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Poder en Movimiento - Sydeny Tarrow

Date post: 14-Sep-2015
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Como las manfiesaciones
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    Tfrulo original: Power in Movement Publicado originalmente en ingles por Cambridge University Press en 1998

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    Reservados todos los derechos. EI conrenido de est. obra csr' proregido por I. Ley, que establece pen as de prisi6n y/o rnulras. ademds de: las correspondienres indemnizaciones por dafios }' perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren 0 comunicare:n publicarnente, en rodo 0 en pane:,una obra liretaria, artlsrica 0 cienrffica, o SlI rransformacion, interpretacion 0 ejecucicn arrfstica fijada en cualquier ripe de: sopone 0 comunicada a tra

    v~s de: cualquier rnedio, sin 101 preccptiva aurorizacion.

    Sidney Tarrow, 1998 de la traduccion: Francisco Munoz de Bustillo, 2004

    Ed. casr.: Alianza Editorial, S. A. Madrid, 2004 Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; relef 91 393 88 88

    www.alianzaedirorial.es ISBN: 842064191X

    Deposito legal: M. 8.814-2004 Fomcomposici6n e irnpresion: Fernandez Ciudad, S. L.

    Catalina Suarez, 19, 28007 Madrid Printed in Spain

    ErickRectangle

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  • j 106 EL PODER EN MOVIMIENTO

    ron gradualmenre, pasando de ser herramienras en rnanos de individuos que buscaban obrener la gracia de sus superiores a una forma de accion colectiva de masas.

    Es diflcil dilucidar las causas basicas de este cambio a partir de docurnenros recopilados precisamenre por aquellos cuya tarea consistfa en reprimir la rebelion, Pero como vimos en eI capfrulo 3, dos tipos basicos de recursos conrribuyeron al poder de estos movirnienros iniciales: la letra impresa y las asociaciones. Ambas eran expresiones del capitalismo, pero las dos se expandieron mas alla de los imereses de los capitalisras, impulsando la difusion de los movirnienros sociales. La prensa comercial no solo difundia informacion que podfa hacer que los activistas en potencia tomaran conciencia los unos de los otros y de las reivindicaciones que tenfan en comun, sino que tambien equiparaba la percepci6n de su propio estatus con la del de sus superiores y lucia verosfmil la posibilidad de actuar contra ellos. Las asociaciones privadas reflejaban las solidaridades existences, conrribufan a la formaci6n de otras nuevas y conecraban a los grupos locales a redes mas arnplias, capaces de hacer frenre al poder de los Esrados nacionales 0 los imperios inrernacionales. Las coaliciones sociales -en ocasiones creadas a propio intenro, pero mas a menudo conringenres y provisionales- concertaban la acci6n colectiva contra las elites y los oponenres en nombre de programas generales.

    Aunque los nuevos movirnienros apumaban a menudo hacia otros grupos de la sociedad, las oportunidades para la acci6n colectiva ofrecidas por eI Estado nacional constitulan, cada vez en mayor medida, eI marco de sus acciones. Al hacer la guerra, aprovisionar las ciudades 0 subir los irnpuestos,

    i I:,1

    asf como al construir carreteras y regular las asociaciones, el Esrado se converda a la vez en eI blanco de las reivindicaciones y en un foro en eI que resolver disputas entre cornperidores. Incluso donde se negaba acceso a algunos grupos, las ambiciones estandarizadoras y unificadoras de los Estados en expansion creaban oporrunidades para que la genre rnenos favorecida imitara y adaptara las estratagemas de las elites.

    Asf Ilegamos a una situacion histories en la que la accion polfrica colecriva se organiza en los llmites de las instituciones y nunca Ilega a ser verdaderameme aceptada por las elites institucionales, Sin embargo, debido a su relacion hisrorica con el desarrollo de la ciudadanfa, no puede suprimirse completarnenre sin poner en peligro la propia democracia. Esto significa que las formas de accion colecriva rodean eI arrnazon de la pollrica instituciona] y crecen 0 disminuyen con el ritrno de los cambios en las oporrunidades y las restricciones poliricas, como verernos en el capitulo 5.

    SEGUNDA PARTE

    DE LA ACCION COLECTIVA A LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

    .":. ...

  • CAPfTUlO 5

    OPORTUNIDADES Y RESTRICCIONES POLITICAS

    '."\:

    ~Por que la gente corriente se echa en ocasiones a la calle, arriesgando su vida y su seguridad para reclamar sus derechos? La cuesrion ha fascinado a los observadores y arernorizado a las elites desde la Revolucion Francesa. Escandalizados par los excesos de las masas y las dislocaciones de la sociedad industrial, los primeros estudiosos vieron la accion colectiva como la expresion de una mentalidad de rnasa, de anomia y privacion. Pero incluso un vistazo superficial a la historia moderna muestra que las explosiones de accion colectiva no pueden atribuirse al nivel de necesidad de la gente ni a la desorganizacion de sus sociedades. Estas condiciones previas son mas constantes que los movimientos que supuestamente generan. Lo que varia ampliamente can el tiempo y ellugar son el nivel y el tipo de oportunidades que la gente experirnenta, las restricciones a su libertad de accion y las arnenazas que perciben sabre sus intereses y valores.

    En este capitulo defiendo que los movimientos sociales estan mas Intimamente relacionados can las oporrunidades para la accion colectiva -y mas limirados par las resrricciones sabre ella- que can las estructuras sociales a econ6micas subyacenres, La accion colectiva prolifera cuando la gente adquiere acceso a los recursos necesarios para escapar a su pasividad habitual y encuentra la oportunidad de usarlos. Tarnbien aurnenta cuando se yen

  • 110 EL ronan EN MOVlMIENTO

    amenazados pOl' costes que no pueden soportar 0 que ulrrajan su senrido de la jusricia.

    Los descontenros encuenrran oportunidades favorables para reclamar sus demandas cuando se abre el acceso institucional, cuando ernergen conflicros entre las elites, cuando pueden conseguir alianzas y disminuye la capacidad represora del Estado. Cuando todo esto se combina con una percepcion elevada de los costes que supondria la inaccion, las oportunidades dan lugar a episodios de accion pollrica colectiva,

    Por supuesto, hay que contemplar las oportunidades carnbiantes junto con elementos estructurales mas esrables -como la fuerza 0 debilidad del Esrado y las formas de represion que este emplea (Kriesi et al., 1995)-, los cuales condicionan la acci6n colectiva, Y, ademas, las oportunidades externas no producen necesariamente movimientos sociales duraderos. Ese proceso requiere el uso de repertories conocidos de accion colectiva por parte de los descontentos que encuadren dinarnicamente sus rnensajes, y que les perrnitan construir 0 acceder a estructuras de rnovilizacion unificadas (veanse los capnulos 6, 7 y 8). Adernas, al rnostrar a los aliados y exponer la debilidad de los enemigos, las oportunidades comunican una informacion vital para la creacion del movimiento.

    No solo eso: al comunicar informacion sobre 10 que hacen, una vez constiruidos, los movimientos crean oportunidades para sus seguidores, terceras partes, parridos y elites. Lo hacen difundiendo la acci6n colectiva y rnosrrando la posibilidad de crear coaliciones, creando espacio politico para movimienros emparentados y contramovimientos e incentives para que respondan las elites y rerceras partes. Los rebeldes que aprovechan las oportunidades poliricas que ofrecen los huecos estructurales son los catalizadores de los ciclos de protesta y los movimientos sociales, yen ocasiones de las revoluciones y lasrupturas democraticas.

    Las amenazas son el antimonic logico de las oportunidades, y pocos rebeldes arriesgarian su vida 0 su integridad fisica si no ternieran a su vez la inaccion, Pero las amenazas pueden dar lugar tanto al resentirniento sombrio como a la accion colectiva; s610 cuando las amenazas vienen acornpafiadas de la percepci6n de oportunidades para la accion y se considera que sus efectos son potencialmenre irreversibles si no se detienen, los descontentos se arriesgaran a llevar adelanre 10 que a menudo resulta un heroico fracaso (Golden, 1997) I.

    lmportancia de las oportunidades

    1 concepto de oportunidad politica se remonta, como gran parte de las teorfas contemporaneas sobre los' movimientos sociales, a la ultima gran con-

    OPORTUNIDAOES Y RESTRlCCIONES POLfTlCAS 111

    vulsion de Occidente: la decada de los sesenra, Muchas personas se sorprendie ron, en Europa y los EstadosUnidos, del modo en que los cambios en la sociedad moderna esraban arnpliando los incentivos para la accion colectiva, En Europa Occidental, el paradigma dorninanre -basado en los trabajos de Habermas y la Escuela de Frankfurt- se centro en la necesidad de crear nuevos espacios vitales producto del Estado del bienesrar capiralista, en los Estados Unidos, se penso que la mayor prosperidad y la rendencia "postmaterialista que fomentaba desencadenarian nuevos rnovimienros sociales entre aquellos cuya riqueza personal estaba 10 suficienternenre asegurada como para pensar mas alla de los bienes materiales (Haberrnas, 1981; Inglehart, 1977, 1990).

