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Optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala ...

Date post: 25-Feb-2023
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301
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Escuela internacional de Doctorado

Carlos Lago Fuentes

TESIS DOCTORAL

Optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala

femenino: desde la epidemiología lesional a una propuesta de

intervención

Director:

Dr. Ezequiel Rey Eiras

Mayo 2019

Escuela internacional de Doctorado

Ezequiel Rey Eiras

Declara que el presente trabajo, titulado “Optimización del rendimiento físico-deportivo

en fútbol sala femenino: desde la epidemiología lesional a una propuesta de

intervención”, presentado por Carlos Lago Fuentes para obtener el título de Doctor, fue

llevado a cabo bajo su supervisión en el programa de Doctorado de Ciencias del

Deporte, Educación Física y Actividad Física Saludable. Este es un programa

interuniversitario integrado por la Universidad de A Coruña y la Universidad de Vigo.

Pontevedra, 2 de mayo de 2019

El director,

Dr. Ezequiel Rey Eiras

Dedicada a los tres pilares de mi vida: Papá, mamá, hermano.

Carlos Lago Fuentes Página VII

Agradecimientos

Esta tesis es el producto de un camino que empezó hace 24 años, cuando pisé

por primera vez un entrenamiento de fútbol sala, o del clásico “futbito”. En aquel

momento inicié un recorrido marcado por cientos de horas en pabellones de todo Vigo,

Pontevedra, Galicia y España. Alegrías y tristezas, gritos y silencios, victorias y

derrotas, lecciones de vida en toda la geografía nacional que no hicieron más que

asentar mi pasión por este deporte y poder disfrutar de él desde dentro como

profesional. En vistas de cumplir con el dicho popular que tanto comparto “es de bien

nacido ser agradecido”, no querría dejar escapar la ocasión de este apartado de la tesis

doctoral para dar las gracias a tantas personas que han hecho este reto posible:

Papá y mamá, gracias por todo. Por educarme en valores del respeto, la

humildad y la constancia. Por darme todo lo que tengo en esta vida. Por incentivarme a

una vida activa, a practicar deporte y a la vez ser responsable con mis labores para

compatibilizar mi pasión con mi deber. Más de 2 décadas después llego a la cima de

este camino: defender mi tesis doctoral de fútbol sala siendo un apasionado del

movimiento. Esta tesis os pertenece.

A Alberto, mi hermano, mi inspiración y el espejo donde mirarme. Gracias por

estar ahí, por guiarme con tus pasos desde que somos pequeños, siempre siendo el

mayor, y sobre todo por demostrar al mundo que hay tiempo para ser padre, hijo,

marido, hermano, amigo y deportista. Eres un ejemplo a seguir.

A Inés, por ser el bastón de apoyo en todo este camino y enseñarme que sólo nos

hacemos más fuertes después de levantarnos tras cada caída, por sonreír juntos a cada

revés. Reaching our goals together…

A Ezequiel, mi director. 4 años de admiración como profesor en la facultad

siguieron acompañados de 4 años de trabajo en esta tesis. Aun recuerdo el primer día

que nos diste clase, y nos mostraste el camino a seguir: revisión bibliográfica, reflexión

y humildad. Contar contigo como director fue un sueño y, aunque los inicios no fueron

fáciles por la distancia y mi nuevo rumbo, conseguimos hacer que ésta no fuese un

Página VIII Carlos Lago Fuentes

obstáculo, guiándome en la etapa más dura estando a más de 9000 km. Has hecho que

los rejects pasasen de ser un muro duro de superar a un aprendizaje para seguir

mejorando cada investigación. Gracias por tu guía, consejo, enseñanza y feedback.

A Roberto, mi guía. Desde los primeros pasos en el fútbol sala a nivel

profesional con el asesoramiento en el prácticum del grado, hasta el empuje para dar el

salto a Barcelona. Has estado siempre presente para guiarme en las decisiones

importantes y abrirme los ojos cuando correspondía. Las prisas no son buenas, y marcar

los tiempos gracias a ti durante estos cuatro años ha hecho que esté infinitamente

orgulloso de este trabajo.

A Cristian, el asesor y consejero en la distancia, mi “tercer director”. Marcaste

el camino con tu tesis, y desde ese momento me hiciste confiar en que podía alcanzar

este objetivo. Tu apoyo constante durante estos más de 3 años ha sido fundamental para

llegar aquí.

A Antonio, mi mentor. Me abriste una puerta en el año 2012 que sigue abierta,

siempre estuviste pendiente de mí y me formaste desde la exigencia, el rigor y la

confianza. Hoy, tras mucho esfuerzo y el apoyo de todos, se pone fin a esta etapa tan

deseada y perseguida. Nunca podré devolverte todo lo que me has dado.

A mis dos compinches de doctorado y de batalla, infinitas horas de

conversación, reflexión, debate, críticas y mucha ayuda en equipo. Habéis dedicado

todo el tiempo posible a ayudarme desde el performance analysis, desde Polonia,

Suecia o Galicia. Siempre me habéis animado en los momentos más duros y me habéis

orientado a corregir los numerosos errores cometidos en el proceso. Sois un ejemplo a

seguir, Alexis y Alexandra.

A los coautores de las diferentes investigaciones que forman parte de esta tesis

doctoral, he tenido el lujo de aprender de cada uno de vosotros debatiendo y

reflexionando para enriquecerlas cada vez más. Esperemos que pronto sean publicadas

para seguir dando luz a este mundo del fútbol sala femenino.

Carlos Lago Fuentes Página IX

A Perfecto y David, mis entrenadores de fútbol sala, los pioneros en mi

formación. Me visteis crecer y me transmitisteis vuestra pasión por nuestro deporte,

mucho más allá del 40x20.

A Marcio, porque sin tu llamada en el 2013 este camino nunca hubiese sido

construido. Gracias a que quisiste contar conmigo, entré en el apasionante mundo del

fútbol sala femenino profesional del que espero no salir nunca. Tu humildad debe ser un

ejemplo para cualquier persona. El trabajo a tu lado equivale a un doctorado. Me guardo

una amistad para toda la vida. Obrigado, professor.

A David Muñoz, por tener uno de los corazones más grandes que he conocido

jamás. Una temporada llena de piedras, baches, muros y edificios a sortear que nos

enseñaron a entender la necesidad de ser capaces de ir de lo ideal a lo real, que el papel

sólo soporta la teoría, que si no hay cohesión grupal no hay tarea que valga.

A Robert, Iván y Noe, me acogisteis en el equipo desde el primer día y me

hicisteis crecer con cada entrenamiento. Conseguimos lo impensable, a través de

esfuerzo, pasión, crítica y sobre todo, mucha cohesión. Logros deportivos que siempre

quedarán en mi memoria junto con nuestro trabajo en equipo. Gràcies per tot.

A mis compañeros de facultad, del grado en Ciencias de la Actividad Física y

del Deporte, donde se forjó mi conocimiento y mi pasión durante tantos años de

formación. Allí se plantearon las primeras preguntas sobre el mundo del rendimiento

deportivo, la importancia de cuantificar las cargas y la dificultad de manejarlas en

entornos de alto nivel.

A mis deportistas, valientes que confiasteis en mí para haceros entender la

importancia de una vida activa y lo bonito que puede darte el entrenamiento en grupo.

Juntos se llega más fuerte.

A mis compañeros de trabajo de Funiber, la Universidad Europea del Atlántico

y el resto de la red internacional de universidades, aprendí que la distancia sólo es un

número si existe voluntad de avanzar en equipo para alcanzar los objetivos. El trabajo

multidisciplinar y multicéntrico es el mejor camino para llegar a la meta.

Página X Carlos Lago Fuentes

A todas esas personas, por suerte incontables, que pusisteis vuestro grano de

arena durante todo este proceso, a modo de apoyo, debate, ayuda o reflexión desde

cualquier parte del mundo, como Galicia, Cataluña, Cantabria, Alicante, Madrid, Jaén,

Portugal, Países Bajos, Italia, Alemania, Colombia, Brasil, México, Canadá,

Marruecos…

Por último, a las verdaderas protagonistas de esta tesis doctoral. A todas las

jugadoras que han confiado en mí en estos 6 años de preparación física, que han

entendido la necesidad e importancia de cada tarea, y que me han enseñado a amar este

deporte. Gracias también a todas aquellas jugadoras y cuerpos técnicos que han

participado en las investigaciones de esta tesis doctoral. Sin duda, un deporte pequeño

con una voluntad y un corazón muy grandes.

Sin ellas, sin las jugadoras con su sacrificio y compromiso diario, este sueño hecho

realidad no sería posible.

Carlos Lago Fuentes Página XI

Página XII Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página XIII

ÍNDICE

Agradecimientos ............................................................................................................ VII

Índice de tablas ........................................................................................................... XVII

Índice de figuras .......................................................................................................... XIX

Abreviaturas................................................................................................................. XXI

Resumen ........................................................................................................................... 1

Introducción ...................................................................................................................... 3

MARCO TEÓRICO ................................................................................... 9

Capítulo 1. Revisión de la literatura científica ............................................................... 11

1.1. Breve reseña histórica ...................................................................................... 13

1.2. Conceptualización del rendimiento físico-deportivo ....................................... 17

1.3. Lesión, factores de riesgo y rendimiento deportivo ......................................... 20

1.4. Mujer y rendimiento deportivo ........................................................................ 24

1.5. Factores de rendimiento en el fútbol sala femenino ........................................ 29

1.6. Epidemiología lesional en fútbol sala femenino .............................................. 36

1.7. Programación y control de la carga de entrenamiento ..................................... 43

1.8. Optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala ........................ 54

MARCO EMPÍRICO ............................................................................... 61

Capítulo 2. Problemas, objetivos e hipótesis .................................................................. 63

2.1. Origen de la problemática del objeto de estudio ................................................. 65

2.2. Problema de la investigación 1 ............................................................................ 69

2.3. Problema de la investigación 2 ............................................................................ 70

2.4. Problema de la investigación 3 ............................................................................ 71

2.5. Problema de la investigación 4 ............................................................................ 72

2.6. Objetivos .............................................................................................................. 73

2.7. Hipótesis .............................................................................................................. 74

Capítulo 3. Metodología ................................................................................................. 75

Página XIV Carlos Lago Fuentes

Capítulo 4. Investigación 1. Epidemiología lesional en fútbol sala femenino profesional:

un estudio de cohortes prospectivo ................................................................................. 81

4.1. Resumen .............................................................................................................. 83

4.2. Introducción ......................................................................................................... 84

4.3. Método ................................................................................................................. 87

4.4. Resultados ............................................................................................................ 90

4.5. Discusión ............................................................................................................. 98

Capítulo 5. Investigación 2: Estrategias para la prevención de lesiones en las ligas de

fútbol sala nacionales de España: percepciones de los cuerpos técnicos de equipos

profesionales ................................................................................................................. 105

5.1. Resumen ............................................................................................................ 107

5.2. Introducción ....................................................................................................... 108

5.3. Método ............................................................................................................... 110

5.4. Resultados .......................................................................................................... 112

5.5. Discusión ........................................................................................................... 118

Capítulo 6. Investigación 3. Monitorización de la carga de trabajo de un equipo de

fútbol sala femenino profesional a lo largo de una temporada: estudio de caso .......... 125

6.1. Resumen ............................................................................................................ 127

6.2. Introducción ....................................................................................................... 128

6.3. Método ............................................................................................................... 130

6.4. Resultados .......................................................................................................... 133

6.5. Discusión ........................................................................................................... 138

Capítulo 7. Investigación 4: Entrenamiento de fuerza de la zona central usando

superficies estables e inestables en jugadoras de fútbol sala ........................................ 143

7.1. Resumen ............................................................................................................ 145

7.2. Introducción ....................................................................................................... 146

7.3. Método ............................................................................................................... 148

7.4. Resultados .......................................................................................................... 157

Carlos Lago Fuentes Página XV

7.5. Discusión ........................................................................................................... 159

Capítulo 8. Discusión global ........................................................................................ 165

Capítulo 9. Limitaciones .............................................................................................. 175

Capítulo 10. Conclusiones ............................................................................................ 179

Capítulo 11. Perspectivas futuras de estudio ................................................................ 183

Capítulo 12. Informe científico .................................................................................... 189

Capítulo 13.Referencias bibliográficas......................................................................... 195

Capítulo 14.Anexos ...................................................................................................... 227

Página XVI Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página XVII

Índice de tablas

Tabla 1. Análisis temático de las tesis doctorales sobre aspectos condicionales en

España sobre fútbol sala. .................................................................................................. 4

Tabla 2. Clasificación de fases del ciclo menstrual según distintos autores. ................. 24

Tabla 3. Variables de rendimiento analizadas en partidos amistosos en jugadoras de

fútbol sala femenino.. ..................................................................................................... 30

Tabla 4. Perfil condicional en fútbol sala femenino. ...................................................... 32

Tabla 5. Estudios sobre epidemiología lesional en fútbol sala femenino ....................... 40

Tabla 6. Escalas de Percepción subjetiva del esfuerzo de Borg. .................................... 44

Tabla 7. Estudios sobre control de la carga en fútbol sala masculino.. .......................... 48

Tabla 8. Estudios sobre control de la carga en fútbol sala femenino. ............................ 52

Tabla 9. Estrategias para la optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala

femenino.. ....................................................................................................................... 57

Tabla 10. Diseño metodológico de la tesis doctoral ....................................................... 79

Tabla 11. Tiempo de exposición, gravedad de lesión y fase del ciclo menstrual ........... 90

Tabla 12. Epidemiología lesional a lo largo de la temporada ........................................ 91

Tabla 13. Epidemiología lesional en base a la fase del ciclo menstrual ......................... 96

Tabla 14. Datos descriptivos del volumen de entrenamiento y competición durante el

período preparatorio y competitivo .............................................................................. 112

Tabla 15. Frecuencia y duración de las lesiones durante el período preparatorio ........ 113

Tabla 16. Miembros del cuerpo técnico implicados en los programas preventivos. .... 114

Tabla 17. Importancia de los factores de riesgo específicos para lesiones sin contacto en

fútbol sala ..................................................................................................................... 115

Tabla 18. Frecuencia semanal del programa preventivo durante la temporada ........... 116

Tabla 19. Descripción de la carga interna a lo largo de la temporada .......................... 134

Tabla 20. Descripción de la carga interna y características generales en cada mesociclo

durante la temporada .................................................................................................... 135

Tabla 21. Estadística descriptiva de la muestra ............................................................ 150

Tabla 22. División de pruebas FMS ............................................................................. 152

Tabla 23. Protocolo de intervención de core sobre superficie estable e inestable........ 155

Tabla 24. Cambios en CMJ, sprint de 10m y RSA tras 6 semanas de intervención .... 157

Tabla 25. Cambios en la puntuación de FMS tras 6 semanas de intervención............. 158

Página XVIII Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página XIX

Índice de figuras

Figura 1. Número de publicaciones por año sobre fútbol sala indexadas en Scopus ....... 5

Figura 2. Factores de riesgo en una modalidad deportiva .............................................. 22

Figura 3. Fluctuación hormonal durante el ciclo menstrual normal. .............................. 27

Figura 4. Secuencia del modelo preventivo ................................................................... 37

Figura 5. Mapa de variables para la monitorización del rendimiento deportivo de un

deportista ........................................................................................................................ 43

Figura 6. Tipología lesional y región corporal de acuerdo a la etiología ....................... 92

Figura 7. Tipo y momento de la sesión de acuerdo a la etiología .................................. 93

Figura 8. Distribución mensual de lesiones y por cuartiles de acuerdo a la etiología .... 94

Figura 9. Test usados para identificar riesgos lesionales.............................................. 116

Figura 10. Frecuencia de uso de los diferentes ejercicios en los programas preventivos

...................................................................................................................................... 117

Figura 11. Percepciones de los cuerpos técnicos sobre los mejores cinco ejercicios

preventivos ................................................................................................................... 117

Figura 12. Carga de trabajo semanal durante periodo preparatorio y competitivo ...... 136

Figura 13. Correlaciones entre parámetros de carga de entrenamiento ........................ 137

Figura 14. Representación esquemática del diseño de investigación ........................... 149

Figura 15. Batería de pruebas del FMS ........................................................................ 151

Figura 16. Comparación de la efectividad entre CTS y CTU para CMJ, sprint de 10m y

RSA .............................................................................................................................. 159

Figura 17. Comparación de la efectividad entre CTS y CTU en las variables de FMS.

...................................................................................................................................... 159

Página XX Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página XXI

Abreviaturas

Abreviatura Significado (Inglés/Español)

ACWR Acute:chronic workload ratio / Ratio de carga aguda:crónica

ANOVA Análisis de varianza

ASLR Assisted straight leg raise / Elevación asistida de la pierna recta

AT Average time / Tiempo medio

ATR Acumulación- transformación- realización

AU / UA Arbitrary units / Unidades arbitrarias

CI /IC Confidence interval /Intervalo de confianza

CK Creatinkinasa

CMJ Countermovement jump / Salto con contramovimiento

CR Cortisol

CTS Core training stable / Entrenamiento de core en superficie estable

CTU Core training unstable / Entrenamiento de core en superficie inestable

DBL Dynamic body load / Carga corporal dinámica

DL Decreasing load / Carga descendente

E Estrógenos

ES Effect size / Tamaño del efecto

FIFA Fédération Internationale de Football Association

Fís Sesiones físicas

FMS Functional Movement Screen

FSH Follicular stimulant hormone / Hormona folículo estimulante

FT Fastest time / Tiempo más rápido

Fza Sesiones de fuerza

H:Q Hamstrings-Quadriceps rate / Ratio Isquiosurales-Cuádriceps

HMB Heavy menstrual bleeding / Sangrado menstrual fuerte

HMD High metabolic distance / Distancia metabólica alta

HR / FC Heart rate / Frecuencia cardiaca

HSR High speed running / Carrera a alta velocidad

IFT Intermittent Fitness Test

Página XXII Carlos Lago Fuentes

Abreviatura Significado (Inglés/Español)

IL Increasing load / Carga incremental

JC Jugadora de campo

Lat/min Latidos por minuto

LCA Ligamento cruzado anterior

LH Luteinizing hormone / Hormona luteneizante

M Mean / Media

MANOVA Análisis de varianza de medidas repetidas

ML Manteinance load / Carga de mantenimiento

MP Average metabolic power / Potencia metabólica media

P Portera

PC Periodo competitivo

PDM Patrón dietético mediterráneo

PP Periodo preparatorio

Pr Progesterona

PSLR Passive straight leg raise / Elevación pasiva de la pierna recta

PVS Planned visual stimulus / Estímulo visual planeado

RA Recto anterior

RCP Respiratory compensation point / Punto de compensación respiratoria

RFEF Real Federación Española de Fútbol

RIE Rate of intended exertion / Percepción intencionada del esfuerzo

ROM Range of motion / Rango de movimiento

RPE Rate of perceived exertion / Percepción subjetiva del esfuerzo

RSA Repeated sprint ability / Capacidad para repetir sprints

RV Relative velocity / Velocidad relativa

RVS Reactive visual stimulus / Estímulo visual reactivo

sRPE Session rate of perceived exertion / Percepción subjetiva del esfuerzo

de la sesión

SIgA Salivary secretory Inmuglobolin A / Secreción salivar de Inmuglobina

A

SJ Squat jump / Salto estático

Carlos Lago Fuentes Página XXIII

Abreviatura Significado (Inglés/Español)

SD / DT Standard deviation / Desviación estándar

SEBT Star Excursion Balance Test

T Testosterona

TD Total distance / Distancia total

TDL Total daily load / Carga diaria total

TL Training load / Carga de entrenamiento

TRIMP Training impulse / Impulso de entrenamiento

TT Total time / Tiempo total

TWTL Total weekly training load / Carga total de entrenamiento semanal

UEFA Union of European Football Associations

VFC Variabilidad de frecuencia cardíaca

VO2máx Potencia aeróbica máxima

VE Volumen espiratorio

VT Umbral ventilatorio

Y Test Y Balance Test

%Dec Porcentaje de descenso

Página XXIV Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 1

Resumen

El fútbol sala es un deporte de reciente creación en comparación con otras modalidades

deportivas, como el fútbol, baloncesto o balonmano. Apareció en la década de los años

20 en Uruguay y Brasil, y desde los años 70 se empezó a difundir a nivel mundial. Su

relevancia, número de practicantes y competitividad ha evolucionado especialmente en

los últimos 20 años, con la celebración de numerosos campeonatos mundiales y

continentales. Sin embargo, el crecimiento a nivel científico no ha presentado el mismo

ritmo de avance, especialmente en fútbol sala femenino donde la producción científica

todavía es escasa hasta la fecha. Además de esto, se trata de un deporte con menos

recursos económicos que las modalidades mencionadas, dada la ausencia de grandes

patrocinadores, menor aportación de derechos televisivos y, en comparación, con un

menor número de aficionados en los pabellones, por lo que se debe optimizar el uso de

los medios disponibles. Unido a todo esto, todavía hay muchas incógnitas al respecto

del rendimiento deportivo en jugadoras de fútbol sala. Así, surge la necesidad de esta

tesis doctoral, que tiene como objetivo analizar las diferentes variables relacionadas con

la optimización del rendimiento físico-deportivo en jugadoras profesionales de fútbol

sala femenino.

Para cumplir con este objetivo general, se llevaron a cabo cuatro investigaciones con el

fin de: a) analizar la epidemiología lesional en fútbol sala femenino a lo largo de una

temporada; b) conocer las percepciones de los cuerpos técnicos sobre los factores de

riesgo y las estrategias preventivas empleadas; c) controlar y monitorizar las cargas de

un equipo de fútbol sala femenino a lo largo de toda una temporada; y d) proponer un

estudio de intervención que compare los efectos del entrenamiento de core en superficie

estable e inestable sobre variables de rendimiento deportivo y calidad de movimiento a

través de la batería FMS en jugadoras de fútbol sala.

Las principales conclusiones de esta tesis indican que las lesiones de tobillo y

cuádriceps presentan la mayor frecuencia a lo largo de la temporada, especialmente en

acciones sin contacto a final de las sesiones y durante el primer cuarto de la temporada,

así como las lesiones articulares y ligamentosas presentan mayor frecuencia durante la

fase folicular. A su vez, los cuerpos técnicos destacaron que la lesión previa, déficit de

Página 2 Carlos Lago Fuentes

fuerza, deshidratación y desequilibrios o asimetrías musculares eran los factores de

riesgo más importantes en fútbol sala, por lo que sus estrategias preventivas se

focalizaban en el trabajo excéntrico, ejercicios funcionales, fortalecimiento del core y

equilibrio. Por otro lado, se observó como el uso de sRPE fue útil para controlar las

cargas durante toda una temporada, mostrando una estrategia ondulatoria a lo largo del

período competitivo, y planteando una carga descendente o tapering durante el

microciclo hasta el partido de cada fin de semana. Por último, se sugiere que el uso de

superficies inestables no proporciona mayores beneficios que las superficies estables en

el entrenamiento del core, ya que ambas estrategias provocan mejoras en la condición

física y calidad del movimiento.

Por tanto, estos hallazgos pueden ser de gran utilidad para los cuerpos técnicos de fútbol

sala con el fin de emplear la sRPE para el control de las cargas, así como desarrollar

protocolos preventivos multimodales, donde el core sea una de los pilares del

entrenamiento, enfocados en reducir la frecuencia y severidad de las lesiones más

comunes anteriormente citadas.

Palabras clave: fútbol sala, mujer, lesiones, prevención, carga de entrenamiento, core.

Carlos Lago Fuentes Página 3

Introducción

El fútbol sala es un deporte que está en constante crecimiento a nivel deportivo,

dando muestra de ello la aparición de nuevos torneos a nivel internacional en el último

año. En octubre de 2018 el fútbol sala participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud

por primera vez, mientras que, en cuanto al fútbol sala femenino, en febrero de 2019 se

celebró el primer Europeo organizado por la UEFA, en el cual España se proclamó

campeona. Además, a día de hoy existen más de 110000 licencias federativas en España

(RFEF, 2018). A nivel mundial, se estima que hay más de 12 millones de jugadores y

jugadoras de fútbol sala. Sin embargo, este crecimiento no va acompañado al mismo

ritmo de la evidencia científica.

Esta tesis doctoral se basa en el hito de incrementar la evidencia científica en el

mundo del alto rendimiento en fútbol sala, especialmente la modalidad femenina, un

deporte que todavía está asentando las bases científicas, pero que ya presenta un largo

recorrido a nivel competitivo en todo el mundo. Así, se pretende aportar herramientas

que optimicen las estrategias de entrenamiento, el control de la carga y la prevención de

lesiones.

Para diseñar el marco de esta tesis, se analizaron las tesis publicadas sobre este

deporte en España, así como la producción científica publicada hasta la fecha. Así, en

primer lugar, sólo han sido publicadas 22 tesis doctorales relacionadas con el fútbol sala

en España (Teseo, 2018). La categorización de dichas tesis doctorales es la siguiente:

Aspectos condicionales y optimización del rendimiento físico-deportivo: 9

Aspectos técnico-tácticos: 6

Aspectos psicológicos del rendimiento deportivo: 3

Aspectos formativos: 3

Aspectos sociales y espectáculo: 1

Teniendo en cuenta el objeto de estudio de esta tesis doctoral, se procedió a analizar

aquellas que tienen una conexión directa con el rendimiento físico-deportivo. Por tanto,

en la Tabla 1 se presenta un análisis pormenorizado de los principales hallazgos de las

nueve tesis doctorales enfocadas en aspectos condicionales.

Tabla 1. Análisis temático de las tesis doctorales sobre aspectos condicionales en España sobre fútbol sala

Autor Título N Categoría Diseño

(Álvarez-Medina,

2001)

Estudio del perfil cardiovascular y metabólico en jugadores

profesionales y amateurs de fútbol sala 29

Primera División,

Segunda B y

Autonómica

Estudio descriptivo

(Barbero-Álvarez,

2001)

Desarrollo de un sistema fotogramétrico y su sincronización con

los registros de frecuencia cardíaca para el análisis de la

competición en los deportes de equipo. una aplicación práctica

para el fútbol sala

8 Segunda División

Masculina Estudio descriptivo observacional

(García Jiménez,

2009)

Reposición de líquidos y su efecto sobre niveles de deshidratación

en jugadores de fútbol sala en función de la posición ocupada en

el terreno de juego

14 Primera División

Masculina Estudio correlacional

(García Pellicer,

2009)

Reposición hídrica y su efecto sobre la pérdida de peso y

deshidratación en jugadores de fútbol sala 14

Primera División

Masculina Estudio correlacional

(Ayala

Rodríguez, 2012)

Efecto de un programa de estiramientos activos sobre el rango de

movimiento de la flexión de cadera en jugadores de fútbol sala 374

Amateurs, juveniles

y Primera División,

tanto masculina

como femenina

Múltiple (revisiones narrativa y

sistemática, medidas repetidas,

correlacional y

cuasiexperimental)

(Murillo Lorente,

2014)

Control de las cargas de entrenamiento y prevención de lesiones a

través de la utilización de la percepción subjetiva del esfuerzo en

un equipo profesional de fútbol sala.

12 Primera División

Masculina

Estudio observacional de

medidas repetidas

(Ruiz Freire,

2014)

Suplementación antioxidante de 6 semanas como estrategia frente

al daño oxidativo en jóvenes jugadores de fútbol sala 60

Juveniles

masculinos Estudio cuasiexperimental

(Cuadrado

Peñafiel, 2015)

Determinación de los factores de rendimiento físico en jugadores

profesionales y no profesionales de fútbol y fútbol sala 22

Primera División

Masculina Estudio descriptivo

(Berná Gascó,

2017)

Respuestas y adaptaciones de la huella plantar en fútbol y fútbol

sala en alto rendimiento 14

Primera División

Masculina

Estudio cuasiexperimental

longitudinal

Págin

a 4

C

arlos L

ago F

uen

tes

Carlos Lago Fuentes Página 5

Dentro de las principales tesis doctorales sobre fútbol sala y aspectos

condicionales, Murillo Lorente (2014) planteó un proyecto de control de carga y

prevención de lesiones a través de la percepción subjetiva del esfuerzo (RPE) en

jugadores profesionales de fútbol sala. En dicha tesis, plantea el uso del RPE previo al

entrenamiento como medida preventiva para conocer el nivel de fatiga del jugador y

adaptar la carga de la sesión en función de dicho valor como medida preventiva. Sin

embargo, no se abordó una comparación de la tipología lesional que sucedió ni cuáles

redujeron más su frecuencia en función de la herramienta empleada (temporada RPE

sólo con respecto a temporada RPE previo y RPE postentrenamiento). En segundo

lugar, Ayala Rodríguez (2012) realizó la tesis más completa hasta la fecha, compuesta

por un total de 12 investigaciones relativas al rol de la flexibilidad en fútbol sala. Sin

embargo, en esta tesis no se planteó ningún aspecto relacionado directamente con las

lesiones, así como empleó muestras heterogéneas, desde adultos activos a jugadores y

jugadoras profesionales de fútbol sala.

Por tanto, no existe hasta la fecha ninguna tesis doctoral que aborde de forma

conjunta el análisis epidemiológico de la modalidad deportiva, la evaluación de

estrategias preventivas, el control de las cargas y la aplicación de una propuesta de

entrenamiento que optimice el rendimiento y reduzca el riesgo lesional, así como

ninguna tesis doctoral que analice más de un parámetro sobre el fútbol sala femenino.

Figura 1. Número de publicaciones por año sobre fútbol sala indexadas en Scopus

(Scopus, 2018).

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018

Nº publicaciones por año

Página 6 Carlos Lago Fuentes

En relación a la producción científica, existen pocas publicaciones científicas en

comparación con otras modalidades deportivas. Como se puede observar en la Figura

1, la producción científica ha crecido de forma considerable desde el año 2010, siendo

en 2016 (68 estudios) donde se registró el mayor número de publicaciones, indexadas

en la base de datos Scopus.

De forma específica, se realizó un análisis bibliométrico de la producción

científica en fútbol sala (Palazón, Ortega, & García-Angulo, 2015) entre los años 2005 y

2014 en Web of Science (WOS). En este período se registraron 81 artículos indexados

bajo los términos “fútbol sala” o “futsal”. Coincidiendo con lo señalado previamente,

los autores destacan la evolución progresiva en el volumen de publicaciones,

especialmente desde el año 2010. En relación a la disciplina del estudio, el 51.7% se

etiquetaron en la categoría de “Teoría del entrenamiento” o “Fisiología”. Tres de los

datos más relevantes de la investigación son que el 65.4% de los estudios presentaron

un diseño experimental, el tamaño muestral es bajo (en general, menos de 10

deportistas) y que tres de cada cuatro emplearon deportistas profesionales para el

desarrollo del estudio.

Por último, menos del 10% de las investigaciones sobre fútbol sala en este

período (siete de 81) tomaron a equipos femeninos o jugadoras como objeto de análisis,

coincidiendo con la tendencia general de los estudios bibliométricos en el ámbito

deportivo (Palazón et al., 2015).

Como conclusión, se observa que la producción científica en fútbol sala está

creciendo de forma progresiva, aunque todavía es escasa. El principal foco hasta ahora

ha consistido en conocer los factores de rendimiento de la modalidad deportiva, así

como se plantearon algunos estudios de intervención, dejando el campo relativo a las

lesiones, tanto su análisis como la prevención, todavía bastante vacío (Moore, Bullough,

Goldsmith, & Edmondson, 2014). Además, se refleja que hay muy pocas

investigaciones que analicen a jugadoras de fútbol sala, y sólo han formado parte de una

tesis doctoral, en dos de los 12 estudios que la conformaban (Ayala Rodríguez, 2012).

Por todo esto, se justifica la necesidad de plantear una tesis doctoral que aborde

la prevención de lesiones desde diferentes perspectivas, tanto desde la epidemiología

Carlos Lago Fuentes Página 7

lesional como la evaluación de estrategias preventivas y percepciones de riesgo lesional,

control de las cargas de forma longitudinal como la aplicación de una estrategia de

entrenamiento que evalúe su efecto sobre la optimización del rendimiento y la reducción

del riesgo lesional en jugadoras de fútbol sala.

Página 8 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 9

MARCO TEÓRICO

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Carlos Lago Fuentes Página 11

Capítulo 1

Revisión de la literatura

científica

Página 12 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 13

A lo largo del presente capítulo se realiza un recorrido sobre los diferentes

elementos clave dentro del fútbol sala, empezando un pequeño resumen de la historia de

este deporte para comprender su situación actual, pasando por la conceptualización

terminológica del rendimiento deportivo hasta el análisis pormenorizado de la literatura

científica que ha analizado hasta la fecha cada uno de los factores que intervienen en el

rendimiento deportivo en el fútbol sala femenino.

1.1. Breve reseña histórica

El fútbol sala es un deporte de reciente creación, comparado con otros deportes

de mayor historia (atletismo, fútbol, rugby, baloncesto, etc.). De hecho, sus inicios se

reportan a hace menos de 100 años, a finales de la década de los años 20 e inicios de los

años 30.

Los historiadores no tienen claro los inicios de esta modalidad deportiva,

habiendo dos grandes corrientes que indican su creación en Brasil o Uruguay

(Sampedro Molinuevo, 1997; Voser, 2003). Por un lado, la corriente uruguaya indica

que este deporte nació gracias al auge del fútbol en este país tras las victorias de la

selección nacional en los principales campeonatos a nivel mundial de la década, como

fueron los Juegos Olímpicos de París (1924) y Ámsterdam (1928), así como el Mundial

de Fútbol jugado en el mismo país en 1930. Estas tres victorias favorecieron el aumento

de la práctica deportiva del fútbol en el país, donde se buscaba jugar, entrenar y

competir en cualquier espacio libre (Voser, 2003).

No obstante, el hecho de que no existiesen suficientes campos de fútbol

favoreció que se empezase a practicar en espacios más reducidos como canchas de

baloncesto, con menor número de jugadores. Así, el profesor Juan Carlos Ceriani,

secretario del Departamento de Menores de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ),

viendo la realidad que sucedía en el país y su entorno, redactó en 1933 la primera

normativa de esta nueva modalidad, titulada entonces “Fútbol de Salón” para adaptar las

normas del fútbol a las nuevas dimensiones y número de jugadores (Voser, 2003). Esta

primera normativa unía características de varios deportes colectivos como: fútbol

(esencia del juego), baloncesto (tiempo de juego), balonmano (tamaño de la pista) y

Página 14 Carlos Lago Fuentes

waterpolo (acciones del portero) (Gonzalo, Abellá, & Alcázar, 2001; Sampedro

Molinuevo, 1997; Voser, 2003). Sus primeras características fueron: 2 equipos de 6

jugadores en una pista de 26x12m con 2 períodos de 20 minutos con 10 minutos de

descanso, teniendo como gran limitación que el portero no podía sobrepasar la línea de

medio campo (Voser, 2003).

Por otro lado, otros historiadores indican que el deporte se inició en Brasil por

los mismos motivos, muchos practicantes de fútbol y espacios reducidos para jugar a lo

largo del país, especialmente en São Paulo y Rio de Janeiro. Así, en 1936 se publicó el

primer reglamento del “futebol de salão” en la Revista de Educação Física por Roger

Grain, uno de los impulsores del deporte en Brasil (Voser, 2003).

Independientemente del país creador del fútbol sala, esta dualidad favoreció la

difusión más rápida por el resto de países sudamericanos durante las siguientes décadas,

en primer lugar a través de las ACJ de los diferentes países, y después con la

institucionalización del deporte. Todo esto benefició que el número de deportistas fuese

aumentando, así como perfeccionando las normas del deporte hasta estar estandarizadas

durante la década de los años 50. Tal fue el crecimiento que en 1969 se creó la

Confederación Sudamericana de Fútbol Sala (Voser, 2003).

En la década de los 60, el fútbol sala dio el salto a Europa, llegando en primer

lugar a los Países Bajos gracias a unos marines nacionales que lo practicaron en su

estancia en Sudamérica y decidieron seguir practicándolo en su país, en fábricas y

espacios cerrados por la climatología adversa (Gonzalo et al., 2001; Voser, 2003). De

hecho, el fútbol sala pasó a formar parte de la Real Asociación Holandesa de Fútbol en

esta misma década. La aparición del deporte fue tan relevante durante estas décadas en

los Países Bajos que en 1989 se convirtió en la sede del primer Mundial de Fútbol Sala

(FIFA), siendo Brasil el primer campeón del mundo y Países Bajos, subcampeón.

El fútbol sala llegó a España a inicios de la década de los 70, gracias a las ACJ

de Madrid. Este aterrizaje vino de la mano de la creación de los primeros equipos de

fútbol sala en la capital española, fundándose el club más antiguo de España por el

comentarista de radio José María García, Interviú/Hora 25 (Gonzalo et al., 2001).

Pronto se difundió su práctica por las distintas comunidades, facilitado por los

Carlos Lago Fuentes Página 15

numerosos pabellones existentes para la práctica de deportes como baloncesto o

balonmano. Durante 20 años, existieron diferentes organizaciones y asociaciones que

organizaron campeonatos regionales y nacionales, hasta que en la temporada 1989-1990

se fundó la Liga Nacional de Fútbol Sala con 12 equipos participantes, gestionada por el

Comité Nacional de Fútbol Sala, órgano perteneciente a la Real Federación Española de

Fútbol (RFEF). A día de hoy, esta liga está considerada como la mejor liga del mundo

junto con la liga brasileña, siendo España el segundo país con mayor número de

mundiales ganados por detrás de Brasil (dos y cinco, respectivamente).

Sin embargo, el fútbol sala femenino ha tenido una menor relevancia a lo largo

de la historia de este deporte, a pesar de ser practicado desde hace más de 30 años en

España. De hecho, la primera temporada organizada a nivel nacional fue en el año 1994,

proclamándose campeón el Sal Lence Coruña. En los primeros años no tuvo el apoyo de

la RFEF, siendo organizada por la Asociación de Clubes de Fútbol Sala Femenino.

Finalmente la RFEF asumió la gestión y organización de la liga regular, integrando en

el 2018 la Copa de la Reina como la segunda competición oficial, anteriormente

denominada Copa de España.

A pesar de las diferencias administrativas para la organización de las

competiciones oficiales en sus inicios, el fútbol sala femenino ha crecido

exponencialmente, con un incremento del 35,5% de las licencias federativas en la última

década (RFEF, 2018). Así, todo este crecimiento ha llevado a una mejora en la

profesionalización del deporte, firmándose recientemente el primer convenio colectivo

de fútbol sala femenino (Burela, 2018). Actualmente, la competición está formada por

la liga de Primera División, donde compiten 16 equipos, y la Segunda División, con

cuatro grupos de 15 ó 16 equipos.

A nivel internacional, se han organizado diferentes torneos europeos y

mundiales no oficiales durante los últimos 10 años, que favorecieron la difusión y

crecimiento del deporte, pero sin estar apoyados por la FIFA ni la UEFA. Este

crecimiento ha favorecido que la proyección internacional y reconocimiento haya

alcanzado su culmen en la temporada 2018-2019. En 2018, el fútbol sala femenino

participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires como una de las

modalidades deportivas en auge, quedando España en tercera posición (Youth Olympic

Página 16 Carlos Lago Fuentes

Games, 2018). Además, en febrero de 2019 se celebró el primer Europeo de Fútbol Sala

femenino oficial en Portugal (UEFA, 2018), quedando España como campeona. Por

último, a finales del 2018, la FIFA publicó el informe “Women’s Football Strategy” en

el que confirmó como una de las líneas de actuación la organización del primer

campeonato mundial oficial de fútbol sala femenino (FIFA, 2018).

Por todo ello, el fútbol sala femenino se encuentra en un momento histórico de

plena expansión, con el afianzamiento de torneos internacionales oficiales, con un

crecimiento exponencial de las licencias federativas así como una mayor

profesionalización global.

Carlos Lago Fuentes Página 17

1.2. Conceptualización del rendimiento físico-deportivo

El rendimiento físico-deportivo ha sido definido de múltiples formas a lo largo

de la historia. Conceptualmente, se puede concebir como el máximo nivel deportivo que

pueda alcanzar un deportista o un equipo.

Dentro de la evolución histórica de este término, han existido diferentes

paradigmas, desde aquellos que consideran el rendimiento deportivo como la

consecución óptima del estado físico de un atleta, hasta quienes consideran este término

como un constructo multifactorial, donde no sólo se debe incluir la faceta condicional,

sino también aspectos técnicos, tácticos, psicológicos, sociales, comportamentales, etc.

Si bien es cierto que durante muchos años la perspectiva cerrada y mecanicista

asociada sólo a las capacidades condicionales fue la más repetida y, por tanto,

perseguida durante el proceso de entrenamiento deportivo; en los últimos años esta

concepción ha evolucionado, especialmente en los deportes colectivos Romero

Rodrígez & Tous Fajardo, 2011; Seirul-lo Vargas, 2017).

Uno de los principales problemas asociados a la concepción lineal del

rendimiento deportivo propia de los deportes individuales ha sido que desestima gran

parte de las situaciones indeterminadas, aleatorias y con tan alta incertidumbre propias

de los deportes de equipo (Seirul-lo Vargas, 2017). Así, en palabras del doctor

Francisco Seirul-lo: “el deportista como Estructura Disipativa se auto-estructura según

procesos dialógicos que proporcionan la continua interacción dinámica entre formas

operacionales consideradas incompatibles por el paradigma clásico de entrenamiento”

(Seirul-lo Vargas, 2017, pp.18).

Por tanto, con el paso de los años y gracias a los avances en la investigación

científica, el rendimiento deportivo ha evolucionado hasta ser considerado un constructo

multifactorial en el que intervienen diferentes componentes donde todos han de ser

tenidos en cuenta (Seirul-lo Vargas, 2017).

Página 18 Carlos Lago Fuentes

Atendiendo a la especificad del deporte, en los deportes colectivos destaca la

relevancia de algunos factores con respecto a otros. De esta forma, una de las

principales premisas que se han de tener en cuenta en la optimización del rendimiento

deportivo en deportes colectivos es aumentar el rendimiento físico-deportivo del

jugador a través de entrenamientos optimizadores que, combinados con el

entrenamiento coadyuvante, consigan que el deportista esté en un estado físico óptimo a

la vez que disponible para participar en el mayor número de competiciones posibles de

su modalidad deportiva a lo largo de toda la temporada Romero Rodrígez & Tous

Fajardo, 2011).

Esta nueva concepción tuvo tal relevancia que ha hecho modificar los

paradigmas de la planificación deportiva en deportes colectivos o de situación con

respecto a sus inicios (Seirul-lo Vargas, 2017). Hasta la década de los años 90, el

rendimiento deportivo en deportes como fútbol, balonmano, hockey o baloncesto se

perseguía en base a los paradigmas de la preparación físico-deportiva de deportes

individuales Romero Rodrígez & Tous Fajardo, 2011; Seirul-lo Vargas, 2017). Dicha

modulación de las cargas de entrenamiento tenía detrás los modelos clásicos de

planificación deportiva (periodización clásica de Matveev, por bloques de

Verkhonshansky, ATR de Issurin y Kaverin, entre otros) donde existe un claro objetivo

de alcanzar el estado de forma óptimo en momentos clave de la temporada (Seirul-lo

Vargas, 2017). De hecho, existen datos que indican que menos del 50% de los equipos

técnicos de los principales deportes colectivos en España planificaban una temporada en

base al análisis de competición en la temporada 2003-2004 (Moliner, Legaz, Munguía,

& Medina, 2010).

Sin embargo, esta perspectiva clasicistas no debe ser aplicable en la mayor parte

de los deportes colectivos, pues el período competitivo es mucho más largo y constante

(entre 30 y 50 partidos por temporada) (Lago Peñas, Martín Acero, Lalin Novoa, &

Seirul-lo Vargas, 2013) y en el cual, en la principal competición (liga regular) todos los

partidos tienen el mismo valor a lo largo de la temporada (2 ó 3 puntos por victoria), a

excepción de las fases finales como pueden ser los playoffs por el título de liga en

deportes como el fútbol sala o baloncesto. Por estos motivos, el paradigma del

entrenamiento inició una evolución hacia la optimización del rendimiento a lo largo de

la temporada, a través de la programación microciclo a microciclo basada en el

Carlos Lago Fuentes Página 19

calendario competitivo (Seirul-lo Vargas, 2017). Por todos estos motivos, el paradigma

de la optimización del rendimiento deportivo se ha asentado en la actualidad como el

mencionado constructo multifactorial u holístico (Seirul-lo Vargas, 2017).

Una vez se tiene en cuenta la multitud de factores que influyen en un deporte

colectivo, el siguiente paso necesario para conducir la optimización del rendimiento en

el mismo es, por tanto, conocer las características propias de dicho deporte. Esto es,

para poder optimizar el rendimiento deportivo de una modalidad deportiva es

fundamental conocer las demandas propias del deporte, así como las características de

la estructura propia de juego.

En relación a esto, el fútbol sala se define como un deporte de situación en el

que se enfrentan dos equipos de cinco jugadores (cuatro de pista más un portero) en un

campo de juego cubierto de 40x20 metros, durante dos mitades de 20 minutos a tiempo

parado. Cada vez que se sucede una pausa por falta o porque el balón sale del terreno de

juego, el cronómetro se para hasta que el balón se vuelve a poner en juego. Además, no

existe límite de sustituciones, lo que favorece un ritmo alto de juego durante los 40

minutos a tiempo parado que dura la competición (Barbero-Alvarez et al., 2008).

Estas características espacio-temporales del fútbol sala lo convierten en una

modalidad deportiva atractiva, de gran visibilidad y con acciones de juego de alta

velocidad (Beato et al., 2016; Matzenbacher et al., 2014; Naser et al., 2017; Travassos,

Araújo, & Davids, 2018). Esto, a su vez, supone que esté aumentando el interés

deportivo y científico sobre este deporte por su posible transferencia hacia un deporte

con mayor repercusión mundial y volumen investigador, como es el fútbol (Travassos et

al., 2018).

Página 20 Carlos Lago Fuentes

1.3. Lesión, factores de riesgo y rendimiento deportivo

La aparición de lesiones a lo largo de una temporada afecta, además de al propio

deportista y su rendimiento, a la dinámica del equipo de forma considerable. De hecho,

se ha observado una relación entre la incidencia lesional y el resultado en diferentes

competiciones (Eirale, Gillogly, Singh, & Chamari, 2017). Por ejemplo, en un estudio

con equipos de fútbol islandeses, se encontró una tendencia en la que los equipos con

menor número de días perdidos por lesiones obtuvieron mejor posición al final de la

liga (Arnason et al., 2004). Por otro lado, en uno de los estudios más relevantes sobre

esta temática, realizado a lo largo de 11 temporadas con equipos de fútbol que

competían a nivel europeo (Champions League), se encontró que aquellos que

presentaron ratios lesionales más bajos y mayor disponibilidad de jugadores para

competir, tuvieron un rendimiento mejor tanto en la liga nacional como en la

competición europea (Hägglund et al., 2013). Esto es, parece que las lesiones tienen una

clara influencia negativa sobre el rendimiento colectivo en competición a corto (partido)

y medio plazo (temporada).

Por ello, uno de los dos grandes objetivos del entrenamiento es, además de

optimizar el rendimiento, reducir el número y severidad de las lesiones para disponer de

los deportistas el mayor tiempo posible durante el período competitivo (Eckard, Padua,

Hearn, Pexa, & Frank, 2018). Antes de iniciar este apartado, se debe definir con

claridad la terminología clave para poder comprender la importancia de este punto.

En primer lugar, se debe aclarar la diferencia entre los conceptos de prevención

de lesiones y reducción de riesgo lesional (RAE, 2018):

Prevención: preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar

un riesgo o ejecutar algo.

Reducción: del verbo reducir, disminuir o aminorar.

Riesgo: contingencia o proximidad de un daño.

Lesión: daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una

enfermedad.

Carlos Lago Fuentes Página 21

Esta dicotomía ha surgido en los últimos años para aclarar que uno de los

principales objetivos del entrenamiento deportivo es reducir el riesgo de que aparezcan

lesiones, puesto que éstas no pueden ser evitadas del todo. Esto es, la práctica deportiva

lleva consigo un riesgo de lesión de forma inherente (Casáis Martínez, 2008).

Por tanto, se deben detectar los factores de riesgo propios de una modalidad

deportiva que incrementan las posibilidad de aparición de lesiones para integrar

estrategias optimizadoras que no aumenten dicho riesgo y que, especialmente, se

enfoquen en reducirlos. Esto se ve acrecentado en los deportes colectivos, donde la

propia incertidumbre del juego genera que sucedan acciones imprevisibles a muy alta

intensidad y, en muchas ocasiones, con contacto del rival. Por ejemplo, una entrada de

un rival tras hacer un regate o un apoyo asimétrico en recepción (landing) tras salto para

recibir un contacto desestabilizador en el aire al recoger un rebote en el aire en

baloncesto.

Sin embargo, el profundo estudio de los factores de riesgo lesionales de una

modalidad deportiva servirá para trabajar estrategias preventivas que preparen a los

deportistas para las acciones del juego con incertidumbre propias de los deportes

situacionales (Seirul-lo Vargas, 2017). En resumen, el objetivo de estas medidas debe

ser mejorar la respuesta del deportistas cuando se exponga a un riesgo lesional , así

como reducir la severidad de la lesión en caso de que finalmente ocurra (Pol, Hristovski,

Medina, & Balague, 2018).

Tradicionalmente, los factores de riesgo se han dividido en intrínsecos y

extrínsecos (Casáis Martínez, 2008). De esta forma, se debe plantear un mapa específico

de cada modalidad deportiva tras el análisis pormenorizado de los factores de

rendimiento, estructura formal y lógica interna del juego para, posteriormente, diseñar

las estrategias adecuadas para optimizar el rendimiento atenuando los factores de riesgo,

en la medida de lo posible.

