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Bóvedas de crucería con enjarjes de nervios convergentes que emergen del muro en el área...

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El enjarje es la zona del arranque de la bóveda en la que nervios y molduras se tallan unidos, y esto es po- sible gracias a una eficaz estrategia constructiva, ca- paz de dar lugar a una gran variedad de resultados, incluyendo diversos tipos de cruce de molduras (Ra- basa 2000), (Rabasa 2007), (Rabasa 2011). Un caso especial es el enjarje de nervios que emergen del muro sin pilastra ni ménsula y que convergen en un punto. El primer ejemplo se localiza en 1335 en el refectorio de la abadía de Bebenhausen (Michler 1998, 67), cerca de Stuttgart. En esta zona fronteriza entre Francia y Alemania se estaba experimentando con nervios que emergen del muro de manera directa desde principios del XIV, generalmente evitando in- tersecciones demasiado complejas; Bebenhausenes un ejemplo sobresaliente en este entorno de innova- ción constructiva. Otro hito en este desarrollo lo protagoniza, a me- diados del siglo XIV, la Sala de Teología de El Pala- cio de los Papas de Aviñón, con unos enjarjes de molduras cruzadas, no convergentes, de cuidado di- seño y ejecución, que ofrecen un aspecto un tanto masivo debido a la sencillez de los perfiles de los nervios (Domenge 2009). 1 A partir de este momento, el foco de esta innovación se moverá hacia el sur de Francia, con ejemplos tan destacables como el claus- tro de la catedral de Narbona, donde encontramos tres enjarjes diferentes y consecutivos, uno de ellos también de nervios que convergen en un punto. 2 El mecenazgo de los duques de Borgoña será funda- mental en este período aunque, lamentablemente, en Dijon no quedan edificios que den testimonio de ese florecimiento constructivo. A principios del siglo XV Guillem Sagrera hará de los enjarjes de molduras cruzadas su sello personal, centrando en las intersecciones complejas la muestra de su gran capacidad como proyectista y cantero. Su obra se desarrolla en el Rosellón, Mallorca y Nápo- les. En la sala capitular de la catedral de Perpiñán, y dentro de la gran variedad de soluciones para enjar- jes que el maestro desarrolla en ella, encontramos un enjarje de las características del de Bebenhausen o Narbona (Senent 2012). Contemporáneamente a Sagrera, y en Valencia y sus alrededores, se construyen tres ejemplos diferen- tes con enjarjes de nervios que emergen de un punto. Con tan pocos precedentes, es sorprendente localizar en un área tan pequeña estos ejemplos similares. La gran calidad de su ejecución, la dificultad de clara atribución de dichas obras a uno o varios autores, y el hecho de tratarse de fábricas de gran importancia y envergadura, suscitan gran interés. Se encuentran en este episodio el gran claustro de la cartuja de Valde- cristo (Altura), el refectorio del monasterio de Santa María de la Valldigna (Tavernes de la Valldigna) y el claustro del monasterio de la Trinidad en Valencia. Diseñar un enjarje de estas características no es algo mecánico ni su resultado es fortuito, sino fruto de una voluntad clara. Los canteros habían compren- dido las reglas geométricas, compositivas y construc- tivas del gótico y, gracias a su formación y maestría, eran capaces de proponer nuevas soluciones, emple- Bóvedas de crucería con enjarjes de nervios convergentes que emergen del muro en el área valenciana, ss. XIV - XV Carmen Pérez de los Ríos Arturo Zaragozá Catalán Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.
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El enjarje es la zona del arranque de la bóveda en laque nervios y molduras se tallan unidos, y esto es po-sible gracias a una eficaz estrategia constructiva, ca-paz de dar lugar a una gran variedad de resultados,incluyendo diversos tipos de cruce de molduras (Ra-basa 2000), (Rabasa 2007), (Rabasa 2011). Un casoespecial es el enjarje de nervios que emergen delmuro sin pilastra ni ménsula y que convergen en unpunto. El primer ejemplo se localiza en 1335 en elrefectorio de la abadía de Bebenhausen (Michler1998, 67), cerca de Stuttgart. En esta zona fronterizaentre Francia y Alemania se estaba experimentandocon nervios que emergen del muro de manera directadesde principios del XIV, generalmente evitando in-tersecciones demasiado complejas; Bebenhausenesun ejemplo sobresaliente en este entorno de innova-ción constructiva.