    Mientras que la Escuela de Frankfurt aporro una perspecriva cultural de los movirnientos sociales, la de los defensores .del posrrnarerialismo aprovecho el paradigma individualisra conocido habitualrnente como decision racional, Ambas perspectivas contribuyen a la cornprension de las razones de las movilizaciones; pero ninguna consiguio explicar por que algunas personas apoyaron estos movirnienros durante determinados periodos de la historia ni por que algunos paises occidentales -una extensa area de prosperidad y relativa homogeneidad culrural-s- experimentaron prorestas colectivas mas generalizadas en la decada de los sesenta que otros, Para resolver esas cuestiones serfa necesario averiguar el modo en que las estructuras sociales subyacentes y el potencial de rnovilizacion llegan a transformarse en accion 2. EI papel de las oporrunidades y las restricciones pollricas es crucial en esta rransformacion. Sirva como ejemplo las diferencias de las rnovilizaciones de la clase trabajadora en distintos paises occidentales en la decada de los treinta.

    En igualdad de condiciones, es mas probable que los rrabajadores se declaren en huelga durante un periodo de bonanza que durante una depresion 3. La logica de la conexi6n es meridianamente clara. La prosperidad economics aurnenta la demanda de mana de obra por pane del empresario, del rnismo modo que los mercados laborales cerrados reducen la cornpetencia por el trabajo. Los trabajadores, al tornar conciencia de esto, exigen salarios mas elevados, menos horas 0 mejores condiciones de trabajo. Como resulrado, la rasa de huelgas sigue la curva ascendente del negocio cuando el declive del ejercito de desempleados hace de los ernpresarios presa del mercado de trabajo, y una curva descendence cuando se reduce la demanda de mana de obra '.

    La depresi6n economica de los alios rreinta dio lugar a una serie de rnovirnientos sociales en Europa y Estados Unidos. Normalmente seria de esperar que las crisis economicas y el desempleo generalizado redujeran la acci6n colectiva. Pero en algunos paises occidentales los trabajadores de la industria

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  • 112 EL PODER EN MOVIMIENTO

    hicieron huelgas, se manifesraron y ocuparon las fabricas en respuesra a despidos y reducciones de paga, mientras que en otros no 10 hicieron 0 se dejaron reprirnir, Asf como los rrabajadores britanicos languidecieron durante la mayor parte de la Gran Depresion, y los obreros alemanes fueron brutalmente reprimidos por los nazis, los franceses y estadounidenses reaccionaron ante la crisis con un volurnen de acciones colectivas sin precedenres,

    ,Como podemos explicar el aurnento de conflictos laborales entre los obreros de Francia y Estados Unidos sornetidos a gran presion, mientras que en A1emania y Gran Bretafia los trabajadores acepraban su parte? Creo que la respuesta reside en los cambios en la estructura de las oportunidades y las restricciones polfticas que rodeaban a las diferenres clases trabajadoras. En los afios treinta hubo oleadas de huelgas en Francia y Estados Unidos, y no en A1emania 0 Gran Bretafia, porque las administraciones reformistas que habfan accedido al poder (en 1936 en Francia y en 1933 en Norteamerica) se rnostraron dispuestas a introducir innovaciones en las relaciones politicoecon6micas y rericentes a respaldar la represion obrera. Fueron las oporrunidades abiertas por el Frente Popular frances y el New Deal americano y la relajacion que propiciaron en la represi6n del movimienro obrero las causantes de los conflictos laborales en esrospalses, y no la gravedad del descontento en los trabajadores 0 la abundancia de sus recursos.

    Volviendo al presente, podemos apreciar que las oportunidades politicas son aprovechadas y rransforrnadas pOl' diferenres tipos de rebeldes bajo condiciones muy diversas. Comenzaremos clasificando la magnitud de las oportunidades que conrribuyen a configurar los movimientos, para despues mostrar el modo en que interseccionan con las tres principales dimensiones del Estado: su fuerza, sus estrategias dominantes y la represi6n que ejerce, Pero antes de cenrrarnos en estas tareas de analisis, veamos como puede usarse el concepto de oportunidades y restricciones cambiantes para comprender uno de los mayores hitos de la accion colecriva de los ultimos afios: el nacimiento de un rnovirniento de dernocratizacion en la antigua Union Sovietica,

    Liberalizacion y accion colectiua en fa antigua Union Soviitica

    A finales de la decada de los ochenta irrurnpio la accion colectiva en ellugar mas improbable del mundo: la muy centralizada antigua Union Sovietica controlada estrictamenre por la policia y el partido. Las investigaciones del politologo Mark Beissinger han documentado esre aumento de la accion polfrica colectiva, que se desarrollo fundarnenralmente en forma de manifes-

    OPORTUNIDADES Y RESTRICCIONES POLITICAS 113

    taciones pacificas, huelgas y marchas de protesta, aunque a veces adopro tambien formas violentas. La Figura 5.1 muestra las averiguaciones de Beissinger, resultado de su analisis de los aconrecirnienros de los ultirnos afios de la Union Sovierica.

    ,Como pudo hacerse realidad esa subita oleada de accion colectiva en un regimen tan centralizado y tan controlado policialmente? Tal y como 10 expuso Tocqueville, como la geme actua cuando tiene oportunidad de hacer10, el rnornento mas peligroso para un mal gobierno es aquel en el que intenta corregir sus metodos 0995: 176-177). Tocqueville escribia en relaci6n con la caida del Antiguo Regimen frances; si hubiera estado presente doscientos afios despues, bien podria haber aplicado su teorla a la Union Sovietica. AIlf, como en la Francia de la decada de 1780, un poder internsclonal enfangado en la corrupci6n y elletargo e incapaz de cornpetir con una sociedad mas dinarnica orientada hacia el mercado (Bunce, 1984-1985; Skocpol, 1979) pretendla reforrnarse desde dentro. El secretario del partido entrante, Mijail Gorbachov, estaba convencido de que su pais no podrla

    NUMERO DE MANIFESTACIONES DEPROTESTA

    Numero de sucesos par mes 220

    200

    180

    160

    140

    120

    100

    80

    60 40

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    n =6,644

    FIGURA 5.1. Mauilizaciones de protesta en manijestaciones en la antigun Union Sooietica, J987- J992.

    FUENTE: Mark Beissinger, "Event Analysis in Transitional Societies: Protest Mobilization in the Former Soviet Union.., en Dieter Ruchr, Ruud Koopmans y Friedheim Neidhardt (eds.), /1m ofDissent: The Study ofProtestin Contemporary Democracies (Berlin, Sigma, 1998).

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  • 114 EL PODm EN MOVIMIENTO

    sobrevivir como potencia mundial sin reformarse. A finales de los ochenta se engendro un proceso de liberalizacion que provoco una explosion de actividad politica organizada al margen del Esrado (Fish, 1995: 32).

    La liberalizaci6n cornenzo desde arriba, como resultaba inevitable en un sistema tan centralizado, con un cambio en la polltica oficial relativa a las asociaciones. Se propuso un concepw modesto de pluralisrno socialisra, que equivalla a tolerar defacto la formaci6n de algunas pequefias organizaciones no esratales de ciudadanos (Fish, 1995: 32). Pero no pasaria mucho tiernpo antes de que se crearan nuevas posibilidades para que asociaciones legales esrimularan la forrnacion de agrupaciones mas independientes, como pOI' ejemplo un grupo llarnado Memorial, dedicado a invesrigar los crimenes del estalinisrno, y otro llarnado Dignidad Ciudadana, para la prornocion de los derechos humanos (p. 32). Las nuevas oportunidades de acceso permiridas desde arriba ofrecieron huecos para que grupos menos legales se orgal1lzaran.

