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Algunas consideraciones en torno a la civilización etrusca
María del Rosario Macri
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Buenos Aires
La civilización etrusca se desarrolló dentro del territorio comprendido entre los
ríos Arno y Tíber (actuales regiones italianas de Toscana, Lacio y parte de Umbria) si
bien su zona de influencia fue más amplia comprendió la región campana hasta Capua y
la zona del valle del río Po.
La península itálica se había caracterizado hasta el siglo IX a. C. por una cultura
agrícola pastoril durante la edad del bronce (comprendida entre los siglos XIV- IX a.
C.). Los inicios de una cultura urbana y mercantil deben ubicarse con el desarrollo de la
cultura villanoviana (nombre tomado de la ciudad de Villanova, a ocho kilómetros de
Bolonia). Dicha cultura tuvo asentamientos en las regiones de Toscana y Lacio y se
caracterizó por la utilización del hierro (Edad del hierro). La primera etapa de la edad
del hierro se desarrolló entre los siglos IX-VIII a. C. La arqueología ha sacado a la luz
los cementerios que demostraron que esta cultura practicó ritos de incineración de los
cadáveres cuyas cenizas eran conservadas en un vaso con decoración geométrica. Este
vaso cinerario se colocaba en una fosa rodeada de objetos pertenecientes al ajuar del
muerto (dagas y fíbulas), rodeada de piedras y cubierto por una losa.
Dentro de la cultura villanoviana, los historiadores reconocen tres fases: la
primera fase desde el 900 hasta el 800 a. C., la segunda fase desde el 800 hasta el 725 a.
C. y la fase tercera (orientalizante) desde el 725 hasta el 580 a. C. A lo largo del
desarrollo de las fases la cultura progresivamente se vuelve más rica y compleja. De
hecho, la última fase se denomina también fase reciente y se caracteriza por la llegada
de objetos de procedencia oriental (en particular cerámicas, marfiles, láminas de oro)1.
La fase reciente u orientalizante puede considerarse etrusca. Se han podido
recoger objetos que testimonian la presencia oriental: entre ellos un vaso egiptizante de
cerámica esmaltada de posible fabricación fenicia decorada con el escarabajo del faraón
Bócoris y la representación de su campaña militar a Etiopía hallado en un cementerio
de Tarquinia y datado en torno al 710-700 a. C.
O bien, el pectoral de oro hallado en la tumba Regolini Galassi de Cerveteri (ca.
650 a. C., Museos Vaticanos) en el cual el orfebre utiliza el repertorio iconográfico de
procedencia oriental: monstruos, leones, panteras, esfinges, grifos, quimeras, dominador
de los animales, figuras aladas y formas vegetales como las palmetas fenicias.
Existen fundamentalmente dos teorías que nos hablan acerca del origen del
pueblo etrusco: una de ellas establece que se trataba de un pueblo procedente del
Mediterráneo Oriental que ocupó el centro del territorio itálico desde las costas del mar
1 Se utilizará la cronología del libro de R. Bianchi Bandinelli, Mario Torelli, El arte en la Antigüedad clásica. Etruria y Roma, Madrid, Akal, 1988.
Tirreno y desarrolló una cultura urbana y comercial en dicho territorio. La otra teoría
establecía que la cultura etrusca surgió del desarrollo de culturas preexistentes
(apenínica y/o villanoviana) que en contacto con poblaciones orientales conformaron
una cultura que sale de una economía agrícola y pastoril como único sistema de
producción. Máximo Pallottino en Etruscología, Buenos Aires, 1962 sitúa la cuestión
de la civilización etrusca no enfocada hacia el problema de la procedencia del pueblo,
sino de su formación, que se inició en los primeros siglos del milenio I (procedente de la
cultura de hierro de Villanova) y se conjugó con un proceso orientalizador dado el
contacto con griegos y fenicios. Claudio De Palma, Le origini degli etruschi, Bologna,
2004 afirma, en cambio, que los etruscos proceden del área egeo-anatólica, lugar desde
donde emigraron poblaciones empujadas por las carestías o el conflicto con otros
pobladores o la necesidad de intercambio de metales. Según el autor, pues, la
civilización etrusca fue el resultado de esta migración de pueblos de la zona egeo-
anatólica hacia el territorio itálico2. Ambas teorías pueden ilustrarse con fuentes
antiguas. La primera de ellas afirma que los etruscos, según Herodoto (Los nueve libros
de la historia, I, 94) proceden de la región de Lidia (Asia Menor) comandados por
Tirreno, hijo del rey Atys y, desde allí llegan a Italia central. La otra teoría es la de
Dionisio de Halicarnaso (Historia antigua de Roma, I, XXX) quien defiende la
autoctonía del pueblo etrusco3. En la actualidad, algunos estudiosos no hacen hincapié
en la cuestión del origen del pueblo por las dificultades que presenta en uno u otro
sentido probar estas teorías (Torelli) sino más bien en las cuestiones de orden lingüístico4, o bien, como afirma Larissa Bonfante el origen del pueblo no es una cuestión
arqueológica, la civilización se desarrolló en el territorio donde floreció5.
