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René Barfusson: "Notas Sobre La Posmodernidad"

Date post: 07-Jul-2018
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  • 8/19/2019 René Barfusson: "Notas Sobre La Posmodernidad"

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    N O T A S S O B R E P O S M O D E R N I D A D

    1

    Rend Ba rffus6n

    Universidad Veracruzana

    bar f f2@yahoo .com 

    ...la filosofia constituye

    la tabla de salvation

    que se hunde a cada mom ento

    Gracie laHier ro (2004 )

    Resumen: EI texto ofrece un acercamiento  a  diversos planteamientos de la

    posmodernidad que cont ienen modos dist intos de cuest ionar el proyecto modemo,

    se senala que la cr i tica posm odern a ha favorecido el despl iegue e i rru pt io n de una

    serie de diferencias que antes nos eran ajenas, co nd it io n con temp orane a que n os

    obliga a pen sam os, vivirnos y reorgan izarnos desde un a dim ensi6n de div ersidad .

    T^rminos clave: posm odern idad , sospec ha, jue go s de lenguaje , m edios de

    com unicacion, diferencias, sueno, circulo, desarraigo.

    En estas notas no pretendo exponer

     u

    desarrollo exhaustivo

    acerca de la posmodernidad s61o expondre algunos referentes de

    esta f iloso fia que ha marcado la production de saberes y de estilos

    de vida contemporaneos. El proposito e s ofrecer un acercamiento a

    este pensam iento al que antes de criticarlo considero debemos

    comprenderlo en su pluralidad discursiva.

    Una de las principales caracteristicas de la filoso fia

    posmoderna es el radical cuestionamiento al proyecto mo dem o. En

    La Condition Posmoderna

    texto con el que se ha ubicado el

    in itio de la posmodernidad en 1979 Lyotard se pregunta por la

    legitimidad de los distintos saberes en una sociedad informatizada

    en la que ya no es posible la producci6n de metarrelatos pu es lo s

    discursos se circunscriben a jueg os ling iusticos; en este sentido

    Lyotard manifiesta un claro rechazo al pensam iento filosofico qu e

    privilegia la razon com o fundam ento de.una verdad absoluta.

    1

     Parte de estas notas contribuyeron a plantear en el capitulo III de mi Tesis de

    licenciatura la relaci6n de los planteamientos posm odernos con los fem inistas, en

    particular, con la filosofia feminista del placer de G raciela Hierro (Canc ino 2000 ).

    mailto:[email protected]:[email protected]

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    E R G O

    Para Lyotard, la m odern idad ha llegado a su pun to limite, a su

    fracaso , ejem plo de esto son los acontecimientos de Ausch w itz.

    Vattimo lo expresa de la siguiente m anera:

    Para Lyotard la rac ional idad de lo rea l ha s ido co nf uta da po r

    Auschwi tz ; la rev o lu t io n p ro le ta r i a com o recup e ra t io n de l a

    verdad era esencia hu m ana ha s ido co nf uta da po r Sta l in ; e l

    ca rac te r em anc ipa to r io de l a dem ocrac ia ha sido con f i i t ado

    por e l m ayo d e l 68 ; la va l idez de la econo m ia de m erc ado h a s ido

    co nfu tad a po r las c r is is recurren tes de l si s tema capi ta l i s ta . . . Los

    grand es re la tos , aquel los que no se l im i taban a legi t ima r en

    sent ido narra t ivo una ser ie de hechos y comportamientos , s ino que

    en la m od ern idad y ba jo e l em pu je de un a f i loso f ia c ient is ta ha

    busc ado una legi t imacion abs olu ta en la es t ruc tura me taf is ica de l

    curso h is tor ico , han perd ido cred ibi l idad. Es ta perd ida , pa ra

    Lyotard , es i r remed iable , e indica el f rac aso de lpr oy ec to m ode rno:

    un f racaso con e l que se sobreent iende , no se p ierde nada , pues ,

    en rea l idad, ta les m etarre la to s legi t imantes no ha n s ido nun ca

    otra cosa que expres io n de la v io lenc ia ideologica (199 1:17) .

