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Para los años 2014 y 2015 se vuelve indispensable que, en el proceso de cambio de matriz productiva, se potencie la actividad privada que aporta con el 90% del empleo nacional. Desde el ámbito privado, por naturaleza, el empresario se proyecta al futuro con las potenciales oportunidades, lo cual implica sopesar los riesgos adecuadamente y evaluar el entorno, considerando la necesidad de contar con certeza normativa a largo plazo, apertura de mercados, fomento de innovación y desarrollo tecnológico, y profundización de la productividad y competitividad. Un factor vital para potenciar la inversión privada es la estabilidad normativa, tema que preocupa al empresario según una encuesta realizada por la Cámara de Industrias y Producción. En dicho estudio, se evidencia que se emiten 4 normas diarias relacionadas al sector productivo y de éstas, 40% son reformas, lo cual refleja el entorno que debe enfrentar el empresario. Hay que trabajar de manera conjunta en el Código Laboral, Ley de Tierras y Código de la Producción, además de temas sectoriales como el control de contrabando (sector textil) y construcción de políticas de salud pública a largo plazo, que se ajusten a la realidad del sector de alimentos y bebidas. La generación de valor agregado requiere de mercados ampliados, por lo cual es un acierto el cierre del Acuerdo Comercial con la UE, nuestro principal socio comercial no petrolero. Dicha firma debe proyectarse como una oportunidad para dar mayor dinamismo a la agenda comercial, que incluya convenios con EE UU, Centroamérica, Canadá, Rusia y robustecer el comercio con la CAN.
