El PREDOMINIO DEL “PADRENUESTRO” DESDE LA PERICOPA DE MT 6,9-13 EN EL “CAMINO DE PERFECCIÓN” DE SANTA TERESA DE JESÚS (CAPITULOS 27 – 42) TRABAJO DE GRADO CÉSAR FARFÁN ZAMALLOA ESTUDIANTE JUAN ALBERTO CASAS RAMIREZ DIRECTOR PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA CARRERA DE TEOLOGÍA BOGOTÁ, D.C. – COLOMBIA 2018 brought to you by CORE View metadata, citation and similar papers at core.ac.uk provided by Repositorio Institucional - Pontificia Universidad Javeriana
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El PREDOMINIO DEL “PADRENUESTRO” DESDE LA PERICOPA DE MT 6,9-13
EN EL “CAMINO DE PERFECCIÓN” DE SANTA TERESA DE JESÚS
(CAPITULOS 27 – 42)
TRABAJO DE GRADO
CÉSAR FARFÁN ZAMALLOA
ESTUDIANTE
JUAN ALBERTO CASAS RAMIREZ
DIRECTOR
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE TEOLOGÍA
CARRERA DE TEOLOGÍA
BOGOTÁ, D.C. – COLOMBIA
2018
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En el Libro “Camino de Perfección” de Santa Teresa de Jesús, la oración del Padrenuestro
ocupa un lugar muy importante. Una serie de capítulos (27-42) contiene el comentario de
dicha oración.
En este trabajo investigativo se analizará la oración del padrenuestro que Jesús enseñó a la
gente de su tiempo (Mt 6, 7-15), partiendo desde el comentario realizado por Santa Teresa
de Jesús a dicha oración; con esta oración Jesús enseñó cómo se debe orar dirigiéndose al
Padre. En la Sagrada Escritura existen dos versiones sobre dicha oración, una en el evangelio
de Mateo estando en el Sermón del Monte (Mt 6, 9-13), y la otra en el evangelio de Lucas a
petición de sus discípulos (Lc 11, 2-4). Pero Santa Teresa toma como punto de partida la
oración del padrenuestro del evangelio de Mateo para el desarrollo de su libro “Camino de
Perfección” (cap. 27-42). Ella asumió esta oración por tradición, la aprendió desde niña en
el rezo del rosario y luego de mayor, en la liturgia eucarística y el rezo de las horas canónicas
(oficio divino).
Planteamiento del problema.
Hoy en día, muchas personas solo rezan la oración del “padrenuestro” de una manera
mecánica sin comprender ni una sola de las palabras o frases que están leyendo o
pronunciando al recitar esta magnífica oración que todo cristiano sabe. Santa Teresa en su
obra “Camino de perfección” (cap. 27-42) invita al orante del padrenuestro, mediante el
comentario a dicha oración, a plantearse las siguientes preguntas; a quién se dirige esta
oración, qué le dice y cómo lo dice; todo ello en relación al Padre.
Para continuar con este estudio del Padrenuestro en el “Camino de Perfección” de Santa
Teresa a partir del evangelio de Mateo, se establecerá la siguiente pregunta problemática que
se convertirá en el eje principal del proyecto investigativo:
¿Cuál es la recepción de la versión mateana del padrenuestro en el “Camino de Perfección”
de santa Teresa de Jesús? Y ¿cómo esta recepción sirve como modelo de oración para la vida
cristiana?
Justificación:
8
Desde el área de la teología espiritual sistemática, este trabajo tiene como intención
profundizar en el estudio de la oración del padrenuestro, desde el comentario de Santa Teresa
de Jesús en su libro “Camino de Perfección” (cap. 27-42). En efecto, este trabajo quiere ser
un aporte para la espiritualidad cristiana.
Lo que interesa investigar es la recepcion de esta oración del padrenuestro del evangelio de
Mateo desde el “Camino de Perfección” de Santa Teresa de Jesús; precisamente porque Santa
Teresa de Jesús hace una recepción de esta oración de acuerdo con su tiempo y contexto que
le tocó vivir, resaltando de esta manera el trabajo que ella realizó sobre dicha oración.
De esta manera, desarrollar el tema del “padrenuestro” es un motivo para realizar este trabajo
de investigación; porque no solo se quiere rezarlo, sino expresar lo que significa cada una de
estas palabras que Dios ha regalado al hombre en esta oración, y se pueda vivir de una manera
más perfecta lo que se pronuncia y reza en el paternóster.
Por consiguiente, todo cristiano debe profundizar en la temática del contenido de esta
oración, como, por ejemplo: ¿por qué dice Santa Teresa de Jesús que: “esta oración del
padrenuestro es de mucho provecho como oración vocal”2?, siendo esta una de mis
motivaciones principales para el desarrollo de este trabajo.
Los estudios teresianos han avanzado mucho en estos últimos años, motivo por el cual
queremos apoyarnos de estos estudios y comentarios, como principio para analizar la oración
del padrenuestro que Teresa desglosa. También se quiere profundizar de manera especial en
el estudio del libro “Camino de Perfección” de Santa Teresa de Jesús, ya que ésta es una de
sus obras principales.
Los Carmelitas Descalzos deben conocer cada vez mejor la riqueza heredada por Teresa de
Jesús, por ello, el descubrir la importancia que tiene esta oración del Padrenuestro para Santa
Teresa y al mismo tiempo ver también la grandeza de esta oración en la vida de todo cristiano,
siendo este un modelo místico en la espiritualidad cristiana y carmelitana es de suma
importancia para el Carmelita Descalzo.
2 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 28,14. Por sugerencia del tutor, de aquí en adelante cuando se ponga
en pie de página a un autor con nombre religioso, se conserva primero el nombre y luego el apellido religioso,
por estética y por mayor comprensión del autor dentro del texto. De la misma manera se pondrá en la
bibliografía al final del trabajo.
9
De este modo, este tema del “padrenuestro” es actual, y puede ayudar a los cristianos, ya que
muchos solo lo rezan de forma mecánica. La intención de esta investigación es que se
profundice y medite mejor dicha oración, no solo por los laicos, sino en lo carismático por
los Carmelitas Descalzos, porque Santa Teresa de Jesús, enseña cómo tenemos que orar
meditando cada una de las frases del padrenuestro, dándole sentido a lo que se pronuncia
(Oración Vocal).
Objetivos:
Los objetivos que se intentarán alcanzar con esta investigación serán los siguientes:
Objetivo general:
Identificar la manera como se realiza la recepción de la versión mateana del
padrenuestro en el “Camino de Perfección” de Santa Teresa de Jesús para proponerlo
como modelo de oración y espiritualidad en la vida cristiana.
Objetivos específicos:
Analizar la recepción del Padrenuestro mateano en el libro “Camino de Perfección”
de Santa Teresa de Jesús.
Elaborar una propuesta desde la mística como modelo de oración y espiritualidad en
la vida cristiana según la oración del Padrenuestro comentada por Santa Teresa de
Jesús.
¿Por qué se desarrolla la investigación en dos capítulos y no en tres?
El presente trabajo se desarrollará en dos capítulos que responderán al objetivo general y a
los específicos. Es decir que mediante estos dos capítulos se llega a trabajar el análisis de la
recepción del padrenuestro mateano desde el comentario al paternóster de Teresa de Jesús y
cómo este comentario es a su vez un modelo de oración para la vida del cristiano.
Es por ello que se trabajó dos capítulos y no tres, ya que el tercer capítulo, que por lo general
señala la parte pastoral o aplicativa el proyecto, está ya integrado en el segundo capítulo:
Santa Teresa al comentar el paternóster, no se limita únicamente a una interpretación o
descripción de cada una de las frases de esta oración, sino que a su vez lo hace de forma
10
práctica, es decir de manera aplicativa y pastoral, puesto que implica la totalidad de la
persona. Por eso no se realizó el desarrollo de un tercer capítulo.
Método de investigación:
El método que servirá de eje transversal y que nos ayudará en la reflexión, es el método de
la crítica de la recepción, tal como lo presentan Joel Weinsheimer y Donald Marshall:
“Este método tiene consecuencias para nuestra propia lectura. Aquí "la historia de la
influencia", o, como Joel Weinsheimer y Donald Marshall traducen Wirkungsgeschichte
(historia del efecto), es la historia de cómo se ha recibido un texto, de cómo se ha aplicado el
mismo y entendido a lo largo de la historia. Esta historia sigue siendo escrita porque es aquella
que abarca todas las ocasiones en que un lector vuelve al texto original y lo lee de nuevo. En
lugar de concebir la "historia de la influencia" como incidental, se le debe concebir de forma
interpretativa, entonces, Wirkungsgeschichte insiste en que la tradición interpretativa incluye
el presente que está activo siempre que leemos y siempre hay que tenerlo en cuenta.
Aplicando el concepto de Gadamer a la Biblia, Ulrich Luz nos dice que Wirkungsgeschichte
consiste en mirar "la historia, la recepción y la actualización de un texto en medios distintos,
por ejemplo: en los sermones, la ley canónica, la himnografía, el arte y en las acciones y
sufrimientos de la Iglesia.”3
Este método permitirá articular la narración de la autora con la interpretación de la oración
del padrenuestro tanto en siglo I pronunciado por Jesús y las personas de su tiempo, como en
el siglo XVI comentado por Teresa, y en siglo XXI por nosotros; es decir, desde una teología
actual.
La estructura en dos capítulos que se presentará en este trabajo de investigación, comprende
en su primera parte, una reflexión y aproximación a los conceptos que servirán como base
para la comprensión del tema de padrenuestro comentado por Teresa, observando cómo la
recepción de esta oración del padrenuestro de Mateo es central en la experiencia de Teresa
de Jesús.
La segunda parte desarrolla la experiencia teresiana de la oración del padrenuestro, siguiendo
el proceso de la oración y sus efectos, a la luz de la interpretación teológica y de la mano de
la propia autora, para una comprensión actual sobre la oración del padrenuestro y puesta en
práctica en la vida del cristiano.
3 Hughes, Kyle R. “In Layman’s Terms: Wirkungsgeschichte”, Early Christian Archives (τὰ ἀρχεῖα), 25 de
enero de 2013, https://taarcheia.wordpress.com/2013/01/25/in-laymans-terms-wirkungsgeschichte-1/
(consultado el 30 de julio de 2017).
11
CAPITULO I
LA ORACIÓN DEL PADRENUESTRO SEGÚN SANTA TERESA DE JESÚS. UN
ACERCAMIENTO DESDE SU OBRA CAMINO DE PERFECCIÓN (27-42)
COMENTARIO AL PATERNOSTER
El comentario al padrenuestro hecho por Santa Teresa de Jesús, “no es una glosa literal, sino
una elevación espiritual con intención pedagógica”4. Con este comentario original, la santa
entra en el coro de los grandes maestros que glosaron la oración del padrenuestro desde la
patrística hasta nuestros días. Teresa se propone orar las palabras de Jesús y al mismo tiempo
educar al orante; haciendo un recorrido desde la sencilla oración vocal (rezo del
Padrenuestro) pasando por la de quietud, hasta llegar a la contemplación y unión. El
comentario que realiza Teresa ocupa la segunda mitad de su libro “Camino de Perfección”
capítulos 27-42.
La Santa aprendió esta oración desde muy niña. Con su madre, Doña Beatriz5, la repetía en
el rezo del rosario, ella mismo lo expresa así: “Procuraba soledad para rezar mis devociones,
que eran hartas, en especial el rosario del que mi madre era muy devota, y así nos hacía
hacerlo”6; es decir, ella ya conocía muy bien esta oración antes de ser religiosa. Ya que dentro
del convento lo seguirá rezando o cantando pero en latín como lo presenta la liturgia de las
horas7, llamada entonces Oficio Divino.
A continuación: realizaremos un recorrido histórico del libro “Camino de Perfección” de
Santa Teresa de Jesús, para luego entrar en materia con el desarrollo de su comentario a la
oración del padrenuestro.
4 Álvarez. “Padrenuestro”, 481. 5 Beatriz de Ahumada: madre de Teresa de Ahumada “Santa Teresa de Jesús”. (1495-1529) 6 Teresa de Jesús, Vida 1,6. 7 La liturgia de las horas se rezaba en latín, exigía intensa preparación, que se impartía en el noviciado. Teresa
la recibió entre los veinte y veintidós años. Esa formación incluía el conocimiento del ritual o ceremonial, el
estudio de las rubricas y el manejo del breviario. (ver: Álvarez. “Liturgia de las Horas”, 411-412).
12
1.1. Acercamiento al libro Camino de Perfección de santa Teresa de Jesús
El Libro “camino de perfección” compuesto por Teresa de Jesús8, es un manual para
comunidades cristianas como por ejemplo: religiosos y religiosas carmelitas, redactado por
obediencia de su confesor Fray Domingo Bañez, O.P9. Es la segunda obra compuesta por
Teresa después del Libro de la Vida. No es seguro que este título “Camino de Perfección” se
deba a la autora, ya que según la introducción a este libro en sus obras completas dice: “la
santa no puso título al libro. Se conformó con uno genérico que expresaba algo de su
contenido: Avisos y consejos”10 Pero posteriormente se refirió al libro con el nombre de “el
librillo” y “El paternóster”. El teresianista Daniel de Pablo Maroto, afirma en la
introducción al Camino de Perfección, obras completas de Santa Teresa de Jesús que: “en
el reverso de la primera hoja del códice de Valladolid11 y con grafía de dudosa autenticidad
teresiana aparece ya el título con el que será famoso: Camino de Perfección”12. Es decir, este
título del libro aparece en el texto, pero no se sabe con seguridad si es que ella lo tituló así, o
fue un añadido posterior para denominar a dicho texto “Camino de perfección”.
La Santa redactó el “Camino de Perfección” dos veces. La primera es conocida como El
Escorial (CE) redactado en el año 1566; y la segunda es la de Valladolid (CV) redactado en
los años 1566-1567. Estos nombres son dados por los lugares donde se conservan los
autógrafos13. Pero las dos fueron escritas en el naciente Carmelo San José de Ávila14.
La autora decidió redactar por segunda vez el libro y los motivos son los siguientes: “para
darle forma de libro, de más fácil lectura en su comunidad; para atenerse a las decisiones del
teólogo amigo, que revisó el manuscrito y le tachó numerosos pasajes y para rebajar el tono
8 Monja de la orden de Nuestra Señora del Carmen, (1515-1582). 9 Teólogo dominico, asesor, colaborador gran amigo y confesor de Teresa de Jesús. (1528-1604). 10 Ver: Teresa de Jesús, Obras completas. Camino de Perfección [Daniel de Pablo Maroto Introducción al
Camino de Perfección, 508]. 11 Segunda redacción del libro “Camino de Perfección”, (1566-1567). 12 Teresa de Jesús, Obras completas. Camino de Perfección [Daniel de Pablo Maroto Introducción al Camino
de Perfección, 509]. 13 El códice de El Escorial se conserva en la biblioteca del Real Monasterio de El Escorial en un códice de 153
hojas y 73 capítulos. El códice de Valladolid se conserva en las carmelitas de Valladolid en un precioso códice
de 203 hojas y 42 capítulos. Ver: Teresa de Jesús, Obras completas. Camino de Perfección [Daniel de Pablo
Maroto Introducción al Camino de Perfección, 508]. 14 Fundación de San José de Ávila, es el primer Carmelo fundado por Teresa de Jesús en 1562.
13
coloquial y confidencial de la redacción primera”15. Le da la forma de libro porque en el
primer códice (CE) no hizo distinción de capítulos, pero posteriormente indicó dónde
deberían comenzar los títulos; cuando se atiene a las decisiones del teólogo lo hace para que
no sea censurada por la inquisición, ya que la santa pensó que iba a ser un escrito confidencial
dirigido a las carmelitas de San José; dando la impresión de ser este segundo códice (CV) un
códice preparado para su publicación.
Teresa, después de haber hecho la corrección o haber escrito la segunda redacción de su obra,
pone un argumento general del libro donde señala sus destinatarios, ya que la primera
redacción era solo para sus hermanas del monasterio de San José de Ávila, pero la segunda
redacción tiene nuevos destinatarios:
Este libro trata de avisos y consejos que da Teresa de Jesús a las hermanas religiosas e hijas
suyas de los monasterios que, con el favor de nuestro Señor y de la gloriosa Virgen Madre de
Dios, Señora nuestra, ha fundado de la Regla primera de nuestra Señora del Carmen. En
especial le dirige las hermanas del monasterio de San José de Ávila, que fue primero de donde
ella era priora cuando le escribió. 16
Este epígrafe solo pertenece al (CV) que es la segunda redacción, mostrando como
destinatarios las hermanas religiosas e hijas suyas de los monasterios, mientras que el (CE)
solo tiene la intencionalidad de escribir para sus hermanas del monasterio de San José.,
destinatarias predilectas del (CV). Notemos además que cuando ella habla de hijas se refiere
a los distintos monasterios carmelitas, y cuando habla de hermanas se refiere a las religiosas
carmelitas del monasterio de San José de Ávila.
