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!Contare hasta tres! - Jo Frost

Date post: 09-Dec-2023
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ÍNDICE

DedicatoriaAgradecimientosIntroducción: Estos maravillosos (aunque aveces locos) años

1.ª PARTE: Ser padres todos los días, atodas horasI. Tu viaje emocional2. Padres que trabajan3. Tu personita

2.ª PARTE: Los grandes problemas de laprimera infancia4. La seguridad es lo primero5. Disciplina6. La importancia del juego y la estimulación7. Transiciones positivas8. Retirada del pañal en una semana9. Establecer hábitos alimenticios saludables10. Salir por ahí

3.ª PARTE: Un día en la vida de un niño11. ¿Por qué importa la rutina?12. Mañana13. Tarde14. Noche15. Hora de dormirEl viaje continúa…

4.ª PARTE: Recursos útilesRecursos de emergenciaEl kit de primeros auxilios de tu hijo

Revisiones y visitas médicasEnfermedades habituales en niños

Créditos

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Este libro está dedicado a mi sobrina,Isabella.

Te quiero.

Besos y abrazos,

AGRADECIMIENTOS

A Mary Jane Ryan, mi compañera, miamiga. El tiempo que hemos pasadojuntas con este libro ha sido unverdadero placer. Tu apoyo y tu fuerteética laboral prosiguen.

A Daniel Pangbourne. Una vez más, hascapturado el verdadero espíritu y elcorazón de estos pequeños ángeles.

A todos los padres y niños de este libro,¡qué día más divertido!

A Sarah Kate Thorne y a NatalieChesterman.

Al doctor Mark Furman, gracias por suvisto bueno, una vez más.

A Eugenie Furniss, una verdaderaanimadora. Gracias por hacer que estoocurra, querida amiga. Espero quevengan muchos más.

A las chicas del departamento literariode WME y Orion Publishing, verdaderotrabajo en equipo y dedicación a cadapaso del camino.

Y finalmente, aunque no por ello menosimportante, un enorme abrazo de oso yun gracias gigante a mi familia y a misamigos más cercanos, que siguennutriéndome en todos los niveles. Nopodría seguir adelante sin vuestro amory apoyo.

P. D.: Papá…, ¡eres abuelo!

INTRODUCCIÓNEstos maravillosos

(aunque a veceslocos) años

(Ah, sí, ¡y son muchos!)¡Bienvenidos! Durante muchos años, lospadres me han sugerido que escriba unlibro que se centre exclusivamente enlos niños, ¡y resulta fácil entender losmotivos! Por eso me entusiasma tantodaros la bienvenida a este libro —y aesta maravillosa etapa de la vida devuestro hijo—. Después de todo, meveis a menudo en televisión, ayudando aotros padres a lidiar con esta fase de lavida de sus hijos.

Los años de la infancia están llenosde momentos importantes: aprender acaminar, a hablar, e incluso a vestirse.

También es una etapa de berrinches y, niqué decir tiene, confusión —paravosotros y para vuestro hijo—.Deberíais verlo como una granexpedición con asombrosas cosas ymaravillas para contemplar; no obstante,tendréis que trabajar muy duro duranteel camino. Eso no significa que no seadivertido. Cuando pienso en mis añoscomo niñera trabajando con niños,siempre hay una sonrisa que lidera mispensamientos.

¿Cómo lo haces?¿Cómo puede resultar divertido cuandotodo parece tan frustrante? ¿Cómo

podéis ayudar a vuestro hijo adesarrollarse con el cuidado y laatención apropiados que garanticen sudesarrollo adecuado? ¿Cómo enseñáiscapacidades para la vida?¿Cómocontrolar el esfínter, emplear cubiertos yacatar las normas? Ese es el consejo y laayuda que voy a proporcionaros en estelibro. Igual que hice en mi anterior libro(Ya eres mamá: la guía útil para elprimer año de tu hijo), ¡Contaré hastatres! va a guiaros durante los próximoscuatro años —desde que vuestro niñocomienza a caminar, hacia los catorcemeses, hasta su cuarto año, cuandocomienza a prepararse para empezar enla escuela.

Si vuestro hijo acaba de comenzara caminar, ¡felicidades! Estáis siendoprevisores. Vais a estar mucho másinformados de esta etapa de la vida devuestro hijo de lo que jamás hubieraisimaginado. Acabáis de entrar en unafase completamente nueva de la vida devuestro hijo.

Vais a aprender nuevasherramientas y técnicas, y a

comprender mejor las emociones y elestado de ánimo de vuestro hijo —y losvuestros—. Os volveréis másobservadores y tendréis más sintoníacon el niño —cosa que me parececrucial—, y llegaréis a comprendervuestro valor en su vida.

Y si habéis comenzado este libroporque vuestro pequeño ya se haconvertido en un niño, está buscandoindependencia y estáis pensando: «¡Nosé qué hacer! ¡Aaaaargh!», este esvuestro libro. Todo irá bien. No estaréissolos. ¿Cuándo he dicho algo que nohaya cumplido? Yo estaré con vosotros acada paso del camino, y podéis confiaren que así será. Armados con este libro,sé que disfrutaréis de este increíbleperiodo de la vida de vuestro hijo. Esimposible no hacerlo.

Es un mundocompletamente nuevo¿Cuál es la diferencia entre un bebé y unniño? Bien, durante el primer año de lavida de vuestro hijo, te concentrabas encuidar y cubrir cada una de susnecesidades en cuanto a sueño, alimentoy amor. Una vez planeado el programapara cubrir esas necesidades, resultababastante fácil porque los bebés seamoldan al programa. Ahora, de repente,eres el padre de esta personita quecamina y señala lo que quiere —y lo queno—. Está en una fase reciéndescubierta de relacionarse con elmundo que le rodea desde una altura

(literalmente) diferente. Su personalidadestá cada vez más definida, y suindependencia aumenta. Ya no lo harástodo por él, y le enseñarás a hacer lascosas por sí mismo. Dice Mamá y Papápor primera vez, y eso también teentusiasma.

Nuevas habilidades parentalesEsta fase requiere toda unaserie de nuevashabilidades parentales.Nota: la niñera Jo no vienecon polvos mágicos para ayudarte asolucionar por arte de magia todoaquello con lo que te encuentres. Pero lo

que sí tengo es el conocimiento y laexperiencia para ayudarte a preparartepara tu viaje, con una mochila llena deherramientas esenciales que podrássacar cuando las necesites: confianza,paciencia, disciplina, perseverancia,energía, compromiso, previsión,perspectiva y humor. En el capítulo 1,me adentraré en detalle en estasherramientas, para prepararte para criarbien a tu hijo durante estos años.

Necesitarás estas herramientas,tanto si te enfrentas a rabietas en públicocomo a quitar el pañal o a conseguir quetu hijo coma en la mesa. Pero no tepreocupes; te iré ayudando por elcamino con el símbolo de una mochila,

para recordarte que emplees estasherramientas. Posdata: Serás tú quiencargue con la mochila, no yo.

Usar este libroPara ayudarte a comprender mejor a tupequeño, y como la manera idónea paraenfrentarte a los desafíos y saborear lasalegrías de los años de la infancia, heestructurado este libro en cuatro partespara que te resulte fácil usarlo. Seamosfrancos: la gestión del tiempo es clavecuando tienes niños. Eso ya lo sé. Setrata de que yo te enseñe a ti para que túles enseñes a ellos.

1.ª parte: Ser padres todos losdías, a todas horas analiza tu viajeemocional como padre de un niño yofrece consejo específico a los padresque trabajáis, para ayudaros a lidiar conel cuidado de los niños, la culpa ymucho más. También hay un capítulo queproporciona una perspectiva generalsobre quién es exactamente estapersonita —y cómo piensa y sedesarrolla—. Esto te dará lainformación que necesitas paracomprender por qué se comporta de lamanera en la que lo hace, y lo que has deesperar a medida que crezca desde elaño hasta cumplir los cuatro. Estecapítulo también incluye un apartado

sobre la importancia de enseñarcapacidades cruciales para la vida quetu niño ha de dominar.

En la 2.ª parte: Los grandesproblemas de la primera infancia, mecentraré en los problemas de base a losque debes enfrentarte a la hora de criar aun niño, entre los que se incluyen laseguridad, la disciplina, la importanciadel juego y la estimulación, lastransiciones positivas, salir por ahí,establecer hábitos alimenticiosapropiados y, naturalmente, elentrenamiento para dejar el pañal. Sí, sepuede hacer en una semana, ¡y teenseñaré cómo se hace exactamente!

En la 3.ª parte: Un día en la vidade un niño, te guiaré a través de un díatípico, desde que tu hijo se levanta hastaque se acuesta. La rutina es muyimportante para un niño —¡y tambiénhace la vida más fácil!—. Tambiénencontrarás la información que necesitaspara despertarlo y vestirlo, tener un díalleno de diversión y —lo másimportante— ¡conseguir que se meta yse quede en la cama! Nosotros tambiénnecesitamos nuestro descanso, así que séque os encanta oír eso. Puedo sentirvuestras sonrisas.

Por último, la 4.ª parte: Recursosútiles es la sección a la que recurrir enbusca de canciones infantiles e ideas

para libros, contactos útiles o sinecesitas consejo médico serio conrapidez.

La idea es leer ¡Contaré hastatres! de principio a fin, así comoemplearlo como libro de referencia a lolargo de los años de la infancia. Elíndice puede guiarte a cualquier temaconcreto, si necesitas consejos urgentes.De hecho, a lo largo de todo el libro,encontrarás cuadros con consejosprácticos y técnicas, así como un montónde señales que observar para todo tipode temas, problemas y preocupaciones.Si has leído cualquiera de mis otroslibros o has visto mis programas detelevisión, ya tienes una idea de mi

filosofía y mi enfoque —serio ypráctico, con una buena dosis dediversión—. No me ando por las ramas.Francamente, ¿quién tiene tiempo paraeso? Digo las cosas como son.

Como niñera, comencé cuidandobebés y pasé luego al cuidado de niños—una y otra vez—. Es una etapa difícilpara algunos, puesto que ocurren muchascosas a la vez. No he llevado a cabo elentrenamiento para dejar el pañal unasola vez, lo he llevado a cabo más vecesde las que puedo contar. Miles depañales han pasado por mi nariz. Helidiado con más rabietas de las quecualquiera podría tolerar, y he recitadomás canciones infantiles que el

mismísimo Espinete. Así que ahoraobtendrás mis décadas de experiencia.

Ser padres seguros de unniño¿Asustado o nervioso? Algunos padresme han confesado tener miedo dearruinar a sus hijos, y esa es unapreocupación bastante común. Pero tenfe en ti mismo, ¡porque tu niño la tiene!Está preparado para seguirte a cualquierparte. Sí, llevas muchos sombreros —yuna o dos capas de superhéroe—. Loque hagas tendrá un impactoverdaderamente importante en la vida de

tu hijo. Y estarás estableciendo una baseque estipula parámetros y precedentespara cuando sea mayor.

Cuando trabajo con padres,siempre pregunto: «¿Qué opináis?». Seofrecen muchísimos consejos para lospadres, tantas normas que mucha gentecree que lo que están haciendo no essuficiente. Y eso provoca una seria faltade seguridad.

Estoy aquí como guía paravosotros, los padres,

proporcionándoos apoyo en el camino,pero me gustaría llevaros a un punto enel que tengáis la confianza para tomardecisiones por vosotros mismos, que os

satisfarán más como padres que sois yqueréis ser —no los que otros quierenque seáis—, para que os sintáis fuertescomo padres.

Sentirte seguro en cuanto a tucapacidad para ayudar a tu hijo asuperar la infancia es importante por dosmotivos. El primero es que te sientasbien con lo que estás haciendo. Eso nosignifica que lo hagas todoperfectamente (¿quién lo hace?), sinoque sepas que estás haciendo un buentrabajo. El segundo es que ser padresseguros durante esta etapa de la vida devuestro hijo le ayuda a sentirse seguro ydesarrolla la confianza —una base que

se asienta entre vosotros—. Mientras élbusca su independencia, en el fondo desu corazoncito, siente la necesidad deque lo tranquilicen. Y cuando tú tienesseguridad, él sabe que tú mantienesfirmemente el control, y se sienteprotegido. Esto puede evitar muchosmalos comportamientos y otras tonterías.

Ser padres seguros no es algo quese logre con fuerza de voluntad. Másbien, aumenta a través de lacomprensión, la experiencia, lacomunicación con tu pareja, tus amigos ytus padres —y, sobre todo, ¡la práctica!—. Créeme: obtendrás muchísimapráctica, tanto si quieres como si no.

Los años del asombroLa etapa de la infancia puede tener susdificultades a muchos niveles, perotambién puede ser muy gratificanteemocionalmente. Por primera vez, tienesuna relación bilateral con tu hijo.Cuando dices algo y lo entiende, puedesver cómo procesa su pequeña mente. Ydespués, cuando vuelve y te lanza esoscomentarios inesperados, resultaabsolutamente delicioso. Tiene supropio andar característico, su propiocarácter y personalidad —¿y quiénpuede resistirse cuando esas manos

regordetas se estiran para abrazarte ydevolverte las caricias?

La inocencia pura de un niñosiempre me conmueve —sin filtros y sincondicionar—, y también el enormeasombro con el que mira el mundo. Megustan tanto los años de la infancia que,incluso ahora, echo de menos la alegríade ayudar a niños de dos, tres y cuatroaños a crecer durante un periodo detiempo. No me entendáis mal: esmaravilloso llegar a tantos padres ahora.Es el deleite de aquellos años lo que meinspiró para escribir este libro.

CONSERVAR RECUERDOS

Si pudiera volver a la época en la quetrabajaba como niñera en una familia,me gustaría haber hecho un libro contodos aquellos instantes que mellegaron al corazón o me hicieron reír.¡Sería un libro verdaderamente enorme!Por eso me gustaría animaros a tomarnota de los instantes queverdaderamente os conmueven. Losaños de la infancia proporcionanmuchísimos momentos de este estilo,pero pueden olvidarse fácilmente con elajetreo de la vida cotidiana.Consérvalos: son un precioso tesoroque puedes compartir con tu hijo cuandose haga mayor.

Si alguien me dijera: «Pinta losaños de la infancia», ¡el resultado seríaun colorido caos organizado! ¡Y seríamuy divertido! Son estos años que estása punto de experimentar los que tealegran como padre.

Aceptar el retoTe sentirás desafiado y provocado demaneras que jamás hubieras imaginadoposibles. Soy realista. No obstante, losaños de la infancia no tienen por qué serdifíciles si adoptas un enfoque práctico,

coherente y amoroso, con expectativasrealistas. Los niños pueden sacar lomejor de ti, incluso cuando temes que tesaquen lo peor. Eres el responsable deeste pequeño querubín al que amasinmensamente, y empezarás a plantearlas cosas de maneras en las que nuncaantes lo habías hecho. Y pensar —másque, sencillamente, reaccionar— es elprimer paso para ser el padre seguro yexitoso que quieres ser.

Por muy difíciles que puedanparecer algunos momentos, la realidades que los años de la infancia deberíanvalorarse seriamente. Cada fase pasacon mucha rapidez. Aprecia losmomentos especiales. Préstate a que te

sorprendan. Encuentra la magia yprepárate para el viaje.

¡Disfruta!

1.ª PARTE

Ser padres todoslos días,

a todas horas

En este apartado, exploraré el caminoque recorrerás a medida que crías unniño, y también te explicaré cómocrecerá y se desarrollará tu hijo desde elaño de edad hasta los cuatro años.También comenzaré a proporcionarteuna base de comprensión que te ayudaráa lidiar con los problemas y lassituaciones que experimentarás en tuvida diaria con tu hijo.

Criterios para el viajeTus tareas como padre de un niño sevuelven más fáciles cuando estás

armado con mis ocho «Criterios para losaños de la infancia». En resumen, teproporcionan todo lo que necesitas paracriar a tu hijo, de forma que sea un niñosaludable y satisfecho —y te permitendisfrutar de tu tiempo con él—. Estosconsejos son tan importantes que tesugiero que los copies y los coloques enun lugar en el que puedas verlos adiario. No hay palabras para explicar loimportante que es interiorizar estosconceptos. Te serán útiles y te serviránpara ayudar a tu hijo a desarrollarse.

I

Tu viaje emocional

Eres el padre de un niño y, por si no tehabías dado cuenta, tu hijo estácomenzando a experimentar untorbellino de emociones intensas,contradictorias y, en ocasiones,explosivas —felices un minuto, y tristesun minuto después—. ¿Y qué hay de ti?En un momento, tu corazón se parte poruna monería que ha dicho y, un instantedespués, ¡te estás tirando de los pelos acausa de la frustración que te provocaque no escuche ni una sola palabra de loque dices! Impaciencia, miedo, ira —sentirás todas estas emociones en algúnmomento—. ¡Y los dos estáisaprendiendo! Mientras él aprende a ser

independiente, tú estás aprendiendo aestablecer límites. Él está aprendiendo adecir «no», y también tú, ¡y a decirlo deverdad!

Cuando estaba criando niños, yo,igual que tú, tuve que aprender aadaptarme a las situaciones: a pensarcon rapidez, a ceder cuando eranecesario y a mantenerme en mis trece.Tenía que ser lista, emplear el sentidocomún y tomar siempre una decisión.Mediante la práctica y muchísimaexperiencia, comencé a confiar en micapacidad.

Lo mismo te ocurrirá a ti comopadre.

Ante la adversidad de lidiar consu primera rabieta o cuando te

pruebe una y otra vez, obtendrás la confianzapara lidiar con ella.

No digo que siempre vaya a serfácil. Por ejemplo, habrá ocasiones enlas que metas al niño en la cama ycomience a llorar. Quieres entrar en lahabitación. Quieres cogerlo en brazos,porque el consuelo es un instinto innato.Pero entonces te dices: «Si no hago esto,¿cómo voy a enseñarle a irse a dormirsolo?». Así que te ciñes a la norma.Para llevar a cabo la disciplina y otrastécnicas que sugiero, tienes que tomar

cierta distancia para ser objetivo encuanto a lo que estás enseñando. Si estáscompletamente ligado emocionalmentecuando empieza todo, no puedes ver adónde vas ni lo que tienes que hacer. Nohay claridad. Eso no ayuda a nadie.

Un caudal de emocionesEn este capítulo, ofreceré elementospara comprender las distintas emocionesque experimentarás, y proporcionaréherramientas para apoyarte en elcamino. Me he sentado con los padres,les he consolado y tranquilizado cuandoestaban temerosos y abrumados, yquerían tirar la toalla. He sentido lo que

ellos han sentido y, a raíz de eso,sinceramente creo que, si sabes quéesperar en el camino, no te preocuparástanto, tendrás más paciencia y menosmiedo. Cuanta más experiencia deprimera mano obtengas, más crecerá tuseguridad y el torbellino de emocionesno será tan intenso.

De eso trata este capítulo: darte elentendimiento, la tranquilidad y elconsuelo de saber lo que te espera en tupropio viaje como padre, y cómo lidiarcon tus emociones durante el proceso.También encontrarás consejos parahallar el equilibrio con tu pareja, quéhacer cuando no estáis de acuerdo enaspectos relacionados con la paternidad,

e incluso cómo revivir esas viejas citas,de manera que podáis mantener vivavuestra propia relación. ¿Recuerdas? Sí,aquellas que te han traído hasta aquí.

Las bendiciones de los añosde la infanciaEstás en una relación que evolucionaconstantemente con tu hijo, pasandotiempo con él, y conociéndolo a medidaque él te conoce a ti. Aprenderá cosasnuevas, y tú recordarás de tus propiasexperiencias la diversión y la tonteríaque hay ahí fuera. Verás la alegría en surostro, y recordarás el placer de

explorar. Te afecta tanto como tú leafectas a él.

Como padre de un niño,aprendes a poner las cosas en

perspectiva, a establecer límites y amantenerte firme pero cariñoso. Tienes laoportunidad de volverte más paciente ydivertirte más, de volverte un adulto máscompasivo y realista.

Si te estás cuestionando, si estásdisfrutando de esta etapa de la vida de tuhijo, pregúntate por qué. ¿Sientes que noestás obteniendo lo que esperabas? ¿Noes como lo imaginabas? Ahora tienes

una personita que interactúa contigo.Tiene sus propios pensamientos.Observa cosas en ti —y en sí mismo—que son muy divertidas y estrafalarias, yse le ocurren comentarios muy honestos.¿Cómo puedes conectar de verdad con tuhijo y salvar el espacio que existe entretú como adulto y esta persona diminutaque corretea por ahí?

Algunos padres me dicen que lesresulta verdaderamente difícil conectarcon sus hijos porque no saben cómorelajarse y divertirse un poco. Si sientesque este es tu caso, intenta ver lospróximos años como una bendición.Afróntalos con la mente abierta, ydescubre lo mucho que puedes aprender

sobre ti mismo en el camino. ¿Cómopodrías crecer en esta etapa? ¿Cómopodrías disfrutarla más? ¿Qué hacefalta?

Tendemos a criar a nuestros hijosde la misma forma en la que nos criaron.A medida que tu hijo se adentra en estosdinámicos años, piensa en la manera enla que te criaron a ti. ¿Qué quierestransmitir? ¿Qué quieres hacer de formadistinta? ¿Has hablado con tu parejasobre sus ideas en este aspecto? Osanimo a que os toméis unos minutos pararealizar el siguiente ejercicio.

¿QUÉ ES IMPORTANTE PARATI?Tómate un minuto y escribe cómoterminarías esta frase: «Durante losaños de la infancia, para mí esimportante que...»

He aquí algunos ejemplos:

me divierta con él.me centre en la etapa en laque está ahora, y no meanticipe siempre.le enseñe mis valoresfamiliares más importantes.me implique de verdad y mecomprometa dedicándole mitiempo.

le ayude con su fase dedesarrollo.

Emplea este ejercicio como forma parainiciar conversaciones con tu parejasobre lo que es importante para cadauno. Centraros en esto puede ayudar aguiaros a la hora de tomar decisionescon seguridad en diversas situaciones.

Asume la responsabilidadCriar un niño es uno de los trabajos másimportantes y gratificantes que tendrásjamás. Digo «trabajo» porque los

«trabajos» conllevan responsabilidades.Tú eres el que supervisa y se ocupa decada una de sus necesidades, 24 horas aldía, siete días a la semana, incluso sitienes canguro o empleas alguna otraforma de cuidado infantil. Escuchas.Observas. Haces. Respondes a todo, yeso supone una gran responsabilidad.Pero no es una responsabilidadimposible.

Una persona de mucho poder enuna empresa no se toma susresponsabilidades a la ligera porque loque hace tiene un tremendo impacto encada empleado, desde la sala de juntashasta la sala del correo. La situación essimilar a la tuya durante los años de la

infancia porque, durante este periodo detiempo, eres el responsable de tu hijo atodos los niveles: social, mental,emocional y físico. Es responsabilidadtuya no solo protegerle de cualquierdaño, sino también ayudarle aconvertirse en el individuo que será.Para tu hijo, estos años consisten enaprender las habilidades vitales básicasa través del juego y de tus instrucciones.No es una época que puedas hacer enpunto muerto, sino que tendrás que hacerparadas técnicas para repostar. Sin dudaalguna, alcanzarás una nueva madurez,puesto que ahora eres más conscientedel impacto que causa todo lo que dicesy haces.

Toda esta responsabilidad implicauna enorme cantidad de energía yconcentración. Y, aunque sea tu trabajo,no debería parecer una tarea pesada ouna lata. ¡Asume la responsabilidad!Permite que saque lo mejor de ti. Eso teayudará a enfocar la paternidad con lamentalidad apropiada.

Toma una decisiónA menudo veo padres que no tomandecisiones por miedo a fracasar. Peoraún, ignoran la situación y los pequeñosproblemas con los que se encuentran sevuelven enormes. No tengas miedo de

tomar decisiones. Solo puedes aprenderde tus errores si los haces antes. Y locierto es que la mayoría de la gente nosabe cómo lidiar con niños antes deconvertirse en padres.

Volvamos al punto de inicio: tomasdecisiones cada día. Miras al exterior,ves el tiempo que hace y decidesponerte un jersey o una camisa. Decidessi tomas cereales o huevos revueltos conbacon. Entonces, ¿por qué no tomasdecisiones relativas al crecimiento y eldesarrollo de tu hijo? ¡No puedespermitirte dudar solo porque tienesmiedo! Ten una mente abierta, prueba lastécnicas correspondientes y dales unaoportunidad.

¿Qué es lo peor que puedeocurrir?Cuando tengas problemas para tomaruna decisión, pregúntate: «¿Qué es lopeor que puede ocurrir?».

¡Que te equivoques! ¿Y qué? Entoncespodrás corregirlo.

Preparar la mochila para elviaje¿Recuerdas la mochila que mencionabaen la introducción? Vamos a llenarla con

ocho estrategias de afrontamiento paraayudarte a navegar durante los próximosaños, a medida que avanzas en este viajecon tu hijo. Piensa en estas estrategiascomo mantras que puedes emplear adiario durante los años de la infancia —y posteriormente—. Te sugiero que lasimprimas y las coloques en el frigoríficocomo un recordatorio diario.

Estasherramientasestán conectadasentre sí.Necesitas:Seguridad porquete permite tomardecisiones y le daun terreno establea tu hijo;Paciencia para noperder los nerviosporque cualquier cosa que le digas o lemuestres no calará la primera vez, o nisiquiera las cincuenta primeras veces;Disciplina, o la habilidad mental decomprender qué es necesario para crear

el cambio; Perseverancia para sercoherente; Energía y Compromiso paraabordar los retos y mantenerte en elcamino; y la capacidad de Previsiónpara que puedas proporcionar laestructura que los niños ansían, ytambién para evitar problemas. LaPerspectiva te ayuda a ver el panoramageneral, y a saber que esta fase de lavida de tu hijo no durará para siempre.Por último, has de saber que tu mayorestrategia de afrontamiento durante estosaños ¡es tu sentido del humor! Encuentrael humor en la repetición de todo,porque es el contrapeso a la monotoníade la rutina.

Dormir lo necesarioAdemás de meter las actitudesadecuadas en la mochila, el mayorconsejo que te puedo dar para estosaños es que duermas lo necesario. Todoresulta abrumador cuando no estásdescansado. Cuando estás descansado,es menos probable que pierdas losestribos y tendrás más energía parainteractuar plenamente con tu hijo. Nopuedes tener paciencia, perspectiva,energía o humor suficientes sin dormirlo necesario.

Cuando no duermes lo suficiente,es como si solo cargaras tus pilas

parcialmente. Afecta a tu piel, a tusuñas, a tu pelo y a tus niveleshormonales. ¿Puedes esperar que tuteléfono móvil aguante 8 horas si solo lohas cargado durante 30 minutos? Nopuedes. Igualmente, no puedes esperartener la energía que necesitas cuando tuspilas están solo parcialmente cargadas.Ese es solo uno de los motivos por losque es importante mandar a tus hijos adormir cuando se despiertan por lanoche. Tú necesitas dormir. Dormir esuna prioridad para tus hijos; tienes queconvertirlo en una prioridad para titambién.

¿Qué te relaja? ¿Qué necesitashacer para llegar a ese punto? Cuando

duermes lo necesario, tienes másenergía. Verás las cosas de otra manera.Y disfrutarás más de ser padre porqueno te sentirás tan agobiadoconstantemente. Tendrás más energía nosolo para ti, sino también para invertirlaen tus hijos y en el resto de lasrelaciones de tu vida.

ORDENAR TU SUEÑO¿Cuántas horas duermes cada noche?Los expertos afirman que los adultosnecesitan entre siete y nueve, siendosiete el mínimo absoluto.

Si no duermes lo suficiente, ¿por quéocurre eso? ¿Estás intentando hacer

tareas de la casa después de acostar alos pequeños? ¿Viendo la tele? ¿Televantas por la noche porque el niño estádesvelado?

Descubre qué se interpone en tucamino, y pon un plan en marcha: apagala televisión de la habitación; comparteuna mayor parte de la carga con tupareja; prioriza y controla el tiempo conlas tareas de la casa (recuerda que nohay que hacerlo todo cada día); apagaantes las luces; emplea mi técnica de«Quedarse en la cama» con tu hijo. Hazlo que haga falta para descansar lonecesario.

No se trata solo de hacer,sino de estar en el momento¿Recuerdas cuando tuviste a tu bebé?Cada sonrisa, cada risa —lo registrabastodo—. Lo adorabas, observabas cadapequeño detalle. Eras capaz de decir«mi pequeño es así» o «suele hacereso». Porque te tomabas el tiempo paradarte cuenta.

Ahora que persigues a tu hijo portodas partes, es fácil centrarse en lastareas y perder la noción de lo másimportante. Si tu objetivo principal esllevar corriendo a tu hijo a la guarderíaen cuanto se levanta, puedes perderte lodivertido de ver cómo intenta sacarse el

pijama por la cabeza, verle quedarseatascado y acabar con el aspecto de unamonja con su hábito. Si te pierdes esosmomentos, te pierdes lo fundamental.

Los momentosverdaderamente especiales

ocurren cuando menos te los esperas. Yson esos momentos y los ratostranquilos los que te tocan el corazónde una manera agradable.

Míralo desenvolver un regalo conuna emoción y entusiasmo contagiosos,sus ojos brillan; míralo dormir como unangelito. Incluso si estás intentando salir

corriendo porque llegas tarde, esfuérzateen ver cada momento como unaoportunidad para conectar, en lugar dealgo que tienes que hacer corriendo parapasar a lo siguiente. Quizá haconseguido cerrarse los zapatos develcro por primera vez, o ponerse lachaqueta correctamente. Para unmomento y toma nota: estas primerasveces son tan importantes como susprimeros pasos y palabras.

¿CÓMO FUE PARA TI?Intenta recordar cómo era para ti cuandoeras pequeño. La niñez consiste enaprender, ser creativo y divertirse sin la

responsabilidad de la edad adulta.Cuando te detienes y recuerdas tu propiainfancia, es más fácil recordar lo quenecesita tu hijo, y te resultará muchomás fácil estar receptivo. Naturalmente,eso es lo que él necesita sobre todas lascosas. Recurre a tus propias ymaravillosas experiencias:

¿Qué se te daba bien hacer?¿Qué recuerdas haberaprendido?¿Qué clase de cosas tegustaba hacer?

Aborda cada problema unopor uno¡Es muy fácilabrumarse!: noescucha, secomporta mal, antela disciplina surgenlas lágrimas. Te sientes como unfracasado. Da un paso atrás e intentadilucidar cuál es la raíz del problema.¿Está cansado? ¿Su papá ha estadotrabajando mucho últimamente y como leve poco le echa de menos? Descífralopara que no se haga más grande a causade la preocupación —o por no dar lospasos para resolverlo—. En lugar de

malgastar tu energía preocupándote,guárdala en tu mochila y úsala parasolucionar el problema.

Si estás en un coche y necesitasllegar a algún lado, no te sientas ypiensas: «Estoy en el oeste de Londres ynecesito llegar al norte de Londres. ¡Oh,no!, ¿cómo llegaré allí?». Sacas elcallejero, enciendes tu GPS, o lo buscasen Google Maps. Lo mismo ocurrecuando te enfrentas a una situación contu hijo. Cuando trabajo con padres,primero discutimos la situación y cuálqueremos que sea el resultado final, asícomo el motivo. Porque si no sabes porqué estás haciendo algo, nunca lollevarás a cabo. Una vez establecidos el

punto de inicio y final, juntos ideamosun plan de acción.

Tú puedes hacer lo mismo. Sérealista y tómate tu tiempo. Si yo tuvieraque lidiar con el sueño, hábitosalimenticios quisquillosos y la retiradadel pañal, el sueño sería lo primero quequerría controlar por la sencilla razónde que, si toda la familia está falta desueño, nadie tiene energías para hacernada más. Una vez vuelvas a controlar elsueño, empezará a comer mejor y,entonces, puedes abordar la retirada delpañal. Si come y duerme de formaregular, quitarle el pañal será más fácilporque puedes ver que los patrones y elentrenamiento para ir al baño van mejor.

Pensar en voz altaTienes que pensar en voz alta —y paso apaso— porque solo puedes hacermalabares con una cantidad limitada depelotas sin que se te caiga una. Cuandose te cae una, el resto va detrás; no soloestás abocado al fracaso, sino queademás estás dificultando el desarrollode tu hijo.

Aviso informativoLos niños tienen una enorme capacidadpara aprender rápidamente. Si lesenseñas algo constantemente, ¡lo

aprenden! Incluso si ya se les hanenseñado malos hábitos, su cerebro y sucomportamiento pueden volver aentrenarse con rapidez. Me gusta pensaren ello como un cambio del cableadoeléctrico, porque a sus cerebros lesresulta más fácil aprender. Muchos devosotros me habéis visto hacerlo una yotra vez.

Idea un plan y llévalo a caboCuando te enfrentas a un problema contu hijo, tómate un momento y analízalo.¿A dónde intentas llegar? ¿Cuál es elprimer paso? ¿Necesitas ayuda adicional

para encontrar el camino? Busca el temaen este libro, idea un plan y comienza allevarlo a cabo. Normalmente, ignorarlosolo empeorará las cosas.

Predica con el ejemplo¿Quién influyó en tu vida cuando estabascreciendo? ¿Hubo alguien que teinspirara entonces y sea el causante dela forma en la que actúas hoy en día?Enseñamos a nuestros hijos a través delas cosas que decimos, pero tambiénaprenden de lo que hacemos. ¿Estáspropiciando un comportamientopositivo?

A ojos de tu hijo, tú lo eres todo.Día sí, día también, tú eres la persona ala que recurre y admira, sobre todoporque aún no ha recibido influencias deningún otro profesor o referente. Eres lapersona en la que se fija para todo,desde los modales en la mesa hastacómo lidiar con las emociones. Aprendede ti.

Como su héroe, predicas con elejemplo —tanto si eres consciente deello como si no—. Eso es estupendopara enseñar un comportamientocorrecto; no obstante,desafortunadamente, los niños tambiéntienden a aprender cosas y maneras dehacer que no son tan buenas. Por

ejemplo, nosotros perdemos los nervios,pero les decimos a nuestros niños que«dejen de tener rabietas». O nos giramosy chillamos: «¡Deja de chillar!».

Lo voy a decir abiertamente:es natural sentirse triste y

enfadado. Las emociones queexperimentas te pertenecen.Pero es la manera en la que manejasesos sentimientos la que marca ladiferencia a la hora de inspirar el bueno mal comportamiento.

Lidiar con la frustración

¿Cómo puedes mostrarle que hay otrasformas de lidiar con el enfado y lafrustración, más allá de los gritos? Nochilles. Si estás enfadado, dile que estásenfadado, pero dile también lo que vas ahacer para sentirte mejor. Si estás muyenfadado y sientes que no puedescontrolar tus emociones, respiraprofundamente y márchate. La técnicadel «Escalón de los traviesos» (quedetallo en el capítulo 5) es para tu hijo ypara ti. Ello te proporciona espacio paracalmar tus emociones y ordenar tuspensamientos, para que no pierdas elcontrol de ti mismo.

Los niños dan amor incondicional.Tienes que tener presente este hecho,

porque los niños te perdonan de unaforma u otra. He trabajado con familiasen las que había innumerablesdificultades que los padres han tenidoque superar. Independientemente de laforma en la que actuaban, sus hijos losquerían incondicionalmente. Ahí existelealtad, pero no habrá confianza si esecomportamiento perdura.

Comparte tus sentimientos,con cuidadoTambién es importante ser consciente delo que dices y de lo que haces, porquelos niños son perceptivos. Ven, oyen y

sienten todo lo que ocurre a sualrededor. Entiendo que hay ocasionesen las que los padres se sientan muyabrumados. A veces intentan proteger asus hijos ocultando sus emociones. Sinembargo, dado que los niños están tanconectados a sus padres, se dan cuentainstintivamente de que algo no está bien.

¿Ha habido alguna ocasión en laque te sentías algo triste y, de la nada, sete ha acercado tu hijo y te ha dado unabrazo, o te ha dado golpecitos en laespalda, igual que tú das golpecitos enla suya? Y piensas: «Lo necesitaba. Hasido precioso». En los últimos diezaños, los investigadores han descubiertouna estructura cerebral llamada

«neurona especular». Estas célulascerebrales especiales reflejan,literalmente, los sentimientos de la genteque hay alrededor. Si estás enfadado, tuhijo lo siente. Siente tu tristeza, tuimpaciencia, tu felicidad y tu alegría.

No digo que sea necesario que tepongas a hablar y le cuentes todo lo quete está pasando. Hay muchas cosas queno es apropiado que los pequeñossepan. Más importante aún, tu hijo nuncadebería sentir que lo que está ocurriendoes problema suyo. Por eso es importantereconocer tus sentimientos, pero tambiénhacerle saber que todo irá bien. Si letranquilizas sin darle explicaciones, tus

emociones pueden dejarle en terrenopoco firme.

Si estás triste, dile a tu hijo:«Mamá está un poco triste

hoy, pero todo se solucionará». Le estásdiciendo que su percepción es correcta—cosa que es importante quecomprenda—, pero que eres más quecapaz de manejar la situación.

La implicación de papáUno de los mayores cambios del ámbitofamiliar de los que he sido testigo a lolargo de los años ha sido el nivel deimplicación de los padres en las vidas

de sus hijos. Ahora que cada vez másmujeres eligen, o tienen que volver altrabajo, ha habido un cambio de roles yde responsabilidades. El padre del sigloXXI está implicado de una manera másactiva en la vida de sus hijos, a diario,así como desde una perspectivaemocional. Creo que esta implicación espositiva para el bienestar de una familia,tanto si es tradicional como si no.Conlleva el éxito para todos losimplicados.

Gestión de la casa

Durante la infancia, las tareas de la casapueden ser un enorme punto de fricción.Una de las primeras cosas que les digo alos padres con los que trabajo es queprioricen lo que de verdad hay quehacer, empleando mi técnica del «Haz,deja, aplaza y delega». Calcula con tupareja —o, si eres padre soltero, crea tupropio programa— cómo distribuir lastareas durante la semana para que no osabrumen.

Prioriza lo importante. ¿Hace faltacambiar las sábanas cada día?Probablemente no. Pero mantener lossuelos limpios puede ser una prioridad,puesto que tu niño jugará sobre ellos, ytendrá cosas desperdigadas por la casa.

La realidad es que no puedes conseguirla perfección en tu casa cuando tienes unniño. No se trata de que vivas en elMuseo del Prado. Tus prioridades tienenque ser distintas cuando tus hijos sonpequeños. El simple hecho de estableceresta simple norma puede aliviar unaenorme cantidad de estrés para padresque sienten que tienen que mantenerlotodo en orden a todas horas.

Si entro en una casa y veoque está impoluta, hace que

me detenga en seco. Un padre quelimpia obsesivamente está,probablemente, muy estresado y estáintentando controlar otra situación. Si

pasas todo tu tiempo limpiando,¿cuándo pasas tiempo con tu hijo? Tucasa puede estar más desordenada delo que te gustaría, pero eso no importaen este momento. Prioriza tu tiempo.

HAZ, DEJA, APLAZA YDELEGAPara evitar sobrecargas, distribuye lastareas que tienes en cuatro categorías ylidia así con ellas:

Haz: lo vas a hacer.Deja: olvídalo directamente.¿De verdad hace falta limpiarel garaje?

Aplaza: espera a másadelante. Puedes clasificarlas fotos en álbumes en otromomento.Delega: déjaselo a tu pareja oa otra persona.

Equilibrar la carga entre losdos

Habrá ocasiones en lasque tú o tu parejasentiréis que cargáiscon demasiado. Estopuede provocarfrustración yresentimiento, y crear tensión en vuestrarelación.

Esto sueleocurrir. Cuandosuceda, os animo a losdos a dar un pasoatrás y a ver quépodéis hacer para

trabajar juntos de manera más eficaz.Ser capaces de apoyaros mutuamente yequilibrar las responsabilidades os

ayuda a manteneros conectados ycuerdos. Si uno de vosotros siente quelas cosas están bien, pero el otro sesiente exhausto y exasperado comoconsecuencia de cuidar de vuestro hijo,surgirán tensiones. Intentar hacerlo todoa la vez —ser padres, llevar la casa ytrabajar— es, sencillamente, demasiadoabrumador. Estaréis tan cansados que notendréis la energía para lidiar convuestro hijo u otras situacionescotidianas que requieren que penséisdeprisa. Peor aún, vuestra paciencia yperspectiva desaparecen. Es entoncescuando debéis preguntaros: «¿Cómopuedo equilibrar esta situación?».

Recuerda: cuando tu parejate da un descanso, asegúrate

de decirle de forma expresa laseguridad que tienes de que puedecuidar a vuestro hijo tan bien como tú.Puede que no haga las cosas de lamisma manera que tú, pero esimportante dejarle intervenir y hacerloa su manera.

Obtener tu propio tiempocon tu hijoAlgunos padres me dicen que equilibrarla carga es difícil cuando el niño soloquiere a papá o a mamá para hacer

cosas concretas. Hay ciertasactividades, como acostarlo, que vuestrohijo encuentra más reconfortante quehaga el progenitor que lo hacenormalmente. No obstante, cuando llegael punto en el que molesta a un miembrode la pareja, no se trata únicamente delas necesidades de vuestro hijo, sino quetambién se trata de las vuestras.Consiste en equilibrarresponsabilidades, así como encompensar los momentos especiales quecada padre quiere tener con su hijo.

Sé que esto es especialmente ciertocon los padres que trabajan, sobre todocuando uno de ellos viaja mucho otrabaja muchas horas por semana.

Cuando vuelves a casa, ¡tu hijo requiereque lo hagas todo! Si no, si mamá estásiempre en casa, tu hijo querrá quemamá, y solo mamá, tome el mando. Esimportante recordar que los niños soncriaturas de costumbres y, dándolesrienda suelta, se asegurarán de repetir lamisma rutina una y otra vez. Pero eso noes necesariamente bueno para ti y paratu pareja. Mamá necesita un descanso, ypapá necesita que le permitan intervenir.Si papá está cansado, es el turno demamá. ¡Y así sucesivamente!

Asegúrate de hablar conanterioridad sobre lo que tú y tu parejaquerríais hacer en estas situaciones,para no caer en la trampa de dejar que

vuestro hijo tome el control del asunto.Por ejemplo, incluso si tu hijo siempreos reclama a uno de los dos a la hora delbaño o para el ritual de acostarse, esimportante darle al otro padre laoportunidad de participar en esasactividades. Los dos necesitáis disfrutarde la experiencia, y vuestro hijo necesitaver que puede disfrutar de laexperiencia con los dos. De lo contrario,uno de los dos se sentirá excluido. Mitécnica «Sal y entra» puede resultar útil.

TÉCNICA «SAL Y ENTRA»

Cuando se presenta la horadel baño o de acostarse, vetea otra parte de la casa, demanera que tu hijo no puedaencontrarte o perseguirte.La primera vez, puederesultar más fácil si temarchas a casa del vecinodurante media hora, o sal adar un paseo. Esto le datiempo a tu pareja de entrar,sabiendo que vuestro hijotendrá que confiar en él o enella.Antes de desaparecer, esimportante explicárselo avuestro hijo: «Papá estáocupado esta noche, así quelo hará mamá».

Tensión en la relaciónTodas las relaciones necesitan trabajopara mantenerse en un punto en el queambos estéis satisfechos. Eso espermanente. Pero siempre habráocasiones en las que vuestra relaciónestará especialmente tensa. Lo másprobable es que se ponga a prueba acada nivel durante los años de lainfancia. Ambos tenéis que estar deacuerdo en todo para poder presentar unfrente unido. Si no lo estáis, tenéis que

hablar sobre cómo resolver vuestrasdiferencias. ¡Y con rapidez!

En el momento en el que vuestrarelación se vuelva tensa —y cuanto másos alarguéis a la hora de resolverlo, mástiempo pasará vuestro hijo en el centrode la situación—, aunque le digas quetodo está bien, él tiene un sexto sentidoque le dice que algo no va bien.Recuerda las neuronas especulares.

Si sientes que ya estáis en esepunto, el primer paso es hablar. Lo peorque podéis hacer es dejar de hablar, yeso es lo que veo que hacen la mayoríade las parejas cuando no tienen lasrespuestas. Tenéis que encontrar tiempopara juntaros y resolverlo. De lo

contrario, la tensión se palpará en elambiente y rodeará a vuestro hijo.Trabajé con una pareja que hacía muchotiempo que no lo tenía en cuenta. Habíanpasado meses castigándose mutuamentey, por consiguiente, tenían un niño quepegaba, daba patadas, se peleaba ychillaba. Se sentaban allí diciendoingenuamente: «No sé por qué secomporta así».

No subestimes el ambienteque creas para tus pequeños.

Los niños imitan lo que ven y lo queoyen, y sienten energía, también lanegativa, igual que todos nosotros.

Solo que no lo verbalizan. Los niñosmuestran cómo se sienten a través de sucomportamiento.

Comunicación y respetoEs importante para tu relación y tupaternidad en general que tucomunicación sea honesta y abierta, demanera que puedas hablar sobre tusdesacuerdos. También es importantereconocer que, cuando ambos hayáisestablecido vuestra opinión, seáisproactivos a la hora de resolver lasituación. Si lo haces en el trabajo

porque tu empleo depende de ello, ¿porqué no lo haces en casa?

Una vez trabajé con padres que sehabían perdido el respeto porqueninguno se sentía escuchado. Seconsumieron a base de, simplemente,sobrevivir y, finalmente, redactaron lospapeles del divorcio. Me dijeron que notenían otra elección. Yo les dije: «No,elegís divorciaros o no divorciaros. ¿Esesta la elección que deseáis hacer?».Comenzaron a hablarse y a abrirse. Porprimera vez, comenzaron a escucharse, ysu relación mejoró.

El primer paso para lacomunicación es escuchar. Sentir que note escuchan o no te apoyan puede

generar una situación muy desoladora.Si sientes que estás solo y no estáistrabajando juntos, es difícil progresar.Cualquier cosa que barráis bajo laalfombra saldrá una y otra vez, hasta quelo resolváis de manera que os hagafelices a ambas partes. Nadie quierellegar al punto en el que el divorcioparece la única opción. Por este motivo,me gustaría sugerir la técnica la «Cajade conversación», para redirigir vuestroenfoque.

LA TÉCNICA DE LA «CAJADE CONVERSACIÓN»

Haz una caja y llénala detarjetas en blanco.Escribid aquello de lo que osgustaría hablar: un tema portarjeta.Pasad media hora cada nocherevisando la caja. Controladel tiempo, para que no estéisdando vueltas a lo mismo unay otra vez.No paséis a la tarjetasiguiente hasta que resolváisla anterior.Al centraros en la preguntade la caja, y no en el otro, esmás fácil perder el miedo a lareacción del otro.

Lo importante es escucharcómo se siente la otrapersona, hablar sobre lasolución y, a continuación,pasar página.

¿Puedo tener algo de tiempopara mí?Tanto si eres el que trabaja como si eresel que se queda en casa con los niños —o, de hecho, haces un poco de ambascosas—, los dos necesitáis un respiro.La cuestión no es quién hace qué, porque

lo cierto es que todo es un desafío. Esmuy fácil verse tan enredado en lastareas cotidianas de sacar adelante a unafamilia que se te olvida que tú tambiéneres una persona. No te sientas egoístapor querer algo de tiempo para ti; nosignifica que hagas caso omiso de tufamilia. Es sano tener tus propiosintereses también. Cuando buscastiempo para hacer cosas por tu cuentaque te gustan, también se enriquecemucho tu rol como padre. ¿Por qué?Porque te sientes más realizado, y hastenido un pequeño respiro de los niños.

No sientas que necesitas gastardinero en actividades caras como ir a unspa o jugar al golf. En ocasiones, tener

el espacio para salir a pasear solo otomarse un baño relajante es lo únicoque hace falta para sentirse lleno deenergía de nuevo. Vivimos en unasociedad en la que hay una admiraciónforzada hacia hacer mucho —sersupermamá o superpapá—. Pero sisientes que estás haciendo malabarescon demasiados platos, a la vez quemontas un elefante, no has comprendidoel concepto. No es lo mucho que hacesen un día, sino el objetivo de lo quehaces y lo que sacas de ello.

Reanimar la noche con unacita

Una joven madre detrillizos me confesó unavez con humor que nopodía recordar la últimavez que había salido a

divertirse con su marido. Por muy raroque pudiera sonar, sabía que aquellajoven madre —en la veintena— sentía elpellizco del equilibrio. Ella y su maridoestaban viviendo las emociones de lapaternidad, pero no estaban conectandopersonalmente. Sus niños teníandieciocho meses, así que estaba claroque aquella joven pareja necesitaba

salir una noche y recuperar su intimidad.Haced del tiempo

a solas una prioridad, sieso es lo que ambosqueréis. Igual que esfácil verse atrapado en las tareascotidianas del cuidado de vuestros hijos,también es fácil olvidarse de nutrirvuestra relación de pareja. Una cita osda tiempo para estar juntos —los dossolos—. Incluso si acabáis hablando delos niños, ¡al menos tendréis unaconversación ininterrumpida! Lo mismoocurre con aquellos que estáis criandohijos solos, sin pareja. Aseguraos dedaros tiempo a vosotros mismos, paraque se lo podáis dar a los vuestros.

Opciones alternativas a loscangurosUna vez trabajé en un vecindario en elque ocho familias habían establecido unsistema de vales para hacer de cangurosentre ellos. Qué gran idea. Si tepreocupa el gasto de un canguro, mira sipuedes intercambiar noches con otrasparejas de tu zona.

Ser padre solo

Tanto si has decidido tener un hijo por tucuenta, estás divorciado y tu antiguapareja no participa, o te has convertidoen un padre soltero temporalmenteporque tu pareja está fuera, en la guerrao en prisión, no hay duda de que serpadre soltero tiene sus retos. Todoreposa sobre tus hombros, y no tienes unapoyo que viva bajo el mismo techo.

No quiero centrarme en lonegativo, porque he conocido muchospadres solteros con éxito, y veo muchagente asumir la responsabilidad deforma estupenda. De hecho, al estarsolo, pronto te das cuenta de laimportancia de las rutinas y de lasprioridades, y coges el ritmo de las

cosas con más rapidez, puesto que notienes a nadie en quién apoyarte. Deforma similar, el hecho de que no hayanadie alrededor que te dé un descansopuede animarte a buscar ayuda y hacerteamigo de gente que pueda ocuparse unpoco de los niños cuando necesites undescanso. Necesitarás algo de ayuda y,definitivamente, la apreciarás cuando laobtengas.

Ser padre solo implica ser tanto elpoli bueno como el poli malo, que puedeser agotador en algunas ocasiones; noobstante, no malgastarás tiempo nienergía discutiendo quién va a hacer qué—¡o cómo!—. La mayoría de los padressolteros desarrollan relaciones

maravillosamente estrechas con sushijos y, pese a que los años de lainfancia pueden resultar un reto paratodos los padres, solteros o no, esposible establecer una comprensióntemprana y emplear vuestra cercaníapara motivar el comportamiento quequieres ver.

En resumidas cuentas, deberíasasumir tu rol como padre, conseguirtanta ayuda como puedas y saber cuándoes el momento de tomarse un descanso.Encuentra la forma de aceptar ofertas deayuda siempre que puedas; no haymotivo para el orgullo cuando un pocode tiempo de descanso puede aliviar elestrés y ayudarte a sentirte más relajado

en tu papel como padre. ¡Puedeshacerlo!

Lidiar con múltiples

En estecapítulo, te heequipado con

lascapacidadesemocionalesque necesitaspara criar a tuhijo, y hemosexploradocómo podéistrabajar juntostu pareja y tú, y tener tiempo a solas.Pero ¿qué ocurre cuando lidias con másde un hijo y todo se duplica, triplica o,incluso, cuadriplica?

Busca ayuda,ayuda, ayuda. Tantosi es ayudaadicional de tu

pareja, tus padres, tu comunidadcercana, como ayuda remunerada —asegúrate de conseguir el apoyo quenecesitas—. Cuidar de múltiples suponemucho trabajo, que requiere unatremenda cantidad de energía de tumochila. Hasta que enseñes a tus hijoslas capacidades vitales básicas: cómovestirse, alimentarse o ir al baño solos,tendrás que hacerlo todo dos, tres yhasta cuatro veces. Anímate. Dado queenseñas estas capacidades varias veces,aprendes rápidamente lo que funciona ylo que no. Las practicas y perfeccionasconstantemente. ¡Míralo como un cursointensivo para padres, en el que obtienesla experiencia para ser el primero de la

clase! Y no olvides ese tiempo preciosopara el «yo» y para el «nosotros».

Para padres de múltiples niños,adoptados, o hermanos conedades cercanasA lo largo del libro, señalaré cuándo ydónde modificar mis sugerencias, enbase a vuestras circunstancias.

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Padres que trabajan

Este tema se ha ganado el derecho a supropio capítulo porque ahora, más quenunca, cada vez más parejas trabajan ycrían niños pequeños. Esto conllevatoda una serie de problemas —por nomencionar emociones—, desdepreocupaciones prácticas sobre el

cuidado de los niños y pasar tiempo contu hijo, a encontrar paz a nivelemocional, a medida que aceptas la ideade que no pasarás con él las 24 horasdel día de los 7 días de la semana. Estecapítulo te ofrece mi ayuda a todos losniveles.

Cambiar las prioridadesCuando tienes hijos, tus prioridadescambian. La fecha en la que vuelves altrabajo, el tipo de trabajo que haces y elnúmero de horas que trabajas seexaminan con lupa. Antes de los hijos,podías tener un plan, pero ahora puede

que lo veas de forma distinta. Puedeque, en el pasado, el trabajo fuera tucentro; no obstante, con niños en casa,puedes sentir que ese ya no es elprincipio y el final de todo. Tu centroson tus pequeños.

Echa un buen vistazo a tu situación.Quizá puedas trabajar a media jornada omenos horas al día. Quizá puedastrabajar de forma flexible, para poderestar cerca durante más horas en las quetu hijo está despierto. También puede serposible hacer recortes, para no tener quetrabajar en absoluto. O la realidadtambién puede ser que tus compromisosimpliquen que tienes que trabajar atiempo completo.

Sea cual sea tu situación,reflexionarlo y aceptar tu decisión escrucial para poder centrarte en tu hijo ylo que necesita para su desarrollo, enlugar de quedarte estancado en la culpaque resulta de la paternidad queconsiente demasiado y en la inquietud.Es una cuestión de equilibrio. Tienesque planear cómo trabajar, conseguirsatisfacer las necesidades de tu hijo, ypasar tiempo juntos como familia. Sepuede hacer; solo requiere creatividad,planificación y estructura.

Una vez trabajé con una pareja muyjoven con hijos pequeños. Tenían unacafetería con un centro de actividadespara niños. Él iba a la cafetería todos

los días y trabajaba muchas horas. Ellase quedaba en casa y se ocupaba de lascuentas del negocio. Los niñosrebotaban entre los dos lugares sin unarutina establecida y con poca interaccióncon sus padres. Les hice intercambiarsus trabajos durante unos días. Aquellono solo les dio un respeto renovado porlo que hacía el otro, sino que les ayudó aponerse de acuerdo en cuanto a lo queera importante para sus hijos. Él vio laimportancia de no dejarlos en lacafetería hasta tarde, puesto que losvolvía irritables cuando no tenían unahora establecida para acostarse.Necesitaban rutinas, reglas y límites, y

disciplina cuando se rompían lasnormas.

También se dieron cuenta de quenecesitaban buscar tiempo para hacercosas juntos como familia. No teníantiempo ni dinero para gastarlos enviajes, así que se volvieron muyimaginativos, y lo pasabanestupendamente jugando juntos en sujardín. Crearon más equilibrio entre eltrabajo y estar juntos, cosa que funcionómuy bien, una vez ordenaron susprioridades.

Como padre que trabaja, tienes queser muy bueno gestionando el tiempo.Tienes que ser capaz de hacer malabarescon cinco pelotas a la vez. Tienes que

ser capaz de darte cuenta de lo que tieneque haber en tu plato, y no ceder alimpulso de seguir llenando ese plato.Tienes que convertirte en un adulto quedice «no» a cosas que se le piden. Y,para hacerlo, tienes que reconocer quées importante para ti —y lo que no lo es—. ¿Es importante tener una casa con unaspecto de revista? ¿O un jardínperfecto? ¿O es importante tener tiempopara divertirte con tu hijo? Aclarar loque te importa te ayudará a saber quépelotas tienes que emplear para hacermalabares.

¿Qué es lo que te importa deverdad?Solo tienes 24 horas al día. Clarifica tusprioridades y sé realista, de manera quepuedas crear un programa acorde. Hablacon tu pareja sobre la clase de vidafamiliar que quieres tener y cómocrearla —a partir de ahora—. Puedeimplicar tener que dejar algunas cosaspara disponer de tiempo para loverdaderamente importante.

La rutina es tu amiga

Concretamente, los padres que trabajansiempre me preguntan cómo gestionar unprograma con un niño. El tiempo con tushijos es valiosísimo, puesto que tenéisuna cantidad de horas limitada cadamañana y cada noche —si las tenéis—.Un programa establecido te da mástiempo con tus hijos. La preparación y laorganización es la mitad de la batalla.

Ayudé a mi vecina, que es unamadre trabajadora con un niño de tresaños y otro de seis. Cada noche, llegabaa casa, abría su frigorífico e intentabadecidir qué preparar para sus hijos.Solo intentar decidir aquello le costabamedia hora, cosa que provocabairritabilidad en toda la casa. La ayudé a

establecer un menú para toda la semana.Ahora, los sábados se sienta, mira supresupuesto, revisa sus libros de cocinay decide un plan para la semana. Hace lalista y después se va al supermercado.Si sabe que va a ser una semana dura enel trabajo, incluso cocina una o doscomidas el domingo, y las congela. Esrentable, saludable y casero —riquísimo.

Tener un programa también ayuda alos niños a aprender que, aunque mamáy papá se vayan a trabajar, cuandovuelven a casa, es tiempo familiar. Losniños no entienden el concepto deltrabajo, pero pueden entender que suspadres van a un lugar que llaman

trabajo. Y cuando vienen a casa, estánjuntos. No puedo insistir lo suficiente enla importancia de la rutina en vuestrasvidas, así que, como primera prioridad,tenéis que crear una en la que podáisvivir todos (véase el capítulo 11).

Culpa y madres quetrabajan

La mayoríade lasmadrestrabajadorascon las quehablo dicenlo mismo —no importacuál sea sutrabajo,todas se sienten culpables—. Se sientenculpables porque sienten que se estánperdiendo experiencias clave de lasvidas de sus hijos. Las mujeres queeligen trabajar pueden no sentir lamisma carga, porque han tomadoconscientemente la decisión de hacerlo;

no obstante, las mujeres que tienen quetrabajar y preferirían estar en casa lopasan peor porque sienten que no tienenotra opción.

Si te sientes identificada con esto,piensa en lo que tu trabajo hace por tufamilia. ¿Pone pan sobre la mesa ymantiene el techo sobre vuestrascabezas? Aceptar vuestrascircunstancias libera tu energía paracentrarte en tus obligaciones en tu lugarde trabajo, y en los niños en casa.Tienes que llegar a un punto deaceptación para comenzar a sentirtemejor sobre tus circunstancias.Naturalmente, habrá ocasiones en lasque te sientas defraudada, pero volver a

centrarte en el tiempo que podéis pasarjuntos te ayudará a equilibrarlo.

Algunas cosas son un hecho: no vasa estar ahí durante las horas laborablesy, ahora mismo, no puedes cambiar eso.No significa que las circunstancias novayan a cambiar, pero las cosas son asípor el momento. Encontrar la manera deaceptarlo es lo que te permitiráexperimentar menos culpa. Encontrarmás armonía y disfrutar del tiempo quetienes con tus pequeños te permitedisfrutar de tu rol como padre. Teneresas experiencias divertidas hace muchoa la hora de ayudarte a encontrar elequilibrio que necesitas para ser un buenpadre.

También tienes que aprender adejar de hacer algunas cosas. Algo quepara muchos padres que trabajan puederesultar grave es no estar cerca cuandosus hijos están enfermos. Sienten quedeberían estar cuidándolos si no seencuentran bien. Una vez más, se trata dereconocer la realidad de la vida yaceptarla. Puedes sentir que se te parteel corazón, pero también te tienes quedar cuenta de que tu empleo os permitemanteneros a flote, y eso también esimportante.

Las madres se preocupan: «¿Leperjudico al no estar con él durante suinfancia?». De verdad pienso que,mientras que la persona que lo cuida sea

receptiva y satisfaga las necesidades detu hijo a todos los niveles, no hayperjuicio. Lo sé a ciencia cierta, graciasa mis años como niñera y a los años quehe pasado trabajando con mujeresprofesionales que viajaban mucho.

Concretamente, los padres secuestionan si las dos horas al día quepasan con su hijo durante la semana, ylas 24 horas del día que tienen parapasar con él durante el fin de semana,son suficientes durante la infancia. Locierto es que, si ese es todo el tiempoque tienes, es suficiente —siempre ycuando obtenga tu atención cuando estásen casa—. Te tiene a ti y lo que túaportas a tu papel como padre —tus

valores, tu humor, tu afecto—. Tienesque crecer realizando ese papel ysentirte cómodo con él. Y creo que sololo aceptas haciéndolo y viendo que tuhijo está bien.

Más allá de la culpa

En lugar de centrarte en todo eltiempo que no estás, pregúntate:«¿Cuáles son las pequeñas cosasque podría hacer cuando estoy encasa y con las que me sentiríabien haciéndolas?».¿Qué le gusta a tu hijo ahoramismo, y cómo puedes disfrutar

de ello con él? ¿Dinosaurios?Saca unos cuantos libros sobredinosaurios de la biblioteca yhaced una excursión al museo elfin de semana. ¿La cocina?Consigue un libro de cocinamadre e hija e intenta una recetael sábado o el domingo.Pon límites sobre tu tiempo encasa: limita las llamadas detrabajo, los mensajes y loscorreos electrónicos —exceptoen emergencias o después de lahora de acostarse.Maximiza el tiempo juntos losfines de semana.

Haz excepciones a la hora deacostarse en días concretos —como los viernes o los sábadospor la noche— retrasándolamedia hora, para que podáispasar más tiempo juntos. Pero note acostumbres a hacerlo todoslos días. Ya sabes cómo es tuhijo cuando no duerme losuficiente. Si lo sopesas, nomerece la pena.¿Puedes conseguir horas librescuando tu hijo está enfermo?Ocuparte de tu hijo cuando estáenfermo puede hacerte sentir queestás ahí en los momentos másimportantes.

Un niño es un niñoA medida que surgen problemas con tuhijo —como el trastorno de ansiedadpor separación, las rabietas y forzar loslímites—, es importante recordarte quetodos los niños están pasando por lomismo. No es porque tú no estás duranteel día. No es porque estás trabajando. Esporque es un niño, y esos son losproblemas durante la infancia. Comopadre que trabaja, es muy importantedarte cuenta de que, cuando tu hijo pasapor estas cosas, hay un niño con unamadre que se queda en casa que está

pasando por lo mismo en este instantetambién.

Es muy importante tener esto encuenta, o el dolor de la culpa puedellevarte a buscar excusas para sucumbirante el comportamiento negativo —como no disciplinar a tu hijo, oconsentirlo con juguetes—. En estascircunstancias, ser un padre que trabajase convierte en una excusa: «Hago loque hago porque me siento culpable». Site suena, es un buen momento paramirarte en el espejo. Si tienes quetrabajar, tienes que trabajar. Pero ¿quéclase de padre vas a ser cuando estás encasa?

El problema más grande con el queme suelo encontrar con los padres quetrabajan es intentar sustituir el tiempocon cosas materiales. Las cosas nopueden sustituir el tiempo —paraeducar, cuidar y conectaremocionalmente—. ¿Qué te sustituye ati? No debería haber nada que tesustituya, además de un cuidador muycompetente que es capaz de satisfacerlas necesidades de tu hijo mientras estásen el trabajo. Solo hay un tú, y eso es loque necesita tu hijo —a ti—. Esta mamáy este papá.

Solo tú sabes el motivo por el quele estás dando un juguete a tu hijo comoregalo. ¿Es porque estabas en un lugar

nuevo y has visto algo estupendo, oporque te sientes mal por estar fuera?¿Sabes cómo distinguirlo? Si traes algocada vez que te vas. Si sabes en el fondode tu corazón que lo que estás haciendono es aceptable, pero buscas excusaspara permitirlo porque trabajas,entonces sabes que tienes que cambiar.

Ocurre lo mismo cuando se trata deno establecer las normas, los límites y ladisciplina apropiados. Si sabes, en elfondo, que no le estás dando a tu hijo laestructura que necesita, lee el capítulosobre la disciplina y empieza a sercoherente con las normas (véase elcapítulo 5).

Problemas en el retornoHay una circunstancia especial con laque se encuentran los padres quetrabajan, y que otros padres no sufren:mal comportamiento en el instante queentras por la puerta, para obtener tuatención. Ese es el mayor problema quehe visto. Todo el mundo quiere ver a suhijo corriendo hacia la puertaentusiasmado cuando llegan a casa.Porque es así como te sientes tú también—entusiasmado de estar con él—. Peroentonces te da la espalda —o peor—.Los padres que trabajan dicen que sesienten casi como si su hijo los castigara

por haber estado en el trabajo todo eldía.

Por supuesto que te sientes malcuando tu pequeño te trata así. Pero sipides perdón por trabajar y apaciguasese comportamiento, solo vas aconseguir problemas constantes. Lo quefunciona es ser tú mismo, atenerte a lasnormas y dejar que tu hijo encuentre suequilibrio contigo.

Siéntate en el sueloUna de las mejores cosas que puedeshacer para facilitar el retorno yreconectar con tu hijo es sentarte en elsuelo y hacer algo que él quiera hacer.

Puede que solo quiera subirse encima deti y eso también está bien. He visto amuchas mamás volver del trabajo, dejarsus bolsas, tirarse al suelo de la sala ydejar que los niños trepen sobre ellas.Es un momento para besarse, abrazarsey preguntar «¿Qué has hecho hoy?»,antes de preparar la cena, hacer laúltima llamada de trabajo o comprobartus mensajes.

Si has tenido problemas demal comportamiento al

entrar por la puerta, proporcionar tuatención exclusiva al instante puedeayudar, sobre todo, si lo haces de formadivertida.

Mantente conectadoSi estás fuera, mantente conectado. Hazuna videollamada o llama —quizá en undescanso para comer o cenar—.Averigua qué han estado haciendo. ¿Porqué? Porque te ayudará. ¡Tus hijos estánbien! Están ahí fuera jugando. Estánpasando el día. En todos mis años deniñera, nunca he visto un niño de cuatroaños que me diga: «Jo Jo, me preguntosi mamá estará bien mientras está en esareunión». Tus hijos están bien. Esimportante mantenerte conectado, por ti,para que te sientas cómodo sabiendo que

están bien. ¿Puedes venir a casa a lahora de comer y ver a tu hijo durante 30minutos? ¡Estupendo! Si no, llama. Tupaz mental es importante.

Tiempo de calidadA menudo les digo a las mamás que, sipuedes proporcionar atención constantey exclusiva durante tan solo 30 minutos,es mejor que hacerlo aleatoriamente ydarle un minuto ahora y más de doshoras después. Eso es a lo que nosreferimos cuando hablamos de «tiempode calidad». Cuando empleamos lapalabra «calidad», estamos diciendoque es satisfactorio. Sentimos que los

dos hemos disfrutado ese tiempo. Notiene que llenarse con algo muy activo.Puedo tener tiempo de calidad con mihijo sin hacer nada, solo estando con él.La clave es nuestra atención exclusiva.

Para hacer esto, tienes queaprender cómo estar en ese momento —concentrarte en disfrutar en este espacio,ahora mismo—, en lugar de pensar en loque vas a hacer mañana o dentro de unahora. No creo que puedas evitar quesurjan esos pensamientos, pero, cuandolo hagan, puedes darte cuenta y decirte:«Déjame concentrarme en el presente».

Encontrar el cuidadoinfantil adecuadoNaturalmente, una de las formas másútiles de lidiar con tus sentimientosrespecto a trabajar es encontrar el mejorcuidado infantil para ti y para tu familia.Puedes emplear un familiar, contratar auna niñera o cuidador, o encontrar ungrupo de juegos, preescolar o guarderíainfantil. Cuando sabes que lasnecesidades de tu hijo están cubiertas atodos los niveles, es más fácil tener pazmental.

He aquí algunos factores paraconsiderar:

¿Necesitas cuidado a tiempocompleto o parcial?¿Quieres que cuiden a tu hijo entu casa o en otro lugar?¿Te gustaría que estuviera solo,con otro niño o en un grupo?¿Cuál es tu presupuesto?

Tus respuestas a estas preguntasdeterminarán qué opción se adecúa a tusituación. He aquí mis ideas sobre lasopciones típicas, adaptadas de Ya eresmamá: la guía útil para el primer añode tu hijo. Para ayudar a tu hijo en latransición a una de estas opciones, echaun vistazo a mi sugerencia de «Bolsa desorpresas».

UNA PEQUEÑA AYUDA PARAENCONTRARAL CUIDADOR ADECUADOUna vez sabes la clase de situación quedeseas, un buen lugar para empezar abuscar a la persona o el espacioadecuado es a través de empresasespecializadas en servicios domésticos.

Familiares como cuidadoresPuedes encontrarte en una situación en laque tus padres u otros parientes cuidande tu hijo durante todo o parte del día.

Huelga decir que tenéis que estar tan deacuerdo como sea posible en lo que serefiere a disciplina, alimentación, sueñoy, básicamente, todos los aspectosrelacionados con el cuidado y la crianzade tu hijo. Esto es especialmenteimportante si todos vivís bajo el mismotecho.

Es verdaderamente crucial quetengas estas conversaciones, porquecuidar de un nieto, por ejemplo, no le daal abuelo la licencia de hacer las cosasa su manera e ignorar tu forma deeducar. Asegúrate de ser claro en cuantoa cómo esperas que se ocupe de tu hijo.Toda relación que poseas con la personaque cuida de tus hijos ha de ser una de

las mejores que tengas. Después detodo, está cuidando de tu hijo. Emplea latécnica de la «Caja de conversación» sinecesitas ayuda.

Una familia con la que trabajé erael clásico ejemplo en el que los padres yel cuidador no están de acuerdo. Lacuidadora era una tía que sentía que,dado que cuidaba gratis de sus sobrinasdurante todo el día, tenía derecho acrear las normas y no apoyar las ideasde su hermana (la mamá). No solo eramuy confuso para los niños, sino quetambién resultaba increíblemente difícilpara la mamá, porque pasaba menostiempo con sus hijos que su hermana.

Ayudé a la madre a entender que lapersona que decide las expectativas ylas normas siempre debería ser elprogenitor, mientras que el cuidadordebería apoyar siempre esasexpectativas. Eso es crucial para elbienestar de los niños. Eso no significaque el cuidador nunca tenga laoportunidad de sugerir algo —de hecho,puede tener la experiencia que lospadres no tienen—. No obstante, al finaldel día, su trabajo es apoyar al padre.Estos problemas suelen surgir más confamiliares, porque si un cuidadorcontratado no está haciendo lo quequieres, puedes buscar a otra persona.

En esta situación, la madrefinalmente decidió que, pese a susintentos de comunicarle sus normas, suhermana no estaba dispuesta arespetarlas. Así que se organizó paratrabajar a tiempo parcial, para poderreafirmar su forma de hacer las cosascon sus hijos.

Si, al igual que esta madre, estásteniendo problemas con un familiar quecuida a tus hijos, probablemente hayauna falta de respeto en la relaciónadulta. Las relaciones nunca deberíanconsistir en ganar y en tener el control,sino en el respeto mutuo y en elcompromiso —el respeto mutuo a lahora de comprender lo que es importante

para el bienestar del niño implicado—.En el caso arriba mencionado, aquello,sencillamente, no ocurría, así que lamadre tuvo que buscar una solucióndistinta.

Por otra parte, asegúrate de que note estás aprovechando de tu familiar.¡No lo agotes! Sé claro en cuanto a lashoras que está haciendo. Solo porque sehaya presentado voluntario para ayudarno lo des por hecho. Muestra un poco deagradecimiento. No estaría mal volvercon una pequeña tarjeta o regalo parademostrar lo agradecido que estás.Piensa en formas de ayudarle, igual queesa persona te ayuda a ti.

Niñera o niñera compartidaSi puedes permitírtelo, no hay nadamejor que el cuidado casero de unaniñera. Vamos, ¿qué esperabas quedijera? Las niñeras tienen experienciaen dar a los niños el 100 % de lo quenecesitan, incluyendo actividadesestimuladoras, así como en cuidar lasnecesidades de otros niños. Te sugieroque busques una niñera que tenga elcertificado de primeros auxiliospediátricos de 12 horas.

Algunas personas con un niñoencuentran una familia con otro niño ycomparten una niñera. En cualquiercaso, es fundamental encontrar una

niñera experimentada. Siempre digo:«Recibes lo que pagas». No seasmezquino en lo que a tus hijos se refiere.Las finanzas del servicio doméstico aúnparecen ser conversación de sobremesa.No estás en un mercadillo, regateandopor un bolso de piel. Se trata de tushijos, y tienes que sentirtecompletamente seguro sobre laselecciones que haces.

Hay dos formas de encontraruna niñera estupenda: el

boca a boca y agencias respetables deniñeras. Hay dos clases de niñeras: lasque están formalmente entrenadas ytienen certificados, y aquellas que han

tenido una enorme experiencia decampo. Es cuestión de elecciónpersonal, pero, en cualquier caso,asegúrate de revisar todas lasexperiencias.

Al entrevistar a una niñera, tienesque prestar atención a la forma en la queinteractúa con tu hijo, pero también esimportante que tú te sientas bien conella. Necesitas una niñera que puedahacer lo que haga falta, pero tambiéntenga una buena relación contigo. Poreste motivo, siempre es importante tenermás de una entrevista —asegúrate deque ambos cuajáis.

Cualquier persona que entre en tuvida para pasar 8 horas al día (o más)con tu hijo debería ser capaz deresponder unas cuantas preguntas a tugusto. Esas preguntas incluyen:

¿Cuál es su experiencia conniños?¿Cuál es su opinión en cuanto anutrición? ¿Cocina? ¿Cuál es suplato favorito?¿Se considera sociable? ¿Cuálesson sus aficiones?¿Estaría interesada en reunirsecon otras niñeras y mamás paraque tu hijo pase tiempo con otrosniños?

¿Es su horario flexible? ¿Puedehacer de canguro en ocasionespuntuales?¿Cuáles son sus virtudes?¿Es puntual?¿Le ha tocado cuidar de más deun niño a la vez?¿Le gusta viajar, y estaría abiertaa la posibilidad de ir devacaciones contigo si tú quieres?¿Qué opiniones tiene en cuanto adisciplina?¿Es este un trabajo a corto o alargo plazo para ella?¿Qué religión practica (si lohace), y cómo se adapta a la tuyay a su trabajo como niñera?

