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LA NARRACIÒN Y SUS TEORIAS

Date post: 10-Jan-2016
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libro de literatura Española donde encontramos los pasos a seguir para un analisis.

of 31

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  • Endelopedia Latinoamericana -----..., .........."--_.__ ........__..._-.-.--...._---_...- .._,.... _-_................. ~..._-_..........._--_..._._._---

    de Sociocultura y Comunicacin

    LA NARRACIN

    Usos y teoras

    Mara Eugenia Contursi y Fabiola Ferro

    Grupo Editorial Norma http://www.flonnC/_com

    Guatemala. Urna, Mtxico. Panam, San Sahadm: l1ogotd, Santiago

  • .

    Primera edICIn: agosto de 2000

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  • Agradecimientos

    Escribir un libro no es una tarea fcil, en particular en un contexto como en el que vivimos actualmente en Argentina yen Amrica Latna. Por eso queremos agradecer especialmente al Prof. Anbal Ford. por el apoyo y la confianza que nos brind tanto cuando nos convoc para trabajar en su ctedra de la Universidad de Buenos Aires como cuando nos posibiHt un espacio y una gua para la realizacin de este trabajo.

    Tambin queremos agradecer a la universidad pblica argentina, muy especialmente a quienes la sostienen y defienden, porque a ella y a sus integrantes debemos nuestra formacin. En este senLido, queremos destacar ~I la tarea que realizan desde hace aos la Prof. Elvira Arli 1', nou" y el ProL Roberto Bein, quienes nos iniciaron en1:, 1 " la docencia y la investigacin acadmicas y quienes,11:..

    siempre nos alentaron a continuar con nuestra labor, aun en momentos adversos.

    Por ltimo, pero no por ser menos importantes en su contribucin, queremos agradecer y dedicar este libro a nuestros familiares, quienes han soportado ausencias y convivencias (a veces, excesivas). En orden alfabtico, para evitar ofensas: Anta Contursi, Graciela Rotger, Guillermo Darr, lrma Cusac, Jos Luis Chiappa, Luis Rodolfo Ferro, Paola Ferro y Sofa DalT ContursL

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  • 1 n traduccin

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    La narracin es una forma comunicacional que atraviesa los ms diversos mbitos. Cuando nos introducimos en su estudio, nos encontramos, por lo menos, con dos problemas contrarios: la diversidad de consideraciones acerca de qu es una narracin y el hecho de que se haya naturalizado cierto sentido. asociado a ella. Por un lado, no todas las teoras acuerdan a la hora de catalogar un discurso o texto como narrativo; tampoco coinciden siempre las clasificaciones cotidianas que hacen los sujetos sobre ella, Pero, por otro lado, esas in coincidencias no son tantas, por lo que es posible suponer que hay un cierto grado de naturalizacin (terica y cotidiana) sobre la concepcin de narracin y que la reflexin sobre ella, sistemtica o no, es importante en "nuestra" cultura,

    ndice de esa importancia es el hecho de que, entre otras, exista una disciplina en la que el trmino narracin aparece tematizada. As, la narratologa se propone como la teora de los textos narrativos, en especial de los literarios, aunque no exclusivamente. Una importante representante de este campo de estudios es Mieke Bal (1998). Esta autora sostiene que

    "Un texto es un todo finito y estnlcturado que se compone de signos lingtt1sticos. Un texto narrativo

    11

  • MARA ElIGENl" CONT1JRSl - FAl:110lA FERRO

    ser aquel en que un agente relate una historia. Una historiel es una fbula presentada de cierta manera. Una fbula es una serie de acontecimientos lgica y cronolgicamente relacionados que unos actores causan o experimentan. Un acontecimientQ es la transicin de un estado a otro. Los actores son agentes que llevan a cabo acciones. No son necesariamente humanos. Actuar se define aqu como causar o experimentar un acontecimiento."1

    Esta cita merece algunos comentarios. Si bien las definiciones que presenta son un tanto esquemticas, lienen la ventaja de brindarnos un punto de partida para discutir la nocin de narracin, que aparece vinculada a las siguientes cuestiones:

    la narracin se presenta bajo una forma material que supone el uso de un lenguaje (Ba1 restringe la narracin al1enguaje verbal, pero podernos ampliarla l otros tipos de lenguaje, como el del dn~);

    la narracin est indisolublemente lgada a una nocin de tiempo que transcurre. que avanza; y,

    la narracin, para ser tal, necesita de actores que produzcan o sufran cambios.

    S bien esta caracterizacin es til inicialmente, no es sundente. La primera caracterstica es la ms evidente. Sin embargo, las dos siguientes (que refieren tiempo y a los a.ctores) brindan una importante "pista" para establecer algunas hiptesis.

    1 N.B.: las cursivas son un agregado nuestro. En todas las citas bibliogrficas seguimos un sistema de rderencia memo en e\ que el ao que consignamos no siempre remite al de la primera publicacin, sino al indicado Cll el listado bibliogrico anexo.

    II

    La narracin, Usos y teoras

    Segn Fran~oisJullien!, las culturas de lo que habitualmente se denomina Occidente conciben que el tiempo es progresivo y medible. La unidad que permite dar cuenta de que el tiempo avanza y es suceptible de ser segmentado es la de ocasin, entendida como la coincidencia (estratgica) entre el tiempo y la accin'. Esta estrecha relacin entre tiempo y accin, ms precisamente. entre el tiempo y las acciones de los hombres, ha marcado la nocin de temporalidad en la cultura ocddenta14 Podemos sostener, al menos a modo de hiptesis, que, si la narracin se define como discurso construido sobre una linea temporal, no resulta extrao que la nocin de actor sea necesaria. Y esta correlacin entre tiempo progresivo y accin puede ser una de las

    2 Frnncois Jullien es Presidente del Colegio Intemaciollill de Filosorta y Director de Lengua y Civilizacin de Asia en la Universidad de Palis VIL En octubre de 1997 dct, en Buenos Aires. el seminario "Reglmenes de temporalidad en. China y Occidente". en el marco del Seminario Internacional y Programa de Actualizacin "Regmenes de Temporalidad en las Ciencias Humanas". Hemos asistido a ese seminario y la exposicin que sigue es producto de la refoffilUladn de lns notas que hemos tomado durante el curso. Lamentablemente, 110 nos ha sido posible conseguir publicaciones de este autor concemientes a esta temtca.

    3 El pensamiento griego antiguo tiene como gran lugar comn la reflexin sobre la ocasin (1((ltpOC;), sobre el aprovechar estratgicamente las ocasiones y; en contrapartida, sobre el error de desapro

    Homero, Plndaro, Sfocles. Platn, Aristteles, entre otros, gran parte de sus reflexiones al problema del I('().\PO;

    4- Un ejemplo de cmo se ha naturalizado esta concepcin de la temporalidad es el de las metforas cotidianas sobre el tiempo. En la frase "hay que calcular el tiempo". aparece una metfora ("calcular el tiempo") que hace hincapi tanto en su posible medicin como en su aprovechamiento. Otros ejemplos son "aprovechar el tiempo", "perder el tiempo", "actuar a tiempo", "no dejar pasar el tiempo".