Dentro de nuestro trabajo de investigación cuando hagamos alguna referencia o cita al
“Camino de Perfección” será al códice de Valladolid (CV), porque esta segunda redacción
es la definitiva, más completa, pulida, corregida y aumentada; además porque los
destinatarios ya no son solo las carmelitas del monasterio de San José de Ávila, sino es otro
público, es decir todos las carmelitas y aquellos que deseen acercarse a dicha obra; por eso
lo tomamos como texto base sobre el que recaen las notas aclaratorias.
15 Álvarez. “Camino de Perfección”, 95. 16 Teresa de Jesús, Obras Completas. Camino de Valladolid, 647.
14
En el siglo XVI era raro encontrar mujeres doctas como Teresa de Jesús, que sepan leer y
escribir. Pero es que la Santa fue lectora de por vida, ella escribe en su primer libro, Vida de
sí misma, recordando los años de su adolescencia: “si no tenía libro nuevo, no me parece
tenía contento”17, observando así que era una apasionada por los libros. Pero esa afición por
los libros termina bruscamente con el episodio de libros prohibidos18 tal como lo narra en el
libro “Vida”: “cuando se quitaron muchos libros de romance que no se leyesen, yo me sentí
mucho, porque algunos me daban recreación leerlos”, y es que ella era aficionada a los libros
de caballería y romance, sin quitar el mérito a los libros espirituales como por ejemplo “El
Tercer Abecedario” de Osuna. Con este episodio Teresa pasa de lectora a escritora; Tomás
Álvarez escribe sobre ella diciendo: “sus primeros ensayos de pluma datan de 1560. La
escritora va a depender mucho más de la experiencia que de las lecturas”19. Es decir, su vida
da un giro y ya no será más una aficionada de la lectura, sino de la escritura.
Además, hay que tener presente que Teresa viene de una familia que tiene recursos
económicos, y que crece en un hogar donde se leen libros, ella misma lo consigna en el relato
de Vida: “era mi padre aficionado de leer buenos libros, y así los tenía de romance para que
leyesen sus hijos”20, por lo que la afición de lectura se extiende por toda la familia de la santa
y especialmente en ella sin importar que sea mujer.
Como ya se anunció, Teresa pasó de lectora a escritora. Ella comenzó a escribir desde muy
joven, sin preparación literaria ni entrenamiento de pluma. Tomás Álvarez afirma que ella
epistolar”21. Para su obra “Camino de Perfección” usa el expositivo e introspectivo, ya que
expone la manera de vivir desde su propia experiencia, aunque queriendo muchas veces
ocultar su identidad como en este caso: “conozco una persona de grandes enfermedades, que
ha estado muchas veces con graves dolores”22, donde esa persona que conoce es ella misma.
17 Teresa de Jesús, Vida 2,1. 18 Se refiere al índice de los libros prohibidos, publicado en el año 1559 por orden del inquisidor general D.
Fernando de Valdés. El decreto del inquisidor, que figura en cabeza del índice, lleva fecha 17 de agosto de
1559. [Teresa de Jesús, Vida 26,6] 19 Álvarez. “Lecturas teresianas”, 387. 20 Teresa de Jesús Vida, 1,1. 21 Álvarez. “Escritora”, 253. 22 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 34,6.
15
Teresa de Jesús escribe con un estilo propio que, según Tomas Álvarez señala: “es libre
escribiendo. A veces libre y osada […] escribe con espontaneidad, sin rebuscos verbales”23,
y así muestra este estilo en todas sus obras; una faceta estética, cercanía, sinceridad,
cordialidad, sencillez con alta calidad humana y espiritual. A la par con el estilo va el lenguaje
y Tomás Álvarez escribe: “su lenguaje es doméstico”,24 y la teresianista Ninfa Watt dice:
“su redacción se decanta a un lenguaje coloquial”25, por lo que se diría, que el lenguaje que
usa Teresa es doméstico y coloquial, es decir, un lenguaje sencillo como para que lo
entiendan sus destinatarios.
En cuanto al idioma de escritura que utiliza Santa Teresa de Jesús en su obra “Camino de
Perfección” es español y latín. Ella tiene el idioma español como lengua materna por lo cual
este no le representa mayor dificultad; pero en cuanto al latín, en Santa Teresa se ven dos
actitudes básicas en relación con ella: primero, le resulta una barrera infranqueable, dado que
desconoce esta lengua, por no haberla estudiado; así lo dice ella ante la prohibición
inquisitorial de Fernando Valdés de los libros prohibidos: “Yo sentí mucho, porque algunos
me daban recreación leerlos, y yo no podía ya, por dejar los [escritos] en latín”26. Es decir, la
Santa no podía leer esos libros ya que no entendía lo que contenían.
Pero claro está, que reconoce por otra parte y con otra actitud, que los textos en latín la
ayudaban a recogerse más, y así dice: “Y es así que me ha acaecido estando en esta quietud,
con no entender casi cosa en latín, en especial del Salterio, no solo entender el verso en
romance, sino pasar adelante en regalarme de ver lo que el romance quiere decir”27. Esta
actitud resulta más positiva, pues el latín ya no le parece tan difícil de entender y ella lo
traslada mentalmente al romance y disfruta entendiendo lo que reza.
Se realizó una breve presentación del trasfondo histórico del libro “Camino de Perfección”
donde describimos los diversos temas como: el contexto histórico, el paso de redacción del
primer códice del Escorial al segundo códice de Valladolid, los destinatarios, el cómo una
23 Álvarez, T. “Escritos”, 253. 24 Ibíd. 25 Watt, N. “Estilo literario”, 268-274. 26 Teresa de Jesús, Vida, 26,6. 27 Teresa de Jesús, Vida, 15,7.
16
mujer del siglo XVI sepa leer y escribir, tipo de lenguaje, estilo de escritura y el idioma en
que fue redactado; con el fin de entender mejor el desarrollo del capítulo y temas a tratar.
Esta información nos guiará para conseguir el objetivo de nuestro capitulo que es: analizar la
recepción del padrenuestro mateano en el libro “Camino de Perfección” de Santa Teresa de
Jesús. Pero dicho objetivo lo conseguiremos realizando los siguientes pasos: primero solo
tomaremos la segunda mitad del libro que va desde los capítulos 27-42, capítulos marcados
por el desarrollo del comentario del Padrenuestro realizado por Santa Teresa de Jesús en su
obra “Camino de Perfección”. A continuación, desglosaremos cada una de las peticiones en
sus capítulos correspondientes, analizando dentro de cada una de ellas su contenido con las
preguntas: ¿Qué dice la autora? Esta pregunta hace referencia al contenido del texto. ¿Cómo
lo dice? Con esta pregunta veremos la forma del texto. ¿Para qué lo dice? Hace referencia a
la finalidad del texto. Además también describiremos los motivos teológicos que van
surgiendo en dicho desarrollo tales como: antropología, cristología, eclesiología y eucología.
Para entrar en materia, se iniciará analizando las glosas que hace Teresa de Jesús sobre la
oración del Padrenuestro desarrollando cada una de forma ordena y secuencial según lo
presenta la obra.
1.2 Glosas del padrenuestro según el “Camino de Perfección” de Santa Teresa de Jesús
1.2.1 “Padrenuestro que estas en los cielos” capítulos (27-29)
Esta primera frase consta con el desarrollo de tres capítulos (27-29) donde la autora nos habla
de la oración vocal (cap. 27) y de entrar en el templo del propio espíritu (cap. 28-29). A
continuación profundizaremos en estos temas.
1.2.1.1 ¿Qué dice la autora?
Teresa de Jesús comienza con la palabra dirigiéndose al Padre: “¡Oh Señor mío, cómo
parecéis Padre del tal Hijo y cómo parece vuestro Hijo hijo de tal Padre!”28. Pasa rápidamente
al diálogo con el Hijo: “¡Oh Hijo de Dios y Señor mío!”29. Y concluye con la convicción de
que el Espíritu Santo está implicado en esas invocaciones: que no podríamos prorrumpir en
28 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 27,1. 29 Ibíd., 27,2.
17
ellas sino accionados por el Espíritu, tal como lo escribe la santa: “entre tal Hijo y tal Padre
forzado ha de estar el Espíritu Santo que enamore vuestra voluntad y os la ate a tan
grandísimo amor”30. De esta manera Teresa a lo largo del cap. 27 refleja el esquema trinitario
que sella necesariamente a toda oración cristiana y en este caso la oración del Padrenuestro.
La santa propone una manera de interiorización a partir del presupuesto inicial de dicha
oración “… que estás en los cielos”: “dentro de nosotras está un palacio de grandísimas
riquezas31 […] y que en este palacio está este gran Rey, que ha tenido por bien ser vuestro
Padre, y está en un trono de grandísimo precio, que es vuestro corazón”32. Dando a entender
que Dios vive dentro de cada uno, y que si Dios está en el cielo, pues el cielo está dentro de
nosotros.
1.2.1.2 ¿Cómo lo dice?
Cuando Teresa dice: “Padre nuestro que estás en los cielos”33, estalla rápidamente en un ¡Oh!
Exclamativo de asombro y a continuación sigue con ese ritmo expresando muchas más veces
este tipo de exclamación, apoyándose de un sujeto; Tomas Álvarez lo describe así:
¡Oh Señor mío…! Es el ¡Oh! Delatador de asombro contemplativo ante el misterio. El
capítulo entero estará escalado por ese gesto de asombro amoroso: ¡Oh Señor! (n. 1); ¡oh
hijas! (n. 1); ¡oh Hijo de Dios! (n. 2); ¡oh buen Jesús! (n. 4); ¡oh colegio de Cristo! (n. 6); ¡oh
válgame Dios! (n.7)34.
Este despliegue de asombro marca el cómo Teresa escribe o siente cada frase que va armando
el contenido de esta oración, haciendo un movimiento del Padre al Hijo; de Jesús a los
lectores y a la humanidad.
1.2.1.3 ¿Para qué lo dice?
Teresa dice estas primeras palabras del padrenuestro para despertar y educar el sentido filial,
dirigiéndose al Padre en un coloquio vivo y amoroso “¡Oh Señor mío, cómo parecéis Padre
30 Ibíd., 27,6. 31 El símbolo de castillo (palacio) interior está aquí esbozado sobre este tema la santa escribirá en el libro de
las Moradas (1M 1,1). Donde describe al alma como un castillo de cristal. 32 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 28,9. 33 Ibíd., 27,1. 34 Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 177.
18
del tal Hijo y cómo parece vuestro Hijo hijo de tal Padre!”35, y no lo dice ella sola, sino que
se lo dice al Padre con el Hijo, tal como lo expresa el teresianista Alfonso Ruiz: “Teresa
valora en primer término el que Cristo nos haya descubierto quien es y donde está su Padre
y como es a la vez Padre nuestro. Porque Jesús queda comprometido tanto con Él como con
nosotros, sus hermanos”36, comprendió que el sentido filial está en decir “nuestro”, por lo
que el plural se refiere al que lo reza junto con Cristo dirigiéndose ambos al Padre como hijos
suyos.
Teresa también dice estas palabras para que podamos pasar de lo exterior a lo interior o entrar
en sí37: “¡Oh con cuánta razón se entraría el alma en sí para poder mejor subir sobre sí misma
a que le diese este santo Hijo a entender que cosa es el lugar a donde dice esta su Padre, que
es en los cielos!”38; nada entonces tan eficaz como entrar dentro de uno mismo para
encontrarse con Dios, dejando lo exterior y pasando a lo más íntimo y profundo del hombre.
1.2.1.4 Motivos teológicos
Eclesiológico: podemos encontrar la forma de una iglesia igualitaria y no jerárquica, la santa
lo describe así: “en esta casa […] todas han de ser iguales”39. Expresión que demuestra la
casa como iglesia y la igualdad de todos sus miembros, pero esta igualdad es dada al interior
en una iglesia particular que hace referencia a los conventos carmelitas. Así mismo expresa
una colegiatura donde no importa los títulos, sino el amor, diciendo: “¡Oh colegio de Cristo,
que tenía más mando San Pedro con ser un pescador y le quiso así el Señor, que San
Bartolomé, que era hijo de rey!”40; frase que estaría de acuerdo con el pensamiento de la
iglesia actual como lo afirma el Papa Francisco: “Jesús no os llama a ser príncipes sino a
servir”41, donde lo que importa es servir a la Iglesia con amor y no con títulos.
35 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 27,1. 36 Ruiz, Camino de Perfección, para lectura y reflexión en grupo, 193. 37 Entrar en sí era expresión corriente entre los espirituales contemporáneos y con significado más o menos
rebuscado y elegante, la santa lo usa para designar la acción de recogerse al interior (ver: Vida c.22.1, 4, 5,7; y
Moradas IV, c. 3 nn 2 y 6). 38 Teresa de Jesús, Camino de Perfección. 27,1. 39 Ibíd., 27,6. 40 Ibíd. 41 Tornielli, Andrea. El Papa: “Jesús no os llama a ser príncipes sino a servir”, Diario La Estampa, 28 de junio
de 2017, http://www.lastampa.it/2017/06/28/vaticaninsider/es/vaticano/el-papa-jess-no-os-llama-a-ser-
prncipes-sino-a-servir-UJYpVGVi6TsFUIhRP0SNFN/pagina.html (consultado el 04 de octubre de 2017).
19
Antropológico: la Santa señala el cuerpo y alma constantemente a lo largo de su obra y en
esta petición dice: “Parece que se entiende un fortalecerse y esforzarse el alma a costa del
cuerpo y que le deja solo y desfallecido”42. Se ve claramente un dualismo (cuerpo y alma) en
la tradición de Teresa43. Por otra parte, tanto para Teresa como para los griegos lo que importa
más no es el cuerpo, sino el alma44 que es la que tiene que llegar a la unión con Dios.
Cristológico: Teresa emplea algunos títulos para referirse a Cristo: “tratad con él como con
padre y como con hermano y como con señor y como con esposo”45; de estos títulos ella
siempre ha preferido el de esposo, que es la faceta más destacada por Teresa en el misterio
de Jesús. La relación esponsal con Cristo será de hecho el parámetro supremo de la vida
espiritual del cristiano.
Eucológico: la Santa introduce el tema de la oración mental46-vocal47 diciendo que: “es
oración que trae muchos bienes”48, tomándola como punto de partida para llegar a la
contemplación perfecta. También habla de la oración de recogimiento49 así: “llámese oración
42 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 28,6. 43 Desde esta concepción popular del ser humano, apoyada en los textos paulinos (Ef 4,4; Tes 5, 23) Teresa
habla del cuerpo como cárcel del alma, y de esta como encarcelada en él mientras dure su condición terrena:
“participa esta encarceladita de esta pobre alma de las miserias del cuerpo” (Vida 11,15). Y más poéticamente
“… estos destierros, / esta cárcel y estos hierros / en que el alma está metida” (Poesías 1,3). [Álvarez. “Alma”,
33]. 44 “Alma” en el léxico teresiano tiene las acepciones corrientes del lenguaje popular religiosos de su tiempo.
Utiliza ese vocablo más frecuentemente que el arcaizante “anima”. “alma” designa en general, la componente
espiritual de la persona humana en contraposición al “cuerpo”, su componente material, es decir: lo que ha
hecho posible ese diálogo de la escritora con la propia alma es la contraposición de los dos estratos de la persona:
el exterior y el interior. Exterior es el cuerpo, la palabra, el razonamiento de quien escribe los razonamientos,
los sentidos, todo lo instalado en la superficie de uno mismo. En Cambio el alma es la interioridad de la persona,
lo hondo de uno mismo. Exterior-cuerpo e interior-alma. [Álvarez. “Alma”, 32-33].
Pero a lo largo del texto cuando se use el termino alma, no se va a entender de forma dualista, sino por el
contrario de manera unificadora e integradora, tal como nos lo presenta la Real Academia Española en la voz
alma acepciones 7 y 8: “7. Persona, individuo, habitante. Una población de veinte mil almas. 8. Persona,
individuo. No aparece ni se ve un alma en la plaza”. (ver: Diccionario RAE, 19ª edición, Madrid, 2001). También
se puede entender como ser humano cundo encontremos este término, ya que se prefiere mantener la palabra alma para darle
mayor originalidad y continuidad con el lenguaje teresiano. 45 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 28,4. 46 Oración mental: que lo acerque más y más a la humanidad de Jesús: aprender a mirarle a escuchar sus
palabras, asimilar sus sentimientos. (ver: Álvarez. “Grados de oración”, 319). 47 Oración vocal: aprendizaje de los contenidos de la oración dominical enseñada por el Maestro: El
Padrenuestro. (ver: Álvarez. “Grados de oración” 319). 48 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 28,4. 49 Oración de recogimiento: modo para recoger el pensamiento: interiorizar la oración, aprender a silenciar los
sentidos exteriores, celebrar a fondo la eucaristía… y así disponer el alma para posibles formas de oración
contemplativa (ver: Álvarez. “Grados de oración” 319).