Página 22 Carlos Lago Fuentes

Los factores de riesgo mostrados en la Figura 2 son genéricos, esto es, aplican a

prácticamente todas las modalidades deportivas. Uno de los aspectos más relevantes a la

hora de analizar los factores de riesgo es diferenciar, además de en extrínsecos e

intrínsecos, entre modificables y no modificables. Algunos factores de riesgo no son

modificables, como el sexo, la edad, el deporte o el nivel competitivo (Eckard et al.,

2018). Por ello, el análisis se debe centrar en aquellos que pueden ser modificables para

mejorar el rendimiento deportivo y reducir el riesgo de lesión, integrándolos en la

dinámica de entrenamiento de un equipo.

Figura 2. Factores de riesgo en una modalidad deportiva (adaptado de Casáis Martínez,

2008)

Uno de los principales factores de riesgo extrínsecos modificables es el control y

gestión de la dinámica de las cargas. Así, la prescripción de las cargas de entrenamiento

adecuadas requiere de un óptimo control para poder optimizar el rendimiento

(desarrollo condicional y técnico-táctico) y evitar efectos negativos (fatiga y riesgo de

lesión) (Cross, Williams, Trewartha, Kemp, & Stokes, 2016; Pol et al., 2018). De

hecho, se asume que la creación de picos de entrenamiento (subidas o bajadas bruscas

en las cargas) pueden favorecer la aparición de lesiones deportivas (Nielsen et al.,

2018).

Carlos Lago Fuentes Página 23

Otro bloque fundamental dentro de los factores de riesgo intrínsecos

modificables son las capacidades condicionales. Alcanzar los niveles óptimos de fuerza,

resistencia, velocidad y flexibilidad en una modalidad deportiva favorecerá una

reducción de riesgo de lesiones. Para ello, como se mencionó anteriormente, es

necesario conocer los valores de referencia de un deporte. De esta manera, a través de la

valoración del deportista con diferentes test podremos conocer su estado en relación a

los valores de referencia y, a partir de ahí, entrenar para optimizarlos.

Por ejemplo, en relación a la flexibilidad, incluir un mesociclo de trabajo de

amplitud de movimiento (ROM, range of motion) en flexores y extensores de cadera

facilitará alcanzar los rangos óptimos en fútbol sala (Cejudo, Sainz de Baranda, Ayala,

& Santonja, 2014, 2015; Sainz de Baranda, Cejudo, Ayala, & Santonja, 2015), y, por

tanto, mejorar el rango de movimiento en acciones a alta intensidad durante la

competición. Dicha mejora ayudará a que el deportista responda mejor ante los cambios

de dirección, aceleraciones, deceleraciones, etc. Esto no implica que el jugador no se

pueda lesionar, y más en un entorno con numerosas perturbaciones desconocidas, pero

sí ayudará a reducir el riesgo de lesión (Pol et al., 2018).

Como se puede observar, gran parte de los factores de riesgo son los propios

factores de rendimiento de un deporte. Por ejemplo, un factor de rendimiento clave es

un nivel óptimo de fuerza (generalmente evaluada a través de perfil fuerza-velocidad o

con la batería de pruebas de Bosco). De forma paralela, bajos niveles de fuerza

conforman uno de los principales factores de riesgo en equipos profesionales de fútbol

(McCall, Carling, et al., 2015).

Por tanto, conocer los factores de rendimiento del fútbol sala será uno de los

primeros pasos para programar los contenidos de entrenamiento, los valores óptimos a

alcanzar y, de forma conjunta, formar parte de las estrategias preventivas.

Página 24 Carlos Lago Fuentes

1.4. Mujer y rendimiento deportivo

Como se ha descrito en los anteriores apartados, el rendimiento deportivo ha de

tener en cuenta todos los factores que pueden influir en el mismo. Uno de los

principales elementos diferenciadores entre los hombres y mujeres es el ciclo menstrual

(de Jonge, 2003; Reilly, 2000). El ciclo menstrual se define como el proceso que

prepara al útero para el embarazo todos los meses así como incluye también la limpieza

del útero para el inicio del siguiente ciclo. El ciclo se manifiesta en la etapa reproductiva

de la mujer, apareciendo el primer ciclo (menarquía) entre los 11 y 13 años y

finalizando con la menopausia alrededor de los 50 años (Reilly, 2000).

De forma resumida, se define como el período que transcurre desde el primer día

de la menstruación (degeneración endometrial) hasta el día anterior de la siguiente

menstruación con una duración media de 28 días (Reilly, 2000). Dicha duración varía

de forma considerable en función de la mujer, las características particulares y la

regularidad del mismo. En líneas generales, se considera que una mujer eumenorreica

tiene un ciclo menstrual entre 23 y 38 días (Reilly, 2000), o hasta 45 días (Frankovich &

Lebrun, 2000). Dentro de esto, el ciclo menstrual se divide en varias fases, cada una

asociada a los procesos hormonales y fisiológicos que ocurren en ellas. A pesar de que

existen estudios sobre el ciclo menstrual desde hace décadas, todavía existe una vasta

heterogeneidad en las clasificaciones al respecto de las fases que lo conforman (de

Jonge, 2003), como se puede observar en la Tabla 2, donde se plantean sólo tres de las

propuestas existentes.

Tabla 2. Clasificación de fases del ciclo menstrual según distintos autores.

AUTORES 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28

(de Jonge,

2003) PREOVULATORIA FOLICULAR

MEDIA OVULACIÓN POSTOVULACIÓN

(Hamilton,

2012) MENSTRUAL FOLICULAR (M-T) OVULACIÓN LÚTEA (PRIMARIA-MEDIA) PREMENSTRUAL

(L-T)

(Reilly,

2000) FOLICULAR OVULACIÓN LÚTEA

M-T: menstrual tardía; L-T: lútea tardía

En líneas generales, todos los autores tienen en cuenta el núcleo y punto

principal del ciclo menstrual: la fase ovulatoria. De esta forma, prácticamente todos los

Carlos Lago Fuentes Página 25

investigadores coinciden en la división en tres principales fases: preovulatoria o

folicular, ovulatoria y postovulatoria o lútea. Durante el ciclo menstrual y las diferentes

fases mencionadas, se producen modificaciones en las concentraciones de las

principales hormonas involucradas. Así, antes de hablar de cada una de las fases,

conviene describir las funciones de dichas hormonas, agrupadas en dos pares:

Gonadotropinas: hormonas reguladoras de las gónadas, órganos de la

reproducción, influenciadas por la acción de la hipófisis (Ramírez Balas, 2014):

o Hormona folículo estimulante (FSH): responsable del crecimiento y

desarrollo de los folículos en el ovario, actuando sobre células

granulosas, las cuales producen los estrógenos, entre otras.

o Hormona luteinizante (LH): responsable de la producción y secreción de

los estrógenos y de la ovulación, además de estimular las células

foliculares para que produzcan progesterona y el cuerpo amarillo, entre

otras tareas.

Gónadas: órganos de la reproducción, donde se sitúa el ovario y se producen los

efectos provocados por las gonadotropinas, así como actúan las dos siguientes

hormonas (Ramírez Balas, 2014):

o Estrógenos (E): hormona encargada de la estimulación del crecimiento

del endometrio uterino, así como de regular las gonadotropinas, en

función de su concentración. Tienen influencia en el incremento de

contenidos elásticos, disminución del diámetro y densidad de las fibras

o Progesterona (Pr): hormona responsable de la inhibición de las

contracciones uterinas, así como provoca un aumento de la temperatura

basal por su acción sobre el hipotálamo. Parece estar conectada con un

mayor número de fibroblastos y la síntesis de colágeno.

A continuación se explica de forma resumida cada una de estas fases, y las

variaciones en las concentraciones de las principales hormonas involucradas, así como

en la Figura 3 se presentan de forma gráfica.

La fase folicular o preovulatoria va desde el día 1 hasta el día 11-13, en

función de la fuente consultada. En los primeros días, los niveles de E y Pr muestran sus

valores más bajos (Frankovich & Lebrun, 2000; Herzberg et al., 2017). Sin embargo,

los E aumentan sus niveles de concentración a lo largo de la fase folicular alcanzando su

Página 26 Carlos Lago Fuentes

concentración más alta justo antes de la fase ovulatoria, estimulando la maduración del

óvulo, mientras que la Pr se mantiene en valores bajos durante la fase preovulatoria. No

obstante, entre 24 y 36 horas antes del inicio de la fase ovulatoria, los E inician un

descenso progresivo en su concentración (Ramírez Balas, 2014).

La fase ovulatoria es la central, situándose entre los días 12-14, en función de la

fuente consultada. En esta fase, como se indicó anteriormente, continúa el descenso en

la concentración de E, mientras que esto provoca un aumento en las concentraciones

pico de la LH, y un incremento considerable en la FSH (de Jonge, 2003; Frankovich &

Lebrun, 2000). En este período se produce la liberación del óvulo desde el folículo

dominante.

Por último, la fase postovulatoria o lútea se da en la segunda mitad del ciclo,

entre los días 15-16 y 28, en función de la fuente consultada. Esta fase se caracteriza por

un aumento en las concentraciones de E y Pr, de forma inversa que en la fase folicular,

alcanzando sus concentraciones pico en la fase lútea media (días 19-24) (de Jonge,

2003; Frankovich & Lebrun, 2000). Además, el comportamiento de la LH y FSH es

paralelo, manteniendo sus niveles de concentraciones bajos. La principal acción durante

esta fase consiste en la aparición del cuerpo lúteo o amarillo tras haberse producido la

ovulación en el período anterior, así como se prepara al endometrio por si se produce la

fecundación. Una vez que esta no sucede, las concentraciones de Pr se reducen

drásticamente en los últimos días, conocidos como fase premenstrual (de Jonge, 2003).

Además de las cuatro principales hormonas mencionadas, la relaxina también

tiene peso en la laxitud a lo largo del ciclo menstrual. Esta hormona es producida por el

ovario y la placenta, y contribuye a la laxitud de la sínfisis púbica durante el embarazo

(Herzberg et al., 2017).

Carlos Lago Fuentes Página 27

Figura 3. Fluctuación hormonal durante el ciclo menstrual normal (extraído de Chidi-

Ogbolu & Baar, 2019).

Numerosos estudios han analizado la influencia que tiene la distribución

hormonal durante el ciclo menstrual (especialmente E y Pr) sobre el rendimiento

deportivo de atletas de diferentes modalidades (Constantini, Dubnov, & Lebrun, 2005;

de Jonge, 2003; Frankovich & Lebrun, 2000; Oosthuyse & Bosch, 2010; Reilly, 2000;

S. Shultz, Wideman, Montgomery, & Levine, 2011; Tounsi, Jaafar, Aloui, & Souissi,

2018).

Por ejemplo, estudios recientes parecen indicar que las fluctuaciones hormonales

durante el ciclo menstrual no afectan a los niveles de fuerza ni a las ganancias

entrenando en función de la fase del ciclo (Arazi, Nasiri, & Eghbali, 2018; Sakamaki-

Sunaga, Min, Kamemoto, & Okamoto, 2016), por lo que puede no ser necesario adaptar

el entrenamiento de fuerza en base al ciclo menstrual. Igualmente, el VO2máx no se ve

alterado durante el ciclo menstrual, aunque parece haber una mayor lipólisis durante la

fase lútea por los altos niveles de Pr y E, por lo que ésta podría ser la fase indicada para

aumentar el trabajo de resistencia en rango submáximo (Reilly, 2000).

Así, en la fase lútea sube la frecuencia cardíaca (3 lat/min) y la temperatura (0.3-

0.5ºC), aunque parece que la FC no está influenciada por el ciclo menstrual. Lo mismo

sucede con VE, el cual aumenta pero no está influenciado (de Jonge, 2003). Este

aumento de temperatura en la fase lútea parece provocar una menor tolerancia al

esfuerzo en ambientes cálidos y húmedos (de Jonge, 2003). Sin embargo, en ambientes

Página 28 Carlos Lago Fuentes

secos y no muy cálidos, las mujeres parecen reportar mayor tolerancia al esfuerzo

prolongado de carácter submáximo durante la fase lútea (Ramírez Balas, 2014)

Por otro lado, una de las principales consecuencias negativas de las

fluctuaciones hormonales del ciclo menstrual es el aumento de la laxitud ligamentosa

durante la fase preovulatoria debido al aumento de los niveles de E (Chidi-Ogbolu &

Baar, 2019; Herzberg et al., 2017). Este aumento en la concentración de E parece

incrementar la síntesis de colágeno pero, a su vez, reducir el stiffness del ligamento

(Chidi-Ogbolu & Baar, 2019; Herzberg et al., 2017), lo cual podría ser el principal

responsable del aumento de laxitud y, por tanto, un mayor riesgo lesional (Chidi-

Ogbolu & Baar, 2019). Tal es así, que la rotura del ligamento cruzado anterior, lesión

más conocida y estudiada en el deporte femenino, está fuertemente asociada a su suceso

durante la fase folicular-preovulatoria (Balachandar, Marciniak, Wall, & Balachandar,

2017; Chidi-Ogbolu & Baar, 2019; Herzberg et al., 2017), con un riesgo de lesión entre

3 y 6 veces mayor que en hombres (Herzberg et al., 2017).

A pesar de los numerosos estudios que han analizado la influencia del ciclo

menstrual en algún parámetro de rendimiento, así como su relación con la aparición de

lesiones (Chidi-Ogbolu & Baar, 2019), éstos son contradictorios en muchos casos, por

ejemplo, sobre la mejora de la resistencia (Julian, Hecksteden, Fullagar, & Meyer,

2017). En resumen, el ciclo menstrual es vital para la mujer, especialmente durante su

etapa reproductiva (13-50 años), y el objetivo de la investigación debe ser dar luz a las

incógnitas alrededor del mismo, conocer con mayor profundidad la fisiología femenina

y definir con claridad los modificaciones cíclicas provocadas por las hormonas para

optimizar los procesos de entrenamiento, asimilación de cargas y plantear las estrategias

preventivas en función de las particularidades en cada una de las fases que lo componen

(Bruinvels et al., 2017; Costello, Bieuzen, & Bleakley, 2014).

Carlos Lago Fuentes Página 29

1.5. Factores de rendimiento en el fútbol sala femenino

Como se mencionó en los anteriores apartados, el análisis de las demandas de

competición es uno de los primeros pasos que se deben dar para poder optimizar el

rendimiento en una modalidad deportiva. De esta forma, se debe definir la carga interna

y externa de la competición para acercar las exigencias competitivas a la realidad del

entrenamiento (Casamichana & Castellano, 2011). En otros deportes, como rugby,

fútbol o hockey sobre hierba, se conoce desde hace años cuál es la demanda

competitiva, ya no sólo a nivel de físico, sino también fisiológico (Scott, Scott, & Kelly,

2016) . Estos deportes tienen la ventaja de ejecutarse en un espacio al aire libre, por lo

que herramientas de gran utilidad como los GPS o la tecnología de tracking system han

sido empleadas para obtener el perfil competitivo (Scott et al., 2016).

En el fútbol sala, existen algunos estudios que han analizado las demandas

competitivas en fútbol sala masculino (Matzenbacher et al., 2014). Estas investigaciones

han empleado otras tecnologías de menor fiabilidad que han permitido estimar las

demandas físicas y fisiológicas durante un partido oficial. Estas otras tecnologías fueron

dos cámaras de video y un software específico de seguimiento de jugadores (Barbero

Alvarez et al., 2008; Dogramaci, Watsford, & Murphy, 2011) o una cámara cenital con

asignación numérica para cada jugador Castagna, D’Ottavio, Grande Vera, & Barbero

Álvarez, 2009; Soares & Tourinho Filho, 2006; Travassos, Araujo, Vilar, & McGarry,

2011).

Una reciente revisión comparó las distancias recorridas en diferentes deportes

colectivos, como fútbol, baloncesto, balonmano, hockey sobre hierba y fútbol sala

(Taylor, Wright, Dischiavi, Townsend, & Marmon, 2017). En dicha revisión, los

autores encontraron que el fútbol sala es uno de los deportes colectivos donde se

reportan más metros recorridos a sprint. Hablando de porcentajes relativos, esta

diferencia es especialmente relevante si se exponen los porcentajes con respecto a la

distancia total. Por ejemplo, en fútbol, entre un 4-12% de la distancia total se recorrió a

sprint, en baloncesto, entre un 1-4%, entre un 4-5% en balonmano, en hockey sobre

hierba entre 1-3%, y en fútbol sala entre un 6-9% (Taylor et al., 2017).

Página 30 Carlos Lago Fuentes

Como se indicó anteriormente, el fútbol sala femenino es una modalidad

deportiva poco estudiada hasta la fecha (Barbero Álvarez et al., 2015; Beato, Coratella,

Schena, & Hulton, 2017; Ramos-Campo, Rubio-Arias, Carrasco-Poyatos, & Alcaraz,

2016). No obstante, dentro de las investigaciones publicadas, algunas ya han delimitado

los principales factores de rendimiento determinantes en el fútbol sala femenino. Por

ejemplo, la distancia cubierta, velocidad relativa, número de aceraciones y

deceleraciones, cambios de dirección, FCMáx, FCMedia, entre otras, son las principales

variables a tener en cuenta para poder diseñar programas de entrenamiento adecuados a

cada contexto en el fútbol sala femenino (Barbero-Alvarez et al., 2015).

Las jugadoras recorren en torno a 2700 metros a lo largo de un partido, siendo

mayor la distancia recorrida en la primera mitad con respecto a la segunda y entre 30 y

40 aceleraciones y deceleraciones por partido (Beato et al., 2017). En cuanto a la carga

interna, las jugadoras se ven sometidas a altas demandas fisiológicas durante la

competición, con un promedio de 83% de FCMedia. De hecho, estas intensidades medias

son similares a las obtenidas en competición en deportes similares como el fútbol

(Datson et al., 2017), así como en situaciones de entrenamiento (Clemente &

Nikolaidis, 2016). De forma resumida, en la Tabla 3 se exponen las variables físicas y

fisiológicas principales en una competición de fútbol sala femenino.

Tabla 3. Variables de rendimiento analizadas en partidos amistosos en jugadoras de

fútbol sala femenino (Beato et al., 2017).

Acción motriz 1ª mitad 2ª mitad Diferencias (%) Partido

Tiempo (min) 20 min 25s 20 min 26s - 40 min 51s

TD (m) 1424±114* 1313±113 -117(7.8%) 2737±207

RV (m/min) 70±6* 64±6 -4(8.4%) 67±5

HSR (m) 28±16* 22±19 -6(21.4%) 50±33

HMD (m) 80±29* 69±26 -11(13.7%) 150±53

Aceleraciones 16±4 16±4 0 (0%) 31±6

Deceleraciones 21±6 19±7 -2(9.5%) 40±12

DBL (AU) 49±26 51±28 +2 (4.1%) 101±55

MP (W/kg) 6.2±0.7* 5.9±0.7 -0.3 (4.8%) 6.1±0.6

FCMáx 85±3 81±4 -4(4.7%) 83±3 Media±DT; TD: distancia total; RV: velocidad relativa; HSR: carrera a alta velocidad; HMD: distancia metabólica alta; DBL:

carga dinámica del cuerpo; MP: potencia metabólica media; FC: Frecuencia cardíaca. * = p<0.05 primera parte comparada con la

segunda. # = p = 0.059 primera parte comparada con la segunda.

Carlos Lago Fuentes Página 31

No obstante, el presente estudio comentado tiene numerosas limitaciones que

han de ser tenidas en cuenta para valorar su transferencia a la realidad. Beato et al.

(2017) realizaron el estudio con 10 jugadoras semiprofesionales de la liga italiana.

Dentro del diseño, decidieron realizar la investigación en un campo de fútbol sala en el

exterior para poder emplear la tecnología GPS, dadas las dificultades de su uso dentro

de un pabellón. Además, el protocolo aplicado fue mediante dos partidos de simulación,

realizando una competición de 5x5 sin posibilidad de cambios para reducir el sesgo en

las distancias recorridas por cada jugadora por las constantes sustituciones propias del

deporte.

Esto implica que se necesitan nuevos estudios realizados en la pista de juego

oficial, con una situación competitiva real en la que haya sustituciones para no alterar la

lógica interna del juego ni la dinámica de las acciones propias del fútbol sala. Sin

embargo, este estudio pionero muestra un primer acercamiento a las demandas físicas

competitivas del fútbol sala femenino, que han de ser tenidas en cuenta en la

planificación, control de las cargas, optimización del entrenamiento y planteamiento de

estrategias preventivas.

Por otro lado, otras investigaciones se han centrado en analizar el perfil óptimo

de algunas de las principales capacidades condicionales propias del fútbol sala, como se

puede ver en la Tabla 4. Así, la bibliografía existente define que las jugadoras de fútbol

sala deben presentar un VO2máx elevado, en torno a 45 ml/kg/min (Barbero-Álvarez et

al., 2015), siendo capaces de alcanzar 192 lat/min en el 30-15 IFT (Valladares-

Rodríguez, Rey, Mecías-Calvo, Barcala-Furelos, & Bores-Cerezal, 2017). Por otro lado,

las jugadoras son capaces de realizar un sprint de 20 metros por debajo de los 4

segundos y los 30 metros en torno a los 5 segundos, así como realizar un test de RSA de

8x30 metros cerca de los 40 segundos (41,1±1,9 s) (Jiménez-Reyes et al., 2019;

Ramos-Campo et al., 2016; Rubio-Arias et al., 2015). Asimismo, se destaca como se

han observado diferencias significativas en la agilidad y velocidad de golpeo en función

de la categoría competitiva, siendo mayores en jugadoras de Primera División con

respecto a Segunda (Ramos-Campo et al., 2016). Por último, se refleja que han existido

diferentes test para evaluar el rango de movimiento de diferentes grupos musculares,

siendo clara la asimetría en el ratio cuádriceps-isquiosurales (H:Q ratio).

Tabla 4. Perfil condicional en fútbol sala femenino (1/3)

Estudio N Competición Variables analizadas Resultados principales

(Benvenuti, Minganti,

Condello, Capranica, &

Tessitore, 2010)

18 Liga amateur italiana RVS Test 51m (s) 17.32±0.51

PVS Test 51 (s) 14.69±0.67

(Barbero-Alvarez et al.,

2015) 14

Selección Nacional

Venezolana VO2máx (ml/kg/min) 45.3 ± 5.6

(Sainz de Baranda, Cejudo,

Ayala, & Santonja, 2015) 20

Primera División

Española

Flexibilidad

(ROM óptimo) (º) JC Dom JC No Dom P Dom P No Dom

Psoas ilíaco 7.2±5.8 8.2±5.6 6.6±2.5 7.8±2.7

Gemelo 40±5.1 41.9±5.4 38.2±2.2 29.3±4.1

Sóleo 41.7±5.9 43.8±6.4 40.1±1.5 41.8±3.2

Aductores 44.4±3.4 46.1±4.5 44.5±3.9 47.3±4.4

Isquiosural 90.2±14.1 88.5±13.7 89±7.9 87.6±10

Cuádriceps 105.7±13.3 112.5±9.9 114.4±8 116.6±10.3

Glúteo mayor 147.6±3.5 146.9±2.4 148.8±3 150±4.1

(Rubio-Arias et al., 2015) 12 Primera División

Española

Variables PDM: Baja (5) PDM: Media (7)

% graso 27.1±6.4 27.8±2.6

SJ (cm) 26±0.04 25±0.05

CMJ (cm) 25±0.01 25±0.02

Test de golpeo (km/h) 83.9±5.9 84.8±4.76

Test 30 m (s) 5.05±0.25 5.01±0.16

Test RSA (8x30m) (s) 41.28±1.92 40.95±1.39 IFT: Intermitent Fitness Test; ASLR: assisted straight leg raise; PSLR: passive straight leg raise; RSA: repeated sprint ability; RVS: estímulo visual reactivo; PVS: estímulo visual planeado; JC: jugadoras de campo; P:

portera; Dom: lado dominante; No Dom: lado no dominante; PDM: Patrón dietético mediterráneo; CK: Creatinkinasa; CMJ: countermovement jump; SJ: squat jump; H-Q: hamstring-quadriceps

Págin

a 32

Carlo

s Lago

Fu

entes

Tabla 4. Perfil condicional en fútbol sala femenino (2/3)

Estudio N Competición Variables analizadas Resultados principales

(Ramos-Campo et al., 2016) 27 Primera y Segunda

División Española

Variables Primera (14) Segunda (13)

ASLR test (cm) 68.3±10.2 / 68.9±9.6 68.3±10.1/ 68.7±5.9

PSLR test (cm) 82.9±10.2 / 84.3±4.9 82.0±10.6 / 82.4±7.3

Ratio H-Q 0.6±0.1/0.6±0.1 0.5±0.2 / 0.5±0.2

SJ (cm) 26.1±0.4 24.2±0.3

CMJ (cm) 26.7±0.3 24.3±0.3

Test de golpeo (km/h) 84.5* 79.8

Test 30m (s) 4.9±0.2 5.0±0.2

Test agilidad 30m (s) 5.5* 5.7

Test RSA (8x30m) (s) 41.1±1.9 41.8±1.7

(Valladares-Rodríguez et al.,

2017) 13

Primera División

Española

30-15 IFT (km/h)

30-15 IFT (lat/min)

17.4±1.3

192±7

(Rodrigues et al., 2017) 19 Liga amateur

brasileña Test isocinético (%) 79.96±12.32

(Baskaya, Unveren, &

Karavelioglu, 2018) 30

Liga universitaria

turca

Fuerza de pierna (kg) 71.6 ±9.93

Test 10m (s) 1.62±0.08

Test 30m (s) 4.31±0.36

Test Agilidad Illinois (s) 17.23±0.8

Test Yo-Yo 1 (m) 964.67±263.65

CMJ (cm) 23.22±2.2

Pico absoluto potencia (W) 1205.1±80.4

Potencia media (W) 1141.65±74.4 IFT: Intermitent Fitness Test; ASLR: assisted straight leg raise; PSLR: passive straight leg raise; RSA: repeated sprint ability; RVS: estímulo visual reactivo; PVS: estímulo visual planeado; JC: jugadoras de campo; P:

portera; Dom: lado dominante; No Dom: lado no dominante; PDM: Patrón dietético mediterráneo; CK: Creatinkinasa; CMJ: countermovement jump; SJ: squat jump; H-Q: hamstring-quadriceps

Carlo

s Lago

Fu

entes

Págin

a 33

Tabla 4. Perfil condicional en fútbol sala femenino (3/3)

Estudio N Competición Variables analizadas Resultados principales

(dos Santos et al., 2018) 14 Equipo brasileño

(nivel no indicado)

Cortisol y Creatinkinasa

post competición

Cortisol: 20.2 ± 8.2 μg/dL

CK: 165.4 ± 73.3 U/L

(Jiménez-Reyes et al., 2019) 28 Primera División

Española

F0 (N/kg) 6.63 ± 0.46

V0 (m/s) 7.64±0.40

Pmax 12.6±1.2

Perfil F-V 0.87±0.067

Test 5m (s) 1.49±0.05

Test 20m (s) 3.77±0.13

(Cejudo, Robles-Palazón, &

Sainez de baranda, 2019) 10

Primera División

Española

Flexibilidad

(ROM óptimo) (º) Dominante No dominante

Psoas ilíaco 8.4 ±3.4 9.6±2.7

Gemelo 38.4±4 36.5±4.8

Sóleo 39±4.4 39.4±6.1

Aductores 37±2.5 36.6±2.5

Rotadores externos 51±6.8 49±6.1

Rotadores internos 62±8.2 62.6±5.5

Aductores mono 65.2±3.6 67.2±2.6

Isquiosurales 76.4±5.6 77.2±6.5

Cuádriceps 114.2±6.1 118.2±7.9

Glúteo mayor 138.4±5.6 135.4±5.5 IFT: Intermitent Fitness Test; ASLR: assisted straight leg raise; PSLR: passive straight leg raise; RSA: repeated sprint ability; RVS: estímulo visual reactivo; PVS: estímulo visual planeado; JC: jugadoras de campo; P:

portera; Dom: lado dominante; No Dom: lado no dominante; PDM: Patrón dietético mediterráneo; CK: Creatinkinasa; CMJ: countermovement jump; SJ: squat jump; H-Q: hamstring-quadriceps

Págin

a 34

Carlo

s Lago

Fu

entes

Carlos Lago Fuentes Página 35

No obstante, al igual que se indicó en relación a las demandas competitivas, se

necesita un mayor número de investigaciones que repliquen los estudios realizados para

aumentar el tamaño muestral y obtener datos que posibiliten mayor transferencia al

resto de equipos. Esto se debe a que prácticamente sólo existe un estudio por cada una

de las capacidades condicionales mencionadas.

Página 36 Carlos Lago Fuentes

1.6. Epidemiología lesional en fútbol sala femenino

Las lesiones son uno de los factores más limitantes para la optimización del

rendimiento de un deportista y equipo, dado que afecta al estado de forma de un

individuo y a la dinámica de entrenamiento y competición del equipo (Hägglund et al.,

2013). Por ello, a la hora de buscar las mejores herramientas para optimizar el

rendimiento en una modalidad deportiva, otro de los primeros pasos a realizar es

conocer la epidemiología lesional del mismo (Meeuwisse, 1994; van Mechelen, Hlobil,

& Kemper, 1992).

La epidemiología se define como “el estudio de la distribución y los

determinantes de estados o eventos relacionados con la salud y la aplicación de esos

estudios al control de enfermedades y otros problemas de salud” (OMS, 2015).

Aplicado al ámbito deportivo que nos atañe, la epidemiología lesional puede definirse

como la ciencia que estudia el número de lesiones que se suceden en una modalidad

deportiva así como los factores que influyen en su aparición (Cos, Cos, Buenaventura,

Pruna, & Ekstrand, 2010).

Por tanto, los epidemiólogos son aquellos que están “preocupados por

cuantificar la ocurrencia de lesiones con respecto a quién está afectado por una lesión,

dónde y cuándo ocurren las lesiones y cuál es su resultado, con el propósito de explicar

por qué y cómo ocurren las lesiones e identificar estrategias para controlarlas y

prevenirlas” (Phillips, 2000, p. 2).

Por tanto, como indica Phillips (2000), el conocimiento sobre la epidemiología

lesional y los factores y mecanismos que las producen se considera el primer paso en el

proceso para diseñar modelos preventivos específicos en una modalidad deportiva dada

(Cos et al., 2010). Así, a principios de los años 90, van Mechelen et al. (1992) diseñaron

la “secuencia de prevención” para protocolizar los pasos que se deben seguir con el fin

de reducir las lesiones en una modalidad deportiva. En la Figura 4 se expone el

esquema planteado por los autores.

Carlos Lago Fuentes Página 37

Figura 4. Secuencia del modelo preventivo (adaptado de van Mechelen et al., 1992)

Siguiendo esta explicación, se hace necesario conocer en profundidad la

epidemiología lesional en este deporte para cubrir las dos primeras fases del modelo

preventivo. La primera investigación publicada sobre lesiones en fútbol sala fue el

estudio prospectivo realizado a lo largo del Campeonato Brasileño de Fútbol Sala sub-

20 (Ribeiro & Costa, 2006), en el que participaron 10 equipos con un total de 180

jugadores. Encontraron que más del 60% de las lesiones se produjeron por contacto,

siendo el 80% de gravedad mínima o leve, con un tiempo de baja entre 0 y 4 días. No

obstante, este estudio no deja clara la clasificación de lesiones en función de

entrenamiento o competición.

En España, Álvarez Medina et al. (2009) realizaron el primer estudio

longitudinal sobre epidemiología lesional en fútbol sala. En esta investigación

registraron cada incidencia lesional durante los 39 microciclos que duró la temporada,

junto con todos los datos relativos a la carga de entrenamiento y competición. Los datos

más relevantes de su estudio fueron que todos los jugadores sufrieron algún incidente

lesional, el 66% de ellos más de 4 lesiones durante la temporada. No obstante, el 64%

1. Establecer la incidencia y

severidad de las lesiones

2. Establecer la etiología y

mecanismos lesionales

3. Introducir una medida

preventiva

4. Evaluar su efectividad

repitiendo el paso 1

Página 38 Carlos Lago Fuentes

de las lesiones fueron de tipo suave (3 a 5 días de recuperación). Curiosamente, los

autores no publicaron en su estudio la etiología lesional, haciendo referencia sólo a la

carga de entrenamiento, la frecuencia y la gravedad de las lesiones.

Un año después, Junge and Dvorak (2010) publicaron uno de los principales

estudios sobre lesiones en este deporte, en el que analizaron la incidencia lesional y sus

características a lo largo de los 3 mundiales de fútbol sala anteriores (Guatemala, 2000;

China Taipei, 2004 y Brasil, 2008). Ambos autores, pertenecientes al Centro de

Investigaciones de la FIFA, recopilaron todas las lesiones gracias a un instrumento ya

empleado en anteriores competiciones internacionales de otros deportes colectivos. A

pesar de ser el estudio de referencia en esta modalidad deportiva, se ha de tener en

cuenta que sólo recogen las lesiones ocurridas en competición en torneos de alta

densidad competitiva, dejando como incógnita toda lesión que pudiese suceder durante

los entrenamientos de preparación de torneo, así como entre los partidos del mismo.

En el siguiente año, Van Hespen, Stege and Stubbe (2011) expusieron, en el

IOC World Conference on Prevention of Injury & Illness in Sport de Montecarlo, uno

de los estudios sobre epidemiología lesional con mayor número de jugadores. Estos

autores llevaron a cabo tres estudios de cohortes con jugadores y jugadoras

profesionales de fútbol así como jugadores de Primera División de fútbol sala de Países

Bajos, acumulando un total de 1234 deportistas entre 2007 y 2010. De todos estos, sólo

77 eran jugadores de fútbol sala, en los que sucedieron un total de 58 lesiones, 74% de

ellas por contacto, 41% por recidiva y, finalmente, 38% se debieron a esguinces. A

pesar de los datos interesantes, estos han de ser evaluados con cautela dado que las

lesiones en este deporte fueron obtenidas a través de un estudio retrospectivo, una vez

finalizada la temporada.

Por último, el último estudio relativo a la etiología y epidemiología lesional en

fútbol sala masculino fue publicado recientemente por el cuerpo médico de la Selección

Español de Fútbol Sala (Martinez-Riaza, Herrero-Gonzalez, Lopez-Alcorocho, Guillen-

Garcia, & Fernandez-Jaen, 2017). En dicha investigación recogieron, a través de una

metodología retrospectiva, las lesiones sucedidas en cada una de las concentraciones a

lo largo de cinco temporadas (2010-2011 a 2014-2015). El promedio fue de 12.4

atenciones por lesión a cada jugador a lo largo de las 27 concentraciones realizadas,

Carlos Lago Fuentes Página 39

siendo el 57.7% lesiones musculares. Además, encontraron que las lesiones por

sobrecarga fueron más comunes en los entrenamientos, mientras que la mayor parte de

lesiones por contacto ocurrieron durante los partidos.

En resumen, existen varios estudios que han analizado las lesiones en fútbol sala

masculino con muestras de gran nivel (selecciones o equipos de Primera División), en

los que se ha encontrado una alta incidencia lesional, con alta prevalencia de lesiones

por contacto en competición. Sin embargo, no existe una clara evidencia con respecto a

la lesión más habitual en función de la región corporal, dado que la mayoría de estudios

se centraron en unas u otras variables.

Al revés que en la modalidad masculina, no existen prácticamente datos

relativos a las lesiones producidas en selecciones nacionales ni torneos de fútbol sala

femenino. Esto puede ser debido a la reciente oficialidad de los torneos internacionales,

disputando en octubre de 2018 los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud (Youth

Olympic Games, 2018), y en el pasado febrero de 2019 el primer Europeo Femenino de

fútbol sala, avalado y organizado por la UEFA (UEFA, 2018). Así, los estudios

epidemiológicos en fútbol sala femenino se han centrado en analizar la incidencia

lesional en diferentes ligas a lo largo del mundo, tanto europeas, asiáticas como

sudamericanas. En la Tabla 5 se exponen los principales resultados de los siete estudios

epidemiológicos realizados hasta la fecha. No obstante, estas investigaciones tienen

ciertos sesgos que han de ser tenidos en cuenta, dado el diseño de investigación que

aplicaron.

Gayardo et al. (2012) realizaron el primer estudio epidemiológico en fútbol sala

femenino con jugadoras brasileñas. Su estudio fue llevado a cabo a través de un

cuestionario retrospectivo aplicado durante la primera fase de la temporada 2011 sobre

la temporada 2010. No se indica que se haya realizado un análisis de la consistencia de

los datos obtenidos, así como tampoco reflejan una clasificación de lesiones en relación

a la etiología (contacto-no contacto).

Tabla 5. Estudios sobre epidemiología lesional en fútbol sala femenino

Autores N Competición Tipo de estudio Número y

frecuencia Región corporal Etiología Momento Gravedad

(Gayardo et al.,

2012) 135

1ª División

Brasileña

Retrospectivo -

Cuestionario

104 lesiones

54.1% lesionadas

28.9%: tobillo

24% muslo

23.1%: rodilla

46.2%:

contacto

40.4%:

competición

40.4%: recidiva

52.9%: moderada

(7-28 días)

(Serrano,

Shahidian,

Voser, & Leite,

2013)

127

Categorías

inferiores y

nacionales de

Portugal

Retrospectivo -

Cuestionario

161 lesiones

81.% lesionadas

52.7%: esguinces

53.9% rodilla - -

59.4%: moderada

(8-28 días)

(Varkiani,

Alizadeh, &

Pourkazemi,

2013)

- Todas las

categorías de Irán

Retrospectivo-

Hoja de registro

104 lesiones

12.6

lesiones/1000

horas

52.9%: miembro

inferior - - -

(Angoorani et

al., 2014) 17

Selección nacional

de Irán

Prospectivo-

Hoja de registro

28 lesiones

4.17

lesiones/1000

horas

82.1%: miembro

inferior

57.1%: esguinces

25%:

contacto

35.7%:

competición

17.9%:

moderadas (8-30

días)

Nemčić,

Sporiš, &

Fiorentini,

2016)

95 Serie A, C, D y

amateurs de Italia

Retrospectivo-

Cuestionario

94 lesiones

90% lesionadas

25.3%: esguince

de tobillo

73.3%

contacto

66.7%:

competición 35.6%: recidiva

(Uluöz, 2016) 66 Liga universitaria

de Turquía

Prospectivo-

Entrevista

clínica

93 lesiones

1.4

lesiones/jugadora

26.9%: tobillo

21.5%: rodilla

24.7%:

contacto

31.2%:

pretemporada

25.8%:

moderadas (8-21

días)

(Moraes, da

Silva Martins,

& Longen,

2016)

42 Regional, Sub 20 y

Sub 17 de Brasil

Retrospectivo -

Cuestionario 176 lesiones

46.1%: esguinces

tobillo

32.5%: muslo

- - -

Págin

a 40

Carlo

s Lago

Fu

entes

Carlos Lago Fuentes Página 41

Por su parte, Serrano et al. (2013) diseñaron un estudio retrospectivo en equipos

de fútbol sala de Portugal con un análisis de consistencia de datos que aumenta el rigor

de la investigación. No obstante, el registro de información fue llevado a cabo a través

de las jugadoras en conversación con los cuerpos técnicos, registrando sólo sus tres

lesiones más importantes. Además, las lesiones no fueron clasificadas en función de la

categoría de las jugadoras, siendo 101 jugadoras de categoría juvenil (18-19 años), 17

de División Nacional y 9 de la Selección Nacional. Tampoco se aclara si las jugadoras

de la selección coinciden con las de división nacional, ni los años de práctica, ni la

categoría de las jugadoras a nivel nacional.

En Irán, Varkiani et al. (2013) no recogieron el tipo de lesión ni la etiología por

falta de información, ya que el registro fue llevado a cabo en los hospitales donde

fueron trasladadas las jugadoras. La descripción de la muestra es ínfima, siendo

mostrados datos de deportistas desde 7 años hasta más de 45. Además, en este estudio

sólo se señalan los datos del número de jugadoras lesionadas, sin hacer referencia al

total de equipos involucrados ni total de jugadoras participantes en la competición. Por

último, sólo expusieron información sobre la región corporal dañada de forma global

(miembro inferior, torso, miembro superior y cabeza-cuello).

En el segundo estudio realizado en este país árabe, Angoorani et al. (2014),

realizaron un estudio prospectivo durante 18 meses en la Selección Nacional de Irán.

Sin embargo, no aclaran la frecuencia de entrenamiento o si sufrieron lesiones durante

los entrenamientos con sus respectivos equipos. Tampoco indicaron si durante el

período estudiado, las jugadoras participaron en algún torneo internacional, en los que

se ha observado que la incidencia lesional es mayor (Junge & Dvorak, 2010).

En Italia, Nemčić et al. (2016) realizaron la única investigación sobre lesiones en

futbol sala femenino realizada en varias categorías de forma definida. Este estudio

retrospectivo fue realizado con jugadoras de 4 categorías diferentes de una sola región

de Italia (Venetto). Además, el cuestionario sobre las lesiones sufridas fue cubierto

directamente por las jugadoras, con el posible sesgo de desconocimiento de información

y el bajo interés que puedan tener para indicar las lesiones sufridas.

Página 42 Carlos Lago Fuentes

Por otro lado, Uluöz (2016), seleccionó a jugadoras de nivel amateur que

competían en la liga universitaria turca. Además, la descripción metodológica en el

estudio del investigador turco es confusa, ya que no se indica en qué temporalidad se

llevó a cabo el registro, así como tampoco especifica si el estudio fue prospectivo o

retrospectivo.

Por último, Moraes et al. (2016) realizaron otro estudio epidemiológico con

deportistas brasileñas al igual que Gayardo et al. (2012), los autores aplicaron una

investigación retrospectiva relativa al período de dos temporadas a través de un

cuestionario con una metodología confusa. Además, la muestra empleada fue de

jugadoras de tres rangos de categoría y edad muy diferenciados: sub-17, sub-20 y

adultas. Dentro de este rango de jugadoras tan amplio, no existe una división por

categorías en cuanto a las lesiones, así como no se hace clasificación respecto a la

etiología lesional.

Como se ha señalado anteriormente, cinco de los siete estudios epidemiológicos

fueron realizados con un diseño retrospectivo, donde sólo el estudio en la liga

portuguesa mostró un análisis de consistencia de dato (Serrano et al., 2013). Uno de los

principales problemas que tienen los estudios retrospectivos es que existe un riesgo alto

de que la información no sea recogida de forma adecuada en base a los criterios que se

establezcan. Por otro lado, los dos estudios prospectivos fueron realizados en una liga

amateur (Uluöz, 2016) y en una selección nacional (Angoorani et al., 2014)

En resumen, a pesar de la mayor cantidad de estudios epidemiológicos en fútbol

sala femenino, la calidad metodológica de los mismos es débil (Phillips, 2000).

Además, como se ha podido observar, en España no existe ninguna investigación que

analice ningún aspecto relativo a la epidemiología lesional en fútbol sala femenino, a

pesar de ser un de las principales potencias mundiales de este deporte, y recientemente

campeona del Europeo de fútbol sala.

Por ello, surge la necesidad de realizar un estudio epidemiológico sobre las

lesiones en equipos de primer nivel de fútbol sala femenino en España.

Carlos Lago Fuentes Página 43

1.7. Programación y control de la carga de entrenamiento

El proceso de entrenamiento requiere de un óptimo control de las cargas para

asegurar la correcta adaptación del deportista, gestionando el balance entre

entrenamiento y recuperación. Uno de los aspectos más importantes para la

optimización del rendimiento es la adecuada programación, control y gestión de las

cargas de entrenamiento y competición (Bourdon et al., 2017; Vanrenterghem,

Nedergaard, Robinson, & Drust, 2017).

La carga de entrenamiento se clasifica de forma general en dos categorías: carga

externa e interna. La carga externa puede ser definida como los estímulos físicos

realizados por parte del deportista durante el entrenamiento o competición (Eckard et

al., 2018). Por otro lado, la carga interna se caracteriza por valorar el estrés fisiológico

soportado por el deportista relativo a la carga externa (Bourdon et al., 2017; Eckard et

al., 2018). A este respecto, Vanrenterghem et al. (2017) publicaron una revisión de los

indicadores más relevantes para controlar la carga de entrenamiento en deportes

colectivos, que se muestran en la Figura 5.

Figura 5. Mapa de variables para la monitorización del rendimiento deportivo de un

deportista (adaptado de Vanrenterghem et al., 2017).

Página 44 Carlos Lago Fuentes

Aplicado a una modalidad deportiva, una óptima gestión de la carga debe

integrar medidas tanto de la carga externa como interna para poder obtener una visión

completa de los niveles de estrés sufridos por parte del deportista. A pesar de la gran

variedad de herramientas existentes en la actualidad para el control de la carga, cada

cuerpo técnico debe definir los criterios sobre los que basarse para la elección de las

adecuadas a cada contexto. En este sentido, uno de los principales criterios a tener en

cuenta es el balance coste-beneficio, por lo que dependerá de los recursos disponibles en

cada contexto. Como se puede ver en la Figura 5 sólo hay una herramienta que evalúe

tanto la carga fisiológica como biomecánica. Dicha herramienta es la escala de

percepción subjetiva del esfuerzo (RPE, rate of perceived exertion).

El RPE fue diseñado por Gunnar Borg en la década de los años 60 en sus

estudios con participantes suecos (Borg, 1982). En primer lugar, diseñó una escala de

15 puntos (6-20) donde cada puntuación iba asociada a un rango de 10 pulsaciones de la

FC. El deportista debe responder a la pregunta: “¿cómo fue el entrenamiento?”, 30

minutos después de finalizar el entrenamiento. De esta forma, si el sujeto percibía una

percepción de 8, se supone que debería ir asociada a 80 lat/min. De hecho, esta escala

obtuvo altos niveles correlación con la FC, entre 0.8-0.9 (Borg, 1982). No obstante, la

valoración entre estos números generaba cierta dificultad en los deportistas, por lo que

el propio Borg publicó una adaptación de su escala a 0-10, rango más comprensible por

la mayoría de la población, ya sea deportista o no deportista (Borg, 1982). En la Tabla

6 se presentan ambas escalas.

A pesar de la relevancia del RPE de Borg, pierde utilidad en cuanto se pretende

emplear como una herramienta para la programación de entrenamiento (Foster et al.,

2001). Dada la necesidad de optimizar las herramientas para cuantificar la carga de

entrenamiento, estos mismos autores diseñaron una nueva propuesta, la session-RPE

(sRPE), que consiste en la multiplicación del RPE por la duración de la sesión de

entrenamiento, representando la carga de entrenamiento como unidades arbitrarias (AU)

(Foster et al., 2001). Esta herramienta ha mostrado ser una técnica muy útil para

cuantificar la carga de entrenamiento en una amplia variedad de aplicaciones deportivas,

fácil de emplear y consistente en relación al índice fisiológico objetivo perseguido

durante un entrenamiento (Haddad, Stylianides, Djaoui, Dellal, & Chamari, 2017).

Tabla 6. Escalas de Percepción subjetiva del esfuerzo de Borg (Borg, 1982)

Carlos Lago Fuentes Página 45

Escala

original Percepción del esfuerzo

Escala

modificada Percepción del esfuerzo

6 0 Reposo total

7 Muy, muy ligero 0.5 Muy muy suave

8

9 Muy ligero 1 Muy suave

10 2 Suave

11 Moderado 3 Moderado

12

13 Algo Duro 4 Algo duro

14

15 Duro 5 Duro

16 6

17 Muy duro 7 Muy duro

18 8

19 Muy muy duro 9 Muy muy duro

20 Máximo, extenuante 10 Máximo, extenuante

En los últimos años, dada su potencial aplicación y facilidad de uso, numerosas

investigaciones han empleado la sRPE como herramienta para cuantificar la carga de

entrenamiento en diversas modalidades deportivas, tanto individuales como colectivas,

así como para monitorizar mesociclos y macrociclos (Bourdon et al., 2017; Drew &

Finch, 2016; Haddad et al., 2017). Una de las principales utilidades que se han buscado

con esta herramienta es asociar la carga de entrenamiento con el riesgo de lesiones,

especialmente lesiones musculoesqueléticas, tanto en deportes individuales como

colectivos (Eckard et al., 2018; Soligard et al., 2016). Para analizar esta relación, se han

planteado diferentes ratios de carga (workload) que buscan comparar la carga pasada

(crónica) con la carga actual (aguda), y buscan asociar las modificaciones en la carga de

entrenamiento con la aparición de lesiones (Eckard et al., 2018; Soligard et al., 2016).

Así, aparecieron en la literatura científica términos como el ratio de carga aguda:crónica

(ACWR, acute-chronic workload ratio), popularizado por el investigador Tim Gabbett

con sus estudios en rugby y fútbol australiano, entre otros. Aunque existen diferentes

propuestas, el principal ACWR consiste en la relación de la carga acumulada durante la

Página 46 Carlos Lago Fuentes

semana actual con la media de las cuatro semanas previas. Éste es el conocido como

“Rolling Average Model”, que divide la carga aguda suma de AU a lo largo del actual

microciclo) entre la media de la carga crónica (media de las AU de las cuatro semanas

anteriores). Así, esta herramienta tiene como base la utilización de unidades arbitrarias

calculadas a través de la sRPE.

Tanto el ACWR como la sRPE han mostrado ser herramientas relevantes para el

análisis de la relación entre carga de entrenamiento y la probabilidad de lesiones

(Eckard et al., 2018). Como se ha mencionado, el ACWR es un ratio que pretende

monitorizar la carga comparando las cargas crónicas con las agudas, esto es,

adaptaciones a corto plazo (microciclo) con medio plazo (mesociclo) y las fluctuaciones

que esto supone. Numerosos estudios han intentado evaluar la asociación del ACWR

con un mayor o menor riesgo de lesiones, creando así el denominado “sweet spot”

(rango del ratio entre 0.8-1.3), en el cual el deportista parece tener un menor riesgo de

sufrir una lesión (Windt & Gabbett, 2017).