Si se trata de una niñeracompartida, ¿te puede dar unejemplo verbal de lo que seríauna rutina diaria?¿Qué es lo que más le gusta delos años de la infancia?¿Hay algo más que le gustaríacompartir?

En última instancia, estás buscandoa alguien a quien puedas dar labienvenida como parte de tu familia,porque esta es una situaciónincreíblemente importante e íntima. Hetenido relaciones maravillosas con lasfamilias con las que he trabajado, y

mantengo el contacto incluso ahora, 20años después. Confía en tu instinto.

Sé claro en cuanto a las normas.¿La vas a poner a prueba durante tresmeses? ¿Le pagarás mensual osemanalmente? ¿Es necesario firmar unacláusula de confidencialidad? Sé clarosobre sus derechos de vacaciones yotros extras. Recuerda, estás contratandouna niñera por las razones por las queella hace su trabajo, no por lo que puedesacar. Intenta poner todos los temassobre la mesa con antelación. Redactaun contrato que incluya las necesidadesdel niño y lo que esperas, para que nohaya sorpresas más adelante. Si usas unaagencia, se ocuparán de estos

procedimientos legales. No obstante,habrá una cuota de entrada y un mes delsalario de la niñera.

Con un poco de suerte, el resto eshistoria. Con su experiencia y apoyo, ytus instrucciones y voluntad paraaprender, todo el mundo gana.

Centro de día o guarderíaSi estás considerando esta opción,examina todos los centros de día oguarderías que haya cerca de tu casa ode tu trabajo. Verifica la ratio de niñospor profesor. Asegúrate de que estánautorizados para que todos los temasrelacionados con la seguridad estén

controlados. ¿Están las cosas limpias ybonitas? ¿Es un ambiente feliz ycolorido? No quieres un ambientesobrio y gris. ¿Parecen felices el restode los niños? Quieres sentirte bienllevando a tu hijo allí y saber que va aser feliz. Pide referencias a otrospadres.

Sin duda alguna, habrá una rutinaque podrás ver en marcha, pero averigualo básico:

¿Pones tú la comida o la ponenellos?¿Cuáles son las edades de losniños?

¿Qué actividades realizan?¿Ofrecen un equilibrio deactividades estimulantes yjuegos, manualidades ymomentos tranquilos?¿Qué juguetes educativos haydisponibles?¿Cuál es la filosofía educativadel director? ¿Se ve una buenacomunicación entre la gente quetrabaja allí? ¿Cómo secomunicarán contigo sobre loque ha ocurrido con tu hijo esedía?¿Tiene tu hijo que poder ir soloal baño para ser admitido?

Al final, igual que cuando entras enuna casa en la que te sientesestupendamente y sabes que quieresvivir en ella, querrás experimentar un«sentimiento» cuando entres en unaguardería. Querrás saber que es laadecuada para tu hijo. Por ese motivo,recomendaría siempre una visitainesperada —no solo el día de «puertasabiertas»—, para que puedas verla enmarcha cuando no esperan visitantes.

Ten en cuenta que, en cualquiercentro de cuidado comunal de niños,cuando un niño coge un resfriado u otrovirus, todos lo cogen. Y, generalmente,no puedes llevar a un niño enfermo a uncentro de día o guardería. Por lo tanto,

tendrás que quedarte en casa para cuidarde él. A menudo, los padres primerizosno se lo esperan, pero es una realidadinevitable.

LA TÉCNICA DE LA«ENTREGA»Tanto si contratas una canguro, uncuidador, una guardería o un centro dedía, creo firmemente que siempre tieneque haber una comunicación sólidaentre tu cuidador y tú. Podéis hablar,llevar un cuaderno o rellenar unformulario, lo que os resulte mássencillo. Es así como transmitesinformación sobre tu hijo que la otra

persona podría necesitar saber —porejemplo, no ha comido y se ha sentidomal durante toda la mañana, anoche seacostó tarde y está un poco irritable,está disgustado por no haber visto a supapá esta mañana—. Merece la penamencionar cualquier cosa que afecte albienestar y a la salud de tu hijo.

Lo llamo la técnica de la «Entrega».Ayuda con la transición porque lapersona que entra coge el ritmo conrapidez y tiene una mejor idea de cómointeractuar con tu hijo. Os pone a losdos en el mismo punto, y es ahí dondedebéis estar.

Cuidador

Otra opción es un cuidador, quenormalmente suele ser una mujer.Asegúrate de que tiene una mínimaexperiencia, pues vas a confiarle a tupequeño durante mucho tiempo.Confirma que tiene conocimientos yrecursos suficientes para cuidar a tu hijoy también ciertas estrategias educativaspara jugar con él y ayudarle a aprender.En otras palabras, quieres estar segurode que ella y su casa están equipadaspara cubrir con seguridad lasnecesidades de los niños a su cuidado.

Tal y como harías con tu centro dedía o guardería, pregunta:

¿Qué hace exactamente con losniños durante todo el día? ¿Hayalgún horario o rutina?¿Puedo recibir un diario de loque mi hijo hace cada semanapara observar sus progresos?¿Pongo yo la comida o la poneella?¿Abre durante las vacaciones otendré que buscar ayudaalternativa? ¿Cuál es su políticaen cuanto a enfermedad?¿Cuántos niños cuida durante eldía? ¿A qué horas? ¿Qué edadestienen? ¿Qué dice la ley sobreeso? ¿Cuántos niños estáautorizada a tener? Debería

conocer las leyes y hacerreferencia a ellas.¿Qué experiencia y formacióntienen ella y sus ayudantes?¿Cuánto tiempo hace queinspeccionaron su hogar porúltima vez?

Asegúrate de observar tambiéncómo es como persona. Al igual que conuna niñera, la personalidad esimportante, y una buena relación entrevosotros es fundamental. Como padre,tienes todo el derecho a hacer tantaspreguntas como quieras, sean las quesean. Ningún cuidador debería sentirseofendido. La mayoría de los padres me

dicen que utilizan su instinto, así que sios sentís bien...

LA BOLSA DE SORPRESASUna forma estupenda de fomentar unabuena transición es crear una bolsa desorpresas.

Esto es lo que tienes que hacer:

Consigue una bolsa desorpresas y llénala conpequeños juguetesapropiados para su edad, yque tu hijo adora. La bolsavive en casa de la abuela (o elcuidador, etc.), y cada vez que

tu hijo va allí, obtiene subolsa de sorpresas.Esto resulta especialmenteútil porque le permite a tuhijo jugar con sus juguetesconocidos en lo que, tal vez,es un ambiente desconocido.¡Es particularmente buenopara los niños de dos y tresaños!

Otros problemasrelacionados con loscuidadores

Hay muchos problemas posibles quepueden surgir durante los próximosaños, y resulta una buena idea estarpreparado para ellos. Tenerlos en cuentapuede facilitar mucho la búsqueda desoluciones.

Sentirte celoso de tu cuidadorNo puedo ni contar cuántas madrestrabajadoras me han preguntado cómolidiar con los celos que sienten al verque otra persona se divierte con su hijo.Es completamente natural sentirsefrustrado al ver que tienes que pasarmuchas horas trabajando, y el cuidadorse queda con lo bueno. No obstante, no

es un estado de ánimo saludable. Si tesientes así, es importante que tengas unaconversación contigo mismo. En primerlugar, los celos y la envidia son doscosas distintas. ¿Estás celoso de que tuhijo se esté acercando a otra persona?¿Te hace sentir insignificante en la vidade tu hijo? En ese caso, es importanteidentificar lo que tú eres en la vida de tuhijo y reconocer que eso no puedesustituirse. ¿O tienes envidia del tiempoque tu cuidador pasa con tu hijo? Esopuede hacerte ver la importancia debuscar más maneras de disfrutar eltiempo que sí tenéis juntos.

Sentir celos o envidia no creará unbuen ambiente de trabajo para ningún

cuidador a cargo de tu hijo. En lugar decentrarte en el cuidador, trabaja parabuscar tu plenitud y hacer lo necesariocon tu hijo; tienes que adaptarte a larealidad de la situación en la que teencuentras ahora. También se trata decómo piensas. Agradece tener a alguienque cuide de tu hijo mientras estás en tuscircunstancias actuales. Mira lopositivo, si no, te volverás loco.

Disciplina incoherenteOtro problema que oigo a menudo es:«Mi hijo se comporta bien con elcuidador, pero no conmigo». Si este estu caso, ¡ahí hay un mensaje! En primer

lugar, presta atención a lo que hace tucuidador —y cómo—. Puede habermucho que aprender de alguien que tieneexperiencia en el trabajo de lidiar conniños y, lo más importante, tu hijoresponderá mejor si recibe el mismomensaje tanto en casa como con sucuidador.

A continuación, hazte cargo de lasituación y ponte en marcha. Puede quedescubras que permites a tu hijo salirsecon la suya porque no estás siemprecerca. Piensas: «Tengo un par de horascon él. La disciplina es lo último que meapetece». Pero la realidad es que, amenos que crees normas y límites, y teciñas a ellos con disciplina, no le estás

dando a tu hijo lo que más necesita. Ladisciplina constante lo hace sentirseguro, y su comportamiento mejoraráenormemente. Eso hace que tu tiempocon él sea muchísimo mejor.

La elección es tuyaPuede que no tengas más opción que lade trabajar a tiempo completo mientrastu hijo es pequeño —y eso es duro—.Pero aún puedes elegir sacar el máximoprovecho del tiempo que tienes. Puedeselegir cómo te levantas y cómo teenfrentas a las cosas —cómo llevas tudía y lo que haces cuando llegas a casa

—. Puede que te encuentres en unascircunstancias concretas, pero aúnpuedes centrarte en las elecciones quepuedes hacer y en las situaciones quepuedes controlar. Si decides no hacerlo,entonces eliges no hacer nada alrespecto. Espero que este capítulo tehaya dado cierta perspectiva en cuanto abuenas elecciones, y algunos consejosen cuanto a lo que puedes controlar. Elresto del libro tiene un montón deconsejos y técnicas que te ayudarántambién. Sé que puedes hacerlo.

3

Tu personita

En algún momento después de su primercumpleaños y después de empezar acaminar, te darás cuenta de que tu hijoya no es un bebé —sobre todo, quizá,¡porque los bebés no tienen berrinches!

—. Tal vez lloraba un poco cuando eraun bebé, pero no así. Le dices a tu hijoque no puede tener lo que sea que quierey, de repente, está tirado en el suelopataleando —y te parece que tiene lospulmones de Pavarotti—. Entoncespiensas: «Tienes que estar de broma»,intentando convencerte de que no es tuhijo. Pero lo cierto es que ver la primerarabieta de sus hijos puede resultaraterrador para algunos padres. He vistoa los padres reaccionar de todas lasmaneras, desde querer dejar a su hijo enel suelo a temblar de vergüenza.

Pero las señales de la infancia noson todas aterradoras. ¿Qué hay decuando hace algo, como poner una

mueca que te hace reír? Se da cuenta deque te está haciendo reír, y lo hace denuevo. Entiende el humor por primeravez. Qué gran momento. Entonces lleganlas sonoras carcajadas... ¡contagiosas!Durante estos cuatro años, tu hijoflorecerá hasta convertirse en su propiopequeño ser independiente. Ya haaprendido a caminar (eso es lo que leconvierte en un niño, ya no es un bebé),y está aprendiendo a hablar. Durante lospróximos años, dejará el pañal,aprenderá a vestirse, interactuará conotros niños, sostendrá un lápiz ydibujará, chutará una pelota... y la listasigue.

Este capítulo explora las fases dedesarrollo por las que pasará tu hijodurante los próximos cuatro años, eincluye mis ideas en cuanto altemperamento, las diferencias de géneroy la importancia de enseñar habilidadesvitales durante esta fase de la vida de tuhijo. Al final del capítulo, podrásencontrar un cuadro de objetivos para eldesarrollo para emplear comoreferencia.

El desarrollo de tu hijodepende de ti

Cuando piensas en el desarrollo de tuhijo, tómate un momento para valorar elenorme impacto que tienes en tu hijo. Elcerebro es un órgano increíblementecomplejo, dividido en muchas partesque tienen que funcionar bien juntas. Losneurólogos dicen que el cerebro de tuhijo se conecta a través de la relacióncon tu hijo y de las experiencias a lasque le expones. En otras palabras,moldeas el cerebro de tu hijo.

La interacción crea laconexión para que tu hijo

aprenda y se desarrolle emocional,física y mentalmente, sobre todo,durante estos años cruciales: de uno a

cuatro.

Esta interacción es tan importanteque es muy palpable descubrir en quécasas no se ha producido o no ha habidola suficiente —por ejemplo, cuandollego a una casa con un niño de dos añosy medio o tres, y su habla está conretraso—. Este niño y sus padres no hanjugado lo suficiente juntos, y sus padresno le han hablado lo suficiente. Sinquerer, estos padres han detenido laconexión de algo en el cerebro de suhijo. Es casi como si el cerebro fuera lacabeza de una cerilla, y no se enciende

si un padre o cuidador no pasa muchotiempo interactuando con el niño.

Esto se puede ver a menudo enfamilias grandes, cuando los padrespasan tanto tiempo manteniendo la casaen pie que su hijo no obtiene la atenciónindividual que necesita para encenderesas chispas. No importa el tamaño de tufamilia, tienes que comprender que lainvestigación muestra que la clave paraun desarrollo infantil sano es la cantidadde tiempo que los niños pasan conadultos afectuosos, divirtiéndose yaprendiendo experiencias.

Las tareas de la infanciaAdemás de ser laépoca en la que tienelugar buena parte dela conexión cerebral,la primera infanciaconsiste en losiguiente:

Buscar la

independencia, a pesar de serfísicamente incapaz de hacertodo lo que quiere hacer.Aprender a regular emociones y,especialmente, las negativas (por

eso es tan importante ladisciplina en esta etapa).Aprender habilidades vitales através del juego y la repetición.

Tu trabajo es proporcionar lasexperiencias y las rutinas para fomentarun desarrollo sano, y por eso necesitastener tu mochila de la paternidad llenade seguridad, paciencia, disciplina,perseverancia, energía, compromiso,previsión, perspectiva y humor. Porquepuede resultar monótono decir lo mismouna y otra vez, hasta que te cansas de oírtu propia voz —o jugar a Serpientes yEscaleras una y otra vez, o decir «no»una y otra vez—. No obstante, cuando te

das cuenta de que, a través de larepetición, estás ayudando a tu hijo adesarrollarse a un ritmo sano, se vuelvemás fácil soportar la misma rutinaimplacable, porque entiendes por qué esnecesario.

Comprender eltemperamento de tu hijoLos temperamentos de los niños varían.Algunos son más activos, otros son másreticentes. Algunos son tranquilos, otrosdescarados, y otros más miedosos.Algunos tienen problemas con el cambioy son propensos al estrés, y otros adoran

la novedad. Algunos son más tercos,otros están más dispuestos a hacer loque tú quieres. Hay un estudio de laUniversidad de Harvard que seguía lapista de las personas desde sunacimiento hasta la edad adulta.Revelaba que el temperamento de cadapersona se veía desde el inicioconectado directamente en el cerebro yen el sistema nervioso autónomo. Lasmatronas con las que trabajo nonecesitan de científicos que les diganesto. Ellas dicen que puedes ver eltemperamento de un niño desde elinstante en el que nace.

Los padres de varios niños son, amenudo, conscientes de lo distintos que

son unos de otros. Pero ¿cuántas vecesse sorprenden los padres cuando susegundo hijo es distinto del primero?¿Por qué esperas que sea igual? Puedeque tengan el mismo ADN, pero, desdeluego, tienen distintos temperamentos,puesto que aparece la particular mezclade genes de mamá y papá.

Un enfoque individual¿Qué clase de temperamento tiene tuhijo? Es importante tener en cuenta cadauna de las distintas soluciones quesugiero para cada situación con la quenos encontramos durante la primerainfancia. Comprender el temperamento

de tu hijo te ayudará a saber cuándopisar el pedal y cuándo soltarlo. Has desaber que todos los niños tendrán algunapataleta, por ejemplo. Algunos niños seceñirán a las normas con el primeraviso, otros te probarán una y otra vez.Adapta tu respuesta al temperamento detu hijo.

El temperamento también puedeafectar al desarrollo, con niños másosados que buscan caminar y treparantes, por ejemplo. Por eso verás quedoy amplios rangos de edad para losdiversos comportamientos. Dado que eltemperamento es innato, es tu trabajoentender y apoyar el que tenga tu hijo, enlugar de intentar convertirlo en otra

persona. Esto no quiere decir que noanimes a un niño tímido a interactuar,por ejemplo; sencillamente, requierereconocer que probablemente necesitarámás ayuda en un nuevo ambiente que unniño más extrovertido.

Si, por ejemplo, tu hijo tieneproblemas con las nuevas situaciones,querrás tomarte más tiempo paraayudarle a sentirse cómodo con suentorno y ofrecerle ayuda: «Vamosjuntos a decir hola». O quizá tienes unniño que se retrae cuando hace algo maly se vuelve terco a la hora derestablecer el diálogo. Puede que tengasque ayudarle diciéndole algo como«¿Puedes ayudarme en la cocina?», de

manera que vea que le estás invitando aentrar de nuevo.

El vínculo genéticoEl temperamento es esencialmentegenético, así que puede que te veasreflejado en esa personita —cosa quepuede ser dolorosa y divertida—. Sitienes un temperamento más terco, puedeque te enfrentes a un niño igualmentefuerte. O, si vacilas, puede que tu hijotambién. ¿Recuerdas cuando eras joveny tu madre te decía: «Espera a tener tuspropios hijos»? Bueno, pues ahora lostienes, y se han cambiado las tornas.

Has de ser consciente del efectoque tiene este reflejo de ti mismo en lamanera en la que respondes a tu hijo.¿Aceptas demasiado porque,secretamente, disfrutas de su rebeldía?¿Le presionas demasiado porque noquieres que sea tímido como tú? Tutrabajo es separar tus reaccionesprecondicionadas y preguntarte quénecesita tu hijo para convertirse en unaversión feliz y mucho más funcional.

Si tu hijo tiene los genes de tupareja, has de aceptar y trabajar con esetemperamento también —incluso si esdistinto al tuyo—. Si tienes un niño lentoy tú eres una persona de ritmo rápido,dale un poco más de tiempo por las

mañanas para prepararse, en lugar defrustrarte constantemente. No intentesforzar una clavija cuadrada en unagujero redondo. Ser padre nuncaconsiste en el control y la fuerza, porqueeso es perjudicial.

¡Cuidado con las cajas!Aunque entiendoque eltemperamentoexiste, creofirmemente quenunca deberíamos emplearlo para meteral niño en una caja —etiquetarlo como

«el tímido» o «el independiente»—.Esto lo está encasillando en tu mente,limita que desarrolle su pleno potencial,y puede crear tensiones innecesariasentre hermanos. Las etiquetas tambiénpueden reducir la autoestima de un niño.Los niños también se sienten muytranquilizados al saber que sus padrescreen que pueden lograr algo: «¡Puedeshacerlo! ¡Vamos!». No dejes que lasetiquetas se interpongan entre la fe en tuniño y sus habilidades.

Sobre todo, quiero animarteenérgicamente a observar y a ver qué esfácil y qué es difícil para tu hijo. Cuantamás atención prestes a quién es tu hijo ycuáles son sus retos, más puedes apoyar

su desarrollo a lo largo de su infancia.No puedo insistir más en que necesitasobservar a tu hijo para saber cómo es,para entender lo que necesita. Lospadres se quejan de no tener tiempo,pero cuando les pido que me cuentencosas sobre su hijo, algunos claramentepueden y otros no. Lo cierto es que, sino puedes, no has buscado tiempo paraconvertirlo en una prioridad.

La importancia de la observaciónLa observación aguda es necesariaporque los niños son emocionalmentevolátiles y pueden ponerverdaderamente a prueba tus límites. He

aprendido mucho de sentarme en la líneade banda y observar, así como deimplicarme. No puedo decirte cuánto sereducirá tu frustración o preocupación siaceptas a tu hijo por lo que es y trabajascon ello. Observar y comprender a tuhijo te ayuda a lograr una mayor sintoníacon él, lo cual te posibilita equilibrar laemoción y la lógica. Si lidiasemocionalmente con cada problema quetiene tu hijo durante estos años, tedestrozarás los nervios, y tambiéndestrozarás los de tu hijo. Tiene quehaber alguna lógica junto con tussentimientos —tu mente y tu corazóntrabajando juntos para crear un puntomedio de sentido común—. A partir de

ahí, puedes enfrentarte con más calma alo que hace tu hijo y no tomártelo tantocomo algo personal.

CUESTIONES PARAOBSERVAR A TU HIJOAprende a leer a tu hijo, y sintoniza conél. He aquí algunas cuestiones para teneren cuenta:

¿Es particularmente sensiblea los sonidos?¿Tiene problemas con lastransiciones?¿Qué tal interactúa con otraspersonas?

¿Qué tal se controla? ¿O esel primero en saltar?En un grupo de niños, ¿quéhace cuando alguien cogealgo que él quiere?¿Es hablador? ¿Se expresaprincipalmente con palabraso con acciones?Cuando dices «no», ¿cómo seenfrenta a la frustración?¿Es terco o tiene unapersonalidad fácil ydespreocupada?

Chicos frente a chicas

Una vez me preguntaron si notabagrandes diferencias entre los niños y lasniñas. Aunque hay diferencias sutiles enla forma en la que juegan, en general,diría que los chicos difieren más entemperamento que en género. He vistoniños muy pasivos, y he visto niñas muysalvajes y bulliciosas. En base a miexperiencia, he notado unas cuantasgeneralizaciones de género:

Los niños son emocionalmentemás exigentes que las niñas en loque a jugar se refiere. Tienden arequerir más interacción engeneral —y más de tu atención—. Las niñas no necesitan que tú

te impliques tanto,necesariamente. No obstante, esono significa que debas prestarlesmenos atención.Los niños hacen ruido más amenudo cuando juegan que lasniñas —como ruidos de coches ymonstruos que rugen—. Lasniñas no.

Una vez más, abogo porcomprender y apoyar a tu hijo para quese convierta en un ser individual en símismo, en lugar de hacergeneralizaciones de género. Allá dondemiro, veo condicionamientos —losniños deberían jugar con coches y las

niñas con muñecas, por ejemplo—. Esimportante ayudar a los niños a ampliarsu imaginación, a desarrollar su ladocariñoso y afectuoso, sin importar sugénero, y hacer que esas experienciassean divertidas de forma creativa. Enlos años cuarenta, nunca le hubierasdado una aspiradora a un niño para quejugara, pero ahora lo hacemos. Y ahoravemos anuncios en los que las niñasjuegan con trenes. Todos los niños sebeneficiarán de la libertad de explorartodo lo que se les ofrezca, y dedesarrollar distintas partes de suscerebros y personalidades en elproceso.

Etapas del desarrolloUno de tus trabajos más cruciales comopadre es comprender las necesidadesúnicas de tu hijo en cada fase deldesarrollo de la infancia. Saber quéesperar puede ayudarte a orientar a tuhijo para que alcance su potencial. Noobstante, aunque es importante recurriral cuadro que hay al final del capítulo

como una orientación flexible, no teobsesiones por si tu hijo hace unapintura a la vez que el hijo de tu amigo,o con el tiempo que tarda o empieza aexpresarse en frases. Cada niño sedesarrolla a su propio ritmo.

A menos que haya un problemamédico —y mientras proporciones lasclases de experiencias que aprenderásen la 2.ª parte—, las fases del desarrollode tu hijo ocurrirán naturalmente. Tal ycomo dicen los doctores, mientras tuhijo se desarrolle dentro del tramo deedad del cuadro, todo debería estarbien. No obstante, si ves un hueco deentre seis meses y un año entre lo que tuhijo es capaz de hacer y lo que se

percibe como la norma para un niñonormal, asegúrate de consultar a tupediatra.

Creo tan firmemente en nocomparar obsesivamente que

incluso he dudado a la hora de incluiruna lista de fases del desarrollo en estelibro. Me horroriza cómo empleanalgunos padres la fase del desarrollode un niño para jactarse frente a otros.No obstante, igualmente, es importantetener esta lista como un toscoindicador, de forma que sepas en quémomento consultar a tu pediatra si eldesarrollo de tu hijo estásignificativamente retrasado.

Otra de las razones por las quetener en cuenta las fases del desarrollode la infancia es permitirte reconocer loque el cerebro de tu hijo es capaz eincapaz de hacer. Por ejemplo, no esprobable que sea capaz de dar unapatada a un balón a los dieciocho meses.No obstante, saber eso no nos impidecomenzar el proceso de hacerle jugarcon una pelota. Sabemos que un niño noserá capaz de hacer un puzle complicadoinmediatamente, porque su cerebro noestá suficientemente desarrollado parahacerlo; no obstante, ¡eso no deberíaimpedirnos hacerlo con él! Seguirle decerca es igual de divertido, y aprenderámucho de la experiencia.

Los niños aprenden con el tiempo.No importa cuán altas sean tusexpectativas, no puedes forzar eldesarrollo. No puedes forzar cómocrece el cerebro, y cómo se conectatodo. Ocurre cuando está listo. Noobstante, puedes estimular a tu hijo paraque se desarrolle al ritmo apropiado, yes ahí donde entra la diversión.

Un momento bombillaComo ya sabes, larepetición es clave.Lees historias una yotra vez y, entonces,un día, abres el

libro y él ya sabe lo que hay en lapágina, porque lo ha memorizado. Lehas estimulado para aprender un truconuevo, y le has puesto en el camino paracomprender el lenguaje y la lectura.Durante la infancia, tendrás que hacermuchísimas cosas para construir unabase para los objetivos del desarrolloque se muestran durante semanas, meseso incluso años después. Eso puede serverdaderamente frustrante para lospadres, ¡porque a menudo sentirás que tuhijo no avanza! Le enseñas a ponerse loszapatos una y otra vez y, sencillamente,no lo pilla. Eso no significa que debasdejar de enseñarle, sino que tengaspaciencia y reconozcas que su

desarrollo no ha llegado a ese punto.Cuando lo haces una y otra vez, sucerebro comienza a comprender y arecordar. Entonces, un día, encaja.

Ser realista sobre el desarrollotambién puede ayudarte a tener máspaciencia con todo lo que debesenseñar. Cuando sabes que, de hecho,ayudas a desarrollar el cerebro de tuhijo —haciéndolo capaz de aprendertareas—, te da resistencia para seguirenseñando y explicando, porque tesientes genial con tu implicación.

Para padres de hijos adoptivos

En términos de etapas del desarrollo,puede que te des cuenta de que tu hijo vaun poco retrasado si fue abandonado oabusaron de él en la infancia, o si fueadoptado cuando era niño. Emplea laspautas de este capítulo para ver dóndeestá tu hijo emocional, física ymentalmente, y para asegurarte de quetienes expectativas realistas. Acontinuación, comienza a proporcionarlemucha estimulación. Lo bueno es que, através de todo el tiempo y la atenciónque le ofreces, os uniréis mucho más. Sitienes alguna duda, consulta a tu médico,y no dudes en contactar con alguno delos maravillosos grupos de apoyo parapadres en tu misma situación.

Desarrollo de múltiples y niños deedades cercanasHace poco trabajé con una familia quetenía un niño de cuatro años y gemelosde tres. Tal y como les dije a los padres,incluso cuando tus hijos nacen con pocadiferencia en el tiempo —nueve meses oun año de separación— o son múltiples,tienes que identificar dónde está cadauno mental, física y emocionalmente, yapoyar su individualidad.

Así que, por ejemplo, si tienes unniño de tres años y uno de dos, tienesque asegurarte de que el mayor alcanzalas habilidades de los tres años de edad.¡Es muy fácil mantener a uno detrás del

otro! Haz actividades distintas, con elniño de dos, de las que haces con suhermano. También tienes que evitarcomparar a los niños empleando loslogros del otro para azuzar al pequeño.Decir «Venga, tu hermano puedehacerlo» es muy malo para la autoestimadel niño al que estás presionando, y crearivalidad entre hermanos.

Aunque ya te sientas cómodomanejando a tus gemelos como unaunidad —con la misma ropa, juegos yactividades—, habrá un momento en elque expresar su individualidad sevuelva importante. Naturalmente, habrámuchas ocasiones en las que tengas quehacer cosas simultáneamente con todos

juntos: no obstante, tienes que asegurartede que a cada niño le das atenciónindividual y la capacidad de expresarsus preferencias en cuanto a ropas,comida, juguetes y demás. Está bien seriguales como bebés, pero, como niños—especialmente, a medida que alcanzanlos tres o los cuatro— cada uno necesitaser único. Aunque es fácil vestir a tushijos igual, déjales ser diferentes. Esofomentará la individualidad y laexpresión de sus propias características:únicas y personales. Concéntrate en elinterior de cada niño, no en el exterior.

Equilibrar las etapas dedesarrollo de los niñosy de los hermanos mayoresSi tienes más de un niño, es muyimportante comprender que tus hijostienen edades distintas y deberíastratarlos como tal. Por ejemplo, puedeque tu peque quiera implicarse en lo queestá haciendo el de siete u ocho años, ypuede que cedas y lo permitas. Dehecho, he visto a padres que se dirigenhacia el hijo mayor, porque es másmaduro y racional, y le dicen: «Va,déjale que lo haga».

Eso pone una enorme presión sobreel hijo mayor. Tendemos a pedir a los

hermanos mayores que ejerciten lapaciencia con los hermanos pequeños;no obstante, tenemos que equilibrar estocon la necesidad de independencia yjuego ininterrumpido del mayor. Puedeque se haya estado concentrando encrear algo —un castillo de arena, porejemplo—, y quizá el pequeño estáarrasando con todo. Aunque esdefinitivamente más fácil alentar laimplicación del pequeño, sencillamente,no es justo. A veces, es importantellevarte al pequeño y dejarle claro queese «juego» no es apropiado para él, ydarle otra cosa que hacer. Si le da unarrebato, sencillamente, ignóralo. Solo

lo disciplinaría si destruye la torre,después de decirle «no».

Establecer un equilibrioNaturalmente, también tienes quefomentar cosas que tu hijo mayor puedahacer con su hermano menor. Se trata delequilibrio. Quizá tu hijo mayor estépintando y el pequeño diga: «¡Yoquiero!». Puedes darle unos rotuladoresy ponerlo en algún lugar en el que nopueda poner las manos sobre las cosasdel otro.

Recuerda que los niños no tienengran control de sus impulsos, y tenemosque esperar que actúen impulsivamente

de vez en cuando. Parte de lo que estánaprendiendo es el control de susimpulsos. Algunas veces, los niñosquieren a propósito lo que tiene elmayor. En ese caso, tienes que ser ellímite para tu hijo mayor. Es unacuestión de justicia.

Mini yo, el mayordomoPadres, pensadlo cuidadosamente antesde poner sobre el mayor la carga pocorealista de ser el cuidador del pequeño.No digo que, de vez en cuando, nopuedas decirle «Por favor, tráeme losjuguetes de tu hermana...»; no obstante,tu hijo mayor no tiene que ser una muleta

para ti. «Vigila a tu hermano un minuto»es muy distinto a «Entretenle durante unahora mientras trabajo con el ordenador».Recuerda, no es tu canguro, aún.

Enseñar habilidades vitalesUna habilidad vital es una habilidadpráctica que tu hijo aprenderá paravolverse más competente a la hora dehacer las cosas de forma independiente.Estos años consisten en ayudar a losniños a aprender las habilidades vitalesbásicas: comer con cubiertos, usar unvaso, vestirse y desvestirse, ir al baño,cepillarse los dientes y el pelo, expresar

verbalmente lo que necesitan y quieren,jugar de forma autónoma durante brevesperiodos de tiempo, abrir y cerrarpuertas, limpiar…, y la lista sigue.

Cuando le enseñas a tu hijohabilidades vitales, le llevas

de un peldaño de la escalera deldesarrollo humano al siguiente,ayudándoles a crecer mental, emocionaly físicamente.

Enseñar habilidades vitales crea unmaravilloso sentimiento de logro para tuhijo. Para un niño, es algo muy grandeser capaz de ponerse los zapatos y

recoger los juguetes para ponerlos en uncubo. Todas las cosas que damos porhecho son muy grandes para un niñocuando las puede hacer por sí mismo.

Tu hijo te enviará señales cuandoesté listo para aprender habilidadesvitales concretas. La más clara escuando dice: «Quiero hacer eso».Tómatelo en serio: dice la verdad.Igualmente, puede que no diga nada y lopruebe por su cuenta, sin que tú te descuenta. Probablemente sea un enormedesastre que se tenga que limpiar, comoconsecuencia, pero es una señal deindependencia —y una señal segura deque está listo para algo nuevo—. ¡Intentarecordarlo mientras derrama crema por

todo el baño! En lugar de enfadarte,comprende que quiere aprender. En estacircunstancia, por ejemplo, haz que teayude a limpiar, y después enséñale aponerse crema a sí mismo. Acontinuación, ¡pon el envase en un lugardonde no lo pueda coger sin tu permiso!

Descomponer lashabilidades vitales en partesPor mucho que los niños quieran serindependientes —y puedan decir «yohago» o algo parecido—, es evidenteque tenemos que enseñarles cómohacerlo casi todo. El truco es dejarles.

Permite a tu hijo que lo intente aunqueno pueda hacerlo, y ayúdale aconseguirlo descomponiendo la tareapara realizar. Por ejemplo, puede que nosea capaz de atarse los botones aún,pero puede aprender a sacarse lacamisa. Casi todos los niños aprenden aquitarse la ropa antes que a ponérsela.Es más fácil.

En segundo lugar, explícale lo quetiene que hacer. Si está intentandoponerse el zapato y no puede meter eltalón, dile: «Ponte de pie y empuja conel talón», mientras lo haces para él. Y noolvides alentarle. Una sonrisa llega muylejos. También ayuda un «puedeshacerlo».

Enséñale cómo funciona¿Qué hay de las cosas que no consiguedominar? Haz que las haga contigo. Dejaque se cepille el pelo, y hazlo túdespués. O pon una mano sobre la suya yhacedlo juntos. Una vez domine algo —comer con cuchara, por ejemplo—, pasaa la siguiente habilidad: comer contenedor. No esperes a que cumpla unaedad concreta. Pasa a la cosa siguiente yten claro que, si no lo hace bien, solonecesita más tiempo para llegar.Encontrarás consejos más específicospara enseñar habilidades vitales a lolargo de este libro —especialmente enla 3.ª parte: Un día en la vida de un niño,

cuando te guío desde que levantas a tuhijo por la mañana hasta que le ayudas aquedarse en la cama por la noche.

Puedes aumentar la capacidad de tuhijo para aprender habilidades vitales através de juegos y actividades. Porejemplo, insertar cuentas en una cuerdaayuda con la coordinación manos-ojos yel movimiento de pinzas para controlarcómo comer, abotonarse, etc. En elcapítulo 6, aprenderás muchísimasactividades que te ayudarán con lashabilidades vitales.

Recuerda: es más rápidohacer casi todo por ti mismo,

pero tu hijo nunca aprenderá si tienesesta forma de pensar. Toma tiempo poradelantado para enseñarle. Lo necesitade ti.

Cómo hablar para que los niñosaprendan

Sé claro en tus instrucciones.No te enrolles.Alienta con entusiasmo y sécariñoso con tu lenguaje.Cuanto más animadoparezcas con lo que le estáspidiendo que haga, másdispuesto estará a hacerlo.

La frustración es parte delaprendizajePuede que veas a tu hijo frustrarse antesu incapacidad para hacer algo. ¡Es unabuena señal! La frustración lleva a ladeterminación de no rendirse. ¡Quierehacerlo de verdad! En su mente, ya lo haconseguido. Sabe lo que quiereconseguir, pero no tiene las capacidadesmotoras aún.

Háblale para calmarle: «Si teenfadas mucho y te pones a decir Ahhhh,

no puedes terminarlo, ¿verdad?Entonces, cálmate e inténtalo de nuevo».Para ayudarle a recuperar laconcentración, hablo más lentamente,empleo el contacto visual, me vuelvoaún más específica en mis instrucciones,y le animo a que lo intente de nuevo.Así, calmo la ira que surge de lafrustración, para que pueda centrarse yterminar. Cuando por fin lo consiga, eléxito será un progreso para todos.

Practica nuevas habilidades con tuhijo y, a continuación, déjale intentarlopor su cuenta. Si lo intenta unas cuantasveces y se frustra, tienes que observarde nuevo y valorar la situación. ¿Puedeshacer tú una parte y dejarle terminar?

Cuando por fin lo consigue, tanto si eshoy como si es la semana que viene,¡experimentará una enorme sensación deéxito! Es un progreso.

Alivia la presiónTienes que salir porla puerta en 20minutos o teencontrarás en unatasco, y decidesque hoy es el día en el que le enseñarása tu hijo a abotonarse el abrigo. No esmuy oportuno, ¿verdad? Es como teneruna reunión importante en 30 minutos, y

tener que crear un dossier de prensapara veinte personas que no conocescuando no sabes cómo funciona lafotocopiadora. Como adulto, puede quetrabajes bien bajo esta clase de presión,pero, para un niño, es demasiadapresión.

Cuando estás enseñandohabilidades vitales, tienes que estar enuna situación de calma, porque noquieres presionar a tu pequeño. Paraaprender cualquier habilidad vital, tuniño necesita destreza, y eso conllevaconcentración y práctica. Cuando se lemete prisa a un niño con un «Venga,venga, venga», es sencillamente injusto.Ya experimentará frustración al intentar

conseguir una habilidad concreta porquesabe lo que quiere hacer, pero sus manosno lo hacen. Si tú además te estásfrustrando y enfadando porque tienesque ir a otra parte, solo estás echandoleña al fuego.

CONSEJOS PARA ENSEÑARHABILIDADES VITALES

Hazlo cuando veas unmomento del día en el quetengas entre 30 y 45 minutoslibres —los fines de semana,por la tarde, cuando veas unhueco.

Asegúrate de que el niño estádescansado y alimentado;estará más abierto aaprender.Adopta un aire de entusiasmoen cuanto a aprender algonuevo.Alienta el esfuerzo.Saca tu mochila de recursos.¡La necesitarás!

Ayudar a aprender a tu hijoAdemás de la repetición y lapreparación, la paciencia y la

perseverancia, ¿qué puedes hacer paraayudar a tu hijo a dominar lashabilidades vitales básicas que necesitaaprender antes de ir a la escuela?

Ofrécele mucho ánimo. Dilecosas como «¡Puedes hacerlo!»cuando intenta hacer algo nuevo.Si no lo coge, ¡recuérdale quepronto lo hará!Emplea muchos elogios. Leayuda mucho a superar lafrustración. De hecho, loscientíficos han descubierto queel cerebro emplea el elogiocomo una manera de decidir quétareas concluir. Si no recibe

respuesta positiva, «decide» quela actividad en cuestión nomerece la pena. Así que cuandotu hijo está aprendiendo algonuevo, suelta algún «bien hecho»y sé muy preciso en tu elogio.No le elogies por algo que ya haaprendido. Se ha demostradoque demasiado elogio crea unego excesivo a la larga. Si se haestado quitando la ropa duranteun tiempo y quieres ayudarle aaprender a vestirse, felicítalecuando se meta la camisa por lacabeza y no cuando se la quite.No lo rescates demasiadopronto. Es natural querer evitar

que tu hijo se atasque o cometaun error, pero es así comoaprende.

¿Recuerdascuántas veces se cayóantes de aprender acaminar? Si correpeligro físico, por

supuesto que tienes que intervenir; noobstante, cuando saltas y le privas dehacerlo solo cuando apenas hace mediosegundo que lo intenta, estásinterfiriendo en su habilidad parahacerlo por sí mismo. Observa duranteun instante y mira si puede hacerlo. Acontinuación, si es necesario, enséñale

de nuevo o hazlo con él. No rescatarloes especialmente duro cuando ves quepuede estar en un lugar complicado y depeligro —saliendo de debajo de unamesa, por ejemplo—. Cuando le dejasintentarlo antes, su cuerpo comienza acalcular la coordinación que hace falta,y desarrolla un sentido mayor de lasrelaciones espaciales.

Hacer avanzar a tu hijoEl cuadro de las fases del desarrollopuede ayudarte a decidir si y cuándodeberías ayudar a tu hijo a avanzar ensus habilidades vitales. Si aún le das de

comer a los cuatro años, por ejemplo,debes saber que, desde luego, ya puedehacerlo él solo.

No hacer avanzar a tus hijos es unverdadero problema. Durante losúltimos años, especialmente, he notadoque las habilidades vitales no seenseñan en los momentos adecuados. Eldesarrollo de los niños se estáretrasando porque se les da de comer enla boca, y se les sigue dando el biberóny se les lleva en cochecito durante mástiempo. Los padres están alargandoliteralmente los años de bebé,haciéndolo todo por sus hijos. He vistoniños de cuatro y cinco años conbiberones.

¡Por no empezar a hablar de losniños de dos y tres años con chupete! Elobjetivo de un chupete es emplearlopara ayudar a un bebé a dormir, no es unmétodo para mantener a un niño callado.Puede retrasar el desarrollo del habla yprovocar problemas con los dientes. Situ niño aún usa chupete, por favor,emplea la técnica del «Hada de loschupetes» inmediatamente. Funciona deverdad. Una niña pequeña cuyos padresemplearon la técnica encontró unchupete bajo una silla unas semanasdespués. En lugar de intentarguardárselo para ella, fue corriendohasta su mamá para decirle que había

uno más para dejarle al hada de loschupetes.

Cuando los niños noaprenden las habilidades

vitales a su tiempo, nadie gana. Losniños no se desarrollan como deberían—¡y los padres acaban teniendo niñosdependientes durante demasiadotiempo!—. A su vez, esto hace que losniños se frustren e impacienten porquequieren aprender a hacer esas cosas. Ala larga, estás volviendo perezoso a tuhijo, porque le estás enseñando que nisiquiera debería molestarse.

¿Por qué no entienden los padres lanecesidad de que sus hijos aprendanesas habilidades vitales? No se trata dedarle de comer para que la comida entrerápido. Se trata de animarle a comer porsí solo. Es conseguir que tu hijocomience a lavarse los dientes, vestirsey recoger sus juguetes. Por supuesto quepuedes hacerlo mejor y más rápido.¡Pero esa no es la cuestión! Tiene queaprender, y solo aprende haciéndolo.

Esto no significa que nunca vistas atu niño de cuatro años o no le lleves lamochila aunque sea capaz de hacerlopor sí mismo por su desarrollo. Haypequeñas cosas que los padres hacen

por los hijos por amor y afecto. ¡Peroasegúrate de que sabes cuándo hacerlo!

A medida que empiece a hacer lascosas por sí mismo, experimentará unasensación de éxito. Es más, le irá mejoren la escuela también, si ya haaprendido las habilidades vitalesfundamentales —¡estará listo paraconcentrarse en lo académico!—, yayudará a su autoestima. Hacia el finalde la primera infancia, los niñosobservan lo que hacen otros niños ycomienzan a imitar. En este punto, sevuelven más conscientes de lo quepueden y no pueden hacer con relación aotros niños, y pueden sentirse frustradoscuando no pueden hacer lo que otros sí.

Créeme: la vida será más fácil parati también. Si avanzas junto a tu hijo ensus habilidades vitales, para cuandoalcance la edad para ir a la escuela, tudía a día irá estupendamente. Esto esespecialmente importante cuando tienesun niño y un recién nacido. Una vezdescubres que estás embarazada denuevo, tienes buena parte de los nuevemeses para enseñar a tu hijo lashabilidades que harán la vida un pocomás fácil para ti y para él cuando llegueel nuevo bebé. ¡No esperes hasta queestés intentando amamantar al reciénnacido para enseñar a tu hijo cómovestirse!

LA TÉCNICA DEL «HADA DELOS CHUPETES»

Dile a tu hijo que «¡el “hadade los chupetes” vienemañana para llevarse elchupete!», y explícale larazón. Los padres se inventandistintas historias como «yaeres un niño grande...», «losnecesitan para los bebés...» yotras. Hazlo breve y bonito(en otras palabras, no que sele quedarán los dientessalidos y que corregirloscostará miles de euros enortodoncia). Los niños no

entienden esta clase derazonamiento.Recoge los chupetes con tuhijo, y ponedlos en una bolsade regalo.Cuelga la bolsa en el pomo deuna puerta, o déjalo en unasiento.Deja una nota al hada paraque se lleve los chupetes.Cuando esté dormido, recogela bolsa y ponlos todos en labasura, fuera de casa (sinposibilidad de que guardesninguno).Deja un pequeño regalodentro de la bolsa.

Si puedes, pon unas cuantasplumas de colores y algo debrillantina alrededor de labolsa como prueba de que elhada de los chupetes havenido de verdad.

Mantas y juguetes deseguridadMuchos niños están apegados a unobjeto que los tranquiliza a nivelemocional. Buscan consueloenvolviéndose en una mantita o jugandocon las orejas de su conejito de peluche.Es algo que han hecho desde que eran

bebés, así que se han apegado a esosobjetos.

Observa el objeto que impide queinteractúes. Una vez trabajé congemelos, y uno de ellos tenía unamantita. Cuando se aburría o disgustaba,se envolvía en ella y ¡se quedabasentado en el sofá durante una hora! Esono está bien. Debería estar jugando ydivirtiéndose. Así que puse como normaque solo la utilizara para dormir.

Dicho esto, mientras que el objetoamado no interfiera con la capacidad detu hijo de aprender e interactuar, no creoque sea un problema. Los niños tiendena olvidarse de ellos para cuando llegana la edad de ir a la escuela. (Aunque sé

de algunos adolescentes que aún lostienen en su estantería.) No obstante, siquieres que tu hijo lo deje antes, eselección tuya. No estoy aquí para decirteque te equivocas.

Constantemente veo padres quepermiten a sus hijos llevarse su objetofavorito a todas partes porque noquieren rabietas. A continuación, seenfadan con él cuando lo pierde. Losniños de dos, tres y cuatro años nopueden hacerse responsables de haberperdido algo. Si se les cae algo, norecuerdan dónde se les ha caído, y tú nopuedes esperar que lo hagan. Tienes quetomar decisiones en base a su etapa dedesarrollo. Y eso significa estar a cargo

del juguete de tu pequeño allá dondevaya. Pon como norma que se quede encasa, para evitar problemas.

LA TÉCNICA DEL «ADIÓS ALA MANTITA»Si estás absolutamente resuelto a que tuhijo deje su mantita o su muñeco, estoes lo que te sugiero en un periodo detres semanas. Esto también funcionacon los objetos de seguridad —sincortarlos, naturalmente.

Corta la mitad y déjale usarla otra mitad durante unasemana.

Vuelve a cortarla y déjaleusar esa cuarta parte durantedos semanas.Cuando se convierta en unpequeño retazo, anuncia queel hada de la mantita vendráesa noche para llevársela.Haz que se despida. Cuandose levante, habrádesaparecido y habrá unjuguete en su lugar.Asegúrate de que el jugueteque eliges no sea un sustitutode la mantita; un puzle, uncamión o un coche que seamás interactivo es mejor quealgo que pueda convertirseen otro elemento deconsuelo.

Establecer límitessaludablesDurante la primera infancia, hay unalínea verdaderamente delgada a la horade reconocer lo que necesita tu hijo de tia nivel de desarrollo —y si lo que pideno es, en realidad, saludable o necesario—. En algunos casos, los niños están enuna fase completamente normal deldesarrollo, ¡pero sencillamente quiereninvadir tu espacio!

Por ejemplo, un niño que quieretrepar constantemente sobre ti podríaestar feliz jugando. Quiere invadir tuespacio personal porque estás alteléfono, o hablando con un amigo; enotras palabras, ¡no tiene tu plenaatención! Todos los niños quieren a suspadres —¡tu comida, tu atención, tucuerpo y tu cama!—. No obstante, apartir de los tres años, tienes queempezar a poner freno a estecomportamiento y a construir límitesespaciales. Creas espacio haciendo quese siente junto a ti, en lugar de encimade ti. Le dices que tiene que comer supropia comida antes de que pueda comeralgo de tu plato o beber un sorbo de tu

vaso. Le enseñas a decir «perdona»antes de hablarte, cuando estás en mediode una conversación con otra persona.Lo vuelves a meter en la cama cuando seescapa.

Para crear unos límites apropiadosy saludables, tienes que aprender adistinguir los momentos en los que solointenta coger todo lo que tienes y losmomentos en los que su comportamientoprocede de la buena intención decompartir. Normalmente lo sabrás,porque estarás haciendo algo, élinterrumpirá y no parecerá sincero. Enotras palabras, estaba contento haciendootra cosa antes de que tú empezaras conalgo que causara su reacción invasiva.

Juegos de poderLos juegos de poder sonuna parte normal deldesarrollo de un niño. Estánintentando descubrir quién

tiene el control —tú o ellos—. Por esopuedes tener luchas por el control de loque comen, el baño, la hora deacostarse, etc. Depende de ti, comopadre seguro, reconocer qué cosas sontonterías y cuáles no pueden seguiradelante. Estos juegos de poder llevantiempo —y, a veces, mucho tiempo—.Los padres buscan excusas, «no tengo

tiempo», y ceden. Puede parecer másfácil, pero, a la larga, solo estáshaciendo la vida más difícil para ti ypara ellos. Si quieres llevar a cabocualquier transición, enseñarles unahabilidad para la vida, o superarcualquier reto, tienes que encontrar eltiempo. La buena noticia es que, una vezganas, normalmente, el problemadesaparece. No tienes que seguirluchando para quitarle el pañal o paraque coma verduras, porque ahora lohace. ¡Por eso es tan importante tumochila!

ETAPAS DEDESARROLLO DE LOSNIÑOS

1-2 AÑOS

Desarrollo motorCamina hacia delante yhacia atrás.Sube escaleras, empleandolos dos pies en cadaescalón.Puede trepar sobre la sillade un adulto, girarse ysentarse.

DesarrolloSostiene una pintura con elpuño y garabatea.Pone un objeto en una taza.Ya no se lo mete todo en laboca.

Desarrollo del hablaLos balbuceos seconvierten en palabras.Emplea alrededor de 50palabras hacia los dosaños, y puede unir dospalabras.Cuando está cerca de losdos años, es capaz deseguir instrucciones y ser

de ayuda —comprendepeticiones simples, como«dame tus calcetines, porfavor»—, aunque no hablemucho.Nombra entre cuatro ycinco partes del cuerpo.Señala cinco dibujossimples que tú nombras(«¿Dónde está el perro?»)en un libro.Hace sonidos de animales.Conoce su propio nombre.Señala los objetos quequiere.

Desarrollo social y emocional

Puede tener rabietas.Puede desarrollar ansiedadpor separación; es pegajosoy posesivo con los padres.Es muy posesivo con susjuguetes.Las rutinas son importantes.Comienza a mostraremociones como vergüenza,celos y orgullo.Puede ser más miedoso quecuando era un bebé.Se reorienta fácilmente conuna distracción interesante.

Desarrollo de las habilidadespara la vida

Juega solo durante un breveperiodo de tiempo.Se quita los zapatos y loscalcetines.Bebe de una botella, y de unvaso al acercarse a los dosaños.Se alimenta con unacuchara.

2-3 AÑOS

Desarrollo motorChuta y tira una pelota.Salta de un escalón.Corre, camina.

Puede mantenersebrevemente sobre un pie yde puntillas.

DesarrolloDesenrosca un bote.Construye una torre de seisbloques.Copia una línea vertical yuna línea horizontal.Sostiene una pintura o unlápiz correctamente.Inserta cuentas grandes enun hilo.

Desarrollo del habla

Comienza a emplear frasescortas.Usa más de 200 palabras.Disfruta de la música, cantacanciones.Comprende palabrasabstractas como «en»,«sobre» y «detrás».Conoce su nombre yapellidos, edad y género.Comienza a preguntar porqué, ¡un montón!

Desarrollo social y emocionalPuede tener rabietas y otrasemociones fuertes.

Se reafirma con la palabra«no». Intenta darle un parde opciones simples, enlugar de hacer preguntascerradas.Le gusta imitar a losadultos.Se frustra con facilidad.Aún es pegajoso y posesivocon los padres, pero menos.Comienza a tener unsentimiento de identidad.Comienza a leer lasexpresiones faciales y lascostumbres sociales.Tiene un periodo deatención breve.

Es posesivo con losjuguetes; juega junto a otrosniños, no con ellos.Adora la repetición; puedeque insista en la exactitudde la rutina.Le gusta hacer elecciones,pero tiene problemas parahacerlas. Dale dos, nocinco opciones.

Desarrollo de habilidades parala vida

Hacia los tres años,comienza a facilitar elentrenamiento para ir albaño solo.

Puede quitarse la ropa.Puede ponerse zapatos ycalcetines.Es capaz de verter líquidode una jarra.

3-4 AÑOS

Desarrollo motorSe mantiene sobre un pie,juega a juegos de saltar,salta a un lado.Anda en triciclo.Sube las escalerasponiendo un pie sobre cadaescalón.

Adora los juegos de losparques.Puede botar.Abre puertas, así que tienesque seguir vigilando laseguridad.

DesarrolloConstruye una torre denueve bloques.Construye rompecabezas.Copia un círculo; dibujauna cara y, quizá, un cuerpocon palillos.Muestra la preferencia demano.Pasa páginas, una por una.

Corta con tijeras redondas(no bien, necesariamente).

Desarrollo del hablaNombra ocho dibujos en unlibro.Hace preguntas: «¿Porqué?», «¿Qué es...?».Cuenta hasta diez.Se expresa en frases; cuentahistorias simples, recitacanciones infantiles.Responde preguntas.

Desarrollo social y emocionalEstá ansioso por aprender.

Necesita reglas claras yconsecuencias porromperlas.Aprende haciendo.Puede desarrollar miedo ala oscuridad o a losmonstruos.Puede tener un amigoimaginario.Se vuelve curioso sobre laspartes del cuerpo, incluidoslos genitales, que leparecen divertidísimos.Comienza a jugar con otrosniños, en lugar de hacerloen paralelo.

Le gusta ayudar: recogerjuguetes, llevar la colada,etc.

Desarrollo de habilidades parala vida

Es capaz de desvestirse yvestirse con un poco deayuda (pero necesita ayudacon botones y cordones).Se lava y se seca la cara.Es capaz de ir al baño solo,y también de limpiarse(puede que tengas querevisar la meticulosidad).Está seco durante el día,pero puede que aún no esté

seco por las noches.Es capaz de usar un tenedor.Aún necesita ayuda paralavarse los dientes ycepillarse el pelo, despuésde hacerlo él.

4-5 AÑOS

Desarrollo motorSe impulsa solo en elcolumpio.Corre y salta.Lanza una pelota porencima de la cabeza.

DesarrolloDibuja objetosreconocibles.Usa el cuchillo en lascomidas.Le gusta cerrar cremallerasy abotonar.Hace diseños y letrasrudimentarias.

Desarrollo del lenguajePuede emplearirreverencias y palabrastontas.Comprende conceptosbásicos como cantidad,tamaño, peso y color.

Usa frases completas ypuede cumplir una orden dedos pasos: «Coge la bolsade la cocina y ponla en tuhabitación».Conoce más de 1.500palabras.Hace lo que parecenpreguntas interminables.

Desarrollo social y emocionalEs capaz de jugar bien conotros y comprende lo que escompartir.Puede ser mandón.Suele ser bastante hablador.

Puede que aún tenga unamantita o muñeco deseguridad.Le gusta jugar a imitar: eldoctor, mamá, el portero,etc.Sus estados de ánimocambian con rapidez,pueden fanfarronear,exagerar o enfadarse.Es muy social: le gustaestar y jugar con otrosniños.Tiene amigos, pero puedeser agresivo cuando juega.Es imaginativo, dramático.

Muestra preocupación porotros.Puede ayudar a poner oquitar la mesa.Aún necesita supervisiónconstante en el exterior.

Desarrollo de habilidades parala vida

Se lava los dientes y secepilla el pelo consupervisión. En la bañeraaún necesita supervisión.Es capaz de ir al baño sinsupervisión.Puede que aún moje lacama por las noches, dada

la falta de control de lavejiga (el 14 por ciento delos niños de cinco años aúntienen ese problema).

LA LISTA «PUEDO» DE TUHIJOLa lista «Puedo» te ayuda a saber quépuedes esperar de tu hijo, en lugar dehacerlo todo por él.

Ahora que has leído las fasesdel desarrollo de un niño,piensa en la edad de tu hijo yhaz una lista de lashabilidades vitales que

quieres enseñarle durante lospróximos meses. Porejemplo, subir escaleras, usaruna cuchara, ponerse ropainterior o pantalones...¿Cómo lo puedes hacer unpoco más independiente? Hazuna lista para tu hijo,cortando fotos de revistas odescarga unas cuantas deInternet.Pega tu colorida lista enalguna parte y anímale amarcar sus logros a medidaque avanzáis.

2.ª PARTE

Los grandesproblemas

de la primerainfancia

En este apartado analizaremos las sietecuestiones clave para los niños: laseguridad a medida que gananmovilidad; la disciplina a medida queaprenden límites y cómo regular sussentimientos; la importancia del juego yla estimulación durante estos años parapromover un desarrollo sano; cómocrear transiciones positivas, tantograndes como pequeñas; quitar el pañal;crear patrones alimenticios sanos; ysalir por ahí con tus pequeños.Aprenderás mis mejores consejos para

sobrellevar bien cada una de estasáreas, de manera que la vida con y paratu hijo sea tan divertida ydespreocupada como sea posible.

4

La seguridad es loprimero

Tener un niño me trae instantáneamentela seguridad a la cabeza. Ahora tienesese pequeño extremadamente curiosoque se mueve y está listo y dispuestopara involucrarse en todo. Crear unentorno que tu hijo pueda explorar, peroque siga siendo seguro, puede parecerabrumador cuando empiezas a pensar entodo lo que puede ocurrir. La mayoría delos accidentes ocurren en casa —nofuera, donde es más probable que estésen guardia—. Intenta no preocuparte:con algunas precauciones, puedesasegurar tu ambiente a prueba de niños,y convertirlo en el lugar ideal para quetu niño aprenda y crezca.

No obstante, ¡tienes otro trabajo!Igual que con todo lo demás, un niñoestá aprendiendo a estar seguro porprimera vez. No es algo con lo quenazca instintivamente. Por lo tanto,mantener a tu niño seguro significa queno solo tienes que hacer de tu hogar unambiente seguro, sino que también tienesque comenzar a enseñarle lo quesignifica el peligro y lo que tiene quesaber y evitar. Esto implica enseñarletodo, desde no tocar la cocina caliente(«¡Caliente! ¡Ay!») a explicarle por quétienes que sostener su mano cuandocruzáis la calle.

Al hacerlo,tienes que equilibrarser sobreprotector ydejarle la libertadpara explorar yaprender. Tienes quepermitirle un elemento de riesgo —dentro de lo razonable—. Si te ciernessobre él diciendo: «No vayas allí, tecaerás», te interpondrás en suaprendizaje y le pondrás nervioso. Esono significa que no le sigas de cerca enlos juegos del parque, por ejemplo, ovayas a rescatarle si está en verdaderopeligro; pero tienes que encontrar elequilibrio entre la protección y lalibertad para ayudar a tu hijo a

desarrollarse.

La seguridad es un procesoen cursoPoner la casa a prueba de niños deberíaconsiderarse un proceso en curso, enlugar de un acontecimiento puntual. Tuhijo se desarrollará y cambiaráenormemente entre los dieciocho mesesy los cuatro años, y también susnecesidades. La puerta que funcionabaestupendamente para tu hijo de dos añospuede convertirse en un insegurogimnasio al que trepar al año siguiente.

A lo largo de este capítuloencontrarás una amplia serie de factoresde seguridad para tener en cuenta. Elobjetivo de las sugerencias que hago esproporcionar información yconcienciarte. Igual que con todas missugerencias, tienes que personalizarlasconforme a lo más adecuado para tu hijoy tu familia.

Tanto si estás en casa como si estásfuera, lo primero que puedes hacer paramantener seguro a tu hijo es supervisarloconstantemente. Perderlo de vista nuncadebería implicar olvidarse de él. Tienesque saber dónde está y qué estáhaciendo. Nunca dejo a un niño de dos otres años fuera de mi vista o

desatendido, ni por un instante. A menosque sepa que está en el entorno segurode su sala de juegos (que revisoconstantemente), siempre lo tengo ahídonde pueda verlo y oírlo. Porque si haysilencio, está concentrado en algo, ¡ohaciendo travesuras! El silenciosepulcral es una clara señal de que algoocurre. En cualquier caso, todossabemos eso, ¿verdad?

La seguridad de la casaSi has leído mi anterior libro Ya eresmamá, verás cómo asegurar la casa aprueba de niños como la extensión

natural de ponerla a prueba de bebés.Solo lo estás llevando al siguiente nivel,porque ahora puede caminar, agarrar,trepar y meterse en muchos más sitios.En caso de que no hayas asegurado tucasa, es urgente que asegures tu entornoinmediatamente. Los diagramas (véaseel apartado ¿Cuánto sabes sobremantener seguro a tu hijo en casa?) temuestran los puntos de peligro en unacasa, y lo que deberías hacer para quefuesen más seguros.

Cuando empieces a pensaren asegurar la casa a prueba

de niños, ponte de rodillas y gatea,observando el espacio a su altura.

¿Qué hay a su alcance? ¿Qué parecedivertido y puede trepar hasta allí, oincluso tirar? ¿Qué cosas del entornohas de tener en cuenta?

No sugiero necesariamente queconviertas tu casa en la celda de unmonje, pero si tienes tesoros especiales,ponlos fuera de su alcance. Es injustoque esperes que tu hijo de dos añoscomprenda la importancia de laporcelana de la abuela. Los niños tienenque aprender límites y a respetar suentorno, pero si retiras los elementospeligrosos y valiosos, te ayudará aevitar decir «no» diez mil veces al día.Sé realista.

Lo elementos peligrosos (productosde limpieza, medicamentos y todos losproductos tóxicos) han de estarguardados bajo llave y fuera de sualcance. Los medicamentos, incluidaslas vitaminas, pueden ser especialmentepeligrosos, puesto que las pastillasparecen caramelos. Recuerda, también,que tu bolso, o el bolso de una amiga,puede contener muchos elementosprohibidos: pastillas, artículos de aseo,cosas que pueden suponer peligro deatragantamiento, como monedas,imperdibles o caramelos duros.Retíralos a donde no los pueda alcanzar.

Piensa en tu hijo. ¿Es un trepador?No importa que pongas las cosas en un

armario, si se da cuenta (que lo hará),puede poner la silla contra la encimera yeso le permitirá trepar y obtener lo quequiere. Las librerías y las cómodas concajones se convierten en escaleras paraniños, que se pueden volcar confacilidad. Nunca olvidaré a un niñopequeño que puso una bici sobre elcesto de la ropa para alcanzar y abrir unarmario, porque todos los juegosestaban en los armarios. Anclar laslibrerías a la pared evitará que vuelquecuando, inevitablemente, comience atrepar.

Si tienes escaleras,asegúrate de que tienen

puertas y están bien sujetas para queno se caiga. Y no olvides enseñarle a tupequeño cómo trepar —arriba y abajo—por los escalones, como una de sushabilidades para la vida.

¿Cuánto sabes sobremantener seguro a tu hijoen casa?¿Cuántos peligros puedes localizar encada habitación?

Las respuestas están en el siguienteapartado.

PELIGROS EN LA SEGURIDAD DELA CASA

Cocina: hay que cubrir las tomas decorriente para evitar la electrocución; lapapelera necesita una tapa y hay quecolocarla donde no se pueda alcanzar;las bolsas de plástico, los productos delimpieza, los cuchillos y el material deoficina han de estar en un lugar cerradocon llave e inaccesible, para evitaraccidentes; hay que rellenar los huecos

para que el niño no se quede encajado;los cazos tienen que estar girados a unlado o hacia atrás para evitarquemaduras; nunca hay que dejar laplancha y la tabla de planchar fuera, porrazones evidentes; la arena de los gatosy la comida de los animales tiene queestar en un lugar inaccesible para evitaratragantarse y comer arena; la puertasuperior de la secadora o de la lavadoradebería mantenerse cerrada para evitarquedarse atrapado dentro.

Dormitorio: las cuerdas de las cortinasdeberían ser cortas para evitar laestrangulación; la cuna tendría que estaralejada de la ventana para evitar caerse;

hay que cubrir las tomas de corrientepara evitar la electrocución.

Sala de estar: hay que poner a salvo losjarrones, adornos, lámparas de mesa yplantas (peligro de envenenamiento); lasvelas, el encendedor, las cerillas y loscigarrillos deberían estar en lugaresinaccesibles para evitar incendios yquemaduras; los muebles deberían estaralejados de las ventanas para que nopueda trepar y caerse; los cablestendrían que estar recogidos para evitartropezar; se deberían cubrir las tomas decorriente; las monedas deberían serinaccesibles porque pueden causar elatragantamiento.

Baño: la papelera debería tener tapa yestar en un lugar inaccesible; losutensilios de aseo como cuchillas,lociones y laca deberían colocarse en unarmario al que no pueda acceder, paraevitar heridas o envenenamiento; habríaque cerrar la puerta de la ducha y bajarla tapa del retrete para evitar accidentes;hay que cubrir también las tomas decorriente.

El objetivo de esta prueba esproporcionarte los fundamentos básicosen lo que a asegurar la casa para niños se

refiere; no obstante, tu hogar puedetener peligros adicionales con los quetienes que lidiar —por ejemplo,escaleras o chimeneas abiertas—.Tienes que valorar y afrontar lospeligros de tu situación concreta.

VENENOS DOMÉSTICOSHABITUALESGuárdalos todos bajo llave:

pastillas, líquidos o polvospara el lavavajillaslimpiadores para el hornoamoníaco

lejíalimpiadores para el bañoalcohol de quemarvitaminas y medicamentoscon y sin recetaquitaóxidosdecapantesquitamanchaspegamentosfungicidasinsecticidas y herbicidasvenenos para insectosanticongelante

Conviértete en«Terminator»Tanto si estás en tu casa como si estás encasa de otra persona, entra en cadahabitación como si fueras Terminator:analiza los problemas de seguridadinmediatamente. Los diagramas y laprueba anteriores (véase el apartado¿Cuánto sabes sobre mantener seguro atu hijo en casa?) proporcionan la basede aquello que tienes que buscar. Heaquí otras cosas en las que pensar:

¿Hay una chimenea? ¿Haycerillas alrededor? ¿Atizadoresafilados?

¿Hay alarmas antiincendiosfuncionando en todas lashabitaciones?¿Hay dispositivos de seguridadpara niños: cerraduras paraventanas, pestillos de seguridaden armarios y protectores paralas esquinas puntiagudas?¿Hay un porche, y puede salir albalcón?¿Hay escaleras por las quepueda caerse?¿Qué otros peligros podría teneresta habitación?

¿Es seguridad o control?

¿Cuál es la diferencia entre bloquear porseguridad y bloquear porque los padresquieren facilitar sus vidas? Una vezentré en una casa con niños en la quetodo estaba bajo llave. Todas laspuertas, todos los cajones estabancerrados con llave. No hace falta quevayas tan lejos. Solo tienes que cerrarcon llave los armarios con todos losproductos químicos y los utensilios delimpieza, el armario de losmedicamentos y los cajones quecontienen los cuchillos afilados. Estábien tener un cajón o armario que puedaalcanzar, lleno de elementos con los quepueda jugar. Los niños tienen que poderexplorar su entorno.

Niños entre las piernas mientrascocinas: nuncaSi estás con un pequeño en la cocina,tienes que enseñarle a observarte desdecierta distancia cuando estás cocinandoen los fogones. He visto padreshaciendo malabares en la cocina con unsolo brazo, cazos hirviendo y una manoremoviendo mientras que con la otrasujetan a su hijo. Eso es peligroso.Emplea mis consejos para momentosfelices en la cocina con los niños, másabajo.

Seguridad de los juguetesEn elcapítulo 6,exploro endetalle losjuguetesapropiadospara losniños. De hecho, en lo que a seguridadde los juguetes se refiere, el mayorconsejo que te puedo dar es que elijasjuguetes apropiados para su edad. Nosupondrán un peligro a la seguridad.Marca la etiqueta o la caja, y ten encuenta lo siguiente:

Asegúrate de que los juguetesque obtienes (sobre todo si sonde segunda mano) están bienmontados y en buenascondiciones. Asegúrate de quelas piezas pequeñas como losojos y la nariz están firmementesujetos.Compra materiales artísticos notóxicos.La mayor causa de muerterelacionada con los juguetes esel atragantamiento, sobre todocon globos de látex. Para evitarel peligro de atragantamiento,impide que el niño tenga unglobo o cualquier juguete que

mida menos de 4,5 centímetrosde diámetro. Eso incluyecanicas, pelotas pequeñas,juguetes de plástico, etc. Vigilatambién las piezas pequeñas delos juegos.

NIÑOS EN LA COCINA

Necesitas un parámetro deseguridad, sobre todo en unacocina de concepto abierto.Si no hay una línea natural —como donde acaba laalfombra—, puede ser útilcrear una línea con cintaadhesiva, y enseñar a tu hijo

que no puede cruzar la líneamientras cocinas.Asegúrate de que tienemuchas cosas para hacer a«su» lado de la línea, quizá uncajón de juguetes o untupperware con cucharas demadera. ¡No solo será másseguro que tenerlo bajo tuspies, sino que también tesentirás mejor teniendo tuespacio!

Cuando compres un nuevojuguete, busca la marca de laComunidad Europea (CE). Eso

significa que el juguete hasuperado las pruebas deconformidad necesarias parajuguetes importados a la UniónEuropea (UE) y fabricados enella.Durante los últimos años, hahabido varias retiradasimportantes de juguetes por lascantidades inaceptables deplomo empleado en la pinturaque llevan. Puedes consultar elinforme anual de la ComisiónEuropea sobre juguetespeligrosos del RAPEX si tienesalguna duda sobre alguna comprade juguete reciente. Intenta,

también, evitar juguetes másviejos a los que se lesdescascarilla la pintura, puestoque ingerir pintura con plomo, yasean escamas o polvo de pintura,puede provocar envenenamiento.

ENVENENAMIENTO PORPLOMOSi vives en un edificio construido antesde 1970, puede contener pintura conplomo. La pintura con plomo esespecialmente peligrosa para los niñossi se está descamando odescascarillando —si se lo llevan a laboca o respiran polvo o vapores de

plomo—. También puede haber plomoen viejas tuberías de agua, en la tierradel jardín, en la pintura de los juguetesde tus hijos, en los collares de cuentasde los niños, e incluso en las viejasluces de Navidad.

Seguridad en el agua:dentro y fueraEl agua es peligrosa para los niños sinsupervisión. ¡Cuidado! Tanto si es unestanque, una piscina, un río, un cubo, uncharco, el retrete, el lavabo o la bañera,nunca jamás dejes a tu hijo solo cercadel agua. Un niño puede ahogarse muyrápidamente y en silencio en apenas

medio palmo de agua. No puedo insistiren lo importante que es tener cuidadocerca del agua. Ten en cuenta losiguiente:

Nunca llenes una bañera yabandones la habitación —incluso si tu hijo está en otrahabitación—. Un niño puedemeterse en la bañera en un abriry cerrar de ojos, y puede ocurrirlo peor. Cuando estéaprendiendo a caminar,asegúrate de que la tapa delretrete está bajada.Guarda todos los aparatoseléctricos como el calentador,

los cepillos eléctricos, lossecadores, etc., lejos de labañera y el lavabo para evitar laelectrocución.Pon una alfombrilla de goma enla base de la bañera. Eso evitaque se resbale, se caiga y segolpee la cabeza. Nunca llenesla bañera por encima de lacintura de tu niño cuando estésentado. Y enséñale a sentarsesiempre en la bañera. ¡Nada deestar de pie!Cuando era un bebé, ponías elagua caliente al mínimo y teasegurabas de probar el agua conel codo antes de meterlo, para

evitar quemaduras. ¡Ahora tienesque pensar en un pequeño quealcanza y puede girar las llavespor sí mismo! Cuando preparesel baño, asegúrate de poner elagua fría al final. No solo evitaque se queme si se estira paragirar las llaves, sino quecualquier goteo que caiga delgrifo después de cerrarlo seráfrío, y no caliente.Mantén tu calentador por debajode los 45 °C para evitarquemarse.Asegúrate de que la puerta delbaño no se pueda cerrar por

dentro, atrapando a tu niño soloen la habitación.Nadar es una actividadmaravillosa que puede ser muydivertida. Si llevas a tu hijo a lapiscina pública o a la playa,tienes que supervisarloconstantemente. Querrá correr ysaltar por los bordes, hacerburbujas y bucear, y puede serdifícil mantenerlo vigilado,¡pero debes hacerlo! Nodependas de la supervisión delsocorrista, cuyo trabajo esvigilar a todos los bañistas de lapiscina. Puede pasárselefácilmente algo que le esté

ocurriendo a tu hijo. Asegúratede estar 100 % concentrado,puesto que se puede hundir en unabrir y cerrar de ojos.No importa a qué edad empiecelas clases de natación, comienzaa enseñar a tu hijo las normasbásicas de seguridad en el agua:«¿Cuál es la primera norma en lapiscina? ¡Estar siempre con unadulto!».

A nivel de desarrollo, lamayoría de los niños no

están listos para lecciones de nataciónformales hasta los tres o los cuatro

años. No obstante, puedes llevarlo auna clase de natación padre-hijo antes,para que se acostumbre a contener larespiración y a hacer burbujas. Lasclases no deberían durar más de 30minutos, o puede enfriarse, y eso puededesalentarle en todo el proceso.

PREPÁRATEPese a nuestros mejores esfuerzos, losaccidentes ocurren. Estate preparado,mantente tranquilo y quédate con tuhijo. Ten en cuenta lo siguiente:

Toma una clase dereanimación cardiopulmonar

(RCP) y lee las instruccionesen este apartado. Te serviránpara recordar, si tusconocimientos sobreprimeros auxilios están unpoco oxidados. No dependasde libros en una emergencia.Es mucho mejor tener elconocimiento y saber cómoaplicarlo que dudar en elúltimo minuto.Ten un kit de primerosauxilios bien surtido yfácilmente accesible.Pide ayuda inmediatamenteen una emergencia.Programa los números deemergencia en el teléfono decasa y en el móvil, incluyendo

el de tu médico, el 112 o eldel hospital local, el deurgencias pediátricas y el delInstituto Nacional deToxicología, y la línea deayuda directa del ServicioNacional de Salud.Programa los números deuno o dos vecinos cercanos alos que puedas llamar paravigilar al resto de los niños opara ayudar con unasituación problemática.Ten una lista de estosnúmeros en el frigoríficopara los cuidadores.