Otro hito en este desarrollo lo protagoniza, a me-diados del siglo XIV, la Sala de Teología de El Pala-cio de los Papas de Aviñón, con unos enjarjes demolduras cruzadas, no convergentes, de cuidado di-seño y ejecución, que ofrecen un aspecto un tantomasivo debido a la sencillez de los perfiles de losnervios (Domenge 2009).1 A partir de este momento,el foco de esta innovación se moverá hacia el sur deFrancia, con ejemplos tan destacables como el claus-tro de la catedral de Narbona, donde encontramostres enjarjes diferentes y consecutivos, uno de ellostambién de nervios que convergen en un punto.2 Elmecenazgo de los duques de Borgoña será funda-mental en este período aunque, lamentablemente, en

Dijon no quedan edificios que den testimonio de eseflorecimiento constructivo.

A principios del siglo XV Guillem Sagrera hará delos enjarjes de molduras cruzadas su sello personal,centrando en las intersecciones complejas la muestrade su gran capacidad como proyectista y cantero. Suobra se desarrolla en el Rosellón, Mallorca y Nápo-les. En la sala capitular de la catedral de Perpiñán, ydentro de la gran variedad de soluciones para enjar-jes que el maestro desarrolla en ella, encontramos unenjarje de las características del de Bebenhausen oNarbona (Senent 2012).

Contemporáneamente a Sagrera, y en Valencia ysus alrededores, se construyen tres ejemplos diferen-tes con enjarjes de nervios que emergen de un punto.Con tan pocos precedentes, es sorprendente localizaren un área tan pequeña estos ejemplos similares. Lagran calidad de su ejecución, la dificultad de claraatribución de dichas obras a uno o varios autores, yel hecho de tratarse de fábricas de gran importancia yenvergadura, suscitan gran interés. Se encuentran eneste episodio el gran claustro de la cartuja de Valde-cristo (Altura), el refectorio del monasterio de SantaMaría de la Valldigna (Tavernes de la Valldigna) y elclaustro del monasterio de la Trinidad en Valencia.

Diseñar un enjarje de estas características no esalgo mecánico ni su resultado es fortuito, sino frutode una voluntad clara. Los canteros habían compren-dido las reglas geométricas, compositivas y construc-tivas del gótico y, gracias a su formación y maestría,eran capaces de proponer nuevas soluciones, emple-

Bóvedas de crucería con enjarjes de nervios convergentes queemergen del muro en el área valenciana, ss. XIV - XV

Carmen Pérez de los RíosArturo Zaragozá Catalán

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Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

ando plantillas y líneas directrices (Rabasa y Pérezde los Ríos 2013). Mediante el análisis geométrico yconstructivo de cada uno de estos casos valencianospretendemos arrojar luz sobre el modo de concepciónde los mismos y contrastar si en los tres casos se si-guen las mismas reglas3; comprobaremos que, a pe-sar de las similitudes, nos encontramos con tres solu-ciones diferentes en la ejecución práctica y eldetalle4.

METODOLOGÍA

Se han realizado mediciones en el claustro del mo-nasterio de la Trinidad, en los restos de la cartuja deValdecristo y en el refectorio de Santa María deValldigna con una estación total Leica Flex LineTS02. Se han tomado datos de la planta del edificio,las curvas de los arcos, con mayor densidad en lazona del enjarje, puntos siguiendo las juntas de laspiezas de los enjarjes, desplomes y perfiles de losnervios.

Obtenida la nube de puntos, los enjarjes ha sidomodelados mediante Rhinoceros v.4. En el procesohay que coordinar las curvas de los arcos y las hila-das horizontales, intentando que ambas difieran lomenos posible una vez se haya extruido el perfil delarco. El perfil ha de ser dibujado con gran fidelidaden el caso de los enjarjes, ya que a la más mínima va-riación, el resultado formal cambia enormemente.

