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Pengue Walter Cultivos Transgenicos Unesco Segunda Parte Del Libro 2000

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El autor anticipó hace una década los efectos nocivos del monocultivo.
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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/271524511 CULTIVOS TRANSGENICOS, ¿Hacia donde vamos? CULTIVOS TRANSGENICOS, ¿Hacia donde vamos? BOOK · DECEMBER 2000 READS 33 2 AUTHORS, INCLUDING: Walter Alberto Pengue Universidad Nacional de General Sarmiento 60 PUBLICATIONS 346 CITATIONS SEE PROFILE All in-text references underlined in blue are linked to publications on ResearchGate, letting you access and read them immediately. Available from: Walter Alberto Pengue Retrieved on: 15 January 2016
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CULTIVOSTRANSGENICOS,¿Haciadondevamos?CULTIVOSTRANSGENICOS,¿Haciadondevamos?

BOOK·DECEMBER2000

READS

33

2AUTHORS,INCLUDING:

WalterAlbertoPengue

UniversidadNacionaldeGeneralSarmiento

60PUBLICATIONS346CITATIONS

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CULTIVOS TRANSGENICOS, ¿Hacia donde vamos?

Walter A. Pengue, SEGUNDA PARTE

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4. Consideraciones ambientales 4.1. Centros de diversidad y centros de origen Los centros de diversidad son regiones donde se concentra la mayor variedad o riqueza de poblaciones emparentadas con los cultivos agrícolas. Constituyen un reservorio de material genético que se puede incorporar en los cultivos comerciales por la fitotecnia tradicional. Por ejemplo, la mayor cantidad de parientes silvestres del maíz se encuentra en Méjico, el cual es el principal centro de diversidad de este cultivo. La diversidad de estos centros puede hallarse bajo la forma de parientes silvestres de la especie o variedades de los cultivos tradicionales (RAFI, 1992). Las áreas de mayor diversidad frecuentemente, pero no siempre, coinciden con los centros de origen, esto es, las áreas donde los cultivos fueron primeramente domesticados por el hombre. Por ejemplo, Méjico es tanto el centro de origen como el centro de diversidad para el maíz. Por otro lado, Etiopía es el centro de diversidad del trigo, cuyo centro de origen está en el medio este asiático. Los centros de diversidad son esenciales para la supervivencia y seguridad alimentaria mundial porque las especies silvestres proveen el material genético bruto para la búsqueda de nuevos caracteres y su adición mediante mejoramiento genético tradicional o bioingeniería en el cultivo. Si la diversidad tanto de los cultivos como de sus especies emparentadas no es asegurada, mucho de este material bruto no estará disponible para el mejoramiento y probablemente se perderá. “La biotecnología puede mover genes de una especie a otra pero su probabilidad de crearlos es prácticamente inexistente” (Brown, 1990). La pérdida de biodiversidad está directamente relacionada con el desarrollo de la agricultura moderna. La biotecnología probablemente acelera la erosión genética por su facilitación en el mejoramiento y creación de variedades modernas. Se debería prestar una especial atención a la difusión de cultivos transgénicos en las áreas de biodiversidad y centros de origen de los mismos. Sería una posibilidad que si se permite la erosión genética, los centros de biodiversidad del mundo se transformen en nuevos desiertos, ahora biológicos (Pengue, 1998). Desde los años 60, a nivel mundial, la revolución verde, con sus variedades de altos rendimientos y la aplicación sistemática de fertilizantes, agroquímicos y riego, permitió por cierto, aumentar la productividad. Sobre esta base, los agricultores reemplazaron sus variedades tradicionales cultivadas por milenios, por unas pocas introducidas, perdiéndose valiosos recursos genéticos. Unas pocas variedades de arroz cubren actualmente las superficies de las tierras arroceras de Asia donde antes se desarrollaban miles de variedades (Cuadro Nº 12 ).

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Cuadro Nº 12 . Pérdida de variedades de cultivo. Cuatro ejemplos. Cultivo Area Pérdida Permanecen en cultivo Variedades de arroz India 30.000 12 (a) Variedades de arroz Sudeste asiático más de 100.000 1 (b) Variedades de frutos y hortalizas

EE.UU. 97 % 3 %

Variedades de trigo Medio este asiático 85 % 15 % (a) Cubren el 75 % de los campos de arroz. (b) Cubren el 65 % de los arrozales Fuente: Adaptado de RAFI, 1992.

En Zimbabwe, dos variedades híbridas centralizan el 90 % del total de semilla de maíz producida, que ha desplazado a su vez variedades tradicionales de mijo y sorgo. En la India y Grecia los trigos tradicionales han virtualmente desaparecido por la expansión de pocas variedades de altos rendimientos importadas. La situación se reproduce en todas las áreas de cultivo del mundo. En esta nueva revolución verde, la difusión global de cultivos transgénicos podría exacerbar la pérdida de biodiversidad por dos motivos. Porque los cultivos tradicionales que quedan, como sucedió previamente con los cultivares de altos rendimientos, pueden ser desplazados por poblaciones transgénicas que posean ventajas adaptativas. Esto es particularmente importante en el caso de poblaciones pequeñas con pocas especies emparentadas que pueden ser escasos repositorios de ciertos genes como ocurre con algunos parientes del maíz que se encuentran en pocos sitios de Méjico (Iltis y Doebley, 1980). Además podría suceder que el flujo de genes a los cultivos silvestres, y la subsecuente selección humana por caracteres adaptativos ventajosos, contribuya a disminuir aún más la diversidad de las variedades tradicionales. Además la presión para reemplazar los cultivos tradicionales por nuevos cultivares, puede intensificarse por la industria de la biotecnología agrícola cuyas variedades transgénicas de los principales cultivos llegarán a todos los mercados del mundo. Tomados en conjunto, estos dos riesgos pueden acelerar la ya dramática pérdida de la base genética mundial (Rissler y Mellon, 1996). “El imperativo ético debería ser en primera instancia, prudencia. Deberíamos sostener que cada fragmento de biodiversidad es muy valioso mientras aprendemos a utilizarlo y llegar a comprender que significan para la humanidad” (Wilson, 1992).

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4.1.1.Centros de origen y distribución geográfica de la soja y sus parientes silvestres. La soja, Glycine max. L. Merrill, es una especie cultivada perteneciente a la familia de las Leguminosas, subfamilia Papilionoideas, tribu Phaseoláceas. La misma fue probablemente domesticada alrededor del siglo XI a.C. en lo que actualmente sería el nordeste de la República China (Hymowitz, 1970). El género Glycine está compuesto por dos subgéneros: Glycine y Soja. Las sojas perennes silvestres pertenecen al subgénero Glycine y poseen una amplia base genotípica (diversidad de genomas) con nueve parientes silvestres: G. argyrea, G. canescens, G. clandestina, G. cyrtolba, G. falcata, G. latifolia, G. latrobeana, G. tabarina y G. tomentella. Estas nueve especies son nativas de Australia y siete de ellas están circunscriptas a esta área. La soja cultivada (Glycine max.) y su progenitor silvestre anual, Glycine soja (Sieb y Zuce) pertenecen al subgénero Soja, son totalmente compatibles, presentan genotipos similares y usualmente pueden producir cruzamientos fértiles vigorosos (F1). Glycine soja (previamente conocida como G. ussuriensis) es una herbácea natural distribuida ampliamente en China, Taiwan, Corea y el este de la República Rusa. Asimismo, el subgénero Glycine incluye seis especies que están distribuidas naturalmente en Australia, el sudeste de China, Taiwan, Filipinas y varias islas del Pacifico Sur. El subgénero Bracteata contiene también parientes silvestres de la soja, e incluye un número de subespecies de G. wightii, una trepadora perenne distribuida en Africa y el sudeste asiático (Beversdorf, 1993). Estas especies incluyen a la “soja perenne”, que tiene algunos usos agrícolas como forrajera tropical. Tanto la soja cultivada como todos sus parientes silvestres tienen su centro de origen en las zonas sudeste y nordeste de Asia (Mapa Nº 4). Es éste el centro de origen de la especie, donde existe la mayor diversidad genética de todo el mundo. En América, no hay parientes silvestres de la soja.

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girasol

Maiz

Trigo Soja

Sorgo Arroz

Mapa Nº 4 . Centros de Origen de las principales cultivadas

Mapa esquemático, no se determina escala. 4.1.2. Bancos de germoplasma El germoplasma vegetal es todo tejido vivo constituido por células germinales portadoras de caracteres hereditarios a partir de la cual se puede obtener un nuevo individuo. Resulta cierto que existen diversas categorías de germoplasma tales como los cultivares modernos actualmente utilizados, cultivares obsoletos, cultivares primitivos, variedades silvestres y emparentadas, y cruzamientos locales producto de la actividad del hombre a través de siglos de selección en las áreas de cultivo tradicional. Para la continuidad del mejoramiento tradicional ha sido necesario recurrir constantemente a estos bancos de genes. Para obtener nuevas variedades se requiere diversidad genética a fin de contar con variantes y caracteres que permitan ampliar la base genética de los cultivares en uso y evitar que sean uniformemente susceptibles a factores bióticos (hongos, bacterias, insectos), abióticos (resistencia a la sequía, humedad, temperatura, y actualmente hasta a productos químicos sintéticos como los herbicidas en algunos casos). Los fitomejoradores (“breeders”) reconocen que con los cultivos modernos que ocupan grandes extensiones territoriales, las probabilidades de pérdidas de cosecha como consecuencia de epifitias o estrés ambiental severo han sido causadas en gran medida por la utilización de bases genéticas estrechas y el uso de cultivares genéticamente homogéneos. Asimismo, la expansión territorial de cultivares de

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una determinada especie, puede impactar directamente sobre la biodiversidad - sus parientes silvestres y especies emparentadas - especialmente en los centros de origen. Estos son los principales motivos por los que al disponerse cada vez en menor medida de base genética silvestre en estos centros, se requiere mantener la viabilidad y variabilidad natural mediante los bancos de germoplasma. Las variedades obsoletas pueden también ser de interés en el futuro al poseer amplia variabilidad y para evitar el descarte de estos materiales, es necesario conservarlos tanto en el mediano como en el largo plazo, ya que pueden poseer condiciones únicas de adaptabilidad y resistencia*. Más importante aún es la situación de las variedades locales y las especies silvestres emparentadas con los cultivos, que poseen genes de resistencia a numerosos factores que afectan a estos. Finalmente, dentro del germoplasma vegetal deberían considerarse los materiales genéticos especiales productos de la actividad del fitomejorador como líneas especiales, poblaciones mutantes, isopoblaciones. Es conocida, la serie de inconvenientes que a nivel nacional e internacional tienen los bancos de germoplasma para el mantenimiento y conservación de las especies asignadas a su resguardo, especialmente la creciente necesidad de recursos económicos para su efectivo funcionamiento. Mientras la inyección financiera hacia la producción biotecnológica es cada día más importante y la apropiación de los beneficios es totalmente privada, los bancos de germoplasma aparecen como una estructura debilitada del sistema, cuyo desmantelamiento o escasa operatividad tendría consecuencias irreparables en el siglo que viene. Por otro lado, algunos expertos en ingeniería genética reducen la importancia de estos centros en comparación con las potencialidades asignadas a la biotecnología, indicando que la manipulación genética permitiría la obtención de especies nuevas sin limitaciones en el futuro. Mientras tanto, un millón de registros de variedades de las más importantes especies vegetales están en peligro de desaparición porque los bancos de genes en los cuales están almacenadas se encuentran escasamente equipados y pobremente financiados (Genetic Engineering, 1996). “El mundo necesita según la FAO, una inversión de 3.000 millones de dólares durante la próxima década para prevenir la alarmante pérdida de diversidad genética. Más de la mitad de los 1300 centros de almacenamiento de caracteres de especies vegetales son incapaces de alcanzar el rol de conservación básica de un banco de genes. Son alrededor de 130 los países que carecen de facilidades para el almacenamiento en el largo plazo, lo que incluye al banco de germoplasma más grande del mundo en el Instituto Vavilov de Genética General en Moscú.”

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En el Laboratorio Nacional de Almacenamiento de Semillas en Colorado (EE.UU.), hay falta de regeneración de un quinto de las muestras, por los recortes de presupuesto y personal. Alemania, India, Brasil, Corea, Etiopía también registran problemas en la regeneración. Obviamente, si las semillas no germinan y la colección no se regenera y mantiene fresca cada diez años, pueden sufrir deterioros irreversibles. Muchos de los países más pobres del mundo donde existen centros de origen de cultivos importantes tienen serios problemas para el refrigerado y equipamiento adecuado, entre los que se incluyen Rumania, Egipto, Irak. En el informe “Report on the state of the world´s plant genetic resources for food and agriculture 1996” de FAO, se identifica a la intensificación de la agricultura como uno de las principales causas de la erosión genética. Asimismo se reconoce el rol que las comunidades agrícolas campesinas tienen en la conservación y desarrollo de la biodiversidad. Estas comunidades han sido importantes proveedores de variedades de los cultivos más importantes a los bancos y centros de conservación. Durante la década de los setenta y ochenta un importante trabajo de recolección y creación de nuevos bancos de germoplasma ha sido impulsado por el Consultative Group on International Agricultural Research (CGIAR) llegando en la actualidad a un registro de 1308 colecciones nacionales, regionales e internacionales de germoplasma. De estos, 397 son de largo plazo. De acuerdo con la FAO, hay un total de 6,1 millón registros en estos bancos: 600.000 en el sistema CGIAR y 5,5 millones en los bancos nacionales. Del 50 al 65 % de estos registros (3-4 millones) están en colecciones base. Mientras esta pérdida de riqueza biológica se produce, el proceso de creación de organismos sintéticos, genéticamente modificados se acelera. Cuando anteriormente con un proceso de mejoramiento tradicional se demoraban unos 8-10 años para la obtención de un nuevo cultivar o el mismo tiempo para investigación y desarrollo de una molécula química de un agroquímico, actualmente con la ingeniería genética, los cultivos transgénicos toman de 3 a 4 años para su desarrollo y cuestan un tercio de la inversión para crear una molécula nueva. Estudios privados (Consulting Resources, 1992) estimaron que el mercado mundial de la biotecnología alcanzaría los 20.000 millones de dólares en el año 2002. Mientras el mercado norteamericano alcanzaba en 1992 los 3.500 millones de dólares, el mismo alcanzará en el 2002 los 15.000 millones. Durante la década del 90 los sectores de mayor crecimiento han sido los productos farmacéuticos y los cultivos transgénicos. Como vemos el mercado de la biotecnología es

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creciente, acelerado, constante y sustentado en una generación y rápido retorno de la inversión para las empresas privadas. Quizás, una mínima parte de esta renta podría retenerse vía pago de beneficios no reconocidos a la comunidad y ser vehiculizados hacia el mantenimiento y fortalecimiento de los bancos de germoplasma, de los cuales también se nutren. En la República Argentina, la principal base de recursos genéticos es la red de bancos de germoplasma del INTA. Las acciones iniciadas en el área además de responder a las demandas de materiales por parte de los usuarios, contribuyen también al relevamiento, conocimiento y conservación de la biodiversidad. El INTA ha organizado una red de bancos activos y un banco base. Un banco activo es una colección de germoplasma integrada por muestras de semillas u otros órganos de multiplicación disponibles para su distribución e intercambio, así como para la multiplicación, caracterización, evaluación y uso. Cada muestra recibe el nombre de entrada. Un banco base se define como una colección de semillas u otros materiales que, por razones de seguridad se mantienen a largo plazo, a fin de conservar la variación genética. En los distintos bancos los materiales se conservan principalmente como semillas en cámaras especialmente diseñadas para este fin, in vitro, o como colecciones vivas a campo (frutales y forrajeras) (Agrobiodiversidad, 1997) (Cuadro Nº 13). Las principales entradas de soja se registran en el banco base del Instituto de Recursos Biológicos de Castelar, la EEA Marcos Juarez, la EEA Pergamino y la EEA Cerrillos. Cuadro Nº 13: Bancos de germoplasma de las diferentes especies en Argentina Banco Base Provincia Cultivos / Especies Instituto de Recursos Biológicos CIRN INTA

Buenos Aires Maíz, girasol, maní, lino, sorgo, soja, trigo, cebada, algodón, papa

Bancos Activos EEA Balcarce Buenos Aires Papa, Forrajeras EEA Pergamino Buenos Aires Maíz, Girasol, Forrajeras EEA Manfredi Córdoba Maní, Sorgo, Alfalfa EEA Marcos Juarez Córdoba Trigo, Soja EEA Saenz Peña Chaco Algodón, Forrajeras, EEA Ing. G Covas La Pampa Forrajeras EEA La Consulta Mendoza Hortalizas, frutales, olivo,

vid EEA Alto Valle Río Negro Frutales, Forrajeras EEA Cerrillos Salta Poroto, Tabaco, Caña,

Soja. Fuente: Agrobiodiversidad Conservación y utilización sustentable. 1997. INTA

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Por otro lado, a lo largo de todo el mundo hay más de 100.000 registros de G. max., probablemente menos de 10.000 de G. soja y aproximadamente 3.500 registros de especies perennes de Glycine. Las colecciones más importantes se encuentran en Australia, Brasil, China, Alemania, India, Indonesia, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos. En China, las colecciones incluyen más de 15.000 registros de G. máxima y 1000 registros de G. soja. Otras colecciones más pequeñas se concentran también en Asia y Europa (Palmer, 1996). Fuera de Asia, la colección de germoplasma de soja más grande del mundo pertenece a los Estados Unidos. Presenta cinco subcolecciones principales: G. max introducida, G. soja introducida, Glycine perennes, colección genética y colección de cultivares domésticos. Las colecciones principales se encuentran en la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign, especialmente para los grupos de madurez temprana (MG 000-MG IV), mientras que otros para maduración más tardía (V-X) se conservan en Stoneville, Mississippi. Glycine max es una especie cultivada que no puede sobrevivir sin la intervención del hombre. La especie se ha movido en el comercio por siglos. Los registros de G. max. en la colección de los Estados Unidos proceden de más de 60 países pero aquellos países donde la soja silvestre es nativa son considerados la fuente primaria de germoplasma. Aproximadamente el 85 % del germoplasma de G. max proviene de China, Japón, Corea y Rusia, y a su vez el 85 % del germoplasma chino proviene de sus tres provincias del nordeste (Heilongjiang, Jilin y Liaoning). Otras fuentes asiáticas de importancia (7 %) provienen de Afganistán, Vietnam e Indonesia. El porcentaje restante proviene de regiones extra asiáticas (Cuadro Nº 14). Cuadro Nº 14 . Origen y número de registros de Glycine max en la colección de germoplasma de los Estados Unidos (1994) País Nº de Registros China 3692 Japón 2858 Corea 3485 Rusia 905 Otros países Asia 864 Europa 825

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Africa 170 América 174 Pacifico Sur 30 Desconocidos 56 Total 13509 Fuente: Germplasm Resources Information Network (GRIN). Gopher probe.nalusda.gov 4.2. Mecanismo reproductivo. Tanto la soja cultivada como su pariente silvestre más cercano, G. Soja son plantas autógamas, autocompatibles, anuales. Si bien es autógama, existe posibilidad de polinización libre, con producción de semillas viables en un rango del 05-1 % (Fehr y Hadley, 1980). Esta posibilidad de polinización natural entre las diferentes plantas de soja requiere de la intervención de insectos polinizadores (Diagrama Nº 7 ). Las abejas pueden ser atraídas por las flores de algunas variedades de soja y contribuir a la polinización cruzada. En algunas situaciones de sojas con estambres estériles (no producidas comercialmente) podrían llegar a producir semillas normales si se las ubicaba cerca de plantas con estambres fértiles (fuentes de polen) y en presencia de abejas u otros insectos vectores y condiciones climáticas apropiadas (Erikson, 1976).