    13

  • MARIA EUGfNlr\ CONTtlRSI " ['An1tH.,\ H'RRO

    razones por las que se producen coincidencias en las clasiricadones: el sustrato de las teorizaciones sobre la nurraCn y de sus clasificaciones coUdianas es, en pnrte, nuestra concepcin cultural del tiempo, que incluye la nocin de actor. Es decir, la naturalizacin del sentdo sobre qu es narracin podra ser el producto de la naturalizacin de qu es el tiempo y de nuestra posicin respecto de l.

    Si esto es cierto, aunque sea en alguna medida, podramos encontrar que las culturas ajenas a Occidente} o las que tienen una concepcin diferente de la temporalidad, tambin tienen otra concepcin de la narracin o hacen usos diferentes de ella. Adems, la importancia que ha adqujrdo el tiempo en nuestra mentalidad y vida cotidiana podra explicar el hecho de que la narracin, en tanto representacin de la temporalidad, haya cobrado un valor central en nuestra cultura y se haya transforrn~do en una prctica cultural generlizad a'" ,

    As. posturas como ]a de Roland B:.uthesl', que sostienen que la narrativa tiene un carcter dominante, cas tautolgico, se basan en ]a afrmacin de que no existe ni ha existido nunca un pueblo sin relatos; el relato es internacional, transhistrico, transcultural, es decir, universaL Sin embargo, esta afirmacin ha sido puesta en

    lli discusin. Por ejemplo, Jack Goody (d. 1999) ha explicado que no existen en frica relatos extensos como

    5 CL el desarrollo de diferentes fOfilas de medir el tie~npo a travs de calendarios (ef. Ewing Duncan, (1999), cuya temtica central es "el esfuerzo pico de la humanidad para medir el tiempo") y la consecuente tmsposicin metonlmica emre el tiempo y su representacin.

    6 eL "introduccin al anlisis estructural de tos relatos". En Niccolini (1977).

    La narracin. Usos y tenrias

    los registrados en los pueblos de la parle sudoccidental de los Estados Unidos o como en los europeos. En el mismo sentido, sostiene que no en todas las culturas las personas se presentan ante un desconocido construyendo relatos de su vida cotidiana. Estas son muestras de que la narraCn no siempre se usa bajo los mismos modos y con idnticos valores.

    Este autor plantea que no se ha comprendido hasta qu punto la narrativa, entendida como largas secuen- \ cias con un valor smblico dentro de una sociedad, en nuestra cultura, est ntimamente relacionada con la alfabetizacin. Podemos agregar que, aunque existen narraciones orales y narraciones escritas, en sociedades como las llamadas occident~les, tan fuertemente marcadas por la racionalidad de la escritura, sta ha dado forma a los esquemas narrativos y a sus valores asociados en funcin de su propia lgica.7

    Por otro lado, la perspectiva de la psicologa cogniti- ._ va estudia la narracin en tanto forma de conocimento.

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    Por ejemplo,Jerome Brune8 sostiene que la narracin es una de las dos modalidades fundamentales del funcio ) (l namiento cognitivo (la otra es la forma paradgmtica9 o .

    7 Cf. infra capitulo 111. 8 Citado por Goody, (1999). 9 La distincin entre relaciones paradigmticas o asociativas y

    relaciones sintagmticas es obra de F de Saussure (1994). Segn este lingista. la paradigmtica es una relacin en ausencia (de los signos, almacenados en la mente de los hablantes) que [arma una serie mnemnica virtual entre los signos lingfsticos que componen el repertorio de una lengua. Por ejemplo, las asociaciones de grupos de sinnimos o de palabras que tienen aspectos fonticos smiJares en su pronunciacin. En oposicin, las relaciones sinlagmlicas se dan en presencia de los signos lingsticos, regulando su combinacin.

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  • MARA EUGENIA CON1 URSl - FABIOLA fERRO

    lgico-cientfica). Donald PolkinghorneW ha definido la nar~aliva ~_o"!llt?J

  • MARIA EUl~ENIA l-;AIHOLA FE~RO La narracin, Usos y teoras

    En el siglo XX, han sido muchos los esfuerzos por explicar diversos la narracin, As, se han constru ido diversas que intentan

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    PRIMERA PARTE:

    LAS TEORAS DE LA NARRACIN

    I. Los procedimientos textuales La narracin interes a la lingstica en tanto es una

    de las formas tpicas y principales en la que aparecen los textos, es decir, las producciones lingsticas de los sujetos hablantes de una lengua.

    En un primer momento, la gramtica textual abord su estudio desde las perspectivas estructuralista-fonnalista, generativista y de la lgica, focalizando sus teolizaciones en la estructura interna del texto, su segmentacin en unidades mnimas, la distribucin de la informacin, la progresin temtica y las propiedades textuales de la cohesin y la coherencia como inmanentes al texto, entre otros conceptos fundamentales. Subyace en estos intentos la concepcin saussureana de que el nico objeto de estudio plausible para la lingstica es la lengua, en tanto sistema formal y relacional. Es por esto que la gramtica textual intent expandr el objeto de estudio de la lingstica en la direccin que apareca como ms natural: de la oracin al texto, visto como un conjunto de oraciones relacionadas entre

    A este fonnalsmo le sigui otro con mayor poder explicativo que super los lmites de la oracin al conside

    21

  • MARA EUGEN11\ CNTURSI - FAIlIOLA FERRO La narracil'ln. Usos y teoras

    rar el texto como la unidad primordial de anlisis, la linlstca del texto, que apareci en Europa a mediados

    de la dcada de 1960 gradas a los desarrol1os de la pragmtica Hngstka '2 : asi como sta se preocup por la relacin entre uso de lengL1

  • MARIA r.Ur.ENIA CONTUR5\ - FABIOLA FERRO

    hacen referencia a una dimensin estrictamente lingstica". (Capuscio, 1994)

    La lingstica del texto hace la distincin entre tipos y clases textuales: los primeros son categonas construidas desde un intento cientfico de tipologizacin textual, mientras que las segundas se refieren al conocimiento intuitivo que tienen los miembros de una comunidad lingstica sobre las estructuras textuales globales que emplean en su vida cotidiana. lJ

    Pero nos ocupa aqu el enfoque que las teoras textua - les aplicaron al estudio de la narracin. Para dar cuenta de

    los modelos ms representativos, tomaremos como ejemplos la tipologa textual de Egon Werlich (d. 1975), ]a propuesta secuencial de Jean-Miche1 Adam (cL 1992), la teora superestructural de Teun van Dijk (cf. 1978) Y la clasificacin textual de Roben Longacre y Stephen Levinsohn (d. 1978).

    l.a. Las estructuras narrativas E. Werlich (d. 1975) sostiene que es esperable que)a

    coherencia y completitud de los textos estn decisivamente determnadas por la presencia o ausencia de lazos referenciales de los elementos textuales (es decir, conexiones dentro del texto).

    13 Ce. Glich. E.: "Textsorten in del' Kommunikationspraxis". En Kallmeyer (19B6). La autora explica que la diferenciacin de clases text\1ales es relevante para los participantes de la comunicacin ya que el conocimiento de sus caractersticas es parte de su.saber cotidiano. Afirma que en la. interaccin social hay una cantidad de gneros que fonnan ciertamcllte el budget comunicativo de una sociedad. Es as que las clases textuales o los conceptos de clases tex' tuales no estn dados objetivamente. sino que se constituyen en la interaccin comunicativa.

