+ All Categories
Home > Documents > LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la...

LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la...

Date post: 25-Sep-2018
Category:
Upload: dodieu
View: 215 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
20
1 LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: COSMOVISIÓN Y RITUALES EN EL TEMPLO MAYOR DE TENOCHTITLAN DEATH, A SEED OF CREATION: COSMOVISION AND RITUALS AT THE TEMPLO MAYOR OF TENOCHTITLAN Ximena Chávez Balderas Proyecto Templo Mayor, INAH [email protected] Tel. 5570865169 Resumen En la cosmovisión mesoamericana, la muerte no era un símbolo inequívoco de aniquilamiento. En cambio, era percibida como parte un ciclo que englobaba la fertilidad y la generación de vida. Gracias a las fuentes escritas, a los códices y a los hallazgos arqueológicos sabemos que los mexicas se regían bajo esta creencia, lo cual se reflejó en los rituales que llevaron a cabo en su edificio principal: el Templo Mayor de Tenochtitlan. Las excavaciones de este espacio sagrado han revelado la existencia de diferentes rituales vinculados con la muerte, entre los que se cuentan principalmente los funerales y los sacrificios. Además, se han descubierto imágenes religiosas en cuya magnífica manufactura quedó capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente trabajo hablaremos de la cosmovisión en torno a la muerte y de los resultados del análisis de los restos óseos humanos, encontrados en contextos funerarios y sacrificiales en este edificio, también conocido como el Huey Teocalli. Cárdenas Monroy C, González Andrade M, Guevara Flores A, Lara Lemus R, Matuz Mares D, Molina Jijón E, Torres Durán PV. Mensaje Bioquímico, Vol. XL, 1-20, Depto. de Bioquímica, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. Cd. Universitaria, CDMX., MÉXICO., (2016). (http://bioq9c1.fmedic.unam.mx/TAB) (ISSN-0188-137X)
Transcript
Page 1: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

1

LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: COSMOVISIÓN Y RITUALES EN EL TEMPLO MAYOR DE TENOCHTITLAN

DEATH, A SEED OF CREATION: COSMOVISION AND RITUALS AT THE

TEMPLO MAYOR OF TENOCHTITLAN

Ximena Chávez Balderas

Proyecto Templo Mayor, INAH [email protected]

Tel. 5570865169

Resumen En la cosmovisión mesoamericana, la muerte no era un símbolo inequívoco

de aniquilamiento. En cambio, era percibida como parte un ciclo que englobaba la

fertilidad y la generación de vida. Gracias a las fuentes escritas, a los códices y a

los hallazgos arqueológicos sabemos que los mexicas se regían bajo esta

creencia, lo cual se reflejó en los rituales que llevaron a cabo en su edificio

principal: el Templo Mayor de Tenochtitlan. Las excavaciones de este espacio

sagrado han revelado la existencia de diferentes rituales vinculados con la muerte,

entre los que se cuentan principalmente los funerales y los sacrificios. Además, se

han descubierto imágenes religiosas en cuya magnífica manufactura quedó

capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente

trabajo hablaremos de la cosmovisión en torno a la muerte y de los resultados del

análisis de los restos óseos humanos, encontrados en contextos funerarios y

sacrificiales en este edificio, también conocido como el Huey Teocalli.

Cárdenas Monroy C, González Andrade M, Guevara Flores A, Lara Lemus R, Matuz Mares D, Molina Jijón E, Torres Durán PV. Mensaje Bioquímico, Vol. XL, 1-20, Depto. de Bioquímica, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. Cd. Universitaria, CDMX., MÉXICO., (2016). (http://bioq9c1.fmedic.unam.mx/TAB)

(ISSN-0188-137X)

Page 2: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

2

Palabras clave: muerte, funerales, sacrificio, Templo Mayor.

Abstract

In mesoamerican cosmovision, death was not an unequivocal symbol of

annihilation. In contrast, it was perceived as part of a cycle that included fertility

and life generation. Thanks to the written sources, codices, and to the

archaeological findings we know that the Mexica lived under this notion. This was

reflected in the rituals that were held in its main building: the Templo Mayor of

Tenochtitlan. Excavations of this sacred space have revealed the existence of

different rituals connected to death, mainly corresponding to funerals and sacrifice.

In addition, religious images have been discovered in which its unique manufacture

captures the notion of death as source of fertility. In this paper, I will discuss the

cosmovision in regards to death and the results of the analysis of human remains,

found inside funerary and sacrificial contexts from this building, also known as the

Huey Teocalli.

Keywords: Death, funerals, sacrifice, Templo Mayor.

La nueva humanidad fue creada a partir de los huesos; como si fueran

semillas, de ellos germinó la vida. Así lo relata la Leyenda de los Soles [1],

documento que narra el viaje que emprendió Quetzalcóatl al inframundo. Este dios

y héroe arquetípico fue acompañado en su descenso por su gemelo Xólotl, deidad

representada con el rostro de un perro. Una vez en el Mictlan pedirían los huesos

al señor del Inframundo, no obstante, Quetzalcóatl decide huir con ellos. La ira de

Mictlantecuhtli se desata y envía a unas codornices para que lo persigan. En

consecuencia de este ataque, el dios resbala y se le rompen los huesos robados.