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Diagrama Nº 7: Mecanismo reproductivo de la soja. Convencional y transgénica. En la campaña 97/98, se alcanzaron en la Región unos 3.000.000 de hectáreas de soja cosechada, convencional y transgénica. De esta superficie, de acuerdo a las primeras evaluaciones gubernamentales entre un 20-25 % responden a cultivares transgénicos, es decir, con un pronóstico conservador unas 700.000 de sojas RR. Supongamos que todas las plantas de soja (tolerantes y convencionales) se encuentran sembradas en potreros distribuidos de manera aleatoria que permitiesen la circulación de polen vía insectos, necesaria para esa pequeña porción de polinización libre existente en la soja. Combinando las diferentes distancias posibles de siembra (35, 52, 70 cm) y considerando un stock final de plantas a cosecha medio de 20 plantas por m2 que produjesen semilla, por lo menos tendríamos: 11 una población anual de plantas de 6 x 10 11 de las cuales, serán plantas convencionales 4,6 x 10 11 y 1,4 10 de plantas transgénicas La porción de cruzamiento libre podría generar intercambio de polen y plantas 9 viables híbridas de una 3 x 10 plantas (convencionales entre sí, convencionales y transgénicas y transgénicas entre sí), que producirán semilla. En la misma línea, es sabido que, si bien prohibido, el productor pampeano, si las condiciones ambientales y de manejo lo permiten, guarda semilla para la campaña siguiente, lo que incrementará el material híbrido liberado al medio que se sumará año tras año al que producen y comercializan los semilleros.

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Tanto la soja cultivada como su pariente silvestre G. soja son totalmente compatibles y se propagan solamente por semillas. Ambas, la soja cultivada como su pariente silvestre dispersan sus semillas mediante el estallido de sus vainas. En el caso de la soja cultivada, si se atrasa la cosecha y existen condiciones climáticas predisponentes, pueden llegar a romper sus vainas. En el caso de la soja silvestre, cuando las vainas maduran, las rompe rápidamente y libera la semilla. En condiciones de campo, la semilla de soja cultivada sobrevive menos de un año, mientras que las de G. Soja, mucho más pequeñas, pueden sobrevivir mucho más tiempo, si bien no ha sido corroborado científicamente en forma fehaciente. Tanto la soja cultivada como la soja silvestre son como dijimos, totalmente compatibles y podría considerarse que ambas son, el representante cultivado y silvestre de una sola especie dentro del mismo subgénero. No se detectaron o conocen híbridos naturales entre G. máxima o G. Soja y las otras especies silvestres del género Glycine. Los intentos artificiales para hibridizar a la soja cultivada o silvestre con otras especies del género Glycine han presentado un alto grado de incompatibilidad interespecífica y los pocos que generaron progenie, dieron híbridos estériles (Kenworthy, 1989). 4.3. Flujo de genes La transferencia de material genético desde los cultivos a otras plantas, que pueden presentar los nuevos caracteres a su vez en su progenie, se conoce como flujo de genes (“gene flow”). “Son muy pocos los ejemplos donde se haya cuantificado la extensión del flujo de genes entre las poblaciones de malezas y cultivo. La falta de datos cuantitativos de la interacción cultivo-maleza podrían deberse a que: 1) las consecuencias ambientales de la hibridación sólo han sido reciente y ampliamente publicadas, 2) mucho del trabajo previo empleaba caracteres de base genética desconocida, lo que dificultaba determinar si los patrones de variación observados se debían a hibridación, introgresión, evolución o plasticidad o, porque 3) las relaciones de parentesco entre el cultivo y sus parientes silvestres son difíciles de encontrar al no haber marcadores genéticos exclusivos del mismo” (Arias, 1994).

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En términos generales, este flujo en la población vegetal se puede referir a la introducción de genes vía polen, semillas o propágulos. Hasta ahora hemos considerado el mecanismo por vía sexual – polen - pero existen otros mecanismos de transferencia como el “flujo horizontal” entre individuos adultos mediante propágulos, bacterias, virus, de mucho menor relevancia, o por lo menos con menor base bibliográfica. Una vez que los cultivos transgénicos son liberados y sembrados en forma extensiva y comercial en áreas donde existen parientes silvestres, malezas u otros cultivos del mismo genero y especie, podrían hibridarse vía polen con estas plantas. Las semillas, resultado de estos cruzamientos contendrán elementos transgénicos, correspondiendo en esta primera generación si segregan en forma mendeliana, la mitad del híbrido al cultivo transgénico y la mitad a la planta compatible (pariente silvestre, maleza, cultivo). Si estos híbridos continúan produciendo semillas y progenie fértil a lo largo de las generaciones en el mismo medio con las mismas especies que tuvieron compatibilidad, incluidos los cultivos transgénicos, se generará una nueva población o subpoblaciones de especies asilvestradas o no deseadas. Este proceso de introducción de nuevos genes en una población silvestre vía hibridación y retrocruzamiento se conoce como introgresión. El resultado será la introducción de los genes del cultivo transgénico en el pool genético de la población silvestre. Si segregan en forma mendeliana, a lo largo del retrocruzamiento de la nueva población y su población silvestre, es posible, que sólo algunos genes del cultivo serán retenidos en la población de plantas. Pero si en el área, temporada tras temporada se siembran cultivos transgénicos, la afluencia de nuevos genes en forma continuada, mantendrá los niveles del nuevo carácter en la población silvestre. Si estos genes codifican proteínas que determinan caracteres especiales que permitan una ventaja adaptativa de la población formada, la misma al incrementarse su probabilidad de supervivencia respecto del resto, aumentará su presencia dentro de la población a lo largo del tiempo. La importancia real del significado del flujo de genes en el caso de los cultivos transgénicos tendrá relación con: + El Grado de cruzamiento entre el cultivo y sus parientes presentes en el área. + La posibilidad de producción de descendencia fértil.

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+ La retención de los caracteres de los cultivos transgénicos en la población base. + La viabilidad del polen disponible, su disposición y distancia. + La presencia de insectos polinizadores o condiciones ambientales propicias.

+ Coincidencia temporal entre la producción de polen de la planta transgénica y disponibilidad y apertura de las flores femeninas de la planta silvestre.

No teniendo la soja, pariente silvestre en la Región, el escape de genes hacia el ambiente natural no va a ocurrir, no así la posibilidad de flujo hacia otras variedades convencionales del mismo cultivo. La situación es diferente, cuando la posibilidad de flujo de genes es analizada para el caso de otros cultivos transgénicos que están haciendo puerto en nuestras Pampas a partir de la próxima campaña o en las inmediatas posteriores como el maíz, la canola, el algodón o los sorgos. Algunos autores como Ellstrand y Arrila(1996) predicen una catástrofe ecológica y económica si más y más campos son sembrados con cultivos transgénicos resistentes a diferentes situaciones de estrés (herbicidas, insecticidas). Mientras un cultivo transgénico poseería un riesgo minúsculo, tomados en conjunto podrían causar problemas multimillonarios en diez años. En un estudio, efectuado en EE.UU. determinaron que el sorgo podría cruzarse con su pariente silvestre más temible, el Sorgo de Alepo. Los investigadores sembraron Sorgo de Alepo en los alrededores de un campo de sorgo y más tarde determinaron evidencias de hibridación. Encontraron híbridos cultivo/maleza a unos cien metros. La idea que los cultivos y las malezas pueden hibridarse reside en la posibilidad que la maleza pueda obtener una ventaja adaptativa si logra algo del ADN resistente del sorgo. Es ampliamente conocida, la serie de consecuencias nefastas que ha traído la incorporación del sorgo de alepo - que fue también, hace mucho años considerado una forrajera de excelentes posibilidades !- en los sistemas agrícolas de buena parte del mundo. Científicos daneses (Mikkelsen et al, 1996) han demostrado que los genes de tolerancia a los herbicidas de la canola se han establecido en poblaciones de malezas después de dos generaciones de cruzamientos. Los resultados indicaron por primera vez que los genes de los cultivos transgénicos pueden establecerse rápidamente en poblaciones de malezas. En el trabajo, las plantas de canola resistentes se dejaron cruzar naturalmente en experimentos de campo con sus parientes silvestres. Muchos de los híbridos de este cruzamiento presentaban el

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gen de tolerancia al herbicida. Posteriormente, los científicos cruzaron estos últimos híbridos con sus malezas emparentadas por retrocruza. El resultado del retrocruzamiento fue que producía muchas plantas tolerantes al herbicida que se parecían a las malezas. Obviamente, la aparición de malezas resistentes al herbicida, luego de dos generaciones crearía un nuevo problema al ya problemático, manejo de malezas. En otro ensayo, colaboradores de Ellstrand (1996), demostraron que existió cruzamiento de Raphanus sativus transgénico (rabanito) con parientes silvestres, creando un híbrido que ataca la teoría que los transgenes no pueden migrar al ambiente natural. Se demostró que los caracteres genéticos se pueden transferir a los parientes silvestres por polinización simple. Los híbridos resultaron fuertes y produjeron un 15 % más de frutos que las plantas silvestres puras. “Predecir como los organismos pueden comportarse en un habitat es extremadamente dificultoso. Pequeños cambios genéticos pueden generar grandes cambios ecológicos. Algunas compañías desean alterar el contenido proteico de la semilla de colza. La planta en algunos casos como hemos visto, es una maleza menor que puede hibridar con otras Brassica.

¿Porque esta planta no se transformó en una maleza problema?,

¿Porqué no se establece más ampliamente?. Se desconocen las respuestas. Cambiar la composición de las proteínas no podría afectar la tasa de ataque de los enemigos naturales. ¿Afectará este simple cambio molecular la ecología de las poblaciones base?. Se podrá difundir a otras brasicas (parientes silvestres). Estas son preguntas complejas, por lo que no sorprende que las compañías traten de evitarlas...” (Willianson, 1995). Vinculado también con la calidad, un carácter que se ha insertado en el tomate tiene relación con su tiempo de duración y ciertas características organolépticas. “Calgene asegura que el carácter transgénico no ofrece ninguna ventaja selectiva. Pero el carácter presenta, en ensayos de laboratorio, un aumento de la resistencia a dos tipos de hongos que infectan a los frutos maduros. La resistencia a las plagas es considerada un carácter con ventajas selectivas. La empresa ha indicado que no hay flujo de genes entre plantas, pero las discrepancias entre las partes son amplias. Asimismo, se indicaría que el flujo es unidireccional (del tomate silvestre, tipo cherry, que sería el polinizador hacia el transgénico), o bien que ese flujo es bajo entre las especies” (Rissler et al., 1992). En relación con la resistencia a herbicidas, un trabajo muy importante fue desarrollado por Chevre y otros (1997), en Francia, sobre el flujo de genes desde

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los cultivos a sus parientes silvestres. Para estudiar los mecanismos genéticos involucrados desarrolló un modelo intergenérico de flujo de genes desde la colza canola (Brasica napus L., genotipo AACC, 2n: 38), conteniendo una copia del gen bar, que le confiere resistencia al herbicida Basta (glufosinato de amonio), hacia una maleza ampliamente distribuida en su zona, el rabanito salvaje (Raphanus raphanistrum L, genotipo RrRr, 2n:18). Obtuvieron la F1, cruzamiento interespecífico de ambas especies y estudiaron bajo condiciones de campo las cuatro generaciones sucesivas. Los híbridos (F1, F2, ...F4), estuvieron rodeados de rabanito silvestre en condiciones de campo (Cuadro Nº 15). Todas las variedades de colza-canola utilizadas como plantas madres produjeron semillas. En la primera generación, la fertilidad femenina de la F1 interespecífica híbrida fue pobre con un 28, 6 % de producción de semillas. El número de semillas fue diez veces superior en la segunda generación y el incremento de la fertilidad se confirmó en la tercera generación. Cuadro Nº 15. Análisis del flujo de genes desde canola transgénica hacia rabanito silvestre Fertilidad Femenina Nº cromosómico Resistencia al Basta ___________________________________ _________________________ ________________ Nº plantas Semillas

cada 100 flores

Semillas por planta

Plantas con por lo menos 1 semilla

Nº plantas Promedio 2 n

Plantas en el promedio (%)

Nº plantas % Resistencia de las plantas

Canola con macho estéril

589 43,2 29,2 100 589 38 100 589 100

Generación 1

1301 0,2 2,1 28,6 2057 28 99,5 2619 51,8

Generación 2

251 1,5 11,9 42,2 686 37 48,0 674 81,9

Generación 3

443 7,9 229,3 82,5 1083 24 - 27 45,3 1028 57,2

Generación 3

787 21 - 23 46,3 3349 23,5

Fuente: Chevre, A M et al. Station d`Amélioration des Plantes, INRA

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De acuerdo a lo previsto, la primera generación interespecífica (el 99,5 %) tenía la estructura genética esperada, ACRr, 2n:28, esto es, la mitad del genoma de cada padre. A lo largo de las generaciones, el producto de los cruzamientos generaba plantas con diferentes números cromosómicos, siendo las plantas con menor número cromosómico las más fértiles. La resistencia al Basta en la F1, evolucionó como una segregación mendeliana, con la mitad de las plantas resistentes y la otra mitad no, siendo que el transgene bar, es heterozígotico. Asimismo, determinaron que la transmisión del transgene bar era dependiente del número cromosómico de la planta madre y decrecía con las generaciones sucesivas. En conclusión, el flujo interespecífico de genes se produjo principalmente por la introgresión génica dentro del genoma de las malezas, pero lentamente y debido a la baja probabilidad en condiciones naturales de continuar manteniendo el gen de resistencia la misma se iría perdiendo bajo condiciones de agricultura normal. El maíz, Zea maiz L. ya domesticado desde hace 4.000 años a. C en Tehuacán, estado de Puebla, en México, posee dos parientes silvestres, Tripsacum (con varias especies) y Teosinte (con varias especies). Ambas, se cruzan naturalmente con plantas de maíz, a pesar de ser morfológica y genéticamente diferentes del cultivo. La alogamia, es la componente principal del sistema reproductivo del maíz, por lo que la polinización cruzada es característica de la especie, pudiendo producirse híbridos interespecíficos con sus parientes silvestres. Sería entonces, posible, el flujo de genes desde el cultivo hacia el ambiente y que los mismos pudiesen mantenerse o no, en la población de base genética amplia, existente sobre diferentes regiones de Meso y Sudamérica. 4.4. Las nuevas “malezas resistentes”. Uno de los principales temores relacionados con el flujo de genes, responde a la posibilidad de escape de los mismos hacia poblaciones de maleza emparentadas con el cultivo e inclusive la reconversión del mismo en una maleza, cuando se hace resistente a un herbicida determinado. Además “se podría afectar la mortalidad de los enemigos naturales de las malezas. La tasa de ataque sobre una maleza, de predadores, parásitos y enfermedades, puede verse reducida si esta planta (ya OGM), debilita el estímulo de identificación o alimentación del predador”(Crawley, 1990).

