entre tanto, si entre esemi yo subliminal y el yo consciente hubiera comunicacin,yo tendra algo de creador, de creador semi-inconsciente,de creador semi-fatal, como lo son algunos, en una direc-cin que sin embargo para mi mentalidad consciente estcompletamente vedada. Ahora bien, observando en ste yen otros rdenes, p. ej. en la creacin literaria y en todacreacin artstica, los espritus y sus manifestaciones, yonoto que hay personas en las cuales ese tabique de separa-cin entre lo consciente, lo racional, lo voluntario, lo re-flexivo por una parte, y lo otro subliminal, intuitivo, instin-tivo, etc., que ese tabique est como permeable. Unas per-sonas aprovechan, pueden aprovechar, en la creacin ar-tstica, elementos de su yo subliminal, en tanto que paraotras personas todo eso es inutilizable aun cuando por lava del sueo puedan sospechar algo de su existencia.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [82]

    Cuando dividimos los creadores en dos clases, en ver-dad muy caracterizadas; los creadores racionales, y esosotros creadores semi-instintivos, de los cuales decimos quetienen genialidad ("genialidad", no en el sentido de canti-dad o de superioridad, sino en el sentido de cierta clase dementalidad), constatamos un hecho que tiene en realidadque ver con esa comunicacin.

    A veces no hay simplemente pasaje, smosis de irra-cional y de instintivo, smosis de subliminal, o corrientefecundante, sino verdaderas inundaciones. El tabique estroto, y puede ser catstrofe mental.

    De paso: no hay que confundir esta observacin con lade James, relacionada sin embargo con ella, a propsito delrgano religioso. Para James lo inconsciente es el rganode percepcin de lo trascendente, y habra entonces losque estn y los que no estn incomunicados con ese rga-no de percepcin. Pero esto comporta ya una hiptesis, omejor una doble hiptesis: la de la realidad de lo trascen-dental, y sobre todo la de que el funcionamiento del yosubliminal es cognitivo y representa una manera de cono-cer esa realidad.

  • FERMENTARIO

    [83]

    SOBRE LOCURA

    Locura se tiene por sinnimo de "alienacin": Alienarse:enajenarse: hacerse otro. Pero, desde este punto de vista (ysin perjuicio de las clasificaciones de la psiquiatra, que serefieren a otros aspectos), desde este punto de vista (queno es doctrinario sino prctico, y que es ostensible para elque ve de afuera: para el que ve enloquecer a seres concre-tos), hay dos tipos, o, mejor aun, dos direcciones de enfer-medad mental.

    Una es locura como venida de afuera, la como sobreve-nida. Es la que corresponde al sentido literal de "enajena-cin". El individuo ya no es l: deja de ser l. La enfermedadlo hace no ser l, lo saca de l, lo "aliena".

    Ahora, la otra, es lo contrario de "alienacin". El indivi-duo se va haciendo ms l: la individualidad se acenta.Todos, ms o menos, tenemos peculiaridades, asociacio-nes, idiotismos, automatismos, perversiones, manas, queen algunos, sea porque traan demasiada inercia heredita-ria, sea porque la razn o la voluntad o el sentimiento o laesttica fueron puestos a su servicio, o sea simplementeporque la vida vino mal, dejaron de ser neutralizados, equi-librados, frenados. (Entre parntesis: parece que, en mu-chos casos, hasta cierto perodo de la vida fuimos dueos,si no propiamente de esas perversiones o tendencias pato-lgicas, por lo menos de ponerles la razn y la voluntad afavor o en contra; y si bien en un plano ms profundo dedeterminismo se dira que eso tambin estaba determinadopor la personalidad, por lo menos en un plano prctico, quees el que interesa, este hecho es verdadero).

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [84]

    Bien: no s si lo que ocurre es slo que se acenta laindividualidad, esto es: que se trata de un hecho slo degrado, o si es que, adems del grado, actan, en esa formade enloquecimiento, algunas otras causas... No s, o no spara todos los casos. Tampoco s si todos los individuospodran ir a la locura por exageracin extrema de su perso-nalidad, o solamente algunos elegidos: -elegidos al revs.Tambin, en unos el proceso es lento y gradual; en otrostiene algo de explosin; a veces se hace por explosionessucesivas, a veces como por quanta: pero siempre en elsentido de la personalidad. El hecho es, pues, que, enesos casos, vemos el enloquecimiento como lo contrariode una "alienacin". Es como una exageracin del indivi-duo. Lo que hace patolgico su caso es que ha llegado aser demasiado l mismo; y lo que haca su personalidad eslo que acaba por desengranarlo de la vida real. La indivi-duacin se le acentu tanto que acab por no engranar conel mundo exterior ni con la psicologa de los otros hombres.Fu siendo cada vez ms l. Y habra que inventar para esalocura un trmino contrario, un trmino con ultra o super, ycon ipse 1).