Seguridad en la carreteraUna vez tu hijo escapaz de moverse,querrá caminar ycorrer a todaspartes. No puedestenerlo siempreatado en su carrito —y tampocodeberías—. Es importante que tengamucho tiempo de juego en el exterior,que le permita corretear y quemarenergía. El ejercicio también esimportante para desarrollar suscapacidades motoras y su coordinación.¡Tienen que usar esos pequeñosmúsculos! Por eso tienes que enseñarle

las normas básicas de seguridad en lacarretera, desde el momento en el queempieza a caminar. Deja claro que, cadavez que estéis junto a una carretera —ocruzando la calle—, tiene que agarrartede la mano. Practica lo que tenéis quehacer cada vez que llegáis a un cruce:«Bien, mira si hay coches. Mira a amboslados. Cuando el semáforo está en rojo,significa “detente”. Cuando el semáforoestá en verde, podemos seguiradelante». Incluso puedes convertirlo enun juego de preguntas y respuestas:«¿Cuál es la primera norma para cruzarla calle? Mirar a ambos lados antes decruzar la calle». Es algo que deberíasrepetir siempre que salís.

EL CÓDIGO VERDE PARACRUZAREste código creado por la RealAcademia para la Prevención deAccidentes en Reino Unido es unaforma estupenda de enseñar a tuspequeños a cruzar con seguridad. Laformulación ha cambiado un poco a lolargo de los años, pero la versión másactual dice lo siguiente:

1. ¡PIENSA! Encuentra el lugarmás seguro para cruzar, ydetente.

2. ¡DETENTE! Quédate en laacera, junto al bordillo.

3. ¡USA TUS OJOS Y TUSOÍDOS! Mira si hay tráfico a tualrededor, y escucha.

4. ¡ESPERA HASTA QUE SEASEGURO CRUZAR! Si haytráfico, deja que acabe.

5. ¡MIRA Y ESCUCHA! Cuandosea seguro, cruza recto.Asegúrate de que tienessuficiente tiempo.

6. ¡SIEMPRE ALERTA! Siguemirando y escuchando.

Revisión de la seguridad enel exteriorSi tienes un jardín o llevas a tu hijo alparque, comprueba que la zona essegura. Tu hijo querrá correr y meterseen todos los lugares que encuentre. Lascosas para vigilar son las siguientes:

Puertas de salida: ¿entras por elmismo lugar por el que sales, ohay otra salida?Cuerdas de columpios, cuerdaspara saltar, correas paramascotas, ropa o cualquierpeligro de estrangulación alalcance.

Objetos viejos tirados por elsuelo.En el jardín: fertilizantes,venenos y otros artículos dejardinería.Huecos entre los travesaños delas escaleras, en los que sepueda encajar la cabeza de unniño.Plantas y bayas venenosas quepueden acabar en la boca de lospequeños. Si no conoces lasplantas venenosas comunes,consulta Internet.Columpios con asientos demadera o metal (el material duro

podría hacer daño a los niñosque andan cerca).Asfalto, cemento o hierba bajolos juegos del parque, que noamortiguarían la caída de tu hijo.Los parques deberían tenersuelos de goma en el suelo,debajo de los juegos.Juegos de metal en el parque.Los toboganes de metal puedencalentarse muchísimo y quemar atu hijo en segundos.

Las técnicas de «Rodar» y«Deambular» para

la seguridad en la calleEs un delgado equilibrio: quieres que tuhijo tenga libertad y haga ejerciciocaminando, pero también quieresasegurarte de que entiende los peligrosde salir corriendo. He aquí dos de mistécnicas para comenzar a enseñar a tuhijo la independencia en público,mientras lo mantienes seguro.

Estás dando un paseo y tu hijo noquiere estar en la sillita. Es hora deemplear la técnica de «Rodar» (véasemás abajo), lo que le enseña a caminarjunto a ti. Esta técnica funciona biencuando tienes un niño y un bebé.

LA TÉCNICA DE «RODAR»

Dale una opción clara paraelegir entre dos: agarrartede la mano o agarrar lasillita. Lo que no puede haceres caminar solo.Si se niega a escuchar, tieneque ir en la sillita.

La técnica de «Deambular» da unpaso más, e implica enseñar a tu hijocómo mantenerse seguro y quedarsejunto a ti, mientras le das espacio para

deambular y construyes la confianzaentre vosotros. En realidad, es una«libertad controlada», en la que laindependencia que le das puedeaumentar su autoestima y su sentido dela responsabilidad.

LA TÉCNICA DE«DEAMBULAR»

Practica en un lugartranquilo y sin coches, comoel parque. Quieres que elambiente sea seguromientras aprende lo básico.Explícale que vas a dejarlesalir del carrito, pero que

cuando digas «¡para!» ylevantes la mano, tiene quedetenerse, allá donde esté.Di: «¡ahora puedes salir!», yayúdale a salir del carrito.Durante las primeras veces,anímale a caminar justodelante de ti y, entonces, di«¡para!». Si no se detiene,pídele que te agarre de lamano o el carrito duranteunos minutos. Si te espera,elógiale y déjale seguiradelante.Cuando digas «¡para!»,emplea un tono de voz bajo yautoritario.Avanza permitiéndole correrpor el parque durante un

rato, explicándole que mamáo papá tienen que verle, paraque no se pueda ir muy lejos.A medida que construyes laconfianza y él muestra queescucha, déjale que caminemás lejos. Recuerda: laconfianza se construye sobreuna cuerda invisible.

Localización y resolución deproblemas con las técnicas de «Rodar»y «Deambular»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿He puesto su manosistemáticamente en la manilladel carrito, y he caminado con élantes de soltarle cuando esseguro?¿He encontrado sitios segurospor los que mi hijo puedadeambular, en lugar de tener queagarrar siempre la sillita?Utilizar en exceso el carritosupone que tu hijo salgacorriendo como un caballodesbocado en cuanto lo sueltes.¿Le he permitido caminar junto amí de nuevo, después de salircorriendo, en lugar de hacerlevolver a la silla? Si no cumples

con las consecuencias, ni esta nininguna otra técnica funcionarán.

Seguridad en el cocheLa ley establece que todos los niños queviajen en coche deben usar el asientoinfantil apropiado hasta que midan 135cm de altura o cumplan los doce años.Eso significa que tu hijo tiene que estaratado en su asiento siempre que el cocheesté en marcha. Es obligatorio.

Al comprar cualquier silla deseguridad para el coche para tu hijo,aplica los mismos requisitos queempleaste al comprar el asiento para el

coche de tu bebé. Nunca compres unousado o que haya estado en un accidente,y asegúrate de que cumple lasnormativas R44.03 o R44.04 de laComisión Económica de las NacionesUnidas para Europa, marcado con una Een un círculo y un número. Asegúrate deque sigues las instrucciones delfabricante, así como el manual de tucoche, para instalarlo adecuadamente.Uno de los errores más comunes quecomete la gente con los asientos para elcoche es que se guían por la edad de suhijo y no por su peso.

Si tu hijo pesa entre 9 y 18 kg(entre nueve meses y cuatro años,aproximadamente, dependiendo del

peso), necesita una silla del grupo 1.Los niños de entre 15 y 25 kg (entrecuatro y seis años, aproximadamente)necesitan un asiento del grupo 2 o, enfunción de la hechura y el modelo, unasilla del grupo 3 para niños de entre 15y 36 kg. Pasa a tu hijo a una silla delgrupo 2 solo cuando supere el pesomáximo para el asiento, o la partesuperior de su cabeza supere la partesuperior del asiento. Cuando vayas a latienda a comprar tu asiento, pregunta alpersonal cómo colocarloadecuadamente. Lleva a tu hijo, si tesirve de ayuda. Puede probarlo enpersona y, al involucrarlo en el proceso,

le ayudas a sentir la importancia deelegir «su» asiento para el coche.

Cuando conduzcas, no olvidesponer los seguros de la puerta ybloquear la ventanilla de tu hijo. Es muyfácil para ellos alcanzar los botonesmientras conduces. Parte de mantenerseguro a tu hijo en el coche esmantenerlo entretenido y cómodo. Esmenos probable que se porte mal ointente escaparse de su asiento si estácontento. Por ese motivo, asegúrate deque en tu coche no hace demasiado fríoni demasiado calor. Lo mismo para elasiento del coche —sobre todo, con lashebillas del asiento infantil—. Un día decalor, el metal puede calentarse

fácilmente. Protege del sol sus ojos conuna pantalla que se adhiera a suventanilla, o baja un poco la ventanilla,cuelga una toalla de la parte superior, yvuelve a subirla. Poner toallas en losasientos también los mantiene másfrescos.

El mayor recordatorio de seguridades el siguiente: Nunca dejes a tu hijodesatendido en el coche. Uno, porseguridad, y dos, porque la temperaturainterior de un coche puede aumentarhasta resultar fatal. Incluso si solo tienesque entrar en la tienda durante unsegundo, llévatelo contigo.

¿Está su asiento demasiadoapretado?Si sujetas a tu niño y no puede meterdos dedos bajo la correa, estádemasiado apretado.

Colocarlo en su asiento para el cocheAfrontémoslo: no a todos los niños lesgusta estar sujetos en un asiento —¡lejosde mamá y papá, e incapaz de ejercitarsu nueva movilidad!—. Los siguientesconsejos pueden ayudar a facilitar elproceso de colocación —y mantenerlocontento— en su asiento:

Lleva el asiento a casa, y déjalejugar y acostumbrarse a él. Dejaque juegue con las correas y quetrepe por él. Practica abrochar elcinturón con un peluche en sulugar.En el coche, distráelo con unjuguete y, cuando su cuerpo estérelajado, átalo y ponte enmarcha.A los niños les encanta expresarsu independencia. Si quierecolocarse solo en el asiento,déjale, pero pon un límite detiempo. Puedes tener una canciónque cantes, haciéndole saber

que, para el final de la canción,tiene que estar sentado.No pongas el coche en marchahasta que tenga puesto elcinturón. Incluso puedesconvocar una «Revisión deseguridad», y hacer que cadapersona del coche diga«Cinturón puesto».Si se suelta el cinturón mientrasconduces, para en el arcén.Vuelve a atar el cinturón antes decontinuar. No intentes atarlo yconducir a la vez.Cuando ya se ha dicho y hechotodo, la seguridad es unaprioridad. Átalo y lidia con los

lloros. Sé constante. Nuncacedas y le dejes ir, «solo estavez», sin atar. Hará mucho másdifícil ejercer la norma lapróxima vez, y no debería haberexcepciones.

Seguridad al solCorrer en el parque, jugar en la playa,divertirse en el jardín —todas sonactividades estupendas en el exteriorcon tu hijo—. No obstante, tanto si hacefrío o calor fuera —o incluso si estánublado—, tienes que asegurarte de queestá debidamente protegido del sol. Las

quemaduras del sol que se sufren en laniñez aumentan el riesgo de cáncer depiel más adelante. Por lo tanto, laprotección frente al sol puede ser,verdaderamente, una cuestión vital. Heaquí algunas precauciones de seguridadpara proteger a tu hijo:

Programatussalidas.Los rayosdel solson másfuertesentre las11.00 de

la mañana y las 15.00; por lotanto, si sales a esas horas, hazdescansos a la sombra. Si estásen la playa, lleva una sombrilla.En el parque, busca árboles omarquesinas bajo las quesentarte. Predica con el ejemplo.Si te sientas a la sombra,también lo hará tu hijo.Elige un protector solarresistente al agua,específicamente diseñado paraniños. Has de buscar uno con unfiltro de protección solar mínimode 30, que ofrezca unaprotección de amplio espectro.Eso significa que protege contra

los rayos ultravioleta B (UVB) ylos rayos ultravioleta A (UVA).Vístelo de forma que su cuerpoesté cubierto. Protege su cabezacon gorras que tengan visera, alay faldón. Vístelo con mangalarga. Asegúrate de aplicarprotector solar en las zonas quequedan debajo de la ropa. Lasgafas de sol UV también sonfantásticas para proteger susojos.Aplica el protector solaralrededor de 30 minutos antes desalir. Después, vuelve aaplicárselo cada dos horas ycuando se moje.

Asegúrate de que estásutilizando suficiente protectorsolar y lo aplicas por todaspartes. Si te resulta difícilcubrirlo uniformemente con tantoajetreo, quizá te interese invertiren protector con color, que temuestra exactamente dónde lohas aplicado con anterioridad.Por norma general, tienes queusar alrededor de 15 gramos(dos cucharadas,aproximadamente) para cubrirtodo su cuerpo.Las áreas en las que no piensasson las que más se puedenquemar. Presta especial atención

a la parte posterior de lasrodillas, las orejas, el cuello, losempeines y las manos. Loslabios también pueden quemarse,así que ponle protector labialcon un filtro de protección solar15. Recuerda: nuestro objetivoes la diversión al sol.

Seguridad con mascotasSi no tienes mascotas aún, es mejoresperar a que tu hijo sea mayor, antes detraer un perro o un gato. Puede que tesientas tentado porque tu hijo de cuatro

años te está suplicando un cachorrito,pero recuerda que los cachorros seconvierten en perros, y los perrosrequieren muchísimo tiempo y trabajo.Por lo tanto, antes de caer en latentación de adquirir una mascota,piénsalo dos veces. Ya estásconcentrado —y extremadamenteocupado— en lidiar con tu hijo, ¡yañadir un perro o un gato puede serdemasiado! Cuando tu hijo sea mayor —pongamos, a los ocho o nueve—, puedesplantearte si es suficientemente madurocomo para asumir por sí mismo lasresponsabilidades. De lo contrario,estarás haciendo un montón de trabajo

por tu cuenta, ¡y estoy segura de que yatienes suficiente con lo que tienes!

¿Ya tenéis una mascota en lafamilia? Con tu hijo se aplican lasmismas normas que tenías cuando era unbebé; en resumen: nunca dejes a tu hijosolo en una habitación con una mascota.A los niños les encanta tirar de la cola,agarrar la piel, y saltar encima operseguir animales. Nunca sabes cómoreaccionará tu mascota.

Si tu niño pequeño tira de la coladel perro o del gato, tienes que decirle:«No le tires de la cola. Eso le hace dañoal perro/gato. ¡Ay!». Si siguehaciéndolo, tienes que averiguar si lohace como un simple juego, o con la

intención de hacer daño. Si planeabahacerle daño, hay que disciplinarlo de lamisma manera que si hiciera daño a unapersona.

Una vez tuve una llamada de unospadres, cuyo hijo de cuatro años tirabade la cola del perro y saltaba sobre él.Querían saber si había motivos paraestar preocupados. Los había. Los niñosque son intencionadamente bruscos conlos animales también pueden dominar aotros niños. Hay que cortar estecomportamiento intimidante de raíz conconsecuencias y disciplina que enseñenque tenemos que tratar a los animales y alas personas con bondad.

CONSEJOS DE SEGURIDADCON MASCOTASMantener a tu hijo y a tu mascota a salvoimplica vigilar. Ten en cuenta losiguiente:

Mantén la comida y el aguade tu mascota fuera delalcance de tu hijo. Tanto lacomida de gato como deperro pueden tener peligrode atragantamiento con lospequeños.Asegúrate de que tu mascotacome sin que la molesten. Enconcreto, los perros sevuelven posesivos en cuanto ala comida.

Mantén la bandeja de la arenadel gato apartada, y enseña atu hijo a mantenerse alejado.Enseña a tu hijo a no quitarlelos juguetes o los huesos de laboca a tu perro. Puedesentrenar a tu perro para«soltarlo», pero tu hijo nuncadebería quitarle nada.Enseña a tu hijo a acariciar alos perros y a los gatos concariño. Acércate lentamentey acaricia su pelosuavemente. No debería tirar,pellizcar ni golpear. Tambiéndebería entender quesiempre tiene que pedirpermiso al dueño antes deacariciar a su perro o gato.

Enséñale a no acercarsenunca a un perro que gruñe,ladra o muestra sus dientes, oa un gato que bufa.Lava siempre las manos de tuhijo después de tocarcualquier animal, tanto siestás en el parque como encasa o en un zoo infantil.Y dado que es mucho pedir aun niño que recuerde estasreglas, asegúrate de quesiempre hay supervisiónadulta alrededor de un perroo un gato.

AlergiasNo puedo escribir un capítulo sobreseguridad sin tratar la concienciaciónsobre las alergias. Cuando era pequeña,era propensa a muchas alergias, así quesoy especialmente sensible en cuanto aeste tema. Incluso si superaste los añosde bebé sin que tu hijo mostrara signosde alergia, ¡aún puede ocurrir! A medidaque madura su sistema inmune, encualquier momento puede mostrarseñales de estar desarrollandoreacciones alérgicas a comida y/osustancias en el ambiente, tambiénconocidos como «alérgenos». Ninguno

de mis padres era alérgico, pero, amenudo, hay un fuerte componentegenético. Si tú y tu pareja sufrís alergias,vuestro hijo tiene un 75 % deposibilidades de desarrollarlas también.

Las reacciones alérgicas habitualesincluyen diarrea, estornudos, moqueo,ojos y oídos que pican, resuello, tos,problemas nasales, o un sarpullido yeczema. El peor de los casos es unareacción anafiláctica.

La anafilaxia es una reacción alérgicaque pone en peligro la vida. Lossíntomas pueden incluir:

Enrojecimiento general de la piel.Urticaria en cualquier lugar delcuerpo.Sentimiento de muerte inminente.Inflamación de garganta y boca.Dificultad para tragar o hablar.Alteraciones del ritmo cardíaco.Asma severa.Dolor abdominal, náusea yvómitos.Sentimiento repentino de debilidad(caída de la presión sanguínea).Desmayo e inconsciencia.

Si tu hijo experimenta algunos de estossíntomas, llama al 112 inmediatamente.Si tu hijo tiene un EpiPen o un Anapen,hay que administrarlo al instante.

Las reacciones alérgicas puedenocurrir a causa del polen (que seencuentra en la hierba, la maleza y losárboles), el moho, ácaros de polvodoméstico, mascotas como gatos, perroy conejos, insectos (abejas y avispas),productos químicos industriales ydomésticos, medicamentos, látex (que seencuentra en globos, materialesartísticos e incluso pegatinas) y comida.Encontrarás más detalles relacionadoscon las alergias alimentarias en elcapítulo 9.

ADMINISTRARADRENALINA

Los lápices inyectables de adrenalina(AnaPen o EpiPen) vienen con suspropias instrucciones, y tendrás quefamiliarizarte con ellas. Te darán doslápices, puesto que el segundo puede sernecesario en caso de reacción grave.

Retira el extremo gris de tuEpiPen.Agarra el lápiz por el centro,y no pongas los dedos sobreninguno de los extremos.Presiona firmemente elextremo de la «aguja» (el deltapón gris) sobre el exteriordel muslo de tu hijo, por laparte superior. No hace faltaque le quites la ropa para

hacerlo, a menos que sea muygruesa.Cuenta lentamente hasta 10antes de sacar la aguja.Llama al 112 y pide unaambulancia, explicando quetu hijo ha tenido una reacciónalérgica y que has usado elEpiPen.

Si tu hijo está inconsciente:

Ponlo de costado.Si tu hijo no mejora a loscinco minutos de administrarla adrenalina, usa el segundoEpiPen en la otra pierna,aplicando el mismoprocedimiento.

Incluso si tu hijo se harecuperado para cuandollegue la ambulancia, tieneque ir al hospital para que loevalúen.

No todas estas sustancias soncapaces de causar reacciones conpeligro de muerte, pero puedenincomodar bastante a tu hijo. Lasalergias alimentarias potencialmentemás peligrosas incluyen los cacahuetes,los frutos secos (por ejemplo,almendras, nueces, anacardos, nueces deBrasil), las semillas de sésamo, el

pescado, la soja, el marisco, losproductos lácteos y los huevos. En lacategoría no alimentaria están laspicaduras de abeja o avispa, el látex, lapenicilina o cualquier otro medicamentoo inyección. Una reacción ligera en unaocasión no significa que tenga una«pequeña» alergia. Hay que controlarcualquier reacción alérgica e informar atu médico, porque posteriores contactospueden provocar reacciones muchomayores.

En la mayoría de los casos, a losniños alérgicos con riesgo de anafilaxiase les prescribe un EpiPen o Anapen,que es una inyección de adrenalina(epinefrina) que constriñe los vasos

sanguíneos, relaja los músculos de lospulmones para mejorar la respiración,estimula el latido cardíaco y ayuda aevitar la inflamación alrededor de lacara y los labios. Si prescribe un Epipeno Anapen a tu hijo, te enseñarán ausarlo, pero el cuadro «Reducir losalérgenos en casa» contiene unrecordatorio de las nociones básicas.

No te alarmesPuede ser aterrador tener un hijoalérgico —sobre todo, si tiene peligrode reacciones graves—, pero intentamantenerte sereno. Reaccionará muchomejor a la situación si sabe que estás

relajado y seguro en cuanto a sucuidado.

Las reacciones serias no son tanhabituales, y muchos niños puedenexagerarlas. Si tienes un historial dealergias en tu familia, merece la penahablar con tu médico para obtener unvolante para el alergólogo, que puedehacer algunas pruebas para ver si tu hijolas sufrirá.

Hacerse las pruebasSi observas que tu hijo experimentaligeras reacciones alérgicas comoestornudos, picor en los ojos o unmoqueo constante, un antihistamínicopuede ayudar a reducir los síntomas. A

continuación, deberías ponerte encontacto con tu médico para tener unaconversación sobre el control de lasalergias de tu hijo. Pueden hacerpruebas para establecer la causa oremitirte a un alergólogo, que puedehacer pruebas cutáneas (pruebas depinchazos en la piel) y análisis desangre para establecer los alérgenosconcretos.

Una vez identifiques el tipo dealergia que tiene tu hijo (sobre todo, sies severa), asegúrate de que todo aquelque cuide de él sepa lo que es, cómoevitar problemas y cómo tratar lossíntomas. Eso incluye cuidadores,canguros, niñeras, centros de día y

guarderías. Puede que tengas queproporcionarles medicación comoinhaladores para el asma,antihistamínicos y, en caso de alergiasseveras, dos EpiPen. También tendrásque llevarlos encima en todo momento.

Otras reacciones alérgicasEs fantástico que tu hijo no tenga ningúnsíntoma de alergias anafilácticas, pero¿qué ocurre si le han diagnosticado asmao parece reaccionar a alérgenos deinterior como ácaros del polvo o caspaanimal? Es entonces cuando tienes queponerte en marcha para limpiar tuentorno y retirar los desencadenantes

que causan problemas. Hay elementosque indican las condiciones alérgicasque pueden afectar a tu hijo, e incluyenel asma, el eczema y la alergia al polen.

Antes de regalar tu gato olimpiar la casa de arriba

abajo, toma nota. Los estudios indicanque los niños que crecen en hogares conmascotas tienen menos probabilidadesde desarrollar alergias más adelante.El mismo estudio también indica que elpolvo y las bacterias también moldeanel sistema inmune, de manera queprotege frente a las alergias.

Asma

Con el aumento de las toxinasmedioambientales, el asma parece estaral alza en los niños. Si handiagnosticado asma a tu hijo, tendrásque limitar los brotes, reduciendo laexposición a cualquier desencadenante.Mantén las puertas y las ventanascerradas durante el punto álgido de lasépocas de alergias estacionales.Controla los alérgenos del interior,limpiando la casa semanalmente, y sobretodo la habitación de tu hijo y su cama.Evita o reduce la cantidad de moho,reduciendo la humedad en el aire con undeshumidificador. Las plantas tambiénpueden tener moho o polen, así quereduce el número de plantas en casa.

Una de las mejores cosas quepuedes hacer por un niño con asma esevitar tratarlo como si fuera enfermizo odébil. Yo he tenido asma desde que teníacinco años, pero no era una «enferma deasma» —esas dos palabras no van bienjuntas—. Es el lenguaje que usamos loque moldea la mentalidad y la saludemocional de nuestros hijos. Si lo tratascomo algo terrible, tu hijo recibirá esemensaje. Si lo tratas de forma positiva,él también lo sentirá así. Es ladiferencia entre «No puedes ir a la fiestaporque se puede desencadenar unataque» y «Cojamos tu medicamentopara el asma, para que puedas ir a lafiesta». Lo primero hace que se sienta

distinto de mala manera, lo segundodemuestra que puede ser como todos losdemás.

REDUCIR LOS ALÉRGENOSEN CASAControlar los alérgenos del interiorimplica deshacerte de ácaros de polvosy esporas de moho, proteger contra lacaspa animal y controlar los insectos.He aquí algunos consejos para mantenerla limpieza:

Lava las sábanas de tu hijo enagua caliente por encima delos 60 °C una vez por semana.En otras palabras, usa el

programa más caliente de tulavadora.Plantéate comprar fundascon cremallera y a prueba dealérgenos para su edredón,sus almohadas y su cama.Aspira su habitación una vezpor semana con unaaspiradora que tenga unfiltro HEPA. Sacude lasalfombras y barre y friega lossuelos al menos una vez porsemana.Quita el polvo de todas lassuperficies duras comopersianas, ventiladores ymuebles, frecuentemente, conun paño húmedo.Limita la cantidad de

peluches que tiene en suhabitación. Si tiene uno o dosfavoritos, lávalossemanalmente en aguacaliente.

5

Disciplina

Al contrario de lo que algunos devosotros podáis pensar, los niños nonacen con habilidades sociales o unacomprensión innata de lo que está bien ymal. Tú puedes comprender la clase decomportamiento que es aceptable ensociedad, pero ellos no. Esto te da latremenda responsabilidad de enseñarle atu hijo la diferencia entre lo que estábien y mal —y todo lo que puedenecesitar saber para convertirse en unadulto responsable en el futuro—. Estopuede parecer una tarea titánica, pero,una vez empiezas, es más fácil guiarlopara que entienda cómo tratar bien y conconsideración a los demás.

Piensa en las consecuencias si noenseñas estas cosas: ¿Qué clase de serhumano estás criando si aceptas el malcomportamiento? El impacto a largoplazo de tu aceptación es enorme. Es turesponsabilidad hacer que tu hijo seamás consciente de los sentimientos delos demás, enseñarle empatía y respeto,y asumir tu moral y tus valores. Esto esimportante para tu vida familiar, susfuturas relaciones y su capacidad deexistir en la sociedad de una manerasaludable y funcional. Le afectará entodo, desde su capacidad para aprendery crear, así como mantener relacionessaludables y felices para su éxito en lavida futura. Así que, aun cuando es

joven y parece absurdo cargarlo coninformación que no crees quecomprenda, es importante ser constantecon la disciplina, porque leproporcionará los límites que forman labase con la que actúa ahora y en elfuturo.

No puedo insistir lo suficiente en loimportante que es una base de disciplinaen la primera infancia. Estos años soncríticos. Puede que sea difícilmantenerte en tus trece cuando tenga unarabieta, pero te ahorrará décadas deproblemas. Si estableces las normasahora, tu hijo aprenderá muyrápidamente. Si no lo haces, tendrás quetrabajar el doble para corregir su

comportamiento más adelante. Quieresque tenga un sentido claro de cómocomportarse para cuando entre en laescuela. Los profesores quierencentrarse en educar a tu hijo, no en tenerque enseñarle un buen comportamientobásico. Y, definitivamente, ¡no te quieresenfrentar a un adolescentedescontrolado!

Poneos de acuerdoAntes de empezar, tómate un momento yreflexiona sobre cómo te enseñaron adistinguir el bien y el mal. ¿Qué hay detu pareja? ¿Qué harías igual y qué

cambiarías con tu hijo? Ponerte deacuerdo con tu pareja y aclarar cómoimpondréis la disciplina es muyimportante. Juntos, deberíais hacer unalista de normas con las que estéis deacuerdo y queráis como base paravuestra vida doméstica. Se trata de unaconversación muy significativa, puestoque consolida lo que es importante paravosotros, como individuos y comopadres. Te daré mis propias sugerencias,que son tan solo sugerencias; tus normasson tuyas.

Con los años, he descubierto quecada familia tiene normas distintas:comer en el sofá, entrar en ciertashabitaciones, tocar ciertas cosas y,

naturalmente, el comportamientogeneral. La clave es que tú y tu parejadecidáis juntos lo que es importantepara vosotros. Naturalmente, los límitestambién son por seguridad, paramantener seguro a tu hijo que se muevemientras explora. No obstante, en granmedida, estás estableciendo lascondiciones para vivir con tu familia einteractuar con gente en el mundoexterior.

Cada vez que pones unanorma, estableces un límite.

Estás estableciendo lo que esimportante para vosotros como familia.Para tu hijo, estás dejando claro que

«mamá y papá no van a ceder en esto,porque esto es importante paranosotros. Estos son nuestros valoresfamiliares, y así es como esperamos quete comportes».

Las normas y los límites no sonsolo para enseñar a tu hijo acomportarse bien. Estás estableciendoparámetros en los que puede sentirseseguro, porque sabe que puede jugar enel espacio intermedio. Sin eso, la vidaparece demasiado confusa yabrumadora. Lo creas o no, ¡él quiereque establezcas normas! Se sentiráseguro cuando sepa dónde está.

A lo largo de este capítulo,encontrarás consejos y técnicasdemostradas que te ayudarán aintroducir normas y disciplina conseguridad. Sugiero que lo leáis juntos ylleguéis a un acuerdo en las medidas quetomar.

Encontrar el equilibrioadecuado con las normasPermíteme que te haga una pregunta. Sidigo la palabra «estricto», ¿cómo tesuena? Para algunas personas, «serestricto» les trae recuerdos de suspropias infancias, en las que «estricto»

implicaba intransigencia, ningunaposibilidad de elegir e injusticia. O,peor aún, castigo corporal.Naturalmente, no quieres repetir eso contus hijos, pero tampoco quieres ir al otroextremo y que tu hijo se desmadre. Hoyen día, muchos padres se asustan tanto ala hora de tener que disciplinar que sevan al otro extremo y dejan que sus hijoscorran desbocados. Tienes que encontrarun feliz punto medio. En este libro,aprenderás a tirar de los dos extremos:con firmeza pero con justicia.

LISTA DE REGLAS

¿Cuáles son las normas básicas quedeberías enseñar a tu hijo durante estosaños?

Sé amable con los demás.Escucha y haz lo que te digan.Nada de insultos.Nada de tirar comida ojuguetes.Nada de saltar sobre losmuebles.

Añade a esta lista tus propias normasfamiliares.

Es una buena idea colgar lasnormas en un sitio visible, aunque tu hijono pueda leer, porque —para serhonesta contigo— es un recordatorioimportante para manteneros a ti y a tupareja en el mismo punto y sercoherentes. Si dices una cosa un día ydespués te desdices al siguiente, estásenviando mensajes confusos a tu hijo.Por lo tanto, si uno de vosotros dice«no» y el otro dice «sí», la lista puedeayudaros a manteneros firmes juntos.

Introducir las normas

Los años de laprimera infanciaconsisten enexplorar y aprender.Llamo a mis niñosMis PequeñosCuriosos, porqueson curiosos de unaforma adorable einocente. Tiran lacuchara por el retrete para ver si flota enel agua. O ven dibujos animados en losque los personajes están en la isla deltesoro, y después van y escarban en eljardín, provocando un desastre.

Cuando pienso en los años de lainfancia, no pienso en niños pequeños

limpios e impolutos. Pienso en un niñocomiendo espaguetis, con salsa por todala cara, o jugando cubierto de barro ypintura. Todo es nuevo. Estáaprendiendo muchísimo y tiene unmaravilloso entusiasmo por el mundodesde su diminuta perspectiva.

Comprender que buena parte de loque hacen los niños procede de lacuriosidad y el aprendizaje —y no de unintento intencionado de hacer algo maloo travieso— te ayudará a mantener laPerspectiva. Los padres se quejan decosas como: «Ha empezado a pintar enla pared»; no obstante, desde laperspectiva de tu hijo, estaba pintandosobre papel y se ha preguntado:

«¿Funciona también en las paredes?».No ha hecho un esfuerzo especial porestropear las paredes. Sencillamente, nosabía que no debía hacerlo, porque no selo habían dicho. Ni repetido: «Nossentamos a la mesa, o nos ponemos depie frente a un caballete y solo pintamosen papel». Tan sencillo como eso.

Ciertamente necesitarás todas lasherramientas de tu mochila mientrascreas la base del buen comportamientocon tu hijo: Seguridad, para creer en loque estás haciendo, para que noflaquees; Disciplina para abordarlo;Paciencia, Perseverancia, Energía yCompromiso para hacerlo una y otravez; Perspectiva, porque puede que

necesites recordarte a ti mismo por quélo estás haciendo; Previsión para evitarproblemas; y, naturalmente, Humor, parareírte por dentro ante los límites a losque puede llegar tu hijo para conseguirlo que quiere.

CONSEJOS PARAESTABLECER NORMAS

Enseña a tu hijo que hay unanorma impuesta, siendofirme, repetitivo y coherente.Cuando dices «no», explicapor qué. ¡Muchas veces! Pero,recuerda, estos pequeños nopueden razonar, así que no les

des una explicación larga.Algo sencillo como «nopintamos en la pared,coloreamos en papel» o «notiramos de la cola del perro,porque le hace daño» essuficiente.Con el tiempo, aprenderá quéclase de comportamiento noquieres, lo aceptará y serácoherente con él. Estáaprendiendo de ti cómohacerlo correctamente y, porlo tanto, lo hace bien.

Tanto tiempo como haga falta

He aquí algo importante que tienes queentender: tu hijo no aprenderá tusnormas de la noche a la mañana, y si yaha desarrollado malos hábitos, llevarámás tiempo aún.

Los padres siempre mepreguntan: «¿Cuánto tiempo

llevará?». La respuesta es: tantotiempo como necesites tú para llevarloa cabo y ser coherente con ello. Así queles devuelvo la pregunta: padres,¿cuánto tiempo llevará?

Los niños aprenden la diferenciaentre el comportamiento aceptable e

inaceptable a través de la repetición y elcondicionamiento. Los padres preguntana menudo por qué tienen que explicar lascosas una y otra vez, y la sencillarespuesta es porque todo el mundoaprende a través de la repetición. Tevuelves mejor en los deportes si lospracticas. Lo mismo ocurre con tu hijo ysu comportamiento. Se vuelve mejor amedida que practica. No va a aprenderla primera vez que digas algo. No soloestá intentando comprender lo que leestás enseñando, sino que al mismotiempo está aprendiendo el lenguaje.Apenas está empezando a hacer frases ya captar conceptos.

Algunos padres no se lo creen einsisten: «Mi hijo es así». Eso,sencillamente, no es así. Es solo que nole han enseñado bien. Tú modelas elcomportamiento de tu hijo a través detus normas y expectativas, y tureafirmación en ellas.

Recuerda, igual que la repeticiónayuda a enseñar buen comportamiento atu hijo, también ayuda a enseñar malcomportamiento. Si le estás enseñandoun comportamiento negativo una y otravez, se vuelve mucho más difícil decambiar. El motivo es que elcomportamiento que no quieres ya se haarraigado. Anímate: no es imposiblecambiar un mal comportamiento, solo

lleva más tiempo. Por eso es tanimportante enseñar buencomportamiento a tu hijo y reentrenarloinmediatamente cuando percibes un malcomportamiento. Y asegúrate de llevarlohasta el final: ahí comienza laenseñanza.

¿Cuándo empezar a enseñarlas normas?Cuando tu hijo tiene menos de dos años,se emplean el tono de voz y lasexpresiones faciales para mostrarle queestá haciendo algo que no debería hacer.Para cuando cumplen dos o dos años y

medio, la mayoría de los niños tienen lacapacidad de comenzar a entender ladiferencia entre «buen» y «mal»comportamiento. Es a esta edad cuandote sugiero que comiences a usar lo quecomúnmente se conoce como lasestrategias de «Tiempo muerto», comola técnica del «Escalón de lostraviesos», o la técnica de«Confiscación de juguetes». Prontocomenzará a comprender que hay unaconsecuencia para su comportamiento.

Las normas son básicamente lasmismas, tanto si tu hijo tiene dos, tres ocuatro años. «No pegar» es no pegar. Essolo que, cuanto más crece tu hijo, máscapaz es de comprender y recordar lo

que se espera de él. Mientras las normassean las mismas, tus expectativas debenser realistas y adecuadas a su edad.Recuerda: solo rompiendo las normas ysufriendo las consecuencias una y otravez aprende un niño qué hacer y por qué.

Consejo: juego de rol paranormas

Una manera de comenzar aenseñar normas es a travésdel juego de rol. Yo lo veocomo un «minimundo», en elque puedes tener un osito depeluche que tire comida alsuelo en un restaurante.

Haz un juego de rol con loque el osito debería hacer.

Probando, probandoCuando le enseñas las normas porprimera vez a tu hijo, le estásinformando sobre lo que está bien y loque está mal. No usas una técnica dedisciplina porque no sabía que hubierahecho nada malo. No obstante, una vezle das las explicaciones y lasconsecuencias de seguir con esecomportamiento, ¡tiene opciones! ¿Y sisigue haciéndolo?

No deberías emplear unatécnica la primera vez que

estableces una norma. No habría quedisciplinarlo porque aún no le handicho que no haga algo. Solo cuando yase lo has explicado y lo hace de nuevointencionadamente, pones en marcha ladisciplina.

Los padres me preguntan cómosaber si entiende o no que está haciendoalgo mal. En realidad, es bastantesencillo. Sabrás que lo entiende cuandole digas que no haga algo, te mire yvuelva a hacerlo. A menudo, puede queincluso se ría. Esa es su manera dedesafiar claramente lo que estás

diciendo, y preguntarse si te vas amantener firme a la hora de detenerlo.

Algunas veces verás una especie decaminar de cangrejo. Camina de lado ysaca el dedo, como para tocar algo. Estáesperando una reacción —probando loslímites: «¿Estás diciendo que esta es unalínea que no puedo cruzar jamás, o esalgo que estás diciendo solo por estavez?»—, mientras tú gritas: «¡Lo digo enserio!». Decirlo en serio es llevarlo acabo hasta el final.

Hay muchas cosas que ocurren enesta época de la infancia que tienes quedescifrar. ¿Es un juego de poder porquequiere invalidar lo que estás diciendo?O ¿es porque no lo entiende? Tienes que

averiguarlo, para saber cuándodisciplinar y cuándo dar un paso atrás.Tu motivación también es importante.Tienes que crear límites conexplicaciones válidas que lasacompañen. No se trata de querer laperfección o preocuparte porque tu hijoestá provocando un desastre. Se trata dela seguridad y de lo que a ti te parececorrecto.

No te enfades la primera vez que tuhijo rompa una norma: la única forma desaber que es una norma es rompiéndola.

MÁS ALLÁ DEL «NO»

¿Te encuentras diciendo «No, no, no»durante todo el día? Comunicarse conniños es casi como aprender una nuevalengua. He aquí algunos consejos sobremaneras de hacerle saber qué hacer sinutilizar dicha palabra:

Ponte asu nively haz

contacto visual directo.Haz afirmaciones sencillas ybreves.Emplea las palabras queexpresan lo que él sentiría.Tocar la cazuela cuando

todavía está caliente sería:«ay, caliente. ¡Au!».Intenta reformular tupetición de manera positiva.En lugar de decir «no, notires de la cola del gato», di«acaricia suavemente al gato,así», y muéstraselo.

Haz una advertencia primeroUna advertencia establece que hablas enserio en cuanto a lo que le estáspidiendo a tu hijo que haga —o no haga.

Los niños funcionan,principalmente, con el lado derecho delcerebro. El hemisferio derecho del

cerebro es donde se perciben lasexpresiones faciales no verbales y ellenguaje corporal, mientras que es en elhemisferio izquierdo donde tienen lugarel lenguaje y el pensamiento lógico. Elhemisferio izquierdo no destaca confuerza hasta la edad escolar. Dado elpredominio del hemisferio derecho, tuexpresión facial y el tono de voz llamanmucho más la atención de un niño quelas palabras que dices. Por eso, cuandolances una advertencia, hazlo con untono lento y bajo de voz, y una carafirme. Refuerza tu mensaje.

Tambiénsugiero bajar asu nivel, ysostener susmanos paramantenerlo adistancia. Estono significaagarrarle del brazo o ser agresivo (setrata de una señal de pérdida de controle ira), sino de mantener sus manos abajosuavemente, mientras conectasvisualmente y lanzas la advertencia(véase abajo). Cuando hacesadvertencias o disciplinas a tu hijo, losgestos que haces son tan importantescomo tu tono de voz. Si explicas con una

voz firme por qué tiene que dejar detirar cosas, pero tu lenguaje corporal esde disculpa, resulta confuso. O si estásenfadado y aprietas la mandíbula, tulenguaje corporal habla mucho más quecualquier otra cosa que puedas decir.

Cambiar tu tono de voz y tulenguaje de voz puede ser eficaz paradisciplinar, pero no si empleas una «vozde advertencia» constantemente. Si seconvierte en tu tono normal de voz, nofuncionará cuando tengas que lanzar unaadvertencia. Es como Pedro, que chilló«lobo» demasiadas veces. Otra cosa queveo a los padres hacer es permitir a sushijos que les abracen mientras les lanzanla advertencia. Esto envía un mensaje

contradictorio que les confunde —¿estánhaciendo algo malo o no?—. Asimismo,tienes que ser capaz de ver su cara yestablecer contacto visual para saberque le estás llegando y te comprende.

¿Preguntas o dices? ¡Aclárate!A la hora de disciplinar, los padres semeten en problemas de muchas maneras.El mayor problema radica en la formaen la que comunican sus expectativas.¿Le están preguntando o diciendo algo asu hijo? Hay una diferencia enorme. Site lo pregunto, te doy una opción. Si telo digo, no hay negociación. Cuandoestás estableciendo un límite o

enseñando una norma, asegúrate dedecir, y no preguntar. Veo a los padrescometer este error constantemente: «Noquieres pegar a tu amigo, ¿verdad?», enlugar de «No pegues». Di lo que quieresdecir.

Mantén serenamente el controlEmplear un tono lento y bajo también teayuda a sentirte con un mayor controlque si chillas y gritas. Si él te chilla a ti,emplea tu voz lenta y baja para decirleque no te hable así. ¡No te unas a él! Losgritos y los chillidos proceden de unlugar de ira y frustración. Cuando estásen un estado emocional, pierdes el

control y no es eficaz. Tu hijo se asusta ypuedes acabar haciendo y diciendo algode lo que te arrepientas después.

Si sientes que te estás volviendoirascible y que quieres chillar o golpearde frustración, tómate un respiro.Cálmate antes de hacer nada más.Márchate a otra habitación. No pierdasel control; no es saludable. Enciérrate enel baño y cuenta lentamente hasta diez,inspirando por la nariz y expirando porla boca. Este ejercicio de respiraciónregulará la tensión que sientes, demanera que todo tu cuerpo se calmará yte sentirás más relajado. Si diez no essuficiente para calmarte, cuenta hasta

20..., tanto como necesites para aclararla cabeza.

BofetadasEsto sigue siendo tan polémico comosiempre, y es algo que todos los padrestienen que evitar. ¿Qué respaldaexactamente este acto físico? Desdeluego, no respalda una relaciónsaludable —ni un ejemplo positivo, nidisciplina eficaz—, sino que, en cambio,respalda más lo que yo clasificaríacomo miedo. Si enseñar a tu hijo laimportancia de hacer algo moralmentecorrecto implica inyectar el miedo deque le hagan daño como consecuencia,¿qué está aprendiendo en realidad?

Ningún padre le ha dado un bofetóna su hijo, sintiéndose bien. Siempreprocede de un estado de frustración eira. Sabemos que no puede fluir unacomunicación saludable si la ira estápresente. La bofetada crea una brecha enla comunicación. No puede sustituir loque hay que decir. No pegues a tu hijo.

Muchos padres han perdido losnervios alguna vez con su hijo y hanpensado: «¿Qué he hecho?». Dartecuenta de ello puede ayudarte a entenderqué es lo que no funciona —y así puedescambiarlo—. Si la has emprendido conél por frustración, tienes queresponsabilizarte, y dar los pasos paradescubrir qué está haciendo que te

sientas impotente y fuera de control. Apartir de aquí, tienes que llevar a cabolas acciones necesarias para disciplinar,sin recurrir a la violencia. Y, puesto quetú eres un modelo de conducta y le estásenseñando a tu hijo la importancia delbuen comportamiento, también deberíasdisculparte, sin duda alguna: «Pegar estámal y lo siento. Mamá ha perdido elcontrol y eso no está bien».

Los años de la infancia noconsisten únicamente en el viaje de tuhijo, sino también en el tuyo. Te pruebancada día. No es un camino fácil, perotampoco es imposible. Cuando te dascuenta de que has cometido un error,puedes autocorregirte.

Técnicas de disciplina

A medida quevayas leyendoeste apartado,verás que no heofrecido 101maneras dedisciplinar. Esoes porque tenerdemasiadasopcionesgarantiza,prácticamente,no llevar a cabocorrectamenteninguna deellas. ¿Por qué? Porque la mente no secentrará y no recordará lo necesario.

Aunque es cierto que los niños tienendistintos temperamentos ypersonalidades, ningún niño se libra delas etapas del desarrollo de la primerainfancia. Tras trabajar con cientos depadres e hijos, he descubierto que losresultados tienen más éxito con padresque dominan una técnica y la empleaneficazmente que con los que tienenmuchas opciones para considerar.

El «Escalón de los traviesos»Conocido por los millones de personasque habéis visto mis programas, noobstante, ¡no siempre se implementacorrectamente!

La técnica del «Escalón de lostraviesos» es una forma de tiempomuerto. Es una forma muy efectiva yeficaz de enseñarle a un niño que ciertocomportamiento no es aceptable. Paralos niños pequeños, se trata de calmarsey darse cuenta de lo que ocurre cuandose comportan de cierta manera. Sinembargo, para un niño maduro de cuatroaños, también se trata de reflexionarsobre su conducta con arrepentimiento.Aprende que, si se porta mal, laconsecuencia será sentarse allí duranteun periodo de tiempo, y se perderá lomucho que se podría estar divirtiendo.

Puesto que trabajo con muchasedades distintas, decidí que el tiempo en

el Escalón de los traviesos debería serde un minuto por cada año de vida delniño. Por lo tanto, para un niño de cuatroaños, son 4 minutos. Media hora seríapoco realista. No puedes conseguir queun niño esté sentado a la mesa durante20 minutos, ¿cómo vas a conseguir quehaga un tiempo muerto de 30?

LA TÉCNICA DEL «ESCALÓNDE LOS TRAVIESOS»

Establece un punto en tu casa,antes de necesitarlo.Cuando se comporte mal,lánzale una advertencia. Eso

le da la oportunidad deautocorregirse.Si sigue comportándose mal,llévalo al escalón y explícalepor qué está allí: «Tienes quesentarte aquí, porque nopegamos». Dile cuántotiempo pasará en el escalón;eso le hace saber lo que seespera.Márchate y pon eltemporizador durante unminuto por cada año de edad.Te marchas para mantener lacompostura, y para que nohaya conversación o juego depoder por su parte, y paraque se dé cuenta de que las

acciones tienenconsecuencias.Lo más probable es queintente levantarse, al menosal principio. Si se levanta, lovuelves a colocar en elescalón y programas denuevo el temporizador, sinhablar. Si es necesario, hazlouna y otra vez hasta que sepueda quedar quieto duranteel periodo de tiempo que hasprogramado.Sentarlo de nuevoconstantemente manda unmensaje muy fuerte que diceque hablas en serio y que loestás llevando a cabo. Tutrabajo es mantenerte sereno

y constante, sin importarcuántas veces tengas quevolver a ponerlo allí. Lo másimportante es que mantengasel control. Sabes que, si selevanta, vas a volver acolocarlo. Siente tuCompromiso yPerseverancia, y eso hacemucho a la hora de lograrque esto funcione.

Puede que tu hijo se levantedel escalón e intente jugar alo que yo llamo «el gato y el

ratón», esperando a quecorras a colocarlo de nuevo.Si corre de nuevo al escalóncuando te acerques, ignóralo.Ya ha vuelto a colocarse en sulugar.Cuando salte eltemporizador, vuelve y di:«Vale, el tiempo se haacabado». Explícale de nuevopor qué estaba allí, puestoque, porque son muypequeños, puede que no lorecuerde. Puede que tútambién lleves tanto tiempocolocándolo que los dostengáis problemas pararecordar por qué está en elescalón. Repite el mensaje:

«Has pegado, y eso no estábien».Pídele que se disculpe. Ladisculpa es muy importante,puesto que ayuda a tu hijo aresponsabilizarse por susactos, y le ayuda a aprendercómo redimirse cuando hacealgo inapropiado.Una vez se ha disculpado,daros besos y abrazos. Esomuestra que no le niegasafecto o amor a tu hijo, sinoque le estás enseñando elconcepto de lasconsecuencias.Date una palmaditasilenciosa en la espalda pormantenerte sereno, coherente

y llegar hasta el final. Unalección enseñada es unalección aprendida.

Cuando estabadesarrollando latécnica, tambiénsabía que, a la vezque enseñas adistinguir el bien delmal, tu hijo está en una edad en la queexperimenta una intensa ansiedad por laseparación. Por eso empleo un escalón opunto desde el que tu hijo pueda verte.

Escalón, silla, esterilla —en realidad noimporta lo que elijas, siempre que seaun punto seguro en el que puedas ver loque hace—. Normalmente, es un lugarcerca de la cocina o de la zona dejuegos.

Tras pasar dos décadas enseñandola técnica del «Escalón de lostraviesos», aún me enfrento a las mismasdos preguntas. La primera es: «¿Por quéno se queda ahí cuando lo coloco?». Larespuesta es que no siente que tiene quehacerlo hasta que reafirmas —a travésde la repetición— que tú estás a cargo.¿Se quedaría un hombre en prisión si nole obligaran? También me preguntanconstantemente: «¿Por qué lleva tanto

tiempo? Creía que sería más rápido».¿Cuál es la respuesta a esa pregunta? Esporque los pasos no se están dandocorrectamente. Déjame guiarte, paso apaso, y explicarte por qué es importantecada caso.

Pincha y repara¿Por qué es esta técnica tan importantedesde la perspectiva de la relación? Leestás enseñando a tu hijo lo que lospsicólogos llaman «revienta y repara». Amí me gusta llamarlo «pincha y repara».A través de la técnica del Escalón de lostraviesos, tu hijo está aprendiendo que,cuando hace algo que no está bien, secrea un pinchazo entre otra persona y él,

y hay que repararlo. Pedir disculpas esla reparación. Piensa en ello como elpinchazo de una bici que tienes quereparar antes de que te puedas volver amontar. Naturalmente, tu hijo noentiende esto intelectualmente, peroestá aprendiendo una habilidadfundamental para las relaciones.

Como padre, es importante que teocupes con otra cosa mientrasimplementas la disciplina. No quieresser como un guardia de prisionesvigilando a tu hijo. Tienes que saber entu interior que vas a llevar los pasoshasta el final, y después de ponerlo en el

escalón, muéstrale que te dedicas a tuspropios asuntos. Limpia unos cuantosplatos, carga el lavavajillas, o dedícateal resto de tus hijos —esto le muestraque estar en el Escalón de los traviesosno detiene todo lo demás.

Recuerda: no es la magia delobjeto, es la magia que vas a sacar de timismo para mantener el proceso. Tenpaciencia y persevera. No importacuántas veces tengas que hacerlo. Si temantienes firme, con el tiempo,aprenderá. He visto a padres pasar decolocar a su hijo cuarenta veces acolocarlo ocho, o a no tener quecolocarlo. La clave es seguir los pasosconstantemente, y no ceder.

El temperamento de tu hijopuede influir en lo estricto

que eres a la hora de mantenerlo en elEscalón de los traviesos. Si un niñoterco se levanta del escalón y se sientajunto a él, yo lo volvería a colocar. Conun hijo generalmente tranquilo, dejaríaque se sentara junto a él, en lugar deponerlo sobre él. Conocessuficientemente bien a tu hijo parasaber lo preciso que tienes que ser paraque lo entienda.

Localización y resolución deproblemas con la técnica del «Escalón

de los traviesos»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Y si me habla y me insultadesde el escalón? La respuestaes tan sencilla como ignorarlo.Quiere engancharte para quitarteel control.Se ríe, piensa que es un juego.Se ríe para hacerte olvidar queestás a cargo. Si le das todo elpoder y el control, te sentirás sinpoder y te parecerá un juego.Se pone a sí mismo en tiempomuerto. No sirve de nada. Untiempo muerto no es un tiempo

muerto a menos que proceda delque imparte la disciplina en lafamilia. En cualquier otraocasión, es un escalón o una sillacorriente.¿Lo estoy utilizando para todo,como no compartir y llorar, enlugar de usarlo solamente cuandose rompe una regla?¿Vuelves a colocar a tu hijo cadavez que se escapa, sin importarcuántas veces sean?¿Estoy realizando cada paso tal ycomo dice arriba? Es imposibleque la técnica falle. Tú fallas alllevar a cabo la técnica. Porejemplo, es importante tener una

segunda explicación, porque leestás recordando por qué estáallí. Muchos padres están tanexasperados, después de pasaruna hora recolocando a su hijo,que ni siquiera les preocuparecibir una disculpa o no. O lospadres colocan a su hijo en elescalón y, cuando pasa eltiempo, gritan desde lejos: «¡Yapuedes levantarte del escalón!»,en lugar de volver y terminarcorrectamente. La secuencia decada uno de los pasos esimportante.¿Estoy controlando el tiempo?Muchos padres dicen que no

llevan reloj. Bien, entonces,utiliza el reloj de la cocina o untemporizador.¿Lo hago con cada hijo que lonecesita? Algunos padres dicenque no pueden hacerlo con dos otres hijos a la vez. Así que, sitienes varios, hazlo con uno, ydespués sigue el resto.Si no recuerdas los pasos,cópialos y pégalos en elfrigorífico o sobre el lugar (o elescalón) que has elegido parahacer la técnica.

«Un strike y estás fuera»

Esta es otra forma de disciplina que sepuede usar cuando tu hijo tiene uncomportamiento muy irascible que hayque diluir —o tienes un hijo con pocacapacidad de escucha o comportamientorebelde—. Te darás cuenta de que, amedida que le ayudas a diluir su ira ymejoran sus capacidades de escucha,puedes pasar a emplear el Escalón delos traviesos. Dados los problemas deansiedad por separación con los niñosde dos años, yo uso esta técnica conniños de tres y medio y cuatro,principalmente.

Hace poco, empleé esta solución enun niño de cuatro años con el que estabatrabajando. Tiraba cosas cuando se

enfadaba. Había visto a su hermanomayor actuar de la misma manera, asíque le resultaba natural copiarle. Latécnica de «Un strike y estás fuera» leenseñó a controlar su ira. Así es cómose hace.

LA TÉCNICA DE «UN STRIKEY ESTÁS FUERA»

Esta técnica no tieneadvertencia ni límite detiempo.Retíralo de tu espaciopersonal, y hazle saber porqué.

Si vuelve, retíralo de nuevosin decir nada. Vuelve acolocarlo cada vez que tedesafíe.Al devolverlo, no le prestesatención, evita el contactovisual, y emplea tu tono devoz bajo y severo. La clave esmantenerse sereno y noprestarle ninguna atención.Su temperamento alcanzarásu punto más alto en algúnmomento, y comenzará acalmarse. Entonces, pedirávolver.Hazle saber que podrá volvera tu espacio personal cuandose disculpe.Cuando se disculpe, alábalo y

permítele volver a lahabitación con el resto.

Localización y resolución deproblemas con la técnica de «Un strikey estás fuera»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Le permito a mi hijo volver sindisculparse por sucomportamiento?¿Permito que el comportamientocontinúe durante demasiado

tiempo antes de decir: «Vas a ira un strike y estás fuera»? Unstrike y estás fuera significa unstrike. No dos, ni tres. Implicacortar su comportamiento deraíz. Tan simple como eso.

La técnica de «Confiscación dejuguetes»Otra técnica de disciplina que me haresultado eficaz con los niños mayoreses la retirada de juguetes. Esto resultamás útil aún si el problema tiene que vercon juguetes. Por ejemplo, estuvetrabajando con un niño de tres años quetiraba sus juguetes cada vez que se

enfadaba. Yo cogía sus juguetes, losponía en una caja y los guardaba durantedos días. Se disgustaba mucho y decía:«¡Quiero que me devuelvas misjuguetes!», pero yo me mantenía firme,diciéndole: «Respeta tus juguetes o losperderás». Al poco tiempo, dejó detirarlos.

LA TÉCNICA DE«CONFISCACIÓN DEJUGUETES»Si tu hijo se pelea por juguetes, los tirao se comporta mal con ellos, retíralos.

El tiempo que le quitas los juguetesdepende de la edad de tu hijo —y lo que

haya hecho—. A un niño más maduro, decuatro años, le pondría dos días parahacerle ver lo que le estaba explicando;no obstante, esta técnica no funcionacon los más pequeños, porque no tienensuficiente capacidad de atención o lacapacidad de comprender el conceptode negociación que implica.

Si empleas esta técnica, no lecompres un juguete por buencomportamiento. Eso solo le envía elmensaje de que no importa cuántosjuguetes le confisques, siempre va aconseguir más.

Ayudar a los niños a lidiarcon los sentimientosUn niño no puede decirte cómo sesiente. En su lugar, muestra susemociones a través de expresionesfaciales y sonidos: «¡Grrrrh!»,«¡Whrrrrr!» o «Eeeeee». Parte de tutrabajo es ayudarle a poner lenguaje aesas cosas: «Ah, estás enfadado», «veoque estás triste» y «ah, estás frustrado».

Lo que no deberías hacer esintentar controlar la emoción. Está bienque tu hijo se sienta como se siente,mientras que su comportamientoderivado no sea destructivo. No creoque sea insano estar enfadado, celoso o

frustrado. Son emociones naturales. Sinembargo, constantemente veo padres queintentan que su hijo no sienta esasemociones. Tenemos que enseñar queesos sentimientos son saludables,siempre que no resulten encomportamiento dañino. Incluso lasrabietas deberían ser ignoradas, en lugarde controladas. Lo único que no esaceptable es la agresión.

Nos estamos convirtiendo en unasociedad de padres que no quieren quesus hijos sientan nada que hayamosdecidido que es «negativo»; no obstante,yo creo que se debería sentir y dejar quesalga cada emoción. Cuando empezamosa controlar, las emociones se entierran

—especialmente, si piensas: «No, nopueden sentirse así»—. Los niñosaprenden de esto que no puedenexteriorizar lo que están sintiendo.Entonces, ¿dónde va? Se queda ahí ysale cuando son mayores.

PADRES PROBLEMÁTICOS¿Reconoces alguno de estos personajesen ti mismo?

El negociador: «Si hacesesto, te daré lo otro».El despreocupado: «Acabasde hacer pis en la alfombra,pero no importa».

El que deja las cosas paramás tarde: «Lo haremos... enun minuto». Y el minuto sealarga, y se alarga...El de las opciones múltiples:«¿Qué quieres ponerte hoy?¿Qué quieres comer? ¿A quéquieres jugar?».

Cada uno de estos comportamientosenvía un mensaje confuso a tu hijo. Séclaro y conciso, firme pero cariñoso, yacaba lo que has empezado.

Rabietas

Ya no son solo los «terribles dos», sinolos terribles tres, e incluso los cuatro.Incluso puede comenzar a los quincemeses. Me refiero a los berrinchesllenos de gritos que llamamos«rabietas». No importa quién sea tu hijo,lo más probable es que, durante laprimera infancia, estalle en rabia yfrustración.

Las rabietas sorprenden a lospadres más que ninguna otra cosa.¿Cómo puede ser esta persona que gritay no razona mi dulce niño? Te sientesimpotente y, si ocurre en público,avergonzado. No te sientas así. Eso es loque espera.

Las rabietas son una formaperfectamente normal de expresarsepara tu hijo. Está abrumado, cansado,enfadado y no sabe cómo expresarse deninguna otra manera. Sobre todo, estáfrustrado. Quiere hacer algo y/o sienteque él no tiene la capacidad, o que túestás estableciendo los límites. Hagas loque hagas, no cedas. Si le das lo quequiere, estás dando pie a futurasrabietas. Mira mis consejos sobre«Rabietas» en las páginas siguientes,para ayudarte.

AYUDAR A CALMAR A UNNIÑO

Cuando dices «cálmate», ¿cómo puedesaber tu hijo de lo que estás hablando?

Cuando le digo a un niño quese calme, le digo: «Estásenfadado. No quiero que tirescosas y te enfades mucho.Cálmate. Estecomportamiento no escalmarse».Para niños más pequeños que,quizá, no entienden elconcepto, puedes crear unarueda emocional. Pequeñascaras redondas que muestranlas distintas emociones leayudan a aprender sobre lossentimientos. Dile que señalela cara que está «sintiendo».

Aunque no puede ponerpalabras a sus sentimientos,con el tiempo, le estásayudando a aprender aetiquetar sus emociones.Si sabes lo que le hadisgustado, ayúdale a contarla historia de lo que ocurre:«¿Así que has visto un perrogrande acercarse a ti y eso teha asustado?». Esto leayudará a calmarse, porqueno se siente solo en susentimiento, lo cual puededar miedo.

Las rabietas ocurren con los niños.Puedes mantenerte vigilante y minimizarsu cansancio o hambre para evitarciertas situaciones. Puedes desviar suatención o distraerlo cuando es muypequeño. Sin embargo, habrá ocasionesen las que, hagas lo que hagas, lasrabietas ocurrirán —son parte de cómose desarrollan los niños y aprenden aregular sus sentimientos—. ¡No duraránpara siempre!

No obstante, no te equivoques.Algunos de estos comportamientos sonenseñados: por ejemplo, cuando tu hijochilla porque quiere que lo levantes y lohaces; cuando tu hijo tira comida alsuelo y evita tener que comerse la cena;

cuando tu hijo se tira al suelo en elparque y, así, no tiene que sentarse en lasillita; o cuando provoca semejantenumerito que ceder parece mejor que lavergüenza de que te vea todo elvecindario.

Fuera de casaSi tu hijo tiene una rabieta fuera de casa,sácalo fuera de la situación para lidiarcon ello. Si no hay lugar o tiempo parahacer el Escalón de los traviesos, lanzauna advertencia: «Si no paras, cuandollegues a casa, irás al Escalón de lostraviesos». Si no para, asegúrate dellevarlo a cabo cuando lleguéis a casa.

Esto es fundamental porque, si no lohaces, pronto no creerá en tus palabras.

Desviar las rabietasSi sabes que tu hijo tiene problemas concosas como marcharse de casa de unamigo, apagar la tele, o no querer ir aalgún lugar, desvía las rabietas, siendolo que yo llamo un «Reloj Parlante»:

Suaviza el golpe, lanzando unaadvertencia: «Tienes que apagarla tele (o salir de la casa deCris) en 5 minutos». A menudo,eso es suficiente para evitar unberrinche.

Si eso no evita que reaccione,tienes que tomar el toro por loscuernos. Dale una opción, si esposible: «Recuerda, te he dichoque vamos a tener que apagarla.¿Quieres hacerlo tú, o lo hagoyo?», «¿Quieres ponerte elabrigo tú solo, o lo hago yo?».A los niños entre dos y cincoaños les encanta entrar en juegosde poder contigo, así que puedeque se levante y lo haga para«ganar». Si no lo hace él, hazlotú. Llevar a cabo tu palabra escrucial.

Localización y resolución deproblemas con las rabietasSi las rabietas de tu hijo estánempeorando o son más frecuentes, haztelas siguientes preguntas:

¿Lo estoy convirtiendo en algomás grande de lo que es? Lasrabietas son parte delcomportamiento de los niños.¿Le estoy dando lo que quierepara evitar un numerito? Esosolo lo refuerza.¿Tengo una norma en casa y otraen público? Una vez más, loalienta a hacerlo más.

¿Estoy interactuando con él, másallá de asegurarme de que no sehace daño? La interacción esatención, y eso es lo que busca.

CONSEJOS PARA RABIETAS

Mira a tu alrededor paraasegurarte de que no haynada cerca que pueda hacerledaño.Ignora su comportamiento.Prestar atención a unarabieta reafirma la idea deque, si actúa así, conseguirálo que quiere.

Algunos niños abandonan larabieta más rápido de lo quela empiezan. Para otros, estosolo lo intensifica.Experimenta para ver quéfunciona mejor.No te enfades contigo mismo.Si sientes que vas a perderlos nervios, sal de lahabitación. Enfadarte soloempeorará la situación.No intentes hablar o razonarcon él. No es un adulto, y nolo entenderá. Sencillamente,espera a que la rabietadesaparezca por sí misma.Después, restablece eldiálogo.

Y, por favor, no hagas vídeosni fotos de esta actuación.

Mal comportamientoAdemás de las rabietas, la frustración delos niños y su desafío regular de loslímites puede manifestarse de formasdistintas, en función de su edad y laactividad que estén llevando a cabo.Puede que les veas morder, pegar, tirarcosas e incluso orinarse en el suelo.Todas son formas de comportarse mal.

Si ocurre cualquiera de estas cosas, esbueno recordarte que no es personal.Pero sí es intencionado y es impulsivo.Está frustrado. Está diciendo: «Préstameatención y dame lo que quiero ahora».

Muchos padres se sientenhorrorizados cuando su hijo muerde aotro —o se niega a compartir susjuguetes, pega o tira cosas—. En elcapítulo 12, detallaré las mejoresformas de enseñar a los niños acompartir y a adquirir otras habilidadessociales. No obstante, aquí vamos acentrarnos en entender el malcomportamiento y a comprender cómofrenarlo.

En primer lugar, pregúntate: ¿Eseste comportamiento algo puntual, o esrecurrente? Intenta buscar la causasubyacente, para que puedas planearcómo solucionar el problema real. Si tuhijo se sale con la suya con uncomportamiento agresivo en casa, esolleva a que sea irrespetuoso y hostil conotros niños en la escuela, yposteriormente. Cuando elcomportamiento de cualquier clase sevuelve destructivo, ha de serdisciplinado mediante las técnicas del«Escalón de los traviesos» o «Un strikey estás fuera».

Pegar y morderPor algún motivo, los padres parecenpensar que morder es peor que pegar,porque deja marca. Sin embargo, ambosentran dentro de un comportamientoinaceptable, y hay que lidiar con ello. Sies tu hijo el que pega o muerde en unencuentro para jugar, he aquí los pasos adar:

Si tu hijo tiene menos de dosaños, di: «Ay, no, eso duele. Dique lo sientes» (o haz que le déun abrazo). Elógialo con tu tonode voz: «Sí, eso es lo que nosgusta. Ser buenos». Llévatelo a

un lado para que tenga que ver eljuego, en lugar de participar,durante unos minutos.Si tiene más de dos años, siguelos mismos pasos arribamencionados; pero, acontinuación, instaura el Escalónde los traviesos (o un lugar, siestáis fuera), durante un tiempoequivalente a la edad del niño.Si es tu hijo al que han mordido,consuélalo y ten la esperanza deque el otro padre se haga cargode ello. Puedes pedir al padreque le enseñe a su hijo que esoes inapropiado, pero no puedeshacer que ocurra. Si no está

dispuesto, retírate tú y retira a tuniño de la situación. No quierespelearte tú también.En algunas circunstancias,cuando un grupo de padres cuidaniños juntos y todo el mundotiene la autoridad para ponerdisciplina, puedes acabar siendoel que enseñe a otro niño,empleando los pasos yamencionados.

IntimidaciónEl comportamiento intimidante comienzaen las etapas de la infancia, cuando

empiezas a ver a pequeños emplear suscuerpos para intimidar o para quitarlealgo a un niño más dócil, insultar o seragresivos con animales. Como padre, estu trabajo reconocer que estecomportamiento es inaceptable, ycortarlo de raíz inmediatamente. Si no lofrenas, cada vez verás un mayorcomportamiento intimidante a medidaque se haga mayor.

Si no enseñas a tu hijo a nocomportarse de manera antisocial encasa, sin duda alguna, habrá máscomplicaciones para él y para ti másadelante. Desafortunadamente, hay niñosa los que, a esta edad, expulsan de laguardería por esta clase de

comportamiento, que distrae a otrosniños a la hora de participar en unambiente de guardería feliz. Entonces,¿qué puedes hacer? Aquí tienes misprincipales consejos:

Detenlo en cuanto lo veas,empleando las técnicas del«Escalón de los traviesos» o dela «Línea de banda».Alienta su comportamientosocial, organizando encuentrospara jugar con otro niño a solas.Previamente, hazle unarepresentación en la que lemuestres cómo se puede acercara él e interactuar positivamente.

Una vez sea capaz de jugar conotro niño, anímale a unirse agrupos mayores.Cuando tenga alrededor decuatro años, enséñale laimportancia de tener empatía.Pídele que piense cómo se sientela otra persona: «¿Cómo creesque se ha sentido esa personacuando le has pegado? ¿Creesque se ha puesto triste cuando lohas hecho? ¿Crees que tepondrías triste si alguien lohiciera? ¿Cómo te sentirías?».

SEÑALES DE QUE TU NIÑONECESITAUNA DISCIPLINA MÁSCOHERENTE

Todo se vuelve problemático.No escucha ni obedece lasinstrucciones.Es obstinado a todos losniveles: tú dices «negro» y éldice «blanco».Sientes que no hay manera decomplacerle. Incluso cuandole das lo que quiere, cambiade opinión.

Enfrentarse al desafíoSi te estás enfrentando al desafío, lo másprobable es que tengas un niño muypeleón, de temperamento terco. No haysalida: vas a tener un reto mayor conrelación a la disciplina. Pero saber yesperar esto significa que puedesrespirar profundamente y pensar: «Bien.Aquí estamos. Es duro, pero sé qué estáocurriendo». Se resistirá a la disciplina;no la quiere, pero la necesita. De locontrario, siente que tiene el control, yeso es aterrador para él. Seguirápresionando para que tú reivindiques elcontrol. Tienes que establecer límites y

decir: «Se acabó, y no me voy a echaratrás».

Cuando te encuentras con eldesafío, es la primera vez que teprueban como padre. O te enfrentas y locrías con tus valores fundamentales, o teechas atrás y le enseñas que lo quepiensas no tiene ningún peso. Esto teencamina al desastre, y vuestras vidassolo se volverán más difíciles día a día.Recuerda mis palabras. Es fácil cambiarlas reglas para evitar una pelea, pero lasconsecuencias pueden ser desastrosas ala larga.

Tienes que enfrentarte y enseñarleque tú eres la figura de autoridad —elque está a cargo—. Cuando lo hagas con

serenidad y constancia, te seguirá ycomprenderá que no te puededesautorizar en ciertas cosas. Sintemerte, sabe lo que puede y no puedehacer, y cuáles son las consecuencias sirompe una norma. Esto crea unsentimiento de seguridad y respeto.

Si observas un comportamientomuy desafiante una y otra vez, hay unproblema. Y el problema no es él. Erestú. Lo más probable es que estésintentando controlar demasiadosaspectos de la vida de tu hijo. Con unniño terco, es importante discernircuándo tienes que tener el control ycuándo puedes soltarlo. No tienes quepelear por el poder para todo. No

puedes pelear todas las batallas. Tienesque trabajar junto a él, para dejarle tenerel control sobre cosas que no importan—como ponerse el jersey verde o elrojo—, pero mantén firmemente elcontrol sobre las cosas importantes,como agarraros de la mano al cruzar lacalle. Si entras en un juego de poder, yno responde, di: «O tomas una decisiónahora, o yo decidiré por ti». Y lo haces.La próxima vez, aprenderá apronunciarse.

Créeme, es duro; sé que es duro. Sifuera fácil, nadie tendría problemas paradisciplinar a los niños. Ese es el motivopor el que te ofrezco consejos y técnicaspara salir adelante. Todos los niños

subirán la apuesta inicial cuando des unpaso adelante y te hagas cargo. ¿Cuál estu punto débil? Tu hijo puede hacer quete veas reflejado en él. La gente me diceque, cuando yo tenga hijos, secomportarán muy bien; pero siempre lesdigo que mis hijos tendrán rabietasporque todos los niños las tienen, yprobablemente sean tercos, porque yo losoy. Sin embargo, os mostraré cómoenfrentaros a ello.

Disciplina con gemelos ohermanos de edadescercanas

Cuando hay un problema entre niños, esimportante bajar a su nivel y escucharambas partes porque, aunque no puedanexplicar completamente lo que haocurrido exactamente, puedes captar lamayor parte de la historia. Mira a amboslados tanto como puedas. Si no estabaspresente al principio, puede que tengasque recomponer la historia lo mejor quepuedas.

No des por hecho que, si un niñollega sujetándose la cabeza, chillandoque su hermano le ha pegado, sea elinocente. ¡Los niños son listos! No desnada por hecho. Obtén una mayorperspectiva de lo que ha ocurrido y, a

continuación, toma una decisión sobrecómo vas a lidiar con ello.

Al final, tienes que decidir siambos reciben una advertencia —o unorecibe disciplina, o si los dos la reciben—. Si decides que ambos tienen que iral Escalón de los traviesos, puedeshacer turnos para disciplinar a uno cadavez, o disciplinarlos a los dos a la vez;queda completamente a tu elección. Loque sea más fácil para ti. Si losdisciplinas a la vez, elige rinconesapartados entre sí para que no puedaninteractuar. Y si descubres que intentanel divide y vencerás en el Escalón delos traviesos —los dos salen corriendoa la vez—, hazlo uno detrás de otro.

Es importante tener contacto visualcon cada niño cuando estás escuchandoo lanzando una advertencia. Cuandomiras o hablas a un solo niño, el otro nosiente que le estén escuchando, y esoparece injusto. Los padres tienden afavorecer el contacto visual con el niñomás verbal, porque pueden obtener unarespuesta. Por lo tanto, sé muyconsciente de ello cuando estés enmedio de un conflicto entre gemelos oniños de edades cercanas.

Sobre todo, no ignores las peleasentre niños. No son lo suficientementemayores como para solucionarlo por símismos. Eso llegará más adelante.Ahora mismo, tienes que intervenir. Sé

que puede parecer que eres un árbitro enuna pelea de lucha libre cada 15 minutos—que es, probablemente, la frecuenciaaproximada con la que tienes que lidiarcon las cosas, cada 15 o 20 minutos—,pero necesitan un árbitro en esta etapa.

Disciplina fuera de casaEstás fuera y tu hijo se está comportandomal. Disciplinarle en público te pone enun apuro, porque sientes que la gente teestá juzgando. Y, de hecho, ¡puede quelo estén haciendo! Sin embargo, si noeres coherente, te causas más problemasa ti mismo. Tu hijo es muy observador.

Percibirá la diferencia y, por lo tanto, seportará mal. ¿Por qué no hacerlo en latienda, cuando cedes con tantafacilidad? Cambiar la manera en la quedisciplinas solo porque estás en públicopuede provocar un comportamientoincontrolable, porque si está bien serincoherente y dejar que las cosas sevengan abajo cuando estás fuera de casa,pronto, ese comportamiento tendrá lugartambién cuando estéis en casa.

