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Revista Yaguarzongo N° 53

Date post: 25-Jul-2016
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Órgano de difusión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Zamora Chinchipe
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  • DIRECTORIO2015 - 2019

    PRESIDENTELic. Hilario Estanislao Zhinn Quezada

    VOCALES PRINCIPALESIng. Trotsky Danilo Riera Vite Lic. Julia Esther Morales TelloMsc. Ral Eduardo Valencia RegaladoLic. Delia Aurora Vacacela Medina

    VOCALES SUPLENTESDr. Julio Csar Loaiza HerreraLic. Vicente Leonardo QuionezDra. Rosa Elena Rey OrozcoDr. Marco Melecio Jimnez Villalta

    DIRECCIN EDITORIALIng. Denisse Aguilar

    YAGUARZONGOEs una publicacin de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamn Carrin, Ncleo de Zamora Chinchipe

    DIRECCINHernando de Benavente y Pedro de Barahona Telf: 072605441Zamora-Ecuador

    Los artculos, colaboraciones o temas relacionados, son responsabilidad de sus autores y no comprometen a la Institucin.

    Reproduccin autorizada citando la fuente.

    DISEO, DIAGRAMACIN E IMPRESINEDITORIAL LEONEL FEIJOCCE NCLEO Zamora ChinchipeRevista Nmero 53 - Septiembre 2015

    Comentarios, sugerencias a: [email protected]

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    CCE Ncleo De Zamora Chinchipe

    Derecho de Autor y Derecho Conexos registrado en el IEPI CUE-001944

    @cculturazamora

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  • tuido. Su posicin de rebelda a la ideologa del Estado la puso en el papel de la prostituta, de la mujer fcil, licencio-sa, sumisa, de modelo propio para denunciar la impostura e hipocresa de la sociedad de esa poca y que le neg su identidad particular, de mujer y de ciudadana.

    Finalmente, Rosaura resiste desde la esclavitud de una vida de sistemtica exclusin en la prostitucin. Lo suyo es un acto de resistencia inmanente al poder institucional, formal e informal, religioso, social, cultural, y lo hace como fuerza de contrapoder pues el Poder mismo genera el exceso de resistencia que finalmente no podr dominar.

    Menos de un siglo despus Matilde Hidalgo Navarro es la primera mujer ecuatoriana en graduarse en la carrera de medicina y en doctorarse, y la primera mujer en ejercer formalmente el derecho al sufragio en Latinoamrica en el ao de 1924. Al igual que Rosaura, Matilde fue vilipendiada, rechazada y estigmatizada. Fue hasta excomulgada por la iglesia catlica y obligada a or misa desde la puerta de los templos.

    VII. Bibliografa

    Aljovn de Losada, Cristbal. 2001. La Confederacin Per-Boliviana 1836-1839: Poltica interna o externa, Investiga-ciones Sociales, Ao V, N 8, Lima.

    Andrade, Jorge O. 2007. Entre la santidad y la prostitucin: la mujer en la novela ecuatoriana en el cruce de los siglos XIX y XX, Iconos, Nro. 28, FLACSO, Quito.

    Aguirre, Fausto. 2005. Presentacin, en: Miguel Riofro, La Emancipada, UTPL, Loja.

    Althusser, Louis. 2003. Ideologa y Aparatos Ideolgicos del Estado, en: Slavoj Zizek (comp.), Ideologa: Un mapa de la cuestin, FCE, Buenos Aires.

    Colombani, Mara Cecilia. 2008. A propsito de Dioniso y Apolo. Mismidad y Otredad: el juego de las tensiones, Belo Horizonte, Nro. 2.

    De la Torre, Carlos. 1997. La letra con sangre entra: Racismo, Escuela y Vida Cotidiana en Ecuador, Drew Universi-ty, trabajo Presentado en el Latin American Studies Association, Conference, Guadalajara 19 de abril.

    Garca Guerra, Manuel. 2007. La razn mestiza: agenda intercultural, CIDE, Madrid.

    Honneth, Axel. 2007. Reificacin: Un estudio en la teora del reconocimiento, Latingrfica SRL, Buenos Aires.

    Lpez lvarez, Pablo. 2001. El sujeto impropio: identidad, reconocimiento y autonoma, Logos: Anales del Seminario de Metafsica, N 34, UCM, Madrid.

    Marx, Karl. 1987. Manuscritos econmicos-filosficos de 1844, Progreso, Mosc.

    Marx, Karl y Friederich Engels. 1976. Obras, Vol. 40, Editorial Grijalbo, Barcelona.

    Mora Garca, Jos Pascual. 2005. La institucin escolar en los cantones de La Grita y San Cristbal, en el tiempo histrico de la Gran Colombia, (1821-1830), Aldea Mundo, Ao 007, N 013, Mrida.

    Moscoso, Martha. 2006. Imgenes y roles de gnero en La Emancipada. Primera novela ecuatoriana, 1863, en: Scarlett OPhelan Godoy y otra (editoras), Mujeres, Familia y Sociedad en la Historia de Amrica Latina, Siglos XVIII-XXI, Publicacin del Instituto Riva-Agero N 229, Lima.

    Quijano, Anbal. 2004. Colonialidad del Poder, eurocentris-mo y Amrica Latina, en: Ramn Pajuelo y Pablo Sandoval (compiladores), Globalizacin y diversidad cultural, IEP, Lima.

    Quijano, Anbal. 1999. Qu tal raza!, en: Familia y cambio social, CECOSAM, Lima.

    Riofro, Miguel. 2005. La Emancipada, UTPL, Loja.Sacoto, Antonio. 1983. Introduccin, en: Miguel Riofro, La

    Emancipada, UC, Cuenca.Zizek, Slavoj. 1998. Multiculturalismo o la lgica cultural del

    capitalismo multinacional, en: Estudios Culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, Editorial Paids, Buenos Aires.

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    36. Aguirre, 2005: 3437. Aguirre, 2005: 36 y 3938. Honneth, 2007: 132.39. Marx, 1987: 5940. Es cierto que el comer, beber, el acto sexual, etc., son tambin funciones verdaderamente humanas. Pero, en la abstraccin que las separa del crculo de toda la actividad restante del hombre y las convierte en metas ltimas y nicas, revisten carcter animal (Marx, 1987: 59)

    41. Zizek, 1998: 13942. Zizek, 1998: 149

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  • ResumenEl presente ensayo hace un anlisis de los aspectos fundamentales que inciden en la toma de decisiones de los consumi-dores. En un contexto generalizado, el consumidor basa sus decisiones en sus percepciones de la realidad, siendo la mayor parte de sus decisiones de manera irracional. Parte de ah la interrogante de que con toda esa publicidad interminable a la que estn expuestos todos los das los consumidores, cmo se espera que recuerden algo? A manera de ejemplo se citan importantes marcas que han logrado

    quedarse en el corazn de los consumi-dores y se proponen importantes alterna-tivas desde el punto de vista del anlisis de las emociones que permiten traspasar el umbral absoluto y buscar un lugar en el corazn del consumidor.

    Introduccin Conocer al consumidor hoy en da no es tarea fcil, especialmente cuando encon-tramos consumidores cada vez ms informados de lo que buscan, estn expuestos a un sinnmero de marcas y/o productos en el mercado, a miles de

    mensajes en internet y redes sociales, a centenas de mensajes como comerciales televisivos, vallas en las carreteras y/o centros comerciales, adems la falta de coincidencia entre lo que dicen y lo que posteriormente hacen, no se debe a motivos intencionales, sino al hecho que a veces sus pensamientos y decisiones estn influen-ciadas por razones que se desencadenan desde sus pensamientos, creencias, aprendizaje y actitudes (Fernndez, y otros).Segn manifiesta (Shiffman & Lazar, 2010) en su libro Comportamiento del Consumidor, las personas actan y reaccionan basndose en sus percepciones, no en la realidad objetiva. Esto se debe en gran parte al exceso de informacin a la que estn expuestos todos los das. Luis Martnez Ribes, profesor de ESADE Businnes School en el Neuromarketing World Forum organizado por la NMBSA manifiesta que: en un da normal tenemos entre 2.000 y

    4.000 impactos, lo que hace que la mayor parte de las decisiones sean de manera irracional. El punto es que nuestro cerebro recopila y filtra informacin todo el tiempo, a esto se conoce como percepcin, proceso mediante el cual un individuo selecciona, organiza e interpreta los estmulos para formarse una imagen significativa y coherente del mundo (Shiffman & Lazar, 2010). Algunos pedazos de la informacin logran llegar hasta el depsito de largo plazo, es decir, a la memoria, pero la mayora se convierte en ruido extrao y caen en el olvido. Aunque el proceso es inconsciente e instantneo, sucede a cada segundo de cada minuto de cada da (Lindstrom, 2012).

    Parafraseando el ejemplo de (Shiffman & Lazar, 2010), una mujer que va al centro comercial quiz est expuesta a 30000 artculos de varios tamaos, colores y formas diferentes, tal vez unas 300 personas que hablan,

    PALABRAS CLAVES: Consumidor EstmulosPercepcionesNeuromarketing

    ACTUALIDAD: Denisse Loreth Aguilar Mndez

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  • tuido. Su posicin de rebelda a la ideologa del Estado la puso en el papel de la prostituta, de la mujer fcil, licencio-sa, sumisa, de modelo propio para denunciar la impostura e hipocresa de la sociedad de esa poca y que le neg su identidad particular, de mujer y de ciudadana.

    Finalmente, Rosaura resiste desde la esclavitud de una vida de sistemtica exclusin en la prostitucin. Lo suyo es un acto de resistencia inmanente al poder institucional, formal e informal, religioso, social, cultural, y lo hace como fuerza de contrapoder pues el Poder mismo genera el exceso de resistencia que finalmente no podr dominar.