    Los distintos acontecimientos m encionados son considerados com o

    una constatacion del fracaso del proyecto m ode m o, la

    desacreditacion de los proy ectos em ancipa dores y el declive de la

    ciencia explicativa-predictiva. Al senalar que no se pierde nada , por

    un lado esta ubicando al discurso de la modernidad com o un juego

    del lenguaje que se ha agotado o que se produce en el marco de

    sus prop ios limites, por o tro lado, esta abriendo la posibilidad de

    m ultiples discursos desde distintos jue go s de lengu aje; Lyotard m as

    bien no s esta sugiriendo no vivir de man era pesarosa la caida de

    estos discursos, sino alegrarnos por con struir los pro pio s desde

    nuestras condiciones de vida.

    Segun Beuchot (1998:161-163) en otros pensado res hay u na

    m anera comun, que no hom ogenea, de comprender el horizonte

    actual de la posm odern idad; po r ejem plo, en Ba udrillard se expresa

    com o una deshum anizacion de la sociedad de consum o; por su

    pa rte Derrida apela a la diferencia y lleva a cabo u na critica de la

    m etafis ica; Vattimo elabora una m etafis ica debil . En Be uchot,

    (200 4) pued e hallarse un desarro llo mas am plio de esta tesis.

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    Ninguno de estos planteamientos se entenderia si no se comprende

    la labor de los precurso res: Nietzsch e y H eidegger.

    A Nietzsche se le considera el prime r posmo derno p or hab er

    plantead o el problem a del exceso de concien cia hist6rica que

    encadena a los homb res al siglo XIX , con ello, estan imp osibilitados

    para producir verdadera novedad historica. En  La genealogia de

    la moral  (1996), expone com o los seres hum anos han pagado un

    alto precio por llegar a ser suje tos de razon y que este ha sido un

    pro ceso historico-cultural que ha tenido com o costo una

    domestication con su respectiva perdida de recreatividad de la

    vida, mism a qu e es posible reactivar a partir de la vitalidad del

    cuerp o com o Voluntad de poder. La transparen cia del cono cim iento

    objetivo es puesta en tela de juicio p or N ietzsche mas que p or

    ning un otro, al introdu cir la m irada persp ecti vista, en lugar d el ojo

    omnisciente, capaz de verlo todo con suma transparencia.

    Por otro lado, de acuerd o con Vattimo, en H eidegger

    encontramos la distincion entre   Verwindung  y  Uberwindung

    distingue superacion o rebasam iento de abandon o de un pasad o

    incapaz de proveernos de mayor info rm atio n para nu estro

    presente, esto nos ayuda a comprender la caracteristica de la

    posm odernidad frente a la mode m idad, a saber, el fracaso de a quel

    proyecto por lo que, segun los posm odernos, nada tiene d e

    novedo so hacer planteam ientos nuev os ba jo un sistema de

    categorias preestablec idas (19 94:145).

    Un a caracteristica principa l de la m od em idad es la idea del

    suje to y la razon ligada a la tdcnica; se ha pretendid o la

    rat ion ali za tio n n o solo de la naturaleza sino tam bien de la sociedad.

    Asi pues, la posm odernidad n o puede entenderse com o continuidad

    del proyecto m ode m o o superaci6n del mismo pu es, en efecto, la

    no tio n d e superacion es una categoria estrictam ente moderna, con

    la que se sustenta el proyecto modemo y su idealidad de progreso.

    En este tenor, la posm odernidad emerge com o pensam iento que

    sospecha d e los supue stos sobre los que se ha levantado la

    M odem idad: se duda de qu e los conocim ientos contengan un

    fund am ento solido para legitimarse com o absolutos; un particular

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    sentido de desencanto del m undo m oderno esta presente en la

    mayoria de los/las pensadores/as posmodemos/as.