Tu hijo te probará fuera de casa.Se preguntará si tus reglas se aplicanfuera también. Respira profundamente yconserva tu energía y concentración paraenfrentarte al problema que se teplantea, en lugar de centrarte en quién

está en los alrededores, por muyavergonzado que estés. No te preocupespor lo que la gente piense. Tú hasestablecido las normas y los límites. Esees tu criterio y, si esas normas serompen —tanto si estás en casa como enpúblico—, no puedes ceder. Lisa yllanamente.

En función de su edad y nivel decomprensión, adapta la técnica a lasituación, ignorando siempre lasrabietas, además de asegurarte de que nose hará daño. Por ejemplo, el Escalónde los traviesos puede adaptarse a unlugar como un banco, una parcela dehierba o el asiento del coche. A un niñode dos años que se está peleando hay

que recogerlo y sacarlo del lugar conuna sencilla explicación: «Nada de tirarcosas. ¡Hace daño! ¡Ay!». Dale algo quehacer en otro lugar.

Desde luego, también puedesdisciplinar a niños de tres y cuatro añoscuando vuelves a casa. Depende de ti.Lánzale una advertencia para quedetenga ese comportamiento. Sicontinúa, dile que, cuando lleguéis acasa, irá al Escalón de los traviesos.Después, es fundamental cumplirlo. Conlos niños más pequeños, es más efectivohacerlo inmediatamente.

Si tu hijo tiene un berrinchemientras estás conduciendo, tupreocupación principal debería ser

mantener los ojos sobre la carretera yconducir con seguridad. ¿Puedesbloquearlo hasta que lleguéis a vuestrodestino? Si no puedes, o si estáintentando escaparse de su asiento,detente en el arcén para prestarle plenaatención, y enfréntate a la situación.

No intentes conducir con una manoy alcanzarlo con la otra —y no chilles—. Conozco muchos padres a los queles gustaría que sus brazos se estirarancomo los de ese personaje de LosInvencibles, pero no pueden. Esos sonlos mismos padres que se giranconstantemente a mirar a sus hijosmientras conducen. Si no puedes

controlar la situación mientras mirasal frente, detente.

Una vez te detienes, analiza qué hadesencadenado el berrinche. ¿Por quéestá chillando? ¿No para de caérsele unjuguete o algo con lo que está jugandoestá en el suelo? ¿Se trata de que no lecoges en brazos? Habla con él e intenta

distraerlo, pon música y cantadcanciones. Cálmalo para que podáisllegar con seguridad allá donde vais.Deja claro que no estás contento con lasituación ni con su comportamiento,porque necesitas conducir conseguridad. Lanza las advertencias quehaga falta, y sé consciente de que tuconcentración mejorará a medida quepractiques centrarte en lo que tienesfrente a ti, mientras el infierno se desataen la parte posterior. A estas alturas,podría poner toda una orquesta en laparte trasera de un Mini y seguirconduciendo.

LA TÉCNICA DE «LA LÍNEADE BANDA»Algunas veces, tu hijo no se estácomportando mal —es decir, no estásiendo agresivo con otro niño—, perono está interactuando bien. Por ejemplo,ha cogido tres o cuatro juguetes en lugarde uno, o no juega justamente. Esto noconlleva un Escalón de los traviesos. Ensu lugar, yo emplearía la técnica de laLínea de banda:

Recuérdale que comparta loque tiene.Si no lo hace, levántalo ycolócalo a un lado de laactividad, de forma que pueda

ver a todo el mundollevándose bien ydivirtiéndose.Di: «¿Sabes qué? No hasjugado limpio, así que ahorate tienes que sentar un ratito,y después podrás volver conlos demás».No hay límite de tiempoestablecido para esto. No lohagas demasiado, o acabarásagotando su tiempo de juego.Solo un par de minutos paraque comprenda el concepto,«esto es lo que queremos verpara poder jugar limpio».

Localización y resolución deproblemas con la técnicade «La línea de banda»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Estoy permitiendo que la líneade banda se convierta en partedel terreno de juego? Tiene quesentarse fuera del espacio en elque se está jugando.¿Le dejo arrastrarse y unirse denuevo al juego? El objetivo deesta técnica es estar excluido,para que entienda que tiene quecomportarse para pasarlo bien.

¿Le doy otra cosa que hacermientras está excluido? Si estájugando, no está excluido.

LloriqueosNo hay duda alguna, a la mayoría de lospadres los lloriqueos les resultan muyirritantes. A menudo aparecen hacia lostres o cuatro años. ¿Qué es exactamente?Es cuando un niño se comunica contigoempleando una voz esforzada en un tonomuy agudo hasta que consigue lo quequiere. Es la hermana fea del canto y, sieres un padre muy estresado, loslloriqueos son lo último que te faltaba.

Los padres a menudo ceden paraque el ruido pare, lo cual, naturalmente,solo garantiza que ocurrirá más amenudo. La forma más rápida dedetenerlo no es decir «deja delloriquear», sino imitarlo. Cuando estoycon un niño de tres o cuatro años quelloriquea, digo: «Pídelo bien. Utiliza tupropia voz, así no...» —y, acontinuación, imito cómo suena conhumor y un gesto exagerado—.Observará mi cara completamentedescompuesta y le parecerá divertido,pero comenzará a entenderlo. Haz querepita el mensaje con su propia voz, demodo que demuestre que comprende.Asegúrate de no responder a su petición

hasta que emplee el tono adecuado, oreafirmarás el lloriqueo como unamanera de conseguir lo que quiere.

No obstante, hay una diferenciaentre un niño que te pide cosaslloriqueando y otro que acude a tidespués de hacerse daño, o disgustado opidiendo algo con un tono de voz agudoporque necesita consuelo. Es importantereconocer la diferencia y responder alas necesidades de tu hijo herido.

Localización y resolución deproblemas con los lloriqueosSi no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿He cedido a los lloriqueos? Ellloriqueo continúa cuando le dasa tu hijo aquello por lo que estálloriqueando. Se detiene cuandote niegas a responder, a menosque te hable en un tono de voznormal.¿Estoy bloqueado en una luchade voluntades? No hay niño queno sepa pedir algo en un tono devoz normal. Puede que se nieguea pedirlo correctamente porqueestá tan acostumbrado a obtenerlo que quiere que cree quecederás. Pero, créeme, si quierealgo lo suficiente y tú te

mantienes en tus trece, con eltiempo, cederá.¿Le insisto constantemente paraque hable con su propia voz? ¿Osolo lo haces algunas veces?Cada vez que cedes a loslloriqueos, consolidas la idea deque está bien lloriquear, así quellevará más tiempo frenarlo.

Niño que hablaCuando disciplines a tu hijo, no legustará. Puede que grite, chille, secaliente y, a medida que se vuelva másverbal, diga cosas muy dolorosas. No te

lo tomes de forma personal. Los padresse sienten culpables e inseguros muyfácilmente —sobre todo, cuando esteniño al que quieren tanto está tandisgustado—. Ten la seguridad de queestás haciendo lo correcto. Paraayudarte a continuar, he aquí algunastraducciones del lenguaje habitual de losniños:

«¡Te odio!» significa «ahoramismo estoy enfadado».«¡No te quiero!» significa «nome gusta lo que estás haciendoahora mismo».«¡Aléjate de mí!» significa «noquiero oír lo que estás

diciendo».«¡No me gusta el pescado!»significa «no lo quiero hoy».

En realidad, lo que todos los niñosestán diciendo en estas circunstanciases: «¡No me gusta que estés poniendoestas reglas! No me gusta no ser yo elque tenga el control. No me gusta que note guste lo que quiero hacer». Tienes quetomarte sus comentarios con un poco dehumor. Cuando te tomas las cosaspersonalmente, el niño sabe que estállegando a ti y eso es lo que quiere. Sitoca un punto sensible, sé consciente deque él no comprende el poder de suspalabras a esta edad.

«Odio a la abuelita»Puede que te disgustes o sorprendasante algunas de las cosas que dice tuhijo. Los niños emplean el lenguaje demanera distinta a los adultos. Muy amenudo, los padres dan poder adeclaraciones como «odio a papá» o «elabuelo apesta», al concentrarse en ellas:«No, no le odias». En su lugar:

No te tomes esos comentariosde forma personal.Desarma la situación,ignorándola. Cambia detema.

Vigilar tu propiocomportamientoDi lo que quieres decirEs fácil darle la vuelta a tu lenguaje ydecir «no» cuando quieres decir «sí».«Mamá, ¿podemos ir al parque despuésde cenar?» «No, cómete la cena. Iremosdespués de cenar.» En realidad, eso esun «Sí. Iremos al parque en cuantotermines de cenar». No digas «no»cuando quieres decir «sí». Es confusopara el niño. Di lo que quieres decir, ypiénsalo antes de decirlo: «Mamá,

¿saldremos al parque ahora?». «Sí,iremos al parque; pero, antes, todostenemos que ir al baño.»

No des demasiadas opciones a losniños¿Recuerdas cuando te preparabas parala llegada de tu primer bebé? Fuiste a latienda y, probablemente, te sentisteinmediatamente abrumado con todas lasopciones. ¿Qué clase de carrito? ¿Quémarca de pañales? Ahora que hasentrado en la primera infancia, lasopciones no finalizan, pero,definitivamente, los problemas empiezancuando le das demasiadas opciones a tu

hijo —desde lo que se pone a lo quequiere comer.

Nos hemos convertido en un mundoconsumista en el que hay muchasmarcas, muchas opciones. Y, gracias aInternet, podemos investigarlo todo. Derepente, no estamos decidiendo soloentre dos cosas de la tienda, sino queestamos investigando diez cosasdistintas de distintos países, leyendoopiniones, y volviéndonos locos.

Por lo tanto, si nosotros estamosabrumados, imagina cómo se siente tuhijo. Una vez vi a un padre preguntar asu hijo de cuatro años qué sabor dehelado quería. El niño decía:«Ummm...». Ante quince helados

distintos, era incapaz de decidir. Supadre se estaba impacientando y estabaponiendo nervioso al chiquillo.

Míralo desde la perspectiva delniño de cuatro años. Para que él elija elhelado, tiene que mirar el color delhelado, cuál tiene el envoltorio másdeseable, cuál es el más grande y cuáltrae algo superespecial. Lleva muchotiempo. Sencillamente, los niños notienen la capacidad para analizaropciones múltiples. Una solución simple—¡no ofrezcas todo el menú!—: eliminapor ti mismo. No preguntes qué heladoquiere. Di: «¿Quieres el helado consabor de chocolate y vainilla?». Hacer

estas cosas le posibilita comenzar atomar decisiones.

Cuando un niño tiene entredieciocho meses y dos años, está biencuando hace una elección y despuéscambia de opinión. Sencillamente, estáaprendiendo lo que le gusta. Paracuando cumple los tres o los cuatro, yalo sabe. Por lo tanto, haz que un niñomayor se ciña a su elección. Le ayudaráa aprender a vivir con las consecuenciasde sus elecciones.

El regateo es tan malo como tenerdemasiadas opcionesCuando le dices a tu hijo: «Puedescomer un dulce si comes cinco bocados

más», te estás preparando para una luchade fuerzas que, cuando se haga mayor,supondrá vivir con un miniabogado quelo negocia todo. Incluso a esta edad, noes saludable. ¿Qué ocurre? Negocias loscinco bocados, se come uno y quiere eldulce. Así que tú reduces tu petición atres y se niega. Pronto le suplicas que secoma uno más, él chilla y tú cedes. Él haganado esta escaramuza y tú has creadolos antecedentes para futuras batallas,porque le acabas de enseñar que lasreglas se pueden cambiar.

Qué no decir nunca

Estás en medio de un berrinche infantil,y estás intentando calmar a tu hijo. Derepente, pronuncias las palabras másatroces. He aquí algunas de las cosasque mis lectores dijeron en un momentode desesperación a sus hijos ypublicaron en mi sitio web. Aquí esdonde creo que puedes emplear un pocode Humor de tu mochila.

«Si no escuchas, llamaremosa Papá Noel y le diremos queno te traiga nada este año.»«Si no dejáis de pelear, voy aponer a uno en el maletero yal otro sobre el techo delcoche.»«A Annie le encanta WillyWonka y la Fábrica de

Chocolate. Cuando empieza acomportarse mal, digo:“Menos mal que no estamosen una fábrica de chocolate.Podrías acabar como unarándano o un huevo pasado,y los Umpa Lumpas tendríanque cantar sobre ti”.»«Cuando mis chicos estabanpasando por un periodo en elque disfrutabansorprendiendo a todo elmundo con su desnudez,corriendo desnudos por lacasa varias veces al día, lesdecía que tuvieran cuidado,¡porque el perro se los iba a“comer de un bocado”!»

Nada de «Espera a que tu padre lleguea casa»¿Oías eso cuando eras niño? Cuando yano sabes qué hacer, es difícil no sentirsetentado a emplear amenazas como:«Cuidado, o los monstruos se tellevarán» o «Papá se encargará de estocuando llegue a casa». Me han contadoque la amenaza actual de algunos padreses: «Voy a llamar a Supernanny ahoramismo». ¡Estupendo! Me encanta. Me heconvertido en el nuevo hombre del saco.Mi esperanza es que, si empleas lassoluciones que he mencionado en este

capítulo, no tengas que recurrir aamenazas. Si tomas el control y temantienes sereno, no tendrás quellamarme a mí —puedes llamarte a timismo.

Elogia el comportamientopositivoNo puedo finalizar el capítulo sobredisciplina sin hablar también sobre elelogio al comportamiento positivo.Cuando han estado enfrentándose a unniño problemático, muchos tienden a vertodas las cosas que van mal, en lugar delas que van bien. De verdad te animo a

encontrar un equilibrio. No todo esmalo. Si puedes ver a través de las gafasque ven lo bueno, tienes un salientesobre el que comenzar a construir.

Puede que estés centrado endisciplinarle por no escuchar o tirararena, pero también hay que animarlo yelogiarlo. A esta edad, está observandocómo reaccionas a distintas situacionesy lo que dices. Cuando la comunicaciónes positiva y alentadora, comienza acrear una especie de energía distinta. Leayuda a saber que lo está haciendo bien,y te ayuda a ver la parte másprometedora del punto en el que estáscon tu hijo. La comunicación positiva esuna puerta abierta.

Alentar y elogiar a tu hijo es laforma más eficaz de consolidar el buencomportamiento. Ahora bien, no digoque lo elogies todo en general. Lo másimportante es ser específico y elogiarlos esfuerzos y las elecciones que hahecho: «Has recordado decir gracias.¡Bien hecho!». Entonces sabrá qué hacerpara tener éxito de nuevo.

Consejo: La voz de elogio

De la misma manera quequieres emplear un tono devoz bajo y firme cuandodisciplinas, tienes que hacerlo contrario con las

alabanzas. Tu voz debería sermás elevada y llena deentusiasmo: «¡Buentrabajo!».Añade un abrazo, un apretón,un choque de manos, unaovación, aplausos o un gritode alegría para darle másénfasis.

Las alabanzas son importantesporque hacen que el cerebro de tu hijolibere una hormona llamada«dopamina», que los hace sentir bien. Leda un pequeño estímulo. Por lo tanto, tu

hijo querrá trabajar duro para agradarte,y sentir ese subidón de nuevo. Si todo loque has estado viendo es una caída enpicado de mal comportamiento, intentacrear oportunidades para que haga algobien. Alaba sus intentos de hacer biencosas pequeñas, aunque no esténperfectas. Es muy importante evitardecir «¡No, no, no!» todo el tiempo, «¡Ala Silla de los traviesos!». Alaba suesfuerzo: «¡Guau! ¡Ha pasado la tarde yno has ido a la Silla de los traviesos niuna sola vez!».

Cuando cumpla tres años, puedescomenzar a usar paneles derecompensas, además de los elogios. Esuna manera de registrar visualmente el

comportamiento positivo, y estremendamente eficaz para niños tanpequeños, porque es tangible. Cincoestrellas seguidas, y consigue unapequeña sorpresa. No obstante, no tepases y recompenses excesivamente a tuhijo por buen comportamiento. Siobtiene un juguete por cosas que deberíahacer sin esperar recompensa, pronto temanipulará.

Los abrazos, los elogios, el «tequiero», todas estas afirmacionesverbales y no verbales son muyimportantes para tu hijo. Él quierecomplacerte por encima de todas lascosas, y no existe tal cosa como laatención positiva excesiva. Así no estás

malcriando a tu hijo. Un niño malcriadoes aquel al que se le permite rompertodas las reglas. Un niño que no tienelímites.

PANELES DE RECOMPENSA

Una vez cumpla los tres años,déjale diseñar su propiopanel con sus pegatinas ycolores favoritos. Leencantará la oportunidad deser creativo, y puedes darleuna recompensa cuandotermine, para ponerlo todoen marcha.

Puedes personalizar el panel,acorde a tu hijo. Por ejemplo,quizá reúne monedas de platapara meterlas en su cofrepirata. O puedes dibujar unavía de tren que pasa por dieztúneles antes de llegar a casa.O un hada que salta entrepétalos de flores antes dealcanzar el néctar. Con unpoco de imaginación, puedeshacer un panel derecompensas verdaderamenteespecial para tu hijo.Una vez ha interiorizado bienel comportamiento, quítalodel panel y añade algo nuevo.No quieres estar dándoleestrellas por irse a la cama

durante años cuando podríastrabajar en mejorar otracosa.

6

La importancia deljuego

y la estimulación

Durante los años de bebé, te hascentrado en cubrir las necesidadesbásicas de tu hijo. A medida que tupequeño entra en la primera infancia,también es importante priorizar tiempopara la estimulación. La estimulacióndiaria —tanto mental como física— escrucial para el cerebro y el desarrollocorporal de tu hijo.

Sin embargo, no es una edad paralecciones estructuradas. Los niñosaprenden y se desarrollan a través deljuego y la exploración. Por eso creasuna rutina que no solo establece horariospara dormir, comidas y tentempiés, sinouno que incorpora distintos tipos de

juego —juego simulado, juego dirigidocon juegos, puzles, libros o actividadesen el exterior—. En este capítulo,compartiré contigo los distintos tipos deestimulación que necesita tu hijo, buenasactividades, juegos y juguetes para cadaedad, y mis consejos para conectar contu hijo de maneras divertidas paraambos.

Tipos de estimulaciónHay cuatro áreas de desarrollo humanoen las que puedes ayudar a crecer a tuhijo:

Auditiva, escuchar y hablar, quees necesaria para seguirinstrucciones y expresarse.Visual, ver y recordar, que esnecesaria para secuenciar yprepararse para leer.Motora, usar los músculosgrandes del cuerpo, ser capaz debuscar el equilibrio, serconsciente de los ladosizquierdo y derecho de sucuerpo, así como el cuerpo en elespacio (relaciones espaciales).Esto es importante para laactividad física.Motora fina, usar los músculosde las manos y los dedos,

importante para dominar tareascomo abotonar y sostener unlápiz.

Mediante actividades específicas,puedes estimular estas áreas y ayudar atu hijo a desarrollarse mental yfísicamente, preparándolo para tareasmás académicas cuando entre a laescuela.

Estas cuatro categorías no vannecesariamente separadas. Con losniños, mostramos (visual) y hablamos(auditiva) mucho. Por ejemplo, puedespreguntar a tu hijo de dos años: «¿Dóndeestán tus dedos de los pies?». Opreguntar a tu hijo de tres años: «¿Cuál

es el azul?». Les estás ayudando aaprender, emparejando un sonido conuna visión. Igualmente, «recoge elcalcetín verde y tráemelo» le anima aemplear sus capacidades motoras,auditivas y visuales. Sin embargo, esbueno comprender qué actividadessencillas puedes realizar con tu hijo encada ámbito.

No tepreocupes, nonecesitas unadiplomatura enMagisterio Infantilpara darle a tu hijola estimulación quenecesita. Las actividades habituales, los

juguetes y los juegos que los niñosadoran son los mismos que les ayudan adesarrollarse. Sin embargo, necesitasalgunas herramientas de tu mochila paraasegurarte de que planeas lasactividades adecuadas e inviertes eltiempo necesario para promover eldesarrollo cerebral y corporal.

Estimulación auditivaPuedes ayudar al habla y la escucha detu hijo narrando lo que estáis haciendo:«Ahora, estamos fregando las sartenes»y «Vamos a cepillar tu pelo». Sí, se tesecará la boca de tanto hablar, pero,

créeme, ¡de verdad ayuda al niño aaprender lenguaje! Parlotear lesestimula en muchos niveles, y fomentaun interés por su mundo.

A los dieciocho meses, puedesayudar a tu hijo a seguir instruccionesdándole tareas sencillas para hacer.Hazlas muy fáciles al principio: «Porfavor, recoge los calcetines ytráemelos», cuando está en la mismahabitación contigo. A medida quecrezca, puedes avanzar hasta múltiplesobjetos en distintas habitaciones, deforma que, para cuando cumpla cuatroaños, puedas decir: «Recoge tuscalcetines y ropa interior, y ponlos en el

cesto de la ropa del baño, y después vena la cocina».

También hay juegos de escucha quepuedes comprar, que hacen que tu hijoidentifique todo tipo de sonidos, desdeabejorros y perros que ladran, a aguaque fluye o una sirena. Esos me gustanmucho, pero no tienes que gastar ningúndinero en un juego comprado en latienda. En su lugar, puedes juntar unaserie de elementos corrientes de la casacomo las llaves, un temporizador, judíaso arroz en un tarro, una campana, o unplato con agua en el que puedas meterlos dedos y salpicar. Haz que tu hijocierre los ojos, y observa si puedeidentificar los sonidos. O ve al jardín o

al parque, y observa cuántos sonidospodéis oír. También puedes jugar a«¿Qué sonido hace la vaca?», pasandopor los sonidos de todos los animales degranja. Los libros con sonidos tambiénfuncionan para esto.

Mírame, óyemeMe encantaba jugar a esto con mispequeños. Ayuda a emparejar un sonidocon algo visual. Reúno sonidos en unagrabación (también puedes emplear unDVD o descargarlo de Internet) como,por ejemplo, un perro que ladra, unasirena de bomberos, un pájaro que pía yun bebé que llora. A continuación, pegasimágenes de estas cosas en un panel

(dibújalas, córtalas de una revista obájalas de Internet).El juego consiste enreproducir el sonido y animar a tu hijo aseñalar la imagen correcta. Es fantásticopara niños de dos y tres años.

Las cintas o CD de canciones y loscuentos escritos específicamente paraniños también son fantásticos para eldesarrollo del lenguaje. Y no olvides losinstrumentos musicales, desde lasmaracas a los triángulos y panderetas, ydesde pequeños tambores a castañuelasy cascabeles. Para mí, es fundamentaltener muchísima música para niños,

porque es alegre y divertida, a la vezque promueve la escucha, el lenguaje yel movimiento.

No tengas miedode cantar con él. Yonunca he cantado tantocomo cuidando niños.

Hay muchas canciones infantiles. Puedesmezclarlas, haciendo que las cante envoz alta, y en voz baja después. ¡Añadepalabras tontas, también, para ayudarle aencontrar las raras!

También es el momento de recitarun montón de rimas infantiles. Elemparejamiento de palabras con ritmoayuda al aprendizaje del lenguaje.

También ayuda emparejar las palabrascon las acciones de las manos. A medidaque se haga mayor, pasará a rimas máscomplicadas. Para cuando cumpla lostres años, podrá decirlas y hacerlascontigo, puesto que la repetición le haenseñado cómo hacerlo.

Estimulación visualLa estimulación visual consiste en ver yrecordar. Le ayuda a prepararse paraleer. Juegos como el «Veo, veo» sepueden jugar en cualquier parte. Dices«Veo, veo algo (rojo, o redondo, ocualquier característica que sirva para

describir el objeto que ves)», y tieneque encontrarlo. Puedes hacerlo dentro ofuera de casa —o en el coche, eligiendoobjetos dentro de él (fuera, las cosas semueven demasiado rápido)—. Tambiénpuedes jugar a «Encuentra un cocheazul» o «Encuentra un camión blanco»,cuando estés en la carretera.

Una vez tienealrededor de tres años,me gusta estimularvisualmente al niño,

mediante juegos de memoria. Pongo treselementos en una bandeja o pedazo depapel, y los retiro. Tiene que recordar loque eran. A medida que el tiempoavanza y se vuelve bueno en esto,

puedes aumentar el número deelementos. Cuando cumpla cuatro,puedes complicarlo más, añadiendosecuencia. Pones los tres elementos enuna bandeja o mesa en un ordenconcreto, le haces mirar, los mezclas yle haces reproducir el orden.

Juegos como unir la parte superiory la cola de un animal, juegos paraemparejar colores, formas e imágenes—en el que encuentras dos clases deanimales, números o letras del alfabeto— también son fantásticos.

Naturalmente, no hayestimulación visual más

importante que leer a tu hijo. Losestudios muestran que la mejor manerade criar a un lector es leerle desde quees un bebé. Hay muchísimos librosestupendos para este grupo de edad,incluyendo muchos con cosas parahacer: levantar o tirar de pestañas,cosas que saltan de la página, meter losdedos, tocar y sentir.

Sobre todo, me gustan los librospara reconocer dónde está un objetoconcreto en la página, o nombrar a unanimal concreto. Ayuda tanto con ellenguaje como con la memoria visual.Los libros de pegatinas también sondivertidos porque son interactivos —tuhijo puede pegar mientras tú lees—.

Normalmente, empiezas con libros decartón que se pueden limpiar y, después,pasas a las versiones de tapa blanda ydura. También hay muchos librosdivertidos que destacan las fases por lasque está pasando un niño —un nuevobebé, retirada del pañal, quedarse en lacama, etc.—, y puedes usarlos paraapoyar lo que está experimentando.Podría hablar sin parar sobre losmensajes positivos que establecen estoslibros, pero creo que ya sabes a lo queme refiero.

Estimulación motora

Para ayudar adesarrollar losmúsculos grandes de tuhijo, tienes queproporcionarle muchasposibilidades paracorrer, saltar y brincar.Es genial sacarlo al jardín o al parquepara que use los columpios, lostoboganes y los juegos para escalar, oincluso unirse a una clase de gimnasiapara niños. Todo tipo de juguetes paraempujar y tirar, así como los carros otriciclos sobre los que se monta eimpulsa o pedalea también sonfantásticos. ¿Y qué hay de perseguir ysaltar detrás de las burbujas de jabón?

¡Los niños lo adoran!Cuando hace mal tiempo no tienes

que detener la estimulación motora.También puedes inventar juegos como«Imitar animales», por ejemplo: saltacomo un conejo; salta como un canguro;galopa como un caballo; repta sobre tubarriga como una serpiente. O «Porarriba y por abajo», en el que montasuna carrera de obstáculos, usandomuebles y almohadas o cajas grandes, ydespués le das instrucciones: «Pasa pordebajo de la mesa, por encima del sofá,y por encima de los cojines». ¡Y noolvides bailar! Cuando pones música,los niños se empiezan a movernaturalmente —sobre todo, si tú te unes

—. Para ayudar con la concienciacorporal en el espacio, así como con ellenguaje, haz que se suba sobre una silla(u otro objeto sólido), y después que seponga frente a ella, detrás de ella, juntoa ella y debajo de ella.

Con niños mayores —digamos,entre tres y medio y cuatro años—, megusta jugar a juegos de movimientocomo a la rayuela, «Luz roja, luz verde»,y «Simón dice». Puedes jugar a estosfuera o dentro, siempre que tengas unpasillo largo. «Sigue al líder» esfantástico, sobre todo si incorporas unmontón de movimiento distintos, comotemblar, retorcerte o inclinarte. O pon unaro en el suelo y haz que salte dentro y

fuera de él. Sujétalo de la mano si aúnno lo puede hacer bien. O cogerse de lasdos manos y saltar juntos. Tambiénpuedes enseñarle los opuestos comogrande y pequeño, por encima y pordebajo, empleando su cuerpo —haz tucuerpo grande, y ahora pequeño.

Las pelotas también son estupendaspara fomentar el desarrollo motor —balones a los que dar patadas, pelotasque rodar y pelotas que tirar—. Empiezahaciéndolas rodar y avanza a partir deahí. Para cuando cumpla los cuatro,puede progresar a un gran bate deplástico y una pelota.

Haz o compra bolsitas de judías, ycrea un juego para lanzar, en el que

tienes que llegar a cierta marca o línea,y luego pasa a cestos grandes. Tambiénpuedes usar pinzas para ropa y grandescontenedores. Hace poco, trabajé conuna familia e inventamos un juego paralanzar, empleando pelotas pequeñas y elcesto de la colada.

Solo porque sea pequeño, no tesientas tentado a comprar una bici queempujes con un mango largo. Se puedeconvertir en nada más que un nuevocarrito, y tú harás todo el trabajo. Sitiene pedales, ¡debería usarlos! Empiezacon un pequeño carro de madera queempuje con los pies, pasa a un triciclocon pedales, y después, hacia los cuatro

años, pasa a una bici grande con ruedasde apoyo.

Estimulación motora finaLas actividades motoras finas preparana tu hijo para llevar a cabo muchísimashabilidades para la vida, comoabotonarse, atarse los zapatos ycepillarse bien los dientes, por nombraralgunas. También lo preparan parasostener un lápiz y escribir. He aquí misactividades motoras finas favoritas:

PuzlesEmpieza con rompecabezas con pomos.Son aquellos que tienen enormes pomos

que sobresalen de cada pieza del puzle.A continuación, pasa a los puzles depinza, que requieren que agarre con elpulgar y el índice. Comienza con puzlessencillos de cuatro piezas, y pasa aocho, doce, veinticuatro, y asísucesivamente. Me gustan aquellos enlos que tienes que poner una forma en elespacio correcto.

Bloques para la construcciónAl principio, deberían ser grandes, yvolverse cada vez más pequeños amedida que tu hijo se hace mayor.Cuanto más pequeños sean los bloques,más control tendrá que tener tu hijosobre las manos. Cuidado con los juegos

de construcción con piezas diminutaspara niños mayores —pueden tenerpeligro de atragantamiento.

Dibujar y pintarDale muchas oportunidades paragarabatear y pintar. Ni siquiera tienesque comprar papel. Usa los dorsos delos sobres y las cartas, los paquetes decereales y los cartones de los paquetes.Nombra los colores mientras los usa,para fomentar el aprendizaje. A la horade pintar, inícialo con una brocha grandey pásalo, gradualmente, a pinceles máspequeños que requieran más control. Amedida que crezca, haz que intentepintar con bastoncillos de algodón. Esto

ayuda a desarrollar su movimiento depinza, que es necesario para escribir enla escuela. Puedes añadir un poco dejabón líquido y agua para hacer másdensa la pintura, para que no se corratanto y sea más fácil de usar. La pinturapara dedos también es divertida.

Plastilina¿A qué niño no le gusta la plastilina?Añade rodillos y moldes para galletas, yaumentará la estimulación motora fina.Prepárate para que todos los colores semezclen, y asegúrate de volver aguardarlo en los envases y taparlos biensi quieres que se mantenga maleable.

CortarConsigue tijeras para papel (romas yhechas de plástico) y unas revistasviejas, y que se ponga a ello.

Insertar y atarCompra cuentas o botones grandes y unacuerda. Anímale a que haga sus propiascreaciones o, a medida que crezca, a quesiga una secuencia para crear un patrón.Elige cuentas más pequeñas a medidaque sus dedos se vuelvan más ágiles.

Manualidades de armarioComo niñera, había muchas ocasionesen las que, sencillamente, abría elarmario y veía lo que había para crear

una actividad. He aquí algunas de lasideas que se me ocurrieron:

Ensarta grandes macarrones depasta en una cuerda, píntalos yponles brillantina por encima.Cuando se seque, puedes usarlocomo un collar.Dibujos con lentejas: conpegamento en barra, dibuja unafigura en un pedazo de papel. Acontinuación, vierte lentejas uotras semillas o legumbrespequeñas por encima, y levantael papel. Los granos sueltos secaen, y ya tienes un dibujo conlentejas. Asegúrate de

supervisarlo de cerca —igualque con el resto de lasactividades—, para garantizarque tu hijo no se mete laslentejas en la boca y seatraganta.¿No tienes plastilina? Hazmasilla. Es una sustanciadivertida y viscosa que cuandola presionas parece seca ysólida, cuando la sueltas, fluyecomo un líquido. Pon una taza ymedia de harina de maíz, añadeuna taza de agua y echa unasgotas de colorante paraalimentos, si lo deseas. Mézclalotodo, y está listo para la acción.

¿Qué hay del cartón piedra?Mezcla una parte de harina condos de agua, para crear unasustancia con la consistencia depegamento grueso. Añade másagua o harina si hace falta.Mezcla bien para quitarcualquier grumo. Para usarlo,crea un molde o usa un globo.Rasga, no cortes, periódico entiras. Unta las tiras, una por una,en la pasta pegajosa. Retira elexceso, y presiona la tira contrael globo u otra forma. Siguehasta que esté completamentecubierto con tiras superpuestas.Deja que se seque durante 24

horas, y haz otra capa si quieres.Lo mejor son tres capas. Una vezestá completamente seco, pinta ydecora.Haz un collage con objetos«encontrados», como pasta seca,palomitas, hojas, plumas,piedras pequeñas, bellotas ycualquier otra cosa que tú y tuhijo podáis encontrar juntos.Todo lo que necesitas espegamento y una bandeja deplástico, o la tapa de una caja dezapatos. Deja que tu hijo peguelos objetos. Incluso podéiscolgarlo, una vez esté seco.

Haz cuentas de arcilla de avena.Mezcla una taza de copos deavena, 2/3 de una taza de harinacorriente, ½ taza de agua ycolorante alimentario en un bolgrande, añadiendo más harina sies necesario, hasta que la masaforme un terrón. Amásalo en unasuperficie enharinada, añadiendomás harina si la necesitas, hastaque esté suave y no demasiadopegajoso. Moldea cuentas. Cogeuna aguja grande o un palillo yhaz un agujero para poderensartarlas después.(Naturalmente, tú haces estaparte.) Deja que se seque al aire

durante la noche. La arcilla quesobre se puede guardar en unenvase hermético durante tresdías.Crea dibujos con «arena decereal», machacando cualquierclase de cereal de desayuno conun rodillo. ¡Tu hijo querráayudarte en este paso! Ponpegamento en patrones sobre unpedazo de papel, y espolvorea la«arena». Sacude el exceso ymuéstralo.

CONSEJO: EMPLEAOBJETOS RECICLADOSNo tienes que gastar mucho dinero enmateriales para manualidades. En unaépoca en la que somos muy conscientesdel reciclaje, puedes usar toda clase decosas para el entretenimiento de tu hijoy el desarrollo de su motricidad fina.Hacia los tres o cuatro años, con laimaginación de un niño y algunas de lassiguientes materias primas, puedes crearalgo estupendo. Muchas veces, herealizado cohetes espaciales con algo defieltro viejo, una caja de cartón y algode papel de aluminio viejo. He aquíalgunas cosas que debes tener a mano:

Cartones de rollos de papelhigiénico y papel de cocina.Sobras de papel de aluminioy latas.Cajas de huevos y cajas detodos los tamaños.Botones viejos.Retales de tela.Trozos de papel de regalo.

Proporcionar estimulaciónsuficiente

Si tienes problemas de disciplina, puedeque tu hijo se esté comportando malporque no está suficientementeestimulado. El aburrimiento lleva al malcomportamiento, y no es bueno para elcerebro de tu hijo, que es incapaz dehacer nuevas conexiones que lepermitirán aprender más. A menudo loveo en familias en las que el padre quese queda en casa no comprende laimportancia de la estimulación de losniños.

Por ejemplo, trabajé con unafamilia muy centrada en el malcomportamiento de su pequeño. Era muylisto y vi muy claramente que soloquería explorar y descubrir cómo

funcionaban las cosas, lo que le metía enproblemas. Su mamá no tenía suficienterutina establecida para crear laestimulación apropiada y lasocialización con otros niños quenecesitaba.

Se sentía continuamente exhausta yagotada a consecuencia de lidiar con unniño que ella consideraba«hiperactivo». No obstante, no erahiperactivo en absoluto. Era un niñovivo que se metía en todo, y aquello,para ella, era un problema porquesuponía que tenía que estar en pie las 24horas del día, los siete días de lasemana, preguntándose qué iba a hacer.Todo lo que tuve que hacer fue ayudarla

a darse cuenta de que había queestimularlo a nivel mental y creativo, ycrear un ambiente seguro para quejugara solo.

Pedí que me desglosara su día adía, lo que la ayudó a comprender elhorario de su cuerpo. Tras 12 horas desueño, estaba animado y alerta por lamañana, y listo para absorberlo todocomo una esponja. Así, sus mañanas secentraron en proporcionarle la clase deestimulación para el aprendizajetemprano que sugiero en este capítulo.Comenzó a hacer cosas con él, y vio quese implicaba. Nunca lo había vistoinvolucrarse en nada antes.

Sentía que su capacidad deatención era mínima, porque nuncaquería jugar con sus juguetes, perocuando vi sus juguetes, me di cuenta deque eran para niños de al menos dosaños menos. No quería jugar porque seaburría. Compramos cosas nuevas y seinvolucró aún más. La mamá tambiénrecicló cosas —tapas, tarros y botones—, y él pudo volverse más creativo.Ella también se volvió más activa. Erauna mamá que pensaba que todo lo quehabía que hacer era darle al niño unosjuguetes, y que se entretendría solodurante todo el día. Ahora se dabacuenta de que se tenía que volver másactiva con él. Iban a dar paseos y al

campo, y salían a montar en bici.De hecho, comenzó a disfrutar más

de su hijo y de su maternidad, cuandoantes estaba aburrida ante todo elproceso. No hay nada peor para un niñoque admirar a un padre que no quiereestar contigo. Ambos florecieron.

Tal y como muestra esta historia, sino le das algo que hacer a tu hijo,probablemente encontrará algo quehacer por su cuenta. Y puede que eso nosea el «algo» que tú quieres. Tiene unacuriosidad lista para ser canalizada, asíque se le ocurrirá algo. Los adultos lollaman «ser revoltoso», pero lo másprobable es que esté aburridísimo.Seguramente, me has visto entrar en

muchas casas y declarar que los niñosproblemáticos no están suficientementeestimulados, y lo cierto es que ocurrecon muchos niños.

SEÑALES DE QUE TU HIJONO ESTÁSUFICIENTEMENTEESTIMULADO

Solo tiene juguetes que ya hasuperado fácilmente.Te quiere a ti como jugueteconstantemente, hacia lostres o cuatro años, cuando escapaz de jugar

competentemente solodurante un rato.No pasa suficiente tiempoinvolucrado en una actividad,cuando sabes que tiene unacapacidad de atenciónadecuada.Generalmente, se porta bien,pero se está volviendorevoltoso o travieso.En el grupo de juego o laguardería, no tieneproblemas decomportamiento.Cuando veas alguna de estasseñales, es importante que lolleves al siguiente nivel.Puede que la caja diga «tresaños» y tu hijo tenga tres

años, pero si hace bien todoslos puzles, rápidamente,compra los del siguientegrupo de edad.

Proporcionar una diversidad deexperiencias en distintos entornosminimiza el aburrimiento. Mira el díaque hace y establece una estructura quecontemple actividades diferentes. ¿Va aser una mañana activa y una tardecreativa, en la que leamos y hagamospuzles? Esa estructura que has creado teayudará a decidir lo que harás con el

tiempo de juego. No obstante, no dictescuál debe ser el juego dentro de esaestructura.

Por ejemplo, una sesión de arte contu hijo de tres años no significa quetengas que decir: «Hoy vamos a haceraviones. Y esto es lo que vamos ahacer». En cambio, di: «Aquí tienespapel, pegamento y lentejuelas.¡Ensúciate!».

Cuando tu hijo tenga dos o tresaños, le encantará descubrir lo que haypor la habitación y comenzar a jugar.Todo es una «primera vez» para él.Siempre se entusiasma con casi todo,porque parece nuevo. A medida quecrezca, expresará una opinión sobre lo

que quiere hacer. En todas las edades, tutrabajo es observar, guiar y equilibrar lacantidad adecuada de actividad, asícomo crear una diversidad deactividades dentro de cada día. Una vezmás, no te tienes que volver un fanáticoa la hora de asegurarte de que lacantidad de estimulación visual,auditiva, motora y motora fina esexactamente igual cada día.Sencillamente, intenta incluirlas todas.

Pero no presiones demasiado

En el extremoopuesto, no quieresexagerar,presionandodemasiado a tuhijo. Tienes queencontrar el equilibrio entreproporcionar suficiente estimulaciónpara su desarrollo y no demasiada paraque se cierre. Tómatelo con moderación,y no mantengas la misma actividaddurante demasiado tiempo. Calcula eltiempo razonable que puede pasar tuhijo con una actividad. Si consigues 20minutos, estás de suerte. Si tu hijopierde repetidamente la concentración,plantéate pasar a otra actividad o

tomaros un descanso. Dicen: «Susurraantes de gritar». Si tu hijo ha tenidosuficiente, puede desencadenar unberrinche. O se cerrará y se negará aparticipar.

Señales de que es hora de pasara otra cosa

Se convierte en un trabajodifícil.Se frota los ojos, juega conlas orejas, o bosteza.Está sentado, no tan animadocomo diez minutos antes.Se vuelve malhumorado,irritable o lloriquea.

Tus papeles en el juegoTu trabajo principal es jugar con tu hijo.¡Suéltate y diviértete! Los niños sealimentan de tu energía. Si estásentusiasmado e involucrado, ellostambién lo estarán. Si no es una buenaexperiencia para los dos, no está bien.Además de divertirte, tienes queinterpretar algunos papeles durante tusactividades con tu hijo:

El vendedor de juegosHe oído a padres decir: «Mi hijo noquiere sentarse y hacer ninguno de lospequeños puzles de dibujos que hecomprado». Bien, esta es la cuestión: nopuedes poner a un niño en unahabitación y decirle «juega» —sobretodo, cuando estás presentando unaactividad o un juego por primera vez—.Sé proactivo, emplea tu energía paravendérselo como si fueras el vendedordel juego. Habla de lo estupendo que vaa ser. A continuación, empieza a hacerlotú mismo. Si se sienta y lo hace contigo,acabarás de ganar tu comisión.

El entrenador

Bien, ya hemos establecido que nopuedes darle un juguete, juego o puzle aun niño, y decirle: «¡Juega!». Tienes queenseñarle cómo hacerlo. Yo siemprepienso en mí misma como laentrenadora. Si se atasca, ofrezcosugerencias, pero intento que él busquela solución. Si, aun así, no puedehacerlo, le enseño cómo. Siempre estoybuscando formas de alimentar elpotencial de un niño. Quiero ayudarlepara que se sienta bien en cuanto a loque está aprendiendo. Cuando tieneéxito con algo, se siente bien y quierehacerlo de nuevo. Siempre que quierehacer algo una y otra vez —leer libros,montar puzles, hacer manualidades— es

porque quiere disfrutar de laexperiencia. Es fantástico fomentarlo.

El que alarga la capacidad de atenciónLos niños no nacen con larga capacidadde atención. Tienes que entrenar a unniño para que desarrolle su capacidadde atención. Puedo ver con bastanterapidez si un padre le ha dedicado esetiempo a su hijo o no.

Ayudas a alargar su atencióncuando le animas a seguir con las cosas.Si no está suficientemente involucradoen la actividad, puede que se marche.Tienes que convencerle para que vuelvacon un: «Venga, no hemos terminado,¡mira!». A continuación, puede que

tengas que enseñarle: «Podrías poneresa pieza ahí. ¡Puedes hacerlo! ¡Mira!».

Los padres me dicen a menudo queestán demasiado ocupados para haceresto, pero cuando dedicas tiempo aayudarle a entender cómo hacer algo yllevarlo a cabo, es un logro. Aprenderáa disfrutar de lo que está haciendo, yquerrá jugar una y otra vez. Y cuandoesté felizmente involucrado, puedes ir ahacer otra cosa. Cuanto mayor sea sucapacidad de atención, más trabajopodrás hacer. También le ayudarácuando llegue la hora de ir a la escuela.

El vigilante de la energía

No puedes ser un dictador con el juego.Todo tiene que fluir con libertad. Sipones en marcha tu antena y sientes elmomento, podrás valorar cuándo tieneuna energía elevada, y cuándo puedesatraerlo durante más tiempo con unjuguete. Después la energía se desinfla,y hay que cambiar de actividad o tomarun tentempié.

Vigilo la energía cuando estoyayudando a una familia. Les digo:«Tenemos que hacer esto, eso, aquello ylo otro». Y me dicen: «¿En qué orden?».Respondo: «Aún no lo sé. Tenemos quesentirlo». Y tú también. Acostúmbrate aajustar sutilmente tu rutina y tu programa

de juego en función de cómo se siente tuhijo.

LA MENTALIDAD DE JUEGOLos adultos están muy acostumbrados a«hacer». Estamos acostumbrados atrabajar, o a hacer cosas en casa,llenando cada momento de actividad. Enlo que al juego se refiere, es importantecambiar tu mentalidad. Jugar con tu hijoconsiste en soltarte el pelo, hacer eltonto y divertirte. La finalidad de jugarno es lograr un objetivo final; es serinteractivo, emplear tu imaginación,bajar al nivel de tu hijo y disfrutar deestar juntos.

Letras, números y otrosbloques de construcción«académicos»Me gusta animar a los niños a queconozcan los números aprendiendo, porejemplo, su edad. Al principio, levantasus deditos. Después es capaz dedecirlo. Juegos de contar y rimastambién son buenas para aprender estosconceptos. Para cuando cumple cuatroaños, hago que ubique números yaprenda formas y letras.

Cuando le lees libros una y otravez, puede que en algún momentodescubras que puede «leer», es decir,que ha memorizado lo que dice en él.Tales actividades son bloques deconstrucción para el éxito académico detu hijo. Creo que los padres que sonproactivos a la hora de darles losfundamentos básicos a su hijo estánhaciendo su trabajo: colores, números,reconocimiento de formas y letras... Setrata de cosas que podemos hacer encasa.

No puedes forzar el momento o lavelocidad del desarrollo cerebral, pero,desde luego, puedes fomentarlo. He oídoa padres decir: «¡No vas a comer hasta

que puedas contar hasta diez!». ¡Y elniño ni siquiera sabe pedir de beber!

Permite que tu hijo vaya a supropio ritmo, animándolo a su vez.Cuando lo animas, haces que estédeseoso de seguir aprendiendo. Esentonces cuando oyes: «¡Otra vez, otravez!». Si prestas verdadera atención aquién es y olvidas tus expectativas dequién debería ser, puedes seguirlo paraver lo rápido que quiere —y puede— ir.Eso significa que tienes que revisar laclase de padre que eres, ¿verdad?

Después de todo, a tu hijo le faltancuatro años para llegar a casa con unamochila tan grande como él. Estedebería ser un tiempo de diversión. Si

es divertido para él aceleraracadémicamente, bien, me pareceestupendo. Sin embargo, no te engañespensando que aprender memorizandodurante todo el día es divertido, cuandono lo es. Aprenderá más a través de losjuegos y jugando que de ninguna otramanera.

AMIGOS IMAGINARIOSAsí que, de repente, tu hijo tiene unamigo imaginario —algo que hasta lamitad de los niños hacen, según losinvestigadores—. Puede que teencuentres teniendo que guardar unespacio, proporcionar comida o incluso

montar enormes fiestas de cumpleañospara su «amigo» que, evidentemente, ¡nopuedes ver! Sinceramente, no creo quehaga daño seguirle la corriente —no vasa dañar el sentido de la realidad de tuhijo, afrontémoslo—. Mientras seafingido. Por ejemplo, no pondríacomida de verdad. Algunos niñostambién usan sus muñecos o peluchespara hablar en tercera persona de cómose sienten, cosa que puede serespecialmente útil en situacionessensibles. Ten paciencia en esta brevefase de la vida de tu hijo, cuando esta essu verdad.

¡Vigila que no culpe al amigoimaginario por las travesuras que haga tupequeño! O cuando diga que ha sido suamigo imaginario el que le ha dicho que

debería salir de la cama. Incluso aquíhay límites. La mayoría de los niñossalen de esta fase hacia los seis o sieteaños, cuando comprenden la diferenciaentre realidad y ficción.

La importancia del juegofingido¿Sabías que, de hecho, el juego fingidoayuda con las habilidades lectoras? Esporque el juego fingido requiere lacapacidad de simbolizar —permitir queuna cosa represente otra, que es una

habilidad clave en la lectura—. Por lotanto, cuando un niño finge que unamanta es una supercapa, estápermitiendo que una cosa representeotra, lo que ayudará a su habilidad decomprender que las palabras de unapágina representan pensamientos eideas. Cuando los niños de dos y tresaños fingen sin materiales, estánrecordando imágenes que han visto enlibros o en el mundo a su alrededor. Poreso empleamos cosas que han vistocuando fingimos con niños. El juegofingido también ayuda a la socialización,puesto que representa papeles como«mamá» y situaciones como «en casa».Me gusta llamarlo «minimundo».

El juego fingido comienza con unniño pequeño que hace el ruido «vroom,vroom, vroom» cuando empuja un coche,y continúa hasta que, a los cuatro años,ha creado mundos enteros e historiasimaginadas. Puedes alentar el juegofingido con esta sencilla directriz:Cuanto más anima un juguete a un niñoa emplear su imaginación, mejor.Además de los materiales recicladosque te he sugerido anteriormente, he aquíalgunas otras sugerencias para alentar eljuego fingido:

Juega con versiones de objetoscomunes, como una cajaregistradora, comida de plástico,

unacasade

muñecas, una estación debomberos, etc.Bloques, Lego y juegos deconstrucción.Coches y camiones, grandes ypequeños.Ropa formal, zapatos y joyería:cuanto más brille, mejor.Disfraces, como superhéroes,bomberos, hadas, etc.

Pintura facial y maquillaje notóxico.Muñecas y figuras de acción.Títeres.

Es aquí cuando te sueltas y tediviertes un poco. El hecho de que seasun adulto no implica que no puedasactuar como un niño. Disfrázate con tushijos y juega. Estoy segura de que tegustará. Puedes añadir un aspecto decuentacuentos para que sea másdivertido y creativo: «Estamos todos enel circo. ¿Qué pasa entonces?». A losniños les encanta que hagamos juegoscreativos con ellos. Una vez trabajé conun papá soltero que quería aprender

cómo relacionarse mejor con su hijapequeña. También tenía un hijo con elque estaba a gusto, pero no sabía cómoconectar con su pequeña. Una vezdescubrí que a él le interesaba el teatro,le animé a jugar a disfrazarse con ella, ylo hizo —¡incluyendo el sombrero y laboa de plumas!—. Nunca olvidaré cómose iluminó la cara de su hija cuando sedio cuenta de que iban a tomar el té.

Se sentaron a la mesa con un mantely un pequeño juego de té, y yo les serví,como si fuera la camarera. Tomé elpedido, golpeé los cazos en la cocina, ydespués solían hacerlo tras marcharmeyo.

CAJAS MÁGICASEs otro día lluvioso, y tu hijo y tú estáisencerrados. Es la hora de las CajasMágicas.

Lo único que tienes que haceres coger un juguete, ponerloen una caja y envolverlocomo un regalo. Puede seralgún material demanualidades o un juego. Nisiquiera tiene que ser algonuevo. Son la magia delritual y tu entusiasmo los quehacen que funcione.Haz otras dos.Con gran dramatismo,declara que es el día de las

«Cajas Mágicas».Sácalas con mucho bombo, ypermítele que elija una.Ahora puede jugar con lo quehaya dentro. ¡Pronto terogará que sea el día de lasCajas Mágicas todos los días!

Comprar juguetesEn general, busca juguetes del nivel decapacidad de tu hijo, o ligeramentesuperiores. Es importante que tengajuguetes que pueda manejar y que

también le supongan un desafío. Losdesafíos deberían ser divertidos yestimulantes, no frustrantes. No tesientas tentado a comprar juguetesdemasiado avanzados. Guárdalos parael momento adecuado —y lo mismo contodos los juguetes que recibe en sucumpleaños—. Guarda algunos para másadelante.

Los diez juguetesprincipales para cada grupode edad

1-2 AÑOS

Juguetes para empujar,una pequeña máquinade hacer palomitas, o uncarrito de la compra.Rompecabezassencillos de cuatropiezas con grandes pomos.Libros de cartón.Grandes bloques de construcción.Vasos apilables.Juego de actividades para empujar,arrastrar y girar.Mesa de trabajo para golpear.Un tambor o un xilófono.Una pelota blanda de tamañomediano.

2-3 AÑOS

Juegos de granja,juegos de trenes ygarajes de coches.Cajas de arena,cubos, palas, vasos y camionesbasculantes.Instrumentos musicales, comomaracas, campanas, flautasinfantiles, etc.Grandes abalorios para juntar yseparar.Una pelota grande para rodar ytirar.

Coches y camiones de plásticosobre los que montarse y empujar oconducir.Juguetes para jugar con agua –verter, mezclar.Clasificadores de formas.Puzles de pinzas.Muñecas.

3-4 AÑOS

Bloques máspequeños y Duplo(no juegoscompletos, sinolos diseñadospara juego imaginativo y

desestructurado).Juegos para imitar actividadesadultas, como cocinar y comprar.Un equipo de doctor o enfermero,carpintero, etc.Triciclos y patinetes.Casas de muñecas y casas dejuguetes.Puzles para el suelo.Juegos de mesa.Un muelle Slinky.Un caballete.Juegos de abecedarios.

4-5 AÑOS

Una pelota y un bate para elbéisbol, y una pequeñapelota de fútbol.Juegos de construcciónmás sofisticados, como cubospiezas que encajan, Meccano ypiezas de madera que encajan.Puzles para ver y deletrear, tanto demesa como electrónicos.Circuitos eléctricos, para crearcosas como platillos voladores yluces de colores.Libros laberínticos.Juegos de abalorios.Títeres.Juegos de cartas, como «Burro»,«Pesca» o «Culo sucio».

Grandes juegos para niñosLos juegos fomentan pensar y buenadeportividad. No te sorprendas sirecibes una fuerte reacción cuando tuhijo pierda por primera vez —o siintenta hacer trampas—. Hay queenseñarle a comportarse bien en eljuego.

2 y mayores

ElefunSeñor PatataRed Dog, Blue DogOld MacDonald Lotto

3 y mayores

La pequeña arañaMini GolfSerpientes y EscalerasMi primer Scrabble

4 y mayores

TragabolasJengaBuckarooCuatro en línea

JUGUETES ELECTRÓNICOSEDUCATIVOSHay muchos juguetes electrónicos

educativos que son absolutamentemaravillosos. Después de todo, vivimosen el siglo xxi. No obstante, mi mayorpreocupación es que sigas hablando yjugando con tu hijo, y no dejes que estosjuguetes que hablan, pitan y parpadean seconviertan en canguros. Igual que contodos los juguetes, tendrás que enseñara tu hijo a usarlos, jugar con él yasegurarte de que está correctamenteestimulado e interesado. En otraspalabras, tienes que estar ahí.

Jugar soloMuchos padres se crean problemas a símismos porque piensan que tienen que

jugar con su hijo durante todo el día. Pormuy importante que sea interactuar contu hijo y estimularlo a todos los niveles,también es increíblemente importante —como parte de su curva de aprendizaje— que esté cómodo jugando solo. Esentonces cuando usa su propiaimaginación y creatividad.Naturalmente, incluso cuando un niñoestá jugando por su cuenta, se le estásupervisando. Para ayudarle a aprendera hacerlo, usa la técnica «Juega yquédate, juega hasta cansarte».

No obstante, he visto a demasiadospadres dejar un juguete en el suelo ydecir: «Vete a jugar». Está bien hacerlode vez en cuando, siempre que también

pases una buena parte de tu tiempointeractuando con tu hijo. Es unacuestión de equilibrio. Si lo único quehaces son las tareas de la casa, y noestás cubriendo las necesidades de tuhijo a los niveles que hemos discutido,hay un problema.

Cómo saber si un juguete se le haquedado pequeño a tu hijoA tu hijo se le quedarán atrás losjuguetes a su propio ritmo. Lasdirectrices de edad de un juguete sebasan en los cálculos aproximados enlos que un niño suele alcanzar ciertas

fases de desarrollo. Puede que tu hijoesté adelantado o retrasado.

Hago una distinción entre losjuguetes para aprender y los juguetespara jugar. Para los juguetes educativos:si puede dominar en la vida real lahabilidad que el juguete le estabaayudando a desarrollar, es hora de pasaral siguiente nivel. ¿Por qué? Porque yano está aprendiendo. Por ejemplo, lospuzles de pinzas están diseñados paraayudar a tu hijo a pinzar con los dedos.Una vez puede hacerlo, debería pasar apuzles sin pomos.

Los juguetes para jugar,especialmente los que he incluido en lasección anterior para el juego fingido,

tienden a durar más porque no estándiseñados para fomentar una habilidadconcreta. Sabrás cuándo retirarloscuando tu hijo se aburra de ellos. Sidecides quedarte con alguno de estos,será por valor emocional. Cuando unniño redescubre ese juguete otra vez,querrá jugar con él porque lo recuerdacon cariño —como nosotros cuandojugamos al Twister como adultos.

Lidiar con gemelos yhermanos con edadescercanas

Por supuesto quepodéis realizarmuchas actividadesjuntos, perotambién tienes quetener tiempo dejuego individualcon cada niño. Unade las grandesvirtudes de losgemelos o los hermanos cercanos enedad es que aprenden a tener pacienciadesde el principio. Incluso cuando sonbebés, aprenden a esperar su turno paraque les cambien, les alimenten o loscojan en brazos. Esto perdura en laprimera infancia, puesto que aprenden a

sentarse y esperar su turno.He aquí lo que tienes que hacer: si

tienes trillizos, por ejemplo, dales a dosde ellos una actividad que sabes que lesgusta y pueden realizar por su cuenta, demanera que no tengas que involucrartecon ellos. Después, concéntrate en elotro. ¿Por qué? Porque, mediante larepetición de la rotación entre ellos,todos tendrán la seguridad de tener suporción de atención exclusiva.

Cuando estéis realizando unaactividad estimulante juntos, asegúratede que un niño no domina. Es muyimportante dejar que el/los mástranquilo(s) tengan también su turno.

¿Televisión o no televisión?La recomendación actual de los médicoses que los niños no vean la televisión.La razón es la misma que he mencionadoantes. En pocas palabras, el cerebro deun niño se conecta correctamente através de las interacciones con humanosy las experiencias que vive. (No, ver latelevisión no es una experiencia. Lasexperiencias consisten en hacer algo.)También hay estudios que muestran quelos niños expuestos a más televisión sonpropensos al comportamiento agresivo,obesidad y menos actividad.

Puesto que soy realista, he pasadoveinte años en casas de gente, y tambiénhe puesto la televisión durante 30minutos, aproximadamente, paraentretener a un niño, sé que, en algúnmomento, harás lo mismo. Por lo tanto,te pido lo siguiente: sé selectivo encuanto a lo que está viendo, y limita eltiempo a 30 minutos por día. Asegúratede que los programas son apropiadospara su edad, y no te apoyes en latelevisión como canguro o un apoyopara toda una mañana o tarde. Tú y yosabemos que la capacidad de atenciónde los niños de tres o cuatro años nopuede mantenerse durante 60 o 90minutos. Hay muchísimas otras formas

de entretenimiento que pueden usarsepara atraerlo, como títeres, pantomimainfantil, cantar y bailar. Dado que latelevisión infantil cambia muy rápido,no resultaría útil hacerrecomendaciones. Sé consciente delcontenido y, si quieres tener mayorcontrol de lo que ve tu hijo, puedescomprar DVD adecuados a su edad.Puedes elegir verlos con tu hijo o no,depende de ti. A veces puede ser undescanso agradable.

Videojuegos y ordenadoresNo es beneficioso para los niños pasardemasiado tiempo frente al ordenador o

jugando a videojuegos comopasatiempo. Hacerlo fomenta maloshábitos, y estos niños se convierten enpreadolescentes que muestran señales deescasa concentración, falta de ejerciciofísico, adicción a los videojuegos, yaislamiento de la familia. Algunos devosotros tenéis hijos que usanordenadores en la escuela, pero esetiempo está limitado, diseñado para sugrupo de edad, y supervisado. No tieneabsolutamente ningún sentido meterlosen casa.

¿ATENCIÓN A QUÉ?

Si tu hijo de cuatro años puede aguantarsentado durante una película de 90minutos, piensa en todas las otras cosasmaravillosas que podría estar haciendo:nadar con la familia, montar en bici porel paseo del río, ir a un espectáculo deteatro infantil, correr y jugar con otrosniños en el parque, hacer máscaras decartón piedra, disfrutar de una comidafamiliar fuera de casa juntos, «leerle»un cuento a su hermanita una tardeapacible, marcar una habilidad para lavida en su lista de «Puedo hacerlo» oalinear sus coches para una carrera.

7

Transicionespositivas

En este capítulo, te ayudaré a enfrentartea todo tipo de transiciones, desde unasimple entrega de tu hijo a un cuidador,a presentar un nuevo bebé y manejarcambios vitales como el divorcio,fallecimientos en la familia y nuevosmatrimonios. Todas las clases detransiciones pueden ser muy peliagudas,puesto que hay que manejarlas consensibilidad —sobre todo, porque vanen paralelo a complicadas etapas dedesarrollo que tu hijo puede estarpasando—. Por ejemplo, los niños deuno y dos años que sufren de trastornode ansiedad por separación puedenresultar difíciles para padres que se

están divorciando. Para los niños de tresy cuatro años, estos grandes cambiospueden ser duros porque son másconscientes del impacto que unacontecimiento así tiene en sus vidas.

Lidiar con la ansiedad porseparaciónEn algún momento, probablemente hayasnotado que tu bebé —que estabacómodo pasando de mano en mano entretodos los familiares— se ha convertidoen un monito pegajoso, que llora si sesepara de ti. En realidad, esta es unaseñal de desarrollo sano, puesto que

muestra su apego a ti —siente que túeres el centro de su universo, y lapersona a la que mira para entender loque ocurre en la vida—. El trastorno deansiedad por separación que comienza,generalmente, hacia los nueve meses, ydura alrededor de dieciocho, es una fasede desarrollo. También puededesencadenarse más tarde a causa deacontecimientos de la vida, comomudanzas, un nuevo bebé, divorcio, unnuevo cuidador, etc.

El trastorno de ansiedad porseparación puede ser intenso para ti ypara tu hijo, porque es difícil alejarse deun niño que te busca a gritos —y que tetira del cuello—. Puedes hacerlo más

fácil para ambos con las sugerenciaspara transiciones positivas que perfilaréen este capítulo.

Consejos para lidiar con la ansiedadpor separación

Acepta que esta fase pasará.Asegura al padre no favorecidoque no ha hecho nada malo y quesu hijo le quiere. Hazle saber loque puede hacer para ayudarte.Si puedes, calcula el tiempocuando te alejes de él porprimera vez, cuando estécansado o enfermo. Puedevolverse aún más pegajoso.

Respira profundamente y cálmatecuando sientas que te estásestresando.Cuando abandones la habitaciónen la que está durante un breveperiodo de tiempo, díselo a tuhijo para que sepa que aún estásallí.Juega a juegos de cucú, que leayudarán a aprender que aquelloque no ve sigue ahí —usa unatoalla o métete debajo de lasmantas de la cama.Probablemente lo hacías cuandoera un bebé, pero los niñospequeños también lo adoran.

Finge ser un mago, coge dosvasos y una pelotita, y haz que lapelota aparezca y desaparezcabajo el vaso. Le ayuda aaprender que hay cosas quesiguen ahí aunque no puedaverlas.Nunca te marches sin deciradiós. Solo provoca másansiedad.

LA TÉCNICA PARAQUITÁRTELO DE LACADERA

Cuando un niño tiene trastorno deansiedad por separación y no para delevantar los brazos y llorar, los padrestienden a cogerlo en brazos y sujetarlosobre la cadera. La siguiente técnica teayudará a quitártelo de la cadera y adejarlo en el suelo, tanto por seguridadcomo para un desapego saludable.

Cuando llora para que locojan en brazos, baja a sunivel y abrázalo a distancia.Dile que no lo vas a coger enbrazos, y lo que vas a hacer,como «Ahora voy a hacer lacena».Si te sigue, aún llorando (y lohará), vuelve a agacharte y, adistancia, di: «No, mamá está

ocupada haciendo esto.Puedes ir a jugar con tusjuguetes. Después podremosvolver a divertirnos en unrato».

Localización y resolución deproblemas con la técnica paraquitártelo de la cadera

Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Sigo cogiendo a mi hijo enbrazos siempre que lo pide?¿Conozco la diferencia entre

cogerlo en brazos para mostrarafecto e intentar cocinar la cenacon un brazo?¿Me he convertido en alguienque lo hace todo con mi hijopegado a mí?¿Tengo espacio para mí mismo?

Adiós, hola de nuevoLa época en la que tu hijo estáexperimentando trastorno de ansiedadpor separación es cuando de verdadnecesitas tu mochila llena de Seguridadpara marcharte —y Perspectiva parasaber que se acostumbrará y no serásiempre tan pegajoso—. Esto es,definitivamente, solo una fase. La

tranquilidad se desarrolla cuando escapaz de ver que, cada vez que temarchas, vuelves. Es mucho másinteligente decirle a tu hijo conseguridad a dónde vas y que te veavolver que escabullirte de la casa ydejarle preguntándoselo. Huelga decirque, aun así, puede ser agotador —parael que se queda y para el que se va.

Ahora recuerdocon cariño —aunqueno lo hacía enaquella época— laagitación que sedesataba 30 minutosantes de que una de las madres para lasque trabajaba como niñera se marchara

a trabajar, dejando atrás a su hijo de dosaños. Pronto comenzó a dejarse llevarpor el pánico y a ponerse nerviosa,sabiendo que iba a colgarse de su ropa,y yo tendría que separarlo. Yo le decíaque, en cuanto se marchaba, estabaabsolutamente bien. Pero ella necesitabala seguridad de que aquello era ciertoporque salía por la puerta cada díadejándolo hecho un absoluto mar delágrimas.

La casa tenía ventanas en loscostados. Por lo tanto, un día, le sugeríque saliera como de costumbre, y echaraun vistazo por las ventanas. Después decerrar la puerta con él llorando, comosiempre, sugerí con entusiasmo que

fuéramos a jugar a algo. Dejó de llorarhistéricamente de golpe, y decidió queera una idea estupenda. Miré a la madreen la ventana —que tenía una expresiónde «¿Es ese todo el tiempo que me hadedicado? ¡Dos minutos llorando!»—, ydespués se marchó alegremente atrabajar.

Fue un momento divertido —perodramático a la vez— porque se diocuenta de que, en realidad, solo era unmelodrama antes de que se marchara, yde que estaba completamente bien ycontento mientras ella no estaba.

Mi fórmula de transiciónLa personalidad y el temperamentoindividuales de tu hijo afectarán ladificultad o facilidad de lastransiciones. Algunos niños se tomancon calma que mamá se marche; otros,como mi antiguo angelito, se comportancomo actores ganadores del Óscar. Poreso he creado esta fórmula:

Cuando observas cómo secomporta tu hijo con el cambio y ofrecesla orientación que tu hijo necesita, lascosas van más fluidas —tanto si es laentrega a un cuidador como lidiar conuna familia.

La clave es ser capaz de interpretara tu hijo y comprender cómo es probableque responda. Entonces sabrás cuántaorientación proporcionar. ¿Necesitasplanear tiempo adicional para latransición porque es la clase de niño quenecesita más reafirmación? ¿Deberíaspresentar a la nueva canguro unascuantas veces mientras tú aún estás ahí?¿O se toma el cambio con calma y, por

lo tanto, solo necesitas presentarla unasola vez? ¿Necesita que le des una detus posesiones para que le hagacompañía y le asegure que volverás? Esmás probable que un niño másindependiente en sus habilidades para lavida esté satisfecho de estar metido ensu propio mundo y lidie con lastransiciones de manera más fluida.Cuanto más conozcas a tu hijo, máscapaz serás de dilucidar estascuestiones.

No asumas que será difícilTen cuidado de no transmitirle tuspropios sentimientos de preocupación o

tristeza a él. No dejes que se le pegue.¡Puede que esté más cómodo con lasituación que tú! Puede que estéentusiasmado con el nuevo bebé o sunueva habitación. No obstante, si estatransición se está volviendoemocionalmente difícil para ti, ¿quiéntranquiliza? Si llevas a tu hijo a laescuela por primera vez y admiras sunuevo uniforme, pero te sientes tristeporque ya no es tu bebé, escóndete bajola cámara mientras sacas esas fotos delprimer día. ¡Patata!

Acostumbrar a tu hijo a estar alejadode ti

Para facilitar la transición a otroscuidadores y nuevos lugares, animo alos padres a acostumbrar a sus hijos apasar ratos alejados de ellos con latécnica «Juega y quédate, juega hastacansarte». Practicar esta técnicafacilitará la transición cuando empiecesa trabajar a jornada completa, o decidasllevar a tu hijo a un centro de día oguardería a media jornada. También esútil si quieres hacer ejercicio duranteuna hora y dejar a tu hijo en laguardería.

LA TÉCNICA DE «JUEGA YQUÉDATE, JUEGA HASTA

CANSARTE»

Juega con tu hijo un rato ydespués di: «Mamá se va a lacocina, volveré en unminuto». Quieres que estéconcentrado antes demarcharte, por eso empiezasjugando con él, por ejemplo,apilando bloques, haciendopuzles fáciles, o metiendoaros en la barra.Sal de la habitación y, acontinuación, vuelverápidamente. No quieresdejar a tu hijo desatendidodurante demasiado tiempo.Esto es solo para mostrarleque puedes irte a otra

habitación, pero siemprevuelves.Hazlo varias veces y endistintos sitios, para queaprenda por repetición quesiempre vuelves.

El tiempo alejado de tiIncluso si estás en casa a tiempocompleto después de que tu hijo cumplalos dos años, que haga cosas sin ti tienemuchos beneficios —al menos, una horao dos, un par de días por semana—.Entrar en la rutina de ir a otro lugar y

estar con otras personas le ayuda acomenzar a desarrollar un saludabledesapego a ti. Comienza a ver que estábien jugar y disfrutar sin ti, porquevolverás. También le ayuda adesarrollar relaciones con otraspersonas.

Plantéate comenzar con un miembrode la familia —o hacer turnos con unaamiga—. Puede vigilar a tu hijo duranteuna hora, y tú vigilar al suyo unos díasdespués. Son caras conocidas, para quetu hijo pueda acostumbrarse a no estarcontigo. Una hora por semana sería unbuen comienzo, y puedes partir de ahí.Esto te ayudará a programar citas,

sabiendo que puedes tener esa hora parahacer ejercicio u otra cosa por tu cuenta.

Otra opción es anotar a tu hijo enuna actividad durante una hora o dos. Túobtienes un pequeño descanso y tu hijose acostumbra a la transición para lajornada completa que será cuando vayaa la escuela. Es mucho más fácil pasarde las dos horas, dos días por semana, alas tardes, cinco días por semana, yluego a la escuela a tiempo completo. Esun buen proceso gradual en que lodestetas para que se divierta sin que tútengas que participar de ese disfrute. Note sientas culpable. Recuerda quefomentar un desapego saludable es partedel desarrollo de tu hijo —y del tuyo.

PRESENTAR A UNACANGURO

Cuando contrates a unacanguro por primera vez, hazque venga a vigilar a tu hijodurante un par de horas,mientras haces tareas en lacasa.Organiza algo divertido quepuedan hacer juntos, para quesea una experienciaagradable. Hará que tu hijose sienta más cómodo cuandole dejes.Si tu hijo viene a ti, llévalo denuevo con la canguro y di con

seguridad: «Ha venido ajugar contigo». Vuelve ahacer lo que estabashaciendo.

Si eres un padre que ha elegidoquedarse en casa con tus hijos antes deir a la escuela, te recomiendo que creesconstantes oportunidades para que tuhijo esté en compañía de otras personas.Necesita ser capaz de aprender aconcentrarse en actividades cuando estáalejado de ti, incluso si estásobservando desde un costado. Esto

ayuda a desarrollar límites saludables, ytú agradecerás la compañía adulta. Haráque la transición a la escuela sea muchomenos traumática para ambos.

Facilitar la transición a laguardería

Habla sobre lo que va a ocurrir,para preparar a tu hijo.Muéstrate entusiasmado, yexplica lo que ocurre: «Mamá vaa ir a trabajar, porque eso es loque hace durante el día. Y tú vas

a ir a un lugar a jugar. Te vas adivertir mucho».Visita el lugar antes de tiempo ypasea a tu hijo, señalando todaslas actividades emocionantesque va a hacer y la gente con laque va a jugar: «Esta es laseñorita Tal, y hay muchos niñosy niñas, y mira el tobogán. Teencanta deslizarte por eltobogán...».Cuando llegue el día, puedesdarle algo tuyo, como unabufanda, y decir: «Guárdale esoa mamá, porque mamá volverá arecogerlo». Eso puedeasegurarle que volverás.

Entra con él, dale un gran beso yun abrazo, y prométele que lorecogerás, y muéstrateentusiasmada y contenta.Después, ¡márchate! Quedarteno va a cambiar el hecho de quetu hijo no quiere que te vayas.Por supuesto que te quiere allí.Tan solo estás posponiendo laagonía.

Naturalmente, ¡para muchos serádescorazonador! No obstante,intenta no mostrar tus lágrimas,tristeza o preocupación a tu hijo.El primer día es el más duro, losé, pero se volverá más fácil conel tiempo —créeme—. Noimporta lo mucho que se queje,se recuperará y se concentrará enuna actividad. Los profesionalescon los que le estás dejando han

pasado por esto cientos deveces, y saben cómo distraerle.Con el cambio, llegan nuevas yemocionantes aventuras.

«¡No quiero ir!»Si, después de un periodo para latransición, tu hijo sigue diciendo que noquiere ir, puede ser muydescorazonador. Sabes que está en unbuen ambiente, entonces, ¿por qué noestá generando esta experiencia lafelicidad que debería? ¿Qué pasa?

Lo que he notado en esta situaciónes que, en muchos casos, son los niñosmás pequeños con escasas capacidadessociales los que tienen problemas para

interactuar con otros niños. Prueba conencuentros para jugar con uno de losniños del mismo centro o guardería,para que se acostumbre a construir unaamistad. Eso aumentará su autoestima yle dará más seguridad, haciendo que laguardería sea una experiencia másagradable.

Otro factor puede ser la inmadurezen su desarrollo emocional —o si haexperimentado un retroceso—, y estepodría ser, ciertamente, el caso si hay unnuevo bebé en la familia o estáocurriendo otra transición vital. Cuandose ha acostumbrado a que hagas cosaspor él, de repente, lo empujan a un lugaren el que tiene que hacer más por sí

mismo, es un desafío, y por eso puedessentir más resistencia. Esto se puederesolver intentando que haga más tareasmanuales en casa y se vuelva másindependiente con esas habilidades parala vida. Esto le capacitará para formarparte de la estructura de la escuela, y sermás capaz de aprender y disfrutar.

