8/19/2019 René Barfusson: "Notas Sobre La Posmodernidad"
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N O T A S S O B R E P O S M O D E R N I D A D
1
Rend Ba rffus6n
Universidad Veracruzana
bar f f2@yahoo .com
...la filosofia constituye
la tabla de salvation
que se hunde a cada mom ento
Gracie laHier ro (2004 )
Resumen: EI texto ofrece un acercamiento a diversos planteamientos de la
posmodernidad que cont ienen modos dist intos de cuest ionar el proyecto modemo,
se senala que la cr i tica posm odern a ha favorecido el despl iegue e i rru pt io n de una
serie de diferencias que antes nos eran ajenas, co nd it io n con temp orane a que n os
obliga a pen sam os, vivirnos y reorgan izarnos desde un a dim ensi6n de div ersidad .
T^rminos clave: posm odern idad , sospec ha, jue go s de lenguaje , m edios de
com unicacion, diferencias, sueno, circulo, desarraigo.
En estas notas no pretendo exponer
u
desarrollo exhaustivo
acerca de la posmodernidad s61o expondre algunos referentes de
esta f iloso fia que ha marcado la production de saberes y de estilos
de vida contemporaneos. El proposito e s ofrecer un acercamiento a
este pensam iento al que antes de criticarlo considero debemos
comprenderlo en su pluralidad discursiva.
Una de las principales caracteristicas de la filoso fia
posmoderna es el radical cuestionamiento al proyecto mo dem o. En
La Condition Posmoderna
texto con el que se ha ubicado el
in itio de la posmodernidad en 1979 Lyotard se pregunta por la
legitimidad de los distintos saberes en una sociedad informatizada
en la que ya no es posible la producci6n de metarrelatos pu es lo s
discursos se circunscriben a jueg os ling iusticos; en este sentido
Lyotard manifiesta un claro rechazo al pensam iento filosofico qu e
privilegia la razon com o fundam ento de.una verdad absoluta.
1
Parte de estas notas contribuyeron a plantear en el capitulo III de mi Tesis de
licenciatura la relaci6n de los planteamientos posm odernos con los fem inistas, en
particular, con la filosofia feminista del placer de G raciela Hierro (Canc ino 2000 ).
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Para Lyotard, la m odern idad ha llegado a su pun to limite, a su
fracaso , ejem plo de esto son los acontecimientos de Ausch w itz.
Vattimo lo expresa de la siguiente m anera:
Para Lyotard la rac ional idad de lo rea l ha s ido co nf uta da po r
Auschwi tz ; la rev o lu t io n p ro le ta r i a com o recup e ra t io n de l a
verdad era esencia hu m ana ha s ido co nf uta da po r Sta l in ; e l
ca rac te r em anc ipa to r io de l a dem ocrac ia ha sido con f i i t ado
por e l m ayo d e l 68 ; la va l idez de la econo m ia de m erc ado h a s ido
co nfu tad a po r las c r is is recurren tes de l si s tema capi ta l i s ta . . . Los
grand es re la tos , aquel los que no se l im i taban a legi t ima r en
sent ido narra t ivo una ser ie de hechos y comportamientos , s ino que
en la m od ern idad y ba jo e l em pu je de un a f i loso f ia c ient is ta ha
busc ado una legi t imacion abs olu ta en la es t ruc tura me taf is ica de l
curso h is tor ico , han perd ido cred ibi l idad. Es ta perd ida , pa ra
Lyotard , es i r remed iable , e indica el f rac aso de lpr oy ec to m ode rno:
un f racaso con e l que se sobreent iende , no se p ierde nada , pues ,
en rea l idad, ta les m etarre la to s legi t imantes no ha n s ido nun ca
otra cosa que expres io n de la v io lenc ia ideologica (199 1:17) .
Los distintos acontecimientos m encionados son considerados com o
una constatacion del fracaso del proyecto m ode m o, la
desacreditacion de los proy ectos em ancipa dores y el declive de la
ciencia explicativa-predictiva. Al senalar que no se pierde nada , por
un lado esta ubicando al discurso de la modernidad com o un juego
del lenguaje que se ha agotado o que se produce en el marco de
sus prop ios limites, por o tro lado, esta abriendo la posibilidad de
m ultiples discursos desde distintos jue go s de lengu aje; Lyotard m as
bien no s esta sugiriendo no vivir de man era pesarosa la caida de
estos discursos, sino alegrarnos por con struir los pro pio s desde
nuestras condiciones de vida.
