Date post: | 23-Mar-2016 |
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PONENCIA
“REFORMAS ELECTORALES QUE IMPULSARON LA TRANSICIÓN A
LA DEMOCRACIA EN MEXICO Y LOS FACTORES QUE IMPIDEN LA
CONSOLIDACIÓN DE LA MISMA”
LIC. HUGO ERNESTO CASAS REYES
PRESIDENTE DE LA ASOCIACION CIVIL “DESARROLLO
ELECTORAL Y CULTURA POLÍTICA”
1
SINOPSIS: La presente ponencia se propone explorar el significado ambiguo de la
palabra democracia en la ciudad estado griega, así como conocer algunas definiciones
que se han elaborado a través del tiempo acerca de este concepto. La ponencia
explora las reformas electorales que impulsaron la transición a la democracia en
México, culminando con el señalamiento de los elementos que configuran una
democracia consolidada y con la opinión personal del ponente del estado actual de la
democracia en México.
I. INTRODUCCIÓN
1. Evolución de las definiciones de la democracia en sus distintas épocas.
“Russell Hanson en su ensayo sobre la historia de la “democracia” y su evolución como
concepto, afirma que vivimos en un mundo que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial
está de acuerdo sobre la importancia y conveniencia de la democracia, sin embargo, esto
no fue siempre así, ya que ha sido resultado de un largo proceso histórico”.
La democracia tradicionalmente se ha analizado en dos dimensiones: la dimensión
empírica y la dimensión normativa, la dimensión empírica analiza que es y cómo
funciona la democracia y la dimensión normativa analiza cómo debería ser. El presente
ensayo es elaborado desde la dimensión empírica, toda vez que el diagnóstico de
nuestra democracia va a depender entre otros factores, de la forma en que han
funcionado las instituciones democráticas en la práctica y en la dinámica de México a
través de los años.
Iniciemos con Grecia, como es sabido, la palabra democracia se integra con dos
sustantivos griegos: demos y kratos, cada uno de estos sustantivos tienen su propio
significado, en el caso del sustantivo “demos” aunque significa genéricamente pueblo,
su significado es ambiguo, ya que por un lado “demos” indicaba la totalidad de los
componentes de la comunidad política y por otro lado indicaba a la parte menos
elevada de la población, o sea la clase no noble de la sociedad. 1
1 Cf.N.Bobbio,Teoría generale della política, Einaudi, Torino, 1999, p. 374:(…) no produzca engaños la palabra “ pueblo “, que siempre ha significado no la totalidad de los habitantes sino solo aquella parte que gozaba del derecho de decidir o de elegir a quien tendría que decidir por ella, hasta el punto que aun Maquiavelo distinguia en Florencia las divisiones entre los nobles, entre estos y el pueblo y la esencial entre el pueblo y la plebe (el populace de los franceses, el Pobel de los alemanes).Vease también, de manera mas extensa sobre este problema, ibid., pp.331-333.Trad. cast., Teoría general de la politica,Trotta, Madrid, de próxima publicacion.
2
En cuanto al sustantivo Krátos, también es ambiguo, éste significa “fuerza”, ”solidez”,
pero a la vez también “superioridad”, capacidad de afirmarse, y por lo tanto parece
indicar a una fuerza sobreabundante, preponderante, que se impone; podríamos decir
la fuerza del más fuerte; pero como componente de palabras como democracia o
aristocracia, krátos pasa a designar el poder político, es decir, el poder de tomar
decisiones colectivas, y, por lo tanto, el poder atribuido a ese sujeto que en una
comunidad establece las decisiones públicas, y por ello es supremo o soberano.2
De esta manera con la palabra compuesta democracia los griegos indicaban de
manera ambigua dos realidades diferentes o podemos decir dos interpretaciones
distintas de una misma forma política, la primera interpretación hace referencia a una
forma de comunidad en la cual el poder de decisión política está en manos de la
asamblea y la segunda que hace referencia a la forma de comunidad en la cual el
poder de decisión está en manos de la parte pobre y no noble.
Incluso en la ciudad estado griega se usaban dos palabras como sinónimo de la
democracia, isonomía e isegoría, la noción de isonomía sugiere la imagen de la
democracia que corresponde a un círculo, en el cual todos los puntos de la
circunferencia son los ciudadanos y estos son equidistantes del centro, sitio en donde
reside el poder.