    24

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    La narracin. Usos y terlas

    DenornltHl hases textuales tI las Ul1.idttdes eSlrUtlllrales elegibles como inicio de texto que son parte de un texto potencial, que tienen la extensin de un grupo de palabras (especialmente en ttulos manifestados concretamente) o de oraciones o unidades ms amplias (pargrafos introductores, secciones, etc.) y que pueden ser desplegados en textos a travs de secuencias sucesivas, En tanto esas bases textuales estructurales se forman en textos concretos con lexemas que tienen referencia, y que, por lo tanto, se refieren a determi

    t nados recortes del modelo de realidad comn de ha11: 1 blante y oyente, representan bases temticas. Las bases I! temticas (textuales) introducen, por su parte, los ini'i

    ciadores obligatorios para el desarrollo temtico de1un texto en secuencias, las que caracterizarn al texto como uno de los cinco tipos textuales bsicos: descrptvo, narrativo, expositivo, argumentativo, nstrucdonaL Un inicio tpico de texto narrativo es la frmula "haba

    J una vez una nia ... " o "rase una vez, en un reino lejano un pastorcito ... " 0, en la comunicacin cotidiana, "una vez me pas que ... " ~

    I La base textual temtica tpica narrativa es seleccio

    nada para expresiones textuales sobre ocurrencias y cambios en el tiempo. Segn este autor, se trata de una estructura simple sujeto-predicado-adverbio. El verbo ncleo del predicado. en imperfecto o perfecto, seala cambio y los adverbios de lugar y tiempo funconan como complementos. El adverbio de tiempo, con referencia dectica o no dectica, establece un marco referencial temporal en el que el/los sujeto/s oracional/es aparece/n como cambiante/s o activo/s, gracias a la forma verbal. Justamente, a raz de su efecto referencial, es

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  • pecficamente temporal, 'vVlich denomina a este tipo de oracin "denotadora de cambios/acciones".

    Esta tipologa, generada en el marco de la gramtica textual -o de la incipiente lingstica del texto-, tiene el inconveniente de no trascender los lmites oracionales. No obstante, aporta una dimensin cogni.tiva al anlisis textual, ya que sostiene que Jos tipos textuales, en tanto normas ideales para la estructuracin textual, sirven al hablante como matrices preexistentes para su produccin lingstica frente a su experiencia.

    Desde una perspectiva similar, Jean-Michel Adam (d. 1992) tralx~ia os diferentes planos de organizacin textual y tambin define ellexto como una estructura compuesta de sewencas. AS, la secuencia es uno de los planos de organizacin de la textualidad, sobre el que va a construir su tipologa. La hiptesis de base de este autor es que existe un nmero reducido de tipos de reagrupamiento de proposiciones elementales a las que denomina secuendas l'rototipicas. ,

    La secuencia es una estructura, una red relacional jerrquica, una entidad relativamente autnoma, dotada de una organizacin interna que le es propia y en relacin de dependencia/independencia con el conjunto ms vasto del que forma parte. Ellexto, a su vez, es una estructura secuencial. La secuencia es la unidad constitutiva del texto, conformada, a su vez, por grupos de proposiciones (macroproposidones), integrados por un nmero indefinido de proposiciones. La proposicin, por su parte, es una unidad ligada segn el movimiento doble complementaro de la secuencialidad y la conexidad, que la hace, dado un conjunto de proposiciones, conformar un texto. La primera propiedad

    l\1ARiA EUGENIA CONTl1RSl FABlOLA FERRO

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    La narracin. Usos y teor[as

    textual Csecuencialidad) se refiere a la estructura jerrquica en la que se integran las proposiciones y la segunda (conexidad) al modo de sucesin lneal de esas proposiciones.

    Las secuencias elementales se reducen a algunos tipos bsicos de ~.!!!f..u]aci.JUk.prQJ29,?,t

  • MARA EUGENIA CONTURSI - FABIOI.A FERRO

    Los elementos narrativos son: la sucesin de eventos, la unidad temtica (por 10 menos un actor sujeto), los predicados que indiquen transformacin, un proceso I ransformadonal de unidad de accin compuesto por una situacin iniciaL una transformacin (medio) y una situacin final -que permite precisar la tempo 1 r

    !raHdad de la sucesin de eventos-, la causalidad na r: rrativa (la tensin de la puesta en intriga, que domina (, l "" ,- 1: el proceso transformacional o accin), y la evaluacin i: o moraleja. -- ,_.. -~ 1:

    La especificidad de la narracin est dada pO~~!J2~~. ti. ~ " saje de la simple sucesin lineal y temporal a la lgica

    , singuliirda relato que, por su parle, se caracterrz;po~--

    rJntroducir un rroblema por medio de la insercin de una

    " ~Hcacn ~aresclucin entre la situacin inicial y

    la final (como parte de la transformacin del proceso) ..

    Uno de los aportes de la propuesta de Adam no es su

    originalidad descriptiva, sino el hecho de caracterizar las secuencias como herramientas cognitivas y comunicativas. Tal es as que la narracin se vincul~ con las actividades cognitvas de diferenciacin y relacin de percepciones y experiencias en el espacio y el tiempo y con su expresin.

    Tambin desde una perspectiva textual. Teun van

  • MARA EUGENIA CONIUR:,I - FAHIOLA FERRO

    Por su parle, los Lextos narrativos son formas bsicas globa1es la comunicacin textual. Ejemplos de textos narrativos son las narraciones que 'se"producn

    " en la vida cotidiana, en la literatura, entre otros campos: chsles, mitos, cuentos populares, sagas, leyendas, cuentos, novelas, biografas, memorias, etc.

    La caracterstica fundamental del texto narrativo es que ste se refiere, ante todo, a accones de personas, de manera que las descripcion,~?.~,crcunstancia, objetos u olros sucesos qlledar(~~bordin~d~$. Esta caracterstica semntica se combina~r;:-Otide orden pragmtico: en general, un hablante explicar unos sucesos u acciones que en cierLO modo resulten interesantes. Esto presupone que solamente se dar cuenta del suceso o de las acciones que, hasta cieno punto, se desvan de una norma, de expectativas o costumbres. No se narra una historia adecuada sobre el almuerzo, el peinado del cabello, etc., sin que sta no est unida a algn suceso especiaL Un texto narrativo debe poseer como referente un suceso o una accin que cumplan con el criterio de susci tar el ........"'...'"

    .-------'De este criterio inters se obtiene una primera categora de la superestructura narrativa: ]a COmlJlicacn. Esta complicacin puede ser un suceso en el que no intervenen personas, como un terremoto, pero debe involucrarlas, en tanto, como ya se explic, sus acciones (incluidas sus reacciones) frente al suceso son el ncleo de toda narracin. Esta accin podra os~entar el carcter de una dilucin de la complicacin. La categora la narratologa tradicional que caracteriza esa dilucin es la de resolucin, que puede ser tanto negatva como positiva.

    30

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    La narracin. Usos y teoras

    La complicacin y la resolucin constituyen, entonces, el centro del texto narrativo. 1. van Dijk denomina su.ceso al conjunto de esas dos categoras. Cada suceso tiene lugar en una situacin determinada (en tiempo y circunstancia) a la que llama marco. Por su parte, el marco y el suceso conforman un episodio. Hay que tener en cuenla que dentro de un marco se pueden dar varios sucesos. Adems, los sucesos pueden tener lugar en situaciones diferentes. Esto conformar una serie de episodios que se deHne como trama.