Cambiar cuidadoresSigue mi consejo para facilitar latransición a la guardería, adaptándolo aesta circunstancia: «Ahora vas a estarcon la señorita Tal y nuevos amigos.¡Será fantástico!». Si puedes contar unasencilla historia sobre cómo cambian las

cosas, ¡hazlo! Por ejemplo, «Ya no vas air con la señorita Tal, ¡porque va a tenersu propio bebé!». Lo que no debes haceres meterte en largas explicaciones encuanto a que no estás de acuerdo con elenfoque de su antiguo cuidador —ohablar de que va a estar triste—.Céntrate en lo positivo, y sé tan naturalcon el cambio como sea posible.

Apoyar una actitud positivasobre la guarderíaSi tu hijo dice «Hoy no quiero ir», nodigas «Sé que no quieres ir. Sé que va aser difícil. Ojalá no tuvieras que ir».

Di «Lo pasarás muy bien. Sé que sientesque no quieres ir, pero te lo vas a pasarbien de verdad».

HABLAR SOBRE LAADOPCIÓN

Los niños no entienden lo quees la adopción. No obstante,igual que le contarías a unhijo biológico de tres ocuatro años la historia deldía en que nació, y leenseñarías fotos, puedescomenzar a hablar a tu hijoadoptivo sobre el día en el

que lo conociste, enseñarlefotos del lugar al que fuiste arecogerle, y demás.Trata el asunto de laadopción de manera informaly natural para que, cuandosea mayor, se sienta cómodohablando de ello y podáisentrar en más detalles.

Presentar a un nuevo bebéHe oído a algunos padres decirle a suhijo durante el tercer trimestre de

gestación que viene un bebé, y otros queinvolucran al niño desde el principio.No hay una fórmula mejor que otra. Es tuelección. No obstante, si estás pensandodecírselo desde el principio, recuerdaque nueve meses son muchos meses deespera para un niño. En esta etapa notiene concepto de tiempo. (¿Recuerdasese viaje en coche en el que te preguntódoscientas veces cuándo ibais a llegar?)

El gran cambio viene, naturalmente,cuando nace el niño. La reacción de tuhijo depende de muchas cosas, su edad,temperamento, y cómo le ayudas aadaptarse. He visto niños que muestranamor y deseos de ayudar con el bebé

inmediatamente, y otros que quierensaber «¿Cuándo se va el bebé?».

Es una adaptaciónNo importa cómo responda, tu hijo seestá adaptando a la nueva configuraciónde la familia igual que tú. Tú sabes quetu corazón es suficientemente grandepara los dos (o tres, o los que sean),pero ¿no te preocupaste un poco por esoantes de que llegara el segundo? Tupareja y tú no estabais seguros de quefuera cierto hasta experimentarlo.

Tu hijo está intentando averiguar lomismo. No puede pedirte que te sientesy tengáis una conversación sobre su

adaptación al bebé: «Bien, mamá. Mesiento un poco inseguro. Me pregunto siaún me quieres. Solía ser el niño de tusojos, y ahora siento que no lo soy». Enrealidad, eso sería bastante gracioso.Lee entre líneas y dale algo de tiempopara que se acostumbre al cambio.

Consejos para una transición másfluidaAnima a tu hijo a aceptar la nuevaconfiguración familiar. He aquí misconsejos para hacer la transición lo másfluida posible.

Mantén igual la rutina de tu hijo

Si es posible, no hagas ningún otrocambio —cuidador, casa o programa. Surutina le da una gran sensación deseguridad y estabilidad—; puede quehaya un nuevo bebé con el que compartira mis padres, pero el resto de mi vida esigual.

No tengas miedo de pedir ayudaAhora te encuentras con las intensasnecesidades y exigencias de un bebé,además de tener que cuidar de un niño (yquizá niños mayores, también). Puedeque necesites que tu pareja aporte más oque un familiar os ayude.

Celebrar que se convierte en unhermano mayorIncluso hay tarjetas que dicen «Acabasde convertirte en hermano mayor». Esole ayuda a entusiasmarse más sobre sunueva posición en la familia. También hevisto familias en las que el bebé le da unregalo a su hermano mayor.

Compra una muñeca para tu hijoPuede ser un regalo del bebé, si quiere.Ayuda mucho que haga con ese bebé loque tú estás haciendo con el verdaderobebé. Le ayuda a no sentirse excluido.

Involúcrale en ayudarte con el bebé

Haz que se vuelva más activo en elcuidado del bebé, permitiéndole que tehaga sugerencias: «¿Debería ponerleesto al bebé, o le ponemos lo otro? ¿Quéte gustaría ponerle al bebé?», o «¿Quécanción ponemos?». Una vez más, sesiente parte del proceso y, con un pocode suerte, no estará tan celoso. Si essuficientemente mayor, incluso puedehacer cosas como ponerle los zapatitosal bebé.

Asegúrate de tener tiempo a solas conél

Esto es obvio, pero nosiempre fácil de conseguir,sobre todo con un reciénnacido. No obstante, tienesque asegurarte de que tupareja y tú pasáis tiempo a solas convuestro hijo. Dedícale algo de tiempocuando el bebé esté durmiendo, ocuando tu pareja saque al bebé a pasear.

Dale un pequeño accesorioA los niños les encanta la simulación ydisfrazarse. Dile que vas a darle unaplaca de sheriff por ayudar con ciertastareas durante el día. Vais a hacer esascosas con o sin placa. Se entusiasmarácon la placa, así que el día irá mejor. No

tiene que ser una placa de sheriff —puede estar relacionado con cualquiertema que le interese a tu hijo: bombero,policía, el ayudante de mamá o elhermano mayor—. Puedes hacerla depapel y colocársela con un imperdible.

Recuerdo que trabajé con unafamilia a la que le preocupaba cómorecibiría su chiquillo al nuevo bebé. Meparecía muy importante quereconocieran este acontecimiento comouna celebración, y no como una amenazapara aquel niño. Me aseguré de que sesintiera incluido desde el principio.Fuimos al hospital a ver a su hermana, yme ayudó a hacer una tarjeta y a poneradornos para la bienvenida a casa.

Su rutina se mantuvo, así que suvida no cambió de como solía ser antesde que llegara el bebé. Tenía su tiempocon mamá a solas, y también teníatiempo con mamá y su hermana. Leayudé a comprender lo que pasaba:«¿Sabes por qué está llorando ahora?Porque tiene hambre. ¡No puede comercon tenedor como tú! Esta es su formade hablar. Llora para avisarnos».Algunas veces decía «¡Para! ¡Para!»cuando su nueva hermana lloraba, y yole decía: «Sí, ¡ojalá parara! Pero noquiere». Había mucho humor y cariño,así que la transición fue fácil.

Cuando pienso en las ocasiones enlas que no ha sido así, es generalmente

porque a los padres les ha resultadodifícil mantener la rutina de un niño, a lavez que cuidan las necesidades delnuevo bebé. Tienes que dominar lasintonización para una transición másfluida.

Lidiar con la regresiónLa regresión ocurre cuando tu hijopiensa, inconscientemente: «Mamá ypapá quieren al bebé, así que, si soy unbebé, me querrán». De repente, ya nopuede hacer las cosas por sí mismo.Lleva seis meses comiendo ovistiéndose solo y, ahora, ya no quiere.

Esto puede serfrustrante para lospadres. Justo cuandonecesitas que seamás independienteporque tienes unbebé que te necesita, ¡entra en huelgainfantil! Es hora de sacar la mochila yllenarla de Paciencia y Perspectiva.Tienes que saber que, si te enfrentas aello adecuadamente, la regresión es unafase breve —un mes, aproximadamente—. Si te enfadas o impacientas, tu hijoentiende que puede lograr una reacciónde ti, y puede convertirse en una luchade poder que dure más. Por lo tanto,mantente tan sereno y neutral como sea

posible. Llega a un compromiso. Si nose alimenta por sí mismo, haz que élcoma una cucharada y tú le das lasiguiente. Después, di: «Ahora, tú comesdos y yo te doy una... Ahora, comes tresy yo te doy una». No vuelvas atrás y selas des todas, o tendrás que hacerlotodo. Y haz que se ponga un calcetín o secoma una cucharada antes de hacerlo tú.De lo contrario, tú harás uno y él no harásu parte. Si le has quitado el pañal y vesaccidentes de nuevo, yo me mantendríafirme, pero no emocional: «No hacemoseso en los pantalones. Vas al bañoporque eres un niño mayor».

Si tu hijo es muy pequeño, suregresión puede durar un poco más.

Puede que tenga rabietas cuando noquiere esperar a tu atención; puede quequiera sentarse en tu regazo cuando estásdando el pecho, y puede que no leinterese que le lean mientras el otro estéallí. Mantén el terreno con serenidad yfirmeza. Tienes que cubrir lasnecesidades de tu bebé y de tu niño:«Vamos a hacer esto. Puedes sentarteaquí, pero voy a alimentar al bebétambién».

LA TÉCNICA DEL«HERMANO MAYOR»Cuando tu hijo de cuatro años comienzaa comportarse como un niño de dos, es

hora de la técnica del «Hermanomayor». Así es como funciona:

¿Cuáles son las cosas quepuedes permitirle hacer paraque se sienta como unhermano mayor? Porquequieres que piense que eso eslo mejor que se puede ser.

Piénsalo en términos deresponsabilidades yprivilegios: «Puedes ir conpapá al museo porque eres unniño grande. El bebé no

puede», o «Puedes ponertelos zapatos solo porque eresun niño grande. El bebé nopuede».

AgresiónAlgunos niñospegan al bebépara conseguiratención. Si essuficientementemayor comopara saber queeso no se hace—y ha aprendido que no se pega—,

corresponde una advertencia y la técnicadel «Escalón de los traviesos», si noescucha. Esto es algo que hay que cortarde raíz. En este punto eres plenamenteconsciente de que tu hijo está intentandoatraer tu atención a través delcomportamiento negativo.

A los niños más pequeños, menoresde dos años, no deberías disciplinarlos.Emplea tu tono de voz lento y bajo, y difirmemente: «Siéntate aquí con mamá.Nada de portarse mal o tendrás quebajarte del sofá». Enséñale elcomportamiento que quieres a través dela acción. Puede sentarse en tu regazo,pero, si no es bueno con el bebé, tieneque bajarse. Puede que tengas que

emplear tu brazo libre para proteger albebé de cualquier movimiento repentinode tu hijo cuando esté en tu regazo. Tutrabajo es asegurarte de que el bebé estáconstantemente protegido.

Mantener seguro a tu bebéCon un recién nacido, todo es seguridad.Los niños son muy bulliciosos e, inclusosi no son intencionadamente agresivos,están experimentando constantementecon la causa y el efecto. Si hago esto,¿qué pasará? Un niño no es conscientede que lo que hace tiene repercusiones.Por lo tanto, has de tener muchocuidado. Tienes que pensar de manera

distinta a como pensabas cuando tuvisteal primero, como dejar a tu bebé en unlugar que parece seguro para que nopueda volcarse. De repente, puedehacerlo, porque la mano del hermanomayor se estira y puede hacerlo. O retirala almohada que estabas empleando paraprotegerle. También tienes queasegurarte de que no se sube a la cuna yaplasta accidentalmente al bebé. Debessupervisar su interacciónconstantemente.

Enseñar a tu hijo cómo tratar a tubebé

En algún momento, probablemente oirás:«Quiero cogerlo, quiero cogerlo». Esfantástico fomentar la conexión entre tuhijo y el bebé, pero yo no permitiría queun niño sostenga a un recién nacido. Esdemasiado pequeño. Cuando tu bebécumpla seis u ocho semanas, puedessentar a tu hijo y hacer que lo tengaencima, pero bajo supervisión (véase elcuadro adjunto). En ocasiones, el bebéllorará. Cuando eso ocurre, yo siempredigo: «Ah, ¡no llora por ti! No has hechoque el bebé llore. Los bebés soloquieren saber dónde está mamá».

HORA DE ABRAZAR ALBEBÉ

Haz que tu hijo se siente en laesquina del sofá, y pon subrazo sobre el brazo del sofá,para crear un sólido ángulorecto.Siéntate junto a él, y recuestaal bebé, de manera que sucabeza esté acunada en lacurva del brazo apoyado.Estás ahí para supervisar.Debe entender que nuncapuede coger al bebé solo.

Para evitar los achuchonesexcesivos, enseña a tu hijo a dar amor albebé besándolo en la frente. Enséñaseloprimero haciéndoselo a él, porque unniño no puede medir de forma natural lapresión. Tienes que enseñarlemostrándoselo, en lugar de diciendo«con cuidado» o «suavemente».

Lidiar con grandes cambiosde vidaEl hecho de que tengas un niño nosignifica que no tengas que enfrentarte aun desafiante cambio en tu vida —lamuerte de un ser querido, por ejemplo, o

la ruptura de tu relación—. No solotendrás tu propia reacción, sino quetendrás que ayudar a tu hijo a superaresas etapas. Aquí te ofrezco misconsejos para ayudar a tu pequeño alidiar con estos trastornos.

La muerte de un ser queridoLa cosa más importante que tienen quecomprender los padres es que, tanto sies un miembro de la familia quien hafallecido como si es una mascota, losniños experimentan una pérdida cuandoalguien con el que han tenido relaciónfallece. Cuanto más tiempo haya pasadocon esa persona o mascota, más

conexión hay. A nivel emocional, es unacircunstancia difícil para todos.

No obstante, un niño no entiende lairrevocabilidad de la muerte, y siente unfuerte impacto ante las emociones dedolor que invaden al resto de la familiadurante el duelo. Esto supone que alniño puede costarle sentirse conectadomientras está rodeado de adultos de luto.Les asusta verte triste, aunque sabe queno es amenazador.

Tanto la rutina como el entornopueden cambiar cuando se da unfallecimiento. Por lo tanto, puedes vercierta regresión o mal comportamiento acausa de la inseguridad. Las sugerenciaspara lidiar con la regresión cuando hay

un nuevo bebé también se aplican aquí.Si tiene alrededor de cuatro años,puedes ver que experimenta tristeza unminuto, y se ríe el siguiente. Esimportante comprender que su respuestano es irrespetuosa —o indicativa deindiferencia—. Los niños pequeños nolloran la muerte de alguien igual quenosotros. No significa que no esté triste.No significa que no recuerde.Sencillamente, no entiende la muerte dela misma manera que nosotros. Por lotanto, se puede distraer fácilmente.Utiliza este comportamiento a tu favor.

Aunque los niños no entienden lamuerte, se dan cuenta rápidamente deque, si mencionan el nombre de la

persona que ha fallecido, hace quereaccionemos —quizá lloremos—. Ypiensan que, tal vez, no sea bueno. Porconsiguiente, hace que dejen de hablarsobre esa persona. Por ese motivo, esimportante decirle a tu hijo que no teimporta hablar sobre tu ser querido,aunque te ponga triste, y que aunqueahora te sientas triste, las cosasmejorarán. Porque los niños están llenosde preguntas.

Los niños también son muyobservadores. Una amiga mía estabamuy triste por la muerte de su abuelo.Con mucha seguridad, su sobrina se leacercó, la abrazó y le dijo: «No estés

triste, tía. El abuelo está en el cielo ynos está mirando a todos». Y sonrió.

AYUDAR A LOS NIÑOS ALIDIAR CON LA MUERTEGeneralmente, un niño no te hablará decómo se siente, pero hay cosas quepuedes hacer para ayudarle con sussentimientos:

Crea álbumes de fotos, sobretodo con fotos de él con lapersona o la mascota que haperdido. Una vez trabajé conuna niña de dos años cuyopadre había fallecido. Lerecordaba, y le encantaba

mirar el álbum que hicimoscon fotos de ella y su papá.Si pierden un miembro de lafamilia, muchos padres medicen: «Tengo miedo de quemi hijo olvide». Siempredigo que puedes mantenervivo el espíritu de tu serquerido hablando sobre tusrecuerdos y experiencias.Si es uno de tus padres, hablasobre las cosas que solíashacer con ellos cuando teníasla edad de tu hijo.Naturalmente, si sois unafamilia con una creenciareligiosa concreta, lo másnormal es que tratéis el tema

según vuestro credo de lamanera más normal posible.

LA TÉCNICA DEL COFRE

El abuelo de una familia conla que estaba trabajandofalleció, y al ver la tristeza desu madre, los niños pequeñossentían que no podíanmencionarlo porque teníanmiedo de entristecerla. Porlo tanto, compré un pequeñocofre para ellos.En familia, pusieron en elcofre cosas pequeñas que les

recordaban al abuelo.Siempre que quisieran,podían acudir al cofre, sacaralgo y hablar sobre él.Puedes emplear la mismatécnica para cualquierpérdida significativa.

DivorcioSi tu pareja y tú habéis decidido que nopodéis vivir juntos, espero que os deiscuenta de la importancia de seguircomprometidos con el bienestar devuestro hijo, y de estar unidos para

tomar las mejores decisiones para él.Sobre todo, ten en cuenta que no se tratade una partida de ajedrez, y que usar avuestro hijo como peón contra tu parejaes una mala opción.Desafortunadamente, siento la necesidadde mencionarlo porque he sido lamediadora entre demasiados adultos,entre los que el enfado con el otro haprovocado un comportamiento negativo.Esto es muy perjudicial para tu hijo atodos los niveles de su bienestar. Si teestás comportando así, solo estáspensando en ti mismo, y no en él.

Tu trabajo es crear una transiciónpositiva para él, así que obtén la ayudaque necesitas para hacerlo. Un niño

nunca debería sentirse dividido entre suspadres. Nunca. Recuerda: cada vez quelanzas dardos verbales venenosos a tupareja, pasa por tu hijo primero, porquevuestro hijo está entre vosotros. Un niñoes muy pequeño. No puede entender loque está pasando, más allá de sentir queha perdido la estabilidad familiar quetenía. Si hay tensión, si hay tristeza,puede sentirla. Y tiene su propiosentimiento de pérdida con el que lidiar,sin tener el lenguaje o la conciencia parahacerlo.

Igual que con la muerte de un serquerido, puede que veas regresión o malcomportamiento. Mira las sugerenciasque te he ofrecido anteriormente en este

capítulo para manejar la regresión.Cuanto mejor manejéis la situación, másfácil será para él. He visto muchosdivorcios en los que ambos padres hanaceptado la situación, cosa que lespermite abrir las puertas a unacomunicación saludable, y seguircomprometidos con la base que su hijonecesita.

Si tu hijo tienealrededor de

cuatro años, puede que tehaga muchas preguntas,porque eso es lo que hacenlos niños de cuatro años. Prepáratepara ello, pensando en respuestas no

motivadas por la ira: «Papá y yo hemosdecidido que seríamos más felicesviviendo separados».

Si aún no has llegado a ese punto anivel emocional, lo más importante esreconocer que no está bien compartir tussentimientos con tu hijo, o reaccionarcontra tu ex. Esto significa que tienesque crecer y ser maduro. Mantentecentrado en tus responsabilidades comopadre, y asegúrate de tener apoyoexterior. Eres un adulto —puedessuperarlo y lo harás—. Una vez trabajécon una familia en la que los padres seestaban divorciando. Me pidieron ayuda

porque querían centrarse en dar a losniños lo que necesitaban, en lugar dequedarse atascados en sus propiossentimientos.

El padre tenía su propia casa, perono se la había enseñado a sus hijos. Porlo tanto, le ayudé a decorarla para quetuviera un ambiente hogareño, y apresentarles el lugar a sus pequeños. Éldijo: «Aquí es donde vivirá papá.Vosotros vivís en vuestra casa conmamá, y a veces viviréis aquí, con papá,los fines de semana y durante lasemana».

La habitación en la que iban adormir los pequeños tenía flores yvinilos de balones de fútbol. Era cálido

y acogedor, y parecía otro hogar en elque podían estar seguros. Puso fotos enel frigorífico con imanes que podíandecorar, para hacerlos más suyos. E hiceque cada uno trajera uno de sus objetosde seguridad a casa de papá, para quetuvieran algo conocido que acariciar.

No fue fácil, pero fueron capacesde crear una rutina que se mantuvieraigual, sin importar dónde vivieran losniños. También acordaron crear unprograma en el que cada uno tuviera undescanso para tener un poco de tiempopara ellos. No hizo la separación másfácil para los niños, pero desde luegoles dio la estabilidad de saber que aúnhabía un techo seguro sobre sus cabezas.

Aunque ambos padres tenían unviaje emocional que sobrellevar, fueroncapaces de comunicarse de forma sanacon el otro, frente a los niños. Ahoraestán en tan buen lugar que, de vez encuando, son capaces de pasar tiempojuntos como familia, aunque no esténjuntos como pareja.

CONSEJOS PARA PADRESQUE SE ESTÁNDIVORCIANDO

Recuerda tu compromiso contu hijo y su desarrollosaludable. Mantén las líneas

de comunicación abiertasentre tu ex y tú, si es posible.Encuentra ayuda adulta ycomparte tus sentimientoscon ellos.Ten en cuenta que tendrásaltibajos emocionales. Nodejes que eso afecte a tucapacidad de actuar comopadre. El estrés puedeprovocar una menorpaciencia, por ejemplo, perosi eres consciente de ello,puedes dar los pasos pararectificarlo.

Viviendas en el divorcioMantén las cosas constantes en la vidade tu hijo, y evita cambiar su rutina tantocomo sea posible. Depende de ti y de tupareja decidir cómo hacerlo. Una formaes mantener la casa principal y, después,buscar para el padre que no tiene lacustodia un hogar con alrededoresfamiliares, para que el niño puedavisitarle fácilmente.

Si os decidís por la custodia o elcuidado conjuntos —tres días con unpadre, cuatro días con el otro, porejemplo—, tu hijo tendrá dos casas y latransición será de una a otra. En estasituación, sugiero enérgicamente que, en

la medida de lo posible, los dosacordéis los mismos límites, reglas yrutinas. Así, solo cambian lospreparativos para dormir. Si eso no esposible, recuerda que un niño es elásticoy se adaptará si le das tiempo. Solocuando veo animosidad e inmadurez porparte de los padres, es cuando veoproblemas persistentes en un niño.

Sean cuales sean los arreglos devivienda o visita que acordéis, sedcoherentes. Respetad las horas deentrega y recogida, y mantened lasfechas que habéis acordado juntos. Tenen cuenta que lo que siembras es lo queal final recoges. Si dices que le verásmañana a las 9.00 de la mañana, y

después no apareces, estarás creandouna situación muy difícil para tupequeño. Está completamenterevolucionado ante la idea de verte. Nohagas pasar a tu hijo por eso. Mantén tupalabra.

En lo que a los juguetes serefiere, a menos que sea muy

grande para arrastrarlo, dejaría que tuhijo se llevara lo que elija de un lado aotro. Le da un sentimiento decontinuidad.

EL CASO INTERMEDIO

Tu hijo querrá llevarse suosito favorito y su mantita —y otros juguetes especiales—cuando vaya a casa de su otropadre.Aparta una pequeña maletaque vaya siempre con él. Megustan esas viejas maletitasque se están volviendopopulares ahora, pero puedeser cualquier cosa que puedasoportar el desgaste detransportarla de un lado aotro.Pega una lista en la parteinterior. Así te asegurarás deque no olvida nada.

Nuevos matrimonios y familiasensambladasTe has enamorado de nuevo, y habéisdecidido uniros para crear una nuevaconfiguración familiar. ¿Cómo consiguesuna transición fluida para tu hijo? Laprimera prioridad es estar encomunicación con tu pareja. Tú tienes tuforma de hacer las cosas, y tu parejatiene la suya. Espero que, a la hora decomprometeros en matrimonio, hayáisdiscutido todo, desde la gestión de lacasa y el dinero, a cómo vais a criar alos niños. Es tan sencillo como eso.Cuanto mejor sepas dónde estás, másfácil será. Si no has tenido ya esas

conversaciones, hazlo inmediatamente.Si estáis unidos, eso le dará a tu hijo unmayor sentimiento de seguridad.

En cuanto a tu hijo, seguramente yahabrá conocido a esta persona y habrátenido algunas experiencias positivascon ella y sus hijos —si los tiene—.Asegúrate de que tiene oportunidades deunirse a tu pareja sin ti, también, conalgunas excursiones divertidas al parqueo al zoo. Un niño de esta edad necesitaaprender a depender del otro padre. Sitú no estás presente, tiene que apoyarseen él, y pronto superará el bache.

Los niños pequeños no entienden loque es el matrimonio, así que habla másde que vais a vivir todos juntos y de lo

divertido que será eso. Esto le permitever que es parte de algo más grande. Losniños mayores, de tres o cuatro años,entienden las bodas y deberían estar taninvolucrados en el acontecimiento comosea posible, como encargados de lasflores, o portadores de anillos, porejemplo. Toda su concentración secentra en la ceremonia.

Si ambos tenéis hijos, cuéntale a tuhijo que mamá se va a casar con un papá(o cualquier otro nombre que hayáisdecidido para él) y que va a tenernuevos hermanos y hermanas, y osconvertiréis en una gran familia. ¡Esfantástico!

Ayudar a los hijos a conectarMezclar unafamilia sueleser fácil conlos niños. Novienen con elbagajeemocional quealgunos niñosmayores pueden tener en cuanto aldivorcio, los nuevos matrimonios o loshermanastros. Lo único que tienes quehacer es alimentar la relación entre ellosy enfatizar que «Ahora somos una solafamilia». Haz que realicen tareas juntos,como poner todos los zapatos juntos en

un mismo lugar o poner la mesa enequipo. Cuanta mayor sea tu mentalidadde que sois una sola familia, más fácilserá. Cuando le dices a un niño «Esto esasí», piensa, «¡Ah, esto es así!». Ama auno, ama a todos.

Si hay necesidad de compartirhabitación y tienes la opción, ten encuenta a tus hijos antes de emparejarlos.¿Quién se lleva bien con quién? ¿Quiénsería una buena influencia para quién?¿Cuál sería una combinación terrible?Dos niños tercos: ¡fuegos artificiales!¿Puedes separarlos?

Tener una familia más grande tienesus ventajas. Los niños aprenden acompartir más rápido. Si un hermano

mayor sabe trepar, ¡tu hijo querráhacerlo también! Si una hermana ohermano dice «Puedo hacer esto», tenpor seguro que tu hijo creerá quetambién puede hacerlo.

Si tienes un hijo mayor en tufamilia ensamblada que estáaprendiendo a aceptar a tu hijo, esimportante tratar al mayor de maneraque demuestren respeto a su edad yetapa. Necesitará tiempo para adaptarseal hecho de que tiene un niño en su vida.Asegúrate de que tiene tiempo y espaciopara realizar actividades adecuadaspara su edad —y no lo conviertas en tucanguro interino—. Necesita tiempo asolas con su propio padre, para no

sentirse amenazado ante tu llegada. Esmás, crea ocasiones en las que estéis losdos solos, de forma que se dé cuenta deque, ahora, tú también eres su padre.

Una vez trabajé con una familia quetenía una adolescente llamada Amanda.Sentía que había perdido tiempoespecial con su madre, que se habíavuelto a casar con un hombre que teníauna niña pequeña. Había una diferenciade diez años entre las dos hermanastras.Animé a la adolescente a verse como unmodelo muy positivo para su hermanita.Le dije que tenía que enseñarle algo a sunueva hermana. Era gimnasta, así queenseñó a su hermanita a hacer volteretas.

Esta es una forma de unir nuevoshermanos con grandes diferencias deedad. Permitió a Amanda darse cuentade la influencia positiva que tiene en suhermana menor, y ver lo gratificante quepodía ser esta situación para ambas.

MudanzasEn general, a los niños pequeños no lesafectan las mudanzas de la mismamanera que a los niños mayores, porquesu mundo se centra en ti. Recuerdan lavieja casa, pero también se acostumbranrápidamente a la nueva.

La clave es montar su habitación ysu zona de juegos en primer lugar (así

como las habitaciones de los demásniños), y permitirle jugar allí durante eldía, para que se acostumbre. Asegúrate,también, de sacar los objetos máspersonales primero —la mantita y losjuguetes conocidos—. Puede queobserves que tiene problemas paradormirse o quedarse en la cama alprincipio. Si ocurre, unos días de latécnica de la «Separación para dormir»deberían ser suficientes.

Más allá de eso, es importanteobservar los recursos de vuestra nuevazona, y señalárselos a tu hijo. Porejemplo, el parque antes estaba allí,pero ahora está aquí. A un niño le datranquilidad saber que lo que solíais

hacer en la anterior casa podéis hacerloaquí también.

Preparar a tu hijo para laescuelaSi has estado siguiendo los consejos deeste libro sobre estimulación yhabilidades para la vida —además deproporcionar a tu hijo oportunidades dedivertirse contigo unas cuantas horas odías por semana—, debería estar listopara hacer la transición a la escuela alos cinco años. Podrás encontrar uncuadro adjunto con una lista de cosasque debería ser capaz de hacer, y en el

que podrás averiguar cómo hacerlas, sinecesitas ponerte en marcha.

Además de esto, es importantellevarlo a la «jornada de puertasabiertas» de la escuela para que puedaver cómo es su nueva clase, ver el patiode recreo y conocer a otros niños. Ayudaa tu hijo a comenzar a construiramistades con los que pronto serán suscompañeros de clase. Reuníos en elparque después de la jornada de puertasabiertas, e invítalos a casa a jugar. Sitiene unos cuantos amigos cuandoempiece, la progresión le parecerámucho más fácil.

Esto también te proporciona laoportunidad de construir nuevas

amistades con otros padres. Puede queno sean amigos a los que veas un sábadopor la noche con tu pareja, pero esbueno tener buena relación con losamigos de tu hijo. Puede ayudar con laguardería, para idear soluciones aproblemas que puedan surgir y, engeneral, para estar al tanto de lo queocurre en la clase de tu hijo. Tambiénfacilita la organización de encuentrosregulares para jugar, que pueden ayudara poner en marcha la incipiente vidasocial de tu hijo.

A medida que se acerca elmomento, habla a tu hijo de lo que haráen la escuela —y de lo mucho que sedivertirá—. Trata de no centrarte en lo

negativo —como, «Te echaré de menos,estarás fuera todo el día, y es un cambioenorme para todos...»—. En cambio,céntrate en lo mucho que se divertirá —y en cómo demuestra que es un niñogrande—. Guárdate tus sentimientos detristeza para ti.

¿ESTÁ TU HIJO LISTO PARALA ESCUELA?Tu hijo necesitará tener algunashabilidades clave para la vida, y sercapaz de manejar algunas cosas por sucuenta antes de ir a la escuela porprimera vez. Hará que el inicio de suvida académica —y la transición a la

escuela— sea mucho más sencilla siayudas a asegurar que esté listo. Tieneque:

No llevar pañales (véase elcapítulo 8).Ser capaz de estar feliz fueradurante varias horas.Ser capaz de quitarse yponerse los zapatos (véase elcapítulo 12).Ser capaz de quitarse yponerse la ropa, incluido eljersey (véase el capítulo 12).Ser capaz de sentarse quietodurante periodos de tiempo(que se desarrolla a través deactividades sugeridas en elcapítulo 6, incluyendo el

juego y la estimulación, asícomo las sugerencias dejuego del capítulo 12).Ser capaz de escuchar (que sedesarrolla mediante lassugerencias de estimulaciónauditiva del capítulo 6).Ser capaz de contar hasta diez(se aplica lo mismo).Ser capaz de reconocer sunombre escrito (que sedesarrolla mediante lassugerencias de estimulaciónvisual del capítulo 6).

8

Retirada del pañalen una semana

¿Retirada del pañal en una semana? Sí,se puede hacer y te enseñaré cómo eneste capítulo.

La retirada delpañal puede ser unade las ocasionesmás estresantes paraun padre, pero lobueno es que, unavez lo has conseguido, está hecho.Tienes que encontrar humor paraperseverar con la técnica de «Retiradadel pañal» de una semana, pero losbritánicos tenemos buen sentido delhumor en lo que a orinales se refiere.¿Qué tamaño tiene el excremento? ¿Quécolor? ¿Qué textura? No nos da miedoreírnos de ello. Por lo tanto, mantén elsentido del humor.

Hay una secuencia específica parala retirada del pañal, y te voy a guiarpaso a paso, para que puedas llevarla acabo con seguridad. Una vez empieces,no te sientas tentado a dejarla despuésde unos cuantos días. Tienes queseguirla a rajatabla hasta que la coja.

El momento es claveTodos los padres quieren saber cuándodeberían retirar el pañal a su hijo.Puesto que hay muchas actividades yparvularios que requieren que tu hijo nolleve pañal para asistir, hay muchapresión. No obstante, deja esa presión a

un lado. La regla número uno es que tuhijo debe estar preparado. Debe tener lacapacidad de controlar su vejiga y susintestinos, y comprender y comunicarcuándo tiene que ir. Mucha gente lointenta antes de que sus hijos seancapaces de hacer ambas cosas, y por esotienen problemas. Esto es naturaleza, yno se puede forzar.

El control de vejiga e intestinos deun niño comienza a madurar hacia losdieciocho meses. Cuando su vejiga sellena, su cerebro recibe la señal y susistema nervioso le dice que tiene que ir.Es más, entre el año y los dos años deedad, está desarrollando las habilidades

cognitivas de la memoria ycomprendiendo cómo imaginar unobjetivo —ir al orinal— y llevarlo acabo. Entre los dos y los tres, mejoransu concentración y su memoria a corto ylargo plazo. La coordinación manos-ojos se vuelve más ágil y sushabilidades lingüísticas se estándesarrollando. Esto significa que sepuede centrar más y no distraerse decamino al baño, se puede subir y bajarla ropa con facilidad, y puedecomprender y comunicarse contigosobre el proceso.

La clave es observar a tu hijo decerca, y buscar las señales de que suscapacidades cognitivas y verbales están

desarrolladas, y su cuerpo ha maduradolo suficiente como para que lo entrenesde manera eficaz. Verás estas señalesentre los dos y los dos años y medio, yes entonces cuando puedes empezar. Si,por alguna razón, no has visto lasseñales, y tu hijo tiene ahora tres o tresaños y medio, y está listo para ir a laguardería, esa será tu motivación clavepara entrenarlo con el orinal. Para lamayoría de los padres, esta presiónprovocará un sentimiento de pánicosevero. Por lo tanto, te aconsejaría quebusques las señales de antemano, deforma que no te pille con los pantalonesbajados, nunca mejor dicho.

Comienza con una pequeña«demostración». Deja la puerta abiertacuando vayas al baño, y explica lo queestás haciendo. Es bueno tener en cuentaque no solo lo estás entrenando parausar el orinal, sino que le estásenseñando la importancia de mantenerselimpio. Así que asegúrate de quedemuestras toda la rutina: hacer tusnecesidades, limpiarte, lavarte lasmanos y secártelas.

Señales de que tu hijo está listoHe aquí algunas de las señales quebusco para empezar a entrenar con elorinal:

Cuando lo acuesto para unasiesta vespertina, comienzo anotar que su pañal está más secoy ligero. No está empapado depis, lo que significa que tienecontrol sobre su vejiga.Comienzo a controlar cuánto habebido antes de su siesta. ¿Unvaso de 200 ml de zumo? Se haacostado para la siesta, así quecontrola su vejiga durante hora,hora y media.Entonces, comienzo a oír:«Pipí... Tengo pipí». Eso medice que hay una consciencia delo que está ocurriendo. Tambiénme dice cuándo va a hacer caca

—o cuándo se lo hace— porquequiere que le cambie el pañaldespués. Un niño que puedepedir cosas me dice que tiene lascapacidades comunicativasnecesarias para hacer elentrenamiento.

Elige una semanaininterrumpidaCuando aparezcan todas las señales,elijo un momento en el que sé que puedocentrarme en su entrenamiento durantesiete días seguidos. He visto a padresafirmar: «Lo estamos entrenando ahora»,

y dos meses después, siguen. ¡Algo nova bien! Si le prestas a esto tu plenaatención al 100 %, puedes hacerlo enuna semana.

Cuando digo atención, lo digo enserio. Tiene que convertirse en tuprioridad número uno —y la prioridadnúmero uno de tu pareja, tu niñera o tucuidador—. Despeja tu calendario.Cuando surjan compromisos, dile a lagente: «Lo siento, no podemos. Estasemana estamos retirando el pañal». Essolo una semana, así que se puede hacer.

Saber que el centro de la semana esel entrenamiento es importante porquetendrás que ser aún más observador.¿Cuándo está bebiendo líquidos? ¿Qué

cantidad? Has observado los patrones yconoces los signos de que tiene que ir.Ahora vas a tener que vigilar como unhalcón para impulsar a tu hijo a sentarseen el orinal. Pero, primero, necesitas elequipo apropiado.

EquipoMe gustan los orinales básicos paraentrenar. No soy muy partidaria de esosque reproducen música o cantan cadavez que hace pis. No es hora de jugar.Le estás enseñando una función básica:ir, limpiarse, marcharse y volver a jugar.

Algunos niños insisten en sentarseen el «orinal» grande. Han visto a mamáy papá hacerlo, así que quieren hacerlotambién. En ese caso, puedes comprarun aro que se pone sobre el asiento delretrete, para que no se caiga dentro. Encualquier caso, está bien. Lo único queimporta es que se sienta lo más cómodoposible, para que se relaje y puedahacerlo. Si se sienta en el retrete sinapoyo, encima de un agujero enorme enel que se podría caer, su reacciónnatural será tensar los músculos, enlugar de relajarse y liberarlos. Puedessostenerlo ahí, pero será más fácil ynatural si se puede sentar solo.

También recomiendo enérgicamentecomprar un orinal de viaje. ¡Meencantan! Lo llevo en el coche o inclusoal parque durante la semana deentrenamiento. Aunque no sonnecesarias, las toallitas de bebé tambiénson fantásticas cuando estás empezando,porque es mucho más fácil limpiar conuna toallita húmeda que con papelhigiénico.

En cuanto a la ropa, creofirmemente en empezar con ropa interiordirectamente. Los pañales deentrenamiento pueden funcionar denoche, pero es confuso si los usasdurante el día. Piénsalo así: durante losdos últimos años y medio, tu hijo ha

llevado un pañal puesto día y noche. Loha oído todo sobre los pañales: «Vamosa cambiarte el pañal, cariño; quitamos elpañal y lo ponemos en la papelera».Conoce el aspecto de un pañal. Sabecómo sienta un pañal. Probablemente sequita el pañal y, a veces, quiere ponerseel pañal, ¿verdad? Está acostumbrado ahacer caca y pipí en un pañal.

Entonces, te das la vuelta y lepones ropa interior. Se siente diferente:más delgado, menos voluminoso. Leayuda a comprender que ahora las cosasson distintas. Cuando moja la ropainterior, es incómodo —está húmedo ynota que está húmedo—. Y eso es partedel aprendizaje. Por otro lado, los

pañales de entrenamiento estándiseñados para subirlos y bajarlos(como la ropa interior), pero absorbentodo el pipí (como los pañales), así queno se siente incómodo. Es confuso parael niño.

Compra mucha ropa interior yespera accidentes. A menos que seacaca, no soy partidaria de correr acambiar a un niño en cuanto tiene unaccidente. Quieres que aprenda quemojar los pantalones es incómodo y hayque evitarlo. Le ayuda a pensar en serconsciente del sentimiento de quenecesita ir, y lo que ocurre si no llega alorinal.

No digo que tengas que dejarlo conla ropa interior sucia como castigo,sencillamente, espera a que acuse laincomodidad. Cuando un niño ha mojadosu ropa interior y me dice «Me he hechopipí», le digo «¿De verdad? No noshacemos pipí en los pantalones. Esentonces cuando vamos al orinal, ¿no esasí?». A continuación, le llevo a ver elorinal, y después le cambio.

RECOMPENSAR O NORECOMPENSAR, ESA ES LACUESTIÓNNos soy partidaria de la filosofía de«caca por un M&M». No quiero crear la

expectativa de que obtendrá unasorpresa cada vez que va, ¡lo queprovoca que no vaya, a menos queobtenga un regalo! Así que no creo enrecompensas ni pegatinas. Debería irporque tiene que ir. Estás enseñando unahabilidad para la vida que forma parte deun ser humano. El elogio verbal essuficiente. No obstante, lasrecompensas son buenas para alentar aun niño a ir si sufre regresión. Empléalolas primeras diez veces,aproximadamente, y luego puedesretirar el cuadrante.

La rutina de la semana de laretirada del pañalHas visto las señales, has elegido lasemana, has comprado el equipo —ahora es la semana de la retirada delpañal—. He aquí los fundamentosbásicos para seguir durante siete días:

Lo primero que tienes que hacerpor la mañana es ponerle ropainterior. Después, elige prendasfáciles de subir y bajar:cualquier cosa con cinturillaelástica, en lugar de cremalleraso botones a presión.

Explícale cómo se siente cuandonecesita ir. Yo presiono su vejigabajo su ombligo y le digo:«Cuando tienes pipí, puedessentirlo aquí». Estoy intentandoayudarle a comprender la señal.Si tiene las capacidadescognitivas para poder serentrenado, lo entenderá.Durante el día, controla lacantidad de fluido que le das abeber. Si tu hijo ha bebido másde 100 ml de líquido, sabes quetendrá que hacer pis en una hora.Lo mismo ocurre a la hora dedilucidar cuándo tendrá queevacuar. Te has asegurado de que

tiene horas de comida regulares,lo cual lleva a hábitosintestinales regulares. Verássurgir un patrón, y comenzarás adarte cuenta de que tu hijo tieneque ir dos veces al día, tal vez, yaveriguarás aproximadamentecuándo.Cuando creas que se acerca elmomento, anímalo: «¿Tienes queir al orinal?». Lo más probablees que diga que «no», porqueestá concentrado en lo que estáhaciendo. Sé firme: «Es hora deir».Sé informal al respecto. Esta esuna de las únicas cosas que

puede controlar en su vida.Necesitas que lo haga, pero noquieres centrar demasiadaatención en ello, pues puedellevar a una lucha de poder.Siéntalo en el orinal diciendo:«De acuerdo, haz pipí ahora». Aveces, abro el grifo para ayudara estimular el flujo. No obstante,hagas lo que hagas, no mires.Mirar puede hacer que aguante laorina. Una vez más se trata defomentar la relajación natural, demanera que los músculos sesuelten. (A veces, es posible quete diga «¿Puedes irte?». Puedeque quiera privacidad. Está bien;

yo siempre digo: «Llámamecuando termines».)«¿Caca?» Con las deposiciones,pongo una mueca.Haz que se siente allí durantetres minutos. Si no ocurre nada,pregunta: «¿Vas a hacer pipí?».Puede que diga: «No, nada» o«Sí», porque está intentandohacer caca. Si no hay nada,súbele la ropa interior y esperaun poco más.Pregunta de nuevo. Sé paciente,puede que tengas que preguntarmuchas muchas veces al día.Busca las señales —sujetarse

sus partes— y pregunta si tieneque ir: «¿Necesitas hacer pipí?».Si tiene un accidente, no lecambies inmediatamente: «Me hehecho pipí». «¡Oh, eso no estábien! ¡Lo hacemos en el baño! Esmolesto, ¿verdad?» Misexpresiones faciales son muyexageradas. Eres firme, pero noregañas ni avergüenzas.Habla firmemente con unaexpectativa: «No hacemos esoaquí, vamos al orinal». Losniños en esta etapa quierencumplir nuestras expectativas.Algunos padres dicen: «Vale, note preocupes. Está bien, la

próxima vez». Está bien, lapróxima vez..., eso es confuso.Ayúdale a comprender que noestá bien, sin avergonzarle.Una vez lo haga, elógialo por susesfuerzos, pero no hables con unentusiasmo exagerado. Noquieres que piense que puedecontrolarte con sus hábitos encuanto al uso del orinal.Limpia. Si quiere intentarlimpiarse, termina el trabajodespués. Tira de la cadena y lavatus manos y las suyas.Repite el proceso cada díadurante toda la semana. Noesperes que lo coja en un día.

Necesita concentración,coherencia, repetición y lapráctica de toda la semana.

Lo que se debe y no se debehacer en la retirada delpañal

Mantén el orinal cerca. Si tienesuna casa en la que el baño estálejos, ponlo más cerca del lugardonde pasáis vuestro tiempo.Anímalo y elógialo cuando vaya,pero de forma informal: «¡Buentrabajo!».

No confíes únicamente en él paraque te diga cuándo necesita ir.Anímale a ir varias veces, y hazque vaya siempre al baño antesde salir o ir a alguna parte.Dale privacidad, algunos niñosson tímidos y necesitan estarsolos para hacerlo.No vuelvas a los pañales paralos viajes largos en coche.Resulta confuso y manda elmensaje equivocado. En su lugar,lleva un orinal de viaje, y planeaparadas en el camino.No le des un libro para que lea.El orinal tiene un propósito: esexclusivo para hacer caca y pipí.

No debería convertirse en untrono o un asiento. No quieresofrecerle nada que le distraigade su trabajo.No des marcha atrás y le pongasel pañal cuando llegue un nuevobebé. Una vez empieces elentrenamiento, cíñete a él.

PRACTICA EN DISTINTASSITUACIONESDurante la semana de entrenamiento, salde casa. Tienes que mantener la rutinaporque tiene que aprender aexperimentar ir al baño en distintassituaciones. Una vez, estaba cuidando degemelos y estábamos en medio del

entrenamiento con el orinal. Los llevé alparque, orinal en mano —en mitad delinvierno, para más detalles—. ¿Y meimportó lo que la gente pensara de mí?¡Por supuesto que no! Estaba en modoentrenamiento. También llevé una bolsallena de toallitas húmedas, una botellade agua para enjuagar, y desinfectante demanos para limpiarnos las manosdespués. Sé que te mueres por saberlo:¿Hicieron pipí en el parque? ¿Quécrees?

Entrenar a los chicosAl entrenar a los chicos, recomiendoque empiecen sentados, tanto para hacer

pipí como caca, porque es más fácil.Apuntar es una tarea que llega másadelante. Lo que quiero que aprendaantes de permitirle estar de pie es cómovaciar por completo su vejiga, sinrociarlo todo como una fuente.

La primera semana deentrenamiento, asegúrate de que sesiente e incline la pelvis. Hace que lavejiga se relaje con más facilidad.Algunas veces, los niños pequeñoshacen pipí, pero no terminan el trabajo.Saldrán corriendo, cuando es necesariovaciar toda la vejiga. Esto puedeprovocar accidentes, o inclusoinfecciones. Sentarse lo evita.

Si comienza de pie, porque insisteen copiar a papá o a su hermano mayor,haz que se siente de vez en cuando, paraque tenga la sensación de vaciarcompletamente su vejiga. Una vezdecidas que es suficientemente mayorpara hacerlo de pie, ponle un pequeñotaburete de apoyo, para que esté a laaltura adecuada frente al retrete, asíreducirás la probabilidad de que el pipíse esparza por todas partes. Haz queobserve a papá, pero, de nuevo, si haaprendido a hacer pipí sentado antes,tendrás una mayor sensación de controly no será un gran problema.

Limpiarse el trasero

Durante la primera semana, enséñale alimpiarse solo. Mientras limpias,explica lo que estás haciendo y, acontinuación, pasa a dejarle limpiarse élprimero —supervisando y terminando eltrabajo después—. Con las niñas, esimportante enseñarles a limpiarse deatrás adelante cuando hacen pipí, y dedelante atrás al hacer caca, para reducirla probabilidad de infección.

Quieres que, con el tiempo, selimpie solo y sin ayuda. Puede quetengas que animarle, sugiriendo: «Bien,puedes hacerlo solo. Mamá no tiene quehacértelo más». Para cuando cumplacuatro años, tu hijo debería ser capaz derealizar la secuencia completa —orinal,

limpiarse, lavarse las manos ysecárselas— sin ayuda.

Batalla por el controlTrabajé con un chiquillo que estaba másque listo para que le retiraran el pañal,pero era muy controlador. Sus padreshabían sido demasiado pasivos. Teníaataques cuando se le pedía que llevararopa interior de niño grande. Por lotanto, sus padres simplemente cedían yle ponían un pañal. Para cuando yollegué, estaba muy acostumbrado a quese hicieran las cosas a su manera. Retirélos pañales, y le dije: «Son estos

calzoncillos o los otros. Tú eligescuáles ponerte». Lógicamente, se negó.Le dije: «Te vas a poner estos. De locontrario, no puedes salir a jugar contodos los demás».

Le llevó al menos media hora,pero, finalmente, eligió cuáles ponerse.La siguiente batalla por el control fue encuanto a sentarse sobre el retrete. Noobstante, de nuevo, insistí y, finalmente,lo hizo. Cada vez, ayudaba tener algodivertido planeado, pues le animaba ahacer lo que le pedía.

Localización y resolución deproblemas con la retirada del pañal

Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Estoy siguiendo los pasoscoherentemente sin excepciones?Los mayores problemas que veoocurren cuando decides, durantela semana de la retirada delpañal, que vas a hacer unarápida visita a tu madre y lepones un pañal a tu hijo.Cualquier cosa que le mande unmensaje confuso lo hará másdifícil, y llevará más tiempo.¿Le estoy dedicando el tiempoque necesita? Recuerda mi

historia sobre el chiquillo: ¡30minutos para ponerse loscalzoncillos!¿Estás atascado en una batalla defuerza? Si es así, tienes queganar.Si tienes problemas pararecordar los pasos, cópialos ypégalos junto al orinal.

Entrenar a gemelosAl principio del libro, insistía en laimportancia de reconocer que cada niñose desarrolla a su propio ritmo. Alretirar el pañal a gemelos, es importantetenerlo en cuenta. Es probable que unoesté preparado antes que el otro. Siestán preparados a la vez, sugieroentrenar a uno durante una semana, yentrenar al otro la siguiente. No piensesque tienes que hacerlo todo a la vez. Esdifícil prestar tanta atención a más de unniño a la vez.

Naturalmente, cuando realices elentrenamiento, el resto de los niñosestarán observando y aprendiendo.

Asegúrate de que cada niño tiene suorinal, para que no haya ningunacompetición o problema si tienen que ira la vez.

Problemas de pipí y cacaHe oído amuchos padresdecir que sushijos hacenpipí en elorinal, pero nohacen caca. Larealidad es que a algunos niños lespuede asustar hacer caca. Si tienes un

niño que ha estado estreñido y ha hechocaca después, puede ser muy doloroso.También puede ser lo contrario —hacencaca, pero no pipí—. En cualquier caso,lo que hago es decirle firmemente alniño —y con expectativa— que tieneque hacerlo en el retrete. Normalmente,eso es suficiente.

Una vez, no obstante, estabaentrenando a un chiquillo que podíahacer pipí en el orinal —y estaba muysatisfecho consigo mismo—, perocuando se trataba de hacer caca, leasustaba mucho hacerlo. Aguantabahasta que le ponían el pañal para lanoche.

Necesitaba que comprendiera queno era tan terrorífico como imaginaba.Por lo tanto, le di un desayuno deconsistencia más blando, lo cualsignificaba que no le estreñiría. Despuésfuimos a un restaurante a comer conamigos, donde volvió a comer alimentosmás líquidos de lo habitual. Cuandoestaba jugando, estaba tan centrado endivertirse con sus amigos que, cuando sedio cuenta de que necesitaba hacer caca,se le escapó.

Fue una pesadilla, puesto que se meacercó corriendo con toda la cacaresbalando por su pierna. ¡Vaciamos elrestaurante bastante rápido! Fuimos albaño, donde le limpié y le puse otros

pantalones. De ahí en adelante, novolvió a tener problemas en ese aspecto.

La ansiedad ante hacer caca puedeconllevar, en ocasiones, alestreñimiento. Si es algo persistente,intenta un baño templado, ya que relajalos músculos de tu hijo. Si se convierteen un problema regular, asegúrate de quetu hijo come suficientes frutas y verdurasfrescas y mucha agua. Evita los plátanos,pues pueden estreñir.

Retirada del pañal por lasnoches

A casi todos los niños se les retira elpañal durante el día mucho antes deretirárselo por la noche. Sencillamente,no tienen el control de vejiga paraaguantar el pipí entre nueve y once horaspor la noche. Así que debes tenerpañales para la noche hasta que tu hijosea capaz de aguantar seco.

Hacia los cuatro o cinco años,verás señales de que tu hijo está listopara que le quites el pañal por la noche.Si está preparado antes, ¡estupendo! Unavez veo las señales, empleo algollamado la técnica del «Pipí de lasonce», para ayudarle con la transición.

LA TÉCNICA DEL PIPÍ DELAS ONCE

Hacia las 10.00 o las 11.00 dela noche (dependiendo de lahora a la que se haya ido a lacama), despiértalo y llévaloal baño.Despiértalo lo suficiente,para que sea consciente de loque está ocurriendo.No lo cargues; deberíamoverse por sí mismo.Acompáñale al baño, deja quese baje los pantalones ymárchate.Llévalo de vuelta a la cama.

Con el tiempo, no tendrásque levantarlo, lo hará por símismo.

«Quiero llevar pañales comoel bebé»Eso es como que tu hijo te diga «quieroestar en la cuna». No lo harías porquesabes que no es apropiado para su edad.Es tu trabajo como padre tomardecisiones por tu hijo. Definitivamente,no quieres fomentar el detenimiento de

su desarrollo. Tener un niño yaentrenado con el orinal, de nuevo conpañales, es un enorme paso atrás.

Tal y como he dicho en el capítulo2, he pasado muchísimo tiempodiciéndole a la gente: «Tu hijo nonecesita seguir tomando el biberón.Puede tener una taza con asas» o «Tuhijo puede coger un tenedor y unacuchara, y alimentarse por sí mismo».Tienes que pensar constantemente encómo animar a tu hijo hacia la siguienteetapa de desarrollo apropiado. Desdeluego, no quieres detener su desarrollosolo porque es conveniente, o porqueevita que lloriquee o suplique.

SEÑALES QUE INDICAN QUETU NIÑO ESTÁ PREPARADOPARA EL ENTRENAMIENTONOCTURNO

Buena regularidad en el usoespontáneo del baño.Las deposiciones se hanregulado hasta tener lugarpor la mañana y por la noche.Se levanta seco variasmañanas seguidas.

He visto a algunos padres cederante la petición de pañales por no quererlidiar con la rabieta —o porque sesienten mal, porque se siente excluidopor la llegada de un bebé—. Larespuesta es, sencillamente, prestarlemás atención como un niño grande —noceder al pañal—. Su repentino deseo deun pañal puede no implicar que necesitapasar más tiempo de calidad contigo,puede que tan solo necesite que te descuenta de que aún se está adaptando a lanueva situación. Incluso puede que lopida para ver qué ocurre.

Solo di: «No. Eres un niño grande.Los pañales son para bebés». Acontinuación, explícale todas las cosas

que él puede hacer y su hermanito ohermanita no. No cedas.

CONSEJOS PARA ELENTRENAMIENTONOCTURNO

Pon una funda resistente a lahumedad en la cama paraproteger el colchón.Reduce lacantidad delíquidosque toma amedida quese acerca la hora de ir a lacama.

Asegúrate de que va al bañojusto antes de ir a la cama.Utiliza un cuadro derecompensas para premiarlepor las noches secas.

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Establecerhábitos alimenticios

saludables

Los años de la primera infancia son unmomento importante en lo que a comerse refiere, por la simple razón de queestás estableciendo patronesalimenticios saludables por primera vez.Cuando estableces una dieta sana,puedes ayudar a eliminar toda clase defuturos problemas. Con problemas

alimenticios extremos, como laobesidad, la diabetes de tipo 2 y laepidemia de desórdenes alimenticios enla sociedad actual, es cada vez másimportante que los padres establezcanuna base saludable que perdure hasta laedad adulta. Por eso me parece tanimportante educarte a ti sobre unaalimentación saludable, porque tú vas aenseñar hábitos para toda la vida a tuspequeños.

Me apasiona este tema, porque lospadres y los cuidadores son los que lodirigen, y tienen algunasresponsabilidades importantes. Somosnosotros los que vamos alsupermercado, compramos la comida, la

ponemos en la despensa, congelador yfrigorífico, la cocinamos y la ponemosen la boca de nuestros hijos. Si eligesponer un donuts en tu boca o tomar dosbebidas gaseosas, esa es tu eleccióncomo adulto. No obstante, tu hijoúnicamente depende de ti en cuanto a loque le das de comer —y de beber—.¿Es justo que no hagas lo mejor para tuhijo? ¡No lo es! Tenemos queasegurarnos de cambiar cómo pensamosen cuanto a la comida para que nodemos continuidad a los problemas desalud que vemos ahora. Somosresponsables de lo que ponemos en lasbocas de nuestros hijos, y cómo loseducamos en cuanto a la comida, y

tenemos que tomarnos ese trabajo enserio.

El equipo apropiadoSilla de seguridadDurante su primer año, tu bebé comía ensu trona. Tan pronto comienza a trepar ala trona, está listo para una silla deseguridad. Se trata de una transiciónimportante, puesto que la silla acerca atu hijo a ser plena parte de laexperiencia de la comida contigo en lamesa. También es una señal de que eshora de que comience a alimentarse porsí mismo regularmente —y a comer lo

que tú comes, cuando tú comes—.Deberías hacer la transición de la tronaa la silla de seguridad para cuandocumpla dos años.

Platos y cubiertosPon su lugar en la mesa con su plato obol —la mitad del tamaño de los tuyos— y los cubiertos apropiados.Empezando a los dos años, comienza afomentar sus capacidades motoras finas,y pasa de los alimentos que se comencon las manos a comer primero con unacuchara, y después con un tenedor.Sabrás que está listo para hacer latransición a la cuchara cuando puedarecoger cosas con los dedos con

facilidad. Una vez domina la cuchara,pasa al tenedor. Será fácil, puesto que teverá usar uno, y querrá hacer lo mismo.Las comidas de los niños normalmenteconsisten en alimentos para los que seusarán cubiertos, y algo que a mí megusta llamar «comida de picnic», que sela comerán con las manos. Si sirvoalimentos que no son comida de picnic,los animo a usar los cubiertos.

Al principio, puedes empezar conplástico, incluso si no funcionan tanbien, y pasar después al aceroinoxidable. Los cubiertos metálicos máspequeños también funcionan bien. Darleun cuchillo a un niño es demasiado

peligroso; en este punto, aún cortas sucomida en trozos para que se los coma.

El plato del tamaño adecuadoEl tamaño del plato de tu hijo deberíaser de entre 15 y 18 cm de diámetro,aproximadamente, que es un poco másgrande que un plato de guarnición.

Del biberón al vasoEntre el año y los tres años de edad,deberían tener lugar unas cuantastransiciones; concretamente, tu pequeñotiene que pasar del biberón a un vaso

con pitorro, de ahí a un vaso con asas y,finalmente, a un vaso normal sin tapa. Loque estás intentando es hacerleprogresar del reflejo de absorción conun biberón a aprender a tragar, primerocon el vaso con pitorro, y finalmente conun vaso normal. He visto a muchospadres pasar muy lentamente del biberónal pitorro («a mi bebé le encanta elbiberón»), y de ahí al vaso («no derramanada, y puede caminar con él»).

No obstante, tienes que conseguirque tu hijo pase a un vaso normal paracuando cumpla dos y medio o tres años,por dos importantes motivos:

1. Es malo para sus dientes. Con elvaso con pitorro, el fluido llegadirectamente a la parte superiorde sus dientes frontales. Si estábebiendo cualquier cosa conazúcar (leche o zumo, incluidos),puede fomentar las caries.

2. Si sigues tratando a tu hijo comoun bebé, seguirá siendo un bebéemocionalmente. Es importanteque dé el siguiente paso.

LA TÉCNICA DEL ADIÓS ALPITORRO

Si es hora de decir adiós alvaso con pitorro, compra unvaso de plástico, pintura ypegatinas.Siéntate con tu hijo, y ayúdalea decorar su nuevo vaso.Estará tan entusiasmado deusar su nuevo vaso queolvidará que los otrosexisten.

Hay dos tipos de pitorro: blando yduro. El blando es como una tetina, asíque empieza por ahí. Después, entre losdieciocho meses y los dos años,

introduce el pitorro duro. Entre los dos ylos tres años, quita la tapa. Ahora bebede una taza con dos asas. Acontinuación, pasa a una de solo un asa,y después sin asas. Si tu hijo de cuatroaños quiere una taza que pueda llevarfuera de casa, plantéate emplear untermo con una pajita de plástico, ointéntalo con una pequeña cantimplorapara el gimnasio.

Las cantidades correctas delos alimentos apropiadosTienes que establecer pronto unoshábitos alimenticios sanos. Es mucho

más fácil establecer buenos hábitos queromper con los malos. Empieza dándolea tu hijo elecciones de comida sana ycomiendo juntos en familia tan a menudocomo sea posible.

La clave con cualquier comida paratu hijo es PVP: Presentación, Variedady Proporción. Esto es, básicamente, unequilibrio de surtido nutritivo y nodemasiada cantidad en el plato.Establece buenas expectativas de lo quetu hijo debería comer —y de cuántodebería comer—. La mayoría de losniños sabe naturalmente cuándo estánllenos, así que dejan de comer. Algunospueden negarse a comer, porque quierenjugar. Acierta con las proporciones,

para saber cuándo preocuparte (o no)sobre la cantidad que está comiendo.

Los niños tienen estómagos yapetitos pequeños. Llenar demasiado susplatos puede resultar abrumador.Observa el cuadro de abajo para lassugerencias de porciones de alimentoshabituales.

PROPORCIONESAPROPIADAS PARA NIÑOSLos nutricionistas sugieren que losniños de entre dos y cuatro años debentener raciones diarias de:

PROTEÍNAS: 60 g,aproximadamente, que son 2 raciones

diarias de lo siguiente: 1 huevo; ¼ detaza de tofu o judías cocidas; 2lonchas de pechuga de pavo.LECHE Y LÁCTEOS: 4 porciones delo siguiente: ½ taza de leche entera;½ taza de yogur; 1 loncha de queso; ½taza de requesón.VERDURAS: 4 porciones de losiguiente: ¼ de taza de calabaza obatata cocida; ¼ de taza de guisantesverdes, judías verdes, calabacín uotras verduras.CEREALES: 85 g, aproximadamente,con la mayor cantidad posible defuentes de cereales, que son 6porciones de: ½ rebanada de pan; ¼de taza de arroz cocido; ½ taza decereales; ¼ de taza de pasta cocida.

FRUTA: 4 porciones de: ¼ de taza depuré de manzana; 1 plátano mediano;¼ de taza de zumo; ¼ de taza de peras,manzanas o naranjas troceadas.

Generalmente, los niños hacen trescomidas al día, con dos o trestentempiés entre medias. Niñossaludables de dos, tres y cuatro añodeberían consumir entre 1.000 y 1.400calorías al día. Puesto que las caloríasson el combustible que necesitan paracrecer y desarrollarse, debes asegurartede que esas calorías proceden dealimentos llenos de nutrientes.

En lugar de contar calorías, terecomiendo concentrarte en los tipos dealimentos que estás ofreciendo. No setrata de que tu hijo se coma todo lo quetiene en el plato, sino de asegurarte deque ingiere comidas nutritivas yequilibradas. Mientras todo lo que hayaen su plato sea fresco y saludable, yhaya mucha variedad, puedes estarseguro de que tu hijo está comiendobien.

Puedes establecer muy buenejemplo si te sientas en la mesa y comescon él. Esto puede ser difícil paraalgunos padres durante la semana, asíque aprovecha los fines de semana. Sino estás listo para comer cuando él lo

está, puedes comer un tentempié paramostrarle la importancia de comercorrectamente. Si no comes durante eldía y tu hijo nunca te ve comer, ¿por quédebería sentir él que es importante?

Orgánico o no, hazlosaludableTanto si eliges comprar orgánico comosi no, comprar productos frescos ocongelados te acercará más a comeralimentos sin tanta grasa o azúcarprocesado. Los alimentos congelados notienen que ser necesariamente comidasya preparadas; puedes cocinar y

congelar tus propias comidas saludablesdurante tres meses. Si preparabas lacomida de bebé de tu hijo, ya lo sabrás.

PEQUEÑOS CAMBIOSHaz un pequeño cambio saludable al día:elige espaguetis, arroz o pan integrales,en lugar de las variedades blancashabituales, y estarás un paso más cercade añadir nutrientes importantes y fibraa la dieta de tu hijo.

Directrices alimenticias

He aquí algunas buenas directricesalimenticias generales para tener encuenta cuando prepares las comidas detu hijo:

Busca alimentos ricos en:

Calcio: Leche, queso, yogur,brócoli, batata, pan integral,zumo de naranja natural, alubiasrojas, productos de soja yverduras de hoja verde. ¿Porqué? El calcio es necesario parael desarrollo de huesos y dientesfuertes (se recomiendan entre800 y 1.000 mg diarios).

Hierro: Brócoli y otras verdurasde hoja verde, batata, calabaza,ternera, pollo, cerdo, espinacas,huevos, pasas, albaricoques,tofu, arroz integral, cerealesreforzados con hierro y atún.¿Por qué? El hierro es necesariopara producir glóbulos rojos,que transportan oxígeno por todoel cuerpo (se recomiendan 12 mgdiarios).Fibra: Panes y cerealesintegrales, frutas, verduras ylegumbres. ¿Por qué? La fibraayuda a la digestión de tu hijo,evita que se estriña y hace que se

sienta lleno durante más tiempo(se recomiendan 19 g diarios).

Vitaminas importantes para estos años:

Vitamina A: Zanahorias,aguacates, espinacas, frutasamarillas y naranjas, verduras dehoja verde, kiwis, ciruelas,papayas, huevos, leche y yogur.¿Por qué? La vitamina A fomentaun sistema inmune saludable,mantiene la piel saludable, ayudaa evitar problemas de vista y esfundamental para el crecimientoy el desarrollo de las células (serecomiendan 300 mcg diarios).

Vitamina C: Pimientos rojos,pimientos verdes, aguacates, col,col rizada, hojas de nabo,berzas, plátanos, kiwis, brócoli,tomates, mangos, limones,naranjas, melón, fresas; dehecho, todas las frutas y verdurascontienen vitamina C. ¿Por qué?Ayuda a reforzar el sistemainmune de tu hijo para que puedaluchar contra las bacterias y losvirus, es necesario para que elcuerpo absorba hierro y calcio,es fundamental para huesos,dientes, encías y vasossanguíneos saludables, ayuda acurar las heridas y contribuye a

la función cerebral (serecomiendan 40 mg diarios).Vitamina D: Leche enriquecida yproductos lácteos, yemas dehuevo, salmón, sardinas,arenque, atún, carne y germen detrigo. ¿Por qué? Ayuda al cuerpoa absorber el calcio y endurecedientes y huesos (se recomiendan5 mcg o 200 IU diarios).Complejo de vitamina B:Cereales del desayuno, lentejas,garbanzos, alubias negras,alubias rojas, alubias blancas,espárragos, espinacas, coles deBruselas, brócoli, naranjas ycereales integrales. ¿Por qué?

Ayuda al metabolismo, a latonificación de la piel y losmúsculos, a la función inmune ya la función nerviosa, y puedeayudar a evitar algunas clases deanemia (se recomiendan 150 mcgdiarios).Zinc: Champiñones, germen detrigo, semillas de soja, semillasde calabaza, semillas de girasol,marisco, carne, arenque yhuevos. ¿Por qué? El zinc esfundamental para el crecimientoy el desarrollo normal de tu hijo(se recomiendan 10 mg diarios).

Recuerda también:

Cada comida debería contenerun equilibrio de proteínas(carne, pescado, tofu o lácteos),carbohidratos saludables(cereales integrales), fruta yverdura (también buenas fuentesde carbohidratos y fibra), ygrasas saludables. Puede que tesorprenda que los niñosnecesiten grasa, pero es muyimportante para la funcióncerebral y del sistema nervioso,y para el desarrollo. Por estemotivo, no habría que darlesproductos bajos en grasas hastacumplir los cinco. Los ácidosgrasos esenciales («ácidos

grasos omega») son los másimportantes, y puedenencontrarse en semillas,mantequillas de frutos secos,pescado azul y linaza.La sal y el azúcar son aditivosque los niños no necesitan.La mantequilla está bien para losniños, pues necesitan algo degrasas saturadas en sus dietas yestá llena de calcio, proteínas ¡ytambién vitamina D!La mejor manera de que tu niñoobtenga los nutrientes quenecesita cada día es con unadieta equilibrada, y no mediantesuplementos vitamínicos. Si te

preocupa la dieta de tu hijo,habla con tu médico, que teayudará a comprender el valornutricional de los alimentos. Sihay un déficit, se puedenprescribir vitaminas en gotas oen comprimidos, pero si teaseguras de que la dieta de tuniño sea variada y fresca,obtendrá todo lo que necesita.

CUIDADO CON…Cuando tu hijo cumpla un año, puedescomenzar a introducir la mayoría de losalimentos en su dieta. No obstante, hay

alimentos que no son apropiados hastaun poco más adelante. Estos incluyen:

Huevos crudos o parcialmentecocinados: por riesgo desalmonelosis. Este es uno delos motivos por los que nodeberías permitir que tushijos coman masa de pastelsin hornear, ni nada que llevehuevos sin pasteurizar, como,por ejemplo, mayonesacasera.Nueces enteras o partidas decualquier clase: hasta loscinco años, siguen corriendopeligro de atragantarse. Dadala elevada incidencia dealergias a los frutos secos,

introduce los cacahuetes(molidos o en «mantequilla»al principio) con cuidado.Tiburón, pez espada, marlín oblanquillos: contienenelevados niveles de mercurio,que afectan al sistemanervioso en desarrollo delniño. No le sirvas más de 300g de atún, marisco, pescadoenlatado, pequeños peces demar o de piscifactoría porsemana, por los mismosmotivos.

Criar a un niño de hábitosalimenticios saludables

¿Qué ocurre cuando noconsigues que tu niño comatodas estas «cosassaludables»? Puedes

entrenar a tu niño para que tenga«buenos hábitos», pero es aquí donde,definitivamente, necesitas dosimportantes habilidades de tu mochila:Paciencia y Perseverancia.

En veinte años, nunca he tenido unniño «quisquilloso». Según la ley de laprobabilidad, lo normal sería tener almenos uno en dos décadas criandoniños, ¿no?

UNTAR CUANDO TODO LODEMÁS FALLAAnimar a tus hijos a probar cosas nuevas—o a comer, directamente— puede seragotador. Puesto que a muchos niñospequeños les gusta untar fruta en elyogur y verduras en humus, muchos delos padres habéis sucumbido a ponerleketchup a absolutamente todo. No meentendáis mal. Cualquiera que meconozca sabe que me gusta un poco deketchup. Pero permitidme que os déestos consejos: no le deis el frascoentero, o acabará echando la mitad en elplato. En cambio, poned una cantidadequivalente a 30 ml, aproximadamente,en su plato y déjale que unte. Cuando se

acaba, se acabó. Lo mismo se aplicapara cualquier otro aderezo.

Entonces, ¿qué está ocurriendo? Locierto es que son los padres los quecrean niños «quisquillosos» —el niño«que solo quiere comer macarrones»—.Y, ¿qué hay de «nuestro hijo solo comela comida del menú infantil»? Se suponeque el menú infantil tiene que ofrecerporciones apropiadas, ¡no un surtido decomida completamente distinto! Nosignifica que, porque tu hijo sea ya unniño, no pueda comer un pedazo magrode pollo y unas verduras salteadas. No

significa que lo único que puede comersea un muslo de pollo con la cabeza deBob Esponja sobre él.

Tú creas los hábitos alimenticiosde tu hijo, lo que significa que puedescrear a un niño con hábitos alimenticiossaludables. Te apunto a continuación misconsejos para hacerlo.

Ofrece variedadEs increíblemente importante darle a tuhijo diversidad de texturas y saborespara ampliar su paladar. Si teentusiasma probar comidas distintas,escribe tus recetas e incorpóralas a tuplan de comidas (véase la 3.ª parte). Noobstante, tómatelo con calma. El sistema

digestivo de tu hijo necesitará adaptarsea una amplia gama de alimentos nuevos,así que es buena idea ofrecer unascuantas cosas nuevas cada vez.

Ofrecer una diversidad de texturasy sabores también hace que tu hijomantenga el interés por comer. Cuandoya ha pasado de comer purés a comercon los dedos, puede que observes quecomienza a jugar con su comida ydespués pierde interés. El motivo es quelleva más tiempo comer con los dedos, yse aburre. Puede que también observesque tu pequeño pierde peso cuandohaces la transición de la «comida debebé» a comida apropiada para niños.

Por eso recomiendo darle comidacon textura consistente, además decomida para comer con los dedos. Así,tendrá que usar una cuchara paracomérsela, y puede avanzar con eltrabajo. Cosas como el risotto de pollo,los espaguetis u otros platos de pasta, oincluso un buen pedazo de pastel depescado cumplen perfectamente esterequisito. Si en la cuchara tiene comidaque contiene la mezcla apropiada denutrientes, y en los dedos tiene comidasaludable que puede agarrar y llevarse ala boca, es muy probable que obtengalos nutrientes que necesita para uncrecimiento y desarrollo saludables.Ante todo, es menos probable que se

aburra.

Sigue intentándoloAlgo muy común que oigo entre lospadres es que a sus hijos «no les gustanada». Cuando localizo este problematan habitual, entro en su despensa y sufrigorífico para ver exactamente qué legusta, porque el armario y el frigoríficono mienten.

Al igual que con todo lo demás, note rindas demasiado pronto. «Lo intentéuna vez, y no le gustó», dicen los padres.¿Una vez? ¡Eso no es suficiente! Hedado la misma comida a los niños entre12 y 15 veces durante varias semanas,porque eso es lo que tarda el paladar en

acostumbrarse a un sabor. Y recuerda,un niño que dice que algo no le gustaquiere decir que no le gusta ahora. Sigueintentándolo. También puedes intentarofrecerle la misma comida con formadiferente, puesto que puede que estérechazando la textura, y no el sabor.

¿Prueba o termina?Di claramente si le estás pidiendo quepruebe algo o se lo termine. Probar algoes comer un bocado. Terminárselo escomérselo todo.

Si ves que tu hijo come bien lamayor parte del tiempo, pero quieresque coma de uno de los grupos dealimentos que le faltan, pídele que

«pruebe». Si quieres que se lo termine,tienes que ser específico en tu petición:«Cómete los dos pedazos de coliflor,por favor». Los padres también suelencometer el error de preguntar: «¿Hasterminado?», en lugar de estipularcuánto más tienen que comer antes debajarse de la silla. ¡Los padres se hanvuelto demasiado liberales! Insistir enque tu hijo se termine la comida sana desu plato no es ser un tirano. Si no leestás dando demasiado de comer, y lostamaños de las porciones sonadecuadas, no hay motivo por el que nose lo tenga que comer.

No mezcles tu compasión con tuexpectativa realista de hacer lo correcto.

Si estuviera enfermo, insistirías en quese comiera toda su sopa de pollo y latostada. Tiene que comer la cantidadapropiada de comida saludable paramantenerse sano.