Los junta de nueva cuenta, sangra su miembro sobre ellos y así los fecunda. Su

ruptura en fragmentos de distintos tamaños explica la diversidad humana. Para

Patrick Johansson [1996:73] [2], este mito confirma que en la cosmovisión

mesoamericana “la existencia brota de la muerte” (Figura 1).

Page 3: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

3

Figura 1. Mictlantecuhtli y Quetzalcóatl, Códice Borgia, 1993, lámina 56.

Esta fecundación de los huesos y su equiparación con las semillas, puede

entenderse mejor al explorar el significado de la palabra “esperma” en náhuatl.

Ésta tiene dos acepciones: xinachtli y omícetl. La primera quiere decir “semilla” y

la segunda quiere decir “hueso frío” o lo “óseo que coagula” [2, 3].

De acuerdo con Nigel Barley (1995) [4], la equiparación de los huesos con

las semillas deriva de la observación de la putrefacción de los frutos y de su

germinación. Este paralelismo está presente en diferentes culturas, por ejemplo,

una adivinanza medieval recabada por este autor nos pregunta: ¿qué tiene que

morir para poder vivir? Y la respuesta es, naturalmente, la semilla [4].

De forma consecuente, los seres esqueléticos representados en los códices

se vinculan con la fertilidad, pues en vez de tener un carácter mortífero, tienen una

función generadora [5]. Por esto, Gordon Brotherston (1994) [6] señala que es

común encontrar en los códices representaciones de seres semi-descarnados en

la proximidad de mujeres embarazadas y de niños recién nacidos. Para este autor,

la cueva es un elemento central que vincula el nacimiento con la muerte, pues se

pueden equiparar con el útero donde se gesta la vida y con las tumbas.

Recordemos que en Mesoamérica la costumbre de enterrar a los muertos en las

Page 4: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

4

cuevas estaba ampliamente difundida y pudiera interpretarse como un regreso

simbólico del individuo al vientre de la tierra. Bajo esta lógica nos dice Eduardo

Matos Moctezuma (1986) [7], que la obsesión de los mexicas por representar

figuras esqueléticas, puede entenderse como un culto a la vida, a través de la

muerte.

La estrecha relación de la muerte y la fertilidad puede advertirse en una

escultura única encontrada en el recinto sagrado de Tenochtitlan. El 2 de octubre

de 2006 el Programa de Arqueología Urbana (PAU) llevó a cabo un hallazgo

arqueológico sin precedentes: el monolito de la diosa Tlaltecuhtli (Figura 2). Fue

encontrada en el predio conocido como Mayorazgo de Nava Chávez, al pie del

Templo Mayor. A partir de los trabajos llevados a cabo por el Proyecto Templo

Mayor, dirigido por Leonardo López Luján, fue posible estudiar y preservar la

policromía original de esta escultura, cuyo peso se calcula en 15 toneladas. Fue

manufacturada en andesita de lamprobolita, proveniente de las laderas del cerro

del Tenayo y habría sido transportada, primero por tierra, y después por el lago [8,

9]. Tlaltecuhtli era la deidad telúrica por excelencia y podía ser representada como

una mujer, un hombre, o un ser zoomorfo [10]. El monolito en cuestión representa

a un personaje femenino cuyo rostro está semidescarnado y tiene el cabello

rizado. Este atributo es propio de los seres asociados al inframundo, la oscuridad y

la tierra. Presenta un tocado de banderas, alusivo al sacrificio. La diosa posee

garras en vez de manos y pies. De su abdomen sale un chorro de sangre que

mana hacia su boca para alimentarla. Sus codos y sus rodillas portan cráneos

humanos labrados, en tanto que en sus garras lleva rostros de seres telúricos. La

posición de esta deidad se ha interpretado como de derrota, parto o alusiva a los

anfibios [8]. Esta exquisita manifestación de la escultura mexica de la época

imperial ilustra el hecho de que la tierra recibe la sangre y a cambio nos otorga los

mantenimientos.

Page 5: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

5

Figura 2. Monolito de la diosa Tlaltecuhtli. Scan de Saburo Sugiyama, cortesía del Proyecto Templo Mayor.

El hallazgo de los restos óseos humanos en el Templo Mayor de Tenochtitlan

De acuerdo con la versión de Fray Bernardino de Sahagún (1997) [11], el

recinto sagrado de Tenochtitlan estaba compuesto por 78 edificios. De ellos, el

Templo Mayor era la estructura más alta e importante, cuyo esplendor sorprendió

a los conquistadores. La mitad sur del edificio estaba dedicada al dios de la

guerra, Huitzilopochtli, en tanto que la mitad norte al dios de la lluvia, Tláloc. A

partir de las excavaciones arqueológicas se han encontrado esculturas, objetos

rituales, huesos humanos y de animales, que subrayan el estrecho vínculo del

edificio con la muerte.

Sin lugar a dudas uno de los componentes más importantes de los

depósitos del Templo Mayor son los restos óseos humanos, los cuales fueron

inhumados en diferentes ocasiones y con propósitos diversos. Los primeros

hallazgos de este tipo fueron realizados por Leopoldo Batres (1979) [12] a

principio del Siglo XX. Al construir un colecto de aguas en las calles de las

Escalerillas (hoy Guatemala), el Templo Mayor fue atravesado en su eje este-

Page 6: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

6

oeste, dejando al descubierto numerosas ofrendas. Batres menciona el hallazgo

de cráneos de niños y huesos largos, con restos de policromía. Este arqueólogo

desconocía que estaba excavando el Templo Mayor; éste fue identificado en 1914

por Manuel Gamio.