CLAUSTRO DE LA CARTUJA DE VALDECRISTO

La cartuja de Valdecristo fue fundada por el infanteMartín de Aragón en 1385. Entre las motivacionespara la fundación de la cartuja debe recordarse el co-nocido patrocinio de esta orden por parte de las casasreales y la alta nobleza en los siglos XIV y XV (Se-rra y Miquel 2009).

La cartuja de Valdecristo sigue la disposición ha-bitual de las casas de la orden. Un amplísimo claus-tro cuadrado de 260 por 260 pies valencianos, 78,4 mpor 78,4 m, de lado da acceso a las veinticuatro cel-das de generosa dimensión (el pie valenciano es de30,2 cm). El claustro se cubría con bóvedas de cruce-ría simple con los arranques y las claves de piedracaliza (figura 1). Y las dovelas eran, en apariencia,prefabricadas de yeso barrejat, es decir, fabricadas

con aditivos de cal.5 Los muros son de tapia y las bó-vedas tabicadas. Las innovaciones técnicas experi-mentadas en Valdecristo; el yeso estructural, las bó-vedas tabicadas y los enjarjes cabe atribuirlos almonje conrer (mayordomo o cillerero) Bernat Çafa-brega, amigo personal del futuro rey Martín I y segu-ramente, como él, aficionado (o profesional) de la ar-quitectura. Hay noticia de que en el año 1400 ya sehabía cerrado una parte del claustro con las bóvedasde crucería con nervios enjarjados (Girona 1906; Za-ragozá e Ibáñez 2011).

La mayoría de los enjarjes del claustro se encuen-tran en un estado de conservación lamentable. Todosson iguales, con un nervio perpiaño y dos ojivoscuya directriz parece converger en un punto. No que-dan restos de los enjarjes situados en los rincones nien las esquinas, que hubiesen presentado una solu-ción diferente. Todo el muro que daba fachada al pa-tio ha desaparecido. El claustro estaba conformadopor pandas de 22 bóvedas cuatripartitas. Cada tramoes rectangular, con una dimensión de 10 pies valen-cianos y un palmo, de ancho, por 12 pies de largo.Los arcos perpiaños, con 6 pies de radio, eran apun-tados; mientras que los ojivos eran semicircunferen-cias de 8 pies de radio. La posición de la clave de losojivos quedaría aproximadamente 40 cm por encimade la clave de los perpiaños. No existen nervios for-

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Figura 1Claustro de la cartuja de Valdecristo (foto de la autora2013)

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meros y, en cuanto a la plementería, aún son visiblesrestos de ladrillo tabicado.

MONASTERIO DE LA TRINIDAD EN VALENCIA

El real monasterio de clarisas de la Santísima Trini-dad de Valencia es un edificio de notable importan-cia histórica. Fue fundado por la reina María de Cas-tilla, consorte del rey Alfonso el Magnánimo deAragón y regente del reino durante la larga ausenciade su marido en Italia. Se comenzaron las obras, conuna solemne ceremonia, el 9 de julio de 1445. Lascrónicas del monasterio hacen suponer que debió deconstruirse primero la iglesia y el sepulcro de la rei-na, que se sitúa en el muro en el que confluye el ladodel evangelio de la cabecera de la iglesia con la navesur del claustro (Zaragozá 1995).

El monasterio se ordena alrededor de un claustrode planta rectangular de dos pisos. El claustro bajoestá abovedado y formado por una nave de ocho ar-cos ojivales en su lado mayor y siete en el menor. Lagalería inferior, construida con cantería de excelentelabra, se cubre con bóvedas de crucería simple connervios de piedra que arrancan limpiamente delmuro, sin impostas. La plementería, que está encala-da, debe de ser de ladrillo.

El interés arquitectónico del monasterio de La Tri-nidad no radica únicamente en la reconocida bellezadel conjunto sino, especialmente, en la vanguardistaexperimentación técnica y formal realizada en sus fá-bricas. Las distintas piezas del conjunto monásticomuestran el discurrir, sin graves cesuras, el paso dela estereotomía medieval a la moderna. Entre susmuros se tienden arcos en esviaje, bóvedas aristadas,arcos en rincón de claustro, decendas de cava, o bó-vedas de arista y esquifadas.

