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Norberto Levy - El Asistente Interior

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    EL ASISTENTE INTERIORLos mecanismos de la autocuracin psicolgica

    NORBERTO LEVY

    nuevo extremoAbril de 1999DIRECTOR EDITORIAL: Miguel LambrCOORDINADOR DE EDICIN: Toms LambrDISEO DE CUBIERTA E INTERIOR: PhotoDesignISBN: 950-9681-73-3DERECHOS EXCLUSIVOS DE PUBLICACIN; Magazines S.A. -Fax (54-11) 4773-5720e-mail: [email protected] Y SELLO EDITORIAL:Editorial del Nuevo Extremo S.A. Juncal 4651 (1425) Buenos Aires Argentina

    Tel/Fax: (54-11] 4773-31228/8445e-mail: [email protected] los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccin parcial o iota!

    por medio de cualquier medio grfico o informtico sin previa autorizacin deleditor.

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723.Impreso en Argentina.Versin digital de Fede, abril, 2005Correccin primera

    AGRADECIMIENTOS

    QUIERO AGRADECER en primer lugar a mis pacientes, alumnos y colaboradoresporque con ellos se gest y desarroll esta propuesta.

    Quiero agradecer especialmente a Graciela Figueroa, quien me ayud adesplegar y organizar las ideas centrales de este libro y me acompa y alentamorosamente durante su ejecucin.

    A Alejandra Ruiz Daz, Adriana Mark y Gladys Abeles quienes participaron condedicacin y generosidad en la revisin de todos los captulos.

    A Daniel Gutman por su solidario respaldo y entraable amistad. A Mercedes

    Falcn, por su colaboracin entusiasta en la recopilacin de muchos de losmateriales que aqu se incluyeron.A Denise Najmanovch, Sara Szpektor, Alberto Szpunberg y Mempo Giardinelli

    por sus valiosas y afectuosas sugerencias sobre los manuscritos.

    Primera parteLA EXPERIENCIA

    IDEAS CENTRALESNo extrais, dulces amigosque est mi frente arrugada,

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    yo vivo en paz con los hombresy en guerra con mis entraas...

    A. Machado.Frecuentemente nos sentimos insatisfechos con alguna caracterstica psicolgica

    propia y nos gustara cambiarla.

    Dicha insatisfaccin tiene dos destinos; o conduce a la transformacin real deaquello que nos desagrada y la insatisfaccin cesa, o no logra producir latransformacin deseada y entonces se instala como insatisfaccin crnica, con todoel sufrimiento que trae aparejado.

    Insatisfaccin quiere decir rechazo, desacuerdo con algo. Me siento inseguro ytemeroso, rechazo ese estado y quiero sentirme seguro y confiado. Si no alcanzo asentirme as, sufro. Habitualmente solemos creer que el rechazo es la causa de esesufrimiento. Creemos que si aceptramos al aspecto inseguro, en ese marcopsicolgico se transformara en seguro. Esta creencia es parcialmente cierta ycontiene un gran desconocimiento de la energa del rechazo. Desconocimiento enel sentido que confunde y considera sinnimos a la energa del rechazo en s con elrechazo destructivo. Equipara una calidad de energa {el rechazo) con una formade implementar dicha energa (el modo destructivo).

    El rechazo en s no es generador de sufrimiento, por el contrario, bienimplementado es una energa vital y necesaria. En el plano fsico es uno de lospilares de la autorregulacin (homeostasis) y en el nivel psquico es la energa quemotoriza la transformacin y el crecimiento del aspecto rechazado.

    El problema surge cuando el rechazo es inmaduro e ignorante. En ese casoefectivamente maltrata y destruye a lo rechazado.

    Tambin es cierto que el rechazo que ms conocemos y ejercemos los sereshumanos es el que se manifiesta en su forma inmadura y destructiva. Esta es sinduda una de las causas por la que hemos considerado al rechazo y al rechazodestructivo como una y la misma cosa.

    Por esta razn es que es de gran importancia diferenciar el rechazo destructivodel rechazo asistencial y conocer el aprendizaje que necesita realizar dicha energapara poder pasar de una modalidad a la otra. La descripcin sistemtica de dichoaprendizaje es uno de los ejes centrales de esta obra.

    La primera parte del libro est dedicada a facilitar la experiencia personal delaprendizaje de la capacidad auto asistencial: en el captulo primero de la primerparte se explican los principios bsicos de la autocuracin sobre los que se apoya

    esta tarea. En el segundo captulo se describe paso a paso el desarrollo de lacapacidad auto asistencial a travs de una experiencia dirigida a Marta, una mujerde treinta aos. Hemos incluido la transcripcin de su experiencia para familiarizaral lector con las diferentes alternativas que se recorren durante el aprendizaje. Y enel tercer y ltimo captulo de la primer parte se brindan las instrucciones necesariaspara utilizar la grabacin que acompaa a este libro. Dicha grabacin contiene unaserie de consignas para que el lector pueda realizar sobre s mismo el aprendizajeque se propone en esta obra.

    Para aquellos que, adems, deseen profundizar en los problemas tericos que seabren en relacin a este trabajo est destinada la parte segunda del libro. All seanalizan, al comienzo, los interrogantes y malentendidos ms frecuentes enrelacin a la auto asistencia psicolgica y luego se describe a cada uno de losprotagonistas del desacuerdo interior y las relaciones que establecen entre si.

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    Por ltimo, en la tercera parte se presenta la visin del conflicto psicolgico queemerge desde la perspectiva de la Psicologa Transpersonal.

    An para aquellos en los que predomine un inters terico, la experienciapersonal del despliegue y la resolucin del propio desacuerdo interior ser un factorde gran ayuda para una mejor comprensin de las categoras tericas que seproponen.

    ACERCA DE LA AUTOCURACIN

    La autocuracin es el proceso por el cual el organismo produce sus propiosremedios y recupera el equilibrio perdido.

    Existen dos grandes formas de autocuracin: la biolgica y la psicolgica. Si bienambas participan de los mismos mecanismos bsicos, es til examinarlas en formaseparada.

    Autocuracin biolgica

    El trmino "autocuracin biolgica" puede parecer ms la expresin de un deseomgico que la descripcin de sucesos reales, pero sin embargo ocurre, momento amomento, en cada ser vivo y es un factor fundamental en la preservacin de susalud. La autocuracin biolgica se produce tanto a travs de los mecanismos deautorregulacin como a partir del funcionamiento del sistema inmunolgico.

    Autorregulacin biolgica

    La vida tal como la conocemos es posible porque el organismo puede, entre otrasfunciones, mantener estables las variables bsicas de su funcionamiento. A estacapacidad se la denomina autorregulacin u homeostasis. Quiere decir que suscomponentes, ya sean gases, minerales, compuestos orgnicos, clulassanguneas, etc. estn presentes en una concentracin que se mantiene, dentro deciertos mrgenes, de una manera estable. Para que esto pueda ocurrir es necesarioque se pongan en marcha mecanismos de extraordinaria delicadeza y complejidadque logran restablecer esos valores una y otra vez.

    Utilicemos el ejemplo de la respiracin: el organismo necesita consumir oxgenopara funcionar y como consecuencia de ello disminuye su concentracin en sangre.El estado de anoxia (an: ausencia de, oxia: oxgeno) estimula el centro respiratorio,

    el cual pone en marcha los complejos mecanismos de la respiracin. Ella permite elingreso del oxgeno en la sangre y se recupera el estado perdido. El oxgeno vuelvea utilizarse en los procesos metablicos y se repite el proceso de recuperacin unay otra vez.

    Hemos tomado el ejemplo de la respiracin porque es algo que ocurre numerosasveces por minuto y todos podemos percibirlo de un modo sencillo, pero lo mismosucede con las otras variables mencionadas. Cuando disminuye la concentracin denutrientes en el organismo, a travs del mecanismo del hambre se procurarecuperarlos. Si es lquido lo que falta aparece la sed, etc. Los tres casos queincluimos se refieren a la manera de tomar del medio ambiente los elementosnecesitados, pero tambin ocurre en la produccin por parte del organismo de lassubstancias que necesita para su funcionamiento. El mecanismo ms conocido talvez sea el que regula la actividad hormonal; cuando disminuye la concentracin deuna hormona en sangre (por ejemplo hormona tiroidea), su misma escasez activa a

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    la hipfisis a producir una sustancia (tirotrofina) que estimula a su vez a la glndulatiroidea a aumentar su actividad. Lo mismo ocurre en el caso contraro: elhiperfuncionamiento tiroideo hace disminuir la produccin de tirotrofina y de esemodo se frena el exceso de actividad tiroidea. Esto quiere decir que tanto el excesocomo la escasez generan las reacciones que permiten recuperar el equilibrioperdido. De ah el trmino mismo: autorregulacin.

    La pregunta que surge es: Por qu la anoxia estimula al centro respiratorio paraproducir una respiracin?, por qu la escasez de nutrientes estimula el hambre, lade lquidos la sed, y del mismo modo con la regulacin hormonal y el resto de lasvariables del organismos?, cul es esa fuerza que se pone en marcha y posibilitala autorregulacin? A dicha fuerza la denominamos habitualmente "fuerza vital".Sabemos que existe, que posibilita la vida, que es el regulador fundamental delorganismo, y sabemos tambin que la intimidad de su funcionamiento se hunde enel misterio mismo de la vida. De todos modos es posible acercarse a algunosaspectos perifricos de ese mecanismo, y en ese plano la hiptesis ms aceptadaes que existe una memoria biolgica de los niveles ptimos de funcionamiento delorganismo y que es esa memoria la que se activa cada vez que los valores actualesno coinciden con aquellos. Esta es una idea muy simple y de extraordinariasignificacin: la memoria de un estado de plenitud que arbitra los mediosadecuados para recobrarse cada vez que se pierde. En esta descripcin estnpresentes dos componentes: la memoria del estado y los medios adecuados pararecuperarlo. La autorregulacin eficaz se apoya en esos pilares. Cuandoexploremos la autorregulacin psicolgica tendremos la oportunidad decomprender cabalmente la gran importancia clnica de esta sencilla observacin.

    Sistema inmunolgico

    En el organismo existe un sistema que es capaz de reconocer a las substanciasque no pertenecen a su mismo cdigo gentico. De este modo identifica a virus,bacterias, cuerpos extraos, protenas heterlogas, etc., y realiza acciones paratratar de eliminarlas. A esta organizacin se la denomina sistema inmunolgico.