En cuanto al proceso orientalizador del Mediterráneo occidental nos remonta al
año 1800 a. C., en que la arqueología prueba los contactos de diversas culturas dentro de
la cuenca marítima. Un milenio más tarde, hacia el siglo VIII a. C. se inicia el
movimiento colonial helénico: desde algunas ciudades griegas parten grupos de
pobladores que se asientan en el sur del mar Negro, Egipto, sur de Francia y, en
particular, para nuestro interés, en el sur del territorio itálico.
2 Para la confrontación de las teorías de Massimo Pallottino y Claudio De Palma: https: www.share.dscuola.it/majorantonio/darrigo/Documenti%20condivisi/Etruschi/%20origini.pdf Recuperado el 21 de junio de 2015.3 Bianchi Bandinelli, Torelli, op. cit., p. 34.4 Ibidem, p. 33.5 Bonfante, Larissa, The Greeks beyond the Aegean. From Marseilles to the East. The Greeks in Etruria, https: www.academia.edu/1469592/The_Greeks_in_Etruria Recuperado el 1 de marzo de 2015.
La primera colonia griega en territorio itálico fue Pithekoussai en la isla de
Ischia frente a la localidad de Cumas (ambas colonias fueron fundaciones procedentes
de la ciudad de Calcis en la isla de Eubea). De Calcis parte la expedición que funda
Naxos en la isla de Sicilia, Zancle ( Mesina en la actualidad) y frente a ésta Regium en
la tierra firme. Con la fundación de estas últimas dos colonias, los griegos se
garantizaron el control del estrecho (en la actualidad, estrecho de Mesina), la circulación
de naves por la costa tirrénica y el acceso a las colonias de Pithekoussai y Cumas. De
hecho, la fundación de colonias tuvo como objetivo aliviar la presión social interna de
las póleis griegas (falta de tierras, escasa producción de alimentos) y la voluntad de
promover el comercio de los productos locales.
En particular era necesario garantizar la circulación de metales: cobre, estaño,
plomo y hierro. Los contactos griegos con Oriente datan del año 750 a. C. a través de
los puertos fenicios de Tiro y Sidón, la localidad de Al Mina sobre el río Orontes y el
puerto de Mersina en Cilicia6. El intercambio comercial era frecuente. El universo
artístico oriental se hace presente en el mundo helénico en diversos objetos suntuarios
como copas de bronce, láminas de metal precioso, marfiles que circulan tempranamente
y exhiben el repertorio iconográfico característico de estas culturas: esfinges, grifos,
leones, dominador y dominadora de animales. Aunque las formas orientales
desembarcan tempranamente la asimilación de las mismas es lenta y progresiva. Dicho
6 Demargne, Pierre, Nacimiento del arte griego, Madrid, Aguilar, 1964.
repertorio iconográfico convive con las formas del estilo geométrico propio de la
primera fase del arte griego pero logran lentamente ganar terreno. Recordemos un hecho
de importancia fundamental para el mundo helénico: hacia mediados del siglo IX a. C.,
los griegos de Calcis tomaron de los fenicios el alfabeto, y este fue llevado a las
colonias fundadas en territorio itálico.