En este contexto la personalidad de los maestrosque trabajaron, con admirable sentido de continui-dad, en la obra del monasterio, así como la dataciónde las diferentes partes de la obra es, historiográfica-mente, del mayor interés. Lamentablemente la cons-trucción del monasterio no ha sido explorada archi-vísticamente y, de momento, únicamente caberecurrir a utilizar fuentes indirectas y plantear losproblemas existentes. La primera noticia que conoce-mos sobre un maestro de obras en el monasterio larecoge ellibro de bienhechores, que se custodia en elpropio archivo del monasterio y en el que figuran las

personas que contribuyeron entre 1446 y 1449 parala fábrica, y se hicieron acreedores a las correspon-dientes indulgencias. Figura en primer lugar la reina,seguida de otras muchas personas conocidas de la so-ciedad valenciana de este momento. En esta relaciónaparecen Nanthoni Dalmau, Pedrapiquer, MESTREDE LA OBRA y Juanet Dalmaufill del MESTRE DELA OBRA (Zaragozá 1995).

Antoni Dalmau (1435-1453) fue un fino escultor yun prestigioso maestro de obras, siendo maestro deobras de la Seo. Los ocho años que median entre elcomienzo de la obra de la Trinidad y la muerte delmaestro Dalmau hacen pensar que éste únicamentepudiera realizar las trazas generales del conjunto mo-nástico e iniciar la iglesia y el claustro. Obra de finí-sima labra de las propias manos de Dalmau, sería elsepulcro de la reina María. Sus características estilís-ticas se avienen perfectamente con el retablo del tras-coro de la catedral de Valencia, obra documentada deDalmau. Los arranques de las bóvedas de claustroson obra asociada al sepulcro, con lo que se refuerzala atribución de los enjarjes de los arcos de las bóve-das del claustro a Antoni Dalmau. La obra de estemaestro en la Trinidad puede datarse entre 1445 y1453 (Zaragozá y Gómez-Ferrer 2007).

El claustro es de planta rectangular, de 9 por 10pandas, compuesto por bóvedas de planta cuadrada

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Figura 2Claustro de La Trinidad (foto de la autora 2013)

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cuatripartitas de 15 por 15 palmos (el palmo valen-ciano es de 22,65 cm).Se han medido las tres bóve-das de la esquina sureste (figura 2). Los arcos perpia-ños son apuntados y arrancan tangentes al muro. Enla esquina, su eje coincide con el quiebro y todos tie-nen la misma dimensión y radio. El radio de los for-meros es muy similar y todos arrancan del punto enel que el eje del perpiaño encuentra el muro. En LaTrinidad hay tres tipos diferentes de enjarjes, los quesalen directamente del muro, con cinco nervios con-vergentes; los de la esquina, de la que se unen sietenervios; y los de los rincones, de donde sale un ojivoy dos formeros.

A la vista parece un trabajo muy cuidado y perfec-to. La ejecución no acusa algunos pequeños e imper-ceptibles ajustes. En efecto, los arcos ojivos no sonsemicircunferencias perfectas, pues, aunque la curvaen el enjarje y en la parte central del arco es siemprela misma, se producen ajustes en el encuentro del en-jarje con el resto del arco. Esto es debido a que lalongitud del arco en planta no es siempre igual. Losojivos que van a muro arrancan de un punto situado acierta distancia del arranque de perpiaños y forme-ros, mientras que en el rincón arrancan precisamentedel rincón y, en la esquina, de la esquina. Como con-secuencia, los ojivos que van de muro a muro son

más cortos que los que van de muro a esquina, o deesquina a rincón, que serían los mayores. Tambiéninfluye en este ajuste de los arcos el hecho de que lasalturas de las hiladas no se mantienen, es decir, queunos arcos arrancan ligeramente más altos que otros(figura 3).