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Los transgenes pueden fortalecer las capacidades competitivas de una maleza ya existente o bien convertir una maleza sin importancia en un nuevo problema. La transferencia del gen de resistencia a una determinada enfermedad, hacia una maleza menor que hasta la fecha había sido controlada por los patógenos del medio puede hacerla resistente a los mismos y convertirla en importante. Ya han sido comentados, los problemas del flujo de genes desde el sorgo cultivado hacia el Sorgo de Alepo. La preocupación sobre el flujo genético no es actual, sino que desde hace mucho tiempo viene siendo analizada la transferencia desde cultivos convencionales hacia las malezas, que en parte se mimetizan con los mismos (como los casos del arroz, maíz, sorgo y mijo). Siendo maleza y cultivo, ya sea morfológicamente similares los individuos o sus semillas o frutos, se hace sumamente complicada su separación y por lo tanto una eficiente estrategia de control. En algunas áreas de América Central y México, la hibridación entre el maíz y el teosinte, produjo malezas de teosinte que se mimetizaron con el cultivo. Se describe una forma (Wilkes, 1977) de teosinte, hibridada con un cultivar particular de maíz del valle de México. El teosinte había desarrollado una planta de color rojo con las hojas anchas típicas del maíz cultivado. Situaciones similares se han demostrado con la aparición de arroz salvaje con genes que escaparon de sus parientes cultivados. La existencia de esta posibilidad tendrá que ver también con la respuesta y perfomance de cada especie en sus diferentes ambientes biofísicos tales como condiciones climáticas y de suelo, poblaciones de insectos, otros organismos y prácticas culturales. La experiencia y conocimiento de estas diferentes combinaciones para cada sitio y cultivo para cada carácter y ambiente provendrán de los estudios de las interacciones del genotipo de la planta con su ambiente para diferentes localidades representativas bajo diferentes condiciones (OECD, 1993). Con la ingeniería genética, el problema, ya recurrente, se hará relevante. El flujo de genes, tolerantes a determinado herbicida desde el cultivo hacia las malezas podría eventualmente generar resistencia al herbicida en las mismas y por tanto, afectar la estrategia de control utilizando ese herbicida en el cultivo el que deberá ser reemplazado por un nuevo agroquímico. El proceso no sólo tendrá importancia en los agrosistemas sino que la posibilidad de convertirse en malezas vía flujo genético de las especies involucradas, podría migrar al ambiente natural y afectar los ecosistemas. El establecimiento exitoso de una especie no vinculada al ecosistema podría causar cambios impredecibles en el mismo. No sólo en el caso de una especie resistente a un herbicida o a un determinado insecticida, cuya importancia pudiese ser menor, sino considérese los casos, que vendrán seguramente, de especies resistentes o tolerantes a ambientes salinos, alcalinos, al frío, a los suelos anegados, u otras situaciones de

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ambientes bajo distintos estrés, que conteniendo esa tolerancia incorporada podrían fácilmente ingresar a esos nuevos ecosistemas, antes vedados por limitantes propias de la planta. “Hay varias estrategias para reducir el riesgo de escape de los genes introducidos. El aislamiento geográfico, en escala local podría ser la mejor solución. La información al respecto proviene especialmente de las guías de trabajo para la producción de semilla fundadora en los criaderos - semilla de la más alta pureza genética-... En ciertos casos, simples prácticas culturales pueden ser suficientes para reducir la hibridación cultivo-maleza. Si por ej., los cultivos son sembrados de manera tal que no floreciesen en el mismo momento que sus parientes, no habrá cruzamiento. Otro método para reducir el riesgo podría ser a través de modificaciones genéticas en el cultivo, que permitiesen aislarse de sus parientes. Si los productos del cultivo, no son semillas ni frutos, entonces los genotipos con esterilidad masculina, pueden ser introducidos, o un gen desarrollado por bioingeniería puede ligarse directamente a un gen que es letal en polen” (Ellstrand y Hoffman, 1990). 4.5. Efectos sobre la biodiversidad Las poblaciones de especies silvestres conteniendo transgenes pueden conferirles ventajas adaptativas que les permitirán competir exitosamente con otros miembros de la comunidad e inducir cambios en la composición biótica del ecosistema. Dependiendo de la complejidad de cada ecosistema, no sólo se producirá el desplazamiento de especies vegetales. Muchas otras poblaciones de organismos sufrirán un retroceso por desaparición de habitats y nichos tróficos: Insectos dañinos o benéficos que se alimentaban sobre las plantas principalmente. Por supuesto al ingresar otras especies de microorganismos, plantas, insectos, pájaros y otros animales al nuevo medio ocuparán los nuevos habitats creados por las plantas invasoras. Serán muchos los microorganismos presentes en el hábitat, bacterias, hongos, virus, dispuestos a ocupar nuevos nichos e interacturar con las especies invasoras, poniéndose nuevamente en juego los mecanismos de resistencia de las mismas (Moraes, 1991). Los múltiples efectos producidos por el flujo de genes y la inserción de una nueva especie reciben el nombre de efectos acumulativos y en cascada. Algunos ejemplos son conocidos (Rissler, 1996):

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En California, el agresivo crecimiento del ryegrass anual (Lolium multiflorum) sembrado para controlar la erosión en suelos con pendiente produjo un significativo cambio en la estructura del ecosistema llamado localmente chaparral. Durante la época húmeda, el Lolium creció a una densidad mucho mayor que la vegetación nativa. Inclusive soportó luego un incendio que destruyó a las semillas silvestres. Un segundo incendio eliminó a otras especies del chaparral antes que pudiesen reproducirse y regenerar los bancos de semillas. Consecuentemente, la estructura de la comunidad cambió drásticamente, perdiendo definitivamente a sus especies nativas. Lythrum salicaria, una maleza introducida desde Europa en el siglo XIX, ha demostrado su capacidad competitiva sobre las comunidades acuáticas en los EE.UU causando cambios en ese ecosistema. Situaciones similares tanto en los EE.UU como aquí, se plantean con diversas especies de camalotes (Eichornia sp.), que presentan un éxito reproductivo en las comunidades acuáticas y no sólo interactúan sobre las mismas sino que se han transformado en serios problemas económicos para la navegación y represas, como en Yaciretá. En antiguos pastizales del Chaco, el sobrepastoreo y el transporte endozoico del ganado, estimuló el explosivo desarrollo de poblaciones de vinal (Prosopis ruscifolia G). Otra situación será el efecto depresivo que el flujo de genes tendrá sobre fragmentos o parches de ecosistemas naturales rodeadas por cultivos transgénicos. Ciertas especies podrían recibir mucho más polen desde los mismos que desde sus propios congéneres, produciéndose, introgresión génica. De mediar la asimilación de caracteres exitosos la nueva especie se constituirá en dominante y competitivamente excluyente. El efecto del flujo de genes sobre los centros de diversidad puede por cierto tener una influencia importantísima. La utilización de organismos genéticamente modificados en las mismas áreas de mayor riqueza de sus congéneres silvestres podrían tener resultados impredecibles. Este caso, para aquellos donde se conocen y están plenamente identificadas los centros de origen, pero que sucedería si aún no están todos ellos identificados. Sería imposible proteger lo que no se conoce. Por ejemplo, hasta hace poco tiempo se consideraba que los centros de origen del zapallo eran América Central y del Sur y ahora también identificaron a los EE.UU como otro probable centro de diversidad. Cosa parecida ocurrió con los centros de maíces amazónicos. La nueva pregunta se podría plantear para una situación que nos toca de cerca, como lo es el caso del maíz. Cultivo importante en el planteo rotacional de la soja, necesario en los sistemas de manejo bajo siembra directa por su aporte de rastrojo y hospedante de muchos predadores naturales. Esta especie ingresará en

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la próxima temporada como transgénico resistente a herbicidas y el maíz Bt insecticida, en escala comercial. 4.6. Los Maíces transgénicos. La resistencia a los herbicidas en el maíz será una de las tecnologías disponibles próximamente para el control de malezas. Serán maíces tolerantes a: * Glifosato * Glufosinato * Imidazolinonas El glufosinato de amonio (amonio amino carboxil metil fosfinato), Liberty, es un producto herbicida moderadamente tóxico, de contacto y parcialmente sistémico, que actúa una vez absorbido inhibiendo la acción de la glutamino sintetasa, provocando la acumulación de amoníaco en la célula, que muere por los efectos fitotóxicos. El herbicida mataría también a los maíces no resistentes. Mientras tanto, los maíces Liberty Link (resistentes al glufosinato de amonio) tienen incorporado el gen PAT (Phosfinotricin Acetil Transferasa) que codifica la formación de la proteína PAT. Es un gen simple, dominante, aislado del Streptomyces viridochromogenes, que vive en el suelo. La proteína PAT, acetila el glufosinato de amonio, perdiendo efectividad la acción herbicida, de modo que no afecta a la enzima glutamino sintetasa pudiendo el cultivo metabolizar el amoniaco liberado. Los maíces resistentes a imidazolinonas (Lighting), IMI-Corn, no fueron desarrollados por ingeniería genética, sino que se obtuvieron por cultivo de tejidos y selección de líneas resistentes, las que se retrocruzaron con material de elite, para la obtención final de híbridos de altos rendimientos. Ya se dijo que la cuestión de cultivos tolerantes a los herbicidas significa la simplificación del control de malezas con uno o pocos principios químicos y su amplificación y utilización en un paquete tecnológico ya conformado: cultivo + herbicida. Durante la temporada 98/99 el aspecto más importante relacionado con los organismos genéticamente modificados liberados al medio en la Zona Núcleo tendrá que ver con la comercialización del híbrido de maíz Bt, la primera línea de un arsenal de plantas con propiedades insecticidas o resistentes a los mismos. 4.6.1. El maíz Bt. Marca Registrada de Agrevo.

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El aumento de la impopularidad de muchos insecticidas ha abierto la oportunidad para sus primos biológicos y la posibilidad de potenciarlos mediante técnicas de bioingeniería, abriéndose para las compañías un mercado promisorio. El centro de los agentes de protección vegetal que ha llegado primero a la escala comercial ha sido el Bacillus thuringiensis (Bt). El Bt es una bacteria del suelo. Durante décadas ha sido utilizada en formulaciones precomerciales y comerciales, para el control de lepidópteros en los sistemas agrícolas de todo el mundo. Formulaciones con Bt (por ej., el Dipel) se utilizan y son aceptadas por los productores orgánicos, cuya normativa es bastante estricta. La toxina producida por la bacteria se disuelve en el interior del intestino medio de los insectos, se une a las membranas celulares y altera el balance osmótico. Esto causa la lisis de las células y los insectos mueren. Los insectos controlados con Bt y que hasta la fecha presentaban serios inconvenientes en su manejo con los insecticidas tradicionales son dos orugas conocidas en la zona como Diatraea saccharalis y Elasmopalpus lignocellus. Estos insectos pueden ser controlados con el Bt, muchas de cuyas formas no sólo son utilizados en la producción agrícola, sino que su aplicación se ha ampliado con singular éxito al control de vectores (mosquitos). “A pesar que los insecticidas Bt convencionales funcionan tan bien como los insecticidas sintéticos, su perfomance no siempre es constante. El resultado errático de los insecticidas Bt, puede atribuirse a la sensibilidad de la toxina a la radiación ultravioleta que lo calienta y deseca, a la incompleta cobertura de los sitios de alimentación y a la reducción de la toxicidad frente a las larvas adultas. Modificando la planta de maíz, para producir su propia proteína Bt superaría estas falencias” (Ostlie et al., 1997). “Las plantas transgénicas que expresan genes insecticidas se presentan como una nueva herramienta para ser utilizadas en la estrategia del manejo integrado de plagas. Las plantas transgénicas ofrecen endotoxinas de una forma diferente de la manera en que se asperja el Bacillus thuringiensis. La larva se expone entonces más uniforme y constantemente desde más temprano. Las larvas neonatas son las más susceptibles, y están expuestas desde el momento en que comienzan a alimentarse de la planta “(Koziel et al, 1993). En el caso de los maíces con Bt, varios han sido los genes Bt, utilizados en biotecnología para el control de Lepidopteros: Gen Bt Controlan a:

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Cry l A-H Lepidópteros Cry ll A-C Lepidópteros y Dípteros Cry lll A-C Coleópteros Cry lV A-D Dípteros En los EE.UU, durante 1997, los híbridos de maíz Bt que se comercializaron contienen el mismo gen Bt, denominado Cry l Ab. Después de modificaciones realizados en laboratorio, se obtuvieron los eventos que ya están siendo comercializados como el E 176 (Ciba/Micogen), el Bt 11 (Northrup King), Mon810 (Monsanto), DBT418 (Dekalb). En los EE.UU, el evento 176 se comercializa bajo el nombre de Knockout y NatureGard y los Bt 11 y Mon810 bajo la marca YieldGard. Ya liberados al sistema desde hace dos temporadas en EE.UU y próximamente aquí, algunas cuestiones en las que se deberá fortalecer el análisis del impacto del cultivo con el agrosistema tendrán que ver con el: * Manejo de la resistencia. * Reducción de la exposición de los insectos. * Estrategias de prevención. * Manejo de dosis altas y generación de refugios. * Impactos del maíz Bt y sus residuos sobre el suelo. * Efectos sobre la producción orgánica. Es importante analizar la situación de los maíces Bt, pues más allá de su importancia en el planteo productivo y rotacional, serán el antecedente inmediato a la soja insertada con el mismo gen o similar (Bt), que será liberada a principios del próximo siglo. 4.6.1.1.Manejo de la resistencia La aparición de resistencia en los insectos dañinos controlados por el Bt y por los cultivos que tienen Bt es una de las principales consideraciones a tener en cuenta. Un plan de manejo de la resistencia debería contener un análisis profundo de todas las estrategias de prevención, sistemas de monitoreo continuo, planes de mitigación del impacto y programas de capacitación específica para técnicos y productores. Los genes susceptibles (“susceptibility genes”) presentes en todas las plagas y patógenos han sido aprovechados por el hombre para el control de pestes desde los albores de la civilización. Lamentablemente el sobreuso de pesticidas y biopesticidas puede devenir en la pérdida de este tipo de genes. Estos genes susceptibles presentes en las plagas son un recurso natural que constituye un

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bien público (Whalon, 1997). El uso incorrecto de estos recursos, puede derivar en una presión de selección que resulte en la determinación casi exclusiva de “genes de resistencia”, que permitiese que una plaga sea inmune al intento de control. El hecho de la “desaparición” de genes susceptibles devendrá claramente en una pérdida de diversidad genética que originaría una erosión del pool genético de la especie. Los maíces y otros cultivos como el algodón poseen en su estructura genes Bt que permitirían un control de todas las especies susceptibles en el ambiente. El planteo del Manejo Integrado de Plagas – MIP - asume que las mismas son analizadas y seguidas en su desarrollo y su control se produce solamente en los momentos en que se corre el riesgo de pérdida económica y no antes (determinación de umbrales de daño económico). Los planes de manejo de la resistencia deberían formar parte integrante del MIP. Ya la humanidad y puntualmente en distintas regiones del globo, sufre las consecuencias de la aparición de especies resistentes, ya sea insectos, patógenos o malezas. El proceso ha devenido en la generación de más de 525 insectos resistentes, 100 patógenos resistentes y 183 casos de biotipos de malezas resistentes a los herbicidas∞ . La liberación a campo de nuevos componentes biológicos como los maíces Bt debería estar ligado fuerte y “previamente” con un plan de manejo de la resistencia vinculado con las plagas que se desea controlar y que por lo menos debería contener los siguientes principios: 1) Desarrollo de un programa de difusión, comunicación y capacitación que prepare claramente a técnicos y productores para recibir a los maíces Bt y otros cultivos, encuadrados en un plan general de manejo de resistencia de plagas. 2) Conocer y usar diversos mecanismos para generar mortalidad en las plagas, utilizando diferentes sitios de acción y formas de eliminación. 3) Aplicar técnicas de manejo y mantenimiento de genes susceptibles proveyendo “refugios” para los individuos y poblaciones de la especie no tratados o manejar la inmigración de susceptibles dentro de las poblaciones tratadas. 4) Monitorear en forma constante a las poblaciones de insectos.

∞ El incremento en el número de nuevos casos de malezas resistentes a los herbicidas ha permanecido constante desde 1978, a un promedio de nueve casos por año en todo el mundo (The 1995/96 International Survay of Herbicide-Resistance Weeds).

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5) Si se presentase resistencia, determinar los mecanismos que la generaron y mejorar los planes de manejo de la misma en los ambientes donde aún no se hubiesen presentado. 4.6.1.2. Manejo de dosis y generación de refugios. Actualmente se admite que no se posee una base teórica para proponer estrategias en el manejo de la resistencia y que, aún desde la experiencia práctica implementar el manejo de esta resistencia en insectos es una práctica limitada. Todos los programas de manejo de la resistencia que están siendo desarrollados y aplicados para los cultivos Bt deberán ser considerados experimentales y procesados sobre esta base experimental aún, con un monitoreo extensivo, feedback y reajuste continuado (McGaughey, 1997). “La estrategia de plantas con alto contenido en Bt y campos de refugio en el área de vuelo de los adultos de los barrenadores del tallo, requiere para su implementación, un significativo esfuerzo de capacitación. Los incentivos económicos favorecerán la adopción de esta estrategia ya que los productores entienden que lograrán protección de dos potreros al precio de uno. Las compañías de semillas podrían facilitar esta aplicación restringiendo el uso de variedades Bt a aquellas de ciclo largo, que se siembren más temprano y serán más atractivas al barrenador del tallo” (Alstad y Andow, 1995). Tendrán que tener especial consideración las interacciones entre cultivos de “altas dosis” combinados con la generación de “refugios apropiados”, tal como lo comentan las publicaciones de las compañías de biotecnología y de semillas. La “alta dosis” está definida como un cultivar que produce suficiente cantidad de toxina para matar a todos los insectos que no son resistentes a la misma (más de un 99 %). Los refugios constituyen superficies sembradas con el cultivo convencional, es decir, que no contienen en su composición genética el gen Bt. Suponiendo que los cultivos Bt se manejan bajo una situación de alta dosis, los modelos de simulación utilizados sugieren que el tamaño mínimo del refugio debería ser un 4 % de la superficie involucrada. En muchas situaciones es probable que se esté trabajando con dosis moderadas. Asumiendo esta situación sería equivocado estimar que el tamaño de refugio de un 4 % sería apropiado para manejar la resistencia de la plaga. Cuando se utilizan dosis moderadas o se presume que “la alta dosis” no matará más que el 75 %, 85 % u 95 % de los individuos susceptible, los modelos de predicción de la resistencia cambiarían hacia un tamaño de refugio que oscilará entre el 30 % y algunos hasta el 50 % de la superficie (Gould, 1997, Roush, 1997).