Sé firmeEn ocasiones, tu hijo dirá que quierealgo. Se lo das y, a continuación, cambiade opinión. Tal y como he dicho antes,los niños de uno y dos años nocomprenden lo que piden, o lo quequieren en realidad. A menudo, repitende nuevo lo que oyen. Tu hijo mayor teha pedido una tostada, así que tu hijopequeño dice que también quiere. Acontinuación, ve una naranja y dice que

quiere eso. Por eso permito a los niñospequeños que cambien de idea en cuantoa la elección de comida, porque a vecesviene influenciado por otros.

No obstante, para cuando cumplelos tres años, le animo a pensar bien loque quiere —y a comprometerse conello—. En este punto, tales cambios sonuna cuestión de control. Si un niño detres o cuatro años ha dicho que quierealgo y se lo preparo, para que luegodiga: «No, en vez de eso quiero esto»,me mantengo firme y tiene queterminárselo. «No, esto es lo que haspedido; esto es lo que tendrás.»

Tomo la misma postura con el niñoque dice «no tengo hambre» a la hora de

comer y, diez minutos después, estábuscando una galleta en el armario. Unavez más, me mantengo firme y le digoque tiene que esperar hasta la siguientecomida o tentempié.

Emplea un cuadro del granjeroSe trata de un cuadro que fabricas —creado para que parezca un huerto—,que se puede emplear para fomentarhábitos alimenticios saludables. Nosabes lo eficaz que puede ser fomentaruna comprensión de la comida sana yconseguir que los niños prueben cosasnuevas.

FABRICAR UN CUADRO DELGRANJERO

Haz que tu hijo te ayude adibujar y colorear un dibujodel huerto de verduras de ungranjero en una hoja grandede papel. Plastifícala y ponlasobre el frigorífico o en unpanel. A continuación, puedescrear una serie de verduraspara ponerlas sobre elcuadro con celo de doblecara.Cuando tu hijo come unaverdura, pon la pegatina de laverdura en el cuadro delgranjero.

No ofrezcas sobornosNo estoy en contra de dar «sorpresas» alos niños. Siendo responsable en cuantoa los alimentos que come tu hijo, tienesla libertad de darle una pequeña«sorpresa» de vez en cuando. Noobstante, si le das algo que tú denominas«especial» cada día, ya no es unasorpresa.

Sin embargo, un problema mayor—y algo contra lo que constantementeadvierto a los padres— es sentir quetienes que darle una recompensa para

conseguir que tu hijo se coma su comida.¡Eso supone crear un mal hábito desdeel principio!

Detén el picoteoNo dejes que tu hijo picotee durantetodo el día y que no se siente a comeruna comida equilibrada porque ya estálleno de dulces y patatas. Ofrece confirmeza dos o tres tentempiés nutritivosy bien espaciados durante el día. No lepermitas que abra constantemente losarmarios y coja lo que quiera.Principalmente, crea malos hábitosalimenticios —y altibajos en los nivelesde azúcar en sangre—. Guarda lostentempiés lejos de esas pequeñas

manitas. También merece la penarecordar que hay que limitar incluso lostentempiés «saludables». Las comidasprincipales de tu hijo están diseñadaspara estar bien equilibradas, y contienenuna variedad de alimentos que leproporcionarán los nutrientes clave quenecesita para crecer, aprender ydesarrollarse. Es casi imposible regularsu ingesta cuando está comiendo todo eldía, y nunca tendrá suficiente hambrecomo para sentarse y comerse un platolleno si ha estado picoteando.

Recompensa por los segundosplatos

No recompenses a tu hijo con elogios osorpresas por comer segundos platos.«¡Lo has hecho muy bien! ¡Has comidodos raciones!» Esto podría crear unaasociación en su mente entre comersegundos platos y portarse bien, cosaque puede conllevar futuros problemasde peso.

Es un modelo a seguirSé que tu vida está muy ocupada, peroes bueno tener el objetivo de lograr almenos una comida en familia al día o,como mínimo, un par de veces porsemana. Los niños imitan tucomportamiento. Te verá comer y querrá

comer. También lo verá si estás alteléfono y no te centras en él. Séconsciente de los mensajes que envías.Haz de las comidas un foco importante,y tu hijo seguirá tu ejemplo.

Ten cuidado a la hora de etiquetar tucomidaNo digas «esa es comida mala» o «esaes comida buena» porque si no tu hijoasociará los alimentos que come de unamanera concreta. Si te preocupas decomprar comida saludable para toda tufamilia, no habrá comida «mala» para tuhijo, porque está comiendo una dietasaludable y bien equilibrada. Lo que túsientes hacia la comida es lo que le

transmites a tu hijo y eso es lo que searraigará. El hecho de que a ti no tegusten las patatas no quiere decir que aél no le vayan a gustar.

Relájate, sobre todo, si no quiere comerLos niños máspequeñosdesarrollanrápidamente susdistintos gustossensoriales: amargo,dulce y ácido. Aveces se negará a comer un alimentoconcreto porque el sabor es demasiadointenso para él. Piensa en las verdurasque a tu hijo, de entre dieciocho meses y

tres años, le gusta comer: coliflor,guisantes, zanahorias, maíz dulce ybrócoli. Son sosos o dulces. Noobstante, a medida que crece, hacia loscuatro años, el rechazo no se trata de sile gusta o no le gusta, sino del control.Sus papilas gustativas serán mássofisticadas en esta etapa, y deberíaestar listo y dispuesto para disfrutar unavariedad más amplia de alimentos. Porlo tanto, ¡no se trata del sabor, enabsoluto!

Cuando tu hijo rechaza comida y seresiste a comer, puede que sientas unmiedo irracional a que tu hijo semarchite. Es lo que yo llamo «elsíndrome de los polluelos en el nido».

Alimentamos a nuestros pequeños y,cuando no comen, crea ansiedad porquesabemos que tienen que comer parasobrevivir. Por lo tanto, lo que sentimoses real. Y comprendemos que noqueremos alimentar a la fuerza, porquesabemos que eso tampoco está bien. Esentonces cuando tienes que luchar contratu instinto. Quieres forzar a tu hijo acomer, pero, en realidad, tienes queretroceder un poco.

He aquí un ejemplo de lo quequiero decir. Una vez trabajé conSophia, una madre que no conseguía quesu hija Kieran comiera, y estabaperdiendo peso drásticamente. Se habíavuelto algo muy serio. Sophia estaba tan

preocupada porque su hija no comieraque chillaba de pánico, y en un momentocomenzó a alimentarla a la fuerza hastaprovocarle náuseas.

Le sugerí que iniciara la comidacon una mentalidad distinta y enfocara elproblemático asunto de otra manera.Tenía que seguir siendo firme con susexpectativas, pero olvidar su obsesióncon la comida. Kieran había caído enuna rutina por la que sabía que, encuanto se sentara a la mesa, habría unabatalla para que comiera. Se trataba deun juego de poder por el control.

En cambio, Sophia se sentó ycomenzó a hablarle de lo que iban ahacer al día siguiente. Se sentaron a la

mesa durante 30 minutos. MientrasSophia la distraía hablándole de cosasque no fueran comida, Kieran comenzó acomer.

El cambio tuvo lugar trasestablecer un patrón saludable y adoptarun nuevo enfoque. Retiramos todos lostentempiés, de manera que pudiéramoscentrarnos en sus comidas principales.Todos los alimentos a base de los quehabía estado sobreviviendo —comodulces y helado— desaparecieron por elmomento. Por lo tanto, cuando llegaba lahora de comer, tenía hambre. Hoy endía, Kieran ha alcanzado un pesosaludable, es una niña muy activa eincreíblemente social, a la que le

encanta conversar y aprender, y tieneuna relación completamente distinta consu madre, Sophia.

Naturalmente, este fue un casoextremo, y lo comparto para hacertesaber que, incluso cuando sientas que nohay esperanza, nunca debes tirar latoalla. Busca ayuda. En este caso, marcóla diferencia entre que Kieran seencuentre en el punto en el que está hoyy ser ingresada en un hospital con undesorden alimenticio. La mayoría de losproblemas con la comida tienen que vercon el control; por lo tanto, si quitas lapresión y la emoción, ganarás la batalla.

CONSEJOS PARA EVITARBATALLAS EN LAS COMIDAS

Lanza advertencias claras deque casi es hora de comerantes de cada comida, demanera que pueda prepararsepara dejar lo que estáhaciendo.No ordenes que coma, sicumple con todo lo demás. Enrealidad, no puedes. Ten fe enque no se morirá de hambre,y comerá cuando la tenga.Niégate a cocinar comidasdistintas a su gusto. Haz quecoma lo que preparas.

Emplea el elogio y el ánimopara los buenos modales en lamesa y cuando pruebacomidas nuevas.No comas frente a latelevisión, sino en la mesa.Relájate. Si estás tensorespecto a la comida, tu hijoreflejará esa energía.

BebidasCuando tu hijo es un bebé, le das lechepara alimentarlo y mantenerlo sano. Noobstante, ahora que es un niño, tienes

que ser más consciente de la cantidad deleche y otros fluidos que bebe. Sin dudaalguna, tienes que asegurarte de que tuhijo está bien hidratado, pero tambiéndebes asegurarte de que no bebe tantoque luego no tiene hambre para comer.Procura que obtenga la nutriciónadecuada para su desarrollo físico ymental.

La leche y los productos lácteosdeberían limitarse a entre 400 y 600 mlal día, y entre 120 y 180 ml de zumo. Siun niño bebe demasiada leche o zumo,no comerá ni obtendrá las vitaminas yfibras esenciales que necesita. Hasta loscinco años de edad, debería tomarproductos con leche entera; después,

puedes pasar a variedades más bajas engrasa.

He visto retrasos del hablaen niños de tres años que

bebían ocho tazas de leche al día. Si lopiensas, tiene sentido. Cuando comes,tienes que masticar. Cuando masticas,tienes que usar tus músculos faciales. Ytus músculos ayudan a tu pronunciacióny al uso de las palabras y el lenguaje.Si tu hijo solo bebe, no está haciendo elejercicio facial que promueve su habla.

En cuanto a los zumos

Busca zumos de fruta al 100 %, y nobebidas de frutas, ya que contienenmuchísimo azúcar no saludable. Dehecho, dar agua a tu hijo y, después,darle fruta para comer es la mejormanera de mantenerlo hidratado, puestoque obtendrá más fibra. Yo tiendo adiluir zumo fresco cuando se lo doy alos niños, por dos razones: para hacerque el zumo dure más (una porción de180 ml puede estirarse a 360 ml), y parareducir la ingesta de azúcar. Diluyesiempre con agua, cuanto más claro seael color, mejor. El zumo de arándanodebería pasar de un rojo profundo a casiun rosa.

Sé que los tetra brik sonconvenientes si te tienes que mover. Sinembargo, en lo que a salud se refiere, esmucho mejor rellenar termos para quepuedas diluir el zumo (y es mucho másrespetuoso con el medio ambiente). O, situ hijo de tres años tiene una fijacióncon los minizumos de frutas, vierte lamitad en un vaso, y diluye el resto conagua.

Si ofreces zumo de frutas, limítaloa las comidas. No solo protegerá susdientes (incluso recién hechos, loszumos naturales contienen azúcares,pese a ser más sanos que el azúcarrefinado), porque la saliva que se creacuando come evita la caries, sino que la

vitamina C que contiene ayudará a queel hierro de la comida de tu hijo seabsorba mejor.

No a las bebidas gaseosasSin diluir, las bebidas gaseosas conazúcar o la pulpa de fruta que contieneazúcares pueden provocar caries. Hayalrededor de doce cucharaditas deazúcar en una lata de una bebida gaseosa.Una moneda de cinco céntimos sedecapa de la noche a la mañana en unvaso de cola. ¿Es algo que quieras dar atu hijo?

CONSEJOS PARA LAINGESTA DE FLUIDOS

Entre comidas, siemprepongo su vaso con pitorro otaza frente a él, porque a losdos o tres años, no sabe sitiene sed. A medida que crece—digamos que a los cuatroaños— sabrá decir: «mamá,¿puedo beber algo, porfavor?». En esa fase puedereconocer cuándo estámuerto de sed.Cuando alimento a un niñoque no está comiendo losuficiente, solo le doy mediovaso de agua o leche con su

comida. Después, cuandotermina de comer, es cuandole doy más de beber si lodesea.

TentempiésLos horarios de comidas constantescrean las piedras angulares deldesayuno, la comida y la cena. Noobstante, dada la necesidad decombustible de tu hijo durante el día,tienes que complementar las horas de lascomidas con al menos dos tentempiésentre comidas.

Tal y comodecía antes, hayuna grandiferencia entrelos tentempiés y elpicoteo. Lostentempiéssaludables mantienen a tu hijo en marchay, de hecho, ayudan a que pare depicotear. En lo que a tentempiés serefiere, se trata de ofrecer calidad. Esfácil entrar en el hábito de las patatas ylas galletas, pero estos no ofrecen valornutricional alguno.

Los dulces ocasionales comotentempiés en fiestas están bien conmoderación. No obstante, últimamente

he descubierto que, incluso en las fiestasde cumpleaños, la gente es másconsciente de la comida que ofrece.Para las fiestas de tu propio hijo,plantéate ofrecer comida que sea 20 %azúcar, en lugar de un 40 %.

¿A qué hora es el momento deltentempié?Revisa tu horario completo paradilucidar cuándo necesitará tu hijorecargar baterías. Si desayuna a la 7.00de la mañana y le das de comer haciamediodía, su cuerpo necesitacombustible entre medias. La reglageneral es cada tres horas,

aproximadamente —media hora arriba oabajo—. No seas extremista con loshorarios.

La clave es observar a tu hijo.¿Cuándo percibes su bajón de energía?Los niños agotan su energía muy muyrápidamente. Tienes que observar a tuhijo y ser flexible. Si tienes unaactividad matutina en la que sale acorrer por el parque durante una hora,probablemente necesitará un tentempiéinmediatamente después. No hace faltaque esperes a una hora concreta —porejemplo, un solo tentempié a las 10.00de la mañana—, sino que, en cambio,presta atención a lo que está haciendo.Dado que el hambre a menudo

desencadena berrinches, tarde otemprano, debes volver a cargarcombustible en su cuerpo.

Lo mismo ocurre entre la comida yla cena. Muchos padres me dicen quesus hijos comienzan a decaer hacia las3.00 de la tarde. Bien, entonces, ¡esa esla hora del tentempié! De hecho, es unbuen horario para toda la familia.

Todos los planes alimenticiossaludables —sin importar la edad—sugieren tomar uno o dos tentempiésentre comidas para mantener los nivelesde energía. De lo contrario, ¿quéocurre? Nos estiramos (o peor, nossaltamos comidas) y, de repente,estamos hambrientos y tenemos que

comer inmediatamente. En esosmomentos de hambre, puede que nohagamos las mejores elecciones dealimentos.

Necesitas combustible pararecargar tus baterías, igual que las de tuhijo. Come una pieza de fruta o unpedazo de queso, mientras que él tomasu tentempié. Te sentirás mejor y estaráslisto para manejar cualquier cosa queocurra durante el día.

TENTEMPIÉS SANOS

Ofrece opciones, comomanzanas, palitos de queso,

yogur, zanahorias, humus ypan de pita, apio y queso parauntar, gajos de naranja, uvas...No le des patatas, galletas,bebidas gaseosas o dulces.Un tentempié debería tenerel tamaño de la palma de lamano. No es otra comida.¿Quién dice que untentempié tenga que serdulce? Plantéate usar moldesde galletas para dar forma deanimales o corazones atentempiés nutritivos comoqueso o pavo bajo en grasa.

CREA TUS PROPIAS CAJASPARA LOS TENTEMPIÉS

Coge una caja, frasco o bolsade papel, y haz que tu hijo ladecore.Dile: «¡Vas a hacer un envaseespecial para tustentempiés!».Cada mañana, dale opcionesde lo que poner en el envase.Si elige algo que necesiterefrigeración, pon un dibujode lo que es en la bolsa.Al crear cajas paratentempiés por las mañanas,has organizado comida sana

lista para llevar allá donde lonecesites.

Alergias alimentariasLas alergias alimentarias son reales, sepueden desarrollar en cualquiermomento, y pueden ser peligrosas. ¿Lasbuenas noticias? Muchos niños lassuperan para cuando empiezan laescuela. No obstante, para algunaspersonas como yo, es una situación depor vida que tendrás que tratar,enseñando a tu hijo a ser consciente de

sus alergias y a controlarlas a medidaque crece.

En Ya eres mamá sugería dar unsolo tipo de comida cada vez, parapoder observar las reacciones. Deberíasseguir el mismo método durante laprimera infancia.

SEÑALES DE ALERGIAALIMENTARIA

Sarpullido, urticariaInflamación de lengua, labiosy caraNariz congestionada omoqueo

Resuello y falta de alientoSensación de hormigueo en lalenguaCalambres abdominalesVómitos y diarrea

¿PUEDE SER TU HIJODIABÉTICO?Si tu hijo tiene los siguientes síntomas,habla con tu médico inmediatamente:está siempre cansado e irritable, hacepis frecuentemente, estáconstantemente hambriento y sediento,tiene pérdida de peso repentina, visión

borrosa y aliento dulce y afrutado. Estaspueden ser señales de diabetes de tipo 1.

Si tienes historia familiar dealergias alimentarias, coméntalas con elpediatra. Tu doctor te preguntará quéalimentos come y si has notado algúnsíntoma o reacción con algún alimento ogrupo de alimentos. Quizá quieras llevarun diario de comidas, para apuntarcualquier reacción a los alimentos —y,en concreto, a nuevos alimentos quepruebe tu hijo—. Merece la penaapuntar incluso las reacciones mássuaves, como un sarpullido, un poco de

irritabilidad o diarrea. Hazlo parallevárselo a tu médico, que puede que tepida una consulta con el alergólogo.

En los niños con más de dos años,se puede realizar una prueba de puncióncutánea. Supone rascar una pequeñazona de la piel de tu hijo (normalmente,en la parte interior de su antebrazo), ycolocar una gota de sustanciasalimenticias concretas sobre losrasguños. Se miden los verdugones queaparecen para valorar si tu hijo tiene unareacción inusual.

Si hay una reacción fuerte, sediagnostica una alergia. También sepueden realizar análisis de sangre, enlos que se saca una muestra para probar

anticuerpos concretos a ciertosalimentos.

Los síntomas alérgicos pueden sersuaves o severos. En cualquier caso, noson agradables. Si notas incluso elsíntoma más suave, llama a tu médicoinmediatamente.

Si tu hijo parece tenerproblemas para respirar, se

le hincha la cara o los labios odesarrolla fuertes vómitos o diarreadespués de comer, llama al 112inmediatamente. Averigua dónde está elhospital más cercano y acudeenseguida. Podría estar sufriendo unataque anafiláctico, que pone en riesgola vida. Si sabes que tiene alergias y te

han dado un EpiPen o Anapen, úsalo almomento y, a continuación, llama a unaambulancia. Busca en el cuadro«Administrar Adrenalina» lasinstrucciones para usar un EpiPen.

Puesto que las reacciones alérgicasseveras pueden poner la vida en peligro,es importante descubrir y prepararsetemprano para cualquier alergia quetenga tu hijo. Tu médico puede darte unaprescripción para un antihistamínico o,en casos graves, prescribir un EpiPen oAnapen, que contiene adrenalina paratratar un ataque anafiláctico (véase elapartado «Administrar Adrenalina»).

Asegúrate de que aquel que entraen contacto con tu hijo —amigos,cuidadores, familiares, profesores y lospadres de sus amigos— es consciente deque tiene una alergia alimentaria.Aprende y enseña a los demás qué haceren caso de emergencia. Esabsolutamente necesario tener un plan deacción, y que todos los cuidadorescomprendan la severidad de estasalergias, para que tu hijo esté protegidode una reacción potencialmente fatal.Cuando tu hijo cumpla alrededor decuatro años, puedes comenzar a hablarlede sus alergias, para que aprenda avigilarlas también. No obstante, huelgadecir que un niño pequeño no puede

tomar decisiones que afecten a su salud.Tendrás que asegurarte de que todo elmundo está atento.

Sé precavidoSé consciente de fuentes ocultas dealimentos potencialmente peligrosos.Lee todas las etiquetas y alerta a loscamareros y a la cocina si salís a comer.¿Algo que no se te ha ocurrido? Evita elhelado servido en heladerías por laspalas para servir helado compartidas.Puede contener un pedacito de algo,como un cacahuete, al que sea alérgico.La contaminación cruzada es posible entodas partes, así que tienes que ser muycauteloso, e incluso pensar en llevar tu

propia comida cuando estés fuera decasa. Las fiestas de cumpleaños tambiénpueden ser campos de minas. ¡Teconvertirás en un maestro en meriendasllenas de diversión!

Alimentar a tu hijo con una dietarestringidaSi tu pequeño tiene alergiasalimentarias, o has adoptado una dietavegetariana suave o estricta, necesitarásla ayuda de un dietista colegiado paraasegurarte de que está recibiendo todolo que necesita. Por ejemplo, si tu hijoes alérgico a la leche de vaca, tienes queencontrar otras fuentes de calcio. Las

verduras de hoja verde son un buencomienzo, y también los productos desoja, e incluso los zumos de frutareforzados.

De forma similar, si tu hijo nopuede comer huevos, tienes queencontrar otra buena fuente de proteínasde primera clase y vitaminas B, asícomo muchos otros nutrientes, como elzinc y las vitaminas A, D y E. Losproductos animales como el yogur, lacarne, la leche y la mantequilla sonbuenas alternativas a los huevos, yproporcionarán proteínas, así comoalgunas vitaminas B, A y D, y zinc. Loscereales integrales, las legumbres, lassemillas y las frutas y verduras de

colores vivos también son buenasfuentes de los nutrientes vitales que seencuentran en los huevos.

ALIMENTOS PARA VIGILARLa mayoría de las alergias alimentariasestán relacionadas con los siguientesalimentos:

Leche de vaca (y productoslácteos)HuevosCacahuetesTrigoSoja

Nueces de árbol (nueces,almendras, anacardos)Pescado (atún, salmón,bacalao)Marisco (langosta, gambas,cangrejo)Semillas de sésamo

Si tu hijo es vegetariano, lasproteínas son extremadamenteimportantes, así que elige buenas fuentesen el tofu o productos de soja, y enmantequillas de nueces y semillas (nadade nueces enteras hasta que tu hijo

cumpla los cinco años, para evitar elpeligro de atragantamiento), productoslácteos, legumbres y cereales integrales.

No obstante, ante todo, no intentesrestringir la dieta de tu hijo sin laorientación de un dietista cualificado.Un niño necesita una amplia gama denutrientes clave para crecer ydesarrollarse, y una carencia decualquiera de ellos puede provocar undesequilibrio que puede conllevarproblemas de salud, o malos niveles decrecimiento y energía. La buena noticiaes que hay muchas formas de asegurarque, incluso el niño más alérgico, tengauna dieta equilibrada y, con un poco de

ayuda, crecerá con fuerza, comocualquier otro niño.

Las comidas pueden ser uncampo de minas para los

padres —¡si se lo permites!—. Recuerdaque, en la mayoría de los casos, losproblemas alimenticios estánrelacionados con el control, y si temantienes en tus trece y ofreces comidasana y nutritiva, día tras día, crearásestupendos hábitos alimenticios queproporcionarán la base para el futurosaludable de tu hijo. Se trata depersistencia y de la creencia de que laselecciones de alimentos para tu hijoson verdaderamente cruciales. Hazlobien, y superarás el primer paso en loque a una buena salud general y

bienestar se refiere.

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Salir por ahí

Nadie dice que no puedas viajar cuandotienes un hijo, sencillamente, tienes queanalizar los aspectos prácticos dedistintos viajes. Y nadie dice que tengasque sufrir claustrofobia. No es buenopara ninguno de vosotros.

Si eres aventurero, tu hijo tambiénse animará a hacer cosas distintas.Predicas con el ejemplo. Aprender acomportarse correctamente en casa y enpúblico es importante para sushabilidades sociales. Exponer a tu hijo adistintos lugares y situaciones es unaestupenda manera de aumentar suseguridad y hacerle sentir cómodo ennuevos ambientes. Además, en lo que a

dejarlo en una actividad o con uncuidador se refiere, será mucho másfácil si está acostumbrado a ir a lugaresdistintos.

Las familias que salen a probarcosas nuevas también hacen comprendera sus hijos que la vida está llena deexploración y aprendizaje. Los padresme dicen: «Yo no tuve un padre que mededicara tiempo durante el día y fueracreativo conmigo». Si es lo que teocurrió a ti, rompe el ciclo. Buscarecursos externos, habla con tu parejasobre las distintas experiencias quequeréis que vuestros hijos tengan, yllevadlas a cabo.

Mucha gente tienemiedo de salir con sus hijosa restaurantes, tiendas, oincluso de vacaciones. Sinembargo, recuerda que todo lo que hacesen casa es practicar lo que haces cuandosales. Estableciendo expectativasrealistas de lo que tu hijo puede afrontar,ayudarás a preparar el terreno para unabuena salida.

La herramienta de tu mochila quemás te ayudará cuando lleves a tu hijo ahacer recados, a citas, a restaurantes, atiendas —o incluso cuando estásviajando— es la Previsión. Laplanificación apropiada es clave para

aventuras felices, tanto si sales a dar lavuelta a la manzana, como si viajasalrededor del mundo.

Cosas a considerar antes desalir a hacer recados:

Elige el momento oportuno. Noes una buena opción estar fueradurante la hora de comer, de lasiesta o de acostarse.Asegúrate de que está biendescansado y llevas tentempiés ybebida para salir del apuro. Laspasas o sultanas, los palitos de

queso o pequeños colines en unabolsa para sándwich son ideales.También suelo llevar un zumo ouna botella de agua.Establece expectativas realistas.Se aburren y se distraen confacilidad, así que no planees treshoras en un museo. Un niñohambriento, aburrido o cansadopuede tener berrinches.Para las tareas del día a día,revisa toda tu semana y controlatu tiempo. Debes intercalar loque tienes que hacer conactividades divertidas y tiempode juego. Intenta no acumular unrecado tras otro; de lo contrario,

tendrás que meterlo y sacarlomuchas veces del asiento delcoche, o pasará largos periodosde tiempo en la sillita.Intenta caminar cuando seaposible. Está bien salir al airefresco, y no tendrás que lidiarcon meterlo y sacarlo muchasveces de su sillita.

LA TÉCNICA DEL PEQUEÑOAYUDANTE DE MAMÁ

Cuando salgo con niños ahacer recados, me resultaútil comprar o hacer una

pequeña placa de sheriff o de«pequeño ayudante demamá», y darle una lista desus deberes, que seainteractivo a la hora deayudarme a completar latarea.Esto es particularmenteeficaz con los niños de cuatroaños que declaran: «Noquiero ir». Dile que, si teayuda, obtendrá una placa y,cuando volváis de hacer losrecados, haréis algodivertido.

Ir de compras sin problemascon niñosLa realidad es que es necesario ir alsúper al menos una vez por semana.Incluso con la llegada de la compra on-line, es importante salir con tu hijo, paraque experimente ese aspecto de la vida.Conozco muchos padres que evitanllevar a sus hijos a la compra, porqueles preocupa que su hijo se comportemal o pierda los estribos.

He conocido a niños de cuatro añosque jamás han ido a la compra. En miopinión, «evitemos el supermercado»marca el inicio para «evitemos el

parque, evitemos el centro deactividades, evitemos ir a ningunaparte». Para algunos padres, ignoraresos lugares es más fácil que tratar elbuen comportamiento. Llevar a tu hijo alsupermercado es un estupendo terrenode aprendizaje, en el que puedescomenzar a interesarle en distintos tiposde alimentos saludables.

Mi regla para familias conniños: cuando salgas a hacer

recados o a comer en un restaurante,recuerda que no es un acontecimientoque ocupa todo el día. Es lo que yollamo «dentro y fuera». Tienes entre 30minutos y una hora antes de tener que

cambiar de actividad.

Hazlo emocionante para élmediante la técnica de la «Implicación».Tener una lista te ayuda a pasar por latienda con bastante rapidez. Una vezmás, los niños tienen un umbral finito,probablemente tengas entre 30 y 45minutos para mantenerlo concentrado.No vayas justo antes de una comida, otendrá hambre y pedirá todo lo que vea.Si es alrededor de la hora del tentempié,dale uno saludable mientras compras.

LA TÉCNICA DE LA«IMPLICACIÓN»

Mientras pasas por la tienda,habla de los distintosalimentos de tu lista.Con los niños mayores,pídeles que señalen losdistintos alimentos quebuscas: «Busca las uvasverdes. ¿Dónde están?».Esto le ayuda a comenzar aidentificar colores, formas ylas distintas frutas yverduras. También comienzaa ver la variedad dealimentos que llevamos acasa para nuestras comidas.

Puedes darle una pequeñaversión de tu lista de lacompra con dibujos, porejemplo, puede ocuparse detres elementos. O haz quemarque cada ítem de su listaa medida que avanzáis.Algunas tiendas tienenmuestras, para que puedaprobar cosas nuevas.

¡Lo quiero ahora!Estás en una larga cola de caja; estáscansado, tienes prisa, y tu hijo quiere undulce. Naturalmente, la tienda ha puesto

tentaciones allá donde puede verlas. ¿Tesuena? ¿Qué hacer cuando tu hijo deseaalgo que no quieres darle? He aquí miconsejo: ¡No uses la palabra «quizá»! Yno uses la palabra «luego». Estaspalabras no tienen significado para losniños. ¿Qué significa «quizá? ¿Sí o no?No te has decidido; has paralizado lasituación. ¿Qué significa «después»?¿Cinco minutos, media hora, cinco años?

Atente a tus reglas, especialmentecon los niños. Los niños quieren todo loque ven, constantemente. He visto ademasiados padres caer en el hábito decomprar un dulce para su hijo cada vezque van a la compra, para que no hayaun numerito. Sin embargo, esto establece

la expectativa de que, cada vez que vasa la compra —incluso si es solo a porpan o leche—, le comprarás algo.Háblalo antes de ir a la tienda. Dile a tuhijo: «Vamos a ir a la tienda, y papátiene que comprar algunas cosas. Hoy novamos a comprar cosas para niños».

Cuando lleguéis allí, te lo pediráigualmente. Entonces, dile: «¿Recuerdaslo que te ha dicho papá? Hoy no vamosa comprar nada para ti». Mantén estaafirmación, y no evites los pasillos. Dehecho, pasa por el pasillo de losjuguetes o los dulces a propósito. Lo quele estás enseñando a tu hijo es unalección importante: no puedes obtenertodo lo que quieres. Incluso puedes

decirle que, cuando lleguéis a casa,haréis una lista de los dulces que quierepero no puede tener ahora mismo.

Al final, se trata de ir hasta el final.Puedo indicarte qué decirle a tu hijo, ytú puedes establecer las reglas y lasexplicaciones. No obstante, ¿sabes qué?Puede que algún día oiga lo que dices yno le guste. Entonces tendrá una rabietaigualmente. ¡Es entonces cuando escrucial que cumplas hasta el final con tupalabra! Habla en serio. ¡Entra y sal!

ROMPER EL PATRÓN«DAME»

¿Y si ya has iniciado lacostumbre de ceder cuandopide para evitar elberrinche? ¿Cómo cambiasel patrón?Háblalo antes de ir a latienda: «Hoy no vamos acomprar nada para ti». En latienda, di «no» y cíñete aello. Probablemente teenfrentes a un berrinche (odos), pero aprenderá.Sobre todo, no evites ir a latienda con él.

Visitas a la peluquería, aldentista o al médicoEn algún punto, puede que tu hijo sehaya sentado en el cochecito y hayaobservado cómo te revisan los dientes ocómo te cortan rápidamente el flequillomientras él tenía juguetes o libros.Puede que no hayas encontrado unacanguro, pero necesitabas una revisióndesesperadamente porque te dolía unamuela. O habías olvidado tu cita en lapeluquería y, vaya, ¡ahí estás!

Es bueno que haya estado contigopara experimentar lo que él va aexperimentar por primera vez. Porquehas marcado la pauta. Si te ve

disfrutarlo, no se pondrá nervioso ni sepreocupará. Cuanto más relajado,informal y contento estés, más lo estaráél también.

Cortes de pelo

En función de lo rápido quecrezca el pelo de tu hijo,probablemente esté listo para suprimer corte de pelo hacia laépoca en la que se convierta enun niño. Haz que estaexperiencia sea positiva, puestoque establecerá la pauta parafuturas visitas.

Antes de ir, habla de lo divertidoque será; es algo especial paraniños y niñas. Incluso puedesrepresentar un corte de pelo encasa antes de ir, para que sepaqué esperar.Lleva algo para distraerle, comoun libro o un juguete. Noobstante, recuerda que este esotro acontecimiento «dentro yfuera». Vas a cortarle el flequillopara que no le tape los ojos, o levas a cortar el pelo porque esdemasiado largo. No llevamucho tiempo —cinco o diezminutos—, y se acabó.

Si vas a tu propia peluquería, esprobable que pagues precios másaltos, y puede que lleve mástiempo. Pide recomendacionesde un estilista que corte el pelode niños constantemente. Estosestilistas saben cómo pegar unpar de tijeretazos y ya hanterminado; también tendránexperiencia en lidiar con niñosinquietos.Si está asustado en la peluqueríao la barbería, haz que se sienteen tu regazo. También puedesentarse sobre un alza o en unasiento de seguridad.

Lleva una sorpresa para después(recuerda calcular la hora de lasalida), para un momento en elque no esté demasiado cansado ohambriento.

El dentista

Para cuando cumpla los tresaños y medio, tu hijo deberíatener todos los dientes de leche.Probablemente deberías llevarloal dentista en algún momentoentre su segundo y su tercercumpleaños (aunque algunosdentistas recomiendan ahora quevayáis cuando le salga el primer

diente). Debería ser unacontecimiento «dentro y fuera»,solo una revisión para asegurartede que todo está bien.Si no lo has hecho ya —y esposible—, llévalo a una de tuscitas antes de que le toque a él.Puede sentarse en la sillita, allado de la silla del dentista. Teverá sentarte (ayuda reírse yguiñar el ojo, para que sepa quete estás divirtiendo).Después, haz que se siente en lasilla, y súbela y bájala. Anima aldentista a que le enseñe susherramientas, explicando para

qué sirve cada una. A tu hijo lefascinará la experiencia.No digas cosas como «Sévaliente». No necesita servaliente; solo tiene quedivertirse con ello. No hay dolormientras no necesite empastes, yno debería necesitarlos a estaedad.Asegúrate de que llevas a tu hijoal dentista si tienes algunapreocupación, o si hayproblemas, como un diente deleche que se ha caído. Lapérdida prematura de dientespuede ser un problema para eldesarrollo del lenguaje, si se

trata de un diente frontal, ycualquier pérdida de dientespuede provocar que otros dientesse tuerzan o cambien. Asimismo,visita al dentista si tu hijo serompe un diente, o si el diente sevuelve gris algún tiempo despuésde una caída.

La consulta del médico

Las visitas al médico se vuelvenpeliagudas durante la primerainfancia, porque aún vais muchopara revisiones rutinarias yvacunas, y asocia el médico aldolor de las inyecciones.

Una vez más, trátalo de maneramuy informal: «Solo vamos apasar a hacer una cosita».Adviértelo, para que no hayadrama.Una vez estéis allí, trata derelajarlo lo máximo posible. Hazque se siente en tu regazo,cuéntale un cuento, o canta unacanción. Admite lo que estáocurriendo, pero hazlo demanera que le recuerde lo rápidoque es: «Te van a poner unainyección, pero te pondrás unabonita tirita, y se acabarárápido».

Hazle saber que, tan prontoacabéis con el médico, iréis alparque o a hacer algo divertido.Haz que se centre en lo queharéis después, y no en la visita.

Experiencias felices enrestaurantes

Cuando salgas con tu hijo a unrestaurante, sé realista sobre laclase de lugar que eliges ycuánto tiempo planeas pasar allí.Si eliges un restaurante elegantecon manteles, lo más probable es

que te estreses. Eso no espreparar las cosas para el éxito.Elige un restaurante de ambientefamiliar. No tiene que ser unrestaurante de comida rápida,pero debería ser un lugar en elque no entres en pánico si caecomida al suelo. Muchosrestaurantes estupendos admitenniños a comer, ofreciendoasientos de seguridad, un menúinfantil, e incluso lápices decolores y papel para dibujar.Una buena pista: otras familiascomiendo allí. Si entras en unlugar elegante lleno de parejas y

gente de negocios, puede que nosea el lugar para ti.Es fantástico elegir restaurantescon zonas diseñadas para jugarmientras esperas a que llegue tucomida. Un jardín o uninvernadero son perfectos. Losestanques de peces o las fuentesinteriores también son grandesinstrumentos para la distracción.Probablemente, tampoco tengasdos horas. Pide tan prontollegues, y céntrate en tu hijo. Escuando desvías tu atención,hablando con tus amigos, cuandose comporta mal.

Disfruta de la experiencia. Esimportante que tu hijo vea que esuna experiencia social tambiénagradable con otros niños.

Conducir por la ciudad

Me resulta útil llevar una bolsade juguetes y libros que puedodarle cuando vamos en coche.¿La mejor manera de mantener atu hijo concentrado? Interactúacon él, cantando canciones,contando cuentos, o señalando loque veis durante el camino.

También hay música, cancionesinfantiles y cuentos estupendospara niños que puedes descargaren tu MP3 o iPod, o consigue unCD y ponlo en el coche.

Viajes en aviónMe encanta viajar, así que misexperiencias en aviones con niñossiempre han sido agradables, porquetenía una buena actitud desde elprincipio. He aquí mis consejos paradivertirte tanto como lo hacía yo:

Ten en cuenta el momento en elque os marcháis. En cuanto tuhijo comience en la escuela,estaréis atados al calendarioescolar. Ahora es el momento deviajar fuera de temporada.Puedes obtener mejores preciosy no tendrás tantas multitudes yretrasos.Haz las maletas dos o tres díasantes.No lleves demasiadas cosas. Esolo aprendí por las malas. No haynecesidad de llevar montones deropa, acabarás arrastrando unmontón de equipaje por todaspartes. Puedes lavar su ropa en

la habitación con jabón demanos, o comprar una botella dedetergente de viaje. Para lasvacaciones de verano, solonecesitas lo básico: bañadores,un par de camisetas, pantalonescortos, un montón de protectorsolar y un par de sandalias. Sivas a algún sitio más fresco,añade un conjunto de ropa parael exterior, y un par de cambiosde ropa más cálidos.Para ayudarme a planificar,siempre me escribía una lista delo que llevaba y la prendía a lamaleta con alfileres. Podíamirarla rápidamente y saber lo

que había en la bolsa —y lo quetenía que volver a casa al finaldel viaje.Haz una bolsa para el mismoviaje, con tentempiés, zumo,juguetes y un cambio de ropa. Yosiempre metía un conjunto extrade ropa de niño, en caso deaccidentes en el viaje, o por sise retrasaba el equipaje. Noolvides un babero, porquepuedes quitarlo y mantener (más)limpia la ropa de tu hijo.Prepárate por si te pierden elequipaje, metiendo todos losmedicamentos y cosas básicas entu bolsa para el avión.

Si es un vuelo temprano o por lanoche, ponleel pijamaantes desalir decasa.Conseguirásque esté lo más cómodo posiblepara que pueda dormirse.No le atiborres de comidabasura. Se sentirá mejor con unacomida equilibrada. Mete cosascomo comida de picnic o algopara comer con los dedos que sepueda meter en bolsas desándwich.

Involucra a tu hijo, haciendo quelleve una pequeña mochila omaleta de mano con ruedas consus juguetes favoritos. Yo lesdecía a los niños a mi cargo:«¿Qué queréis llevaros devacaciones?». Ponían todas lascosas en el centro de lahabitación, y yo las revisaba yeliminaba diversos elementos:«Bien, si solo pudieras elegirdiez cosas, ¿cuáles serían?».Esto ayuda a reducir y aasegurarte de que metes cosasque cada uno quiere. Tanto si esun pequeño juguete como unamantita, ayuda tener algo

conocido para tu hijo. El hechoes que va a un lugar nuevo. Esmás, al elegir sus cosas favoritaspara el avión, se está ayudando aorganizar su entretenimiento parael viaje que le espera.Llegar temprano era algo en loque mi padre insistía mucho —¡yaún lo hace!—. No obstante,tenía razón. Cuando tienes unhijo, no seas de los que vansiempre a toda prisa y le dicen:«¡No sé si llegaremos!». Dartetiempo extra alivia el estrés deviajar con niños.

PREPARARSE PARA LASSITUACIONES HIPOTÉTICASYo siempre me preparo con antelaciónpara las situaciones hipotéticas. ¿Y sitiene diarrea o vomita? ¿Y si os quedáistirados en una tormenta de nieve? ¿Otirados en el avión o en la autopista?Mete un cambio de ropa, comidaadicional, e incluso un orinal de viajepara el coche. Así, si ocurre algo, no tepillará con la guardia baja.

Ya en el avión

Avisa al personal de vuelo sobrecualquier cosa especial o alergiapara tener en cuenta. Yo tengoalergia a los cacahuetes, así quees algo que siempre tengo enmente cuando viajo.Los viajes en avión son durospara los niños. Se enfrentan acambios de presión,taponamiento de oídos, grandesruidos y tener que estar atados—todo ello en un ambientedesconocido—. Por finconsigues que se duerma, vieneuna turbulencia, suena el timbredel cinturón, y comienza a llorar.¡Paciencia!

Creo que lo mejor que puedeshacer en estas situaciones esintentar ponerlo lo más cómodoposible. Por eso has venidopreparado con tus tentempiés y tubolsa de actividades.Darle un sorbo de agua o zumodurante el despegue y elaterrizaje puede ayudar a igualarla presión en los oídos.Cuando le lleves al baño, deja lapuerta abierta. Te da másespacio para maniobrar, ¡y laprivacidad no es la prioridadprincipal para un niño de tresaños!

Sencillamente, hazlo lo mejorque puedas. Ignora las miradasde pasajeros intolerantes. Y lapróxima vez que vayas en avióny veas un niño que grita, sonríe ypasa tus consejos si se presta.

Prohibido al viajar

Si ya le has retirado el pañala tu hijo, no le pongas unpañal para el viaje porquecreas que será más fácil. Solole enviarás el mensajeequivocado y darás un pasoatrás.

No está bien que tu hijoemplee el asiento de delantecomo un gimnasio infantil.Ten en cuenta el espacio en elque estáis. El volumen deruido debe establecersefirmemente como«moderado».

Viajes en tren

Hay muchísimas vacaciones quepuedes disfrutar en tren. Lomejor es que, normalmente, nohay puestos de control deseguridad, ni hay que

preocuparse porque revisen tusbolsas.En un avión, tienes la presión delespacio reducido. Los trenes osdan a tus hijos y a ti laoportunidad de caminarlibremente entre vagones.Incluso puedes traer la sillita,que es un lugar conocido paraque se duerma tu hijo. Tambiénpodéis mirar por la ventana ydistraer a tu hijo con juegoscomo «Veo veo».Emplea los mismos consejos quepara el viaje en avión: haz lasmaletas con antelación, llevatentempiés y actividades, y ve

temprano para no tener quecorrer.

Viajes en coche

Viajar en coche también te damás libertad. Puedes hacerdescansos y estirar las piernas.También puedes emplear

incentivos como«En la próximaparada, puedessalir y correr unrato».Me gusta meter en el coche cajasde almacenaje transparentes,

llenas de cosas distintas parahacer el viaje más cómodo. Si tuhijo se aburre con aquello con loque está jugando, saca la caja ycambia de actividad. Tambiéntienes más libertad para llevarmás tentempiés y bebidas decasa; las neveritas funcionanbien.Planifica con antelación. En unviaje largo, lo mejor es salirdespués de la hora punta —y trasdar de comer a tu hijo—. Así,estará dormido durante buenaparte del viaje.Presta atención al tiempo quepasáis en el coche. Si viajáis

seis horas en un día, puede queresulte difícil meterlo en suasiento para conducir otras seisal día siguiente. Busca formas departir el viaje. ¿Puedes quedarteen un lugar divertido durante undía o dos?Evita que el viaje se conviertaen una batalla de poder:«¡Quiero salir!», «No, tequedarás en tu asiento».Distráele señalando algo por laventana: «Mira el coche dedelante; ¿es azul?». Puede queeso ayude a romper el círculo.Asegúrate de que está cómodoen su asiento, ni muy frío ni muy

caliente. Puede que sea propensoa marearse en los viajes. Hablacon tu médico o farmacéuticoantes de salir, para que te déalgún medicamento apropiadopara niños.Sobre todo, sé realista en cuantoal tiempo que puede pasarsentado. Por mucho que quierasllegar rápido a tu destino,programa paradas para que salgay gaste algo de su exceso deenergía. Hacerlo puedefavorecer que tu viaje sea mástranquilo y más placentero paratoda la familia.

ACTIVIDADES PARA VIAJARMantener a un pequeño entretenido enun viaje largo puede resultardesalentador. Debes tener una serie deactividades a mano. Algunas cosas quepuedes meter:

Cuadernos para colorear,pinturas, libros de pegatinas,

cuadernospara dibujar yun Telesketch.Puzlespequeños,marionetas yfrascos de plastilina enminiatura.Libros y libros CD.

Programas de televisiónapropiados para niños que sepueden descargar en un iPado un reproductor portátil deDVD. En este aspecto,recomiendo usar cascos quetapan la oreja. Los cascos quese ajustan al oído sondemasiado para sus delicadostímpanos y pueden resultarperjudiciales. Recuerdalimitar el tiempo detelevisión.

3.ª PARTE

Un día en la vidade un niño

En este apartado, te guiaré a través de larutina cotidiana de un niño, tratando losproblemas principales con los que tepuedes encontrar y ofreciéndoteconsejos y técnicas para un niño (¡y unpadre!) saludable y feliz de la mañana ala noche.

Sí, hacen falta algunas herramientasde esa mochila con la que has estado

cargando, pero te aseguro que tu vidaserá más fácil.

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¿Por qué importa larutina?

Sé que mucha gente se encoge cuandooye la palabra «rutina». Creo que esporque lo ven como un programa tanrígido que no se puede torcer. Enrealidad, no es así. Un programa deberíaser suficientemente flexible como paratener espacio para respirar.

En lo que a mí respecta, una rutinaes un plan de juego. Estás creando unaestructura para tu día, pero con espaciopara moverte. Tener una estructuraestablecida te ayuda a planear conantelación, a la vez que dejas margenpara adaptarte a medida que ocurren lascosas. Aunque parte del comportamiento

infantil es predecible, cada día esimpredecible.

Sencillamente, las rutinas te ayudana gestionar mejor tu tiempo para quepuedas cubrir las necesidades de todo elmundo, incluidas las tuyas. Estarásmejor organizado, puesto que entiendeslo que necesita y cuándo lo necesita,cosa que lleva a la constancia en elsueño, la comida y el juego. Estará bienalimentado y descansado, ayudándole aestar más abierto a aprender y serámenos propenso a las rabietas. Te ayudaa centrarte en las prioridades,consiguiendo hacer lo que necesitas paragestionar tu vida y criar a tu familia,además de llevar la casa. Tendrás

orientación y más concentración paramantener la vista puesta en las tareasque tienes que llevar a cabo. Y si algunavez has sentido que se te escapaba eldía, sabes que una rutina crea algo másconstructivo.

Una rutina también proporcionaestabilidad a tu hijo. Su escasacapacidad de atención —además detodas las nuevas habilidades que estáaprendiendo— implica que se puedeabrumar con facilidad. La estructura lehace sentir más seguro, puesto que sabelo que va a ocurrir durante cada partedel día.

En caso de que no lo hayas notado,cuando un niño se sienta apurado, se

pondrá terco y tendrá una rabieta. Conuna rutina establecida, puedes advertirlecon antelación, mientras pasáis de unaactividad a la siguiente: «Cinco minutospara la hora de bañarte». Esto hace quecoopere más. Es lo que yo llamo el«reloj parlante», que ayuda al niño enlas transiciones de la rutina.

SALTA AL RITMO DE LAVIDAUna rutina centrada en levantarse,vestirse, estar activo durante el día ycalmarse por la noche es una habilidadimportante para la vida que hay queenseñar a los niños, ¡porque ese es el

patrón que siguen la mayoría de loshumanos!

Crear una rutinaLa rutina que sugiero en este apartado essolo una muestra. Hay que adaptarla alas necesidades de tu familia. Quizáelijas salir con tu hijo por la mañanaporque necesita quemar energía, y haceractividades más tranquilas durante latarde. O tal vez es más fácil hacerrecados por la mañana. El motivo derevisar cada parte del día es ayudarte

con los problemas habituales quetienden a aparecer en ese momento.

Mucha gente se siente intimidadaante la idea de crear un programa. Enrealidad, es muy fácil de hacer.Comienza con las cosas necesarias yparte de ahí:

Tu hijo tiene que dormir almenos diez u once horas cadanoche. Parte de la hora a la quedebe levantarse para valorarcuándo se tiene que acostar.Quizá debería acostarse a las20:30 (para once horas de

sueño) si sabes que se levantaráhacia las 7:30 de la mañana.Todo lo demás se puedeprogramar entre esos dosmomentos: desayuno, prepararse,llevarlo a la guardería o centrode día, o jugar por la mañana,comida, siesta (si aún la hace),juego, cena, rutina paraacostarse, dormir. En cada unode los siguientes capítulos deeste apartado, te doy un modelode programa para ese momentodel día.Asegúrate de darte más tiempodel que crees que necesitaráspara no sentirte apurado, o para

que no tengas que apurar a tuhijo.Ahora que has establecido lasactividades de tu hijo, miradónde puedes incorporar tuspropias gestiones. Puede quejuegues con tu hijo por lamañana, hagas un poco laslabores de la casa mientras seecha la siesta, después hagáis unrecado juntos, y luego tengáistiempo para jugar. El punto clavees involucrarlo cuanto puedas,para que no pases únicamente detarea a tarea.Controla tu tiempo. Revisa todala semana. No hace falta que lo

hagas todo en un día, y recuerdaque no puedes correr, correr ycorrer constantemente con unpequeño a cuestas.«Hacia las ocho», «hacia lascuatro»: las horas de transiciónde una rutina son importantes,porque os permiten respirar a tushijos y a ti.Una vez has creado la rutina,explica a tu hijo detalladamentecada paso. Las rutinas funcionancuando están respaldadasverbalmente, y se repiten una yotra vez.Pega el programa allá dondepuedas verlo, de forma que

tengas un recordatorio visual.Puede ser divertido crear unarutina que contenga dibujos delas actividades. Los niños másmayores pueden cambiar delugar los dibujos, una vez serealiza cada actividad.Entre el año y los cuatro años,tus hijos sufrirán muchoscambios. Tendrás que seguirajustando horarios y actividadesen función de lo mejor para cadaetapa.

La rutina es para tu hijo

He trabajado con muchos padres queestablecen partes de la rutina en funciónde lo que les conviene a ellos, y no a suhijo. Establecen demasiado tarde la horade acostarse de su hijo, para poder verlocuando llegan a casa del trabajo y pasarmás tiempo con él. O establecen muytemprano la hora de acostarse porquequieren las noches para sí mismos.Puede que te preguntes qué hay de maloen ello. Y yo te respondería: ¿Qué haydel reloj corporal de tu pequeño?

Tu vida no debería detenersecuando tienes un hijo. No obstante, hasde darte cuenta de que tienes queacomodarte a este pequeño ser humano.No se trata de establecer un programa

para ti, sino de establecer el mejorprograma y la mejor rutina para tu hijo.Necesita cantidades apropiadas desueño, comida y estimulación durante eldía. El programa no funcionará sidecides, de repente, que quieres haceruna actividad cuando tu hijo necesitadormir. Eso nunca debería ponerse enpeligro. Cuando tienes una rutina,puedes predecir qué pasará y en quémomento, y planificar en función de ello.

Programas fuera de casa

Crearun

sentimiento de constancia para comidas,juegos y tiempo social son buenaspiedras angulares para cualquier lugar alque vayas. Ir de vacaciones, o visitar lacasa de un amigo o un familiar. La rutinageneral está establecida en función delreloj corporal de sueño y hambre de tuhijo. A medida que tu hijo se acostumbra

a la rutina, puedes comenzar a serflexible. Puedes salir a un restaurante ycomer. Sabes que tu hijo se echará lasiesta en el carrito o en el asiento delcoche, sujetando su mantita. Puedesdecir «sí» a esa fiesta de cumpleaños,porque sabes que es a esa hora cuandotu hijo está bien alimentado ydescansado, listo para jugar. Tambiénpuedes dejarlo más fácilmente alcuidado de otros, porque la rutinaproporciona la continuidad del cuidadoal que tu hijo está acostumbrado.

Una vez dominas la rutinacotidiana, sabes que puedes permitirtedejar a tu hijo dormir media hora máspor la tarde, para permitirle quedarse

despierto hasta más tarde, para que veaa papá, tras haber estado fuera toda lasemana. Sabrás exactamente en quépunto estás y, sobre todo, también losabrá tu hijo. Observemos cómofunciona la rutina de muestra, y cómohacer que funcione para tu pequeño ypara ti.

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Mañana

¡Ya ha llegado la mañana! Es hora dedespertar a tu hijo y prepararlo para eldía. Has creado tu rutina, así que sabesel tiempo que tienes. No quieresapurarte o hacer que tu hijo se sienta

apurado; esto ayudará a comenzar el díacon el pie derecho.

RUTINAMATUTINADEMUESTRA

Arriba,orinal,lavarsela cara,

cepillarse el peloVestirseDesayuno

Cepillarse los dientesActividades matutinas yjuegoTentempiéSiesta matutina hasta losdieciocho meses, si esnecesarioActividades de fin de mañanay juego

¿Cuál es la mejor forma de que tuhijo aprenda a lavarse y vestirse?Observándote a ti o a sus hermanosmayores. Te verá hacerlo y comenzará aimitar lo que estás haciendo. Paraayudar al aprendizaje, explícale cada

paso a medida que avancéis: «Bien, noslevantamos, vamos al orinal, noslavamos, y después nos vestimos».Explicar en detalle los pasos ayuda aldesarrollo del lenguaje y al aprendizajede la misma habilidad.

¡DI, NO PREGUNTES!Sea cual sea la habilidad que quieres quehaga, asegúrate de decírseloeducadamente y de no preguntar. Es unadiferencia muy importante. No es«¿Listo para cepillarte los dientes?». Sidices eso, dejas la puerta abierta para unenorme «¡No!». Es «Los dientes ahora,por favor». Cuanto más rápido aprendasesta sencilla técnica de comunicación,

menos luchas de poder tendrás con tuhijo.

Cepillarse los dientesEstablecer la base de buenos hábitos dehigiene bucal es importante para lasalud, a largo plazo, de los dientes y lasencías de tu hijo. Enseñarle ahora cómocepillarse los dientes por la mañana ypor la noche establece una rutina queseguirá durante el resto de su vida.También podría suponer la diferencia

entre tener caries a una edad bastantetemprana o no tenerla.

Probablemente hayas estadolidiando con la dentición durante untiempo. Para cuando cumple los tresaños, la mayoría de sus primeros dientesdeberían haber salido ya. Espero quecomenzaras a limpiar su primer dientecon un dedo, un pedacito de trapo suavecon un poquito de pasta de dientes tanpronto le salió. A medida que le han idosaliendo más dientes, deberías usar uncepillo infantil con un poco de pastapara niños que contenga flúor. Quierorecordar a los padres que no solo esimportante mantener la higiene bucalpara eliminar enfermedades de encía y

caries, sino que también es importantemantener el esmalte dental sano, porquees lo que protege el diente.

Durante la primera infancia, tienesque lavarle los dientes y asegurarte deque lo haces correctamente (véase elcuadro adjunto). Mientras le lavas losdientes, explícale en detalle cada paso—o cántalo como una canción:«Lavamos la parte de atrás, luego loslados, y luego la parte frontal»—.Explica lo que estás haciendo:«Tenemos que sacar la comida». La ideaes que hay que hacerlo.

La resistencia llegará durante estosaños porque tu hijo querrá hacerlo por símismo. Eso es la independencia que

asoma la cabeza. Estupendo. Solorecuerda que no sabrá hacerlocorrectamente. Déjale hacerlo primero.Después hazlo tú para que puedas llegara los rincones difíciles. Solo hacia lossiete años tiene un niño la destrezamanual para hacerlo correctamente porsu cuenta.

CEPILLARSE LOS DIENTESCORRECTAMENTEEn primerlugar...Para limpiar lassuperficiesexteriores,

inclina el cepillo de forma que lascerdas apunten a las encías. Hazmovimientos breves de lado a lado,desplazándolo circularmente por losdientes. Asimismo, lava las encías.

A continuación...Para limpiar las superficies paramasticar de los molares, sostén elcepillo recto. Restriega suavemente losdientes, moviendo el cepillo haciadelante y hacia atrás.

Después...Para limpiar las superficies interioresde los dientes posteriores, cepilla conmovimientos circulares en un ángulo de45 grados. Y no olvides las encías. Paralimpiar las superficies interiores de los

dientes frontales, sostén el cepillo envertical, y haz movimientos suaves haciaarriba y hacia abajo.

Los cepillos eléctricos se hanpuesto muy de moda, durante un breveperiodo de tiempo, alivian el estrés delavar los dientes de los niños. Está bienusarlos, ya que los niños se entusiasmana menudo con el ruido o los personajes.No obstante, asegúrate de que también

aprende a lavarse los dientesmanualmente, porque es una habilidadimportante para la vida.

Peligros para los dientes

Falta de constancia a la horade cepillarse los dientes.Niños que caminan conbiberones llenos de zumocolgando de sus bocas.Cualquier consumo excesivode alimentos con elevadascantidades de azúcares ycarbohidratos refinados.Agua insuficiente entrezumos o leche.

¡Cámbialo!Si ves que tu hijo posterga la hora delavarse los dientes antes de acostarse,¿está asociando «lavarse los dientes»con acostarse a continuación? Puede ser.Los niños saben cómo postergar la horade acostarse. Y si implica estropear elritual, que así sea. Intenta lavarle losdientes antes del baño. O justo despuésde la cena.

Cepillar el pelo

También es importante mantener el pelode tu hijo limpio y arreglado. No solo leestás ayudando a tener un aspectopresentable, sino que estásestableciendo la base de su futura rutina;un día tendrá que aprender a prepararsepor su propia cuenta. Asimismo, tambiéninicias un orgullo relacionado con elacicalamiento, así que querrá versepresentable.

Que no sea doloroso. Si empiezas atirar y siente que duele, hará que lapróxima vez sea mucho más difícil. Heaquí mis consejos para cepillar sinhacer daño:

No cepilles desde la partesuperior de la cabeza hastaabajo. Comienza desde abajo,con pequeñas partes cada vez, ytrabaja lentamente hacia arriba.Si pones una mano recta sobre sucabeza, por encima de la partedel cabello que estás cepillando,evitas el tirón desde el cuerocabelludo, que es probablementede lo que se queja.Emplea un spray desenredante sies necesario antes de cepillar.

Peligros para el pelo

Por favor, no uses tenacillas o planchassobre el cabello de tu hija. No solopuede dañar su pelo, sino que podríasquemarla accidentalmente.

Vestirse para el díaComo bien sabes, tu hijo es activo.Tienes que vestirle con ropa suelta ycómoda con la que pueda correr y jugarcon facilidad. Y como le encantarebozarse en toda clase de cosas —barro incluido—, es una buena ideaelegir prendas fáciles de lavar y cuidar.La buena noticia es que, normalmente, la

ropa para niños es muy práctica:pantalones con cinturillas elásticas queson fáciles de subir y bajar (fantásticospara entrenar con el orinal), cuellosabiertos que son fáciles de sacar por lacabeza, e incluso zapatos de velcro.

¿Has notado que tu hijo sabequitarse la ropa antes de aprender aponérsela? Verás que adora quitarse loscalcetines y los zapatos en público; nopueden mantener un sombrero puesto.¿Cuántas veces ha salido corriendodesnudo, mientras tú le persigues? No esmás que una fase del desarrollo. Tutrabajo es comenzar a ayudarle aaprender a ponerse su ropa, igual que aquitársela.

Cuando estésayudando a tu hijo avestirse por lamañana, date muchotiempo. Recuerda:meter prisa suponeresistencia. Cuanto más rápido quierasque vaya, más lento irá. Además, puedeque no seas tan amable como deberías alponerle un jersey, por ejemplo, y notendrás tiempo para enseñarle durante elproceso, tal y como deberías hacerdesde que cumple los dos años.

Al principio, le vestirásconstantemente. Pronto, con un montónde práctica, aprenderá a hacerlo por sucuenta. Una vez más, la clave es

explicarle en detalle el proceso amedida que lo haces: «Vamos a ponertelos pantalones, primero una pierna ydespués la otra. Bien».

Le elogio mucho, y el ánimotambién ayuda. Recuerda emplear tutono de voz alegre. Si lo hacesdivertido, a él también se lo parecerá.

Recitar todo lo que estás haciendouna y otra vez puede resultar aburrido;no obstante, créeme, de verdad ayudacon el desarrollo del lenguaje y en elaprendizaje de habilidades para la vida.¡Te prometo que no tendrás que ser unloro durante el resto de tu vida! Trata deverlo con humor, ¡y cárgate de pacienciapara la siguiente fase de «¡Yo lo hago!».

En cuanto quiera comenzar avestirse solo, déjale probar. Entre losdos y los cuatro años, se vestirá con tuayuda. Para cuando cumpla los cuatro,debería ser capaz de hacerlo por sucuenta.

Enseñar a tu hijo a vestirse

Camisetas que se sacan porarriba y jerséis: para ayudarle asaber cuál es la parte de delantede una camiseta o un jersey,muéstrale la etiqueta y explicaque va por detrás. Así, cuando sequite la camiseta por la cabeza,primero buscará la etiqueta en la

espalda, donde está su cuello, ydespués tirará para sacársela porla cabeza.Medias y leggings:arremángaselas primero, ydespués ayúdale a meterlas porlos dedos y los talones. Haz quelas suba lentamente por suspiernas. Tira hacia arriba sinecesita ayuda.Pantalones: haz que se sienteprimero, mete una pierna ydespués la otra, y despuéslevántalo y sube los pantalones.Para distinguir la parte anteriorde la posterior de los pantalonesde goma, vuelve a hablarle de la

etiqueta. Para pantalones concremalleras, botones ocorchetes, ayúdale a aprenderque van por delante.Abrigos: uno de mis trucosfavoritos para ayudar a los niñosde tres o cuatro años a ponerseun abrigo o una chaqueta estenderla con las mangas a loslados y el abrigo abierto. Hazque se tumbe boca arriba sobreel abrigo abierto y meta losbrazos en las mangas, después,levántalo. ¡Voilà!, el abrigo estápuesto. También funciona biencon las camisas y las rebecas.

Cremalleras: Un niño debe tenerbuenas habilidades antes de sercapaz de usar una cremallera.Normalmente no ocurre hasta loscuatro años, aproximadamente,cuando le verás cada vez máshábil al colorear y al mantenerlas cosas dentro de las líneas.Esto es señal de que eldepartamento de las habilidadesestá abierto. No obstante, nodesanimes a tu hijo de cualquieredad si comienza a jugar con lacremallera. Pon la cremallera enel seguro, pon tus manos sobrelas suyas, sube la cremallera conuna mano, mientras tiras hacia

abajo el otro extremo de lacremallera con la otra. Le ayudaa aprender conceptos comoizquierda y derecha, así como lacoordinación, arriba y abajo.

Diviértete con esta etapa:camisetas que dan vueltas hasta queencuentra las mangas, pantalones delrevés. Reíros juntos y, a continuación,haz que lo haga bien. ¡Incluso losadultos salen a veces con las camisetasdel revés!

Y está bien que se frustre un pocoporque, una vez pasada la frustración,llega el éxito. Si le ves pelear, ayúdalemostrando y hablando: «No, inténtalo de

nuevo. Mételo y súbelo». Estásayudándole a aprender perseverancia, yel sentimiento de logro que experimentacuando lo hace bien no tiene precio.

CONSEJOS PARA BOTONESY CORCHETES

Acércate por detrás y pon tusbrazos a su alrededor, paraque mire a la ropa y no a ti.Con los botones, comienzametiendo la mitad del botóny déjale terminar.Con los corchetes, pon tusmanos sobre las suyas, pon latapa sobre el círculo y

presiona. Enséñale asepararlos tirando de los doslados. Emplea palabras a lavez: «Empuja, y tira».

¿Tutús al parque?Tu hijo puede ofrecer resistencia cuandointentes vestirle, o puede que se hayaobcecado con algo que no te parezcaapropiado. Digo «a ti» porque ¿por quécreería ella que ponerse un vestido deprincesa de las hadas para ir a la tiendaes raro? A ella no se lo parece, y a titampoco debería parecértelo. Capas de

Superman, trajes de kárate, tutús deballet, todos ellos los he vistoconvertirse en los trajes favoritos parasalir. Está bien. Disfrazarse es parte deljuego de un niño, y hay que fomentarlo.Personalmente, a mí no me suponeningún problema que lleven disfracesfuera de casa, de hecho, me encantaverlos. No obstante, si siempre eligepantalones cortos y está nevando fuera,guarda los pantalones cortos. Daleopciones apropiadas para el clima,pero, por lo demás, relájate en cuanto alo que se pone. ¿Quién dice que el rosafuerte y el rojo intenso no pegan? Si noestá sucio, ¿a quién le importa que se

ponga su falda favorita tres díasseguidos?

Lo que sí tienes que vigilar es loque yo llamo una prenda de «modapasajera». Es cuando tu hijo seobsesiona con un elemento concreto.Trabajé con una familia en la que el niñode tres años solo se ponía el pijama,durante todo el día, ¡todos los días de lasemana! Es importante cortarlo de raízporque, de lo contrario, estecomportamiento puede perdurar meses.

Si este es tu caso, no ofrezcasopciones. Elige un conjunto de ropa, queno sea ese elemento, la noche anterior. Acontinuación, ofrece mucho ánimopositivo cuando se lo ponga sin una

batalla de fuerza. Incluso puedesemplear un cuadro de recompensas porcada día que se vista sin el elemento, ysin alboroto.

EVITAR CONFLICTOS CONLA ROPAEliges conjunto tras conjunto, y todo loque oyes es «¡No, no, no!». Deja que sesienta incluido en la decisión. Elige unpar de conjuntos la noche anterior (dospara los niños de dos años, tres para losde tres, y cuatro para los de cuatro), ydeja que elija el que quiere. Tomardecisiones le ayuda a aumentar suseguridad y fomenta su independencia.

Además, elegir la ropa la noche anteriorte ahorra tiempo por la mañana.

ZapatosEn primer lugar, compra zapatosadecuados. Cuando tu hijo comience acaminar, es importante que aprenda acaminar descalzo primero. De hecho, leayuda a caminar mejor, puesto queagarrará el suelo con sus diminutos pies.Caminar descalzo también ayuda con elequilibrio y la coordinación, y fomentael desarrollo de los músculos de lospies. Si te preocupa que se le enfríen lospies en casa, ponle calcetines o

zapatillas de casa con suelasantideslizantes.

Evidentemente, tu hijo no puede irsiempre descalzo. Cuando ya lleve entreseis y ocho semanas caminandoconstantemente, deberías ponerlezapatos adecuados para cuando salgáis.Los pies de los niños crecen muyrápido, y los zapatos buenos pueden sercaros. No obstante, merece cada céntimoponerle los zapatos adecuados para suspies. Intenta que los zapatos se leajusten, para que sus pies crezcan y sedesarrollen adecuadamente.

Lo más importante que tienes quehacer cuando compras zapatos esmedirle los pies correctamente, tanto la

anchura como la largura de cada pie.Asegúrate de que, cuando se los midan,esté de pie y lleve los calcetinespuestos. Los zapatos deberían teneralrededor de 1,3 cm de espacio pasadoslos dedos de los pies, y deberían ser losuficientemente amplios para que susdedos estén planos. Su talón no deberíasubirse. Deberías ser capaz de poner tupulgar sobre la parte frontal del zapato,presionar y tener espacio.

Elige zapatos flexibles, ligeros yque no sean rígidos de ninguna manera.Deberían ser blandos y doblarse confacilidad. En esta etapa no debespreocuparte por una suela gruesa. Noelijas la última tendencia de moda o

deportivas. Podrías acabar con unpequeño Frankenstein que no puedemantener el equilibrio porque laszapatillas son demasiado voluminosas.En cualquier tienda que proporcionebuenos zapatos para el rito de iniciaciónencontrarás personal capaz deaconsejarte.

Ponerle los zapatos en los piesPonerle los calcetines y los zapatos escomo con cualquier otro elemento deropa. Primero lo haces narrando lo queestás haciendo. Con el tiempo, querráhacerlo por su cuenta. Con loscalcetines, abre la apertura y recoge elcalcetín, sosteniéndolo para que pueda

meter los dedos primero y el talóndespués. Vas a tener que estirar lacostura hasta que cumpla cuatro.

Con los zapatos, suelta loscordones, levanta la lengüeta y haz quemeta el pie, mientras se sienta. Después,haz que se ponga en pie y empújale eltalón. Si has comprado zapatos con tirasde velcro, cosa que recomiendo muchoen esta etapa, incluso puede ajustarlasél.

Atar los cordones¿Tienes un niño de cuatro años quequiere aprender a atarse los cordones?Haz que meta el pie en uno de tus

propios zapatos de cordones, y practicacon él. Es más fácil aprender concordones más largos. Incluso si nopuede hacerlo aún, no está malintentarlo. No arruines su entusiasmo.

DesayunoAhora que está vestido y limpio, es horade comer. Hacer que tu hijo coma undesayuno sano le prepara para lasactividades del día. En otras palabras,le recarga. Después de un sueño largo,el desayuno proporciona los muynecesarios nutrientes para todo el

desarrollo que está teniendo lugar en sucuerpo y cerebro.

Un buen desayuno por la mañanatiene todos los grupos alimenticios y,por ejemplo, podría incluir unacombinación de:

Fruta fresca.Yogur natural (cuidando que notenga mucho azúcar) o huevos.Cereales integrales, tostada,avena o gachas.

Los cereales son buenos conmoderación. No tienes que elegir losmismos constantemente; mézclalos.Algunos niños prefieren los más dulces

de chocolate, y los padres tienden aceder para conseguir que coman algodurante el desayuno. Haz lo que yollamo un «cóctel de cereales», que esuna mezcla de cereal o muesli sano conuna pequeña cantidad de sus cerealesfavoritos por encima. También soyconocida por haber hecho un par detortitas y servirlas enrolladas con unascuantas frambuesas. Y no fue solo el Díade las Tortitas.

Deberías estar enseñándole acomer por su cuenta. Mira el capítulo 14para saber más sobre cómo aprenderesta habilidad fundamental para la vida.

Tiempo de juego matutinoDespués de desayunar, es tiempo dejuego y estimulación: ¡los niños quierendesafíos! No es una coincidencia quemuchas actividades de aprendizajetemprano en las guarderías tengan lugarpor la mañana, cuando tu hijo estádescansado, alerta y listo para que lodesafíen mentalmente. Emparejar,clasificar, construir y resolverproblemas forma parte del aprendizajede la mañana.

Puede que tengas que ir a trabajar,así que él se va a otro lugar a jugar. Noobstante, ahora mismo, asumo que tequedarás en casa con tu hijo. En el

capítulo 5, encontrarás toda una lista deideas para la estimulación mental yfísica, así como de juguetes apropiadospara cada año de la vida de tu hijo.Tampoco olvides los libros.

MANTENER LAS MAÑANASPOSITIVAS

Después del desayuno,siempre animo a los padres apasar la primera hora de lamañana con su hijo haciendocosas que le estimulenmentalmente. Te darás cuentade que, una vez le dedicas esetiempo a tu hijo a primera

hora, está contento demarcharse y ser másautosuficiente, dándote laoportunidad de hacer algo detrabajo en casa. Y él descansaun poco.Los niños son amantes de laenergía. Positivo o negativo:responderán a tu energía. Situ energía no está ahí, lacrearán siendo traviesos parallamar tu atención. Por lotanto, cuanto más positivoseas cuando juegues con él,mejor será sucomportamiento.

Encuentros para jugarLas mañanas son un momento estupendopara juntarte con tu pequeño y otrasmadres en un acontecimientocomúnmente conocido como «el cafématutino». Los encuentros para jugarrepresentan una oportunidad para que tuhijo desarrolle sus habilidades sociales:aprender a jugar con otros, a compartir ya cooperar. Socialmente, los encuentrospara jugar son saludables para los niñosy para los padres. Si has estadoviviendo en un mundo en el que soloestáis tú y tu hijo, día sí y día también,necesitas la interacción tanto como tu

hijo; de lo contrario, sentirás que tevuelves loco.

Igual que tu hijo aprende deobservarte, también aprende observandoa otros niños. Para ti, es hora de hablarde cosas que ocurren en tu vida con tushijos: hablar con otro adulto, en lugar dehablar con un niño de dos años.

Verdaderamente ayuda compararexperiencias, y es muy reconfortantesaber lo que están pasando otros padres.Sobre todo, es divertido —y estimulante— estar en presencia de otros adultos.

La otra cosa importante que ocurrecuando te juntas con otros padres es quepuedes ver cómo lidian con su hijo: quétécnicas emplean para evitar los

berrinches, o cómo se enfrentan ysolucionan los problemas cuandosurgen. Podéis intercambiar consejos yaprender unos de los otros.

En mis días de niñera, me reuníaregularmente con un grupo de niñeras ylos pequeños que tenían a su cargo. Eraalgo que esperaba con ganas cadasemana, igual que mis pequeños.

Lidiar con la timidezA menudo, los niños son tímidos antepersonas que no conocen. Es normal. Loque hay que recordar es que, si no loetiquetas y le animas a participar,probablemente lo haga. Si sigue siendo

extremadamente tímido, no montes unescándalo, ni lo etiquetes. Busca aúnmás ocasiones para exponerlo a lacompañía de otros, y ayúdale a aprenderlo que hacemos cuando conocemosgente, jugando con muñecas o peluches.Explica lo que vais a hacer antes de ir, yentrénalo cuando estéis allí: «Di hola,cariño». Deja que te vea interactuar conseguridad con otros, y no permitas que tearrastre a su tímido rincón, prestándoleatención solo a él. Eso refuerza lo queno quieres.

Las fases del juego

Durante su primer año, tu bebé comenzóa divertirse solo. A partir de ahí,evoluciona a jugar junto a sus padres ohermanos —lo que los expertosllamamos «juego paralelo»—. Por eso,en un encuentro para jugar con niños dedos años, les verás jugar juntos, pero nocon el otro. Cada uno hace lo suyoalegremente (deteniéndoseocasionalmente para observar a suamiguito, que está a su lado) y,naturalmente, cogiendo lo que quiere.

Con emociones difíciles demanejar y habilidades sociales aún sindesarrollar en su mayor parte, los niñospequeños pueden arremeter físicamentepara intentar conseguir lo que quieren,

porque no pueden expresarseverbalmente. En función deltemperamento del niño, algunosintentarán intimidar a otros quitando,golpeando o mordiendo. Ese es uno delos motivos por los que esrecomendable supervisar de cerca a losniños que juegan juntos, para podercomenzar a enseñar a tu hijo elcomportamiento apropiado.