Jean Pierre Vernant refiere en relación a la isonomía de la ciudad estado griega en los
siguientes términos: “como un espacio político organizado de manera simétrica en
torno a un centro, constituida de acuerdo a un esquema geométrico de relaciones
reversibles, cuyo orden se funda en el equilibrio y la reciprocidad entre iguales”.
La noción de isegoría tenía un significado característico, que consistía en hablar en voz
alta en el sitio que más importaba, es decir, en la asamblea de todos los ciudadanos3.
Por otra parte Moses I. Finley recuerda que el término isegoría fue acuñado en los
inicios del siglo V y significaba en inicio “libertad de palabra”, pero el significado
2E. Benveniste,en II vocabulario delle istituzioni indoeuropee (Einaudi, Torino, 1976, vol. II, pp.337-346), considera un error interpretar el termino griego kratos como “fuerza”, prefiriendo interpretarlo con la idea de “preeminencia”, pero posteriormente reconoce la ambigüedad de esta operación, identificando el hecho de que hubo superposiciones, en el termino y en sus derivados, entre las nociones de “superioridad” y de “dureza”. 3 M. I. Finley, politics in the Ancient World, CUP, Cambridge, 1983, trad., La política nel mondo antico, Laterza, Roma-Bari, 1985, p.206.
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democrático de isegoría no reside en el hecho de ser una libertad, sino que el prefijo
“iso” que integra dicha palabra la convierte en un tipo de igualdad.
Por su parte Aristóteles en el libro IV de la Política define a la democracia como el
régimen en el cual está vigente la igualdad, la ley de la democracia entendida de esta
manera, establece como norma de igualdad que los pobres no deben tener menos
poder que los ricos, ni que unos deban ser dueños del gobierno más que los otros.4
Ya en el siglo XIX para ser precisos, el 19 de noviembre de 1863, Abraham Lincoln en
Gettysburg, Estados Unidos, expresó lo siguiente: “que esta nación, por la gracia de
Dios, tenga una nueva aurora de libertad, y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo, no desaparezca de la faz de la tierra”.5
En lo que respecta a los autores contemporáneos, Schumpeter concibe a la
democracia como un “método político”: como un concierto institucional para llegar a
ciertas decisiones políticas, esencialmente a la designación de los gobernantes. El
propio Schumpeter se refiere a la teoría democrática como la teoría del caudillaje
competitivo.6
La democracia, sostienen Mc Adam et al., es un régimen de consulta protegida”, en el
cual podemos distinguir cuatro dimensiones: la amplitud de la comunidad política, la
igualdad entre los miembros de dicha comunidad en relación con los gobernantes, la
fuerza de la consulta colectiva (elecciones) entre los miembros de la comunidad con el
fin de elegir a los gobernantes, y la protección de los miembros de la comunidad
política frente la acción arbitraria de los agentes gubernamentales.7
Como podemos observar las definiciones de la democracia son diversas dependiendo
del momento histórico y la perspectiva de su autor.
4 Política, IV, 1291b, 31 ss. De este pasaje retomo un alectio que no está entre las más difundidas, pero que me parece que es más congruente con todo el contexto de la argumentación de Aristóteles: la adoptó M. Isnardi Parente en el pequeño volumen antológico, coordinado por ella misma, Citta e regimi politici nel pensiero greco, Loescher, Torino, 1979, pp. 196-197 5 Felipe Ruiz Gutiérrez, Radiografía de la Democracia, México, D.F. Instituto Politécnico Nacional, Pág. 8 6 Véase en la Página de Internet http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=26701902&iCveNum=641 7 Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Editor, Caminos a la Democracia, México, Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales 2001. Pag. 12
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2. Modelos de democracia.
Existen básicamente tres modelos de democracia: modelo liberal protector, modelo
democrático participativo y el modelo pluralista competitivo. El modelo liberal protector
corresponde a lo que conocemos como democracia representativa, sus principales
exponentes son Locke, Tocqueville y John Stuart Mill. El modelo democrático
participativo es lo que conocemos como democracia directa, tiene sus raíces en la
Grecia clásica y culmina con Rousseau.