Segun Beuchot (1998:161-163) en otros pensado res hay u na
m anera comun, que no hom ogenea, de comprender el horizonte
actual de la posm odern idad; po r ejem plo, en Ba udrillard se expresa
com o una deshum anizacion de la sociedad de consum o; por su
pa rte Derrida apela a la diferencia y lleva a cabo u na critica de la
m etafis ica; Vattimo elabora una m etafis ica debil . En Be uchot,
(200 4) pued e hallarse un desarro llo mas am plio de esta tesis.
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Ninguno de estos planteamientos se entenderia si no se comprende
la labor de los precurso res: Nietzsch e y H eidegger.
A Nietzsche se le considera el prime r posmo derno p or hab er
plantead o el problem a del exceso de concien cia hist6rica que
encadena a los homb res al siglo XIX , con ello, estan imp osibilitados
para producir verdadera novedad historica. En La genealogia de
la moral (1996), expone com o los seres hum anos han pagado un
alto precio por llegar a ser suje tos de razon y que este ha sido un
pro ceso historico-cultural que ha tenido com o costo una
domestication con su respectiva perdida de recreatividad de la
vida, mism a qu e es posible reactivar a partir de la vitalidad del
cuerp o com o Voluntad de poder. La transparen cia del cono cim iento
objetivo es puesta en tela de juicio p or N ietzsche mas que p or
ning un otro, al introdu cir la m irada persp ecti vista, en lugar d el ojo
omnisciente, capaz de verlo todo con suma transparencia.
Por otro lado, de acuerd o con Vattimo, en H eidegger
encontramos la distincion entre Verwindung y Uberwindung
distingue superacion o rebasam iento de abandon o de un pasad o
incapaz de proveernos de mayor info rm atio n para nu estro
presente, esto nos ayuda a comprender la caracteristica de la
posm odernidad frente a la mode m idad, a saber, el fracaso de a quel
proyecto por lo que, segun los posm odernos, nada tiene d e
novedo so hacer planteam ientos nuev os ba jo un sistema de
categorias preestablec idas (19 94:145).
Un a caracteristica principa l de la m od em idad es la idea del
suje to y la razon ligada a la tdcnica; se ha pretendid o la
rat ion ali za tio n n o solo de la naturaleza sino tam bien de la sociedad.
Asi pues, la posm odernidad n o puede entenderse com o continuidad
del proyecto m ode m o o superaci6n del mismo pu es, en efecto, la
no tio n d e superacion es una categoria estrictam ente moderna, con
la que se sustenta el proyecto modemo y su idealidad de progreso.
En este tenor, la posm odernidad emerge com o pensam iento que
sospecha d e los supue stos sobre los que se ha levantado la
M odem idad: se duda de qu e los conocim ientos contengan un
fund am ento solido para legitimarse com o absolutos; un particular
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sentido de desencanto del m undo m oderno esta presente en la
mayoria de los/las pensadores/as posmodemos/as.
En el pensam iento posm oderno se po ne en duda ese espacio
interior denom inado m ente con el que de m anera privilegiada se
acced e a la realid ad , de m anera que la verda d de la realidad
pue de ser aprehendida po r el sujeto (escepticism o epistem ologico);
se cuestiona la existencia de esencias y unive rsales (escepticism o
ontolog ico); segun Vattimo se sospech a de la creencia en una
estructura e stable del ser que rige el devenir y da sentido al
conocim iento y norm as de cond ucta (1992:64), es decir, no hay
certeza que haya un a naturaleza hum ana eterna e inm utable
(escepticismo m etafis ico); se crit ica la func ion de los m etarrelatos
y de la posibilida d d e uri gran proy ecto em ancip ado r de la
hum anidad (escepticismo politico); y se desc onfia de la posibilidad
de una etica universal fun dam entada sobre solidas bases
epistemolog icas, antropologicas y ontologicas (escepticismo etico).
2
La posm odernidad presenta con Lyotard, una renuncia radical a
la m odernidad; con D errida, una decon strucci6n, dando lugar a la
pluralidad de horizo ntes de sentido; con Vattimo, se plantea com o ,
prop uesta la practica de un nihilismo p ositivo y activo, con el que se
le anuncia a hom bres y a m ujer es una posibilidad distinta de
existencia.
En la filoso fia posm odern a prev alece la critica y el rechaz o a
una razon totalizante, asi com o la idea del sujeto trascendental
com o fuente ultima de sentido. Segun Migu el M artinez:
Tenem os que acep tar el he tero m orf ism o de los jue go s de l
lenguaje , con sus d i fe rencias , ines tabi l idades , antagonismos ,
discont inuidades y paradojas . No se pueden es tablecer unidades
po r enc ima d e la p lura l idad de los ju eg os de l lenguaje que se
der iva n de la p lura l idad de las form as de v ida . N o pue de exis t i r un
2
En la posmodernidad
frankfuitiana,
la duda es pesimista; en su vertiente
lyotardiana, es de esperanza limitada; en la de corte pragm atico, es productora de
nuevos significados.