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de recogimiento, porque recoge el alma todas las potencias50 y se entra dentro de sí con su
Dios”51, este tipo de oración es más cercana a la contemplación y la unión, punto de llegada
de la santa en lo eucológico. Para ello debemos recoger la memoria, el entendimiento y la
voluntad y entrar dentro de sí.
1.2.2 “Santificado sea tu nombre, venga en nosotros tu reino” capítulos (30-31)
Después del pórtico de entrada que ha sido la palabra “Padre”, seguida por la invocación “Tú
que estás en los cielos”, la Santa desarrolla en los capítulos (30–31) de su libro las dos
primeras peticiones del padrenuestro “santificar su nombre” y “pedirle su reino”, y en latín
“sanctificetur nomen tuum, adveniat regnum tuum” (título del c 30). Estas dos peticiones las
trabajaremos a continuación:
1.2.2.1 ¿Qué dice la autora?
Teresa de Jesús, va a decir con una frase lo que significa santificar el nombre de Dios y pedir
su reino: “El reino del cielo es: ya no tener en cuenta con cosa de la tierra… santifican y
alaban al Señor y bendicen su nombre y no le ofende nadie”52. Por lo que se entiende que
para que se pueda santificar y glorificar el nombre de Dios, es necesario que venga a nosotros
primero su reino. Y lo propio del reino es que se goza allí sin preocuparse de las cosas
terrenas, dedicándose a la alabanza y al amor de Dios ya que cuanto más se le conoce a Dios
más se le ama, es decir se le santifica más.
1.2.2.2 ¿Cómo lo dice?
Teresa lo dice como maestra53, enseñando el gran bien que contienen estas palabras del
padrenuestro: santificado sea tu nombre y venga a nosotros tu reino; que cuando la decimos,
aprendemos: “cómo pedir, qué pedir y para qué se ha de pedir54”; porque Dios nos da lo que
50 Potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad. 51 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 28,4. 52 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 30,5. 53 Ser maestra de oración es uno de los títulos oficiales de Teresa, es además una de las misiones desempeñadas
por ella en la iglesia. (ver: Álvarez. “Oración”, 468). 54 Ver: Teresa de Jesús, Camino de perfección, 30,1.
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nos conviene si sabemos pedirle. Además, de esta manera se aprende el cómo dirigirse al
Padre, qué pedirle al Padre y para qué pedirle al Padre.
1.2.2.3 ¿Para qué lo dice?
Teresa dice estas primeras peticiones del padrenuestro para que la oración de quietud esté
unida a la potencia de la voluntad; ella lo expresa así: “el alma está tan satisfecha en esta
oración de quietud55, que lo más continuo debe de estar unida la potencia de la voluntad con
el que sólo puede satisfacerla”56, ya que mediante esta oración de quietud el Señor oye su
petición y comienza a darle su reino, estando ya su alma cada vez más unida a la de Dios,
pero la que está más unida a Dios es su voluntad.
1.2.2.4 Motivos teológicos
Eclesiológico: en este motivo teológico, Teresa está sujeta a lo que manda la Iglesia, ella lo
expresa así: “como en todo nos sujetamos a lo que tiene la Iglesia, y así lo hago yo aquí”57;
Teresa comparte la situación dramática de la Iglesia del siglo XVI58; ella no solo es
consciente de lo que está sucediendo en el mundo y la Iglesia, sino que lo incorpora a su
realidad expresándolo en su escritos59.
Antropológico: para Teresa, el alma es muy importante en su antropología. En esta petición
hace referencia a las potencias del alma (memoria-entendimiento-voluntad). G. Castro
relaciona estas potencias de la siguiente manera: “entendimiento con intelecto, inteligencia,
mente; mental, siempre adjetivando a oración, imaginación, memoria, fantasía; voluntad con
corazón, pasiones, apetitos, deseo, sentimientos, deleite y dolor”60. Pero de estas tres la
55 Oración de recogimiento: es cosa sobrenatural, es un ponerse el alma en paz o ponerla al Señor con su
presencia por mejor decir [ver: Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,2.] 56 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,5. 57 Ibíd., Camino de Perfección, 30,4. 58 Teresa nació en 1515 (a media distancia entre el Concilio de Letrán y la declaración de Lutero), y actúa
íntegramente en el posconcilio de Trento (1562-1582, año de su muerte). en ella repercuten dos acontecimientos
fuertes: la quiebra de la unidad cristiana en Europa; y el inmenso horizonte nuevo de los dos mundos
americanos, abiertos paradójicamente a la conquista y a la fe cristiana. (ver: Álvarez. “Iglesia”, 345-350). 59 Ver: Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 1,2; 3,1; 30,4; Fundaciones, 1,7; Vida, 33,5; 23,2; Carta 102,15. 60 Castro. “Hombre”, 329.
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voluntad es la que empieza a unirse con Dios mediante la petición “Santificado sea tu
nombre, venga en nosotros tu reino”, donde se entrega la voluntad a Dios.
Cristológico: como ya dijimos más arriba, Teresa emplea títulos cristológicos para referirse
a Cristo y esta vez dice: “Majestad, buen Jesús, divino Maestro, Señor”61, títulos que señalan
el tratamiento e interlocución de Teresa con Cristo, de los cuales resalta más el de Maestro
ella escribe: “muchas cosas no son de mi cabeza, sino que me las dice este mi Maestro”62, es
decir es el mismo Jesús quien le enseña a Teresa.
Eucológico: Teresa va avanzando en el camino de la oración; ya no solamente habla de
oración vocal y recogimiento, sino que ahora habla sobre la oración de quietud63 como un
don de Dios porque la voluntad está unida a Dios, dejando las otras potencias libres. Este don
trae la triple gracia, que es, en palabras de Teresa, “la gracia de la oración de quietud es
tenerla, saber distinguirla y poder expresarla”64, de esta manera es Dios quien nos da a
entender lo que se vive, para poder expresarlo
1.2.3 “Sea hecha tu voluntad; y como es hecha en el cielo, así se haga en la tierra”
capitulo (32)
La santa desarrolla esta petición en un único capitulo (32) escribiendo el título en latín: “Fiat
voluntas tua sicut in coelo et in terra”, tomándola como punto de partida para saber a qué se
compromete la persona al decir a Dios que haga su voluntad.
1.2.3.1 ¿Qué dice la autora?
La Santa escribe sobre el hacer la voluntad de Dios lo siguiente: “Ello se ha de cumplir, que
queramos o no, y se ha de hacer su voluntad en el cielo y en la tierra”65; es decir que siempre
se hace la voluntad de Dios, pero, decirle al padre “hágase tu voluntad” es sobretodo ofrecerle
61 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31. 62 Ibíd., Vida 39,8. 63 Oración de quietud: consiste en un reposo pasivo y amoroso de la voluntad, fascinada por el misterio
divino. Fascinación que se le otorga intermitentemente, pero que constituye una nueva manera de relacionarse
con el Amigo divino. (ver: Álvarez. “Grados de oración”, 319). 64 Teresa de Jesús, Vida, 17,5. 65 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,4.
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la nuestra y para Teresa ese es el sentido de la petición. Petición que implica no solo el
rendimiento de la propia voluntad, sino la totalidad del don de sí mismo.
Paradigma perfecto de esta petición del Padrenuestro es la oración de Jesús en Getsemaní,
decir al padre que se haga su voluntad conlleva la renuncia a la propia: “que se haga tu
voluntad y no la mía” (Mt 26,39-42).
1.2.3.2 ¿Cómo lo dice?
Teresa expresa esta petición con toda determinación66. Es decir con una gran determinada
determinación67 que no le permite parar hasta llegar a la meta. Ella lo ha afirmado desde el
título del capítulo: “y lo mucho que hace quien dice estas palabras con toda determinación”;
dar la voluntad con determinación es decir “hágase” por lo que no son solo palabras, sino
cumplimiento de la voluntad de Dios.
1.2.3.3 ¿Para qué lo dice?
Lo dice para hablar sobre la unión de la voluntad del hombre con la de Dios, expresándola
así: “darnos del todo al Criador y poner nuestra voluntad en la suya […] y hacer una unión68
del Criador con su criatura”69. De esta manera se une la voluntad del hombre a la de Dios.
Voluntad que ahora es una sola, es decir, unión de voluntades para que solo se haga la
voluntad de uno que es la de Dios, tanto en el cielo como en la tierra. Esta unión de voluntades
es contemplación perfecta 70culmen de la oración teresiana.
66 La determinación teresiana es una decisión dinámica, “lanzada”, generosa sin vacilaciones. Como un quemar
las naves o un salto en paracaídas sin poder volver atrás. “una gran determinación de que antes perderá la vida
y el descanso y todo lo que le ofrece que tornar a la pieza primera”; “un ser varón y no de los que se echaban a
beber en bruces cuando iban a la batalla. (ver: Malax. “Determinación”, 214). 67 Gran determina determinación, es no parar hasta llegar a la meta, venga lo que viniere, suceda lo que
sucediere, trabajase lo que se trabajare, murmure quien murmurare. Caminar con determinación. (ver: Malax.
“Determinación”, 215). 68 Unión: es un término que Teresa repetirá a sus lectores hasta la saciedad. solo que la palabra unión adquiere
un sentido y carga que desborda el vocabulario corriente. (ver: Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su
Camino de Perfección”, 225). 69 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,11. 70 Contemplación perfecta: es la gracia que sobreviene al hecho de haberse dado del todo a Él. (Álvarez, “Paso
a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 223).
24
1.2.3.4 Motivos teológicos
Eclesiológico: el tema de los religiosos en la Iglesia es hoy muy criticado, ya que muchas
veces no se cumple lo que se predica, pero Teresa se expresa sobre los religiosos de la
siguiente manera: “los del mundo harto harán si tienen de verdad determinación de cumplirlo.
Vosotras, hijas, diciendo y haciendo, palabras y obras, como a la verdad hacemos los
religiosos”71, es decir haciendo lo que se predica, dando testimonio. El Concilio Vaticano II
en su decreto Perfectae Caritatis dice lo siguiente sobre los religiosos en esta misma sintonía
de Teresa: “los religiosos, fieles a su profesión, abandonando todas las cosas por El, sigan a
Cristo como lo único necesario, escuchando su palabra y dedicándose con solicitud a las
cosas que le atañen”72, por lo cual los religiosos tienen que estar solícitos a las asuntos de
Dios haciendo su voluntad.
Antropológico: Teresa en cuanto se refiere al alma y cuerpo lo hace de una forma platónica:
“la pobre alma […] sujeta a tantos inconvenientes y embarazos y atadura como trae el estar
en la cárcel de este cuerpo”73; es decir, Teresa entiende el cuerpo como un distractor del alma,
para que ésta pueda unirse con su creador.
Cristológico: Teresa utiliza algunos títulos cristológicos propios de ella para referirse a
Cristo: “buen maestro, Señor, buen Jesús, embajador, Hijo glorioso, Majestad,
Todopoderoso”74, de ellos en este caso resalta el de “Majestad” porque ella hace referencia
al alma como un castillo que es habitado por su Majestad el Rey75.
Eucológico: Teresa dice: “esto es contemplación perfecta, lo que me dijisteis os escribiese”76,
el término “esto” en que se engloba y da por realizada la contemplación perfecta, es el estado
resultante de haber hecho el don de sí al Padre, de haberle entregado la voluntad en comunión
con Cristo, es un darse del todo tanto de Dios como del alma.
71 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32, 8. 72 Concilio Vaticano II, “Decreto Perfectae Caritatis, sobre la adecuada renovación de la vida religiosa”, N°.
5. 73 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32, 13. 74 Ibíd., Camino de Perfección, 32. 75 Ver: Teresa de Jesús 1as Moradas. 76 Teresa de Jesús, Camino de perfección, 32, 9.
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1.2.4 “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy, Señor” capítulos (33-35)
La santa extenderá esta petición a lo largo de los capítulos 33-35, donde el capítulo central e
importante es el 34, en el que dice al lector cómo ha de ser su oración, una oración eucarística,
cómo debe de interiorizarla y enriquecerla. Así mismo, ella escribe esta petición en latín:
“Panem nostrum quotidianum da nobis hodie” como título del capítulo 33.
1.2.4.1 ¿Qué dice la autora?
Ante todo Teresa dice lo siguiente sobre esta petición: “y en su nombre y el de sus hermanos,
pidió esta petición: El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, Señor”77; y reconoce que esta
petición tiene, primordialmente un sentido material. Jesús está presente en toda la oración
del padrenuestro, se solidariza con nosotros de una manera especial cuando llega a esta
petición, ya que le pide en nombre suyo y de sus hermanos al Padre el don del Pan-
“Eucaristía”.
1.2.4.2 ¿Cómo lo dice?
Teresa lo expresa como una gran necesidad que tenemos de pedir nuestro pan de cada día y
que el Señor nos lo de hoy, ella dice:
… Pues en esta petición de cada día, parece que es para siempre. Estando yo pensando por
qué después de haber dicho el Señor, cada día, tornó a decir dánoslo hoy, Señor; ser nuestro
cada día, me parece a mí porque acá le poseemos en la tierra y le poseeremos también en el
cielo78.
Con respeto a dicha petición expresada en la palabras de Teresa podemos comprender de esta
manera que el decir “hoy” es solo un día, pero el decir “cada día” es para siempre; y el dánoslo
hoy es algo que viene de Dios y para siempre que es su Pan Sacratísimo.
1.2.4.3 ¿Para qué lo dice?
Para educar la piedad eucarística del orante; ya que recibir la comunión en ese entonces a
diario no era uso habitual, Teresa recuerda a las religiosas que aún pueden comulgar
77 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 33, 1. 78 Ibíd., Camino de Perfección, 34,1.
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espiritualmente: “cuando no comulgareis, hijas, y oyereis misa, podéis comulgar
espiritualmente (que es de grandísimo provecho)”79. Educándolas de esa manera en la
Eucaristía – Pan cotidiano - que el mejor momento para dar gracias a Dios es después de
haber comulgado.
1.2.4.4 Motivos teológicos
Eclesiológico: el capítulo 35 termina con una súplica al Padre, para que no permita males en
la Iglesia, y que no lo haga por amor a nosotros, sino por amor a su Hijo, ya que no tenemos
méritos para solicitarlos, siendo esta una petición a favor de la Iglesia por medio de su Hijo.
Antropológico: Teresa hace referencia a los ojos del cuerpo y alma con estas palabras:
“procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma y miraros el corazón”80. Ella siempre
tendrá una mirada a lo interior81, mirada que solo se puede hacer con los ojos del alma mas
no con los corporales.
Cristológico: los distintos títulos cristológicos que nos presenta esta petición del padrenuestro
de ellos resalta el de Santísimo Sacramento, título al cual también la santa conoce con el
nombre de Eucaristía en los accidentes del pan y vino, dando a entender que este es nuestro
Pan diario.
Eucológico: Teresa va a retomar el tema de la oración de recogimiento que ya había explicado
en los capítulos (28 y 29) en la primera frase de esta oración, “Padre nuestro que estas en los
cielos”, vuelve a tomar el tema porque es de suma importancia para ella, y lo dice así:
“aunque había hablado de la oración de recogimiento de lo mucho que importa este entrarnos
a solas con Dios”83, ella ve la importancia de esta oración de recogimiento, y quiere que sus
lectores tengan presente dicha oración en su camino espiritual.
79 Ibíd., 35,1. 80 Ibíd., 34,12. 81 La mirada a lo interior es autoconocimiento, donde de sí, conocimiento propio. “Dios se alegra de que nos
conozcamos” (6as Moradas 5,6); “la oración a de comenzar y acabar en propio conocimiento” (Camino de
Perfección, 39,5). 82 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 33-35. 83 Ibíd, 35, 1.
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1.2.5 “Perdónanos, Señor, nuestras deudas, así como nosotros las perdonamos a
nuestros deudores” capítulos (36-37)
Esta petición está desarrollada en los capítulos (36-37), donde se pide el perdón de Dios y
ofrecemos el perdón nuestro. Con el tema del perdón regresamos desde la oración a lo más
realista de la vida.
1.2.5.1 ¿Qué dice la autora?
Teresa de Jesús lo expresa de la siguiente manera: “Que nos perdone nuestras deudas, pues
perdonamos nosotros”84, es decir: así como exigimos el perdón de Dios, también debemos
de exigirnos perdonar a los otros. Además la petición que ella escribe en latín: “Dimtte nobis
debita nostra”85 es la primera parte de la petición, por lo que queda incompleta86, pero al
momento de desarrollar la petición la hace de forma completa.