    Los seres humanos albergamos multitud de microorganismos diferentes. No nosenferman porque el sistema inmunolgico arbitra los medios para neutralizar laaccin de dichos grmenes. Esta capacidad natural del sistema inmunolgico esutilizada en la aplicacin de las vacunas. El principio bsico de ese formidablerecurso es introducir en el organismo una sustancia de toxicidad mnima que activela produccin de ciertos anticuerpos por parte del sistema inmunolgico. Cuandoesto ha ocurrido, al llegar el germen verdaderamente capaz de producir

    enfermedad, ya estn preparados los anticuerpos capaces de neutralizarlos.El principio de la vacuna como modelo de preservacin de la salud es de

    extraordinaria significacin. Observemos su mecanismo de funcionamiento:Producir un anticuerpo significa resolver el problema que el antgeno plantea, (Sellama antgeno a la substancia que activa la produccin de un anticuerpo). Unabacteria, por ejemplo, acta como un antgeno. Si su presencia en el organismo esmasiva puede desbordar la capacidad de ste de producir los anticuerpos que lasneutralicen y desembocar entonces en una enfermedad de gravedad variable. Lavacuna es el mtodo que le permite al organismo realizar el aprendizaje pararesolver el problema que la bacteria le plantea, en condiciones de mayor seguridad.La seguridad que brinda una substancia que activa la produccin de anticuerpos deun modo similar al que lo hace una bacteria pero con efectos txicos atenuadospara el organismo. Un principio similar es el que opera en el medicamentohomeoptico: introducir vibracionalmente una enfermedad artificial de intensidad

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    menor para activar el proceso curativo. Es como un maestro que le presenta a sualumno un problema nuevo para que explore nuevas respuestas hasta lograrresolverlo, en un marco de mnimos riesgos para el aprendiz. Esta es la esenciamisma de la funcin del ensayo en el aprendizaje. La nueva tecnologa estpermitiendo extender este principio a reas cada vez ms complejas. Un claroejemplo de esta modalidad operativa es el simulador areo: En su interior el

    aprendiz de piloto puede experimentar las situaciones y los peligros de un vuelo,ensayar y aprender las respuestas que los resuelven sin los riesgos del vuelo real.El simulador areo es, en ltima instancia, otra forma de vacuna. Buena parte delas tareas que se proponen en esta obra tienen que ver con ese principio; crear undiseo clnico para que la persona pueda experimentar un problemapsicolgico y ensayar las soluciones que lo resuelven, en un contexto demxima seguridad.

    Factores de enfermedad

    De lo dicho se desprende que en la produccin de enfermedad podemosconsiderar, en trminos generales, dos variables significativas:

    a) los agentes productores de la enfermedadb) los sistemas del organismo encargados de neutralizarlos.En la ltima dcada se est reconociendo cada vez ms la importancia de este

    segundo trmino en el proceso de conservacin de la salud, y se est explorandocon inters creciente la intimidad del funcionamiento del sistema inmunolgicocomo as tambin aquellos factores que actan estimulndolo o inhibindolo.

    El sistema inmunolgico no slo acta frente a las enfermedades infecciosas,tambin est en el centro de las investigaciones de otra gran enfermedad de lapoca: el cncer. Las clulas cancerosas presentan alteraciones en su estructura

    como consecuencia de severos trastornos en su proceso de reproduccin. Perotodos producimos, en alguna medida, clulas alteradas en su estructura. Lo queocurre es que cuando el sistema inmunolgico funciona de un modo correcto lasidentifica rpidamente, las fagocita y metaboliza sus componentes. Cada vez seest dirigiendo ms el foco de la investigacin hacia el sistema inmunolgico paradescubrir qu es lo que perturba su capacidad de reconocer y neutralizar a lasclulas cancerosas. En relacin a esta incgnita es til recordar la frecuenteaparicin de los primeros sntomas de cncer despus de algn episodio de prdidao trauma psicolgico significativo. Ya es un hecho generalmente reconocido que losestados depresivos producen una disminucin general en la capacidad defensivadel sistema inmunolgico.

    Casi simultneamente con este movimiento de rejerarquizacin, y en unamisteriosa sincrona, ha aparecido una nueva enfermedad que atacajustamente al sistema inmunolgico y deja al organismo sin recursos paraneutralizar las infecciones: por esta razn se la denomina Sndrome deInmunodeficiencia Adquirida, y es la enfermedad que denominamos SIDA.

    Salud y autocuracin

    Esta breve resea acerca de la autorregulacin y las funciones del sistemainmunolgico nos introduce en la razn de ser de los cambios que se han producidoen los ltimos aos en la concepcin de la salud. Estar sano ya no es concebidotanto como la ausencia de enfermedad sino ms bien como la capacidadde curarse de las enfermedades potenciales que el organismo alberga, es

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    decir la capacidad de resolver los problemas que enfrenta y de recuperarel equilibrio una y otra vez.

    Los dos elementos: los agentes patgenos y el sistema que los neutraliza,constituyen un delicado equilibrio y de lo que se est hablando es de un cambio enel nfasis de uno en relacin al otro, pero ambos son significativos. Es necesarioestar atentos para no creer que si el sistema inmunolgico est bien, ninguna

    enfermedad bacteriana podr anidar. Por ms ntegro que se encuentre, siempre sucapacidad tendr un lmite: el lmite humano. Si dicho lmite es sobrepasado, porejemplo, por una contaminacin bacteriana masiva, el organismo inevitablementeenfermar, y es necesario reconocerlo para no caer en el error de atribuirle a unasola funcin, en este caso el sistema inmunolgico, la capacidad de resolver todoslos problemas.

    Autorregulacin Psicolgica

    Los seres humanos recorremos una particular secuencia: primeroprotagonizamos una experiencia (pensamos, sentimos o hacemos algo) y luegoreaccionamos ante lo que hemos protagonizado en trminos de agrado odesagrado. A esta reaccin la percibimos ms claramente cuando al culminar unciclo evaluamos lo realizado: es el tpico balance de fin de ao. Dicha evaluacintambin ocurre, aunque de modo no tan ostensible, momento a momento. Tuveuna conversacin con un amigo y luego de despedirme surge la reaccin: "No megusta como respond a su invitacin a cenar: le dije que s cuando en realidad estoycansado y quisiera acostarme temprano..., me gusta en cambio como le presentmis ideas en relacin a nuestro trabajo..." etc. La auto evaluacin tambin ocurredurante la experiencia misma: mientras estoy hablando con l puedo observar queno soy suficientemente claro en lo que digo y entonces agrego ms detalles o luego

    retiro otros porque considero que ya es suficiente, etc. Estas continuas microevaluaciones son las que permiten ir corrigiendo el comportamiento sobre lamarcha y finalmente la conversacin tal como ocurre es el resultado de esecontinuo proceso de evaluacin y ajuste. Esta actitud no niega la espontaneidadpues ella es precisamente la consecuencia de este proceso llevado a cabo a altavelocidad y de un modo no conciente. Es equivalente a la trayectoria en lnea rectadel automvil. Dicha lnea es el resultado de continuas y muy rpidas correccionesque el conductor produce ante cada desviacin. Son tan rpidos los ajustes queprcticamente no se notan en la huella de la trayectoria e incluso quien manejapuede no ser conciente de las maniobras que realiza sobre el volante, pero ms allde que sea conciente o no, esas maniobras son las que, en ltima instancia,

    mantienen la trayectoria del vehculo en lnea recta.Del mismo modo ocurre cuando el proceso de autorregulacin psicolgica se

    realiza fluidamente.Pero no siempre sucede as...Trataremos de explicar qu es lo que acontece entonces.Agregar y excluir detalles en una conversacin o modificaciones equivalentes,

    son cambios relativamente sencillos para la gran mayora de las personas, peroexisten otros cambios que uno se propone y que son de mayor complejidad. Estoquiere decir que para lograrlos se requiere poner en juego un conjunto de accionesms elaboradas y especficas.

    Observo mi funcionamiento y reconozco caractersticas que se repiten, que medesagradan y quiero cambiar. Estoy en desacuerdo, por ejemplo, con m aspectodependiente y quiero ser ms independiente, pero... cmo hago para lograrlo?.Rechazo a mi aspecto inseguro y retrado y quiero ser ms seguro y expansivo,

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    pero... qu tengo que hacer para ser efectivamente as?. Y esta mismaincgnita, este mismo desconocimiento se extiende a la gran mayora delos rasgos psicolgicos que uno rechaza de s mismo y quiere cambiar.

    El desacuerdo interior

    El desacuerdo interior es una experiencia humana universal e inevitable, Estoquiere decir que todos los seres humanos durante el transcurso de nuestra vidatransitamos por la experiencia de desacuerdo interior. Evolucionamos, recorremosun ciclo vital y es inherente a esa condicin de seres cambiantes en el tiempo elexperimentar en el hoy un sentimiento o un pensamiento distinto al de ayer.Cuando eso ocurre el sentimiento de hoy queda en desacuerdo con la memoria,con la inercia del sentimiento de ayer. Hasta ayer me gustaba vivir en casa de mispadres. En la medida que avanzo en m adolescencia comienzo a querer vivir en mpropia casa y tal nuevo deseo entra en desacuerdo con mi necesidad anterior.

    Adems de las causas evolutivas existe tambin el desacuerdo que se genera apartir de aspectos carencia-dos o distorsionados: Como expresamos anteriormente,al observar m funcionamiento a lo largo del tiempo puedo encontrar aspectospsicolgicos propios que me desagraden y quiera cambiar. Puede ser, por ejerzo,un aspecto triste o inseguro, o miedoso o posesivo, o violento, etc. Cualquiera seael contenido del aspecto ^e rechazo y cualquiera sea la causa por la que lo recazo,la trama del desacuerdo es siempre la misma: el desacuerdo entre lo que soy y loque deseo ser. En trminos esquemticos sera:

    a) Un aspecto mo es de cierta manera (temeroso, confuso, dependiente,indeciso, autoritario, etc.)

    b) Estoy en desacuerdo con esa manera y deseo que sea de otra {audaz, claro,independiente, decidido, respetuoso, etc.)

    c) Realizo acciones para producir la transformacin interior deseada.Para descubrir como es cada reaccin de desacuerdo resulta muy til proponerlea quien la explora que imagine que el aspecto rechazado est enfrente de l. (Enesta descripcin utilizaremos como ejemplo, a un aspecto triste). Una vez que loimagin se le propone que observe qu siente hacia l y que luego se lo diga. Loprimero que suele aparecer es el rechazo propiamente dicho. Esta reaccin tieneque ver con la simple expresin de la frustracin y el desagrado que produce laexistencia del aspecto triste. Las formas ms frecuentes en las que se manifiestason: "Ya me tens harto con tus bajones...!, "No quiero verte ms, te mandarabien lejos...!" "No te aguanto ms, te matara,..!", etc. Esto es simplemente,rechazo.

    Junto con el rechazo se producen tambin otras reacciones que tienen que vercon el deseo de cambiar al aspecto triste en alegre. Estas reacciones serndistintas segn sean las creencias -concientes e inconcientes-que cadauno tenga acerca de cual es el modo a travs del cual se lograr cambiaral aspecto triste. Algunas de las creencias y actitudes errneas ms frecuentesson: "Me dan ganas de sacudirte para que te despiertes...!", "tens que ponertefirme y olvidarte de la tristeza...!" "tengo que arrancarte de m para poder vivircon alegra...!" etc.