El siguiente hallazgo en materia de restos óseos humanos se llevó a cabo

en el año de 1948 por Elma Estrada Balmori y Hugo Moedano, quienes excavaron

dos ofrendas que contenían el mismo número máscaras-cráneo infantiles, las

cuales fueron enterradas en la fachada sur del edificio entre 1481 y 1486 d.C. [13].

Casi dos décadas después Eduardo Contreras y Jorge Angulo recuperaron una

ofrenda que se encontraba a unos metros de los depósitos antes mencionados,

pero que correspondía a una época más antigua: 1469-1481 d.C. En su interior se

recuperaron los restos de ocho individuos decapitados [14].

Con el hallazgo del monolito de la diosa Coyolxauhqui, los arqueólogos

Ángel García Cook y Raúl Arana (1978) [15] exploraron cinco ofrendas, como

parte de las tareas de la Dirección de Salvamento Arqueológico. Las ofrendas 1, 2

y 3 contenían restos óseos humanos, pero correspondientes a rituales muy

diferentes. En la primera se recuperaron seis individuos decapitados, en tanto que

en la segunda un esqueleto infantil. Finalmente, la ofrenda 3 es un depósito

compuesto por restos óseos cremados.

El Proyecto Templo Mayor fue creado en 1978 bajo la dirección de Eduardo

Matos Moctezuma, dándose a la tarea de realizar la exploración de todo el edificio,

las plazas y los templos aledaños. Actualmente se lleva a cabo la octava

temporada de excavación, bajo la dirección de Leonardo López Luján. De forma

paralela, en el año de 1991 fue creado el Programa de Arqueología Urbana

encargado de llevar a cabo los salvamentos arqueológicos dentro del área que

ocupaba el recinto sagrado, hoy día bajo la supervisión de Raúl Barrera. En

conjunto, ambos proyectos han recuperado incontables restos óseos humanos,

cuyo potencial de investigación aún está por descubrirse.

Es importante señalar que los huesos recuperados en las excavaciones

arqueológicas pertenecen a diferentes tipos de rituales: funerarios y no funerarios

[16, 17, 18] (Figura 3). Los primeros son realizados en consecuencia del

fallecimiento de un individuo y son encaminados a socializar la pérdida, a disponer

de su cadáver y a “ayudar” a la parte inmaterial del individuo a llegar a la geografía

funeraria correspondiente [19]. En el caso de los mexicas, los principales mundos

de los muertos a los que viajaban las entidades anímicas de los difuntos (teyolía)

eran el Mictlan, el Tlalocan, el Tonatiuh Ilhuícatl y el Chichihuauhcuahco. Su

Page 7: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

7

llegada a estos parajes dependía de la forma de muerte y no del comportamiento

que hubiesen tenido en vida. El Mictlan o inframundo correspondía a quienes

fallecían por vejez o enfermedad común. Había que cruzar nueve parajes para

llegar a este destino y el viaje duraba cuatro años. Dependiendo de la posición

social, éstos individuos serían cremados o inhumados [20]. Al Tlalocan

supuestamente irían quienes fallecían por alguna causa asociada con el agua.

Éste era un lugar de fertilidad y exuberante vegetación por lo que los religiosos

españoles lo compararon con el Paraíso. Los individuos que llegaban a esta

geografía funeraria debían ser enterrados directamente en la tierra. El Tonatiuh

Ilhuícatl era el cielo del sol, a donde se dirigían las almas de las mujeres muertas

durante el parto y los guerreros caídos durante las batallas; las primeras se

enterraban en un templo para este fin y los segundos, se cremaban. Finalmente, el

Chichihuauhcuahco era un árbol nodriza que alimentaba a los infantes que

estaban en espera de una nueva oportunidad en el mundo terrenal [3, 11]. El tipo

de ceremonia fúnebre estaba en función de la forma en la que el individuo fallecía,

pero también de su identidad, estatus y ocupación [20].

Los rituales no funerarios corresponden a aquellos en los que el cadáver es

tratado como una ofrenda, una materia prima o un objeto. En estos casos la

muerte de un individuo no motivaba la realización de la ceremonia, sino que los

restos eran un componente más del ritual. En el Templo Mayor de Tenochtitlan

este tipo de tratamiento no funerario suele asociarse con el sacrificio. En efecto,

las victimas sacrificiales eran inmoladas en diferentes festividades del calendario

ritual o en ceremonias excepcionales, tales como la inauguración del edificio, las

exequias de un gobernante o la petición de lluvias [16, 21, 22]. Después del

sacrificio una gran cantidad de cuerpos eran decapitados y sus cabezas utilizadas

con diversos propósitos, de los que hablaremos más adelante. A continuación,

describiremos los resultados obtenidos del análisis de los restos óseos humanos

recuperados en el marco del Proyecto Templo Mayor.

Page 8: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

8

Figura 3. Correspondencia entre el tipo de muerte, el tratamiento del cadáver y el destino de los restos.