    Menos de un siglo despus Matilde Hidalgo Navarro es la primera mujer ecuatoriana en graduarse en la carrera de medicina y en doctorarse, y la primera mujer en ejercer formalmente el derecho al sufragio en Latinoamrica en el ao de 1924. Al igual que Rosaura, Matilde fue vilipendiada, rechazada y estigmatizada. Fue hasta excomulgada por la iglesia catlica y obligada a or misa desde la puerta de los templos.

    VII. Bibliografa

    Aljovn de Losada, Cristbal. 2001. La Confederacin Per-Boliviana 1836-1839: Poltica interna o externa, Investiga-ciones Sociales, Ao V, N 8, Lima.

    Andrade, Jorge O. 2007. Entre la santidad y la prostitucin: la mujer en la novela ecuatoriana en el cruce de los siglos XIX y XX, Iconos, Nro. 28, FLACSO, Quito.

    Aguirre, Fausto. 2005. Presentacin, en: Miguel Riofro, La Emancipada, UTPL, Loja.

    Althusser, Louis. 2003. Ideologa y Aparatos Ideolgicos del Estado, en: Slavoj Zizek (comp.), Ideologa: Un mapa de la cuestin, FCE, Buenos Aires.

    Colombani, Mara Cecilia. 2008. A propsito de Dioniso y Apolo. Mismidad y Otredad: el juego de las tensiones, Belo Horizonte, Nro. 2.

    De la Torre, Carlos. 1997. La letra con sangre entra: Racismo, Escuela y Vida Cotidiana en Ecuador, Drew Universi-ty, trabajo Presentado en el Latin American Studies Association, Conference, Guadalajara 19 de abril.

    Garca Guerra, Manuel. 2007. La razn mestiza: agenda intercultural, CIDE, Madrid.

    Honneth, Axel. 2007. Reificacin: Un estudio en la teora del reconocimiento, Latingrfica SRL, Buenos Aires.

    Lpez lvarez, Pablo. 2001. El sujeto impropio: identidad, reconocimiento y autonoma, Logos: Anales del Seminario de Metafsica, N 34, UCM, Madrid.

    Marx, Karl. 1987. Manuscritos econmicos-filosficos de 1844, Progreso, Mosc.

    Marx, Karl y Friederich Engels. 1976. Obras, Vol. 40, Editorial Grijalbo, Barcelona.

    Mora Garca, Jos Pascual. 2005. La institucin escolar en los cantones de La Grita y San Cristbal, en el tiempo histrico de la Gran Colombia, (1821-1830), Aldea Mundo, Ao 007, N 013, Mrida.

    Moscoso, Martha. 2006. Imgenes y roles de gnero en La Emancipada. Primera novela ecuatoriana, 1863, en: Scarlett OPhelan Godoy y otra (editoras), Mujeres, Familia y Sociedad en la Historia de Amrica Latina, Siglos XVIII-XXI, Publicacin del Instituto Riva-Agero N 229, Lima.

    Quijano, Anbal. 2004. Colonialidad del Poder, eurocentris-mo y Amrica Latina, en: Ramn Pajuelo y Pablo Sandoval (compiladores), Globalizacin y diversidad cultural, IEP, Lima.

    Quijano, Anbal. 1999. Qu tal raza!, en: Familia y cambio social, CECOSAM, Lima.

    Riofro, Miguel. 2005. La Emancipada, UTPL, Loja.Sacoto, Antonio. 1983. Introduccin, en: Miguel Riofro, La

    Emancipada, UC, Cuenca.Zizek, Slavoj. 1998. Multiculturalismo o la lgica cultural del

    capitalismo multinacional, en: Estudios Culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo, Editorial Paids, Buenos Aires.

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    36. Aguirre, 2005: 3437. Aguirre, 2005: 36 y 3938. Honneth, 2007: 132.39. Marx, 1987: 5940. Es cierto que el comer, beber, el acto sexual, etc., son tambin funciones verdaderamente humanas. Pero, en la abstraccin que las separa del crculo de toda la actividad restante del hombre y las convierte en metas ltimas y nicas, revisten carcter animal (Marx, 1987: 59)

    41. Zizek, 1998: 13942. Zizek, 1998: 149

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    caminan, miran, buscan; a diversos olores y sabores; a sonidos que se producen en el centro comercial como: anuncios del sonido local, msica, voces de las impulsado-ras y muchos otros estmulos ms. . Sin embargo, los consumidores se las arreglan para visitar con cierta regula-ridad dicho establecimiento, seleccionar los artculos que necesita, pagarlos y salir del lugar; todo ello en un lapso relativamente corto, sin perder la cordura ni su sentido de orientacin personal en el mundo que lo rodea (Shiffman & Lazar, 2010). Con toda esa publicidad interminable a la que estn expuestos todos los das los consumidores, los sentidos tienden a volverse cada vez menos sensibles, surgiendo un efecto de adaptacin sensorial, en el mbito de la percepcin, el termino adaptacin se refiere especfi-camente a habituarse a ciertas sensaciones, adaptndo-se as a un nivel de estimulacin determinado (Shiffman & Lazar, 2010), haciendo que gran parte de los estmulos pasen imperceptibles y tales anuncios o productos ya no ofrezcan un insumo sensorial suficiente para que sean percibidos.Entonces cmo se espera que los consumidores recuer-den algo? Cmo esperamos que nos seleccionen de entre 10 marcas disponibles en el mercado? Esa es la pregunta que muchas empresas se plantean a diario y a menudo utilizan recursos extremos para obtener el mximo contraste y traspasar la pantalla perceptual del consumi-dor. Tal como lo plantea (Shiffman & Lazar, 2010), los seres humanos son muy selectivos en cuanto a los estmu-los que reconocen, organizan de manera subconsciente los estmulos que aciertan a reconocer, de acuerdo con principios bsicos psicolgicos aceptados en forma generalizada e interpretan dichos estmulos (les asignan significado) de forma subjetiva segn sus necesidades, expectativas y experiencia personales. Segn el ensayo de Neurociencia aplicado al estudio del Comportamiento del Consumidor la mayora de las decisiones de compras estn mediadas por estmulos subconscientes que ningn sujeto podr identificar en un estudio convencional. Hans George Husel, investigador alemn de Neuromarketing, Doctor en Psicologa y autor del libro Think Limbic, afirma que las decisiones de compra de los consumidores responden menos de lo que se esperara a motivaciones

    como el precio o los argumentos del producto, las emocio-nes son el factor decisivo. Entre 70% y 80% de las decisio-nes se toman de forma inconsciente, basados en la emocin. (Husel, 1977, pag 52).

    Marco Terico La emocin es una informacin que impacta en el cuerpo, pero en realidad que hace que los consumidores seleccio-nen determinadas marcas y/o productos en el laberinto que se encuentran, por una parte estn condicionados por la naturaleza de los estmulos: la experiencia anterior de los consumidores, en la medida en que sta afecta sus expec-tativas (lo que estn preparados o dispuestos a ver) y sus motivaciones en ese momento (sus necesidades, deseos, intereses, etc.) (Shiffman & Lazar, 2010), es decir las personas tienden a percibir cuestiones que necesitan o desean en ese momento, cuanto ms intensa sea la necesidad, mayor ser la tendencia a ignorar cualquier otro estmulo del ambiente que no se relacione con ella (Shiff-man & Lazar, 2010). Y por otro lado buscan mensajes que consideran agradables o graciosos y evitan afanosamente aquellos que resultan dolorosos y amenazadores. Por citar un ejemplo, Coca Cola tiene su historia, su logotipo, su color, su diseo y su fragancia; sus recuerdos de la infancia alrededor de la Coca-Cola, los comerciales impresos y televisados aparecidos a lo largo de los aos, la simple identidad emocional indiscutible, inexorable, inevitable de la Coca-Cola, hace que los consumidores seleccionen la marca por encima de Pepsi. En el 2003, Read Montague se propuso buscar una explicacin cientfica al Desafo Pepsi, nombre con el que a mediados de los setenta se conoci a una agresiva campaa publicitaria que invitaba a los consumidores a probar dos bebidas de cola sin saber su marca, y elegir la que ms les gustaba (Tamblay, 2011), el resultado del experimento fue sorprendente los consumidores elegan la marca Pepsi como el mejor sabor. Sin embargo, en la segunda parte del experimento los consumidores podan observar la bebida, teniendo como resultado una alteracin en los consumidores, el 75% eligieron la marca Coca Cola, esto sugiri que los volunta-rios asociaban la marca como imgenes e ideas determi-

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    nadas por sus recuerdos, identidad emocional que se imponan frente a la preferencia racional por el sabor (Tam-blay, 2011). Todas estas asociaciones positivas que los individuos tienen hacia determinadas marcas, han logrado que estas se conecten con la parte emocional del consumi-dor, logrando vencer una y otra vez a la parte racional de nuestro cerebro.En este sentido, las emociones juegan un papel fundamen-tal en las decisiones, ya que son las encargadas de romper los filtros y evitar la defensa perceptual, que consiste en la supresin subconsciente de los estmulos que les resultan psicolgicamente amenazadores, en otras ocasiones el consumidor llega al bloqueo perceptual, desconectndose, como una manera de autoprotegerse de la naturaleza visual abrumadora del mundo que nos rodea (Shiffman & Lazar, 2010). Por ejemplo, cuando se realiza alguna decisin de compra, nuestro cerebro recurre a repasar una cantidad asombrosa de recuerdos, hechos y emociones, y las compri-me en una respuesta: una atajo especial que nos permite pasar de la A a la Z en un par de segundos y que dictaminan lo que ponemos en el carro de compras (Lindstrom, 2012). A esto se conoce como marcador somtico, una especie de marcador de libros como lo denomina (Lindstrom, 2012) o atajos del cerebro, estos marcadores, acumulados a base de experiencias pasadas de premios y castigos, sirven para conectar un experiencia o emocin con una reaccin especfica necesaria. Estos mismos atajos cerebrales son la base de la mayora de decisiones de compra del consumi-dor. Parafraseando a (Lindstrom, 2012) esta serie incons-

    ciente de seales cerebrales que provocaron una reaccin emocional ante determinada marca, no son una coleccin de reflejos de la infancia o la adolescencia, todos los das fabricamos otros nuevos y los aadimos a la abundante coleccin que ya tenemos (Lindstrom, 2012), facilitndonos as la toma de decisiones, ante cualquier producto.