    En el pensam iento posm oderno se po ne en duda ese espacio

    interior denom inado m ente con el que de m anera privilegiada se

    acced e a la realid ad , de m anera que la verda d de la realidad

    pue de ser aprehendida po r el sujeto (escepticism o epistem ologico);

    se cuestiona la existencia de esencias y unive rsales (escepticism o

    ontolog ico); segun Vattimo se sospech a de la creencia en una

    estructura e stable del ser que rige el devenir y da sentido al

    conocim iento y norm as de cond ucta (1992:64), es decir, no hay

    certeza que haya un a naturaleza hum ana eterna e inm utable

    (escepticismo m etafis ico); se crit ica la func ion de los m etarrelatos

    y de la posibilida d d e uri gran proy ecto em ancip ado r de la

    hum anidad (escepticismo politico); y se desc onfia de la posibilidad

    de una etica universal fun dam entada sobre solidas bases

    epistemolog icas, antropologicas y ontologicas (escepticismo etico).

    2

    La posm odernidad presenta con Lyotard, una renuncia radical a

    la m odernidad; con D errida, una decon strucci6n, dando lugar a la

    pluralidad de horizo ntes de sentido; con Vattimo, se plantea com o ,

    prop uesta la practica de un nihilismo p ositivo y activo, con el que se

    le anuncia a hom bres y a m ujer es una posibilidad distinta de

    existencia.

    En la filoso fia posm odern a prev alece la critica y el rechaz o a

    una razon totalizante, asi com o la idea del sujeto trascendental

    com o fuente ultima de sentido. Segun Migu el M artinez:

    Tenem os que acep tar el he tero m orf ism o de los jue go s de l

    lenguaje , con sus d i fe rencias , ines tabi l idades , antagonismos ,

    discont inuidades y paradojas . No se pueden es tablecer unidades

    po r enc ima d e la p lura l idad de los ju eg os de l lenguaje que se

    der iva n de la p lura l idad de las form as de v ida . N o pue de exis t i r un

    2

     En la posmodernidad

      frankfuitiana,

     la duda es pesimista; en su vertiente

    lyotardiana, es de esperanza limitada; en la de corte pragm atico, es productora de

    nuevos significados.

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    metad i scurso omnicomprens ivo , una me ta teor ia o fundamentac ion

    ul t ima, ya que es tamos rodeados por las de terminaciones

    estructurales , l ibidinales y l ingii is t icas (1 994 :58 ).

    R*

    La riqueza de los jue go s del leng ua je con siste en su

    autonomia-heteronomia: cada jue go tiene sus propias reglas desde

    dond e se produce el jue go y las reglas de un jue go n o aplican p ara

    las dinamicas de otro, adem as el protago nism o de un suje to en un

    jueg o, no determina para nada su po siti on al estar en otro ju eg o

    (Scavin o 1999:68-69); tam poco qued a descartada la posib ilidad d e

    transform ar las reglas de un determ inado jueg o, pero esto tamb ien

    obedece a ciertas reglas de pro du ctio n. Estos planteamientos han

    favo recid o discursos com o el.de la plur alidad y la diferen cia.

    Con lo expuesto pode m os tener una com prension de la

    posm odernidad com o un com plejo de crit icas a la mo dem idad,

    dificilmen te agrupables. Las ideas posm oderna s son un todo que no

    se pued e am algamar, porque n o son uniform idades, s ino

    fragm entaciones inconexas de heterogeneidade s discursivas.

    M a s n o t a s

    3

    De cualquier m odo que intentemos pensar

    y pensemos lo que pensemos

    pensamos

      n

     el campo .de la tradicion.

    £sta prevalece cuando nbs libera del pensar

      n

      lo pasado

    para pensar por adelantado

    lo que ya no es ningun planear.

    Solo cuando nos volvemos con el pensar h acia loya pensado

    estamos al servicio de

     lo

     por pensar.

    M.H eidegger (1990)

    Desde el pensamiento de la diferencia posm oderno, se reconoce

    que el cono cim iento es m ediad o a traves de discursos y

    subjetivid ades socialmente con struidas. Se niega el esencialism o y

    3

     Las siguientes notas me permitieron plantear en el apartado III.2 de mi Tesis de

    maestriae l transito de una identidad homosexual a las identificaciones

    hom osexuales, siguiendo los

     referentes

     del d iferir de D errida, la estetica d e la

    existencia de Foucault y

     el

     pensamiento d6bil de V attimo (Cancino, 200 3).