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metad i scurso omnicomprens ivo , una me ta teor ia o fundamentac ion
ul t ima, ya que es tamos rodeados por las de terminaciones
estructurales , l ibidinales y l ingii is t icas (1 994 :58 ).
R*
La riqueza de los jue go s del leng ua je con siste en su
autonomia-heteronomia: cada jue go tiene sus propias reglas desde
dond e se produce el jue go y las reglas de un jue go n o aplican p ara
las dinamicas de otro, adem as el protago nism o de un suje to en un
jueg o, no determina para nada su po siti on al estar en otro ju eg o
(Scavin o 1999:68-69); tam poco qued a descartada la posib ilidad d e
transform ar las reglas de un determ inado jueg o, pero esto tamb ien
obedece a ciertas reglas de pro du ctio n. Estos planteamientos han
favo recid o discursos com o el.de la plur alidad y la diferen cia.
Con lo expuesto pode m os tener una com prension de la
posm odernidad com o un com plejo de crit icas a la mo dem idad,
dificilmen te agrupables. Las ideas posm oderna s son un todo que no
se pued e am algamar, porque n o son uniform idades, s ino
fragm entaciones inconexas de heterogeneidade s discursivas.
M a s n o t a s
3
De cualquier m odo que intentemos pensar
y pensemos lo que pensemos
pensamos
n
el campo .de la tradicion.
£sta prevalece cuando nbs libera del pensar
n
lo pasado
para pensar por adelantado
lo que ya no es ningun planear.
Solo cuando nos volvemos con el pensar h acia loya pensado
estamos al servicio de
lo
por pensar.
M.H eidegger (1990)
Desde el pensamiento de la diferencia posm oderno, se reconoce
que el cono cim iento es m ediad o a traves de discursos y
subjetivid ades socialmente con struidas. Se niega el esencialism o y
3
Las siguientes notas me permitieron plantear en el apartado III.2 de mi Tesis de
maestriae l transito de una identidad homosexual a las identificaciones
hom osexuales, siguiendo los
referentes
del d iferir de D errida, la estetica d e la
existencia de Foucault y
el
pensamiento d6bil de V attimo (Cancino, 200 3).
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el representacionalism o, para dar lugar a un nomadismo.
4
Se
abandon a el paradigma de la rela tion sujeto-o bjeto de la
epistem ologia m odern a, el cual tiene com o bas e teorias com o la
realista , que concibe al su jeto com o un e spejo capaz de reflejar
exactame nte el m und o y que este ref lejo para nada e s afectado por
la cultura, el lengua je, el sexo-genero-orientacion sexual; la teoria
platon ica, que divide el mu ndo en el de las aparien cias y en el de lo
real; y, la teoria kantiana de los a priori mentales, que hacen
posible la experiencia con sentido.
La posm odernidad, segun Vattimo, respond e al hecho de que
la sociedad en la que vivim os es una sociedad d e la com unicacion
generalizada, la sociedad de los m edios de com unicacion («m ass
m edia» ) (1994:9). D e este m odo, se considera que la modernidad
ha con cluido en el sentido de que ser m ode rnos h a dejad o de ser un
valor, de ser el m ode lo que se pretend ia un ico y unive rsal.
La epoca m oderna favorece el culto por lo nov edoso y original.
Esto se hizo paten te desd e la Ilustracion, al con siderar la historia
humana como un proceso progres ivo de eman cipat ion, com o la
realiza tion cada vez m as perfec ta del hom bre ideal
:
10).
Desde esta perspectiva, lo m as valioso es lo ma s avanzado, lo m as
cercan o a la m eta, lo m as ale jado del cuerp o y, po r tan to,
mas cercano a la razon; pero este proceso historico ha de ser
unitario.
De acuerdo con Vattimo, la m odernidad concluye cu ando la
historia deja de ser concebida com o proceso un itario y se abandona
la idea de un centra alred edor del cual se ha de ord enar todo lo
demas.
A partir d e este m od o d e filosofar, se senala qu e la idea d e
centro responde a un caracter ideologico mas que a la verdad
misriia, resultado d e la imp osit ion de los grupo s y las clase s
dominantes.
4
Se trata de una c ondition inestable, fictional, fabuladora e historicamente
producida.