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Una alternativa distinta al manejo de altas dosis sería trabajar en una reducción de la dosis efectiva de Bt que permitiese sobrevivir a una cantidad suficiente de insectos Bt susceptibles que evitase la aparición de resistencia o por lo menos su retardo en el tiempo. Evidentemente, las compañías tienden a afianzar la posibilidad de mantener modelos de altas dosis que les aseguren un control total de los individuos dañinos, junto con efectivos tamaños de refugio que les permitirán realizar el manejo de la resistencia en esa población. El manejo que se haga del refugio es tan importante como su tamaño. Si el refugio que aloje hospedantes No Bt es tratado con un insecticida que controle más del 90 % de la plaga, ese refugio habrá decrecido a tan sólo un 10 % de esa superficie cultivada, lo que imposibilitará cualquier interacción entre los insectos. O bien, si ese refugio es tan sólo una maleza donde la plaga se reproduce mucho más lentamente, la superficie tendrá poca importancia. Si un cultivo hospedante no Bt fuera sembrado a una distancia grande del cultivo Bt, y los adultos del cultivo Bt no detectan a aquellos del otro cultivo, no existirá ningún refugio. Si además, el tiempo de aparición de los insectos en ambos tipos de cultivos - Bt y No Bt - fuese diferente, el tamaño del refugio será mucho menor al estimado. Un aspecto importante también en este caso, será si se produjesen mezclas de semillas. Es probable que bajo estas situaciones las larvas pueden migrar de planta en planta y recibir solamente una “dosis moderada” o inclusive “baja” que no llegase a controlarlas. La situación de dosis insuficientes o deficiencias en el control ya se ha planteado a escala comercial. El caso del algodón Bt es un ejemplo del cuidado a tener en el manejo y eficacia del control de insectos. Durante la campaña 1996, en los EE.UU., la primera en que se implantaba algodón, maíz y papas transgénicas en el cinturón algodonero, muchos productores plantaron algodón Bt y siguiendo las instrucciones de Monsanto, pese a detectar un importante ataque de chinches y orugas, no pulverizaron sus campos, confiados en el control (En los marbetes comerciales decía: “You`ll see these in your cotton and that`s okay. Don`t spray”, aludiendo a la foto de la plaga sobre el cultivo). El control falló y los productores demandaron a la compañía (Reinfenberg, 1996). Un millón de hectáreas se plantaron con algodón Bt, luego de su aprobación por la EPA, que permitió su implantación sujeta a un plan de manejo de la resistencia. Cuando los cultivos fallaron encontramos a los insectos alimentándose plácidamente sobre el algodón

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Bt, y los técnicos de las empresas y de la EPA, tomando muestras para la determinación del fracaso (Macilwain, 1996)♦. Para esa época, Randy Deaton, gerente de desarrollo del producto, de Monsanto decía (Manning, USA Today, 1996), que “este había sido un año excepcional para las orugas, y asumimos que para este tipo particular, la oruga del algodonero, no podríamos controlar grandes infestaciones. Si hubiese sido una infestación liviana o moderada, podría ser controlada, pero si esta fuese abundante, como sucedió este año, se necesitaría suplementar con agroquímicos¨. En el mismo artículo Hutton, de la EPA, argumenta “que una de las posibles causas de la falla en el control podría haber sido un mal etiquetado de las bolsas de semilla, lo que llevó a una mezcla de la misma. Pero si lo que se estaría produciendo fuesen bajos niveles de Bt, el escenario al que nos enfrentamos sería mucho más dificultoso, porque las orugas expuestas a dosis subletales, podrían tener una gran oportunidad para desarrollar resistencia”. Para la misma fecha, en otro artículo, el mismo Deaton (Kaiser, Science, 1996) comentaba que “el incremento se pudo haber debido a las inusuales temperaturas y al hecho que muchos productores del sudeste sembraron maíz lo que le sirvió de cama de desarrollo a la oruga algodonera”. La estrategia principal de las compañías, se sustentaría casi exclusivamente en recomendar el manejo de los refugios y en el mismo artículo de Science, Gould, comenta “que el hecho de los refugios puede prevenir el desarrollo de resistencia en una temporada, pero el cree que EPA debería considerar la posibilidad de refugios más amplios entre los campos con Bt. Se debería considerar también, que sucederá cuando los cultivos Bt se siembren uno al lado del otro, y que podría suceder el año próximo cuando Monsanto comience a comercializar su maíz Bt”. No todos los resultados en el control de orugas en cultivos Bt resultaron efectivos. Ya en 1994, Bradley , determinó que cuando el número de orugas del algodón fuera muy alto en North Carolina, el pico de daño con larvas “salvajes” o del medio y reducción de los rendimientos en los dos algodones Bt que experimentaron excedió el 20 % (Mahaffey, 1994). Como comenta Bradley (1995 y 1996), sus datos fueron ignorados en favor de aquellos que se obtuvieron al analizar trabajos sobre poblaciones con bajo nivel de infestación de orugas del algodonero o aquellas de parcelas experimentales infestadas artificialmente con larvas desarrolladas en laboratorio,. La tecnología del manejo de la resistencia no está adecuadamente desarrollada y las experiencias necesarias requieren de cinco a diez años en una escala ♦ Probablemente ese pueda haber sido un primer paso en la lección en evolución que nos está marcando la naturaleza.

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geográfica amplia (Feder, 1996). Los modelos de simulación que se usan están más orientados hacia el análisis de las respuestas con respecto a la perfomance de los agroquímicos, alternativas de control como las rotaciones, siembra directa, condiciones de suelo y del ambiente, mientras que es escaso aún el conocimiento de la biología y el comportamiento de los insectos en el nuevo medio. Esta situación plantea la pregunta de porqué si los planes de manejo de la resistencia son aún imperfectos (tanto en EE.UU como aquí), y las compañías comentan su aparente interés en preservar la tecnología Bt, se presiona tanto sobre el mercado para la comercialización y aceptación de los productos con Bt. Las respuestas pueden ser que las empresas tienen la seguridad de poder solucionar el problema de la resistencia o saben que esta puede presentarse y por lo tanto es imprescindible acelerar la aprobación y comercialización de los nuevos productos para asegurar rentabilidad antes de la aparición de resistencia y por ende la pérdida de efectividad del producto. Algunos autores (Mellon, 1995), sospechan lo segundo, y citan lo comentado por ej. por Micogen, una de las creadoras del maíz Bt, que en un artículo en Biotech Reporter, indicaba que el desarrollo de los cultivos Bt estaba muy acelerado porque “predecían que el Bt tenía aproximadamente una ventana de aprovechamiento de diez años hasta que la primera fuente de resistencia apareciese en insectos”. Si el objetivo fuese preservar el Bt por este período nada más, los planes a medio hacer que se están manejando serían suficientes. Mellon, dice que la política de “plantar ahora, planificar después” (“plant now, plan later”), puede poner al Bt en un alto riesgo. Las compañías han investigado diferentes tipos de Bt y su manifestación sobre toda la planta o sobre diferentes partes de la misma - panoja, hojas, tallos - buscando encontrar una mayor efectividad. Se consideraba además que utilizando diferentes eventos de Bt y alternando la presencia en distintas partes del vegetal, se podría también solucionar eventuales problemas de resistencia. Hasta hace pocos años, los grupos de investigación esperaban que agregando múltiples formas de Bt a un cultivo, se podría diversificar las formas de eliminación y contribuir a resolver los problemas de resistencia. La idea dio por tierra cuando comprobaron que los insectos resistentes a un tipo de toxina Bt eran también resistentes a otras a las que jamás antes - resistencia cruzada - habían sido expuestos. (Gould, 1992). Hasta ahora se consideraba que era poco probable encontrar alelos resistentes en poblaciones de insectos susceptibles al Bt. Sin embargo, recientemente se ha comprobado que una oruga, Plutella xylostella, ha desarrollado resistencia al Bt en poblaciones a campo (Tabashnik et al, 1997). Un gen recesivo, le conferiría resistencia a cuatro tipos distintos de toxinas Bt (Cry1Aa, Cry1Ab, CryAc y Cry1F).

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“Estos resultados sugieren que las plagas, pueden desarrollar resistencia, a algunos grupos de toxinas mucho más rápidamente que lo esperado”. “Los insecticidas microbianos no han escapado al problema de la resistencia, que muchos esperaban estuviera limitado exclusivamente a los químicos convencionales. En los últimos años, por lo menos doce especies de insectos han presentado resistencia en ensayos de laboratorio (entre ellos, Heliothis virescens, Culex quinquefasciens, Aedes aegypti, Trichoplusia ni, Spodoptera littoralis, Spodoptera exigua), y en poblaciones salvajes, Plodia interpunctella y el ya mencionado Plutela xylostella. Sería entonces, un error asumir que las especies involucradas no tendrían la capacidad genética para adaptarse al Bt” (Whalon y Norris, 1997). 4.6.1.3. El Bt y la producción orgánica. Entre los comentarios sobre las bondades del maíz Bt, se incluye el hecho que el Bacillus thuringiensis viene siendo aprovechado por los productores orgánicos desde hace ya cuatro décadas. Totalmente verdadero, pero la analogía llega nada más que hasta ese punto. Si bien los productores orgánicos utilizan el Bt , que en la actualidad es cristalizado y sintetizado en escala comercial, el mismo es aplicado bajo normas ya conocidas y comprobadas y su eliminación en el medio es casi inmediata. Mientras por el otro lado el sistema de cultivos Bt que producen sus propias toxinas para los insectos, permanecen por más tiempo en el medio, por lo que en los EE.UU, deben ser registrados como pesticidas bajo la Ley Federal de Agroquímicos controlada por la EPA. Evidentemente, la principal preocupación de los productores orgánicos se define en el concepto de la generación de resistencia. Si esta apareciera, realmente la producción orgánica sufriría un retroceso, por la desaparición de un elemento que ha sido clave para su desarrollo, como ha sido el Bt natural. Por ello, la U S National Organic Standards Board (NOSB), ha decidido por unanimidad votar por la prohibición de utilización en los sistemas de producción orgánica de cualquier organismo obtenido por manipulación genética (OGM). No sólo para la producción orgánica es importante preservar el Bt en el tiempo, sino que es un agente utilizado en la producción agrícola convencional sustentada en el concepto de Manejo Integrado de Plagas (MIP). Otro organismo utilizado es el Baculovirus anticarsia, que controla distintas plagas de lepidópteros como Anticarsia gemmatalis (oruga de las leguminosas) y otras. Moscardi (1991) ha sido pionero en estas investigaciones y experimentado con esta especie, la que ha llegado a ser utilizada en planteos de Control Integrado en todo el sur de ese país sobre miles de hectáreas de soja. Por su bajo costo, preparación del material, sistema de aplicación y control efectivo el método ha sido asimilado por gran cantidad de productores en el país. En nuestra Zona, algunas

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experiencias de control de campo con Baculovirus se están haciendo al norte de la misma, en el área de influencia de la Agencia Experimental INTA Oliveros. El Baculovirus no ha pasado desapercibido para las compañías. Cyanamid conduce un proyecto para realizar experiencias de campo sobre un baculovirus (Autographa californica), que genéticamente modificado expresa una proteína tóxica que se extrajo del escorpión norafricano (Androctonus australis). El baculovirus puede atacar, si bien lentamente especies como Heliothis virescens y Trichoplusia ni, dos lepidópteros. Para acelerar el proceso, Cyanamid ha borrado en el baculovirus un gen (“egt”) de una enzima que retardaría la actividad alimenticia de los insectos infectados. Esta eliminación acelera la muerte de los insectos en un 15-30 %. La compañía también insertó un gen “llamado AaIT” del Androctonus australis, para permitir expresar en el baculovirus una proteína tóxica que paraliza a los insectos. El baculovirus modificado, conocido como V8EGTDEL-AaIT, se espera que elimine insectos específicos un 60 % más rápido que el baculovirus tradicional (Genetic Engineering, b, 1996). 4.6.1.4. Permanencia del Bt en el medio. Hasta ahora, el Bacillus thuringiensis (Dipel plus®, Thuricide®), en las proporciones en que ha sido aplicado y utilizado no ha traído consecuencias notables al medio natural, por lo que viene siendo utilizado ampliamente en los programas de control integrado. No perjudica a predadores, otros insectos, abejas, aves, peces ni mamíferos, siendo especifico para controlar los estados larvales de Lepidópteros. Las esporas viables del Bt, y los cristales tóxicos de sus delta endotoxinas se encuentran en condiciones naturales. Con el maíz Bt, las condiciones cambiarán. El gen Bt estará en una forma permanente en el medio, desde la emergencia del maíz hasta su cosecha, e inclusive en postcosecha con la incorporación o no del rastrojo al suelo, dependiendo del método de labranza utilizado. El Bt podría permanecer en el ambiente, en condiciones totalmente diferentes a las de su existencia natural. En tales condiciones surgen varias preguntas: • ¿Cómo reaccionará el sistema frente a esta nueva presencia? • ¿Qué interacciones podría haber entre estos rastrojos de maíz Bt y la

microfauna del suelo? • ¿Podrá afectar de alguna manera a otros lepidópteros que hasta la fecha no

son plagas, e inclusive a otras familias (Coleópteros, Curculionidos, etc.)? • ¿Es posible que a lo largo de los diferentes estadios fenológicos, la

permanencia de los niveles de proteína Bt puede ir disminuyendo y por ende su capacidad insecticida, permitiendo el avance de las plagas que intentaría controlar?.

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Un modelo desarrollado por Alstad y Andow (1995) sugiere como disminuyen los niveles de proteína Bt en maíz a lo largo del ciclo, lo que indicaría que no podría controlar efectivamente el avance de lepidópteros, además de permitir, un nuevo camino para la generación de resistencia. 4.6.1.5. Estrategias de prevención. Luego de la liberación casi sin restricciones de las papas con Bt, la EPA aumentó sus controles sobre el algodón y el maíz Bt. La principal estrategia de prevención radica como dijimos en la creación de refugios para el manejo de la resistencia. Ese tipo de restricción, es sugerida por las compañías y el gobierno pero por supuesto, son muchas las preguntas por hacer. • ¿Qué sucederá con los productores que no mantengan las restricciones de

refugio mínimo indicados, que aún no están regulados, ni avalados con la mínima base crítica científica?

• ¿Qué tipo de sanciones, si las hubiere, se podrían aplicar a este tipo de infractores?

• ¿Quién será el responsable de controlar estas actividades, las empresas, el gobierno, las ONGs?. Estas preguntas pensando en EE.UU.

Y en la Argentina, mientras tanto, la situación es diferente. La información de las bondades de los maíces Bt corre por cuenta de las compañías. No existe aún el equilibrio y las bases y difusión sobre la correcta utilización de la técnica y de los riesgos que su mal manejo podría acarrear. • ¿Quién controlará la implementación y disposición de los refugios? • ¿Qué productor pampeano, tan permeable a la tecnología dejará una porción

importante de su campo, bajo maíz convencional como refugio? • ¿Quién querrá “complicarse” con el manejo cuando la tecnología ofrecida es

tan sencilla? Seguramente, en la Pampa, los agricultores no seguirán las normas (Solbrig, 1998) y posiblemente colaborarán entonces en la aceleración de la aparición de insectos resistentes. 4.7. El componente herbicida. La colocación en el mercado, de las sojas resistentes a los herbicidas llevará - en el largo plazo - a la aplicación de más herbicidas o por lo menos a la estabilización del mercado de los mismos. Esto es importante, en el genuino interés por vender el herbicida pero no en el beneficio de aquellos que buscan otra forma de

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agricultura que no genere más problemas en el ambiente. Las plantas transgénicas orientarían hacia una estrategia agrícola equivocada (Katzek, 1997). Las principales líneas de investigación de las compañías se han orientado desde el principio hacia la búsqueda de resistencia de los cultivos principales a sus propios herbicidas ya conocidos y reconocidos desde hace mucho tiempo. “Las compañías de herbicidas han considerado a las nuevas tecnologías como una puerta abierta para ampliar la aplicación y las ventas de sus herbicidas más exitosos”(Duvick, 1992). Las experiencias y liberaciones a campo, tienen a la resistencia a herbicidas - especialmente en soja y canola - como componente principal (OCDE, 1993). En la primera etapa del desarrollo de la biotecnología, esta carrera es notoria y relevante. La tolerancia a herbicidas es el carácter más estudiado, seguido por el de utilización de marcadores genéticos - Kanamicina, Gus - cuya función principal es la de determinar o señalar sitios o caracteres de otros genes con acciones importantes para los científicos (como herbicidas, insecticidas, virus) (Cuadro N° 16) Cuadro Nº 16. Aprobaciones anuales por tipo de resistencia o carácter en los países miembros de la OCDE. Carácter 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 Total % Total Tolerancia Herbicidas

6 13 36 74 97 263 489 38,9

Resistenc. enfermed.

2 1 3 13 16 35 2,8

Resiste a virus

1 4 6 24 34 46 115 9,1

Resistenc. a insectos

6 7 15 26 35 89 7,1

Uso de marcador

1 9 16 44 91 221 382 30,4

Calidad 2 4 11 21 34 72 5,7 Color flores

1 3 1 5 0,4

Estudios investigac.

2 7 9 18 1,4

Esterilidad masculina

1 7 8 23 39 3,1

Resisten. al estrés

1 5 3 9 0,7

Tol. a met pesados

1 2 3 0,2

Otros 1 1 0,1 Total Ensayos

1 7 36 73 188 300 652 1257 100,0

Fuente: Genetic Engineering, 1995. No sólo en los países miembros de la OCDE (Unión Europea, Japón, EE.UU y el Canadá), sino a escala global, considerando países de Asia y Australia (Israel, China, Tailandia, Nueva Zelanda, Australia), Africa (Egipto, Sud Africa), y América Latina (Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, República Dominicana,

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Guatemala y Méjico), los tratamientos en ensayos a campo con resistencia a herbicidas son los que tienen mayor preeminencia (Genetic Engineering, 1995) (Gráfico Nº 9):

Gráfico Nº 9.Principales caracteres ensayados a campo en países extra OCDEGráfico Nº 9.Principales caracteres ensayados a campo en países extra OCDE

Tol. herbResis. VirusRes. InsectosMarcadorCalidadResis HongosCar. Agron.Otros

Fuente: Genetic Engineering, 1995.