    Rechazo y deseo de cambio son como las dos caras de la misma moneda y seimplican recprocamente.

    Si rechazo a mi aspecto triste, entonces lo quiero cambiar, y si quiero cambiarloes porque lo rechazo.

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    Podramos hablar entonces de una relacin rechazador-rechazado o de su otrafaceta: cambiador-aspecto a cambiar. Cualquiera de las dos descripciones remite ala otra y la incluye.

    Hecha esta salvedad digamos que, de aqu en ms, al segundo trmino delvnculo, ms all de su contenido -triste, inseguro, dependiente, etc.-lo llamaremosAspecto a cambiar y al primero, tambin ms all de la forma en la que se

    exprese, lo llamaremos Cambiador.Hemos comenzado a caracterizar este vnculo y hemos presentado a susprotagonistas porque de lo que el cambiador le haga al aspecto a cambiardepende el destino del desacuerdo. Cuando las actitudes que pone en juegoson las adecuadas, la transformacin del aspecto a cambiar se encamina y eldesacuerdo se va resolviendo, pero, lamentablemente, no es la evolucin msfrecuente. La gran mayora de las veces las acciones del cambiador no son lasadecuadas y por lo tanto, la transformacin no se produce. En ese caso eldesacuerdo interior no slo no se resuelve sino que se profundiza ms an. Esta esla estructura que subyace en la vivencia de sufrimiento psicolgico. Si cada vezque uno sufre, explora con detenimiento su estado, podr comprobar que en lagran mayora de los casos lo que lo produce es un desacuerdo interior que no seresuelve: el desacuerdo entre "lo que soy" y "lo que deseo ser"

    La ignorancia como causa de sufrimiento

    Al llegar a este punto la pregunta que surge es; Y por qu el cambiador noproduce las respuestas adecuadas que resuelvan el desacuerdo interior?

    Cuando examinamos la autorregulacin biolgica habamos observado que eraeficaz en la medida que se producan reacciones que lograban realmentetransformar al estado rechazado. Si ste era la anoxia su respuesta era respirar, y

    de un modo equivalente con el resto de los estados. Los mecanismos deautorregulacin con que cuenta el organismo son automticos, no dependen de lavoluntad individual. Son el producto del ensayo y el error que la naturaleza vienerealizando desde sus orgenes mismos, hace aproximadamente cuatro mil millonesde aos. El alto grado de eficacia que ha alcanzado ese cambiador que coordina lasacciones para producir los cambios buscados es probablemente la consecuencia deeste largusimo proceso de aprendizaje, pero ms all de cuales fueran lasprobables razones de esta eficiencia, el hecho cierto es que su capacidad resolutivase basa en que la accin que el cambiador biolgico produce coincide con laque el estado a cambiar necesita recibir para poder transformarse. Estoes precisamente lo que no ocurre en el nivel psicolgico y es lo que

    desemboca en la no resolucin del desacuerdo interior. Y no ocurre porqueel cambiador del nivel psicolgico no sabe cmo transformar un aspecto enotro. No lo sabe porque l es una faceta del "yo" y el "yo" es una instanciarelativamente reciente en la evolucin de la vida. Est vinculada al desarrollo delcerebro, el cual cuenta con una edad aproximada de tres millones de aos. Puedeparecer un muy largo perodo de tiempo pero si lo comparamos con los cuatro milmillones de aos en los que la vida est realizando sus experiencias deautorregulacin, podemos percibir, al menos en su dimensin numrica, lamagnitud del contraste.

    Una de las capacidades propias del "yo" es proponerse metas y arbitrar losmedios para alcanzarlas. En relacin al mundo externo es muy alto su desarrollo:puede enviar un hombre a la luna, producir televisores, computadoras y robots dealta sofisticacin, pero en relacin al mundo interno su nivel de desarrollo es muyescaso. La prueba ms contundente de su precariedad la encontramos en

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    la extraordinaria inadecuacin de los recursos que el cambiador utilizahabitualmente para transformar los aspectos psicolgicos -de s mismo yde los otros-que rechaza y quiere cambiar.

    La resolucin del desacuerdo interior

    Existe una actitud adecuada del cambiador para relacionarse con su aspecto acambiar que posibilita su real transformacin en la direccin deseada y elcambiador puede aprender dicha actitud. La propuesta central de esta obraconsiste en caracterizar la actitud asistencial del cambiador y describir con lamayor precisin posible los pasos y las tareas que es necesario realizar paraexperimentar dicho aprendizaje.

    En el marco de ese propsito presentaremos en el captulo siguiente eldespliegue guiado de un desacuerdo interior. En su transcurso podremos observarcmo es una actitud inadecuada del cambiador y los sucesivos pasos que recorreen su proceso de transformacin.

    EL DESACUERDO INTERIOR DE MARTA

    Introduccin al despliegue: Los dilogos interiores

    La existencia del desacuerdo interior y el intento de aprender a resolverlo implicareconocer algo ms bsico y sobre lo cual se apoya este aprendizaje: La existenciade dilogos interiores.

    Solemos creer que los dilogos significativos slo existen entre dos personas yno estamos tan familiarizados an con otro mbito de dilogo: el dilogo

    intrapersonal. Ese dilogo que se da entre dos partes de la misma persona.Decimos "soy muy exigente conmigo", "me doy con un cao", "me torturo conauto reproches", etc. Esas frases aluden efectivamente a diversas formas dedilogo interior, pero en general son alusiones, aproximaciones a algo a lo cual nosacercamos slo durante breves momentos y que creemos tambin que ocurren slodurante breves momentos.

    El propsito de esta obra es rescatar el mbito intrapersonal de los dilogos ymostrar la enorme significacin que poseen en la produccin de sufrimiento yenfermedad, y tambin en su contraparte: el bienestar y la salud.

    A modo de resumen presentaremos los tems bsicos de esta propuesta: Losdilogos interiores existen.

    Ocurren de un modo continuo, seamos o no, concientes de ello. Aquello que percibimos como nuestra identidad -la persona que somos- es el

    resultado de la calidad de esos dilogos interiores. En dichos dilogos puede predominar el miedo, la desconfianza, el maltrato, la

    pelea, etc. o pueden transcurrir en una atmsfera emocional de comprensin,solidaridad, respaldo, asistencia, etc. Entre ambos extremos caben todos losmatices intermedios.

    Cuando en los dilogos interiores predomina el mal trato en cualquiera de susformas, el sufrimiento psicolgico y la enfermedad son sus consecuenciasinevitables. Tal es la importancia y la significacin de dichos dilogos.

    Del mismo modo, cuando se instala la calidad de la comprensin, el respaldo yla asistencia, entonces el sufrimiento psicolgico cesa y la integridad y la salud surgen tambin como consecuencia natural.

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    Es muy distinto acercarse a los dilogos interiores desde la perspectiva de lapersona que soy, que describe a cada parte y lo que se dicen entre s, a ponerse enel lugar de cada aspecto, encarnarlo, convertirse en l y desde ah expresarse.

    Puedo decir, por ejemplo, "Me siento muy inseguro y me da mucha rabia ser as"o puedo vivir, ser m aspecto inseguro completamente durante unos momentos yluego encarnar a quien en m siente rabia hacia l y ser completamente l mientras

    lo vivo. Lo que puedo descubrir de mi aspecto inseguro y mi aspecto rabiosomientras soy cada uno de ellos es abismalmente ms rico y revelador que lo quepuedo lograr si meramente hablo de ellos. Este es un camino de descubrimientomuy poderoso que merece ser explorado y utilizado.

    Cuando se ingresa en el espacio intrapersonal y se despliega un dilogo entredos aspectos interiores, la forma que cada aspecto adopta puede parecer, alprincipio, algo extrao e irreal, como caminar por un paisaje desconocido. Luego,en la medida que uno se va familiarizando con ese nivel de realidad, vacomprobando que los diferentes tipos de relacin que establecen entre scomparten las mismas pautas bsicas de las relaciones interpersonales: existe, enefecto, miedo, enojo, culpa, competencia, indiferencia, etc....Y tambin afecto,comprensin, solidaridad, asistencia, etc.

    Lo que le da a estos dilogos interiores su relevante significacin es que noslo determinan el estado del con junto del cual son partes sino que adems sonlas matrices de las actitudes y las conductas que luego reproducimos en la relacincon los dems.

    A continuacin describiremos el despliegue de un dilogo intrapersonal.Ingresaremos en el universo interior de Marta.

    Marta es una mujer de 30 aos, divorciada, con una hija de 10, que trabaja enuna empresa de computacin. Consult por un estado de inseguridad en susrelaciones, tanto laborales como personales, y por una profunda sensacin de

    insatisfaccin y desaliento. Tuvimos una entrevista en la que me relat, a grandesrasgos, sus problemas, y en la que a su vez le expliqu la tarea que realizaramos.Tuvimos un nuevo encuentro y lo que se transcribe a continuacin son los tramosprincipales de ese despliegue cuyo registro se obtuvo a travs de un grabador.

    La tarea se realiz con una venda cubrindole los ojos para facilitar suconexin con su mundo interno y comenz con una preparacin en la que se ledirigi una relajacin y centracin para crear las mejores condiciones posibles parauna experiencia de auto descubrimiento.

    Para facilitar la comprensin del trabajo y hacer ms sencilla su lecturaintercalaremos comentarios acerca de lo que va ocurriendo en cada tramo de lasesin.

    Cuando Marta -que estaba acostada-complet su experiencia de preparacin, lepregunt:

    Terapeuta: "Desde ese estado de mayor conexin interior en que ests ahora,fjate cules son las caractersticas psicolgicas tuyas hacia las cuales sents mayorrechazo y ms te gustara poder cambiar... date tiempo hasta que la respuesta tesurja y cuando haya aparecido me lo conts..."

    Marta: "Lo que me gustara cambiar de mi es un aspecto inseguro, miedoso,retrado, que siempre se queda atrs...y cada vez que tiene que conocer gentenueva por cualquier motivo, al final termina diciendo que no. Y as va perdiendomuchas oportunidades...y me quedo muy mal".

    Terapeuta: "Si tuvieras que expresar este aspecto tuyo a travs de un dibujohumano cmo lo haras? Qu edad tendra ese personaje..., qu sexo, qupostura corporal, qu expresin en su rostro...? Trata de hacerlo de manera tal que

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    al ver el dibujo vos sientas que all est cabalmente expresado el aspecto inseguroy miedoso que quers cambiar".

    Marta: "La hara como una adolescente de 17 aos delgada, tensa, sin vitalidad,con cara de susto, acurrucada, como escondindose en un rincn de la habitacin".

    Le propuse a Marta que hiciera un dibujo mental de su aspecto a cambiar porquede ese modo le da a ese aspecto mayor presencia y estabilidad y le permite

    delimitar mejor sus caractersticas. Adems, en la medida en que luego seconvertir en ese aspecto, el dibujo le brinda un anclaje fsico que le facilitar suingreso en l.