    Hasta cierto punto, el deseo de liberalizacion de Gorbachov se basaba en la idea de esrimular un debate mas abierto (glasnost). Pero pronto se dio cuenta de que, sin una renovacion de la dase polltica, sus planes se vertan obsraculizados poria obstruccion 0 la inacrividad oficial, y que podria perder el poder cornpletamenre. Para evirarlo transforrno las elecciones al Congreso Popular de los Dipurados, habitualmente formalistas, en "las primeras elecciones nacionales parcialrnenre abierras y cornpetitivas de la historia de la Union Sovietica. (Fish, 1995: 35-36). Aunque la norrnativa electoral reserva una rercera parte de los escafios a representantes nombrados pOI' el partido, ororg6 a unos cuantos individuos elegidos independiememente el manto de la legirimidad. "Tal vez 10 mejor de la voracion -escribe Steven Fish- fue que eugendro 10 mas parecido a una carnpafia electoral real que el pueblo habra conocido (p. 35).

    Pero los reforrnisras eran pocos y estaban desorganizados: a falra de recursos inrernos, unidos pOI' vinculos debiles y poca confianza mutua, pronto se dividieron en un conjunro de facciones y partidos en cornpetencia (Fish, 1995: 35 y ss.). Se beneficiaron, sobre todo, de apoyo externo, como el que les concedieron cuando el secrerario del Cornire Moscovita del Partido Cornunista, Boris Yeltsin, aprobo informalmente una conferencia de grupos de debate politico Hamada Iniciativa Social para la Perestroika (p. 32). Las contribuciones exrernas Hegaron rambien en forma de las huelgas promovidas en 1989 pOI' los mineros de carbon de Kuzbass y Donbass, y del Este de Europa, donde las reformas de Gorbachov -especialmente la retirada de la amenaza de inrervencion del Ejerciro Rojo- desencadenaron una oleada de rnovirnientos de dernocrarizacion (Fish: 39-41). El papel de estos aliados,

    OPORTUNIDADES Y RESTRICCIONES POLfTICAS 115

    ambos conscientes e involuntarios, incremento enormernente la confianza de los insurgemes en que era posible una aurenrica reforma.

    Esta posibilidad se hizo mas factible cuando comenzaron las grietas en la direccion del Partido Cornunisra. AI mismo tiernpo que el Soviet Supremo aprobaba en noviembre de 1989 un proyecw de ley de apertura de los medios de comunicaci6n y legalizacion del uso libre de irnprenta pOI' individuos privados, se suspendfa un popular programa de television, Vzgliad (punto de vista), y unidades especiales de policia continuaban reprimiendo las manifestaciones publicas, Tales inconsistencias comenzaban a revelar "una tension profunda y sistematica entre [... ] el pluralismo politico y la esencia centralista y monopolista del regimen (Fish, 1995: 40-41). A cornienzos de la decada de los noventa, esta conrradiccion se agudizo con el nacimiento de un movimienro de reforma en el interior del Partido Cornunista, la "Plataforma Dernocratica, cuyos miembros eran partidarios de un programa de reformas mas sistematico denrro del partido y reclamaban el establecimiento de una democracia parlarnentaria al estilo occidental (pp. 41-42). Como reaccion, los conservadores del partido crearon organizaciones ntere para buscar apoyo entre el publico (p. 40).

    AI inicio de la decada de losvnovenra, estos acontecirnienros vinieron acornpafiados pOI' una disrninucion en la capacidad -e induso en la voluntad- del Estado para reprimir la disidencia, exacerbada pOI' luchas internas entre los dirigentes que condujeron a la division. Una de las expresiones mas asombrosas de esra disrninucion fue la rolerancia mostrada ante las huelgas de los mineros y la aceptacion de los sindicaros independientes que estas crearon, al igual que la permisividad frente a las manifestaciones a gran escala de las ciudades (Fish, 1995: 45). Aunque la represion segula presente aqufy alla, la necesidad que tenia Gorbachov de convocar elecciones que renovaran la dase polfrica legirimo la discusion yel debate populares. Todavfa mas que en las elecciones de 1989, los comicios para elegir represenranres para las republicas, oblast, ciudades y distriros de 1990 fueron un rnomenro de rnanifesraciones masivas en buen mimero de ciudades rusas (p, 43).

    Estas elecciones, y las discusiones y rnanifestaciones que provocaron, llevaron ala forrnacion de una serie de nuevos partidos y movimienros, Como conduye Fish:

    La direcci6n y el partido podian irnpedir, obsrruir y coaccionar; pero ya no podian ni siquiera pretender iniciar, crear y convencer [...] Un conglomerado abigarrado de organizaciones sociales aur6nomas, a la vanguardia de un movimienro popular por la democracia, habia puesro el poder al descubierro [...] AI hacerlo, habian comenzado a empujarlo hacia su defunci6n (1995: 51).

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  • 11G EL PODER EN MOVIMIENTO

    Pero la aparicion de episodios de accion colectiva generalizados no constituye por sf misma un movimiento social. A falta de una red de lazes interpersonales 0 de una identidad colecriva, estas organizaciones no consiguieron ni la unidad ideologica ni el temperamento organizativo necesarios para crear un movirnienro social sostenido. Hacia 1992, el regimen se desrnorono, fruto de la descomposicion ideologica y territorial, pero en su cafda los opositores se dividieron y un antiguo miembro del aparato, Boris Yeltsin, surgio por encima de los dernas. Los opositores que actuaron entre 1989 y 1991 habfan ereado oportunidades para aquellos que estando dentro del sistema tuvieran la volun tad y la capacidad para aprovecharlas.

    La breve descripcion de los acontecimienros que dieron lugar al nacimiento de la accion pollrica colectiva en la antigua Union Sovietica no solo rnuestra la importancia de las oportunidades polfticas para transformar eI potencial de rnovilizacion en acci6n, sino que tambien nos ayuda a delimitar el concepto y a identificar algunas de sus dimensiones bdsicas. Las mas irnportantes son: (l) la apertura del acceso a la participacion de nuevos actores; (2) las pruebas de nuevas alianzas pollricas en el seno del gobiemo; (3) la aparicion de aliados influyentes; (4) la aparicion de divisiones entre los dirigentes; y (5) una disminucion en la capacidad 0 la voluntad del Estado de reprimir la disidencia. En la siguiente seccion examinaremos sucesivamente cada una de estas dimensiones.

    Dimensiones de las oportunldades

    AI hablar de estrucrura de las oportunidades polfricas me refiero a dimensiones consecuentes -aunque no necesariarnente formales 0 permanentesdel enrorno politico que ofrecen incentives para que la gente participe en acciones colectivas al afectar a sus expectarivas de exito 0 fracaso (Gamson y Meyer, 1996). En cornparacion con los teoricos de la rnovilizacion de recursos, con quienes a menudo se les confunde, los seguidores de la tradicion de las oportunidades pollticas hacen hincapie en la rnovilizacion de recursos extern os al grupo 5. Adernas, la mayorla se concentran en los elementos de oportunidad percibidos por los rebeldes, ya que los cambios estructurales que no se experimentan diffcilmente podran afectar al comportamiento de la gente, excepto de forma indirecta,

    En ocasiones, las oportunidades pollticas se abren para ciertos grupos y se cierran para otros, tal y como rnuestran los ejemplos que siguen, extraidos de la decada de los treinta, del mismo modo que las oportunidades para la protesta son a veces mayores en algunas regiones 0 ciudades que en otras

    OPORTUNIDADES Y RESTRICCIONES POLlTICAS 117

    (Agnew, 1997: iv). No obstante, a pesar de estas diferencias, los movirnicntos emergen gracias al aumento, experirnentado por la polftica en general, de

    i las condiciones favorables para la movilizacion, como fue eI caso cuando los movimientos pacifistas, esrudiantiles y feministas en Norteamerica a finales

    \ ! de los sesenta aprovecharon un ensanchamiento generalizado de la estructuI

    ra de las oportunidades, Algunos seetores del movirniento se yen particularmente afectados por estos cambios en las oportunidades, como Ie ocurri6 al movimiento por la paz en la decada de los ochenta (Meyer, 1990), pero mas frecuenternente las oportunidades que alcanzan a algunos esran disponibles tarnbien para los demas. En los sesenta, la mayorfa de los activistas se refedan solo a e] movirniento.

    Las oportunidades pollticas pueden no resultar aparentes a primera vista para todos los potenciales participantes de la accion colectiva, De heche, una de las ventajas que aporta eI concepto es que nos ayuda a comprender eI modo en que las movilizaciones se contagian a partir de grupos con profundos agravios y abundantes recursos a otros con menores quejas y recursos. Los primeros en plantear desaffos a las elites y las autoridades ponen al descubierto la vulnerabilidad de quienes ostentan el poder y les hacen accesibles a los ataques de acto res colectivos mas debiles, Por el mismo motive, estos grupos se hunden mas facilmente cuando se les cierran las oportunidades, dado que carecen

    , de los recursos necesarios para mantener la accion colectiva, Esto signiflca que -aunque el terrnino estructura se ha utilizado con frecuencia como caracterfstica de las oportunidades politicas 6_ la mayorfa de las oportunidades y de las restricciones dependen de la situaciori y no permiten compensar a largo plaza la escasez de recursos culrurales, ideologicos y organizativos.