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    E R G O

    el representacionalism o, para dar lugar a un nomadismo.

    4

      Se

    abandon a el paradigma de la rela tion sujeto-o bjeto de la

    epistem ologia m odern a, el cual tiene com o bas e teorias com o la

    realista , que concibe al su jeto com o un e spejo capaz de reflejar

    exactame nte el m und o y que este ref lejo para nada e s afectado por

    la cultura, el lengua je, el sexo-genero-orientacion sexual; la teoria

    platon ica, que divide el mu ndo en el de las aparien cias y en el de lo

    real; y, la teoria kantiana de los  a priori  mentales, que hacen

    posible la experiencia con sentido.

    La posm odernidad, segun Vattimo, respond e al hecho de que

    la sociedad en la que vivim os es una sociedad d e la com unicacion

    generalizada, la sociedad de los m edios de com unicacion («m ass

    m edia» ) (1994:9). D e este m odo, se considera que la modernidad

    ha con cluido en el sentido de que ser m ode rnos h a dejad o de ser un

    valor, de ser el m ode lo que se pretend ia un ico y unive rsal.

    La epoca m oderna favorece el culto por lo nov edoso y original.

    Esto se hizo paten te desd e la Ilustracion, al con siderar la historia

    humana como un proceso progres ivo de eman cipat ion, com o la

    realiza tion cada vez m as perfec ta del hom bre ideal

    :

     10).

    Desde esta perspectiva, lo m as valioso es lo ma s avanzado, lo m as

    cercan o a la m eta, lo m as ale jado del cuerp o y, po r tan to,

    mas cercano a la razon; pero este proceso historico ha de ser

    unitario.

    De acuerdo con Vattimo, la m odernidad concluye cu ando la

    historia deja de ser concebida com o proceso un itario y se abandona

    la idea de un centra alred edor del cual se ha de ord enar todo lo

    demas.

    A partir d e este m od o d e filosofar, se senala qu e la idea d e

    centro responde a un caracter ideologico mas que a la verdad

    misriia, resultado d e la imp osit ion de los grupo s y las clase s

    dominantes.

    4

     Se trata de una c ondition inestable, fictional, fabuladora e historicamente

    producida.

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    La idea de historia unitaria y la de pro greso estan intimam ente

    unida s. Asi, con el fin de una historia unitaria el ideal de pro greso

    se presenta como un proyecto caduco. No hay mas un fin al cual

    dirigim os nuestro s pasos. La vision m ode rna con sideraba que el

    sentido de la historia era la rea liza tion de la civilizati on , es decir, de

    la form a del hom bre europeo mod erno

    : 11).

     Lo que nos perm ite

    sefialar que subyace un modo moderno de comprender el mundo, la

    historia, la sexualidad.

    Co n la posm ode rnida d, segun Vattimo, la filosofia no pu ede ni

    debe en senar a donde no s dirigimo s, sino a vivir en la cond ici6n de

    quien no se dirige a ninguna parte (1992:11). La po sm odernidad

    nos inserta en una dimension onirica  par excellence:

    Nunca antes habiamos tenido not icia de tantos suenos; nunca

    antes habia sido tan claro que habia tantos y tan diversos (. . .) .

    Porque hemos aprend ido - o m e jor : e s tamos apren d ien do - que hay

    tu sueno, hay mi suefio, hay su sueno; pero lo que no hay, lo que

    defini t ivamente no hay, es 'e l sueno (L eal 1995 :79).