    El futuro de las marcasPero, como seducir al consumidor y traspasar el umbral absoluto en el que caen todas las marcas hoy en da, en ese sentido, se debe conocer al consumidor desde el foco de sus emociones, tal como lo manifiesta Kevin Roberts en su libro Lovemarks, se debe crear productos y experiencias que sean capaces de construir vnculos emocionales, profundos y duraderos con los consumidores (Roberts, 2004), para ello se debe pensar en el misterio que aade complejidad a las relaciones, Qu sera de una marca si lo supiramos todo sobre ella? (Roberts, 2004); Sensualidad, que mantiene alerta los cinco sentidos, para crear experien-cias nicas e inolvidables y; la intimidad y empata, compro-miso y pasin, conexiones con la marca que nos hacen sentir una intensa lealtad con ellas.

    Martin Lindstroms en su libro Compradiccin reafirma estos conceptos y nos demuestra que cuanto ms misterio e intriga puede cultivar una marca, mayor probabilidad de que nos cautive (Lindstrom, 2012), as mismo el ritual, supersti-cin, religin, bien sea que tengamos consciencia o no, todos estos factores contribuyen a forjar nuestros pensa-

    mientos en el momento de comprar (Lindstrom, 2012). Surge una disciplina muy importante que est ganando terreno en la actualidad y se conoce como Neuromarketing, ciencia que estudia los procesos cerebrales que explican la conducta y la toma de decisiones de las personas, desde el punto de vista de conocer al consumidor desde su cerebro.Entonces, Qu deben hacer las marcas para seducir a sus clientes? Las marcas deber ser capaces de traspasar las barreras, hacerlos soar, demostrar a los consumidores que estn cerca de ellos, tal como lo manifiestas Roberts: las marcas tienen que comprender que es necesario pasar ms tiempo que nunca con los consumidores, de un modo virtual por un lado y de una manera real por el otro (Roberts, 2004). Por lo tanto, se debe pensar, en el punto de venta, en primera instancia, ya que es all donde el consumidor realiza el proceso de compra y toma la mayor parte de las decisio-nes y en segundo lugar en casa, cuando usa la marca y le encanta o no, tambin se debe pensar en el rol protagonista que tiene hoy en da el consumidor. "En el proceso de compra influyen factores emocionales inconscientes que el marketing tradicional no contempla. Identificarlos, procesar-los y actuar estratgicamente al respecto ayuda a establecer una relacin fructfera con el cliente. "Las marcas ya no pertenecen a las compaas, sino a los consumidores, porque son ellos los que deciden (Roberts, 2004).

    Adems, las marcas deben aprender a contar historias (storytelling), como lo mencion Martnez Ribes, en el Neuromarketing World Forum, cuando me digas algo dime

    algo que me interese. Joan Scott citado en (Crdenas, 2013) seala que: [] [el] storytelling es una actividad esencialmente social. Requiere no solo lectores y escuchas, sino tambin contadores de historias. Sus historias crean la sensacin de inmediatez (aun cuando refieran a acciones y eventos pasados) y a lo que Kant (en otro contexto) refera como el sentimiento universal de sentirse parte de. Al mismo tiempo lo que ellos imparten es altamente particular: descripcin de acciones individuales, emociones, y resulta-dos que pueden ser idiosincrticos y nicos (2011, p. 205), es decir transformar los mensajes que se transmiten al cliente en historias fciles de recordar, que se identifiquen con su cotidianidad. En palabras de Christian Salmon, el storytelling es la mquina de fabricar historias y formatear las mentes.

    Finalmente, las marcas deben crear experiencias de compra positivas, ponerse en el lugar del consumidor, hacerse la pregunta de quin es el consumidor para m?, no podemos comprar algo si antes no imaginamos como resultar. Generamos ms dopamina cuando estamos preparando algo que cuando los disfrutamos, por tanto debemos encontrar cual es la emocin central a travs de la cual queremos asociar la marca.

    BibliografaCrdenas, J. D. (2013). Storytelling y mrquetin poltico: humanidad y emociones en la bsqueda de la visibilidad legitimada. Poliantea, 33-50.Fernndez, O., Gmez, L., Litterio, M., Di Crocce, N., Volpe, A., & Fernndez, M. C. (s.f.). Neuromarketing, Neurociencia aplicada al estudio del Comportamiento del Consumidor.Lindstrom, M. (2012). Compradiccin: verdades y mentiras acerca de por qu las personas compran. Bogot: Norma.Roberts, K. (2004). El futuro ms alla de las marcas, Lovermarks. Espaa.Shiffman, L., & Lazar, L. (2010). Comportamiento del Consumidor. Mxico: Pearson.Tamblay, M. E. (2011). Viaje al centro de la mente del consumidor. Nuestro Tiempo.

  • caminan, miran, buscan; a diversos olores y sabores; a sonidos que se producen en el centro comercial como: anuncios del sonido local, msica, voces de las impulsado-ras y muchos otros estmulos ms. . Sin embargo, los consumidores se las arreglan para visitar con cierta regula-ridad dicho establecimiento, seleccionar los artculos que necesita, pagarlos y salir del lugar; todo ello en un lapso relativamente corto, sin perder la cordura ni su sentido de orientacin personal en el mundo que lo rodea (Shiffman & Lazar, 2010). Con toda esa publicidad interminable a la que estn expuestos todos los das los consumidores, los sentidos tienden a volverse cada vez menos sensibles, surgiendo un efecto de adaptacin sensorial, en el mbito de la percepcin, el termino adaptacin se refiere especfi-camente a habituarse a ciertas sensaciones, adaptndo-se as a un nivel de estimulacin determinado (Shiffman & Lazar, 2010), haciendo que gran parte de los estmulos pasen imperceptibles y tales anuncios o productos ya no ofrezcan un insumo sensorial suficiente para que sean percibidos.Entonces cmo se espera que los consumidores recuer-den algo? Cmo esperamos que nos seleccionen de entre 10 marcas disponibles en el mercado? Esa es la pregunta que muchas empresas se plantean a diario y a menudo utilizan recursos extremos para obtener el mximo contraste y traspasar la pantalla perceptual del consumi-dor. Tal como lo plantea (Shiffman & Lazar, 2010), los seres humanos son muy selectivos en cuanto a los estmu-los que reconocen, organizan de manera subconsciente los estmulos que aciertan a reconocer, de acuerdo con principios bsicos psicolgicos aceptados en forma generalizada e interpretan dichos estmulos (les asignan significado) de forma subjetiva segn sus necesidades, expectativas y experiencia personales. Segn el ensayo de Neurociencia aplicado al estudio del Comportamiento del Consumidor la mayora de las decisiones de compras estn mediadas por estmulos subconscientes que ningn sujeto podr identificar en un estudio convencional. Hans George Husel, investigador alemn de Neuromarketing, Doctor en Psicologa y autor del libro Think Limbic, afirma que las decisiones de compra de los consumidores responden menos de lo que se esperara a motivaciones

    como el precio o los argumentos del producto, las emocio-nes son el factor decisivo. Entre 70% y 80% de las decisio-nes se toman de forma inconsciente, basados en la emocin. (Husel, 1977, pag 52).

    Marco Terico La emocin es una informacin que impacta en el cuerpo, pero en realidad que hace que los consumidores seleccio-nen determinadas marcas y/o productos en el laberinto que se encuentran, por una parte estn condicionados por la naturaleza de los estmulos: la experiencia anterior de los consumidores, en la medida en que sta afecta sus expec-tativas (lo que estn preparados o dispuestos a ver) y sus motivaciones en ese momento (sus necesidades, deseos, intereses, etc.) (Shiffman & Lazar, 2010), es decir las personas tienden a percibir cuestiones que necesitan o desean en ese momento, cuanto ms intensa sea la necesidad, mayor ser la tendencia a ignorar cualquier otro estmulo del ambiente que no se relacione con ella (Shiff-man & Lazar, 2010). Y por otro lado buscan mensajes que consideran agradables o graciosos y evitan afanosamente aquellos que resultan dolorosos y amenazadores. Por citar un ejemplo, Coca Cola tiene su historia, su logotipo, su color, su diseo y su fragancia; sus recuerdos de la infancia alrededor de la Coca-Cola, los comerciales impresos y televisados aparecidos a lo largo de los aos, la simple identidad emocional indiscutible, inexorable, inevitable de la Coca-Cola, hace que los consumidores seleccionen la marca por encima de Pepsi. En el 2003, Read Montague se propuso buscar una explicacin cientfica al Desafo Pepsi, nombre con el que a mediados de los setenta se conoci a una agresiva campaa publicitaria que invitaba a los consumidores a probar dos bebidas de cola sin saber su marca, y elegir la que ms les gustaba (Tamblay, 2011), el resultado del experimento fue sorprendente los consumidores elegan la marca Pepsi como el mejor sabor. Sin embargo, en la segunda parte del experimento los consumidores podan observar la bebida, teniendo como resultado una alteracin en los consumidores, el 75% eligieron la marca Coca Cola, esto sugiri que los volunta-rios asociaban la marca como imgenes e ideas determi-

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    El anlisis minucioso del impacto de los medios masivos en la sociedad es un tema complejo, debido a la multiplicidad de criterios y la acelerada evolucin de los medios. Lo que s se puede evidenciar son algunas conductas donde influyen los medios de comunicacin masiva (MCM) dentro de la sociedad.