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La idea de historia unitaria y la de pro greso estan intimam ente
unida s. Asi, con el fin de una historia unitaria el ideal de pro greso
se presenta como un proyecto caduco. No hay mas un fin al cual
dirigim os nuestro s pasos. La vision m ode rna con sideraba que el
sentido de la historia era la rea liza tion de la civilizati on , es decir, de
la form a del hom bre europeo mod erno
: 11).
Lo que nos perm ite
sefialar que subyace un modo moderno de comprender el mundo, la
historia, la sexualidad.
Co n la posm ode rnida d, segun Vattimo, la filosofia no pu ede ni
debe en senar a donde no s dirigimo s, sino a vivir en la cond ici6n de
quien no se dirige a ninguna parte (1992:11). La po sm odernidad
nos inserta en una dimension onirica par excellence:
Nunca antes habiamos tenido not icia de tantos suenos; nunca
antes habia sido tan claro que habia tantos y tan diversos (. . .) .
Porque hemos aprend ido - o m e jor : e s tamos apren d ien do - que hay
tu sueno, hay mi suefio, hay su sueno; pero lo que no hay, lo que
defini t ivamente no hay, es 'e l sueno (L eal 1995 :79).
La posibilidad creadora d e distintos sueflos y el acerca m iento a
suenos tan diversos no seria posible s in los med ios de com unicacion
qu e par a Vattimo han ju ga do un papel cru cial en el surgim iento d e
una sociedad posm oderna ; el filosofo del pen sam iento d ebil
considera que esos medios caracterizan a esta sociedad no com o
una sociedad mas «transparente», mas consciente de si, mas
«ilustrada», s ino com o una sociedad m as com pleja, incluso caotic a
y, precisa m ente en este relativo «caos» reside n nuestras
esperanzas de em ancipa t ion (1994:12-13). La em ancipat ion aqui
planteada no nos rem ite m as al ideal mod erno hum anistico de
autonom ia del sujeto, s ino que se entiende com o desarraigo, com o
una liber ation de las diferencias, de los eleme ntos locales . Asi:
U na vez desapare cida la idea de un a racion al idad central de la
historia , e l m un do de la com unica cion gene ral izada estal la c om o
una mul t ip lic idad de rac ional idades loca le s -m ino r ia s e tnicas ,
sexuales, rel igiosas, cul turales o estet icas (co m o en el caso de los
punk por e jem plo )- , que tom an la pa labra y de jan de ser
finalmente acal lados y reprimid os por la idea d e que solo existe una
forma de hum anidad verdadera digna de rea l izarse , con m enosca bo
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de todas las pecul ia r idades , de todas las individual idades
l imi tadas , e f im eras , cont ingentes
:
17).
Pero esta l ibera tion de las diferencias no implica el abando no de
toda regla. La liberaci6n de las diversidad es es un acto por el cual
estas «tom an la palabra», se presen tan, es decir, se «ponen en
form a» de manera que pueden h acerse reconocer; algo totalmente
distinto de una man ifestaci6n irracional de la espo ntane idad : 17).
Vattimo considera esta emergencia de las diferencias como un
contrae fecto de los intereses de quienes estan al m ane jo y control
de los med ios de comun icacion, los cuale s pensaron que a traves
de estos instrum ento s se pod ria per petu ar la idea de cen tra; sin
emb argo, han sido estos m ismos med ios los que han contribuido a
diluirla, a ser elemen tos de un a explosion y m ultiplic ation general
de Weltanschauungen de concepciones del m un do (:13). D e
este m odo han favorecido para que O ccidente viva una s ituatio n
explosiva, una pluralizacion irresistible n o solo en com paraci6n con
otros universos culturales (el tercer m un do , por ejem plo) sino
tambien en su fu ero interno
:
14).
Vattimo cuestiona £que sentido tendria la libertad de
info rm atio n, aunque no fuera m as que la existencia de mas canales
de radio y de television, en un mu ndo en que la norm a fu ese la
rep ro du cti on exacta de la realidad, la pe rfec ta objetividad , la
iden tificatio n total del m apa con el terri torio? : 15). La respue sta
que nos ofre ce, esta m as que dicha, nos dariam os cuenta de que no
existe una realidad.
Con to do ello, la posibilidad de afirm acion de las diferencias no
quiere decir que por fin logram os ma nifes tar lo que de verdad c ada
uno es entre otras tantas diferencias. Ante todo, al darme cuenta
de mi diferencia, me desarraigo de la idea de un unico ce ntra,
entonces, mas bien, me doy cuenta que soy una diferencia en
relaci6n co n otras muchas: estamo s en el m und o de la diversidad .