    La posibilidad creadora d e distintos sueflos y el acerca m iento a

    suenos tan diversos no seria posible s in los med ios de com unicacion

    qu e par a Vattimo han ju ga do un papel cru cial en el surgim iento d e

    una sociedad posm oderna ; el filosofo del pen sam iento d ebil

    considera que esos medios caracterizan a esta sociedad no com o

    una sociedad mas «transparente», mas consciente de si, mas

    «ilustrada», s ino com o una sociedad m as com pleja, incluso caotic a

    y, precisa m ente en este relativo «caos» reside n nuestras

    esperanzas de em ancipa t ion (1994:12-13). La em ancipat ion aqui

    planteada no nos rem ite m as al ideal mod erno hum anistico de

    autonom ia del sujeto, s ino que se entiende com o desarraigo, com o

    una liber ation de las diferencias, de los eleme ntos locales . Asi:

    U na vez desapare cida la idea de un a racion al idad central de la

    historia , e l m un do de la com unica cion gene ral izada estal la c om o

    una mul t ip lic idad de rac ional idades loca le s -m ino r ia s e tnicas ,

    sexuales, rel igiosas, cul turales o estet icas (co m o en el caso de los

    punk por e jem plo )- , que tom an la pa labra y de jan de ser

    finalmente acal lados y reprimid os por la idea d e que solo existe una

    forma de hum anidad verdadera digna de rea l izarse , con m enosca bo

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    de todas las pecul ia r idades , de todas las individual idades

    l imi tadas , e f im eras , cont ingentes

      :

     17).

    Pero esta l ibera tion de las diferencias no implica el abando no de

    toda regla. La liberaci6n de las diversidad es es un acto por el cual

    estas «tom an la palabra», se presen tan, es decir, se «ponen en

    form a» de manera que pueden h acerse reconocer; algo totalmente

    distinto de una man ifestaci6n irracional de la espo ntane idad : 17).

    Vattimo considera esta emergencia de las diferencias como un

    contrae fecto de los intereses de quienes estan al m ane jo y control

    de los med ios de comun icacion, los cuale s pensaron que a traves

    de estos instrum ento s se pod ria per petu ar la idea de cen tra; sin

    emb argo, han sido estos m ismos med ios los que han contribuido a

    diluirla, a ser elemen tos de un a explosion y m ultiplic ation general

    de  Weltanschauungen de concepciones del m un do (:13). D e

    este m odo han favorecido para que O ccidente viva una s ituatio n

    explosiva, una pluralizacion irresistible n o solo en com paraci6n con

    otros universos culturales (el tercer m un do , por ejem plo) sino

    tambien en su fu ero interno

    :

     14).

    Vattimo cuestiona £que sentido tendria la libertad de

    info rm atio n, aunque no fuera m as que la existencia de mas canales

    de radio y de television, en un mu ndo en que la norm a fu ese la

    rep ro du cti on exacta de la realidad, la pe rfec ta objetividad , la

    iden tificatio n total del m apa con el terri torio? : 15). La respue sta

    que nos ofre ce, esta m as que dicha, nos dariam os cuenta de que no

    existe  una  realidad.

    Con to do ello, la posibilidad de afirm acion de las diferencias no

    quiere decir que por fin logram os ma nifes tar lo que de verdad c ada

    uno es entre otras tantas diferencias. Ante todo, al darme cuenta

    de mi diferencia, me desarraigo  de la idea de un unico ce ntra,

    entonces, mas bien, me doy cuenta que soy una diferencia en

    relaci6n co n otras muchas: estamo s en el m und o de la diversidad .

    En m uch os casos, siguiendo a Vattimo, diriam os que aun se

    incurre en la nostalgia del arraigo por que cada uno de noso tros, a

    med ida que vamos madurand o, restringimos los propio s horizon tes

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    de la vida, nos especializamos, no s cerramos den tro de u na

    determinada esfera de afectos, intereses, conocim ientos : 18). E l

    encuentro con la diversidad nos ayuda a com prendernos j im to con

    los otros y las otras, lo cual no s hac e caer en la cuenta de qu e n o

    somo s unicos/as y que tam poco somos los/as otros/as porq ue si

    existen los un icos.

    A brirno s a esta diversidad, a veces, no es posib le: L a nostalg ia

    de los horizo ntes cerrad os, ame nazan tes y, a la vez, a segu rado res

    sigue todavia arraigada en nosotros com o individuos y com o

    sociedad

    : 19).