El modelo pluralista competitivo corresponde a una visión elitista de la democracia y se
caracteriza por la forma de selección de las élites que contenderán por el poder
político, afectando su pluralismo, en este modelo se adquiere poder de decisión a
través de la lucha competitiva entre elites plurales para conseguir los votos de la
población, sus principales exponentes son Schumpeter, Sartori y Dahl.
La democracia representativa permite la protección de cada ciudadano respecto a la
acción del Estado, para ello se crean instituciones básicas como los derechos civiles, la
división de poderes, el control de la legalidad, el control de los representantes a través
de las elecciones, etc.
El modelo democrático participativo tiene como principio básico la participación de los
ciudadanos para tomar parte en la deliberación de los asuntos públicos, este modelo
concibe a la democracia como una forma de vida, no solo como un conjunto de
instituciones. La crítica básica a este modelo consiste en que es poco realizable para
dimensiones grandes de las sociedades modernas.
El modelo pluralista competitivo se rige bajo el principio básico de que la dirección real
de la política está en manos de minoría y elites selectas, así la división de gobernantes
y gobernados es ineludible. Para este modelo la democracia sería aquel régimen
político en el cual se adquiere poder decisión a través de la lucha competitiva de élites
plurales para conseguir el apoyo de la población, pero para ello es crucial la
composición de las minorías plurales.
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II. ALCANCES Y DESARROLLO DE LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN
MÉXICO
A principios de los años setenta México era un claro ejemplo de lo que Juan Linz
definió como sistema político autoritario, no era un régimen totalitario, tampoco
podríamos hablar de una democracia, podríamos aproximarnos a la realidad diciendo
que era un sistema de pluralismo limitado. El sistema político autoritario se originó en la
revolución social de 1910, a la cuál siguió un proceso de institucionalización del
régimen autoritario posrevolucionario, la formación de un sistema presidencial
centralizado y un partido político hegemónico.8
No podemos hablar de un criterio unánime respecto de considerar a México como un
sistema político autoritario a inicios de los años setenta, ya que otro bloque de autores,
consideraban a México como una democracia poco común pero al fin democracia.
Robert Dahl y Robert Scott afirmaban que México era un régimen en transición en los
setentas. Sin embargo, en 1968, la masacre de estudiantes en la plaza de Tlatelolco
hizo evidente que el sistema político mexicano era efectivamente un régimen
autoritario.
Esta masacre de estudiantes en Tlatelolco, como podemos observar, puso en duda la
supuesta transición a la democracia ya iniciada en los años setenta, incluso, es
evidente, que manifestó la existencia de un sistema político autoritario, del que
hablaba Juan Linz al hacer el diagnóstico del sistema político mexicano.
En este contexto de incertidumbre de cómo catalogar la situación política de nuestro
país después del 68, surgen diversas interrogantes al respecto, ¿México ya vivía una
transición a la democracia antes de 1968 y fue suspendida por los incidentes de
Tlatelolco? ¿Ó podríamos sostener entonces que México inició en 1968 su transición a
la democracia?
8 Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Editor responsable, Caminos a la Democracia, México, Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales 2001, pag 271. Ensayo de
Wayne A. Cornelius denominado “Huecos en la democratización: la Política Subnacional como un obstáculo en la Transición Mexicana”
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Las interrogantes antes planteadas me obligan a iniciar el estudio de la transición en
México, para ello propongo la siguiente pregunta: ¿Qué debemos entender entonces
por transición democrática? Ricardo Becerra. Pedro Salazar y José Woldenberg dicen
que “la transición es un proyecto que arrranca de un gobierno autoritario, atravesando
varias fases híbridas, distintas unas de otras… Un esfuerzo político de instalar
instituciones democráticas y hacerlas funcionar en contextos que las desconocían o
que las habían abandonado”.
En México el proceso de la transición a la democracia se enfocó inicialmente a la
reforma de los procesos electorales, entre las reformas más importantes podemos
señalar la de 1977 impulsada por Jesús Reyes Heroles, la de 1986, promovida por el
presidente Miguel de la Madrid y la de 1996 que establece la creación del Instituto
Federal Electoral con un corte ciudadano, y del ahora Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación.