1.2.5.2 ¿Cómo lo dice?
Teresa dice esta glosa con determinación, haciendo referencia a la petición sobre la voluntad
de Dios87: es decir, esta expresión es de relevancia para ella en esta oración del padrenuestro,
motivo por el que vuelve a decirlo como una virtud propia del que medita dicha oración.
1.2.5.3 ¿Para qué lo dice?
Teresa dice esta petición para exponer a su lector los efectos o frutos de la oración, tal como
lo explica Alfonso Ruiz en su obra “Camino de Perfección para lectura y reflexión en
grupo”: “el saber perdonar es señal inequívoca de la verdadera oración y del auténtico
contemplativo. Estos aman las injurias, como los ricos sus joyas, por eso no es fácil que se
ofendan”88. Por lo tanto, el perdonar en los contemplativos es tan espontáneo que no les
cuesta hacerlo.
84 Ibíd, 36, 1 85 Ver: Teresa de Jesús, Camino de Perfección, título del Capítulo 32. 86 La segunda parte de la petición en latín es: “sicut et nos dimitimus debitoribus nostri”, por lo que sería una
respuesta a la primera parte: “Dimtte nobis debita nostra”. 87 Ver: petición sobre la voluntad de Dios. (1.2.3.1 ¿Qué dice el autor?). 88 Ruiz, “Camino de Perfección, para lectura y reflexión en grupo”, 259.
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1.2.5.4 Motivos teológicos
Eclesiológico: Teresa cuando habla sobre la priora, lo dice en sentido jerárquico, donde la
priora tiene el mayor rango; pero queda habilitada para otro oficio menor, es decir que cuando
llegan a ese cargo una religiosa puede tener después un oficio menor; tal como está escrito
en el pie de página del libro “Camino de Perfección” (36,4): “porque la que ha sido priora es
después la que más se humilla”89,esto porque después de ser una religiosa priora, puede ella
coger el oficio más bajo90 y hasta nuevamente volver a ser priora.
Antropológico: en esta petición Teresa va a resaltar el tema del alma y alma espiritual, estos
dos términos aparentemente son iguales, pero el hecho de aumentarle un adjetivo al
sustantivo “alma” cambia, porque está ya no es una simple alma sino que es espiritual. Tomás
Álvarez lo describe así: “alma, hace referencia al cuerpo, mientras que alma espiritual es la
hondura humana y la relación entre alma y espíritu tienen sentido religioso91. Es decir el alma
espiritual tiene la apertura a la trascendencia, mientras que alma solo hace referencia al
cuerpo humano.
Cristológico: títulos cristológicos la Santa va a usar los siguientes nombres para referirse a
Cristo, como por ejemplo: “buen Maestro, Señor, Hijo, buen Jesús, Majestad, Sabiduría
eterna, buen Enseñador”92; a lo largo de los capítulos (36-37) llama Teresa a Jesús con esos
nombres, pero el nombre que lo tiene más presente es el de Maestro como en la glosa:
“Santificado sea tu nombre, venga en nosotros tu reino”93, ya que es el mismo Cristo quien
le enseña, y es al que llama buen Maestro.
Eucológico: Teresa de Jesús desarrolla en el Padrenuestro los grados de oración pasando
desde la mental hasta llegar a la oración de unión94. Ella escribe así en su comentario a dicha
oración: “espánteme ver que en pocas palabras esta toda la contemplación y perfección
encerrada […] porque hasta aquí nos ha enseñado el Señor todo el modo de oración y de alta
89 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 36,4. 90 El oficio más bajo, es el de portera. 91 ver: Álvarez, T. “Alma”, 37. 92 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 36-37. 93 Ver: la glosa “Santificado sea tu nombre, venga en nosotros tu reino” (1.2.2.4 Motivos teológicos). 94 Oración de unión: esta oración unifica toda la actividad de la mente (todas las potencias) y las une al
interlocutor Divino y se expresa en fenómenos místicos como el éxtasis […] se mide también por la experiencia
que el orante adquiere del Amigo divino y de su misterio. (ver: Álvarez. “Grados de oración”, 319).
29
contemplación, desde los principiantes a la oración mental y de quietud y unión”95, es decir
a lo largo de estas glosas nos enseña cómo es que podemos llegar a la oración de unión con
solo rezar el Padrenuestro; y es que para llegar a la oración de unión tiene que haber una
plena conformidad con la voluntad de Dios.
1.2.6 “No nos traigas, Señor, en tentación; mas líbranos del mal” capítulos (38-41)
Teresa dedica los capítulos finales del Camino a estas últimas peticiones del Padrenuestro,
donde habla sobre los peligros y los males. La Santa lo escribe de la siguiente manera en
latín: “Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo”96, frases escritas como lo
presenta la liturgia.
1.2.6.1 ¿Qué dice la autora?
La autora, dice lo siguiente de estas últimas peticiones: “Que nos libre el Señor y que no
consienta andemos en tentación”97; y es que el peligro del que habla la Santa es creerse con
virtudes, por lo que hace falta humildad. Por eso ahora, en estas peticiones no se dirige a
principiantes, sino a los avanzados y adelantados, que son los que llegan a la perfección o
tienen contemplación.
1.2.6.2 ¿Cómo lo dice?
Teresa va decir esta petición en forma de súplica: “pedimos en ella ayuda contra las
tentaciones y contra el mal, o contra el Maligno”98, es decir, se dirige al Señor, para que éste
lo libre de las tentaciones, porque el demonio puede hacer gran daño sin entenderle, porque
creer que tenemos virtudes y no las tenemos, esto es pestilencia99. Y es que el grave riesgo
de caer en tentación acecha al hombre de oración pero no desde afuera, sino desde la entraña
misma del trato con Dios.
95 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 37,1. 96 Ibíd., título del Camino de Perfección, 38. 97 Ibíd., Camino de Perfección, 38,2. 98 Ibíd., 38,1. 99 Pestilencia: es uno de los más típicos y fuertes anatemas teresianos: “ponzoña y pestilencia”, son ciertos
desvaríos de la amistad, las divisiones y desvaríos de la comunidad, los clasismos y puntillos de honra,
pestilencia en la oración es vivir en estado de mentira. (Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino
de Perfección”, 272).
30
1.2.6.3 ¿para qué lo dice?
La santa al desglosar esta petición va a inculcar al orante dos virtudes: amor y temor de Dios
(C 40,41), como remedio para no caer en las tentaciones. Ya que estas dos virtudes se integran
en una sola; además recordemos que “amor y temor”100 son las dos virtudes finales de su
obra Camino de Perfección, y no solo del libro, sino del itinerario de oración teresiana.
1.2.6.4 Motivos teológicos
Antropológico: en este sentido teológico, para Teresa el alma es el hombre; esta alma debe
tener virtudes101, y estas son: “amor y temor”. Tomas Álvarez nos dice: “Temor, que deberá
desarrollar el sentido de trascendencia. Y amor, que afine el sentido filial, de intimidad con
Jesús y con el Padre”102. Pues bien estas son dos virtudes que hacen crecer al alma, es decir
a la persona.
Cristológico: Teresa de Jesús va a seguir enumerando los títulos cristológicos con los que se
refiere a Jesús, y en esta glosa lo llama así: “Señor, Majestad, buen Maestro, amado”103. De
estos títulos el que más relevancia tiene en estas glosas últimas es el de “amado”; este tiene
que ver con el de “esposo”104, en el sentido amoroso, relacional y trato que tiene con su Cristo
de amor, porque como esposo es amado.
Eucológico: después de haber hecho todo un recorrido en el camino de oración, finalmente
Teresa llega en esta última petición al punto más alto de la oración, que es el de la
“contemplación”105, ya que en esta se realiza una especial relación del hombre con Dios,
preparándose para la unión plena con Dios permaneciendo en ésta.
100 Amor y temor: que el amor nos hará apresurar los pasos; y el temor nos hará ir mirando donde ponemos los
pies, para no caer por camino a donde hay que tropezar. (Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 40,1). 101 Santa Teresa nunca se puso a decirnos como los “letrados” que la virtud es “un hábito operativo y bueno” y
que algunas tienen un origen bíblico, pero su clasificación teológica posterior se inspira en la filosofía griega.
Para Teresa virtud es: todo lo bueno que se haga o sufra por Dios. (ver: Malax. “virtudes”, 638-639). 102 Álvarez, T. “Camino de Perfección”, 95-97. 103 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 38-41. 104 Ver: la glosa “Padrenuestro que estas en los cielos” (1.2.1.4 Motivos teológicos). 105 Teresa entiende por contemplación una forma de oración superior a la meditación. La meditación es
discursiva y la contemplación es unitiva. La contemplación afecta directamente a la voluntad y envuelve a toda
la persona del orante, a toda su actividad anímica, en un sencillo flujo de actividad y pasividad. (Álvarez.
“Contemplación”, 168).
31
1.2.7 “Amen” capitulo (42)
Es una de las invocaciones preferidas de la Santa, inspirada por los textos bíblicos y por la
liturgia, tal como lo afirma Tomas Álvarez:
Amen: es un hebraísmo conservado en los libros del Nuevo Testamento (evangelios, Cartas,
Apocalipsis) con significado de ratificación o adhesión religiosa a una verdad, o a la
revelación de Dios, o al contenido de la oración que precede. Jesús mismo lo emplea a veces
en duplicado (Jn 3,3.5) para refrendar la autoridad divina de su palabra. Pablo recuerda su
empleo en la comunidad primitiva como aclamación final del grupo a la oración de un
carismático (1Cor 14,16). En el Apocalipsis, Jesús mismo es “el Amén, el testigo fiel” de
Dios (3,14)106
Como en la liturgia, también las oraciones que Teresa intercala en el relato o en la exposición
doctrinal, culminan en el “amén”: “Bendito sea alabado el Señor, de donde nos viene todo el
bien que hablamos y pensamos y hacemos. Amén”107. Por ello Teresa es sin duda una
continuadora de la tradición orante cristiana, condensando la piedad filial y la oración de
Jesús, de Pablo y de la comunidad primitiva.
Para la Santa, en su glosa al padrenuestro, el amén es interpretado como el resumen y
confirmación de todas las peticiones contenidas en dicha oración, sobre todo de la última:
que el Señor nos libre de todo mal; tal como ella lo escribe en el último capítulo de su obra
Camino de Perfección: “amén entiendo yo que, pues con él se acaban todas las cosas, que así
pide el Señor seamos librados de todo mal para siempre”108, es decir con el amén concluye
toda la glosa del padrenuestro y ratifica su contenido en una sola palabra.
1.3 Balance del capítulo
Al acercarnos al comentario del padrenuestro hecho por Santa Teresa de Jesús en su libro
Camino de Perfección capítulos 27-42, nos damos cuenta que es un tratado dirigido por
Teresa a sus hijas y hermanas. Está presentado como una pedagogía de oración donde el
orante pasa de la oración vocal a una contemplación perfecta.
106 Álvarez. “Amén”, 38. 107 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 42,7. 108 Ibíd., 42,2.
32
La oración que Jesús enseñó a sus discípulos (Mt 6, 7-15) y que hoy se repite con frecuencia
toma sentido cuando se desglosa frase a frase cada una de sus peticiones: por ello a lo largo
del capítulo se realizó un análisis de ellas, partiendo del comentario de Teresa de Jesús.
En este análisis se pudo trabajar las siguientes preguntas. ¿Qué dice la autora? Haciendo
referencia al contenido. ¿Cómo lo dice? Haciendo referencia a la forma. ¿Para qué lo dice?
Encontrando su finalidad y los motivos teológicos, es decir la visión teológica de dicha
oración. En cuanto a la pregunta ¿Qué dice la autora? Se puede afirmar que: Teresa escribe
de forma literal cada una de las peticiones, donde va desarrollando su parecer desde su propia
experiencia, dando a entender que cada frase va en relación con las demás, dirigiéndose al
Padre por medio de su Majestad que es el Hijo.
En relación con la segunda pregunta que es ¿Cómo lo dice? Teresa dice estas peticiones de
forma explicativa, simbólica, a manera de súplica, necesidad y sobre todo con determinación,
ya que ésta es una de las principales virtudes teresianas.
La siguiente pregunta es ¿para qué lo dice? Teresa dice estas peticiones; para enseñar el cómo
pasar de una oración vocal a la contemplación, tema que está desarrollado a lo largo de cada
una de las glosas y principalmente en los motivos teológicos en el tema de la eucología.
Por otra parte, los motivos teológicos analizados fueron: eclesiológico, antropológico,
cristológico y eucológico. En cuanto a lo eclesiológico podemos decir que: Teresa está sujeta
a la Iglesia universal, pide por ella. Hace referencia a los religiosos y de manera particular a
la priora dando a entender la constitución de una iglesia jerárquica, pero igualitaria al interior
de sus conventos. En lo antropológico, hace referencia al alma, de manera especial a las
potencias: (memoria-entendimiento-voluntad) teniendo presente el dualismo cuerpo y alma,
también hace referencia a las virtudes. En cuanto a lo cristológico enumera una serie de
títulos con los cuales se refiere a Cristo y algunas veces al Padre, estos principalmente son el
de (majestad, esposo y maestro). Y en lo eucológico habla de los tipos de oración (vocal,
mental, quietud, unión y contemplación) pasando de la vocal a la contemplación.
Por último, se expuso la expresión “Amén” como una expresión hebraica y litúrgica, con la
que, la Santa ratifica y da por concluido todo el desarrollo de su comentario.
33
Entonces, frente al objetivo del primer capítulo: analizar la recepción del Padrenuestro
mateano en el libro “Camino de Perfección” de Santa Teresa de Jesús, se puede afirmar que
se trabajó de la siguiente manera para poder responder: primero se tomó la segunda mitad
del libro “Camino de Perfección” que va desde los capítulos 27-42. Después se desglosó cada
una de las peticiones en sus capítulos correspondientes, haciendo un análisis de su contenido
dentro de cada una de ellas con las siguientes preguntas: ¿Qué dice la autora? Esta hace
referencia al contenido del texto. ¿Cómo lo dice? Refiriéndose a la forma del texto. ¿Para
qué lo dice? Haciendo referencia a la finalidad del texto. También se describió los motivos
teológicos que van surgiendo en dicho desarrollo, tales como: antropología, cristología,
eclesiología y eucología.
La respuesta dada a este objetivo es: Teresa tuvo una recepción propia del Padrenuestro
mateano: es decir, ella no solo lo recibió como una oración vocal para repetirla cuantas veces
sea necesaria y de manera particular en el rezo del rosario, oficio divino o en la liturgia, sino
que la recepción de ella fue especial, porque la aprendió, la meditó, la oro y supo expresarla109
con gran riqueza; y da a conocer, que no solo es un oración paternal, es decir, dirigida al
Padre, tal como la expresa el evangelio de Mateo110, sino que es cristocéntrica, logrando
transmitir una cristología desde la primera frase hasta la última, porque, ella no dice sola esta
oración, sino que la dice acompañada por Jesús, siendo esta una novedad para el cristiano.
Además, en esta oración, Teresa hace referencia a una eclesiología particular (la comunidad)
que es cada convento o comunidad religiosa; y una eclesiología universal, es decir la iglesia
en general, por la cual ella intercede con su oración. También hace referencia a una
antropología; donde se trabaja el cuerpo y alma, aunque es expresado en un sentido dualista,
hoy podemos entenderlo en un sentido integrador. Finalmente hace de esta una recepción
pedagógica para enseñar el camino de oración que debe seguir el cristiano, tal como se
ofrecerá en el capítulo siguiente a tratar sobre la oración como modelo para el cristiano.
109 Pasos de la lectio Divina. (leer, meditar, orar y contemplar) 110 Oración intimista dirigida totalmente al Padre: cuando vayas a orar, entra en tu aposento y después de cerrar
la puerta ora a tu padre que está allí en lo secreto; y tu Padre que está en lo secreto de recompensara. (Mt 6,6).
34
CAPITULO II
EL COMENTARIO TERESIANO DEL PATERNÓSTER COMO MODELO DE
ORACIÓN PARA El CRISTIANO
Después de haber hecho una aproximación al comentario del Padrenuestro de Santa Teresa
de Jesús en su libro Camino de Perfección, y desglosar cada una de las peticiones mediante
un análisis de dicho comentario; ahora, a partir de algunos textos teresianos, de manera
particular desde el libro Camino de Perfección y los resultados obtenidos del primer capítulo
de nuestro trabajo investigativo, se ofrecerá algunas claves para la oración del cristiano.
Este tema del comentario teresiano del paternóster como modelo de oración va dirigido a
aquellos que buscan un encuentro de unión con Dios mediante la oración y los efectos que
produce en el ser humano.