    Cuando lo realiz y se sinti satisfecha con su dibujo, le pregunt:Terapeuta: "Dado que quers cambiar a este aspecto tuyo, Cmo te gustara

    que fuera en lugar de ser como es?Marta: "Me gustara que fuera ms segura, ms decidida, con ms confianza en

    si misma y que pudiera hacer las cosas que le gustan. Que pudiera tambin estarcon la gente sin tanto problema".

    Terapeuta: "Y si tuvieras que expresar a este aspecto tambin a travs de undibujo humano, como hiciste con el otro, cmo lo haras?".

    Marta: "La dibujara como una mujer adulta, sentada cmoda en un silln, conuna mirada serena y segura, que puede levantarse y salir al mundo cuandonecesita estar con los otros, y que puede quedarse sola cuando quiere descansar".

    De este modo ya ha quedado caracterizado el tema bsico de su desacuerdointerior. Marta quiere ser una mujer segura, decidida y abierta y en cambio sesiente insegura, miedosa y retrada.

    Una vez que han sido reconocidos y descriptos su aspecto a cambiar y su meta,queda por descubrir de qu forma se relaciona Marta con su aspectomiedoso y qu le est haciendo interiormente para transformarlo enseguro y decidido. Para averiguarlo se procedi de la siguiente manera:

    Terapeuta: "Ahora te propongo que te sientes e imagines que la adolescenteinsegura y miedosa est ubicada enfrente tuyo. Toma, poco a poco, contacto conesa imagen y fjate qu sents habitualmente hacia ella cada vez que aparece..., ytambin qu sents ahora al verla... Lo que descubras decselo como si iniciaras undilogo con ella..,".

    Marta (desde el rol de Cambiador): "Te odio! Estoy harta de vos! Sos unaintil, una inservible!. Que tuvieras miedo cuando eras chiquita est bien. Peroahora ya sos grande!. Basta de esconderte!. Sal y hace las cosas que tens quehacer!".

    Terapeuta: "Si esto que sents se hiciera accin qu es lo que te dan ganas dehacerle? Yo te pregunto, pero vos decselo a ella".

    Cambiador: " Te agarrara de un brazo, te zamarreara y te sacara a la callepara que te despiertes de una vez".

    Ahora ya ha ingresado en la escena el tercer protagonista del conflicto: elaspecto de Marta que rechaza a la parte miedosa y quiere transformarla endecidida. Este es el aspecto a quien hemos denominado cambiador. En estemomento del dilogo el cambiador le expresa al aspecto inseguro todo su rechazo:"te odio. Estoy harta de vos. Sos una intil y una inservible!", y adems se puedever como intenta transformarla en decidida: "Te zamarreara y te sacara a la callepara que te despiertes de una vez!".

    El cambiador est enojado y ese enojo tie los recursos que utiliza paratransformar al aspecto temeroso. En el zamarrearla hay mucho de descarga deenojo pero el cambiador cree que el "sacudn" es una manera adecuada decambiarla, es decir ha confundido descarga de enojo con recursotransformador. Desarrollaremos con ms detalle esta confusin en el captulo

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    destinado al cambiador pues es muy generalizada y produce mucho dao en quienla padece.

    Para que esa confusin se sostenga es necesario que exista adems en Marta lacreencia de que el miedo efectivamente se transforma zamarreando al aspectotemeroso y obligndolo a hacer lo que teme. Esta creencia, por otra parte, tambines muy generalizada y veremos ahora, a travs de Marta, qu efectos produce.

    Cuando el cambiador termin de expresarse le propuse que se desplazaralentamente y se instalara en el lugar de la adolescente miedosa. Convertirse en elaspecto rechazado, en general no resulta fcil. Por esa razn es til ayudar ahacerlo y una manera de lograrlo es recordndole las caractersticas del dibujo delaspecto en el que va a ingresar.

    Terapeuta: "Anda adoptando la posicin acurrucada, tomando contacto de apoco con la edad que tens ac, con la tensin de tu cuerpo, con tu cara asustada,tu palidez, con este rincn de la habitacin en el que te ests escondiendo...".

    De esta manera se le van recordando sus caractersticas, se la va acompaandoy respaldando en su posibilidad de convertirse en ese ser. Esto se hace msnecesario an cuando el aspecto a cambiar -como en este caso-ha sido muydescalificado por el cambiador.

    Luego se la invita a que ingrese a un nivel ms interior, a que tome contacto conel estado de nimo profundo que tiene siendo quien es ah, y recin desde eseestado, y dndose todo el tiempo necesario, que observe qu siente al escuchar loque el cambiador le acaba de decir.

    Todo este cuidado y artesana de procedimientos intenta facilitar que Martapueda convertirse lo ms ntegra y completamente posible en su aspecto acambiar: en este caso, la adolescente insegura. En la vida cotidiana el aspecto acambiar -tanto el de Marta como el de cualquiera de nosotros tiene, en general,muy pocas posibilidades de expresarse tal como es, y de hacerlo "l mismo". Lo

    que ocurre habitualmente es que hablamos de l, expresamos las opiniones quetenemos acerca de l, pero muy pocas veces el propio aspecto rechazado puedemanifestarse por si mismo. Hasta tal punto esto es as que el convertir alaspecto a cambiar y al cambiador en personajes y ubicarlos a cada uno enespacios diferenciados es precisamente una manera de posibilitarle alaspecto a cambiar que se perciba y exprese por si mismo sin lainterferencia inmediata habitual de la reaccin y opinin que se tiene del.

    Un smil del universo interpersonal que se puede utilizar para comprender mejoreste hecho es la situacin en la que los padres llevan a su hijo al pediatra porqueno est bien. El pediatra le pregunta al nio qu le pasa, y el padre y la madre, que

    creen que saben lo que al nio le sucede, comienzan a responder por l, como sifueran l. Cuando esto ocurre entre los padres y el hijo, la situacin resultabastante evidente porque los lmites fsicos entre estas tres personas son muyclaros, pero cuando sucede dentro de la misma persona entre distintas funcionesinteriores, ya no se percibe con tanta claridad. Yo puedo creer que quien se estexpresando es m aspecto temeroso pero cuando lo observo con ms atencin,frecuentemente compruebo que quien lo est haciendo es la reaccin y la opininque tengo acerca de l.

    La superposicin entre aspectos no diferenciados son fuente de gran confusin ydesorden interior. El slo hecho de discriminar los dos aspectos: a) lo que quierocambiar de mi, por un lado, y b) quien y como quiere cambiarlo, por otro, ypermitirle luego a cada uno que se exprese en forma discriminada y sucesiva,comienza a introducir, como primer efecto, un factor de orden psicolgico de

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    extraordinaria importancia para poder experimentar el conflicto con claridad eintentar luego su resolucin.

    En un altsimo porcentaje de casos, el cambiador dice, despus de escuchar alaspecto a cambiar, que es la primera vez que lo oye, y que no saba que lesuceda eso que el aspecto a cambiar acaba de expresar.

    No estamos habituados an a aproximarnos a la problemtica psicolgica desde

    la perspectiva de la relacin entre diferentes funciones de la misma persona, peropara ofrecer una escena equivalente del universo interpersonal, es como si elmarido le dijera a su esposa, con la cual ha vivido treinta aos: "No saba que tegustaba la msica, y que te molestaba cada vez que yo apagaba la radio...!"

    Volviendo ahora a Marta, cuando su cuerpo adopt la posicin y la expresin delaspecto a cambiar, se la invit a que observara qu senta al escuchar lo que elcambiador le acababa de expresar. En ese momento su postura acurrucada secerr ms an y dijo:

    Marta (desde el rol de aspecto a cambiar): "Me parece que si, que soy unainservible, por eso no quiero salir ni estar con la gente..Me asusta que me odies...que me grites. Slo quiero que me dejen tranquila, esconderme y desaparecer...(llora) Estoy muy asustada... Yo no me siento grande como vos decs...Vos siempreapareces para gritarme y ponerme peor. Y me obligas a que me muestre haciaafuera como si supiera, como si fuera grande...Y yo no puedo...as que me escondoac y no salgo ms".

    La adolescente temerosa ha tenido la oportunidad de auto percibirse yexpresarse, directamente y sin intermediarios. Eso le ha permitido reconocer, porpercepcin directa e inmediata, el efecto que produce en ella la actitud delcambiador.

    Todos tenemos un cambiador y un aspecto a cambiar en continuodilogo interior. La reaccin del aspecto a cambiar ante lo que el cambiador le

    dice y hace es, como expresamos anteriormente, la que menos conocemos. Marta,al encarnarla directamente ha podido percibir con claridad cul es su reaccin;mayor susto, repliegue y desesperacin.

    Y as se desarrolla el crculo vicioso que la enferma: Marta quiere cambiar a suaspecto temeroso y, por su ignorancia, lo hace obligndola a que sea mas audaz.Esto asusta y retrae ms al aspecto temeroso, lo cual le hace redoblar la violenciaal cambiador, que, a su vez, produce ms desesperacin y desaliento en el aspectoa cambiar. Esta sucesin de interacciones destructivas ahonda progresivamente suestado de desacuerdo interior con la inevitable consecuencia de deterioro,sufrimiento y enfermedad.

    Cuando se logr conocer el circuito que enferma, comienza una nueva fase:

    propiciar el desarrollo de las interacciones interiores que curan. Para eso secomienza intentando descubrir si ambos comparten la meta, o no. En el caso deque s la compartan, la tarea se centra en el descubrimiento de nuevos caminos,ms efectivos, para alcanzarla.

    Veamos cmo continu la sesin:Terapeuta: "La cambiadora dijo hace unos momentos que a ella le gustara que

    vos fueras como esa mujer segura que dibuj sentada en el silln, que puede saliry estar con la gente, etc. A vos tambin te gustara ser as?"

    Aspecto a Cambiar: "S, claro que me gustara".Terapeuta: "Dado que a vos tambin te gustara, fjate entonces qu imaginas

    que necesitaras recibir de ella, que quiere cambiarte, para poder estar encondiciones de evolucionar en esa direccin. Ya que te has dado cuenta que lo quete dijo te asusta ms, cmo tendra que tratarte para que te sintieras realmente

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    ayudada por ella? Date tiempo para observar, a ver qu aparece... y lo quedescubras, decselo a ella".

    Aspecto a Cambiar: (Luego de unos instantes de silencio) "Necesitara tucompaa, tu mirada de aliento, que cuando hago algo que est bien, me lo digas.Y si algo no me sale, que no me grites dicindome que soy una intil... que meayudes a poder hacerlo, que confes en m aunque tenga dificultades..., que no me

    fuerces a hacer algo, por ms simple que te parezca, si ves que no puedo. Necesitoque me consultes, que me respaldes... que me des tiempo...".Terapeuta: "Y, habitualmente, ella te trata as? Te brinda eso?"Aspecto a Cambiar: "No, muy raras veces, casi nunca. Lo que siempre hace es

    lo de recin: me grita, se enoja conmigo, me dice de todo y me exige... Me exigeque haga cosas que yo no puedo hacer".