Los etruscos asimilaron el alfabeto de su contacto con las colonias griegas, en
particular de la localidad de Cumas. La lengua etrusca se conoce a partir de
documentos con la escritura alfabética: la misma no presenta grandes problemas para su
desciframiento, aunque los lingüistas la clasifican como una lengua preindoeuropea
(dados los problemas morfológicos y de léxico que presenta).
Las inscripciones estudiadas contienen nombres de personas, relaciones de
parentesco, nombres de divinidades, nombres de ciudades, cargos públicos, cargos
religiosos, meses del año. Los soportes que utilizaron los etruscos para sus inscirpciones
y que han llegado hasta nuestros días eran la piedra (urnas, tumbas), la cerámica: tejas
de Capua, las vendas de lino de la momia de Zagreb, el metal: láminas de Pyrgi (texto
bilingüe etrusco, fenicio), láminas de plomo de Magliano con la peculiaridad de que en
este ejemplo se practica la escritura en forma de espiral de derecha a izquierda con la
indicación de templos y lugares para ofrendar a la divinidad.
Los intercambios comerciales con griegos y fenicios hacen que la clase alta
etrusca consuma estos objetos y asimile la decoración pictórica y escultórica de origen
oriental. Massimo Pallottino7 habla de la talasocracia y la piratería etrusca8 que conoce
su periodo de desarrollo desde el siglo VII y tal vez pueda remontarse al siglo VIII, 7 Pallottino, Máximo, Etruscología, Buenos Aires, E.U.D.E.B.A., 1962. 8 “En las fuentes griegas queda el recuerdo de la competencia marítima de los etruscos, y el himno homérico a Dionisos evoca el rapto del dios por parte de los piratas tirrenos a los que transforma en delfines”. En Bianchi Bandinelli, Torelli, op. cit., p.36.
contemporánea al establecimiento de las colonias griegas en la península itálica. La
técnica naval etrusca está probada por la arqueología, habían creado la rostra o espolón
de la nave. La explotación de las minas de cobre, plomo, hierro constituía un centro de
atracción para los pueblos del Mediterráneo oriental: los etruscos pagaban con metal
bruto los objetos suntuarios, si bien también han exportado utensilios de bronce.
La sociedad etrusca tiene una clase dominante que concentraba el poder
económico procedente de la posesión de la tierra, la explotación de cuencas metalíferas,
el comercio y la piratería. Expresión del poder de esta aristocracia lo constituye la
arquitectura funeraria. Las tumbas familiares testimonian el prestigio familiar con sus
inscripciones y los ricos ajuares entre los que se encontraban los vasos griegos de
cerámica procedentes primero de Corinto, luego, casi con exclusividad del Ática9.
Los griegos aportan al mundo etrusco el concepto de ciudad estado, la escultura
y arquitectura monumental, los dioses y héroes de sus mitos, el tema del banquete, si
bien los etruscos adecuaron los aportes a sus necesidades10.
Podemos clasificar las ciudades etruscas de acuerdo con su emplazamiento: las
cercanas a la región lacial: Veyes, Vulci, Caere (Cerveteri); las de la línea costera
tirrénica: Tarquinia, Vetulonia, Roselle, Populonia; las del interior: Volsinii, Chiusi,
Cortona, Perugia; en la zona del río Po: Spina.
9 Dukelsky, Cora, Estudios sobre la cerámica griega, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1998.10 Bonfante, Larissa, art. cit., p.5.
No obstante esta clasificación se debe recordar que las ciudades etruscas
ubicadas al sur del territorio fueron más permeables a la influencia helénica y su
desarrollo urbanístico fue más acelerado, las ciudades del norte del territorio, en
cambio, tuvieron un carácter más conservador y menos permeable al influjo griego11.
Tito Livio (Historia de Roma desde su fundación, V,33;7-11) habla de la confederación
de doce ciudades (no siempre son las mismas y pueden tener un valor ritual) que se
convocaban anualmente en el Fanum Voltumnae cerca de Volsinii (Bolsena, tal vez
Orvietto), de entre las ciudades etruscas se elegía un rey y un sacerdote, cada ciudad
aportaba un lictor que llevaba las fasces. Se denomina Fanum al santuario o lugar de
reunión donde se llevaba a cabo el culto al dios Voltumno, dios de la vegetación de
sexualidad incierta. Entre los romanos se trata del dios Vertumno y es celebrado en las
Elegías del poeta latino Propercio12.