Calidad

Herbicidas

Insectos

En América Latina, los principales ensayos de campo en cultivos importantes como la papa, algodón, maíz y soja han sido en Argentina, Chile y Méjico. En la Argentina, se han hecho ensayos de laboratorio y pruebas de campo para los diferentes caracteres en los principales cultivos (Cuadro Nº 17). Los principales cultivos sobre los que se han otorgado permisos para ensayos de campo han sido el maíz, la soja, el algodón y la colza. Las dos primeras con una importancia primordial en la conformación del PB agrícola nacional y una cobertura territorial preponderante y los dos más importantes en la Pampa Ondulada. Cuadro Nº 17. Ensayos a campo por cultivo en Argentina. 1991 1992 1993 1994 1995 1996 Total % Cultivo Soja 1 1 1 4 9 6 22 19,5 Maíz 1 2 5 10 18 23 59 52,2 Algodón 1 2 1 2 5 4 15 13,2 Canola 1 3 1 2 7 6,2 Girasol 2 1 3 2,7

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Trigo 1 1 2 4 3,5 Remolacha 1 1 1,0

2 1,7 Papa 1 1 113 100 % Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria Durante estos siete años de ensayos y liberaciones a campo se han experimentado especialmente productos relacionados con la resistencia a los herbicidas y productos insecticidas. Entre ellas se destacan la importancia de productos que ya han sido liberados recientemente para su comercialización en el mercado argentino (Cuadro Nº 18). Cuadro Nº 18. Permisos otorgados por carácter modificado y por cultivo. Algunos caracteres seleccionados en Argentina. Soja Maíz Algodón Colza Total % del total Tolerancia al glifosato

14 7 5 26 23.5

Tolerancia al glufosinato

6 30 1 7 44 39,6

Resistencia a Lepidopteros

1 17 11 1 30 27

Tolerancia al Bromoxinil

2 2 1,8

Tolerancia al glufosinato y Bt

9 9 8,1

Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria. Tanto aquí como en los países más desarrollados los permisos otorgados responden a ensayos de campo del glifosato y el glufosinato, seguidos muy lejos por otros herbicidas, como las sulfonilureas y el Bromoxinil (Cuadro Nº 19). Es interesante destacar, que además de la tolerancia a herbicidas, los mismos están siendo combinados con otros caracteres tales como resistencia a insectos, tal el caso de resistencia a Lepidópteros por inserción del gen Bt. Es un comentario de la industria agroquímica que la tolerancia a herbicidas permitirá a los agricultores utilizar nuevos productos a una dosis más baja que los antiguos herbicidas y además reducir el número de productos y de aplicaciones necesarias para el control efectivo de las malezas. Cuadro Nº 19. Análisis de permisos de tolerancia a herbicidas en los países de la OCDE.

Herbicida Número de permisos % del total 2,4 D 1 0,2 Atrazina 2 0,4 Bialaphos 8 1,6

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Bromoxinil 27 5,5 Clorosulphurum 5 1,0 Glufosinato 188 38,4 Glifosato 190 38,9 Imidazolinonas 6 1,2 Piridinas 1 0,2 Sulfonilureas 64 13,1 Triazolopiramidinas 1 0,2 Otros productos No especificados

11 2,2

Total 504 100,0 Fuente: OCDE, 1993. En realidad, “los cultivos tolerantes a los herbicidas no reducirán el poder de eliminación de malezas del herbicida aplicado en el ambiente. Solamente se reducirá el peso de los agroquímicos aplicados. Pero, los cultivos tolerantes a los herbicidas incrementarán y perpetuarán la dependencia de la agricultura a los mismos’ (Goldburg et al., 1990). Ya hace más de diez años las compañías enfrentaron y orientaron todos sus esfuerzos hacia la creación de plantas resistentes. “Si se lograra esa tolerancia a los herbicidas, se estará seguramente expandiendo el mercado de ese herbicida. Si no lo logra, lo estará perdiendo”(Gladwell, 1988). El objetivo era claro. “Rejuvenecer un viejo herbicida, conocido y reconocido mundialmente, pero que ya estaba perdiendo una porción del mercado en las manos de nuevos productos de otras compañías. Combinarlo con un cultivo importante y resistente sería una apropiación tecnológica rotunda. Ya en 1986, Howard Schneiderman lo dijo, “No sabemos si podremos ofrecer un paquete ‘semilla-herbicida’, pero si podemos, lo haremos “(Sun, 1986). Ya se dijo que todos los organismos genéticamente modificados son inscriptos y conocidos en base a su actividad herbicida o insecticida, cumpliendo la misma función que los productos sintéticos de la industria han realizado hasta la fecha. A poco que se mire, la industria de los agroquímicos ha sostenido el crecimiento de la producción, el aumento de la productividad, sobre una superficie relativamente estable pero con una consecuencia incuestionable como la contaminación del medio y un inevitable aumento en la resistencia de plagas, enfermedades y malezas.

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El aumento de la producción de pesticidas ha sido creciente, al igual que el porcentaje de pérdida de los cultivos por efecto de las diferentes plagas. La aparición de resistencia a estos productos es la consecuencia directa de este aumento del consumo de agroquímicos (Gráfico Nº 10). El aparente decrecimiento en cuanto a su cantidad en la última década refleja un aumento de la toxicidad del agroquímico para la plaga (Kent y Groah, 1996).

Producción de Agroquímicos y Pérdidas en los cultivos a causaProducción de Agroquímicos y Pérdidas en los cultivos a causade las plagas en los EE.UU. Gráfico Nº 10.de las plagas en los EE.UU. Gráfico Nº 10.

28

29

30

31

32

33

34

35

36

37

42/50 51/60 74 86

100

200

300

400

500

600

700

800

ProducciónPesticidas en Kg.

Porcentaje Pérdidas en el cultivo

Años

Kg de pesticidas

Perdidas en el cultivo

FUENTE: Kent, D. 1996. Nada haría pensar, que el aumento de la difusión y expansión de organismos genéticamente modificados con sitios de acción similares o tolerantes a los agroquímicos pudiesen cambiar la tendencia descripta, a todas luces que su acción sería similar a la de los agroquímicos sintéticos o permitirían una utilización y concentración de químicos aún mayor. 4.7.1. Consumo de herbicidas. La última cosecha argentina total de granos (de unos 66 millones de toneladas) fue el resultado de un clima relativamente benigno y de la tecnología de insumos incorporada al campo en los últimos años. La apertura comercial y la baja continua de los precios de los agroquímicos, permite una relación de precios positiva para el productor que dio un aumento más que proporcional del volumen comercializado con relación a la facturación. La mayor difusión de los fitosanitarios se relacionó con una mejora cualitativa de la agricultura local (Cuadro

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Nº 20). La siembra directa, las semillas transgénicas y la agricultura de precisión contribuyeron al uso de un mayor volumen de agroquímicos. Es una pena que las divisas logradas con nuestra producción agrícola y recursos naturales que la han sustentado sean consumidas nuevamente en parte, para la adquisición de agroquímicos, importados. El año pasado, la participación de la industria nacional de agroquímicos alcanzó tan sólo el 16,6 %, mientras que el 43,6 % de los agroquímicos utilizados en el país tuvieron origen en el extranjero y el 39,8 % restante fue formulado en Argentina con elementos importados y algunos nacionales (Clarín, 1998). De todas formas, algunas de las empresas más importantes como Monsanto, inauguraron en Zarate una planta para la producción de glifosato, y otras como AgrEvo, Cyanamid y Bayer, estarán siguiendo este mismo camino. “Es el mercado el que manda”. La soja es el principal responsable del crecimiento de la utilización de agroquímicos en el país. El cultivo demandó en 1997 el 42,7 % del total de productos fitosanitarios utilizados por los productores, seguida por el maíz con el 10,1 %, el girasol con 9,9 % y el algodón con el 6,9 %. Actualmente, las ventas más importantes del sector han sido las de glifosato, con unos 120 millones de dólares al año y se descuenta que por el “efecto locomotora” de la siembra directa y las nuevas sojas transgénicas esa demanda seguirá creciendo sostenidamente. Cuadro Nº 20. Evolución del mercado argentino de fitosanitarios. En millones de kg/litros. 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 %

Variación 1997/1996

Herbicidas 19,7 22,9 26,2 31,8 42,0 57,6 75,5 31,1 Acaricidas 3,0 3,2 3,2 3,4 3,5 8,1 6,5 -19,9 Insecticidas

6,2 6,9 7,0 8,9 10,5 14,2 18,1 27,3

Fungicidas 5,9 7,4 7,4 7,3 7,2 8,0 8,6 7,9 Curasemilla

0,4 0,4 0,4 0,5 0,7 1,1 1,6 37,9

Prod.Varios

4,1 5,2 6,1 7,3 8,7 10,9 13,7 25,5

Total 39,3 46,0 50,3 59,2 72,6 99,8 124 % Herbic/total

50,12 49,78 52,08 53,71 57,85 57,71 60,88

Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de CASAFE. Es evidente que el consumo de herbicidas ha tenido un ritmo creciente que se acelerará aún más en los próximos años. De todos los rubros de la industria de agroquímicos, el de los herbicidas ha sido el más importante llegando al 61 % del total de fitosanitarios en 1997. El glifosato, junto con el 2,4 D y la atrazina son generalmente los productos más comercializados por su volumen. En el caso

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particular del glifosato, su consumo ha tenido un crecimiento exponencial que me permitiría asociar con el crecimiento también tan importante de la siembra directa, de la que la soja es el cultivo representativo (Gráfico Nº 11 y Gráfico Nº 12).

Gráfico Nº 11. Evolución de la superficie total en SiembraGráfico Nº 11. Evolución de la superficie total en SiembraDirecta en Argentina.Directa en Argentina.

91/92 92/93 93/94 94/95 95/96 96/970

5000001000000150000020000002500000300000035000004000000

91/92 92/93 93/94 94/95 95/96 96/97

Has

Fuente: AAPRESID Años

Hectáreas

El herbicida representa el 37 % del total de herbicidas utilizados en la producción agrícola argentina y su importancia y consumo aumentará más aún, con las sojas RR (y próximamente el maíz RR), dado que se elimina la restricción de uso durante el ciclo del cultivo.

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Gráfico Nº 12. Consumo aparente de glifosato (en litros deGráfico Nº 12. Consumo aparente de glifosato (en litros deproducto) en Argentina.producto) en Argentina.

91/92 92/93 93/94 94/95 95/96 96/97 97/980

5000000

10000000

15000000

20000000

25000000

30000000

91/92 92/93 93/94 94/95 95/96 96/97 97/98

Litros

Fuente: Elaboración propia en base a datos de las Cías,Dirección de producción agrícola y CASAFE.

Años

Litros de producto

La Zona Núcleo pampeana, es una de las regiones que más ha crecido en el consumo del producto. Ya sea en su formulación tradicional líquida (glifosato A, varias marcas) como en su nueva formulación sólida (glifosato B, de Monsanto, nombre comercial: Roundup Max). Teniendo en cuenta una aplicación en presiembra y dos aplicaciones durante el cultivo, a razón de 4 litros/ha, el consumo de herbicida durante la presente campaña (97/98), en cultivos con Soja RR - aproximadamente un 20 % del total - se refleja en el Cuadro Nº 21 , para la Zona Núcleo: Cuadro Nº 21. Consumo estimado de glifosato en soja RR en la Zona Núcleo. Partido Superficie sembrada con

soja RR durante 97/98. Has. Consumo de glifosato en litros o Kg. totales

Baradero 93000 55800 Bartolomé Mitre 11800 70800 Capitán Sarmiento 4900 29400 Carmen de Areco 3620 21720 Colón 9400 56400 Chacabuco 14800 88800

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Gral Arenales 15800 94800 Junin 16740 100440 Pergamino 25720 154320 Ramallo 8480 50880 Rojas 14940 89640 Salto 12100 72600 San Antonio de Areco 4460 26760 San Nicolás 6600 39600 San Pedro 9560 57360 Marcos Juarez 88800 532800 Belgrano 30640 183840 Caseros 44400 266400 Constitución 36400 218400 Gral. López 97000 582000 Iriondo 42500 255000 Rosario 29600 177600 San Lorenzo 36200 217200 TOTAL 573760 3442560 Fuente: Datos estimativos en base a referencias de las compañías, datos periodísticos y valor más común de consumo de herbicidas. El año 97/98 fue el primero realmente comercial para el mercado de ventas de sojas RR. Sobre la base de la información del promedio sembrado de soja convencional para la Zona Núcleo, partido por partido y a la primera información relevada podemos inferir que unas 600.000 hasta 700.000 has. se sembraron con sojas genéticamente modificadas (cf. punto 4.2). Haciendo además el planteo anterior sobre el consumo de glifosato podríamos estimar que se consumieron aproximadamente 3.500.000 litros de producto en el área. Asimismo, tanto las empresas del sector como otros actores involucrados como AAPRESID (Trucco), estiman un crecimiento anual de las sojas RR de un 20 %, a razón de 1.000.000 de has a escala nacional, guarismo que deberemos ligar directamente con el consumo del herbicida mencionado. En este sentido, Argentina ha seguido de cerca la evolución de superficie sembrada de los EE.UU. Nuestro país, es el segundo en el ámbito mundial, luego de EE.UU, en cuanto a superficie sembrada con OGM, de los que los productos resistentes a los herbicidas son los que más se destacan (Cuadro Nº 22). Monsanto es la compañía que lidera el mercado global de estos productos cuyos datos se citan a continuación. Cuadro Nº 22. Hectáreas globales sembradas de cultivos transgénicos. Monsanto 1997. Total de hectáreas sembradas por país

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Cultivo EE.UU Canadá Méjico Argentina Australia Total has por cultivo

Sojas RR 3.645.000 1.215 1.417.500 5.063.715 Algodón RR 324.000 4.050 328.050 Canola RR 202.500 202.500 Algodón Resist al Bromoxinyl

121.500 121.500

Algodón Resis glifosato y Bt

24.300 24.300

Algodón Bt 850.500 16.200 60.750 927.450 Maíz Bt 1.215.000 4.050 1.219.050 Papa Bt 10.125 2.025 12.150 Canola Alto cont. Ac. Laurico

28.350 28.350

Total Has por país

6.218.775 209.790 20.250 1.417.500 60.750 7.927.065

Fuente: The Gene Exchange (1997) De un total mundial sembrado de OGM durante 1997, casi 8.000.000 de hectáreas, más del 70 % correspondió a cultivos resistentes a herbicidas, principalmente al glifosato. Al cambiar radicalmente las condiciones del medio, podríamos preguntarnos que efectos tendría esta descarga masiva y continuada de producto sobre los recursos naturales y humanos del ambiente involucrado. 4.7.2. Efectos sobre las malezas y posibilidad de resistencia. “El herbicida Roundup tiene una combinación de propiedades físicas, químicas y ambientales favorables, causando un efecto mínimo en el medio ambiente, cuando se usa el producto de acuerdo a las direcciones de la etiqueta”(Monsanto Argentina, sf). El Roundup fue la herramienta que permitió la explosiva expansión de la siembra directa en Argentina, y si bien hasta ahora no se ha producido en Argentina, es procedente preguntar que sucederá con las malezas que hasta ahora controla cuando con el aumento de las sojas y maíces RR se incremente la aplicación de este único producto. Las compañías aseguran que los cultivos tolerantes a herbicidas presentan mayores ofertas y ventanas de control de malezas para el agricultor pero lo que sucede en realidad es que los productores están acotando su programa de manejo a esta nueva y única técnica, contribuyendo probablemente a acelerar la aparición de resistencia.

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Hasta épocas recientes y aún hoy en día, uno de los argumentos más frecuentes de las empresas se basaba en que desde hacía 25 años el glifosato venía siendo utilizado y no había generado resistencia en ninguna maleza. Pero la resistencia apareció, y en un país con un sistema productivo similar al nuestro y en campos manejados de manera parecida a como lo estamos haciendo actualmente con nuestros planteos de siembra directa. El reciente descubrimiento en Australia, de una maleza, Lolium rigidum resistente al glifosato es un importante llamado de atención que hace que se exploren las estrategias de manejo de la resistencia que serán importantes después de la adopción masiva de los cultivos resistentes a glifosato (Heap, 1997). El problema de la resistencia a herbicidas en Australia ha sido un inconveniente significativo, particularmente respecto al ryegrass anual Lolium rigidum. Todos los grupos de herbicidas selectivos para estas especies han desarrollado resistencia, pero hasta la fecha no había habido registros de resistencia a los herbicidas de contacto utilizados en presiembra. La resistencia al glifosato ha sido considerada poco probable hasta ahora en base a su rol bioquímico y a la forma en que era utilizado en el programa de control. Sin embargo, en un ensayo realizado en Australia, se ha comprobado la posibilidad de resistencia al herbicida (Pratley et al., 1996). La experiencia se hizo en un campo dedicado a agricultura continua desde 1980, sobre el que se hacía un uso regular de agroquímicos y sobre el cual se habían realizado más de diez aplicaciones de glifosato. Allí se recolectaron semillas de ryegrass anual a fines de la temporada de cultivo luego de notar que las plantas habían sobrevivido a la aplicación del herbicida de contacto (glifosato) tanto durante la presiembra como durante el cultivo. Las semillas fueron almacenadas y luego puestas en germinadores de laboratorio hasta que desarrollaron el estado de 3 a 5 hojas. En ese momento, se realizaron aplicaciones de glifosato en dosis equivalentes a 0, 0,3, 0,6, 1,2, 2,4, y 4,8 litros por hectárea del mismo. Similar tratamiento fue hecho sobre otra población de ryegrass reconocido como susceptible al glifosato (Gráfico Nº 13). El ensayo confirmó la hipótesis previa. Hubo diferencia significativa en la curva de respuesta de la muestra susceptible y aquella que era sospechosamente resistente. A la dosis de 0,6 l/ha el 93 % de las plantas sobrevivieron, mientras que a 1,2 l/ha el 30 % de plantas se vio afectada. Las plantas sobrevivieron hasta dosis de herbicida de 4,8 l/ha. En las plantas susceptibles no había ninguna planta sobreviviente a dosis de 1,2 l/ha. Los resultados indicaron que hay resistencia al glifosato. Una mayor aplicación del producto incrementaría la extensión de la resistencia.