    EI incremento del acceso

    Las personas racionales no suelen atacar a oponentes bien pertrechados cuando las oportunidades estan cerradas, es eI acceso parcial a la participacion 10 que les ofrece los incentives para hacerlo. 2Son entonces mas proclives a emprender acciones colectivas las personas que disfrutan de todos los derechos polfticos? Peter Eisinger sostiene que la relacion entre protesta y oporrunidad politica es curvillnea: ni el acceso total ni su ausencia fornentan el grado maximo de accion colectiva, Siguiendo los pasos de.Tocqueville, Eisinger (1973: 15) escribe que la protesta es especialmente probable en sistemas caracterizados por una mezcla de facrores abiertos y cerrados 7.

    Donde mas obviarnenre se expresa la expansion del acceso es en las elecciones. Piven y Cloward indican, por ejemplo, como la cafda del Sur pro

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  • 118 EL PODER EN MOVIMIENTO

    fundo norteamericano en la decada de los cincuenta arnplio las oportunidades de los elecrores negros (1977). Esto se repitio en 1992, cuando un infilrrado como Ross Perot creo un movirniento para apoyar su carnpafia electoral a la Presidencia. De modo similar, las elecciones de 1994 en Italia vieron nacer un nuevo rnovirniento encabezado por el magnate de la informacion Silvio Berlusconi. Las elecciones son un paraguas bajo el que a menudo se forman los nuevos oponentes.

    En los sistemas dernocraticos, las elecciones son eventos rutinarios, dominados habitualmente por los partidos constitucionales, que aprueban las leyes necesarias para mantener su monopolio de representacion. Pero en los sistemas no dernocraticos, las nuevas posibilidades de acceso pueden desencadenar la accion colectiva, como mostraba nuestro ejemplo de la Union Sovietica, En Checoslovaquia, al mismo tiernpo, la aparicion de un Cemro Estudiantil de Prensa e Informacion ofrecio a los estudiantes de Praga un recinto donde podian ponerse en contacto y la seguridad de que la accion politica seria tolerada (van Praag, 1992). En la antigua Yugoslavia, los futuros nacionalistas ya estaban situados de tal modo que pudieron aprovechar el periodo posrsovietico para realizar reformas constitucionales que les otorgaran mayores recursos institucionales (Bunce, en preparacion). Cuanro mas estrechos son los caminos de participacion preexistentes, mas probable resulta que cada nueva apertura produzca nuevas oportunidades para la accion politica colectiva,

    Alineamientos inestables

    Un segundo aspecto de la estructura de las oportunidades que fornento la accion colectiva en la Union Sovietica fue la inestabilidad de los alineamientos politicos, indicada en los sistemas pluralistas por la inesrabilidad electoral. La cambiame fortuna de los partidos del gobierno y la oposicion, especialrnente cuando se basan en nuevas coaliciones, crea incertidumbre entre los seguidores, anima a los desafecros a intentar ejercer un poder marginal y puede inducir a las elites a competir en busca de apoyo fuera del estarnento politico.

    La importancia de los realineamientos electorales a la hora de abrir oporrunidades pollricas puecle apreciarse en el movimiento americano por los derechos civiles. Durante los afios cincuenta, los exclusionisras raciales del ala surefia del Partido Dernocrata se vieron debilitados por las fugas al Partido Republicano, mientras que el nurnero de inclusionistas- fue forraleciendose (Vallely. 1993). Tanto el declive del voro blanco surefio como el

    OPORTUNlDADES Y RESTRlCCIONES pOLfTICAS 119

    paso de los votanres afroamericanos a las ciudades incrementaron los incenrivos para que los dernocratas buscaran el apoyo de la poblacion negra. Con su reducidfsirno margen electoral, la Adrninistracion de Kennedy se vio obligada a dejar de hacer remilgos y rornar la iniciativa en favor de los derechos humanos.

    Como dernuestran los levantarnienros campesinos en los sistemas no dernocraticos, la inestabilidad fornenta la accion colectiva no solo en los sistemas representativos. Los campesinos son especialrnenre proclives a rebelarse ante las autoridades cuando en el muro de su subordinacion aparecen venranas de oportunidad. Esto es 10 que descubrio Eric Hobsbawm al examinar la historia de las ocupaciones de rierras en Peru (1974). Lo mismo podrfa decirse de los campesinos que ocuparon ciertas partes de los larifundios del sur de Italia tras la Segunda Guerra Mundial. Suhambre de tierra y su resentirniento por los abusos de los terratenientes se remontaban a tiernpos inmemoriales; pero fueron la caida del regimen fascisra de Mussolini, la presencia de los ocupantes americanos -propensos a la reforma- y los carnbiantes alineamientos de los partisanos los que transformaron su resentimiento habitual en una lucha por la tierra (Bevilacqua, 1980; Tarrow, 1%7). En los pafses menos dernocraticos, la ausencia'de competencia rutinaria convierte cualquier signa de inestabilidad polirica en una sefial y una Fuente de accion colectiva.

    Elites divididas

    Como ya vimos cuando surgio una faccion reformists en el Partido Cornunisra de la Union Sovierica, los conflictos en el interior de la direccion 0 entre dirigentes esrimulan los brotes de accion colecriva. La division entre las elites no solo aporta incentives a los grupos con escasez de recursos para que asuman los riesgos de la accion colectiva, sino que tarnbien animan a una parte de esa elite apartada del poder a adoptar el papel de tribunes del pueblo.

    La historia proporciona numerosos ejemplos de que la division entre la clase dirigente aporta recursos a los movirnientos emergentes. En el Antiguo Regimen frances, personas como Lafayette y Mirabeau rompieron los vlnculos con su propia clase para hacer causa cornun con el bajo clero y el tercer estado, Dosciemos afios mas tarde, el divorcio entre los dirigentes desempefio un papel fundamental en Europa Central, especialmente despues de que Gorbachov advirtiera a los Estados cornunistas de la region de que el Ejercito Rojo no intervendrla en el futuro en su defensa. Esto fue interpretado por

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    \ los grupos insurgentes como una serial para organizarse y por muchos dirigentes como un incentive para cambiarse de bando. Las divisiones internas fueron tarnbien importances en la transicion hacia la democracia de palses autoritarios como Espafia y Brasil, en las decadas de los seterita y ochenta, cuando las diferencias entre quienes defendfan una linea blanda 0 una linea dura crearon aperturas que los rnovirnientos de oposicion pudieron explotar (Berrneo, 1997; O'Donnell y Schmitter, 1986: 19).

    Aliados injluyentes

    Un cuarto aspecto de las oportunidades polfticas, evidente en la aparici6n de la acci6n colectiva en la antigua Union Sovierica, fue la presencia de aliados influyentes en el interior de la direccion del Partido Comunista. Los disidentes se sienten animados a participar en acciones colectivas cuando poseen aliados que pueden defenderles frente a los tribunales, protegerles [rente a la represion 0 negociar favorablernenre en su nombre. Tanto gracias al aparente apoyo con que Yeltsin conraba para sus iniciativas como a las actividades independientes de los mineros.ydisidenres de la Europa Oriental, los opositores de la Union Sovierica adquirieron confianza y modelos para la acci6n colectiva,

    Ellibro de William Gamson sobre acci6n colectiva en los Estados Unidos (1990) aporta pruebas hist6ricas de procesos similares en los sistemas democraticos. Sus investigaciones muestran una correlacion entre la presencia de aliados influyentes y el exito de un rnovimiento. En los cincuenta y tres grupos de conflicto que estudio Gamson, la presencia 0 ausencia de aliados politicos dispuestos a ayudarles estaba Inrimarnente relacionada con el exito o el fracaso de los grupos (1990: 64-66). Craig Jenkins y Charles Perrow descubrieron una correlacion similar cuando estudiaban los movimientos de los trabajadores agricolas norteamericanos en los afios cuarenta y sesenta: la venraja de la United Farm Workers en los sesenta residia en la presencia de parridarios externos de los que sus predecesores de los cuarenta carecfan (1977). Una de las razones para ellargo mayo elastico de Italia fue la presencia del Partido Socialista en el gobierno, caracterizado durante un tiernpo por defender a quienes quedaban fuera del sistema (Tarrow, 1989a).