Siguiendo la noción anterior, podemos identificar varias reformas que le han dado vida
a la figura de la transición democrática en nuestro país, cada una de estas reformas no
se generaron espontáneamente, siempre hubo un factor que determinó su nacimiento,
ya sea por un movimiento social o por presión de los propios partidos políticos.
Empecemos por la Reforma Política de 1977, en ésta, se da el primer paso para
combatir el régimen autoritario representado por el partido único, lo anterior mediante la
apertura para crear un sistema de partidos por medio de un registro condicionado a
diversas agrupaciones políticas. El origen de esta reforma se ubica en un movimiento
campesino armado en contra del gobierno, encabezado por Lucio Cabañas y Genaro
Vázquez, este movimiento propició una convocatoria del Estado Mexicano al mundo
intelectual para generar la reforma política necesaria y evitar de esta forma que
creciera el citado movimiento social.
El operador de esta reforma fue el entonces Secretario de Gobernación Jesús Reyes
Heroles, quien fue el encargado de hacer los ajustes que respondiesen a la
encrucijada en que se hallaba inmerso el régimen. Fue precisamente en la Ciudad de
Chilpancingo, Guerrero, en donde se hizo el anuncio de cambios sustantivos en el
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esquema electoral del régimen autoritario que prevalecía a un esquema más
democrático y pluralista.
La reforma política de 1977 fue crucial, toda vez que con ella se inició un esfuerzo
político por instalar instituciones democráticas inexistentes hasta ese momento en el
país, basta señalar que la propia Cámara Baja del Congreso de la Unión en esa época,
no era una institución propiamente democrática, ya que estaba integrada sólo por
representantes del Partido Revolucionario Institucional, con la reforma en comento, el
Partido Acción Nacional logra ganar cuatro diputaciones de mayoría relativa y cuarenta
y dos de representación proporcional, así mismo, se otorga el registro a organizaciones
políticas que funcionaban en la clandestinidad como movimientos armados en contra
del gobierno.
Incluso la reforma de 1977 operó un cambio en la fórmula de representación
proporcional para generar pluralismo político, este cambio, consistió en repartir cien
escaños para los diversos partidos pequeños en base a la votación nacional obtenida
por los mismos, logrando que partidos tales como el Partido Comunista Mexicano, el
Partido Popular Socialista, el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido
Demócrata Mexicano y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana obtuvieran
representación política en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
En lo personal considero que con esta reforma se inicia una primera fase de la
transición hacia la democracia en nuestro país, ya que la misma instaura condiciones
mínimas de competencia electoral e instituciones mayormente representativas como se
detalló en párrafos anteriores.
Después del proceso electoral de 1985 hubo una serie de impugnaciones realizadas
por los partidos de oposición que dieron pauta al presidente de la República Miguel De
la Madrid para decidir abrir el debate sobre la normatividad de la legislación electoral
vigente, culminando esta apertura con el envió de una propuesta electoral que
sustituiría a la LFOPPE, aprobándose la misma en diciembre de 1986.
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La reforma del proceso electoral de 1986 logró democratizar el Senado de la
República, al proponer su renovación por mitad cada tres años, lo cual implica
necesariamente una elección popular, en la cual los ciudadanos tuvieron la posibilidad
de elegir a sus miembros, así mismo, esta reforma, dispuso la creación del Tribunal de
lo Contencioso Electoral para dirimir controversias suscitadas por los procesos
electorales que antes eran resueltos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Por otra parte, esta reforma suprimió el registro condicionado a los partidos políticos, se
le reconoció a éstos como entidades de interés público, otorgándoles financiamiento,
se amplió la representación proporcional en la Cámara de Diputados de cien a
doscientas curules, incluyendo la posibilidad que el partido mayoritario participara en
las mismas hasta con trescientos cincuenta espacios como máximo.
Llega el proceso electoral de 1994 en el que resultó ganador Ernesto Zedillo del PRI,
éste proceso fue totalmente inequitativo, ya que el triunfador contó con recursos que
fueron varias veces superiores a los de los otros 8 partidos juntos, ya que en la
campaña presidencial el PRI declaro haber gastado más de 128 millones de pesos,
mientras el PAN gasto casi 32 millones y el PRD 11 millones.