    Los MCM desde su aparicin han contribuido a la socializa-cin de diversos temas de inters, ya sea en el mbito poltico, econmico o social, lo que ha influenciado en la adquisicin de costumbres, tendencias de consumo, opinin, etc. convirtindose en factor determinante en la adopcin de los modelos de vida.

    El acelerado crecimiento y evolucin de los MCM, impide adaptarnos adecuadamente a ellos. Quizs algunas de estas tesis son la causa para que la mayora de personas, especialmente los seguidores asiduos por ejemplo de la televisin, no puedan separar la realidad de la ficcin. Uno de los pblicos ms vulnerables a los efectos de la informa-cin difundida por los medios, son las nias/os, que al no tener un criterio formado de la realidad, muchas de las veces han sido vctimas de la exagerada transformacin de la realidad, llegando en algunos casos a la desilusin al conocer la realidad, como ejemplo los comerciales de jugue-tes. Otro de los factores que pueden influenciar negativa-mente en la conducta de nios y jvenes e incluso algunos adultos es, la excesiva violencia difundida en los programas de televisin, pues no todas las personas tienen la adecua-da formacin o madurez para asimilar los contenidos.

    La accesibilidad a internet tambin determina conductas en los cibernautas, este sirve como fuente de informacin y canal para interactuar con otras personas, tambin ha ocasionado aislamiento social al preferir la interaccin virtual, a la personal. Al ser evidente esta significativa influencia de los MCM en los tipos de conducta y tenden-cias de consumo del pblico, algunos sectores como los polticos, aprovechan estos espacios para llegar a los potenciales votantes, ya sea para reforzar la eleccin en los partidarios o para cristalizar la decisin de los indecisos.En nuestro pas o en cualquier parte del mundo, la mayora

    de MCM han manipulado o direccionado la informacin en respuesta de los intereses polticos de los dueos de estos o al inters comercial de los anunciantes, es una realidad evidente que muy pocos estudiosos se han dedicado a investigar y evidenciar. Sera importante que desde las universidades se imparta con especial dedicacin, el anlisis de los medios, especialmente en nuestro pas, en pro de una formacin desde lo local hacia lo global, sin descartar la importancia del mtodo inverso.Analizar el contenido de los programas difundidos por los medios y tomar conciencia frente a estos, es tarea de todos; por ejemplo la pornografa influye negativamente en la concepcin que podamos tener de la figura femenina, que en la mayora de este tipo de material, muestra a la mujer como un objeto. Si analizamos la mayora de publici-dad comercial difundida especialmente por televisin, siempre muestra a la mujer como una figura ertica para promover un producto o marca.

    Otro aspecto que debera ser analizado es que la mayora de los MCM, utilizan como presentadores o presentadoras a personas con fsicos y figuras perfectas o voces especta-culares, muy poco comunes, lo que genera en la mayora del pblico la idea de que solo, personas con esas caracte-rsticas pueden estar en los medios.

    El reto sera, utilizar los adelantos tecnolgicos de los medios de comunicacin para llegar a las grandes masas con informacin que contribuya a la adecuada utilizacin de los mismos; que stos sirvan como canal de conoci-mientos para la educacin y superacin personal, para informar con veracidad y entretener adecuadamente, sin que esto signifique que los medios caigan en el aburrimien-to. Pero ms que deber de los medios, tendra que ser preocupacin del pblico, el exigir contenidos de calidad en los medios a los cuales tenemos acceso a diario, sin embargo es importante destacar que hoy en da, hay una gran diversidad de canales televisivos, emisoras, peridi-cos, revistas, pginas en internet, que contribuiran a un adecuado aprovechamiento de los mismos, la decisin y responsabilidad de lo que observamos, leemos o escucha-mos, est en nosotros.

    ACTUALIDAD: Pal Ortiz

    33

    SABAS QUE LAS BOAS CONSTRICTORAS NO MATAN A SU PRESA POR ASFIXIA?

    El imaginarnos como una presa en los poderosos anillos de una boa Constrictor muriendo por asfixia, siembra temor y terror. Asfixia, una palabra que significa falta de aire, errneamente, se pensaba que las boas hacan precisamente eso; apretar a su presa hasta dejarla sin aire.Sin embargo, algunos empedernidos investigadores pensaron que la asfixia, podra no ser la verdadera causa de la muerte generada por una boa Constrictor hacia su presa.

    La muerte por asfixia parece lgica. La boa se envuelve alrededor del pecho y el

    cuello de la presa, obstruyendo su apara-to de respiracin. Sin embargo, un grupo de investigadores, analizaron que los animales murieron demasiado rpido como para que la causa de muerte sea por asfixia, por lo que decidieron investi-gar ms a fondo.

    Decidieron crear un experimento para saber exactamente lo que estaba pasan-do dentro de una rata anestesiada, que luego brindaran a una boa constrictora. El roedor fue equipado con catteres de presin arterial y electrodos en los dedos, para que el equipo de investigadores pueda controlar sus signos vitales.

    Darwin A. Nez P.HERPETLOGO

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  • Qu pasara si instalaran plantas procesadoras de oro en nuestra provincia? Si nuestros coterrneos crearan joyas con este mismo oro y no se esperara a que en Chordeleg las hicieran y nos las enviaran para venderlas con el valor agregado (dinero) que se queda all? Qu pasara si de pronto aparecieran 5, 10, 20 operadoras de turismo y empe-zaran a vender tours a Zamora en el aeropuerto de Tababe-la, con mensajes sobre el Alto Nangaritza, parque Podocar-pus, deportes extremos en el ro Bombuscara? Qu pasara, las tierras de pronto produjeran ms y en menores extensiones, con tecnologa y cadenas comerciales favora-bles y esos frutos zamoranos llegaran al extranjero como algo normal?

    La primera respuesta sera fcil: se requeriran fuentes de empleo, las mismas que hoy hacen falta para nuestra gente. Otra respuesta sera que quizs las autoridades ya empie-cen a hablar de la microempresa, de Zamora como ejemplo de microemprendimientos o que desde siempre apoyan a la industria por ello se realizan eventos de bienvenida a las inversiones.

    -Bueno que al menos aparezca en los discursos, as no se destine presupuestos (porque no los hay). Ah, tambin es posible que los bancos se vean obligados a publicitar mayo-res montos en sus crditos o que mediticamente las entrevistas de los noticiarios hablen de cmo Zamora requiere obreros, no importa que sean de otras provincias.

    Entonces por qu no lo hemos hecho? -El sistema no nos lo permite. Ya sabes, siempre nos empe-cinamos en echar la culpa a alguien ms, a quien est al frente y no reaccionemos.

    Estamos sin trabajo pero el sistema nos exige a reclamar sentados a travs de Facebook o Twitter, con la PC o smartphone producido con elementos de la minera que tambin rechazamos cuando est de moda.

    -S, falta trabajo y no aceptamos que el Estado en cualquie-ra de sus niveles de gobierno (nacional, prefecturas, alcaldas, juntas parroquiales) no puede ni debe acaparar la generacin de empleo.

    Pero para eso est el sector privado.

    -Correcto. Con las condiciones nacionales y mundiales de la economa, no crees que es momento de producir ms la tierra, si lo hacemos llegarn, asimismo, ms recursos para esta Provincia.

    Eddy Salinas Alba, fotoperiodista zamorano con experiencia en proyectos comunicacionales a nivel nacional. La construccin de un peridico comunitario, club de fotografa y foro juvenil de cine lo vinculan con la comunicacin popular. Es colaborador de la agencia internacional Pressenza, especializada en temas de educomunicacin.

    Fotografas c Eddy Salinas Alba

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  • El anlisis minucioso del impacto de los medios masivos en la sociedad es un tema complejo, debido a la multiplicidad de criterios y la acelerada evolucin de los medios. Lo que s se puede evidenciar son algunas conductas donde influyen los medios de comunicacin masiva (MCM) dentro de la sociedad.

    Los MCM desde su aparicin han contribuido a la socializa-cin de diversos temas de inters, ya sea en el mbito poltico, econmico o social, lo que ha influenciado en la adquisicin de costumbres, tendencias de consumo, opinin, etc. convirtindose en factor determinante en la adopcin de los modelos de vida.

    El acelerado crecimiento y evolucin de los MCM, impide adaptarnos adecuadamente a ellos. Quizs algunas de estas tesis son la causa para que la mayora de personas, especialmente los seguidores asiduos por ejemplo de la televisin, no puedan separar la realidad de la ficcin. Uno de los pblicos ms vulnerables a los efectos de la informa-cin difundida por los medios, son las nias/os, que al no tener un criterio formado de la realidad, muchas de las veces han sido vctimas de la exagerada transformacin de la realidad, llegando en algunos casos a la desilusin al conocer la realidad, como ejemplo los comerciales de jugue-tes. Otro de los factores que pueden influenciar negativa-mente en la conducta de nios y jvenes e incluso algunos adultos es, la excesiva violencia difundida en los programas de televisin, pues no todas las personas tienen la adecua-da formacin o madurez para asimilar los contenidos.

    La accesibilidad a internet tambin determina conductas en los cibernautas, este sirve como fuente de informacin y canal para interactuar con otras personas, tambin ha ocasionado aislamiento social al preferir la interaccin virtual, a la personal. Al ser evidente esta significativa influencia de los MCM en los tipos de conducta y tenden-cias de consumo del pblico, algunos sectores como los polticos, aprovechan estos espacios para llegar a los potenciales votantes, ya sea para reforzar la eleccin en los partidarios o para cristalizar la decisin de los indecisos.En nuestro pas o en cualquier parte del mundo, la mayora

    de MCM han manipulado o direccionado la informacin en respuesta de los intereses polticos de los dueos de estos o al inters comercial de los anunciantes, es una realidad evidente que muy pocos estudiosos se han dedicado a investigar y evidenciar. Sera importante que desde las universidades se imparta con especial dedicacin, el anlisis de los medios, especialmente en nuestro pas, en pro de una formacin desde lo local hacia lo global, sin descartar la importancia del mtodo inverso.Analizar el contenido de los programas difundidos por los medios y tomar conciencia frente a estos, es tarea de todos; por ejemplo la pornografa influye negativamente en la concepcin que podamos tener de la figura femenina, que en la mayora de este tipo de material, muestra a la mujer como un objeto. Si analizamos la mayora de publici-dad comercial difundida especialmente por televisin, siempre muestra a la mujer como una figura ertica para promover un producto o marca.