PELEAS EN ENCUENTROSPARA JUGARSi tienes un niño que se pelea en losencuentros para jugar o hay muchaslágrimas, debes intervenir. Los niños de

esta edad son demasiado jóvenes parasolucionarlo por su cuenta. He aquí lospasos para dar:

Advertencia: «Vas a tener quesentarte fuera si no dejas depelear».Si ignora la advertencia, hazque se siente a un lado aobservar, o instituye elEscalón de los traviesos.Una vez vuelva, haz deárbitro: «Tienes 5 minutosen el caballito, y después letoca a María». Túcontrolarás el tiempo. Escomo cuando vas al gimnasioy te piden que no acapares lasmáquinas cuando está lleno.

LA TÉCNICA DE ROBAR YAGARRARSi tu hijo pequeño agarra un juguete,intervén y di con firmeza: «No jugamosasí».

Usa palabras y explicacionesbreves y sencillas.Coge el juguete ydevuélveselo al otro niño.Dale otra actividad a tu hijo,y anímale a jugar de nuevo.

Juego cooperativoCon el tiempo, a medida que se acercana los tres años de edad, los niñoscomienzan a prestar más atención a otrosniños, e incluso comienzan a copiaralgunas de sus acciones. Estoevoluciona a un juego cooperativo, en elque son capaces de aprender a llevarturnos y a compartir (aunque aún resultedifícil en ocasiones).

Es entre los tres y los cuatro añoscuando verdaderamente comienzan ahacer amigos, es decir, les gusta jugarcon una persona concreta. Sushabilidades lingüísticas se han

desarrollado hasta el punto en el que lesentusiasma hablar e interactuar con otrosniños de su edad, en lugar de conadultos.

¡Me encanta esta etapa! Es muybonito ver el afecto que se desarrollaentre niños. Este es también el momentode enseñar las pequeñas cortesíasestablecidas en la recepción deinvitados: «Hola» y «Digamos adiós».En esta edad, tu hijo normalmente nonecesita que vigiles su malcomportamiento como un halcón. Yadebería tener los fundamentos básicos.No obstante, naturalmente, aún tienesque supervisar. Así puedes detener odesviar problemas antes de que surjan.

Aprender a compartirCompartir esimportante, porquemuestra que tenemosla habilidad dedesarrollar nuestrarelación con otra persona. Enseñar a unniño a compartir no es algo que ocurrade la noche a la mañana. Parte de elloestá vinculado al desarrollo, y puedeque tu pequeño no haya llegado a esepunto aún. No obstante, estásestableciendo la base para que,practicando repetidamente, capte elconcepto con el tiempo. Comprende quepueden pasar años antes de que

comparta sin que le impulses a hacerlo,y tienes que hablar de ello una y otra yotra vez.

La concentración y la atención de tuhijo se expande a medida que crece. Poreso es mejor distraer a un niño dedieciocho meses (que tiene unacapacidad de atención muy limitada) conotra actividad que decir: «Tienes queesperar tu turno». Para cuando cumplenalrededor de dos años y medio, deberíasenseñar los conceptos de «compartir» y«mantener turnos». La mejor manera deempezar es convirtiéndolo en un juegoentre vosotros dos. Es mucho más fácilpracticar la cooperación con mamá ypapá antes de probarla con iguales que

están aprendiendo esa habilidad para lavida (véanse las técnicas de «Turnarse»y «Tiempo compartido», en las páginassiguientes). Cuanto más practiquéis, máscomenzará a comprender lo quesignifica «compartir» y «turnarse».

LA TÉCNICA DE«TURNARSE»

Organízalo como un juego.«Tu turno»: dale el puzle o loque sea con lo que estéisjugando a tu hijo.«Ahora es mi turno»: yo hagoel puzle.Él ve el cambio hacia

adelante y hacia atrás, y quetiene que esperar hasta quesea su turno. Con el tiemposerá capaz de hacerlo con susamigos y hermanos.

Para cuando tu hijo cumpla tresaños, debería ser capaz de comprenderla idea de compartir. Prepárale inclusoantes de comenzar un encuentro parajugar. Explícale que vienen sus amigos,y que será divertido jugar juntos ycompartir los juguetes.

Si eres el anfitrión de un encuentrode juego para tu hijo de tres o cuatro

años, y comienza a volverse muyposesivo con sus juguetes —«Pero ¡esmío!, ¡es mío!, ¡es mío!»—, tienes queser firme y explicar que tiene uninvitado, y que es de buena educacióncompartir los juguetes: «Si tú fueras a sucasa, él compartiría sus juguetes». Lomismo ocurre con las discusiones entrehermanos en cuanto a compartir. Explicaque compartimos con nuestro hermano ohermana.

Compartir fuerzasTambién me gusta reforzar el compartirentre hermanos o niños en encuentros dejuego, proporcionando una sola cosa. Séque esto puede ir en contra de tus

instintos. A menudo, los padres dan unjuego o juguete concreto a cada niñopara evitar conflictos. Sin embargo,¿qué le enseña eso? ¿Cómo aprende unniño a tener generosidad y a ser capazde compartir con otro ser humano?¿Cómo aprende a conformarse en laescuela, cuando solo hay un juego depinturas, o hay una sola reglacirculando?

¡Losniños tienenque aprender atener pacienciapara esperar suturno! Es una

habilidad para la vida verdaderamente

importante, porque también comoadultos tenemos que esperar nuestroturno. Compartir es una habilidad socialcrucial. Por lo tanto, soy partidaria decrear situaciones en las que los niñostienen que aprenderla.

Por ejemplo, si estás jugando conarcilla o pintando, emplea objetos quehay que compartir, como una pintura decada color. Todo está en el centro de lamesa, y debe volver al centro despuésde usarlo. O cojo una hoja de papel, lacorto para que parezca una carasonriente o algún otro objeto, y hago quelos niños se turnen para colorear elmismo dibujo.

LA TÉCNICA DEL «TIEMPOCOMPARTIDO»

Coge un juguete y dile que lovais a compartir.Muéstrale un temporizador, yexplica que, cuando suene, tújugarás con el juguete.Dale el juguete, y pon cincominutos en el temporizador.Cuando suene, vuelve a ponercinco minutos en eltemporizador, y juega tú.Vuelve a cambiar cuandosalte el temporizador.Esto le permite ver que eltiempo que tiene que esperar

no es interminable, y querecuperará el juguete. Esto lepermite relajarse ycompartir.Aumenta el tiempo a medidaque capte la idea.

El juguete especialHabrá ocasiones en las que tu hijo hayarecibido algo a lo que le tienemuchísimo cariño: un juguete especial,quizá, o un regalo de un familiar. Habríaque guardarlo antes del encuentro parajugar. Explica lo que vas a hacer:«Vamos a guardar esto, y compartiréis elresto de tus juguetes».

Incluso les he dicho a niños decuatro años: «Sabes que van a veniramigos a jugar. Elige una cosa quequieras guardar, y compartiremos todolo demás». Eso les ayuda a comprenderque respeto que algunas cosas lespertenecen. También ayuda a enseñarlesa cuidar sus pertenencias especiales.

Localización y resolución deproblemas de compartir

Si nofunciona,hazte lassiguientespreguntas:

¿Estoy sobornando a mi hijopara que comparta?¿Estoy comprando dosejemplares de cada cosa paraevitar el problema al completo?¿He dedicado suficiente tiempo apracticar con mi hijo antes deque tenga que compartir conotros?

¿Empleo un temporizador paraque el tiempo de compartir seajusto?

SER EL ÁRBITROSi estás en un encuentro para jugar o enel parque, y los niños empiezan a pelearpor un juguete, tienes que mediar. Lomismo ocurre con los hermanos. Losniños son demasiado pequeños pararesolverlo solos. He aquí lo que tienesque hacer:

Explícales que tienen quecompartir, y que cada unotendrá que esperar su turno.

Diles que cada niño tendrá eljuguete durante un par deminutos (puedes usar untemporizador o tu reloj).Reconoce y elogia a tu hijo sicomparte el juguete encuestión, sin que lo empujes aello.Si tu hijo se niega acompartir o a jugar bien,recógelo y márchate hastaque se calme.

Jugar a las peleas

Hay una diferencia entre jugar a laspeleas, las escaramuzas y elcomportamiento directamente agresivohacia otro niño. Si un niño de tres ocuatro años está jugando a las peleas,solo está aprendiendo los límitesfísicos. Por otra parte, elcomportamiento agresivo es cuando tuhijo pellizca, da puñetazos, golpea,muerde o da patadas a alguien. Eso es,sencillamente, inaceptable.

Si tu hijo es suficientemente mayorpara comprender que está haciendo dañoa otra persona (a partir de los dos años,aproximadamente), deberías enfrentar elcomportamiento agresivo con toleranciacero. Emplea la técnica del «Escalón de

los traviesos» o la de «Un strike y estásfuera» para niños mayores que deberíansaberlo ya.

Una vez has dejado claro a travésde la disciplina que no tolerarás elcomportamiento agresivo, intentaaveriguar qué está provocando elcomportamiento. ¿Cuáles son losdesencadenantes de tu hijo? ¿Tienehambre, está cansado o frustrado?Comprender lo que ha causado laagresión podría ayudar a evitar futurosarranques.

Enseñar empatía

Los niños no nacen preocupándose porlos sentimientos de los demás. Hay queenseñarles a hacerlo. El mejor consejoes comenzar a hablar a tu hijo sobre lossentimientos de los demás cuando tienealrededor de dos años, siendoconsciente de que comenzará acomprender lo que le dices a los cuatro.Para cuando cumpla cinco o seis años,habrá captado el concepto, y mostrará ysentirá verdadera empatía por losdemás. No se trata de hacerle sentirculpable —«Le has hecho sentir mal»—,sino de emplear la oportunidad paraseñalar las consecuencias cuando surjansituaciones en casa contigo, o en elparque: «Mira, ese niño se ha golpeado

la cabeza. Debe doler mucho. Vamos aver si está bien».

Grupos de juego y guarderíasSi eres un padre que se queda en casa,las mañanas también son un buenmomento para exponer a tu hijo a tiemposin ti, para que se acostumbre a no estarsiempre contigo. Hay diversas opciones.Mira el capítulo 3 sobre cómo elegir lasituación adecuada para tu hijo y para ti.Una vez estés contento con tu elección,puedes animar a tu hijo a volverse másindependiente por etapas. Socializarseno solo le hará bien, animándole apracticar algunas de las habilidades

clave para la vida como compartir, sinoque aprenderá a negociar, interactuar ydesarrollar relaciones con otros niños.

Juego entre hermanosSi tus hijos son de edades cercanas, lassugerencias que he ofrecido para jugar ycompartir con amigos funcionarán conellos también. No obstante, la diferenciade edad es tan grande que jugar juntosno funciona —al menos, no todo eltiempo—. Por ejemplo, puede quetengas un niño de diez años que estédispuesto a jugar un juego de niñospequeños de vez en cuando, pero, desdeluego, no querrá pasar un día entero de

esa manera. En esta situación, terecomiendo que observes las cosas quehacéis como familia, como nadar y jugaren el parque, y permitir también al hijomayor que busque sus propios interesesy amistades.

Peleas entre hermanosEs muy natural y saludable que loshermanos riñan y se peleen. Sería raroesperar que los niños no se peleen;después de todo, los adultos se pelean.Sencillamente, tiene que haber reglasbásicas y consecuencias establecidas encuanto al comportamiento aceptable. Siuno hace daño al otro a propósito, usa latécnica del «Escalón de los traviesos»,

o la técnica de «Un strike y estás fuera».Naturalmente, averiguar lo que hapasado puede ser un desafío. Dales a losdos la oportunidad de contar su parte.No seas impaciente. No intentesadivinar lo que pretende contarte.Escucha y deja que cada uno te cuentesu parte de la historia.

Esto puede resultar bastantepeliagudo porque, a esta edad, a menudono pueden comunicar bien lo que hapasado, y hay una tendencia a creer queuno tiene una reacción emocional másfuerte. El que hace más ruido no es,necesariamente, la parte perjudicada. Elmás callado puede sentirse a menudo

frustrado porque se siente abandonado.Tiene que parecer justo.

Localización y resolución deproblemas con peleas entre hermanosSi no funciona, hazte las preguntassiguientes:

¿Estoy tratando justamente aambos niños, o estoyfavoreciendo a uno sobre elotro?¿Estoy escuchando la historiacompleta?¿Sé cuando mi hijo estámintiendo o a la defensiva? ¿Séleer su lenguaje corporal?

¿Uno de ellos entra siemprellorando primero, aun cuando esel que ha instigado y provocadoel problema? ¿Creo al que lloraen lugar de intentar averiguar loque ha ocurrido?

13

Tarde

Es mediodía, así que lo primero en elprograma de la tarde es la comida.Sugiero que enfoques la comida de lamisma manera que enfocas el desayuno—con atención—. Dale una comida

equilibrada de proteínas, carbohidratos,grasas saludables, verduras y algo defruta. Algunas sugerencias de comidaincluyen:

Jamón ytomateenvueltos enuna tortillaintegral, conlonchasfrescas demanzana ymango.Tiras de pollocon arroz

integral, brócoli y maíz dulce.Sopa de verduras y un bollointegral.Pasta integral con salsa detomate fresca y queso gratinado.Pastel de verduras con guisantesy coliflor.Minisándwiches de atún, maíz ypepino.

Añade unos cuantos pedazos deverduras frescas y crudas, como tiras depimiento rojo, o pepino o zanahoriatroceados, un yogur de frutas fresco depostre, y tienes la perfecta comidaequilibrada.

RUTINA VESPERTINA DEMUESTRA

Comida.Siesta para los niños de entredieciocho meses y dos años;tiempo de descanso para losniños de entre tres y cuatroaños.Actividades vespertinas.Tentempié.Actividades tardías y juego.

Siestas o tiempo de descansoIgual que la alimentación y laestimulación, dormir suficiente es unaparte importante del desarrollo de tuhijo. Hacia los dieciocho meses, lamayoría de los niños dejan sus siestasmatutinas, pero aún necesitan una por latarde (entre una y dos horas) hasta quecumplen los tres. Incluso entonces,aliento el tiempo de descanso para losniños de tres y cuatro años. No puedenestar en marcha constantemente, sinparar. Haz que mire libros o haga puzlesdurante un periodo de entre 30 y 45minutos, cualquier cosa que no seacorrer y alterarse.

Una vezmás, consisteen observar atu hijo eintercalar seractivo contiempo dedescanso. Losniños de entre uno y tres años necesitanentre 12 y 14 horas de sueño; mientrasque los niños de entre tres y cinco añosnecesitan entre 11 y 13 horas. Tienes queasegurarte de que obtenga la cantidadtotal de horas entre su sueño nocturno ysus siestas diarias. Si habéis tenido unamañana ocupada, notarás que comienzaa apagarse, e incluso puede que se

duerma en el coche o en la sillita. Si tuhijo de tres años se duerme en la sillita,déjale. No le va a perjudicar.

Actividades vespertinasHacer actividades con tu hijo por latarde es tan importante como hacerlaspor la mañana. Involucrarte con tu hijo yobservarle te ayudará a decidir quéclase de actividades deberíais hacer ycuándo. Ten en cuenta lo que ya habéishecho durante el día. ¿Ha sido unamañana ocupada y activa? ¿Necesita unatarde más tranquila? ¿No habéis podidosalir por la mañana, así que necesita

algo de actividad física para quemarenergía? ¿Tienes que hacer recados?Este apartado incluye ideas parainvolucrar a tu hijo, de manera que estéestimulado mientras trabajas, ¡así comomontar zonas en tu casa para actividadesen solitario! No obstante, no olvidessentarte con él y jugar un rato también.

He aquí laparte de laPerspectiva:disfruta este tiempo.A medida que tu hijose haga mayor, querrá tiempo privado.Cuando tiene esta edad, aún tiene lanecesidad de sentirse cuidado, de ver loque hacen mamá y papá. Pronto, serás tú

el que le diga: «Venga, vamos a haceralgo juntos». Él se quedará en suhabitación, y no querrá pasar tiempocontigo.

Volverse conocidoCuando llevas a tu hijo a una nuevaactividad, hacia los dos o tres años,querrá sentarse sobre ti. Está bien. Lasituación es un territorio desconocido,y necesita esa seguridad. Sin embargo, amedida que se haga mayor, dile:«Siéntate junto a mí». La situación ya esconocida.

Áreas de actividadCuando vayas a la guardería o al centrode día, te darás cuenta de que tienendistintos rincones de actividad: un lugarpara el tiempo de descanso y la lectura,un rincón artístico, o contenedores convarios tipos de juguetes. Evidentemente,no vas a convertir tu casa en unaguardería, pero es bueno tener un lugartranquilo en el que tu hijo puedaacurrucarse y relajarse, quizá con librosen una estantería, o algunos puzles quepueda alcanzar con facilidad.

Y puedes tener distintasactividades en cestos, facilitandosacarlos y recogerlos. Esto le ayuda a

comprender dónde van las cosas. Lasmanualidades se pueden guardar en unacaja de almacenaje o un cajón al que tuhijo no pueda acceder sin ti. Los puzlesy otros juegos pueden ir en otro armarioque pueda alcanzar.

ROTACIÓN DE JUGUETESPara ayudar a mantener el desordencontrolado, así como para evitardemasiadas opciones, intenta rotarjuguetes a la vista y fuera de su vista. Dehecho, menores opciones ayudarán aaumentar su capacidad paraconcentrarse, y le entusiasmará verviejos amigos tanto como cuando lecompras algo nuevo.

Me gusta apilar libros enestanterías porque me gusta que losniños se acostumbren a abrir un libro y amirarlo, y después a devolverlo a dondepertenece. Es una buena forma deenseñarle a ordenar tras de sí, y arespetar sus pertenencias.

Los padres me preguntan a menudo:«¿Cómo le enseño que el espacio de misala de estar no es la sala de juegos?».A esta edad, no quieras acordonarninguna parte de tu casa. Vale que lohagan en el Palacio Real, pero esta es tupropia casa. Cerrar tu despacho es una

cosa —o tal vez decidas cerrar tuhabitación—, pero las zonas comunalesdeberían ser tales: compartidas. Noobstante, puedes tener un arcón o cestode juguetes en esas habitaciones paraque estén todos guardados. Enséñale quetodo lo que sacamos lo guardamos, yasea tan pronto terminamos de jugar conello, o al final del día.

JUGUETES PARAMÚLTIPLES NIÑOS

Haz una caja para todos,principalmente porque, enrealidad, no necesitas dos otres ejemplares de cada

juguete. Esto permite a tushijos disfrutar de los juguetesde los demás que quizá no lespertenezcan, pero sonapropiados para su edad.La regla es que, si está en lacaja, todo el mundo puedejugar con ello, tanto si tepertenece a ti como si no.Los juguetes especiales sepueden guardar en la caja decada niño, y esos estánestrictamente prohibidospara los hermanos, ¡a menosque les den permiso!

Exploración del exterior y ejercicioSoy una firme partidaria de sacar a losniños cada día a respirar un poco deaire fresco. De hecho, es para los dos.Tu hijo necesita desahogarse y moverse,y tú te beneficias de un cambio de ritmo.Es importante que tu hijo tenga, almenos, una hora de actividad física aldía, como parte de un estilo de vidasaludable. Recuerda, eso es lo que estásestableciendo para tu hijo: laconstrucción de un estilo de vidasaludable que incluye no solo comerbien, sino moverse de forma regular. Losniños son naturalmente movidos, perocon la aparición de tantos juegos de

ordenador y videojuegos para pequeños,ni los niños de tres y cuatro años pasantanto tiempo fuera, corriendo y jugando,como deberían. Queremos establecer unhábito de actividad física que dure paratoda la vida.

Naturalmente, también es buenopara ti. ¡Los adultos también deberíanmoverse durante al menos una hora aldía! ¿Por qué no ir a nadar con tus hijosun sábado? Vete a dar una vuelta a pasoligero alrededor de la manzana con tuhijo. Cuanto más activos seáis comopadres, más enseñáis a vuestro hijo quese trata de una vida saludable normal, yse volverá habitual. Si te preocupa quetu hijo salga corriendo, practica las

técnicas de «Rodar» y «Deambular», enel capítulo 3.

Lleva a tu hijo a jugaral jardín o ve a un parquelocal. Ir al parque es unaforma estupenda de conocera otros padres, o de ver a los que yaconoces. No obstante, varía yendo adistintos sitios. Prueba otro parque yalimentad a los patos, o jugad en unparque con distintos juegos. Lo creas ono, los niños pueden aburrirse (y lohacen). Y es más probable que un niñoaburrido tenga un berrinche.

CONSEJOS PARA PASEARCON MUCHOS NIÑOSUna vez trabajé con una familia quetenía un bebé de seis meses, un niño detres años, un niño de cuatro años y otrode cinco. Sí, un trabajo duro. Para saliral parque, tenía a los niños de tres ycuatro años pegados a la sillita —uno acada lado—, al bebé en la sillita, y alniño de cinco años junto a la sillita. Elmayor y más responsable era el másalejado, porque sabía que no saldríacorriendo.

Puedes colocar a tus niños de lamisma forma, usa una cuerda y haz quecada uno se agarre uno detrás de otro.

Si llueve o nieva, vístelo con ropaapropiada y dirigíos fuera. Si hace muymal tiempo, deja que corra por la casa.Sí, hará ruido —está bien—. Necesita laoportunidad de ser físicamente activo.Veo a adultos decirles a sus hijosconstantemente que «bajen la voz».Aunque no queremos que arrasen lacasa, yo espero que los niños haganruido. Espero que exploren y usen suimaginación, decidiendo lo que puedenhacer con un cojín, una sábana de tucama y una caja de cartón, o una mantaque cubre una mesa. Se trata de unaexpectativa normal para un niño de tresy cuatro años.

Equilibrar la observación y laparticipaciónHay ocasiones en las que estásinvolucrado en un juego o actividad, ydespués están las ocasiones en las quepuedes sentarte y supervisar.

Te sugiero que guardes losmateriales artísticos más delicados enuna caja de arte o un armario, porqueeste tipo de actividad no se puede hacersin supervisión. No puedes sacarle laspinturas a un niño y decirle: «Hora demanualidades». Le estás enseñando adibujar sobre papel, y no en las paredes.Debes vigilar que no se meta pegamento,

pintura o lápices de colores en la boca(¿por qué no lo haría?, es instintivo) y sehaga daño.

En el parque,puedes empujarle en loscolumpios, y despuéssentarte en el banco yobservarle correr.Aprendes muchoúnicamente observando cómo interactúacon otros niños. También estás listo paraintervenir si surgen peleas, o se escapademasiado lejos. Asegúrate deequilibrar la observación con laparticipación. Los niños adoran que suspadres jueguen con ellos.

APROVECHA LASACTIVIDADES DE BAJOCOSTE

Niños de dos años: plastilina,dibujar, cortar papel ymontar puzles sencillos.Niños de tres años: pintarsela cara, manualidades, jugar ala pelota en el parque, pintarcon los dedos, ayudarte en eljardín y la hora del cuento enla biblioteca.Niños de cuatro años: elescondite, usar un bate y unapelota, acampada ficticia, iren autobús y cocinar contigo.

Actividades programadasPara evitar el aburrimiento (el suyo y eltuyo), también ayuda revisar la semanacompleta y controlar tu tiempo conactividades distintas y divertidas fuerade casa. Así, no dependes del clima.Puedes programar tiempo en labiblioteca, o quizá natación, música ogimnasia para niños, una o dos vecespor semana. Para este grupo de edad,intento no tener demasiadas actividadeslectivas; solo quiero que jueguen. Sitiene una lección, me aseguro de que nodure más de 45 minutos y, cuando se

acaba, le doy un tentempié y algo detiempo libre para jugar.

Recuerda el discurso del vendedory «vende, vende, vende». Si apuntas a tuhijo de tres o cuatro años para unaactividad y, después de la primeralección, dice «No me gusta», sigueyendo. Incluso a esta edad tan pequeña,tu hijo tiene que aprender a ceñirse a lascosas. En lugar de ceder a «¡Lo odio!No quiero hacerlo!», tu trabajo espreparar y apoyar, diciendo:«Intentémoslo de nuevo la semana queviene». La forma de responder a laresistencia de tu hijo hacia una actividadestablece la base de cómo responderá

—en la escuela y en la vida en general— a cosas que inicialmente no le gustan.

TareasEstás en casa ynecesitas haceralgunas tareas. ¿Aqué edad inicias atus hijos en lastareas? Esa es unapregunta que mehacenconstantemente.¿Cómo pasas dehacérselo todo a hacer que te ayude, lo

que, a su vez, le enseña importanteshabilidades para la vida?

Los niños no deberían tener tareasestablecidas —son demasiado pequeños—. No obstante, puedes hacer que tuhijo aprenda tareas mediante la técnicade la «Implicación» (véase el cuadro).Enséñale cómo poner su basura en lapapelera. Enséñale cómo guardar susjuguetes, o cómo recoger las cosas devuelta en su lugar.

La técnica de la «Implicación» esuna de mis favoritas, puesto que es unaforma muy positiva de ayudar a tu hijo asentirse parte de la familia, aumentandosu capacidad y seguridad. Haz que teayude a sacar la colada de la secadora,

o incluso a doblar calcetines (emparejare identificar cuáles van juntos). Latécnica de la «Implicación» es fácilporque estás en una etapa en la que legusta hacer cualquier cosa, siempre queesté contigo. Quiere ser útil, y nodiscrimina. «No me gusta hacer lacolada» es algo que no le oirás decir enmuchos muchos años.

Tesorprenderán lasconversaciones quesurgirán mientrashacéis las tareas dela casa. Saca tu Paciencia de lamochila. No lo va a hacerperfectamente. Se trata de iniciarle en

reconocer dónde van las cosas, y cómopuede participar limpiando y recogiendocosas.

Cuando una tarea no debería ser unatareaTu hijo reaccionará a tu actitud encuanto a las tareas. Tenlo presente.Conviértelo en un juego y hazlodivertido. Algunos padres cronometranlas tareas: «Veamos si lo puedes hacermuy rápido». Si muestras entusiasmo entu tono de voz, tu hijo se entusiasmarátambién. Si, por ejemplo, estásrecogiendo libros y tienes una actitudpositiva, una tarea no es una tarea. Si

sientes que es una molestia, tu hijoreflejará esa reacción.

LA TÉCNICA DE LA«IMPLICACIÓN»

Un niño quiere tu atención, yquiere ayuda, así queinvolúcralo en lo que estéshaciendo: llevar cosas en elsupermercado, poner lamesa, barrer el suelo.Naturalmente, llevará mástiempo, pero esa no es lacuestión.Asegúrate de elogiarle ydecirle el buen trabajo que ha

hecho ayudándote.

Enseñar a recogerLos padres siempre se sorprendenmucho cuando entran en la habitación desu hijo y encuentran todos los juguetesfuera del armario. ¡Caos por todaspartes! Los niños tienen poca capacidadde atención, juegan con algo durantecinco minutos y después pasan a lasiguiente. Si dices: «Guárdalo todo», supequeña mente piensa: «¿Dónde va?¿Cómo lo hago?».

He tenido padres que dicen:«Tengo que pedirle a mi hijo cincuentaveces que limpie. No lo hace. ¿Por quéno me escucha?». ¿Has notado el tono devoz que usabas? ¿Has dicho «recoge tuscosas» y, a continuación, has procedidoa hacerlo tú mismo? Primero tienes queenseñarle a hacerlo, y despuéspermitirle hacerlo por sí mismo. Es elinicio de la autosuficiencia y laresponsabilidad (véase la técnica de la«Limpieza»).

De forma gradual, a medida quecrece tu hijo, y hacia los cuatro años, sevuelve capaz de recoger su habitación yrealizar tareas específicas por su cuenta.Si hasta este momento nunca has usado

las técnicas de la «Implicación» o la«Limpieza», no puedes esperar que sepainmediatamente qué hacer. Si has estadodiciendo: «¿Dónde van los calcetines?Mira a papá poner los calcetines en elcajón», para cuando cumpla los cuatroaños, puedes decir legítimamente:«Recoge tus calcetines y coge unosvaqueros, por favor».

LA TÉCNICA DE LALIMPIEZA

Igual que todo lo demás, hayque enseñar a limpiar. Nopuedes esperar que niños de

dos y tres años recojan cosassin tu ayuda.Sigue de cerca a tu hijo, ymuéstrale dónde van lascosas: «Mamá pone el cocheaquí. Ahora recoge tú estecoche. Mamá ha recogidootro. Toma, ahora recoge túeste».Tienes que enseñarle paso apaso: «Pon los bloques aquí».Cuando lo haga contigo, ledices: «Pon el puzle aquí».Ten lugares específicos paraguardar distintos tipos dejuguetes: «la gran caja azuldonde van los coches».Mediante la repetición de ver

dónde van las cosas, comienzaa recordar.Para los niños muy pequeños,recoger sus juguetes puedeser abrumador, así que hagolo que yo denomino«pequeñas toperas»(pequeños montones dejuguetes), y despuésrecogemos una topera cadavez.Mediante la repetición demostrar y narrar, tu hijocomienza a aprender cómohacerlo por sí mismo.

Hacer que recoger sea divertidoRecoger es recoger, pero puedes hacerque sea un poco más divertidoadoptando un papel. Trabajé para unafamilia en un apartamento de Manhattanque se ponía sombreros de construcciónpara dedicarse a la «construcción», que,en realidad, era recoger sushabitaciones. O conviértelo en un juego:¿En cuánto tiempo podemos hacerlo?

14

Noche

El día está acabando. La noche puedeser un momento especial parareagruparos y reconectar como familia,mientras coméis juntos y pasáis a la horade descanso.

PROGRAMA NOCTURNO DEMUESTRA

BañoTiempo en familiaCenaLavarse los dientesTiempo de descanso: leerlibrosHora de acostarse

Cena

He ayudado a muchas familias cuyashoras de las comidas estánfragmentadas. Los padres alimentanrápidamente a sus hijos y después comensus propias comidas junto al fregadero.Los niños, incluso los pequeños, comenfrente a la televisión, o corriendo de unlugar a otro y sin sentarse a comer.

Quiero animaros de verdad asentaros y a cenar juntos. Podéis hablarde lo que habéis hecho durante el día, ytu hijo puede comenzar a aprender lodivertido que puede ser interactuarcomo familia. Sé que, con los horarioslaborales, no siempre es posiblehacerlo, pero debería ser un objetivopara alcanzar, al menos unas cuantas

veces por semana, porque ayuda con lainteracción social y con hábitosalimenticios saludables.

Si tienes quedarle un tentempié atu hijo antes paraque pueda aguantarhasta la cena, bien.Pero haz que seasaludable. Al comeren la mesa con tu hijo, ve de primeramano cómo comer y cómo comportarseen la mesa de la cena. Nunca esdemasiado pronto para comenzar aenseñar modales básicos para la mesa.

De hecho, toda la comida es unaexperiencia de aprendizaje para un niño.

Está aprendiendo a ser un niño grande,comiendo en la mesa con todos losdemás, aprendiendo a sostener untenedor o cuchara, y probando distintostipos de comida. Está aprendiendo a sersocial.

Naturalmente, eso es lo ideal. Larealidad es que la hora de la cena puedeser un periodo de estrés para los padres—y una batalla por el control para tuhijo—. Sin embargo, no tiene por quéser así. Voy a ayudaros a tener cenasplacenteras juntos: ¡es hora de volver asacar esa mochila!

La técnica del «Pequeño chef»

Involucra a tu pequeño en la preparaciónde la comida y en poner la mesa. Yo lollamo la técnica del «Pequeño chef». Laclave es hacer de la tarea algo quepueda hacer —apropiado para su edad—. Tu pequeño de dos años puedeayudarte a medir o verter. Tu niño detres o cuatro años puede ayudarte a batiro mezclar. Y un niño de casi cinco añospuede ayudarte a decidir el menú, einvolucrarse en la preparación o enponer la mesa. Emplea mucho ánimo yelogio para cada tarea que complete.

Transición a la cena

Advierte que la cena será en cincominutos, para que tu hijo sepa qué leespera. Ayúdale a lavarse, y luego hazque todo el mundo se siente junto.

Mantener la serenidad con la locurade la hora de la comidaA menudo, los padres encuentranproblemas con diversos hábitos que losniños tienen para comer. Los siguientescomportamientos son bastante normales;¡con suerte, saber los que son yesperarlos te ayudará a mantener laserenidad!

Sí, quiere lo que tienesNo importa lo que tenga en su plato,inevitablemente, querrá lo que hay en eltuyo. En mi opinión, es otra forma dedecir: «Todo es mío: quiero tu tiempo.Quiero tu comida». Mi regla es: sí,puede comer un bocado de tu comida,pero primero tiene que comerse la suya.

Sí, tirará su comida al sueloEsto es típico en niños muy pequeños.Es un juego. Te sugiero que juegues así:él lo tira, tú lo sustituyes. No quieresque piense que, tirando su comida alsuelo, no tendrá que comérsela.Sustitúyela. Un buen consejo: cuando

prepares las raciones, haz siempre unacucharada más, para estar preparado.

Si es uno de esos días de tira,recoge, tira, recoge, tira, recoge, quítaleel plato durante un rato y, después,tráelo de nuevo, diciendo: «Come ahora.Nada de tirar al suelo. Eso no se hace».Si sigue, retira el plato y no le ofrezcascomida hasta la siguiente hora de comer.

Este comportamiento deberíadesaparecer por sí solo. Si aún lo hace alos tres años, tienes que aplicar latécnica del «Escalón de los traviesos».

Sí, habrá comida por todas partes, almenos al principio

Para cuando cumpla los dos años,debería alimentarse solo de formabastante constante. No caigas en elhábito de alimentar siempre tú a tu hijo,porque no quieres un desastre. No esmomento de preocuparse por desastres.Te garantizo que barrerás el suelo de lacocina al menos tres veces al día, ylimpiarás la mesa después de cadacomida. Eso es un hecho. Pon un mantelde plástico que sea fácil de limpiar, y unrevestimiento de plástico grande bajo susilla para recoger con más facilidad.

Sigue mi técnica para dejar dealimentar tú a tu hijo y hacer que sealimente solo (véase el cuadro«Enseñarle a alimentarse»). Asegúrate

de proporcionarle pequeños cubiertos,no para adultos. En realidad, me encantaesta etapa en la que un niño estáaprendiendo a alimentarse. A los dosaños, intenta con muchas ganas comercon cuchara, y la comida acaba en todaspartes. Y, naturalmente, no siempre usala cuchara. La mayoría de la comida vade la mano a la boca (¡y al suelo!).

A medida que crezca, suscapacidades motoras finas sedesarrollarán y tendrá mayor control. Esentonces cuando se reduce el desastre, ypuedes comenzar a enseñar modales enla mesa. Recuerda que esta es la etapade pintar con los dedos y hacer pastitasde barro. Asúmelo.

Sí, escupirá la comidaHacia los dos años, tu hijo está haciendola transición de comida más líquida ygrumosa a pedazos de carne o verduras.Está aprendiendo a masticar y tragar,que es el motivo por el que cortas sucomida en pequeños pedazos. Intentarecordar que cuando le veas meter unaverdura en la boca, succionar el zumo yescupirlo, no está siendo malo. Solo estáaprendiendo a comer.

La carne es algo importante. Losniños a menudo la escupen porque latextura es demasiado difícil de masticar.Cuando introduzco la carne por primeravez, siempre les doy carne de ave, luego

pescado y, finalmente, carne roja.Incluso entonces, corto la carne enpequeños pedacitos y la mezclo conalgunas verduras y carbohidratos, deforma que sea más fácil de masticar ytragar. Mediante la repetición —y con eltiempo—, aprenderá, y dejará deescupir.

¿Cómo puedes ayudar con estatransición? Plantéate servirle risotto conpequeños pedazos de pollo, o pescadocon maíz dulce y puré de patatas.También es una estupenda opciónmezclar carne, verduras y puré depatatas. Tal y como puedes ver, se tratade recetas básicas, porque es necesariovolver a lo básico.

Conversacióny modales en lamesaLa cena no esun asunto largoe interminablecon los niños.Lo razonable esesperar queestén en la mesaentre 20 y 30minutos,máximo. Siconstantementetienesproblemas

porque tu hijose baja, pruebami técnica de «Quedarse en la mesa»(véase el cuadro). Esto te ayudará acontrolar el tiempo, y puedes convertirloen un juego para él.

En cuanto tu hijo pueda hablar,enséñale las palabras de modalesbásicos, como «por favor» y «gracias»,e incluso «abajo, por favor». Igual quecon todo lo demás, enseñarás mediantela repetición. Al principio, la mayorparte de lo que digas, en lo que amodales se refiere, no se le quedará. Sinembargo, para cuando cumpla cuatroaños puede aprender a:

Sostener sus cubiertoscorrectamente.Pedirte que le pases algo quequiere, en lugar de estirarse ycogerlo.Limpiarse la boca con laservilleta.Usar la frase apropiada paramarcharse de la mesa: «¿Puedolevantarme, por favor?».

Aquí hay un equilibrio. Cuanto mástrabajas durante el día en expandir sucapacidad de atención con actividades,más tiempo será capaz de aguantar en lamesa. Si no puede sentarse quieto yhacer un puzle durante cinco minutos, no

será capaz de comer en la mesatampoco... Cuanto más trabajes en sucapacidad de atención y concentración,menos inquieto le verás.

Trabajé con una familia grande conadolescentes y niños que nunca comíajunta. Los mayores comían en sushabitaciones mientras escribían a susamigos, los pequeños comían frente a latelevisión. Les ayudé a crear una hora dela cena familiar, y les di un bastón parapromover la conversación. Los padres ylos mayores proponían un tema deconversación y, uno por uno, cadapersona sostenía el bastón para hablar.

Naturalmente, los más pequeños nopodían decir gran cosa, pero adoraban

sostener el bastón cuando les tocaba yles ayudaban con preguntas de «sí» o«no»: «¿Te lo has pasado bien hoy?». Lafamilia entera llegó a disfrutar deverdad de este tiempo juntos.

Predica con el ejemploRecuerdo ayudar a una familia que sesentaba en la mesa y, de repente, mamáse daba cuenta de que había olvidado lanata, y se ponía de pie de un salto. Acontinuación, se daba cuenta de quehabía olvidado el zumo, y se levantabapara eso también. Ayudé a los padres aser conscientes de cómo comían y lo que

hacían en la mesa. Pronto sus hijostambién mejoraron sus modales.

Si no dejas de levantarte, no esextraño que tu hijo lo haga también.Aprende de tu ejemplo, como limpiarsela boca con una manga porque no haspuesto ninguna servilleta, hablar con laboca llena porque tú lo haces. Asegúratede que eres un buen modelo de conductaen cuanto a modales y conversacióneducada en la mesa.

LA TÉCNICA DE «QUEDARSEEN LA MESA»

Pon el temporizador durante20 minutos (algo menos paraun niño menor de cuatroaños).Cada vez que tu hijo selevante, tráelo de nuevo ysiéntalo. Cuando salte eltemporizador, puedemarcharse.Practica expandir sucapacidad de atención.Cuanto más tiempo consigasmantenerlo durante el díasentado y haciendo un puzle,por ejemplo, más capaz seráde sentarse a la mesa.

La rutina nocturnaDespués de la cena, probablementetenéis una hora de tiempo familiar pararelajarse y preparar a tu hijo paraacostarse. En realidad, preparar a tushijos para acostarse también es unaseñal de que tu día con ellos estáterminando. Sabes que una vez consigasque se duerman, tendrás tiempo para ti, ytiempo para reconectar con tu pareja.

La rutina nocturna consiste enestablecer una atmósfera relajante eficazpara acostarse. Los rituales queestablezcas ahora durarán muchos años.

Incluso cuando sean mayores,probablemente tengáis vuestras charlasmás íntimas en ese momento, puesto queno hay nada más que te preocupe.

Has establecido la hora a la quedebería acostarse tu hijo. Ahora trabajahacia atrás, para asegurarte de quetienes tiempo suficiente para llevar acabo cada etapa de la rutina. Si empleasalrededor de una hora para el baño,ponerle el pijama, la hora del cuento ymeterlo en la cama, lo llevas bien.

No te apresures. Si te saltas unaetapa de la rutina, tu hijo se sentiráengañado. Es esencial hacer unatransición apropiada del día a la noche,para evitar batallas nocturnas. Igual que

con cualquier otra actividad, adviertecon antelación lo que ocurrirá después.Y elógialo cuando complete cada etapasin escándalo. Esto también enseña a tuhijo, de manera bastante sencilla, ladiferencia entre el día y la noche y cómonos comportamos de forma distintadurante estos momentos del día.Asimismo, si te apresuras, estásmandando el mensaje de que te quieresdeshacer de él. Es como si estuvierasintentando quitártelo de encima, y sienteque estás perdiendo la paciencia con él.

La constancia es una capacidad quete servirá de mucho aquí. Establecer unarutina nocturna constante le datranquilidad a tu hijo, y facilita que se

duerma. Como tú y tu pareja os turnáispara acostarlo, aseguraos de estarconformes en cuanto a la rutina.

¿Fuera hasta tarde? No te saltesla rutinaSi habéis estado en algún lugar y volvéistarde, no te saltes completamente elritual nocturno. Puedes saltarte el baño,pero no te saltes lavarse los dientes yleerle un cuento antes de acostarse.Mantener la constancia es muyimportante para los niños.

El baño

El baño es un periodo de tiempo pararelajarse antes de meterse en la cama.Darle un baño templado relaja todo elcuerpo de tu hijo y lo prepara paradormir. No obstante, también es unmomento para jugar, sobre todo con unpadre al que puede que no haya visto entodo el día.

Huelga decir que la hora del bañoes supervisada —en todo momento—.No corras a responder al teléfono o lapuerta, ni dejes a tu hijo durante unsegundo. Revisa las normas deseguridad específicas para el agua quedeberías tener en cuenta (véase elapartado «Seguridad en el agua: dentro y

fuera»). Tienes que tener muchocuidado.

La mayoría de los niños adoranmeterse en la bañera y chapotear. Haz elbaño divertido con juguetes y juegos.Deja que se entretenga con pequeñoscubos y tarros que pueda llenar y verter.Los espejos pueden ser muy divertidos,si se pone jabón en el pelo y se hacepeinados diferentes (el rebelde punk esmi favorito). Si no tiene eczema o unapiel excesivamente seca, también puedesponer un baño de burbujas. Otra opciónes ponerle gafas de natación y jugarcomo un delfín.

Mientras él juega, tú lavas,poniendo jabón en la esponja y

asegurándote de que cada parte delcuerpo está limpia. Tu tono debería sermuy natural. Identificar y después lavarlas distintas partes del cuerpo es algoque los niños aprenden mediante eljuego: «¿Dónde están tus rodillas?¿Dónde está tu boca? Vamos a lavartelas orejas».

Cuando tu hijo alcance losdieciocho meses, deberías contarle loque estás haciendo mientras lo haces:«Ahora estamos lavándote el pelo».Entre los dos años y medio y los tres,querrá hacerlo por sí mismo, ¡yprobablemente sepa cómo! Por supuesto,igual que cuando se lava los dientes,puedes dejar que lo intente, y después

volver a hacerlo tú, para hacerlocorrectamente. Asegúrate de que aclarasbien todo el jabón, las burbujas y elchampú con agua limpia. El jabón quequede en su piel puede irritarle.

Lidiar conlos quechillan conel champúSegún mimadre,cuando eraniña era una chillona que odiaba que melavaran el pelo. Les pasa a muchosniños. Es normal. Yo lo superé y tu hijotambién lo hará. Mientras tanto, hay

cosas que puedes hacer para intentarreducir la incomodidad para ambos:

En primer lugar, escuchaexactamente lo que no le gusta.Una vez sabes exactamente cuáles el problema, puedes buscarleuna solución.Háblale sobre lo que estáshaciendo y por qué usas champúy acondicionador. Daleadvertencias claras antes deaclarar el jabón.Si no le gusta recostarse, haz quese ponga de pie y vierte agua deun cubo o una taza por la cabeza.O usa el teléfono de la ducha.

Incluso puedes meterlo debajode la ducha.Una toallita sobre la cara puedeayudar a evitar que se le metaagua y champú en los ojos. Oemplea una visera específicapara proteger los ojos y la caradel champú, que mantendrá susojos despejados.Usa unchampú«adiós alaslágrimas»que nopique.

Por último, no hace falta lavarleel pelo todos los días, porque lequita todos los aceitesesenciales.Llevarlo a clases de natación ometerlo en la ducha contigopuede ayudar a volverlo másseguro con relación al agua.

SecarseLo más importante de secarse esasegurarse de que se haceprofundamente. Llega a todos lospliegues. Si queda humedad en zonas depiel sensibles —pliegues detrás de las

orejas y alrededor del pubis, porejemplo—, pueden agrietarse e irritarse.

No tengas miedo de usar el secadorsi lo deseas. ¡Está acostumbrado alruido! Para cuando cumpla dos años, yahabrá oído la aspiradora, el estruendode la lavadora, y la licuadora en lacocina. Son los ruidos elevados ybruscos los que asustan a los niños. Solodíselo antes de encenderlo.

Tras secarlo, es agradable acabarcon un masaje, sobre todo si era algoque le gustaba de bebé. A mí meencantaba hacérselo a los niños a losque cuidaba. ¡Los niños lo adoran! Es unmomento muy agradable, porque estánrelajados después del baño, y están

templados, envueltos en sus acogedorasmantas con capucha. Les ayuda arelajarse y a entrar en esa zona decalma.

Cortar las uñasMantener las uñas de tu hijo limpias yrecortadas es importante desde laperspectiva de la higiene. No olvidesque juega constantemente en el jardín yen el barro, ¡y se hurga el trasero, lasorejas y la nariz! Mete las manosconstantemente en todo, y después selleva los dedos a la boca. Mantenerlaslimpias y recortadas ayudará a fomentaruna buena higiene. El baño ya se ha

ocupado de la suciedad; ahora es elmomento de asegurarse de que sus uñasson suficientemente cortas.

Le has estado cortando las uñasdesde que era un bebé. Esto no cambiadurante la primera infancia. Haz que sesiente en tu regazo (como si te estuvierashaciendo las tuyas), y cuéntale unahistoria para distraerle. También puedescontar cerditos con los más pequeños:«Un cerdito, dos cerditos». Sentarlosobre ti es importante por dos motivos:

Se sentirá cómodo, construyendola confianza para permitirte quele cortes las uñas. Las tijeraspueden asustar.

Puedes ver claramente lo queestás haciendo para no herir lapiel accidentalmente ni cortarlelas uñas demasiado cortas, cosasque pueden provocarinfecciones.

Probablemente, solo tendrás quecortarle las uñas una vez cada una o dossemanas. La práctica hace la perfección.Cuanto más lo hagas, más seguro tesentirás. Créeme, los niños solían venirpara encuentros de juego y, durantemedia hora, era Jo Manostijeras.Literalmente.

Si a tu hijo no le interesa que lecortes las uñas, o está en una edad en la

que se distrae con facilidad, tener dosadultos puede resultar útil. Mientras sesienta sobre tu regazo y tú cortas, la otrapersona puede distraerle.

15

Hora de dormir

Tu hijo está fuera de la bañera, seco,con los dientes limpios, masajeado, ycon el pijama puesto. Se está relajando—y tú también—. Hablas con calma y

más despacio para bajar el ritmo. Eshora de acostarse.

En este libro, hablo mucho sobretransiciones. Ahora estás creando unaatmósfera para señalar la transiciónentre día y noche. Corre las cortinas,enciende las luces de la mesita denoche, y crea una energía y un ambientepara fomentar la relajación y el sueño.

Es encantador: ha comenzado lahora de la magia.

El ambiente que estás creando esrelajado, suave y tranquilo. Su cuerpoestá cansado y relajado, pero necesitastranquilizar su mente también. Cuando seapaguen esas luces, pueden agolpárseleen la mente un montón de pensamientos

distintos; por lo tanto, es importante quecrees una transición suave y calmada.

Recuerda que esto también es paraque tú te relajes. Tu hijo está cansado ylisto para dormir, y te das cuenta: «¡Ah!¡Un poco más y estaré en la cama!».

NADA DE ALBOROTOSEvita actividades estimulantes justoantes de dormir. El juego violento puederevolucionarlo y hacer que le resultemás duro relajarse para acostarse. Estopuede resultar difícil si un padre quetrabaja fuera entra justo cuandocomienza el ritual para acostarse. Hazque sea él quien le lea el cuento, quizá,para que se involucre, pero no le altere.

El cuento para dormirLeer libros en la cama es una formaadorable y pacífica de estrechar lazoscon tu hijo. Estás pasando tiempo decalidad exclusivo con él. Fomentar unamor para toda la vida hacia los librostambién es un maravilloso tesoro que lebeneficiará durante el resto de su vida.

Elige dos otres, y permíteleelegir cuáles quiereleer. Cíñete a uno odos libros, nopermitas que este

momento se haga eterno o se vuelva unabatalla por más libros, que es una tácticacomún para retrasar la hora de dormir. Alos niños les da tranquilidad leercuentos que ya conocen, así que,probablemente, elegirá su favorito una yotra vez, pues, como ya sabrás a estasalturas, aprende mediante la repetición.Recuerda, ¡esta fase no duraráeternamente! Tu biblioteca también esuna gran fuente. Hay muchos libros paradormir que se adaptan a la edad de tuhijo. Con esto quiero decir que puedesencontrar cuentos para dormir de 5minutos, de 10 minutos y de 20 minutos,sea cual sea el que mejor se adapte a laedad y a la capacidad de atención de tu

hijo.Créeme también cuando te digo

esto: tu hijo ha memorizado las páginas.Si te saltas unas cuantas —y qué padreno lo ha hecho—, seguro que lo sabrá.

Contar cuentosOtra maravillosa manera de acabar eldía con tu hijo de tres o cuatro años escontando cuentos. Contar cuentosfunciona mejor cuando tu hijo puedeidentificarse con la historia. Comienzatomando un personaje de uno de suslibros favoritos que le leesconstantemente. Entonces, ese personajevive la aventura con tu hijo, y se unen. A

menudo, incluyo también a los hermanosy a los padres en la historia. Cada nochees un nuevo capítulo. Añade distintosaspectos de la vida de tu hijo, o incluyehistorias que vayan con la época delaño, como Papá Noel, el Conejito dePascua o algo que vaya con lastradiciones de tu familia.

Algunas veces cuento los cuentosen la cama, y otras veces en sushabitaciones, donde tu hijo se quierasentar. Después de la hora del cuento,abrazaos y hablad un poco sobre el día.Es un momento estupendo para loselogios y recordar los buenos momentos.

Ruido domésticoUna vez tu hijo está en la cama, la casano tiene que estar en completo silencio.De hecho, es importante que tu hijo oigaalgo, tanto si tienes cosas en marcha enla cocina como si te estás moviendo porel piso de arriba. Es muy tranquilizadorpara él. Puede oír que estás ahí mientrasse duerme.

Tu vida no debería detenersecuando tus hijos se van a dormir. Esimportante para ti y para la relación contu pareja que sigáis con vuestra vidaadulta. No temas organizar cenas. Si tuhijo se levanta por el ruido,sencillamente, vuélvelo a acostar.

Juguetes de arrulloMuchos padres continúanla tradición de los años debebé de tener juguetes paradormir que reproducensuaves nanas. Si le gusta,mantenlo. No obstante, bajo ningúnconcepto deberías poner música como siestuvieras en un concierto de rock, otener iPods encendidos. Recuerda queestás creando calma. Una vez, estabaayudando a una mujer con un hijo deveinte meses que no se quería dormir.Cuando entré en su habitación, observéque tenía un montón de juguetes quehacían ruido en su cuna. Aquello incluía

un teléfono que sonaba y un mono quechillaba «Eek, eek, eek», al tirarle de lacola. Cuando era bebé no suponía unproblema, porque no sabía que tirar dela cola provocaba el ruido, pero,definitivamente, ya lo había descubierto.¡El ruido es divertido! La solución fuesencilla: sacar el juguete de la cuna.

Es hora de dormir, no de jugar. Siquieres dejarle juguetes con los quejugar cuando se despierte, asegúrate deque no hagan ruido. Los libros blandosde tela o un osito de peluche son buenasopciones.

Luces para dormirLas luces para dormir ayudan a crear unambiente seguro porque, en cierto puntodel desarrollo, los niños pueden tenermiedo de la oscuridad. Hacia los tresaños de edad, su imaginación alcanzarásu punto máximo, y puede desarrollaruna gran cantidad de miedos que noexistían antes. Una luz suave y tenue conmuy bajo voltaje puede aliviar susmiedos, puesto que abre los ojos y ve suhabitación conocida. También es unamanera de asegurar que puede ver dóndeva si necesita ir al baño de noche, y paraque tú veas también, si entras alevantarlo. No tienes que elegir las

lámparas tradicionales. Naturalmente,las velas tienen peligro de incendio yson impensables, pero hay nuevas lucesnocturnas y estrellas brillantes quepueden producir la intensidad correctade luz reconfortante.

UNA NUEVA HABITACIÓNSi acabas de mudarte y tu hijo se estáacostumbrando a su habitación,asegúrate de pasar tiempo jugando enella durante el día. Cuanto más tiempopaséis en una habitación, más marcadejaréis en ella. Se sentirá más cómodocuando sea hora de dormir.

Hacer que los niños seduermanEstás creando en su habitación unaatmósfera que fomenta el sueño, yquieres que tu hijo tenga un sentimientode propiedad: «Es aquí donde duermo».No obstante, poner una luz para dormir yproporcionarle mantas agradables ycalientes no harán que se duerma. Aúntienes que hacer el trabajo.

Para muchos de nosotros, no es tanfácil. De hecho, el sueño es una de lasmayores preocupaciones sobre las queme preguntan los padres de los niños:

«¿Cómo consigo que se quede dormidopor las noches?», y «¿Qué hago si no seduerme?».

Durante estos años te enfrentas apasar a tu hijo de la cuna a una cama. Ydespués también tienes que lidiar con eltrastorno de ansiedad por separación, labúsqueda actual de independencia y laetapa de desarrollo del miedo a laoscuridad y a los monstruos que salen detodas partes, debido a esa pequeña yactiva imaginación desmedida. Estopuede traducirse en una resistencia aacostarse, salir de la cama, terroresnocturnos y los siempre presentes«monstruos». Proporcionaré solucionespara todos estos problemas porque, a la

larga, tanto tu hijo como tú tenéis queaseguraros de dormir lo suficiente.

Nada de biberones a la hora de dormirSi aún le das biberón a tu hijo paradormir, es el momento de parar. No esbueno para sus dientes. Su última ingestade fluidos debería ser durante la cena, yantes de lavarse los dientes. Si lloraporque quiere su biberón, emplea lastécnicas de «Separación para dormir» o«Quedarse en la cama» que te cuentomás adelante.

La importancia del sueño

En primer lugar, analicemos cuántashoras de sueño necesita tu hijo cadanoche. En un periodo de 24 horas, losniños de entre dieciocho meses y tresaños deberían dormir entre 12 y 14horas; los niños de tres y cuatro añosdeberían dormir entre 11 y 13 horas.¿Qué hay de ti? Los adultos necesitanalrededor de siete horas, pero lo idealserían ocho.

Todos los miembros de la familia—y eso te incluye a ti— tienen quedormir las horas apropiadas. Losbeneficios del sueño no solo consistenen descansar y restaurar nuestroscuerpos. El sueño ayuda a regular elhumor, y es importante para el

desarrollo mental y físico. Cuando tuhijo entra en sueño profundo, se liberanimportantes hormonas del crecimiento, ysu cuerpecito recibe un respiro muynecesario para repararse y reiniciarse.Así, al día siguiente tendrá más energíapara aprender y explorar. La falta desueño puede afectar a su humor, sucomportamiento y su apetito. En pocaspalabras: un niño descansado esmuchísimo más feliz.

¿Por qué no puedo quedarmedespierto?En algún momento, sin duda alguna teencontrarás a tu hijo presionando para

quedarse en pie hasta más tarde. Todoslos niños dicen que «no estáncansados». Sabes el motivo por el quelo dice, pero también sabes que necesitauna serie de horas de sueño parafuncionar a un nivel óptimo. Esimportante mantener esta línea, ymantenerte firme en la que tú sabes es lahora de acostarse necesaria para suedad.

Esto puede resultar particularmentedifícil cuando tiene hermanos mayoresque se quedan despiertos hasta mástarde. No obstante, lo cierto es que sitienes hermanos de distintas edades, elmás pequeño siempre preguntará: «¿Porqué no puedo...?». Es parte de tener

hermanos. Si vas a dejar al pequeñoquedarse hasta tarde —o vas a hacer queel mayor se acueste pronto— para evitarun conflicto, reconoce que hay variosproblemas que hay que tratar. La horaadecuada para acostarse es la horaadecuada para acostarse, sin importar laedad. Explica a tu hijo que cuandollegue a esa edad, él también podráquedarse hasta tarde. A continuación,acuéstalo a la hora apropiada.

Pasar de la cuna a la camaEs parte de la evolución de la vida: delútero al moisés, del moisés a la cuna y,

finalmente, de la cuna a una camaindividual. Los padres ven a su hijocomenzar a trepar fuera de la cuna ypiensan: «Debe de ser hora de queduerma en cama». No, eso solo significaque sabe trepar. Ha aprendido a ponersede pie sobre el colchoncillo y a trepar.Baja los costados de la cuna para que nose haga daño, y usa la técnica de la«Separación para dormir» que describomás adelante en este capítulo, paraenseñarle que se tiene que quedar ahíhasta que sea suficientemente mayorpara una cama grande.

Me gusta pasar a los niños de lacuna a la cama cuando veo que la cunaes demasiado pequeña. Observa la

largura y la anchura de tu hijo cuandoestá en la cuna. ¿Tiene suficienteespacio? Si no lo tiene, deberías pasarloa una cama. En función de sushabilidades verbales y su nivel decomprensión, me gusta esperar hasta quetiene alrededor de tres años para estatransición. A los dos años, el cambiopuede provocar ansiedades nocturnas,porque ha perdido algo conocido yreconfortante.

Cuando cumpla tres años, puedesinvolucrar a tu hijo en el proceso,porque es capaz de hablar y comprender.Habla sobre ello con anterioridad, ydeja que elija sus nuevas sábanas.Entusiásmate y explica todas las cosas

maravillosas de dormir en una cama deniño grande. En realidad, no importa sieliges una cama para niños o una camaindividual ya de mayor. No obstante, sidecides emplear una cama normal, ponuna barandilla protectora. Esto evitaráque se caiga o ruede de la cama.

Para que la cama parezca máspequeña y acogedora, coge un edredón ouna manta y enróllala en el lado sinbarandilla, y enrolla otra a los pies.Poner mantas ofrece tranquilidaddurante la transición. Sus dedos de lospies pueden sentir el final de la cama.No necesita una almohada para dormir,pero, a esta edad, puedes ofrecerle una,si quieres.

Compartir habitaciónCompartir habitación no es perjudicialpara el sueño de tu hijo. Sencillamente,tienes que observar cómo manejas larutina nocturna. Cada niño merecetiempo de calidad exclusivo con supadre. Acostarlo y leerle un cuento es unmomento estupendo para eso. En funciónde las edades de tus hijos, puedesescalonar la hora de ir a la cama. Tupareja puede hacer el baño con el hijomayor, mientras tú acuestas al pequeño.

Si tus pequeños son de edadescercanas —dos y tres años, por ejemplo

— tiene sentido acostarlos a la vez yleer un cuento juntos. Encuentra otrosmomentos para el tiempo exclusivo. Sitienes un niño y un bebé, acuesta al bebéprimero. Si tu bebé y tu hijo compartenhabitación, tienes que asegurarte de quetu hijo te comprende y te escucha. Evitaque salte dentro de la cuna o despierte albebé. Cuando tu bebé es muy pequeño,sugiero que comparta habitacióncontigo, en lugar de compartirla con suhermano. Es más fácil darle las tomasnocturnas, y evita cualquier peligro quepueda presentar tu hijo por ignorancia oentusiasmo excesivo, como trepar a lacuna con el bebé y asfixiarloaccidentalmente.

Está bien que los niños compartancama si solo cabe una en la habitación;no obstante, me gusta asegurarme de queduermen al revés. ¿Por qué? Porque sitienen las cabezas del mismo lado, sonmás propensos a hablar y mantenersedespiertos. En cualquier caso, es tuelección.

Dormir contigoHay muchos libros sobre los pros ycontras de la crianza en base al colecho.He conocido varias familias que creíanen sus beneficios, y han sido feliceshaciéndolo. Sin embargo, normalmente,

aun cuando la familia duerme junta, elniño debe pasar a su propia camacuando cumple dos años.

A la larga, creo que la mayoría delos padres creen que es saludable quelos niños tengan su propio espacio, yque la pareja tenga algo de tiempo yespacio para ellos y su vida en común.Aunque solo sea porque los niños semueven mucho cuando duermen, ¿cómopuedes descansar bien con su pie en tuboca?

Si dices que dormís juntos y osfunciona, fantástico. Solo sugiero que, siestáis durmiendo juntos, y no estásobteniendo el sueño de calidad que

necesitas, puedes plantearte si es elmomento de pasarlo a su propia cama.

¿Por qué está tu hijo en tu cama?Advierto en contra de dormir juntoscomo forma de evitar lidiar con elproblema de sueño que tiene tu hijo. Losniños tienen que aprender a calmarse y adormirse por sí mismos, y tienen queaprenderlo sin que tú seas su muñecohumano a su lado. Dormir solo, en supropia cama bajo el mismo techo que sufamilia, crea un desapego saludable paratu hijo. Le permite comenzar adesarrollar un sentimiento deindependencia que le permitirá dormir

en la casa de un amigo cuando seamayor, e ir a la guardería cómodamentey con seguridad.

También he visto a padres solteroso separados pasar a sus hijos a su cama,para llenar el hueco de la cama grande.No creo que sea buena idea. Tu hijocomenzará a acostumbrarse a ello, yreclamará la propiedad de la cama y lahabitación. Cuando traigas una nuevapareja, si lo haces, puede provocarproblemas. Tu hijo no va a lidiarúnicamente con compartir a su padre anivel emocional, sino que tambiéntendrá que compartir su espacio en lacama.

Por encima de todo, deja que tuhijo venga a la cama contigo si estáenfermo. No hay nada mejor cuando unpequeño se siente mal y necesita unpoco de cariño. Acurrucarse los fines desemana o una siesta ocasional juntos porla tarde también está bien. Solo tienesque asegurarte de que esté en su cuna ocama durante la mayor parte del tiempode su sueño.

Lidiar con problemas desueño

Con los niños, setrata de conseguirque se queden en lacama cuando losacuestas y queduerman toda lanoche. Los siguientes problemas son losque constantemente me plantean lospadres. Las tres técnicas para dormirque sugiero aquí funcionan muy bien sise hacen con constancia, usandoPaciencia y Perseverancia.

La técnica del «Llanto controlado»Si tu hijo de entre dieciocho y veintemeses aún llora por las noches, cuando

lo acuestas o cuando se despierta por lanoche, lleva a cabo la técnica del«Llanto controlado». Tras losveinticuatro meses, sugiero que uses latécnica la «Separación para dormir»,puesto que tiene en cuenta la ansiedadpor separación que es probable que estésufriendo.

En mi libro Ya eres mamá,menciono esta técnica como la del«Llanto controlado». No obstante,algunos padres la han confundido contécnicas de sueño que implicanabandonar la habitación y no volver. Nosoy partidaria de hacer eso. Me marcho,después vuelvo en unos minutos paratranquilizar, a continuación doblo el

tiempo antes de volver, hasta que,gradualmente, se tranquiliza hastadormirse. La técnica funciona porquevuelves; no le estás dejando para quellore hasta dormirse. Tiene la seguridadde saber que sigues ahí. Por eso lodenomino ahora la técnica del «Llantocontrolado».

La técnica también funciona porquerecibe mucho amor, atención yestimulación durante el día. En esencia,estás creando un equilibrio saludableque permitirá a tu hijo reconocer quehay ocasiones en las que, sencillamente,solo necesita dormir.

LA TÉCNICA DEL «LLANTOCONTROLADO»Practica durante las siestas también.Estás enseñando a tu hijo a calmarsepara dormir sin ti.

Coloca a tu hijo en la cuna, di«buenas noches» y márchate.La primera vez que llore,entra, pon la mano sobre suestómago y di: «shhh», sinhacer contacto visual. Acontinuación, márchate.Espera 5 minutos y, si aúnllora, repite la rutina. Si aúnllora, vuelve en diez minutos

y, después, si es necesario, en20.No lo cojas, o pensará que vaa salir de la cama. Séconstante.

Nota: Esta técnica nunca ha hechofalta durante más de siete días, y elperiodo más breve en el que hafuncionado han sido dos días.

Localización y resolución deproblemas con la técnicadel «Llanto controlado»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Está mi hijo enfermo o estásufriendo una gran transición ensu vida, como comenzar en laguardería, una mudanza o undivorcio? Si es así, este no es elmomento de comenzar estatécnica. Espera un par desemanas hasta que esté sano y suvida sea más estable.¿Está recibiendo la cantidadapropiada de comida y bebidadurante el día, de manera que notenga hambre o sed ahora? ¿Lohe acostado demasiado tarde yestá excesivamente cansado? Es

importante establecer patronessaludables de alimentación ysueño antes de llevar a cabo estatécnica.¿Estás haciendo trampas con eltiempo, volviendo antes de quepase el tiempo? Igual que conmis otras técnicas, esta solofunciona si sigues los pasosexactamente.

Conseguir que los niñosmayores se duermanHabía una familia cuya hija no era capazde dormirse si uno de sus padres no se

tendía junto a ella. Noche tras noche, sequedaban con ella hasta que se dormía.¿Te suena?

Si es así, igual que esta niña, tuhijo necesita la técnica de la«Separación para dormir» que explicoaquí. Esto implica quedarse en lahabitación para darle la seguridad deque aún estás presente sin interaccionarcon él, ya sea mediante la conversacióno el contacto visual. Con el tiempo,podrás acostarlo y marcharte con unsimple «Buenas noches».

Muchos padres me preguntan si vana marcar psicológicamente a su hijo alno responder. Por supuesto que no. Leestás enseñando una valiosa habilidad

para toda la vida: cómo dormirse. Y tupresencia habla por sí misma.

LA TÉCNICA DE LA«SEPARACIÓN PARADORMIR»

Lleva a cabo tu rutinanocturna habitual. Despuésde abrazarle, di «buenasnoches», y dile que es hora deque cierre los ojos y seduerma.Apaga las luces, deja lapuerta abierta, y siéntatejunto a su cama o cuna, lejos

de su alcance. No te metas enla cama con él.Haz que vuelva la cara al otrolado; no permitas que hagacontacto visual, porqueintentará hablarte.Quédate sentado en silenciohasta que se duerma. Siintenta hablar o salir de lacama, detenlo o vuelve aacostarlo en silencio.Repite los mismos pasos lanoche siguiente, pero, estavez, siéntate un poco máslejos, hasta que finalmente tesientes al otro lado de lapuerta, con la puerta abierta.Pronto, no tendrás quehacerlo.

Localización y resolución deproblemas con la técnicade la «Separación para dormir»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Le estoy hablando? ¿Le estoymirando? Es crucial nointeractuar.¿Mi lenguaje corporal esruidoso? ¿Me pongo nervioso y

creo una distracción? Tienes quequedarte quieto.¿Me tiendo en el suelo y meduermo, y por lo tanto acabopasando la noche allí? Cadanoche tienes que acercarte más ala puerta y después permanecerfuera.

Quedarse en la camaUna vez ayudé a una familia quealardeaba —y con razón— de haberconseguido pasar a su hijo de la cuna ala cama con facilidad. Su hijo estaba

absolutamente encantado porque teníauna funda de almohada de Spiderman, unedredón de Spiderman, y pequeñasestrellas doradas en el techo. Acostarseno era un problema. No obstante, dossemanas después, pasó la novedad yencontró unas cuantas excusas para noquedarse en la cama.

¿Te suena? Créeme, los niñosencontrarán todas las excusas posiblespara evitar acostarse en su propia camay dormir en su propia habitación. ¡Heoído cientos de excusas! Comienza contener que ir al baño, después tienehambre y sed, le duele la pierna, leduele el estómago y hay monstruos... Lasexcusas se multiplican hasta que te

hartas tanto que acabas transigiendo ydejándole dormir en tu cama.

Para abreviar, elimina tantasexcusas como puedas antes de acostarlo.Ha cenado, así que no tiene hambre. Habebido un sorbo de agua, así que notiene sed. Ha ido al baño y, a menos quesea mayor, ahora lleva pañal. Te hasocupado de los monstruos. Si insiste enque tiene que ir al baño, dale elbeneficio de la duda, pero no hables ymételo en la cama directamente después.

Por mucha localización yresolución de problemas que hagas, esprobable que aún se le ocurra algunaotra excusa. Entonces es el momento dela técnica de «Quedarse en la cama». Es

una manera estupenda de asegurarle a tuhijo que está perfectamente bien paravolver a meterse en su cama deSpiderman y dormir en su propiahabitación, por la cordura de todos.

Con esta técnica, insisto en laPerseverancia y la Paciencia, porquees posible que tengas que enfrentarte aque tu hijo se levante veinte veces enuna noche, convirtiéndolo en una peleade dos horas. Se trata del mismoconcepto que en la técnica del «Escalónde los traviesos». Mantente firme yvuelve a meterlo en la cama.

La clave del éxito de esta técnicaradica en asegurarte de que el padre queha acostado al niño es el que lo vuelve a

acostar cuando se levante. Si necesitasemplear esta técnica durante variasnoches, podéis cambiar, pero sedconstantes en la misma noche. Noquieres que tu hijo enfrente a los padres.Con el tiempo, aprenderá.

Mientras llevas a cabo esta técnica,es probable que tu hijo diga: «¿Por quéno me hablas, mamá? ¿Por qué no mehablas?». Y tú puedes sentir: «Dios mío,¡lo estoy ignorando!». Lo estásignorando, pero conscientemente.Activamente. Le estás enseñando quehay un punto límite, y que se trata de unlímite saludable: «Es hora de dormir.Significa que no hablamos, nos vamos a

dormir. Mañana nos levantaremos ytendremos un día feliz».

Podéis hablarlo al día siguientetambién: «Cuando es hora de dormir,tienes que quedarte en la cama. Novamos a tener una conversación en lacama».

LA TÉCNICA DE «QUEDARSEEN LA CAMA»

Cuando tu hijo se levante,llévalo de nuevo a la camacon un simple: «Es hora dedormir, cariño». Ignora lasexcusas, excepto si tiene queir al baño —y esa única vez.

La próxima vez que selevante, acompáñalo de nuevocon un simple: «Hora dedormir».La tercera vez que se levante,acuéstalo sin decir una solapalabra. Mantente sereno.Evita el contacto visual,porque tus ojos hablan muyalto. No te comuniques deninguna manera a toda costa.Dirá: «¿Por qué no mehablas?». No digas nada.Repítelo una y otra vez si esnecesario; tarde o temprano,se rendirá.Si quieres, emplea un cuadrode recompensas para marcarlas noches sin problemas.

Cuando supere cuatronoches, puede tener unarecompensa. Sin embargo,acuerda algo pequeño, nopermitas que se porte malpara obtener un premio.

Localización y resolución deproblemas con la técnicade «Quedarse en la cama»Si no funciona, hazte las siguientespreguntas:

¿Es la técnica apropiada? Si tupequeño solo tiene dos años y

medio y está en pleno trastornode ansiedad por separación, yoemplearía la técnica de la«Separación para dormir».¿Nos hemos mudadorecientemente? Tendrás queayudarle a acostumbrarse a suhabitación durante el día, yemplea la técnica de la«Separación para dormir» hastaque esté cómodo.¿Cedo ante las miles de excusas?Debes ignorar sus peticiones.¿Me meto en largasexplicaciones y conversaciones?Tienes que seguir los pasos conexactitud. Cópialas y pégalas en

algún lugar visible si esnecesario.

Levantarse durante la nocheEn mitad de la noche, habrá ocasionesen las que escuchéis un grito de «mamá,papá». Puede que tenga una pesadilla, sesienta mal, o te llame porque tiene que iral baño. También hay algunassituaciones que provocan interrupcionesen el sueño, con las que tendrás que sersensible, como la enfermedad, undivorcio, una mudanza, o incluso unnuevo bebé.

Si tu hijo viene a ti en mitad de lanoche, ofrécele consuelo y vuelve ameterlo en la cama. Dale un abrazorápido y, después, «Buenas noches». Sitiene un problema para calmarse o creesque no puede dormir por una transicióncon la que tiene problemas, emplea latécnica de la «Separación para dormir».Esto le reafirma que aún estás ahí. Paralidiar con que se levante reiteradamentedurante la noche y sin motivo, emplea latécnica de «Quedarse en la cama».

Si tu hijo está llorando, tiene unapesadilla o te hace venir, es natural ycorrecto que vayas para averiguar qué leocurre.

LA TÉCNICA DE LACAMPANILLA¿Y si tu hijo se mete a escondidas en tucama por la noche y no te das cuentahasta la mañana? Rompe el hábito,empleando la técnica de la«Campanilla». Pon un móvil colgado deltecho o una campanilla con una cuerdaen la puerta de tu habitación. Así le oirásentrar. No te sientas tentado a meterloen tu cama, a menos que esté enfermo.Levántate y vuelve a meterlo en su cama.

Terrores nocturnos

Los terrores nocturnos pueden serespecialmente perturbadores para lospadres. A menudo comienzan durante laniñez. De repente, tu hijo está chillandoy retorciéndose como si estuviera enplena agonía. Intenta recordar que noestá despierto y que está sufriendo loque algunos expertos del sueñodenominan una «pesadilla sincontenido». Los consejos en cuanto a laforma de proceder son variados.Algunos expertos del sueño dicen que nohay que despertarlo, tan solo asegurarsede que no se haga daño. Con el tiempo,parará. Otros dicen que hay quedespertarlo lo justo para que deje dechillar, consolarlo y volver a acostarlo.

Yo aconsejo que pruebes las dos y veasqué funciona mejor. Anímate sabiendoque los niños lo suelen superar paracuando cumplen edad de ir a la escuela.

Monstruos y fantasmasHacia los tres o cuatro años, cuando lasimaginaciones de los niños andandesbocadas, puede que comiences a oírhablar de monstruos y fantasmas; en lahabitación, bajo la cama, o en losarmarios.