    1. En algunos pasajes se dice Cambiador y en otros Cambiadora. Se utiliza el primerocuando se nombra la funcin, y el segundo cuando se describe a quien ejerce esa funcin(en este caso es una mujer).

    La secuencia es muy difana y contundente. El aspecto temeroso de Marta

    quiere ser ms seguro y necesita para ello ser tratada interiormente del modo enque lo acaba de expresar. El cambiador, a su vez, tambin quiere que ella sea mssegura y lo que hace es gritarle y zamarrearla. Este tipo de desencuentro es muysimple y por simple puede parecer irrelevante pero sin embargo es el que est enla base de todo desacuerdo interior sin resolver.

    Cuando se comprende esto se hace necesario encontrar la manera que lepermita descubrir vivencialmente al cambiador cual es su error que conduce aldesencuentro entre los dos. Una forma sencilla de hacerlo es que perciba lo queproduce en la adolescente temerosa el trato que l le brinda. Y eso es lo que acabade ocurrir.

    La adolescente temerosa tuvo, adems, la oportunidad de descubrir cual es eltrato que necesita recibir en cambio para sentirse ayudada a transformarse en ladireccin que ambas quieren: la mujer segura y desenvuelta. Es importanterecordar que para poder descubrirlo fue necesario que Marta se convirtiera en laadolescente. Esto quiere decir que adoptara su postura corporal y su expresinfacial, que vivenciara su estado de nimo profundo, que lo expresara en primerapersona y que lo viviera con la mayor integridad posible.

    Transformar un estado interior en un personaje y luego convertirse en l es algosimilar a la que se realiza durante la experiencia teatral, pero la diferencia es queaqu los personajes que se seleccionan para dramatizar son los propios aspectosinteriores de uno mismo.

    Y por qu utilizar esta manera, que requiere cierto despliegue espacial y unaforma de expresin que, para quienes no somos actores, puede resultar extraa?La ndole de la situacin es tal que la respuesta completa a la pregunta se la

    encontrar, precisamente, realizando la experiencia de convertirse en una parte yobservando las nuevas posibilidades de descubrimiento y comprensin que seabren desde ese lugar, pero de todos modos es posible intentar describir, aunquesea parcialmente, la razn de ser de la utilizacin de este recurso.

    Cuando hablo de cualquier estado interior, por ejemplo el miedo, ya hay dosprotagonistas: mi miedo por un lado y quien habla de l, por otro. Esto implica unaobservacin exterior al estado que se nombra. Es como intentar describir ycomprender desde la Capital Federal un suceso que ocurre en un pequeo pueblo

    de la provincia de Jujuy. Por mejor disposicin que tenga el observador capitalino,su percepcin ser muy distinta a la que experimentar, frente a los mismossucesos, un habitante del lugar.

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    Lo mismo se observa en la prctica clnica cuando se comprueba la diferenciaque existe entre la descripcin que el cambiador hace del aspecto a cambiar, y lapercepcin que el aspecto a cambiar tiene de si mismo: en la sesin que estamospresentando, el cambiador le deca a la adolescente; "Sos grande para tenermiedo!.,. Te zamarreara y sacara a la calle para que te despiertes...!". Y laadolescente a su vez responda: " No soy tan grande como vos me ves"... "Lo que

    haces para despertarme me asusta y retrae ms".En el momento en que me convierto en mi aspecto temeroso, en que meinstalo adentro de l, y siento y expreso que yo soy eso, se produce unfenmeno verdaderamente sorprendente: todo el campo de la percepcinse reestructura de una forma nueva. Es como realizar en un instante elviaje desde la Capital Federal al centro mismo del pueblo de Jujuy.

    Nos hemos detenido en describir con cierto detalle este mecanismo -incluso serampliado en el captulo dedicado al aspecto a cambiar-porque creemos que es unrecurso de extraordinaria significacin en todo proceso de descubrimiento ycomprensin psicolgica. Ese es justamente otro de los objetivos bsicos de estediseo de indagacin: crear las condiciones para que el aspecto rechazado, al cualse quiere cambiar, pueda hacer la experiencia de auto percibirse a s mismo desdesu propio interior, y desde ese foco de percepcin pueda descubrir, no slo como sesiente ante lo que el cambiador le hace, sino tambin que necesita recibir de lpara poder evolucionar hacia la meta deseada.

    Volviendo ahora a la sesin, Marta ha podido, desde el rol de la adolescente,descubrir claramente cul es el trato interior. Pero no siempre ocurre as. Cuando elmaltrato del cambiador ha sido muy intenso y extendido en el tiempo, la autopercepcin de la necesidad va dandose y el aspecto a cambiar va perdiendo lacapacidad de registrar lo que necesita. Esto indica sin duda un mayor dao puesquien padece este trastorno comienza a funcionar en la vida como un barco que ha

    perdido su brjula.La capacidad de auto percepcin de la propia necesidad se recupera atravs de la ejercitacin y de la confianza en que ser asistida. Es muyfrecuente que un aspecto a cambiar, que al comienzo no sabe qu necesita, luego,en la medida en que se le da tiempo para que permanezca en actitud de autointerrogacin, va realizando sus primeros descubrimientos en relacin a susnecesidades. Al principio pueden ser necesidades muy vagas o generales pero alpermanecer en contacto con ellas van ganando claridad y precisin.

    Cuando la adolescente descubri sus propias necesidades y se observ que suregistro era claro y profundo, se la invit a que se convirtiera en ese ser quebrindaba el tipo de trato interior que ella necesitaba. Tal vez este es uno de los

    momentos ms delicados, ms significativos y ms poderosos de toda laexperiencia. Es cuando el aspecto a cambiar, que descubri lo que necesitabarecibir de su cambiador, escucha la propuesta de dar un salto cualitativo en elcurso de sus descubrimientos y convertirse en quien brinda aquello quenecesita. No es que la propuesta en si sea importante, lo que si lo es: es que sehayan podido crear las condiciones para que el aspecto a cambiar puedaefectivamente realizar lo que se le propone. Es como un momento mgico enel que va a hacer realidad su sueo. Se va a convertir en el ser que brinda lo quenecesita y de ese modo va a producir lo que necesita.

    Es como s en el plano del funcionamiento qumico asistiramos al instante en elcual la tiroides de bajo funcionamiento comenzar a producir una muestra detirotrofina para indicarle a la hipfisis como es la substancia requerida. Veamoscomo ocurri en la sesin:

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    Terapeuta: "'Ya que has registrado lo que necesitas de ella podras, adems dedecrselo, actuarlo, para que ella lo perciba mejor? Podras convertirte en ese serque te trata como vos necesitas y mostrarle a ella como es? Te voy a proponer quete desplaces hacia tu derecha y te conviertas en ese personaje".

    Marta se desplaza hacia su derecha. Acomoda su cuerpo, respira profundo y sequeda unos instantes en silencio. Gira luego su tronco hacia el lugar en donde

    estaba la adolescente temerosa.Asistente interior: (Dirigindose a la adolescente) "Qudate tranquila que yoestoy con vos. Yo te acompao... vamos a hacer hasta donde vos puedas. No te voya forzar. Y si algo no te sale, no tengas miedo de contrmelo porque no te voy acastigar... Vamos a mirar juntas el problema que tens a ver si puedo ayudarte....Por ejemplo ahora, podras sentarte un poco ms cmoda? Ests tan tensa que tevas a agotar... Eso es... As estas mejor no?... Muy bien... Qu te parece siconversamos de lo que te pasa? (Realiza el gesto de tomarla del hombro comoabrazndola y le habla con voz clida y afectuosa)... Adems, a mi me gusta tudelicadeza y quiero que lo sepas. S que hay mucho dolor en vos... mucho. Perovas a ver que las cosas van a mejorar, y que no hace falta que te apures...".

    Luego de un silencio le propongo que vuelva a tomar el lugar de la adolescente,y una vez que est nuevamente all le pregunto:

    Terapeuta: "Como te sents cuando te tratan as?"Aspecto a cambiar: (habla con un tono de voz muy conmovido)"... Es la

    primera vez que me tratan as,...no estoy acostumbrada a eso... me hace muchobien. Me siento mucho mejor, ms tranquila y con menos miedo... siento como mevoy aflojando... Me siento acompaada y eso me alienta."

    Terapeuta a Adolescente: "S recibieras un trato como el de recin, cada vezque lo necesitaras cmo imaginas que te sentiras al cabo de un mes? Cmoimaginas que sera tu estado?... Date tiempo para responder..".

    Adolescente: (luego de una larga pausa) "Me veo ms alegre, ms rozagante,ms vital..., con ms ganas de salir, y saliendo. Me veo tambin ms rellenita, notan flaca. Y me veo rindome ms".

    El aspecto a cambiar, despus de descubrir cual es el trato interior que necesitarecibir para poder evolucionar en la direccin de la mujer segura, tiene laoportunidad de convertirse en el ser que brinda ese tipo de trato interior.

    Si la adolescente temerosa hubiera estado explorando el modo en quenecesitaba ser tratada por alguna persona del mundo externo, ya sea su madre, supadre, o su pareja, etc., entonces, el que ella se convirtiera luego en el ser que latrata de esa manera tendra un sentido completamente distinto, que es necesarioaclarar. Si encarnara la actitud que desea encontrar, por ejemplo, en su madre, lo

    que estara viviendo no dejara de ser, en ltima instancia, una expresin de deseosy una satisfaccin alucinatoria de sus necesidades en relacin a su mam. Peroesta situacin es completamente diferente: lo que Marta est explorando es eltrato interior que su aspecto temeroso est recibiendo y como necesitara sertratada en cambio. De modo que cuando logra convertirse en la asistente interiorde la adolescente lo que est haciendo no es una realizacin alucinatoria de lo quedesea sino la activacin de una funcin potencial. Esta funcin no estabasiendo cumplida. En su lugar estaba un cambiador desesperado, violento ydescalificador.

    Para poder convocar el rol de asistente interior es muy importante que el aspectoa cambiar, en este caso la adolescente temerosa, registre sus necesidades con lamayor claridad y precisin posible. Es importante que lo haga as porque elconjunto de necesidades es quien aporta el diseo, el molde sobre el cualse plasmar luego la figura del asistente interior. Si el aspecto a cambiar

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    dijera meramente: "necesito que me trates con cario y comprensin...", estosdatos son muy poco especficos y pueden no alcanzar para plasmar luego, sobre talmatriz, la funcin que se est convocando. Es necesario descubrir qu tipo decario necesita, suministrado de qu forma, a travs de qu gestos y actitudes,como as tambin de qu manera necesita ser tratado para sentirse comprendido,etc. Por estas razones cuando se llega a este momento de la indagacin es

    necesario que el aspecto a cambiar registre sus necesidades del modo msespecfico y concreto posible.Al actuar luego el rol de asistente interior, al comienzo es simplemente eso: una

    actuacin, un reunir en un personaje un ramillete de caractersticas necesitadas. Enla medida en que la persona va expresando e ingresando en este rol, suscaractersticas y su modo de tratar al aspecto a cambiar van produciendo suspropias resonancias interiores. Se va activando la capacidad potencial de sery tratar efectivamente de ese modo al aspecto necesitado.