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Efectos del glifosato sobre ryegrass anual en unEfectos del glifosato sobre ryegrass anual en unensayo realizado en Australia.ensayo realizado en Australia.

0

10

20

3040

50

6070

80

90

100

0 125 250 500 1000 1800 2000

Sospecha deResistenciaPlantassusceptibles

Gráfico Nº 13

Fuente: Pratle, 1996.

Efectos en 3º hoja, a los 21 días posteriores aplicación.

% de supervicencia

Dosis de glifosato (p.a)

Según Pratley, el retraso en la aparición de resistencia al glifosato luego de tantos años de aplicación en relación con otros herbicidas, podría deberse en parte al patrón de uso. Como herbicida de contacto, en presiembra, cualquier falla en el control podría estar enmascarada si se roturaba posteriormente el suelo o bien si las plantas sobrevivientes eran controladas subsecuentemente con herbicidas postemergentes selectivos. Una planta resistente necesita sobrevivir a las tres fases del proceso antes de poder agregar al banco de semillas del suelo una nueva generación de plantas resistentes. Actualmente, son muchos los ensayos que las compañías y las universidades están realizando sobre este tema de la nueva resistencia (Heap, 1998). Asimismo, próximamente es probable que se presenten otros ensayos sobre resistencia de otras malezas en Australia al mismo herbicida (Pratley, 1998). 4.7.3. Efectos del herbicida sobre el Medio. Los ecosistemas más afectados por los herbicidas son aquellos sujetos a aplicaciones directas o que se encuentran en las adyacencias de las áreas de aplicación y los ecosistemas acuáticos que reciben el escurrimiento de las áreas que son tratadas. De todas maneras, los efectos directos o indirectos de los agroquímicos, entre los que incluimos a los herbicidas, sobre la flora y fauna

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silvestre no se encuentran claramente definidos, pues es mucha la información e investigación necesaria para relevar el impacto sobre estos recursos. De una u otra forma, los agroquímicos y fertilizantes pueden alterar la estructura, función y productividad de los ecosistemas (Pimentel, 1986). Por ejemplo, los herbicidas, por su propia actividad y sitio de acción pueden afectar ciertos tipos de plantas y otras no, generando una presión de selección favorable a las supervivientes, contribuyendo a la alteración del ecosistema. 4.7.4. Efectos sobre la flora circundante. Los efectos de deriva o escurrimiento pueden producir como hemos dicho efectos totales o selectivos sobre la flora del medio ambiente involucrado. Los herbicidas de contacto y sistémicos como el glifosato, que eliminan a todas las especies vegetales producen sobre los espacios hacia donde llegan un efecto de quemado - burdown, knockdown - que actuaría de la misma forma que un incendio. Si el banco de semillas, estuviera siendo reducido por el efecto continuo del herbicida, es probable que se estuviese conformando una sucesión secundaria, con el avance de nuevas especies y comunidades vegetales. Realmente relevante será entonces, controlar los efectos de la deriva, el escurrimiento y la mala aplicación del producto, mucho del cuál no llega a su destino. En el mismo trabajo de Pimentel, se indica que menos del 1 % de los agroquímicos - incluyendo a los herbicidas - aplicados actualmente (1986) alcanzan a las plagas. Consecuentemente, deduce que más del 99 % de los herbicidas aplicados pueden contaminar los suelos, aguas, animales y vida silvestre. Si bien, las técnicas y formas de aplicación han mejorado mucho a la fecha, es importante de todas formas tener presente estos guarismos. 4.7.5. Efectos sobre la vida silvestre. El glifosato, en cuanto a sus propiedades toxicológicas para humanos es como hemos visto un producto levemente tóxico (Clase D). Si bien existe amplia información bibliográfica sobre sus efectos ecotoxicológicos, pese a todo y la importancia del producto y su gran espectro de uso, la misma es aún parcial. En términos medidos especie por especie, tenemos que no es tóxico para abejas y levemente tóxico para patos y codornices, mientras que en el caso de peces, como la trucha, bagres y carpas puede llegar a ser tóxico. Pero más allá de estos valores, más importante será contar con información sobre sus efectos sobre la fauna benéfica, relevante en cuanto a parámetros del Control Integrado de Plagas. Se relevó esta bibliografía, pero no se han encontrado trabajos sobre el particular. De todas maneras, es posible inferir, algunas interacciones indirectas entre el herbicida y los insectos benéficos. En este sentido, es dable suponer que si el

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herbicida afecta o reduce ciertas poblaciones de malezas que le sirven a las poblaciones de animales de alimento, refugio o reproducción, se producirán cambios en el agroecosistema. Estos cambios podrán afectar a las poblaciones de predadores naturales, pero también de otra forma controlar plagas de insectos que se encuentran alimentando sobre malezas de ese habitat, o acelerar su paso al cultivo al eliminar su fuente primaria de alimento (maleza). 4.7.6. Efectos sobre el suelo. Uno de los campos de investigación en la microbiología de suelos, es el concerniente a la influencia que sobre las diversas poblaciones, tienen los agroquímicos utilizados regularmente. Tales compuestos actuando, ya sean como herbicidas, insecticidas, fungicidas o nematicidas pueden alterar como se sabe, directamente a los grupos microbianos, y entre ellos a los fúngicos con efecto: biocida, mutagénico, enzimático o selectivo, por un lado y por otro, esos grupos son capaces de degradar tales compuestos, de manera que el tiempo en que permanecen y la persistencia se modifican. Sobre estos aspectos, intervienen muchas variables además de la biótica, tales como naturaleza de los suelos, dosis y periodicidad en que son aplicados dichos productos, manejo agrícola y condiciones climáticas, limitantes todas de las interacciones: biocidas-suelos y que van a proyectarse en la sanidad de los cultivos y la contaminación ambiental (Alvarez et al., 1994). En el caso del glifosato, los comentarios y documentos de las compañías indican que el producto es retenido fuertemente por la materia orgánica y la microflora del suelo, siendo transformado rápidamente en metabolitos menores. Para algunos autores (Cox, 1995), el uso de este herbicida puede conducir a la contaminación del agua, así como el daño de animales y microorganismos benéficos para el suelo. Cualquiera fuera el caso, no se han hallado argumentos que sustentaran una u otra posición en este sentido. Las consultas realizadas a organismos especializados (INTA) y a referentes calificados en el tema, indican que no hay trabajos realizados sobre el particular para nuestra región de estudio, analizando los efectos sobre la flora microbiana (Alvarez, 1998) o sobre la fauna en su conjunto. 4.7.7. Efectos en el medio acuático. La presencia de residuos de agroquímicos en el agua puede producirse por diversas causas:

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a) Aplicación directa para el control de vegetación acuática excesiva o malezas acuáticas.

b) Escurrimiento superficial de agua proveniente de áreas tratadas, c) Transporte de partículas de suelo contaminado, a través de la erosión, d) Lavado del equipo de aplicación, envases del agroquímico directamente en el

agua, e) deriva. (Nieweglowski et al., 1992). Hasta ahora, los problemas producidos por el uso del glifosato se originan generalmente como consecuencia de un mal uso del producto que derivó o afectó cursos de agua, no teniéndose registros sobre sus efectos directos en poblaciones después u otros organismos del habitat acuático. Evidentemente, con el cambio del patrón del herbicida, las investigaciones se deberán reforzar y por supuesto, replantear. Habrá que analizar si un exceso del producto, aplicaciones más seguidas y su continuidad sobre el medio, no pudiesen permitir una eventual liberación del producto por parte de las partículas del suelo. Algunos autores (Piccolo, 1994), suponen que pese a que se cree que el glifosato se inmoviliza en el suelo, porque se une a sus partículas, es posible que puede liberarse y filtrar o escurrir hacia el agua (Piccolo b, 1994). Organismos no gubernamentales, como Greenpeace (1996) advierten sobre la posibilidad de escurrir a los cursos de agua, afectando a la fauna ictícola e inclusive siendo detectado en el agua para consumo humano. 4.7.8. Efectos de los coadyuvantes y surfactantes. Los coadyuvantes son compuestos orgánicos que se usan para mejorar la eficacia de los productos fitosanitarios. Al utilizar el coadyuvante en mezcla de tanque con los productos agroquímicos se logra disminuir la tensión superficial de los mismos, facilitando un mejor mojado del cultivo. Los coadyuvantes son compuestos orgánicos de variada composición y de acuerdo a las condiciones de uso pueden o no ser tóxicos para abejas, peces o fauna silvestre. No son inocuos, estando generalmente catalogados como productos Clase D. Los aceites minerales coadyuvantes - hidrocarburos parafínicos derivados del petróleo - se utilizan para incrementar la eficiencia del herbicida. Permiten facilitar la penetración del herbicida en la superficie tratada, reducir la disminución de la velocidad de evaporación de la gota pulverizada y aumenta su adherencia. En algunas situaciones, los llamados inertes o coadyuvantes, agregados o incluidos en las formulaciones de herbicidas pueden resultar más tóxicos para el medio silvestre que el herbicida en sí mismo. Por ejemplo, algunas de las formulaciones más comunes de glifosato, contienen coadyuvantes tóxicos para el desarrollo de peces y otros organismos acuáticos (Goldburg et al, b, 1990).

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4.7.9. Efectos del herbicida sobre el cultivo transgénico. No se han encontrado efectos significativos sobre el cultivo transgénico en esta campaña. La información se correlaciona con la brindada por las compañías en los diferentes sitios de producción. Es posible que se halla determinado algún quemado sobre el cultivo, pero al no analizarse el origen de ese daño, se lo, puede atribuir tanto a los efectos del herbicida, del aceite mineral utilizado como coadyuvante o alguna otra consideración ambiental no determinada. Como ya se ha comentado, los guarismos no revelan diferencias significativas en el rendimiento, siendo los niveles de daño muy bajos. No se determina ningún efecto sobre la biomasa, ni sobre la floración o fructificación. Pero en otro cultivo resistente al glifosato, sí se han determinado algunos daños. Efectivamente, en Agosto de 1997, algunos productores de algodón RR, de Delta and Pine Land Seed Company, en el Delta del Mississipi, encontraron capullos deformados, y la caída anticipada de los mismos (The Gene Exchange, 1997). Del algodón RR sembrado durante ese año, aproximadamente el 20 % se vio afectado. Las causas del daño se están investigando en las interacciones del cultivo con los tipos de suelo, condiciones ambientales y aplicaciones del herbicida. 5. Algunas consideraciones adicionales. Es imposible finalizar este documento, sin realizar algunas consideraciones sobre los efectos que la nueva tecnología podría tener sobre la salud pública, la economía, la sociedad y su relación con la apropiación de este tipo de conocimientos por una parte reducida de la misma. Aparentemente, para la órbita estatal, muchas de las consideraciones evaluadas para los cultivos convencionales podrían ser las mismas y suficientes a ser aplicadas para estudiar a los OGM. “Los controles de seguridad de los productos convencionales pueden ser adecuados para garantizar la calidad y la seguridad de aquellos derivados de organismos genéticamente modificados que no contienen ningún organismo viable en el producto final. Sin embargo, deben examinarse para asegurar que éste se el caso, y si fuera necesario, introducir las modificaciones pertinentes. Los controles existentes también pueden utilizarse para los productos que contienen o consisten en organismos genéticamente modificados, pero deben examinarse y corregirse cuando sea necesario con el fin de garantizar que cumplen plenamente con el principio de la seguridad. Cuando no existen dichas disposiciones, deberán introducirse para tener en cuenta los organismos genéticamente modificados” (Vicien et al., 1997).

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En el ámbito social en nuestro país, la posición frente a los OGM es cercana a la indiferencia o por lo menos a la falta de información. Salvo grupos ambientales que sustentan algunos de sus fundamentos bajo cierta base alarmista, alegando el principio de precaución, pero con una escasa masa crítica de documentación científica, se han ocupado del nuevo tema. Ni lo uno ni lo otro, La introgresión de organismos genéticamente modificados en el ambiente y la comunidad no tiene precedentes, siendo que la velocidad de su expansión territorial como “una mancha de aceite”, debiera estar acompañada con un mayor crecimiento de la información científica relacionada, desde todas las consideraciones posibles. 5.1. Efectos sobre la salud humana. La falta de estudios extensivos crónicos puede llevarnos a una subestimación de los efectos que los OGM y ciertos herbicidas pueden causar sobre el hombre y otros animales, especialmente cuando los OGM - como la soja o el maíz, o sus derivados - entran en la cadena alimenticia. Una de las consideraciones más comentadas tienen relación con la posibilidad de aparición de caracteres alergénicos en ciertos tipos de poblaciones susceptibles. La inserción de un gen resistente, que codifica asimismo una vía metabólica desconocida en los mamíferos sustenta la hipótesis de una potencial alergia. “Estos genes tolerantes al herbicida, provienen de una bacteria del suelo que nunca formó parte de la oferta alimenticia. La mayoría de los productos ofrecidos por la biotecnología contendrán proteínas para las cuales se tienen métodos imperfectos para determinar si poseen potencial alergénico”. La falta de una metodología para determinar el status alergénico de una porción sustancial de los alimentos provenientes de la biotecnología se deberá considerar como un problema a ser resuelto antes de la promoción masiva de la tecnología” (Mellon, 1994). Las propiedades alergénicas pueden transferirse de un alimento ya conocido como alergénico a otro por ingeniería genética. Es sabido que la calidad nutricional de la soja está comprometida por su relativa deficiencia en metionina en la fracción proteica de sus semillas. Para incrementar su calidad nutricional, los científicos de Pioneer Hi-Bred insertaron albúmina 25 enriquecida en metionina desde la nuez de Brasil - Bertholletia excelsa - en sojas transgénicas. A su vez, sabiendo que la primera era un conocido alimento alergénico se determinó la misma. Cuando se realizó el análisis serológico de la sangre de personas alérgicas a la nuez de Brasil frente a las sojas transgénicas y la nuez de Brasil por separado, la reacción fue la misma, indicando que la soja contenía la proteína alergénica. En un análisis de piel de tres individuos alérgicos el resultado fue positivo frente a los extractos conteniendo la soja con el gen de la nuez de Brasil y negativo frente

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a las sojas convencionales (el ensayo no se realizó mediante test alimenticio con sojas transgénicas para evitar poner en peligro a los voluntarios alérgicos). El sistema para determinar alergenicidad en este caso fue exitoso pues la fuente de alergia era conocida al igual que los métodos para determinarla convenientemente. “Pero, esta estrategia no será de utilidad para medir la alerginicidad de alimentos transgénicos en los cuales la alergenicidad de la fuente donante del material genético es desconocida. Y las actuales aplicaciones en el campo de la biotecnología vegetal caen en esta última categoría (Nordlee et al., 1996). Con respecto al glifosato, además de la toxicidad propia del mismo, que en nuestro país no lleva registros de intoxicaciones agudas, sería probable que su utilización aumentara el nivel de estrógenos en la planta. Sandermann (1988) lo ha demostrado en plantas de poroto - Vicia faba - perteneciente a la familia de las leguminosas. Es sabido que los estrógenos pueden afectar a los mamíferos, incluido el hombre. En experiencias de laboratorio alimentando vacas con soja convencional y transgénica, a una misma dosis, se concluyó que los alimentados con soja RR producían más grasa en la leche que los alimentados con soja convencional. Algunos autores(Goodwin, 1997) concluyen “que el incremento en la producción grasa en la leche de vacas alimentadas con sojas RR es una consecuencia directa de los niveles de estrógeno producidos en esas sojas. Un número creciente de niños dependen de la leche de soja para su alimentación dado que son alérgicos a la leche de vaca y los niños son especialmente susceptibles a los niveles elevados de estrógenos”. Los científicos concluyen que se tendría entonces un claro y serio tema de salud por delante. Sin embargo, no todos piensan de esta forma. Jack Roblin, Director de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, aseguraba en la Conferencia Biotech ‘95, que los dos principales factores que habían conducido a las compañías a entrar en el desarrollo de alimentos y plantas desarrolladas por ingeniería genética eran el deseo de los consumidores por alimentos con mejores sabores y presencia y su preferencia por productos desarrollados con menos agroquímicos. Aparentemente, productos que ya han entrado al mercado han tenido un rotundo éxito entre los consumidores. “Calgene fue la primera compañía en lanzar al mercado su tomate mejorado. Textura y sabor y los consumidores lo aceptaron. Durante cinco años trabajó con la FDA en la generación de muchos documentos que demostraban que los tomates y las plantas eran seguras...” (Niebling, 1996). Probablemente, el etiquetado de los productos cosechados, especialmente de aquellos que luego devendrán en alimentos para consumo humano, permitirían

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una información y clasificación útil para el consumidor, ya sea para identificar potenciales efectos o beneficios sobre su salud, hábitos de consumo u origen. 5.2. El etiquetado de la producción. Mientras las empresas de semillas indican que etiquetar y diferenciar la producción no tiene sentido y encarecería innecesariamente el producto, los grupos de consumidores arguyen que sería de utilidad para su identificación y elección. Sería un acto de justicia permitir que así como las empresas al vender su semilla la identifican con su marca, el consumidor al seleccionar un producto, pudiese identificar su origen. Arguyen que muchos consumidores por escasa información pueden tener una equivocada opinión de los OGM y por tanto, generar una selección negativa. Si esto fuese cierto, será entonces importante difundir masivamente los beneficios de la ingeniería genética, pero permitir que la producción sea identificada. Esa es la preocupación de muchos consumidores en la Unión Europea que desean identificación de la producción. Henrik Kroner, Secretario General de Eurocomercio, con base en Bruselas y cientos de comercios en toda Europa, resalta una urgente precaución “El mensaje de nuestros consumidores es que, por la razón que fuese, la preferencia de ellos es no tener estos alimentos en sus estofados” (Ibrahim, 1996). La opinión que los consumidores y los expertos en biotecnología tienen sobre la misma es muy diferente. En una encuesta realizada por Hallman (1996), se consultó al público (una muestra de 600 adultos residentes de New Jersey), sobre cuál era su primera idea o imagen cuando escuchaba el término “Ingeniería Genética”. Sorprendentemente, más de un cuarto de la muestra no pudo responder nada. Algunas respuestas (12 %) se refirieron a la ciencia y la tecnología. Otros (10 %) imaginaban bebes de probeta, embriones, clonación. La primera reacción de más del 20 % fue que decididamente era negativa. Referencias como “mala, no la aprueba, escape de virus, cáncer, enfermedad, nazismo, Hitler y científicos locos”. Algunos respondieron con imágenes de mutantes, monstruos y plantas u animales gigantes”. Por el contrario, sólo el 4 % del público respondió con pensamientos positivos como “avances de la medicina, mejores alimentos o progreso” (Gráfico Nº 14).