No obstante, todavía existen muchas incógnitas sobre la relación que tienen la

carga de entrenamiento, el mayor o menor riesgo de lesiones y el rendimiento deportivo

(Drew & Finch, 2016; Eckard et al., 2018; Fox, Scanlan, & Stanton, 2017; Gabbett,

2018; Schwellnus et al., 2016; Soligard et al., 2016) . Esto es, todavía hay cierta

controversia con estos estudios y la efectividad real de la asociación de un ACWR entre

0.8-1.3 y un menor riesgo de lesión (Gabbett, 2018; Gabbett & Whiteley, 2017; Windt

& Gabbett, 2017). De esta forma, ambas herramientas pueden ser empleadas para el

control de la carga de entrenamiento y gestionar las modificaciones de la misma a lo

largo de la temporada con el fin de aumentar la disponibilidad de los jugadores y evitar

la aparición de momentos pico de carga que puedan aumentar el riesgo de lesiones. No

obstante, en vista de la controversia sobre el ratio de carga aguda:crónica, parece más

adecuado todavía emplear la sRPE.

A pesar de su gran utilidad, algunos estudios han criticado la fiabilidad de esta

herramienta dada la subjetividad que presenta al basarse en la percepción del atleta, y

poder estar influenciada por las sesiones anteriores y posteriores (Bourdon et al., 2017).

No obstante, para contrarrestar dichas dudas, recientemente se ha publicado una

revisión en la que se confirma los altos niveles de correlación de la sRPE con otras

Carlos Lago Fuentes Página 47

medidas objetivas de cuantificación de la carga, como la distancia total en fútbol (r =

0.74), fútbol australiano (r = 0.81) o rugby (r = 0.83); FC en fútbol a intensidades altas

(r = 0.61-0.62) o en sesiones de fútbol australiano (r = 0.66); VO2 en entrenamientos

interválicos tanto en hombres como mujeres (r = 0.75-0.80) e incluso con el nivel

cortisol en saliva en partidos oficiales de baloncesto (r = 0.75), entre otros (Haddad et

al., 2017).

En esta misma revisión se destacan numerosos factores que pueden influir en la

valoración del RPE como la edad, género, el nivel deportivo, la experiencia o factores

personales como la extraversión, depresión o ansiedad, o factores medioambientales

como escuchar música, altitud, consumo de cafeína u otras sustancias energéticas, entre

otras (Haddad et al., 2017). A pesar de esto, numerosos estudios apoyan la validez de la

sRPE como indicador y herramienta para cuantificar la intensidad del ejercicio (Drew &

Finch, 2016; McLaren et al., 2017). Además, la buena fiabilidad y consistencia interna

obtenida en varios deportes, tanto en hombres como en mujeres con diferentes niveles

de experiencia, muestra la utilidad de la sRPE como método para monitorizar de forma

eficiente la carga de entrenamiento (Haddad et al., 2017).

En fútbol sala, la principal herramienta empleada en la evidencia científica para

el control de la carga ha sido el RPE. De hecho, a día de hoy no existen estudios que

hayan empleado el ACWR en fútbol sala. En las Tabla 7 y Tabla 8 se presentan los

principales hallazgos en los estudios que han empleado el RPE, tanto en modalidad

masculina como femenina. Dentro de dichas investigaciones, destacan algunas

conclusiones relevantes que deben ser resaltadas:

La sRPE presenta altos niveles de correlación con FC, VO2máx y TRIMP.

Se registran altas cargas en los períodos preparatorios.

Existe una dinámica oscilatoria de cargas durante los períodos competitivos.

El control de cargas a través de sRPE (TWTL) se ve asociado con un aumento

del rendimiento deportivo en el período preparatorio, especialmente en variables

más sensibles como el RSA y el Yo-Yo IR1.

Los rangos óptimos de sRPE diaria parecen estar entre 300 y 400 AU.

Tabla 7. Estudios sobre control de la carga en fútbol sala masculino (1/3).

Autores N Competición Duración Variables analizadas Principales resultados

(Álvarez Medina, Manonelles

Marqueta, & Corna Virón,

2004)

1

equipo

Primera División

Española

38 semanas

177 ent

30 of- 13 amist

Volumen total

Tipología de

contenidos

27060 minutos

12h/semana

12% competición

18% simulación competición

13% fuerza

(Álvarez Medina et al., 2009) 15 Primera División

Española

39 semanas

222 ent

31 of- 12 amist

Volumen total

Lesiones según F-

MARC

26585 minutos

11.3h/semana

100% jugadores sufrieron lesión

33.3% jugadores pararon en 4-6

microciclos

(Milanez et al., 2011) 9 Primera División

Brasileña

4 semanas

39 ent en PC

(21 T-T; 9 Fís; 9

Fza)

2 of

VO2max (ml/kg/min)

VO2 a VT (ml/kg/min)

VO2 a RCP (ml/kg/min)

sRPE

Monotonía

Strain

59.6± 2.5

42.2±6.0

50.9±4.4

sRPE = 499±166.53 AU

RPE diferente en función de tipo de

entrenamiento (P>Fís>T-T>Fza)

3ª semana > carga

Correlación negativa TL diaria y

total con VO2máx (r= -0.78. r= -0.75)

(Milanez, Ramos, Salle-Neto,

Machado, & Nakamura, 2012) 8

Sub18 Liga

regional brasileña

78 ent (25 Fís; 53

TT)

FC (Z1, Z2, Z3)

sRPE

LuciaTRIMP

sRPE- LuciaTRIMP (r= 0.81±0.09)

Z1> Z2> Z3 en cualquier sesión

PP: período preparatorio; PC: período competitivo; Ent: entrenamiento; Amist: amistoso; Of: partido oficial; Fis: sesiones físicas; Fza: sesiones de fuerza; TT: sesiones técnico-táctcas; VT: umbral ventilatorio; RCP:

punto de compensación respiratoria; VFC: Variabilidad de frecuencia cardíacasRPE: session-RPE; TDL: total daily load; TWTL: total weekly training load; CMJ: salto con contramovimiento; SIgA: Salivary secretory

immunoglobulin A; RIE: rate of intended perception; ^sRPE registrado sólo durante el período preparatorio (3 semanas);T: testosterona; CR: cortisol; CK: creatinkinasa

Págin

a 48

Carlo

s Lago

Fu

entes

Tabla 7. Estudios sobre control de la carga en fútbol sala masculino (2/3)

Autores N Competición Duración Variables analizadas Principales resultados

(Miloski, Freitas, & Bara Filho,

2012) 13

Primera División

Brasileña

37 semanas (12 PP-

25 PC)

sRPE

TDL

TWTL

Monotonía

Strain

TWTL media = 1879±754

AU

PP>PC (TWTL, M y ST)

Carga oscilatoria durante PC

(Freitas, Miloski, & Bara Filho,

2012) 12

Primera División

Brasileña

14 semanas (4 PP1-

5 PP2- 5 PC)

Volumen entrenamiento

CMJ

VO2max

Test 10m

Shuttle-run 9-14m

sRPE

TWTL

PC>PC (VO2max y test 10m)

No relación entre CMJ y

Período

PP1> PP2 > PC (TWTL)

TWTL descendente durante 14

semanas

(Oliveira, Leicht, Bishop,

Barbero-Alvarez, & Nakamura,

2013)

11 Primera División

Brasileña

4 meses (3PP -

1PC)

3 momentos de test

(PP1-PP2-PC)

15 of

VFC

RSA

YoYo IR1

sRPE

PPw1>PPw2>PPw3 (sRPE)

PP2>PP1 (RSA-YoYo IR1-

VFC)

No diferencias entre PP2 y PC

(Matzenbacher et al., 2016) 9 Sub18 Liga

regional brasileña

31 semanas

57 ent

Volumen

sRPE

Monotonía

TWTL

FC

EdwardTRIMP

BanisterTRIMP

5103 min

77% TT

TWTL media = 1018±443

AU

sRPE- EdwardTRIMP (r=0.58)

sRPE- BanisterTRIMP (r=0.79)

PP: período preparatorio; PC: período competitivo; Ent: entrenamiento; Amist: amistoso; Of: partido oficial; Fis: sesiones físicas; Fza: sesiones de fuerza; TT: sesiones técnico-táctcas; VT: umbral ventilatorio; RCP:

punto de compensación respiratoria; VFC: Variabilidad de frecuencia cardíacasRPE: session-RPE; TDL: total daily load; TWTL: total weekly training load; CMJ: salto con contramovimiento; SIgA: Salivary secretory immunoglobulin A; RIE: rate of intended perception; ^sRPE registrado sólo durante el período preparatorio (3 semanas);T: testosterona; CR: cortisol; CK: creatinkinasa

Carlo

s Lago

Fu

entes

Págin

a 49

Tabla 7. Estudios sobre control de la carga en fútbol sala masculino (3/3)

Autores N Competición Duración Variables analizadas Principales resultados

(Rabelo et al., 2016) 18 Primera División

Brasileña

45 semanas

157 ent (L-M-H)

52 oficiales

PP-PC1-PP2-PC2

RIE

RPE

RIE>RPE (tipo entrenamiento)

RIE > RPE (período)

(Álvarez Medina & Murillo

Lorente, 2016) 12

Primera División

Española

40 semanas (A-M-

D)

225 ent

RIE (6-20)

RPE (6-20)

RIE = 14.4±0.58

RPE = 14.75±0.47

RIE-RPE (r = 0.74)

(Wilke et al., 2016) 12 Primera División

Brasileña

8 semanas PP

2 amist

37ent

FC (Z1, Z2, Z3)

RPE

Hidratación

sRPE

TRIMP

FCMedia = 73.7± 3.6% FCMáx

TL diaria =153 ±21AU

TRIMP = 531±148 AU

TL y TRIMP regulares durante

8 semanas

sRPE- TRIMP (r = 0.70) (sólo

en 4 de 12)

RPE- FC (r = 0.12)

Deshidratación <2%

(Nogueira et al., 2018) 15 Primera División

Brasileña 4 semanas PP

sRPE

TWTL

4º microciclo <sRPE

1º microciclo <3º

Mejoras en capacidades físicas

(SJ,CMJ, Yo-Yo)

Mejoras en parámetros

bioquímicos (T, CR, CK) PP: período preparatorio; PC: período competitivo; Ent: entrenamiento; Amist: amistoso; Of: partido oficial; Fis: sesiones físicas; Fza: sesiones de fuerza; TT: sesiones técnico-táctcas; VT: umbral ventilatorio; RCP:

punto de compensación respiratoria; VFC: Variabilidad de frecuencia cardíacasRPE: session-RPE; TDL: total daily load; TWTL: total weekly training load; CMJ: salto con contramovimiento; SIgA: Salivary secretory

immunoglobulin A; RIE: rate of intended perception; ^sRPE registrado sólo durante el período preparatorio (3 semanas);T: testosterona; CR: cortisol; CK: creatinkinasa.

Págin

a 50

Carlo

s Lago

Fu

entes

Carlos Lago Fuentes Página 51

No obstante, a pesar del gran número de estudios realizados, además con

muestras de alto nivel (gran parte de las investigaciones con equipos de primera

división), se han detectado algunas inconsistencias que deben ser tenidas en cuenta. Por

ejemplo, a pesar de que los niveles de correlación obtenidos entre TRIMP y sRPE son

altos, dos de los estudios fueron realizados con jugadores de categorías inferiores

(sub18) (Matzenbacher et al., 2016; Milanez et al., 2012), por lo que debería intentar

buscar esta asociación también en jugadores profesionales. De hecho, en el único

estudio que se llevó a cabo en jugadores profesionales, los niveles de correlación entre

sRPE y TRIMP fueron altos (r = 0.70), pero sólo en 4 de los 12 jugadores participantes

(Wilke et al., 2016). Estos resultados sugieren la necesidad de nuevos estudios en fútbol

sala que corroboren la correlación entre la sRPE y la carga calculada en base a las zonas

de intensidad de la FC, como ya han sido corroboradas en otros deportes (Haddad et al.,

2017).

Por otro lado, existe controversia con la correlación entre las cargas estimadas

por parte del cuerpo técnico y la expuesta al final de la sesión por los jugadores. En un

estudio con un equipo brasileño profesional, se encontró que la estimación de la carga

de RPE del entrenador era significativamente superior a la indicada por los jugadores al

finalizar las sesiones de entrenamiento (Rabelo et al., 2016).

Sin embargo, otra investigación muy similar, pero realizada con un equipo

español de Primera División, detectó una correlación alta entre ambas escalas (r = 0.74)

(Álvarez Medina & Murillo Lorente, 2016). En esta publicación se aplicó la escala

original de Borg (6-20), mientras que en el estudio con deportistas brasileños se empleó

la modificada (0-10). Se necesitan nuevos estudios que realicen la comparación entre

cargas estimadas y reales para saber si ésta puede ser una herramienta útil para los

cuerpos técnicos.

Por otro lado, en fútbol sala femenino todavía existen pocos estudios que hayan

analizado algún parámetro de la carga de entrenamiento. Así, en la Tabla 8 se exponen

los principales resultados de las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre control

de la carga en fútbol sala femenino.

Tabla 8. Estudios sobre control de la carga en fútbol sala femenino.

Autores N Competición Duración Variables analizadas Principales resultados

(Milanez, Ramos, Okuno,

Boullosa, & Nakamura,

2014)

8

Primera

División

Brasileña

5 semanas

45 ent

VO2max

VT

RCP

sRPE

Monotonía

Strain

TWTL

TL óptimo (343-419 AU)

S3>S1-4-5 TL

Asociación entre TL y SIgA

TL> 435 AU <SIgA

(Da Rocha, Nunes, &

Venera, 2015) 12

Primera

División

Brasileña

40 semanas

4 bloques (PP-

PC-FPC-PT)

Test condicionales

Parámetros

bioquímicos

Capacidades condicionales se mantienen

Parámetros bioquímicos se mantienen

(Clemente & Nikolaidis,

2016) 10

Liga amateur

Portuguesa 4 semanas PC FC (Z1, Z2, Z3, Z4, Z5) Carga similar a los jugadores

(Barth, Ribeiro, Picanço, &

Del Vecchio, 2016) 10

Liga regional

Brasileña

3 ent

RSA-SSG

SSG-RSA

Partido

RPE (6-20) post serie

RPE sesión (0-10)

sRPE

RSA-SSG = 103 AU

SSG-RSA = 156 AU

Match = 222 AU

Match > SSG- RSA > RSA-SSG (sRPE)

(Pascual, Verdú, Estruch

Llorca, Carbonell Martínez,

& Pérez-Turpin, 2016)

12

Primera

División

Española

8 ent

T-T

Fís

Partido

Modificado

RPE (0-10)

FC (Z1, Z2, Z3)

sRPE

E T-T = 381.07±67.87 AU

E F 534.38±39.34 AU

PM = 531.31±50.99 AU

FC: PM>EF>ET-T

sRPE PM=E T-T > E VT: umbral ventilatorio; RPE: percepción subjetiva del esfuerzo; sRPE: session-RPE; TWTL: carga de entrenamiento total de la semana; FC: frecuencia cardíaca; PP: período preparatorio; PC: período competitivo;

FPC: Final del período competitivo; PT: período transitorio; RSA: repeated sprint ability; SSG: small sided games; T-T: sesión técnico-táctica; Fís: sesiones físicas

Págin

a 52

Carlo

s Lago

Fu

entes

Carlos Lago Fuentes Página 53

Como se puede comprobar, existen muy pocos estudios que analicen la gestión y

el control de la carga en fútbol sala femenino. Tres de las cuatro investigaciones

realizan un análisis a corto plazo, con una intervención de 3 días comparando la

influencia en el orden de las tareas condicionales (Barth et al., 2016), un estudio de

cuatro semanas de período competitivo donde se comparaban las cargas con otros

equipos de fútbol sala masculino y fútbol masculino y femenino (Clemente &

Nikolaidis, 2016), y otra intervención de cinco semanas en las que se realizaron

controles hormonales en un período de alta densidad de entrenamiento (Milanez et al.,

2014).

Hasta la fecha, sólo existe un estudio longitudinal en esta modalidad deportiva,

realizado a lo largo de 40 semanas, donde se realizaron diferentes evaluaciones en los

períodos propios de la temporada para analizar la evolución de los parámetros

bioquímicos y capacidades condicionales (Da Rocha et al., 2015). Su principal

conclusión fue que existe bastante estabilidad en los niveles bioquímicos y las

capacidades condicionales analizadas. Sin embargo, no se describe con detalle cómo se

controló la carga de entrenamiento a lo largo de las 40 semanas, habiendo grandes

lagunas en este estudio. Por último, sólo existe un estudio en la liga española que

analizó la carga a través de sRPE y zonas de a FC para comparar la carga de sesiones

con distinto perfil durante el período competitivo (condicionales, técnico-tácticas y

partido) (Pascual et al., 2016), pero el tiempo de intervención fue de ocho sesiones.

Por tanto, a pesar de existir algunas investigaciones que han registrado el control

de la carga (especialmente en fútbol sala masculino), no existe ningún estudio

longitudinal que haya controlado la carga de entrenamiento a lo largo de una temporada

en un equipo profesional de fútbol sala femenino.

Página 54 Carlos Lago Fuentes

1.8. Optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala

Como se ha mencionado en los apartados anteriores, el principal objetivo dentro

del rendimiento físico-deportivo es poder disponer en el mejor estado posible el mayor

número de deportistas para cada competición. Por tanto, la herramienta por excelencia

para alcanzar un rendimiento óptimo en competición se basa en la correcta gestión del

entrenamiento y el descanso. El entrenamiento se ha asociado la preparación del

deportista para que sea capaz de soportar las demandas competitivas de su deporte. Esto

ha hecho que muchas veces se malinterprete, entrenando a los deportistas realmente por

debajo de sus posibilidades (Gabbett & Whiteley, 2017). Por ello, es fundamental que

se verifique a través de investigaciones que los métodos de entrenamiento generen las

adaptaciones óptimas a corto (agudas) y largo plazo (crónicas) para que el deportista

pueda soportar las cargas de entrenamiento y de competición a lo largo de una

temporada.

A este respecto, otros deportes colectivos como el fútbol, baloncesto o rugby

disponen de una vasta evidencia científica con numerosos estudios de intervención que

ponen su foco en optimizar alguna o varias capacidades condicionales para optimizar el

rendimiento físico-deportivo. Así, existen ya algunas revisiones sistemáticas en estos

deportes que han analizado la efectividad de los métodos de entrenamiento más

empleados en la literatura científica. Por ejemplo, se han publicado dos recientes

revisiones sistemáticas sobre la efectividad de los juegos en espacios reducidos (small

sided games) en fútbol en las que resumieron las diferentes variables empleadas para

manipular estas tareas y sus efectos en el rendimiento físico-deportivo tanto

adaptaciones agudas como crónicas (Bujalance-Moreno, Latorre-Román, & García-

Pinillos, 2019; Sarmento et al., 2018); y otra revisión analizó los efectos del programa

de entrenamiento preventivo FIFA 11 en la prevención de lesiones y el rendimiento

deportivo, en 11 estudios con un total de 4700 futbolistas (Gomes Neto et al., 2017).

En otro deporte de gran repercusión mundial como el rugby existen varias

revisiones que han analizado los efectos de las intervenciones físicas o psicosociales

sobre las adaptaciones agudas y las modificaciones en las concentraciones de

testosterona y cortisol (Strahorn, Serpell, McKune, & Pumpa, 2017), la relación entre

Carlos Lago Fuentes Página 55

diferentes métodos de recuperación y la recuperación de fatiga post-entrenamiento o

competición (Tavares, Smith, & Driller, 2017) o la gestión de la carga en jugadores

profesionales y su implicación en lesiones (Quarrie et al., 2017).

Por último, en baloncesto se han publicado tres revisiones sistemáticas en los

últimos 3 años, una también relacionada sobre las estrategias de recuperación post-

entrenamiento y competición (Calleja-González et al., 2016), y otras dos sobre las

mejores herramientas para monitorizar el trabajo (Fox et al., 2017) y la fatiga (Edwards

et al., 2018) de los jugadores.

Sin embargo, como se ha comentado previamente, el número de publicaciones

en fútbol sala es mucho menor. Como ejemplo, esto se ve reflejado en la revisión

sistemática sobre la agilidad en deportes colectivos, que analizó los principales test,

métodos para entrenarla y factores que influyen en el rendimiento en numerosos

deportes colectivos, como fútbol, rugby, baloncesto, beisbol, entre otros (Paul, Gabbett,

& Nassis, 2016). Dentro de los 42 artículos incluidos en dicha revisión, sólo uno analizó

la agilidad en fútbol sala, específicamente en jugadoras de fútbol sala comparándolas

con jugadoras de fútbol (Benvenuti et al., 2010).

En la modalidad masculina existen varios estudios de intervención que han

planteado diferentes estrategias para mejorar los niveles de fuerza y aceleración (Paz-

Franco, Rey, & Barcala-Furelos, 2017; Sánchez-Sánchez et al., 2017; Yanci, Castillo,

Iturricastillo, Ayarra, & Nakamura, 2016), capacidad para repetir sprints (Soares-

Caldeira et al., 2014; Torres-Torrelo et al., 2018), la variabilidad de frecuencia cardíaca

(Oliveira et al., 2013), o la condición física global (Reis, Rebelo, Krustrup, & Brito,

2013). En relación a estos estudios, existen pequeñas revisiones bibliográficas que han

analizado el estado de arte de la bibliografía científica en fútbol sala masculino (Beato

et al., 2016; Moore et al., 2014; Naser et al., 2017), en las que se destaca que no existen,

por ejemplo, estudios que comparen métodos de entrenamiento para la mejora del

VO2máx (Beato et al., 2016). No obstante, estas revisiones analizaron el fútbol sala de

forma global, no se centraron sólo en las estrategias de entrenamiento, pues no hay

suficiente evidencia científica para plantearlas como en otros deportes colectivos citados

previamente.

Página 56 Carlos Lago Fuentes

Con todo esto, en fútbol sala femenino existen todavía menos investigaciones

que hayan analizado los efectos de algún programa de entrenamiento para la mejora de

la condición física de las jugadoras (Palazón et al., 2015). Gran parte de los estudios

realizados en esta modalidad deportiva se han centrado en analizar los factores de

rendimiento clave, la epidemiología lesional y, algunos, controlar las cargas de

entrenamiento como se han expuesto en apartados anteriores. Así, pocos estudios han

planteado intervenciones para optimizar alguna o varias capacidades condicionales en

este deporte.

En la Tabla 9 se exponen los estudios de intervención encontrados en la

literatura científica. Dentro de estos, gran parte han sido realizados con jugadoras

amateur de equipos universitarios, o incluso en tres de ellos no se declara la categoría

competitiva a la que pertenecen. Sólo dos estudios han planteado intervenciones con

muestras de élite de Primera División, en los que han encontrado el rendimiento en RSA

mejoró tras cinco semanas de entrenamiento específico con cambios de dirección en

jugadoras brasileñas (Teixeira et al., 2017), y el aumento del ROM de cadera (tanto

flexión como extensión) tras 8 semanas de intervención con 6 series x 30’’ de

estiramiento activo tres días a la semana en un equipo español (Ayala, Sainz De

Baranda, & De Ste Croix, 2010).

Analizando todos los estudios, independientemente de la categoría competitiva,

se observan tres grupos de intervención: entrenamiento a través de diferentes métodos

condicionales (pliometría, sprint, COD, HIIT) para la mejora del rendimiento,

entrenamiento de aspectos complementarios o preventivos (estiramientos activos y

trabajo propioceptivo) y aplicación de ayudas ergogénicas para la mejora del

rendimiento deportivo.

Tabla 9. Estrategias para la optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala femenino (1/2).

Autores N Competición Duración Intervención Principales resultados

(Neves da Silva et al., 2017) 20 Liga universitaria

brasileña

4 semanas

(2/semana) 3-4 x 8-15 rep/ses

>Salto Horizontal

> Flexibilidad

(Karavelioglu, Harmanci,

Kaya, & Erol, 2016) 20

Liga interuniversitaria

turca

8 semanas

(3/semana) 30’ Pliometría

>Potencia de pierna (absoluta

y relativa)

>Salto vertical

>Sprint 30m

(Teixeira et al., 2017) 16 Primera División

Brasileña

5 semanas

en PP

(2/semana)

7.5-7.5 (1 COD)

15-15(3 COD)

4x4’-3’R

15-15 más efectivo en RSA

Ambos mejoraron PS,

velocidad, LT y RSA

(Beyranvand, 2017) 16 Equipo iraní (no

declarado)

4 semanas

(2/semana) 3-6 x 5 x 40m 10’’rec)

>VO2máx y vVO2máx

> PPO y MPO

(Zar, Ahmadi, Miri, Abedi, &

Salesi, 2016) 12 Liga universitaria iraní 2 días

30’ x 60-65% FC

30’ 76-80% FC

Int. Moderada modifica

patrón de citoquinas

(Da Costa, Palma, Pedrosa, &

Pierucci, 2012) 8

Liga universitaria

brasileña 1 día LIST 15’ 55-95% FCMáx)

> Marcadores lipídicos en

sangre (MDA y LOOHs)

>CK

(Karahan, 2012) 12 Liga universitaria iraní 8 semanas

(4/semana)

Programa técnico a alta

intensidad

>Rendimiento anaeróbico

>VO2máx

<Fatiga Rep/ses: repeticiones por cada serie; COD: cambios de dirección; PP: período preparatorio; RSA: repeated sprint ability; PS: peak speed; LT: lactate threshold; PPO: Potencia anaeróbica pico; MPO: Potencia

anaeróbica media; MDA:malondialdehido; LOOHs: lípidos hidroperóxidos ;CK: creatinkinasa; SEBT: Star excursion balance test

Carlo

s Lago

Fu

entes

Págin

a 57

Tabla 9. Estrategias para la optimización del rendimiento físico-deportivo en fútbol sala femenino (2/2).

Autores N Competición Duración Intervención Principales resultados

(Ribas, Schedler, Pacheco, &

Pacheco, 2017) 20

Liga universitaria

brasileña

4 semanas

(2/semana)

Entrenamiento

propioceptivo

Entrenamiento de fuerza

Ambos > SEBT

(Ayala et al., 2010) 10 Primera División

Española

8 semanas

en PC

(3/semana)

6x30’’ estiramiento activo >ROM Cadera

Efecto residual-2 semanas

Atakan, Karavelioğlu,

Harmancı, Cook, & Bulut,

2018)

30 Equipo turco (categoría

no declarada) 1 semana

Ingesta de maltodextrina

(0.25g/kg de peso/día)

> Sprint 10, 20 y 30m

> Agilidad

> Fuerza isométrica piernas

(Karavelioglu, 2014) 29 Equipos turcos (no

declarado)

1 día, final

PP

Ingesta de Bicarbonato

sódico (0.3 g/kg peso)

Bicarbonato aumenta la

distancia en test Yo-Yo1

(Saeedy, Bijeh, & Moazzami,

2016) 32 Liga local iraní

6 semanas

(3/semana)

4 grupos

Zinc (30mg)-diario

HIIT: 6-10x30’’-4’R

>VO2máx

> MPO

Rep/ses: repeticiones por cada serie; COD: cambios de dirección; PP: período preparatorio; RSA: repeated sprint ability; PS: peak speed; LT: lactate threshold; PPO: Potencia anaeróbica pico; MPO: Potencia anaeróbica media; MDA:malondialdehido; LOOHs: lípidos hidroperóxidos ;CK: creatinkinasa; SEBT: Star excursion balance test; ROM: range of motion

Págin

a 58

Carlo

s Lago

Fu

entes

Carlos Lago Fuentes Página 59

Con respecto al grupo de estudios sobre mejora del rendimiento (primer grupo

de estudios), se ha observado que el entrenamiento pliométrico puede ser efectivo para

la mejora de la explosividad y aceleración con intervenciones entre cuatro y ocho

semanas (Karavelioglu et al., 2016; Neves da Silva et al., 2017), así como el

entrenamiento de cambios de dirección favorece la capacidad para repetir sprints en tan

sólo cinco semanas (Teixeira et al., 2017). Si el objetivo es mejorar la potencia aeróbica,

el entrenamiento de alta intensidad puede ser clave. Tanto el entrenamiento analítico

con series de sprint de 40 metros como el entrenamiento técnico con tareas de alta

intensidad (entrenamiento integrado) obtuvieron mejoras en el VO2máx en cuatro y ocho

semanas, respectivamente (Beyranvand, 2017; Karahan, 2012). Con respecto a este

parámetro, dos estudios destacan la necesidad de controlar la intensidad de

entrenamiento, pues un esfuerzo de 30 minutos continuos entre 60-65% FCMáx modificó

el patrón en la concentración de citoquinas con respecto al entrenamiento a intensidades

entre el 75-80% FCMáx (Zar et al., 2016), así como tan sólo 15 minutos de

entrenamiento progresivo (de 55 a 95% FCMáx), provocó un aumento de marcadores

lípidicos y de la concentración de la creatinkinasa en sangre (Da Costa et al., 2012).

Con respecto al trabajo preventivo, hasta la fecha no existen estudios que hayan

evaluado el riesgo lesional o planteado estrategias para reducir la probabilidad de

lesiones, a excepción de una investigación que planteó un protocolo de entrenamiento

propioceptivo y de trabajo de fuerza para mejorar la estabilidad del tobillo en jugadoras

de fútbol sala durante 4 semanas, obteniendo mejoras significativas en el SEBT test

(Ribas et al., 2017). Otro estudio, también relacionado con un factor tradicionalmente

preventivo como es la flexibilidad, obtuvo un aumento del ROM de cadera (tanto en

flexión como extensión) tras ocho semanas de intervención con 6 series x 30’’ de

estiramiento activo tres días a la semana en jugadoras de Primera División Española

(Ayala et al., 2010).

Por último, existen varios estudios que plantearon el uso de ayudas ergogénicas

para la mejora del rendimiento deportivo en jugadoras de fútbol sala, tanto pautas

agudas como crónicas. Con respecto a estos estudios, parece que la ingesta de

bicarbonato sódico (0.3g/kg de peso) previo al entrenamiento mejora el rendimiento

aeróbico (Karavelioglu, 2014), así como la ingesta de maltodextrina (0.25 g/kg de

peso/día) durante siete días consecutivos provocó mejoras en el rendimiento de

Página 60 Carlos Lago Fuentes

parámetros clave en el fútbol sala, como son el sprint o la agilidad (Atakan et al., 2018).

Por último, sólo un estudio planteó una intervención de larga duración (6 semanas),

mostrando como la ingesta de zinc (30 mg/día) durante un programa de entrenamiento

de HIIT fue la más efectiva para la mejora del VO2máx y la potencia anaeróbica media

en el test de Wingate, en comparación con el grupo que sólo ingirió zinc o el que sólo

realizó el protocolo de entrenamiento HIIT sin ingesta de zinc (Saeedy et al., 2016).

Como se puede observar, pocos estudios han sido publicados sobre la mejora del

rendimiento deportivo en fútbol sala femenino. Además, unido a la escasa evidencia

científica, hay gran desconocimiento de los métodos de entrenamiento empleados por

los equipos de fútbol sala, tanto las estrategias para mejorar el rendimiento deportivo

como las estrategias preventivas empleadas a lo largo de la temporada. En otros

deportes como fútbol o baloncesto, existen numerosos estudios que han analizado las

estrategias preventivas más empleadas, así como las percepciones existentes sobre los

factores de riesgo clave en su deporte (McCall et al., 2014; Meurer, Silva, & Baroni,

2017; O’Brien & Finch, 2016; Wilke, Niederer, Vogt, & Banzer, 2018; Zech &

Wellmann, 2017). Esto ayuda a conocer la realidad aplicada en el mundo del

rendimiento deportivo, guiando los nuevos estudios hacia las necesidades de la práctica

deportiva diaria, reduciendo así la distancia entre ambos ámbitos que deben estar unidos

para la optimización del rendimiento deportivo (Eisenmann, 2017).

Teniendo en cuenta el reducido tiempo que se dispone para entrenar a lo largo de

la semana en los equipos profesionales y la cantidad de aspectos que se deben incluir

(condicionales, técnico-tácticos, estratégicos, complementarios, etc.), se hace necesario

gestionar de forma óptima el tiempo dedicado a cada tarea y objetivo. Por ello,

cualquier estrategia de intervención, cualquier tarea de entrenamiento debe ser eficiente:

obtener beneficios con el menor tiempo de intervención posible, basadas en la evidencia

científica y que faciliten la mejora del rendimiento así como que esto ayude a reducir el

riesgo de lesiones.

Carlos Lago Fuentes Página 61

MARCO EMPÍRICO

Página 62 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 63

Capítulo 2

Problemas, objetivos e

hipótesis

Página 64 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 65

Una vez analizada la evidencia científica hasta la fecha sobre el rendimiento

físico-deportivo en fútbol sala femenino a lo largo del marco teórico que sostiene esta

tesis doctoral, a continuación se procede a delimitar la problemática identificada en el

objeto de estudio, así como las preguntas que surgen para dar solución a los problemas

planteados.

Por último, se definen el objetivo general de la tesis doctoral y los objetivos

específicos derivados de los cuatro problemas delimitados, así como las hipótesis

asociadas a dichos objetivos.

2.1. Origen de la problemática del objeto de estudio

A pesar del crecimiento progresivo a nivel mundial del fútbol sala durante las

últimas décadas, la producción científica no ha crecido a la par. Para comprender la

diferencia con su deporte más similar, el fútbol, el primer artículo científico indexado

sobre fútbol sala en la base de datos PubMed es del año 2007, indexando un total de 163

artículos hasta el año 2018. En este mismo período, existen cerca de 7000 artículos

indexados relativos al fútbol (PubMed, 2018). Si realizamos esta misma comparación en

la base de datos Scopus, se publicaron 376 artículos en el período 2007-2018, mientras

que en fútbol la cifra alcanza las 15000 investigaciones (Scopus, 2018). Esto supone un

ratio aproximado de un artículo de fútbol sala publicado por cada 40 investigaciones en

fútbol.

En los primeros años de investigación en este deporte, hace algo más de una

década, los investigadores se centraron en definir los parámetros de rendimiento de los

jugadores, atendiendo a las variables internas (FC) y externas (distancias, velocidades y

tiempo de participación) tanto en competición (Barbero Alvarez et al., 2008; Castagna

et al., 2009; Rodrigues et al., 2011) como en entrenamiento (FC, VO2máx, lactacidemia,

parámetros bioquímicos, entre otros) Barbero Álvarez, D’ottavio, Granda-Vera, &

Castagna, 2009; Castagna & Barbero Alvarez, 2010; Cuadrado-Peñafiel, Párraga

Montilla, Ortega-Becerra, & Jiménez-Reyes, 2014).

Página 66 Carlos Lago Fuentes

De forma resumida, los hallazgos de estos estudios indicaron que la distancia

cubierta en competición oscila entre los 3-6 km (Matzenbacher, Pasquarelli, Rabelo, &

Stanganelli, 2014), recorriendo unos 120 m/min, y ejecutando un cambio de dirección

cada 8-10 segundos (Barbero Alvarez et al., 2008). Por tanto, el fútbol sala ha sido

definido como un deporte intermitente de acciones a alta intensidad y constantes

cambios de dirección (Beato et al., 2016; Matzenbacher et al., 2014). Todas estas

investigaciones corresponden al análisis competitivo en fútbol sala masculino, en

diferentes categorías, especialmente con jugadores profesionales tanto españoles como

brasileños.

Por otro lado, el fútbol sala femenino ha incrementado su relevancia, nivel y

número de competiciones, así como el número de jugadoras federadas, aumentando un

35,5% en los últimos 10 años (RFEF, 2018). Esta evolución y crecimiento ha llevado a

una mejora de la profesionalización de las jugadoras, firmando recientemente el primer

convenio colectivo de fútbol sala femenino (Burela, 2018).

Sin embargo, hasta la fecha, existen pocos estudios relativos al fútbol sala

femenino (Ramos-Campo et al., 2016). Las investigaciones realizadas se han centrado

en analizar el perfil competitivo (Beato et al., 2017), o las capacidades condicionales

determinantes como la potencia aeróbica máxima (VO2máx) (Barbero-Alvarez et al.,

2015), el perfil de fuerza-velocidad y la aceleración (Jiménez-Reyes et al., 2019;

Ramos-Campo et al., 2016) o el rango de movimiento (Ayala, Sainz de Baranda, De Ste

Croix, & Santonja, 2011; Cejudo et al., 2019).

En los últimos años, se han publicados algunas investigaciones que han

planteado estrategias enfocadas en la optimización del rendimiento y control de la

carga. Sin embargo, estos estudios se han realizado con intervenciones de corto plazo,

entre 4 y 5 semanas (Clemente & Nikolaidis, 2016; Milanez et al., 2014), y sólo un

estudio longitudinal que analizó los parámetros bioquímicos en un equipo brasileño a lo

largo de una temporada, donde no se declaró un análisis detallado de las cargas de

entrenamiento (Da Rocha et al., 2015). Por esto, se hace necesario realizar estudios de

mayor duración que analicen la evolución de la carga de entrenamiento a lo largo de una

temporada.

Carlos Lago Fuentes Página 67

Por otro lado, existen varios estudios que han analizado la epidemiología

lesional en fútbol sala femenino, realizadas en diferentes ligas, tanto europeas, como

sudamericanas y asiáticas. Dichos estudios, aunque aportan información relevante para

conocer la realidad de esta problemática, tienen algunos de los principales sesgos

señalados en la literatura científica (Phillips, 2000). Uno de los aspectos principales en

el que coinciden estos estudios es la alta incidencia del esguince de tobillo en jugadoras

de fútbol sala. Sin embargo, existe controversia sobre la lesión muscular más común, la

duración de las lesiones o, especialmente, qué etiología es la más frecuente en este

deporte, si las lesiones con o sin contacto.

Unido a esto, existe un gran desconocimiento sobre los factores de riesgo

específicos del fútbol sala, más allá de los mencionados estudios sobre epidemiología

lesional. Además, no hay ninguna investigación que analice o profundice cuáles son las

mejores estrategias preventivas para reducir la incidencia lesional, así como no se

conocen las estrategias aplicadas por los equipos profesionales, si están basadas en la

evidencia científica o existe una distancia entre ésta y la práctica diaria en el fútbol sala.

Por último, el entrenamiento de la zona central (core) ha demostrado una

correlación positiva con la mejora del rendimiento de acciones explosivas (Prieske,

Muehlbauer, & Granacher, 2016) y la reducción del riesgo de lesiones (Borghuis, Hof,

& Lemmink, 2008) en diferentes estudios. En relación al uso de plataformas inestables,

se ha observado que genera una mayor activación de la musculatura central (Prieske et

al., 2015), aunque hoy en día no existen muchos estudios que comparen el

entrenamiento del core con y sin superficies inestables y su influencia en el rendimiento

deportivo.

Por tanto, surge la necesidad de profundizar sobre elementos clave en la

optimización del rendimiento deportivo en el fútbol sala femenino como son: el análisis

riguroso sobre la epidemiología lesional, el conocimiento de las estrategias preventivas

más comunes, la gestión y control de cargas de entrenamiento a lo largo de una

temporada, así como la aplicación de nuevas estrategias de entrenamiento que persigan

el doble objetivo: optimizar el rendimiento de las jugadoras así como incidir en la

reducción del riesgo lesional.

Página 68 Carlos Lago Fuentes

A continuación se presentan los cuatro problemas que centran la presente tesis

doctoral, junto con las principales preguntas de investigación asociadas.

Carlos Lago Fuentes Página 69

2.2. Problema de la investigación 1

En fútbol sala masculino, existen diferentes estudios que abordan la

epidemiología lesional en poblaciones de élite, como selecciones nacionales

participantes en campeonatos del mundo (Junge & Dvorak, 2010; Van Hespen et al.,

2011), la selección española a lo largo de 5 temporadas (Martinez-Riaza et al., 2017), o

equipos de élite de la Liga Nacional Brasileña (Ribeiro & Costa, 2006), donde se

muestran las lesiones de tobillo como las más frecuentes.

En fútbol sala femenino, hay mayor dispersión en las investigaciones, con

muestras de menor nivel y con diseños de estudio poco rigurosos. Éstos destacan la alta

incidencia también de esguinces de tobillo, aunque hay controversia en la relevancia de

las lesiones con o sin contacto, entre otras cuestiones. Además, dadas las características

propias de las mujeres, existe la necesidad de conocer y analizar la influencia del ciclo

menstrual sobre las lesiones en fútbol sala femenino, así como ya se ha observado en

otras modalidades una mayor incidencia de lesiones de ligamento cruzado anterior

(LCA) durante la fase folicular. Por tanto, el problema se plantea en cuatro cuestiones

más específicas:

¿Cuál es la incidencia lesional en equipos de fútbol sala femenino españoles?

¿Existe una alta incidencia de lesiones por contacto?

¿Cuál es la lesión más común en esta modalidad deportiva?

¿Hay mayor incidencia lesional en función de la fase del ciclo menstrual?

Página 70 Carlos Lago Fuentes

2.3. Problema de la investigación 2

En otras modalidades deportivas se han investigado qué tipo de estrategias

preventivas se emplean para reducir el riesgo lesional, controlar la carga de

entrenamiento, entre otras medidas (McCall et al., 2014; McCall, Davison, et al., 2015;

Wilke et al., 2018), encontrando resultados contradictorios, incluso mostrando que los

cuerpos técnicos de equipos profesionales emplean herramientas preventivas con escasa

evidencia científica.

Sin embargo, en fútbol sala, no existe ninguna investigación que analice las

pautas llevadas a cabo por los cuerpos técnicos, a excepción de un estudio que evaluó

los modelos de planificación aplicados en diferentes deportes colectivos masculinos, en

la temporada 2003/2004, entre los que se encontraba el fútbol sala (Moliner et al.,

2010). En dicho estudio se observaron diferencias en el modelo de planificación con

respecto a otros deportes como balonmano, baloncesto, fútbol o hockey. Teniendo en

cuenta esto, pueden existir también diferencias en las estrategias preventivas así como

en la delimitación de los factores de riesgo propios de la modalidad deportiva. Por tanto:

¿Delimitan correctamente los cuerpos técnicos los principales factores de riesgo

lesionales en fútbol sala?

¿Se emplean estrategias preventivas basadas en la evidencia científica en el

fútbol sala?

Carlos Lago Fuentes Página 71

2.4. Problema de la investigación 3

Debido al crecimiento exponencial del fútbol sala femenino asociado a su mayor

repercusión mundial con la aparición de nuevos torneos como los Juegos Olímpicos de

la Juventud en 2018, el Europeo de Fútbol Sala en 2019, o la futura creación de

competiciones oficiales entre clubes a nivel europeo, surge la necesidad de gestionar

con mayor rigor la carga de entrenamiento dado el aumento de competiciones a lo largo

de una temporada, y la exigencia de las mismas.

Además, teniendo en cuenta la calendarización de estos torneos internacionales

así como sus competiciones preparatorias, se hace necesario optimizar el registro y

control de la carga de entrenamiento y competición durante toda la temporada. Sin

embargo, hasta la fecha, sólo se han publicado investigaciones relativas al control de la

carga y optimización del entrenamiento en períodos de corto-medio plazo (Clemente &

Nikolaidis, 2016; Milanez et al., 2014; Neves da Silva et al., 2017; Ribas et al., 2017;

Zar et al., 2016), salvo el estudio ya mencionado con jugadoras brasileñas a lo largo de

una temporada, focalizado en la evolución de parámetros bioquímicos (Da Rocha et al.,

2015). Dada la escasa evidencia científica sobre esta temática, surge la necesidad de

conocer en profundidad cómo se distribuye la carga a lo largo de una temporada y si se

cumplen los principios de periodización del entrenamiento, haciendo especial énfasis en

conocer la gestión de las cargas durante el período preparatorio, clave en las primeras

fases de la temporada. Por ello, el problema que planteado se define en las siguientes

preguntas:

¿Existe una distribución homogénea de la carga a lo largo del período

competitivo?

¿Hay diferencias en la distribución de la carga semanal en función del período

de la temporada?

Página 72 Carlos Lago Fuentes

2.5. Problema de la investigación 4

En la literatura científica, existen numerosas estrategias de intervención para

optimizar el rendimiento deportivo, tanto en deportes individuales como colectivos. Sin

embargo, dado que el objetivo fundamental de un cuerpo técnico debe ser disponer de

las jugadoras en el mejor estado de forma el mayor número de partidos posible, es

necesario plantear propuestas de intervención eficientes que ayuden a optimizar el

rendimiento y reducir el riesgo lesional. En esta línea, el FMS es una batería de pruebas

que evalúa la calidad del movimiento, siendo ésta un factor limitante del rendimiento y

que puede incrementar el riesgo de lesiones (Bonazza, Dhawan, Smuin, Onks, & Silvis,

2017).

Por otro lado, el core es uno de los pilares de entrenamiento, dada su conexión

con las extremidades superiores e inferiores y su influencia demostrada en el

rendimiento deportivo por la transferencia de fuerzas entre extremidades y

estabilización del tronco en acciones explosivas (Borghuis et al., 2008; Prieske,

Muehlbauer, & Granacher, 2016). Además, se ha observado que el uso de superficies

inestables favorece una mayor activación de la musculatura implicada en la zona central

(Prieske et al., 2015).

En vista de lo comentado, se podría considerar el entrenamiento del core con

superficies inestables como una estrategia óptima para la mejora del control motor y la

calidad del movimiento, así como para la optimización del rendimiento deportivo en

acciones explosivas, claves en el fútbol sala. Sin embargo, a día de hoy no se ha

analizado si este tipo de entrenamiento es eficiente y provoca mayores beneficios

comparados con el entrenamiento sobre superficies estables. Por tanto, surge la última

cuestión a resolver:

¿El empleo de superficies inestables en el entrenamiento del core aumenta el

rendimiento físico-deportivo y mejora la puntuación en la batería FMS en

jugadoras de fútbol sala?

Carlos Lago Fuentes Página 73

2.6. Objetivos

En base a los cuatro problemas de investigación planteados previamente, surge

la necesidad de formular los objetivos que conforman esta tesis doctoral, tanto general

como específicos. Así, se indica a continuación el objetivo general de la presente tesis

doctoral:

Analizar las diferentes variables relacionadas con la optimización del

rendimiento físico-deportivo en jugadoras profesionales de fútbol sala femenino.

Consecuentemente, dicho objetivo general se subdivide en cuatro objetivos

específicos que pretenden ser alcanzados a través de las cuatro investigaciones

presentadas en este documento:

Describir la epidemiología lesional en jugadoras profesionales de fútbol sala a lo

largo de una temporada.

Detallar el conocimiento sobre las percepciones sobre las lesiones, factores de

riesgo lesionales y estrategias preventivas empleadas por cuerpos técnicos de

fútbol sala profesional.

Controlar y monitorizar la carga de trabajo a lo largo de una temporada en

jugadoras profesionales de fútbol sala.

Analizar la eficacia del entrenamiento del core sobre superficie estable e

inestable sobre la batería FMS y rendimiento en jugadoras profesionales de

fútbol sala.

Página 74 Carlos Lago Fuentes

2.7. Hipótesis

En base a los estudios precedentes presentados a lo largo del marco teórico de la

presente tesis y teniendo en cuenta los cuatro objetivos planteados previamente, surge la

necesidad de formular las hipótesis asociadas. Así, se indican a continuación:

Hipótesis 1:

La etiología lesional más común en jugadoras profesionales de fútbol sala se

debe a incidentes lesionales provocados por acciones con contacto.

Hipótesis 2:

Las estrategias preventivas empleadas por los cuerpos técnicos de equipos

profesionales de fútbol sala están apoyadas por evidencia científica contrastada.

Hipótesis 3:

La distribución de las cargas durante una semana tipo en el período competitivo

es diferente con respecto al período preparatorio en un equipo de fútbol sala

femenino profesional.

Hipótesis 4:

El entrenamiento del core sobre superficie inestable aumenta el rendimiento y la

puntuación en la batería FMS más que sobre superficie estable en jugadoras

profesionales de fútbol sala.

Carlos Lago Fuentes Página 75

Capítulo 3

Metodología

Página 76 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 77

En el presente capítulo se expone un resumen del diseño metodológico llevado a

cabo en cada una de las cuatro investigaciones que conforman la presente tesis doctoral.

Así, se pretende aclarar a través de una tabla explicativa el hilo conductor ejecutado

durante el presente proyecto.

De esta forma, en la Tabla 10 se presenta la información metodológica más

relevante de dichas investigaciones, incluyendo la muestra, el diseño metodológico y

las principales variables analizadas. Posteriormente, en los siguientes capítulos, se

describe la metodología de cada investigación de forma pormenorizada.

De forma resumida, las cuatro investigaciones presentadas a continuación

combinan tres tipos de diseños metodológicos distintos: estudio descriptivo transversal

(Capítulo 5), dos estudios longitudinales, uno de cohortes descriptivo (Capítulo 4) y

un estudio de caso (Capítulo 6), y en tercer lugar, un estudio de medidas repetidas

(Capítulo 7). Esta combinación favorece el alcance del objetivo general de esta tesis,

esto es, analizar las diferentes variables relacionadas con la optimización del

rendimiento físico-deportivo en jugadoras profesionales de fútbol sala.

La investigación 1 (Capítulo 4) busca alcanzar el primer objetivo específico de

esta tesis doctoral a través de un estudio prospectivo de cohortes de corte longitudinal

con 89 jugadoras de 7 equipos de fútbol sala. Durante la temporada, se recogieron los

datos de cada lesión relativos a un total de 12 variables epidemiológicas. Todos los

datos se incluyeron en una hoja de registro preprogramada y facilitada a los cuerpos

técnicos con un dossier explicativo para resolver las posibles dudas relativas a cada una

de las variables implicadas. Además, se mantuvo contacto mensual con cada uno de los

cuerpos técnicos implicados para conocer el grado de avance del proyecto y resolver

cuestiones puntuales que surgiesen a lo largo de la temporada.

La investigación 2 (Capítulo 5) analiza en profundidad las percepciones sobre

las lesiones más comunes, los principales factores de riesgo, las estrategias preventivas

más eficaces y aquellas más empleadas. Se llevó a cabo a través de un estudio

descriptivo de corte transversal con un cuestionario facilitado a los cuerpos técnicos de

equipos de élite de fútbol sala. En primer lugar, se realizó una adaptación del

cuestionario original publicado por Meurer et al. (2017), por un grupo de expertos, para

Página 78 Carlos Lago Fuentes

posteriormente derivarlo a todos los equipos que aceptaron participar en el estudio a

través de un software online específico para el empleo de cuestionarios.