     En este caso , la diversidad sera am pliam ente

    acogida cuand o com prendam os que vivir en este m undo m ultiple

    significa hac er experiencia d e la libertad entendid a com o o scilacion

    continu a entre perten encia y desa sim iento (: 19).

    Se trata de reconocer los proce sos de individua lization que

    configu ran la identidad com o posibilidades d e acceder a o tros

    m od elos de sub jetividad, m uc ho m as plurales, si asi se quie re, y

    m eno s corivencionales.

    Para ello es importante considerar la ausencia, el nihilismo  y

    po der habla r de una identidad circular, abierta. U na identida d

    abierta en el sentido del reco noc im iento d e tin soberano no

    posesiv o, identidad que pien se el sexo sin la ley y, a la vez, e l

    pod er sin el rey (Foucault 2000:1 0).

    Para com prender lo dicho, tome m os como ejem plo la imagen

    del circulo que nos ofrece O scar del Barco:

    El c i rculo presu pon e es ta r en lo m ism o pe ro de un a m ane ra d is t in ta ,

    volver a l punto de par t ida pero sabiendo que no hay punto de

    par t id a , que tod o com ienza e n cada ins tante ; la l inea rec ta imp l ica

    un or ige n y un f in , un a superac ion de l pa sad o hac ia un f u tu ro

    plen o; mientras q ue en e l c i rculo , a l avanzar , cad a un o de su

    puntos es una p leni tud, por cons iguiente un olvido, una

    supres ion; cada punto contempla todo y a su vez , en e l ver t ice de

    lapa rado ja , jam as se c ie rra (1985 :23) .

    Se trata enton ces de sostener la idea de una identidad osc ilante, tal

    cual nos la presen ta la ima gen del circulo herm eneu tico o el

    S7

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    Gi

    E R G O

    polim orfism o de los cuerp os y sus placeres. Asi, pues, no hay

    identidad, habem os s ujeto s que estamos resignificand onos dada las

    condiciones de discurso desde las que som os produc idos, dejan do

    atras los anhelos d e un pensam iento del Todo y A bsoluto.

    U na idea vattimeana qu e contribuye a lo que estoy sugiriendo

    es que hem os de d ejar de vivir en pos de un   telos  y vivir

    aconteciendo, dado qu e el ser no es, s ino que acon tece (Vattimo ,

    1992:69), de m anera que la diferencia hay que pensarla com o tal ,

    com o diferencia que acontece diferenciadamen te, com o diferencia

    entre individuos, com o diferen cia entre la tension d e la

    difere ncia con struid a a partir de un discurso y la revision critica del

    m ismo, de dond e emergera com o acontecimiento la diferen cia

    asum ida, que tamb ien se torna oscilante en tanto qu e diferir.

    Este diferir de la posm odernida d ha prod ucido cam bios

    significativo s en todos lo s orde nes de la vida hum ana, se han

    abierto los horizontes para la pro du ction de saberes de man era

    situada en articu latio n co n las distintas culturas y su bjetividad es

    con las que de man era com pleja se logran acuerdos de convivencia

    politica, social, moral y religiosa en el contex to de la diversidad

    imperan te en el m un do y de la transitoriedad d e los conve nios

    establecidos.

    Estos acontecimientos propios de nuestro m und o

    contem porane o no son un despliegue de un esp iritu que oriente el

    sentido, sino pro duc to de correlaciones tensiona les de fuer zas

    productoras de vida.

    D e este m odo, la com prension del discurso posm odern o y el

    acontecer actual de nuestro m undo es una invitatio n a pensar esos

    m odo s en los que hem os sido prod ucidos y aventurarnos a elabo rar

    esas nue vas rutas que no son horizontes fi jo s sino estrategias para

    una realiz atio n dive rsa de nuestro estar siendo en el m undo con los

    otros y otras.

  • 8/19/2019 René Barfusson: "Notas Sobre La Posmodernidad"

    11/12

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