REFECTORIO DE SANTA MARÍA DE LA VALLDIGNA

El monasterio de Santa María de Valldigna fue funda-do por el rey de Aragón Jaime II El Justo en 1298.Tiene una larguísima historia de destrucciones y reno-vaciones. Adquirido por la Generalitat Valenciana,está actualmente en proceso de estudio y de restaura-ción. El refectorio, que tenía las bóvedas hundidas, hasido reconstruido aprovechando que se mantenían ensu lugar los enjarjes en los muros y en el suelo partede las dovelas y de las claves. Estas últimas llevabanlos escudos de Aragón, Castilla y León, hecho queabonó la atribución de su construcción al abad Juan deAragón (1460-1475) (Toledo 1946; Martínez 1998).

No obstante, otras noticias documentales, señalanque hacia 1448 se trabajaba en la renovación del re-fectorio (Cabanes 1974). Los escudos que ostenta lasala coinciden también con los de la reina María deCastilla, consorte del rey de Aragón Alfonso el Mag-nánimo, por lo que podría adelantarse la datación delinicio de la construcción en unos años. En cualquiercaso, la escalerilla de la tribuna del lector, que ascien-de por el grueso del muro de tapia, es un muestrario deestereotomía moderna realizada en piedra en miniatu-ra. Esta tribuna y otros detalles, junto con las fechasque suministran los documentos y la heráldica remiteal momento central y a las características de la obra deFrancesc Baldomar. De hecho, el carácter monumen-tal del refectorio podría ser una obra de patronato realen el que interviniera el maestro de las obras reales enese momento. Ciertas similitudes en los enjarjes conlos de Guillem Sagrera invitan a pensar en el hecho deque Baldomar, maestro real, tuvo necesariamente queconocer a Sagrera (de una generación anterior) en Ma-llorca y/o en Nápoles (Zaragozá 2000).

El refectorio es de planta rectangular y está cubiertopor cuatro bóvedas cuatripartitas. La proporción enplanta del lado largo es de dos veces y medio el corto, esdecir, 100 por 40 palmos (22,7 por 9,12 m). En Valldig-na hay seis enjarjes iguales en los muros de mayor lon-gitud, de los que sale un perpiaño y dos nervios ojivos;

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Figura 3Planta de la esquina de La Trinidad con los ajustes en losarcos ojivos (dibujo de la autora 2013)

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y dos iguales en las esquinas, de las que sólo sale el ner-vio ojivo. No hay nervios formeros (figura 4).

TRES ENJARJES SIMILARES, TRES DISEÑOS

DIFERENTES

Los tres edificios se caracterizan por la utilización deuna solución muy concreta y poco común en el co-mienzo de las bóvedas. Éstas son cuatripartitas, nopresentando gran dificultad técnica, por lo que los es-fuerzos formales y de diseño se centran en el enjarje,con unos nervios que parecen brotar como en rami-llete del muro, de manera sencilla y precisa. A pesarde que, en un primer momento, los tres casos puedanparecer iguales, cuando se estudia con precisión sugeometría y sus detalles, las diferencias son notables.

Diseño en planta

Valdecristo y Valldigna están resueltos con bóvedasde planta rectangular, mientras que en La Trinidadson cuadradas. En este claustro, los nervios ojivosforman un ángulo de 45º con formeros y perpiaños,encontrándose el punto de confluencia de sus ejes

con los del perpiaño dentro del muro (figura 5). EnValdecristo, los ojivos forman un ángulo de 42º conlos formeros y de 48º con los perpiaños y todos con-fluyen en un punto que se sitúa precisamente en elcontacto con el muro. Por el contrario, en Valldignay, al tratarse de bóvedas rectangulares con mayor di-ferencia entre el lado mayor y menor que en Valde-cristo, los ángulos se acentúan. Los ojivos forman60º con el muro y 30º con el perpiaño. En este casola confluencia de los ejes también se realiza dentrodel muro (figura 6).

Caso particular presenta el enjarje de la esquina dela Trinidad, donde todos los nervios confluyen preci-samente en la esquina. Es decir, se deja atrás todo elorden seguido en el claustro; las intersecciones de losejes de los nervios ya no se localizan dentro delmuro, sino que se llevan al punto de quiebro de la lí-nea del muro. Todos los nervios forman un ángulo de45º entre ellos (figura 5).