Los rituales funerarios en el Templo Mayor de Tenochtitlan

Las excavaciones arqueológicas han arrojado importante información en lo

que respecta a los funerales de los dignatarios mexicas. La presencia de restos

óseos cremados se ha documentado en siete contextos, los cuales corresponden

a cinco individuos. Además, se han registrado restos óseos cremados en los

rellenos constructivos del edificio y en el interior de la Ofrenda 123, encontrada

bajo una de las esquinas del monolito de la diosa Tlaltecuhtli. En otros edificios del

recinto sagrado, la Casa de las Águilas y el Edificio I, se han explorado dos

contextos funerarios más [20, 23], cada uno correspondiente a un individuo.

Gracias a las investigaciones arqueológicas ha sido posible conocer información

sobre estos rituales, la cual no fue registrada en las fuentes históricas. Después

de velar los cuerpos durante cuatro días y ofrecerles dones, los individuos eran

cremados en piras. Éstas eran bases hechas de ramas concertadas, que

permitían una correcta oxigenación y por ende, una óptima combustión. Los

cuerpos eran colocados sobre éstas, junto con ofrendas y otros bienes funerarios.

Page 9: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

9

El estudio de los restos óseos ha permitido conocer interesantes detalles sobre

estas cremaciones.

Dos individuos fueron encontrados en el adoratorio de Huitzilopochtli, el sitio

más sagrado de Tenochtitlan. Uno de ellos se recuperó en dos urnas, enterradas

al pie de la efigie del dios de la guerra, Huitzilopochtli (ofrendas 34 y 39). A pesar

de que estos contextos corresponden a la Etapa II (1375-1427 d.C.), cuando los

mexicas estaban bajo la sujeción de Azcapotzalco, a este personaje le fueron

dedicados bienes suntuarios hechos de piedra verde, oro, cristal de roca,

obsidiana y cobre, entre otros. Junto a sus restos se recuperaron fragmentos de

huesos de venado (Odocoileus virginianus) y grulla (Grus canadienses). A partir

del análisis osteológico fue posible saber que se trata de un individuo del sexo

masculino que no rebasaba los 24 años de edad. Sus restos fueron cremados a

una temperatura de entre 500 y 800° C y fueron expuestos en estado cadavérico.

Lo anterior se determinó a través del uso de escalas colorimétricas y de la

presencia de fisuras transversales, deformación y reducción ósea, siguiendo los

criterios propuestos por diversos autores [24-29]. En el interior de una urna de

obsidiana con la efigie de un cráneo humano, los sacerdotes depositaron 8 gr de

hueso humano cremado, correspondiente al cráneo, así como algunos fragmentos

de huesos de fauna. Entre tanto, dentro de una urna de travertino con la

representación del dios del inframundo, Mictlantecuhtli, colocaron 96 g de restos

óseos que incluían fragmentos de diferentes regiones anatómicas, de manera que

todos los segmentos corporales estuvieran representados. Al llevar a cabo el

análisis osteológico pudimos corroborar que algunos fragmentos contenidos en

ambas urnas pegaban, por lo que correspondían a la misma cremación. Basados

en los cálculos obtenidos por varios autores en muestras forenses y

arqueológicas, fue posible calcular que en ambas urnas se depositó entre el 4.94 y

el 10.94 % de los restos del individuo [20, 30, 31]. Considerando esta pequeña

cantidad, interpretamos que las urnas sirvieron como una especie de reliquias, que

permitían que la escencia del personaje cremado, fuera capturada en el interior del

adoratorio. Si bien las fuentes históricas coinciden en que en este sitio sólo podían

ser enterrados los gobernantes y los miembros más importantes de la elite,

carecemos de elementos que permitan corroborar la identidad de este personaje

[20].

En el extremo norte del adoratorio, fue enterrado un segundo individuo. Sus

restos se dividieron en dos contenedores: una urna zoomorfa con la efigie de un

perro y un plato monócromo (ofrendas 37 y 44). Los bienes funerarios que

acompañaban a este individuo eran muy modestos: cuentas miniatura y una punta

Page 10: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

10

de proyectil. No obstante, las materias primas con las que fueron manufacturados

son propias de la nobleza. En efecto, cuentas de turquesa, oro y piedra verde,

acompañaban los restos mortales de este personaje. Se trata de un individuo de

entre 21 y 24 años de edad, cuyo sexo no pudo ser determinado debido a la

fragmentación de los restos óseos. De igual forma fue expuesto a temperaturas

que fluctuaban entre los 500 y los 800° C, cuando se encontraba en estado

cadavérico. En ambos contenedores fueron depositados huesos correspondientes

a todas las regiones anatómicas, mezclados con los restos de un perro, animal

que era considerado como un guía al inframundo. Estas urnas también fungieron

como una especie de reliquias, pues en su interior se colocó entre el 15.73 y el 35

% de los restos del individuo. En ambos casos, es poco factible que el resto del

esqueleto haya sido desechado, por lo que suponemos que fue enterrado en otro

lugar, tal vez el palacio real o el Cuauhxicalco [20].

Otro sitio de enterramiento fue la plataforma del Templo Mayor, lugar que

simbólicamente se asociaba con los vencidos. En su mitad sureña, dedicada a

Huitzilopochtli se encontraron tres depósitos con restos humanos. El primero de

ellos, la Ofrenda 3, corresponde a una cista circular excavada en el piso, que

contenía carbón que fue empleado como combustible, además de los restos de

tejidos y grasa carbonizada que suelen decantarse al fondo de la pira cuando aún

están en estado líquido. Éstos fueron identificados por comparación directa con

muestras obtenidas de un crematorio contemporáneo [25].