Esta situación de inequidad produjo toda una serie de demandas de los partidos
políticos de oposición y de diversos actores sociales, tanto internos como
internacionales, el resultado de todo esto, fue que la Secretaría de Gobernación inició
los trabajos para una nueva reforma electoral. Cabe mencionar que la nueva reforma
electoral fue aprobada sólo por los diputados del PRI debido a que no se llegó a un
acuerdo sobre cuestiones centrales como limites de gasto en campañas y coaliciones.
La reforma de 1996 implementó la autonomía total de los órganos electorales, esta
reforma ya regula la protección de los derechos políticos de los ciudadanos, los cuales
alcanzan un estatuto y unos instrumentos muy superiores a los del pasado, se instala
el control de constitucionalidad de los actos en materia electoral.
Además se incorpora el Tribunal Electoral al Poder Judicial de la Federación, las
condiciones de la competencia política mejoran, no sólo porque los recursos
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materiales y en materia de medios entre los partidos se equiparan, sino porque la
autoridad cuenta con mejores instrumentos para fiscalizar, revisar y modular los gastos
de campaña de los partidos, así mismo, se ajustan las fórmulas de representación en el
Congreso.
Se inyecta un mayor pluralismo a la Cámara Alta mediante la elección de 32 senadores
en una lista nacional de representación proporcional, se abre a la competencia electoral
la ciudad de México, mediante la elección directa del jefe de gobierno en la capital del
país.
Las medidas contenidas en las tres reformas electorales tienen como objeto abrir un
juego democrático más equitativo y plural en beneficio de la conservación del propio
sistema político, en mi opinión, la transición implica precisamente ese proceso de
esfuerzo de muchos años para generar toda una serie de mejoras en las reglas
electorales, las cuales buscan la equidad en las contiendas políticas.
Y que en base a estas condiciones, exista la posibilidad de un cambio de un gobierno
autoritario a uno de oposición, pero no significa que la alternancia determine la
transición, lo que determina la transición es toda la serie de reglas que buscan hacer
más justas y equitativas las contiendas electorales.
Por lo antes expuesto, considero que la fase de transición a la democracia ya terminó
en México, que estamos iniciando la fase de consolidación, pero que corremos el
riesgo de no poder consolidar nunca nuestra democracia, ya que los propios actores
políticos se han encargado de romper de forma muy grotesca el juego limpio que debe
existir en una contienda electoral, echando a la basura todo el esfuerzo ganado en las
reformas electorales.
La transición en nuestro país no fue una transición pactada, han sido necesarios más
de veinte años para poder superarla, se ha dado de forma sumamente compleja. La
podemos catalogar como una transición difícil y prolongada, Joel Barkan, al respecto,
señala que las transiciones prolongadas son esos largos periodos de tiempo (diez
años o más) que conducen a una elección realmente competitiva, “libre y justa”, en la
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que hay una posibilidad de alternancia de un gobierno autoritario, o lo que quede de él,
hacia un gobierno de oposición.
En mi opinión la duración de la transición fue excesiva en el caso de México, ya que
por ejemplo, el caso de la transición pactada en Argentina duró aproximadamente dos
años y el caso Mexicano se prolongó de 1977 al año 2000 aproximadamente, fecha en
la que se dio un cambio en el poder y que hace coincidente la transición con la
alternancia, lo cual no significa que sean lo mismo.
III. ELEMENTOS QUE CONFIGURAN UNA DEMOCRACIA CONSOLIDADA
La elección del año 2000 es la elección “fundadora” de la nueva democracia en México.
Guillermo O’ Donnell y Philippe C. Schmitter consideran que una elección fundadora
ocurre cuando por primera vez, después de un régimen autoritario, los cargos de
elección popular de importancia nacional se disputan en condiciones razonablemente
competitivas.
Sin duda la elección del año 2000 tiene la naturaleza de ser la fundadora de una nueva
democracia en México, pero recordemos que la etapa final de la democratización no es
la transición sino la consolidación democrática. Michaell Bratton y Nicholas Van Walle,
señalan que la consolidación democrática se refiere a la total institucionalización de las
prácticas democráticas, así mismo, se requiere que los actores políticos internalicen
completamente las reglas del juego de tal modo que ya no pueden imaginar nunca más
regresar a prácticas no electorales para llegar al poder.