En tercer lugar, la investigación 3 (Capítulo 6) intenta dar respuesta al tercer

objetivo específico, a través de un estudio descriptivo de corte longitudinal con un

equipo de fútbol sala femenino a lo largo de una temporada, esto es, un estudio de caso.

Antes del inicio de la temporada, las jugadoras ya estaban familiarizadas con la escala

de esfuerzo modificada de Borg (0-10). Durante 43 semanas se recogieron los datos

individuales de las jugadoras pertenecientes al equipo a través del método sRPE, así

como los contenidos de entrenamiento y el tiempo de dedicación asociado, clasificados

en base a investigaciones previas.

Por último, en cuanto a la investigación 4 (Capítulo 7), se trata de un estudio de

medidas repetidas con una propuesta de entrenamiento de la zona central. En esta

investigación se planteó un protocolo de intervención durante 6 semanas con tres

sesiones por semana con el empleo de 4 ejercicios fundamentales del trabajo de core. El

tiempo de intervención fue el mismo para ambos grupos, sólo se modificó la superficie

sobre la que se aplicaba. Se aplicaron diferentes pruebas para evaluar el efecto del

protocolo de intervención, como son CMJ, test de 10 metros, test RSA 6x25 y la batería

FMS.

En los próximos capítulos se desarrollan de forma detallada las investigaciones

mencionadas en los anteriores párrafos y esquematizadas en la Tabla 10.

Tabla 10. Diseño metodológico de las investigaciones que conforman la tesis doctoral (1/2).

Investigación Diseño del estudio Participantes Protocolo ejecutado Variables medidas

Capítulo 4 Corte longitudinal

n = 89 jugadoras

de 1ª y 2ª

División Nacional

Duración: 42 semanas

Contacto directo con los cuerpos

técnicos a lo largo de la

temporada

Utilización de plantilla en Excel

unificada para todos los cuerpos

técnicos

Registro individualizado de cada

lesión ocurrida durante la

temporada

Posición de juego

Dominancia

Día de la semana conforme al

partido (MD)

Tipo de sesión

Momento de la sesión

Semana

Región corporal

Tipología de lesión

Etiología

Fase del ciclo menstrual

Duración de la lesión

Tiempo de exposición

Capítulo 5 Corte transversal

n =32 cuerpos

técnicos de 1ª y 2ª

División Nacional

masculinas y

femeninas

Utilización de cuestionario

adaptado

Estudio piloto

Difusión a través de diferentes

asociaciones y contactos directos

con clubes

Registro a través de plataforma

online (SurveyMonkey)

Entrenamientos en pretemporada y

temporada

Lesiones en pretemporada

Miembros del cuerpo técnico,

formación y funciones

Factores de riesgo específicos

Test más empleados

Frecuencia de trabajo preventivo

Estrategias preventivas más

eficaces

Estrategias preventivas empleadas GC: grupo control; GE: grupo experimantal; RPE: rate of perceived exertion; sRPE: session-RPE; FMS: Functional Movement Screen; CMJ: Countermovement jump

Carlo

s Lago

Fu

entes

Págin

a 79

Tabla 10. Diseño metodológico de las investigaciones que conforman la tesis doctoral (2/2).

Investigación Diseño del

estudio Participantes Protocolo ejecutado Variables medidas

Capítulo 6 Corte

longitudinal

n = 13 jugadoras de 1ª

División

Duración: 43 semanas

RPE de la sesión 30’ después

Registro a lo largo de toda la

temporada

RPE

sRPE

Monotonía

Strain

Volumen de la sesión

Contenido de la sesión

Perfil de mesociclo

Capítulo 7 Medidas

repetidas

N = 14 jugadoras de 1ª

División

Duración: 6 semanas - 3

días/semana

4 ejercicios de CORE

3x30’’- 40’’- 50’’/ ejercicio

GC plataforma estable

GE plataforma inestable (Togu®

Dyn-Air)

FMS

FMSmove

FMSstab

FMSflex

CMJ

Test 10m

Test RSA GC: grupo control; GE: grupo experimantal; RPE: rate of perceived exertion; sRPE: session-RPE; FMS: Functional Movement Screen; CMJ: Countermovement jump

Págin

a 80

Carlo

s Lago

Fu

entes

Carlos Lago Fuentes Página 81

Capítulo 4

Investigación 1. Epidemiología

lesional en fútbol sala femenino

profesional: un estudio de cohortes

prospectivo

Página 82 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 83

4.1. Resumen

El fútbol sala femenino es un deporte en constante crecimiento, así lo demuestran las

estadísticas del número de licencias y competiciones. No obstante, existe mucha

controversia sobre las lesiones en esta modalidad deportiva. Además, no se ha analizado

la distribución de las lesiones en función del ciclo menstrual, a pesar de su demostrada

asociación con algunas lesiones como el LCA en otros deportes. En base a esto, el

objetivo de este estudio fue describir la epidemiología lesional en jugadoras

profesionales de fútbol sala durante una temporada, atendiendo a diferentes variables

lesionales así como a los tiempos de exposición. Para alcanzar este objetivo, se diseñó

un estudio longitudinal prospectivo de cohortes. La muestra fue de 89 jugadoras de siete

equipos de fútbol sala participantes en Primera y Segunda División Española. Se

recogieron todas las lesiones durante la temporada 2017-2018 usando una hoja de

registro programada. Los ratios lesionales se calcularon para la gravedad de lesión y

ciclo menstrual. Por otro lado, se exponen las frecuencias absolutas del resto de

variables. Por último, se realizó el test de χ2 de Pearson para comprobar la correlación

entre las fases de ciclo menstrual y otras variables epidemiológicas. Los resultados

mostraron un total de 90 lesiones, afectando a 54 de las 89 jugadoras (60.6%), con una

incidencia de 4.24 lesiones/1000h de exposición, siendo la gravedad moderada la más

frecuente (0.88/1000h) y ocurriendo durante la fase folicular con mayor frecuencia

(2.02/1000h). El cuádriceps y el tobillo fueron las regiones corporales con mayor

incidencia lesional, mientras que las lesiones por contacto, aun siendo menos frecuentes,

tuvieron mayor recurrencia durante la competición que durante los entrenamientos. Por

último, la mayoría de las lesiones ocurrieron hacia el final de las sesiones y con una alta

concentración durante el primer cuarto de la temporada. En conclusión, la incidencia

lesional fue alta, siendo de las lesiones más frecuentes: esguince de tobillo y distensión

muscular en cuádriceps con gravedad moderada, ocurriendo al final de las sesiones,

especialmente durante los partidos. Además, la fase folicular presentó la mayor

acumulación de lesiones, especialmente lesiones ligamentosas. Teniendo en cuenta

estos resultados, parece que los cuerpos técnicos deben diseñar estrategias preventivas

que focalicen su objetivo en reducir la incidencia lesional de cuádriceps y tobillo, así

como controlar las cargas durante el período preparatorio y durante la fase folicular de

las jugadoras.

Página 84 Carlos Lago Fuentes

4.2. Introducción

La lesión es uno de los principales factores limitantes en el rendimiento

deportivo de los deportistas durante su carrera deportiva. Además, cada lesión implica

un gran coste económico para los clubs deportivos y la sanidad pública (Marshall,

Lopatina, Lacny, & Emery, 2016). Por ejemplo, en deportes colectivos, un estudio con

futbolistas no profesionales suizos reportó un gasto aproximado de 4030€ por lesión,

4179€ por jugador y 1743€ por jugadora (Gebert et al., 2018).

Teniendo en cuenta estos gastos, numerosos estudios han planteado diferentes

estrategias preventivas para reducir la incidencia lesional (Faude et al., 2017), las cuales

pueden ser categorizadas por el foco principal en el que se centran. Por ejemplo,

algunos estudios apuestan por monitorizar la carga interna y externa a través de los

ratios de carga aguda:crónica (ACWR) (Windt & Gabbett, 2017), gestionar los niveles

de fatiga (Thorpe, Atkinson, Drust, & Gregson, 2017), aplicar programas preventivos

multimodales (Faude et al., 2017), o analizar factores biomecánicos (Edwards, 2018)

entre otros.

En este contexto, el sexo también ha sido definido como otro factor determinante

(Capranica et al., 2013; Sandbakk, Solli, & Holmberg, 2018). Afortunadamente, la

aceptación cultural de la mujer en el ámbito deportivo y el incremento considerable de

las licencias deportivas están favoreciendo que su participación en el ámbito deportivo

incremente (Sandbakk et al., 2018). Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de París en

1900 sólo el 2.2% de los deportistas fueron mujeres, mientras que en Londres 2012 ya

representaron el 44.2% (Costello et al., 2014). Esta evolución ayudó a mejorar los

métodos de entrenamiento para optimizar el rendimiento deportivo, teniendo en cuenta

las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres, así como las diferentes respuestas a

las cargas crónicas de entrenamiento (Sheel, 2016). Sin embargo, la literatura científica

relativa a la mujer es todavía escasa, representando menos del 40% de las muestras de

estudios en las revistas de ciencias del deporte más reconocidas en el ámbito (Costello

et al., 2014). Esto es, a pesar del incremento de la producción científica sobre la mujer y

el deporte, especialmente en deportes colectivos como el fútbol, hay muchos aspectos

específicos relativas a la fisiología y biomecánica y su efecto sobre el rendimiento

Carlos Lago Fuentes Página 85

deportivo y la incidencia lesional que todavía permanecen desconocidos (Costello et al.,

2014; Julian et al., 2017), así como lo relativo al ciclo menstrual.

El ciclo menstrual es uno de los principales factores que influyen en el

rendimiento deportivo (Bruinvels, Burden, Brown, Richards, & Pedlar, 2016; de Jonge,

2003; Frankovich & Lebrun, 2000; Reilly, 2000). Por ejemplo, un estudio reciente con

atletas británicas de élite y no-élite mostró que el sangrado menstrual fuerte (HMB,

heavy menstrual bleeding) es común en atletas de alto nivel, y que la mitad de ellas

percibieron que el ciclo menstrual les afectaba en su entrenamiento y rendimiento

(Bruinvels et al., 2016). Las diferencias en las distribuciones hormonales durante cada

fase parecen causar algunas alteraciones en algunos factores de rendimiento, como el

stiffness tendinoso y ligamentoso (Bell et al., 2009; Chidi-Ogbolu & Baar, 2019),

equilibrio (Dos Santos Andrade et al., 2017), laxitud articular (Balachandar et al.,

2017), u otros factores como la retención de líquidos, cambios en la temperatura

corporal o el metabolismo energético (Constantini et al., 2005).

En relación a esto, algunos estudios han mostrado diferencias en las lesiones de

acuerdo con la fase menstrual (Balachandar et al., 2017; Herzberg et al., 2017; Hewett,

Zazulak, & Myer, 2007; Shultz et al., 2011), destacando un mayor riesgo de lesión

durante la fase folicular, debido al incremento de la laxitud articular, los cambios en el

control neuromuscular asociados al aumento de la concentración de estrógenos

(Balachandar et al., 2017; Herzberg et al., 2017), equilibrio estático (Lee, Cho, & Lee,

2017), y la influencia de factores motivacionales (Cook, Kilduff, & Crewther, 2018),

entre otros. Otros autores mostraron un mayor riesgo de lesión traumática durante la

fase premenstrual y menstrual (Moller-Nielsen & Hammar, 1989). Sin embargo, la

mayoría de estas investigaciones se han focalizado en analizar la relación entre el ciclo

menstrual y lesiones de LCA (Balachandar et al., 2017; Herzberg et al., 2017; Hewett et

al., 2007), incluyendo un reciente estudio que diseñó un algoritmo para predecir la fase

del ciclo en la que se produjo la lesión (Tourville et al., 2016), dejando de lado otro tipo

de lesiones y regiones corporales. Además, diferentes estudios han mostrado resultados

contradictorios en relación al ciclo menstrual, rendimiento deportivo y riesgo de

lesiones (Balachandar et al., 2017; Hewett et al., 2007; Julian et al., 2017; Saeki, Ikezoe,

Yoshimi, Nakamura, & Ichihashi, 2019; Tounsi et al., 2018).

Página 86 Carlos Lago Fuentes

El fútbol sala es un deporte de acciones intermitentes a alta intensidad con

constantes cambios de dirección (Beato et al., 2016; Naser et al., 2017). Su popularidad

está creciendo (Martinez-Riaza et al., 2017; Naser et al., 2017), de tal forma que lo

practican más de 12 millones de deportistas en más de 130 países, así como el mundial

de Fútbol sala de Tailandia de 2012 fue visto por más de 140 millones de personas en

todo el mundo (Moore et al., 2018). Además, el fútbol sala femenino está creciendo de

igual manera, celebrándose recientemente el primer Europeo de Fútbol Sala, en febrero

de 2019, organizado por la UEFA. De forma particular, en España, las licencias

incrementaron más de un 35% en los últimos 10 años (RFEF, 2018). Sin embargo, el

número de investigaciones relativas a este deporte sigue siendo bajo (Beato et al., 2016;

Matzenbacher et al., 2014; Naser et al., 2017), especialmente en mujeres (Beato et al.,

2017; Palazón et al., 2015; Ramos-Campo et al., 2016).

Las lesiones en fútbol sala han sido poco estudiadas, especialmente en fútbol

sala femenino (Angoorani et al., 2014; Gayardo et al., 2012; Moraes et al., 2016;

Nemčić et al., 2016; Serrano et al., 2013; Uluöz, 2016; Varkiani et al., 2013). Dentro de

estas investigaciones, dos estudios se llevaron a cabo en equipos brasileños, uno con

jugadoras profesionales (Gayardo et al., 2012) y otro con amateurs (Moraes et al.,

2016), y otras dos investigaciones con jugadoras de fútbol sala iraníes (Angoorani et al.,

2014; Varkiani et al., 2013), mientras que un estudio analizó las lesiones en jugadoras

universitarias turcas (Uluöz, 2016). Finalmente, solo dos estudios registraron las

lesiones en países europeos. Por un lado, Nemčić et al., 2016) analizó las lesiones en

cuatro ligas italianas diferentes, pero sólo 50 de las jugadoras competían en la Serie A.

Por otro lado, Serrano et al., (2013) registró las lesiones en 127 jugadoras portuguesas a

lo largo de una temporada. Sin embargo, solo 17 jugadoras competían en la Primera

División y 9 de ellas formaban parte de la Selección Nacional. A pesar de que existen

algunos estudios sobre la epidemiología lesional, la mayoría de ellos aplicaron un

diseño retrospectivo y sólo algunos analizaron a jugadoras de fútbol sala de élite

Angoorani et al., 2014; Gayardo et al., 2012; Nemčić et al., 2016; Serrano et al., 2013).

Además, ninguno de los estudios anteriores consideraron la relación entre el tiempo de

exposición y la incidencia lesional, así como ninguno tomó en consideración el análisis

de la fase del ciclo menstrual en la que se produjo la incidencia lesional.

Carlos Lago Fuentes Página 87

De forma resumida, las investigaciones previas sobre las lesiones en fútbol sala

femenino presentaron algunas de las principales debilidades en los estudios de

epidemiología lesional deportiva, como son el diseño retrospectivo, recogida de sólo

una sección de la temporada, estudios con sólo un equipo o estudios sin tener en cuenta

el tiempo de exposición de entrenamiento o competición (Phillips, 2000). Hasta la

fecha, no se ha llevado a cabo ningún estudio longitudinal que haya analizado la

epidemiología lesional en jugadoras profesionales de fútbol sala incluyendo los tiempos

de exposición ni las fases del ciclo menstrual. Por estas razones, el objetivo principal de

esta investigación fue describir la epidemiología lesional de las jugadoras de fútbol sala

durante una temporada, atendiendo a diferentes variables epidemiológicas y tiempos de

exposición. En base a lo anterior, se sugiere la siguiente hipótesis: la etiología lesional

más común en jugadoras profesionales de fútbol sala se debe a incidentes lesionales

provocados por acciones con contacto.

4.3. Método

Participantes

Un total de 17 equipos de Primera y Segunda División Nacional de Futbol sala

femenino fueron invitados a participar en el estudio. Finalmente, siete equipos

aceptaron participar de forma voluntaria en la investigación durante la temporada 2017-

2018. 89 jugadoras profesionales de fútbol sala formaban parte de los equipos y se

mantuvieron a lo largo de toda la temporada (59.5±7.4kg; 164.4±5.7cm; IMC:

22.1±2.05; 11.5±4.7 años de práctica). Dentro de éstas, había un total de 12 porteras, 23

cierres, 34 alas y 20 pívots.

Procedimiento

Esta investigación consistió en un estudio prospectivo longitudinal durante la

temporada 2017-2018 con una cohorte de jugadoras de fútbol sala. Antes del inicio, los

equipos fueron invitados a participar con un primer contacto con los presidentes de los

clubs o las directivas a través de una carta de presentación (Anexo III). Posteriormente

se contactó con los entrenadores y preparadores físicos de los equipos para explicarles

los objetivos, la estructura y el funcionamiento del proyecto en profundidad.

Página 88 Carlos Lago Fuentes

Se diseñó un dossier técnico (Anexo IV) en el que se explicaba con detalle cada

una de las variables a recoger en el estudio, así como se creó una hoja de registro

programada para facilitar la selección de las variables en cada uno de los incidentes

lesionales a lo largo de la temporada. Además, se proporcionó el contacto del

investigador principal para resolver cualquier tipo de duda y evitar errores de

interpretación o registro, quien se mantuvo en contacto con el responsable de cada

cuerpo técnico del registro de los datos a lo largo de la temporada. Por último, los

cuerpos técnicos explicaron a sus jugadoras los objetivos y el funcionamiento del

estudio, así como todas las jugadoras firmaron el consentimiento informado de acuerdo

con la Declaración de Helsinki (Anexo V), así como el estudio fue aprobado por el

comité de ética de la universidad.

Una lesión se definió como: “el incidente que ocurre durante un entrenamiento o

partido y que causa que el deportista no pueda finalizar la sesión y tenga que estar fuera

del siguiente entrenamiento o competición” (Hagglund, Walden, Bahr, & Ekstrand,

2005). Se consideró que una jugadora estaba completamente recuperada de una lesión

cuando el responsable médico indicaba que estaba preparada para participar de nuevo en

un entrenamiento o competición de forma completa (Hagglund et al., 2005). Para cada

una de las lesiones sucedidas, se registraron un total de 12 variables (ver Anexo IV):

Posición de juego.

Dominancia con el balón.

Tipología: clasificación del tipo de incidencia lesional en función del tejido

afectado.

Región corporal.

Etiología: se recogió la descripción del incidente lesional para su posterior

categorización en lesiones de contacto y no contacto.

Fase del ciclo menstrual: señalada por la jugadora en función de la clasificación

explicada en base a diferentes autores (de Jonge, 2003; de Moraes, de Oliveira,

Alexandre, Fernandes, & Fulaz, 2008; Hamilton, 2012; Reilly, 2000). Se

clasificó en cinco subfases para aumentar la precisión de la selección, para

posteriormente agruparlas en las tres fases principales: folicular (días 1-12),

ovulatoria (días 13-15), lútea (días 16-28), considerando que las jugadoras

tenían un ciclo menstrual regular de 28 días.

Carlos Lago Fuentes Página 89

Día de la lesión en relación con el día de partido (Akenhead, Harley, &

Tweddle, 2016).

Tipo de sesión, en función del objetivo principal de la misma.

Momento de la sesión en la que se produjo la lesión.

Semana de la temporada.

Duración de la lesión en días.

Gravedad de la lesión en función de los días de baja (Hagglund et al., 2005).

Además, los cuerpos técnicos registraron el tiempo de exposición a lo largo de

toda la temporada, dividido entre tiempo de entrenamiento y competición, calculado a

través del “método de atletas en riesgo” o “athletes at risk method” (Stovitz & Shrier,

2012). En primer lugar, el tiempo total de entrenamiento fue calculado como la suma

del número de entrenamiento multiplicado por la duración media y, a su vez,

multiplicado por el número de jugadoras de cada equipo, incluyendo tanto la

pretemporada como la temporada (Jones et al., 2018). En segundo lugar, el tiempo de

exposición en competición se calculó como la duración total de los partidos oficiales

multiplicado por el número de jugadoras presentes a la vez en la pista (Stovitz & Shrier,

2012). En relación a los partidos amistosos, también se incluyeron como tiempo de

exposición en competición (Hollander et al., 2018). Además, la prevalencia de las

lesiones también fue calculada (Knowles, Marshall, & Guskiewicz, 2006), esto es, el

número de jugadoras afectadas por alguna lesión a lo largo de la temporada. Por último,

las ausencias debido a enfermedad u otras razones no fueron recogidas (Jones et al.,

2018).

Análisis estadístico

Todos los datos se unificaron en una misma base de datos, registrando las

lesiones de cada uno de los siete equipos participantes (Excel para Windows). Después,

los datos fueron unificados, categorizados y codificados para su análisis con SPSS para

Windows (20.0, Chicago, IL, USA), considerando nivel de significación como p<0.05.

La normalidad fue verificada a través del test Kolmogorov-Smirnov. Las variables

cualitativas se expusieron como frecuencias absolutas y porcentajes (Martinez-Riaza et

al., 2017). Por último, los ratios lesionales se calcularon incluyendo el 95% de intervalo

de confianza (IC) para la gravedad de lesión y para la fase del ciclo menstrual,

Página 90 Carlos Lago Fuentes

siguiendo investigaciones previas sobre el abordaje estadístico en estudios lesionales

(Hopkins, Marshall, Quarrie, & Hume, 2007; Knowles et al., 2006). Por último, se

realizó el test de χ2 de Pearson para comprobar la correlación entre las fases de ciclo

menstrual y otras variables epidemiológicas, como tipología, región corporal, gravedad

de la lesión, lugar y momento de la sesión.

4.4. Resultados

Tiempos de exposición y ratios lesionales

La duración media de las lesiones fue de 23.2±4.5 días, perdiendo 2121 días por

lesiones entre todos los clubs. 54 de 89 jugadoras (60.6%, 95% CI: 50.5%, 70.8%)

sufrieron, al menos, una lesión durante la temporada, reportando un total de 90 lesiones.

El ratio lesional de la temporada fue de 4.24/1000 horas (95% CI: 4.10, 4.38). En la

Tabla 11 se exponen otros ratios lesionales con mayor detalle.

Tabla 11. Tiempo de exposición, gravedad de lesión y fase del ciclo menstrual.

Entrenamiento Competición Total

Tiempo de exposición

Horas totales 20357.67 873.33 21231

Gravedad de la lesión/1000h (95% IC)

Mínima 0.59 (0.26-0.92) 1.15(0.01-3.39) 0.61 (0.54-0.68)

Suave 0.59 (0.26-0.92) 14.89 (6.79-22.98) 1.18 (1.11-1.25)

Moderada 0.88 (0.48-1.29) 21.76 (11.97-31.54) 1.74 (1.66-1.82)

Grave 0.15 (0.01-0.31) 13.74 (5.97-21.51) 0.71 (0.67-0.74)

Total 2.21 (1.56-2.85) 51.53 (36.47-66.58) 4.24 (4.10-4.38)

Fase del ciclo menstrual/1000h (95% IC)

Folicular 1.08 (0.63-1.53) 24.05 (13.76-34.33) 2.03 (1.93-2.12)

Ovulatoria 0.39 (0.12-0.67) 10.31 (3.57-17.04) 0.8 (0.74-0.86)

Lútea 0.74 (0.36-1.11) 17.18 (8.48-25.87) 1.41 (1.33-1.49)

IC: intervalo de confianza

Tabla 12. Epidemiología lesional a lo largo de la temporada.

Región corporal N (%) Tipo de lesión N (%) Gravedad N (%) Tipo de sesión N (%)

Cuádriceps 20 (22.2) Distensión muscular 34 (40.0) Mínima 13 (14.6) MD-4 4 (4.5)

Tobillo 18 (20.0) Esguince 24 (26.7) Suave 25 (27.8) MD-3 5 (5.6)

Rodilla 14 (15.6) Rotura tendinosa 7 (7.8) Moderada 37 (41.1) MD-2 6 (6.7)

Cadera 7 (7.8) Rotura de fibras 4 (4.5) Grave 15 (16.7) MD-1 0 (0)

Hombro/brazo 5 (5.6) Contusión 12 (13.3) Lugar N (%) MD 45 (50.0)

Isquiosurales 5 (5.6) Otro 9 (10.0) Entrenamiento

condicional 7 (7.8) MD+1 1 (1.1)

Espalda 5 (5.6) Fase de la

temporada N (%)

Entrenamiento

táctico 38 (42.2) MD+2 7 (7.8)

Tríceps sural 3 (3.4) S 1-10 42 (46.7) Competición 45 (50.0) MD+3 4 (4.5)

Pie 2 (2.2) S 11-20 15 (16.7) Etiología N (%) MD+4 1 (1.1)

Cabeza 2 (2.2) S 21-30 22 (24.4) Contacto 23 (25.6) No MD 17 (18.8)

Otro 9 (10.0) S 31-40 11 (12.2) No Contacto 67 (74.4)

S: semana; MD: match day

Carlo

s Lago

Fu

entes

Págin

a 91

Página 92 Carlos Lago Fuentes

Tipología, región corporal y mecanismo de lesiones

La mayoría de las lesiones afectaron a los miembros inferiores, principalmente al

cuádriceps (n = 20, 22.2%), tobillo (n = 18, 20.0%) y rodilla (n = 14, 15.6%) (Ver

Tabla 12). Además, los principales tipos de lesión fueron distensiones musculares (n =

32, 40.0%) y esguinces (n = 24, 26.7%), en comparación con otros tipos como las

contusiones (n = 12, 13.3%), entre otros. Un total de 37 lesiones (41.1%) fueron

moderadas, esto es, con un tiempo de baja entre 8 y 28 días, seguido por lesiones

menores (n = 25, 27.8%) (Ver Figura 6).

Figura 6. Tipología lesional y región corporal de acuerdo a la etiología (contacto-no

contacto).

Lugar y distribución temporal de las lesiones

0% 10% 20% 30% 40%

Distensión muscular

Esguince

Rotura (tend/lig)

Rotura muscular

Contusión

Otro

Contacto No Contacto

0% 10% 20% 30%

Cuádriceps

Tobillo

Rodilla

Cadera/ Ingle

Hombro/ brazo

Isquiosurales

Espalda

Tríceps sural

Pie

Cabeza

Otro

Contacto No Contacto

Carlos Lago Fuentes Página 93

La mitad de las lesiones (n = 45, 50.0%) ocurrieron durante la competición (19

por mecanismos de contacto, 26 sin contacto), mientras que el otro 50% de las lesiones

sucedieron durante las sesiones de entrenamiento (4 por mecanismos de contacto, 41 sin

contacto), especialmente en MD-2 (n = 6, 6.7%) y MD+2 (n = 7, 7.8%). Además, el

18.8% (n = 17) de las lesiones ocurrieron en semanas sin partido (ver Figura 7).

Figura 7. Tipo y momento de la sesión de acuerdo a la etiología (contacto- no contacto).

Por otro lado, el 48% de las lesiones sucedieron en la segunda mitad de la sesión

(ya fuese entrenamiento o competición), destacando que el 14% de las lesiones

ocurrieron en la fase final (últimos minutos), y todas estas fueron por mecanismo sin

contacto (ver Figura 7).

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%

Calentamiento

1ª Mitad

2ª Mitad

Final

Contacto No Contacto

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%

Partido

Entren Téc-Tác

Entren Fís

Contacto No Contacto

Página 94 Carlos Lago Fuentes

En relación a la distribución de las lesiones a lo largo de la temporada, se puede

observar en la Figura 8 que Septiembre fue el mes con mayor incidencia lesional (23

lesiones), seguido por Agosto y Enero (11 y 12, respectivamente).

Figura 8. Distribución mensual de lesiones (n) y por cuartiles (%) de acuerdo a la

etiología.

Realizando un análisis de la temporada por cuartiles, se observa como la

distribución de las lesiones a lo largo de la temporada no fue uniforme, localizando 42

(46.7%) durante las primeras 10 semanas. Además, en este primer cuartil, 34 lesiones

fueron causadas por acciones sin contacto, por sólo 8 provocadas por contacto con una

rival o compañera. Por último, se registró que cuartil con menor incidencia lesional

corresponde a las últimas diez semanas de la temporada.

Lesiones a lo largo del ciclo menstrual

En cuanto a la distribución de las lesiones en función de la fase del ciclo

menstrual, se observó una mayor incidencia de lesiones moderadas durante la fase

folicular, mientras que en esta misma fase se registraron las mayores frecuencias de

distensiones musculares y esguinces (ver Tabla 13).

Por otro lado, las regiones corporales no presentaron grandes diferencias en base

a este criterio, observándose una gran heterogeneidad, destacando de forma contraria un

0% 10% 20% 30% 40% 50%

Semanas 1-10

Semanas 11-20

Semanas 21-30

Semanas 31-40

Contacto No Contacto

Carlos Lago Fuentes Página 95

66.66% de lesiones de tobillo en la fase folicular, mientras que el 50% de lesiones de

rodilla ocurrieron en la fase lútea.

Teniendo en cuenta la alta incidencia en el estudio de las lesiones sin contacto,

se registró una mayor incidencia de estas lesiones durante la fase folicular (34 de 90),

pero sin presentar diferencias significativas.

En relación a la tipología de lesión, se registraron 16 distensiones musculares

(57.14%) en la fase folicular, al igual que también hubo mayoría de esguinces en esta

fase (52.94%).

Por último, tampoco se observaron diferencias en la incidencia lesional en el tipo

de sesión, día de la semana ni la fase de la temporada en relación al ciclo menstrual.

Tabla 13. Epidemiología lesional en base a la fase del ciclo menstrual (1/2).

Fase del ciclo

menstrual

Folicular

N (%)

Ovulatoria

N (%)

Lútea

N (%)

Total

N (%)

Fase del ciclo

menstrual

Folicular

N (%)

Ovulatoria

N (%)

Lútea

N (%)

Total

N (%)

Gravedad Lugar

Mínima 5 (38.46) 2 (15.38) 6 (46.16) 13 (100)

Entrenamiento

condicional 3 (42.86) - 4 (57.14) 7 (100)

Suave 11 (44) 4 (16) 10 (40) 25 (100)

Entrenamiento

táctico 19 (50) 8 (21.05) 11 (28.95) 38 (100)

Moderada 22 (59.46) 6 (16.22) 9 (24.32) 37 (100) Competición 21 (46.67) 9 (20) 15 (33.33) 45 (100)

Grave 5 (33.33) 5 (33.33) 5 (33.33) 15(100)

Tipo de lesión

Distensión muscular 16 (57.14) 5 (17.86) 7 (25) 28 (100) Rotura de fibras 2 (50) - 2 (50) 4 (100)

Esguince 18 (52.94) 6 (17.65) 10 (29.41) 34 (100) Contusión 2 (16.67) 4 (33.33) 6 (50) 12 (100)

Rotura tendinosa 1 (33.33) - 2 (66.66) 3 (100) Otro 4 (44.44) 2 (22.22) 3 (33.33) 9 (100)

Págin

a 96

Carlo

s Lago

Fu

entes

Tabla 13. Epidemiología lesional en base a la fase del ciclo menstrual (2/2).

Fase del ciclo

menstrual

Folicular

N (%)

Ovulatoria

N (%)

Lútea

N (%)

Total

N (%)

Fase del ciclo

menstrual

Folicular

N (%)

Ovulatoria

N (%)

Lútea

N (%)

Total

N (%)

Etiología Momento de la temporada

Contacto 9 (39.13) 7 (30.43) 7 (30.43) 23 (100) Pretemporada 10 (43.48) 6 (26.09) 7 (30.43) 23 (100)

No Contacto 34 (50.75) 10 (14.93) 23 (34.33) 67 (100)

Período

competitivo 33 (49.25) 11 (16.42) 23 (34.33) 67 (100)

Región corporal Tipo de sesión

Cuádriceps 11 (55) 4 (20) 5 (25) 20 (100) MD-4 1 (25) 3 (75) - 4 (100)

Tobillo 12 (66.66) 1 (5.55) 5 (27.78) 18 (100) MD-3 3 (60) - 2 (40) 5 (100)

Rodilla 4 (28.57) 3 (21.43) 7 (50) 14 (100) MD-2 3 (50) 2 (33.33) 1 (16.66) 6 (100)

Cadera 3 (42.86) 2 (28.57) 2 (28.57) 7 (100) MD 21 (46.66) 9 (20) 15 (33.33) 45 (100)

Hombro/brazo 3 (60) 0 2 (40) 5 (100) MD+1 1 (100) - - 1 (100)

Isquiosurales 1 (20) 2 (40) 2 (40) 5 (100) MD+2 5 (71.43) - 2 (28.57) 7 (100)

Espalda 2 (40) 0 3 (60) 5 (100) MD+3 2 (50) - 2 (50) 4 (100)

Tríceps sural 2 (66.66) 0 1 (33.33) 3 (100) MD+4 - 1 (100) - 1 (100)

Pie 0 1 (50) 1 (50) 2 (100) No MD 7 (41.18) 2 (11.76) 8 (47.06) 17 (100)

Cabeza 5 (45.45) 4 (36.36) 2 (18.18) 11 (100)

MD: Match day

Carlo

s Lago

Fu

entes

Págin

a 97

Página 98 Carlos Lago Fuentes

4.5. Discusión

El objetivo principal de este estudio fue describir la epidemiología de lesiones en

jugadoras profesionales de fútbol sala a lo largo de una temporada, atendiendo a

diferentes variables y tiempos de exposición. Nuestros principales hallazgos fueron: a)

más de la mitad de las jugadoras sufrieron, al menos, una lesión a lo largo de la

temporada con 4.24 lesiones/1000h de tiempo de exposición; b) la gravedad más

frecuente de las lesiones fue moderada; c) las lesiones de cuádriceps y esguince de

tobillo fueron las más comunes; d) las lesiones por contacto fueron más recurrentes

durante los partidos que durante los entrenamientos; e) la fase folicular presentó el

mayor ratio lesional así como la duración de baja más prolongada, y la mayor

frecuencia de esguinces con respecto a las fases ovulatoria y lútea; f) no se observaron

diferencias en la incidencia lesional en función de la fase del ciclo menstrual para el

resto de variables; f) las lesiones ocurrieron principalmente al final de las sesiones, así

como tuvieron mayor incidencia en el primer cuarto de la temporada..

La incidencia lesional es una de las variables más estudiadas en la epidemiología

deportiva. Se registraron 4.24 lesiones/1000h de exposición en este estudio, mostrando

grandes diferencias entre las ocurridas durante los entrenamientos (2.21, 95% CI: 1.56,

2.85) y partidos (51.53, 95% CI: 36.47, 66.58). Nuestros datos coinciden con los

reportados en la selección nacional iraní (4.17 general, 3.11 entrenamiento, 10.75

partidos) (Angoorani et al., 2014). Sin embargo, otros dos estudios se alejan bastante de

éstos, como son las 1.4 lesiones/jugadora en universitarias turcas, así como las

12.4/1000h con deportistas iraníes de todas las categorías (Varkiani et al., 2013). En

relación a otros deportes, nuestros resultados son muy similares a otros deportes

colectivos como hockey sobre hierba (3.3, 95% CI: 2.2, 4.4) (Hollander et al., 2018).

Dada la heterogeneidad de incidencia lesional en función de la liga o categoría, se

necesitan nuevos estudios internacionales que estandaricen el registro lesional y ayuden

a comparar los resultados obtenidos.

Además, el 60.6% de las jugadoras sufrieron, al menos, una lesión durante la

temporada, parecido a un estudio previo con jugadoras brasileñas de Primera División

(Gayardo et al., 2012). Sin embargo, otras investigaciones han registrado peores datos,

Carlos Lago Fuentes Página 99

entre 80 y 90% de las jugadoras lesionadas durante una temporada Nemčić et al., 2016;

Serrano et al., 2013). Estas diferencias pueden ser debidas al nivel competitivo,

presentando mayor condición física en categorías profesionales que en menores

(Ramos-Campo et al., 2016). Los días de ausencia también son una variable crítica para

valorar la relevancia e incidencia de las lesiones en un deporte (Phillips, 2000). La

gravedad más común de lesión fue de duración moderada (23.2±4.5 días), esto es, entre

8 y 28 días de baja, muy similar a otros estudios en esta modalidad deportiva

(Angoorani et al., 2014; Gayardo et al., 2012; Uluöz, 2016).

Los miembros inferiores fueron los más afectados a lo largo de la temporada,

destacando la afección muscular en el cuádriceps y el esguince de tobillo. Nuestros

datos son muy similares a estudios previos en fútbol sala femenino, donde más del 50%

de las lesiones ocurrieron en las piernas (Angoorani et al., 2014; Gayardo et al., 2012;

Moraes et al., 2016; Serrano et al., 2013; Uluöz, 2016; Varkiani et al., 2013). La lesión

de cuádriceps tuvo mayor incidencia que de los isquiosurales, como ya se reportó en

otros deportes como el fútbol femenino (Östenberg & Roos, 2000). Los desequilibrios

musculares se han observado en jugadoras de fútbol sala analizando el ratio H:Q

(Rodrigues et al., 2017), lo que puede implicar un mayor riesgo de lesión, esto es, puede

ayudar a explicar la mayor incidencia lesional en el cuádriceps.

El esguince de tobillo se ha revisado en la literatura dada su relevancia y

recurrencia, particularmente en jugadoras de deportes en pista interior (Doherty et al.,

2014), como el fútbol sala. Finalmente, las lesiones de rodilla son una de las más graves

en deportes colectivos (Monajati, Larumbe-Zabala, Goss-Sampson, & Naclerio

Naclerio, 2016), especialmente en el LCA (Stojanovic & Ostojic, 2012). En nuestra

investigación, el 15.6% de las lesiones fueron en la rodilla, similar a otros estudios en

fútbol sala, donde se ha encontrado un rango entre el 15 y 25% (Angoorani et al., 2014;

Gayardo et al., 2012; Nemčić et al., 2016; Uluöz, 2016). A pesar de su relativa baja

incidencia en este estudio comparada con otras regiones corporales, estas lesiones tienen

un período de recuperación mucho más largo (Monajati et al., 2016). Por estas razones,

se deben diseñar programas preventivos y programas de entrenamiento individualizados

de acuerdo a los patrones lesivos en cada modalidad deportiva.

Página 100 Carlos Lago Fuentes

Las lesiones por contacto fueron más frecuentes durante los partidos que durante

los entrenamientos, pero sólo el 25.6% de todas las lesiones fueron provocadas por

mecanismos por contacto, como en investigaciones previas (Angoorani et al., 2014;

Uluöz, 2016). Sin embargo, otros estudios reportaron mayores porcentajes de lesiones

por contacto en equipos de fútbol sala femenino brasileños e italianos (Gayardo et al.,

2012; Nemčić et al., 2016) y en selecciones masculinas (Martinez-Riaza et al., 2017;

Van Hespen et al., 2011). Para resolver estos datos contradictorios, es necesario plantear

nuevos estudios que incluyan el registro de las selecciones nacionales, así como un

estudio internacional con equipos de diferentes ligas durante el mismo período,

diferente nivel competitivo así como diferente modelo competitivo.

La fase folicular ha sido señalada como la más propensa a sufrir una lesión en

estudios previos (Balachandar et al., 2017; Chidi-Ogbolu & Baar, 2019; Herzberg et al.,

2017; Hewett et al., 2007; Tourville et al., 2016). Nuestros datos están en esta línea,

teniendo un mayor ratio lesional global, así como presentando una gravedad de lesión

mayor, con respecto a las fases ovulatoria y lútea. Por otro lado, uno de los principales

efectos del ciclo menstrual es la modulación de las concentraciones hormonales,

especialmente estrógenos y progesterona (de Jonge, 2003; Reilly, 2000; Slauterbeck et

al., 2002). En nuestro estudio también encontramos mayor número de lesiones

articulares en la fase folicular, aunque, al igual que los datos anteriores, sin diferencias

significativas. De hecho, dos de cada tres esguinces ocurrieron en esta fase. En este

sentido, la fase folicular presenta bajas concentraciones de progesterona, y un aumento

de la concentración de estrógenos en la fase preovulatoria, provocando una mayor

laxitud articular, elemento vinculado a una mayor incidencia de lesiones articulares en

dicho período (Chidi-Ogbolu & Baar, 2019; Hewett et al., 2007; Slauterbeck et al.,

2002; Tourville et al., 2016). Por este motivo, esta distribución debe ser tenida en

cuenta para diseñar y planificar estrategias preventivas que optimicen el control motor,

respuesta neuromuscular y el stiffness ligamentoso durante esta fase y contrarrestar los

efectos fisiológicos de la fase folicular dentro de un ciclo menstrual regular (Dos Santos

Andrade et al., 2017; Julian et al., 2017; Vescovi, 2011).

A pesar de la mayor incidencia lesional durante la fase folicular, todavía hay

mucha controversia en la literatura científica sobre la influencia del ciclo menstrual en

las lesiones, especialmente cuando no se trata de lesiones articulares. En consonancia

Carlos Lago Fuentes Página 101

con esto, los datos de nuestra investigación no presentan relación relevante entre la fase

del ciclo menstrual y otras variables como: tipo de sesión, día de la semana o fase de la

temporada, entre otras. Por tanto, se necesitan estudios con mayor tamaño muestral para

poder analizar en mayor profundidad la posible correlación entre ciertas variables, en

caso de existir.

En relación a la distribución temporal, el 64.4% de las lesiones ocurrieron en la

segunda mitad o al final de las sesiones de entrenamiento o partidos. La fatiga es uno de

los factores de riesgo más importantes, que además puede ser un factor limitante del

rendimiento deportivo (Thorpe et al., 2017). La fatiga durante los entrenamientos y

partidos debe ser controlada para reducir el número de lesiones hacia el final de las

sesiones, así como optimizar la condición física para manejar mejor la fatiga propia de

la práctica deportiva, y poder estar disponibles para entrenar y competir en el mayor

número de sesiones y partidos durante la temporada (Thorpe et al., 2017). A pesar de la

relevancia de la fatiga en el rendimiento y la incidencia lesional, se necesitan futuros

estudios que analicen con mayor control la carga de entrenamiento, el tiempo de

exposición individual y los niveles de fatiga para poder asociar con mayor rigor la fatiga

al nivel de rendimiento y riesgo de lesión (Jones, Griffiths, & Mellalieu, 2017).

La periodización del entrenamiento ha sido definida como otro de los factores de

riesgo lesional (Mallo & Alexandre, 2012). Por ejemplo, los períodos con mayor carga

de entrenamiento han mostrado mayor cantidad de lesiones en deportes colectivos

(Jones et al., 2017). En nuestro estudio, el 46.2% de las lesiones ocurrieron durante las

primeras diez semanas de la temporada incluyendo el período preparatorio, de forma

similar a otro estudio anterior en fútbol sala (Uluöz, 2016). Por estas razones, tanto las

lesiones a final de cada sesión como en la época de mayor carga de entrenamiento, se

debe optimizar la periodización y control de cargas de entrenamiento para gestionar

mejor las adaptaciones y optimizar la condición física y, a su vez, mantener la mayor

disponibilidad de las jugadoras para competir a lo largo de la temporada (Hollander et

al., 2018; Jones et al., 2017).

Por último, esta investigación tiene algunas limitaciones que deben ser

señaladas. En primer lugar, el tiempo de exposición se calculó multiplicando el número

de sesiones por el número de jugadoras de cada equipo, sin registrar el tiempo de

Página 102 Carlos Lago Fuentes

intervención de forma individualizada. Sin embargo, este sesgo está generalmente

aceptado en los estudios epidemiológicos debido a la dificultad de registrar el minutaje

exacto de entrenamiento o competición por cada jugadora a lo largo de una temporada

(Stovitz & Shrier, 2012).

En segundo lugar, el número de equipos fue menor de lo esperado (41% de los

equipos invitados), lo que dificulta la transferencia de estos datos al resto de equipos

participantes en las ligas de Primera y Segunda División Española. Sin embargo,

nuestra muestra fue mayor que en la mayoría de los estudios previos sobre lesiones en

fútbol sala, a excepción de la investigación ejecutada con jugadoras de Primera División

Brasileña a través de un estudio retrospectivo (Gayardo et al., 2012).

En tercer lugar, algunas variables interesantes que podrían arrojar datos

importantes para el diseño de programas preventivos más adecuados no fueron

recogidas. Algunas de estas variables fueron: la recidiva, el consumo de anticonceptivos

orales o los contenidos de entrenamiento de cada equipo. Además, el ciclo menstrual

fue controlado en base al registro de las jugadoras, sin un análisis de las concentraciones

hormonales en el momento de la lesión para comprobar fehacientemente la fase del

ciclo menstrual. Por estas razones, los resultados de nuestra investigación deben ser

analizados con cautela.

No obstante, a pesar de las limitaciones señaladas, la presente investigación

aporta algunos hallazgos importantes sobre la epidemiología lesional en jugadoras

profesionales de fútbol sala femenino que deben ser tenidas en cuenta por los cuerpos

técnicos en el diseño de estrategias preventivas, el control de las cargas de

entrenamiento y competición, así como también pueden ser útiles para los cuerpos

técnicos de otros deportes colectivos femeninos.

Futuros estudios en esta línea de investigación deben incluir el tiempo de

exposición individual, el tiempo de contenidos de entrenamiento para comparar los

ratios de lesión de acuerdo a las estrategias preventivas planteadas, registrar otras

variables epidemiológicas relevantes como la recidiva o los anticonceptivos orales, así

como aumentar el tamaño muestral para realizar un estudio comparativo de las lesiones

en función de la categoría competitiva (Primera vs Segunda División) para clarificar si

Carlos Lago Fuentes Página 103

las diferencias en la condición física (Ramos-Campo et al., 2016) también implican

diferencias en la tipología lesional en función de la categoría.

Página 104 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 105

Capítulo 5

Investigación 2: Estrategias para la

prevención de lesiones en las ligas de

fútbol sala nacionales de España:

percepciones de los cuerpos técnicos

de equipos profesionales

Página 106 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 107

5.1. Resumen

Las lesiones son uno de los principales factores limitantes de rendimiento, tanto a nivel

individual como colectivo. Por ello, se hace necesario detectar los principales factores

de riesgo de una modalidad deportiva y plantear las estrategias preventivas en base a

ellos. En este sentido, hasta la fecha no existen investigaciones en fútbol sala que

analicen esta información. Por tanto, el objetivo de este estudio fue describir las

percepciones actuales de los cuerpos técnicos sobre los factores de riesgo lesionales, los

test empleados para evaluar dichos factores de riesgo, las estrategias preventivas más

eficaces y las empleadas por los equipos de fútbol sala femenino y masculino

nacionales. En base a esto, se diseñó un estudio transversal con el uso de un

cuestionario online estructurado. 32 equipos que competían en Primera y Segunda

División Española masculina y femenina durante la temporada 2017-2018

cumplimentaron el cuestionario sobre factores de riesgo, test de evaluación y estrategias

preventivas a través de una plataforma online, formado por 19 preguntas. Para el

análisis de las diferencias en los datos cuantitativos de la pretemporada, se empleó una

prueba t para muestras independientes, mientras que el resto de variables se expusieron

en modo de frecuencias relativas y porcentajes. En líneas generales, los equipos

masculinos presentaron un mayor número de sesiones que los equipos femeninos

durante la pretemporada (41.3±8.7 y 20.6±7.3, respectivamente). La mayoría de los

equipos indicaron que no tenían recursos materiales y temporales suficientes. Los

principales factores de riesgo detectados fueron: lesión previa, déficit de fuerza,

hidratación y desequilibrios musculares (51, 51, 49, 48 de 64 puntos, respectivamente),

mientras que los patrones de movimiento (81%) y la flexibilidad (63%) fueron los test

más comunes para detectar riesgo de lesión. Finalmente, las principales estrategias

preventivas aplicadas coincidieron con los ejercicios mejor valorados para prevenir

lesiones. Los cuerpos técnicos fueron consecuentes en los programas preventivos de

acuerdo con sus percepciones sobre los mejores ejercicios para prevenir lesiones. Sin

embargo, algunas de estas estrategias no están respaldadas por la evidencia científica.

Por tanto, se sugiere el diseño de programas preventivos multimodales basados en los

datos expuestos anteriormente, así como se insta a buscar una estrategia para acercar

más la evidencia científica a la práctica diaria en equipos profesionales de fútbol sala.

Página 108 Carlos Lago Fuentes

5.2. Introducción

Las lesiones son uno de los peores escenarios para un deportista en su carrera

deportiva. Además, estos hechos implican un gasto económico importante para los

sistemas sanitarios y los equipos (Marshall et al., 2016). Los estudios epidemiológicos

son el primer paso para analizar el tipo y la gravedad de las lesiones de cada deporte.

Además, es necesario determinar todos los factores relacionados con las lesiones

específicas en cualquier modalidad deportiva para diseñar programas preventivos

eficientes, lo cual puede implicar una reducción en los costes económicos para los

equipos (Marshall et al., 2016). Desafortunadamente, la evidencia científica en fútbol

sala sobre este ámbito es escasa (Beato et al., 2016; Naser et al., 2017).

El fútbol sala es un deporte intermitente de alta intensidad con acciones

explosivas y numerosos cambios de dirección, así como constantes aceleraciones y

deceleraciones (Beato et al., 2016; Naser et al., 2017). Debido a estas características, el

fútbol sala reporta altos ratios de lesión, como en otros deportes colectivos (Junge &

Dvorak, 2010). Por ejemplo, Junge and Dvorak (2010) reportaron 1.3 lesiones por

partido y 195.6 lesiones por cada mil horas de exposición por jugador en dos copas

mundiales. Otros estudios con jugadores de la selección española y la liga portuguesa

reportaron que los jugadores sufrieron, al menos, una lesión a lo largo de la temporada

(Martinez-Riaza et al., 2017; Serrano et al., 2013). En relación al fútbol sala femenino,

tres investigaciones mostraron que entre el 50 y 80% de los jugadores sufrieron

igualmente, al menos, una lesión durante la temporada, con especial incidencia en los

miembros inferiores Gayardo et al., 2012; Nemčić et al., 2016; Serrano et al., 2013).