Cuando tú eras joven, puede quetus padres te dijeran: «¡No haymonstruos! ¡Ahora vuelve a la cama!».Eso es ser lógico, pero los niños no

entienden la lógica a esta edad. Hastalos seis o siete años de edad, nodesarrollan la capacidad de comenzar aser racionales. Tienes que darte cuentade que, para un niño, los monstruos sonreales. Por lo tanto, es mucho mejorreconocer sus miedos y enfrentarlos:«Bien, hay monstruos, vamos adeshacernos de ellos». Esto le harásentirse seguro y aliviará suspreocupaciones. Yo lo llamo la técnicadel «Polvo mágico».

Así funciona. Cuando la hija de miamiga tenía tres años y medio, teníaverdaderos problemas para dormir.Durante alrededor de una semana, seacostaba hacia las 19:30 de la tarde y se

despertaba a las 2.00 de la mañana,incapaz de volverse a dormir. Su papá lepreguntó por qué no podía dormir, y ellale dijo que había trols bajo su cama. Supadre le dijo: «¡Habérmelo dicho antes!Tengo un spray que no les gusta a lostrols, y hace que se vayan corriendo consus mamás!».

Entró con un spray ambientador, yroció toda la habitación. ¡Funcionó!Después de eso, se volvió parte de suritual. Cada noche, antes de acostarse, laniña rociaba toda la casa conambientador. Tengo que decir que olíaestupendamente. Y ya no hubo másproblemas con monstruos.

Una familia con la que trabajé teníaun chiquillo que me dijo que había dosfantasmas en su habitación —Rudolphuno y Rudolph dos—. «No hay problema—le dije—. Sacaré el polvo parafantasmas y usaré mi varita mágica paraque se vayan.»

Cogí un frasco de cristal con tapa ypuse un cristal dentro. Me volví a sumadre y le dije: «Sígueme el rollo».Entramos en su habitación y agité lavarita mientras cantaba: «Queridosfantasmas, no os acogeremos aquí,volved a Fantasmalandia, dondepertenecéis». Como un par deCazafantasmas, miramos bajo la cama yen el armario, y cantamos un poco más.

Mamá abrió el frasco y lo sacudió,como si estuviera atrapando el fantasma.

«Lo tengo», chilló. A continuación,corrió fuera, abrió el frasco y dejómarchar al fantasma. Terminamoscogiendo el cristal y poniéndolo junto asu puerta. «Ahora, tienes el amuleto quete protegerá todas las noches.»

¿Ves cómo funciona? Tanto si sonfantasmas, monstruos o payasos, haz quetu hijo se sienta seguro, entrando en sumundo y actuando como un superhéroepara barrer sus miedos. Los niños ven asus padres como seres invencibles. Yeso es estupendo. Dormirá bien, con laseguridad de que estás ahí paraprotegerlo. No te preocupes, no estás

reforzando su creencia en los monstruos,estás dando validez a sus sentimientos ytomándolo en serio. Has entrado en suhistoria, y le has dado un final feliz.

LA TÉCNICA DEL «POLVOMÁGICO»

Si tu hijo tiene miedo de losmonstruos, entra en lahistoria: «¿En serio?¿Dónde?».Reafírmale que puedesdeshacerte de ellos con tumagia.Usa un elemento —unavarita, brillantina o

ambientador no tóxico—para desterrar a losmonstruos.Celebrad juntos que handesaparecido.

Despertarse prontoEs un hecho: los niños se despiertanpronto. Las largas mañanas en la camason cosa del pasado para los padres, almenos durante una temporada. Al mismotiempo, una cosa es pronto, y otra es enmitad de la noche. Si está en pie a las4.00 o las 5.00 de la mañana,

acompáñalo de nuevo a la cama, dileque es demasiado pronto paralevantarse, y que puede jugar en silencioen su habitación hasta que vengas. Estoes como la técnica de «Quedarse en lacama», en cuanto a que limitas su accesoa ti en ciertos momentos.

Problemas de sueño y niñosadoptadosLos problemas de sueño son máscomunes para los niños adoptados o deacogida. Para decidir cómo enfrentarte aellos, tienes que observar el historial detu hijo. Esto te ayudará a identificar las

circunstancias subyacentes que puedenestar provocando el problema. Acontinuación, puedes adaptar lastécnicas y sugerencias que te he ofrecidoen este capítulo, para darle unsentimiento de seguridad.

Por ejemplo, una amiga mía adoptóuna pequeña niña de China. Su hija teníaterribles terrores nocturnos y problemaspara acostarse. Todos los libros ledecían que dejara a su hija llorardurante la noche y que, con el tiempo, losuperaría. No obstante, conociendo lahistoria de su hija —la abandonaron enla noche y la dejaron en la entrada de unorfanato—, mi amiga sabía que dejarlallorar sería lo peor que podía hacer. Se

volvería a sentir abandonada. En sulugar, optó por dormir con ella hasta quesu hija logró un sentimiento deseguridad.

Si tienes un niño adoptado o deacogida que ha sido desatendido, nohagas la técnica del «Llantocontrolado», porque tienes quefortalecer su confianza. En cambio,intenta la técnica de la «Separación paradormir», pasando más tiempo con él enla habitación antes de salir fuera. O hazlo que hizo mi amiga.

Todos necesitamos dormir, y si hayalgo importante que puedes hacer paralograr que tu vida como padre de unniño sea más fácil, es asegurarte de quelo hace, ¡y también tú! Anímate: losproblemas de sueño pueden abundar amedida que los niños gananindependencia y prueban sus límites,pero, como con todo lo demás, si te

mantienes firme, empleas la persistenciay eres constante, tu pequeño prontocaptará el mensaje y tendrá dulcessueños.

El viaje continúa…

Entonces, ¿cómo te sientes después detodo lo que te he contado? Espero que loque sientas sea un aumento de tucapacidad para ser un padre con plenaseguridad. Espero que te sientas másfortalecido. Solo mira lo mucho que hasaprendido sobre ti mismo, sobre tupareja y sobre tu hijo.

Afrontémoslo: a fin de cuentas, tupequeño querubín os necesita avosotros, sus padres. Algunas vecestienes que leer entre líneas y tomarte tutiempo para averiguar lo que estápasando y cómo resolver una situación.Tu hijo necesita que crees patronessaludables para él, y que respondas bien

a todas sus necesidades. Tambiénnecesita que seas firme, constante ycariñoso, cosa que le proporcionará loslímites que necesita para sentirse seguroen su mundo en constante expansión.

Tal y como ya sabes ahora, tendrásmuchos roles en un periodo de 24 horas.Es muy importante estar abierto aaprender cada día. No obstante, esigualmente importante no ser tu peorcrítico. Recordar lo que has aprendidote da los conocimientos para tomarbuenas decisiones. Si tomas una mala,recuerda que tú también eres humano. Esparte de la lección.

Hay dos emociones muy fuertes enla labor como padres: el miedo y el

amor. Espero que ahora tomesdecisiones por amor a tu hijo —y no pormiedo a lo desconocido—. Si ese es elcaso, te espera un viaje increíble. Ahoratienes en tus manos seguridad,paciencia, perseverancia, energía,compromiso, previsión y una buenadosis de humor, así como los consejos ylas técnicas que te he dado. No dudes envolver a repasar el libro y refrescar tumemoria en cuanto a ciertas técnicas osoluciones a medida que encuentresproblemas durante estos desafiantes,aunque también divertidos ygratificantes, años. Lo cual significa quesi este libro no tiene manchas de té, desalsa para la pasta o de la madalena de

la merienda, ¡no lo has usado losuficiente!

Sé consciente de que puedes volvera sumergirte en estas páginas para temasconcretos que tendrán relevancia en unmomento concreto. Sin embargo, séconsciente también de que te resultaráautomático hacer lo que tenga sentidoporque sabrás que es lo mejor para tuhijo, y eso es lo que cuenta. Felicidadespor sentirte seguro y confiado en tupapel como padre. Ahora tienes los ojosbien abiertos.

Con cariño,

4.ª PARTE

Recursos útiles

En este apartado, encontrarás una seriede recursos útiles sobre primerosauxilios para emergencias,enfermedades comunes y qué hacer conellas.

Recursos deemergencia

Los niños pueden atragantarse, caer alagua y dejar de respirar, o necesitaralgún tipo de tratamiento de emergenciacon facilidad. Te animo enérgicamente aque tomes una clase de primerosauxilios que incluya RCP (reanimacióncardiopulmonar), en la que practicarás

qué hacer, en lugar de leerlo únicamente.Todos los padres deberían tenerconocimientos básicos de primerosauxilios, y este apartado no debeconsiderarse como sustituto de unaformación adecuada. Para recordar losfundamentos básicos, echa un vistazo aeste apartado.

AsfixiaDesafortunadamente, la asfixia esbastante común en los niños, puede serel resultado de una enfermedad o tenerlugar cuando se le queda un objeto en

las vías respiratorias. En caso deurgencia, sigue estas pautas paso a paso.

PASO 1. Valora rápidamente lasituaciónSi, súbitamente, tu hijo es incapaz detoser o hablar, es probable que algo estébloqueando sus vías respiratorias, ytienes que sacarlo. Puede que hagaruidos extraños o no haga ruido alguno,y la piel puede volverse azul o rojointenso. En ese caso, pasa al paso 2.

Si está tosiendo o tiene arcadas,sus vías respiratorias están soloparcialmente bloqueadas. Anímale atoser, que es la mejor manera de liberar

la obstrucción. Si no puede despejar susvías respiratorias tosiendo, ayúdale asacar el objeto empleando las técnicasdel paso 2.

Si sospechas que las víasrespiratorias de tu hijo se han cerradoporque se le ha inflamado la garganta acausa de una reacción alérgica o unainfección, llama inmediatamente al 112,y si tienes un EpiPen o Anapen, úsaloahora.

PASO 2. Intenta sacar el objetoSi tu hijo está consciente, pero no puedetoser, hablar o respirar, o si se estáempezando a poner azul, pide ayuda y

haz que alguien llame al 112. Arrodíllatedetrás de él. Coloca un brazo endiagonal sobre su pecho e inclínalohacia adelante, con la cabeza haciaabajo si es posible. Golpéalefirmemente entre los omóplatos con labase de tu otra mano. Dale hasta cincode estos golpes en la espalda.

Si los golpes en la espalda nofuncionan, rodea la cintura de tu hijo contus brazos. Forma un puño con una manoy coloca el lado del pulgar contra elcentro del abdomen de tu hijo, justoencima del ombligo y por debajo delextremo inferior del esternón. Agarra elpuño con tu otra mano, y dale hastacinco empujones rápidos en el abdomen.

Sigue alternando hasta cinco golpesen la espalda y hasta cinco empujonesabdominales hasta que salga el objeto, tuhijo pueda respirar o toser con energía.Si estás solo, dale tres ciclos de golpesen la espalda y empujones abdominalesantes de llamar al 112. Si tu hijo sequeda inconsciente, necesitará la RCPmodificada (véase el paso 3).

PASO 3. Realiza una RCP modificadaAbre la boca de tu hijo y busca elobjeto. Si ves algo, intenta sacarlo concuidado con los dedos. Si no puedes,coloca a tu hijo boca arriba. Dale cincorespiraciones boca a boca, tapándole la

nariz con los dedos y soplándole dentrode la boca. Si no ves que su pecho seeleva, recoloca la cabeza e inténtalo denuevo. Si no hay respuesta, procede alas compresiones en el pecho: coloca labase de una mano sobre su esternón, enel centro de su pecho. En un niño,deberías ser capaz de hacer suficientepresión con una mano; en un niño másgrande, deberías colocar la otra manodirectamente sobre la primera. Intentamantener los dedos alejados del pecho,entrelazándolos o levantándolos. Hazquince compresiones, presionando elesternón de tu hijo entre un tercio y lamitad de la profundidad de su pecho.Permite que el esternón vuelva a su

posición normal antes de comenzar lasiguiente compresión. Repite el ciclo dequince compresiones. Busca el objeto, eintenta hacer dos respiraciones (15:2)hasta que el objeto salga, tu hijocomience a respirar por su cuenta ollegue el personal médico de urgencia.

Cuándo ir al hospitalSi tu hijo se está asfixiando, no haytiempo para llevarlo al hospital.Llama al 112 y lleva a cabo los pasosde esta página para ayudarle adespejar la obstrucción. Si tienes queusar golpes abdominales o realizaruna RCP modificada, o si hasadministrado adrenalina, un

profesional médico debe examinar a tuhijo, aunque parezca que se harecuperado completamente.

RCPRCP significa reanimacióncardiopulmonar. Se realiza si tu hijo hadejado de respirar, para hacer que lasangre que contiene oxígeno sigafluyendo hasta el cerebro y otrosórganos de tu hijo hasta que llegue elpersonal médico de urgencia.

PASO 1.Examina elestado de tuhijoSi ves que tu hijoestáinconsciente, sacúdelo suavemente y disu nombre en voz alta. Si no responde,haz que alguien llame al 112, o si estássolo, dale un minuto de cuidado y, acontinuación, llama al 112 antes decontinuar.

PASO 2. Abre las vías respiratorias detu hijo

Con rapidez, pero suavemente, coloca atu hijo boca arriba sobre una superficiefirme. Inclina la cabeza de tu hijo haciaatrás con una mano y levanta ligeramentesu barbilla con la otra, para abrirle lasvías respiratorias.

Busca movimiento y respiracióndurante diez segundos. Para buscarrespiración, acerca la cabeza a la bocade tu hijo, mirando hacia sus pies.Observa si su pecho se eleva y escuchasi hay sonidos de respiración. Sirespira, deberías ser capaz de sentir surespiración en tu mejilla. Si tu hijo norespira, pasa al paso 3.

PASO 3.Realiza cincorespiracionesboca a bocaTapa la narizde tu hijo, tapa su boca con la tuya, ysopla suavemente durante un segundodentro de sus pulmones hasta que veassu pecho elevarse. Haz una pausa parapermitir que el aire vuelva a salir, yrepite. Tienes que realizar cincorespiraciones en total antes de pasar alpaso 4.

Si el pecho de tu hijo no se eleva,sus vías respiratorias están obstruidas.Puede que su cabeza esté en una

posición incorrecta. Si después derecolocar su cabeza aún no hayresultado, plantéate realizar primerosauxilios para asfixia.

PASO 4. Realiza quince compresionesen el pechoColoca la base de una de tus manossobre el esternón de tu hijo, en el centrode su pecho. En un niño, deberías sercapaz de hacer suficiente presión conuna mano; en un niño más grande,deberías colocar la otra manodirectamente sobre la primera. Intentamantener los dedos alejados del pecho,entrelazándolos o levantándolos.

Para realizar una compresión en elpecho, presiona el esternón de tu hijoentre un tercio y la mitad de laprofundidad de su pecho. Permite que elesternón vuelva a su posición normalantes de comenzar la siguientecompresión. Haz quince compresionesen el pecho a tu hijo en total, a un ritmode 100-120 por minuto. A continuación,hazle otras dos respiraciones boca aboca.

PASO 5. Repite compresiones yrespiracionesRepite la secuencia de quincecompresiones en el pecho y dos

respiraciones. Si estás a solas con tuhijo, llama al 112, después de darle unminuto de cuidado. Sigue el ciclo decompresiones en el pecho yrespiraciones hasta que tu hijo muestresignos de recuperación o llegue ayuda.

Incluso si tu hijo parece estar biencuando llegue la ayuda, tienes que hacerque lo examine un doctor, paraaseguraros de que sus vías respiratoriasestán completamente despejadas y no hasufrido ningún daño interno.

Hipertermia

La hipertermia es una afecciónpotencialmente fatal que tiene lugarcuando la temperatura corporal se elevay su capacidad de enfriarse se apaga.Los niños son especialmente vulnerablesa esta afección, así que tendrás quevigilarlo de cerca si juega en el exteriorcuando hace mucho calor, sobre todo sise deshidrata o si lleva mucha ropa deabrigo. Las quemaduras graves de soltambién pueden provocar hipertermia.Por favor, ten también esto presente: lahipertermia puede darse en cuestión deminutos, como por ejemplo si dejas a tuhijo en un coche aparcado. Esta es otrarazón por la que nunca jamás deberíasdejar a tu hijo solo en el coche, ni

siquiera durante un instante. Latemperatura interior sube mucho más, ymás rápidamente que en el exterior. Lossíntomas de la hipertermia incluyen:

Fiebre de 39,5 °C, o mayor, sinsudor.Piel caliente, roja y seca.Pulso rápido.Respiración rápida y superficial.Inquietud.Confusión.Mareo.Dolor de cabeza.Vómitos.Aletargamiento (no responde tanenérgicamente como de

costumbre cuando le llamas porsu nombre o le haces cosquillasen la piel, por ejemplo).Inconsciencia.

Si observas alguno de estossíntomas, llama al 112 y dedícate aintentar bajar la temperatura interna desu cuerpo tan rápido como sea posible,mientras esperas a la ambulancia.Desviste completamente a tu hijo ytiéndelo en una habitación fresca, o a lasombra si no puedes entrar en unahabitación. Pasa una toalla mojada enagua fría por su cuerpo, y abanícale opon en marcha un ventilador eléctrico.Háblale de forma pausada, para

mantenerlo tranquilo. No le des nada debeber o comer, y no le ofrezcas ningúnmedicamento para reducir su fiebre(como paracetamol o ibuprofeno),porque no bajará la fiebre provocadapor la hipertermia.

Golpe de calorEl golpe de calor es más suave que lahipertermia. Los síntomas incluyen: sed,fatiga, piel fresca y húmeda, y calambresen las piernas o en el estómago. Llévalodentro, a una habitación con aireacondicionado si es posible, y ofrécelemucho líquido (evita bebidas con mucho

azúcar o muy frías, puesto que puedenprovocar calambres en el estómago).Dale un baño frío o ducha, y quedaosdentro durante el resto del día. Si noparece mejorar rápidamente, llévalo almédico o a urgencias.

EVITAR LA HIPERTERMIA YEL GOLPEDE CALORPonle a tu hijo ropa ligera y amplia.Asegúrate de que bebe más líquidos delo habitual en los días de calor, y no ledejes jugar en el exterior durante muchotiempo. Cuando haga mucho calor,quedaos dentro. Si en tu casa hace

mucho calor y no tenéis aireacondicionado, es buena idea ir a algúnlugar más fresco, como una bibliotecapública, un centro comercial o un centrode ocio.

Quemadura solar leveTu hijo no debería sufrir quemaduras desol si eres escrupulosamente cuidadosoen cuanto a la cantidad de tiempo quepasa al sol y aplicas protector solarregularmente. No obstante, si se sonrosaun poco tras exponerlo al sol, prueba losiguiente:

Empapa una toalla en agua frescay colócala suavemente sobre lazona quemada durante diezminutos.Extiende mucha loción paradespués de tomar el sol diseñadapara niños, y no olvidesrehidratarlo con mucho líquido.Si la piel comienza aampollarse, podría significar quetiene una quemadura de segundogrado. Llama a tu médico, que teaconsejará el tratamientoapropiado.

El kit de primerosauxilios

de tu hijo

Es fundamental tener un kit de primerosauxilios cuando hay niños en la casa.Los cortes, los rasguños y los moratonesson casi inevitables cuando los niñostrepan, explorando su entorno. Un buen

kit de primeros auxilios contiene todo loque necesitarás si tu hijo estáindispuesto, y debería tener todo lo quenecesitas para enfrentarte a problemasmédicos menores. Considero que lossiguientes elementos son esenciales encualquier kit. También es convenientecrear tu propio minikit para viajar opara cuando salgáis de casa:

Desinfectante de manos.Tiritas de distintos tamaños.Crema antiséptica para rasguños ycortes.Una crema tópica suave conhidrocortisona para picaduras de

mosquito y sarpullidos.Crema de árnica o comprimidospara moratones.Algodones.Antipiréticos y analgésicos, comoparacetamol e ibuprofeno. Nuncades aspirinas a los niños, puestoque está relacionado con undesorden hepático gravedenominado «síndrome de Reye».Manual de primeros auxilios.Tijeras pequeñas.Apósitos de gasa para limpiarcortes y detener hemorragias, yesparadrapo para mantenerlos ensu sitio.

Agua oxigenada para desinfectarcortes.Compresas frías, pequeñas ygrandes. Elige las flexibles que nonecesitan ser congeladas —¡lasretuerces y ya están frías!Jeringa oral o cuentagotas paraadministrar medicamentos.Líquidos para rehidratar, comosuero, en caso de diarrea ovómitos.Pinzas para sacar astillas ycristales, etc.Alcohol para desinfectar.Termómetro digital.

Revisiones y visitasmédicas

Debes ser consciente de los sistemasmédicos existentes para valorar la saludy el desarrollo de tu bebé, así como delapoyo que los asistentes sanitarios y tumédico de cabecera te pueden ofrecer.Durante la primera infancia, tu pequeñoseguirá teniendo revisiones del

desarrollo, en el historial clínicoinfantil, y también tendrás que hacer unavisita a tu clínica pediátrica o a laconsulta de tu médico de cabecera parala siguiente ronda de vacunas. Puedesesperar lo siguiente:

Entre los dos y los dos añosy medioTu hijo tendrá una revisión médica y dedesarrollo. Esta es una oportunidad paraque tu pareja y tú hagáis preguntas y ospreparéis para la siguiente etapa deldesarrollo de vuestro hijo.

Esta revisión será llevada a cabopor un miembro del equipo pediátrico,que normalmente es un asistentesanitario, un puericultor o un enfermeropediátrico. Te animarán a que cuentescómo van las cosas y escucharán tuspreocupaciones. También podrás recibirconsejo sobre cuidado infantil y otrostipos de apoyo, si te están planteandovolver a trabajar o a formarte. Larevisión puede tener lugar en tu clínicalocal, consulta de tu médico decabecera, o incluso en casa. Es una ideaestupenda que asistáis ambos, para quelos dos estéis al corriente sobre la saludy el desarrollo de vuestro pequeño.

La revisión abarcará lo siguiente:

Desarrollo general, que incluyemovimiento, habla, habilidadessociales y comportamiento, oídoy vista.Crecimiento, alimentaciónsaludable y actividad.Cepillado dental y visitas aldentista.Dirigir su comportamiento yfomentar buenos hábitos desueño.Mantener a tu hijo seguro.Vacunas.

Al entrar en la escuela (entre cuatro ycinco años)

Tu hijo tendrá una revisión médicacompleta. Esto incluye pesarle ymedirle, y hacerle pruebas de oído yvista.

Una vez tu hijo alcance la edadescolar, el personal de la escuela, juntocon la consulta de tu médico decabecera, los asistentes sanitarioslocales y los enfermeros ayudarán amantener la salud y el desarrollo de tuhijo. Trabajarán contigo para asegurarsede que recibe las vacunas y revisionesmédicas apropiadas, y te darán consejoy apoyo en todos los aspectosrelacionados con la salud y el bienestar,incluyendo problemas emocionales ysociales, si es necesario.

VacunasCuando cumpla alrededor de cuarentameses, tu hijo recibirá el refuerzo de latriple vírica contra el sarampión, laspaperas y la rubeola, así como la vacunacontra la difteria, el tétano y la tos ferina(tos convulsiva). Las autoridadessanitarias advierten de que uno de cadadiez niños tendrá fiebre entre seis y diezdías después, cuando la parte de lavacuna del sarampión comienza afuncionar. Algunos también sufren unsarpullido parecido al sarampión y noquieren comer. Estas reacciones suelenser suaves. Si estás preocupado, habla

con tu asistente sanitario o tu médico decabecera.

Enfermedadeshabitualesen niños

En algún momento, tu hijo entrará encontacto con otros niños y, cuando lohaga, cogerá resfriados y otrasenfermedades, a medida que su sistemainmune madura. Aunque esto puede ser

preocupante para los padres, es unaparte normal y saludable del desarrollofísico de tu hijo.

Lo mejor que puedo hacer esfamiliarizarte con los síntomas de lasenfermedades habituales para que sepascómo aliviar la incomodidad de tu hijo—¡y la tuya!—. Tendrás que sabercuándo llevar a tu hijo al médico, ycuándo buscar ayuda de urgencia.Cuando te entren dudas, yo siemprerecomiendo que llames y vayas. Laprofesión médica respeta el juicio de unpadre, así que no dudes en transmitir tuspreocupaciones a tu médico de cabecerao asistente sanitario. Analicemos lasafecciones infantiles más habituales, y

veamos lo que puedes hacer para ayudara tu hijo.

VaricelaLa varicela es un virus que causa unsarpullido de ampollas que pica en todoel cuerpo, e incluso en la boca. Dichasampollas pueden ir del tamaño delextremo de un lápiz al tamaño de unamoneda de cinco céntimos, y puedenvariar en distribución y extensión. Entre24 y 48 horas después de la aparición delas ampollas, el fluido interior se vuelveturbio y comienzan a convertirse encostras. En esta etapa, pueden picar

mucho y son incómodas. El sarpullidopuede ir acompañado de tos y moqueo,malestar estomacal, fiebre leve ymalestar general.

La varicela es altamente contagiosadesde un par de días antes de queaparezcan las ampollas hasta quedesaparecen, cosa que puede durar unpar de semanas. Hay una vacuna contrala varicela.

Mano amigaPuesto que la enfermedad escontagiosa antes de queaparezcan los síntomas, esdifícil evitar que tu hijo coja la varicela

si ha estado en contacto con alguien quetiene el virus. Cuando ronda la varicela,algunos defienden evitar el contacto conaquellos que la tienen como la peste;otros dirían: «Montemos una fiesta».Personalmente, yo estoy a favor de lafiesta, puesto que ayudará a construirantes el sistema inmune de tu hijo.

Tratar lavaricelaEl calor hace queel picor sea peor,así que manténfresco a tu hijo,con ropa y

sábanas de algodón. El algodóntranspira, así que ayuda a reducir elsudor. Pon una toalla muy fría en laszonas que más pican. Se puede aplicarloción de calamina o pomada decaléndula para evitar el picor yfavorecer la cura, mientras que se lepuede bajar la fiebre con paracetamol oibuprofeno.

Dormir con menos capas tambiénayuda, quizá solo una camiseta y ropainterior. También es bueno darle muchoslíquidos y alimentos como yogures yhelados, que hacen que el niño se sientafresco.

Tu hijo está condenado a rascarse,pero dañará menos su piel —y es menos

probable que desarrolle una infección enel lugar de las ampollas— si tiene lasuñas de las manos limpias y biencortadas. Si tiende a rascarse mientrasduerme, quizá quieras ponerle un par decalcetines viejos y limpios en las manospara evitar que las cosas empeoren.

CONSEJOS PARA EL PICOR

La mayoría de los pijamascon estampados están hechosde poliéster, que puedeaumentar el sudor por lasnoches, así que los evitaría.Mientras el sarpullido estéactivo, báñalo solo una vez

por semana. En lugar debañarlo, lávalo con unatoalla.Cuando lo bañes, un poco deavena puede reducir el picor.Mantén la loción de calaminaen el frigorífico para que estéfría cuando la pongas sobrela piel.

ResfriadosTu hijo tiene un resfriado. Estásorbiéndose los mocos, estornudando, y

moquea o tiene la nariz tapada, quizáincluso una fiebre ligera. Los resfriadosson muy comunes, sobre todo en niñosque van a la guardería, donde seexponen a toda clase de gérmenes. Unresfriado es un virus, y ningúnantibiótico en el mundo puede hacernada para remediar un virus.Sencillamente, tendrás que esperar a quepase, y asegurarte de que tu hijo estácómodo. Hay vapores que puedesextenderle sobre el pecho, y loshumidificadores y un buen baño devapor pueden ayudar a despejarle lacabeza.

Mano amiga

Ingerir comidas saludables yequilibradas con mucha fruta yverduras ricas en vitamina C,dormir mucho y ser moderadamenteactivo ayudará a que tu hijo sea menospropenso a sucumbir ante cada resfriadoque ronde. Cuando tiene un resfriado,hay que volver a la higiene básica,animarle a que tire los pañuelos a lapapelera, y a que se cubra la bocacuando estornude. Esto ayudará a evitarque extienda el virus por la casa. Perotal y como la mayoría de los padressaben, estamos tan cerca de nuestroshijos que, inevitablemente, lo cogemostambién. Es parte de tener niñospequeños.

Tratar un resfriadoEl paracetamol y el ibuprofeno ayudarána reducir la fiebre, y reducirán cualquierdolor causado por la inflamación de lasglándulas. Si le cuesta respirar por lanariz y está incómodamentecongestionado, puedes aplicar friegas devapor adecuadas para niños sobre supecho, y emplear un vaporizador en suhabitación. Mantenlo incorporado sobrelas almohadas cuando duerma, puedefacilitarle la respiración. Lofundamental es también mucho amor,paciencia y cariño. Y recuerda, tupequeño necesita cargar las baterías,

¡así que las actividades deben sermoderadas para expulsar la enfermedad!

ConjuntivitisLa conjuntivitis es una irritación oinflamación de la membrana de lospárpados y del globo ocular.Normalmente, viene causada por unainfección bacteriana o vírica que setransmite de niño a niño, cuando el niñoinfectado se frota los ojos y extiende lainfección a los juguetes y a otros niños.

Los síntomas incluyen un ojo rojo orosa, picor, un pegajoso flujo amarillo oclaro, y los párpados están encostrados

o pegados después de dormir. Enalgunas ocasiones, también hayinflamación alrededor del ojo, a causadel exceso de fluido.

Mano amigaLa buena higiene es la mejormanera de evitar que lainfección se extienda entre losmiembros de la familia y loscompañeros de tu hijo, y también evitaráque vuelva. No compartáis toallas oalmohadas, y lava las sábanas y lastoallas de tu hijo con agua muy caliente.También es importante que te laves lasmanos después de tener contacto con tu

hijo.

BUENA HIGIENENo se puede subestimar enseñar losfundamentos básicos de la buena higienea los niños pequeños. Si tu hijo estáacostumbrado a lavarse las manos conagua caliente y jabonosa regularmente, asecárselas a conciencia, a tirar lospañuelos usados, a cubrirse la bocacuando tose —y la nariz cuandoestornuda—, no solo será menosprobable que pille uno de los muchosvirus y bacterias que flotan alrededor,sino que también será menos probableque los transmita también. Si vais a salir,acostúmbrate a usar toallitas

antibacterianas para mantener sus manoslimpias, y un desinfectante de manos,cuando no haya agua caliente y jabóndisponibles.

Tratar la conjuntivitisLas posibles infecciones se tratan concolirios o pomadas que contengan unmedicamento antibiótico. Laconjuntivitis viral tiende a mejorar sintratamiento. En cualquier caso, tendrásque visitar al pediatra de tu hijo. Puedesayudarle limpiándole los ojossuavemente —desde el interior alexterior del ojo— con un algodón

mojado en agua tibia, previamentehervida. Usa un algodón nuevo paracada ojo. Pon un poco de vaselina en lospárpados y pestañas de tu hijo por lanoche, cuidando que no le entre en losojos, para hacer que resulte más fácilretirar la costra a la mañana siguiente.Las bolsitas mojadas y frías de tésherbales también ayudan con lainflamación. Yo le tiendo en el sofá, lepido que cierre los ojos y le aplico lasbolsitas de té mientras le leo un cuentodurante cinco minutos.

Tos

Hay muchos tipos de tos, algunas de lascuales van acompañadas de resfriado.Otras vienen causadas por otrasinfecciones, como de oído y amígdalas,catarro fuerte, inflamación de las víasrespiratorias y muchas otras cosas. Si latos de tu hijo es provocada por un virus,no hay mucho que se pueda hacer, másque mantener a tu hijo abrigado, seco yprovisto de muchos líquidos hasta queexpulse la enfermedad.

La tos es necesaria para expulsarlos cuerpos extraños y los mocos de latráquea y las vías respiratorias de lospulmones. Toser es un síntoma más deuna enfermedad, y puede indicarsinusitis, difteria, bronquitis, neumonía,

gripe y otros virus, las fases tempranasdel sarampión, asma, tos ferina o uncatarro fuerte de nariz o pecho,normalmente a causa de irritación oinfección.

Una tos seca puede estar causadapor los mocos de infecciones oresfriados, agentes químicos de laatmósfera, un objeto extraño, o inclusonervios, que estrechan la garganta. Unatos floja y húmeda es causada por lainflamación de los tubos bronquiales, acausa de una infección o una alergia.Una tos nocturna constante, o una quevuelve con cada resfriado y es difícil desacarse de encima puede indicar asma.

Mano amigaEs importante mantener elambiente de tu hijo libre dehumo, al igual que comprobarque no sufre de alergias que le irriten lasvías respiratorias. Tratar la raíz delproblema es clave para aliviar cualquierclase de tos, ¡y eso puede requerir ciertainvestigación!

Tratar la tosSi hay motivos que sugieran unainfección bacteriana, puede que seprescriban antibióticos. Algunosmédicos pueden abogar por un inhibidorde la tos, pero no se recomienda a

menos que la tos sea improductiva yverdaderamente agotadora para tu hijo.El paracetamol puede bajar la fiebre yreducir la incomodidad, y el ibuprofenopuede ayudar a aliviar la inflamación.Se le puede aplicar en el pecho unbálsamo apropiado para los pequeños, yse puede poner un vaporizador en lahabitación, para producir el vapor quele ayude a respirar por la noche.Mantenerlo en una posición ligeramenteincorporada mientras duerme puedeayudarle a dormir y reducir accesos detos. Bebidas tibias de miel y limónpueden aliviar; asegúrate de que noestán demasiado calientes, y de que usasmiel pasteurizada.

DifteriaLa difteria es una inflamación de lalaringe y la tráquea, que causa una toscaracterística que suena como si tu hijo«ladrara como una foca». Puede ser elresultado de una infección bacteriana oviral, o simplemente un resfriado, y lossíntomas parecen progresar después demedianoche.

Mano amigaLa difteria es una de esasenfermedades que puedeaparecer de la nada. Tratar los

síntomas de un resfriado puede ayudar aevitar que el virus afecte a su laringe,pero, en realidad, si se extiende, seextiende.

Tratar la difteriaPrueba a llenarla habitación devapor. El airetemplado yhúmedo ayuda areducir lainflamación. El ibuprofeno tienepropiedades antiinflamatorias, y puedeayudar a aliviar la incomodidad y lainflamación que pueden estar

provocando los «ladridos». Tu médicopuede recomendar una serie deantibióticos si la difteria es bacteriana,o también prescribir una o dos dosis deun medicamento con esteroides.

Diarrea y vómitoLa diarrea es común. Puede iracompañada del vómito y del dolorabdominal y, normalmente, se debe a unainfección o toxina en el intestino, cuandose conoce como «gastroenteritis». Ladiarrea infantil es una clase de diarreaen un niño que, por lo demás, seencuentra bien y sigue teniendo buen

apetito y gana peso. A menudo, contienepartículas no digeridas de comida.

Si tu hijo sufre gastroenteritis,también puede tener fiebre y dolorabdominal. El vómito también puedetener diversas causas, como unainfección de oído, una infección deltracto urinario, meningitis, empacho,cinetosis, o incluso fiebre elevada.Algunos niños vomitan cuando tienenuna tos o un resfriado, probablementepor exceso de mocos y, si el vómito espersistente y ocurre después de lascomidas, la raíz del problema puede seruna alergia alimentaria. Por este motivo,es buena idea visitar al doctor si elvómito no se detiene en un periodo de

entre 24 y 48 horas; así, se puedevalorar la causa y ofrecer el tratamientoapropiado.

Mano amigaUna vez más, una escrupulosaatención a la higiene puedeayudar a evitar que tu hijo cojaesta clase de infección. En concreto, hayque animarle a lavarse las manoscuidadosamente después de ir al baño.También es importante asegurarse deque la comida que come está biencocinada y se ha almacenado a latemperatura correcta. Si sufre vómitos odiarrea después de comer fuera, lo más

probable es que sufra una intoxicaciónalimentaria, a la que los pequeñossuelen ser susceptibles.

LLAMA A TU MÉDICOLlama inmediatamente a tu médico si tuhijo:

Tiene signos dedeshidratación, incluyendoboca seca, ojos hundidos,orina escasa y de coloroscuro, y falta de lágrimas,sobre todo si no puederetener fluidos o tienediarrea cada hora,aproximadamente.

Vomita bilis o sangre,experimenta dolorabdominal agudo, o no hapodido retener líquidosdurante más de 24 horas.

Tratar la diarrea y el vómitoEn la mayoría de los casos, tu médico secentrará en asegurarse de que tu hijopermanece hidratado (véase el cuadro).Si el vómito es severo, puede que hayaque evitar la comida sólida durante 24-48 horas, aunque si tu hijo tiene hambre,normalmente es buena señal. Limítate a

la comida sencilla y blanda como puréde manzana, plátanos maduros, arrozblanco y tostadas. Si la afecciónpersiste, es posible que tu médicosugiera una muestra de heces paradescartar una infección. Si sospecha deuna infección bacteriana, puede quehagan falta antibióticos.

MANTENER A TU HIJOHIDRATADOLos niños pueden deshidratarse conmucha rapidez cuando están enfermos, yeso puede provocar problemas serios desalud. Puedes reconocer ladeshidratación pellizcando ligeramente

la piel de tu hijo (en el brazo, porejemplo). Si vuelve a la normalidad,probablemente esté reteniendosuficientes líquidos; si la marca delpellizco perdura, tienes que centrarte enaumentar su ingesta de líquidos, yprobablemente en el suero. En caso dedeshidratación severa, puede que hagafalta ir al hospital. El suero está hechode sales y azúcares que ayudan arestaurar el equilibrio de electrolitos detu hijo. Si no puedes ir a la farmacia,puedes fabricar el tuyo, haciendo unamezcla de agua de botella (600 mlaproximadamente), azúcar (unacucharada grande) y sal (un pellizquito).Se pueden añadir saborizantes comozumo de limón y cebada o grosella, si tuhijo se niega a beberlo sin ellos.

Ofrécele sorbos pequeños, pues es másprobable que aguante en su estómago. Sino le gusta mucho, puedes probar acongelarlo en una hielera, y animarle aque chupe. En ocasiones, unadistracción, como una pajita flexible oun vaso especial, puede ayudar aanimarle a beber.

Infecciones de oídoUna de las causas más comunes deldolor de oído en niños son lasinfecciones del oído medio. La causaacostumbra a ser la transmisión de la

infección de la nariz o la garganta, através de la trompa de Eustaquio, queconecta el oído medio con la parteposterior de la garganta y, normalmente,drena fluido. Dado que esta trompa escorta y pequeña en bebés y niñospequeños, se obstruye con facilidad, y lainfección no tiene que viajar muchohasta el oído medio. Las infecciones deoído pueden provocar mucho dolor, y lapresión puede reventar el tímpano,provocando secreción. Puede haberfiebre y dolor de garganta, y tu hijopuede incluso tirarse de las orejas,literalmente. Los niños también sequejan de dolor de oído cuando le están

saliendo los dientes, o si sufren desinusitis.

PrevenciónSi tu hijo sufre resfriados frecuentes, esmás probable que sucumba a lasinfecciones de oído. Pídele a tu médicoel tratamiento apropiado. Asegúrate deque nadie fume en casa, o cerca de tuhijo, puesto que se ha asociado a unmayor riesgo de infecciones de oído enbebés y niños. Mantente al día con lasvacunas de tu hijo, ya que la vacunaneumocócica puede ayudar a reducir lacantidad de infecciones de oído.

Tratar infecciones de oídoLas infecciones de oído se pueden tratarcon antibióticos, pero algunos médicosson ahora menos partidarios de usarlos,ya que algunos estudios han mostradoque no son muy eficaces. En cambio, sepueden sugerir analgésicos yantiinflamatorios. Frotar el área bajo laoreja de tu hijo con un poco de aceite deoliva templado puede ayudar a aliviar laincomodidad.

FiebresLas fiebres son una realidad para todoslos niños. En la mayoría de los casos, no

hay razón para preocuparse, pero esimportante controlar estrechamente lossíntomas, y buscar ayuda médica sipersisten. La fiebre se ha definido comola temperatura corporal elevada almenos 1 °C por encima de lo «normal»,que es 37 °C. Hay que investigar todaslas fiebres si duran más de 24-48 horas,sobre todo si la temperatura de tu hijosupera los 38.5 ºC.

En la mayoría de los casos, lafiebre es la reacción del cuerpo a unainfección viral o bacteriana aguda. Alelevar la temperatura, ayuda a crear unentorno hostil para los invasores viraleso bacterianos, y también estimula la

producción de glóbulos blancos, queluchan contra la enfermedad.

Un niño con una temperaturaelevada puede sentir frío o calor, puedesudar o tiritar, se sentirá caliente al tactoy, normalmente, estará colorado. Lefaltará energía y querrá echarse odormir, en lugar de correr por todaspartes como siempre, se sentirá triste yno tendrá apetito. Si no se trata, enalgunas ocasiones la fiebre alta puedeprovocar el vómito en un niño, e inclusopuede llegar a tener un ataque(convulsión febril).

Mano amiga

No hay motivo para evitar unafiebre, puesto que es una señalde que el cuerpo de tu hijofunciona bien, a la hora de repeler laenfermedad. Tienes que ver una fiebresuave o moderada como algo bueno.Como yo digo, ¡hay que sudarla!

Tratar la fiebreSe pueden administrar paracetamol oibuprofeno para bajar una fiebremoderada o alta, y no hay por quéalertarse cuando dure menos de unperiodo de entre 24 y 48 horas, a menosque haya otros síntomas, como cuellorígido, sensibilidad a la luz, o un

sarpullido. Es importante mantenerfresco a tu hijo. Lo mejor es que levistas con ropa ligera de algodón, y ledes un baño tibio (ni frío ni caliente).Necesitará mucho líquido paramantenerse hidratado.

REPOSO EN CAMANingún niño se quiere quedar en la camacuando está enfermo, incluso aunquesea el mejor lugar para ellos.Mantenerlos ocupados en sus camas conla misma clase de actividades queestarían haciendo en su grupo de juego oguardería puede ser de ayuda. Imprimedibujos para colorear con el ordenador,y ponlo a trabajar. Usa una bandeja para

el desayuno, dale algunos frascospequeños de plastilina y saca sus librosinteractivos favoritos.

Lo más importante es asegurarte deque descansa, y de que emplea suenergía para ponerse bien, en lugar dejugar. La mayoría de los niños adoratener a un padre allí para ofrecerle todosu apoyo y atención. Por lo tanto, sipuedes encontrar un equilibrio entre lasactividades tranquilas que pueda hacerpor su cuenta —y charlas divertidas yconfortantes, cuentos, puzles, e inclusoabrazos contigo—, tu hijo puedeconsiderar un regalo verse relegado alsofá o a la cama y no moverse. Esta esuna de las ocasiones en las que sugieroun DVD o un programa infantil detelevisión. ¡Ahora serán útiles!

RubeolaSe trata de una infección viral que afectaprincipalmente a la piel y a los nóduloslinfáticos, y generalmente se transmite através de las gotitas de la nariz o lagarganta que otros respiran.Generalmente, es una enfermedad suaveen los niños; el peligro principal de larubeola es la infección en mujeresembarazadas, porque puede provocarproblemas de desarrollo serio en bebésnonatos.

El periodo de incubación es de

entre catorce y veintiún días tras laexposición, y los síntomas incluyenfiebre suave, dolor de garganta ynódulos linfáticos inflamados en la parteposterior del cuello o detrás de lasorejas. Después de un par de días,comienza a salir una erupción de puntosrosas o rojo suave que se extiende haciaabajo. El sarpullido puede picar, y durahasta tres días.

Mano amigaLa rubeola ya no es comúngracias a la vacuna. Si tu hijono está inmunizado, lo másprobable es que la coja, si sale. Algunos

niños vacunados también puedensucumbir, así que no lo descartes si tienetodos los síntomas.

Tratar la rubeolaEl paracetamol o el ibuprofeno bajaránla fiebre y reducirán la incomodidad. Sepueden prescribir cremas y ungüentosque incluyan calamina, así comopreparados con esteroides suaves si elsarpullido pica mucho. Los bañosfrecuentes y en agua tibia ayudarán aaliviar cualquier picor y reducirán lafiebre.

OtitisTambién conocida como «otitis mediapor efusión», la otitis es una enfermedadcrónica que afecta a gran cantidad deniños pequeños. Se caracteriza por unamucosidad gruesa, a menudo maloliente,que se acumula en el oído medio,afectando al oído y provocando que seperfore el tímpano para permitir que lamucosidad supure. La enfermedad surge,principalmente, porque el oído medio esincapaz de drenar sus secreciones haciala nariz, mediante la trompa deEustaquio. A diferencia de otras formascomunes de dolor de oído, la otitis no

está causada por la infección, y noresponde a los antibióticos.

Puede estar causada por unainfección crónica de nariz o garganta,pero también puede ser provocada poralergias o exposición a corrientes deaire. También puede estar asociada conlas amígdalas crónicamente inflamadas yadenoides que causan la obstrucción dela trompa de Eustaquio.

Normalmente, la enfermedad notiene síntomas, además del ocasionaloído dañado, que no siempre aparece.La mayoría de los niños no sonconscientes de que algo va mal, y se lespuede acusar de no prestar atención.

Nota importanteSe ha demostrado que el tabaquismopasivo es una de las causas principalesde la otitis; por lo tanto, es fundamentalque tu hijo no crezca en un ambiente enel que haya humo. También esimportante asegurarte de que tu hijo nosufre de ninguna alergia, que podríaexacerbar e incluso provocar laenfermedad. Si eres un padre fumador,sé muy consciente de ello porquedebería ser motivo de preocupación.

Tratar la otitisLa otitis se trata a menudo con unasencilla operación en la que se hace un

diminuto corte en el tímpano y se insertaun pequeño tubo de plástico comodrenaje. Esto permite que se iguale lapresión a ambos lados del tímpano, yfomenta el drenaje de las secrecionesdel oído medio. Te tranquilizará saberque la mayoría de los niños superan elproblema a la edad de empezar en laescuela.

Fiebre aftosa humanaSi de repente aparecen ampollas en lasplantas de los pies, las palmas de lasmanos y dentro de la boca de tu hijo, lomás probable es que tenga la fiebre

aftosa humana, una infección viral muycomún entre los niños. Altamentecontagiosa, aparece sobre todo duranteel verano y el otoño. El periodo deincubación es de entre tres y cinco días,y se contagia mediante la tos y elestornudo, que transmiten el virus alaire.

Los síntomas incluyen fiebre (aveces elevada), puntos que se parecen alos de la varicela, pero que en lugar depicar duelen, y sentimiento de malestar.La fiebre y las ampollas suelendesaparecer en unos días. Las úlceras dela boca pueden durar hasta una semana ypueden ser dolorosas, provocando amenudo que se reduzca la alimentación.

Mano amigaLava los cubiertos, los vasos ylos juguetes de plástico de tuhijo en el ciclo de agua máscaliente de tu lavavajillas para evitarque se extienda la enfermedad al restode los miembros de la familia. Tambiénes conveniente lavar las sábanas a altatemperatura. Si hay un brote en laguardería o en el centro de cuidadoinfantil, procura que se lave las manosfrecuentemente.

Tratar la fiebre aftosa humana

Dado que es un virus, no se puede hacergran cosa para tratarlo, aunque puedesayudar a tu hijo a sentirse mejormanteniéndole la fiebre baja conparacetamol o ibuprofeno y ofreciéndolebaños tibios. Aplica algodonesempapados en agua muy fría sobre lasdoloridas ampollas para aliviarle.

Dolores de cabezaLa mayoría de los dolores de cabeza delos niños se deben a infecciones comoresfriados, infecciones de oído,gastroenteritis o amigdalitis. Algunosniños también sufren dolores de cabeza

cuando están estresados o disgustados, ocuando les salen los dientes. Noobstante, el dolor de cabeza y la fiebretambién pueden sugerir meningitis, asíque revisa el resto de los síntomas paraasegurarte de que no está en peligro.Siempre está bien informar de cualquierdolor de cabeza a tu médico, dado quepueden tener una serie de motivos quequizá haya que investigar. Hay queobservar especialmente los dolores decabeza fuertes o persistentes. ¿Cómosaber que tu pequeño tiene dolor decabeza? Puede que diga cosas raras,como que le duele el «pelo», o que sefrote mucho la cabeza. En este caso,tienes que leer entre líneas.

Mano amigaTratar la raíz es la mejormanera de evitar los dolores decabeza, así que tal veznecesites plantearte si lo que le causadolores de cabeza es la ansiedad,alergias alimentarias, falta de sueño,ingesta inadecuada de líquidos,problemas dentales, problemas de lasfosas nasales o incluso azúcar bajo ensangre (cosa que se puede aliviardándole tentempiés sanos entrecomidas).

Tratar los dolores de cabeza

Es posible que te receten analgésicoscomo el paracetamol o el ibuprofenopara las jaquecas crónicas, pero tumédico investigará para averiguar lacausa antes de prescribir nada. Un pañofresco sobre la cabeza de tu hijo y unmasaje suave en la frente, la parteposterior del cuello y las sienes puedealiviar la incomodidad.

PiojosLos piojos son diminutos insectosparasitarios que dejan sus huevos(llamados «liendres») en la base delnacimiento del pelo. Los piojos no

causan enfermedad, pero pueden picar eirritar el cuero cabelludo. Son muycomunes entre los niños que asisten aguarderías o parvularios; cuando suscabezas descansan juntas mientrasjuegan o trabajan, los insectos saltan deuna cabeza a otra. En poco tiempo, todauna clase puede estar infestada.

Busca piojos o liendres separandoel cabello en varios puntos y empleandouna lupa bajo la luz. También puedescepillarle el pelo sobre una hoja depapel oscura, para ver qué sale. Lospiojos son muy pequeños, y parececaspa. No obstante, no se caen cuandotocas el pelo.

Mano amigaSi hay liendres en la guarderíao en el grupo de juego de tuhijo, probablemente teavisarán. Sujeta el cabello largo; a losinsectos les resulta más fácil viajar entrecabezas cuando el pelo es largo. En miexperiencia tratando niños con piojos,lavar el cabello con árbol de té o conunas gotas de aceite de lavanda es unestupendo preventivo.

Aplica acondicionadorregularmente en el pelo de tu hijo, y usaun «peine para liendres» para retirarcuidadosamente cualquier huevo oinsecto que haya llegado a su cabeza.

Hacerlo frecuentemente puede evitar unaplaga.

Tratamiento para piojosTe sugerirán un champú de farmaciapara lidiar con el problema, pero lavatodas las toallas, ropa y sábanas conagua muy caliente, y desinfecta lospeines y los cepillos después deltratamiento. Hay algunas pruebas quedemuestran que los tratamientos quecontienen organofosfatos puedenprovocar ciertos daños neurológicos enun pequeño porcentaje de niños, así quemerece la pena hablar con tu médicoantes de comprar nada.

ImpétigoEsta infección bacteriana de la piel esmuy común en los niños. Aparece enforma de racimos de pequeños bultos ollagas que segregan fluido, formando unacostra de color miel sobre ellos. Amenudo aparece inicialmente alrededorde la boca y la nariz, pero puedeextenderse rápidamente si se tocan otraspartes del cuerpo. Es contagioso, así queten cuidado.

Mano amiga

Lava las sábanas y las toallasde tu hijo frecuentemente a unatemperatura muy elevada, paraevitar que se extienda a otras partes delcuerpo y a otros miembros de la familia.Anímale a lavarse las manosfrecuentemente y usa un jabón de manosantibacteriano. Mantén sus uñas cortas,puesto que se puede sentir tentado arascarse cuando se sequen las costras.

Tratar el impétigoEl tratamiento es mediante antibióticos,que pueden ser orales y/o tópicos enforma de crema o ungüento. Tu médicotambién puede sugerirte un tipo de jabón

líquido que puede esterilizar el resto dela piel, donde las bacterias pueden estaracechando. Puedes mantener el árealimpia bañándolo en agua fresca,previamente hervida, y frotandosuavemente las costras con un algodónlimpio.

SarampiónEl sarampión es una enfermedadaltamente contagiosa provocada por unvirus que normalmente se inhala. Elperiodo de incubación es de catorcedías, aproximadamente, y justo antes deque aparezca el sarpullido, se pueden

ver puntos diminutos en el interior de lamejilla. Comienza como un resfriado,con moqueo o tos, y después aparece lafiebre y conjuntivitis ocasional. Lafiebre tiende a aparecer a medida quesale la erupción. La erupción secaracteriza por puntos planos de colormarrón rojizo que, normalmente,comienzan detrás de las orejas y sobrela cara. Los nódulos linfáticos seinflaman y apenas hay apetito, y puedehaber vómitos y diarrea. Las manchasdel sarampión no pican, pero tu hijo sesentirá muy mal. Las complicaciones delsarampión incluyen la neumonía,infecciones del oído medio y bronquitisy, rara vez, encefalitis.

El sarampión es una enfermedadseria que puede ser fatal para los niños.Llama a tu médico si sospechas quesufre esta enfermedad. Habrá queponerlo en cuarentena para evitar que seextienda la infección, así como controlarlas posibles complicaciones.

Mano amigaLa vacuna triple vírica hatenido un impacto enorme en lareducción del número de brotesy, a consecuencia, la tasa de mortalidadha caído de forma importante. Es unaenfermedad altamente contagiosa, asíque es poco probable que evites que tu

hijo la coja si no está inmunizado. Noobstante, puedes mantener su higiene almáximo para evitar el riesgo deinfección.

Tratar el sarampiónLa fiebre se controla generalmente conparacetamol e ibuprofeno, y hay queingerir muchos líquidos. No seprescriben antibióticos para elsarampión, pero pueden ser necesariossi se desarrollan complicacionesadicionales. Ofrécele mucha agua frescapara fomentar la expulsión de toxinas, ypara evitar la deshidratación, sobre todoen caso de fiebre.

Al igual que con la varicela, tienesque mantener el sarpullido seco. Laloción de calamina puede ayudar, igualque los pijamas y las sábanas dealgodón, pues reducen la sudoración.Báñalo semanalmente en un baño tibiode agua de avena y, entre baños, lávalocon una toalla.

MENINGITIS – TOMA NOTATodos los padres deberían serconscientes de los síntomas demeningitis en niños de todas las edades.En los niños mayores, busca:

Fiebre.

Rigidez en el cuello (a tu hijole puede resultar difícil odoloroso inclinar el cuellohacia delante).Dolor de cabeza, que puedeser fuerte.Fotofobia (sensibilidad a laluz).Vómitos.Aturdimiento.Un sarpullido irregular queno se vuelve blanco alpresionarlo (presiona uncristal transparente sobre elsarpullido; si sigue rojo, lomás probable es que tu hijotenga meningitis).

Estos síntomas se desarrollan a menudoen cuestión de horas.

En bebés y niños pequeños, lossíntomas tempranos de meningitis noson específicos. Incluyen:

Fiebre.Irritabilidad, que puedeempeorar al sostenerlo oabrazarlo.Pérdida de apetito.Vómitos.Aletargamiento o sueño pocohabitual.Tu hijo también puederesistirse a torcer el cuello,

incluso si lo animas a mirarhacia arriba o hacia abajo.

Si tu hijo sufre de alguno de estossíntomas, llama inmediatamente al 112y pide una ambulancia. Es crucial que tuhijo reciba valoración y tratamientoinmediatos.

MeningitisLa meningitis no es común, pero, comoes muy peligrosa, la incluyo aquí. Es unainfección de la membrana cerebral(meninges), y es una enfermedad grave

que hay que identificar y tratarrápidamente. Afecta a gente de todas lasedades, pero es más habitual en losniños preescolares. La meningitis puedeser causada por distintos virus obacterias. El resultado puede variarentre una infección suave, quedesaparece después de unos días deenfermedad, y una enfermedad grave yocasionalmente fatal. Si se sospecha demeningitis, es importante ponerse encontacto con el médico inmediatamente.Puede presentarse meningitismeningocócica con un sarpullidocutáneo que no palidece, que a menudose asocia a un rápido deterioro, que

puede ser un riesgo para la vida yrequiere tratamiento de emergencia.

Mano amigaEn la actualidad, se ofrece alos niños la vacuna Hib y laneumocócica contra dos tiposde meningitis, cosa que ha reducido deforma importante el número de casos.No obstante, aún existe el riesgo, así quesé consciente de los síntomas y mantentealerta. La meningitis no se puede cogercon el contacto natural, y la bacteria novive demasiado fuera del cuerpo; sinembargo, se puede transmitir alcompartir vasos o botellas de agua, por

ejemplo, ¡o mordiendo el mismojuguete! Mantén limpias las manos de tuhijo, y no permitas que compartapañuelos, comida ni cubiertos.

Tratar la meningitisEl tratamiento de la meningitisbacteriana son antibióticosadministrados directamente en vena.Normalmente se emplea suero paramantener a tu hijo bien hidratado. Lameningitis viral, que no es tan seriacomo una meningitis bacteriana,normalmente no requiere tratamientoespecífico, aunque puede hacer faltamedicación antivírica. No obstante, lo

más importante que puedes hacer esevitar que cunda el pánico. Aunque tepuede aterrorizar ver a tu hijo tanenfermo, necesitará que seas fuerte y leapoyes mucho, y si nota tu ansiedad,puede que se ponga incluso másnervioso.

Molusco contagiosoEstas diminutas verrugas cubiertas depiel se extienden rápidamente de unazona cutánea a otra mediante el contacto;de ahí el nombre «contagioso». Lasverrugas casi siempre aparecen engrupo, quizá en un lado del pecho con

otro grupo en la piel interior del brazo,donde ha tenido contacto reiterado conlas verrugas del pecho. Aunque se puedeextender rápidamente y distribuirseampliamente, la cura es, a menudo, peorque el problema.

Mano amigaEsta es una enfermedadextremadamente contagiosa quepuede descontrolarse entreniños que comparten el baño, toallas,ropa, o incluso con la proximidad. Elcontacto con la piel puede extenderlo.Algunos niños parecen tener unainmunidad natural, mientras que otros

parecen ser incapaces de sacárselo deencima. Lavar con agua muy caliente lastoallas, la ropa y las sábanas puedeayudar a evitar que se extiendan lasverrugas.

Tratar el moluscoCuando hay relativamente pocasverrugas, la medicación corrosivafunciona bien con un mínimo demolestia. Otros tratamientos incluyencortarlas con un bisturí, o quemarlas conuna aguja eléctrica. No obstante, puestoque recientes estudios muestran que elmolusco desaparece por su cuenta con eltiempo, quizá prefieras esperar. Si tu

hijo siente picor, aplica un poco deloción de calamina sobre las verrugas;sin embargo, normalmente tienen pocossíntomas.

ADMINISTRARMEDICAMENTOSA veces permito a los niños elegir siquieren tomar sus medicamentos conjeringa o cuchara. Si juegan un poco conellas, a menudo les resulta menossobrecogedor. Los niños son listos:¡pronto se dan cuenta de que planeasacercarte a ellos con la cuchara para losmedicamentos! Aunque el horario esimportante para muchos tipos demedicamentos, como los antibióticos,

media hora arriba o abajo de la horaestablecida está bien. Por lo tanto,sugiero que alteres ligeramente larutina, para pillarlos desprevenidos —aveces antes del desayuno, a vecesdurante, y a veces después.

PaperasLas paperas son un virus que puedeinfectar muchas partes del cuerpo, sobretodo las glándulas salivales en la parteposterior de cada mejilla, y la zona entrela oreja y la mandíbula. Estas seinflaman y se vuelven dolorosas,haciendo que el niño parezca un hámster

con comida en las mejillas. Desde laintroducción de la vacuna triple vírica,las paperas ya no son tan comunes.

La enfermedad rara vez tiene lugaren niños de menos de dos o tres años, ytarda alrededor de dos o tres semanas enincubar. Es infecciosa desde un día antesde que las glándulas comiencen ainflamarse y hasta una semana despuésde que bajen. Los síntomas incluyen unmalestar general y fiebre con dolor decabeza y dolor alrededor del cuello.Tragar puede resultar doloroso.

Mano amiga

La vacuna triple vírica estádiseñada para evitar estaenfermedad, y ha tenido muchoéxito. Por lo demás, mantener a tu hijosano y fuerte con un buen planalimenticio, mucho sueño reparador ybuenos niveles de ejercicio le dan lasmejores oportunidades de hacer frente acualquier virus.

Tratar las paperasTu médico te sugerirá mucho líquido, yparacetamol o ibuprofeno para el dolory la fiebre. Puedes aplicar compresasfrías sobre las inflamaciones paraaliviar la incomodidad (algunos niños

las prefieren templadas), y ofrecerlehelados para aliviar su garganta ycuello.

CuidadoSe pueden desarrollar complicacionesen chicos adolescentes que contraen laspaperas, así que es importante que tuhijo se quede en casa hasta que esté biende nuevo. Si la enfermedad vieneacompañada de fuertes dolores decabeza, rigidez o fiebre, visitainmediatamente a tu médico, puesto quepueden ocurrir complicaciones queafecten al cerebro de tu hijo.

NeumoníaSi tu hijo tiene mucha fiebre y resopla, yresuella o tiene problemas para respirar,puede estar sufriendo neumonía, unainfección del tejido pulmonar causadapor un virus o una bacteria. Puede seruna enfermedad grave, y hay quellevarlo al médico urgentemente en casode que haga falta tratamientohospitalario. Los síntomas pueden ser:respiración rápida y superficial, dolorde pecho, dolor de garganta y de cabeza,tos con mocos (sangre, ocasionalmente),una tos seca, que se vuelve más húmeday productiva, fiebre elevada, sudor,temblores y aletargamiento.

En los niños, la neumonía ocurredespués de otra infección respiratoria,como resfriados, gripe, bronquitis o tosferina, o después del sarampión(bronconeumonía). Es más probable queocurra cuando tu hijo no se harecuperado completamente, o no hadescansado suficiente durante laenfermedad.

ANIMAR A TU HIJO A BEBERAGUAEl agua es, con diferencia, la mejormanera de mantener a tu hijo hidratadocuando está enfermo, pero ¿qué ocurrecuando no es aficionado a beberla?

Prueba a ponerle un chorrito de zumo defrutas, que la hará más apetecible.Prueba a ponerlo en un vaso bonito conuna pajita, que le atraerá lo suficientecomo para conseguir que beba un poco.

Mano amigaAlgunos niños son máspropensos a problemasrespiratorios como laneumonía, y en otros puede ser elresultado de una dieta pobre, falta deaire fresco y ejercicio, contaminación otabaquismo pasivo. Los niñoscrónicamente enfermos y que toman

medicación de forma regular pueden sermás susceptibles. Tratar estosproblemas puede ayudar a mantener laenfermedad a raya. Es igualmenteimportante asegurarte de que tu hijo novuelve a su guardería —o parvulario—hasta que se recupere de cualquierenfermedad, incluso algo tan simplecomo un resfriado o una tos. Laneumonía tiende a ser una enfermedadsecundaria, así que es importanteresolver cualquier enfermedad conmucho descanso, buena comidasaludable y atención.

Tratar la neumonía

La neumonía bacteriana requiereantibióticos, mientras que no hace faltaningún tratamiento específico para laforma viral de la enfermedad. Se puededar paracetamol o ibuprofeno parareducir la fiebre y, en casos graves,puede hacer falta terapia de oxígeno oventilación artificial. Emplear unvaporizador en la habitación de tu hijopuede ayudarle a respirar con másfacilidad y, por lo tanto, a dormir más.Frotarle el pecho con pomada tambiénpuede ayudar a abrir las víasrespiratorias.

LombricesLas lombrices son gusanos diminutosque viven en el tracto digestivo yparecen pequeños hilos blancos. Sonmuy comunes entre los niños pequeños,que los adquieren cuando alguien conlombrices se rasca el trasero, se lequedan los huevos en las uñas y despuéstoca una superficie que tu hijo tocatambién. Se lleva los dedos a la boca,los huevos bajan por su sistemadigestivo y, alrededor de un mesdespués, los huevos se rompen.

El signo más común es el picoralrededor del ano. No obstante, muchosniños no tienen síntomas. En ocasiones,

se pueden ver lombrices alrededor delano o en las heces, e inflaman la zonadel recto a la que se pegan. Laslombrices no son peligrosas, aunquetienden a interrumpir el sueño.

Mano amigaLas lombrices sonincreíblemente contagiosas, asíque quizá necesites examinar atoda tu familia. Es importante que todoslos miembros de la familia sean muyexigentes con la higiene. Las lombricesprosperan con el azúcar, así queeliminarlo no solo ayudará a evitar lainfestación, sino que puede evitar que

vuelva. Lava con agua muy caliente lassábanas y las toallas de quien las sufra.No obstante, lo más importante es queevites que tu hijo se lleve los dedos a laboca; no siempre es fácil, pero esta es laforma más eficaz de transmitir laslombrices. Si se chupa el dedo,asegúrate de que se lava las manosfrecuentemente con agua caliente conjabón, y ayúdale a limpiarse las uñascon un cepillo para niños.

Tratar las lombricesExisten preparados sin prescripciónmédica para deshacerse de laslombrices. En realidad, no saben tan

mal, como una mezcla de un batido deproteínas y zarzaparrilla (¡Sí, tuve quelidiar con esto en mi día!). Losmedicamentos se llaman«antihelmínticos», y se eligen en funcióndel tipo de lombriz. Además delmedicamento, mantén cortas las uñas detu hijo, y evita que se rasque alrededordel ano. Si es necesario, ponle un par decalcetines en las manos antes deacostarlo. A veces ayuda poner un pocode vaselina, loción de calamina, oincluso cremas diseñadas para lossarpullidos de pañal en la zona paraaliviar cualquier inflamación y el picor.Los baños fríos también pueden ayudar a

reducir el picor. Normalmente, es buenotratar a toda la casa.

CandidiasisLa candidiasis o Candida albicans esuna infección fúngica o de levaduras. Esmuy común en los niños, cuyo sistemainmune aún se está desarrollando. Haydos tipos, principalmente: la candidiasisoral y la vaginitis. Puede ocurrir en lazona del pañal también, peronormalmente solo a los bebés. Lacandidiasis oral se caracteriza por lasmanchas dolorosas, blancas y elevadasen la boca. Si rascas una suavemente

con el dedo, debajo está rojo. En la zonagenital, verás una secreción blanca en lavagina de tu hija, que puede picar eincluso oler un poco.

Lee siempre la etiquetaEs importante que leas la etiqueta detodo medicamento antes de dárselo a tuhijo, y no asumas que los medicamentosconocidos son seguros: tanto elparacetamol como el ibuprofeno puedencausar serios efectos secundarios.

Mano amiga

Comer una dieta fresca ysaludable y fomentar que tuhijo duerma mucho ayudará aestimular su sistema inmunitario ymantener las infecciones fúngicas a raya.Concretamente, una dieta rica en azúcar—o una rica comida procesada—parece ser la raíz de muchos casos. Enalgunas ocasiones, ocurre después deuna ronda de antibióticos, cuando elequilibrio de bacterias «saludables» detu hijo está alterado. En este caso,ofrecer probióticos, que se puedenañadir en polvo a las comidas de tu hijo,puede ayudar. Mantener limpia el áreagenital de tu hija y evitar el uso dejabones, productos de limpieza

perfumados e incluso toallitas y bañosde burbujas puede ayudar a evitar lairritación que genera la vaginitis. Enlugar de limpiar con papel, secaligeramente la vagina para evitarcualquier irritación.

Tratar la candidiasisQuizá a tu hijo le prescriban medicaciónantifúngica que puede aplicarse en lazona afectada, o tomarla oralmente.

AmigdalitisLa amigdalitis es una inflamación de lasamígdalas ubicadas en la parte posterior

de la garganta. Generalmente se debe auna infección viral o bacteriana (amenudo por bacterias estreptocócicas),y provoca inflamación y enrojecimientode las amígdalas, posiblemente conpuntos blancos o amarillos de pus. Lasadenoides también se pueden inflamar oinfectar.

La amigdalitis puede ocurrir encualquier época, pero es especialmentecomún durante la niñez. Puede que tuhijo tenga glándulas inflamadas (nóduloslinfáticos), dolor de garganta con doloral tragar, dolor de cabeza, dolor de oídoy debilidad general. La mayoría de loscasos vienen acompañados de fiebre, yquizá notes que tu hijo tiene mal aliento.

Mano amigaSi tu hijo se queja de que leduele la boca (la forma en laque a menudo describen eldolor de garganta), merece la pena echarun vistazo a su boca. Lidiar con losprimeros signos de inflamación puedeevitar que empeore la enfermedad.

Tratar la amigdalitisEn la mayoría de los casos, se ofreceránantibióticos. Si tu hijo tiene ataquesrecurrentes, tal vez haga falta extirparlelas amígdalas quirúrgicamente. Puedesayudar a aliviar la incomodidad

ofreciéndole muchas bebidas frías ypolos de frutas frescas, y dándoleparacetamol o ibuprofeno para afrontarel dolor. También es eficaz emplearspray analgésico para la garganta.

Infecciones del tractourinarioUna infección del tracto urinario ocurrecuando las bacterias entran en él através de la piel alrededor del recto ylos genitales, subiendo por la uretrahasta la vejiga. Cuando esto ocurre, lasbacterias pueden infectar e inflamar lavejiga, provocando inflamación y dolor

en la parte inferior del abdomen y elcostado. Esto se conoce como «cistitis».Si la bacteria sube más a través deluréter hasta los riñones, se puededesarrollar una infección renal. Ambostipos de infección vienen normalmenteacompañados de dolor y fiebre. Lasinfecciones renales son mucho másserias que las infecciones de vejiga. Lossíntomas pueden ser fiebre alta,irritabilidad, dolor abdominal, dolor alorinar, náuseas y vómitos y, enocasiones, orina oscura o maloliente; noobstante, no todos los niños losexperimentan. Tu hijo quizá solo tengauna fiebre suave y sentirse mal engeneral.

Los síntomas no siempre sonevidentes para los padres, y

los niños pequeños son normalmenteincapaces de describir cómo se sienten.Algunos niños ponen una mueca ogruñen cuando hacen pipí, o evitanhacerlo directamente. Estas pueden serseñales de una infección. Reconocer ytratar infecciones del tracto urinario esimportante. Si no se tratan, puedenprovocar serios problemas renales.

Mano amigaMantener a tu hijo bienhidratado es lo más importanteque puedes hacer para evitar

infecciones del tracto urinario. Tirar amenudo de la cadena ayuda a mantener alas bacterias a raya. A las niñas hay queenseñarles a limpiarse el trasero deadelante hacia atrás, para evitar que lasheces entren en contacto con susuréteres. También deberían evitaremplear jabón en la zona, o burbujas enel baño, pues quizá causen irritación einflamación que pueden atrapar lasbacterias.

Tratar las infecciones del tractourinarioSi sospechas de una infección del tractourinario tendrás que llevar una muestra

de orina a tu médico para que la analice.Busca un frasco muy limpio y lávalo conagua muy caliente y jabón, o ponlo en ellavavajillas. Cuando esté limpio, animaa tu hijo a orinar en el frasco,sosteniéndolo en la taza del retrete. Lasinfecciones del tracto urinario se tratancon antibióticos. También es importanteque tu hijo beba mucho líquido paraexpulsar las bacterias. Ahora sabemosque el zumo de arándanos contiene unasustancia que evita que las bacterias seasienten en el tracto urinario; bebermucho zumo (diluido, naturalmente)puede ayudar a aliviar los síntomas,fomentar la curación y evitar futurosataques.

Tos ferinaSe trata de una enfermedad altamentecontagiosa que provoca una tosincontrolable y violenta que puededificultar la respiración. Los síntomasiniciales incluyen moqueo, una ligerafiebre y diarrea.

Puede haber hasta cincuentaaccesos violentos de tos, que quizá seantan fuertes que su cara se vuelva roja oazul y sus ojos sobresalgan. Puede haberalgo de vómito con los accesos de tos.La tos mejora lentamente a lo largo de

muchas semanas, y a veces lleva mesescurarla completamente.

Mano amigaLa vacuna DPT protege a losniños contra la tos ferina, peroesta aparece de vez en cuando,incluso en niños inmunizados. Si hay unbrote, asegúrate de que tu hijo se cuidade lavarse las manos con agua caliente yjabonosa, y que evita «compartir»comida, bebidas, vasos o pañuelos.

CUIDADOHay riesgo de una infección secundaria,sobre todo neumonía y bronquitis.

Todos los casos de tos ferina tienen queser examinados por un médico. Si la tosviene acompañada del vómito, asegúratede que hay una ingesta adecuada delíquidos para evitar la deshidratación.Llama inmediatamente a tu médico si atu hijo se le azulea la zona alrededor delos labios.

Tratar la tos ferinaLos antibióticos no son especialmenteútiles, pero se pueden prescribir. Noobstante, si se diagnostica pronto, amenudo se administra eritromicina, queparece reducir la capacidad de

infección, y reduce el periodo deenfermedad. También se puedeprescribir un inhibidor de la tos. Encasa, puedes usar un vaporizador en lahabitación de tu hijo para ayudar afacilitar su respiración, y mantenerloligeramente elevado cuando vaya adormir. Si no usa almohada, pon unabajo su colchón, o usa una toalladoblada, para darle una ligerainclinación a su cama. Frotarle el pechocon una pomada de vapor puede aliviarla incomodidad. El paracetamol o elibuprofeno ayudarán con el dolor.Recuerda que tu hijo se puede asustarmucho con la tos, así que es importantemantenerse sereno y tranquilizador, para

ayudarle a relajarse y recuperarse loantes posible.

LIDIAR CON LOSSARPULLIDOS

Evita usar jabón o burbujasen la bañera; en algunoscasos, tu médico de cabeceraprescribirá un aditivo para elbaño que ayudará a aliviarlos síntomas y evitar el picor.No lo bañes cada día; encambio, dale un «lavadogeneral», el equivalente a unlavado de cara y la zona delpañal de un bebé.

Si tu hijo sufre de eczema opsoriasis, asegúrate deponerle crema en la piel cadanoche antes de dormir.Asegúrate de que le pones lacrema de arriba abajo, y node abajo arriba porque puedecausar infección. Puede serútil hacerlo directamentedespués del baño, para sellarcualquier humedad que quedeen su piel.Si no tienes una prescripción,asegúrate de que usas unemoliente grueso sinperfume y colorante.Dale palmaditas con la toallaa tu hijo después del baño, enlugar de frotarle.

Ponle ropa de dormir dealgodón para que su pielpueda respirar.Vigila su dieta. Muchosexpertos creen que buenaparte de los casos de eczemainfantil vienen causados poralergias alimentarias. Si sussíntomas aumentan despuésde comer algo concreto,menciónaselo a tu médico.

¡Contaré hasta tres!Jo Frost

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© del diseño de la portada, Departamento deArte y Diseño, Área Editorial Grupo Planeta© de la imagen de la portada, Mustafa Arican /Getty Images

Título original: Confident Toddler Care

© Jo Frost, 2011, 2015© Orion Publishing Group, 2011© de la traducción, Elisabete FernándezArrieta, 2015© Editorial Planeta, S. A., 2015Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelonawww.editorial.planeta.eswww.planetadelibros.com

Ilustraciones: Helen FlookFotografías: Daniel Pangbourne y archivo de laautora

Primera edición en libro electrónico (epub):junio de 2015

ISBN: 978-84-08-14355-0 (epub)

Conversión a libro electrónico: J. A. DiseñoEditorial, S. L.


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