La literatura etrusca en torno al tema de la religión se ha perdido, salvo algunas
inscripciones conservadas. Sin embargo, se puede recurrir a textos del periodo
republicano tardío: Tito Livio (Historia de Roma desde su fundación, Libro V) Cicerón,
(Acerca de la adivinación, 2,50-51,23) 13.
Es Cicerón quien nos cuenta que la religión etrusca es una religión revelada: un
niño con la sabiduría de un anciano brota del surco que un labrador hizo en la tierra,
ante la sorpresa del labrador el curioso niño convocó a los lucumones (reyes sacerdotes
entre los etruscos) ante quienes reveló la doctrina, puesta por escrito más adelante. Esta
doctrina fue la base de la disciplina etrusca, es decir, las normas que regulan la relación
entre los dioses y los humanos. Al labrador, conocido con el nombre de Tarcón se le
atribuye la fundación de la primera ciudad etrusca.
Las prácticas rituales eran llevadas a cabo por los conocedores de la disciplina:
el fulgurador, interpreta la caída de los rayos, el augur, explica el vuelo de las aves y el
arúspice leía el hígado de los animales sacrificados. El culto se fundaba en el
cumplimiento de ceremonias y sacrificios y en la búsqueda de la correspondencia entre
el mundo humano y divino o del microcosmos y el macrocosmos. El espacio puede
dividirse en cuatro por las líneas que se cortan en ángulo recto (la que va de Norte a Sur
o cardo y la que va de Este a Oeste o decumanus ). De esta forma se organiza el espacio
11 Macri, María del Rosario, Escultura etrusca, Ficha de Cátedra, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 2005, p. 3.12 Propercio, Elegías, Libro IV, 2, Madrid, Gredos, 1989.13 Ambos textos son citados en el libro editado por Erika Simon y Nancy Thomson de Grummond, The Religión of the Etruscans, Appendix B curado por Nancy Thomson de Grummond, University of Texas Press, Austin, 2006, p. 192.
celeste tanto como el terrestre, la ciudad o el hígado del animal. El etruscólogo Máximo
Pallottino reconstruye la rueda celeste inspirándose en el hígado de bronce de Piacenza
y el texto de Marziano Capella (Acerca de las nupcias de Mercurio y Filología, 1.45-
61) 14 .El autor ubica las divinidades favorables en el sector noreste, mientras que las
divinidades de la tierra y de la naturaleza se ubican hacia el sur y las divinidades
infernales habitaban las tristes regiones del ocaso señaladas en el sector noroeste,
considerado el más nefasto15.
El periodo de esplendor etrusco se desarrolló entre los siglos VIII y VI a. C.
Alcanza su mayor expansión territorial hasta Capua en la actual región de Campania y
la zona del valle del Po, expansión frenada en el Norte de Italia por la expansión de los
galos procedentes de la región de Bohemia y del río Danubio.
14 Ibidem, Appendix B, p. 199.15 Rodríguez López, María Isabel, Dioses y demonios marinos en el mundo etrusco: creencias, espacios, significación e iconografía, en Akros, número V, año 2006. En https://www.academia.edu/1112942/Dioses_y_demonios_marinos_en_el_mundo_etrusco. Recuperado el 7 de abril de 2015.
Durante el periodo de la monarquía romana los etruscos ejercieron una
influencia prácticamente determinante sobre diferentes aspectos de la vida de Roma, de
manera particular en tiempos de la monarquía. Recordemos a Lucio Tarquino, hijo de
madre etrusca y padre griego emigrado a la ciudad etrusca de Tarquinia. Tarquino puso
en marcha un proyecto urbanístico que transformó la primitiva ciudad de Roma a la que
ornó con casas de piedra, pavimentación y construcción de templos. A este le siguió
Servio (esclavo adoptado por Lucio Tarquino) quien continuó la obra de su padre
adoptivo y le dio a Roma la primera muralla defensiva. En lo político, ordenó a los
ciudadanos romanos por curias. Por último, el último rey de Roma también ostentó
origen etrusco y fue Tarquino el soberbio16. El año 509 a. C. marca el fin de la
monarquía romana y el nacimiento de la república.