    Otro aspecto que debera ser analizado es que la mayora de los MCM, utilizan como presentadores o presentadoras a personas con fsicos y figuras perfectas o voces especta-culares, muy poco comunes, lo que genera en la mayora del pblico la idea de que solo, personas con esas caracte-rsticas pueden estar en los medios.

    El reto sera, utilizar los adelantos tecnolgicos de los medios de comunicacin para llegar a las grandes masas con informacin que contribuya a la adecuada utilizacin de los mismos; que stos sirvan como canal de conoci-mientos para la educacin y superacin personal, para informar con veracidad y entretener adecuadamente, sin que esto signifique que los medios caigan en el aburrimien-to. Pero ms que deber de los medios, tendra que ser preocupacin del pblico, el exigir contenidos de calidad en los medios a los cuales tenemos acceso a diario, sin embargo es importante destacar que hoy en da, hay una gran diversidad de canales televisivos, emisoras, peridi-cos, revistas, pginas en internet, que contribuiran a un adecuado aprovechamiento de los mismos, la decisin y responsabilidad de lo que observamos, leemos o escucha-mos, est en nosotros.

    ACTUALIDAD: Pal Ortiz

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    SABAS QUE LAS BOAS CONSTRICTORAS NO MATAN A SU PRESA POR ASFIXIA?

    El imaginarnos como una presa en los poderosos anillos de una boa Constrictor muriendo por asfixia, siembra temor y terror. Asfixia, una palabra que significa falta de aire, errneamente, se pensaba que las boas hacan precisamente eso; apretar a su presa hasta dejarla sin aire.Sin embargo, algunos empedernidos investigadores pensaron que la asfixia, podra no ser la verdadera causa de la muerte generada por una boa Constrictor hacia su presa.

    La muerte por asfixia parece lgica. La boa se envuelve alrededor del pecho y el

    cuello de la presa, obstruyendo su apara-to de respiracin. Sin embargo, un grupo de investigadores, analizaron que los animales murieron demasiado rpido como para que la causa de muerte sea por asfixia, por lo que decidieron investi-gar ms a fondo.

    Decidieron crear un experimento para saber exactamente lo que estaba pasan-do dentro de una rata anestesiada, que luego brindaran a una boa constrictora. El roedor fue equipado con catteres de presin arterial y electrodos en los dedos, para que el equipo de investigadores pueda controlar sus signos vitales.

    Darwin A. Nez P.HERPETLOGO

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    Los investigadores ya pudieron haber anunciado la verda-dera causa de la muerte, pero nunca podran haber imagi-nado lo eficiente que era.

    Como resultado hubieron dos sorpresas principales: prime-ro fue la velocidad a la que ocurrieron las cosas. La boa constrictor mato a su presa, antes de que la asfixia se lleve a cabo.

    Dentro de los primeros 30 segundos, la serpiente empieza a apretar y la presin arterial de la rata, desciende en picada. Tan pronto como la boa aumenta la presin en sus anillos, la presin en las arterias de la rata disminuye alarmantemente.

    Y el otro hallazgo sorprendente es que se produjeron una serie de acontecimientos letales para la rata, no se trata slo de la presin arterial que disminuye, sino que tambin fueron medidos los niveles de potasio en su sangre. Todo el mundo necesita de potasio en su cuerpo para regular la forma en lquidos y minerales que fluyen dentro y fuera de las clulas. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al ver que los niveles de potasio del ratn se dispararon dramticamente a medida que se produca la constriccin. Los investigadores creen que, los niveles

    elevados de potasio, resultado de la constriccin, pueden funcionar como una especie de plan de respaldo para la serpiente, de modo que si la presa escapa de alguna manera, y la sangre comienza a recircular, el animal todava est condenado, porque su sangre ahora es txica lo cual le impedir huir muy lejos.

    En conclusin, esta estrategia tiene sentido cuando se ve la rpida cada de los signos vitales de la presa. Tan pronto como se detiene el flujo de sangre, el cerebro se apaga y el animal se desmaya. En realidad la primera cosa que sucede es que la rata se desmaya, y esto hace nfasis en el sentido de la evolucin. Si la serpiente hace que el ratn duerma muy rpido, entonces no hay peligro de que la presa tome represalias en su contra. Simplemente un animal que se haya desmayado es mucho ms fcil de dominar y comer que uno que est luchando.

    Prximamente los investigadores estn interesados en estudiar los efectos en otros tipos de presas. Las ratas y los mamferos se conocen como endotermos o animales "de sangre caliente". La pregunta es si los efectos de la constriccin y el flujo sanguneo son diferentes para ectotermos o animales "de sangre fra", como los reptiles. Un objetivo ms que cumplir en el asombroso mundo de la Herpetologa.

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    Julia Mara Guarnizo Jimnez, as se llamaba, al menos eso deca en su pasaporte de color verde y muy rado por el tiempo -no por el uso, sino por la falta del mismo- que encontr en una carpeta con algunos otros papeles que dej tras uno de sus largos viajes con impredecible retorno. Era pequeita, de anchas caderas y unos ojos achinados que a veces pareca que en verdad haba venido de algn pas oriental. En mis primeros recuerdos la veo ya grande, aunque no mucho, despus supe que me llevaba unos doce o trece aos, con todo siempre me trat como su hijo en todo el sentido de la palabra.

    Julita, as la llamaba, as la consideraba, como una parte ma que siempre estuvo y estaba conmigo, y que nunca iba a separarse de m, al menos eso pensaba o era mi inconsciente deseo. Cuando todava no entraba al jardn de infantes, claramente me acuerdo que me llevaba a escondi-das la teta de cristal que mi mam Irma, la esconda para tratar de que dejase el uso del consabido bibern. Ella fue la que me consol cuando mi hermano Hartman me la rompi de un pelotazo cuando jugaba con su compinche Gonzalo Regalado en el garaje de la casa. Se me rompa el corazn de la pena, pero Julia me llev de la mano a la botica del finado Salas a comprar otra, con mi propia vista constat que dichas tetas ya no existan. Se haban terminado all y en todo lado, al menos esa fue la sabia y tajante conclusin del propietario de la farmacia debidamente aconsejado por mi madre, ante lo cual no me qued otra que resignarme y despedirme para siempre de mi querida teta de vidrio.

    Cuando entr al jardn, la Julita empez a bajar de peso, estoy casi seguro que fue por las constantes subidas y bajadas que le tocaba hacer para irme a dejar, a traer, y a buscar cuando andaba perdido. Es que la cosa no era tan fcil, el jardn de infantes como era pblico y pobre no tena su propio local, de modo que iniciamos en un cuarto en donde funcionada el antiguo Consejo Provincial, a cuatro cuadras todas de cuesta desde mi casa en la calle Amazo-nas. Julia me llevaba por la una calle, me dejaba y se regre-saba, lo que ella no esperaba era que yo me regresase por

    la otra, incluso a veces estaba en la casa antes que ella. No le quedaba otra a la pobre de nuevamente irme a dejar y a veces hasta quedarse largos ratos para asegurarse que no me vuelva a escapar.

    Hasta cuando tuve cinco aos, compartan conmigo dos amigos inolvidables Henry Vargas y Cristian Naranjo, los dos, hijos de profesores que haban venido de la Sierra central a trabajar en Zamora. Cuando se fueron para siempre de la ciudad por cambiar de trabajo sus padres, Julia fue quien con un largo y fuerte abrazo me dio todo su cario convencindo-me que solo se iban de vacaciones y que pronto regresaran.

    Despus ya en primer grado en la querida escuela Eloy Alfaro, como sta era contigua a mi casa y solo nos separaba una malla, era muy fcil llamarla en recreo para que me hiciese llegar sus ricos manjares. Juliaaaa, Juliaa, Julita, Julitaaaa, Julia huevona treme el canguil -cuando ya no me escuchaba- , as tronaba pegado a la malla con mis cmpli-ces compaeros pegados atrs mo, la picha Ramiro Larre-tegui y su primo el borrego Edwin Guerrero, el zambo Franz Regalado y el ojn Byron Matute, todos esperando la libra de canguil para ser repartido con la velocidad del rayo. La Julita sala de su cocina no solo con el canguil, tambin me traa mi huevito duro con la sal en papelito de despacho aparte, incluso gelatina, en fin era mi hada madrina, aunque tambin para mis compaeros.

    Me ayudaba con los deberes cuando no poda enten-der, sobre todo las matemticas. Siempre estuvo conmigo en todo momento apoyndome en mi terrible agenda de actividades que inclua desde deberes escolares hasta jugar a los Sper amigos y el Saln de la Justicia. Esa cercana gener un cario muy grande hacia ella, la quera como nadie, pero como todo lo que inicia tienen que acabar, un da la Julita anocheci y no amaneci. Se haba marchado sin avisar a nadie, seguramente tuvo alguna fuerte razn para hacerlo. Ya estaba ms grandecito pero an no supe asimilar su ausencia, la falta de sus atenciones y su cario me llevaron a una desesperacin que solo el gran amor de mi mam Irma pudo calmar y hacer olvidar.