    Junto a estas categoras superestructurales (complicacin, resolucin, suceso, marco, episodio y trama), que, segn este autor, constituyen la parte ms importante de un t.exto narrativo, existen otras categoras que, si bien aparecen regularmente, son accesorias. En muchos textos, los narradores aportan su opinin, su valoracin, es decir, una evaluacin de la trama. Al conjunto conformado por trama y evaluacin se lo denomina historia lti

    Muchos textos poseen tambin conclusiones prcticas a las cuales se llama moraleja, como por ejemplo

    fbula, en la que al final aparece una leccin.

    16 er. nrra el cap[tulo 1lI. En ese apartado se estudia Jos problemas concernientes al discurso histrico. Si tenemos en cuenta la superestructura propuesta por Van Dijk, para que haya una historia. en tantD estructura verbal. no basta con una tr;lma (es condicin necesaria pero no suficiente), sino que debe aparecer una evaluacin por parte del narrador, quien, en el caso del discurso histrco, se fusiona con la figura del historiador.

    17 En el esquema, la tipografla negrita sirve para ........,LU... categoras necesarias (en el sentido de indispensables).

    ,.

    31

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    MARIA EUGENIA CONTUR51 - FABIOLA FERRO I l' narracin. Usos y t.eoras I

    En snlesis, la superestructura de un texto n~[rativo ii se puede esquematizar(7 delsigu"letemocl(): .

    Narracin II I

    historia moraleja I

    I trama evaluacin

    J

    episodio'!

    marco suceso

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    complicacin resolucin

    Con una concepcin semntco-generatvista I9 Ro~ bert Longacre y Stephen Levinsohn (eL 1978) proponeri

    una clasificacin de textos a partir de dos parmetros

    primarios. concebidos en trminos. de oposiciones bi

    mirias que se construyen por l~resencia (indicada por

    el signo +) o la ausencia (sefilada ~ot1"un-:') de rasgos.

    _ ..,... .. _,.. ......."~._,.'__,~ ,._k~.~""'_

    18 Los episodios pueden ser ms de uno. Cada episodio, por su parte, incluir un suceso y un marcO.

    19 El generativismo, corriente fundada por Noam Chomsky

    (d. sU plimera produccin, Estructuras sintcticas, escrito en 1957). distingue una estnlctura profunda y una estructura superficial en toda produccin verbal. Segn este autor, la estructura profunda co* rresponcle a universales sintcticos innatl)S, que se rastrean en todas las lenguas. La estmctura de superficie corresponde, en contra~artida, a la fonna idiosincrUca que cada lengua particular asigna a las estructuras subyacentes. El generativismo, como coniente, luego se expandi al campo de la semntica, manteniendo esta distincin entre profundidad y superficie, pero, naturalmente. ocupndose de los problemas concernientes al significado.

    32

    Los parmetros son +/-,_~~.q,q,4_

  • ---

    ~ MARiA [UGEN1A CONTURSI - FABIOLA FERRO 1)

    1.

    no realizada. El tipo narrativo ..puede dividirse de acuerdo con este p-arrrle't;;~'p-or eJemplo, la pr~f~,~.~aJ. que cumple con Jos dos parmetros bsico~ de l~ narracin, tambin contiene el rasgo "+ proyeccin", mientras que una, crn~~a se caracteriza por poseer "- proyeccin". rasgo merece una atencin especial, ya que tiene la particularidad de desarticular la

    concepcin tradicional que hace equivaler "narracin" 1 a "referencia a un pasado" (ya sea ste real o irreal). !;

    Pero, para explicar la narracin, alcanza con analizar ~ estos procedimientos textuales? Desde un punto de vista j

    I

    comullicacional, la respuesta necesariamente, no, puesto que esta perspectiva no toma en consideracin la relacin entre narracin context~_.~~p.!..

  • MARIA EUGENIA CONTURSI f'ABlOLA FERRO

    Eco dice que fbula y trama no son una cuestin de lenguaje, sino que son estructuras casi siempre traducibles a otro sistema semitico, ya que se puede contar la misma fbula de, por ejemplo. la Odisea, organizada segn la misma trama o no, a travs de una parfrasis lingstica, de una pelcula o de una historieta.

    Adems, mientras en un texto narrativo puede no haber una trama particular, no pueden faltar la fbula y el discurso. El autor da el ~jemplo de la fbu)a de Caperucita Roja, que nos ha negado a travs de discursos diferentes: el de Grimm, el de Perrault, o el de nuestra madre.

    En cuanto a la construccin del discurso narrativo, Eco presta especial atencin a las tcnicas de ,lilan o moderacin del ritmo, que concibe como estrategias del autor y que son las que deben permitir allecLOr paseos inJerendclles. Con esta metfora da cuenta de las opera~ ciones de razonamiento que son necesarias para construr la intehgibiHdad del texto:

    "En la narrativa sucede que el texto presenta verdaderas seales de suspense, casi como si el discurso moderara el paso o nc1uso frenara, y como si el autor sugiriera: "y ahora intenta seguir t ...". Cuando hablaba de paseos inferenciales me refera, en los trminos de nuestra metfora forestal, a paseos imaginarios fuera del bosque Inarrativo) : el lector para poder prever e 1 desarrollo de la historia se remite a su expe-' riencia de la vida, o a su experiencia de otras historias." (Eco, 1996)

    36

    , La namlcin. Usos y teoras Estas estrategias lienen que ver fundamentalmente

    con el man~jo de la temporalidad en la narracin ya que se pueden distinguir tres tiempos diferentes: el tiempo de ( la fbula, el tiempo del discurso y el tiempo de la lectura. )

    El tiempo de la fbula forma parte del contenido de la historia. Si el texto dce "pasaron mil aos", el tiempo de la fbula es de mil aos. Pero en el nivel de la expresin lingstica, es decir, en el nivel del discurso narrativo, el tiempo para escribir (y para leer el enunciado) es brevsimo. He ah como acelerando el tiempo del discurso se puede expresar un tiempo de la fbula ]argusimo. Y viceversa.

    Los t.res tiempos (de la fbula, del discurso y de la lectura) pueden coincidir o no. Cuando coinciden, se puede dar el caso de que ]a finalidad sea "muy poco arUstica". No siempre la dilacin tiene que ver con el goce esttico en trminos convencionales. Por ejemplo. el problema de cmo establecer cientficamente si una pelcula es pornogrfica o no, que se plantea Eco, lo lleva a concluir que la dilacin puede 'tener diferentes efectos.

    En sntesis, el tiempo del discurso es, por lo tanto, el efecto de una estrategia textual en interaccin con la respuesta del lector, al que impone un tiempo de lectura.

    Tambin existe una manera de detenerse en el texto, 1. de perder tiempo en l, para traducir el espacio. Este J;)

    'v;:procedimiento corresponde a una figura retrica poco

    .;,conocida: la hipotiposis, que consiste en dilatar el tiempo

    '>del discurso y el de la lectura en relacin al de la fbula ~

    ........para conseguir poner bajo nuestra mirada una configuracin espacial como si la estuvisemos viendo.

    37

  • MAl{iA EUGENIA URSI rATIlOLA FERRO r La narracin. Usos y leorlus

    En relacin con In polmica enLre rC.llismo y antirealsmoH Eco sostiene que todo texto narrativo presupone que el lector acepta, tcitamente, un pacto ficconal con el autor: la "suspensin de la incredulidad". Este pal:to implica que todo relato es ficcional, y ficcin, en s_u sentido etimolgico, significa "construccin", en este caso, lingstica, por lo que pertenece, inequvocamente,

    , al terreno discursivo. I i

    El lector liene que saber que lo que se le cuenta esI una historia imaginaria. construida, sin por ello pensar

    I que el autor est diciendo una mentira. Sencillamente, .

    como dice John SearIe (d. 1975), el autor finge que ha hecho una afirmacin verdadera.