Juan J. Linz y Alfred Stepan señalan que una nueva democracia se consolida cuando
ésta se convierte en el único juego en la ciudad. Chebrosky señala que la
consolidación se alcanza cuando un contexto social y económico determinado, las
instituciones que integran el sistema se convierten en la única alternativa para los
ciudadanos, de tal suerte que en caso de perder en el juego democrático decidan
volver a jugar con las mismas reglas para competir con la esperanza de ganar otra
contienda.
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En un régimen consolidado es indispensable que las elites compartan el respeto por las
reglas y las instituciones democráticas, de tal suerte que no vieran como una opción
atractiva romper la institucionalidad, propiciando y participando directamente en
acciones que restauren el régimen autoritario
Una democracia consolidada implica además de lo antes señalado, el cumplimiento de
ciertas condiciones democráticas como las siguientes: una sociedad civil fuerte, cultura
política democrática, interés de la ciudadanía en los asuntos públicos, confianza de la
ciudadanía hacia las instituciones, interés de la ciudadanía para ejercitar sus
derechos políticos, pluralidad de las élites, respeto de los derechos humanos por el
poder, existencia de suficientes mecanismos de participación ciudadana.
En mi opinión nuestro país está lejos de cumplir con esos requerimientos, para conocer
esos elementos o aspectos que faltan según mi apreciación personal en la democracia
en México, a continuación presento el siguiente cuadro ilustrativo.
ELEMENTOS DE UNA DEMOCRACIA CONSOLIDADA
SE CUMPLE
EN MÉXICO
NO SE CUMPLE
EN MÉXICO
Sociedad civil fuerte X
Cultura política democrática en la ciudadanía X
Los actores políticos dirimen sus disensos en canales institucionales? X
La ciudadanía conoce y hace valer sus derechos políticos? X
Respetan las elites políticas las reglas del juego democrático? X
Las elites políticas son plurales? X
Existen mecanismos suficientes de participación ciudadana? X
El Estado garantiza el respeto de los derechos humanos? X (en parte)
Existe una Reforma del Estado? X
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CONCLUSIÓN
Hay unanimidad en el ámbito intelectual tanto nacional como internacional de que
nuestro país experimentó una transición a la democracia sumamente prolongada,
caracterizada porque los actores políticos no mostraron el sentido de urgencia para
poder llegar a acuerdos reales en un menor lapso de años. En este contexto, la
transición en México se dio por medio de un “gradualismo” de medidas, esto es, por
medio de reformas sucesivas pero a través de muchos años.
Las reformas electorales de 1977, 1986 y 1996 analizadas en el presente ensayo, son
las reformas que configuran la transición a la democracia en México, ya que mediante
ellas se fueron estableciendo mejores condiciones de equidad en las contiendas
electorales, generando una competencia política real en nuestro país. Esta situación
permitió que en el año 2000, un partido de oposición, en este caso el PAN, ganara las
elecciones presidenciales, con este hecho, termina la fase de transición y se inicia
propiamente la democracia en México, siendo la elección del año 2000 la fundadora de
la misma.
Como mexicano pensé que con la alternancia dada en el año 2000 se llegaría
prontamente a la consolidación democrática, ya que aspiraba a que el grupo
gobernante impulsara de manera decidida las reformas constitucionales y legales que
fomentaran dicha consolidación. La realidad ha sido otra muy distinta, ya que las
reformas han sido parciales al enfocarse sólo al perfeccionamiento de las reglas
electorales al igual que las reformas que configuraron la fase de transición democrática.
La reforma electoral del año 2007-2008 sigue con esta misma tendencia, al intentar
fortalecer y consolidar nuestra democracia por medio del establecimiento de reglas del
juego más equitativas, ya que esta reforma se planteó en tres ejes principales:
disminuir el gasto de las campañas electorales, diseñar una nueva forma de acceso de
los partidos políticos a los medios masivos de comunicación, específicamente radio y
televisión y fortalecer atribuciones y facultades de autoridades electorales federales.
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Lo anterior demuestra que en México se ha buscado la transición y la consolidación
democrática por el mismo mecanismo, esto es, por medio de reformas electorales que
hagan más equitativas y competitivas las contiendas, dejando de lado otras reformas
que también son necesarias en una democracia. Estas reformas que no se han
aprobado y que son vitales si queremos lograr una democracia consolidada, son las
que tienen que ver con la Reforma del Estado.