Por esta razón, se han propuestos algunas estrategias de intervención para

reducir el riesgo de lesión en la literatura. La evidencia científica ha mostrado que los

programas de prevención de lesiones tienen una correlación directa con una reducción

de la incidencia lesional en varios deportes (Faude et al., 2017). La mayoría de los

programas preventivos en deportes colectivos están compuestos con intervenciones

multimodales, incluyendo trabajo de fuerza, equilibrio o agilidad, entre otras

capacidades (Emery, Roy, Whittaker, Nettel-Aguirre, & van Mechelen, 2015). Por

ejemplo, el FIFA 11+ ha mostrado que reduce el riesgo global de lesión sobre un 39%

Carlos Lago Fuentes Página 109

en futbolistas amateurs y sub-élite (Thorborg et al., 2017). El FIFA 11+ también ha sido

aplicado a jugadores juveniles de fútbol sala, indicando mejoras en los parámetros

condicionales como CMJ, sprint, agilidad o rendimiento en el slalom (Reis et al., 2013).

Sin embargo, en este estudio los autores no analizaron su efecto sobre el ratio lesional

de los deportistas.

Otros programas preventivos mostraron una reducción de la incidencia lesional

en rugby, baloncesto, fútbol, etc. (Al Attar, Soomro, Pappas, Sinclair, & Sanders, 2017;

Brown, Verhagen, Knol, Van Mechelen, & Lambert, 2016; Owen et al., 2013; Pollard,

Sigward, & Powers, 2017). Sin embargo, hasta la fecha, no hay otros programas

preventivos específicos aplicados en fútbol sala, excepto el estudio indicado

previamente de Reis et al. (2013) , que empleó el FIFA 11+ con juveniles.

Considerando el alto número de lesiones en fútbol sala y su impacto, es necesario

incrementar el conocimiento sobre esta problemática.

En fútbol, McCall et al. (2014) estudió las estrategias preventivas que empleaban

los cuerpos técnicos de los mejores equipos europeos (participantes en competiciones

europeas) y lo replicó con las 32 selecciones nacionales que compitieron en el Mundial

de Fútbol de 2014, destacando que las percepciones sobre riesgo de lesión, los test a

emplear y los ejercicios preventivos fueron muy variados. En esta línea, Meurer, Silva,

& Baroni, (2017) diseñaron un cuestionario para conocer en profundidad las estrategias

preventivas específicas utilizadas por los cuerpos técnicos de los equipos que compiten

en la Primera División de fútbol brasileña. En dicho estudio, descubrieron que había

estrategias preventivas similares empleadas por los diferentes equipos de fútbol. Sin

embargo, tanto este como otros estudios encontraron una distancia importante entre las

prácticas preventivas aplicadas y las que cuentan de evidencia científica contrastada

(Meurer et al., 2017; Wilke et al., 2018; Zech & Wellmann, 2017).

Tras revisar la literatura científica, no se encontró ningún estudio que analizase

las estrategias preventivas empleadas por los cuerpos técnicos de los equipos de fútbol

sala. Por tanto, el objetivo de esta investigación fue describir las percepciones actuales

de los cuerpos técnicos sobre los factores de riesgo lesionales, los test empleados, las

estrategias preventivas más eficaces y aquellas que son empleadas por los cuerpos

técnicos de los equipos de fútbol sala que compiten a nivel nacional en España. De

Página 110 Carlos Lago Fuentes

forma particular, los objetivos fueron: 1) conocer si hay homogeneidad en las

percepciones de los cuerpos técnicos a la hora de reconocer los factores de riesgo

lesionales y las medidas preventivas aplicadas; 2) conocer si hay diferencia entre las

estrategias preventivas aplicadas y aquellas que tienen mayor soporte científico; y 3)

identificar el nivel académico más común en los cuerpos técnicos. En base a la

bibliografía revisada, se postula la siguiente hipótesis: las estrategias preventivas

empleadas por los cuerpos técnicos de equipos profesionales de fútbol sala están

apoyadas por evidencia científica contrastada.

5.3. Método

Participantes

110 equipos de fútbol sala que participaban en Primera y Segunda División

Nacional en la temporada 2017-2018 fueron invitados a participar en esta investigación.

59 equipos confirmaron la recepción del cuestionario, y 32 de ellos la completaron

(29.1% de la población, 12 equipos masculinos y 20 femeninos), similar a otros estudios

previos McCall, Carling, et al., 2015; McCall et al., 2014; O’Brien & Finch, 2016;

Read, Jimenez, Oliver, & Lloyd, 2017; Wilke et al., 2018). Estos participantes fueron

siete equipos de Primera División y cinco de Segunda División Masculina, así como 11

equipos de Primera División y nueve de Segunda División Femenina.

Procedimiento

Se aplicó un diseño de estudio transversal observacional. Se seleccionó y tradujo

al español el cuestionario utilizado por Meurer et al. (2017), y se adaptó al fútbol sala

mediante un grupo de expertos, tanto en metodología cualitativa como en fútbol sala.

Después, se realizó un estudio piloto con cinco equipos profesionales (Read et al.,

2017). Tras este estudio piloto, se realizaron algunas modificaciones al cuestionario

para mejorar su calidad y reducir el tiempo necesario para completarlo. En este proceso

se incluyó una nueva pregunta sobre el control de los parámetros de la carga.

Finalmente, el cuestionario oficial estuvo compuesto por un total de 19 preguntas (14

preguntas cerradas y 5 abiertas), divididas en cuatro secciones (Anexo VI):

Información sobre pretemporada y temporada.

Carlos Lago Fuentes Página 111

Cuerpos técnicos, grado académico y participación en el programa

preventivo.

Valoración de los factores de riesgo.

Test para evaluar el riesgo de lesión, percepciones y estrategias preventivas.

Este cuestionario se envió a los 110 equipos de fútbol sala a través de diferentes

medios: contacto telefónico, email o a través de las asociaciones nacionales de clubs y

jugadores y jugadoras de fútbol sala. En el primer contacto, se explicó el objetivo del

estudio a la persona responsable de cada cuerpo técnico, así como se recalcó la

privacidad de los datos. Luego, una vez que los cuerpos técnicos aceptaron participar, el

cuestionario se administró a los preparadores físicos a través de un software online

diseñado para este fin (SurveyMonkey, http://www.surveymonkey.net), siendo

cumplimentada con el consenso de todos los miembros del cuerpo técnico, como se

realizó en otros estudios similares (McCall, Davison, et al., 2015; Read et al., 2017). En

dicha herramienta aceptaban el consentimiento informado al inicio del cuestionario

(Anexo VII). Todos los datos de la presente investigación fueron recogidos entre

octubre de 2017 y febrero de 2018. Posteriormente, los datos fueron descargados del

software, codificados e incluidos en el SPSS para Windows (20.0, Chicago, IL, USA)

para su posterior análisis.

Análisis estadístico

En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo de los datos calculando las

medias y desviaciones típicas (M ± DT), así como las frecuencias relativas y los

porcentajes (%) para las variables cualitativas. La normalidad de los datos fue

confirmada con el test de Shapiro-Wilk, cumpliéndola todas las variables, a excepción

del número de partidos.

En segundo lugar, las diferencias en la frecuencia de entrenamientos y lesiones

entre equipos masculinos y femeninos fueron analizadas con un test para muestras

independientes y, en el caso de la variable “número de partidos”, con el test de Mann-

Whitney U. Posteriormente, se aplicó la corrección de Bonferroni. El nivel de

significancia se estableció el p-valor en <0.05. El tamaño del efecto (d de Cohen) (ES)

para identificar las diferencias estadísticas fue también aplicado. Los tamaños del efecto

Página 112 Carlos Lago Fuentes

fueron categorizados como pequeño (>0.2), moderado (>0.5) y grande (>1.2)

(Batterham & Hopkins, 2006).

Para calcular la relevancia de cada factor de riesgo, se asoció una puntuación a

cada respuesta. Así, las opciones “muy importante”, “importante” y “no importante”

fueron puntuadas con 2, 1 y 0 puntos, respectivamente. Después, se sumaron los puntos

y categorizados de mayor a menor puntuación para indicar su importancia. Además, los

ejercicios más efectivos aplicados en los programas preventivos fueron puntuados en

una escala de Likert de 5 puntos como en estudios previos (McCall et al., 2014; Meurer

et al., 2017), donde 5 indicaba el ejercicio más importante y 1, el menos importante. Se

empleó SPSS para Windows (20.0, Chicago, Il, USA) para analizar todos los datos.

5.4. Resultados

32 cuerpos técnicos cumplimentaron de forma correcta y completa el

cuestionario. El número de sesiones efectuadas, tanto en pretemporada como

temporada, fue estadísticamente diferente entre los equipos masculinos y femeninos

(p<0.05, ES= 2.6, 1.2), realizando más entrenamientos los equipos masculinos en ambas

fases de la temporada (ver Tabla 14).

Tabla 14. Datos descriptivos del volumen de entrenamiento y competición durante el

período preparatorio y competitivo

Femeninos Masculinos Muestra total Tamaño

del efecto M±DT

(95% IC)

M±DT

(95% IC)

M±DT

(95% IC)

Días de entrenamiento

pretemporada 27.9±5.1a (25.5-30.2) 35.8±9.3 (29.8±41.7) 30.1±7.8 (28.0-33.6) 1.1

Sesiones pretemporada 20.6±7.3a (17.1-24.0) 41.3±8.7 (35.7-46.7) 28.3±12.8 (23.7-32.9) 2.6

Días de entrenamiento en período

competitivo 3.5±1.1a (2.9-4.0) 4.5±0.7 (4.1-4.9) 3.8±1.1 (3.5-4.2) 1.1

Sesiones de entrenamiento en

período competitivo 3.7±1.6a (2.9-4.5) 5.6±1.6 (4.5-6.7) 4.4±1.9 (3.7-5.1) 1.2

Partidos en pretemporada 4.3±1.4 (3.6-4.9) 6.2±1.5 (5.3-7.2) 5.0±1.7 (4.4-5.6) 1.3

M: Media; DT: Desviación típica; a Diferencias significativas (P < 0.05).

Carlos Lago Fuentes Página 113

En relación al número de lesiones (Tabla 15), se reportaron casi 60 lesiones

entre los 25 equipos que indicaron haber sufrido, al menos, una lesión durante el

período preparatorio, con un período de recuperación desde la lesión a la vuelta al

entrenamiento con el equipo de media entre 4 y 7 días (44%).

Tabla 15. Frecuencia y duración de las lesiones durante el período preparatorio.

Lesiones durante período

preparatorio Frecuencia (%)

Sí 25 (78.1)

1 7 (21.9)

2 9 (28.1)

3 5 (15.6)

4 2 (6.3)

5 1 (3.1)

>5 1 (3.1)

No 7 (21.9)

Duración media Frecuencia

1-3 días 5 (20)

4-7 días 11 (44)

8-28 días 5 (20)

>28 días 4 (16)

Los cuerpos técnicos estuvieron compuestos entre 2 y 6 miembros, teniendo todos,

como mínimo, primer y segundo entrenador, así como el 87.5% de ellos preparador

físico y fisioterapeuta. Dentro de los diferentes miembros, la mayoría de ellos

participaron de forma activa en las diferentes fases de los programas preventivos, esto

es, en el diseño del programa, en la evaluación de los deportistas y, por último, en la

aplicación de los programas preventivos. En este sentido, la mayoría de los equipos

estaban satisfechos con los recursos humanos (71.9%), pero no con los recursos

materiales (37.5%) ni temporales (40.6%)(ver Tabla 16).

Tabla 16. Miembros del cuerpo técnico implicados en los programas preventivos.

Medico Preparador

físico Fisioterapeuta

Especialista

en lesiones

Primer

entrenador

Segundo

entrenador Asistente Psicólogo

N 16 28 28 12 32 32 20 9

Grado académico más alto

Sin estudios 0 1 (3.6%) 0 2 (16.7%) 4 (12.5%) 4 (14.3%) 8 (40%) 2 (22.2%)

FP 0 3 (10.7%) 1 (3.6%) 1 (8.3%) 11 (34.4%) 10 (35.7%) 6 (30%) 0

Grado universitario 5 (31.3%) 8 (28.6%) 17 (60.7%) 4 (33.3%) 11 (34.4%) 12 (42.9%) 6 (30%) 2 (22.2%)

Máster 2 (12.5%) 16 (57.1%) 10 (35.7%) 5 (41.7%) 6 (18.8%) 2 (7.1%) 0 4 (44.4%)

Doctorado 9 (56.3%) 0 0 0 0 0 0 1 (11.1%)

Roles en los programas preventivos

Diseño 1 (9.1%) 2 (7.1%) 2 (7.7%) 2 (16.7%) 2 (10%) 1 (6.7%) 1 (25%) 3 (50%)

Evaluación 8 (72.7%) 0 2 (7.7%) 0 2 (10%) 3 (20%) 0 1 (16.7%)

Aplicación 0 2 (7.1%) 4 (15.4%) 1 (8.3%) 5 (25%) 5 (33.3%) 3 (75%) 1 (16.7%)

Implicado en dos fases 2 (18.2%) 4 (14.2%) 5 (19.2%) 1 (8.3%) 2 (10%) 1 (6.7%) 0 1 (16.7%)

Implicado en tres fases 0 20 (71.4%) 13 (50%) 8 (66.7%) 9 (45%) 5 (33.3%) 0 0

FP: Formación profesional

Págin

a 11

4

C

arlos L

ago F

uen

tes

Carlos Lago Fuentes Página 115

Los cuerpos técnicos percibieron que los principales factores de riesgo para

sufrir una lesión fueron: tener una lesión previa, déficits de fuerza, deshidratación y

desequilibrios musculares (Tabla 17). En contraste, los marcadores sanguíneos fueron

los que presentaron menor importancia por parte de los cuerpos técnicos.

Tabla 17. Importancia de los factores de riesgo específicos para lesiones sin contacto en

fútbol sala.

Factores de riesgo No importante Importante Muy importante Puntuación acumulada

(puntos máximos = 64)

Lesión previa - 13 (40.6%) 19 (59.4%) 51

Déficit de fuerza - 13 (40.6%) 19 (59.4%) 51

Deshidratación 1 (3.1%) 13 (40.6%) 18 (56.3%) 49

Desequilibrios

musculares

1 (3.1%) 14 (43.8%) 17 (53.1%) 48

Dieta - 17 (53.1%) 15 (46.9%) 47

Sueño / descanso 1 (3.1%) 15 (46.9%) 16 (50%) 47

Condición física - 17 (53.1%) 15 (46.9%) 47

Fatiga 1 (3.1%) 17 (53.1%) 14 (43.8%) 45

Tipo de superficie 2 (6.3%) 17 (53.1%) 13 (40.6%) 43

Anatomía /morfología 2 (6.3%) 22 (68.8%) 8 (25%) 38

Flexibilidad 7 (21.9%) 15 (46.9%) 10 (31.1%) 35

Genética 4 (12.5%) 22 (68.8%) 6 (18.8%) 34

Factores psicológicos 4 (12.5%) 24 (75%) 4 (12.5%) 32

Calzado 8 (25%) 16 (50%) 8 (25%) 32

Temperatura 6 (18.8%) 23 (71.9%) 3 (9.4%) 29

Marcadores sanguíneos 12 (37.5%) 18 (56.3%) 2 (6.3%) 22

En relación a estos factores de riesgo, en la Figura 9 se exponen las principales

pruebas de evaluación aplicadas por los equipos con el fin de identificar tales factores

de riesgo. Dentro de los principales test, destacan el uso de herramientas para evaluar

los patrones de movimiento por parte del 81% de los cuerpos técnicos, seguido de la

evaluación de la flexibilidad en el 63% de los equipos. Por otro lado, sólo un 9%

emplearon la dinamometría isocinética, junto con un 13% los marcadores bioquímicos.

Página 116 Carlos Lago Fuentes

Figura 9. Test usados para identificar riesgos lesionales

31 cuerpos técnicos afirmaron que los programas preventivos pueden reducir el

número de lesiones (97% de los equipos), pero sólo 25 (78%) de los mismos realizaban

un programa preventivo. De este porcentaje, 17 (68.8%) de los cuerpos técnicos

aplicaban programas preventivos individualizados y colectivos, 6 (25%) lo hacían sólo

con un programa global para todas las jugadoras y sólo 2 (6.3%), individualizados. La

frecuencia de aplicación de estos programas se expone en la Tabla 18.

Tabla 18. Frecuencia semanal del programa preventivo durante la temporada.

<1x/semana 1x/semana 2x/semana 3x/semana >3x/semana

Pretemporada 3 (9.7%) 7 (22.6%) 10 (32.3%) 4 (12.9%) 7 (23.6%)

Temporada: 1 partido/ semana 7 (19.4%) 11(35.5%) 9 (28.1%) 3 (9.7%) 2 (6.4%)

Temporada: 2 partidos /semana 2(14.3%) 8 (57.1%) 2 (14.3%) 2 (14.3%) -

Además, variables como la intensidad (94%), la variedad de ejercicios

empleados (91%) o el volumen de entrenamiento (84%) fueron controlados o

modificados por los cuerpos técnicos durante las sesiones a lo largo de la temporada.

Finalmente, la mayoría de los equipos emplearon un programa preventivo

durante la temporada, incluyendo trabajo funcional, propiocepción, core y ejercicios

excéntricos como los más comunes (Figura 10).

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Dinamometría isocinética

Marcadores bioquímicos

Ortopédicos

Asimetría de miembro inferior

Repetición máxima (RM)

Cuestionario

Flexibilidad

Patrones funcionales de movimiento

Porcentaje de clubs

Carlos Lago Fuentes Página 117

Figura 10. Frecuencia de uso de los diferentes ejercicios en los programas preventivos

Estos resultados coinciden, en líneas generales, con sus percepciones al respecto

de los ejercicios más eficaces en los programas preventivos (Figura 11).

Figura 11. Percepciones de los cuerpos técnicos sobre los mejores cinco ejercicios

preventivos

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Pilates

Otros

Foam rolling

Tareas específicas en pista

Pliometría

Flexibilidad

Fuerza (gimnasio)

Core

Excéntricos

Entrenamiento Funcional

Equilibrio / propiocepción

Porcentaje de clubs

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%

Hipopresivos

Yoga

Velocidad de reacción

FIFA 11+

Aterrizajes y CDD

Calentamiento óptimo

HIIT

Tareas específicas en pista

Patrones de movimiento

Pliometría

Activación de glúteo

Ejercicios unilaterales

Flexibilidad / movilidad

Equiibrio / propiocepción

Fuerza complementaria

Core

Excéntricos

Porcentaje de clubs

Página 118 Carlos Lago Fuentes

5.5. Discusión

Hasta la fecha, éste es el primer estudio que analiza las percepciones sobre las

lesiones y las estrategias preventivas en equipos de fútbol sala profesionales. El objetivo

de esta investigación fue describir las percepciones actuales y las estrategias relativas a

los factores de riesgo, test de evaluación y estrategias preventivas dentro de equipos de

fútbol sala masculinos y femeninos. En este sentido, éste es el primer estudio que

analiza las percepciones y estrategias preventivas en equipos profesionales de fútbol

sala. Los principales resultados de esta investigación fueron: a) casi el 80% de los

equipos sufrieron alguna lesión durante la pretemporada, la mitad de ellas de gravedad

moderada; b) la mayoría de los equipos indicaron que disponían de suficientes recursos

humanos, sin embargo, mostraron insuficientes recursos materiales y temporales; c) los

principales factores de riesgo de lesión señalados fueron la existencia de una lesión

previa, déficits de fuerza, deshidratación y desequilibrios musculares; d) los test para

evaluar los patrones de movimiento y la flexibilidad fueron los más empleados para

detectar posibles riesgos lesionales en sus jugadores y; e) las principales estrategias

preventivas empleadas coincidían con los ejercicios mejor valorados por los cuerpos

técnicos para prevenir lesiones.

Estos datos mostraron que 25 de 32 equipos (78%) sufrieron, al menos, una

lesión durante la pretemporada, cuya duración media estuvo entre 4-5 semanas, tanto en

equipos masculinos como femeninos. Este resultado es muy similar a los reportados por

Meurer et al. (2017) en equipos de fútbol de Primera División Brasileña. La

pretemporada parece ser un periodo con un alto riesgo de lesión para los deportistas,

donde la carga de entrenamiento debe ser controlada de forma cuidadosa para reducir

este riesgo, ya que el principal objetivo en esta etapa es preparar a los deportistas para

competir al mayor nivel durante el periodo competitivo (Vanrenterghem et al., 2017).

Sobre los cuerpos técnicos, 23 (71.9%) señalaron que el tamaño del mismo era

suficiente (entre 2 y 6 miembros), pero con un nivel académico bajo (sólo 10 doctores, 9

de ellos en medicina). Estos números son bajos, al igual que en otros estudios similares

en fútbol (McCall, Carling, et al., 2015; Zech & Wellmann, 2017), lo que hace más

complicado reducir la distancia entre la evidencia científica y la práctica diaria.

Carlos Lago Fuentes Página 119

Además, más del 50% de los equipos reportaron que disponían de material

insuficiente y falta de tiempo para entrenar, lo que puede significar que pueden

necesitarse más recursos materiales y temporales para invertir en el proceso de

entrenamiento y la optimización de las estrategias preventivas. Por estas razones, hay

una necesidad urgente para incrementar el número de doctores y especialistas en el alto

rendimiento para reducir dicha distancia entre ciencia y práctica y, así, poder diseñar

mejores estrategias preventivas basadas en la evidencia científica, ajustándolas a los

recursos materiales y temporales de cada equipo.

Los cuerpos técnicos destacaron, de forma común, la existencia de una lesión

previa, el déficit de fuerza, la deshidratación y los desequilibrios musculares como los

principales riesgos para la aparición de lesiones sin contacto, similar a los resultados de

otras investigaciones con cuerpos técnicos de fútbol (McCall, Carling, et al., 2015;

Meurer et al., 2017), e incluso con las percepciones que tienen de esto los jugadores de

fútbol (Zech & Wellmann, 2017).

La lesión previa es normalmente considerada como un factor de riesgo de lesión

muy importante en los deportes, confirmado por una amplia evidencia científica

(McCall, Carling, et al., 2015). Así, aquellos jugadores que sufren una lesión tienen una

alta probabilidad de sufrir una nueva lesión en la misma temporada. Este factor, al igual

que el resto de los señalados, deben ser controlados por los cuerpos técnicos para

diseñar protocolos preventivos individualizados basados en los diferentes mecanismos

lesionales de cada lesión (Meurer et al., 2017).

Los déficits de fuerza y desequilibrios o asimetrías musculares están

relacionadas con la aparición de lesiones en otros estudios anteriores (Meurer et al.,

2017; Wilke et al., 2018), lo que demuestra la importancia de diseñar un buen programa

de entrenamiento basado en el entrenamiento neuromuscular con, al menos, 20 sesiones

para mejorar la potencia muscular y, especialmente, reduzca los desequilibrios

musculares. Sin embargo, en otros estudios anteriores este factor de riesgo no ha sido

señalado (McCall, Carling, et al., 2015).

Algunos estudios publicados en los últimos años señalaron la deshidratación

como un factor crítico en el rendimiento deportivo en fútbol sala (Garcia-Jimenez ,

Página 120 Carlos Lago Fuentes

Yuste, Garcia-Pellicer, Perez-Jorge, & Lopez-Roman, 2011; Jiménez, Yuste, Pellicer, &

Hellin, 2015), por lo que aumenta la relevancia de incluir estrategias para acelerar la

hidratación durante los entrenamientos y partidos, como dejar acceso libre al agua o

bebidas deportivas comerciales, reduciendo de esta forma el riesgo de lesión con un

aumento de hidratación de los tejidos (Wilke et al., 2018). Por esta razón, tener agua u

otras bebidas deportivas disponibles durante las sesiones de entrenamiento y

competiciones es esencial para reducir el riesgo de deshidratación (Garcia Jimenez et

al., 2011; García Jiménez et al., 2015).

La fatiga ha sido señalada también como uno de los factores de riesgo lesionales

más importantes en estudios previos (McCall, Davison, et al., 2015; Meurer et al.,

2017), aunque presenta, asimismo, resultados contradictorios (McCall, Carling, et al.,

2015). Sin embargo, en nuestra investigación, este factor no fue valorado como uno de

los principales, alcanzando el octavo puesto en el ranking resultado de las respuestas de

los cuerpos técnicos. Esto puede ser explicado debido a una de las características

específicas y propias de este deporte, el número ilimitado de cambios durante el partido.

Esta particularidad permite mantener un ritmo de competición muy elevado a la vez que

los deportistas pueden descansar, hidratarse y recuperar energías con infinitas

sustituciones (Naser et al., 2017). A pesar de esto, la fatiga es un factor que siempre ha

de ser tenido en cuenta durante cualquier proceso de entrenamiento (Meurer et al.,

2017) y, ciertamente, ha sido infravalorado por estos cuerpos técnicos.

Los test más comunes para identificar posibles riesgos que favorezcan la

aparición de lesiones fueron aquellos que evalúan los patrones de movimiento (FMS,

SEBT, Y-Test, etc.) y la flexibilidad. Los resultados de nuestra investigación están

alejados del estudio de Meurer et al. (2017) con clubs de fútbol brasileños, donde los

marcadores bioquímicos y la dinamometría isocinética fueron los dos principales test

empleados, mientras que la evaluación de los patrones de movimiento y la flexibilidad

ocuparon el cuarto y quinto puesto, respectivamente. En este sentido, nuestros

resultados son más parecidos a los expuestos por McCall, Davison, et al. (2015) con 44

equipos de fútbol profesionales que competían a nivel europeo, mostrando el test para

evaluar patrones de movimiento (en este caso, FMS), y los cuestionarios como las

herramientas más usadas por los cuerpos técnicos. Esto coincide también con los

Carlos Lago Fuentes Página 121

resultados observados en equipos de baloncesto alemán, donde el test más común fue el

análisis de los patrones de movimiento (Wilke et al., 2018).

En general, excepto el estudio con equipos brasileños (Meurer et al., 2017), el

test para identificar déficits en los patrones de movimiento ha sido el más común en la

literatura científica, debido a la importancia de analizar cuán bien o mal se mueven los

deportistas (McCall et al., 2014; McCall, Davison, et al., 2015; Read et al., 2017; Wilke

et al., 2018). Sin embargo, los cuerpos técnicos han de ser conscientes de las

limitaciones de este tipo de test para predecir el riesgo de lesión en relación a la

puntuación final obtenida (McCall, Carling, et al., 2015). De forma interesante, los test

bioquímicos fueron escasamente empleados en nuestro estudio (13%), de forma similar

a los estudios con equipos europeos y contrastando con los altos porcentajes de uso por

los equipos brasileños (McCall et al., 2014; Meurer et al., 2017; Wilke et al., 2018). Por

último, el test de flexibilidad fue el segundo más común en nuestra muestra, similar a

los estudios con cuerpos técnicos de baloncesto y de selecciones nacionales de fútbol

(McCall, Davison, et al., 2015; Wilke et al., 2018). Este test no es el más apoyado por la

evidencia científica, pero, sin embargo, es fácil de emplear y aporta interesantes datos,

por lo que puede ser una de las razones de que sea tan común (McCall, Davison, et al.,

2015).

En resumen, no hay evidencia sobre qué test o batería de pruebas son los más

adecuados y deben ser usados (McCall, Carling, et al., 2015; Wilke et al., 2018). Sin

embargo, parece que evaluar los patrones de movimiento es una de las estrategias más

comunes, independientemente del deporte, así como la flexibilidad podría ser más

frecuente en deportes colectivos de interior. Estas diferencias pueden ser explicadas

debido a una de las principales razones para seleccionar las pruebas, el balance costo –

beneficio. Esto es, los cuerpos técnicos deben hacer valoración entre el tiempo y dinero

que requiere ejecutar estos test, el nivel de evidencia científica que los apoye y, por

último el nivel de aceptación de cada test por parte de los jugadores (McCall et al.,

2014; McCall, Davison, et al., 2015).

Los cuerpos técnicos usaron las mismas estrategias preventivas que percibían

como las más eficientes para reducir el riesgo de lesión. No obstante, el orden de

importancia no fue el mismo como la frecuencia de uso en los programas preventivos.

Página 122 Carlos Lago Fuentes

Las principales estrategias preventivas aplicadas fueron: equilibrio/propiocepción,

entrenamiento funcional, ejercicios excéntricos o de estabilización central, entre otros.

La mayoría de estas estrategias coinciden con los resultados de estudios previos

(McCall et al., 2014; McCall, Davison, et al., 2015; Meurer et al., 2017; Wilke et al.,

2018). De forma interesante, la evidencia científica ha observado como una

combinación apropiada de diferentes ejercicios preventivos es la mejor estrategia para

prevenir lesiones (Faude et al., 2017). Este metaanálisis reciente mostró la relevancia de

diseñar programas preventivos multimodales para mejorar la capacidad neuromuscular

y reducir el riesgo lesional con deportistas jóvenes (Faude et al., 2017). Estos programas

deben incluir un énfasis especial en el entrenamiento neuromuscular, incluyendo trabajo

de equilibrio, agilidad y fuerza, entre otras medidas preventivas (Emery et al., 2015). A

pesar de que este cuestionario preguntó por las medidas preventivas a nivel individual,

las principales herramientas empleadas coinciden con otros estudios similares en fútbol

o baloncesto (Meurer et al., 2017; Wilke et al., 2018).

Por otro lado, en cuanto a las estrategias preventivas individuales, los cuerpos

técnicos señalaron los ejercicios excéntricos como la mejor estrategia preventiva y la

tercera más usada, de forma muy parecida a estudios previos (McCall et al., 2014;

McCall, Davison, et al., 2015; Meurer et al., 2017). La evidencia científica apoya este

tipo de ejercicio dado su rol preventivo, siendo los nórdicos el ejercicio más común

(McCall, Carling, et al., 2015). Esta herramienta fue ser especialmente interesante para

equipos masculinos debido a la mayor incidencia de lesiones de isquiosurales

(Martinez-Riaza et al., 2017), que no ha sido reportada con tal relevancia en fútbol sala

femenino Gayardo et al., 2012; Nemčić et al., 2016; Serrano et al., 2013).

La segunda estrategia preventiva con mayor efecto preventivo fue el

entrenamiento de core, muy similar igualmente a estudios anteriores (McCall et al.,

2014; Meurer et al., 2017). Una baja estabilidad del tronco ha sido asociada como un

factor de riesgo en lesiones de los miembros inferiores (Meurer et al., 2017). Los

ejercicios de la zona central tienen el objetivo de mejorar la estabilidad del tronco y

optimizar la coordinación de movimientos entre los miembros superiores e inferiores en

acciones a alta intensidad (Meurer et al., 2017). Curiosamente, esta herramienta no fue

destacada por los cuerpos técnicos de los equipos alemanes de baloncesto (Wilke et al.,

Carlos Lago Fuentes Página 123

2018). A pesar del argumento mencionado, se necesitan más estudios para evaluar la

asociación entre una buena estabilidad central y un riesgo bajo de lesión.

El tercer lugar en el ranking de mejores ejercicios preventivos lo ocupó el

trabajo de propiocepción y equilibrio. Estos ejercicios parecen ser efectivos para

prevenir una de las lesiones más comunes en el deporte, y especialmente en fútbol sala,

el esguince de tobillo. Sin embargo, hay mucha controversia sobre su influencia en otro

tipo de lesiones (McCall, Carling, et al., 2015; Wilke et al., 2018).

Finalmente, los cuerpos técnicos incluyeron en el ranking de ejercicios

preventivos efectivos otras estrategias como los hipopresivos. En esta línea, otros

estudios señalaron el empleo de estrategias “preventivas” con falta de evidencia

científica en la prevención de lesiones (Martín-Rodríguez & Bø, 2017; Wilke et al.,

2018; Zech & Wellmann, 2017). Esto puede ser explicado dada la baja calidad de

algunos estudios sobre prevención de lesiones que hace más difícil conocer qué

estrategias son mejores usar en función del contexto (McCall, Carling, et al., 2015). Por

estos motivos, así como también al bajo porcentaje de doctores en los cuerpos técnicos

de fútbol sala, es necesario la aparición de un perfil científico en los staffs para poder

transferir la evidencia científica a la práctica diaria en fútbol sala. Esto es, hay una

necesidad de diseñar estrategias que incluyan propuestas preventivas basadas en la

evidencia científica para uso por los cuerpos técnicos y, como fin último, por los

deportistas (Wilke et al., 2018).

Además, estas estrategias preventivas no pueden ser comunes, sino que deben

ser adaptadas a las características específicas del deporte, sexo, edad y nivel competitivo

para asegurar el cumplimiento del principio de especificidad en los programas

preventivos (Faude et al., 2017; McCall, Carling, et al., 2015; Meurer et al., 2017;

Wilke et al., 2018; Zech & Wellmann, 2017).

Por último, la mayoría de los equipos trabajaban los programas preventivos una

o dos veces a la semana durante el período preparatorio y, una o menos de una vez por

semana durante el período competitivo, siendo así esta frecuencia menor que otras

investigaciones (Read et al., 2017). Sin embargo, la frecuencia del programa preventivo

durante la semana dependerá de las características del equipo, la densidad competitiva,

Página 124 Carlos Lago Fuentes

la duración y tipo de desplazamientos, entre otros factores. Por tanto, futuras

investigaciones deben comparar la eficiencia del programa preventivo en función de su

frecuencia semanal.

Carlos Lago Fuentes Página 125

Capítulo 6

Investigación 3. Monitorización de la

carga de trabajo de un equipo de

fútbol sala femenino profesional a lo

largo de una temporada: estudio de

caso

Página 126 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 127

6.1. Resumen

La monitorización de las cargas de entrenamiento es fundamental para gestionar y

optimizar el rendimiento a lo largo de una temporada. A día de hoy, ningún estudio ha

analizado y publicado el comportamiento de las cargas de entrenamiento en un equipo

de fútbol sala femenino profesional a lo largo de una temporada. Por tanto, el objetivo

de esta investigación fue describir la carga interna y externa en un equipo de fútbol sala

profesional durante una temporada y, a su vez, comparar las cargas de entrenamiento

durante los diferentes períodos de la misma. Para alcanzar dicho objetivo, 13 jugadoras

(edad 22.8±4.3 años; 5.1±2.4 años de experiencia) participaron voluntariamente en este

estudio, registrando su carga interna a través del método session-RPE (sRPE). Además,

la carga externa fue medida a través del volumen de entrenamiento a lo largo de 43

semanas. Para comprobar la distribución de cargas en cada mesociclo, se aplicó un

ANOVA de medidas repetidas, así como se calculó la correlación de Pearson para

comprobar la correlación entre variables de carga interna y externa. De forma resumida,

la media de RPE de la temporada fue de 5.70±0.64 y 319.9±127.1AU de sRPE. Las

cargas de entrenamiento más elevadas se registraron durante el período preparatorio, en

comparación con los otros mesociclos (p<0.05), mientras que los mesociclos del

período competitivo mostraron un patrón oscilatorio. Además, se observó una fuerte

correlación negativa entre el microciclo y mesociclo con la carga total de entrenamiento

semanal (r: -0.634; p<0.001 y r: -0.615; p<0.001, respectivamente). Sin embargo, no se

encontraron correlaciones relevantes entre el volumen semanal y el RPE (r: 0.06; p=

0.704). Estos hallazgos sugieren el uso de la sRPE como una herramienta útil para el

control de las cargas a lo largo de la temporada, así como para la gestión de las mismas

en cada microciclo, con una orientación descendiente en el período competitivo para

alcanzar la competición en óptimas condiciones.

Página 128 Carlos Lago Fuentes

6.2. Introducción

El fútbol sala es un deporte intermitente de alta intensidad, con acciones

explosivas y múltiples cambios de dirección (Barbero Álvarez et al., 2015). En este

sentido, las jugadoras profesionales de fútbol sala presentan un VO2max alrededor de 45

ml/kg/min, así como una velocidad aeróbica por encima de 12 km/h (Barbero Álvarez et

al., 2015). La distancia recorrida en una competición (simulada) alcanza los 3000m,

unos 60 m/min y entre 30 y 40 aceleraciones y deceleraciones por jugadora (Beato et

al., 2017). Además, los valores de frecuencia cardiaca (FC) oscilan entre 80 y 90%

(Beato et al., 2017). Por tanto, las capacidades fundamentales en esta modalidad son la

aceleración, la fuerza para golpear el balón, la capacidad para repetir sprints (RSA) y la

potencia aeróbica (Barbero Álvarez et al., 2015; Beato et al., 2017; Ramos-Campo et

al., 2016).

La duración de una temporada oscila entre 37 y 45 semanas en equipos de fútbol

sala (Álvarez Medina et al., 2009; Álvarez Medina & Murillo Lorente, 2016; Miloski et

al., 2012; Rabelo et al., 2016), variando de acuerdo a la fase competitiva alcanzada. Una

temporada de fútbol sala puede durar entre nueve y once meses, por lo que, se necesita

un rendimiento óptimo para competir a un nivel apropiado a lo largo de todo el período

competitivo (Vanrenterghem et al., 2017).

El proceso de entrenamiento es la mejor herramienta para modular el

rendimiento de un deportista (Vanrenterghem et al., 2017). Las adaptaciones obtenidas a

lo largo del proceso de entrenamiento pueden ayudar a incrementar los niveles de

fuerza, potencia, velocidad y resistencia, entre otros. Sin embargo, si se aplican cargas

excesivas de entrenamiento sin el correspondiente período recuperatorio puede afectar

al rendimiento, limitar las adaptaciones obtenidas y, especialmente, aumentar el riesgo

de lesión. Por otro lado, si las cargas de entrenamiento son insuficientes, pueden reducir

las capacidades desarrolladas de un deportista o todo el equipo (Vanrenterghem et al.,

2017), por lo que el control del entrenamiento es una pieza clave para optimizar el

rendimiento deportivo y reducir el riesgo de lesión (Bourdon et al., 2017).

Carlos Lago Fuentes Página 129

En este sentido, las cargas de entrenamiento y competición en deportes

colectivos se clasifican en dos grandes grupos: cargas internas y externas. Entre las

medidas de carga externa están: duración, distancia cubierta, umbrales de velocidad,

aceleraciones y deceleraciones. Por otro lado, las medidas de carga interna más

habituales son: consumo de oxígeno, frecuencia cardíaca, lactato en sangre, carga

muscular o escala de esfuerzo percibido (RPE) (Vanrenterghem et al., 2017). Algunos

estudios en este deporte analizaron las cargas de entrenamiento con algunas de las

herramientas anteriormente citadas, como FC, lactato, umbral ventilatorio o variabilidad

de frecuencia cardiaca en jugadores de fútbol sala (Da Rocha, Nunes, & Venera, 2015;

Nakamura et al., 2016). Sin embargo, la herramienta más empleada para el control de

las cargas en fútbol sala fue la session-RPE (sRPE) (Clemente & Nikolaidis, 2016;

Álvarez Medina, Lorente, Supervía, Mar, & Marqueta, 2016; Milanez et al., 2011;

Moreira et al., 2013; Nakamura, Pereira, Rabelo, Ramirez-Campillo, & Loturco, 2016;

Wilke et al., 2016).

Algunas investigaciones han observado una evolución descendente de la carga

de entrenamiento a lo largo de la temporada en jugadores profesionales de fútbol sala

(Freitas et al., 2012), o una respuesta oscilatoria, especialmente en la segunda mitad de

la temporada (Miloski et al., 2012). De forma parecida, otro estudio encontró una

correlación entre bajos niveles de RPE y elevados niveles de rendimiento en jugadores

sub-20 de fútbol sala (Moreira et al., 2013). Además, también se estudiaron las

diferencias entre las cargas de entrenamiento entre sexos y entre fútbol y fútbol sala,

mostrando que el proceso de entrenamiento en fútbol sala fue más intenso que en fútbol.

Sin embargo, no se reportaron diferencias entre los equipos masculinos y femeninos

(Clemente & Nikolaidis, 2016).

La popularidad y relevancia del fútbol sala está creciendo a nivel mundial

durante los últimos años, existiendo por ejemplo la Copa Mundial desde hace más de 30

años. De hecho, la FIFA y UEFA aprobaron recientemente la organización de dos

nuevos torneos internacionales, los Juegos Olímpicos de la Juventud en octubre de 2018

(con competición tanto masculina como femenina) y el primer Europeo Femenino de

Fútbol Sala, celebrado en febrero de 2019, para promocionar el desarrollo de este

deporte en todo el mundo y aumentar el nivel competitivo.

Página 130 Carlos Lago Fuentes

A pesar de esta proyección de crecimiento a nivel mundial, sólo existen algunos

estudios en fútbol sala, haciéndose necesario investigar de forma urgente sobre el

proceso de entrenamiento en fútbol sala femenino. Hasta la fecha, sólo existe un estudio

longitudinal en esta modalidad deportiva, realizado a lo largo de 40 semanas, donde se

realizaron diferentes evaluaciones en los períodos propios de la temporada para analizar

la evolución de los parámetros bioquímicos y capacidades condicionales (Da Rocha et

al., 2015). Por otro lado, ninguna investigación ha comparado el perfil de las cargas

durante una semana tipo en período preparatorio y competitivo. Sólo Clemente &

Nikolaidis (2016) estudiaron la carga de entrenamiento en un equipo de fútbol sala

femenino durante cuatro semanas en el período competitivo. Sin embargo, estas

jugadoras eran amateurs con sólo tres sesiones por semana. Por estos motivos, todavía

existen muchas preguntas sobre la distribución de las cargas de entrenamiento durante

una temporada, así como es necesario incrementar el conocimiento científico al respecto

del fútbol sala femenino.

Por tanto, los objetivos de esta investigación fueron, en primer lugar, analizar y

describir la carga interna y externa en jugadoras profesionales de fútbol sala durante

toda una temporada, en segundo lugar, comparar las cargas de entrenamiento en los

diferentes períodos a lo largo de la temporada y, por último, describir y comparar el

perfil de las cargas de una semana tipo durante el período preparatorio y competitivo.

En base a lo explicado en esta introducción, se formula la siguiente hipótesis: la

distribución de las cargas durante una semana tipo en el período competitivo es

diferente con respecto al período preparatorio en un equipo de fútbol sala femenino

profesional.

6.3. Método

Participantes

13 jugadoras profesionales de fútbol sala que compitieron en Primera División

Española participaron voluntariamente en este estudio durante la temporada 2013/2014

(edad 22.8±4.3 años; 5.1±2.4 años de experiencia; peso 61.9±7.1 kg; altura 1.66±0.06

m; índice de masa corporal 22.3±1.4 kg/m2). Este equipo jugó en esta división por

primera vez, terminando en noveno puesto al final de la temporada, y dos de sus

Carlos Lago Fuentes Página 131

jugadoras fueron convocadas para entrenar y competir con la Selección Nacional. El

equipo tenía entre 5 y 6 sesiones semanales durante el período competitivo (7.2±0.9

h/semana), además de jugar, por lo menos, un partido por semana.

Los criterios de exclusión fueron la pérdida de más de dos meses debido a una

lesión y participar en menos del 90% de las sesiones a lo largo de toda la temporada

(Nakamura et al., 2016). En base a estos criterios, tres jugadoras fueron excluidas del

análisis de datos para este estudio: una jugadora tuvo una lesión grave de más de dos

meses de duración, y dos jugadoras participaron en menos del 90% de los

entrenamientos.

Los datos de las jugadoras que realizaron una sesión individualizada en su vuelta

a la competición o por otros motivos fueron recogidos, pero excluidos del análisis dado

que no formaron parte de los entrenamientos del equipo. Todas las jugadoras fueron

informadas del objetivo del estudio y dieron su consentimiento informado, de acuerdo

con la declaración de Helsinki. El estudio fue aprobado por el Comité de Revisión Ética

de la facultad.

Procedimiento

Esta investigación siguió un enfoque descriptivo longitudinal durante 43

semanas. Para monitorizar la carga externa, se registró y midió el volumen de

entrenamiento de cada sesión de entrenamiento, así como la duración fue recogida

desde el inicio hasta el final de la sesión, incluyendo los minutos de recuperación

(Clemente & Nikolaidis, 2016), así como los minutos de participación individual de

cada partido (Wilke et al., 2016).

Además, se clasificaron los contenidos de entrenamiento de acuerdo a:

entrenamiento de fuerza, potencia y aceleración, resistencia específica, trabajo

preventivo (incluyendo flexibilidad y otras estrategias preventivas), tareas técnico-

tácticas y emotivo-volitivas, siguiendo estudios previos con metodologías similares

(Freitas et al., 2012; Matzenbacher et al., 2016).

Para monitorizar la carga interna, se empleó la sRPE. 30 minutos después del

final de cada sesión, las jugadoras tenían que responder a la pregunta: “¿Cómo fue tu

Página 132 Carlos Lago Fuentes

entrenamiento?”, indicando un número de 0-10 de acuerdo a la escala modificada de

Borg CR-10 (Borg, 1998), siguiendo protocolos similares aplicados en estudios en

fútbol sala (Álvarez Medina et al., 2016; Freitas et al., 2012; Miloski et al., 2012;

Nakamura et al., 2016; Wilke et al., 2016). Para reducir un posible sesgo, se tuvo mucho

cuidado a la hora de recoger las puntuaciones, hacienda la pregunta de forma individual

y sin cercanía del resto de compañeras (Mendes et al., 2018). Además, para no

modificar la rutina en las sesiones de entrenamiento y garantizar la validez ecológica de

los resultados se evitó intervenir durante las sesiones (Wilke et al., 2016).

De acuerdo con Milanez et al. (2011), las unidades arbitrarias (AU) se

calcularon multiplicando RPE por el volumen total de entrenamientos. Además, la

monotonía y el strain también se incluyeron en el análisis (Foster et al., 2001). La

monotonía se obtuvo dividiendo la media diaria de la carga de entrenamiento durante un

microciclo por su desviación estándar, y el strain se calculó como el producto de la

carga de entrenamiento y la monotonía (Foster et al., 2001). La carga total de

entrenamiento semanal (TWTL) fue obtenida sumando las AU de cada entrenamiento

de la misma semana (Milanez et al., 2014; Miloski et al., 2012; Nakamura et al., 2016).

Finalmente, la TWTL de cada mesociclo se obtuvo como la media de las TWTL de las

semanas de dicho período (Freitas et al., 2012; Miloski et al., 2012).

Los mesociclos se clasificaron de acuerdo a los criterios específicos del cuerpo

técnico en relación al perfil de la carga de entrenamiento. Así se dividieron en: carga

incremental (IL), carga de mantenimiento (ML) y carga decreciente (DL) (Álvarez

Medina & Murillo Lorente, 2016).

Análisis estadístico

Evaluamos la normalidad usando el test de Kolmogorov-Smirnov. Todas las

variables tuvieron una distribución normal, a excepción del strain. Los datos

descriptivos se presentan a través de medias (M) ± desviación típica (DT). Las

comparaciones entre las cargas de entrenamiento se realizaron a través de un análisis de

varianza (ANOVA), tanto en pretemporada como período competitivo.

Carlos Lago Fuentes Página 133

Las diferencias entre los mesociclos y la carga de los días de la semana lo se

calcularon usando un ANOVA de medidas repetidas, seguido de múltiples

comparaciones de las medias con la corrección de Bonferroni.

Finalmente, las correlaciones entre RPE y volumen de entrenamiento y TWTL,

se calcularon con el coeficiente de correlación de Pearson y se clasificaron siguiendo los

criterios de Evans (0.00 a 0.19: muy débil; 0.20 a 0.39: débil; 0.40 a 0.59: moderada;

0.6 a 0.79: fuerte; más de 0.80: muy fuerte) (Evans, 1996). Todos los datos fueron

analizados usando SPSS para Windows (20.0, Chicago, IL, USA), considerando un

nivel de significación de p < 0.05.

6.4. Resultados

El volumen total de carga durante toda la temporada fue de 17566 minutos,

siendo la media semanal alrededor de 480.2±121.7 min. El RPE medio fue de 5.70±0.64

y la sRPE de 319.9±127.1AU. Además, la TWTL estuvo en 2183.81±838.45AU, y la

monotonía y strain reportados fueron de 1.00±0.32 y 2419.75±1961.25AU,

respectivamente. La Tabla 19 presenta los datos medio de RPE, TWTL, monotonía y

strain de los 43 microciclos de la temporada.

La Tabla 20 ilustra el patrón oscilatorio a lo largo de la temporada comparando

los ocho mesociclos. La carga descendió de forma progresiva durante la temporada,

mostrando diferencias significativas entre la TWTL del primer mesociclo con respecto a

los otros siete (p<0.05). Además, se dieron diferencias entre el segundo y cuarto

mesociclo con el quinto, sexto y séptimo. También se muestra la distribución de los

tipos de contenidos, observando el carácter creciente de los contenidos técnico-tácticos

en contraposición con la reducción del volumen de entrenamiento condicional.