    Los partidos politicos son importantes aliados de los disidentes en los sistemas representatives. En general los partidos de la izquierda suelen ser mas favorables a los desconrentos que los partidos moderados 0 conservadores; y dentro de la izquierda, los partidos de la Nueva Izquierda, como los Verdes europeos, son mas abiertos a los movimientos de espacio vital que los de la

    izquiercla traclicional, mas receptivos a rnovimientos clisuibutivos (Kriesi et al., 1995: cap. 3). Los partidos de la derecha se yen inf1uiclos por los nuevos movimientos religiosos, como la Coalici6n Cristiana, y par los grupos economicos de interes, aunque los primeros quizas cueriten con un mayor poder marginal debido a su capacidad para movilizar votantes de todas las clases socioecon6micas.

    Los aliados influyentes han resulrado ser especialmente irnportanres para los nuevos movirnicntos en los sistemas no dernocraticos, donde apenas tienen acceso a recursos internes. Por ejernplo, en America Central los movimientos campesinos se beneficiaron de sus aliados externos, especialmenre trabajadores religiosos, organizadores sindicales, guerrillas revolucionarias, activistas de partidos politicos y cooperantes (Brockett, 1991: 258). En Polonia, la Iglesia cat61ica contribuyo a incubar la resistencia y a proteger a los activisras de represalias en los afios setenta y ochenta (Osa, 1995). Los aliados dentro del sistema son un recurso externo del que en ocasiones pueden servirse actores sociales por 10 dernas carentes de recursos, especialmente en entornos autoritarios y represivos.

    Represion y ftcilitaci6n

    Segun la definicion de Charles Tilly, la represi6n es cualquier acci6n por parte de un grupo que eleva el coste de la accion colectiva del contendienre, Una accion que reduce el coste de la acci6n colectiva es una forma de facilitacion (1978: 100). EI desarrollo de los Estados modernos produjo poderosas herrarnientas para la represion de la polftica popular, si bien algunos aspectos del desarrollo del Estado facilitaron la aparicion de movimientos, como vimos en el capitulo 4.

    Es ficil entender por que la represion es un destine mas probable de los rnovirnicntos que exigen carnbios fundamentales y suponen una amenaza para las elites que de los que se limitan a solicitar mejoras (Gamson, 1990, cap. 4). Y tam bien es obvio que, si bien los Estados autoritarios reprimen los movimientos sociales, los representatives los facilitan. No obstante, existen aspectos de los Estados represivos que fornentan la acci6n colecriva y caracterlsticas de los representatives que privan a los rnovimientos de su aguij6n. Nos extenderemos mucho mas sobre la represion y la facilitacion posteriormente.

    Estes aspectos de la estructura de las oportunidades y las restricciones polfricas cambiantes estan dispuestos diferencialmente en los diversos sistemas, y cambian con el tiernpo, a menudo independienternenre los unos de

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    los otros, pero a veces en intima conexion, Las divisiones entre elites y los realinearnientos politicos pueden actuar conjuntarnente para inducir a las elites insatisfechas, 0 incluso a los gobiernos, a buscar el apoyo de los de fuera. Cuando las facciones minoritarias de la elite se convicrten en aliados influyentes de los rebeldes, los desaffos exteriores al cuerpo politico se combinan con la presion interior para crear grandes ciclos de accion colectiva, No obstante, todos estos cambios deben examinarse en el contexto de los aspectos mas estables de las oportunidades y las restricciones.

    Los Estados y las oportunidades

    Los aspectos de la estructura de las oportunidades se especifican como cambios en las oportunidades. Pero existen tambien aspectos mas estables del binornio oportunidades-restricciones que condicionan la acci6n polfrica colectiva, Una primera serie de facto res esta relacionada con el concepto de fuerza del Estado; una segunda, con las estrategias que los Estados suelen emplear contra quienes reran su poder; y finalrnente una tercera se refiere al problema de la represion y el control social.

    La[uerza del Estado y las estrategias dominantes

    ,Ignoran aurornaticarnenre los Estados fuerres a los movimientos, mientras que los debiles deben sufrir sus hostilidades? En su forma mas habitual, el razonamiento sobre la fuerza del Estado plantea que los Estados centralizados que disponen de instrumentos eficientes para hacer politica atraen a los actores colectivos a la cumbre del sistema polfrico, mientras que los Estados descentralizados proveen multitud de objetivos en la base del sistema B. Los Esrados fuertes tienen rarnbien la capacidad de imponer la polftica que decidan seguir. Cuando dichas polfticas son favorables a las exigencias de los movimientos, estes graviraran hacia formas convencionales de protesta; pero cuando son opuesras, surgen la violencia 0 la confronracion 9.

    Al invitar a la crftica y la parricipacion, los sistemas descentralizados suelen expulsar a los elementos mas amenazantes de la polfrica popular, como ocurrio en los Estados Unidos tras los disturbios raciales de los sesenta (Lipsky y Olson, 1976). El federalismo especialrnente invita a los rnovirnienros a incorporarse a sus instituciones, porque proporciona multiples espacios alternativos para la parricipacion (Tarrow, 1998c). En su trabajo de invesrigacion sobre el movimiento por la rernplanza, Ann Marie Syzmanski

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    sefialo que sus dirigentes se trasladaban esrrategicamente de un nivel a otro del sistema federal, y 10 mismo proponian reforrnas constitucionales que sistemas de organizaci6n locales (1997). Los Estados mas centralizados facilitan en menor medida la pracrica de esa estraregia flexible y esa rnultiactividad.

    Los contrastes que presentan el rnovimienro estudiantil frances y el norreamericano de la decada de los sesenta probablemente rienen su origen en la diferente escala de cenrralizacion de ambos Estados. EI primero no esrallo hasta los comienzos de 1968, se extendio inrnediatamente y enseguida se traslado al ruedo politico, desencadenando una convulsion que llego a amenazar a la Quinta Republica Francesa (vease el capitulo 10). EI segundo produjo una serie de campafias de protesta mucho mas largas y descentralizadas en los campus universirarios de todo Estados Unidos, para verse finalmente diluido en los diversos afluentes de la Nueva Izquierda (Tarrow, 1989a).

    Tarnbien las diferencias en el grade de forraleza del Estado influyeron en el desigual ritrno y progreso de las revoluciones de la Europa socialista, Polonia, un Esrado que nunca lIeg6 a estalinizarse por complete, cre6 el rnovirniento pionero y fundamental en las huelgas de Solidaridad de la decada de los ochenta, mientras que Checoslovaquia, sornetida a un control estalinista brutal a partir de 1968, fue de las iiltimas en rebelarse. La precocidad polaca y el retraso checoslovaco estaban relacionados con la fuerza respectiva del socialismo de Estado de los dos pafses.

    En contextos autoritarios, si bien es cierto que la represi6n aplasra las iniciativas de resisrencia en la mayoria de las circunstancias, la centralizaci6n del poder ofrece a los disidentes una ventaja peculiar: un campo de batalla unificado y un blanco centralizado al que atacar cuando el sistema se debilira. Esta es una de las razones que contribuyeron al rapido desmoronarnienro del socialismo de Estado en Europa del Este a partir de 1989. En aquellos lugares donde eI poder esta centralizado y las circunstancias hornogeneizadas, una vez que se abren las oporrunidades, como ocurrio cuando Gorbachov inici6 las reforrnas, se facilita la estructuracion y la organizaci6n de los movimientos sociales. Valerie Bunce afirrna que, en esos sistemas, el arma de los debiles es que "poseen muchas cosas en comun (1991: 6).

    Si consideramos exclusivarnente el concepto de fuerza del Estado como guia para la accion, este resulta algo rigido y falto de operatividad. Algunos Estados, sean fuertes 0 de biles, utilizan una estrategia predominante incluyenre contra quienes les desaffan, consistente en responder a sus demandas absorbiendolas y facilirando su incorporacion a la polltica (Gamson, 1990: cap 2). Otros, sin embargo. utilizan estrategias excluyentes, Hanspeter Kriesi y sus colaboradores consideran que estas esrrategias predorninantes varian sisternaticamente en los diferentes paIses (1995: 40-44).

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    Las estrategias predominantes se relacionan con la fuerza de los Estados de una manera interesante. Cuando investigaron sobre actos de protesta en cuatro pafses europeos, Kriesi y sus colaboradores averiguaron que Suiza (pais que consideran debil y que usa una estrategia inclusiva) contaba con un nivel alto de rnovilizacion y un nivel bajo de violencia y confrontaci6n. AI orro extrerno se encontraba Francia (que Kriesi uriliza como ejemplo de Esrado Iuerte y con estrategias exclusivas), con un nivel menor de rnovilizacion y mayor de confrontaci6n (1995: 49) 10. Consideremos los otros dos casos: Suecia, con un Estado socialdemocrata fuerte, rnantiene una estrategia mas inclusiva frente a la acci6n colectiva (Kitschel, 1986), rnienrras que Italia, al menos hasra la decada de los noventa, era un Estado debil con una estrategia excluyente hacia la izquierda, Estas interrelaciones entre la fuerza de un Esrado y su estrategia predominante se muestran en la figura 5.2.