    Desarrollaremos con ms extensin este tema en el captulo dedicado alasistente interior, pero por ahora digamos que es como acceder al mbito internoen donde se albergan las memorias -personales y transpersonales- de los vnculosamorosos experimentados a lo largo de toda la vida.

    Al comienzo, entonces, es meramente una actuacin, que va permitiendo activarprogresivamente el reconocimiento de que tal actitud es tambin una capacidadpropia real, aunque haya sido poco ejercida hasta ese momento. Cuando el enlaceentre la actuacin y la vivencia real se produce, ese instante es profundamenteconmovedor. Es como recuperar un antiguo tesoro, tal vez el ms preciado, al cualse crea perdido.

    El remedio: su contenido y su vehculo

    Examinemos ahora lo que dice y hace este asistente interior. El contenido de suspalabras es muy simple y uno podra pensar: Con eso slo se va a curar lamuchacha miedosa?, Tanto alboroto para esto?. La primer respuesta a estaspreguntas es que a la actitud y a las palabras del asistente interior es necesariocontrastarlas con las que expresaba el cambiador original. S se compara el: "Teodio, sos una inservible. Te zamarreara y te sacara a la calle para que tedespiertes de una buena vez..!" con el:" Qudate tranquila que yo estoy con vos yte acompao... vamos a hacer hasta adonde vos puedas, no te voy a forzar... y sialgo te sale mal no tengas miedo de contrmelo que no te voy a castigar....",entonces se logra percibir con ms precisin el significado y la fuerza de lo que dicey hace el asistente interior.

    El otro elemento a tener en cuenta es que solemos creer que lo que cura losproblemas psquicos debe ser algo muy sofisticado. Algo as como el equivalentepsicolgico de los equipos cada vez ms complejos que forman parte de latecnologa mdica moderna. Aquellos recursos de alta sofisticacin que pueden sernecesarios en algunas reas pasan a convertirse en modelos mentales y entoncesse comienza a asociar complejidad con eficacia. A partir de dicha creencia, s elcontenido asistencial que se presenta resulta simple y sencillo, entonces se suponeque ha de ser equivalente su inoperancia. En este caso se agrega, adems, otrofactor: nuestros propios aspectos temerosos probablemente han escuchado ms deuna vez frases como las que ha pronunciado el asistente interior y no hancambiado substancialmente por eso, de modo que la sospecha acerca de su valorcurativo parece tener un sustento cierto y valedero. Para poder comprender mejoreste punto es necesario examinar con mayor precisin la relacin que existeentre el remedio y el vehculo que ha de transportarlo hasta el exacto

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    lugar en el que se lo necesita. No basta con tener el remedio y suministrarlo. Esimprescindible conocer adems cual es el vehculo y las condiciones adecuadasque aseguren que llegar al rgano o al aspecto psicolgico que lo necesita. Porms que el remedio sea el adecuado para mi herida, si lo aplico sobre lavenda que la cubre no lograr curarla. En la gran mayora de los casos elaspecto psicolgico que est herido y padece, se retira de la superficie y se recubre

    de mltiples capas protectoras. Por lo tanto mucho de lo que se le diga y haga,aunque su contenido sea adecuado, resulta tan distante de l como la crema parami herida que he aplicado sobre la venda. En el caso que estamos examinando, elaspecto miedoso y retrado est sin vendas protectoras, completamente aldescubierto y en contacto directo e inmediato con el asistente interior. En eseestado privilegiado para la experiencia asistencial, el contacto que se produceentre ambos es pleno, es decir, aquello que es emitido es recibido con lamisma magnitud e intensidad.

    Cuando la funcin del asistente interior se ha establecido, su accin se vahaciendo cada vez ms automtica e inconciente y opera en forma continua. Tancontinua y automtica como la autorregulacin biolgica. Un dicho popularafirma: "la gota horada la piedra", Del mismo modo el establecimiento de la funcinauto asistencial es otra "gota" que actuando con persistencia sobre los aspectosrechazados, repara sus heridas y tos reencauza hacia la plenitud de su desarrollo.

    Recapitulando, lo que le da potencia curativa al asistente interior esque -ms all de que lo que haga sea simple o complejo, escaso oabundante-l es la encarnacin misma de quien satisface las necesidadesdel aspecto a cambiar. Por lo tanto es "a la medida" del aspecto a cambiare interacta con l en contacto directo y, adems, de modo continuo. Porltimo, la causa, tal vez ms profunda de su fuerza curativa radica en elhondo impacto que produce descubrir, con la insustituible contundencia

    que la vivencia proporciona, que el trato interior necesitado ya existe ensi mismo y que cada uno puede ser realmente el asistente interior quenecesita.

    Cuando la adolescente temerosa ya ha producido a su asistente interior y hatenido la oportunidad de verificar como se siente al ser tratada as, se le proponeque imagine una prospectiva de un mes en ese marco asistencial interior. Esto sehace porque una vez que se ha descubierto el camino asistencial es buenoconsolidar su percepcin, y que la adolescente, habituada ya a sentirse intil ydesahuciada, pueda ahora, incorporar y conectarse con otras vivencias: en estecaso, las de recuperacin, aprendizaje y crecimiento. Este momento de la sesin seasemeja a la tcnica de visualizacin creativa. Desarrollaremos sus semejanzas y

    diferencias en el cap.: "La meta".Cuando este tramo del trabajo se ha cumplido, es el momento de volver a

    convocar al cambiador original para conocer su reaccin ante esta nueva forma deejercer el rol de cambiador. Volvamos entonces a la sesin:

    Terapeuta (al cambiador): "Poco a poco anda ingresando en quien sos ac, ytrata de tomar contacto con todo lo que la adolescente respondi. Te recuerdo quevos le dijiste que estabas harta, que ella era una intil, y que la agarraras de unbrazo y la sacaras a la calle para que se despierte, etc. y ella te contest que esola asustaba ms; que ella tambin quiere ser como la mujer segura que vos quersque ella sea, pero que para eso necesitaba que la trataras del modo en que teacaba de mostrar. Fjate qu sents ante todo esto."

    Cambiador: "Me siento sorprendida, impactada, como debilitada en mi posicin,como si me hubieran frenado ese impulso de agresin. Antes, mientras hablaban,

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    pens que en realidad yo me retirara si se diera que ese personaje se va a ocuparde ella."

    Terapeuta: "Qu diferencia percibs entre el modo de ella de tratarla y eltuyo?"

    Cambiador: "Y... que ella tuvo en cuenta lo que a la chica le pasaba, lo quenecesitaba... que la mir a ella... Ya mi se me borra eso...lo que yo se hacer es

    darle rdenes y exigirle. As es como me han tratado mis padres a mi... y eso es loque se hacer..."Terapeuta: "Y a vos te gustara aprender a tratarla a ella como la trat la

    asistente interior?"Cambiador: "Si. Yo ya soy un poco durita y no se si podr, pero claro que me

    gustara."Terapeuta: "Y, dado que te gustara, qu imaginas que necesitaras recibir vos

    de la asistente interior para poder aprender? Lo que descubras, decselo a ella." Cambiador: (luego de unos instantes en silencio) "Yo necesito que vos

    tambin me entiendas a mi., que cuando la est exigiendo mucho me lo hagassaber de una buena manera. Que te acerques y me calmes para que yo no medesborde con mi impaciencia y mi enojo. Yo tambin necesito que me trates conafecto para poder sentir que valgo y que tengo algo para dar."

    Asistente interior: "Si..yo te puedo tratar a vos as. Tambin me doycuenta que tu tendencia a la agresividad es muy fuerte y que tumoderacin no va a ser inmediata. Yo quiero que ests y que participes,pero que te acerques con cuidado. Y cuando sientas que te vas adesbordar, llmame."

    Terapeuta: "Y de qu modo podra llamarte ella?"Asistente interior: "Tendras que tener el hbito de retirarte por un momento

    de la situacin y simplemente predisponerte a comunicarte conmigo. Yo voy a

    estar... Cada vez que te sientas desbordada, trata de parar y de recurrir a m...porque yo estoy siempre con vos, aunque no te hayas dado cuenta..."El cambiador original se sorprende e impacta al comprobar sus propios errores.

    Es como un maestro que no logra hacer progresar a su alumno y ve a otro maestro,que acta con otra actitud y procedimientos, producir los resultados que l anheldurante tanto tiempo y no pudo alcanzar. Esta primera reaccin es dolorosa peronecesaria pues es el comienzo de su propio aprendizaje.

    Y cuales son las diferencias bsicas entre ambos?: El cambiador original deseamodificar a la adolescente y transformarla en la mujer segura, lo que ocurre es queno sabe cmo hacerlo. Utiliza recursos primitivos ("...te zamarreara!... te sacara ala calle para que te despiertes!... etc.) y cuando se frustra y enoja con ella, la

    descalifica. El elemento comn que existe en estos recursos es que ninguno deellos contempla las caractersticas y las necesidades especficas de laadolescente.

    Si retomamos la imagen anterior, lo que le ocurre al maestro que contempla sufracaso es que si bien desea ensear no conoce las caractersticas del alumno aquien se est dirigiendo. Lo que aporta el asistente interior es, precisamente, dichoconocimiento. Cuando se le pregunta al cambiador original cual es la diferenciaentre l y el asistente interior, l mismo lo expresa con claridad: "El tuvo en cuentalo que a la chica le pasaba y necesitaba, a m se me borra eso..." Es importante queel cambiador original tenga la oportunidad de descubrir y describir desde smismo las diferencias entre ambos porque de ese modo la toma de conciencia esms contundente y puede delimitar mejor, adems, las caractersticas de su error.

    El que Marta haya producido a travs de la adolescente, al asistente interior, essin duda un hecho fundamental para su proceso de autocuracin, pero es necesario

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    reconocer que es slo el primer paso de dicho camino. Si meramente llegramoshasta all, el asistente interior sera como una isla entre otras y su influencia podraterminar debilitndose. El segundo paso es, por lo tanto, tratar de crear lascondiciones para que el asistente interior propague al cambiador original lo que lha comprendido y desarrollado. Este segundo paso es tan importante como elprimero.