Una Reforma del Estado es un proceso inducido para asegurar la propia supervivencia
y funcionalidad del estado ante los incesantes cambios económicos y sociales que lo
van afectando, sus temas principales son el Federalismo, el régimen del Estado y
Gobierno, las garantías sociales, las reformas al poder judicial y obviamente la
Democracia y Sistemas Electorales (reforma política).
De esta manera, la Reforma Estado en su conjunto busca generar mayores
condiciones de gobernabilidad, a mayor abundamiento, la exposición de motivos de la
reforma política presentada por el Ejecutivo en diciembre del 2009 señala que “la
reforma política debe ampliar el ejercicio de las libertades y capacidades ciudadanas”.
Como podemos ver la citada iniciativa de Reforma Política en comento reconoce que
es necesario ampliar la concepción de ciudadanía, de tal forma que las instituciones no
solo garanticen las libertades fundamentales sino que pongan en manos de los
ciudadanos el poder para exigir una protección eficiente de sus derechos, así mismo el
sistema político debe garantizar en todo momento las libertades políticas de los
ciudadanos. En este sentido, las concepciones más avanzadas sobre la democracia
implican respeto a los derechos humanos, es decir, tenemos que ir más allá de lo
electoral para hablar de una democracia consolidada.
La falta de Reforma del Estado hace difícil el camino de la democracia mexicana hacia
su consolidación, aunado a esto, hay otros elementos que impiden en mi opinión la
consolidación de la democracia en nuestro país, uno de estos elementos es la falta de
cultura política en las élites, esto es, las élites deben compartir el respeto por las reglas
y las instituciones democráticas, deben hacer valer sus disensos por canales
institucionales y no mediante manifestaciones que afecten la paz social.
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Desafortunadamente no existe esta cultura política en las élites en México, ya que
basta recordar que en la elección federal del 2006, se tuvo incluso que pensar en un
“pacto de civilidad” como mecanismo para obligar a reconocer el triunfo del candidato
vencedor por los actores políticos vencidos, lo cual evidencia la falta de cultura política
y es una prueba de que la democracia no está consolidada en México.
Otro elemento que demuestra la falta de consolidación de la democracia mexicana es
la falta de una sociedad civil fuerte e interesada en organizarse y realizar tareas de
desarrollo y bienestar, por medio de asociaciones legalmente constituidas que existan y
que no sean partidarias.
En fin, recapitulando, hay toda una serie de pendientes que deben ser atendidos para
poder hablar de una democracia consolidada, como por ejemplo, el respeto irrestricto a
los derechos humanos de los ciudadanos, la promoción de suficientes mecanismos de
participación ciudadana, la propia democratización de las élites políticas mediante el
fortalecimiento de su pluralidad, el ejercicio de los derechos políticos de la población,
como observamos no todo es electoral, sino que pasa por otros planos.
Concluyo diciendo que México es una democracia no consolidada, que ha iniciado el
difícil camino a la consolidación, pero el camino es escabroso, complejo, incluso con
presiones de orden internacional, pero fundamentalmente es un camino que requiere
una gran voluntad política de todos los actores del sistema político para que podamos
llegar al final de este camino que es la consolidación.
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BIBLIOGRAFÍA
Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Editor responsable, Caminos a la Democracia, Colegio
de México, Centro de Estudios Internacionales, Primera Edición 2001.
Felipe Ruiz Gutiérrez, Radiografía de la Democracia, Talleres Gráficos de la Dirección
de Publicaciones del Instituto Politécnico Nacional, Primera Edición 2000
Norberto Bobbio, Teoría General de la Política, Einaudi, Torino, 1999,
E. Benveniste,en II vocabulario delle istituzioni indoeuropee (Einaudi, Torino, 1976, vol.
II, pp.337-346),
http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_pol%C3%ADtica_en_M%C3%A9xico_de_1977
http://www.cddhcu.gob.mx/museo/s_nues11.htm y nues12.htm
http://www.bibliojuridica.org/libros/2/650/7.pdf
http://www.bibliojuridica.org/libros/libro.htm?l=497