El comentario Teresiano del paternóster es modelo de oración porque conduce al hombre a
la unión con Dios, tal como el Hijo está unido al Padre siendo uno solo con Él (ver: Jn 17,21),
culmen del itinerario de oración según Teresa de Jesús. En este comentario se recorre todo el
camino que el orante, entre aciertos y vicisitudes, tiene que pasar desde lo sencillo de la
oración vocal hasta la oración de unión con Dios.
Se resaltará la propuesta de una estructura literaria de la oración del padrenuestro, así mismo,
se desarrollará cada uno de los temas propuestos dentro de la estructura tales como el de la
oración, la Eucaristía, el perdón, las tentaciones y el deseo de perfección del cristiano.
Para el presente capítulo donde se abordará el comentario de Santa Teresa de Jesús al
Paternóster, como un modelo de oración del cristiano, se tomará como modelo la vida de
Jesús111 siendo él, primer modelo de orante, pero este modelo de Jesús lo adaptó la
espiritualidad teresiana. El Padre María Eugenio del Niño Jesús112 en su libro Movidos por
el Espíritu dice: “Jesús enseñó a orar de una manera ciertamente escueta, pero al mismo
111 Jesús a lo largo de su vida pública, oró constantemente; sus apóstoles y la gente que le seguía, se daban
cuenta de su oración, le veían alejarse, a veces en el curso de la jornada y con bastante frecuencia durante la
noche, y entregarse a la oración, una oración muy prolongada (Mt 26, 36-46). 112 Beato María-Eugenio del Niño Jesús (en el siglo Henri Grialou), sacerdote profeso de la Orden de los
Carmelitas Descalzos, Fundador del Instituto Secular de Nuestra Señora de la Vida († 1967). Gran estudioso de
Santa Teresa de Jesús, resumió la espiritualidad de Teresa de Jesús en el libro “Quiero ver a Dios”.
35
tiempo perfecta, confiándoles y enseñándoles cómo se tenía que orar”113 (Mt 6,9-13), siendo
de esta manera, Jesús el maestro de oración por excelencia y Teresa la adaptó en su
comentario al paternóster.
La enseñanza de Jesús fue de este modo: cuando oréis, no charléis mucho, como los paganos,
que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque
vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Vosotros orad así: Padre nuestro…
(Mt 6,7-15). Frente a esta oración, el Padre María Eugenio refiere que: “A lo largo de los
siglos, en efecto, la Iglesia y los grandes maestros de la vida espiritual, como San Agustín,
Santo Tomás y Santa Teresa de Jesús, comentaron el padrenuestro con el propósito de darnos
una doctrina sobre la oración”114. Pero Santa Teresa, especialmente en su Camino de
Perfección, en el tratado que dedica a la oración, comenta el Padrenuestro y extrae de estas
fórmulas una doctrina completa sobre la oración y sobre la contemplación, la cual se
desarrollará a lo largo del capítulo.
Es posible, que la enseñanza de Cristo parezca en extremo concisa. Tal como nos lo presenta
el evangelista Mateo diciendo que Jesús enseña a la gente: vosotros orad así: Padre nuestro…
(Mt 6,7-15). Oración conocida en el ámbito bíblico y cristiano como la oración del
padrenuestro, y desde el siglo XVI como la oración vocal, Santa Teresa nos dirá: “Vino una
vez a mí muy acongojada (una persona), que no sabía tener oración mental ni podía
contemplar, sino rezar vocalmente. Preguntéle qué rezaba, y vi que asido al paternóster tenía
pura contemplación y la levantaba el Señor a juntarla consigo en unión”115. Por tanto,
podemos ver que es necesario y provechoso para los grandes contemplativos que han llegado
a la cima de la contemplación rezar la oración del paternóster.
A continuación se presentará la propuesta de una estructura expositiva del libro “Camino de
Perfección” de Santa Teresa de Jesús en los capítulos (27-42), para luego entrar en materia
con el desarrollo de cada parte de la estructura.
113 P. María Eugenio del Niño Jesús, Movidos por el Espíritu, 166. 114 Ibíd. 115 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 30,7.
36
2.1 Presentación de la estructura expositiva del paternóster:
Antes de abordar la estructura expositiva, expondremos lo que se entiende por la misma,
según Pérez Porto y Gardey, afirman al respecto lo siguiente: “El conjunto coherente de
enunciados con intención comunicativa se conoce como texto. El adjetivo expositivo, por su
parte, hace referencia a aquel o aquello que expone”116. Es decir, algo que se da a entender,
se pone de manifiesto o se da a conocer con sentido; más adelante, afirman: “estos dos
conceptos nos permiten acercarnos a la definición de texto expositivo. Se trata de los textos
cuyo propósito es transmitir información y difundir conocimientos acerca de un determinado
tema”117; por lo que se refiere a nuestra investigación este tipo de discurso textual nos sirve
para exponer el comentario de Paternóster de Santa Teresa de Jesús.
El escrito de Santa Teresa de Jesús comentario al Paternóster está estructurado del siguiente
modo118:
Petición en español Petición en latín Capítulos
Padrenuestro que estas en los cielos (27-29)
Santificado sea tu nombre, venga en
nosotros tu reino
sanctificetur nomen tuum,
adveniat regnum tuum
(30-31)
Sea hecha tu voluntad; y como es
hecha en el cielo, así se haga en la
tierra
Panen nostrum quotidianum da
nobs hodie
(32)
El pan nuestro de cada día dánoslo
hoy, Señor
Panen nostrum quotidianum da
nobs hodie
(33-35).
Y perdónanos, Señor, nuestras
deudas, así como nosotros las
perdonamos a nuestros deudores
Dimtte nobis debita nostra, sicut et
nos dimitimus debitoribus nostri
36-37
116 Pérez Porto, Julián y Gardey, Ana. Definición de texto expositivo, 2013, https://definicion.de/texto-
expositivo/ (consultado el 01 de noviembre de 2017). 117 Ibíd. 118 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 27-42.
37
Y no nos traigas, Señor, en
tentación; mas líbranos del mal.
Et ne nos inducas in tentationem 38-39
Amor y Temor 40-41
Amen Amen 42
Frente a esta estructura expuesta por Santa Teresa de Jesús en su obra Camino de Perfección,
se presentará una estructura expositiva para desarrollar los temas propuestos por ella dentro
de cada una de las peticiones, es decir, resaltar los temas principales que ella desarrolla en su
libro, y presentarlos como ayuda para el cristiano de hoy. A continuación, se presentará una
estructura expositiva en paralelo con las peticiones del Paternóster presentadas en latín por
la Santa:
Estructura expositiva Paternóster capítulos
La meditación: Paternoster 27
La oración de recogimiento: Qui es in coelis 28-29
La oración de quietud:
Santificetur nomen tuum,
adveniat regiu tuum
30-31
Don de sí y la
contemplación unitiva:
Fiat voluntas tua sicut in
coelo et in terra
32
El don divino de la
Eucaristía:
Panen nostrum quotidianum
da nobis hodie
33-35
El perdón de las ofensas:
Dimite nobis debita nostra
sicut et nos…
36-38
Las tentaciones: Et ne nos inducas in
tentationem
39
Amor y temor de Dios 40-41
El deseo de la perfección: Sed libera nos a malo. Amen 42
38
Dicha estructura ayudará en el desarrollo del capítulo y servirá para profundizar en los temas
que Teresa de Jesús presenta en su obra Camino de Perfección. Ello permitirá profundizar
en algunos contenidos que ya nombramos en el primer capitulo119
Esta información será de guía para conseguir el objetivo de nuestro capítulo que es: elaborar
una propuesta desde la mística como modelo de oración y espiritualidad cristiana según la
oración del Padrenuestro comentada por Santa Teresa de Jesús. Para alcanzar dicho objetivo
se deben considerar los siguientes pasos: en primer lugar, se tomará la segunda mitad del
libro Camino de Perfección desde los capítulos 27-42, marcados por el desarrollo del
comentario del Padrenuestro realizado por Santa Teresa de Jesús. En segundo lugar, se
realizará una estructura expositiva, tal como fue presentado más arriba; frente a cada petición
de la oración del padrenuestro, analizando su contenido y enseñanza para el cristiano.
Para entrar en materia, se iniciará con el análisis de cada una de las partes de la estructura
expositiva del Padrenuestro desarrollado por Santa Teresa de Jesús. Esta será realizada de
forma ordenada y secuencial según lo presenta la obra.
2.2 El Padrenuestro, modelo de oración para el cristiano
Desde el capítulo veintisiete hasta el final del libro, expone Santa Teresa la práctica de la
oración mental que se hace gradualmente contemplativa; ella afirma: “que es muy posible
que estando rezando el paternóster os ponga el Señor en contemplación perfecta”120, por lo
que al rezar esta oración se puede llegar a una contemplación y unión con Dios. Teresa nos
presenta a Jesús como Maestro. El carmelita Gabriel de Santa María Magdalena dice: “y este
contacto con el Señor, con Jesús, es que nos enseña el Padrenuestro”121. Así esta oración es
una preparación para la unión con Dios, ya que el Paternóster recorre todo el itinerario de
oración mientras se consideran todas las peticiones, tal como se presenta a continuación:
119 La oración, la eucaristía, las tentaciones, el perdón, amor y temor. 120 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 25,1. 121 Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 199.
39
2.2.1 La meditación: “Paternóster”
2.2.1.1 En la presencia de Dios:
La preparación inmediata a la oración se puede hacer de diversas maneras, pero siempre ha
de comenzar teniendo contacto con el Señor, lo que se quiere hacer notar es: si quieres hacer
bien la oración, comienza por ponerte en la presencia de Dios, tomar conciencia de que Jesús
está presente. Teresa dirá: “creedme, mientras pudieres, no estéis sin tan buen amigo. Si os
acostumbráis a traerle cabe vos, y él que lo hacéis con amor y que andáis procurando
contentarle, no le podréis, como dicen, echar de vos; no os faltara para siempre, ayudaros ha
en todos vuestros trabajos; tenerle heis en todas partes. ¿Pensáis que es poco un tal amigo al
lado?”122 La Santa habla de la presencia que se debe ejercitar, no sólo durante la oración, sino
durante todo el día.
El motivo por el que insiste Santa Teresa sobre la necesidad de tomar contacto con el Señor
desde el principio de la oración nace del concepto mismo que tiene ella, puesto que considera
la oración como un “trato de amistad”123. Para hablar íntimamente con una persona, hay que
tenerla cerca, hacerla presente.
Si se llama al Señor es para ocuparse de Él, una vez conscientes de su presencia dentro de
cada uno, se debe fijar la mirada en Él, de tal manera que se pueda contemplarlo en el misterio
que más guste y que despierta mayor devoción y adoración, tal como nos lo enseña Teresa
de Jesús: “si estáis alegres, miradle resucitado […] si estáis con trabajos o triste, miradle
camino al huerto […] o miradle atado a la columna […] o miradle cargando con la cruz”124.
Basta recordar un misterio125 y en él representar a Jesús. El motivo esencial es que se debe
propiciar el contacto con Él, para conversar en un diálogo siempre amoroso. Pero todo radica
en la libertad de hacerlo del modo que mejor plazca.
122 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 26,1. 123 Oración: no es otra cosa oración mental –a mi parecer-, sino tratar de amistad, estando muchas veces
tratando a solas con quien sabemos nos ama. (ver: Teresa de Jesús. Vida, 8,5). 124 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 26,4-5. 125 Cuando hablamos de un misterio, se está haciendo referencia a los misterios del rosario, entendido como
una oración y devoción de la piedad mariana.
40
2.2.1.2 Primer grado de oración:
En el capítulo veintisiete, Santa Teresa trata del primer grado de oración, es decir, la
meditación. En este considera el caso concreto de una persona126 que no logra atar sus
pensamientos como se hace en la meditación clásica, y para ello se sirve de hacer algo, y lo
que hace es una oración vocal (rezar el padrenuestro).
En el caso propuesto por Teresa, esa persona que no sabe meditar ha de comenzar su oración
vocal (rezar) diciendo “Padrenuestro que estas en los cielos”127. Pero la Santa quiere que la
oración vocal se una a la oración mental, tal como lo afirma: “tenéis razón en decir que ya es
oración mental; mas yo os digo, cierto, que no sé cómo lo aparte, si ha de ser bien rezado lo
vocal y entendido con quien hablamos”128; ya que estas primeras palabras del paternóster
dará una intimidad que permita establecer una conversación afectuosa con el Padre Celestial,
con Jesús y luego con el Espíritu Santo.
La meditación que santa Teresa enseña, comprende dos partes, tal como lo señala Gabriel de
Santa María Magdalena: “primera parte: coloquio afectuoso con el Señor. Y segunda parte:
aplicaciones prácticas para nuestra vida”129. A continuación serán desarrolladas de la
siguiente forma:
Primero: coloquio afectuoso con el Señor: Santa Teresa comienza con la recitación de las
palabras del padrenuestro al exclamar “¡Oh Señor mío, hijo de tal Padre! ¡Bendito seáis por
siempre jamás! ¡No fuera al fin de la oración esta merced tan grande!”130; es decir, enseña a
orar con confianza filial al considerar a Dios como Padre nuestro, del mismo modo comienza
en diálogo con Jesús al pronunciar junto a él la oración del Padrenuestro. En efecto, somos
con él hijos de Dios: Jesús es Hijo por naturaleza; nosotros los somos por adopción (ver: Ef.
1,5). De este modo para Santa Teresa la sustancia de la oración está en la conversación
amorosa (coloquio).
126 Esta persona es la misma Teresa de Jesús. 127 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 27,1. 128 Ibíd., 24,6. 129 Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 208. 130 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 27,1.
41
Segundo: aplicaciones prácticas para nuestra vida. En la segunda parte del capítulo veintisiete
la Santa propone algunas reflexiones al respecto: el procurar conocer cada vez mejor a Dios
en su bondad, pues ella dice: “¿Qué hijo hay en el mundo que no procure saber quién es su
padre, cuando le tiene bueno y de tanta majestad y señorío?”131 Es decir, saber a quién se
dirige, cómo se dirige y para qué se dirige. De esta manera se podrá recoger mejor el alma
durante el día, porque en esta meditación se sabe estar en conversación amorosa con el Señor.
La Santa termina el capítulo con una vislumbre trinitaria: “por disparatado que ande el
pensamiento, entre tal Hijo y tal Padre forzado ha de estar el Espíritu Santo, que enamore
vuestra voluntad y os ate a tan grandísimo amor”132. Es interesante que Teresa termine esta
petición con un amor trinitario, ya que este es precisamente el objeto de la oración, y será el
estímulo para avanzar cada vez más en el camino de la intimidad divina, de tal manera que
el alma133 continua su itinerario hacia la oración de recogimiento.
2.2.2 La oración de recogimiento: “Qui es in coelis”
Teresa comienza a tratar de otra forma de oración que, en sentido amplio, se podría llamar
de segundo grado, porque en ella el recogimiento es más acentuado que en la oración
ordinaria: pero en sí misma podría ser un punto de partida para el camino de oración134.
2.2.2.1 Segundo grado de oración:
Para captar su naturaleza, se dice que la sustancia de la oración de recogimiento según Gabriel
de S. María Magdalena es: “tomar consciencia de la presencia de Dios en nosotros”135; es
decir, el alma adquiere esta conciencia profunda de la realidad y presencia íntima con Dios
en su vida. En esta oración intervienen la memoria, el entendimiento y la voluntad136, tal
como nos lo presenta Teresa: “llámese recogimiento, porque recoge el alma todas las
131 Ibíd., 27,5. 132 Ibíd., 27,7. 133 Para mayor comprensión del término “alma” (ver pie de página números 40-41). 134 Teresa habla, pues, de la oración de recogimiento en los capítulos 28 y 29 del Camino, y en primer lugar
(c.28 nn. 1-9) de la naturaleza y de los provechos de esta forma de oración, luego (c. 10-13, y en c.29) del modo
de procurarse esta oración, mientras hace una digresión (c. 29,nn 1-3) sobre la práctica de la humildad. (ver:
Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 181). 135 Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 215. 136 Potencias del alma. Memoria, entendimiento y voluntad.
42
potencias y se entra dentro de sí con su Dios”137, es decir, Dios produce un movimiento por
el que el ser humano se retira de lo exterior para atender a lo interior.
Así, pues, la oración de recogimiento consiste en retirarse el alma138 de las criaturas, para
ponerse en contacto con Dios, es decir, la persona adquiere un dominio sobre los sentidos.
Teresa dirá del que va por este camino: “casi siempre que reza tiene cerrado los ojos, y es
admirable costumbre para muchas cosas, porque es un hacerse fuerza a no mirar las de acá.