    FUERZA DEL ESTADO

    ESTRATEGIA PREDOMINANTE DEL ESTADO Esrados debiles Esrados fuenes

    Inclusiva Esrados Unidos Suecia Exclusiva Iralia Francia

    '..'"

    FIGURA 5.2. Fuerza del Estado y estrategias predominances comoprincipios estructurales pam la accion colectiua en algullIlS democracies occidentales.

    FUENTE: Adaptado de Hanspeter Kriesi, R. Koopmans,]. V. Duyvendak y M. G. Giugni, ThePolitics o/New Social Movements ill Westem Europe (Minneapolis, University oi Minncsota Press, 1995), p. 37.

    Aunque la tipologia de Kriesi results util, debemos evirar el esquernarismo. Seria mas sencillo utilizar la fuerza del Estado como un modo global para predecir la accion colectiva si fuera realrnente una constante. Pero tanto la fuerza como la debilidad son valores relatives que varian para los diferentes sectores y niveles del Estado, Cuando los activistas por la rernplanza de Ann Marie Szymanski consideraron que el Esrado nacional era dernasiado fuerte para resquebrajarse, adoptaron la estrategia de pensar globalmente, actuar localrnente. ~Es el Esrado norteamericano fuerre 0 debil? Depende del lugar al que se ataque; por ejemplo, Peter Eisinger constaro que las protesras urbanas eran mucho mas habituales en las ciudades no reforrnadas, dirigidas por un alcalde y un consejo municipal, que en las reformadas, gobernadas por un gestor y un consejo (1973).

    Igual cautela debe mosrrarse sobre eI uso del concepto estrategias predominantes. Por ejernplo, el Estado norteamericano -inclusivo cuando

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    entran en juego protestas civicas protagonizadas par la clase media- ha sido generalmente muy exclusive frente a los ataques a la propiedad privada. Como resultado de esta diferencia, Estados Unidos presenta una puerta abierta a los grupos que persiguen rnetas modestas -los llamados movimientos de consenso estudiados por McCarthy y Wol[~on (1992)- pero levanta una barricada contra aquellos que desaHan al capital 0 a la seguridad nacional.

    Adernas, ni la fuerza del Estado ni las estrategias predominances son independientes de otros factores politicos, que varian como resultado de las guerras, las elecciones, las nuevas coaliciones de partidos y los cam bios en la opinion publica. Un Estado fuerte en manas de una mayoria polirica unificada se debilita rapidamente cuando esa mayo ria se divide 0 crece la oposici6n contra ella. Un Estado que es fuerte cuando disfruta de la confianza del mundo de los negocios se debilita cuando se dispara la inflaci6n yel capital escapa al extranjero. Cuando aparece un nuevo actor colectivo -como el fundamentalismo islarnico en Iran a finales de los serenta-s-, un Estado aparentemente fuerte como el del sha puede marchitarse a roda velocidad.

    Las divisiones entre la elite son una Fuente de debilidad politica que se puede confundir facilmente con un Estado estructuralrnente debil. Asi, hasta la Guerra Civil, la elite nortearnericana, regionalmente dividida, limitaba la fuerza del Estado central. Con la derrota militar y polfrica del Sur, el Esrado se fortaleci6 considerablernente, convirriendose en un Leviaran yanqui, en palabras de Richard Bensel (1990). Por el contrario, el Iuerre Estado frances gobernado por elgeneral de Gaulle se debilito cuando asurnio el poder eI presidente Chirac, menos carisrnatico y cuyos seguidores estaban ideologicamente divididos.

    Formas de represion

    La represion puede deprimir la accion colecriva 0 elevar el coste de la organizacion y movilizacion de la opinion publica (Tilly, 1978: 100-102). Aunque la supresion sea una medida mas brutal y temible, esta comprobado que el aurnento de los castes de organizacion y movilizacion es una estrategia mas efectiva a largo plaza. Por ejemplo, al comparar las ciudades surefias qLle utilizaban los tribunales para bloquear las iniciativas de los activistas par los derechos civiles con aquellas que usaban a la polida para reprimidas, Steven Barkan descubrio que las primeras pudieron resistirse a la inregracion racial mas tiempo que las ultimas (1984). Igualmente, durante la epoca de McCarthy, para los conservadoresfue mas sencillo incrementar

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    el coste de afiliacion al Partido Comunista que prohibir las huelgas 0 las manifestaciones.

    Sin embargo, no siempre es faci! eliminar las condiciones previas de la accion colectiva, Como el aumento de los costes de organizacion es una variable no selectiva, el primer impedimento es el coste. tanto financiero como administrative. El segundo es que la represion no selectiva rarnbien silencia la cdtica constructiva y bloquea el flujo de informacion hacia arriba. Finalmente, en condiciones de depresion organizativa generalizada, cuando lIega a materializarse la accion colectiva, esra deja de ser un arroyo para transformarse en un torrente a medida que la gente descubre que otros como ellos han tornado las calles (Kuran, 1991).

    El encarcelamiento de los sublevados y de los revolrosos en potencia siguio siendo la principal respuesta a la accion colecriva hasta despues de la Segunda Guerra Mundial, cuando primero los ciudadanos de la region ocupada de Ruhr, en Alernania, posteriorrnente Gandhi y, despues, los ltderes del rnovimienro americano por los derechos civiles inventaron la desobediencia civil. Descubrieron que lIenar las carceles hasta los topes y ganarse las sirnpatlas del publico eran formas de presion eficaces (Ackerman y Kruegler, 1994; Sharp, 1973). Desde entonces, la desobediencia civil no violenra se ha convertido en una de las armas pollticas fundamentales dentro del conjunto de la accion colectiva (vease el capitulo 6).

    En respuesta al creciente exito de las protesras no violentas de la decada de los sesenta, tanto en Estados Unidos como en Europa, la polida y los rribunales comenzaron a aceptar como legitimas formas de accion que previamente se hablan considerado amenazas para el orden civil. Asf pues, las sentadas, que hablan sido casi universalmente castigadas can la cdrcel cuando empezaron a utilizarse, fueron cada vez mas toleradas en la decada de los sesenta como una forma de discurso, extendiendose entre los grupos progresistas y liberales, antes de ser adoptadas por sus enemigos ideologicos, como el rnovirnienro contra el aborto, cuando este se consolido en la decada de los ochenta (Sraggenborg, 1991).

    La tolerancia con la accion direcra no violenta es, no obstante, un arma de dos files. Por una parte, ofrece un medio relativamente libre de riesgos para reunir a un gran nurnero de personas y darles la sensacion de que estan haciendo algo significativo en nombre de sus convicciones. Por otra, priva a los organizadores del arm a poderosa de la indignacion. Resulta mas sencillo movilizar gente contra una polida violenta y arbitraria que arroja a la carcel a unos jovenes y sinceros rnanifestanres que contra unas autoridades piiblicas razonables que organizan seminarios para los rnanifesranres y protegen su derecho a la libre expresion frente a sus oponentes (della Porta y Reiter, 1997).

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    La facilidad con que puede organizarse la opinion en los sistemas representativos y encontrar canales legltirnos para su expresion persuade a muchos rnovimientos a acudir a las elecciones. La dinamica funciona mas 0 menos asf: un rnovimienro organiza rnanifestaciones masivas para exigir sus demandas; el gobierno permite e incluso faci!ita su expresion continuada; el crecirnienro numerico de quienes apoyan la causa provoca la eleccion de candidates para cargos publicos; a partir de ese rnornento, el rnovirniento se convierte en un partido 0 se incorpora a uno ya existente para influir en su programa.

    Esta secueneia llevo a los movimientos feministas norteamericanos a una alianza permanente can el Partido Dernocrara en las decadas de los setenta y los ochenta (Costain y Costain, 1987). La misma logica dividio a la extrema izquierda italiana a rnirades de los setenta, cuando algunos de sus integrantes abandonaron la accion colectiva para formar los parridos de la Nueva Izquierda (della Porta, 1995; Tarrow, 1989a). El mayor exiro de esta estrategia electoral fue la forrnacion de los par tid os verdes en algunos palses del norte de Europa, que se integraron rapidamenre en el juego parlarnentario de la polltica. En Suiza,: el uso de instituciones dernocraricas directas parece moderar la accion de los movimientos sociales y favorecer los movimientos moderados a expensas de los dernas (Kriesi y Wisler, 1996).