Este hecho marcó la progresiva decadencia económica de Etruria porque Roma
inicia la conquista del territorio itálico y determina la imposibilidad de los etruscos de
acceder por tierra a la región campana y consecuentemente recuperar el contacto con
las colonias griegas. Los etruscos debieron intentar una incursión marítima a las
colonias griegas sobre el Tirreno, aunque fueron rechazados –segunda batalla de
Cumas, año 474 a. C.-. En esta segunda batalla17, la ciudad de Cumas recibió el apoyo
de Hierón de Siracusa, (Siracusa: colonia griega ubicada en la isla de Sicilia). La
mencionada batalla fue celebrada por Píndaro en la Pítica I 18 : “Yo te ruego, Cronida:
permite que el fenicio/ y el grito de guerra de los tirrenos mantengan en su casa la
flota/ atrevida, recordando cuanto aconteció frente a Cumas/…” ( Pítica I, antiestrofa,
IV)
El retraso económico etrusco, la pérdida de control sobre la costa tirrénica, hace
que su economía se repliegue, progresivamente se torna dependiente de la producción
agrícola y sus ciudades se convierten en capitales de provincia. Sin embargo, acontecerá
otro golpe de gracia para esta civilización: cae la ciudad etrusca de Veyes –año 396 a.
C.-, hecho que marca el momento de mayor conflicto entre Etruria y Roma. El ascenso
de esta última es insoslayable, hacia el siglo III a. C. tiene el control de la costa tirrénica
y sus principales enemigos de serán los cartagineses19. Cabe recordar que en el siglo II
16 Grimal, Pierre, Historia de Roma, Buenos Aires, Paidós, 2008, pp. 17-26.17 Cerchiai, Luca, Neapolis e la seconda battaglia di Cuma en https: www. //salerno.academia.edu/LucaCerchiai. Recuperado el 26 de mayo de 2015.18 Píndaro, Pítica I en https: www.edu.lascuola.it/edizioni-digitali/PortaCanti/5bPindaro.pdf Recuperado el 25 de marzo de 2015. “Io ti prego, Cronide: concedi che il fenicio/ e il grido di guerra dei tirreni tengano docile a casa la flotta/ baldanzosa ricordando quanto avviene innanzi a Cuma/…” antistrofa IV.19 Cartago, colonia fenicia ubicada en el norte de África, fundada en al año 814 a. C. consecuencia de la segunda expansión de los fenicios en el Mediterráneo.
a.C., y en el contexto del desarrollo de la tercera guerra púnica los etruscos aprovisionan
al ejército romano.
Durante la primera centuria antes de Cristo, entre el 90-89, los itálicos nacidos
libres acceden a la ciudadanía romana20. En la década del 80, durante la guerra civil
entre Mario y Sila, las ciudades etruscas se pusieron a favor de Mario. Al vencer Sila, se
inicia un proceso de confiscaciones de tierras y la implantación de colonias militares.
En tiempos de Augusto, Etruria se convierte en la VII región del territorio
itálico.
20 Leyes Julia y Plaucia Papiria en Bianchi Bandinelli, Torelli, op. cit., p. 33.
Bibliografía esencial
Bianchi Bandinelli, R., Giuliano, A., Los etruscos e Italia antes de Roma,
Madrid, Aguilar, 1971.
Bianchi Bandinelli, R., Torelli, M., El arte en la Antigüedad clásica. Etruria-
Roma, Madrid, Akal, 1998.
Demargne, Pierre, Nacimiento del arte griego, Madrid, Aguilar, 1964.
Enciclopedia Treccani http://www.treccani.it/
Hus, Alain, Los etruscos, Méjico, Fondo de Cultura Económica, 1962.
Pallottino, Máximo, Etruscología, Buenos Aires, E.U.D.E.B.A., 1962.