Además de los desechos del fondo de la pira, se encontraron algunos

huesos humanos, restos de animales y de objetos que fueron cremados junto al

individuo en una inmensa pira. El depósito se realizó cuando los materiales

todavía estaban incandescentes. Antes de cerrar la cista se inhumaron otros

bienes rituales sin quemar, entre los que destaca los restos de un halcón (Falco

sparverius), ave asociada con los guerreros muertos. El hecho de que este

depósito se componga de los residuos del fondo de la pira, nos hace pensar que

no se trata de la tumba principal del individuo, pues corresponde a menos del 25%

de los restos óseos esperados para un cuerpo cremado completo. Desconocemos

el destino final de los demás huesos [20].

En la proximidad del monolito de la diosa Coyolxauhqui se encontraron dos

oquedades en el piso de la plataforma. Dentro de cada una de ellas había una

urna funeraria de cerámica anaranjada que contenía restos humanos cremados

(ofrendas 10 y 14). La primera de ellas estaba decorada con el relieve del dios

Mixcóatl, en tanto que la segunda del dios Tezcatlipoca, ambos ataviados como

Page 11: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

11

guerreros. A partir del análisis osteológico pudimos corroborar que fueron

cremados en estado cadavérico, pero a menor temperatura que aquellos

encontrados en el adoratorio. El individuo recuperado en la Ofrenda 10 fue

expuesto entre los 500° a los 700° C, en tanto que aquel de la Ofrenda 14 alcanzó

entre 300° y 500° C. Gracias a que fueron expuestos a un menor calor, fue posible

conocer más sobre su perfil biológico. En ambos casos se trata de individuos del

sexo masculino (Figura 4). El primero de ellos tendría más de 30 años al morir, en

tanto que el segundo se encontraba entre los 21 y 24 años de edad. Éste último

presentaba un proceso infeccioso en una de sus rodillas, así como pérdida

antemórtem de los incisivos centrales. Esto pudo ser en consecuencia de un

traumatismo o enfermedad periodontal severa, pero desconocemos su etiología,

debido a su fragmentación. La preservación de los restos permitió que la

antropóloga física Martha Elena Alfaro (2001) [32], llevara un estudio de las

entesopatías concluyendo que ambos personajes realizaban grandes caminatas y

movimientos de flexión y supinación del antebrazo que podrían relacionarse con

jalar cargas pesadas. El perfil biológico del individuo, la iconografía de las urnas,

así como su proximidad al monolito de la diosa vencida en combate, apoyarían la

propuesta de Eduardo Matos Moctezuma (1989) [33], de que estos individuos

podrían ser guerreros caídos en combate.

Page 12: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

12

Figura 4. Esqueletos cremados de los individuos recuperados en las ofrendas 10 y 14. Fotografía de Germán Zúñiga, cortesía del Proyecto Templo Mayor.

En el marco de la séptima temporada del Proyecto Templo Mayor, se ha

llevado a cabo el hallazgo de restos humanos cremados, pero en contextos muy

diferentes. Esto sugiere que los huesos expuestos al calor podían ser reutilizados

en otros rituales. Por ejemplo, en las operaciones 6 y 23, se registraron

fragmentos óseos cremados en los rellenos constructivos de la Plaza Oeste y del

Cuauhxicalco, edificio emplazado al pie del Templo Mayor, cuyo carácter funerario

es enfatizado en las fuentes históricas [34]. En la Operación 6 se recuperaron 108

fragmentos de huesos cremados. Algunos de ellos muestran las características

distintivas de los restos expuestos al calor con tejidos blandos, en tanto que otros

habrían sido cremados cuando ya se encontraban esqueletizados. En la

Operación 23, la mayoría de los huesos presentan características de haber sido

cremados poco después de la muerte, pero en este caso destaca la presencia de

un fragmento de fémur con huellas de descarne. Por su parte, en la Ofrenda 123

Page 13: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

13

se recuperaron fragmentos cremados dispersos que acompañaban cuchillos

ataviados con símbolos de guerra y muerte. Las alteraciones térmicas que

presentan, son compatibles con huesos cremados ya secos.

En estos casos estamos ante diferentes posibilidades. En primer lugar,

podría implicar que se reutilizaron fragmentos resultantes de la cremación de un

cadáver en un funeral. Esto no sería extraño si pensamos que las urnas

recuperadas en el adoratorio de Huitzilopochtli contienen sólo una pequeña parte

del esqueleto. Por otro lado, la presencia de los huesos que fueron expuestos al

calor cuando ya se encontraban secos podrían explicarse de dos formas. La

primera es un ritual funerario en dos tiempos, donde el individuo habría sido

inhumado. Tiempo después, ya en estado esquelético, sus huesos habrían sido

cremados. La segunda posibilidad es que se trate de los restos de víctimas

sacrificiales que después de ser utilizados en otros rituales o exhibidos, habrían

sido cremados. En cualquier caso, los huesos seguían cargados de una fuerza

especial, la cual los hacia ideales para ser depositados en otros espacios y quizá

transferir así las cualidades del individuo a la arquitectura o a los depósitos

rituales.