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  • POSADA DEL CUENTO

    Los ltimos aos han sido de una inquietante poca de transformaciones sin precedentes, basta echar una mirada en torno para ver que est producindose un progreso transcendental en todas las ciencias como la Qumica, la Ingeniera, la Medicina, en cada esfera del saber y el hacer humano hay una eclosin de progreso que promete a la humanidad un futuro emocionante.Pero un gran problema queda en pie, la conducta humana. Pareciera que los progresos recientes en el conocimiento han arrebatado a los seres humanos y los han aplastado sin misericordia bajo las llamadas ruedas del progreso. De todos los rincones del mundo hay clamores de auxilio, todos claman en demanda de un ajuste mejor. Por importante de cada profesin sea, ninguna llama a nuestra conciencia con mayor fuerza, que el campo de la compresin humana. El orientador y el psiclogo es cada vez ms requerido en la sociedad, para resolver conflictos emocionales y de conducta, de una juventud que est a la deriva, frente a los mltiples problemas sociales.De modo que aquel a quien se le encarguen las funciones de consejero, necesita mucha sabidura. Nada hay ms intrincado que la raza humana. Para comprender a la gente el psiclogo o consejero, debe dedicar mucho tiempo a

    estudiar la conducta humana y dar ejemplo de integridad y ajustes excelentes. Casi todo el mundo reconoce la relacin entre las funciones corporales y los problemas humanos. El ama de casa, por ejemplo, quiz crea que sus dolores de cabeza son el resultado de no dormir bien, de exceso de trabajo. Pero no toma en cuenta el hecho de que sus dolores de cabeza pueden venir de conflictos emocionales no resueltos. De modo semejante el hombre de negocios que pasa por una gran depresin quiz reconozca la posibilidad de estar padeciendo alguna dolencia fsica que tal vez su mdico no haya logrado diagnosticar. En aos recientes los psiclogos interesados en los proble-mas humanos han presentado muchas pruebas relativas a las bases emocionales de estas dificultades. Hechos psicolgicos que hace unos cuantos aos eran poco conocidos, hoy van siendo aceptados en los hogares. La comunicacin para las masas como la radio, televisin, internet, brindan continuamente a las personas un cmulo de datos para la comprensin de la naturaleza de los conflictos emocionales, la verdad es que todo consejero, debera considerar las emociones del hombre y los efectos que producen sobre el bienestar general de este.

    ACTUALIDAD: Alejandro Jumbo M.

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  • A los pocos aos la vi entrar de improviso al almacn de mi padre, vena diferente, su pelo tena otro color y estaba corto, cuando siempre lo conoc largo; vena con una maleta, pas por en medio de las vitrinas sin decir nada, solo entr de golpe directo a la sala hasta encontrarse con mi mam, all conversaron y lloraron, un fuerte abrazo con ella y mi pap sellaron un perdn que en mi mente me supona se estaba gestando. Luego me cont su larga aventura de haber ido a buscar a sus hermanos all por Pias en la provincia de El Oro, en donde se qued a trabajar y se cambi de religin. Hablaba con un tono diferente, ahora era ms costea que serrana. Si la notaba diferente, pero su cario hacia mi segua siendo el mismo. Me cont sobre su frustrado viaje a Estados Unidos hacia donde haba pensado emigrar quedando solo de recuerdo su pasaporte con el sello de visa rechazada.

    De pronto nos toc ir a vivir a Loja. Era 1981 y estba-mos en plena guerra de Paquisha, a finales de enero y hasta mediados de febrero las noches se apagaba la luz en toda la ciudad y solo un helicptero sobrevolaba con unos fuertes reflectores encendidos vigilando la urbe. En la casa entre mam Irma y Julia prepararon una mochila para cada uno, en Loja vivamos a ms de ellas, mis hermanas Sandra, Lorena y Adriana que estudiaban en La Porcincula y yo. Nos pusieron de todo, linternas, pilas, velas, fsforos, tinapas, y as por el estilo. Las ventanas las entablamos porque deca que cuando vayan a bombardear as no saltan los vidrios. Pero para los ms chicos era un juego increble, el escaparnos por la noche en plena obscuridad escoltados por el inolvidable Rayo nuestra eterna mascota, para ir a la casa de mi to Juan que viva a media cuadra en la calle Jos Antonio Eguiguren y Olmedo. Julia siempre anduvo siguien-te nuestros pasos, al acecho, para proteger nuestras andan-zas, me refiero las de mi hermana Adriana que estaba en el jardn de las Panchas y de m.

    Ese ao Julia se gradu y con muy buenas calificacio-nes, en Zamora haba iniciado su educacin pero por su viaje inesperado tuvo que cortar sus estudios, ahora era tiempo de terminarlos. A los pocos aos, su deseo de superacin y conocer nuevos horizontes le llevaron esta vez a tomar la decisin de dejar la casa paterna, pues volvimos a Zamora despus de la guerra ya que no queramos que mi

    padre, don Juanito siga solo por ac. Esta vez un gran abrazo y muchas lgrimas marcaron nuestra despedida. Solo una vez volvimos a vernos, fue en Loja en la casa de mi hermana Lorena, a donde haba retornado desde Guayaquil a donde el destino y su deseo de superacin le llevaron a establecerse. All se comprometi e hizo vida, all tuvo a su hija que por cosas del destino naci el mismo da que yo, un siete de diciembre, como queriendo unirse ms a m. Vivi con Lorena un corto tiempo hasta que retorn definitivamen-te a la Perla del Pacfico.

    A los cuarenta aos de mis primeros recuerdos de Julia, encontr entre papeles viejos que mi mam haba dejado entre sus cosas una especie de carta escrita a mquina y con una firma tosca y temblorosa mediante la cual su hermano Sal la entregaba a mi pap all por el ao 1965 mucho antes que yo naciera. La absoluta pobreza y orfandad hizo que ste entregase no solo a Julia sino a todos sus hermanos a diferentes personas para que las amparen y les den educacin a cambio de su trabajo domstico. Por eso con el pasar de los aos Julia decidi buscar a sus hermanos, al menos uno es muy probable que lo haya encontrado, se llamaba Mximo, pero a los dems imposi-ble. As se haca antes, como desde siempre en esta larga historia social ecuatoriana. La diferencia es la suerte de cada uno, gracias a Dios, Julia tuvo en mis padres a los suyos, pues la formaron como una verdadera hija, con principios y virtud como si fuese su propia hija, le dieron educacin hasta graduarla all por 1981 cuando vivimos por un tiempo en Loja. Ella agradecida, desde su partida definitiva, continuaba llamado de vez en cuando para hablar con mi mam o con pap. Nunca pudo regresar, mltiples barreras han impedido que desde hace ms de veinte aos podamos vernos otra vez, solo el hilo telefnico me ha dejado sentir muy espordi-camente su voz, triste por las tantas piedras que ha tenido que sortear en el camino, feliz por las satisfacciones que su hija le ha dado, consiguiendo lo que ella no lo pudo hacer.

    Mi querida Julia, cuanto lamento que la vida nos haya llevado a lugares diferentes, a pesar de todas las circunstan-cias y distancias los recuerdos maravillosos que vivimos y ese cario innato siempre se ha mantenido intacto, y sobre todo en donde quiera que estemos siempre sers mi Julita, mi otra madre.

    Por: Juan Carlos IzquierdoZamora, 6 de noviembre del 2014

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    Apenas iniciamos el recorrido por el Jardn Ecolgico de la Amazonia como se conoce tursticamente al cantn Nangaritza, sent mucha curiosidad; el conocer nuevos destinos y paradisiacos paisajes alejados del ruido y ajetreos de la ciudad, nos haca imaginar la gran aventura que nos esperaba.

    Con cierta regularidad haba escuchado de los atracti-vos tursticos del Cantn, pero nunca tuve la oportunidad de conocerlos ms que en fotografas o mediante las historias contadas por la gente que haba recorrido el lugar. Alrededor de las 08h00 iniciamos la travesa, Don Franco Troyani, un seor muy amable, en las facciones de su rostro se refleja el paso de los aos y cuyas manos demuestran la dureza de las actividades que realiza la gente en el campo; nos dio la bienvenida y las primeras indicaciones.

    l, que sera nuestro gua durante todo el da y muy conocedor de lugar, nos explic con anterioridad los lugares que bamos a visitar, a simple vista no contbamos con la vestimenta adecuada, pero eso no fue impedimento para continuar, en el fondo sabamos que ramos dos personas de ciudad en medio de la amazonia.

    El olor a tierra mojada y el lodo blando de color rojizo por la lluvia del da anterior, que sin querer pisamos, nos demostraba una vez ms que no conocamos nada del lugar, para quienes vivimos en la ciudad es bastante difcil adaptarnos a este medio, pero quienes son oriundos del sector, nos miraban con cierto agrado, como si disfrutaran de vernos enterrados en el lodo, buscando los zapatos sumergidos o resbalando por la ladera. Irnico pensar, aquella experiencia un tanto anormal para nosotros, para ellos quiz era un da normal.

    Poco a poco nos adentramos en la montaa, buscando el sendero que en algn espacio de tiempo estuvo all, escondido entre la maleza y en un terreno bastante irregular. Caminamos aproximadamente 15 minutos en busca de la Cascada de la Paila, que sera el primer destino turstico que visitaramos. Algo que me llam mucho la atencin y me hizo reflexionar es, que en el campo todos son iguales, no existen

    preferencias para las mujeres, ni formalismo ni nada, cada quien vela por su propia seguridad, las mujeres salen al campo con machete en mano en busca de alimentos para su familia, adems de las actividades del hogar se dedican a la agricultura y ganadera junto a sus esposos.

    Nos sumimos en una experiencia mgica, estbamos all en medio de la selva, ese contacto con la naturaleza, nos revelaba una vez ms que despus de 50 0 100 aos, nuestras races han permanecido intactas a travs del tiempo, como deca nuestro recordado Leonel Feijo: (2004) en su libro: Martin, El ltimo Guerrero Shuar, la belleza de las peas y los enormes bancos de arena de sus playas se tornan impresionantes. Agua y agua, curva y curva, selva y selva, reflejan en la retina de los hombres, un paraso sin igual, al referirse al Alto Nangaritza.