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ProgresoNegativoADNNo sabeOtrosDios-CreacionCruzam.Planta-animalesMutantesCienciaArtificialMedicinaNeutralNiños de probetaNazi-Hitler

Gráfico Nº 14. Primera idea o imagen cuando Ud. piensa en la “Ingeniería Genética”. Fuente: Hallman, 1996.

Más de la mitad de los consumidores consultados dijeron que habían escuchado o leído poco o nada sobre ingeniería genética. Esto sugiere que ni quienes apoyan ni quienes se oponen a la biotecnología tienen una gran influencia sobre el consumidor promedio (Hallman, 1996). Podríamos preguntarnos cuál sería la respuesta de nuestra población a la misma consulta. Es probable que muchos empresarios conozcan cuál podría ser esta respuesta, pero seguramente la conclusión debería ser que la población promedio debería estar mucho más informada de lo que lo está actualmente. Desde la esfera oficial se ha hecho muy poco para difundir estos conceptos, e inclusive en la consulta sobre reglamentaciones y controles sobre bioseguridad agropecuaria, a la pregunta Nº 13, no se tiene en cuenta al público ni al etiquetado de la

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producción: ¿Considera Ud. que sería necesario contemplar mecanismos no regulatorios en la comercialización de OGM?. Se citan algunos a modo de ejemplo: * Percepción y aceptación del público: __ * Etiquetas: __ * Situación del comercio internacional: SÍ situación llamativa, siendo que nuestro país ya esta comercializando grandes volúmenes de OGM. Mientras tanto, todos los otros países de la región como el Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay, aunque aún están tan sólo en la etapa de investigación y no han permitido liberaciones comerciales, si los contemplan. Posiblemente en el futuro cercano, los OGM deberán estar identificados, dado que la presión internacional, especialmente la Unión Europea y un importante grupo de científicos en todo el mundo así lo están pidiendo. El poder de lobby de ciertos países como los EE.UU, muestra una marcada oposición a esta cuestión del etiquetado (Carter, 1998) “indicando que la ingeniería genética ha contribuido a mejorar los alimentos durante cientos de años” y que “por absurdo que parezca, es posible que muchos países en desarrollo y algunos industrializados toman estas medidas de restricción a la importación de OGM el año próximo. Se los ha llevado a creer que los OGM, como las semillas y el ganado, y los productos derivados de ellos son amenazas potenciales a la salud pública y el medio ambiente”. No estamos preparados para el cambio de rol. Si en poco tiempo, se comienza a exigir etiquetado en nuestros países compradores, el país se encontraría con serios problemas comerciales. Los productores están siendo motivados a la compra de semillas de soja y maíz en un mercado libre, pero no cuentan con la información de que sucedería frente a la aparición de barreras o restricciones a la importación, o que tales acciones se utilicen como una barrera pararancelaria o comercial. ¿Qué perjuicio podría traer al país el paso acelerado hacia una tecnología incipiente y la no-aceptación de su producción en nuestros tradicionales mercados compradores? Los europeos se preguntan como consumidores, ¿qué beneficios puede traerles el comprar productos OGM y consumirlos?: • No son aún más nutritivos, • no implican mejores sabores ni son más baratos, • no difieren de aquellos convencionales, • no están claramente identificados, • no presentan mejores condiciones de conservación o mantenimiento y • permiten utilizar aún, dosis mayores de agroquímicos.

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Mientras tanto, nosotros como productores, deberíamos tener en cuenta estas cuestiones de mercado, y preguntarnos para quién producimos y de que manera lo hacemos, a todos vista, que el precio de los commodities seguirá bajando en el mercado mundial. Entonces, porque no volver a preguntarnos si, con las excelentes condiciones naturales, una análisis sistémico de nuestro ambiente productivo y un gerenciamiento más eficiente y menos simplista no podemos aprovechar los nichos de esos mercados de alto consumo y ofrecerles producciones más naturales, de valor agregado, y de menor complejidad y riesgo comercial. Se habló de ventajas competitivas y posicionamiento comercial de nuestras sojas hace pocos meses. Será más importante fortalecer la ventaja comparativa existente, y aprovechar la ventaja competitiva de país libre de contaminación química antes que perderla. 5.3. Los derechos de propiedad. “El flujo de materiales genéticos y de conocimiento indígena o campesino que los rodea - que en cierta medida se pierde sin remedio al separar el almacenamiento ex situ de ese conocimiento - no ha sido remunerado... y hoy en día existe una creciente percepción social en muchos países pobres de que sus sistemas agrícolas usan tecnologías más limpias y son genéticamente más ricos” (Alier, 1996), situación que obliga a que estos recursos sean protegidos y patentados, como única vía pragmática de preservarlos para la Humanidad. Así como las compañías han patentado sus invenciones desde la revolución verde, la FAO mediante sus organismos de control y bancos de germoplasma - como los de la red CGIAR - deberán intervenir velozmente en la identificación y patentamiento de todos sus materiales en beneficio de cada uno de las comunidades involucradas. Será más lógico patentar el recurso y protegerlo, que no hacerlo y dejarlo libre frente a los intereses comerciales. Si la situación era difícil con especies vegetales completas, ahora con los genes y los caracteres que determinan, la cuestión se torna mucho más compleja. Las compañías invierten en biotecnología para obtener beneficios, los que están asegurados y protegidos por el patentamiento dado al investigador o la compañía creadora, para su aprovechamiento comercial (Ag West Biotech, 1996). Nuestro país, es miembro de la UPOV (ARPOV en Argentina), que controla y regula la normativa vigente para la producción de los obtentores vegetales. Argentina controla poco menos que el 28 % de los títulos de propiedad sobre sus

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diferentes producciones vegetales, a través de institutos de investigación oficiales como el INTA. En soja, esa cifra alcanza al 11 % y en maíz al 13 %, quedando en el sector privado el 89 y 87 % respectivamente (Jaffé et al., 1995). El control de los derechos de los miembros de ARPOV es cada vez mayor. Mientras en 1992 sólo el 28 % de la soja estaba fiscalizada, hacia 1994, la cifra estaba alrededor del 57 %, similar a la de los EE.UU, casi 10 años antes (1986). Es comprensible que los obtentores acepten la necesidad de conservación de la diversidad de plantas en el campo. Pero esto genera algunos interrogantes. No está claro, cuál es la cantidad y composición de la diversidad que se desea conservar y por la que quizás hasta pagarían por conservar. “Los agricultores campesinos deberán permanecer - todos ellos y para siempre - limitados a las variedades comunes que preservan y enriquecen a la diversidad genética, pero que son inferiores a las variedades convencionales en términos de productividad y generación de ingresos” (Correa, 1996). Pero evidentemente, estos mismos productores pretenderán dejar sus cultivos tradicionales por otros de más alta respuesta. De no mediar algún tipo de compensación justa por parte de quienes utilizan estos recursos, probablemente los mismos aceleren su ciclo erosivo y se pierdan. “La protección y los derechos de los agricultores son un recurso que deberá protegerse. Los países en desarrollo ejercen este reclamo y pretenden por lo menos, que se les permita elección y libre acceso al germoplasma, libertad total para cosecharlo, programas para la repatriación de colecciones in situ de aquellas que ahora están ex situ, permitir el rápido acceso a las variedades, control de la propia agrobiodiversidad, incentivos económicos para mantenerla y establecer una tasa nacional/internacional al comercio de semillas que permita renovar los esfuerzos de apoyo a los derechos de los agricultores “(Swaminathan, 1996). “La hemorragia de la pérdida y amenazas a la biodiversidad aún no ha sido reflejada por los signos del mercado. Inclusive en muchas áreas de rápido declive de la diversidad, los niveles de ingresos siguen creciendo como ciertas áreas del sudeste asiático. Estas fallas del mercado residen en varios factores que van desde los derechos de propiedad a distorsiones políticas (Srivastava et al., 1996). “Los errores e inexactitudes en la regulación de semillas son el factor más importante que explica la baja productividad agrícola. Además, el hecho que las voces de los agricultores no están adecuadamente representadas en los debates sobre la regulación de semillas es parte de un problema más grande. Para que las voces de los agricultores sean escuchadas es necesario el fortalecimiento simultáneo de las instituciones políticas, mercados, información y educación. La falta de representantes de los agricultores en el debate sobre las semillas es un síntoma de esta deficiencia. Pero no sólo es importante aumentar la participación de los agricultores en el debate sobre propiedad y regulaciones de semillas sino

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que el aumento de la experiencia de los agricultores en la prueba de nuevas opciones y regulaciones de las mismas, contribuirá también a desarrollar y fortalecer a la sociedad civil y las estructuras institucionales locales “(Tripp, 1995). La idea de patentar el recurso, manejar la información con que se obtuvo y apropiarse totalmente de los beneficios es la piedra fundamental del fuerte impulso que las compañías hacen de la ingeniería genética. Si se permitiera, no sólo se intentarían patentar los resultados de años de investigación - lógico y razonable- sino que hasta es posible se intentase apropiar la información que las comunidades campesinas comparten justamente entre todos de forma comunitaria. Un ejemplo: la quinoa Chenopodium quinoa es un cultivo alimenticio de alto contenido proteico, importante en la dieta de millones de personas en los pueblos andinos. Desde los tiempos preincaicos, los pueblos indígenas han estado desarrollando variedades de quinoa, apropiadas para una gran diversidad de condiciones extremas de Los Andes - altitud, bajas temperaturas, sequedad, suelos pobres -. Sólo en los años recientes, la quinoa ha entrado en el mercado estadounidense y europeo como un cultivo excepcionalmente nutritivo. En 1994, la patente 5304718, otorgó a dos agrónomos de la Colorado State University, el control monopólico exclusivo sobre plantas masculinas estériles de la variedad de quinoa tradicional boliviana Apelawa y sobre su uso para crear las variedades híbridas de quinoa. “Son parte de la población de plantas nativas, nosotros sólo las tomamos”, explican los agrónomos (RAFI Comuniqué, 1996). “Ya sea o no que la patente tenga cualquier impacto directo sobre los agricultores bolivianos, no se puede negar, sin embargo, que efectivamente han perdido el control de las semillas tradicionales de quinoa que desarrollaron. Es un precedente inquietante y peligroso” (RAFI). La cuestión no se circunscribe a especies de escasa importancia sino que la noción de una patente que cubra a una especie entera es relevante para los países desarrollados. Un país, seguramente subdesarrollado o en desarrollo se podría encontrar con que una empresa multinacional ha obtenido una patente amplia que cubre a una de sus importantes plantas indígenas, que hará que la compañía tenga el derecho al uso de la invención y explotación por el proceso de investigación y desarrollo. La situación de esta intención de patentamiento ya se ha planteado en el caso de la soja. The Rural Advancement Foundation International (RAFI, 1994), se ha opuesto a la patente amplia otorgada por la European Patent Office a Agracetus Corporation. La patente era la primera de su tipo sobre un cultivo alimenticio como

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la soja y alcanzaba todas las variedades de soja transgénica y sus métodos de transformación. Una patente amplia, afectaría a todas las otras compañías de biotecnología. “Además de ser una clara amenaza a la seguridad alimentaria mundial”, Pat Roy Mooney, Director Ejecutivo de RAFI, dice que “si se permitiese establecer esa clase de patentes sobre la soja, estas guillotinarían toda la investigación de punta sobre uso de los cultivos más importantes del mundo. Esto daría también a W. R. Grace (Agracetus), luz verde para proceder de manera similar sobre otras especies como el arroz, maíz, maní y porotos, cultivos sobre los que la compañía también está haciendo trabajos de transferencia de genes”. Agracetus había patentado en Octubre de 1992, en los EE.UU., su primer algodón transgénico. Esa patente también fue rebocada por la U S. Patent and Trademark Office en 1995, retirando en esta controversial decisión a Agracetus los derechos exclusivos sobre el algodón genéticamente modificado, el método de transferencia y el carácter modificado. La situación y transparencia sobre el patentamiento de las especies cultivadas mejoradas por ingeniería genética es una de las principales preocupaciones de los países en vías de desarrollo. Ya desde la Conferencia de Leipzig (RAFI, 1996), las “ONGs sostenían que se deberían tener en cuenta los derechos de los agricultores y ofrecer al mundo un claro plan de acción global, llamando a apoyar los mecanismos legales y financieros necesarios que aseguren el vinculo en la cadena alimentaria dentro de la comunidad. La alternativa sería someter el futuro a los acuerdos bilaterales con las corporaciones multinacionales de oferta de semilla genéticamente modificada”. 5.4. El futuro cercano. Los beneficios principales de la biotecnología no se han traducido en una mejora a la comunidad agrícola en particular ni a la sociedad que le da sustento. Nuestro país ha sido impulsado por una fuerte campaña a la siembra de soja transgénica. Se argumentaba que estaríamos aprovechando una “ventaja competitiva” única y que si no lo hacíamos perderíamos “el tren del progreso”. La campaña pasada y la próxima no indicarían esto. Con esta soja o sin ella, nuestro sistema productivo hubiese mantenido su actual posición en un nivel productivo creciente. Nuestros productores más allá de una simplificación en el manejo no se han visto beneficiados ni sus ingresos aumentado sustancialmente por la incorporación. Sí ha habido transferencia de beneficios hacia las compañías que hegemonizan tanto la comercialización de las semillas como el gen en cuestión, y quienes

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venden el herbicida. La mejora tecnológica debería ser entendida como un elemento de soporte al medio entendido como un sistema – tecnología de procesos* - y no como una herramienta sin un objetivo definido – tecnología de insumos. “Durante 200 años las tecnologías han sustituido el trabajo, por lo que muchos productores han sido forzados a salir de la agricultura. • ¿Es ésta la tendencia que queremos continúe? • ¿Es socialmente deseable que la tasa de marginalidad en las áreas rurales

supere a la de las ciudades? • ¿Deseamos que otra técnica agrícola pueda contribuir al cierre de más

establecimientos? Por otro lado, • ¿Los OGM resistentes a herbicidas ayudarán a los productores marginales – o

campesinos – a ser más productivos? • ¿Los ayudarán a competir con sus colegas extranjeros y entonces revitalizará

más que destruirá a la economía rural? Los potenciales efectos sociales y económicos de los OGM herbicidas sobre los ingresos y distribución de las economías rurales son preguntas pertinentes...Cuestiones morales como estas no se pueden responder con un solo prisma. La ética debe referirse a estos hechos, y nadie que se enfrente a la ciencia relacionada con la biotecnología agrícola, debería dejar de lado estas cuestiones morales...”(Constok, 1989). 1997 ha sido el punto de inflexión en muchos aspectos para nuestra agricultura. El período en que el primer cultivo transgénico se expandió sobre la pampa. Pero esta, es la “punta de un gran iceberg” en el que también están los maíces YieldGard resistentes al Bt (1998) a los que seguirán los algodones Bollgard (Bt), los maíces Roundup Ready y las sojas RR con Bt (2000) y los algodones RR (2001). Probablemente para esa misma fecha se tengan maíces protegidos contra los insectos de suelo (2001) y sojas con aceites mejorados y resistentes a insectos. Hacia el 2003 entrarán los tomates FlavrSavr, protegidos contra insectos, las papas con mejor perfomance de conservación, el algodón de fibras naturales ya coloreadas y hasta los polímeros “plásticos” naturales biodegradables. La tecnología de organismos genéticamente modificados es claramente el impacto tecnológico del quinquenio. Más trascendente que los nuevos sistemas de riego que siembran nuestra pampa, los sistemas de posicionamiento global (GPS) y la agricultura de precisión y hasta la siembra directa que revolucionó a la región en la última década.

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La tecnología del ADN recombinante, llamada por muchos “Nueva Revolución Verde”, la “Cuarta Revolución”, “Biorrevolución”, “Biotecnología” cuyos impactos y sentidos como lo son las revoluciones producen cambios relevantes, generará efectos rotundos no sólo en nuestra región sino en los países del mundo que como el nuestro le han abierto sus puertas (Cuadro Nº 23): Cuadro Nº 23. Comparativo de los dos sistemas confrontados. Revolución verde y biotecnología. Aspecto Revolución verde Nueva revolución verde o biotecnología

Regiones que abarca Países en Desarrollo Todos los países

Generación de Tecnología Sector público o relacionado Sector privado

Transferencia de tecnología-Apropiación del conocimiento

Sector público Sector privado

Distribución de beneficios Sector público - privado Sector privado

Cultivos involucrados Trigo, arroz. Luego maíz, sorgo y girasol

Todos

Cultivos desplazados Variedades tradicionales Muchos

Investigador (perfil) Mejoramiento genético tradicional (breeder)

Biólogo molecular y breeder.