Tabla 19. Descripción de la carga interna en cada microciclo a lo largo de la temporada

Microciclo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

RPE

(M±DT) 7.8±0.2 7.1±0.6 6.5±0.9 6.5±0.6 6.5±1.0 5.4±0.8 6.7±1.6 5.8±0.5 5.7±0.6 5.7±0.3 5.6±0.8 5.4±0.8 5.7±0.4 5.2±0.8 5.6±0.9

TWTL

(M±DT) 1792±518 5068±325 3912±434 4041±364 4127±400 2483±356 2179±420 2359±323 2441±336 2730±252 2180±317 2376±311 2410±323 1785±251 2217±308

Monotonía 1.2 2.2 1.3 1.6 1.5 1.0 0.7 1.0 1.0 1.5 1.0 1.1 1.1 1.0 1.0

Strain 2067 11265 5027 6408 6076 2470 1616 2459 2532 4218 2136 2594 2563 1813 2272

Microciclo 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 37

RPE

(M±DT) 5.8±0.4 5.1±0.6 5.2±0.5 5.3±0.4 6.7±0.9 6.3±0.9 5.4±1.3 6.1±0.1 5.6±0.4 5.6±0.5 5.1±0.4 4.8±0.5 5.7±0.4 5.4±0.7 4.9±0.6

TWTL

(M±DT) 1786±333 2050±285 1559±300 1602±300 3570±345 3145±294 1494±292 1162±306 1554±286 2404±318 1804±245 1951±263 1779±332 2150±299 1471±278

Monotonía 0.8 1.0 0.7 0.8 1.5 1.5 0.7 0.5 0.8 1.1 1.0 1.1 0.8 1.0 0.8

Strain 1369 2106 1156 1220 5275 4793 1091 630 1204 2592 1891 2063 1363 2206 1110

Microciclo 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43

RPE

(M±DT) 4.7±0.3 5.5±0.8 5.7±0.2 5.0±0.8 5.6±0.5 5.1±0.7 5.3±0.7 4.9±0.6 5.9±0.9 5.4±0.6 6.1±1.0 6.4±1.0 5.5±1.1 4.9±0.2

TWTL

(M±DT) 1849±245 1648±323 1753±321 1518±292 1765±331 1959±259 1632±306 1471±278 1907±414 1421±261 2028±271 1953±382 1673±333 1199±219

Monotonía 1.1 0.7 0.8 0.7 0.8 1.1 0.8 0.8 0.7 0.8 1.1 0.7 0.7 0.8

Strain 1988 1200 1365 1128 1342 2109 1243 1110 1255 1104 2166 1427 1198 939

RPE: rate of perceived exertion; TWTL: total weekly training load (en Unidades Arbitrarias); M: Media; DT: desviación estándar.

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a 13

4

C

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Tabla 20. Descripción de la carga interna y características generales en cada mesociclo durante la temporada.

Mesociclo 1 2 3 4 5 6 7 8

Tipo de mesociclo IL ML DL IL DL IL ML ML

Nº semanas 6 5 7 5 4 5 5 6

Partidos 7 5 6 1 4 5 5 6

Periodo PP PC PC PP PC PC PC PC

TWTL 3570.93±1202.82 2378.17±227.46* 2104±278.03* 2274.24±1001.1* 1731.34±520.76*∆⌠ 1876±188.95*∆⌠ 1725.66±164.56*∆⌠ 1664.97±312.78*

Fuerza 315 60 70 22 20 30 10 0

Potencia 95 105 100 85 85 75 70 60

Resistencia específica 585 145 270 290 80 210 160 125

Preventivo 490 480 415 235 245 260 205 305

Técnico-Táctico 1620 915 1165 775 860 935 815 1090

Emotivo-volitivo 655 430 515 200 225 275 350 270

Monotonía 1.47±0.42 1.04±0.28 1.00±0.11 1.04±0.42 0.85±0.26^ 0.94±0.18 0.84±0.15^ 0.8±0.14^

Strain 5552.1±3333.52 2592.16±977.98 2119.47±469.66† 2707.14±2131.41 1579.38±849.6† 1764.06±451.1† 1437.34±387.18† 1314.1±404.48†

IL: carga creciente; ML: carga de mantenimiento; DL: carga descendiente; TWTL: total weekly training load (en Unidades Arbitrarias); PP: periodo preparatorio; PC: periodo competitivo.

*Diferencias significativas de TWTL del 1º mesociclo entre el resto; ⌠ Diferencias significativas entre TWTL del 2º mesociclo entre el resto; ∆ Diferencias significativas de TWTL entre l 4º

mesociclo y el resto; ^ Diferencias significativas en monotonía entre el 1º mesociclo y el 5º, 7º y 8º; † Diferencias significativas en el strain entre el 1º mesociclo y el 3º, 4º, 5º, 6º, 7º y 8º.

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35

Página 136 Carlos Lago Fuentes

En la Figura 12 se presenta la media de la carga interna (AU) de los días de la

semana, observando la periodización semanal en función del período preparatorio y

competitivo. La periodización semanal es diferente en ambos períodos, mostrando una

mayor ondulación de las cargas durante el período competitivo. En el período

preparatorio, las cargas de entrenamiento fueron similares durante los días de la semana,

siendo el sábado el día de mayor carga, registrando sesiones en seis de los siete días de

la semana. Por otro lado, en el período competitivo, se observa un perfil de carga

decreciente, observando diferencias significativas entre las cargas de entrenamiento del

lunes y martes con el jueves, última sesión previa a la competición.

Figura 12. Carga de trabajo semanal durante periodo preparatorio y competitivo

La Figura 13 muestra las diferentes correlaciones entre los parámetros de carga

interna y externa. En este sentido, la correlación positiva entre el volumen semanal y el

TWTL fue fuerte, mientras que ésta con las unidades arbitrarias (AU) fue moderada. Sin

embargo, no se observó una correlación relevante entre el volumen semanal y el RPE (r:

0.06; p= 0.704). Por último, se encontró una correlación negativa entre el microciclo

con el TWTL.

Carlos Lago Fuentes Página 137

Figura 13. Correlaciones entre parámetros de carga de entrenamiento

Página 138 Carlos Lago Fuentes

6.5. Discusión

Hasta la fecha, ésta ha sido la primera investigación que analiza la carga interna

y externa durante toda una temporada en jugadoras profesionales de fútbol sala. Los

objetivos del estudio fueron: analizar y describir la carga interna y externa de

entrenamiento en jugadoras profesionales de fútbol sala durante toda una temporada, en

segundo lugar, comparar las cargas de entrenamiento en los diferentes períodos a lo

largo de la temporada y, por último, describir y comparar el perfil de las cargas de una

semana tipo durante el período preparatorio y competitivo.

Respecto a éstos, los principales hallazgos fueron: a) el volumen de los

contenidos técnico-tácticos incrementó a lo largo de la temporada, disminuyendo de

forma inversa el tiempo dedicado al entrenamiento condicional; b) la carga interna

mostró un patrón oscilatorio durante el período competitivo; c) el TWTL en el primer

mesociclo fue mayor que en el resto de la temporada, seguido del segundo y cuarto

mesociclo; d) la carga de entrenamiento mostró una periodización semanal durante el

período competitivo, y e) la carga de entrenamiento y el volumen semanal no mostraron

una correlación significativa.

El volumen total de la temporada fue de 17566 minutos, esto es casi 300 horas,

con un volumen semanal medio de 8 horas. Este volumen es mayor que las 5.7 horas

por semana registradas en un estudio con 13 jugadores semiprofesionales brasileños

durante doce semanas por Barbieri et al.,(2016). Sin embargo, el volumen durante la

temporada fue considerablemente menor que en el estudio de Álvarez-Medina et

al.,(2004) con un equipo de fútbol sala profesional, con 27060 minutos durante 38

semanas y 12 horas por semana. Estas diferencias pueden ser debidas al diferente nivel

de profesionalismo entre los equipos masculinos y femeninos y sus ligas en España.

El RPE medio en nuestro estudio fue de 5.70±0.64 a lo largo de toda la

temporada. Este dato es muy similar al estudio de Matzenbacher et al., (2016) con

jugadores juveniles de élite de fútbol sala, con un RPE of 5.5±1.7 durante 31 semanas.

Milanez et al., (2011) estudiaron la carga en jugadores profesionales de fútbol sala

comparando distintos tipos de sesiones. Los entrenamientos condicionales y técnico-

Carlos Lago Fuentes Página 139

tácticos reportaron un RPE de 5.1±0.7 y 5.7±0.8, respectivamente. Rabelo et al., (2016)

observó el RPE entre 4 y 6 puntos durante 45 semanas, comparando la carga

intencionada y percibida, también con jugadores profesionales. Sin embargo, todos

estos datos son más elevados que los observados por Freitas et al., (2012) con jugadores

brasileños profesionales durante 14 semanas (3.3-4.3). Quizás, con la excepción del

último estudio, el RPE medio entre 5 y 6 puntos pueda ser el valor de referencia a lo

largo de una temporada en jugadores y jugadoras de fútbol sala de alto nivel.

La sRPE es la herramienta más empleada para controlar la carga de

entrenamiento en fútbol sala (Álvarez Medina et al., 2016; Clemente & Nikolaidis,

2016; Milanez et al., 2011; Moreira, McGuigan, Arruda, Freitas, & Aoki, 2012;

Nakamura et al., 2016; Wilke et al., 2016). En relación a los valores de sRPE, la carga

de entrenamiento media fue de 319.9±127.1 AU. Comparando nuestros datos con otros

deportes, Scott et al., (2013) encontraron valores similares en futbolistas profesionales

australianos durante 29 sesiones de entrenamiento (297±159 AU). Sin embargo,

Casamichana et al., (2013) registraron valores más altos en jugadores

semiprofesionales, con 462.4±237.9AU a lo largo de 44 entrenamientos, similar a los

datos con jugadores profesionales de fútbol, con cerca de 500AU (Milanez et al., 2011).

No obstante, en relación al fútbol sala femenino, nuestros datos son muy parecidos a

anteriores estudios, en los que se registraron valores entre 350 y 450 AU (Milanez et al.,

2014; Wilke et al., 2016). Por tanto, podría decirse que existen diferencias en las cargas

de entrenamiento en función del sexo, siendo menores en jugadoras que en jugadores de

fútbol sala.

Hablando sobre la carga total de la semana, el TWTL es una herramienta

importante para comparar la evolución durante la temporada, teniendo en cuenta dos

parámetros fundamentales, el volumen y la intensidad. El TWTL medio fue de 2183.81

±838.45AU durante la temporada. Miloski et al., (2012) observaron unos valores

similares (1879±754AU) durante 37 semanas con jugadores de alto nivel. Además,

también fueron similares a otros estudios con jugadores profesionales de fútbol sala en

otras dos investigaciones de Milanez et al. (2014)(1500-3000 AU) y Barbieri et al.,

(2016), entre 1600-3200AU. Sin embargo, todos fueron menores a los valores de

Moreira et al., (2013) y Nakamura et al., (2016) con juveniles y profesionales, quienes

registraron un TWTL entre 2000-6000AU y 3455-5243AU, respectivamente. Estas

Página 140 Carlos Lago Fuentes

diferencias pueden ser debidas a que estos últimos estudios registraron un total de 8 a 10

sesiones semanales, comparadas con las 5-7 sesiones de nuestro estudio. Por otro lado,

Flatt & Esco, (2015) encontraron un TWTL de 2200-3000AU en jugadoras de fútbol,

con 6 sesiones semanales, muy parecidos a nuestros hallazgos. Por tanto, parece que

hay diferencias en la carga semanal asociadas a cada sexo. A pesar de esto, se necesitan

más estudios para validar nuestros datos como valores de referencia en fútbol sala

femenino. Finalmente, de acuerdo con Foster, (1998), el sobreentrenamiento es más

probable en semanas con cargas de entrenamiento, monotonía y strain sobre 4400, 2.2 y

6000 AU, respectivamente. En nuestro estudio, sólo el segundo microciclo superó los

valores de esta línea de corte, perteneciente al período preparatorio. Esto refleja la

importancia de controlar las cargas de entrenamiento con diferentes parámetros para

reducir el riesgo de lesiones y optimizar el rendimiento deportivo (Vanrenterghem et al.,

2017).

Los contenidos de entrenamiento mostraron una distribución lógica a lo largo de

la temporada en base a los principios de periodización, teniendo más importancia los

contenidos condicionales en el período preparatorio que en el resto de mesociclos. De

forma inversa, las tareas técnico-tácticas adquirieron mayor relevancia durante el

período competitivo, al igual que en otros estudios, en torno al 60-70% del tiempo total

de entrenamiento (Freitas et al., 2012) o incluso más del 90% (Matzenbacher et al.,

2016). El entrenamiento de fuerza fue uno de los contenidos más importantes durante el

período preparatorio, reduciéndose de forma drástica durante el resto de mesociclos,

coincidiendo con otras investigaciones previas (Freitas et al., 2012; Lago-Penas, Rey,

Lago-Ballesteros, Dominguez, & Casais, 2013; Matzenbacher et al., 2016). Finalmente,

el trabajo específico (entrenamiento técnico-táctico y resistencia específica) parecen ser

los contenidos más importantes a lo largo de la temporada, especialmente durante el

período competitivo (de Freitas et al., 2017; Matzenbacher et al., 2016),

independientemente de que sea modalidad masculina o femenina.

En relación a la distribución de cargas a lo largo de los diferentes mesociclos,

ésta sufrió un descenso paulatino, siendo el primero el de mayor carga. Estos datos

coinciden con un estudio con 19 jugadores profesionales de baloncesto preparando un

campeonato internacional (Nunes et al., 2014). Además, el segundo y cuarto mesociclo

presentaron mayores niveles de carga con respecto al 5º, 6º y 7º. Estos resultados

Carlos Lago Fuentes Página 141

pueden ser explicados en base a las teorías de periodización deportiva, siendo los

primeros meses los que deben presentar mayores niveles de carga, así como el 4º

mesociclo está asociado a un segundo período preparatorio en medio de la temporada

(Nunes et al., 2014). Sin embargo, otro estudio encontró resultados contrarios en

jugadoras profesionales de waterpolo, registrando mayor carga en el último período de

la temporada, en comparación con los otros tres mesociclos (Varamenti et al., 2013).

Esto puede deberse a que la última fase de la temporada incluyó los partidos más

intensos, dado que el equipo tenía competiciones nacionales y a nivel europeo. Por esta

razón, el control de las cargas es fundamental para gestionar el rendimiento de las

deportistas dependiendo de los objetivos y períodos a lo largo de la temporada.

Durante el periodo preparatorio, la sRPE no mostró diferencias significativas

entre los días de la semana, observando sólo mayor carga los sábados (habitualmente,

partidos amistosos) y los martes. Esto puede ser explicado dada la gran variabilidad a lo

largo del período preparatorio, con contenidos ajustados constantemente para equilibrar

la balanza entre entrenamiento y recuperación para optimizar el rendimiento físico

(Mendes et al., 2018; Rabelo et al., 2016). Durante el periodo competitivo, sin embargo,

la distribución de la carga a lo largo de la semana sí que tuvo un comportamiento muy

parecido a otros estudios (Impellizzeri, Rampinini, Coutts, Sassi, & Marcora, 2004;

Mendes et al., 2018; Wrigley, Drust, Stratton, Scott, & Gregson, 2012). Esto es, la sRPE

disminuyó a lo largo de la semana, siendo el lunes la sesión con mayor nivel de carga,

después de un día de descanso completo (domingo), y planteando el jueves como sesión

más suave, previa al partido oficial de los sábados, aplicando una estrategia de tapering

(Impellizzeri et al., 2004; Mendes et al., 2018). Esta estrategia intenta asegurar una

adecuada recuperación fisiológica de cara a la siguiente competición (Wrigley et al.,

2012).

Por último, se observó una correlación positiva entre el TWTL y el volumen

semanal, lo cual parece lógico si tenemos en cuenta que el TWTL es el resultado de

multiplicar el RPE por el volumen de entrenamiento, y sumar las sesiones de toda la

semana. Sin embargo, no existió una posible correlación entre el volumen semanal y el

RPE (r=0.06). Una correlación positiva moderada sí que se observó entre RPE y TWTL,

teniendo en cuenta el mismo criterio que con el volumen semanal y el TWTL.

Finalmente, existió una correlación negativa importante entre el mesociclo y microciclo

Página 142 Carlos Lago Fuentes

con respecto al TWTL (r= -0.615, p<0.001 y r= -0.634, p<0.001, respectivamente), esto

es, la carga interna descendiendo a lo largo de la temporada.

Carlos Lago Fuentes Página 143

Capítulo 7

Investigación 4: Entrenamiento de

fuerza de la zona central usando

superficies estables e inestables en

jugadoras de fútbol sala

Página 144 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 145

7.1. Resumen

En la actualidad existen muchas herramientas que buscan ayudar a optimizar el

rendimiento de una capacidad condicional específica o de la condición física en general.

No obstante, dado su coste económico y la cantidad de instrumentos que existen, se

hace necesario evaluar su idoneidad y sus efectos contrastados en comparación con

otras herramientas más sencillas. Además, esto tiene especial relevancia en deportes con

menos recursos económicos como es el fútbol sala femenino. Por tanto, el objetivo de la

presente investigación fue evaluar el efecto del entrenamiento de la zona central en

superficie estable (CTS) comparado con otro grupo en superficie inestable (CTU) en la

condición física (rendimiento del salto, sprint y capacidad para repetir sprints (RSA)) y

la calidad del movimiento (Functional Movement Screen) en jugadoras profesionales de

fútbol sala. Para satisfacer dicho objetivo, 14 jugadoras (edad media: 23.7 ± 5.1 años,

rango de edad: 18-28 años) fueron asignadas de forma aleatorizada al grupo CTS (n=7)

o CTU (n=7). El programa de intervención se llevó a cabo tres veces a la semana

durante seis semanas. Las jugadoras de ambos grupos ejecutaron los mismos cuatro

ejercicios de fortalecimiento del core. La única diferencia entre ambas intervenciones

fue que el grupo CTU realizó todos los ejercicios (shoulder bridge, side bridge, prone

plank y crunch) en una superficie inestable (Togu® Dyn-Air). Para comprobar el efecto

de la intervención, se planteó un MANOVA de dos factores (intervención y grupo). De

forma resumida, el análisis intragrupo mostró mejoras significativas (p < 0.001) en el

sprint de 10m del pre al postest en los grupos CTS (+4.37%) y CTU (+5.00%). Las

jugadoras en ambos grupos también mostraron mejoras significativas en la puntuación

total del FMS (CTS (+10.39%) and CTU (+11.10%). Además, se observó un efecto

significativo del grupo CTU en la puntuación del test de RSA, descendiendo del pre al

postest (-30.85%). En el análisis intergrupos, no hubo diferencias significativas en

ninguna variable. En base a los principales hallazgos, parece que el rendimiento en el

sprint y el FMS mejoró tras la aplicación del protocolo de entrenamiento de core con

superficie estable e inestable, combinado con el entrenamiento habitual de fútbol sala en

período competitivo. Además, el uso de superficie inestable obtuvo un beneficio

limitado en el rendimiento de RSA comparado con superficie estable, por lo que se

sugiere el uso de buenas estrategias de progresión de ejercicios de core, orientados hacia

la especificidad de la modalidad deportiva, antes que el uso de superficies inestables.

Página 146 Carlos Lago Fuentes

7.2. Introducción

El fútbol sala está caracterizado por ser un deporte de alta intensidad con

constantes acciones intermitentes (Barbero Álvarez et al., 2009; Dogramaci et al.,

2011). El análisis de los desplazamientos en competición han mostrado que los

jugadores de fútbol sala recorren más de un 22% de la distancia con carreras de alta

intensidad (Barbero Alvarez et al., 2008). Debido a las pequeñas dimensiones de la pista

comparadas con el fútbol, el número ilimitado de sustituciones y la realización de

acciones constantes de ataque y defensa, los jugadores de fútbol sala necesitan realizan

un alto número de sprints en diferentes direcciones a lo largo del partido (Dogramaci et

al., 2011). Además, como en fútbol, las acciones decisivas en los partidos de fútbol sala

ocurren en acciones de alta intensidad (Barbero Álvarez et al., 2009; Dogramaci et al.,

2011). Por ello, se puede argumentar que el rendimiento anaeróbico en el fútbol sala es

crucial, especialmente para jugadoras de alto nivel.

Es bien conocido que el rendimiento anaeróbico puede ser mejorado a través del

entrenamiento de fuerza (Bompa & Haff, 2009). Como consecuencia, los programas de

entrenamiento que se focalicen en la mejora de los niveles de fuerza deben ser

priorizados (Paz-Franco et al., 2017). En este sentido, el entrenamiento de fuerza de la

zona central (core strength training) ha sido definido como un medio para prevenir y

rehabilitar lesiones, y como una estrategia para incrementar el rendimiento deportivo

(Akuthota & Nadler, 2004). Sin embargo, una reciente revisión sistemática y

metaanálisis ha observado que el entrenamiento de fuerza de core está asociado con sólo

unas limitadas ganancias de la condición física y del rendimiento deportivo (Prieske,

Muehlbauer, & Granacher, 2016). Funcionalmente, el entrenamiento de la zona central

puede ayudar a transmitir la energía de forma eficiente de los miembros inferiores a los

superiores y viceversa, además de mejorar el control corporal, equilibrio y eficiencia en

la transmisión de movimientos que es de vital importancia para las actividades físico-

deportivas específicas (Akuthota & Nadler, 2004; Granacher et al., 2014).

De forma notable, el rendimiento en muchas acciones de fútbol sala a menudo

ocurre en situaciones y acciones inestables (por ejemplo, golpear el balón mientras un

rival intenta evitarlo a través del contacto). De esta forma, de acuerdo con el principio

Carlos Lago Fuentes Página 147

de especificidad de entrenamiento (Behm, Drinkwater, Willardson, & Cowley, 2010), el

entrenamiento de core debe intentar trabajar las demandas de las acciones específicas

sobre superficies inestables (Behm, Muehlbauer, Kibele, & Granacher, 2015). Está bien

documentado que la actividad muscular del tronco es mayor cuando se emplean

superficies inestables durante la ejecución de ejercicios de core (Vera-Garcia, Grenier,

& McGill, 2000). Por consiguiente, la integración de las superficies inestables en el

entrenamiento de fuerza de core podría generar unas adaptaciones neuromusculares

superiores comparado con el entrenamiento sobre superficies estables (Behm et al.,

2010). Sin embargo, hasta nuestro conocimiento, sólo se ha publicado un estudio que

haya analizado el efecto del entrenamiento de fuerza de la zona central en superficies

estables e inestables en atletas de deportes colectivos, en este caso, futbolistas juveniles

(Prieske, Muehlbauer, Borde, et al., 2016). El principal resultado encontrado por los

autores fue que la fuerza muscular de la zona central, sprint y rendimiento en el golpeo

de balón mejoraron tras 9 semanas de entrenamiento de la zona central en superficies

estables e inestables, pero sin diferencias entre grupos (Prieske, Muehlbauer, Borde, et

al., 2016).

Tradicionalmente, el entrenamiento de la fuerza central se usa de forma

frecuente como estrategia profiláctica en un intento para mejorar el control

neuromuscular y los patrones de movimiento poco efectivos (Huxel Bliven &

Anderson, 2013). Sin embargo, no hay una evidencia científica clara hasta la fecha que

apoye la relación entre la fuerza en la zona central y el dominio del movimiento. Así,

los ejercicios de core se implementan de acuerdo al marco teórico de que estos

ejercicios pueden mejorar los nieles de fuerza y resistencia muscular, contribuyen a la

correcta postura con un óptimo equilibrio a través de la regulación del sistema de

control neuromuscular y la mejora global de su función (Huxel Bliven & Anderson,

2013). En este sentido, el Functional Movement Screen (FMS) es un test que se

desarrolló con el objetivo de identificar limitaciones o asimetrías en la fuerza del core,

coordinación, equilibrio, rango de movimiento y la calidad del movimiento general que

puede predisponer al atleta a una lesión durante su actividad deportiva (Cook, Burton, &

Hoogenboom, 2006).

Algunos estudios sugieren que el FMS demuestra una excelente fiabilidad inter e

intra sujeto (Bonazza et al., 2017), y que es una herramienta de evaluación que se usa de

Página 148 Carlos Lago Fuentes

forma habitual tanto en el ámbito clínico como deportivo (McCall et al., 2014). Sin

embargo, aunque la capacidad del protocolo de FMS para determinar la efectividad de

las intervenciones de entrenamiento han sido examinadas (Bodden, Needham, &

Chockalingam, 2015; Kiesel, Plisky, & Butler, 2011), ningún estudio ha evaluado si

existen cambios o no en la puntuación del FMS individual tras la aplicación de un

programa de entrenamiento empleando superficies estables e inestables.

Por tanto, el objetivo de este estudio fue examinar los efectos de un

entrenamiento de core empleando superficies estables (CTS) e inestables (CTU) cuando

se aplican en combinación con el entrenamiento de fútbol sala durante el período

competitivo en la condición física y la puntuación del FMS en jugadoras profesionales

de fútbol sala. En este sentido, planteamos la hipótesis que el CTU proporcionaría

mayores beneficios en la condición física (velocidad, fuerza y capacidad de repetir

sprints) y rendimiento funcional (FMS) que el CTS.

7.3. Método

Se diseñó un estudio controlado aleatorizado longitudinal cuyo objetivo fue

determinar los efectos del entrenamiento de fuerza en core sobre superficies estable

(CTS) e inestable (CTU), en combinación con el entrenamiento regular del equipo

durante período competitivo, sobre el rendimiento físico y la puntuación sobre FMS.

El programa de intervención de cada grupo fue añadido a la rutina de

entrenamientos diaria de la muestra (Figura 14). La intervención experimental consistió

en:

1 sesión de evaluación donde se realizó el pretest.

6 semanas de entrenamiento supervisado con 3 sesiones semanales.

3 días de descanso (tapering).

1 sesión de evaluación donde se realizó el postest.

Carlos Lago Fuentes Página 149

Figura 14. Representación esquemática del diseño de investigación.

Durante las sesiones de valoración, se solicitó a las participantes que llevasen la

misma equipación. Asimismo, las mediciones fueron realizadas a la misma hora del día

para minimizar los efectos de las variaciones diurnas en los parámetros seleccionados,

durante ambas sesiones de valoración. Con el fin de reducir la influencia de las

variables no controladas, se instruyó a las jugadoras a mantener sus hábitos de vida

habituales, así como no realizar cambios en sus hábitos alimentarios ni cantidad en la

ingesta calórica, antes y durante el estudio. Ambas sesiones de valoración y recogida de

datos se llevaron a cabo en el interior de un pabellón con una temperatura ambiente

entre 17-22ºC.

Participantes

14 jugadoras profesionales de fútbol sala que compiten en la Primera División

Española Profesional de Fútbol Sala participaron en este estudio. Las jugadoras

realizaban de forma regular entre 5 y 6 entrenamientos por semana con su equipo, con

una media de horas dedicadas a los entrenamientos de 10.3±0.9h/semana en su ciclo de

entrenamiento normal. El equipo también competía de forma regular en un partido

oficial por semana.

Los criterios de inclusión fueron:

Participar de forma regular en más del 90% de las sesiones de entrenamiento

durante el periodo de investigación.

Página 150 Carlos Lago Fuentes

No presentar lesiones durante este mismo periodo.

Como criterios de exclusión, se emplearon los siguientes:

Haber tenido alguna lesión que provocase perderse una o más sesiones de

entrenamientos o partidos en los 3 meses previos a la inicio del estudio.

Todas las jugadoras fueron informadas del propósito del estudio y firmaron un

documento de consentimiento informado de acuerdo a la Declaración de Helsinki. El

estudio fue aprobado por el Comité de Revisión Ética de la facultad.

Las jugadoras fueron asignadas de forma aleatoria por un coautor de la

investigación, el cual no estaba directamente relacionado con la realización de los test ni

de la intervención. Así, se generaron dos grupos, el CTS (n=7) y CTU (n=7). La

aleatorización fue realizada con un software informático. Las características físicas de

las jugadoras se muestran en la Tabla 21, con la edad, altura y peso, divididas en los

dos grupos de intervención. Tras la asignación aleatoria, no se encontraron diferencias

significativas en ambos grupos en relación a edad, peso corporal, altura ni IMC.

Tabla 21. Estadística descriptiva de la muestra

Grupo N Edad (añosDT) Estatura (cmDT) Masa Corporal (kgDT)

CTS 7 23.44.4 170.46.6 67.78.2

CTU 7 24.86.5 173.66.1 70.17.8

DT: desviación típica

Variables

A continuación se presentan las variables analizadas en la investigación, siendo

clasificadas:

Functional Movement Screen. El FMS consiste en una batería de 7 patrones de

movimiento que incluyen las siguientes valoraciones (Cook, Burton,

Hoogenboom, & Voight, 2014)(ver Figura 15):

o Squatting

o Stepping

o Lunging

Carlos Lago Fuentes Página 151

o Reaching

o Leg raising

o Push up

o Rotary stability

La administración del FMS fue llevada a cabo siguiendo las guías publicadas

previamente, usando el kit de FMS (Functional Movement Systems, Chatham,

VA). Las jugadoras se familiarizaron con los movimientos antes de la sesión de

test. Todos los patrones de movimiento fueron puntuados en una escala de 0-3

puntos, siendo así la máxima puntuación a alcanzar de un total de 21 (Anexo

VIII). Cada test fue realizado 3 veces, y el mejor valor de cada intento fue

registrado, mientras que en los test bilaterales se utilizó el valor más bajo.

Figura 15. Batería de pruebas del FMS (Cook et al., 2014).

Página 152 Carlos Lago Fuentes

En los test bilaterales (stepping, lunging, reaching, leg raising y rotary stability),

el menor valor de las dos puntuaciones (derecha o izquierda) fue recogido para

contribuir a la puntuación global del FMS.

Tabla 22. División de pruebas FMS.

FMSmove FMSflex FMSstab

Squatting Reaching Rotary stability

Stepping Leg raising Push-up

Lunging

Las jugadoras completaron el FMS con la guía de un investigador entrenado en

su uso. Sólo se dio la instrucción verbal de inicio, sin ningún tipo de feedback o

frase motivacional durante el procedimiento de registro. Para aumentar la

fiabilidad de la medición, los test FMS fueron grabados en vídeo y analizados

con un software de análisis de vídeo (Shultz, Anderson, Matheson, Marcello, &

Besier, 2013). Tres evaluadores revisaron y analizaron todos los vídeos y

realizaron la puntuación de forma individual.

Test de salto vertical (CMJ): el test CMJ se llevó a cabo con una plataforma de

contacto portátil (Ergo Jump Bosco System, Globus, Treviso, Italy). Las

jugadoras tuvieron dos intentos, con 1 minuto de recuperación entre ambos. Se

registraron ambos datos, seleccionando el mejor resultado para el posterior

análisis estadístico (CV<0.5). Las instrucciones dadas para llevar a cabo el salto

fueron las siguientes:

o Posición inicial: planta de los pies en contacto con el tapiz, rodillas

completamente extendidas, manos en la cintura y tronco recto.

o Ejecución: después de estar más de 2-3 segundos en esta posición, y

realizando una fuerte flexión de piernas (hasta 90º, después de tanteo y

ajuste motor individual del propio sujeto), y extensión consecutiva de

piernas, se impulsa verticalmente para iniciar el salto vertical. Las manos

se mantuvieron en la cadera con el fin de reducir cualquier ayuda por el

efecto del balanceo de brazos.

Carlos Lago Fuentes Página 153

Se instruyó a las jugadoras para mantener su cuerpo lo más vertical y

elevado posible durante el salto, evitando cualquier movimiento frontal o

lateral indebido que pudiese distorsionar la potencia de salto.

o Posición final: caída con los pies y rodillas totalmente extendidos (igual

que al abandonar el suelo), rebotando ligeramente. Cualquier salto que

no se ajustase a las indicaciones técnicas fue repetido por las jugadoras.

Test de velocidad: el test de 10 metros fue medido a través de fotocélulas

infrarrojas con una regulación de bloque entre impulsos de 1/100 s hasta 2 s

(DSD Laser System, León, España). Con el objetivo de minimizar en la medida

de lo posible errores metodológicos que pudiesen alterar los resultados, se

presenta a continuación la estandarización del protocolo para la realización del

test:

a) Al contar con fotocélulas de haz simple, la cabeza de éstas se situará

aproximadamente a la altura de la cadera e inicio del tronco (0.9 m);

b) Posición de salida estandarizada, planta del pie totalmente apoyada

inmediatamente detrás de la línea de salida (1 m por detrás de la primera

barrera de fotocélulas), empleando el pie que prefiera la jugadora, sin

despegarlo en ningún momento previo a la salida, dando libertad en la

colocación del otro pie, brazos y tronco.

Las normas para la realización del test de 10 m sprint fueron las siguientes:

a) Se realizan tres intentos de carrera, tomando como resultado el mejor de

ellos en segundos y centésimas de segundo;

b) Que las jugadoras pongan el máximo empeño en correr durante todo el

recorrido;

c) Animar/motivar durante el desarrollo de la prueba.

Las jugadoras tuvieron dos intentos, con un período de 2 minutos de descanso

entre ambos. El mejor intento fue empleado para el posterior análisis estadístico

(CV<0.5).

Test RSA: El rendimiento en RSA fue evaluado utilizando Fotocélulas

infrarrojas con una regulación de bloqueo entre impulsos de 1/100 s hasta 2 s

(Chronojump Boscosystem, Barcelona, España). El protocolo de RSA consistió

en la realización de 6 sprint máximos de 25 metros. Después de cada sprint,

Página 154 Carlos Lago Fuentes

había un período de recuperación activa de 25 segundos, en los cuales la

jugadora volvía a la posición inicial. La recuperación fue medida con

cronómetro para asegurar que las deportistas volvían al punto inicial entre los

segundos 23 y 24. Se dio un feedback verbal a los 5, 10. 15 y 20 segundos de

recuperación.

El tiempo medio (AT), el tiempo más rápido (FT) y el tiempo total (TT) se

registraron durante el test RSA de acuerdo a estudios previos (Wong, Chan, &

Smith, 2012). El porcentaje de reducción entre series (%Dec) se calculó

posteriormente, empleando la fórmula propuesta por Fitzsimons et al., (1993),

que ha sido demostrada como el método más válido y fiable para cuantificar la

fatiga en un test de sprints repetidos (Glaister, Howatson, Jpattison, & Mcinnes,

2008):

Donde el tiempo ideal de sprint = 6 × FT

Procedimiento

Procedimiento en los test

Para determinar los efectos de entrenamiento, se llevaron a cabo los test

anteriormente explicados: FMS, CMJ, sprint 10m y test RSA. Todos los test se llevaron

a cabo después de 72 horas de descanso y en el mismo lugar, bajo condiciones idénticas

y supervisados por los mismos investigadores.

Se indicó a las jugadoras realizar su última comida al menos 3 horas antes del

inicio de los test. Después de realizar la batería FMS, todas las deportistas realizaron un

calentamiento estandarizado de 10 minutos con dos minutos de estiramientos estáticos

suaves (10 repeticiones de isquiosurales, cuádriceps y tríceps sural), 5 minutos de

carrera suave seguidos de aceleraciones en distancia corta (3 sprints submáximos,

progresando hasta el 90% de su velocidad máxima para la distancia objetivo). Esta

rutina de calentamiento fue guiada y supervisada por el preparador físico del equipo

antes de los test.

Programas de intervención

Carlos Lago Fuentes Página 155

Después de realizar la evaluación de pretest, las deportistas empezaron un

protocolo de intervención de 6 semanas, unido a su programa de entrenamiento habitual

de fútbol sala. Las jugadoras de los grupos CTS y CTU realizaron los mismos 4

ejercicios de fortalecimiento de CORE. La única diferencia entre ambos grupos de

intervención fue que el grupo CTU ejecutó todos los ejercicios bajo condiciones

inestables, empleando un Togu® Dyn-Air. Cada jugadora del grupo CTU fue instruida

para familiarizarse con los ejercicios de estabilización.

El programa de intervención fue realizado 3 veces por semana (ver Tabla 23),

en días no consecutivos (48 horas de descanso). Las sesiones de entrenamiento del

programa de intervención duraban alrededor de 20 minutos y se llevaron a cabo antes

del entrenamiento en pista. La intensidad y volumen de entrenamiento fueron

incrementados de forma progresiva cada dos semanas.

Tabla 23. Protocolo específico de la intervención de core sobre superficie estable e

inestable.

Ejercicios Semanas 1-2 Semanas 3-4 Semanas 5-6

Side bridge

3 series x 30

segundos

3 series x 40

segundos

3 series x 50

segundos

Prone bridge

3 series x 30

segundos

3 series x 40

segundos

3 series x 50

segundos

Supine bridge

3 series x 30

segundos

3 series x 40

segundos

3 series x 50

segundos

Crunch

3 series x 30

segundos

3 series x 40

segundos

3 series x 50

segundos

La ejecución correcta de los ejercicios fue cuidadosamente supervisada por un

preparador físico y un fisioterapeuta deportivo. Para mejorar la calidad de la

Página 156 Carlos Lago Fuentes

supervisión, el ratio de vigilancia y corrección era de un supervisor por cada cuatro

deportistas, durante todas las sesiones de entrenamiento.

Análisis estadístico

Todas las variables analizadas mostraron distribución normal tras superar el test

Shapiro Wilks. Los datos se presentan como medias con su desviación típica (DT). Se

realizó un análisis de varianza de medidas repetidas (MANOVA) de 2 factores:

intersujeto (grupos: CTS y CTU) e intrasujeto (tiempo: pre, post) para cada uno de los

parámetros analizados en esta investigación. Se calculó el tamaño del efecto “partial eta

squared” (ηp) para la interacción momento por grupo. Así, un valor de ηp2:

≥ 0.01 indica pequeño,

≥ 0.059 mediano,

≥ 0.138 gran efecto.

Además, se determinó el tamaño del efecto de Cohen para las diferencias

estadísticas. Tamaños del efecto con valores de >0.2 (pequeño), >0.5 (moderado), y

>1.2 (grande) se consideraron como diferencias pequeñas, medias y grandes

respectivamente (Batterham & Hopkins, 2006). Además de este test, se calculó la

diferencia de porcentaje en la puntuación entre CTS y CTU de pre a postest con un

intervalo de confianza 90%. Las posibilidades de que las diferencias en el rendimiento

fuesen mejores, similares o peores fueron calculadas. Las posibilidades cuantitativas de

un efecto beneficioso o perjudicial se midieron como se expone a continuación (Muller

& Cohen, 1989):

<1%, prácticamente improbable;

1% a 5%, muy poco probable;

5% a 25%, poco probable;

25% a 75%, posible;

75% a 95%, probable;

95% a 99%, muy probable;

>99%, prácticamente cierto.

Si los cambios en ambos grupos fueron mayores de 5%, la diferencia real fue

marcada como “poco claro”.

Carlos Lago Fuentes Página 157

7.4. Resultados

El grupo CTS completó 98.7 ± 2.9% de las sesiones de entrenamiento a lo largo del

período de entrenamiento de 6 semanas, mientras el grupo CTU completó el 99.3 ±

1.7%. Los valores absolutos de cada variable del pretest y postest, junto con los

resultados de la ANOVA se exponen en las Tabla 24 y Tabla 25.

Tabla 24. Cambios en CMJ, sprint de 10m y RSA tras 6 semanas de intervención.

CTS (n = 7) CTU (n = 7) ANOVA P values (d)

Pre Post Δ (%)

Pre Post Δ (%)

time group time

group

CMJ (cm) 25.24 3.53 25.57

3.49

1.40 25.89

2.51

26.78 2.77 3.44 .060

(1.457)

.584

(0.320)

.157

(0.869)

10 m sprint (s) 1.98 0.05 1.880.07 4.37 1.94 0.08 1.85 0.09 5.00 <.001

(3.175)

.330

(0.577)

.671

(0.246)

RSA

AT(s) 4.30 0.20 4.22 0.18 1.63 4.20 0.16 4.16 0.17 0.82 .165

(0.859)

.395

(0.418)

.618

(0.285)

FT(s) 4.17 0.22 4.05 0.14 2.76 4.06 0.16 4.06 0.12 0.40 .259

(0.677)

.569

(0.339)

.158

(0.859)

TT(s) 25.80 1.24 25.35

1.10

1.63 25.22

0.99

25.01 0.77 0.82 .167

(0.856)

.388

(0.509)

.618

(0.285)

%Dec 2.97 1.23 4.22 1.37 -75.31 3.53 1.69 2.26 1.35* 30.85 .987

(0.063)

.281

(0.648)

.014

(1.656)

D = effect size i.e., Cohen’s d). *Significantly different from the pre-test (p < .05). + Significantly different from CTS (p < .05).

Tiempo medio (AT), tiempo más rápido (FT), tiempo total (TT), y porcentaje de descenso (%Dec)

En el análisis intragrupo, se observaron mejoras significativas en el sprint de 10

m en el grupo CTS (+4.37%; d = 1.64) y CTU (+5%; d = 1.05) con respecto al pretest.

Las jugadoras obtuvieron también mejoras en ambos grupos en la puntuación total del

FMS (+10.39%; d = 0.73 and +11.10%; d = 1.50, para los grupos CTS y CTU,

respectivamente), FMSmove (+15.40%; d = 0.86 and +19.49%; d = 1.12, para los grupos

CTS y CTU, respectivamente), y FMSstab (+14.76; d = 0.64 and +12.13; d = 1.00, para

los grupos CTS y CTU, respectivamente) del pretest al postest. Además, el efecto

significativo del tiempo también se observó (d = 0.84) para el grupo CTU en la variable

del % de descenso (%Dec) en RSA del pretest al postest (-30.85%).

Página 158 Carlos Lago Fuentes

Tabla 25. Cambios en la puntuación de FMS tras 6 semanas de intervención.

CTS (n = 7) CTU (n = 7) ANOVA P values (d)

Pre Post Δ %)

Pre Post Δ %)

time group time

group

Total FMS score 15.85

2.11

17.42

2.14

10.39 16.00

1.15

17.7 1.11 11.10 <.001

(2.549)

.802

(0.126)

.851

(0.089)

FMSmove 7.00 1.15 8.00 1.15 15.40 7.00 1.29 8.14 0.69 19.40 .002

(2.229)

.892

(0.063)

.801

(0.141)

Deep Squat 1.71 0.48 2.28 0.75 35.71 1.85 0.37 2.28 0.48 28.57 .004

(2.020)

.784

(0.155)

.626

(0.278)

Hurdle Step

Right 2.44 0.53 2.71 0.48 9.52 2.57 0.53 2.85 0.37 9.52 .049

(1.259)

.539

(0.357)

.989

(0.063)

Left 2.14 0.37 2.71 0.48 19.04 2.14 0.69 2.72 0.49 21.42 .002

(2.298)

.999

(0.033)

.999

(0.033)

In-line Lunge

Right 2.85 0.37 3.00 0 4.76 2.57 0.53 3.00 0 14.28 .040

(1.328)

.271

(0.659)

.271

(0.659)

Left 2.85 0.37 3.00 0 7.14 2.42 0.53 3.00 0 28.56 .014

(1.438)

.109

(1.000)

.109

(1.000)

FMSflex 5.75 1.13 5.75 1.13 0 5.85 0.37 5.71 0.48 -2.38 .337

(0.569)

.645

(0.263)

.337

(0.569)

Shoulder Mobility

Right 2.71 0.75 2.71 0.75 0 2.85 0.37 2.71 0.48 -4.76 .337

(0.536)

.828

(0.126)

.337

(0.536)

Left 2.71 0.75 2.85 0.37 14.28 2.71 0.48 2.57 0.53 -4.76 .889

(0.109)

.619

(0.285)

.183

(0.826)

Straight Leg Raise

Right 2.85 0.37 2.85 0.37 0 3.00 0 3.00 0 0 --- --- ---

Left 2.85 0.37 2.85 0.37 0 3.00 0 3.00 0 0 --- --- ---

FMSstab 3.42 0.78 4.00 1.00 14.76 3.71 0.48 4.14 0.37 12.13 .035

(1.368)

.508

(0.386)

.740

(0.190)

Rotary Stability

Right 1.85 0.37 2.14 0.37 21.42 2.00 0 2.14 0.37 7.14 .091

(1.059)

.594

(0.306)

.552

(0.345)

Left 1.85 0.37 2.00 0 14.28 1.85 0.37 2.14 0.37 21.42 .091

(1.059)

.594

(0.306)

.552

(0.345)

Push-up 1.57 0.53 1.85 0.69 21.42 1.71 0.48 2.00 0.57 21.42 .049

(1.259)

.619

(0.285)

.991

(0.063)

D = effect size i.e., Cohen’s d).

Los resultados de las diferencias entre los grupos se muestran en la Figura 16 y

la Figura 17. No hubo diferencias entre ambos grupos, a excepción de la variable

%Dec.

Carlos Lago Fuentes Página 159

Tiempo medio (AT), tiempo más rápido (FT), tiempo total (TT), y porcentaje de descenso (%Dec).

Figura 16. Comparación de la efectividad entre CTS y CTU para CMJ, sprint de 10m y

RSA.

Figura 17. Comparación de la efectividad entre CTS y CTU en las variables de FMS.

7.5. Discusión

Éste es el primer estudio que analizó los efectos del entrenamiento CTS

comparado con CTU en combinación con el entrenamiento regular durante el período

competitivo y sus efectos sobre la condición física y la puntuación de FMS en jugadoras

Página 160 Carlos Lago Fuentes

profesionales de fútbol sala. Los principales hallazgos de nuestra investigación fueron

que: a) el rendimiento en el sprint de 10 metros mejoró significativamente para ambos

grupos tras un período de intervención de 6 semanas; b) la puntuación total de FMS,

FMSmove (DS, HS, y IL), y FMSstab mejoraron también de forma significativa en ambos

grupos; c) se produjo un mejor rendimiento en el %Dec para el grupo de CTU con

respecto al grupo CTS.

La velocidad de ejecución de un sprint es un componente fundamental en el

fútbol sala (Castagna et al., 2009). Nuestros hallazgos mostraron mejoras significativas

en el tiempo de sprint de 10 metros en jugadoras profesionales de fútbol sala tras 6

semanas de intervención, tanto con superficies estables como inestables. Este efecto

positivo del entrenamiento de core en el rendimiento del sprint puede ser explicado,

probablemente, por el rol específico del tronco como transmisor entre las extremidades

superiores e inferiores que facilitan una mejor transferencia y momento angular durante

la ejecución de movimientos complejos, como el sprint (Behm et al., 2010; Granacher et

al., 2014). Estos resultados son consistentes con los de Prieske et al., (2016) quien

encontró mejoras significativas en el sprint de 10-20m tras 8 semanas de intervención,

también en dos grupos de trabajo de CTS y CTU durante el período competitivo.

De forma adicional, estos resultados están parcialmente en línea con la literatura

que investiga los efectos del entrenamiento de core usando superficies estables en

acciones específicas con futbolistas juveniles (Hoshikawa et al., 2013), que reportaron

mejoras significativas en el rendimiento del sprint de 15m (ES= 1.12) después de 6

meses (4 sesiones/semana) de trabajo combinado de CTS y entrenamiento de fútbol. En

contraste con nuestros hallazgos, Granacher et al., (2014) encontraron mejoras en los

niveles de fuerza muscular del tronco, test de salto y equilibrio, pero no en el

rendimiento del sprint tras 6 semanas de CTS y CTU en sujetos sanos. Teniendo en

cuenta estos hallazgos inconsistentes entre nuestro estudio y las investigaciones

mencionadas, se puede especular que el nivel de entrenamiento de nuestros participantes

(jugadoras profesionales vs jóvenes sanos) o las diferencias en la frecuencia de

entrenamiento (3 sesiones/semana vs 2 sesiones/semana) pueden haber contribuido a los

hallazgos de las diferentes mejoras según la aplicación de CTS y CTU en el tiempo de

sprint de 10m del presente estudio (Granacher et al., 2014).

Carlos Lago Fuentes Página 161

Durante los períodos más intensos de un partido de fútbol sala, las constantes

secuencias de sprint cortos con pequeños períodos de recuperación sugieren que el RSA

debe ser considerado como una capacidad específica del deporte (Castagna et al., 2009).

Por tanto, las intervenciones de entrenamiento con el objetivo de mejorar el RSA deben

ser una prioridad para entrenadores de fútbol sala. Diferentes aproximaciones de

entrenamiento han mostrado efectos positivos en el RSA de jugadores de deportes

colectivos (Rey, Padrón-Cabo, & Fernández-Penedo, 2017; Viaño-Santasmarinas, Rey,

Carballeira, & Padrón-Cabo, 2017).

Sin embargo, la influencia del entrenamiento de core sobre el RSA no se han

estudiado todavía. En el presente estudio se observó una importante mejora en el %Dec

en el grupo CTU comparado con el CTS. No obstante, no hubo diferencias en los

grupos tras el período de intervención en AT, FT y TT. Estos resultados sugieren que el

CTU puede contribuir a mejorar la capacidad de recuperarse entre sprints, pero no la

capacidad de incrementar el rendimiento global del sprint. Es difícil poner este hallazgo

en comparación con lo escrito en la literatura, ya que no hay ningún estudio que haya

analizado los efectos del entrenamiento de core en RSA. Sin embargo, los resultados de

este estudio están parcialmente de acuerdo con los obtenidos en un reciente metaanálisis

sobre el entrenamiento de fuerza con superficies inestables, ya que tenía efectos

adicionales sobre el rendimiento físico comparado con los niveles de fuerza en

superficies estables (Behm et al., 2015).

Además, la racionalidad para incorporar superficies inestables en ejercicios de

fuerza es que provocan mayores niveles de actividad muscular (Behm et al., 2015;

Vera-Garcia et al., 2000). Por tanto, la integración de superficies inestables en el

entrenamiento de core puede generar mayores adaptaciones neuromusculares y ayudar a

transmitir la energía de forma más eficiente entre las extremidades superiores e

inferiores comparadas con el entrenamiento bajo superficies estables. Dada la

importancia del RSA en fútbol sala y el hecho de que el %Dec fue mejorar en CTU, los

entrenadores deben considerar la posibilidad de aplicar entrenamiento de core en

superficies inestables para optimizar esta cualidad además del entrenamiento regular.

Sin embargo, nuestros datos sugieren que se requieren estrategias de entrenamiento más

específicas que las empleadas en este estudio para mejorar la capacidad de repetir

sprints (RSA).

Página 162 Carlos Lago Fuentes

La evaluación del movimiento es un tipo de valoración frecuentemente usada

con deportistas profesionales con el objetivo de evaluar la calidad del movimiento e

identificar los factores de riesgo lesiones (Bonazza et al., 2017). El FMS es una batería

de evaluación ampliamente utilizada con el objetivo de identificar déficits en

movimientos que pueden predisponer a una futura lesión. Además, el entrenamiento de

core se usa de forma habitual como una estrategia profiláctica en un intento de mejorar

el control neuromuscular y los patrones de movimiento poco efectivos (Huxel Bliven &

Anderson, 2013). Sin embargo, no hay evidencia hasta la fecha de la capacidad de

cambiar las puntuaciones en el FMS basadas en programas de entrenamiento del core

durante el período competitivo, usando superficies estables e inestables. Los resultados

de este estudio apoyan que tanto el CTS y CTU pueden mejorar de forma significativa

las puntuaciones en el FMS, así como la puntuación en FMSmove y FMSstab.