Los rituales sacrificiales y los tratamientos póstumos en el Templo Mayor de

Tenochtitlan

La práctica del sacrificio humano, si bien suele identificarse con los

mexicas, está presente en diversas regiones de Mesoamérica desde siglos atrás

[35-39]. La inmolación de una víctima tenía la función de transformarla: ésta

pasaba del dominio común al religioso y garantizaba la comunicación con el

ámbito sagrado [40]. En el Templo Mayor de Tenochtitlan y en el área que se

encuentra inmediatamente al pie del edificio se han recuperado 109 individuos

decapitados, así como los esqueletos de 44 niños. Así mismo, se han recuperado

miles de fragmentos óseos en los rellenos constructivos, la mayoría de los cuales

corresponden a desechos de manufactura [16, 22].

En el caso de los infantes, 42 de ellos fueron dedicados al dios Tláloc,

posiblemente como una petición de lluvia [21, 22], en tanto que dos de ellos

habrían sido inmolados en honor a Huitzilopochtli [41]. Por su parte, la

decapitación fue el tratamiento póstumo más recurrente en el recinto sagrado. A

juzgar por las fuentes históricas, la mayoría de las víctimas habrían sido

sacrificadas mediante extracción del corazón y sus cabezas les fueron cercenadas

con diferentes fines. Algunas fueron inhumadas inmediatamente para consagrar el

edificio, en tanto que otras experimentaron una larga cadena de uso y

Page 14: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

14

reutilización, tal y como lo muestra la evidencia arqueológica (Figura 5). Por

ejemplo, después de la decapitación algunas cabezas fueron desolladas y

descarnadas con el fin de conseguir su aspecto esquelético. A una gran mayoría

se les realizaron perforaciones laterales para ser exhibidas en el tzompantli.

Después de un tiempo de estar en esta empalizada, eran retiradas para ser

modificados. Algunos cráneos fueron pintados y se les colocó aplicaciones de

concha que simulaban los ojos, así como cuchillos de pedernal en las cavidades

nasal y oral. A otros les fue suprimida la parte posterior del cráneo mediante

percusión o corte por desgaste, con el fin de crear las llamadas máscaras-cráneo

(Figura 6). A pesar de su nombre, éstas no eran máscaras verdaderas y es posible

que se hayan utilizado como pectorales o hayan sido exhibidas, como lo sugieren

sus orificios de suspensión. Éstas también fueron pintadas y decoradas con

aplicaciones y cuchillos. El destino final de estos objetos rituales fue fungir como

efigies de deidades en las ofrendas del Templo Mayor [16].

Figura 5. Secuencia de preparación, uso y reutilización de cráneos humanos.

Page 15: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

15

Figura 6. Máscara cráneo decorada con un cuchillo de pedernal y aplicaciones de concha y pirita. Fotografía de Jesús López, cortesía del Proyecto Templo Mayor.

El estudio del perfil biológico de las víctimas decapitadas ha sido revelador.

Si bien originalmente se pensaba que se trataba de guerreros cautivos, la

colección arqueológica se compone por hombres, mujeres y niños. Además,

destaca la ausencia de traumatismos antemórtem y de huellas de violencia

perimortem, que pudieran estar conectados con la guerra. Estudios recientes en

materia de DNA y de isótopos radiogénicos de estroncio, realizados por Diana

Bustos (2012) [42] y Alan Barrera (2014) [43], revelan que las víctimas no eran

oriundas de Tenochtitlan. Los estudios genéticos sugieren una homogeneidad

entre las poblaciones, pues éstas se caracterizaron por su gran movilidad y su

establecimiento en ciudades cosmopolitas [42]. Por su parte los estudios

isotópicos del esmalte dental confirmaron que los seis individuos analizados son

de un origen extranjero. Al comparar estas firmas con aquellas obtenidas en los

huesos, se pudo confirmar que estos personajes pasaron, al menos, sus últimos

seis años de vida en Tenochtitlan [43]. Esto vendría a reforzar la premisa de que

no se trata de individuos capturados en la guerra para su sacrificio.

Page 16: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

16

¿Quiénes fueron las víctimas sacrificiales inmoladas en el Huey Teocalli?

Posiblemente tenían un origen diverso y se trataba principalmente de “esclavos” y

de algunos cautivos de guerra, las dos categorías principales. No obstante,

gracias la investigación de Michel Graulich (2005) [35], sabemos que los

individuos podían obtenerse a partir del tributo, la venta, la guerra o bien podían

ser criminales condenados. De acuerdo con el investigador, los niños podían

haber sido vendidos por sus padres. Finalmente, también podían sacrificarse

personas con defectos físicos, vírgenes, voluntarios, personas que se

consideraban marcadas por alguna fuerza sobrenatural, y rara vez, ciudadanos

libres y nobles. Futuros resultados en materia de genética e isotopía permitirán

obtener más piezas de este rompecabezas.

Sin embargo, al hablar de sacrificio humano, debemos considerar que el

Templo Mayor no fue concebido como el sitio para inhumar a todas las víctimas

sacrificiales. En cambio, la información que nos permitirá comprender mejor esta

práctica se encuentra hacia el poniente del recinto sagrado. Los hallazgos más

recientes de Proyecto Templo Mayor y del Programa de Arqueología Urbana

confirman lo anterior. En especial, estos últimos representan un corpus que

deberá ser analizado en el futuro, el cual incluye el depósito de ofrendas, así como

de huesos en el relleno constructivo, los cuales fueron inhumados en la Plaza

Oeste, el Juego de Pelota, el Templo de Ehécatl, el Cuauhxicalco y, por supuesto,

el Huey Tzompantli, estructuras exploradas recientemente.