    En general los procesos de cambio recorren estas dos etapas: una primera, en laque un nuevo comportamiento es descubierto e incorporado por una vanguardiadel conjunto y una segunda en la que el sector que aprendi lo nuevo necesitatomarse el trabajo de difundirlo para que pueda ser efectivamente captado por elgrupo que an no lo incorpor. El maestro que descubri y utiliza un camino nuevopara que el alumno aprenda, necesita adems encontrar la forma de enserselo almaestro antiguo para que l tambin lo pueda aprender. El antiguo maestro es aquel cambiador original. El dice: "Lo que se hacer es obligarte, exigirte, darte rdenes.As me han tratado mis padres a mi y eso es lo que yo conozco". Seguramente esospadres que trataron as a Marta a su vez recibieron el mismo trato de sus propiospadres, y as sucesivamente hacia atrs en el tiempo. De este modo es como vanmanifestndose actitudes y creencias bsicas a lo largo de generaciones, mientrasvan ponindose a prueba su adecuacin y eficacia. En ltima instancia es el mismocamino que recorre cualquier teora cientfica: se toman sus propuestas, se laspone a prueba, se recogen los resultados favorables, mientras se van acumulandolas contradicciones que sealan sus limitaciones... hasta que surge una nuevateora que intenta dar respuesta a las incgnitas no resueltas por la anterior.

    Aqu, el dolor y el sufrimiento acumulado a lo largo del tiempo por el maltratorecibido fue forjando el nuevo remedio que la poda curar: este es otro modo atravs del cual la vida ha ido construyendo al asistente interior que fue activado ymanifestado en la sesin.

    Un hecho simple y casi obvio pero que merece ser visto en detalle es que elremedio aparece siempre despus de la enfermedad. (Primero surge latuberculosis, despus, la estreptomicina.) La enfermedad y el remedio que la curaestn inscriptos en el tiempo en una secuencia de sucesin. Cada uno de nosotrosestamos, en los eventos que nos toca vivir, en alguna fase de dicha secuencia. Enalgunas situaciones nos vemos favorecidos por el remedio que otros produjeronpues cuando nacimos el remedio ya estaba. Es uno de los tantos regalos queheredamos de las generaciones que nos precedieron. En otros aspectosexperimentamos el dolor y tenemos la fortuna de darle luego, la bienvenida alremedio que lo cura y por ltimo, tambin nos toca experimentar el sufrimientosin alcanzar a conocer su remedio. Esto sucede cuando nuestra vida particular

    transcurre durante ese lapso en el que ya se ha manifestado el problema y an nose complet la gestacin de su remedio. Somos, en ese caso, una parte de todoaquello que contribuir a producir la futura solucin. As como hemos recibido elregalo de la herencia de los logros, tambin participamos en la construccin denuestro propio legado.

    Los nios que nacieron, por ejemplo, en la dcada del 70 y puedan vacunarse, noconocern seguramente la enfermedad poliomielitis. Muy probablemente en algnmomento de los prximos diez aos le darn la bienvenida a la vacuna del SIDA, ytambin muchos de ellos morirn sin haber podido disfrutar de sus beneficios.

    En las mltiples problemticas existenciales que nos toca vivir, podremos estarpredominantemente en algunos de esos tres lugares, pero siempre estaremos enlos tres. Es bueno recordarlo, no slo para poder disfrutar el encuentro con elremedio, sino tambin para estar en mejores condiciones de comprender y aceptaraquella parte que todos tenemos de "viajeros que no alcanzan su destino..."

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    "Hay que cambiar el cassette"Algunas corrientes psicolgicas dicen en relacin a las actitudes antiguas y

    perturbadoras: "Ese es un cassette viejo y negativo, hay que cambiar el cassette".Vamos a reflexionar sobre esa creencia utilizando este tramo de la sesin, Aqu el

    cassette viejo es el cambiador original con su modalidad de dar rdenes, exigir yobligar. La propuesta por lo tanto sera: "hay que cambiarlo y se acab elproblema". Supongamos que la persona lo hace e incorpora un "nuevo cassette".La pregunta que surge a continuacin es: Y qu pasa con el cassette que se sac?.Adonde va?. Existe la posibilidad de tirar una pauta de comportamiento como searroja un cassette al cesto de la basura? La respuesta es No. Las caractersticaspsicolgicas no son expulsables. S intentramos hacerlo con el cambiador originalque exige autoritariamente, lo que conseguiramos sera sumergirlo en niveles msprofundos y suprimir la percepcin de su funcionamiento. De modo que,intentando hacer cesar su actividad, lo que en realidad lograramos serala cesacin de su percepcin.

    El modelo de "cambiar el cassette" responde a una concepcin mecanicista: unapieza de la mquina es vieja, no sirve ms, entonces se la tira y se pone otra.Cuando se acta de acuerdo a este modelo -y ocurre con gran frecuencia-lo que seproduce en la persona es una divisin interior: un sector contiene un puro deshechocuya nica posibilidad es perturbar y cuyo destino final es ser tirado como basura yotro sector aparece como albergando la solucin, lo nuevo, que debe aislar yaislarse de lo anterior para no contaminarse. La divisin se produce en trminos deun sector "malo" y otro "bueno". Este tipo de categoras absolutas, inevitablementeconduce a la guerra. Si lo malo es esencialmente malo y por lo tanto est en sunaturaleza misma ser as, entonces lo que corresponde hacer con ello es destruirlo,

    y cuanto ms rpido mejor. Es la guerra que se declara en nombre del bien. Cuandola realidad psicolgica interior queda organizada de este modo se convierte en elbasamento, no slo de las guerras sino tambin del autoritarismo, el racismo ytodas las formas de violencia. Esta es sin duda una paradoja trgica: aquello queintentaba proponer una solucin a travs del "tirar un cassette y poner otro"desemboca en el hecho de ser la base ideolgica de todas las formas de maltrato.

    Cuando a una actitud antigua, equivocada y daina se la convierte en purabasura txica, afirmando que es as y tratndola como si fuera as, luego, comoconsecuencia de dicho trato termina convirtindose en aquello que se deca de ella,y se comporta efectivamente de ese modo. Entonces se confirma y fortalece lacreencia original. Al llegar a este punto se hace muy difcil desenredar la madeja y

    lograr devolverle a cada protagonista su identidad original. Intentaremos hacerloahora: el cambiador primitivo que exige y obliga despticamente es,efectivamente, una forma inadecuada y perturbadora de producir un cambio en laadolescente temerosa y por cierto, produce mucho dao, pero dicho dao esla consecuencia, no su intencin original. Lo que l desea en principio esproducir un cambio en la adolescente temerosa. Dicha tarea es de una complejidadque supera sus posibilidades, y su ignorancia e inmadurez producen actitudesinadecuadas (como lo son el autoritarismo y la exigencia). Al comportamiento deeste cambiador se lo puede explicar desde la perspectiva de la existenciaen l de fuerzas destructivas bsicas o desde el ngulo de la ignoranciaexistencial. Se puede ver en l a un sdico o a un aprendiz ignorante. Laimportancia de esta caracterizacin radica en que segn sea el modelo que setenga ser el camino teraputico que se utilice.

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    Cuando se afirma que su condicin ltima es la de un aprendiz se rescataadems otro componente fundamental de su naturaleza: su capacidad deaprender. El cassette antiguo no es resultado de la destructividad sino de laignorancia, por lo tanto no es para ser tirado sino para ser enriquecido con nuevosaportes. Cuando quien alcanz actitudes ms abarcadoras y adecuadas se disponea ensearle en una atmsfera de respeto y de un modo adecuado para l, el

    cambiador original aprende y se transforma. Y as comenz a ocurrir en la sesin.Cuando se comprende firmemente que la funcin de lo nuevo es ensearle a loanterior, el fluir del tiempo deja de ser motivo de incesante conflicto entre elpresente y el pasado.

    Krishnamurti deca que la memoria genera conflicto psicolgico en tantoperpeta en el hoy una forma del ayer. A esa observacin habra que agregarle quela memoria genera conflicto cuando permanece cristalizada, pero si logra ser unamemoria que aprende, es decir que reconoce su origen y simultneamenteincorpora y se enriquece con lo nuevo, entonces contiene en s al devenir deltiempo de un modo armnico y no conflictivo.

    Convocando al testigo interior

    Cuando el asistente interior y el cambiador original completaron -por esemomento- su dilogo, se convoca a una nueva funcin interior; la de testigoobservador.

    Terapeuta: "Te voy a proponer ahora que ocupes un nuevo lugar, que te sientescmodamente, bien apoyada en tus isquiones, con la columna erguida... y hace unpar de respiraciones profundas como para ir desconectndote de los personajesanteriores... trata de tomar contacto con lo ms crecido, con lo ms desarrolladode vos misma..., y desde all, como una testigo, observa que impresin tens

    acerca de todo lo que ha ocurrido aqu entre estos tres personajes... Te propongotambin que luego dialoguemos vos y yo, como dos testigos, precisamente, acercade lo que est sucediendo entre ellos".

    Se convoca a esta funcin para que Marta pueda experimentarse contemplandoel conjunto y reconocer vivencialmente que tanto la adolescente temerosa como elcambiador original y el asistente interior son partes de la misma unidad, miembrosdel mismo equipo. Esto puede parecer obvio, pero en un altsimo porcentaje decasos, cuando la persona est adentro de cada personaje, se relaciona y lehabla al otro como si fuera alguien ajeno, que no tuviera nada que verconsigo. Un hombre (Mario) consult porque quera cambiar a su aspecto triste yabatido. Lo represent como un anciano agobiado, con la mirada perdida, sentado

    solo en la mesa de un bar. Al verlo desde el rol del cambiador le dijo: "Te voy amatar de una vez por todas para que me dejes tranquilo y pueda volver a estaralegre y disfrutar de la vida, que porque ests vos no puedo... S, la solucin es quedesaparezcas..,"

    Es evidente que si el cambiador destruye al anciano tambin se destruye a simismo porque ambos son partes de la misma unidad, pero esa percepcin no setiene de un modo natural e inmediato. Cada aspecto alcanza el reconocimientode ser una parte del conjunto que cada persona es, como consecuencia de unproceso de crecimiento y maduracin. Tener conciencia de ser una parte es unrasgo propio de la madurez y es tambin una base necesaria para que las peleasinteriores se disuelvan y puedan comenzar a establecerse dilogos de cooperacinrecproca. El rol de testigo observador que mira al conjunto y a cada uno de lospersonajes que lo forman contribuye de un modo directo y vivencial a desarrollardicha conciencia.