    Paradojas represiuas

    Que los Esrados autoritarios desincenrivan la politica popular va irnplfciro en su definicion. Pero el exira de la represion puede producir una radicalizacion de la accion colectiva y una organizacion mas eficaz de los oponentes al ticmpo que los disidentes moderados abandonan la lucha y los mas militantes ocupan una posicion central. Despues de rode, no fue en la Gran Brerafia dernocratica ni en la Francia republicana donde los anarquistas del siglo XIX emprendieron el camino del terrorismo, sino en la Rusia autocrarica y en las semiconstitucionales Italia y Espana. Y sabemos como la atmosfera represiva de la Rusia zarisra conrribuyo a la radicalizacion yel cierre sobre sf misma de la socialdemocracia de aquel pais (Bonnell, 1983).

    No todos los Esrados represivos suprimen con la misma eficacia las oporrunidades para la accion colecriva, Por ejemplo, en la Italia fascista hubo grupos en el sene de la Accion Catolica italiana que se organizaron para la resisrencia bajo el paraguas de legitimidad del Concordato fascista con el Vaticano (Webster, 1960, caps. 10 y 11). En la Polonia cornunista, los libros y ardculos de los escrirores de Solidaridad siguieron publicandose incluso durante el periodo de ley marcial en los ochenta (Laba, 1990: 155).

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    La represi6n sistematica de la acci6n colectiva en los sistemas no represcntativos otorga una coloracion polltica a actos ordinarios. La palabra V E R D I pintarrajeada en las paredes de Milan en 1848 no hada referencia al compositor nacionalista, sino que era el acronirno de la consigna Vittorio Emmanuele Re d'Italia (Vfctor Manuel rey de Italia), Las pintadas en las paredes de los edificios durante la decada de los ochenta comunicaban a todo el que supiera leer hasta que punto se sentla ajena a su gobierno la sociedad rusa (Bushnell, 1990) II.

    En Estados menos decididamente autoritarios, incluso el modo en que la gente saluda con el sombrero 0 se dirige a otros puede indicar disension, como descubri6 James Scott en su investigaci6n sobre Malasia (1985: cap. 7). Estas transcripciones ocultas- rara vez producen acciones colectivas, pero pueden minar el consenso de un modo diffcil de reprimir, ya que ningun caso aislado cruza la Frontera que va del resentirniento a la oposici6n. Los Estados represivos reprimen la accion colectiva de tipo convencional y combativa, pero se rnuestran abiertos a las movilizaciones discretas. t.stas constituyen sefias de solidaridad, que se convierten en un recurso cuando surge la oportunidad.

    Si bien los Estados autoritarios reprimen sistematicamente la acci6n colectiva, la ausencia de canales habituales para [i{expresi6n de opiniones convierte incluso a los disidentes moderados en opositores del regimen, obligandoles a planrearse el problema de su derrocamiento como condici6n para la refermao Como escribio Marx en 1843 acerca de la diferencia entre la monarqufa francesa, relativamente liberal, y el represivo Estado prusiano: En Francia, la ernancipacion parcial es la base de la ernancipacion universal. En Alemania, la ernancipacion universal es la conditio sine qua non de cualquier ernancipacion parcial (1967: 262-263). Esto resulra particularrnenre cierto cuando la represion apunta a la supervivencia colectiva de los grupos amenazados.

    Amenazas y oportunidades

    Hasta ahora hemos hablado principalmente de las oportunidades para la accion colectiva y de sus restricciones. La percepcion de estos cam bios induce a gente que de otro modo habrta permanecido en casa a participar en acciones colectivas costosas, frustrantes y posiblemente peligrosas. Pero hay en juego otra serie de variables, de las que conocemos mucho rnenos, que logicamente estimulan a su vez [a acci6n colectiva: las amenazas a los interescs, los valores y, a veces, la propia supervivencia que diferentes grupos e individuos experimentan.

    Ol'ORTUNlDAOES y RESTRlCCIONES l'OLtTICAS 129

    Podemos empezar por considerar la lucha popular como un problema de acci6n colecriva que debe enfrenrarse con una serie de costes y obstaculos, Desde el punto de vista de la simple movilizaci6n de recursos, sed. mas probable que participen en la accion colectiva aquellos que tienen menos que perder, ya que poseen mayores recursos. Pero desde el punto de vista de quien intenta atrapar las oportunidades externas, son quienes mas tienen que perder quienes participaran con mas probabilidad, ya que la inaccion les resulta mas amenazante.

    Vamos a considerar la expansion de los asenrarnientos judfos alrededor de jerusalen, anunciada por el primer ministro israeli Netanyahu a comienzos de 1997, en abierta oposicion a los acuerdos de Oslo que su gobierno habia jurado mantener; esta decision amenazaba la integridad del futuro Estado palestine y no podfa sino desencadenar una respuesta indignada por parte de los residentes arabes de jerusalen y la recientemente creada Autoridad Palestina. La amenaza de verse asfixiados por la tenaza de los hechos consumados israelfes fue un incentivo fundamental para la protesta palestina. De hecho, podrfa decirse que la escandalosa decision de Netanyahu proporciono una oporrunidad para la protesta popular que el gobierno de Yasser Arafat no habrfa sido capaz de organizar por sf solo.

    Una manera de teorizar sobre la importancia de las amenazas a la hora de desencadenar la accion colectiva nos la ofrece la teorfa de las posibilidades del ya fallecido psicologo de Stanford Amos Tversky (vease Quatrone y Tversky, 1988). Tversky y sus colaboradores sostenlan que los individuos reaccionan de maneras diferentes frente a la posibilidad de ganancias y de perdidas y que emplean distintas heuristicas para tornar decisiones contexrualmente contingentes. La actitud de un individuo ante el riesgo depende de si los posibles resultados se perciben como perdidas 0 como ganancias, en relacion con el punto de referencia (p, 722).

    Aplicando la perspectiva de Tversky a la teorfa de Ia accion colectiva, Jeffrey Berejikian defiende que ganancias y perdidas tienen un potencial diferente para provocar la confrontaci6n, y que el coste -0 la amenaza- potencial proporciona mucha mas energia que la esperanza de obtener ganancias (1992). Aunque no se ha realizado ningun trabajo de campo para probar esta hipotesis, Berejikian interpreta una serie de casos historicos en apoyo de su tesis. En concreto, defiende que hay mas posibilidades de que la accion colectiva revolucionaria se dispare por la arnenaza de perdidas. Escribe que los campesinos que atraviesen transformaciones de la estructural social que conduzcan, por ejernplo, a una mayor vulnerabilidad ante las crisis de subsistencia [...] consideraran una opcion que favorezca el statu quo no como neutra, sino como perdida (p, 653).

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    No obstante. debemos realizar rres advertencias ante la hipotesis de Berejikian. En primer lugar, exisren una serie de casos basranre obvios en los que la accion colectiva fue organizada, sin que hubiera arnenaza inrnediara, pOl' personas que no perseguian ganancias en su estatus 0 posicion: la mayorfa de los blancos del norte del pais que se trasladaron al sur para ayudar al movirniento norrearnericano pOl' los derechos civiles no 10 hadan ante una arnenaza para su vida 0 su propiedad. POl' el conrrario, al parricipar en la accion colectiva, aumentaban sustancialrnente sus riesgos (Me/edam, 1986).

    En segundo lugar, no esta claro si las ganancias y perdidas (por ejemplo, en terrninos rverskianos, el punto de referencia del individuo) pueden llegar a definirse y observarse objetivamente. EI campesino que se encuenrra ocupando las tierras de un rerrareniente ~Io hace buscando una ganancia, ya que se trara de propiedad de otro la que ocupa, 0 recuperando una perdida, ya que puede pretender que la tierra en cuestion Ie fue arrebatada a su abuelo? Si no podemos distinguir objerivarnenre entre la posibilidad de obtener una ganancia y la amenaza de sufrir una perdida, estaremos a la merced del analisis realizado pOl' unos actores colectivos cuyas reivindicaciones no puede tomarse en senrido literal.

    Finalmenre, la mayor objecion que levanta el argumento de que el temor a las perdidas provoca mas acciones colectivas que la expectativa de ganancias es que la teoria de Tversky presupone incenrivos individuales para la accion colecriva, Cuando estudiemos los movimientos transnacionales recientes en el capitulo 11. observaremos que muchas rnovilizaciones se producen a causa de las preocupaciones de los ciudadanos por 10 que Dieter Rucht llama asuntos lejanos, para los que la cuestion de perdidas 0 ganancias personal no resulra apenas relevante (Ruchr, 1998a).