    "Nosotros aceptamos el pacto ficdonal y fingimos que 10 que nos cuenta ha acaecido de verdad. Los mundos narrativos son parsitos del mundo reaL No hay una regla que prescriba el n~ero de los elementos ficclonales aceptables, es ms, existe una gran flexibilidad sobre este tema. Formas como el cuento de hadas nos predisponen para aceptar a cada paso correcciones de nuestro conocimiento del mundo reaL Pero todo aquello que el texto no nombra o describe expresamenle como diferente del mundo real, debe ser sobreentendido como correspondiente a las leyes y a la situacin del mundo real." (Eco, 1996)

    El problema de1 estatuto de realidad de los textos narrativos impone al autor la necesidad de reconsiderar

    23 eL infra n.a.

    38

    la distincin, bastante usada por los tericos del texto, \ entre narrativa natural y narrativa artificial (van DUk, 1974). Una narrativa se clasifica como natura) cuando se cuenta una secuencia de acontecimientos (reales o no, verdaderos o falsos), "es narrativa natural el relato que podra hacer sobre lo que me pas ayer, una noticia de un peridico o toda la Historia del reino ele Npoles de Benedetto Croce". Por su parte, la narrativa artifcia) estara representada por la ficcin narrativa, )a cual finge solamente, como se ha dicho, decir la verdad, o presume decir la verdad, en un mbito de discurso ficcignlAl!;1....,.I__

    Pero no existe una marca inc~m:roverlible d~"fcciona- ? lidad, a menos que intervengan dememos del paratexto, ) como el subttulo "novela" o "cuento", que nos predisponen a interpretar el texto asumiendo el pacto ficdona1.

    En el mismo orden de cosas, Eco plantea que la narracin tiene funciones. En este sentido analoga, manteniendo la metfora kinsica, el pasear por un mundo narrativo con el juego para un nio, ya que los nios juegan para familiarizarse con las leyes fsicas y con las acciones que, en la edad adulta, debern llevar a cabo seriamente. Entonces, leer relatos significa hacer un juego a partir del cual se aprende a dar sentido al mundo y a explicar nuestra posicin en l, como dira Gramsci Cd. 1986).

    {I

    Esta funcin de ta narrativa, segn Eco, es teraputica, adems de ser el motivo por e1 cual se cuentan historias desde los orgenes de la humanidad. Esto explicara tambin la fundn de 105 mitos en tanto dan forma al desorden de la experiencia. En este orden de cosas, poco importa si una narracin es artifidal o naturaL

    39

  • MARIA FlJ(~ENII\ CONTlJRSI - fABIOI.A FERRO

    ll.a. Discu -so/relato Segn mile Benveniste, existen dos planos de enun

    ciacin14 diferentes: el del relato (o historia) y el discurso. El relato se caracteriza por ser un modo de enunciacin que excluye LOda forma lngstica "auto: biogrMica", es decir )05 declicos como "yo", "t", "aquf' , "ahora" \ los cuales forman parte del aparato formal de la enunciacin. Tambin el tiempo verbal presente estar excluido, salvo en el caso de que ese tiempo verbal usado con un valor atemporal (como el de las definicio~ nes). En contrapartida, el_~!.?E~o es una~ia

  • MARiA EUGEN1A CONTlIRSI - FAI>IOLA fERRO

    Grarcl Gen~ttc (d. 1(72), reLOmam.fp esa dis~ind{m de TUUOfOV, explica que el unlisis jeJ discurso llnrralivo mplica, constantemente, el estudio de las relaciones entre ese discurso y Jos acont~dmi~ntos que relata, y en-m' C~f 1l1i~mp d~~~u!'tiO y~I t.lct.n ~IU~ lo pr~Jdl:I'.;C, indc." pet1d lentemt1te d~ IL1 t111tufuleztl de eS~:1$ relaciones (es dt."(:',ir, d.jando de h'ldo l problema de si se. las categoriza ",-:(.1n'ltJ n~l,lIc$. Ik(:i~~nn1l!", VQI(}~illillt\~. tille.), Asr, proll,"In~ definir historia como el significado o contenido narrativo; rdato como el significante, enunciado, discurso o texto narrativo; y; narracin como el acto narraLvo productor, y, por extensin, el conjunto de la situacin (real o ficcional) que relata.

    Desde este punto de vista, el discurso narrativo es el nico de los lres niveles que es plausible directamente

    un a.nlisis lextual. As, historia y narracin son mediados por el relato, y, a -su vez, el discurso narrativo (relato) es tal en la medida en ]a que da cuenta de una historia (sin la cual no seria narrativo) y es referido por un productor (sin el cual no sera discurso).

    El relato es una secuencia temporal en dos sentidos: conviven el tiempo de la historia narrada y el tiempo especifico del relato. El relato (ya sea oral o escrito, literario o flmico, etc.) slo puede ser actualizado en el tiempo que dura ]a lectura (o la escucha, etc,)!7 Genette estudia tres tipos de rel,~iones entre el tiempo de la historia y el tiempo del relat~l~~de Oi:cIen;TiCkdUfaClO-y -la--ae-rrecuecia~----- ----,---------.--- _-._-.-:--

    27 Aqui Aparece. para la escritura, la relacin entre tiempo y espado. El relato esclito existe en una dimensin espacial (50 hojas, por ejemplo), yel atravesar eSe espacio o el reco~rlo supone el paso de \\0 tiempo (2 hOn:lS, pOT ejemplo).

    42

    La narracin. Usos y teorfas

    La relacin entre el~_~den te.!!lpor~.1_ de sucesin de los acontecimientos en la historia y el orden (seudo) temporal de su disposicin en el relato aparece bajo diferentes formas de discordancia. Esas diferentes formas

    '---'-"'"" (llamad~$ narrativas) aparecen porque es imposible la existencia de un tipo de grado cero como el de un estado de perfecta coincidencia temporal entre relato e historia. Las anacronias narrativas pueden ser divididas en dos grandes categoras: las prolepsis (anticipaciones) y las analepsis (retrospecciones). la prolepsis se refiere a toda estrategia narrativa que consista en evocar (incluso narrar) anticipadamente un acontecimiento ulterior al punto de la historia en el que se encuent,ra el relato y la analepsis denomina toda evocacin de un acontecimiento anterior (tambin en referencia al punto de la historia en el que se encuentra el relato).

    La relacin entre la duran variable de los acontecimientos en la historia y la (seudo)duracin (es decir,

    ~,-,,-,---longitud del texto) del relato de los mismos ser el re

    Sft:do de la diferencia entre la duracin de la historia, m~dda en sem!ndost.;t1i!lUtoS, hora.?~~!_~~~~~fi~~,_'y

    .. la longitud del texto, medida en lneas y en pgipas. Esa diferencia recibe el nombre de ~-;;ocida!L,0.nlli.po

    ...-' .>-ttico grado cero de velocidad (llarnado~.!.~to iscro~ sera un relato sin aceleraciones ni disminUCIOnes de velocidad, en el que la relacin de duracin de la historia y longitud del relato permaneciera constante. Pero el relato iscrono no existe, salvo como experiencia de laboratorio, Las estrategias narrativas que afectan la relacin de duracin pueden ser agrupadas bajo cuatro grandes grupos: las elipss, las pausas descriptivas, las escenas dialogadas y el relato sumario (o resumen).