Arranque de los nervios

El lugar de arranque de cada uno de los nervios delenjarje es un aspecto problemático a estudiar a lahora de abordar su diseño, ya que puede coincidir o

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Figura 4Refectorio de St. María de Valldigna (foto de la autora2013)

Figura 5Modelo de los enjarjes de la Trinidad (dibujo de la autora2013)

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Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.

no con algún punto notable, como la confluencia deejes, el contacto con el muro, etc., y se ha comproba-do que a la más mínima variación de su posición, elresultado formal del enjarje no es el deseado. Por lotanto, de su precisión depende el obtener un enjarjecon una forma más o menos armoniosa, o con inter-secciones más o menos complicadas de labrar, etc.(Rabasa y Pérez de los Ríos 2013).

En este sentido, el enjarje de Valdecristo es degran claridad conceptual. Todos los nervios salen delmismo punto y del mismo nivel situado en la base dela primera pieza del enjarje (figura 7). Sin embargo,el enjarje del muro de la Trinidad presenta una ma-yor complejidad. Los perpiaños salen del contacto desu eje con el muro en la base del enjarje. Los forme-ros también salen con esa misma referencia, el eje deperpiaño con el muro, pero en la mitad de la primerapieza (figura 8). Esto es bastante singular, ya quenormalmente los maestros aprovechan las juntas delenjarje para situar las plantillas y, como parece lomás lógico, localizar también en ellas los arranquesde los arcos. Situar estos comienzos en la posiciónintermedia de una pieza no es habitual. Por otra par-te, de ese nivel salen también los ojivos, lo que noslleva a imaginar la posible realización de una maque-

ta con mayor número de cortes que el enjarje ejecuta-do en piedra, de la que fuesen tomando medidas.

La posición de la plantilla de los ojivos tampocoes la que podría esperarse: no se sitúa en la concu-rrencia de los ejes de los ojivos, ni en el contacto delos mismos con el muro. La estrategia seguida escompleja, ya que se desplaza la plantilla en el eje del

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Figura 6Modelo del enjarje de Valdecristo y Valldigna (dibujo de laautora 2013)

Figura 7Enjarje de Valdecristo con las plantillas por niveles (dibujode la autora 2013)

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ojivo hasta que la línea de su intradós coincide con elcruce formado por el eje del perpiaño y el muro. De-trás de esta decisión puede encontrarse el deseo delmaestro cantero de que los nervios ojivos aparezcanen la segunda pieza del enjarje de modo que no lle-guen a tocar el intradós del perpiaño y su intersec-ción con él y el muro forme un triángulo muy esbeltoque llega hasta la junta. Se han probado otras posibi-

lidades, pero desplazando la plantilla simplemente 1cm el resultado de la intersección no es el mismo.6

En el enjarje de la esquina de La Trinidad, sin em-bargo todos los nervios nacen de la base de la prime-ra pieza, del punto de la esquina (figura 9). En estecaso, si se hubiesen elevado los arranques de los oji-vos no parecería que todos los nervios van a un pun-to y el resultado hubiese sido extraño.

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Figura 9Enjarje de la esquina de La Trinidad con las plantillas porniveles (dibujo de la autora 2013)

Figura 10Enjarje de Valldigna con las plantillas por niveles (dibujode la autora 2013)

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En el refectorio de Valldigna el nervio perpiañoarranca de la base del enjarje, desde el punto de con-tacto del eje con el muro, mientras que los ojivosarrancan a partir de la primera junta, entre la primeray la segunda pieza (figura 10). La situación de laplantilla en la junta vuelve a ser inusual, como en elenjarje del muro de La Trinidad. En vez de disponerla línea de intradós de la plantilla en relación con elpunto de convergencia de los ejes de los ojivos den-tro del muro o en el contacto de los mismos con elmuro, se desplaza la plantilla por el eje del ojivo has-ta que ese borde del intradós hace contacto con la lí-nea del muro.

Perfiles

El trazado, el tamaño y proporción de los perfiles delos tres edificios son diferentes. En Valdecristo, elejemplo más conservador en este sentido, se ha podi-do establecer que todos los arcos tienen el mismoperfil, con un filete estrecho (3 cm) en el intradós, unjuego de curva y contracurva y un baquetón al final.La Trinidad presenta un perfil más acorde con losgustos centroeuropeos, pues prescinde de baquetonesy se compone a base de concavidades; los perfilesson diferentes según cada nervio, el perpiaño estácompuesto de tres concavidades, el ojivo de dos, y elformero tiene también dos, con la peculiaridad deque el final de la moldura acaba con una pequeña in-clinación. Valldigna es una mezcla entre estos dosedificios, con un comienzo de moldura con dos con-cavidades y luego un baquetón. El perfil de ojivos yperpiaños es similar, aunque uno es mayor que elotro.