Es difícil comparar nuestros resultados con otras investigaciones pues no somos

conocedores de ningún otro estudio publicado hasta la fecha que evalúe los cambios del

FMS después de programas de entrenamiento del core. Sin embargo, nuestros resultados

son similares a los reportados por Bodden et al., (2015) y Kiesel et al., (2011) que

revelaron que los programas de entrenamiento basados en ejercicios correctivos para el

FMS pueden mejorar la puntuación sobre el mismo en luchadores de artes marciales

mixtas semiprofesionales y jugadores de fútbol americano, respectivamente.

Los ejercicios que mejoran tanto la fuerza como la estabilidad de los músculos

del core pueden afectar a la capacidad del jugador de activar los músculos de una forma

más coordinada o generar más fuerza (Willardson, 2007). Los cambios en la

coordinación, incrementos en la generación de la fuerza o en ambos pueden mejorar la

propiocepción y el control motor en los movimientos deportivos. Esto puede explicar

las mejoras en la puntuación del FMS, especialmente en FMSmove y FMSstab, después del

período de entrenamiento. Basados en los presentes resultados, la implementación de

programas de entrenamiento con el objetivo de mejorar la puntuación sobre el FMS a

través del fortalecimiento del core pueden ser útiles en deportistas. Los resultados de

este estudio sugieren que el CTU y CTS pueden contribuir a incrementar la calidad del

movimiento en jugadoras de fútbol sala femenino de élite.

Carlos Lago Fuentes Página 163

Mientras el estudio tuvo algunos aspectos únicos (nivel profesional de las

jugadoras), es importante señalar algunas limitaciones. La ausencia de un grupo control,

teniendo en cuenta que los entrenadores son reacios a crear grupos control en busca de

mejorar la funcionalidad lo más rápido posible, es el mayor punto a tener en cuenta.

Aunque el número de participantes en esta investigación fue similar a otros estudios que

han evaluado métodos de entrenamiento de fuerza en deportes colectivos, nuestra

muestra fue relativamente pequeña. Finalmente, incluso siendo la duración similar a

otros estudios, el programa de entrenamiento de 6 semanas puede ser ligeramente corto

para inducir y provocar cambios significativos en jugadoras de fútbol sala femenino de

élite. Futuros estudios deben usar muestras más grandes y protocolo de intervención

más largos para poder obtener resultados más concluyentes.

Página 164 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 165

Capítulo 8

Discusión global

Página 166 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 167

El fútbol sala es un deporte que se encuentra en una etapa en constante

crecimiento, tanto a nivel deportivo, con la aparición de nuevas competiciones

internacionales o el asentamiento de campeonatos ya existentes, como científico, con un

aumento de las investigaciones publicadas en los últimos 5 años (Beato et al., 2016;

Naser et al., 2017). No obstante, todavía quedan muchas incógnitas por resolver a nivel

científico. Así, en esta tesis doctoral se han planteado cuatro investigaciones que

pretenden aportar conocimiento científico y resolver algunas cuestiones planteadas para

poder aplicarlas a la realidad del rendimiento deportivo de este deporte. En este capítulo

se discuten los principales hallazgos de las cuatro investigaciones expuestas en los

capítulos anteriores.

Las acciones explosivas y constantes cambios de dirección que caracterizan este

deporte, junto con el espacio reducido de interacción entre compañeros y rivales,

favorece el aumento del número de contactos durante la competición. Estas

características intrínsecas del fútbol sala provocan que la incidencia lesional del mismo

sea elevada. En el estudio prospectivo longitudinal se observó una incidencia lesional de

4.24/1000h, siendo 2.21 lesiones/1000h en entrenamientos y 51.53/1000h en

competición así como sufriendo 6 de cada 10 jugadoras, al menos, una lesión a lo largo

de la temporada. En comparación con otros deportes de prestación similares, la

incidencia parece haber sido algo menor que en baloncesto NCAA con 6.54

lesiones/1000h (Zuckerman et al., 2018) y jugadoras de fútbol de Primera División

Española con 6.3 lesiones/1000h (Larruskain, Lekue, Diaz, Odriozola, & Gil, 2018),

muy similar a jugadoras de balonmano en la liga brasileña, donde se registraron 4.1

lesiones/1000h en entrenamiento y 17.9 lesiones/1000h en competición (Giroto,

Hespanhol Junior, Gomes, & Lopes, 2017), y mayor que en jugadoras de hockey hierba

con 2.4-3.3lesiones/1000 horas en entrenamiento, pero sólo entre 5.8 y 17.1 lesiones/h

de competición (Hollander et al., 2018). Por tanto, parece que la incidencia lesional en

deportes colectivos femeninos es muy similar, situándose el ratio de lesiones en los

entrenamientos en fútbol sala como de los de menor incidencia, y la competición como

una de las mayores.

Dentro de este perfil lesional, un dato muy relevante es la alta incidencia de

lesiones en el cuádriceps por encima que en los isquiosurales, mayor en la modalidad

masculina (Martinez-Riaza et al., 2017). En fútbol femenino, la incidencia registrada

Página 168 Carlos Lago Fuentes

también fue mayor en cuádriceps que en isquiosurales (Larruskain et al., 2018), aunque

la diferencia no fue no tan acentuada como en nuestra investigación. En los estudios

mencionados de otros deportes en el anterior párrafo no se registraron de forma

diferenciada ambos grupos musculares, por lo que no se puede valorar si esta diferencia

también se puede asociar a otros deportes colectivos o sólo a los que basan sus acciones

motrices con el dominio del balón con el tren inferior.

Por otro lado, el esguince de tobillo fue la lesión más frecuente en la modalidad,

al igual que se reportó también en baloncesto y balonmano femenino (Giroto et al.,

2017; Zuckerman et al., 2018), siendo una de las más habituales también en fútbol y

hockey sobre hierba femenino (Hollander et al., 2018; Larruskain et al., 2018). Esto

coincide con los datos de una revisión sistemática sobre las lesiones de tobillo en más

de 40 deportes, donde se concluyó que la incidencia de estas lesiones era alta,

especialmente en deportes colectivos, tanto de juego en exterior como fútbol o rugby,

como en interior como voleibol, baloncesto o balonmano (Fong, Hong, Chan, Yung, &

Chan, 2007), así como otra revisión más reciente reportó que las jugadoras tenían mayor

incidencia que los jugadores (Doherty et al., 2014). Curiosamente, uno de los

principales focos en la investigación científica sobre lesiones en deportes colectivos es

la musculatura isquiosural, que no tuvo prácticamente incidencia en nuestro estudio

prospectivo de cohortes. Esto muestra una vez más la necesidad de individualizar las

medidas preventivas en función de la modalidad deportiva, sexo y nivel competitivo.

A pesar de lo comentado sobre el alto número de contactos y enfrentamientos

entre jugadoras durante un partido en futbol sala, la mayoría de las lesiones sucedieron

en acciones sin contacto (75,4%), aunque en competición fueron más recurrentes que en

entrenamiento. Siguiendo el análisis comparativo con otras modalidades femeninas

colectivas, los datos en fútbol fueron muy similares (Larruskain et al., 2018) con 4 de

cada 5 lesiones provocadas en acciones sin contacto. De forma interesante, tanto en

baloncesto, balonmano como hockey sobre hierba destacaron más las lesiones por

contacto (Giroto et al., 2017; Hollander et al., 2018; Zuckerman et al., 2018). De forma

específica, en el estudio de hockey sobre hierba destacan las lesiones por contacto con

el stick, implemento propio de la modalidad deportiva. Estas diferencias pueden ser

debidas a la mayor retención del móvil en baloncesto y balonmano, lo que aumenta las

Carlos Lago Fuentes Página 169

posibilidades de contacto y, a su vez, acciones más agresivas que en deportes de menor

retención del móvil y mayor desplazamiento sin balón.

En cuanto al ciclo menstrual, como se indicó en la primera investigación, una de

cada dos lesiones ocurrió durante la fase folicular, por encima de las fases ovulatoria y

lútea, además de que el 70% de las lesiones moderadas o graves sucedieron antes de la

fase ovulatoria. Esta mayor incidencia está apoyada por la evidencia científica, dado que

otros estudios ya reportaron que las lesiones de mayor gravedad, especialmente de

incidencia ligamentosa, se produjeron en la primera fase del ciclo menstrual

(Balachandar et al., 2017; Chidi-Ogbolu & Baar, 2019; Herzberg et al., 2017; Hewett et

al., 2007; Tourville et al., 2016). Como se comentó anteriormente, esto puede deberse a

que la fase folicular presenta bajas concentraciones de progesterona y alta concentración

de estrógenos, implicadas en una mayor laxitud articular, elemento vinculado a una

mayor incidencia de lesiones articulares en dicho período (Chidi-Ogbolu & Baar, 2019;

Hewett et al., 2007; Slauterbeck et al., 2002; Tourville et al., 2016). Esto, unido a las

acciones propias del fútbol sala ya comentadas, favorece que la incidencia lesional sea

elevada. Por todo esto, urge la necesidad de plantear estrategias preventivas enfocadas

en contrarrestar los efectos negativos de la fase folicular en la laxitud articular y el

rendimiento neuromuscular (Chidi-Ogbolu & Baar, 2019).

En cuanto al análisis temporal, casi una de cada dos lesiones sucedió en el

primer cuarto de la temporada, esto es, las primeras 10 semanas (46,4%), por lo que se

requieren mejores estrategias para controlar la carga y reducir esta incidencia durante

las primeras semanas del período preparatorio y competitivo. Estos datos van en línea

con los resultados del cuestionario con los cuerpos técnicos encuestados en la segunda

investigación, donde casi el 80% de los mismos reportaron al menos una lesión durante

el período preparatorio en sus respectivos equipos. Una vez definidas las fases 1 y 2 del

algoritmo para la prevención de lesiones de van Mechelen et al., (1992), el siguiente

paso en futuras investigaciones debe ser diseñar medidas preventivas de acuerdo a los

datos destacados en esta investigación para reducir la incidencia y gravedad de las

lesiones en jugadoras profesionales de fútbol sala y posteriormente evaluar su

efectividad. Por último, estos datos pueden ser muy útiles para los cuerpos técnicos ya

que pueden tener en cuenta las principales lesiones y diseñar estrategias

Página 170 Carlos Lago Fuentes

individualizadas para reducir el riesgo de lesión y, principalmente, aumentar la

disponibilidad de las jugadoras de fútbol sala a lo largo de toda la temporada.

Ante esta alta incidencia, surge la necesidad de evaluar la efectividad de las

estrategias preventivas que emplean los equipos de alto nivel de fútbol sala. Los

resultados iniciales de nuestra segunda investigación aportan una visión amplia de las

percepciones y las estrategias empleadas.

En primer lugar, los cuerpos técnicos destacaron algunos factores de riesgo que

están asociados a las principales lesiones registradas en la primera investigación

(cuádriceps y esguinces de tobillo): recidiva, déficit de fuerza, falta de hidratación y

desequilibrios o asimetrías musculares. Sin embargo, destaca la ausencia de la fatiga

como uno de los principales factores de riesgo (8º puesto), asociada especialmente a las

lesiones musculares (McCall, Carling, et al., 2015). Esto puede ser debido al número

ilimitado de sustituciones en competición, que favorece la recuperación durante el

partido, pero que no hace que la incidencia lesional sea menor, incluso supera las 50

lesiones/1000 horas de competición. Esto hace reflexionar sobre la gestión de la fatiga

de las jugadoras a lo largo de los partidos, así como la necesidad de plantear estrategias

que vayan en la línea de reducir esta alta incidencia en competición, así como mejorar la

tolerancia la fatiga, por ejemplo, en la capacidad para repetir sprints.

En segundo lugar, los cuerpos técnicos emplearon diferentes test para evaluar a

sus deportistas, destacando especialmente el análisis de diferentes patrones de

movimiento (FMS, Y-Test, SEBT, entre otros) y de la flexibilidad, junto con el uso de

cuestionarios. Estas tres herramientas de bajo coste van en línea con las denuncias de

los cuerpos técnicos sobre la escasez de recursos materiales y temporales. Por tanto,

parece que un deporte con bajos recursos económicos en comparación con otras

modalidades (fútbol, baloncesto, hockey sobre hierba o balonmano), se adapta para

evaluar a los deportistas con herramientas de bajo coste.

Una vez conocidos los factores de riesgo, el siguiente paso es analizar las

estrategias preventivas empleadas, su frecuencia de uso y las percepciones existentes al

respecto. Las herramientas más empleadas fueron: trabajo propioceptivo, funcional,

ejercicios excéntricos y trabajo de core. Recientes investigaciones apuntan al desarrollo

Carlos Lago Fuentes Página 171

de modelos preventivos multimodales como los más efectivos (Faude et al., 2017), con

especial foco en el trabajo neuromuscular. En este sentido, parece que el trabajo

pliométrico, con evidencia científica contrastada y también recomendado en los

programas multimodales en jóvenes deportistas (Sugimoto, Myer, Foss, & Hewett,

2015), no se emplea tanto por los cuerpos técnicos (7º lugar). Aun así, es necesario

profundizar en la combinación de dichas estrategias preventivas, junto con un aumento

en la frecuencia del trabajo preventivo.

Con respecto a la percepción sobre estrategias preventivas, algunos cuerpos

técnicos reportaron que consideraban efectivas estrategias como el yoga o los ejercicios

hipopresivos. Estas estrategias carecen de evidencia científica contrastada sobre su

efecto en la prevención de lesiones (Martín-Rodríguez & Bø, 2017). En otros deportes

como el baloncesto, también se emplearon medidas sin evidencia científica (Wilke et

al., 2018), lo cual aumenta la urgencia de eliminar la distancia entre la práctica

deportiva y la evidencia científica. Efectivamente, hay que hacer distinción entre ciencia

y práctica, puesto que los estudios científicos buscan entornos controlados, que no

siempre se dan en la práctica real, y menos en entornos profesionales donde las

necesidades competitivas hacen modificar constantemente lo planificado (Delfino

Barboza, Rössler, & Verhagen, 2018). Esto reafirma la necesidad de un especialista en

ciencias del deporte, que se encargue de transmitir la evidencia científica al cuerpo

técnico, optimizando los escasos recursos materiales y temporales denunciados en el

cuestionario.

Basado en esto, se hace necesario plantear estrategias para optimizar el

rendimiento y reducir el riesgo de lesiones con una balanza positiva entre el beneficio y

el coste, adaptándose a la realidad de los clubes de fútbol sala que denunciaron escasez

de recursos materiales y temporales. A este respecto, el control de la carga a través del

método sRPE se ha mostrado como válido, fiable, replicable y de muy bajo coste

(Haddad et al., 2017). Por todo esto, se llevó a cabo la tercera investigación, cuyo

objetivo fue monitorizar el control de la carga de entrenamiento durante una temporada

a través de esta herramienta.

De forma resumida, el control de la carga a través de sRPE se observó como

herramienta útil y registró una óptima distribución de las cargas a lo largo de la

Página 172 Carlos Lago Fuentes

temporada. La carga de entrenamiento mostró una periodización semanal distinta en

función de la fase de la temporada. Durante el período preparatorio, el microciclo tipo

tuvo un comportamiento más lineal y la carga diaria presentó mayores niveles. Por otro

lado, durante el período competitivo, el microciclo reportó una reducción progresiva de

la carga a lo largo de la semana para alcanzar la mayor carga el día de competición

(sábado), junto con un comportamiento ondulatorio de la carga durante todo el período

competitivo.

A pesar de presentarse como una buena herramienta para el control de la carga a

lo largo de la temporada, la sRPE debe acompañarse en futuros estudios con otras

herramientas, también de bajo coste, como el perfil de estados de ánimo (POMS) o

escala de bienestar (Wellness scale), para tener un feedback del nivel de recuperación

previo al inicio de las sesiones de entrenamiento y competiciones (Clemente et al.,

2018; Govus, Coutts, Duffield, Murray, & Fullagar, 2018; Shearer et al., 2015; Watson,

Brickson, Brooks, & Dunn, 2017). Además, estas herramientas tienen especial interés

durante el período preparatorio, dada la elevada carga reportada en esta investigación y

las numerosas lesiones registradas en los dos primeros estudios.

No obstante, existe variabilidad a lo largo de la temporada y ésta se ve reflejada

en las cargas, por lo que el control de las cargas en cada microciclo en el contexto de

todo el período competitivo es fundamental para mantener el estado de forma óptimo de

las jugadoras en cada competición. Algunos estudios controlados han evidenciado una

mejora del rendimiento, especialmente cuando son de corta duración (Freitas et al.,

2012; Milanez et al., 2011; Nogueira et al., 2018). Sin embargo, cuando se realiza un

seguimiento longitudinal en un equipo profesional, se encuentran modificaciones de la

carga propias de las necesidades competitivas, lejos del diseño planificado previo a la

competición (Da Rocha et al., 2015; Miloski et al., 2012; Oliveira et al., 2013; Rabelo et

al., 2016). Así, en nuestro estudio se encontraron diferencias entre la pretemporada y el

período competitivo, pero pocas diferencias entre los distintos mesociclos. Incluso,

observamos comportamientos de la carga “no lógicos” dadas las necesidades del equipo

durante el período competitivo (ganar, rachas positivas y negativas, etc.). Sin embargo,

a pesar de esta distancia, el control de la carga a través de sRPE ha mostrado ser una

herramienta útil para reducir cambios drásticos en la carga durante el período

Carlos Lago Fuentes Página 173

competitivo, por lo que la microestructuración sí que siguió un patrón lógico de

microciclo competitivo.

Por último, las intervenciones en el día a día deben seguir el mismo modelo:

generar beneficios en el rendimiento físico-deportivo con bajo tiempo de intervención y

coste de material, en consonancia con las denuncias reportadas en la segunda

investigación. En la línea de buscar estrategias para optimizar el rendimiento, controlar

la carga y reducir el riesgo de lesiones de forma eficiente (Delfino Barboza et al., 2018),

el core se encuentra como una de las estrategias más empleadas en la planificación de

entrenamiento deportivo para la reducción de riesgo lesional (McCall et al., 2014). Es la

musculatura estabilizadora y encargada de transmitir fuerzas desde el tren superior a

inferior y viceversa, y su entrenamiento parece ser clave en la optimización de

rendimiento y prevención de lesiones (Akuthota & Nadler, 2004; Huxel Bliven &

Anderson, 2013; Peate, Bates, Lunda, Francis, & Bellamy, 2007; Prieske, Muehlbauer,

Borde, et al., 2016; Prieske, Muehlbauer, & Granacher, 2016). De hecho, los cuerpos

técnicos destacaron esta herramienta como una de las más efectivas (segundo puesto) y

dentro de las cuatro herramientas más empleadas. Este método se suele incluir en los

calentamientos de los equipos o bien en los circuitos preventivos específicos.

A este respecto, en la última investigación se observó que más complejo no es

mejor. Esto es, una buena progresión de trabajo de core manejando otras variables en

una superficie estable aporta más beneficios que el uso de superficies inestables. Su uso

puede tener alguna aplicabilidad mayor por su mayor fatiga generada para las acciones

repetidas de sprint (%Dec), que quizá pueda tener utilidad en la gestión de la fatiga y las

lesiones producidas en la última parte de las sesiones, reportadas en la primera

investigación. Por otro lado, se encontró que el protocolo aplicado obtuvo mejoras en la

puntuación de la batería FMS, la cual ha sido señalada como posible herramienta

predictiva de lesiones (Bonazza et al., 2017), aunque todavía hay controversia al

respecto. No obstante, este no es el único objetivo de la batería, sino que busca también

conocer las asimetrías o disfunciones de los deportistas, igualmente en línea con los

principales factores de riesgo señalados por los cuerpos técnicos en la segunda

investigación. Esto es, el FMS debe emplearse como una herramienta para evaluar la

calidad del movimiento y tratar de corregir las asimetrías o elementos débiles

Página 174 Carlos Lago Fuentes

observados tras el screening, pues éstos pueden ser claves en las acciones de alta

intensidad que pueden favorecer la aparición de una lesión.

En este sentido, también se encontraron mejoras en cada puntuación tras la

aplicación de un programa de 6 semanas. Esto coincide con otros estudios que han

planteado protocolos de entrenamiento para obtener mejoras en la puntuación de FMS

(Bagherian, Ghasempoor, Rahnama, & Wikstrom, 2018; Dinc, Bulat, Bayraktar, Erten,

& Kilinc, 2017; Frost, Beach, Callaghan, & McGill, 2012; Song et al., 2014; St Laurent,

Masteller, St Laurent, Alhassan, & Sirard, 2016). Además, la aplicación de este

protocolo provocó también mejoras en otras variables fundamentales en fútbol sala,

como son CMJ, sprint en 10 metros y en RSA, sin diferencias entre ambos protocolos a

excepción de %Dec como se mencionó previamente. Esto hace pensar que dominar las

variables para intervenir sobre el core a lo largo de la temporada puede favorecer una

mayor estabilidad, fuerza y transmisión de fuerzas entre miembros superiores e

inferiores, mejorando la eficiencia de las jugadoras. Además, estos ejercicios deben

semejarse a las demandas específicas de cada deporte, suponiendo una potencial

estrategia preventiva basada en las mejoras observadas en la puntuación de la batería

FMS. Cabe destacar la relevancia de este estudio de intervención por ser el primero,

hasta la fecha, en jugadoras profesionales de fútbol sala.

En resumen, la presente tesis doctoral muestra cómo pequeñas herramientas de

bajo coste (sRPE y Core) pueden ser de gran utilidad para optimizar el rendimiento y

favorecer la reducción de riesgos lesionales, especialmente en un deporte que, a pesar

de su alto nivel competitivo, tiene menos recursos económicos, materiales y temporales

como es el fútbol sala, como fue señalado en la segunda investigación.

No obstante, aun quedan muchas incógnitas por resolver que, unido a las

limitaciones propias de las investigaciones realizadas, hacen que se deban tomar con

cautela los resultados de la presente tesis doctoral. Asimismo, este documento abre

nuevas líneas de investigación para optimizar el rendimiento físico-deportivo y reducir

el riesgo lesional en jugadoras de élite de fútbol sala.

Carlos Lago Fuentes Página 175

Capítulo 9

Limitaciones

Página 176 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 177

La presente tesis doctoral está formada por un total de cuatro investigaciones.

Este hecho, a pesar de intentar facilitar una comprensión del objeto de estudio con

mayor amplitud, no deja de ser una limitación en sí misma, pues son investigaciones,

aunque relacionadas, ejecutadas de forma separada. Además de esto, se exponen a

continuación una serie de limitaciones que han de ser tenidas en cuenta para la

consideración de los principales hallazgos la presente tesis doctoral:

El estudio epidemiológico contó con un total de 7 equipos de 17 que fueron

contactados. Si bien es una muestra de élite, sólo uno de los equipos pertenecía

a la Segunda División, por lo que se hace necesario plantear un estudio

epidemiológico de mayor tamaño muestral para poder definir el perfil lesional

en función de la categoría.

En dicho estudio epidemiológico, no se recogieron algunas variables

importantes para comprender en mayor profundidad las lesiones sucedidas,

como son: el uso o no de anticonceptivos orales, la recidiva en caso de suceder,

y la carga de entrenamiento individualizada asociada al momento de la lesión.

Además, el minutaje registrado se calculó a través de las medias de los equipos

facilitadas por los cuerpos técnicos, no se pudo registrar el tiempo individual de

cada jugadora, especialmente durante el entrenamiento.

En el cuestionario se recogieron un total de 32 respuestas. Si bien es una muestra

importante (casi el 30% de la totalidad), no es una cifra suficiente para plantear

un análisis estadístico adecuado en función de categoría y género, teniendo en

cuenta las diferencias relativas al género y categoría competitiva. No obstante,

es un paso inicial para conocer las percepciones y estrategias sobre la prevención

de lesiones de los equipos de élite en fútbol sala.

Por otro lado, se obtuvieron datos de las estrategias preventivas empleadas, pero

no de cómo fueron combinadas a lo largo de la temporada. Se necesita conocer

la composición de los programas preventivos multimodales por equipos, en caso

de que existan.

El estudio longitudinal de control de la carga es pionero en el fútbol sala

femenino. Aun así, sólo participó un equipo de élite por lo que se deben valorar

los resultados con cautela. Esto es, las metodologías de entrenamiento pueden

ser muy dispares entre los diferentes equipos, por lo que es probable que estos

resultados no sucedan en equipos de la misma categoría.

Página 178 Carlos Lago Fuentes

En dicho estudio se emplearon dos variables para controlar la carga, el volumen

y tipo de contenido de entrenamiento y la carga a través de sRPE. Esto dificulta

también conocer el comportamiento de las adaptaciones de las deportistas

durante la temporada, pues se hace necesario registrar otras variables relevantes

como: frecuencia cardíaca, distancias y tipo de desplazamientos.

Además, no se registraron tampoco datos sobre los niveles de recuperación

preentrenamiento, como escalas de bienestar o niveles de daño muscular, así

como no se incluyó información sobre la evolución de parámetros condicionales

claves en el fútbol sala a lo largo de la temporada, como niveles de fuerza

explosiva, aceleración, cambios de dirección, capacidad para repetir sprints o

VO2máx.

Por último, el estudio de intervención arrojó interesantes datos sobre la utilidad

de las superficies estables e inestables en el entrenamiento de la zona central. Sin

embargo, la muestra fue relativamente pequeña (n= 14). Al igual que la tercera

investigación, esta muestra pequeña puede ser un sesgo, por las dificultades de

transferir estos resultados al resto de deportistas de la misma categoría.

Carlos Lago Fuentes Página 179

Capítulo 10

Conclusiones

Página 180 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 181

Tras la exposición de las cuatro investigaciones entre capítulos 4 y 7, así como

las limitaciones en las páginas previas, en este capítulo se exponen las principales

conclusiones asociadas a cada una de las investigaciones llevadas a cabo que culminan

esta tesis doctoral.

En relación a la primera investigación titulada “Epidemiología lesional en fútbol

sala femenino profesional: un estudio de cohortes prospectivo”, las conclusiones del

estudio fueron:

Las lesiones en fútbol sala femenino tuvieron una alta incidencia,

afectando al 60.6% de las jugadoras a lo largo de la temporada. Las lesiones más

frecuentes fueron las afecciones musculares de cuádriceps y el esguince de

tobillo, de gravedad moderada y por acciones sin contacto. En cuanto a la fase

del ciclo menstrual, la fase folicular presentó el mayor índice de lesiones

acumuladas por encima de las fases ovulatoria y lútea. Por último, gran parte de

las lesiones ocurrieron en la fase final de las sesiones y en el primer cuarto de

temporada.

En relación a la segunda investigación titulada “Estrategias para la prevención

de lesiones en las ligas de fútbol sala nacionales de España: percepciones de los

cuerpos técnicos de equipos profesionales”, las conclusiones fueron:

Los cuerpos técnicos participaron de forma activa en las diferentes fases

del trabajo preventivo, aunque reclamaron la escasez de recursos materiales y

temporales. Los factores de riesgo lesionales más importantes en jugadores y

jugadoras de fútbol sala que destacaron los cuerpos técnicos fueron la existencia

de lesión previa, déficit de fuerza, deshidratación y desequilibrios o asimetrías

musculares. En base a ello, los cuerpos técnicos aplicaron como test más

comunes para evaluar a los deportistas: evaluación de patrones de movimiento,

análisis de la flexibilidad y uso de cuestionarios. Finalmente, los equipos fueron

ciertamente coherentes con sus percepciones sobre el trabajo preventivo,

coincidiendo éstas con casi los mismos ejercicios empleados. Sin embargo,

todavía existe una gran distancia entre la evidencia científica y las prácticas

preventivas aplicadas en el contexto real dadas algunas prácticas declaradas.

Página 182 Carlos Lago Fuentes

Con respecto a la tercera investigación, titulada “Monitorización de la carga de

trabajo de un equipo de fútbol sala profesional a lo largo de una temporada: estudio de

caso”, las conclusiones del estudio fueron:

La sRPE mostró ser una herramienta útil para controlar las cargas a lo

largo de una temporada en un equipo de fútbol sala femenino. Las mayores

cargas se registraron durante el primer mesociclo, asociado al período

preparatorio. Después, se observó un patrón oscilatorio de las cargas a lo largo

del período competitivo, con cargas de entrenamiento similares, tanto a nivel de

microciclo como mesociclo. Además, la distribución de la carga semanal tuvo

una tendencia descendiente para que las jugadoras estuviesen plenamente

recuperadas el día del partido.

En último lugar, las conclusiones de la investigación titulada “Entrenamiento de

fuerza de la zona central usando superficies estables e inestables en jugadoras de fútbol

sala” fueron:

El entrenamiento del core con superficies estables e inestables sugieren

que seis semanas de entrenamiento combinados con la programación de

entrenamiento de fútbol sala durante el período competitivo parecen ser

efectivas para mejorar el rendimiento del sprint y la calidad del movimiento

basado en las puntuaciones del FMS. En segundo lugar, el uso de superficies

inestables puede favorecer el rendimiento en la repetición continuada de sprints.

Carlos Lago Fuentes Página 183

Capítulo 11

Perspectivas futuras de

estudio

Página 184 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 185

Tras la realización de la presente tesis doctoral y haber alcanzado las

conclusiones mostradas en el anterior capítulo junto con las limitaciones citadas

previamente, surge la necesidad de plantear futuras líneas de investigación que

continúen profundizando en la optimización del rendimiento físico-deportivo en

jugadoras profesionales de fútbol sala. En este sentido, en base al trabajo realizado a lo

largo de esta etapa, tanto como doctorando como preparador físico en este deporte, se

han detectado una serie de lagunas en la evidencia científica de fútbol sala femenino que

deben ser cubiertas para dar respuesta a nuevas cuestiones sin responder. Así, a

continuación presento las futuras líneas de investigación que seguirán el camino

iniciado con esta tesis doctoral:

Plantear un nuevo estudio epidemiológico que tenga en cuenta variables como:

recidiva, el uso de anticonceptivos orales y las posibles alteraciones en cada

ciclo menstrual, los contenidos de entrenamiento y el volumen individualizado

de trabajo por cada jugadora.

Diseñar un estudio de medidas repetidas que analice el control motor del tren

inferior y un test isocinético en cada una de las tres fases del ciclo menstrual,

para profundizar en las posibles causas de la elevada incidencia lesional en el

tobillo y cuádriceps.

Llevar a cabo una investigación de medidas repetidas que analice el rendimiento

en las capacidades condicionales clave (fuerza explosiva, sprint de 10 metros,

test de cambios de dirección y RSA) en fútbol sala en cada una de las tres fases

del ciclo menstrual de las jugadoras, para comprender la variabilidad que puede

existir a lo largo del ciclo.

Aplicar un cuestionario a las jugadoras de fútbol sala sobre los efectos del ciclo

menstrual en los parámetros psicológicos y su influencia en el rendimiento

durante los entrenamientos y competiciones.

Analizar la evolución de la sRPE a lo largo de una temporada y la variación de

la puntuación en función de la fase del ciclo menstrual con el fin de generar

perfiles de fatiga según la fase.

Desarrollar estudios longitudinales de control de la carga de entrenamiento que

incluyan las fases del ciclo menstrual de las jugadoras junto con indicadores

específicos de la carga interna (FC), así como de carga externa (distancias

Página 186 Carlos Lago Fuentes

recorridas en función de las intensidades, aceleraciones y deceleraciones, entre

otras).

Realizar un análisis sobre la asociación de la carga de entrenamiento y los

niveles de recuperación a través de escalas RPE y Wellness o POMS,

respectivamente para evaluar los niveles de recuperación en microciclos

competitivos tipo.

Plantear un protocolo de intervención enfocados en la reducción de lesiones

articulares, especialmente de tobillo, que incluya un enfoque completo con

trabajo de control neuromuscular, propioceptivo, fortalecimiento de la

musculatura intrínseca del pie y mejora del ROM en dorsiflexión del tobillo

(Kaminski et al., 2013).

Diseñar una propuesta de intervención enfocada en las lesiones musculares,

especialmente cuádriceps, que combine el aumento del ROM de flexores de

cadera y extensores de rodilla, trabajo excéntrico de cuádriceps y el

entrenamiento del core en el patrón motor de acción de golpeo (Mendiguchia,

Alentorn-Geli, Idoate, & Myer, 2013).

Desarrollar un protocolo preventivo específico para fútbol sala femenino de

carácter multimodal con enfoque en el entrenamiento neuromuscular. Dicho

protocolo debe incluir elementos como: trabajo excéntrico de cuádriceps, mejora

de la movilidad de tobillo y cadera, activación de glúteo medio, entrenamiento

del core en diferentes planos, aterrizajes monopodales y bipodales y trabajo

pliométrico con cambios de dirección (Rodríguez, Echegoyen, & Aoyama,

2018).

Diseñar protocolos de intervención con el foco de optimizar las capacidades

condicionales clave en fútbol sala femenino (fuerza explosiva, sprint de 10

metros, test de cambios de dirección y RSA) con una duración mínima de 6

semanas y un retest, entre 2 y 4 semanas después, para evaluar la capacidad de

retención de las adaptaciones obtenidas. Algunos de los posibles protocolos a

realizar pueden ser:

o Comparación del método integrado (SSG 3x3) y analítico (RSA 4-

8x30m) para la mejora de la capacidad para repetir sprints.

o Comparación del entrenamiento de aceleración entre un circuito lineal y

un circuito con cambios de dirección.

Carlos Lago Fuentes Página 187

o Comparación de dos métodos de trabajo de fuerza para la mejora del

perfil fuerza-velocidad.

o Comparación de dos protocolos de entrenamiento pliométrico para la

mejora de la fuerza explosiva y aceleración.

o Comparación de dos protocolos de entrenamiento con lastre sobre la

aceleración y la capacidad para repetir sprints.

Evaluación de los efectos fisiológicos de las diferentes situaciones simétricas en

competición a través de juegos reducidos: 1x1, 2x2, 3x3, 4x4 y 5x5,

especialmente en el nivel de lactacidemia, respuesta cardíaca y marcadores de

daño muscular, así como el registro de las acciones motrices ejecutadas en

función del número de jugadoras.

Página 188 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 189

Capítulo 12

Informe científico

Página 190 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 191

En este capítulo se expone el informe científico derivado de la presente tesis

doctoral, que se compone por una serie de artículos científicos aceptados o sometidos a

diferentes revistas internacionales, así como de numerosas comunicaciones y pósters

presentados en diversos congresos, tanto nacionales como internacionales:

Listado de artículos científicos derivados de las investigaciones que componen

esta tesis doctoral:

o Lago-Fuentes, C., Rey, E., Padrón-Cabo, A., Sal de Rellán-Guerra, A.,

Fragueiro-Rodríguez, A. & García-Núñez, J. (2018). Effects of core

strength training using stable and unstable surfaces on physical fitness

and functional performance in professional female futsal players. Journal

of Human Kinetics, 65, 213-224. (Anexo I).

Journal of Human Kinetics, ISSN: 1640-5544. JCR ® 2017

Factor de Impacto = 1.174; posición 61/81 (cuartil 4); Categoría

de Sports Sciences.

o Lago-Fuentes, C., Jiménez-Loaisa, A., Padrón-Cabo, A., Mecías-Calvo,

M., García-Pinillos, F. & Rey, E. Epidemiology of injuries in

professional female futsal players: a prospective cohort study. En

revisión.

o Lago-Fuentes, C. Does menstrual cycle influence on the prevalence of

injuries in female futsal players? En redacción.

o Lago-Fuentes, C., Jiménez-Loaisa, A., Padrón-Cabo, A., Mecías-Calvo,

M. & Rey, E. Strategies for injury prevention in Spanish national futsal

leagues: perceptions of technical staffs of professional teams. En

revisión.

o Lago-Fuentes, C., Jiménez-Loaisa, A., Padrón-Cabo, A., Fernández-

Villarino, M., Mecías-Calvo, M. & Rey, E. Monitoring workloads of a

professional female futsal team over a season: a case study. En revisión.

Otros artículos científicos relacionados con la línea de investigación:

o Lago-Fuentes, C., Bores-Cerezal, A., López-Nieto, M., Paz-Franco, A.,

Mecías-Calvo, M., Abelairas-Gómez, C., Barcala-Furelos, R. & Rey-

Eiras, E. (2016). Análisis fisiológico de las tareas de entrenamiento en

Página 192 Carlos Lago Fuentes

fútbol sala. Aceptado en la Revista Brasileira de Educação Física e do

Esporte (Anexo II).

o Lago-Fuentes, C., Rey, E., Padrón-Cabo, A., Prieto-Troncoso, J. &

García-Núñez, J. The relative age effect in professional futsal players. En

revisión.

o Lago-Fuentes, C., Pérez-Celada, S., Prieto-Troncoso, J. & Rey, E.

Anthropometric profile and conditional performance in semiprofessional

futsal players: differences between sexes. En revisión.

o Rey, E., Padrón-Cabo, A., Costa, P.B. & Lago-Fuentes, C. Effects of

different repeated sprint-training frequencies in youth soccer players. En

revisión.

Listado de comunicaciones defendidas en congresos nacionales e

internacionales:

o Lago-Fuentes, C. Jiménez-Loaisa, A., Velarde-Sotres, A. & Mecías-

Calvo, M. (2019). Epidemiología lesional en fútbol sala femenino:

¿Existen diferencias en función del período de la temporada? V

Congreso Internacional de readaptación y prevención de lesiones en la

actividad física y el deporte. III Congreso de Salud y ejercicio físico, 25-

27 Enero de 2019 (Valencia, España).

o Lago-Fuentes, C. Jiménez-Loaisa, A., Velarde-Sotres, A. & Mecías-

Calvo, M. (2019). Lesiones en fútbol sala femenino profesional: ¿Influye

el nivel competitivo en la incidencia lesional? V Congreso Internacional

de readaptación y prevención de lesiones en la actividad física y el

deporte. III Congreso de Salud y ejercicio físico, 25-27 Enero de 2019

(Valencia, España).

o Velarde-Sotres, A., Mecías-Calvo, M., Bores-Cerezal, A., Muñoz-Pérez,

A., Lago-Fuentes, C. & Calleja-González, J. (2019). Valoración de la

capacidad contráctil muscular en atletismo, en diferentes momentos de la

temporada. V Congreso Internacional de readaptación y prevención de

lesiones en la actividad física y el deporte. III Congreso de Salud y

ejercicio físico, 25-27 Enero de 2019 (Valencia, España).

o Velarde-Sotres, A., Mecías-Calvo, M., Lago-Fuentes, C., Muñoz-Pérez,

I. & Bores-Cerezal, A. (2018). Valoración de la capacidad contráctil

Carlos Lago Fuentes Página 193

muscular en jugadores profesionales de rugby. X Congreso Internacional

de la Asociación Española de Ciencias del Deporte, 21-23 Noviembre de

2018 (A Coruña, España).

o Lago-Fuentes, C. & Jiménez-Loaisa, A. (2018). Incidencia lesional en

fútbol sala femenino profesional: ¿influye el puesto específico? XIV

Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la Salud, 3-5 Mayo de

2018 (Pontevedra, España).

o Lago-Fuentes, C. & Jiménez-Loaisa, A. (2018). Carga interna y externa

en jugadoras profesionales de fútbol sala: análisis del período

preparatorio. XIV Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la

Salud, 3-5 Mayo de 2018 (Pontevedra, España).

o Lago-Fuentes, C. & Jiménez-Loaisa, A. (2018). Prevención de lesiones

en el fútbol sala español: Adaptación del Cuestionario de Meurer para el

análisis de las percepciones de los cuerpos técnicos. IV Congreso

Internacional de readaptación y prevención de lesiones en la actividad

física y el deporte. II Congreso de Salud y ejercicio físico, 26-28 Enero

de 2018 (Valencia, España).

o Lago-Fuentes, C. & Jiménez-Loaisa, A. (2018). Epidemiología lesional

en fútbol sala femenino profesional a lo largo del período preparatorio.

IV Congreso Internacional de readaptación y prevención de lesiones en

la actividad física y el deporte. II Congreso de Salud y ejercicio físico,

26-28 Enero de 2018 (Valencia, España).

o Lago-Fuentes, C. & Fragueiro-Rodríguez, A. (2017). FMS en

adolescentes: valores normativos y propuesta de intervención correctiva.

XII Congreso Internacional de Educación Física y Deporte Escolar, 12-

15 Octubre de 2017 (Villena, Alicante, España).

o Lago-Fuentes, C. & Penedo-Jamardo, E. (2017). Análisis de patrones de

movimiento en jugadoras profesionales de fútbol sala a través del FMS.

XII Congreso Internacional de Educación Física y Deporte Escolar, 12-

15 Octubre de 2017 (Villena, Alicante, España).

o Lago-Fuentes, C. & Fragueiro-Rodríguez, A. (2017). Entrenamiento de

core sobre superficie estable e inestable y su efecto en la batería FMS en

jugadoras profesionales de fútbol sala. XII Congreso Internacional de

Página 194 Carlos Lago Fuentes

Ciencias del Deporte y la Salud, 27-29 Abril de 2017 (Pontevedra,

España).

Listado de pósteres expuestos y defendidos en congresos internacionales:

o Prieto-Troncoso, J., Pérez-Celada, S. & Lago-Fuentes, C. (2017). Efecto

de la edad relativa en jugadores profesionales de fútbol sala por puesto

específico. XII Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la

Salud, 27-29 Abril de 2017 (Pontevedra, España).

o Lago-Fuentes, C., Padrón-Cabo, A. & Prietro-Troncoso, A. (2016).

Composición corporal y flexibilidad en jugadores semiprofesionales de

fútbol sala. XII Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la

Salud, 2-4 Junio de 2016 (Pontevedra, España).

Carlos Lago Fuentes Página 195

Capítulo 13

Referencias bibliográficas

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Página 226 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 227

Capítulo 14

Anexos

Página 228 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 229

A continuación se presenta el listado de documentos adjuntos. En primer lugar,

se presentan los certificados de los coautores y coautores no doctores.

En segundo lugar, se exponen los anexos que complementan la información

explicada a lo largo de la presente tesis doctoral:

1. Artículo publicado: Effects of Core Strength Training Using Stable and

Unstable Surfaces on Physical Fitness and Functional Performance in

Professional Female Futsal Players.

2. Carta de aceptación de artículo: Análisis fisiológico de las tareas de

entrenamiento en fútbol sala.

3. Carta inicial de contacto con los clubs, proyecto Lessfem.

4. Dossier técnico sobre registro de epidemiología lesional, proyecto Lessfem.

5. Consentimiento informado, proyecto Lessfem.

6. Consentimiento informado de la investigación con cuestionario.

7. Cuestionario sobre factores de riesgo, test para evaluar y estrategias preventivas.

8. Tablas de valoración de calidad del movimiento de cada prueba de la batería

FMS.

Página 230 Carlos Lago Fuentes

D. Alexis Padrón Cabo

Página 232 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 233

Renuncia de coautores no doctores

D. Alejandro Sal de Rellán Guerra, Dña. Ana Fragueiro Rodríguez y D. Alexis Padrón

Cabo, autores junto con D. Carlos Lago Fuentes, de la siguiente publicación:

Effects of core strength training using stable and unstable surfaces on physical

fitness and functional performance in professional female futsal players.

Renuncian a la presentación de dicho trabajo como parte de otra tesis doctoral.

D. Alejandro Sal de Rellán Guerra Dña. Ana Fragueiro Rodríguez

D. Alexis Padrón Cabo

Página 234 Carlos Lago Fuentes

Journal of Human Kinetics volume 65/2018, 213-224 DOI: 10.2478/hukin-2018-0029 213Section III – Sports Training

1 - Faculty of Education and Sport Sciences, University of Vigo, Pontevedra, Spain. 2 - Faculty of Health Sciences, European Atlantic University, Santander, Spain. 3 - Faculty of Education Sciences, University of Vigo, Ourense, Spain. .

Authors submitted their contribution to the article to the editorial board. Accepted for printing in the Journal of Human Kinetics vol. 65/2018 in December 2018.

Effects of Core Strength Training Using Stable and Unstable Surfaces on Physical Fitness and Functional

Performance in Professional Female Futsal Players

by Carlos Lago-Fuentes1,2, Ezequiel Rey1, Alexis Padrón-Cabo1,

Alejandro Sal de Rellán-Guerra1, Ana Fragueiro-Rodríguez1, Javier García-Núñez3

The aim of this study was to assess the effect of core strength training performed on a stable surface (CTS) compared with core strength training performed on an unstable surface (CTU) on physical fitness (jump performance, sprint, and repeated sprint ability (RSA)) and quality of movement (Fundamental Movement Screen) in professional female futsal players. Fourteen professional female futsal players (mean age: 23.7 ± 5.1 years, age range: 18-28 years) were randomly assigned to a CTS (n = 7) or a CTU (n = 7) group. The intervention program was carried out 3 times a week over 6 weeks. Players of both groups performed the same four core-strengthening exercises. The only difference between the two interventions was that the CTU group performed all exercises (i.e., shoulder bridge, side bridge, prone plank, and crunch) on an unstable surface (Togu® Dyn-Air). Within-group analysis showed significant improvements (p < 0.001) in 10 m sprint performance from the pre- to post-test in the CTS (+4.37%) and CTU (+5.00%) groups. Players in both the CTS (+10.39%) and CTU (+11.10%) group also showed significant enhancement in the Functional Movement Screen total score, from the pre-test to post-test. In addition, a significant time effect was also observed for the CTU group in the relative score of the RSA test decreasing from the pre- to post-test (-30.85%). In the between-groups analysis, there were no significant differences between the core strength training groups (CTS vs CTU) in any variable. To conclude, sprint and Functional Movement Screen performance improved following CTS and CTU when conducted in combination with regular futsal training. In addition, CTU had limited benefit in RSA compared to CTS.

Key words: resistance training, trunk stability, Functional Movement Screen, explosive strength, repeated sprint ability.

Introduction Competitive futsal can be characterized as

an intermittent high-intensity strenuous sport (Barbero et al., 2009; Dogramaci et al., 2011). Time-motion analysis studies have demonstrated that professional futsal players spend >22% of total match time undertaking high-intensity running (Barbero et al., 2008). Due to the smaller court dimensions compared to soccer, the unlimited number of substitutions, and the inclusion of attacking and defensive tasks, competitive futsal

players are required to perform a great number of sprints throughout a game that are typically present in short bursts (Dogramaci et al., 2011). Moreover, as in soccer, decisive actions of futsal games occur during high-intensity activities (Barbero et al., 2009; Dogramaci et al., 2011). Thus, it can be argued that anaerobic performance is crucial in competitive futsal, particularly for elite players.

It is well known that anaerobic

ANEXO I

214 Effects of core strength training using stable and unstable surfaces .....

Journal of Human Kinetics - volume 65/2018 http://www.johk.pl

performance can be improved by means of strength training (Bompa, 1999). As a consequence, training programs to promote strength adaptations in futsal players should be prioritized (Paz-Franco et al., 2017), in this regard, core strength training has been advocated as a means to prevent and rehabilitate injuries, and as a way to increase athletic performance (Akuthota and Nadler, 2004). However, a recent systematic review and meta-analysis have showed that core strength training is associated with only limited gains in physical fitness and athletic performance (Prieske et al., 2016a). Functionally, core strength may help transmitting the energy efficiently from the lower to upper extremity and also the other way around, it improves body control, body balance and efficiency between movement transitions that is of vital importance for sport-specific activities (Akuthota and Nadler, 2004; Granacher et al., 2014).

Remarkably, performance in several futsal actions often occurs on relatively unstable surfaces (e.g. kicking a ball while being impeded by an opponent). Thereby, according to the training specificity principle (Behm et al., 2010), core strength training must attempt to closely address the demands of the respective sport-specific activity using unstable surfaces (Behm et al., 2015). It is well documented that trunk muscle activity is higher when using unstable surfaces during the execution of core exercises (Vera-García et al., 2000). Thus, the integration of unstable surfaces in core strength training could generate superior neuromuscular adaptations compared with training using stable surfaces (Behm et al., 2010). However, to the best of our knowledge, there is only one study available that has investigated the effect of core strength training on stable vs. unstable surfaces in team sport athletes (i.e. youth soccer players) (Prieske et al., 2016b). As a result, the authors found that trunk muscle strength, sprint, and kicking performance improved following 9 weeks of core strength training on unstable and stable surfaces, without differences between groups (Prieske et al., 2016b).

Traditionally, core strength training is frequently used as a prophylactic strategy in an attempt to improve neuromuscular control and ineffective movement patterns (Huxel Bliven and Anderson, 2013). However, there is no clear scientific evidence to date that supports the

relationship between core strength and effective movement proficiency. Thus, core exercises are implemented according to the theoretical framework that these exercises can restore as well as enhance muscle strength and endurance, contribute to regaining posture along with balance through the regulation of the neuromuscular control system for overall improvements in function (Huxel and Anderson, 2013). In this regard, the Functional Movement Screen (FMS) is a test that was developed with the goal of identifying limitations or asymmetry in core strength, coordination, balance, range of motion, and general movement proficiency that may predispose an athlete to injuries during activity (Cook et al., 2006). Previous studies suggest that the FMS demonstrates excellent interrater and intrarater reliability (Bonazza et al., 2016), and as a screening tool, is habitually used within both applied and clinical settings. However, although the ability of the FMS protocol to determine the effectiveness of training interventions has been examined (Bodden et al.,, 2015; Kiessel et al., 2011), no studies have assessed whether or not changes in an individual’s FMS score can be achieved with a core strength training program using stable and unstable surfaces.

Therefore, the aim of this study was to examine the effects of core training performed on stable (CTS) vs. unstable surfaces (CTU) when conducted in combination with regular futsal training on physical fitness and FMS scores in professional female futsal players. We hypothesized that CTU would provide greater improvements in physical fitness (i.e. speed, strength, and repeated sprint ability) and functional performance (i.e. FMS) than CTS.