    43

  • MARA Ll)(.;ENIA CONTURSI - fARIOI.A FERRO

    El trmno dpsis se usa para dar cuenta de los casos en los que ningn segmento de relato corresponde a una duracin cualquiera de la historia, ya sea porque expli.cltamenle se da cuenta de la anulacin (por ejemplo, "pasaron algunos aOS"), porque implcitamente se recuperan por alguna laguna cronolgica (aparece un salto en la temporalidad, aunque no haya frase alguna que lo indique), o porque se alude a cierta duracin en las retrospecciones, aunque no sea posible localizarla exactamente. Pausa de.scriptiva se refere al caso en el que a un segmento cualquiera del relato no le corresponde ninguna duracin en la historia. 1 El caso de la escenai'\ dialogada es particularmente interesante, porque se supone que, convencionalmente, estn igualados el tiempo de la historia y el tiempo del relato. Sin embargo, es slo un efecto de sentido, puesto que de ningn modo, la escritura del dilogo puede restituir, por ejemplo, las velocidades de emisin que se utilizaron en el dilogo ni la extensin de los silencios. Por ltim'o, el relato sumario o resumen es una estrategia variable segn la cual se acelera el tiempo del relato (en relacin con el de la historia).

    La relacin de frecuencia, o sea, la relacin entre las posibilidades de repeticin de la historia y las del relato, da

    28 Si bien el caso tipico es la inclusin de descripciones en la narracin, cabe adaral' que no todas \ ..5 pausas son descriptivas (por ejemplo. In intercalacin de comentarios externos a la historia, co~no las intervenciones del autor, son pausas pero no describen, sino que comentan) ni todas las descripciones son pausas (en la medda en la que aportan datos para \a comprensin del relato), eL, desde una perspectiva HICr

  • , .

    MAH,\ EUGEN1,\ CONTURSl FABIOLA FERRO

    Una sntesis de l

  • MARIA EU(,J::NIA CONTUR51 - FABIOLA FERRO

    Lo que Alee McHoul' ha denominado enfoque anse puede utilizar para contemplar tanto la etcomo el anlisis de la conversacin formal o la

    etnometodologa. Se trata de un pumo de vista que abordn el uso del lenguaje corno un medio y un resultado importante en la consumacin de la estructura social y de la accin socaL

    Por el contraro, el supuesto realista aparece claramente en la tradicin del anlisis funConalista y en el marxista. La correspondencia entre narracin y realidad funciona lanto en las narrativas de revelacin (marxismo) como en las de encubrimiento (as denominadas por el marxismo). En ambos casos, el objeto encubierto o revelado es la estructura socio-econmica determinante de las relaciones sociales. entre otras.

    En los trabajos influidos por el marxismo, el mundo, en la teora, se corresponde con su descripcin slo a travs de un discurso de encubrimiento. Los mecanismos de encubrimiento residen en un lenguaje secular y estn orquestados por ste a travs de los conceptos de conciencia mundana y la incapacidad de la razn prctica, tal como normalmente se constituye. para despejar la oclusin, la opacidad y la conciencia falsa.

    Por otro lado. se puede pretender lograr que la teora se corresponda con el mundo emprico observable (con una visin particulannente restringida de ste), como en la metodologa de Robert DahP 1, donde la teora dc11cngurlje y ellenglU.-qe de la teora se limitan a aquell.o

    30 Citado por Clegg, S.: "Narnuva, poder y teoria socia1"'. En Murnhy (l993)

    31 Ibidem.

    48

    narracin. Usos y teoras

    que se puede hacer corresponder por uno cerlificncin ms o menos refinada del mtodo em.pirista y los protocolos conductistas y positivstas.

    Como dijimos antes, el abordaje contrapuesto al fundamentado en trmil10s de encubrimiento o revelacin es el que supone una relacin antirealista entre el "lenguaje de las historias" y el mundo.

    Los anlisis construidos sobre las lneas de un principio antirealista, de no-correspondencia o de no-reflejo, empiezan por una aproximacin diferente de las historias de la vida cotidiana y de las historias de la teora. Ambas deben ser interrogadas por la "impersonalidad" de sus discursos y su operacin, por las especificidades o "particularidades locales" de su operacin. Como dice Stewart CleggH , este lenguaje es un lenguaje de poder en el cual: segn el antire:alismo, el lenguaje sibrnifica lo ! que significa en virtud de convenciones que conciernen a su uso. Nuestros enunciados adquieren sentido desde las condiciones bajo las cuales se los puede expresar con propiedad.

    lT.b. AutOl; narrador; narrataro, lector Existen dos aspectos que tradicionalmente se han

    considerado como especficos de la narracin: la focalizacin y el narrador.

    Mieke Bal (1998) sostiene que cuando se presentan acontecjmientos, siempre se lo hace desde un ngulo, desde un punto de vista, independientemente de que se trate de un discurso literario o histlco. Aunque se intente eliminar todo comentario, toda evaluacin, en tanto la

    32 eL "Narrativa, poder y teona social", En Mumby (1993).

    49

  • MARA [UGE~IA CONnR~l - E~BIOLA FERRO

    percepcin es un proceso pscolgco que depende gwndemente de posicin del cuerpo perceptor, es imposible eliminar factores como el grado de familiaridad con el objeto percibido. el ngulo de cada de la luz, la distancia, la actitud psicolgica hacia el objeto, etc. As,_ el trrniT1~lzacit!1.gesigna la relacin entre la percepcin y lo que se percibe}'. El sujeto de la focalizacin es denominado focalizador. Un aspecto importante de este ltimo es que puede variar a lo 1argo de una narracin, es decir, la focalizacin no tiene porqu recaer perma

    i 1'1 nentemente en el mismo agente. Cuando el focalizador I es un personaje que participa de la fbula como actor, se

    dice que hay una .{

  • MARIA EUGENIA CONTURSI - FABIOLA FERRO

    la accin. As, en la medida en la que el narrador personaje no se dedica slo a narrar, sino que tambin acta,

    d~ja d~ ser un narrador testigo. Tiempo antes, Waher Benjamin se ocup especial

    mente de la fgura del narrador en un artculo muy di-_ fundido sobre la obra de Nicolai Leslov 14. Dice este aULor que la experiencia del boca en boca es la fuente de la que han abrevado todos los narradores. Disngue dos grupos histricos de narradores, que constituyen un conjunto arcaico: el agricultor sedentario y el marino mercader. Ambos gneros de vida han producido, de algn modo, sus propias ramas de narradores, aunque se trata slo de tipos bsicos.

    La narracin tiene siempre, explcita o implcitamente, una utilidad que puede ser una moral, una recomendacin prctica, incluso puede consistir en un refrn o en una regla de vida. El narrador es el hombre que da un consejo a quien 10 oye, y ese consejo no es tanto respuesta a un interrogante, como una propuesta ligada a la secuencia de una historia que se narra~

    Si bien hoy en da el narrador ya no se identifica con el autor emprico V de los textos narrativos, esta caracterizacin del mismo como consejero, que utilza una narracin para un propsito ltimo, permite entender que el narrador, en tanto estrategia discursiva, es el } que asigna una coherencia global al discurso narrativo. JI Es decir, aunque haya digresiones, saltos temporales, etc.;'

    34 CL "El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nicolai Leskov". En Benjamin 099l).

    3S cf. infra la exposicin de la disti.ncin entre autor emprico y autor modelo propuesta por U. Eco (1981).