Tiempo de investigación Relativamente alto: 10 años Relativamente bajo: 3-5 años

Derechos de propiedad Relativos. Sobre variedades determinadas e híbridos. Orbita estatal y privada

Orbita privada. Sobre especies (?), genes y caracteres determinados. Métodos de obtención y de transferencia.

Apropiación de beneficios Sector público Sector privado

Efectos sobre el Hombre Contaminación con agroquímicos

Contaminación de napas y suelos

Degradación del medio

Emigración.

Desconocidos o aún poco estudiados

Efectos sobre el Medio Ambiente Erosión hídrica y eólica

Contaminación

Desplazamiento de especies

Erosión genética

Pérdida de biodiversidad

Desconocidos. Efectos Directos e Indirectos. Efectos en Cascada.

Efectos sobre la sociedad Aceleración del Circuito Económico

Mejora de la productividad física

Distribución de beneficios

Riqueza

Aceleración del circuito económico

Aumento del consumo

Mejora de la productividad física

Beneficios en medicina, agricultura y energía.

Fuente: Elaboración propia en base a datos propios, de Conabia y Biotecnología agrícola (1997) Desde la óptica comercial, como se dijo, todo el proceso y fuerza de la biotecnología vegetal, se nutre, alimenta y sostiene en el fuerte proceso de

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propiedad intelectual. Esta apropiación del conocimiento permite asegurarse retornos por la inversión durante muchos años. El conocimiento logrado no será compartido con la sociedad y sus beneficios para la misma estarán disponibles solamente a través del pago de regalías y royalties por la patentes correspondientes. Al decir de una fuente de una biocompañia, “Las conferencias sobre biopesticidas son una causa perdida”, en clara alusión al secreto que se guarda en estas investigaciones, y a la protección que se ejerce sobre cada producto. 6. Conclusiones Desde los años sesenta, las semillas mejoradas de la “revolución verde” se difunden en escala planetaria. A nivel nacional, nuestra Región Pampeana, se nutrió de un arsenal de híbridos y variedades que se expandieron ampliamente e incrementaron los resultados económicos empresarios. La falta de previsión y de políticas nacionales en el manejo y protección de los recursos, permitió que el uso intensivo del suelo, la aceleración del ciclo agrícola y el uso consuntivo de insumos impactará sobre los mismos, con secuelas importantes de degradación ambiental, inadecuadamente estudiadas. La llegada de la biotecnología, por lo menos en el sentido propuesto, puede sinergizar más estas tendencias para la región. Se acelerarán los ciclos de intensificación agrícola y la presión sobre los recursos. Se desconocen además, los efectos de largo plazo de estos nuevos organismos, no pudiéndose aseverar que sean inocuos para el medio. Si bien sería imposible trabajar en biotecnología con un nivel de riesgo cero, el criterio de prudencia, debería estar no sólo en el papel sino en las mentes de los investigadores y de quienes oficialmente debieran controlarlos. La apropiación del nuevo conocimiento queda en manos de compañías multinacionales que distribuyen sus productos mundialmente y atesoran ganancias siderales, que a su vez, les permite absorber a compañías menores, concentrando en cada vez menos manos el negocio semillero. Las

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posibilidades nacionales en participar del mismo son casi nulas, quedando tan sólo, la posibilidad de trabajar en aquellos nichos residuales que no sean de interés para las compañías transnacionales. Pero este, no es el caso de la soja. El cultivo se ha convertido en el componente más relevante del PBI agropecuario, y nuestra principal exportación primaria, por lo que su seguimiento, orientación y destino futuro excede la relevancia regional, para transformarla en un bien estratégico. Una solución equilibrada entre la producción con sojas convencionales y aquellas transgénicas, podría dar mayor tiempo para investigar efectos indeseables y potenciar los beneficios, manejando además, de una manera más racional nuestros recursos bióticos y abióticos. Pero aparentemente, la tendencia en este caso, induce a concluir que toda la Región adoptará velozmente a las sojas genéticamente modificados y a muchos de los otros organismos, que próximamente se liberarán comercialmente. La soja transgénica ha sido ampliamente adoptada por los productores del país y la Región, que la han integrado en 1997 con su paquete tecnológico completo. Desde el punto de vista técnico su facilidad de manejo, la ampliación de la ventana de aplicación del glifosato y la seguridad en el control de malezas indicarían que la misma se seguirá expandiendo en el área. Existe una manifiesta integración entre el conjunto tecnológico de la soja transgénica y de la siembra directa, que se apoya en el barbecho químico. La relación costos/beneficios es similar para las alternativas de cultivo convencional o RR, pero la segunda es un conjunto técnico más sencillo y cómodo para el productor. Ese será otro factor que el mismo tendrá en cuenta a la hora de realizar sus compras de productos - semillas y agroquímicos -. Los planteos de control integrado no tienen ni la fuerza ni la continuidad de los dos conjuntos técnicos anteriores, estando relegados a ciertas áreas de la provincia de Santa Fe. Sin tener el peso y crecimiento que las otras tecnologías han tenido en el área. Se desconocen los efectos que la integración de los tres conjuntos tecnológicos tendrían si se pudieran llevar adelante pues no se han detectado trabajos ni planteos agrícolas importantes en este sentido. La producción de soja, no se desarrolla en un espacio que le es exclusivo ni las tecnologías aplicadas, la involucran solamente. Las técnicas utilizadas son herramientas, y como tales su aplicación involucra tanto al cultivo, como al sistema agroproductivo en que esta se desarrolla. Es justamente esta visión de sistema, de búsqueda y análisis de las interacciones relevantes que se producen, del aprovechamiento de las tecnologías de procesos más que técnicas insumo dependientes, lo que permitirá aprovechar todo el potencial de cada herramienta, y utilizarla de acuerdo a las condiciones particulares de cada ambiente productivo, evitando la peligrosa simplificación que se está ofreciendo a los productores. Si la consigna del siglo venidero es productividad con sustentabilidad económica, social y ecológica, será imposible justificar la incorporación de tecnologías ya aplicadas como la siembra directa y los cultivos transgénicos como sustentables,

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cuando se los analice aisladamente. Ellas son componentes de un paquete tecnológico que debe demostrar sustentabilidad como sistema. Aisladamente son sólo herramientas. Si entendemos por sustentabilidad la continuidad de niveles productivos adecuados tanto para esta generación como para las venideras, la siembra directa, basada en el uso de herbicidas y fertilizantes sintéticos - derivados del petróleo - nos muestra un horizonte limitado. Los ambientes naturales se enfrentarán a la incorporación de un nuevo factor, que de no ser regulado adecuadamente, interaccionará con estos, con resultados hasta ahora desconocidos. Para la sociedad consumidora, la soja RR no ha traído ningún beneficio. No tiene características que le permitan aprovechamientos diferentes o caracteres organolépticos destacables o nuevos. No aumentó su calidad nutricional, ni posee ningún otro carácter que la haga más apetecible o necesaria en la dieta diaria. Las sojas transgénicas podrían además generar ciertos grados de alergia en poblaciones susceptibles. El uso de herbicidas como el glifosato provocaría según algunos autores, estrógenos en las plantas que una vez en la leche vacuna podría afectar a la población sensible, especialmente niños. Para la soja y el medio, la posibilidad de flujo de genes hacia especies emparentadas en nuestra Región es prácticamente nula, existiendo sí la posibilidad de flujo hacia otros cultivos convencionales o no, en la misma zona. Tampoco existiría posibilidad de que se transformase en una maleza problema para el área. Hasta ahora no existen efectos de la soja sobre los insectos, pájaros u otros grupos faunísticos en forma directa. No obstante se están realizando estudios de OGM que confirmarían algunos efectos sobre insectos benéficos como las abejas. Los trabajos se están haciendo con colza transgénica (INRA, Francia). El uso de soja RR intensificará la aplicación de glifosato. Un sólo producto que estará en forma continua sobre el medio en reemplazo de más de treinta moléculas que atacan diferentes sitios y en diferentes momentos a las malezas. Indicaban hasta ahora, que nunca se había presentado resistencia al glifosato. Pero ya se ha presentado en otro país, y es sabido que es cuestión de tiempo y manejo para que aparezca en otras regiones. Si a esto le sumamos la posibilidad de resistencia cruzada, nos podemos estar enfrentando en pocos años a un serio y nuevo problema de consecuencias ambientales graves. El cambio del patrón de uso del herbicida, al incrementar su concentración en el medio hará que aumente la posibilidad de percolación y lavado hacia los cursos de agua y su liberación por parte de las partículas del suelo que lo retienen, aumentando los efectos directos e indirectos sobre la flora circundante que no es su blanco. Este año, se lanzan en escala comercial híbridos de maíz resistentes a herbicidas y al ataque de lepidópteros con tecnología Bt. No sólo el manejo de habitats y refugios es una importante cuestión a tener en cuenta, para evitar la aparición de resistencia y la consiguiente pérdida de uno de los recursos biológicos más

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importantes que nos ha dado la naturaleza como el Bacillus thuringiensis. Aquí el análisis del sistema será más relevante que en el propio caso de la soja. La biotecnología agrícola ha llegado para quedarse. Por lo tanto debemos aprovechar todos los beneficios que brinda a la producción pero fortaleciendo nuestras instituciones y sistemas de control desde la esfera oficial, ONGs y entidades neutrales y no dejar todo en manos y la consideración del ámbito privado. El by-pass a la evolución está hecho siendo muchas las preguntas que aún no han tenido respuesta, que es menester analicen los actores involucrados. Por primera vez se produce una liberación masiva de un solo compuesto químico al medio rural liderada por Argentina y EE.UU. A todas luces, los controles y normativas sobre bioseguridad en el país del norte son seguidos de cerca por infinidad de ONGs, investigadores académicos y distintos organismos estatales. En Argentina aún estamos lejos de esa situación. La producción y el manejo son seguidos por las empresas, los productores y algunos organismos del Estado. Para algunos científicos incluso, la actual situación indicaría que aquellos lugares donde se siembran cultivos transgénicos, serían un gran campo experimental que irá respondiendo a los interrogantes planteados, a lo largo de la experiencia acumulada. La escala territorial con que se han difundido estos productos dista ampliamente de los niveles de bioseguridad impuestos a los primeros ensayos de campo y laboratorio, por lo que se desconocen las interacciones que el cultivo tendrá con el medio biótico sobre el que se lo ha liberado. Finalmente, deberemos tener presente que un potencial “efecto Titanic” - nunca sucederá aquí - tendrá que ser considerado en el manejo de las sojas transgénicas y los cultivos OGM que las sigan, experimentando y controlando potenciales problemas de enmalezamiento, flujo de genes, aparición de resistencias, efectos directos e indirectos, acumulativos y en cascada e incluso asociaciones aún no idealizadas con nuestro nivel de conocimiento actual para evitar o por lo menos atemperar los efectos indeseables del mal uso de una herramienta poderosa. Pienso que no podríamos enfrentar esta nueva situación, manteniendo el mismo nivel de pensamiento, que teníamos hace pocos años, cuando la creamos. 7. Un comentario final. En este tema, son muchas las líneas de trabajo que se abren. Nosotros hemos presentado y relevado la información relacionada con las interacciones tecnológicas y ambientales de la soja y sus cultivos relacionados especialmente el maíz. Pero en adelante, queda por analizar, cuales han sido y serán los impactos que las sojas RR tendrán sobre: * La estructura y el funcionamiento de empresa agropecuaria.

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* Las relaciones con el comercio internacional de semillas. * Las relaciones con la agroindustria y la producción de alimentos. * Los efectos sobre la salud humana * Los efectos sobre la producción pecuaria. * Nuevos efectos sobre el medio ambiente * Impactos sociales de la tecnología. 8. Glosario * ADN: Acido desoxirribonucleico. Compuesto de desoxirribosa (un azúcar), ácido fosfórico y bases nitrogenadas. Cada molécula de ADN consta de dos cadenas de estructura doble helicoidal. El ADN es el responsable de la transferencia de la información genética de una generación a otra. Agricultura minera: Sistema agrícola intensivo continuo que aprovecha al límite los recursos del suelo, extrayendo nutrientes con los cultivos y contribuyendo al deterioro de la estructura. El sistema se sostiene con la inyección de insumos externos. Alcalinización y Acidificación: Efectos de la agricultura continua sobre el equilibrio de bases del suelo, alterando su composición con el agregado de álcalis o ácidos. Biotecnología: Técnica para aislar un gen e insertarlo en el ADN de otro organismo. Brunizem: Suelos de pradera, con horizonte superficial muy rico y perfil bien representado. Son suelos de alto potencial agrícola. Barbecho químico: Período de descanso entre cultivo y cultivo, que mediante la aplicación de herbicidas controla la emergencia de malezas sobre el potrero. Canopeo: Conjunto de órganos verdes o fotosintetizantes de un cultivo. Clonación: Proceso por el cuál se aísla un gen del contexto celular de un individuo y por técnicas de cultivo se reproduce originando un nuevo individuo. Crecimiento: Aumento del número o tamaño de las células que constituyen los tejidos vegetales, diferenciados de un genotipo determinado y para una oferta dada de recursos. Desarrollo: Sucesión de eventos organogenéticos a través del ciclo ontogénico del cultivo. Doble Cultivo: Se refiere principalmente al sistema de rotación Trigo-Soja, que permite una secuencia inmediata de cosecha (Trigo) con siembra de soja, sin período de descanso. El sistema aseguraría la obtención de tres cosechas en dos años. Dominante: Presencia de alelos que permiten la manifestación de un determinado carácter.

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Encostramiento: Costras superficiales o “planchado del suelo”. El alto contenido de limo de nuestros suelos, permite que luego de una lluvia, en suelos sin rastrojo, se puede producir endurecimiento de la capa superficial. Estructura del suelo: Forma en que se combinan los tipos básicos de partículas del suelo (arena, limo y arcilla, es decir la textura) para la conformación de distintos agregados. Erosión: (hídrica, eólica), Proceso físico de pérdida de la capa arable producido por efecto del agua o el viento, muchas veces acelerado o producido por la acción antrópica. Etapas Fenológícas: Distintas etapas en el desarrollo de un cultivo que señalan cada una de sus transformaciones. Evapotranspiración: Suma del agua transpirada por el canopeo* (Et) y el agua evaporada desde el suelo (Es). Fertilidad, del suelo: Riqueza en nutrientes, aunque no indica que éstos puedan ser absorbidos por las plantas. Gen: Porción de un cromosoma que contiene la información hereditaria necesaria para producción de una proteína. Genotipo: Definido como el material genético (o genoma) que un organismo hereda de su progenitor. El fenotipo, en cambio, se refiere a las múltiples apariencias biológicas, entre las que se incluyen caracteres químicos, estructurales y comportamiento de un organismo, sin incluir el genotipo. Germoplasma: Material genético constituido constitutivo de una especie. Base genética de la misma, también conocido como pool genético. Herbicida Sistémico: Agroquímico absorbido por el vegetal que actúa sobre diferentes sitios u órganos del mismo Homocigota: Cuando un organismo presenta un par de alelos idénticos. En cambio, cuando en un par de genes se encuentran dos alelos distintos, el organismo es Heterocigota. Horizonte Bt: piso de arado u horizonte densificado. Es el resultado del uso y paso continuo de la maquinaria agrícola a la misma profundidad (arado, por ej.). El nivel del suelo debajo del cual la maquinaria no penetra y que suele ser una capa compacta que impide la penetración de raíces y de humedad. Labranza conservacionista: Métodos conservacionistas de preparar con escasa remoción, la tierra para el cultivo. Siembra en camellones, labranza mínima o siembra directa. Loess: Contenido especialmente de limo en el suelo, que caracteriza los suelos más ricos. Manejo Integrado de Plagas (MIP), O control int...(CIP): Sistema que aprovecha además del control químico otras tecnologías como el control biológico, rotaciones, laboreo del suelo, en un contexto integrador y sistémico. Marcador: Una bandera genética o carácter utilizado para verificar el éxito de una transformación genética. OGM: Organismo cuyo ADN ha recibido ADN de otro ser vivo, emparentado o no.

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Péptido: Estructura primaria de una proteína. Secuencia y asociación de aminoácidos. Período de llenado: Etapa crítica en la composición del rendimiento en grano, en la cuál se produce la participación de fotosintatos que migran principalmente y se acumulan en el mismo. Pistola genética: Uno de los sistemas utilizados por la ingeniería genética para insertar un gen o algunas porciones de ADN en el ADN de otra especie. Prácticas Culturales: Diversas prácticas de manejo, especialmente del suelo Predadores naturales: Enemigos naturales (insectos, bacterias, hongos, virus) de las plagas agrícolas. Productividad: Producción total (biomasa) o parcial (granos) por unidad de un recurso (en general, por unidad de área de suelo). Relaciones filogenéticas: Relaciones de filiación y rasgos parentales y de cruzamiento de las distintas especies. Resistencia: Es la habilidad de un hospedante de eludir, completamente o en algún grado, el efecto de un patógeno. Riego: Distintos métodos de suplementación de agua al suelo (riego por goteo, aspersión, cañón) Rotaciones: Secuencia de cultivos en un determinado potrero. Salinización: Ascenso de las napas salinas, muchas veces, como consecuencia de un mal manejo del riego. Siembra Directa: Proceso mediante el cual se siembra, sobre el rastrojo del cultivo anterior sin remover el suelo. Control de malezas con el aporte de herbicidas. Tecnología de Procesos: Optimización y aprovechamiento de los recursos del sistema mediante un manejo integrador del mismo y respetando los recursos naturales. Tolerancia: Cuando dos variedades muestran la misma intensidad de síntomas pero una sufre menor reducción de rendimiento, la reacción de la variedad menos afectada se define como tolerancia. Uso racional de agroquímicos: Sistema que busca disminuir el uso de agroquímicos, limitándoles a su aplicación cuando se determinan niveles de daño económico. Variedades de altos rendimientos:O de alta respuesta. Variedades o híbridos diseñados para responder al aporte de fertilizantes y agroquímicos.

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