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    El testigo es convocado tambin para que desde ese rol Marta intente organizaruna explicacin de lo que sucede, y a su vez escuche los aportes que el terapeutapudiera hacer acerca de la razn de ser de los desencuentros y antagonismos entrelos aspectos que se manifestaron. De esta manera se procura que la experienciasea, no slo de naturaleza vivencial sino que permita producir adems unacomprensin coherente de los errores que se han desplegado, como as tambin de

    las soluciones que se estn presentando.En el curso del dilogo conversamos acerca de las caractersticas de cadapersonaje y de sus relaciones con los otros. Parte del contenido de dicho dilogo hasido inclu-do en las pginas precedentes como comentarios acerca de la sesin. Deesas reflexiones rescatar algunas, ya sea por su significacin o por que no fueroncomentadas previamente:

    Terapeuta a testigo: "Quisiera comentarte la impresin que tengo acerca de loque vi. Parece que hace tiempo que la cambiadora est intentando cambiar a laadolescente temerosa y transformarla en la mujer adulta y decidida; al no lograrlose ha frustrado, se ha enojado y desesperado. Por eso dice que est harta y la odia.Adems, se pudo ver con bastante claridad porqu no lo ha logrado: porque nosabe como ayudarla. Al comienzo de este dilogo le dijo: "Te agarrara de unbrazo y te sacara a la calle para que te despiertes". La cambiadora cree quellevndola por la fuerza a la situacin que la adolescente ms teme, as la va acapacitar; y lo que ocurre es todo lo contrario: la adolescente se asusta y retraems, pues ahora tiene dos peligros: los que ella teme del mundo externo, ms losque provienen de su propia cambiadora, que quiere resolver su miedoforzndola a que haga lo que le da miedo. Esta actitud no es un inventopersonal de esta cambiadora. Est en el mundo. Muchas personas creen que elmiedo a hacer algo se supera instando por todos los medios a hacer ese algotemido. Esa es, simplemente una manera ms de las formas ignorantes y precarias

    de resolver el problema del miedo. El hacer algo (ir a una reunin, conocer gentenueva, etc.) es el resultado de un estado interior que lo posibilita. Cuando se haaprendido a crear el estado que posibilita la accin, ya no se destinan msenergas para empujar o forzar a ella.

    Cuando, en este caso, la cambiadora comprueba que obligarla no funciona,entonces dice: "lo que pasa es que vos sos una intil, una inservible". Es decir, ellaan no puede reflexionar acerca de los errores del procedimiento que utiliza, ytampoco puede observar qu relacin existir entre la reaccin de la adolescente ylo que ella le est haciendo. Como hasta ahora no lo ha podido hacer, losproblemas que ocurren en esa relacin los atribuye exclusivamente a laadolescente. Es como si yo regara una planta con alcohol y, al ver que se sec,

    dijera: "esta planta no sirve..."Otro punto que quiero comentarte es lo que podramos llamar: la modalidad

    enjuiciadora del cambiador original. Al comienzo le deca a la adolescente: "sos unaintil, una inservible...! Ya sos grande para tener miedo...!".

    La cambiadora confunde lo que ella siente hacia la adolescente con lo que laadolescente es. Ella cree que ambas cosas son lo mismo. Si pudiera discriminarlastal vez le dira: "Tengo muchas expectativas sobre vos, quiero que seas abierta yque ests con la gente sin problemas. Hice muchas cosas para que seas as y nohan dado resultado. Cre que con el tiempo se te iba a pasar el miedo y tampocofue as. Yo estoy muy frustrada y enojada con vos. Tambin estoy desalentada ysiento que nunca vamos a alcanzar lo que deseamos...".

    El expresarse as indicara que la cambiadora reconoce que ella no puedesaber ni decir lo que la adolescente es en s misma. Lo que s puede expresar es loque ella quiere que la adolescente sea, todo lo que ha hecho para lograrlo y como

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    se siente ante los resultados obtenidos. En cambio ella dice: "sos intil,inservible. Sos grande para tener miedo". Es decir, ella no se reconoce a s mismacomo una variable significativa de lo que le est ocurriendo a la adolescente, ytodos los problemas que existen en la relacin los atribuye a ella. Estasconclusiones, adems de ser equivocadas, le hacen mucho dao a la adolescentepues las toma por ciertas y ya ella misma se siente intil e inservible; por eso

    deca: "Me parece que si, que soy una inservible... por eso no quiero salir ni estarcon la gente".Cuando pudo descubrir cual era el trato que necesitaba y pudo brindrselo a

    travs de la asistente interior, se vio claramente cmo comenzaba a cambiar: sesinti ms tranquila, ms segura, con ganas de salir y explorar. Esto prueba que noes que la adolescente sea intil sino que reacciona as cuando la tratan de ciertamanera. La planta se seca no porque no sirva sino porque la han regado conalcohol"

    El enjuiciar

    El dilogo con el testigo acerca de la caracterstica enjuiciadora del cambiadororiginal de Marta trasciende ampliamente a ese particular cambiador. Es una de lasmodalidades errneas de comportamiento ms generalizada. La gran mayora delos seres humanos funcionamos as. Si algo me gusta, siento y digo que esagradable. Si me frustra es malo. S me divierte es divertido. S me aburre esaburrido. Si lo que recibo es suficiente para mi, entonces sos generoso. Si encambio es escaso: sos mezquino...

    Estamos tan habituados a percibir y describir la realidad de este modo quecreemos que eso es lo adecuado. Sin embargo cuando funcionamos as lo queestamos haciendo es convertir una caracterstica de mi reaccin personal

    hacia una persona en un rasgo propio de esa persona. Esta actitudequivocada es una de las principales causas que transforman los desacuerdosentre las personas en peleas. Produce peleas porque lo que es en esenciadesacuerdo lo convierte en acusacin y reproche.

    Una pareja inicia una relacin, estn un tiempo juntos, no lo pasan tan bien comodeseaban y deciden separarse: l le dice a ella: "me separo de vos porque sosegosta, invasora, autoritaria y sexualmente muy demandante e insaciable". Ellareplica: "lo que pasa es que vos sos mezquino, impotente, sometido y todo tedesorganiza".

    Cada uno afirma con absoluta conviccin y certeza lo que el otro es, entrminos de defectos reprochables y estn realmente convencidos de que es

    as. En ese clima de acusacin y contraacusacin, inevitablemente se detonannuevos reproches recprocos, cargados cada vez con ms rabia por lo que cada unoacaba de escuchar. El circuito infernal de ataque y contraataque contina hastaque generalmente se separan con una enorme carga de dolor, desilusin yresentimiento, arrepentidos de haberse conocido y deseando no verse nunca ms.Cuando son peleas que no producen separacin fsica van dejando igualmenteheridas difciles de cicatrizar con un resentimiento que mata progresivamente loque va quedando de la relacin.

    Si se observa con detenimiento se puede ver que cada uno de estos reprochesson excesos de funciones legtimas: en trminos generales podemos decir que seregosta es el exceso en el intento de satisfacer las necesidades propias, serautoritaria e invasora expresa el exceso en el modo de afirmar el propio punto devista y el propio espacio. Y por ltimo ser sexualmente muy demandante se refiereal exceso de la magnitud de la necesidad de encuentros sexuales.

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    Algo semejante ocurre con los reproches que la mujer de nuestra pareja leexpresaba a l, y en el fondo, con el contenido de cualquier otro reproche; siempreson excesos de funciones legtimas.

    Tomemos otro ejemplo: yo soy dominante. Trato de imponer mi punto de vista alotro. Si ese otro me expresa su desacuerdo con la misma fuerza con que yo intentotransmitirle la ma, existen altas posibilidades de que se produzca un dilogo y yo

    deje de ser dominante. Esto quiere decir que yo soy dominante con algunaspersonas y no lo soy con otras. Lo mismo ocurre con cualquier otro rasgopsicolgico. "Ser sexualmente muy demandante": si la mujer que est conmigotiene un nivel de necesidad de encuentro sexual similar al mo seradecuadamente demandante y si es mayor que m nivel de necesidad sersexualmente escaso. Lo que se intenta mostrar con estos ejemplos es que lo queexisten son vnculos particulares con diferente grado de afinidad ocomplementariedad. Cuando este hecho no es reconocido, la ausencia deafinidad es atribuida a un defecto del otro miembro del vnculo. Por lotanto el enjuiciar convierte a dos necesidades legtimas, que no secomplementan adecuadamente, en defecto reprochable de una de ellas.Generalmente la del otro, aunque tambin en algunas ocasiones es dirigido sobre smismo.

    Cuando ya ha comprendido esto, el varn de nuestro ejemplo, al separarse deaquella mujer, puede sentir y decirle: "me separo de vos por que me sobrepasa lamanera que tens de satisfacer tus necesidades, me siento invadido por tu formade acercarte a m aunque esa no sea tu intencin, y las expectativas de encuentrossexuales que tens son mayores que las que yo siento en este momento".

    Ella, a su vez, si puede comprender de esta manera no enjuiciadora porque sesepara de l, tambin puede sentir y expresar: "me separo de vos porque soyexpansiva y necesito, cuando me paso, que me pongan lmites bien, as lo puedo

    corregir. En vos no encuentro eso y entonces me siento mal, por vos y por m.Adems mis necesidades de encuentros sexuales son efectivamente mayores quelas que vos vivs en este momento".

    En estos ejemplos, ambos describen caractersticas legtimas, tanto en elotro como en si mismo y reconocen el desencuentro que existe entreellas. Por supuesto que el reconocimiento de un desencuentro produce una ciertacuota de dolor, pero es un dolor sin culpables. Es parte del dolor de la vida, quecuando se lo experimenta sin perder el afecto bsico por el otro se convierte enuna emocin ms -por cierto dolorosa- pero sin ningn sentido destructivo.

    Volviendo ahora nuevamente a la sesin, el dilogo con el testigo continu hastaque fuimos completando la elaboracin de los temas que se haban desplegado.

    Cuando esto finaliz le dije:Terapeuta a testigo: "Fjate si de todo esto que hemos hablado, hay algo que

    vos hayas comprendido acerca de lo que les est ocurriendo, que te parece que lessera til a ellos conocer. Si es as, enfcalo a cada uno con tu mirada interior, ydecselo".

    Testigo a terapeuta: "No, no es necesario... creo que ellos ya lo hancomprendido bien... no es necesario que agregue nada ms..."

    En el caso de Marta no fue necesario el dilogo entre el testigo y losprotagonistas por que el desacuerdo se fue resolviendo a partir del asistenteinterior, pero hay otras situaciones en las que los miembros del desacuerdo quedancrispados en sus posiciones y en ese caso si el testigo alcanza una comprensin delmalentendido que los antagoniza es de gran utilidad que se lo comunique a cadauno.

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    Si slo el testigo lo capta, su comprensin es intelectual. Si logra transmitirlo deun modo tal que los protagonistas del desacuerdo tambin lo comprendan,entonces su conocimiento es integral y transformador. Algo similar habamos vistoal examinar la relacin entre el asistente y el cambiador. En el campo psicolgico lacomprensin intelectual se presenta, en general, como un problema. Cmo hacerpara que un conocimiento psicolgico tenga la posibilidad de transformar real y

    efectivamente aquello que conoce? Qu es lo que diferencia al conocimiento quetiene esa capacidad, de aquel otro que no la tiene? La importancia de este puntohace que lo examinemos con detenimiento en el captulo "El testigo interior"

    Retomando la secuencia de la sesin, cuando la testigo me dijo que nonecesitaba hablar con los protagonistas del desacuerdo, le propuse:

    Terapeuta: "Lo que te sugiero entonces es que te acuerdes donde estabas alcomenzar la experiencia y que vuelvas a ser Marta entera, la que est constituidapor todos estos personajes. Que vuelvas a sentir estos aspectos dent


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