TRABAJO POR NIVELES

Para construir un enjarje se realiza primeramente unamontea, en la que quedan definidas la curvas de losarcos, de dónde arrancan y los niveles en que seráejecutado. De esa montea también se pueden extraermedidas para elaborar las plantillas de los perfiles delos nervios según niveles. En un enjarje, al no cortarel nervio radialmente como en el resto del arco, lasplantillas deben sufrir deformaciones, que van siendomayores en las juntas superiores.7 A continuación, seempiezan a trabajar las piezas, colocando las planti-

llas correspondientes a cada lecho, situándolas másalejadas del muro y sus referencias iniciales según seva ascendiendo. Este trabajo por niveles es necesariopara controlar qué nervios aparecen en cada nivel o,todo lo contrario, para suprimir parte de la molduraevitando así resultados formales indeseados. En losenjarjes valencianos hay partes de molduras elimina-dos debido a que su presencia haría confusa la pre-cepción del conjunto y, por otro lado, hay partes demolduras que permanecen y cuya presencia no estájustificada.

En los tres edificios se eliminan restos de ojivos enla primera pieza de los enjarjes ya que, si se siguieseel trabajo con plantillas de manera exhaustiva, apare-cerían piquitos de estos nervios en el intradós de losperpiaños. En el enjarje de la esquina de La Trinidadque hemos medido quedan estos restos (figura 11).Puede tratarse del primer enjarje de esquina que seejecuta en el claustro, ya que en el resto se suprimen.

En el enjarje de Valdecristo, además, se suprimeuna parte de la moldura del nervio perpiaño que pa-saría a través del ojivo y se encontraría con el muro.Es eliminada, presumiblemente, para propiciar unaintersección más clara entre los ojivos y el muro. Ypara también evitar resolver complejas interseccionesde molduras en el proceso de labra. Esto no pasa, sinembargo, en Valldigna, donde sí que aparece un res-

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Figura 11Restos en la esquina de La Trinidad (foto de la autora 2013)

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to de la moldura del perpiaño encontrándose con elmuro tras atravesar el nervio ojivo. Ocurre precisa-mente en el sexto nivel del enjarje y supone la ejecu-ción por parte del cantero de una intersección com-pleja, ya que este resto es parte del baquetón de lamoldura del perpiaño e interseca la segunda concavi-dad del ojivo y parte de su baquetón.

El uso de plantillas deformadas es necesario de-pendiendo de la altura del nivel y el tamaño de la bó-veda. Sería posible no realizar plantillas para los pri-meros niveles de los enjarjes estudiados, hasta que seproduce el primer cambio en el perfil, es decir, cuan-do aparece la segunda concavidad.8 El ejemplo deValldigna, con un enjarje de gran tamaño y unas bó-vedas muy grandes, podría propiciar incluso el usode la plantilla sin deformar en algún nivel superiormás. Sin embargo, vemos factible la realización deplantillas para todos los niveles, puesto que no su-pondría mucho más esfuerzo al maestro y favoreceríaun mayor control de la obra. Así aparece en el trata-do de Joseph Gelabert, dentro de la misma tradiciónconstructiva (Rabasa 2011b, 370-372).

Altura de hiladas

Los enjarjes de La Trinidad están compuestos por 5piezas, con una altura de hiladas variable en el muropero bastante homogénea en la esquina. Los tres ti-pos de enjarje de este claustro no se corresponden enaltura. En Valdecristo, los enjarjes del muro estántambién compuestos de 5 piezas, con alturas de hila-das homogéneas. El caso de Valldigna es el que pre-senta más peculiaridades, ya que todos los enjarjestienen la misma altura de hiladas, pero no son homo-géneas. Prácticamente todas las piezas del enjarje tie-nen la misma altura, menos las piezas 5, 7 y 8, de al-tura menor. Pudiendo haber hecho los enjarjes conpiezas de igual altura no se entiende por qué esta pre-ocupación por hacer estas piezas más bajas en todoslos enjarjes.