Esto al principio, que después no es menester; mayor se la hace cuando en aquel tiempo los
abre”139, en otras palabras, una vez adquirida la conciencia de la presencia de Dios en el ser
humano, comienza el camino de unión con Dios.
2.2.2.2 Prácticas auxiliares:
Para preparase a la oración de recogimiento puede ayudarse de la imaginación y representarse
a Dios presente como un Rey en su Palacio, tal como nos dice la Santa:
Pues hagamos cuenta que dentro de nosotros esta un palacio de grandísima riqueza, todo su
edificio de oro y piedras preciosas, en fin, como para tal Señor; y que sois vos parte para que
este edificio sea tal, como a la verdad es así; que no hay edificio de tanta hermosura como
una alma limpia y llena de virtudes, y mientras mayores, más resplandecen las piedras; y que
en este palacio esta este gran Rey, que ha tenido por bien ser vuestro Padre, y que está en un
trono de grandísimo precio, que es vuestro corazón140.
Por tanto, conviene ayudarse de la imaginación y la reflexión para caer en la cuenta de que
el ser humano está habitado por el Señor que reside dentro de sí.
Pero esto no basta para llegar a la íntima unión con Dios; por eso Teresa, después de haber
indicado el medio intelectual, pasa a exponer el trabajo que se debe realizar con la voluntad
y afirma: “[Dios] no ha de forzar nuestra voluntad, toma lo que le damos, mas no se da a sí
del todo hasta que nos damos del todo”141. Se resume aquí la espiritualidad de Teresa, esto
es: para adentrarse en la intimidad con Dios es preciso abrir el alma142 de par en par y dejarse
137 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 28,4. 138 Entiéndase alma como persona o ser humano. 139 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 28,6. 140 Ibíd., 28,9. 141 Ibíd., 28,12. 142 Alma: (véase notas al pie de página números 40-41).
43
invadir por la voluntad divina, pero el Señor no hace esta unión sin que el hombre le rinda
toda su voluntad.
Una última práctica de la oración de recogimiento es esforzar el corazón para conseguir ese
sentimiento de la presencia de Dios, por ello Teresa nos detalla cómo debe de portarse el
alma durante el día: “si hablare, procurar acordarse de que hay con quien hable dentro de sí
mismo; si oyere acordarse que ha de oír a quien más cerca le habla […] nunca se apartar de
tan buena compañía y pesarle cuando mucho tiempo ha dejado solo a su Padre, que está
necesitada de él. Si pudiere, muchas veces en el día; sino, sea pocas”143. Es evidente, en el
momento en que se deja todo para ocuparse de Él en la oración, se encuentra el ser humano
con gran facilidad para entrar en el recogimiento y pasar a la oración de quietud.
2.2.3 La oración de quietud: “Santificetur nomen tuum, adveniat regnum tuum”
Al seguir el itinerario del comentario al Padrenuestro, Teresa pasa a tratar la oración de
quietud, oración de tipo sobrenatural, es decir, una oración que no se puede alcanzar por
voluntad humana, para lo cual consagra a ello dos capítulos (30-31).
Después de haber comentado la primera frase, “Padrenuestro, que estas en los cielos”, Teresa
expone la oración mental y la oración de recogimiento. Se detiene ahora en las dos peticiones:
“santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino”. Teresa, hace notar que el Señor mismo
ha unido estas dos frases: “vio su Majestad que no podíamos santificar ni alabar ni
engrandecer ni glorificar este nombre santo del Padre eterno conforme a lo poquito que
podemos nosotros (de manera que hiciese como es razón) si no nos proveía su Majestad con
darnos acá su reino”144, pues, no se puede alabar al Señor con perfección, si no se le ama
mucho; tal como dirá en el tercer grado de oración.
143 Ibíd., 29,7. 144 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 30,4.
El reino de los cielos ha sido inaugurado en la tierra por Cristo. “se manifiesta a los hombres en las palabras,
en las obras y en la presencia de Cristo”. (ver: Concilio Vaticano II, “Constitución dogmática Lumen Gentium
sobre la Iglesia” 5. También observar la cita 143 que habla sobre el Reino según Teresa de Jesús. Y de ahí en
adelante cuando salga el término “reino” o “Reino de los cielos” recurrir a estas citas.
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2.2.3.1 Tercer grado de oración:
Se trata de un principio de pura contemplación, porque el alma no procede con imágenes y
conceptos, sino mediante el amor y el gusto del Señor. Teresa quiere que se alabe al Señor
con todo el corazón, que la vida misma sea una alabanza continua; y esto no se puede hacer
si no se conoce por entero al Señor y no se le ama hasta consagrarle por completo la vida; lo
presenta así en su obra Camino de Perfección:
El gran bien que me parece a mí hay en el reino del cielo, con otros muchos, es: ya no tener
cuenta con cosa de la tierra, sino un sosiego y gloria en sí mismos, un alegrarse que se alegren
todos, una paz perpetua, una santificación grande en sí mismos, que les viene de ver que todos
santifican y alaban al Señor y bendicen su nombre, y no le ofende nadie; todos le aman, y la
misma alma no entiende en otra cosa sino en amarle, ni puede dejarle de amar, porque le
conoce145.
La Santa, se refiere a que el Señor hace pedir su Reino no solo en el cielo, sino en la tierra,
para poder santificar su nombre; se pide el Reino de contemplación y de gracia que el Señor
quiere conceder a algunas personas, ya que Él, no da los mismos gustos a todos; es decir, no
todos lo poseerán de ese modo experimental, pero si podrán todos intuir un conocimiento
amoroso de Él.
2.2.3.2 Descripción de la oración de quietud:
Santa Teresa habla directamente de su experiencia146 en el capítulo 31: “quiero, hijas,
declarar, como lo he visto platicar, o el Señor ha querido dármelo a entender, por ventura,
para que os lo diga, esta oración de quietud”147. La Santa dirá en qué consiste esta oración de
quietud desde su propia experiencia y lo describe así: “me parece comienza el Señor, como
he dicho148, a dar a entender que oye nuestra petición, y comienza ya a darnos su reino aquí,
para que de veras le alabemos y santifiquemos su nombre y procuremos lo hagan todos”149.
145 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 30,5. 146 Teresa ha descrito también su experiencia en el libro de su Vida explicando el “segundo modo de sacar el
agua”, y trata de ella luego y trata de ella luego escribiendo el Castillo Interior, en las cuartas moradas. Habiendo
recibido tantas confidencias de sus hijas, al exponer la variedad de estas gracias, se sirve también de las
experiencias ajenas, pero lo más frecuente habla por experiencia propia. (ver: Gabriel de Santa María
Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 236). 147 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,1. 148 Como he dicho: El señor escucha, pues, la petición que le hemos hecho antes: adveniat regnum tuum, para
que sea una realidad en nosotros. (Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección,
de Santa Teresa de Jesús 237). 149 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,1.
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Hecha esta introducción Teresa describe la oración de quietud y afirma: “Es cosa sobrenatural
y no la podemos procurar nosotros por diligencias que hagamos; porque es un ponerse el
alma en paz o ponerla el Señor con su presencia por mejor decir, como hizo el justo Simeón
(Lc 2,29), porque todas las potencias se sosiegan”150.La oración de quietud es el primer tipo
de oración contemplativa151 en la que el hombre no solo trabaja para alcanzarla, sino muchas
veces el Señor actúa y la orienta sin que él se dé cuenta.
La Santa añade a esta descripción de la oración de quietud lo siguiente: “entiende el alma,
por una manera muy fuera de entender con los sentidos exteriores, que ya está junto cabe su
Dios, que, con poquito más llegara a estar hecha una misma cosa con él por unión”152. Teresa
hace notar aquí, que no se trata de un conocimiento dado a través de los sentidos, sino de una
experiencia desde dentro, es decir, el hombre experimenta dentro de sí un conocimiento de
amor. La unión, en efecto, no es más que una intensificación de la oración de quietud.
2.2.3.3 Consejos:
Teresa de Jesús nos presenta tres consejos sobre la oración de quietud en el capítulo 31 de su
obra “Camino de Perfección”, estos son los siguientes:
El primer consejo es muy sensato y oportuno, la santa dice: “como se ven en aquel contento
y no saben cómo les vino, al menos ven que no le pueden ellas por si alcanzar”153; frente a
este consejo Gabriel de S. María dice que: “Teresa hace observar que siendo cosa
sobrenatural, ni puede procurarse ni retenerse con industrias humanas”;154 es decir que no se
puede alcanzar esta oración por fuerzas propias, sino por gracia de Dios, por lo que es bueno
guardar mayor soledad, recogimiento y silencio.
Otro consejo, acerca de la oración de quietud según Teresa de Jesús es; “que sin trabajo del
entendimiento está amando la voluntad, y quiere el Señor que, sin pensarlo, entienda que está
con él”155, en palabras del teresianista Gabriel de S María escrito en su libro “Comentario al
150 Ibíd., 31,2. 151 La contemplación es una madurez de la vida espiritual y se verifica habitualmente en personas que han
alcanzado cierta madurez humana e intelectual. (Maroto, Santa Teresa. La oración y la contemplación, 325). 152 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,2. 153 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,6. 154 Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 243. 155 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,9.
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Camino de Perfección” seria: “porque si el alma sigue la corriente al pensamiento y el alma
sigue por comprender, se distraerá; dedíquese, pues, simplemente a una atención amorosa
con el Señor”156; es decir, que el orante no trate de formar conceptos porque perderá lo mejor
de esta oración.
Por último, la Santa insiste mucho esto a las personas que están absortas del Señor: “Mas si
ve que poniéndola el reino del cielo en su casa, se torna a la tierra, no sólo la mostrará los
secretos que hay en su reino, más serán pocas veces las que le haga este favor y breve
espacio”157. Teresa da a entender que cuando el alma esta tan llena de Dios, no es necesario
insistir con el rezo de oraciones vocales, sino que el Señor hace sentir a la persona en ese
momento que la quiere toda para sí.
2.2.4 Don de sí y la contemplación unitiva: “Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra”
El capítulo treinta y dos, es sin duda uno de los más importantes del Camino de Perfección.
El teresianista Secundino Castro dice: “…como este capítulo nos lleva verdaderamente a la
cumbre de la oración, hemos de reconocer que es el central del camino”158 Al comentar el
paternóster, ha hablado antes santa Teresa de los diversos grados de oración, ahora va a
hablar de la vida perfecta en relación con los estados de oración más elevados, pero antes
expone lo relacionado al don de sí y su importancia.
2.2.4.1 Don de sí159
Para poder tener este don total de sí, es necesario que el hombre viva en el Reino de Dios160,
ya que éste es el ofrecimiento de su propia voluntad, tal como le escribe Teresa: “quiéroos
avisar y recordar que este don es nuestra voluntad”161; y añade la Santa: “no hayáis miedo
sea daros riquezas ni deleites ni honras ni todas estas cosas de acá; no os quiere tan poco”162.
156 Ibíd., 244. 157 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 31,11. 158 Castro, Ser cristiano según Santa Teresa, 386. 159 Don de sí: se entiende como conocimiento propio que Dios lo da. (ver: Teresa de Jesús, Vida, 15,14). 160 Para mayor comprensión del término “Reino de Dios” (ver pie de página números 142). 161 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,6. 162 Ibíd.
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No hay duda que habrá que sufrir algo, por lo cual no hay vida humana sin sufrimiento, sin
embargo, todo ello entra en la existencia del hombre.
La importancia de este don es entregar la voluntad a Dios; es decir que cuando el hombre se
entrega del todo a Dios, Dios también se entrega del todo al hombre. Teresa dirá: “Pues, veis
aquí, hijas, a quien más amaba lo que le dio163, por donde se entiende cuál es su voluntad, así
que estos son sus dones de este mundo. Da conforme al amor que nos tiene: a los que ama
más, da de estos dones más: a los que menos, menos, y conforme al ánimo que ve en cada
uno y al amor que tiene a su Majestad”164, por lo cual el sufrimiento esta siempre en
proporción con nuestro amor.
Teresa concluye la primera parte de este capítulo con estas palabras: “todo lo que os he
avisado en este capítulo va dirigido a este punto de darnos del todo al Criador, y poner nuestra
voluntad en la suya, y desasirnos de las criaturas”165; por ello, no es posible entregarse
totalmente al Señor, hacer siempre su voluntad, sin poner todo lo creado en el puesto que le
corresponde: en la dependencia de Dios.
En la segunda mitad de este capítulo la Santa quiere demostrar las consecuencias de esta
entrega generosa y habla de sus diversos efectos enumerándolos en párrafos distintos166: estos
efectos según Teresa son los siguientes:
Primero, la santa dice: “porque, sin dar nuestra voluntad del todo al Señor para que haga en
todo lo que nos toca conforme a ella, nunca deja beber de ella, esto es contemplación
perfecta”167, es decir, el hombre se prepara del mejor modo posible a la contemplación
perfecta.
En un segundo momento Teresa dirá: “¡Oh hermanas mías, qué fuerza tiene este don! No
puede menos si va con la determinación que ha de ir, de traer al Todopoderoso a ser uno con
nuestra bajeza y transformarnos en sí y hacer una unión del Criador con la criatura”168, por
163 La Santa se refiere al momento de la agonía de Jesús en Getsemaní (Mt 26,36-46). Y también a la crucifixión
y muerte de Jesús (Mt 27,32-56). 164 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,7. 165 Ibíd., 32,9. 166 Ibíd., 32,9-14. 167 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,9. 168 Ibíd., 32,11.
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lo que el ser humano es conducido a la transformación total, es decir, al estado de
transformación169.
Finalmente en un tercer efecto Teresa dice: “que ya nosotros no sabemos qué nos pedir y su
Majestad nunca se cansa de dar. Porque, no contento con tener hecha esta alma una cosa
consigo por haberla ya unida a sí mismo, comienza a regalarse con ella, a descubrir secretos
a holgarse de que entienda lo que ha ganado y que conozca algo de lo que tiene por dar”170;
entonces, el hombre se gana el corazón de Dios y obtiene cuanto le pide, aunque no sepa que
pedir porque Dios no se cansa de dar y comienza a regalarle y hacerle descubrir lo que el ser
humano también tiene para dar.
2.2.4.2 Los grados más elevados de oración:
El don completo de la voluntad es condición necesaria para llegar a la contemplación
perfecta, lo dice Teresa de Jesús: “porque [con este ofrecimiento] nos disponemos para que,
con mucha brevedad, nos veamos acabado de andar el camino y bebiendo del agua viva171
de la fuente que queda dicha”172. En consecuencia, la contemplación perfecta, se da en las
personas que han hecho la entrega plena de su voluntad al Señor.
Al llegar a este punto, Teresa expone algunas características de la contemplación perfecta,
comienza al decir: “en esto, como ya tengo escrito, ninguna cosa hacemos de nuestra parte,
ni trabajos, ni negocios, ni es menester más (porque todo lo demás estorba e impide) de decir:
fiat voluntas tua”173. Por lo tanto, esta oración es completamente pasiva; el hombre ya no
realiza ningún esfuerzo para alcanzar la contemplación perfecta.
Teresa continúa al exponer la oración de unión con el Señor, que puede el hombre dejar de
tener contacto con las cosas del mundo y todo lo que le rodea para estar con su Señor, la
169 Transformación se entiende como unión con Dios. Dios se comunica al hombre y el hombre responde a esa
autocomunicación de Dios. El hombre cree, espera y ama como lógica respuesta a la conducta amorosa que
tiene Dios hacia él. Esto es sobrenatural en cuanto que es fruto de una gracia que le hace al hombre capaz de
responder. (ver: Álvarez Aniano. “Unión con Dios”, 1498.) 170 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,12. 171 Para Santa Teresa, la fuente de agua viva es la oración de unión, o sea la contemplación perfecta como lo
dice ella en Camino de Perfección 32,10 “el agua es la contemplación perfecta, lo que lo que dijisteis os
escribiese. (ver: Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de
Jesús, 254). 172 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 32,9. 173 Ibíd., 32,10.
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Santa dirá: “no acaba el Señor de pagar en esta vida este servicio de entregarle la voluntad.
En tanto le tiene que ya nosotros no sabemos que pedimos y su majestad nunca se cansa de
dar […] comienza a regalarse con ella y a descubrirle secretos […] esto es arrobamiento”174,
todos estos detalles son intensificación de la oración de quietud. Por lo demás, el fin de las
gracias místicas más elevadas no es otro que la unión de la perfecta caridad entre el hombre
y Dios.
2.2.5 El don divino de la Eucaristía: “Panen nostrum quotidianum da nobis hodie”
Teresa se detendrá en este tema del don divino de la Eucaristía tres capítulos enteros de su
obra “Camino de Perfección” los capítulos son 33-35. En el primer capítulo, habla de manera
especial del excelso don de la presencia real de Jesús entre los hombres; y en los otros dos
capítulos siguientes trata de la comunión sacramental y de la comunión espiritual. De esta
manera se observa así la conexión de este argumento con el apartado anterior del don total
de nuestra voluntad al Señor; a continuación se observará que Jesús mismo es este don puesto
en la Eucaristía.