Conclusiones

La visión de la muerte entre los mexicas puede ser evaluada a partir del

análisis de las fuentes históricas, la iconografía y los contextos arqueológicos que

contienen restos humanos. En el caso de los funerales los restos regresaban a su

lugar de creación al ser depositados en la tierra o en el templo que simbolizaba la

cueva. Además, los huesos dotaban a los espacios de una cualidad especial, pues

en su calidad de ancestros seguían presentes en las construcciones. En el caso

particular de la cremación, ésta tenía la función de remitir el alma del difunto y sus

bienes funerarios, hacia el inframundo, sitio de donde se obtuvo la materia prima

para la creación de la vida: los huesos.

Por su parte, los sacrificios humanos deben ser entendidos en su justa

dimensión. Tal y como lo menciona Graulich (2005) [35], con ellos se buscaba

reactualizar los mitos, alimentar a las divinidades, obtener beneficios, llegar a una

conciliación, expiar, consagrar y transmitir mensajes. Esto implica que la víctima

tiene una diversidad de significados pues a la vez representa a las deidades, el

héroe, la comida, la semilla y el maíz [35].

Page 17: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

17

En suma, la muerte es semilla de creación; de los huesos surge la vida y de

la inmolación ritual se propicia la fertilidad. Estamos convencidos que el análisis de

los hallazgos más recientes, permitirá un mayor entendimiento de los rituales de la

muerte en el Templo Mayor de Tenochtitlan.

Referencias 1. Leyenda de los Soles. En Códice Chimalpopoca, traducción de Primo

Feliciano Velásquez. Ciudad de México: UNAM; 1945. 2. Johansson, P. [1997]. Estudios de cultura Náhuatl. 23, 69-88. 3. López Austin, A. Cuerpo humano e ideología. Ciudad de México: UNAM;

1996. 4. Barley, N. Bailando sobre la tumba. Barcelona, España: Crónicas

Anagrama; 1995. 5. Furst, J. Skeletonization in Mixtec Art: A re-evaluation. En: Elizabeth Boone.

Editor. The art and iconography of Late Post-Classic Central Mexico. Washington, D.C.: Dumbarton Oaks; 1982. P. 207-225.

6. Brotherston, G. [1994]. Cuicuilco. 1, 85-99. 7. Matos Moctezuma, E. Vida y muerte en el Templo Mayor. Ciudad de

México: Ediciones Océano; 1986. 8. Matos Moctezuma, E. y López Luján, L. [2007] Arqueología Mexicana.

14(83), 22-29. 9. López Luján, L. y Chávez Balderas X. Al pie del Templo Mayor:

excavaciones en busca de los soberanos mexicas. En: Leonardo López Luján y Colin. McEwan. Editores. Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante. Ciudad de México: INAH; 2010. P. 294-303, 330-340.

10. Matos Moctezuma, E. [1997] Estudios de Cultura Náhuatl. 27, 15-40. 11. Sahagún, B. Historia General de las Cosas de la Nueva España. Ciudad de

México: Editorial Porrúa; 1997. 12. Batres, L. Exploraciones arqueológicas en las calles de Las Escalerillas. En:

Eduardo Matos Moctezuma. Editor. Trabajos arqueológicos en el Centro de la Ciudad de México. Ciudad de México: SEP-INAH; 1979. P.61-90.

13. Estrada Balmori, E. Ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan. En: Eduardo Matos Moctezuma. Editor. Trabajos arqueológicos en el Centro de la Ciudad de México. Ciudad de México: SEP-INAH; 1979. P. 183-189.

14. Contreras, E. Una ofrenda en los restos del Templo Mayor de Tenochtitlan. En: Eduardo Matos Moctezuma. Editor. Trabajos arqueológicos en el Centro de la Ciudad de México. Ciudad de México: SEP-INAH; 1979. P.198-204.

15. García Cook, A. y Arana R. Rescate arqueológico del monolito de Coyolxauhqui. Ciudad de México: INAH; 1978.

16. Chávez Balderas, X. Sacrificio Humano y tratamientos post-sacrificiales. Ciudad de México: INAH; en prensa.

17. Nagao, D. Mexica buried offering: a historical and contextual analysis. Oxford, Inglaterra: BAR; 1985.

18. Tiesler, V. Funerary or non funerary? New References in Identifying Ancient Maya Sacrificial and Postsacrificial Behaviors from Human Assemblages.

Page 18: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

18

En:Vera Tiesler y Andrea Cucina. Editores. New Perspectives on Human Sacrifice and Ritual Body Treatments in Ancient Maya Society. Nueva York: Springer; 2007. P.14-44.

19. Thomas, L. V. Antropología de la muerte, Ciudad de México: FCE; 1983. 20. Chávez Balderas, X. Los rituales funerarios en el Templo Mayor de

Tenochtitlan. Ciudad de México: INAH; 2007 21. López Luján, L. Las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan. Ciudad de

México: INAH; 1993. 22. Román Berrelleza, J. El sacrificio de niños en el Templo Mayor. Ciudad de

México: INAH/ GV Editores; 1990. 23. Román Berrelleza, J. y López Luján, L. [1999]. Arqueología Mexicana,

7(40), 36-39. 24. Barba, L. y Rodríguez R. [1990] Antropológicas. 5, 94-95. 25. Chávez Balderas X., Guevara J., Rembao D., West M. y Zavala S. [1993].