    52

    La narrac16n. Usos y teorias

    hay un acuerdo por el cual se supone que todos esos recursos estn al servicio del "consejo" que gua esa prctica de naITar.

    Esta concepcin nos lleva, por necesidad, a considerar la recepcin de la narracin como instancia importante. La eficacia de la narracin no depende nkamente de la r

    i.construccin de la figura del narrador sino que supone l que el lector tambin cumple una funcin narrativa al / aceptar los pactos que el narrador le propone. '

    Umberto Eco distingue cuatro dimensiones para comprender la dimensin discursiva de la narracin: el autor emprico, el autor modelo (o narrador), el lector emprico y el lector modelo (o narratario).

    El autor modelo, que no es el autor emprico, consiste en una estrategia textual capaz de establecer correlaciones semnticas. Establece con el lector un pacto por el cual, con el trmino juego, se denotan 105 juegos conocidos. Pero esta voz se abstiene de definir el trmino "juego". invitando al lector a definirlo por s :- mismo, o a reconocer que no se puede defnir satisfactoriamente corno no sea en trminos de "parecidos de famila".

    Por su parte, el lector modelo de una historia, segn este semilogo italiano, no es el lector emprico. El lecLor emprico coincide con los sujetos del mundo emprico, cuando leen un texto. Se trata de un lecto~ tipo que el texto no slo prev como colaborador, sin que incluso intenta crear. Adems, como en el caso del narrador o autor modelo, el lector modelo constituye un conjunto de instnlccfOes-iextuale.~;:qe 'se manlffes'-tmen la supertTce'-ch~tTexfo:-Pra~nte en forma de afirmaciones u otras seales.

    53

  • MARIA EUl;EN1A - -;AnIOLA FERRO

    As, la actividad del lector emplrico de un texto narrativ9~~1tm-:_n?re1ar:-reiilizailfo-;a~o~amientos inferen

    a partir de los senderos que dibuja el narrador. La narracin es, para este autor, como

    "Un bosque [quel es, para usar una metfora de Borges [... ], un jardn cuyas sendas se bifurcan. lncluso cuando en un bosque no hay sendas abiertas, todos podemos trazar nuestro propio recorrido decid icndo ir a la izquierda o a la derecha de un cierto rbol y proceder de este modo, haciendo una eleccin ante cada rbol que encontremos. En un texto narrativo, el lector se ve obligado a efectuar una eleccin en todo momento. Es ms, ~sta obligacin de elegir se manifiesta en cualquier enunciado, cuando menos en cada ocurrencia de un verbo transitivo. Mientras el hablante va a terminar la [rase, nosotros, aunque sea inconscientemente, hacemos una apuesta, anticipamos su eleccin, o nos preguntamos angustiados qu eleccin har { ... ]." (Eco, 1996)

    caso de las vanguardias literarias es especial ya ,.-~- ';------'

    que ellas han intentado, a menudo, no slo poner en crisis las expectativas de los lectores, sino incluso crear un lector modelo que espera una totallbertad de eleccin nterpretativa del libro que est leyendo. Pero de esta bertad se goza precisamente porque -en virtud de una tradicin milenaria, desde los mitos primitivos hasta la moderna novela policaca- el lector est dispu~,.Sl.Q a

    ...--""_.__...---,-~_...._~. "'-

    hacer SUs propias el ecciones en el "bosque narrativo", 'pTe5rfe:aoq~'~-~~as~~an ms razonables que otras.

    54

    La narracin. Usos y teoras

    No obstante, el hecho de "ser razonables" no equipara esas elecciones con el sentido comn, ya que sera trivial suponer que debemos seguirlo para leer un libro de ficcin. En efecto, el sentido comn,6 se vera incomodado cada vez que los relatos no se ajustaran a la realidad como la conocemos.

    Hay, pues, reglas del juego, yel lector moddo es el ./ que sabe atenerse a esas reglas. El lector emprico es " )

    '" quien puede resultar engaado, defraudado o perdido si no se adecua a esa imagen de narratario que construye el texto.

    De hecho, hay casos en los que autor modelo, autor emprico, y otras entidades discursivas se explicitan. se f,"1. ponen en escena en el texto narrativo, con el propsito f rJ de generar diversos efectos de sentido. Por ejemplo, cuan- '1 ()) do el narrador tiene en el texto el mismo nombre que el autor emprico en la tapa. En este caso se ponen en juego los conocimientos y expectativas del lector emprico:

    "Cul es el fonnato de la Enciclopedia [de)as com

    petencias, creencias, conocimientos previos] que

    se le pide al lector sigue siendo asunto de conjetu

    ra. Descubrirlo significa descubrir la estrategia del

    autor modelo, la regla a travs de la cual muchas

    "figuras" se pueden localizar en la alfombra narra

    tiva." (Eco, 1996)

    36 Como objecin a esta disquisicin podemos decir que, en rea1idad. el pacto fiedanal que opera entre el n"rrador y el lector forma parte del semido comn. Es ms, el sentido comn incluye tanto concepciones sohre la realidad como sobre qu es una fccn y qu se espera de ella.

  • ---

    i\V,RA EUGENIA CONTURSI - FABtoLA FERRO

    Autor emprico, autor modelo, lector modelo y lector emprico, constituyen analticas que permiten explicar, al menos en la relacin entre los sujetos y 1as narraciones.

    ll.c. Narracin, tiempo y sujeto Enmarcado en la perspectiva filosfica de la herme

    nutica, Paul Ricreur (cL 1996) sostiene que el discurso es tm(verrt.QL-Igo que sucede cuando alguien habla. Pero tambin e~~1jcac6n,"en tanto dice algo. Adems, en la medida en que es una articulacin de una secuencia nnita de frases, el discurso es susceptible de ser considerado como una obra. Es decir, el carcter articulado del discurso postula que no es un mero conjunto de frases aisladas.

    En la leorizacin de Riq:eur. la nocin de discurso est emparentada con la de texto, ya que ste es definido como la fijacin del discurso por medio de la escritura. As, la escritura fija la intenci,n de decir algo inherente al discurso, fija la significacin. La nocin de texto, tal como la postula Ricceur, conlleva algunos corolarios importantes:

    el texto se vuelve autnomo respecto del horizonte intencional finito de su autor, ~;decir, lo que el texto sgnifica no coincide ms con lo que el autor ha querido decir; y,

    ellexto tiene, a diferencia dd dilogo1.la posibilidad ,~~e des-cont~rse de sus condicionesps1colglcas. y sociolgicas de produccin y.Je-contextualizarse de otro modo a travs del aclo de la lectura. Adems, "el texto no tiene un destinatario determinado sino todo aquel que sepa leer.

    56

    1.a narracin. Usos y teoras

    La central de la obra de Ricceur parle de una nE;f.~~!..(t~9:.~~~I-1J?.hY.hJJrat que correlaciona la actividad de :r:!:?-..!!.-I..!;ma.his.toria con el carcter temporal de la

    c;~te~.~~.J.lU!!l.~~De estos sup~estos-se'aesprencte que el tiempo se hace tiempo humano cuando se articula como narracin y la narracin sgnifica plenamente cuando es condicin de la existencia temporal.