2.2.5.1 Presencia Eucarística:
La mayor manifestación del amor de Dios para con los hombres es la Encarnación, que se
perpetua en la Eucaristía. La teresianista María López dirá: “la Eucaristía es manifestación
del amor no solo de Jesús, sino también del Padre celestial”175. Teresa, hace notar que Jesús
pide al Padre poder permanecer con los hombres, porque quiere cumplir su voluntad y
sujetarse a Él por humildad “¡Oh señor eterno! ¿Cómo aceptáis tal petición? ¿Cómo lo
consentís? No miréis su amor, que, a trueque de hacer cumplidamente vuestra voluntad y de
hacer por nosotros, se dejará cada día hacer pedazos”176; se cumple así el don de su presencia
eucarística permanente.
174 Ibíd., 32,12. Son todas estas gracias contemplativas que alude brevemente, porque no estima necesario dar
aquí más amplia explicación; ya que lo hará bien extenso en su obra Castillo Interior, de manera particular en
las quintas y sextas moradas, Además Teresa escribió Castillo Interior para los directores espirituales y para las
almas que experimentan esos efectos, para que puedan comprobar que nos son cosas imposibles. (ver: Gabriel
de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 256). 175 López, Experiencia de fe en Teresa de Jesús, 126. 176 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 33,4.
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No se puede olvidar, además, que para Teresa el pan de cada día es la Eucaristía, es el mismo
Jesús quien hizo esta petición: “… y en su nombre y el de sus hermanos, pidió esta petición:
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, Señor”177; de esta manera la Santa da a entender
que Él está con los hombres todos los días en el Pan que es la Eucaristía. Tal como se ve a
continuación.
2.2.5.2 Comunión Sacramental:
El capítulo treinta y cuatro se abre con una premisa sobre el sentido que da Santa Teresa a
las Palabras: Panem nostrum178. Hace notar la Santa, cuando se pide el pan de cada día, se
ha de entender el Pan Eucarístico, referido no solo a la comunión, sino a la presencia real de
Jesús en la Eucaristía. La Santa lo escribe de la siguiente manera: “este mantenimiento y
mana de la humanidad; que le hallamos como queremos y que, si no es por nuestra culpa, no
moriremos de hambre, que de todas maneras quisiere comer el alma, hallará en el Santísimo
sacramento sabor y consolación”179; es decir, que así como se expresa el maná como
alimento, también el hombre se alimenta del Santísimo Sacramento que es la Eucaristía.
Santa Teresa invita a recoger los sentidos en el momento de la comunión. Ella dice: “…
procuraba recoger los sentidos para que todos entendiesen tan gran bien”180; concentrando de
esta manera nuestra atención en el acto de fe por el que se ve a Jesús entrar verdaderamente
en el hombre. Y es que también dice Teresa: “que no hay que dudar; que esto no es
representación de la imaginación, como cuando consideramos al Señor en la cruz o en otros
pasos de la Pasión, que le representemos en nosotros mismos como paso. Esto pasa ahora y
es entera verdad”181; es decir, en la comunión está presente Jesús en medio de los hombres
en su misma divinidad y humanidad.
177 Ibíd., 33,1. 178 Pues en esta petición de “cada día” parce que es para siempre. Estando yo pensando por qué después de
haber dicho el Señor, “cada día”, torno a decir: “dánoslo hoy, Señor”; ser nuestro “cada día”, me parece a mí
porque acá lo poseemos en la tierra y lo poseeremos también en el cielo, si nos aprovechamos bien su compañía;
pues no se queda para otra cosa con nosotros, sino para ayudarnos y animarnos y sustentarnos a hacer esta
voluntad que hemos dicho se cumpla en nosotros. (Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 34,1). 179 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 34,2. 180 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 34,8. 181 Ibíd.
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2.2.5.3 Comunión Espiritual:
El capítulo treinta y cinco de Camino de Perfección, habla de la comunión espiritual. Sobre
ésta describe Gabriel del S. María en su obra Comentario al Camino de Perfección de Santa
Teresa de Jesús, y afirma que: “se llama así para distinguirla de la sacramental, en cuanto
que, si no se recibe en ella el sacramento, debe en lo demás asemejarse completamente. Es
un ferviente acto de deseo con el que invitamos a Jesús a nuestro corazón y salimos a su
encuentro”182, por lo que Jesús en la Eucaristía nos trae su presencia en sus dos naturalezas
divina y humana.
La Santa dice: “cuando no comulgareis, hijas, y oyereis misa, podéis comulgar
espiritualmente (que es de grandísimo provecho)”183; es decir, Teresa motiva a sus hijas a
realizar esta práctica de la comunión espiritual. Pero, aunque ella habla explícitamente de la
participación de la misa, por los motivos que aduce, se comprende que su recomendación
vale también para otras ocasiones; todo depende de la disposición de la persona. Además,
Teresa añade: “mirad hermanas, que si a los principios, no os hallareis bien […] haráos
entender que halláis más devoción en otras cosas y aquí menos. No dejéis este modo, aquí
probara el Señor lo que le queréis”184, por lo cual, al manifestarle al Señor el deseo de
recibirle es mostrar estima por este Sacramento y, si muchas personas no aprecian la
comunión espiritual es porque no la han practicado, por ello recomienda la Santa no dejar de
practicar este modo de comunión.
2.2.6 El perdón de las ofensas: “Dimite nobis debita nostra sicut et nos dimitimus
debitoribus nostris”
En los capítulos treinta y seis y treinta y siete la santa desarrolla un argumento sobre el perdón
de los pecados, o si se quiere expresar de un modo más positivo, la misericordia de Dios.
Con esta petición se llega al último tramo de nuestro itinerario, decisivo para la vida del
cristiano orante, tal como lo señala el teresianista Tomás Álvarez: “Así la oración hace el
recorrido de tres planos decisivos: el misterio de la voluntad de Dios, el misterio de la
182 Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 273. 183 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 35,1. 184 Ibíd., 35,2.
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Eucaristía y el problema del perdón”185; en este último, se va de la oración a lo más realista
de la vida, el hecho mismo de colocar al perdón a la altura de la voluntad de Dios y del pan
de la Eucaristía, da idea de su importancia.
2.2.6.1 Oración y perdón
Perdonar es el principal objetivo pedagógico de esta petición, Teresa de Jesús dirá: “lo que
hemos dicho al Padre de que se cumpla en nosotros su voluntad, dícele ahora que nos perdone
nuestras deudas”186; se iguala de esta manera la voluntad y el perdón. El punto de partida es
la petición del perdón en el Padrenuestro. El perdón sirve para tender un puente desde la
oración a la vida; se reconoce que se tiene menos por perdonar y más para ser perdonado; es
decir, en palabras de Teresa: “¿Qué hará una tan pobre como yo, que tan poco ha tenido que
perdonar y tanto hay que se me perdone?”187; ese perdón se da en el ser humano,
compartiendo con los demás, y se refleja en la vida social, es decir, en la vida de la comunidad
se da y recibe el perdón.
Pero a nivel práctico toda la atención de santa Teresa se desplaza hacia el plano de la
convivencia. El teresianista Tomás Álvarez elabora dos preguntas que cuestionan el tema del
perdón y la oración: “¿la oración verdadera es o no un generador de perdón incondicional y
de amor a ultranza? ¿Qué capacidad y que facilidad de perdón real produce la oración en el
orante?”188. Acaso se podrá responder estas preguntas con la petición (perdónanos señor
como nosotros perdonamos). Si la respuesta es sí, quiere decir que es gran señal de buena
oración; y si la respuesta es no, se debe revisar el camino.
Para responder a estas dos preguntas, se tomará a Santa Teresa, desde el capítulo treinta y
seis de su obra “Camino de Perfección”, donde se distinguirá dos situaciones concretas en el
camino de oración del cristiano: la primera es la del contemplativo avanzado y la segunda es
la del orante principiante.
185 Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 252. 186 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 36,1. 187 Ibíd., 36, 2. 188 Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 260.
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a) Los contemplativos avanzados189: sobre ellos Teresa dice: “Saben por experiencia que
cada ocasión de perdonar aporta oro y joyas y como tales las aprecian, porque tienen por
entendido que estos les han de hacer ricos”190. Es decir, los contemplativos avanzados
conocen bien la trascendencia del perdón vivido por Cristo, porque los enriquece y ayuda
a avanzar en el camino de oración. Tomas Álvarez dice: “Los orantes perfectos, son
agraciados con fuertes dosis de experiencia de Dios, oran en modo especial el paternóster
y también esta petición. Imposible que ellos anden en titubeos y resistencias a la hora de
perdonar”191; es decir que las personas contemplativas avanzadas han podido sacar de la
oración ese saneamiento radical del corazón en las relaciones con los demás hombres.
b) Los orantes principiantes: Teresa dice sobre ellos lo siguiente: “estar determinados a
sufrir injurias, aunque sea recibiendo pena, lo tiene quien tiene ya está merced del Señor,
de tener oración hasta llegar a la unión”192 Es que la oración auténtica según esta
perspectiva de la Santa, produce por sí misma una purificación profunda de los
sentimientos y resentimientos que anidan en el corazón.
Por ello, el criterio de la autenticidad del perdón en la vida contemplativa hace a la persona
penetrar cada vez más adentro en la experiencia del perdón de Dios y el efecto de la oración
es el amor, tal como dice Gabriel de S. María en su obra “Introducción al Camino de
Perfección” : “el efecto de la oración es un doble amor: amor a Dios y amor al prójimo”193;
por lo cual, la oración alimenta el amor y permite recibir el perdón de Dios y dar el perdón
al prójimo.
2.2.7 Las tentaciones: “Et ne nos inducas in tentationem”
Las últimas peticiones del Paternóster, son las dos que consideran los peligros y los males
en la vida de los hombres. La petición “et ne nos inducas in tentationem” según Gabriel de
S. María se puede traducir en otras palabras: “no permitas Señor que sucumba yo en la
189 Personas que van adelante o avanzados en el camino de la oración. 190 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 36,9. 191 Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 261. 192 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 36,11. 193 Ver: Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús,
283.
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tentación”194, porque el ser humano no pide ya no ser tentado, sino que la tentación no lo
seduzca.
Teresa habla de las tentaciones y de las pruebas en general; ella dice: “no hay que tener
miedo; a medida que se hacen más perfectas las almas, menos miedo tienen a las tentaciones
y a las pruebas”195. Así, las personas mientras más perfectas más difíciles de caer en las
tentaciones o pruebas, también, existen otras personas que pueden creerse perfectas y caen
en las tentaciones.
2.2.7.1 Gustos espirituales falsos o tentaciones:
Después de haber precisado el sentido de esta petición, expone Teresa algunas tentaciones
en las cuales puede incurrir la persona por falta de discernimiento, bastará destacar algunas
de ellas:
La tentación reside en la zona de la vanidad. En la sagaz deformación de la imagen que el
orante tiene de sí mismo. La santa lo dice con su típico grafismo:
A donde el demonio puede hacer gran daño sin entenderle, es haciéndonos creer que tenemos
virtudes no las teniendo, que esto es pestilencia. Porque en los gustos y regalos parece sólo
que recibimos y que quedamos más obligadas a servir. Acá (en el otro engaño) parece que
damos y servimos, y que está el Señor obligado a pagar, y así poco a poco hace mucho daño.
Que por una parte enflaquece la humildad; por otra descuidamos de adquirir aquella virtud
que nos parece la teneos ya ganada196.
Esto es, según Teresa, el grave riesgo de deformación y traición que asecha al hombre de
oración, no desde fuera, sino desde el interior. Además, lo absurdo consiste en pensar que
somos acreedores ante Dios: no se recibe de Él, sino que Él recibe de la persona lo
transmitido; es Él obligado y deudor. Esto es un error para la oración.
Teresa menciona también la tentación de las penitencias desconcertadas: “para hacer
entender que somos más penitentes que otras y que hacéis algo”197, esto con el fin de hacer
comprender que existen personas que se esfuerzan más que otras y caen en el error de creerse
merecedoras de mayores gracias.
194 Gabriel de Santa María Magdalena, Comentario al Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús, 287. 195 Ibíd., 286. 196 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 38,5. 197 Ibíd., 39,3.
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Otra tentación es atribuirse una seguridad que no se posee. La Santa dice: “parecernos que
en ninguna manera tornaríamos a las culpas pasadas, y a los contentos del mundo: que ya le
tengo entendido, y sé que se acaba todo, y que más gusto me dan las cosas de Dios”198: por
ello en el camino de oración, cuando se está más seguros de no caer, es cuando se cae, y se
vuelve a caer en lo mismo; por ello, la recaída duele más que la caída.
Una última tentación es la falsa humildad, Teresa dice: “Mirad mucho, hijas, en este punto
que os diré, porque algunas veces podrá ser humildad y virtud, teneros por gran ruin, y otras,
grandísima tentación […] la humildad no inquieta ni desasosiega ni alborota el alma”199. En
efecto, la paz es tranquilidad del orden y la humildad es la que pone las cosas en su lugar,
por ello, con la humildad la persona crece espiritualmente, y se hace más dócil para servir a
Dios.
2.2.8 Amor y Temor: seguro de vida para el Camino
El amor y el temor para Teresa son: “dos castillos fuertes, desde donde se da la guerra al
mundo”200. Ambos castillos, amor y temor se integran en un solo bastión; de estas virtudes
de fondo, resultará esa especie de seguro de vida y de camino, tan anhelado por la santa. Ella
escribe: “Pues, buen Maestro nuestro, dadnos algún remedio como vivir sin mucho sobresalto
en guerra tan peligrosa […] es amor y temor; que el amor nos hará apresurar los pasos; el
temor nos hará ir mirando adónde ponemos los pies, para no caer por camino adonde hay
tanto en que tropezar”201. Según Teresa, para ir por el camino con mayor seguridad, el
remedio que le da el Maestro es el amor y temor.
2.2.8.1 Amor en los contemplativos:
En el capítulo cuarenta Teresa propone ofrecer un remedio para no caer fácilmente en las
tentaciones. Empieza diciendo: “amor y temor de Dios. Son dos castillos fuertes para dar la
198 Ibíd., 39,4. 199 Ibíd., 39,2. 200 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 40,1. 201 Ibíd.
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guerra al mundo”202; aunque este capítulo lo dedica a hablar del amor de Dios y el capítulo
cuarenta y uno sobre el temor de Dios.
Si de veras se tiene amor de Dios enseguida este (el amor) se da a entender; tal como lo señala
la Santa: “Quien [es] de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo
lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y
defienden; no aman sino verdades y cosa que sean digna de amar”203; es decir, esas personas
buscan y aman todo lo bueno. Esto es señal de que pertenecen a Dios y no tienen apego al
mundo.
Un amor humano no se puede mantener oculto, sino que se da a conocer. Teresa pone como
ejemplo a Pablo y la Magdalena: “¿Esconderse? ¡Oh, que el amor de Dios –si de veras es
amor- es imposible! Si no, mirad a San Pablo, una Magdalena; en tres días uno comenzó a
entenderse que estaba enfermo de amor; este fue San Pablo. La Magdalena desde el primer
día”204. En consecuencia, es imposible ocultar el amor hacia Dios, a medida que se le conoce
en verdad no se quiere apartar de Él: es decir, si la persona busca a Dios, mucho más la busca
su Amado a ella205 y permanece engolfado de amor en su presencia.
El teresianista Alfonzo Ruiz en su obra Camino de Perfección. Para la lectura y reflexión en
grupo dice: “la gran ganancia del amor es, en definitiva, vernos libres del temor del demonio
y de su posible hospedaje”206; en efecto, el amor nos hace libres de toda tentación.
2.2.8.2 El temor de Dios:
Después del amor, el otro medio para prevenir las tentaciones, de modo que no ejerzan influjo
alguno sobre el hombre, es el temor de Dios. El capítulo cuarenta y uno del Camino, recordará
que la autora habla del temor207 en clave de amor.