    El solo hecho de imaginarnos que por esos lares antes transitaba el pueblo shuar y que el nico medio de transporte era la balsa o la canoa, nos haca soar y a las vez retroce-der en el tiempo, como si soando viajramos a otro mundo, un mundo donde la civilizacin no existe y nicamente la selva, las montaas, los rboles y las aves son el sagrario portentoso de su espritu, donde no se necesita las comodi-dades, muchas veces innecesarias, de la urbe, sino nica-mente el afn de sentirse libre, libre en un paraso selvtico.

    Aun tenamos muchos lugares por visitar, el recorrido recin iniciaba, as que apresurados nos dirigimos al Puerto de Las Orqudeas, est claro que para conocer todos los atractivos del lugar, un da no es suficiente, por lo que tenamos que planificar otra visita. En el trayecto al puerto, ya en el vehculo, Don Franco, nos contaba historias incre-bles cual sacadas de un libro de cuentos y nos enumeraba un sinnmero de lugares que debamos conocer como la ciudad Perdida, El Laberinto de las Mil Ilusiones, La Cueva de los Tayos, entre otros que aun los tengo presentes en mi mente y me hacen querer regresar.

    Una vez en el sector de Sumak Yaku, aprovechamos para almorzar y socializar con la poblacin, aunque fueron pocas las personas que encontramos, pues en este punto

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    Los investigadores ya pudieron haber anunciado la verda-dera causa de la muerte, pero nunca podran haber imagi-nado lo eficiente que era.

    Como resultado hubieron dos sorpresas principales: prime-ro fue la velocidad a la que ocurrieron las cosas. La boa constrictor mato a su presa, antes de que la asfixia se lleve a cabo.

    Dentro de los primeros 30 segundos, la serpiente empieza a apretar y la presin arterial de la rata, desciende en picada. Tan pronto como la boa aumenta la presin en sus anillos, la presin en las arterias de la rata disminuye alarmantemente.

    Y el otro hallazgo sorprendente es que se produjeron una serie de acontecimientos letales para la rata, no se trata slo de la presin arterial que disminuye, sino que tambin fueron medidos los niveles de potasio en su sangre. Todo el mundo necesita de potasio en su cuerpo para regular la forma en lquidos y minerales que fluyen dentro y fuera de las clulas. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al ver que los niveles de potasio del ratn se dispararon dramticamente a medida que se produca la constriccin. Los investigadores creen que, los niveles

    elevados de potasio, resultado de la constriccin, pueden funcionar como una especie de plan de respaldo para la serpiente, de modo que si la presa escapa de alguna manera, y la sangre comienza a recircular, el animal todava est condenado, porque su sangre ahora es txica lo cual le impedir huir muy lejos.

    En conclusin, esta estrategia tiene sentido cuando se ve la rpida cada de los signos vitales de la presa. Tan pronto como se detiene el flujo de sangre, el cerebro se apaga y el animal se desmaya. En realidad la primera cosa que sucede es que la rata se desmaya, y esto hace nfasis en el sentido de la evolucin. Si la serpiente hace que el ratn duerma muy rpido, entonces no hay peligro de que la presa tome represalias en su contra. Simplemente un animal que se haya desmayado es mucho ms fcil de dominar y comer que uno que est luchando.

    Prximamente los investigadores estn interesados en estudiar los efectos en otros tipos de presas. Las ratas y los mamferos se conocen como endotermos o animales "de sangre caliente". La pregunta es si los efectos de la constriccin y el flujo sanguneo son diferentes para ectotermos o animales "de sangre fra", como los reptiles. Un objetivo ms que cumplir en el asombroso mundo de la Herpetologa.

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    Julia Mara Guarnizo Jimnez, as se llamaba, al menos eso deca en su pasaporte de color verde y muy rado por el tiempo -no por el uso, sino por la falta del mismo- que encontr en una carpeta con algunos otros papeles que dej tras uno de sus largos viajes con impredecible retorno. Era pequeita, de anchas caderas y unos ojos achinados que a veces pareca que en verdad haba venido de algn pas oriental. En mis primeros recuerdos la veo ya grande, aunque no mucho, despus supe que me llevaba unos doce o trece aos, con todo siempre me trat como su hijo en todo el sentido de la palabra.

    Julita, as la llamaba, as la consideraba, como una parte ma que siempre estuvo y estaba conmigo, y que nunca iba a separarse de m, al menos eso pensaba o era mi inconsciente deseo. Cuando todava no entraba al jardn de infantes, claramente me acuerdo que me llevaba a escondi-das la teta de cristal que mi mam Irma, la esconda para tratar de que dejase el uso del consabido bibern. Ella fue la que me consol cuando mi hermano Hartman me la rompi de un pelotazo cuando jugaba con su compinche Gonzalo Regalado en el garaje de la casa. Se me rompa el corazn de la pena, pero Julia me llev de la mano a la botica del finado Salas a comprar otra, con mi propia vista constat que dichas tetas ya no existan. Se haban terminado all y en todo lado, al menos esa fue la sabia y tajante conclusin del propietario de la farmacia debidamente aconsejado por mi madre, ante lo cual no me qued otra que resignarme y despedirme para siempre de mi querida teta de vidrio.

    Cuando entr al jardn, la Julita empez a bajar de peso, estoy casi seguro que fue por las constantes subidas y bajadas que le tocaba hacer para irme a dejar, a traer, y a buscar cuando andaba perdido. Es que la cosa no era tan fcil, el jardn de infantes como era pblico y pobre no tena su propio local, de modo que iniciamos en un cuarto en donde funcionada el antiguo Consejo Provincial, a cuatro cuadras todas de cuesta desde mi casa en la calle Amazo-nas. Julia me llevaba por la una calle, me dejaba y se regre-saba, lo que ella no esperaba era que yo me regresase por

    la otra, incluso a veces estaba en la casa antes que ella. No le quedaba otra a la pobre de nuevamente irme a dejar y a veces hasta quedarse largos ratos para asegurarse que no me vuelva a escapar.

    Hasta cuando tuve cinco aos, compartan conmigo dos amigos inolvidables Henry Vargas y Cristian Naranjo, los dos, hijos de profesores que haban venido de la Sierra central a trabajar en Zamora. Cuando se fueron para siempre de la ciudad por cambiar de trabajo sus padres, Julia fue quien con un largo y fuerte abrazo me dio todo su cario convencindo-me que solo se iban de vacaciones y que pronto regresaran.

    Despus ya en primer grado en la querida escuela Eloy Alfaro, como sta era contigua a mi casa y solo nos separaba una malla, era muy fcil llamarla en recreo para que me hiciese llegar sus ricos manjares. Juliaaaa, Juliaa, Julita, Julitaaaa, Julia huevona treme el canguil -cuando ya no me escuchaba- , as tronaba pegado a la malla con mis cmpli-ces compaeros pegados atrs mo, la picha Ramiro Larre-tegui y su primo el borrego Edwin Guerrero, el zambo Franz Regalado y el ojn Byron Matute, todos esperando la libra de canguil para ser repartido con la velocidad del rayo. La Julita sala de su cocina no solo con el canguil, tambin me traa mi huevito duro con la sal en papelito de despacho aparte, incluso gelatina, en fin era mi hada madrina, aunque tambin para mis compaeros.

    Me ayudaba con los deberes cuando no poda enten-der, sobre todo las matemticas. Siempre estuvo conmigo en todo momento apoyndome en mi terrible agenda de actividades que inclua desde deberes escolares hasta jugar a los Sper amigos y el Saln de la Justicia. Esa cercana gener un cario muy grande hacia ella, la quera como nadie, pero como todo lo que inicia tienen que acabar, un da la Julita anocheci y no amaneci. Se haba marchado sin avisar a nadie, seguramente tuvo alguna fuerte razn para hacerlo. Ya estaba ms grandecito pero an no supe asimilar su ausencia, la falta de sus atenciones y su cario me llevaron a una desesperacin que solo el gran amor de mi mam Irma pudo calmar y hacer olvidar.

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  • En un viejo sauce de hojas blancas, tan viejo y tan vivo, se ocultaban unos pequeos animales. Parecan mariposa o tal vez aves, nadie saba con certeza que es lo que eran. Pocos las haban visto y aquellos que tuvieron la oportuni-dad de estar junto a ellas y observarlas contaban historias fantasiosas de animales mgicos; de seres pequeos con alas.

    Pero si antiguamente no crean en lo que les contaban acerca de estos pequeos seres escondidos en lo ms profundo del viejo sauce, porque lo iban a hacer ahora. Ocho jvenes hermanos y hermanas, por escasez de dinero tuvieron que ir a vivir al bosque. Muchas bocas y poca comida les deca su padre el panadero: ni aunque coma-mos las sobras o los panes que nadie quiere comprar conse-guiramos comer todos. Quin haba mandado al hombre tener tantos hijos, pensaba la gente. Con cinco hombres y tres mujeres, que no podan ser aprovechados como el hombre quisiera, quien pensara en cosas fantasiosas y mucho menos creerlas.

    Djenme les digo el nombre y el orden de los herma-nos, para que lo prximo que suceda en la historia no tenga tanta confusin.

    Morfeo, el primero de los hombres, el mayor. Althea, la segunda y a la vez la primera. Moiras el tercero. Adara la cuarta. Arion el quinto y posiblemente el primero en irse. Aure el sexto hombre de la casa y el ms tranquilo. Eris uno de los pequeos, el sptimo y Nyx la ltima.