    Y "curacin", en este caso, es algo de tan pocas espe-ranzas y tiene tan poco sentido como hacer volver el ro a lafuente o el rbol a la semilla. No es incurabilidad: esirreversibilidad.

    1) Los trminos "autismo" e "ipsismos", que empez despus ausar tanto la psiquiatra, tienen otro sentido y se refieren a otroshechos.

  • FERMENTARIO

    [85]

    SOBRE EDADES

    Los jvenes tienen por caracterstica ser independien-tes e innovadores?

    Generalmente parece as, y todos lo creen y lo expresansin restricciones, por cuanto, si no constante, es habitualque los jvenes vayan contra lo viejo, contra lo tradicional,defiendan lo "nuevo" - o lo que se presenta como nuevo, olo que ellos toman como nuevo: escuelas "modernas", re-formas, revoluciones, etc.

    Pero, observando mejor, se ve que lo habitual es quesean seguidores de lo nuevo, o de lo que como tal se pre-senta, de una manera especialmente pasiva.

    Son ms bien como la inercia de la novedad: no el im-pulso sino el proyectil; la masa de lo nuevo. Ni los caracte-rizan, generalmente, las manifestaciones verdaderas de in-dependencia: la preocupacin de las reservas, de las dis-tinciones; la resistencia a dejarse incluir completamente enninguna tendencia ni vieja ni nueva. Ni diferenciarse unosde otros... Ms bien tienen la tendencia de seguir movi-mientos hechos (y cuando fundan escuelas, stas son nue-vas ms bien en apariencia que en realidad: Podrn llamar-se de algn otro modo, pero se parecen mucho en el espri-tu a las escuelas que ya estn en el ambiente).

    Su apostolado es muy incondicional (sin perjuicio deser, en parte hasta por eso mismo, tan noble y til).

    La verdadera independencia, tan rara por lo dems en elhombre, es ms comn en una madurez bien aprovechada.

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [86]

    MAS SOBRE EDADES

    La psicologa de las edades del hombre se ha hechosobre ciertos convencionalismos, no verdaderos sino enparte. La psicologa de la juventud, p. ej., sobre dos: El"espritu innovador" de la juventud y el "espritu genero-so" de la juventud. En lo uno y en lo otro la observacin yla verdad obligan a hacer ciertas restricciones.

    Sobre el espritu innovador: Es cierto: es evidente eindiscutible la atraccin de la juventud por lo que se lepresenta como nuevo. Tiene ella una tendencia psicolgi-ca, como natural de la edad, a combatir por lo nuevo ycontra lo viejo. Pero la primera reserva que hay que intro-ducir aqu se refiere a la capacidad para distinguir lo verda-deramente nuevo. La regla es ms bien la incapacidad paradistinguir lo verdaderamente nuevo de lo que se presentacomo nuevo. Esa primera reserva se explica por la inexpe-riencia, y por el desconocimiento de lo que ya fu. Casisiempre lo "nuevo", esto es, lo que se llama nuevo, lo quees visto como nuevo, es falso nuevo, o bien no es bastantenuevo. Los jvenes no ven bien eso. A nuevas juventudeslas seducen nuevas apariciones de lo mismo, ms o menosrenovado, ms o menos disfrazado de nuevo o con el nom-bre cambiado simplemente, o lo nuevo cuando ya lo venmuchos, cuando ya se ha impuesto un poco, cuando ya esmenos nuevo.

    Lo nuevo verdadero, que est solo, desamparado (aun-que asegurado, sin embargo, como el germen, por todo elporvenir que, como fatalizado, encierra); lo nuevo verdade-ro, no se ve fcilmente, y es natural y disculpable que lovean ms difcilmente los jvenes.

  • FERMENTARIO

    [87]

    Ntese que no hablo de crear: crear es cuestin delgenio, y el genio crea desde todas las edades (si bien mu-chos de los ms grandes genios han sido ms innovadores,ms fatalmente innovadores, ms perdument innovadores,en la edad madura: Beethoven, Wagner...).

    Pero dejemos eso. Los jvenes, si siguen lo que se lespresenta como nuevo, no disciernen bien lo verdaderamentenuevo de lo aparente.