202 Ibíd. 203 Ibíd., 40,3. 204 Ibíd. 205 Es de saber que si el alma busca a Dios, mucho más la busca el amado a ella: y si ella le envía a él sus
amorosos deseos, que le son a él tan olorosos como la vírgulica del humo que sale de las especies aromáticas
de la mirra y del incienso, él a ella le envía el olor de sus ungüentos con que la atrae y hace correr hacia él, que
son sus divinas inspiraciones y toques… (San Juan de la Cruz, Llama, 3,28, 1056). 206 Ruiz, Camino de Perfección, para lectura y reflexión en grupo, 289. 207 Quizá convenga recordar desde el principio que en el léxico del Camino el “temor” es categoría bíblica:
ese temor que en los libros sapienciales se dice ser “el principio de la sabiduría” (Prov. 1,7; 9,10). Y en el
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Se advierte; en primer lugar, el temor no se manifiesta en seguida, de una vez y con toda
evidencia, sino que progresa en el ser humano haciéndose cada vez más fuerte, así lo afirma
Teresa: “cuando ya llega el alma a contemplación […] el temor de Dios también anda muy
al descubierto, como el amor; no va disimulando aun en lo exterior”208, es decir, el temor al
igual que el amor, crece progresivamente y no se puede ocultar.
Así mismo, se debe tener en cuenta este aviso dado por la Santa: “que importa mucho: que
[no os descuidéis] hasta que os veáis con tan gran determinación de no ofender al Señor, que
perderías mil vidas antes de hacer el pecado mortal, y de los veniales, estéis con mucho
cuidado de no hacerlos”209; por ello, la persona contemplativa está completamente decidida
a no cometer pecados, porque está demasiada obligada a amar al Señor para no caer en
tentación alguna.
También, el temor se adquiere por el cuidado de no ofender a Dios; Teresa dice: “Mirad, por
amor de Dios hermanas, si queréis ganar este temor de Dios que va mucho entender cuan
grave cosa es ofensa de Dios y tratarlo en vuestro pensamiento muy ordinario”210, es decir,
se desarrolla un temor por evitar ofender a Dios, en la medida que se empieza a considerar
dentro del ejercicio de la meditación.
Vale la pena recodar; “amor y temor” son las dos virtudes finales del Camino de Perfección,
pero no solo del libro, sino también, del itinerario de la oración y de todo caminante cristiano.
2.2.9 El deseo del encuentro pleno con Dios: “Sed libera nos a malo. Amen”
En las últimas palabras de esta oración del Paternóster, Teresa descubre un efecto de
contemplación, lo señala el teresianista Maximiliano Herráiz en su obra Introducción al
Camino de Perfección, dice al respecto que Teresa de Jesús descubre el siguiente efecto:
“deseo de ser desatado de la vida, que se le presenta como un impedimento, para gozar
plenamente de la comunión con Dios”211; es decir, que lo único que le impide a la Santa ese
panorama del Camino se contrapone frontalmente al “miedo” por eso la Santa traduce reiteradamente ciertos
pasajes del Nuevo Testamento el “temor negativo” por “miedo”: para ella es: “no hayas miedo, hija (vida25,
18). (Ver: Álvarez, “Paso a paso leyendo con Teresa su Camino de Perfección”, 287). 208 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 41,1. 209 Ibíd., 41,2. 210 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 41,4. 211 Herráiz, Introducción al Camino de Perfección de Teresa de Jesús, 139.
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encuentro pleno con Dios es la vida. Solo con la muerte212 podrá tener ese ansiado encuentro
con su amado.
Teresa dice: “El pedir esto213 con grande y toda determinación es un gran efecto para los
contemplativos”214 y añade: “que el amén entiendo yo que, pues con él se acaban todas las
cosas, que así pide el Señor seamos librados de todo mal para siempre”215; con lo cual da a
entender, al decir Amén, ratifica todo lo dicho en la oración del paternóster, y librarle de
todo mal es ya no vivir más para sí, sino para Dios (ver: Gal 2,20), de esta manera el hombre
muere para el mundo y nace para Dios.
El tratado termina con un clara doxología: “bendito sea y alabado el Señor, de donde nos
viene todo el bien que hablamos y pensamos y hacemos. Amen”216. Esto quiere decir: que de
Dios viene todo lo bueno; el decir, el hablar y el hacer; cuando se recorre el camino de oración
el hombre entiende toda esta enseñanza, en concreto tiende este al encuentro pleno con Dios.
Sobre el Paternóster a modo de conclusión dice Teresa: “encierra en sí todo el camino
espiritual, desde el principio hasta engolfar Dios el alma y darla abundosamente a beber de
la fuente del agua viva, que dije estaba al fin del camino”217, es decir, el final del camino es
el encuentro pleno con Dios, recuerda la importancia del Paternóster (oración vocal) como
camino completo de oración para llegar al matrimonio espiritual218 o sea, a la unión plena
con Dios. El cristiano también puede llegar a esta unión mediante el rezo del Paternóster.
212 El texto que hace mayor referencia a la muerte y al encuentro con Dios es el siguiente: Vivo sin vivir en mi:
Vivo sin vivir en mí, / y tan alta vida espero, / que muero porque no muero. / Aquesta divina unión/ del amor
en que yo vivo, / ha hecho a dios mi cautivo/ y libre mi corazón. / Y causa en mi tal pasión/ ver a dios mi
prisionero, / que muero porque no muero. (Teresa de Jesús, Poesías, Vivo sin vivir en mí, 1153). 213 Pedir al Señor que la libre de todo mal para siempre […] que el amen, entiendo yo 214 Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 42,3. 215 Ibíd., 42,2. 216 Ibíd., 42,7. 217 Ibíd., 42,5. 218 En esta época eran “esposos” y “estaban desposados”, después del compromiso del matrimonio. Casados,
después de la celebración del rito sacramental. La Santa aprovecha la tradición espiritual de occidente para
explicar los más altos grados de unión entre el alma y Dios con los símbolos de desposorio y matrimonio (ver:
Teresa de Jesús, Castillo Interior, 6-7 Moradas).
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2.3 Balance del capitulo
Teresa enseña en su obra Camino de Perfección, capítulos (27-42) “el comentario al
Paternóster”, un itinerario de oración como modelo para la vida cristiana, por ello frente al
objetivo del presente capitulo: elaborar una propuesta desde la mística como modelo de
oración y espiritualidad para el cristiano según la oración del Padre Nuestro comentada por
Santa Teresa de Jesús, se procedió de la siguiente manera:
Primero: para alcanzar dicho objetivo, se realizó una estructura expositiva, con la cual se
dividió en partes este comentario presentado por Teresa. Esta estructura ayudó en el
desarrollo del capítulo, y a su vez sirvió para profundizar en los temas que la Santa presenta
en su obra Camino de Perfección, que son principalmente el de la meditación, la oración, el
don de sí, la eucaristía, el perdón de las ofensas, las tentaciones, amor y temor, el deseo de
encuentro con Dios.
Segundo: se realizó un análisis de cada tema propuesto, y se hizo hincapié en el contenido y
enseñanza de cada uno de estos temas presentados desde el comentario de Teresa de Jesús al
paternóster, como modelo de oración para el cristiano. El análisis de estos temas se desarrolló
de la siguiente manera:
En cuanto al tema de la meditación, se ha de comenzar teniendo contacto con el Señor, donde
se considera a la oración como un trato de amistad; dentro de esta empieza a desarrollar los
grados de oración como un itinerario para el cristiano. Se explica el primer grado o lo que
podríamos llamar oración vocal, para lo cual se hace uso de las primeras palabras del
Padrenuestro, de esta manera, Teresa entra a desglosar el tema de la oración dentro de su
comentario al Padrenuestro donde profundiza en la oración de recogimiento y de quietud que
serían el segundo y tercer grado de oración, en las cuales enseña unas prácticas y consejos
para poder realizar y permanecer en ellas, las que a su vez son de ayuda para el camino de
oración del cristiano.
Otro tema importante que se desarrolló fue el don de sí, que es la voluntad, donde se abordan
los grados más elevados de oración (unión y contemplación), se expone algunas
características de ellas y se invita al orante a llegar a este tipo de oración. Luego se desarrolló
el tema de la Eucaristía, que es la mayor manifestación de amor para los hombres por parte
60
de Dios; en este enseña al orante que existen dos tipos de comunión: la sacramental y la
espiritual, por lo que ambas son válidas e invita a practicarlas para poder permanecer en el
Señor.
En cuanto al tema sobre el perdón de las ofensas, se dio a conocer cómo la oración y el perdón
están íntimamente relacionados, y que este perdón se da en lo hondo del orante, reflejándose
en la vida social, es decir, en la comunidad; para lo cual se brinda ejemplos concretos de una
persona avanzada en el camino de oración y de otra llamada principiante en este camino.
En cuanto a las tentaciones, la Santa habla de las pruebas que pasa la persona en general y
recomienda que se debe tener precaución. También se presentó el tema de los gustos
espirituales falsos o tentaciones a modo de consejos para que el orante no caiga en ellos. El
amor y temor de Dios son otros temas que se desarrollaron dentro del Capítulo, estas son dos
virtudes grandes que debe poseer el orante para no caer en tentación y ser librado del mal a
modo de seguro de vida para él. Finalmente, se desarrolló el tema del encuentro pleno con
Dios, como culmen de todo este itinerario recorrido, y se motivó al orante que sí se puede
llegar a este punto máximo que es la contemplación perfecta.
Por lo expuesto, se respondió al objetivo planteado, llegando a elaborar una propuesta desde
el comentario al Padrenuestro realizado por Teresa como modelo de oración y camino de
espiritualidad cristiana.
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CONCLUSIONES
El objetivo de este trabajo pretendió que, a partir de la oración del padrenuestro que comenta
santa Teresa de Jesús en su obra “Camino de Perfección”, se identificase cómo se realiza la
recepción de la versión mateana del padrenuestro en el “Camino de Perfección” de Santa
Teresa de Jesús para proponerlo como modelo de oración y espiritualidad en la vida cristiana.
En el desarrollo, se ha podido constatar que, al acercarse al comentario del padrenuestro
presentado por Teresa en su obra “Camino de Perfección” y por medio del método de la
crítica de la recepción aplicado a dicho comentario realizado por la Santa al paternóster, este
comentario presenta elementos que ayudan al modelo de oración y espiritualidad para el
cristiano.
A través de cada capítulo se proponen objetivos específicos, que permitieron llevar el
proceso de análisis y desarrollo de manera ordenada para alcanzar el objetivo general. El
desarrollo de cada capítulo también permitió integrar en la investigación las categorías:
padrenuestro, oración, Santa Teresa de Jesús, Camino de perfección y recepción; para poder
articularlas con la experiencia del orante cristiano.
El primer capítulo se caracterizó por los rasgos y contenido del libro “Camino de Perfección”
es decir, se realizó un recorrido histórico y un análisis de dicha obra. Frente al objetivo del
primer capítulo: analizar la recepción del padrenuestro mateano en el libro “Camino de
Perfección” de Santa Teresa de Jesús, se puede afirmar que se trabajó de la siguiente manera
para poder responder al objetivo presentado:
Primero: se hizo una aproximación o recorrido histórico de la obra “Camino de Perfección”
escrito por Santa Teresa de Jesús capítulos 27-42, donde se resaltó que dicho comentario es
un tratado dirigido por Teresa a sus hijas y hermanas.
Después se desglosó cada una de las peticiones en sus capítulos correspondientes, haciendo
un análisis de su contenido dentro de cada una de ellas con las siguientes preguntas: ¿Qué
dice la autora? Ésta hace referencia al contenido del texto. ¿Cómo lo dice? Refiriéndose a la
forma del texto. ¿Para qué lo dice? Haciendo referencia a la finalidad del texto.
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También se describieron los motivos teológicos que fueron surgiendo en el desarrollo del
análisis, tales como: antropología, cristología, eclesiología y eucología:
Al respecto se encontró que Teresa hace referencia a una eclesiología particular (la
comunidad) que es cada convento o comunidad religiosa; y una eclesiología universal, es
decir la Iglesia en general, por la cual ella intercede con su oración. También hace referencia
a una antropología; donde se trabaja el cuerpo y alma, aunque ésta es expresada en sentido
dualista, hoy en cambio, podemos entenderlo en un sentido integrador. En cuanto a lo
cristológico enumera una serie de títulos con los cuales se refiere a Cristo y algunas veces al
Padre estos principalmente son el de majestad, esposo y maestro. Y en lo eucológico habla
de los tipos de oración (vocal, mental, quietud, unión y contemplación) pasando de la vocal
a la contemplación
Por último, se expuso la expresión “Amén” como una expresión hebraica y litúrgica, con la
que la Santa ratifica y da por concluido todo el desarrollo de su comentario.
De todo lo expuesto en el primer capítulo, se hace de este comentario una recepción
pedagógica para enseñar el camino de oración que debe seguir el cristiano, tal como se
desarrolló en el capítulo siguiente sobre la oración como modelo para el cristiano.
Al pasar al segundo capítulo, teniendo en cuenta el desarrollo alcanzado en el primer capítulo,
se elaboró una propuesta desde la mística como modelo de oración y espiritualidad en la vida
cristiana según la oración del Padrenuestro comentada por Santa Teresa de Jesús.
Con el método de la crítica de la recepción propuesto por Hans-Georg Gadamer, la “historia
del efecto”; que es la historia de cómo se ha interpretado, recibido y entendido un texto a lo
largo del tiempo, una historia que sigue siendo escrita, porque es aquella que abarca todas
las ocasiones en que un lector vuelve al texto original y lo lee de nuevo; se analizó y se
interpretó la experiencia de Teresa, desde su comentario al padrenuestro presentado en su
obra “Camino de Perfección”.
En este análisis, se notó el desarrollo de una estructura literaria que atraviesa todo el
comentario de Teresa a la oración del paternóster. Así mismo, se desarrolló cada uno de los
temas propuestos dentro de la estructura tales como el de la oración, la Eucaristía, el perdón,
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las tentaciones y el deseo de perfección del cristiano; temas que atraviesan todo el tratado del
paternóster presentado por Teresa de Jesús.
Se logró reconocer en el comentario al paternóster de Teresa, los tipos de oración que ella
desarrolla en toda su espiritualidad. Estos tipos de oración son: la meditación, el
recogimiento, quietud y la oración de unión. Dentro de cada uno de estos tipos de oración,
Teresa da consejos para permanecer en la oración y, a su vez, ir avanzando por ese camino
para llegar a la unión del hombre con Dios.
Finalmente, dentro del segundo capítulo, se trabajó el tema de la Eucaristía como presencia
real de Cristo en sus dos naturalezas, divina y humana, con una propuesta de comunión
sacramental y espiritual. En el tema del perdón se propuso como una consecuencia del amor
y el perdón al prójimo. En el tema de la tentación, se presentó la propuesta de cómo no caer
en los gustos espirituales falsos. A su vez se presentaron dos virtudes importantes teresianas
para este camino de oración: el amor y el temor de Dios, que permiten andar en este camino
de oración.
Después de esta mirada panorámica de esta investigación podemos concluir que:
- La oración del padrenuestro presentado por Santa Teresa de Jesús es totalmente cristológica,
mientras que la de Mateo es paternal, es decir, dirigida en su totalidad al Padre.
- Mediante el rezo de la oración del Padrenuestro se puede llegar a una contemplación
perfecta que es la verdadera unión de Dios con el hombre.
- En el comentario al Padrenuestro de Santa Teresa de Jesús, se puede observar toda la
espiritualidad teresiana, desde la oración, la vida comunitaria (eclesiología) hasta llegar a la
unión con Dios.
- El comentario de Santa Teresa de Jesús a la oración de padrenuestro es todo un itinerario
de oración para la vida del cristiano.
Esta investigación se constituye en una oportunidad para encontrar nuevos caminos en la
práctica de la oración, partiendo de la tradicional oración del padrenuestro, hasta el encuentro
íntimo con Dios y el prójimo como aprendizaje y conocimiento mismo de esta oración
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dominical, que todo cristiano reza en distintas circunstancias. Y lo que corresponde al hombre
es descubrir el horizonte nuevo que ésta le quiere presentar.
Queda para futuras investigaciones, la importancia de esta oración del padrenuestro en toda
la obra teresiana, y su importancia histórica para la tradición de la Iglesia de manera particular
en la Iglesia Hispana de su tiempo.
65
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Conclusiones: Teresa a cada una de las peticiones dice su parecer desde su propia experiencia, dando a entender que cada frase va en relación con las demás y dirigiéndose al Padre por medio de su Majestad.
Teresa lo dice estas peticiones de forma explicativa, simbólica, a manera de súplica, necesidad y sobre todo con determinación.
Teresa lo dice para enseñar el cómo pasar de una oración vocal a la contemplación.
Eclesiológico: está sujeta a la iglesia universal, pide por ella, hace referencia a los religiosos y la casa o comunidad lo toma como iglesia.
Antropológico: siempre tiene presente el dualismo de cuerpo y alma. La presencia de las potencias del alma (memoria, entendimiento y voluntad)
Cristológico: enumera una serie de títulos cristológicos con los cuales
219 Álvarez Tomas, “Camino de Perfección”, 481.
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se refiere a Cristo y algunas veces al Padre.
Eulogico: habla de los tipos de oración (vocal, mental, quietud, unión y contemplación).