    La implicacion mas irnportante de las teorias de Tversky no es su explicacion de la conducta de los individuos, sino 10 que Berejikian llama estructuracion de las organizaciones revolucionarias, Si dererrninada poblacion responde con mayor facilidad frente al miedo a sufrir perdidas que ante las expectativas de ganancias, entonces la primera rarea de una organizacion revolucionaria es adoprar una cosmologia que transrnita a los campesinos la conviccion de que las condiciones de la esrructura social actual son peores que las de otro pasado "normal" (Berejikian, 1992: 653). Rerornarernos estas cuestiones de la estructuracion en el capitulo 6.

    Creaci6ny difusi6n de oportunidades AI contrario que las formas convencionales de participacion, la accion colectiva contenciosa muestra a otros las posibilidades que brinda dicha actividad,

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    ofreciendo incluso a los grupos de escasos recursos oporrunidades que su respecriva posicion en la sociedad les negaria. Esto ocurre cuando los grupos pioneros plantean exigencias a las elites que pueden ser utilizadas pOl' aquelIos que carecen de su audacia y sus recursos, Adernas, la accion colectiva pone al descubierto los puntos debiles de los oponenres que quiza no fueran evidenres antes del desafio, Tarnbien puede revelar la existencia de aliados insospechados 0 anreriorrncnte pasivos, tanto denrro como fuera del sistema. Finalmente, puede forzar la apertura de barreras institucionales, a craves de las cuales penerraran las reivindicaciones de otros,

    Una vez lanzada una accion colectiva en una parte de un sistema, en nombre de un tipo de objetivo y pOl' un grupo en particular, el enfrenramienro entre ese grupo y sus antagonistas ofrece modelos para la accion colectiva, marcos maestros y estructuras de rnovilizacion que dan lugar a nuevas oportunidades. Estos efectos secundarios adoptan tres formas generales: expansion de las oportunidades del grupo y de grupos afines, la dialectica entre movimientos y conrramovirnienros y la creacion de oporrunidades para las elites y autoridades.

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    Expansion de las oportunidades de los otros

    Una de las caracterlsticas mas notables de la accion colectiva es que expande las oponunidades para los dernas. Los grupos de proresta introducen en la agenda cuestiones con las que se identifica otra gente y dernuesrran la utilidad de la accion colecriva, que otros pueden copiar 0 innovar. Por ejemplo, como veremos en el proximo capitulo, el movimiento americano par los derechos civiles difundio la doctrina de los derechos, que se convirrio en el marco de referencia de los afios sesenta y serenta (Hamilton, 1986). La accicn colectiva encarna y plasma las reivindicaciones en formas que rnuestran a orros el camino.

    Esta expansion de las oponunidades no solo influye en el sistema de alianzas de un movimienro; afecta tam bien a sus oponentes potenciales 0 reales. Un movirnienro que ofende a grupos influyenres puede general' un contramovimiento (Meyer y Staggenborg, 1996). Los rnovimienros que emplean la violencia invitan a la oposicion [{sica y aquellos que planrean reivindicaciones pohricas exrrernistas pueden ser desbancados pOl' grupos que plantean las mismas reivindicaciones de una forma mas aceprable. Cuando el exito de un movimiento amena:La a otro grupo en el contexto de grandes movilizaciones, puede llevar a contraprotestas mas virulentas. Por ejemplo, la extrema izquierda y la extrema derecha italianas se alimentaron redproca

    ErickRectangle

  • 132 EL PODEll. EN MOVIMIENTO r mente en la decada de los sesenra, generando carnpafias terroristas desde \ ambos extrernos en los setenta (della Porta y Tarrow, 1986). \

    La espiral de conflictos entre los movirnientos por la libre elecci6n y a favor de la vida en Norteamerica en los ochenta y comienzos de los noventa les un ejernplo de c6mo los movimientos crean oportunidades para los oponenres. EI derecho al aborto, decretado por el Tribunal Supremo a cornienlOS de los anos setenta, galvanize a los carolicos y los protestantes fundamenralistas, que se organizaron contra las clinicas donde se practicaban abortos. Este movimiento pro vida lIeg6 a ser tan dinarnico que se convirti6 en una fuerza relevante en la derrota de la Enmienda por la Igualdad de Derechos (Equal Rights Amendment) en los ochenta (Mansbridge, 1986). Con el tiernpo, una rama radical del movimiento antiabortista lIamada Operaci6n Rescate (Operation Rescue) utiliz6 tacticas directas tan radicales a comienzos de los noventa que esrirnulo una campana de contrarnovilizacion por parte de las fuerzas en favor de la libertad de eleccion, habitualmente legalistas (Meyer y Staggenborg, 1996).

    La creacion de oportunidades para las elites " ";':

    Finalmente, los grupos de protesta crean oportunidades polfticas para las elites tanto en un sentido negativo, cuando sus acros surninistran motivos para la represion, como positive, euando los politicos oportunistas aprovechan la ocasi6n ereada por los descontentos para autoproclamarse tribunos del pueblo. Como veremos en el capitulo 10, tal vez el resulrado mas duradero del movirniento del Mayo Frances fue una reforma educativa en la que los que protestaban tuvieron solo un mlnimo impacto. Los descontentos, por sf misrnos, rara vez rienen poder para influir en las prioridades pollticas de las elites. Esto obedece tanto a que sus protestas a menudo adopran formas expresivas como a que es improbable que se pueda convencer a las elites de que inrroduzcan cambios contrarios a sus intereses. La reforma es mas probable cuando los desaffos desde el exterior del sistema politico ofrecen a las elites perrenecientes al mismo una ocasi6n de primar sus carreras y programas (vease el capitulo 10).

    EI oportunisrno politico no es rnonopolio de la izquierda, ni de la derecha, ni de los partidos del movirniento, ni de los parridos conservadores. La Adrninistracion conservadora de Eisenhower respondio al movimiento por los derechos civiles esencialmenre del mismo modo que la Administraci6n liberal de Kennedy, por el sencillo motivo de que a ambos les preocupaba el realineamiento electoral y deseaban mini mizar el coste politico que repre-

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    sentaba en e\ extranjero e\ racismo estadounidense (riven y Cloward, 1977: cap. 4).

    ~Cuando es mas probable que los partidos y grupos de inreres aprovechen las oporrunidades creadas por los movimientos sociales? Fundamentalmente, parecen hacerlo cuando un sistema es desafiado por una gama de rnovimientos, y no cuando unas cuantas organizaeiones individuales del movirnienro convocan carnpafias ficiles de reprimir 0 aislar. Es decir, los resultados refermistas se yen posibilitados especialmente cuando las oporrunidades politicas han producido confrontaciones generales entre los descontentos, las elites y las autoridades, como en los ciclos de acei6n colectiva que seran examinados en el capitulo 9.

    Declive de las oportunidades

    La aparici6n de oportunidades polfricas genera recursos exrernos para la gente que carece de recursos internos, resquicios donde antes s610 habia un rnuro, alianzas anteriormente inviables y realineamientos que parecen capaces de aupar a nuevos grupos al poder. Pero como estas oportunidades son externas -y como pasan tan rapidamente de los grupos de protesta iniciales a sus aliados y oponentes, y finalrnente a las elites y las aucoridades-, las oporrunidades pollticas son un amigo voluble. EI resultado es que las oportunidades de reforma se cierran rdpidamente 0 permiten que descontentos con diferentes objetivos atraviesen los portones que las vanguardias han derribado anteriormente.

    As!' las revoluciones de Europa del Este en 1989, que muchos creyeron . traerfan la dcmocracia a una parte del mundo que llevaba largo tiempo privada de libertad, produjeron unas pocas democracias funcionales, varios Estados neocornunisras y una serie de pafses que no tardaron en desintegrarse en conflicros etnicos, Incluso en Alemania del Este, rapidamente integrada en una dernocracia occidental esrable, el Foro Cfvico dernocratico que abrio el camino de la reunificacion en 1989 fue rapidarnente barrido por los partidos establecidos, mientras que el sucesor del antiguo Partido Cornunista sigue siendo una fuerza electoral. Los rnovirnien tos son evanescentes porque provocan cam bios politicos que precipitan su propia desrnovilizacion.

    La naturaleza effmera y cambiante de las oportunidades politicas no significa que no tengan irnportancia para la forrnacion de rnovirnientos sociales. Del mismo modo que fue una oporrunidad polirica 10 que llevo a los bolcheviques al poder en Rusia en 1917, fueron las oporrunidades ofrecidas por Gorbachov las que estimularon la accion colectiva en la antigua Union Sovie

    ErickRectangle


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