    Y, adems, la segunda restriccin es que tienden a se-guirlo... precisamente a seguirlo; esto es: de una manera unpoco pasiva, no totalmente independiente. Esa actitud tie-ne un poco los caracteres del tropismo. Cuando aparecedoctrina, escuela que se da como nueva, hay tendenciajuvenil a ir tras ella con no completo discernimiento, con nocompleta independencia.

    El efecto social de todo esto, sin embargo, resulta bue-no. Lo nuevo ha de ejercer accin. Y, cuando ha pasado unprimer perodo, cuando ya es algo menos nuevo, es preci-samente cuando tiene que empezar a actuar en la prctica.Y, entonces, para emplear una imagen, diramos que necesi-ta "masa": ese instinto juvenil, ese tropismo de lo nuevo,es lo que suministra masa a lo nuevo, para su accin prc-tica; hasta para la demolicin, que es lo que ms necesitamasa. Pero psicolgicamente la atraccin juvenil por lonuevo es, diramos, si de signo positivo, algo pasiva (siem-pre la misma imagen de los tropismos).

    Y en cuanto a la generosidad juvenil, hay tambin algode convencionalismo -en cuanto significa, por oposicin,injusticia contra la edad madura- en esa especie de acapa-ramiento de la generosidad por la psicologa juvenil. El ado-lescente, aun el joven (se sobreentiende que nos referimosal promedial), no suele ser muy generoso en la vida real, porms que se entusiasme, y se es el primer perodo del desa-

  • CARLOS VAZ FERREIRA

    [88]

    rrollo, por las causas generosas, pero con un entusiasmoen general todava demasiado mezclado con personalismoy vanidad. Y todava un poco demasiado abstracto: toda-va ese entusiasmo, abstracto, no se relaciona bastante consacrificios concretos reales.

    No es, naturalmente, verdadero sacrificio el de lo queaun no posee, o de lo que no es muy necesario. Pero lo quees todava excepcional en esa edad es dar lo que verdade-ramente se ama, se siente y se quiere.

    Y, aunque se d, ese sacrificio es como provisorio. Que-da todo el futuro y toda la esperanza. El sacrificio del hom-bre maduro es ms hondo, ms verdadero y ms conmove-dor, porque ya es definitivo, porque no queda esperanza yni siquiera ilusin.

    Complementariamente, sobre la psicologa de la madu-rez existe otro convencionalismo: Que el hombre madurotiende a hacerse conservador y tiende a hacerse egosta. Yno es as, de ningn modo, en los que realmente evolucio-nan, en los que siguen la marcha progresiva de la psicolo-ga humana, que podemos llamar en ese sentido psicologanormal. La evolucin del hombre no egosta es hacia me-nos egosmo.

    Pero por qu parece lo contrario? Por dos causas: Paracomprender la primera, imaginemos este caso. Nosotrosvemos a un nio de cuatro aos reclamar para s todos losjuguetes que habra de repartir con sus hermanos. Y eseacto de egosmo, en l, a su edad, no nos repugna. Si vira-mos ese mismo acto en un nio de doce aos, ya nos resul-tara repulsivo, no porque el nio de doce aos se hubiesehecho ms egosta sino precisamente porque se haba que-dado egosta. Si cierta terrible crueldad social que se mani-fest en nuestros dieciocho o veinte aos, si la desconsi-deracin para todos los hombres que existieron antes que

  • FERMENTARIO

    [89]

    nosotros, lo mismo que para todas sus teoras e ideas; siaquella sensacin de ser dueos del mundo, en nuestrovanidoso desprecio; si todo eso hubiera quedado despusen nuestra psicologa, seramos monstruosos. Pero no porhabernos hecho as, sino por habernos quedado as. Y bien:en cierto sentido, y salvando todo lo que hay que salvar,muchos hombres permanecen egostas, o son egostas, noporque se hayan hecho viejos, sino porque se han queda-do jvenes.

    La segunda causa de aquella apariencia (sta es muyinteresante) es que no todos los hombres evolucionan. Lapsicologa de la madurez es mucho menos uniforme y gene-ral que la de la juventud, ya porque en muchos, en muchosindividuos, desde luego, la evolucin se detiene o desna-turaliza.

    El fruto maduro es ms tierno, ms jugoso que un frutoverde; pero no todos maduran, y muchos se pudren, seendurecen, se secan...

    Prescindamos de que esa imagen del fruto es inadecua-da, a causa de que la evolucin del fruto es en su casouniforme, en tanto que la de los individuos humanos com-porta la diversificacin divergente


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