    Existe, segn Rcceur, una correlacin fuerte entre mmess (entendida como actividad mimtica, en el sentido aristotlico de imtacin o representacin de acciones) y trama o mithos (la disposicin sistemtica de los hechos narrados).:37

    Pero la mimesis, concepto eje de la tesis de Ricreur, no es slo una acti~dad, sino que tambin es una media- )' dn (procesual) entre el tiempo y la narracin y tambin entre la narracin y la verdad. En tanto proceso, la mimesis contiene tres momentps: la prefiguracin prctica

    ...~~~ (conocimiento previo), la configuracin textual (el texto narratvo) y la refiguracin receptiva (re-conocimiento, es decir, interpretacin y apropiacin por parte del lector ). \\

    La prefiguracin prctica mimtica atiende los rasgos de la accin prctica y se subdivide en tres dimensiones que operan en forma paradigmtica:

    37 Aristteles detennina que la fbula o trama es el elemento ms importante de l.a tragedia, y est en una jerarqua superior a los caracteres (personajes mscaras), la expresin, el pensamiento, el espect

    y el canto, La trama es un hacer sobre el hacer, que es tambin un conocer, en el orden de la verosimilitud o la necesidad, en tanto univer-

    La trama no episdica o nica describe hechos que no estn uno a continuacin del otro, sino que son lIno causa del otro. Y tambin una trama bien fOlmada produce peripecia (paso de la dicha al infortunio), agnicin (paso de la ignorancia al conocimiento) y catharsis (emocin e instruccin -entendida como enseanz.'1-). eL la Potica de Aristteles.

    57

  • La narradn. Usos y teorfasM\R1A EtJ(~ENJA CONTURSl - FAB10LA FERRO ,

    ! : ,'1, ! lq , I

    ~~~

    las estructuras inteligibles o redes conceptuales de la comprensin practica (fines,. tn~~, agentes, circunslandas, interacciones y result"Wos);

    los recursos simblicos, en tanto contexto de descripcin de acciones paniculares. Se trata de r~gl~.~de_~_ dcscri rcin e interpretacin y tambin de normas pres--cripth~;sy' de valores;-y,

    los caracteres temporales, que pertenecen al orden de la intratemporalidad del sujeto.

    Esdecir, la preg'mcfn prctia mimtica hace referencia al momento en el cual entran en juego los saberes ~ previos que permiten que el proceso mimtico opere { en el plano cognilvo,

    Por su parte, la conjlgumcin textual mimtica supone el paso de ltn~.QLden pa~mtco ~ uno si~~~gmtis:o yal momenlo de la ficcin .. no como opuesta a la verdad, sino en tanto construccin de la trama (o mithos), Se trata tambin de una mediacin, 'en este caso entre acontecimientos e historia (paso de la sucesin a la configuracin); es integracin de las estructuras inteligibles de la prefiguracin prctica y de la configuracin de caracteres temporales propios a la narracin.

    Segn Ricreur, con la configuracin texlUal mimtica (es decir, con la puesta en texto) se abre el espacio del "como si", en un proce~esquematizadn

    l'

    -------:---denominado esquematismo de la funcin narrativa, No se refiere a una mera reproduccin imaginativa, sino a una imaginacin productiva. El esquematismo es una capacidad sjntetizadora de la imaginacin, que permite "unir" las acciones, circunstancias, agentes, etc., de la prefguracin prctica mimtica con los conceptos de la trama (propia de la configuracin textual mimtica).

    58

    Adems. el tiempo es el hilo lgico trascendental presente en toda esquemalizacin.

    Pero el esquemalismo de la funcin narrativa opera tambin en otros niveles, como en el de la comprensin de la subjetividad humana, que, a travs de la trama, localiza una triple mediacin: entre el hombre y el mundo (referencialidad), entre el hombre y el hombre (comunicabilidad) y entre el hombre y su s msmo (comprensin de sO.

    Por ltmo, la refiguracin receptiva mim. tica corres- ~ ponde a la interseccin del mundo del texto con el del lector: c~~tuye el momento de l? le~tYIy. 9~su apli

    cac~~n". En tanto la actividad lectora sUEone la fusin de "h~rizontes", es tambin el lTIqmento d-eti'tians[o~'::-- dn der~ lectura retoma la compresin prctica co"Hgurao:a-en el texto y la sobredetermina produciendo un "aumento de realidad",

    As, el proceso mimtico contiene mltiples mediaciones. La configuracin narrativa es la mediacin, en tanto temporalidad narrada, entre una prefiguracin lgada a las acciones de la vida cotidiana y una refiguracn que aade, a travs de la lectura, nuevos significados e identificaciones existenciales.

    Segn Ricreur, l~erd...a~_ en~~~~~Je_~.I!J;l ficcin a travs de la actividad mimtica, en tanto la fbula "da forma a c~-;;-~t~;-q~;-";;n inmanentesaI-ie-X="-"to per.o"10 trascienden, como nguiasae-ras"p~'~cticas

    .. d~1.--Esias~ravs de la 'iectura:soJ~~~~_~'~ndi-das y transformadas en el texto msmo y en el s mis

    mo-deflecfor,queO-s1e ser"Imue-"~~~t~"j~ego (------...,. ....--"- ""'-.~'""'---." ...~-,~--..........--......

    de verdades que circula libre y reguladamente en la J trama.

    59

  • MARTA EUGENIA CONTURSl FABTOlA FERRO

    Sl bien la teora hermenutica ha permitido repensar la relacin entre narracin y mmesis, las crticas que ha recibido son numerosas. Desde el anlisis del discurso se le ha o~jetado, en primer lugar, que el sujeto aparece descentrado, al punto tal que el texto parece "ha- cerse" a s mismo. En segunda instancia, desde la mi.sma perspectiva, se ha sostenido que la hermenutica no tiene en cuenta que los individuos se transforman en sujetos cuando son interpelados por los discursos, los que, a su vez, son determinados por formaciones ide01gicas, las que remiten, en defniLva, a posiciones de clase ..

    ...... ,- " ... _....~-'..~~-,~-

    60

    SEGUNDA PARTE: Los usos DE LA NARRACIN

    IU. Un uso particular: el discurso histrico En este captulo nos ocuparemos de un gnero na

    rrativo particular, el discurso histrico. ste se ha instituido como recurso para mantener la memoria de un pasado que se presenta como significativo para el pre sente e incluso como su causa. Pero el inters que reviste el discurso histrico no slo reside en su utilizacin como memoria artficial, sino en que, al mismo tiempo, se convierte en una explicacin convincente, justificadora, "tranquilizadora", portadora de inteligibilidad, "comprensiva" del presente.

    la idea que subyace a este captulo es que la narracin cobra formas y reviste procedimientos singulares en funcin del material que conforma la fbula. No es lo mismo narrar una experiencia personal que una ancdota que no nos tiene como protagonistas (no slo en un sentdo individual, sino tambin en trminos colectivos, nacionales, tnicos, culturales), No es igual hacer un "racconto" de un acontecimiento cercano al tiempo ele la enunciacin que reconstruir lo que ocurri hace, por ejemplo, dos siglos,38

    38 En este sentido, tampoco es lo mismo relalar hechos ubicados en una fecha. por ms antigua que sea, que dar cuenta de acontecimientos perdidos en el "origen de los tiempos".

    6]


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