Methods Participants

Fourteen female professional futsal players competing in the Spanish First Division Professional Futsal League participated in this study. The players regularly performed 5-6 weekly futsal sessions with their team and on average exercised 10.3 ± 0.9 h·wk-1 in their standard training cycle. The team also regularly played one official match per week. Only players who participated in full training were considered for inclusion. Exclusion criteria were injuries resulting in loss of one or more futsal matches/training sessions in the

by Carlos Lago-Fuentes et al. 215

© Editorial Committee of Journal of Human Kinetics

preceding 3 months prior to the initiation of the study. All the subjects were informed of the purpose of the study and gave their informed consent according to the Declaration of Helsinki. The study was approved by the Investigational Review Committee of the Department of Physical Education and Sport Sciences. The subjects were randomized by a co-author not directly involved in testing or the training intervention into one of the two groups, the CTS group (n = 7; age: 23.6 ± 4.8 years; body height: 166.5 ± 5.9 cm; body mass: 63.9 ± 7.5 kg) and the CTU group (n = 7; age: 23.8 ± 5.8 years; body height: 164.8 ± 4.8 cm; body mass: 63.9 ± 6.8 kg). No significant baseline differences were found between groups in terms of age, body mass, body height, body mass index, and performance measures. The randomization was computer generated. Design and procedures A randomized controlled trial design was used to determine the effects of core strength training performed on stable (CTS) and unstable (CTU) surfaces when conducted in combination with regular futsal training on physical fitness and FMS performance. The intervention program of each group was added to their daily training routines. The experimental intervention consisted of 1 session of the pre-test, 6 weeks of supervised training intervention, 3 days of rest and 1 session of the post-test (Figure 1). During testing sessions, the participants were required to wear the same athletic equipment and measurements were conducted at the same time of the day to minimize the effect of diurnal variations on the selected variables during the two experimental sessions. To reduce the influence of uncontrolled variables, all futsal players were instructed to maintain their habitual lifestyle and normal dietary intake before and during the study. All data collection and test sessions were performed in an indoor court where ambient temperature ranged from 18 to 21°C. Measures To determine training effects, the following tests were selected: (a) FMS, (b) countermovement jump (CMJ), (c) 10 m sprint, and (d) repeated sprint ability (RSA) test. All tests were performed after 72 hours of rest and at the same venue under identical conditions and supervised by the same test leaders. The subjects were told to consume their last (caffeine-free) meal at least 3 hours before the scheduled test time. After FMS, all participants

performed 10 min of a standardized warm-up comprising 2 min of light active static stretching (10 repetitions for hamstrings, quadriceps, and calf muscles) and 5 min jogging, followed by short distance accelerations (3 submaximal sprints, progressing to 90% of their maximal velocity for the shuttle distance [30 + 30 m]). This routine was supervised by the team’s physical coach before the tests. Functional Movement Screen. The FMS consists of 7 movement patterns that include an overhead deep squat, a hurdle step, an in-line lunge, shoulder mobility exercise, active straight leg raise, rotary stability exercise, and a push-up. Details of each task have been published previously (Cook et al., 2006). The administration of the FMS was carried out in accordance with previously published guidelines (Cook et al., 2006) using the FMS test kit (Functional Movement Systems, Chatham, VA). The players were familiarized with the movements required prior to testing. All movement patterns were scored on a 0-3 scale, and the maximal FMS score that could be achieved was 21. Each test was performed 3 times, and the best value of each attempt was recorded, while bilateral tests utilized lower score values. In the bilateral tests (hurdle step, in-line lunge, shoulder mobility, active straight leg raise, and rotary stability) the lesser of the two scores (right or left) was assigned to contribute to the FMS total score. To achieve a deeper understanding of where differences in the FMS total score existed between CTS and CTU, we separated the screen into 3 parts (Portas et al., 2016): FMSmove (overhead deep squat, hurdle step, in-line lunge); FMSflex (shoulder mobility, active straight leg raise) and FMSstab (rotary stability, push-up). Players completed the FMS with guidance from a researcher trained in using the FMS. Other than the verbal instructions, no additional coaching points were used during the screening process. In order to increase the reliability of measurement, FMS tests were recorded on video and analyzed using video analysis software (Shultz et al., 2013). Three raters reviewed all videos and scored each test individually according to the scoring criteria. Vertical-Jump Performance. The CMJ was performed on a mobile contact map (Ergo Jump Bosco System, Globus, Treviso, Italy). Players were allowed 2 trials, with a 1 min recovery period between the attempts. The best trial was used for subsequent

216 Effects of core strength training using stable and unstable surfaces .....

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analysis. From a standing position with the hands on the hips, the players were required to bend their knees to a freely chosen angle and perform a maximal vertical jump as high as possible. The hands were held on the hips during the jump to avoid any effect of the arm-swing. Participants were instructed to keep their body vertical throughout the jump, avoiding undue lateral and frontal movements, and to land with knees fully extended. Sprint test. The 10 m sprint test was measured by means of a measuring system that consisted of two double infrared reflex photoelectric cells (DSD Laser System, León, Spain). The photoelectric cells were attached to tripods, raised to a height of 0.9 m and placed in pairs 1 m apart. Players began from a standing start, with the front foot 0.5 m from the first timing gate. Players were allowed 2 trials, with a 2 min recovery period in-between. The best trial was used for subsequent analysis. Repeated Sprint Ability test. Photoelectric cells (DSD Laser System, León, Spain) were used to measure the futsal players’ performance and to increase test reliability. The RSA protocol consisted of six maximal 25 m sprints. Following each sprint, there was a period of active recovery (25 s), while the athlete positioned themselves for a new start. Recovery was measured (stopwatch) to ensure that subjects returned to the initial point of course between the 23rd and 24th second. Verbal feedback was given at the 5th, 10th, 15th, and 20th s of recovery. The average time (AT), fastest time (FT), and total time (TT) were recorded during the RSA test according to previous studies (Wong et al., 2012). The percentage of the decrement score (%Dec) was then calculated using the following formula proposed by Fitzsimons et al. (1993), which has been demonstrated as the most valid and reliable method of quantifying fatigue in multiple sprint tests (Glaister et al., 2008): 100 𝑥 𝑇𝑇 ÷ 𝑖𝑑𝑒𝑎𝑙 𝑠𝑝𝑟𝑖𝑛𝑡 𝑡𝑖𝑚𝑒 − 100

where ideal sprint time = 6 × FT Intervention programs After pre-testing, the subjects began one of the 6-week training protocols presented in Table 2 in addition to their usual futsal training. Players of the CTS and CTU groups performed the same four core-strengthening exercises. The only difference between the two interventions was that the CTU

group performed all exercises under unstable conditions (Togu® Dyn-Air). Each player of the CTU group was fully instructed to familiarize themselves with the stabilization exercises. The intervention program was carried out 3 times a week, on non-consecutive days (48 h rest). Training sessions lasted ~20 min and were conducted before field training. Training intensity and volume were increased progressively every two weeks (Table 1). The correct performance of the exercises was carefully supervised by an athletic coach and a sports physiotherapist. To improve the quality of supervision, a ratio of 1 athletic coach to 4 subjects was maintained during all the sessions. Statistical Analysis

All variables were normally distributed (Shapiro Wilks test). Data are presented as means with standard deviation (SD). A 2 (group: CTS and CTU) × 2 (time: pre, post) repeated measures analysis of variance (ANOVA) was calculated for each variable. Cohen’s d effect sizes for identified statistical differences were determined. Effect sizes with values of >0.2, >0.5, and >1.2 were considered to represent small, moderate, and large differences, respectively (Batterham and Hopkins, 2006). In addition to this testing, for each variable percentage difference in the change scores between the CTS and CTU groups from the pre- to post-test were calculated. The chances that the differences in performance were better/greater (ie, greater than the smallest worthwhile change [0.2 multiplied by the between-subjects SD, based on the Cohen d principle]), similar, or worse/smaller were calculated. Quantitative chances of beneficial/better or detrimental/poorer effects were assessed qualitatively as follows: <1%, almost certainly not; 1 to 5%, very unlikely; 5 to 25%, unlikely; 25 to 75%, possibly; 75 to 95%, likely; 95 to 99%, very likely; and >99%, almost certainly

(Cohen, 1988). A substantial effect was set at >75%. If the chances of having beneficial/ better and detrimental/poorer performances were both >5%, the true difference was assessed as unclear.

Results The CTS group completed 98.7 ± 2.9% of core

strength training sessions throughout the 6-week training period, while the CTU group completed 99.3 ± 1.7% of training sessions. Absolute values for each variable at the pre- and post-test, together with the ANOVA results are displayed in Tables 2 and 3

218 Effects of core strength training using stable and unstable surfaces .....

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Table 1

Intensity and volume progression during the 6 week core strength training program. Exercise Weeks 1 and 2 Weeks 3 and 4 Weeks 5 and 6

Shoulder Bridge 3 sets x 30 s 3 sets x 40 s With vertical arm reach

3 sets x 50 s With vertical arm reach and one leg reached out

Side Bridge 3 sets x 30 s 3 sets x 40 s With one arm reached out vertically

3 sets x 50 s With one arm reach and a lower leg lifted

Prone Plank 3 sets x 30 s

3 sets x 40 s With one arm reached out parallel to the floor

3 sets x 50 s With a contralateral arm and the ipsilateral leg reached out parallel to the floor

Crunch 3 sets x 30 s

3 sets x 40 s With a futsal ball in hands reached out over head

3 sets x 50 s With a futsal ball in hands reached out over head and one foot on the floor

Table 2 Changes in CMJ, 10 m sprint, and RSA performance following 6 weeks of core strength

training performed on stable (CTS) vs unstable surfaces (CTU) in female professional futsal players. CTS (n = 7) CTU (n = 7) ANOVA P values (d)

Pre Post

Δ (%)

Pre Post Δ

(%) time group

time × group

CMJ (cm) 25.24 ± 3.53

25.57 ± 3.49

1.40 25.89 ± 2.51

26.78 ± 2.77

3.44 .060 (1.457)

.584 (0.320)

.157 (0.869)

10 m sprint (s) 1.98 ± 0.05

1.88±0.07

4.37 1.94 ± 0.08

1.85 ± 0.09

5.00 <.001 (3.175)

.330 (0.577)

.671 (0.246)

RSA

AT(s) 4.30 ± 0.20

4.22 ± 0.18

1.63 4.20 ± 0.16

4.16 ± 0.17

0.82 .165 (0.859)

.395 (0.418)

.618 (0.285)

FT(s) 4.17 ± 0.22

4.05 ± 0.14

2.76 4.06 ± 0.16

4.06 ± 0.12

0.40 .259 (0.677)

.569 (0.339)

.158 (0.859)

TT(s) 25.80 ± 1.24

25.35 ± 1.10

1.63 25.22 ± 0.99

25.01 ± 0.77

0.82 .167 (0.856)

.388 (0.509)

.618 (0.285)

%Dec 2.97 ± 1.23

4.22 ± 1.37

-75.31

3.53 ± 1.69

2.26 ± 1.35*+

30.85

.987 (0.063)

.281 (0.648)

.014 (1.656)

D = effect size (i.e., Cohen’s d). *Significantly different from the pre-test (p < .05). + Significantly different from CTS (p < .05).

218 Effects of core strength training using stable and unstable surfaces .....

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Table 3 Changes in individual and total scores of the Functional Movement Screen (FMS)

following 6 weeks of core strength training performed on stable (CTS) vs unstable surfaces (CTU) in female professional futsal players.

CTS (n = 7) CTU (n = 7) ANOVA P values (d)

Pre Post Δ (%)

Pre Post Δ (%)

time group time × group

Total FMS score

15.85 ± 2.11

17.42 ± 2.14

10.39 16.00 ± 1.15

17.7 ± 1.11

11.10 <.001 (2.549)

.802 (0.126)

.851 (0.089)

FMSmove 7.00 ± 1.15

8.00 ± 1.15

15.40 7.00 ± 1.29

8.14 ± 0.69

19.40 .002 (2.229)

.892 (0.063)

.801 (0.141)

Deep Squat 1.71 ± 0.48

2.28 ± 0.75

35.71 1.85 ± 0.37

2.28 ± 0.48

28.57 .004 (2.020)

.784 (0.155)

.626 (0.278)

Hurdle Step Right 2.44 ±

0.53 2.71 ± 0.48

9.52 2.57 ± 0.53

2.85 ± 0.37

9.52 .049 (1.259)

.539 (0.357)

.989 (0.063)

Left 2.14 ± 0.37

2.71 ± 0.48

19.04 2.14 ± 0.69

2.72 ± 0.49

21.42 .002 (2.298)

.999 (0.033)

.999 (0.033)

In-line Lunge Right 2.85 ±

0.37 3.00 ±

0 4.76 2.57 ±

0.53 3.00 ± 0 14.28 .040

(1.328) .271

(0.659) .271

(0.659)

Left 2.85 ± 0.37

3.00 ± 0

7.14 2.42 ± 0.53

3.00 ± 0 28.56 .014 (1.438)

.109 (1.000)

.109 (1.000)

FMSflex 5.75 ± 1.13

5.75 ± 1.13

0 5.85 ± 0.37

5.71 ± 0.48

-2.38 .337 (0.569)

.645 (0.263)

.337 (0.569)

Shoulder Mobility

Right 2.71 ± 0.75

2.71 ± 0.75

0 2.85 ± 0.37

2.71 ± 0.48

-4.76 .337 (0.536)

.828 (0.126)

.337 (0.536)

Left 2.71 ± 0.75

2.85 ± 0.37

14.28 2.71 ± 0.48

2.57 ± 0.53

-4.76 .889 (0.109)

.619 (0.285)

.183 (0.826)

Straight Leg Raise

Right 2.85 ± 0.37

2.85 ± 0.37

0 3.00 ± 0

3.00 ± 0 0 --- --- ---

Left 2.85 ± 0.37

2.85 ± 0.37

0 3.00 ± 0

3.00 ± 0 0 --- --- ---

FMSstab 3.42 ± 0.78

4.00 ± 1.00

14.76 3.71 ± 0.48

4.14 ± 0.37

12.13 .035 (1.368)

.508 (0.386)

.740 (0.190)

Rotary Stability Right 1.85 ±

0.37 2.14 ± 0.37

21.42 2.00 ± 0

2.14 ± 0.37

7.14 .091 (1.059)

.594 (0.306)

.552 (0.345)

Left 1.85 ± 0.37

2.00 ± 0

14.28 1.85 ± 0.37

2.14 ± 0.37

21.42 .091 (1.059)

.594 (0.306)

.552 (0.345)

Push-up 1.57 ± 0.53

1.85 ± 0.69

21.42 1.71 ± 0.48

2.00 ± 0.57

21.42 .049 (1.259)

.619 (0.285)

.991 (0.063)

D = effect size (i.e., Cohen’s d).

by Carlos Lago-Fuentes et al. 219

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Figure 1

Schematic representation of the experimental protocol. FMS= Functional Movement Screen; CMJ= countermovement jump; RSA= repeated sprint ability;

CTS= core strength training under stable surfaces; CTU= core strength training under unstable surfaces.

Figure 2 Effectiveness of CTS in comparison to CTU in improving countermovement jump (CMJ)

and 10 m sprint performance and repeated sprint ability (RSA) average time (AT), fastest time (FT), total time (TT), and percentage of decrement (%Dec)

(bars indicate uncertainty in the true mean changes with 90% confidence limits). Trivial areas were calculated from the smallest worthwhile change (see methods).

220 Effects of core strength training using stable and unstable surfaces .....

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Figure 3

Effectiveness of CTS in comparison to CTU in improving the Functional Movement Screen total score (FMS), FMSmov, FMSflex, and FMSstab (bars indicate uncertainty

in the true mean changes with 90% confidence limits). Trivial areas were calculated from the smallest worthwhile change (see methods).

In the within-group analysis, significant

improvements in the 10 m sprint were found in CTS (+4.37%; d = 1.64) and CTU (+5%; d = 1.05) groups from the pre- to post-test. Players in both CTS and CTU groups also showed significant enhancements in the FMS total score (+10.39%; d = 0.73 and +11.10%; d = 1.50, for the CTS and CTU group, respectively), FMSmove (+15.40%; d = 0.86 and +19.49%; d = 1.12, for the CTS and CTU group, respectively), and FMSstab (+14.76; d = 0.64 and +12.13; d = 1.00, for the CTS and CTU group, respectively) from the pre- to post-test. In addition, a significant time effect (d = 0.84) was also observed for CTU in %Dec decreasing from the pre- to post-test (-30.85%). Results from between-group analyses are illustrated in Figures 2 and 3. There were no differences between the core strength training groups (CTS vs CTU) in any variable except for %Dec (Figure 2).

Discussion This is the first study that investigated the

effects of in-season CTS compared with CTU in

combination with regular futsal training on physical fitness and FMS scores in professional female futsal players. The main findings of our study were that: a) performance in the 10 m sprint significantly improved in both intervention groups over the 6-week training period; b) total FMS scores, FMSmove (DS, HS, and IL), and FMSstab significantly improved following 6 weeks in both the CTS and CTU group; c) a larger performance enhancement in %Dec for the CTU group compared to the CTS group was observed.

Sprinting speed is an essential fitness component in futsal (Castagna et al., 2009). Our findings showed significant improvements in 10 m sprint time in professional female futsal players after 6 weeks of CTS and CTU interventions. This positive effect of core strength training on sprint performance can, most likely, be explained by the specific role of the trunk as a linkage between upper and lower extremities that facilitates the torque transfer and angular momentum during the execution of whole body movements such as a sprint (Behm et al., 2010; Granacher et al., 2014). These results are consistent with those of Prieske et

by Carlos Lago-Fuentes et al. 221

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al. (2016b), who found significant improvements in 10-20 m sprint time after 8 weeks of CTS and CTU in elite young soccer players during the competitive season. Additionally, the present results are partly in line with the literature investigating the effects of core strength training using stable conditions on sport-specific skills in young soccer players (Hoshikawa et al., 2013), who reported significant improvements in 15-m sprint performance (ES = 1.12) after 6 months (4 sessions/week) of combined CTS and soccer training. In contrast to our findings, Granacher et al. (2014) found improvements in trunk muscle strength, jumping and balance tests, but not in sprint performance after 6 weeks of CTS and CTU in healthy subjects. Taking into account these inconsistent findings between our study and the aforementioned investigation, it can be speculated that training status of our subjects (professional female futsal players vs. young healthy subjects) or differences in training frequency (3 sessions/week vs. 2 sessions/week) may have contributed to the findings of additional enhancements following CTU and CTS in 10-m sprint time in the present study (Granacher et al.,, 2014).

During the most intense periods of a futsal game, the occurrence of short sprint sequences with brief recovery periods suggests that RSA may be considered as a futsal-specific capacity (Castagna et al., 2009). Therefore, training interventions aimed at improving RSA may be priority for futsal coaches. Different training approaches have shown positive effects on team sports players’ RSA (Rey et al., 2017; Viaño-Santasmarinas et al., 2017). However, the influence of periodized core strength training on RSA has not been studied yet. In the present study, a larger performance enhancement in %Dec was observed following CTU as compared to CTS. However, no significant within-group differences were found after any of the two core strength training programs in AT, FT, and TT. These results suggest that CTU may contribute to improving the ability to recover between sprints, but not the ability to increase the overall sprint performance. It is hard for this finding to be put into perspective with the literature, as no other study has investigated the effect of core strength training on RSA. However, the results of the present study are partially in agreement with those obtained in a recent meta-analysis that

concluded that strength training using unstable surfaces had limited additional effects on physical performance compared with strength training on stable surfaces (Behm et al., 2015). Functionally, the rationale for incorporating unstable surfaces in strength-training exercises is that high levels of muscle activity occur during training (Behm et al., 2015; Vera-García et al., 2000). Thus, the integration of unstable surfaces in core strength training could generate superior neuromuscular adaptations and help transmit energy in a more efficient form to upper and lower extremities compared with training under stable surfaces. Given the importance of RSA in futsal and the fact that %Dec was improved by CTU, coaches may consider conducting core strength training on unstable surfaces to improve this quality in addition to standard training. However, the present data also suggest that more specific training strategies than those employed in this study may be required to improve sprint capacities of RSA.

Movement screening is a type of assessment frequently used within professional players that aims to measure the quality of a movement pattern in order to identify injury risk factors (Bonazza et al., 2016). FMS is a screening tool that is widely used with the goal of identifying deficits in movements that may predispose to future injury. Moreover, core strength training is frequently used as a prophylactic strategy in an attempt to improve neuromuscular control and ineffective movement patterns (Huxel Bliven and Anderson, 2013). However, there is currently no evidence of the ability to change scores on the FMS based on an in-season core strength-training program using stable and unstable surfaces. The results of this study support that both CTS and CTU can significantly improve scores on the FMS. The data also indicated that both intervention programs significantly increased the score for FMSmove and FMSstab. It is difficult to directly compare our results to other research as we are unaware of any other study published to date, which has tested FMS changes after core strength training programs. However, our results are similar to those reported by Bodden et al. (2015) and Kiesel et al. (2011), who revealed that training programs based on FMS corrective exercises can improve scores of FMS in male semi-professional mixed martial arts athletes and professional American

222 Effects of core strength training using stable and unstable surfaces .....

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football players, respectively. Exercises improving both strength and stability of the core muscles may affect player’s ability to activate the muscles in a more coordinated way or generate more force (Willardson, 2007). Changes in coordination, increased force generation or in both of them might improve proprioception and motor control in athletic movements. This may explain the significant enhancement in FMS scores, especially in FMSmov and FMSstab, after the training period. Based on the present results the implementation of training programs aiming to increase FMS score via enhanced core strength and stability may prove valuable in such an athlete’s cohort. The results of this study suggest that CTU and CTS may contribute to increasing movement proficiency in elite female futsal players.

While the study had many unique aspects (professional level players), it is important to point out the limitations of the present study. The lack of a control group, even taking into account coaches are reluctant to create a control condition looking to improve the functionality as fast as possible, is a major issue to bear in mind. While participant numbers in this experiment were similar to other studies that have assessed strength methods in team sports, our sample size was relatively small. Finally, even being the duration similar to the one applied in other

studies, the 6 week core training program could be too short to induce significant changes in elite female futsal athletes. Future studies using larger sample sizes and longer intervention time may provide more conclusive results.

Conclusions Data from the current study suggest that 6

weeks of CTS and CTU combined with futsal training appears to be effective in improving sprint performance and quality of movement based on FMS scores. Training exercises have to resemble the sport-specific demands and core strength training using unstable surfaces should also be beneficial for reducing %Dec of RSA. The integration of these feasible exercises can be a potential preventive training modality based on the improvements observed in FMS scores. However, to date, the question regarding the contribution of core strength training on stable and unstable surfaces to reducing the injury incidence remains unanswered and future studies should investigate the manipulation of program variables and exercise selection. From a practical point of view, the advantage of the intervention programs is that they integrate exercises which are commonly used for injury prevention and performance enhancement: those exercises are oriented towards core strengthening in an ecological and real futsal team context.

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Corresponding author: Carlos Lago-Fuentes Faculty of Education and Sports Sciences, University of Vigo Campus A Xunqueira s/n, Pontevedra 36005, Spain, Phone number: +34 649145876 Fax: +34 986801701 E-mail: [email protected]

Carlos Lago Fuentes Página 247

ANEXO II Aceptación de investigación

Página 248 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 249

ANEXO III

PROYECTO LESSFEM Estimado ______, Mi nombre es Carlos Lago Fuentes, doctorando en Ciencias de la actividad física, educación física y deporte de la Universidad de Vigo y miembro del grupo de investigación REMOSS de la misma. Una de nuestras líneas de investigación principales es la optimización del entrenamiento condicional en deportes colectivos. En mi caso particular, mi especialización es, por formación específica y experiencia profesional, la optimización del rendimiento y prevención de lesiones en el fútbol sala. En el contexto de las investigaciones que integran mi tesis doctoral, han surgido nuevas cuestiones que potencian futuras líneas de investigación como la que aquí se explica:

Dada la creciente profesionalización y mejora de las condiciones que rodean al fútbol sala femenino, surge la necesidad de mejorar cada vez más los medios para optimizar el rendimiento de las deportistas, así como reducir el riesgo de lesión que tanto perjudica a la dinámica de equipos, tanto al rendimiento individual como colectivo.

En la bibliografía actual, existen varios estudios sobre lesiones en fútbol sala femenino, pero, hasta la fecha, no existe ninguno que aborde en profundidad las lesiones en las ligas españolas durante una temporada, ya que sólo existen en ligas brasileña, italiana y turca.

Por ello, tras un año de recogida de datos en estudio piloto en un equipo de 1ª y otro de 2ª división, afrontamos la necesidad de desarrollar una recogida de datos mayor, con el fin de normalizar los datos en el fútbol sala femenino y encontrar las diferencias en frecuencias lesionales de las dos grandes categorías nacionales, sabiendo las diferencias condicionales entre ambas, como bien recoge Ramos Campo y colaboradores en su estudio del 2016 (archivo adjunto). De ahí, surge el proyecto LESSFEM (Lesiones en fútbol sala femenino):

Se plantea realizar la recogida de lesiones a lo largo de una temporada en diferentes equipos de Primera y Segunda División Nacional, siguiendo una tabla de registro estandarizada, basada en la evidencia científica, con el fin de obtener el screening de lesiones a lo largo de una temporada. Los objetivos que se persiguen en el presente proyecto son:

Caracterizar las lesiones más frecuentes en Primera y Segunda División nacional (en cuanto a etiología, tipología, región corporal y gravedad).

Analizar la evolución de las lesiones a lo largo de la temporada en función del calendario y fase de la misma.

Analizar la correlación entre lesiones sufridas y la fase del ciclo menstrual en la que se producen.

Estimar la duración aproximada de una lesión a lo largo de la temporada.

Analizar la frecuencia de lesiones en función del día del microciclo.

Analizar las lesiones más frecuentes por puesto específico. Así, agradecemos su colaboración, tanto de su figura como miembro del cuerpo técnico como de las jugadoras que forman parte del equipo, para poder llevar a cabo este ambicioso proyecto y, a futuro, poder devolver las conclusiones a los cuerpos técnicos y poder optimizar el rendimiento así como reducir el riesgo lesional en las jugadoras de fútbol sala. Quedo atento a su interés en el proyecto, para enviarle el resto de información y avanzar juntos en esta investigación. Un saludo,

Carlos Lago Fuentes

Página 250 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 251

ANEXO IV

PROYECTO LESSFEM- DOSSIER EXPLICATIVO

En el presente documento se procederá a explicar los objetivos del proyecto, los

criterios de inclusión y exclusión de las jugadoras, así como los pasos a seguir para

registrar cada una de las incidencias a lo largo de la temporada: Como se indica en la carta de presentación, el objetivo general del proyecto es:

Analizar la epidemiología lesional en el fútbol sala femenino a lo largo de una temporada atendiendo a factores intrínsecos y extrínsecos.

Asimismo, los objetivos específicos son: Caracterizar las lesiones más frecuentes en Primera y Segunda División

nacional (en cuanto a etiología, tipología, región corporal y gravedad). Analizar la evolución de las lesiones a lo largo de la temporada en

función del calendario y fase de la misma. Analizar la correlación entre lesiones sufridas y la fase del ciclo menstrual

en la que se producen. Estimar la duración aproximada de una lesión a lo largo de la temporada. Analizar la frecuencia de lesiones en función del día del microciclo. Analizar las lesiones más frecuentes por puesto específico.

En el presente estudio no se definen criterios de inclusión y exclusión. Únicamente

se reflejará en la hoja de registro la frecuencia con la que las jugadoras entrenan

con el primer equipo. Esto se indica para tener en cuenta, a la hora de realizar el

análisis estadístico, a las jugadoras de los equipos filiales o juveniles que entrenen y

compitan de forma esporádica con el primer equipo. De este modo: Aquellas jugadoras que participen menos de un 20% de los entrenamientos

mensuales se considerará que no pertenecen directamente al primer equipo. La planificación del presente proyecto de investigación es la siguiente:

Primera fase: o Toma de contacto con preparadores físicos y cuerpos técnicos. o Envío del presente dossier técnico, hoja de registro, consentimiento

informado para la firma por parte de las jugadoras y artículos relacionados.

Segunda fase: o Recogida de datos de lesiones durante el período preparatorio. o Recogida de datos sobre valoración antropométrica y condicional de las

jugadoras (opcional por parte de las posibilidades y estrategias de cada equipo).

o Recogida de datos sobre la carga total llevada a cabo durante el período preparatorio: número de sesiones, volumen en minutos, número de amistosos o torneos propios de este período.

o Primera semana período competitivo: al finalizar esta segunda fase, se llevará a cabo la primera recogida centralizada de datos y análisis estadístico de las mismas, intentando obtener un perfil de lesiones propio del período preparatorio.

Tercera fase:

o Recogida de datos durante primera fase del período competitivo o Navidades: al finalizar esta tercera fase, se llevará a cabo la segunda

recogida de datos y el primer análisis comparativo de las lesiones entre el período preparatorio y competitivo.

Cuarta fase:

Página 252 Carlos Lago Fuentes

o Recogida de datos durante el resto del período competitivo. o Junio-Julio: recogida final de los datos obtenidos a lo largo de la temporada, y se procederá al análisis estadístico completo, con el fin de alcanzar los objetivos propuestos en el proyecto.

Quinta fase: o Redacción y envío de las investigaciones resultantes del proyecto,

así como transmisión de un dossier resumen a cada club participante. Durante el estudio piloto, se estimó que cada incidente relativo a una lesión, llevó 4

minutos de registro en la hoja de registro. A continuación se detalla la

explicación de las variables a recoger en la hoja de registro adjunta (Excel

adjunto): VARIABLES GENERALES: A recoger en la pestaña “Jugadoras”

JUGADORA: o Nombre de la jugadora: se recomienda rellenar en la hoja

“Jugadoras”, luego sólo será necesario seleccionar de la lista desplegable.

POSICIÓN: o Se estandarizan los 4 puestos principales, ya que son los

recogidos principalmente en los estudios hasta la fecha (esto es, no se recogen ala-cierre ni ala-pívot):

Portera Cierre Ala

Pívot

DOMINANCIA: o Seleccionar la dominancia de la jugadora:

Diestra Zurda

VARIABLES ANTROPOMÉTRICAS Y FUNCIONALES: Se propone una

serie de pruebas de valoración antropométrica y funcional a realizar durante la

temporada, las cuales son las más habituales recogidas en diferentes artículos de

fútbol sala, así como algunas que sería deseable introducir. Esta valoración es TOTALMENTE VOLUNTARIA, ya que esta fase requiere de numerosos medios e implica una interrupción en la dinámica de entrenamiento que no se pretende, sabiendo las dificultades que esto supone. Si se realizan otros test a lo largo de la temporada que no sean los indicados, pueden sustituirse.

El estudio pretende influir lo menos posible en las dinámicas de entrenamiento de

cada club, simplemente recoger información que sucede habitualmente, pero que

puede ser registrada al final de los entrenamientos en los que existan lesiones. VARIABLES PROPIAS EN EL MOMENTO DE LESIÓN: A recoger en la

pestaña “Lesiones”

FASE MENSTRUAL: o Una de las variables más importantes en el estudio. Diferentes

investigaciones indican que aumenta la probabilidad de lesiones en

función de la fase del ciclo menstrual, dadas las variaciones hormonales y estructurales. Así, se solicita indicar a la jugadora la

fase en la que se encuentra en el momento de lesión. Una estrategia interesante es recoger la fase en el momento de analizar la

Carlos Lago Fuentes Página 253

percepción de esfuerzo de la sesión (escala RPE). Una vez

transcurridas 2 semanas entra a formar parte de la rutina de

entrenamiento y se normaliza. Así, las fases a recoger son:

Menstrual: días propios de la menstruación (días 1-6)

Postmenstrual: 5-7 días posteriores al período (6-12)

Ovulatoria: se estipulan los 3 días intermedios del período (días

13-15)

Post-ovulatoria: la fase más larga (días 16-26) Premenstrual: 2-3 días previos a la menstruación (días 26-28)

SEMANA DE TEMPORADA o Numerar el microciclo en el que suceda, indicando desde el 1 hasta

último. TIPOLOGÍA LESIONAL:

o Esguince/distensión ligamentos: aquellas lesiones que afecten a nivel ligamentoso, sin que haya rotura (ahí ya será por diagnóstico médico).

o Rotura de ligamentos: aquellas lesiones, por diagnóstico médico que hayan implicado fractura de algún ligamento.

o Afección muscular: se engloban las elongaciones, sobrecargas y contracturas musculares (para evitar el sesgo de equivocarse de diagnóstico entre las diferenciaciones de las tres posibilidades).

o Rotura de fibras: aquellas que supongan un hematoma, dolor irradiado y diagnosticado por cuerpo médico.

o Contusión (ósea): aquellos choques o caídas en los que se produce una contusión, golpe, principalmente de dolor en estructura ósea.

o Afección tendinosa: entiéndase aquí molestias en el tendón rotuliano, de Aquiles, etc.

o Otras: aquellas no que se engloban en esta clasificación. REGIÓN CORPORAL. En caso de que no sea ninguna de las expuestas en

el listado, se puede escribir en el cuadro: o Tobillo o Rodilla o Cadera o Hombro o Codo o Muñeca o Pie o Gemelo o Cuádriceps o Isquiotibiales o Aductores o Abdominales o Espalda o Cuello o Cabeza o Otra: La hoja de registro permite incluir otra región escribiendo el texto.

• LUGAR: Se recogerán sólo los sucesos que acontezcan durante el tiempo que estén entrenando o compitiendo. Esto es, se abstendrán las lesiones o incidencias sucedidas fuera del período de entrenamiento o partido (véase en la calle, trabajo, clases, etc.)

o Entrenamiento condicional: véase trabajo en sala, gimnasio, al aire libre, etc. o Entrenamiento técnico-táctico: véase como tal la fase de entrenamiento en pista con objetivo técnico táctico. o Competición: todos los partidos, ya sean amistosos u oficiales.

MOMENTO: o Calentamiento: ya sea de partido o entrenamiento. o Primera parte: correspondiente a la primera parte de partido, o hasta la

Página 254 Carlos Lago Fuentes

mitad de la sesión (aproximadamente). o Segunda parte: corresponde a la segunda parte del partido, o la

segunda mitad de la sesión (aproximadamente). o Vuelta a la calma: correspondiente a las tareas propias de

recuperación, ya sean estiramientos, tareas dinámicas, foam Rolling, u otras.

TIPO SESIÓN: o Siguiendo la nomenclatura actual, se busca analizar también si se

producen lesiones o incidencias en alguno de los días de la semana. Entiéndase MD como Match Day. Se especifican 9 opciones por la posible casuística de que se dé un partido un viernes y el siguiente un domingo:

MD-4: 4 días antes del partido

MD-3: 3 días antes del partido

MD-2: 2 días antes del partido MD-1: 1 día antes del partido MD: día de partido

MD+1: 1 día después de partido

MD+2: 2 días después de partido

MD+3: 3 días después de partido

MD+4: 4 días después de partido. No MD: aquellas semanas en las que no haya partido (ya

sean parones del campeonato, períodos preparatorios, etc.), por los que el partido más cercano esté a más de 5 días de distancia.

ETIOLOGÍA: o Explicación del hecho como se sucedió la lesión. Para un posterior

análisis, es importante emplear un mismo estilo de descripción. Véanse varios ejemplos:

Choque con jugadora rival disputando el balón.

Giro de pívot con fijación de rodilla.

Desconocida.

FECHA LESIÓN: o Día en el que se produce la lesión. En caso de que sea un incidente

que sólo impida finalizar el entrenamiento, también se debe recoger.

FECHA DE ALTA:

o Día en el que se reincorpora a los entrenamientos al 100%, esto es, el ALTA DEPORTIVA. En caso de que haya doble sesión, y ese mismo día pueda entrenar por la tarde, se recoge la misma fecha de alta. Como se puede observar en los niveles de gravedad, 0 días aparece contemplado como lesión muy suave.

DÍAS DE BAJA o Cifra que se calcula automáticamente al incluir la fecha de alta

deportiva. GRAVEDAD:

o Etiqueta que aparece de forma automática. Se emplea la clasificación de Álvarez Medina en su estudio con el DKV Zaragoza (archivo adjunto). Esta clasificación está basada en los baremos planteados por Injury Consensus Group a través de la F-MARC. Son los siguientes:

1 a 3 días: mínima 4 a 7 días: suave

8 a 28 días: moderada

Carlos Lago Fuentes Página 255

Más de 28 días: grave

Indefinida: final de carrera, retirada temporal del equipo, etc. En los documentos adjuntos, se presenta una fila del Excel completada para

poder ver un ejemplo. Se puede borrar, o iniciar el registro en la fila nº4. No dude en consultarme ante cualquier duda, principalmente en la toma de

contacto con la hoja de registro, ya que cualquier sugerencia puede hacer mejorar

la recogida de datos para todo el proyecto de investigación. Con la ayuda e involucración de todas las partes y clubs, buscaremos ayudar lo

máximo posible a este deporte.

Muchas gracias

Página 256 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 257

ANEXO V

Consentimiento Informado para Participantes de Investigación

El propósito de esta ficha de consentimiento es proveer a los participantes en esta investigación con

una clara explicación de la naturaleza de la misma, así como de su rol en ella como participantes.

La presente investigación es conducida por Carlos Lago Fuentes, de la Universidad de Vigo. La meta

de este estudio es analizar la epidemiología lesional en el fútbol sala femenino a lo largo de una

temporada atendiendo a factores intrínsecos, como la fase del ciclo menstrual en el momento de lesión

o la zona corporal afectada, y extrínsecos, como el momento del entrenamiento o el choque con un

rival, entre otros.

Si usted accede a participar en este estudio, se le pedirá responder a sencillas preguntas si sufre

alguna lesión a lo largo de la temporada. Esto tomará aproximadamente 3 minutos de su tiempo.

La información obtenida en esas preguntas se anotará en una hoja de registro de Excel para que el

investigador pueda, posteriormente, realizar un análisis estadístico de todas las incidencias lesionales.

La participación es este estudio es estrictamente voluntaria. La información que se recoja será

confidencial y no se usará para ningún otro propósito fuera de los de esta investigación.

Si tiene alguna duda sobre este proyecto, puede hacer preguntas en cualquier momento durante su

participación en él. Igualmente, puede retirarse del proyecto en cualquier momento sin que eso lo

perjudique en ninguna forma. Si alguna de las preguntas durante la entrevista le parecen incómodas,

tiene usted el derecho de hacérselo saber al investigador o de no responderlas.

Desde ya le agradecemos su participación.

Acepto participar voluntariamente en esta investigación, conducida por Carlos Lago Fuentes. He

sido informado (a) de que la meta de este estudio es analizar la epidemiología lesional en el

fútbol sala femenino a lo largo de una temporada atendiendo a factores intrínsecos, como la fase del

ciclo menstrual en el momento de lesión o la zona corporal afectada, y extrínsecos, como el momento

del entrenamiento o el choque con un rival, entre otros.

Me han indicado también que tendré que responder a preguntas en caso de sufrir alguna lesión a lo

largo de la temporada, lo cual aproximadamente tomará 3 minutos. Reconozco que la información que yo provea en el curso de esta investigación es estrictamente

confidencial y no será usada para ningún otro propósito fuera de los de este estudio sin mi

consentimiento. He sido informado de que puedo hacer preguntas sobre el proyecto en cualquier

momento y que puedo retirarme del mismo cuando así lo decida, sin que esto acarree perjuicio

alguno para mi persona. De tener preguntas sobre mi participación en este estudio, puedo contactar a

Carlos Lago Fuentes, al teléfono XXXXXXXXX.

Entiendo que una copia de esta ficha de consentimiento me será entregada, y que puedo pedir

información sobre los resultados de este estudio cuando éste haya concluido. Para esto, puedo

contactar a Carlos Lago Fuentes al teléfono anteriormente mencionado.

-------------------------------------------- ------------------------------------------------ ----------

Nombre del Participante Firma del Participante Fecha

Página 258 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 259

ANEXO VI

Consentimiento Informado para Participantes de Investigación

El propósito de esta información es proveer a los participantes en esta investigación con

una clara explicación de la naturaleza de la misma, así como de su rol en ella como

participantes.

La presente investigación es conducida por Carlos Lago Fuentes, investigador de la

Universidad de Vigo. La meta de este estudio es conocer las percepciones y estrategias

de los cuerpos técnicos para la prevención de lesiones en fútbol sala en España.

A continuación se presentarán un total de 20 preguntas para que sean respondidas por

consenso de todo el cuerpo técnico. Este cuestionario tomará aproximadamente 20

minutos de su tiempo.

La información obtenida en esas preguntas será trasladada a un programa estadístico

para que el investigador pueda, posteriormente, realizar un análisis estadístico de los

datos obtenidos.

La participación es este estudio es estrictamente voluntaria. La información que se

recoja será confidencial y no se usará para ningún otro propósito fuera de los de esta

investigación. Si tiene alguna duda sobre este cuestionario, puede contactar por correo

electrónico con el responsable del estudio: XXXXXXXXXXXXXXX

Desde ya le agradecemos su participación.

Página 260 Carlos Lago Fuentes

Carlos Lago Fuentes Página 261

ANEXO VII

ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN DE LESIONES EN FÚTBOL SALA

ESPAÑOL: PERCEPCIONES DEL CUERPO TÉCNICO

1. Incluya los datos relativos al club y persona responsable de este cuestionario:

Nombre del club:

Ciudad: Provincia:

Categoría:

Nombre del responsable:

Teléfono:

E-mail:

Fecha:

Parte 1: Información relativa a pretemporada/temporada:

2. Responda a las siguientes preguntas relativas a la información sobre la

pretemporada y temporada

¿Cuántos días ha entrenado tu equipo en la pretemporada?

DÍAS

¿Cuántas sesiones de entrenamiento han realizado?

SESIONES

¿Cuántos días entrena tu equipo por semana durante la temporada?

DÍAS

¿Cuántas sesiones de entrenamiento realizan?

SESIONES

Página 262 Carlos Lago Fuentes

3. Complete la tabla que aparece a continuación con el número de partidos jugados

en cada competición a lo largo de la pretemporada.

COMPETICIÓN PARTIDOS

4. ¿El equipo sufrió alguna lesión durante los partidos de pretemporada?

NO

Si es así, ¿cuántas lesiones se produjeron?

NÚMERO DE LESIONES

5. En promedio, ¿cuántos días estuvieron los jugadores lesionados antes de

incorporarse al grupo?

a. 0 días

b. 1-3 días

c. 4-7 días

d. 8-28 días

e. Más de 28 días

6. ¿Está satisfecho con las medidas empleadas para la prevención de lesiones en su

equipo?

NO

7. ¿Cree que dispone de los suficientes recursos para medir/cuantificar con

precisión los factores de riesgo de sus deportistas?

SÍ NO

RECURSOS HUMANOS

RECURSOS MATERIALES

RECURSOS TEMPORALES

Carlos Lago Fuentes Página 263

Parte 2: Cuerpo técnico involucrado en el programa de prevención de lesiones:

8. Por favor, especifique cada profesional implicado en el programa de prevención

de lesiones (primero nombre o sólo un código de identificación), su posición

(por ejemplo: fisioterapeuta, médico, preparador físico, readaptador de lesiones,

segundo entrenador, entrenador de porteros, psicólogo, etc.), su grado académico

más alto (FP, graduado, postgraduado, doctor) y su involucración con cada fase

del programa de prevención (diseño, evaluación y aplicación).

PROFESIONAL GRADO DISEÑO EVALUACIÓN APLICACIÓN

Médico

Preparador físico

Fisioterapeuta

Readaptador de lesiones

Entrenador

Segundo entrenador

Auxiliar

Psicólogo

Otro:______

Observaciones:

Página 264 Carlos Lago Fuentes

Parte 3: Percepciones del preparador físico/fisioterapeuta de los factores de riesgo

de lesiones sin contacto:

9. Marque los factores de riesgo que aparecen en la tabla como: “muy importante”,

“importante” o “no importante”.

FACTOR DE RIESGO MUY IMPORTANTE IMPORTANTE NO IMPORTANTE

Lesión previa

Fatiga

Déficit de fuerza

Anatomía/morfología

Genética

Desequilibrios

musculares

Sueño/descanso

Flexibilidad

Psicológico

Condición física

Marcadores sanguíneos

Botas de fútbol sala

Hidratación

Dieta

Tipo de superficie

Temperatura

10. Incluya cualquier factor de riesgo percibido en su práctica que no esté incluido

en el listado anterior, y marque como: “muy importante”, “importante” o “no

importante”.

FACTOR DE RIESGO MUY IMPORTANTE IMPORTANTE NO IMPORTANTE

Observaciones:

Carlos Lago Fuentes Página 265

Parte 4. Test usados para identificar los riesgos de lesión de los deportistas:

11. En tu equipo, ¿cuándo fueron realizados las mediciones para evaluar el riesgo de

lesión en el pasado año?

Sólo durante pretemporada

Sólo durante temporada

Tanto en pretemporada como temporada

No se realizaron mediciones

12. Marque las mediciones para evaluar el riesgo de lesión empleadas este año:

Test funcionales/posturales

Dinamometría isocinética

Test ortopédicos

Flexibilidad

Marcadores bioquímicos

Cuestionarios

RM

Test asimétricos

Otros:________

Observaciones:

13. ¿Crees que un programa de prevención de lesiones reduciría el ratio lesional en

jugadores de fútbol sala profesionales?

NO

Página 266 Carlos Lago Fuentes

14. En tu equipo, ¿los jugadores llevan a cabo un programa de prevención de

lesiones?

NO

15. ¿Cómo se prescribió el programa preventivo a los deportistas?

Global (todos los jugadores siguen el mismo programa)

Individual (los jugadores siguen programas específicos)

Tanto globales como individuales

Otro:_______

16. ¿Con qué frecuencia se aplicó el programa de prevención de lesiones en las

siguientes situaciones?

Durante pretemporada:

<1 vez/semana 4 veces/semana

1 vez/semana 5 veces/semana

2 veces/semana >5 veces/semana

3 veces/semana Otro:_______

Durante la temporada, cuanto el equipo juega un partido por semana:

<1 vez/semana 4 veces/semana

1 vez/semana 5 veces/semana

2 veces/semana >5 veces/semana

3 veces/semana Otro:_______

Durante la temporada, cuando el equipo juega dos partidos por semana:

<1 vez/semana 4 veces/semana

1 vez/semana 5 veces/semana

2 veces/semana >5 veces/semana

3 veces/semana Otro:_______

Carlos Lago Fuentes Página 267

17. Indique cuál/cuáles de los siguientes parámetros programa a lo largo de la

temporada:

Velocidad de ejecución

Variedad de ejercicios

Volumen

Intensidad

Otros:______

18. Marque los ejercicios que actualmente emplea en el programa de prevención de

lesiones de su equipo:

Ejercicios de gimnasio

Ejercicios funcionales

Pliometría

Pilates

Core (estabilización central)

Excéntricos

Flexibilidad

Equilibrio/ propiocepción

Foam rolling

Específico en pista

Otros:______

19. Basado en su percepción, ordene por importancia los 5 ejercicios más efectivos

para la prevención de lesiones en fútbol sala.

CLASIFICACIÓN EJERCICIOS

Página 268 Carlos Lago Fuentes

Test 1 DEEP SQUAT

Score 1 2 3

Posición

Características Tibia y parte superior del torso no son paralelas.

Fémur no está por debajo de horizontal.

Las rodillas no están alineados sobre los pies.

Flexión lumbar es notable.

Parte superior del torso quede paralelo a la tibia o hacia la vertical.

Fémur está por debajo de horizontal.

Las rodillas están alineados sobre los pies.

Pasador se alinea sobre los pies.

Talones son elevados

Parte superior del torso quede paralelo a la tibia o hacia la vertical.

Fémur debajo de la horizontal.

Las rodillas están alineados sobre los pies.

Pasador alineado sobre los pies

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Test 2 HURDLE STEP

Score 1 2 3

Posición

Características Se produce el contacto entre el pie y el obstáculo.

Se observa pérdida del equilibrio.

Se perdió la alineación entre las caderas, las rodillas y los tobillos.

Se observa movimiento en la columna lumbar.

Pasador y obstáculo no permanecen paralelos.

Las caderas, las rodillas y los tobillos permanecen alineados en el plano sagital.

No se observa ningún movimiento en la columna lumbar.

Pasador y obstáculo permanecen paralelos.

Test 3 IN-LINE LUNGE

Score 1 2 3

Posición

Características La pérdida del equilibrio es notable.

No se mantienen los contactos.

Pasador no permanece vertical.

Pasadores y los pies no permanecen en el plano sagital.

Rodilla no toca detrás del talón del pie delantero.

Contactos con los pasadores se mantienen.

Pasador permanece vertical.

Ningún movimiento del torso notable.

Pasador y pies permanecen en plano sagital.

La rodilla toca detrás del talón del pie delantero

Págin

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0

C

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Test 4 SHOULDER MOBILITY

Score 1 2 3

Posición

Características Más de una mano y media de distancia

A una mano y media de distancia

Puños están dentro de una longitud de la

mano

Test 5 ACTIVE STRAIGHT-LEG RAISE

Score 1 2 3

Posición

Características Línea vertical del maléolo reside debajo de línea de la articulación no movible.

La extremidad permanece en posición neutra.

Línea vertical del maléolo reside entre mediados del muslo y línea de la articulación no movible.

La extremidad permanece en posición neutra.

Línea vertical del maléolo reside entre mediados del muslo.

La pierna de no movimiento permanece en posición neutra.

Carlo

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Fu

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Test 6 TRUNK STABILITY PUSH UP

Score 1 2 3

Posición

Características Incapacidad para realizar una repetición con las manos alineadas con la barbilla.

El cuerpo se levanta como una unidad sin retraso en la espina dorsal.

Se realiza una repetición con los pulgares alineados con la barbilla.

El cuerpo se levanta como una unidad sin retraso en la espina dorsal.

Se realiza una repetición con los pulgares alineados con la parte superior de la cabeza.

Test 7 ROTARY STABILITY

Score 1 2 3

Posición

Características Incapacidad para realizar una repetición diagonal

Realizar una repetición diagonal correcta.

Realizar una repetición unilateral correcta.

Págin

a 27

2

C

arlos L

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