Soluciones para la última pieza

La última pieza del enjarje es aquella en la que setalla en la parte superior los nervios la inclinaciónprecisa para recibir las primeras dovelas del arco.Lo más común es disponer en esos planos inclina-

dos la plantilla completa, y a partir de su línea detrasdós cortar en horizontal. El enjarje de Valldig-na presenta una solución especial, con un antece-dente similar realizado por Guillem Sagrera en Ma-llorca. Este tema es tratado en un artículo sobre laLonja de Palma que está pendiente de publicación.Es posible que quien proyectara el refectorio deValldigna conociese la solución de Sagrera, puesforzarse a terminar el enjarje de esta manera aca-rrea más complicaciones que hacerlo de un modomás convencional.

CONCLUSIONES

Muchos elementos arquitectónicos tardogóticos, en-tre ellos estos enjarjes de molduras convergentes,han sido explicados hasta ahora desde un punto devista meramente estilístico. Esta nueva aproxima-ción, a través del estudio de su concepción, muestrala gran variedad de estrategias geométricas y cons-tructivas de las que cada maestro hacía uso. La inno-vación tecnológica que supuso esta nueva forma deentender el diseño de bóvedas góticas queda patenteen los tres ejemplos valencianos. Hemos comproba-do que se puede llegar a tres soluciones formalmentesimilares pasando por geometrías y diseños diferen-tes; que probablemente los maestros hiciesen uso demaquetas en el proceso de creación; y que el trabajopor niveles con las plantillas es fundamental para elcontrol del resultado final y la talla de las piezas.

Diseñar un enjarje de estas características sin co-nocimientos previos no es sencillo, ni seguramenteprobable; y su resultado difícilmente sería tan bri-llante como el de los edificios estudiados. Todo ellonos lleva a plantear su vinculación con anterioresejemplos europeos o sagrerianos.

NOTAS

1. Domenge (2009) ha localizado varios ejemplos tempra-nos de enjarjes con intersección de molduras en Franciaentre los que se encuentra este de Aviñón.

2. Este claustro será abordado en un artículo pendiente depublicación por Senent y Pérez de los Ríos.

3. La aproximación histórica a los edificios la desarrollare-mos próximamente en el capítulo de un libro sobre bóve-das valencianas que está pendiente de publicación.

Bóvedas de crucería con enjarjes de nervios convergentes 841

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4. Este trabajo forma parte del proyecto de investigación«Construcción en piedra de cantería en los ámbitos me-diterráneo y atlántico. Análisis de ejemplos construidos»financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación(BIA2009-14350-C02-01); y de la tesis doctoral de Car-men Pérez de los Ríos Aspectos formales y constructivosen la obra de Guillem Sagrera: el uso de las plantillasdirigida por Enrique Rabasa Díaz. Queremos agradeceral profesor Rabasa sus comentarios y ayuda durante elproceso de estudio y análisis de los enjarjes. Tambiénqueremos agradecer su disposición y amabilidad durantela toma de datos a las hermanas del monasterio de LaTrinidad, en especial a la Madre Inmaculada; al Ayunta-miento de Altura; y a la Fundació Jaume II el Just.

5. Estamos a la espera de una analítica para saber la natura-leza de una dovela encontrada en Valdecristo.

6. Rabasa y Pérez de los Ríos (2013) han comprobado la difi-cultad de diseño de un enjarje en el Taller de Cantería de laETSAM y la gran variedad de soluciones posibles y no de-seables con pequeñas variaciones en la salida de los nervios.

7. Rabasa (2000, 2007, 2011a) y Rabasa y Pérez de losRíos (2013) han profundizado en el uso de plantillas de-formadas y su utilización en la construcción de enjarjes.

8. illis (1842, 9) afirma que en algunas situaciones no esnecesario el uso plantillas deformadas y se puede ejecu-tar el enjarje con una única plantilla.

LISTA DE REFERENCIAS

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