En m uch os casos, siguiendo a Vattimo, diriam os que aun se
incurre en la nostalgia del arraigo por que cada uno de noso tros, a
med ida que vamos madurand o, restringimos los propio s horizon tes
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de la vida, nos especializamos, no s cerramos den tro de u na
determinada esfera de afectos, intereses, conocim ientos : 18). E l
encuentro con la diversidad nos ayuda a com prendernos j im to con
los otros y las otras, lo cual no s hac e caer en la cuenta de qu e n o
somo s unicos/as y que tam poco somos los/as otros/as porq ue si
existen los un icos.
A brirno s a esta diversidad, a veces, no es posib le: L a nostalg ia
de los horizo ntes cerrad os, ame nazan tes y, a la vez, a segu rado res
sigue todavia arraigada en nosotros com o individuos y com o
sociedad
: 19).
En este caso , la diversidad sera am pliam ente
acogida cuand o com prendam os que vivir en este m undo m ultiple
significa hac er experiencia d e la libertad entendid a com o o scilacion
continu a entre perten encia y desa sim iento (: 19).
Se trata de reconocer los proce sos de individua lization que
configu ran la identidad com o posibilidades d e acceder a o tros
m od elos de sub jetividad, m uc ho m as plurales, si asi se quie re, y
m eno s corivencionales.
Para ello es importante considerar la ausencia, el nihilismo y
po der habla r de una identidad circular, abierta. U na identida d
abierta en el sentido del reco noc im iento d e tin soberano no
posesiv o, identidad que pien se el sexo sin la ley y, a la vez, e l
pod er sin el rey (Foucault 2000:1 0).
Para com prender lo dicho, tome m os como ejem plo la imagen
del circulo que nos ofrece O scar del Barco:
El c i rculo presu pon e es ta r en lo m ism o pe ro de un a m ane ra d is t in ta ,
volver a l punto de par t ida pero sabiendo que no hay punto de
par t id a , que tod o com ienza e n cada ins tante ; la l inea rec ta imp l ica
un or ige n y un f in , un a superac ion de l pa sad o hac ia un f u tu ro
plen o; mientras q ue en e l c i rculo , a l avanzar , cad a un o de su
puntos es una p leni tud, por cons iguiente un olvido, una
supres ion; cada punto contempla todo y a su vez , en e l ver t ice de
lapa rado ja , jam as se c ie rra (1985 :23) .
Se trata enton ces de sostener la idea de una identidad osc ilante, tal
cual nos la presen ta la ima gen del circulo herm eneu tico o el
S7
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polim orfism o de los cuerp os y sus placeres. Asi, pues, no hay
identidad, habem os s ujeto s que estamos resignificand onos dada las
condiciones de discurso desde las que som os produc idos, dejan do
atras los anhelos d e un pensam iento del Todo y A bsoluto.
U na idea vattimeana qu e contribuye a lo que estoy sugiriendo
es que hem os de d ejar de vivir en pos de un telos y vivir
aconteciendo, dado qu e el ser no es, s ino que acon tece (Vattimo ,
1992:69), de m anera que la diferencia hay que pensarla com o tal ,
com o diferencia que acontece diferenciadamen te, com o diferencia
entre individuos, com o diferen cia entre la tension d e la
difere ncia con struid a a partir de un discurso y la revision critica del
m ismo, de dond e emergera com o acontecimiento la diferen cia
asum ida, que tamb ien se torna oscilante en tanto qu e diferir.
Este diferir de la posm odernida d ha prod ucido cam bios
significativo s en todos lo s orde nes de la vida hum ana, se han
abierto los horizontes para la pro du ction de saberes de man era
situada en articu latio n co n las distintas culturas y su bjetividad es
con las que de man era com pleja se logran acuerdos de convivencia
politica, social, moral y religiosa en el contex to de la diversidad
imperan te en el m un do y de la transitoriedad d e los conve nios
establecidos.
Estos acontecimientos propios de nuestro m und o
contem porane o no son un despliegue de un esp iritu que oriente el
sentido, sino pro duc to de correlaciones tensiona les de fuer zas
productoras de vida.
D e este m odo, la com prension del discurso posm odern o y el
acontecer actual de nuestro m undo es una invitatio n a pensar esos
m odo s en los que hem os sido prod ucidos y aventurarnos a elabo rar
esas nue vas rutas que no son horizontes fi jo s sino estrategias para
una realiz atio n dive rsa de nuestro estar siendo en el m undo con los
otros y otras.
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