Estudios de Antropología Biológica. XI, 1009–1028. 26. Etxeberría, F. [1994]. MUNIBE (Antropología-Arkeología). 26, 111-116. 27. Mayne Correia, P. Fire Modification of Bone: A Review of the Literature. En:

Marcela Sorg y William Haglund. Editores. Forensic Taphonomy: the postmortem fate of Human Remains. Boca Ratón, Florida: CRC Press; 1997. P. 275-293.

28. Quatrehomme G., M. Bolla, M. Muller, J.P. Rocca, G. Grévin, P. Bailet y A. Ollier [1998] Journal of Forensic Science. 43 (2), 417–422.

29. Rodríguez, R. [1986]. Revista Científico Estudiantil del ISCM-H. 136 (87), 18-21.

30. Duday, H. La Nécropole du Peyrou a Agde (Hérault) Étude Anthropologique. En: André Nickels. Editor. Agde, La Nécropole du Premier Âge du Fer. París, Francia: Éditions du Centre National de la Recherche Scientifique; 1989. P. 459–472

31. Grévin, G. [1990] Bull. et Mém. de la Soc. d´Anthrop. de Paris. 3-4, 67-74. 32. Alfaro, M. E. [2001] Marcas de estrés ocupacional en los individuos de las

ofrendas 10 y 14. Informe inédito, Proyecto Templo Mayor, México. 33. Matos Moctezuma, E. Guía Oficial Templo Mayor. Ciudad de México:

INAH/Salvat; 1989. 34. López Luján, L. y Barrera R. [2011]. Arqueología Mexicana. 19(112):17. 35. Graulich, M. Le sacrifice humain chez les Aztèques. París, Francia: Fayard;

2005. 36. Morehart, C., Meza A., Serrano C., McClung E. y Ibarra E. [2012] Latin

American Antiquity. 23 (4), 426-448. 37. Sugiyama, S. [1989]. American Antiquity. 54 (1), 85-106. 38. Sugiyama, S. Sacrificios humanos dedicados a los monumentos en

principales de Teotihuacan. En Leonardo López Luján y Guilhem Olivier. Coordinadores. El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana. Ciudad de México: INAH-UNAM; 2010. P. 79-114.

39. Sugiyama, S. y López Luján L. Sacrificios de Consagración en la Pirámide de la Luna. Ciudad de México: INAH-ASU; 2006.

Page 19: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

Chávez Balderas X

19

40. Hubert, H. y Mauss M. Sacrifice: its nature and function, Chicago, Illinois: University of Chicago Press; 1964.

41. López Luján, L., Chávez Balderas X., Valentín N. y Montúfar A. Huitzilopochtli y el sacrificio de niños en el Templo Mayor de Tenochtitlan. En Leonardo López Luján y Guilhem Olivier. Coordinadores. El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana. Ciudad de México: INAH-UNAM; 2010. P. 367-394.

42. Bustos, D. Arqueología y genética: Estudio biomolecular del material óseo procedente del recinto sagrado de Tenochtitlan. Ciudad de México: tesis de licenciatura, ENAH; 2012.

43. Barrera, A. Los sacrificados del Templo Mayor de Tenochtitlan, localización geográfica a partir de la técnica de isótopos de Sr. Ciudad de México: tesis de licenciatura, ENAH; 2014.

Page 20: LA MUERTE, SEMILLA DE CREACIÓN: …tab.facmed.unam.mx/files/1-XIMENA-CHAVEZ.pdf · capturada la noción de que la muerte era una fuente de fertilidad. En el presente ... Los junta

MENSAJE BIOQUÍMICO, VOL. XL (2016)

20

Semblanza de la M. en Antrop. Ximena Chávez Balderas

Ximena Chávez Balderas es

biarqueóloga del Proyecto Templo

Mayor. Está especializada en

arqueología funeraria, prácticas

sacrificiales, tratamientos post-

sacrificiales y arqueozoología. Es

licenciada en arqueología por la

Escuela Nacional de Antropología e

Historia y es maestra en

antropología por la Universidad

Nacional Autónoma de México. Es

maestra en antropología física por

la Tulane University y actualmente

es candidata a doctor, por esta

misma universidad, con sede en

Nueva Orleans. Fue jefa del

Departamento de Curaduría del

Museo del Templo Mayor entre

2001 y 2007. Ha recibido tres

premios INAH por sus tesis de

licenciatura, tesis de maestría y por una exposición que curó en el año de 2006.

Ha presentado más de 80 conferencias y ponencias, además de haber publicado

alrededor de 40 artículos y un libro especializado en rituales funerarios.

Actualmente tiene en prensa dos libros: uno como autora y otro como editora. El

primero trata sobre el sacrificio humano y el segundo sobre el análisis de restos

momificados. Chávez Balderas ha trabajado en numerosas exhibiciones

nacionales e internacionales y ha excavado en Teotihuacan (Estado de México),

Loma Guadalupe (Michoacán), las Huacas de Moche (Perú), y el Templo Mayor

de Tenochtitlan (Ciudad de México).


Recommended