    Habra que preguntarnos quin les haba puesto nombres tan extraos a estos jvenes; la respuesta recae en su madre, la querida Lea. Una mujer de familia igualmente grande en la cual ella fue la ms agraciada y no es decirlo por su gran belleza si no por la sabidura otorgada. La abuela de los jvenes fue dama de compaa de una seora de clase alta, la cual apreciaba mucho a Lea y le ense todo lo que pudo acerca de las letras. Por eso los hijos de aquella mujer tenan los nombres as. Claro est que ellos no lo saban.

    Igual que todos los aos su padre se llevaba a cuatro

    hermanos hacia el bosque para cazar, esta vez se llev a los dos mayores y a los dos ms pequeos, Dejando as a los dems intranquilos y en desacuerdo. Todos se preguntaban por qu su padre haba elegido a los ms pequeos, aquellos que no tenan la experiencia suficiente para poder traer comida para todos, ni mucho menos conocan los peligros del bosque.

    - Pero padre, tienes que plantertelo otra vez le deca Aure no es normal en ti llevarlos a ellos.

    - Querido hijo, cul es el problema en querer que todos mis hijos tengan las mismas experiencias?

    - El problema es que son muy jvenes, padre.- Querido Aure, eres mi hijo ms tranquilo y el que

    ms piensa las cosas. Te estoy agradecido por ello pero debes dejarles a ellos aprender.

    - Padre te has llevado a Moiras tantas veces como a Arion y qu es lo que han aprendido?

    - Es posible que tus hermanoses posible que tus dos hermanos a un no estn listos para esto.

    - Eris y Nyx lo estn?- Lo estn - Est bien padre. Regresa pronto.

    Y as fue como el hijo ms tranquilo de la familia tuvo su ltima oportunidad de hablar. Se despidieron prometien-do regresar con comida suficiente para todos. Nyx no estaba tan segura de tener que adentrarse en aquel bosque, aunque vivan en l.

    Eris por el contrario siempre intentando estar a un paso de Morfeo y Althea. El padre estaba por su lado, siguiendo huellas, viendo rastros de los animales que pasaron por ah

    - Armad aqu las cosas, quiero que ustedes vengan conmigo refirindose a los dos hermanos - ustedes queridas hijas no os movis de aqu, puede ser peligroso.

    Todos hicieron lo que se les peda, hasta llegada la noche. Era el momento cuando Nyx se senta ms viva, con ms curiosidad de la que ya tena.

    - Dnde crees que vas? le pregunto su hermana.

    - He estado sentada por ms de cinco horas haciendo nada y adems que puede pasar. Todos sabemos que no hay ningn animal por aqu.

    - Qu dices?- Todo el pueblo dice que nuestro padre est loco

    por seguir viniendo al bosque a buscar comida, cuando no la hay.

    - Eso dicen?- Claro que lo dicen, pero sabes a veces ellos no

    se lo creen- Y t, Nyx, lo crees?- Yo? No, no es posible que los animales se

    hayan ido por completo, tal vez se volvieron ms listos que nos

    - Son animales, Nyx. - Y t una persona. - Qu quieres decir?- Que porque ellos no pueden pensar igual.de

    todas formas olvdalo.Regres y se acost a dormir, de seguro maana le

    haran caminar mucho. Y as fue, lo nico que comi fue unas cuantas vallas con unos pedazos de pan. Volvieron a parar en la orilla del pequeo ro.

    - Padre, puedo ir a explorarprometo no irme muy lejos.

    - Est bien, pero que Morfeo te acompae.La idea no le agrad a la pequea Nyx, por mucho

    que amara a su hermano l ya no era una compaa muy agradable cuando a ella le gustaba fantasear.

    - Esprame aqu, yo ir al claro podrs observar si pasa algo desde aqu, mucho mejor.

    - Bueno - su hermano sonri, saba perfectamen-te que a su pequea hermana no le gustaba que la vigilaran para nada.Camin mirando las flores, las hojas, la luz del sol

    entrando por los espacios entre ellas y las sombras que se formaban. Una de esas sombras le llamo la atencin. Despus de seguirla un par de minutos se dio cuenta que no era una sombra, era un animal.

    Tena alas, muy finas que desaparecan cada vez que las mova. Aparte de eso la forma era casi igual a la de ella, dejando fuera que el tamao era minsculo comparado con

    el de ella. Sigui observndolas haba solo una, luego dos y al final llegaron muchas. Se acercaron al pie del rbol, dejaron algo en el suelo: Un libro? S, era un libro. Y entraron todas ellas en l.

    Nyx, se qued observando y esperando a ver si pasaba algo ms, nada. Decidi acercarse al rbol y lo confirmo: Un libro.

    Quiso tomarlo pero escucho una voz que deca.- Nyx, la hija de la noche, te esperaba. Llegas muy

    temprano.- Quin es?- No te preocupes no te haremos dao, solo

    queremos que creas en nosotras. Te necesitamos.- Me necesitan? Para qu?- Las personas antes crean en nosotras, tenan fe

    en todos los seres fantsticos y eso nos volva fuertes para ayudar, para crear y proteger. Pero ahora, la nica que cree eres t.

    - Qu sois?- Nosotros somos lo que quieras ver dijo otra voz.- Un pequeo oso.- Una flor.- El agua del ro. Dijeron muchas voces a la vez. - Podras mostraros frente a m.

    Y ah estaban, las historias de su madre Lea, aquellas que le contaba y ella con tanta confianza las guardo en su ser.

    - Cmo podra ayudaros? Solo soy una simple joven. No tengo poder para hacer que la gente crea.

    - S que lo tienes, tu madre Lea te ense algo que t y todos tus hermanos saben muy bien: Escribir.

    - Y qu puedo hacer con eso?- Te daremos todo lo que necesitas, pero t tienes

    que hacerlo. Dejar que fluya tu imaginacin en todo momento.

    - Lo que necesito?- Pluma, tinta, hojas. Escribirs. - Qu es lo que tengo que escribir?- Solo debes creer.

    Y fue as como aquella joven, la ms pequea de los ocho hermanos lo hizo. Con las ltimas palabras de aquella voz en su cabeza puso hadas en los libros.

    Al final del primer libro que escribi coloc: Si fuera tan imposible creer en cosas fantsticas, nosotros no seramos ms que simples mortales sin alegra. Porque al final del da, qu somos si no creemos.

    Por: Karol ProaoZamora, 23 de septiembre del 2015

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  • A los pocos aos la vi entrar de improviso al almacn de mi padre, vena diferente, su pelo tena otro color y estaba corto, cuando siempre lo conoc largo; vena con una maleta, pas por en medio de las vitrinas sin decir nada, solo entr de golpe directo a la sala hasta encontrarse con mi mam, all conversaron y lloraron, un fuerte abrazo con ella y mi pap sellaron un perdn que en mi mente me supona se estaba gestando. Luego me cont su larga aventura de haber ido a buscar a sus hermanos all por Pias en la provincia de El Oro, en donde se qued a trabajar y se cambi de religin. Hablaba con un tono diferente, ahora era ms costea que serrana. Si la notaba diferente, pero su cario hacia mi segua siendo el mismo. Me cont sobre su frustrado viaje a Estados Unidos hacia donde haba pensado emigrar quedando solo de recuerdo su pasaporte con el sello de visa rechazada.

    De pronto nos toc ir a vivir a Loja. Era 1981 y estba-mos en plena guerra de Paquisha, a finales de enero y hasta mediados de febrero las noches se apagaba la luz en toda la ciudad y solo un helicptero sobrevolaba con unos fuertes reflectores encendidos vigilando la urbe. En la casa entre mam Irma y Julia prepararon una mochila para cada uno, en Loja vivamos a ms de ellas, mis hermanas Sandra, Lorena y Adriana que estudiaban en La Porcincula y yo. Nos pusieron de todo, linternas, pilas, velas, fsforos, tinapas, y as por el estilo. Las ventanas las entablamos porque deca que cuando vayan a bombardear as no saltan los vidrios. Pero para los ms chicos era un juego increble, el escaparnos por la noche en plena obscuridad escoltados por el inolvidable Rayo nuestra eterna mascota, para ir a la casa de mi to Juan que viva a media cuadra en la calle Jos Antonio Eguiguren y Olmedo. Julia siempre anduvo siguien-te nuestros pasos, al acecho, para proteger nuestras andan-zas, me refiero las de mi hermana Adriana que estaba en el jardn de las Panchas y de m.

    Ese ao Julia se gradu y con muy buenas calificacio-nes, en Zamora haba iniciado su educacin pero por su viaje inesperado tuvo que cortar sus estudios, ahora era tiempo de terminarlos. A los pocos aos, su deseo de superacin y conocer nuevos horizontes le llevaron esta vez a tomar la decisin de dejar la casa paterna, pues volvimos a Zamora despus de la guerra ya que no queramos que mi

    padre, don Juanito siga solo por ac. Esta vez un gran abrazo y muchas lgrimas marcaron nuestra despedida. Solo una vez volvimos a vernos, fue en Loja en la casa de mi hermana Lorena, a donde haba retornado desde Guayaquil a donde el destino y su deseo de superacin le llevaron a establecerse. All se comprometi e hizo vida, all tuvo a su hija que por cosas del destino naci el mismo da que yo, un siete de diciembre, como queriendo unirse ms a m. Vivi con Lorena un corto tiempo hasta que retorn definitivamen-te a la Perla del Pacfico.

    A los cuarenta aos de mis primeros recuerdos de Julia, encontr entre papeles viejos que mi mam haba dejado entre sus cosas una especie de carta escrita a mquina y con una firma tosca y temblorosa mediante la cual su hermano Sal la entregaba a mi pap all por el ao 1965 mucho antes que yo naciera. La absoluta pobreza y orfandad hizo que ste entregase no solo a Julia sino a todos sus hermanos a diferentes personas para que las amparen y les den educacin a cambio de su trabajo domstico. Por eso con el pasar de los aos Julia decidi buscar a sus hermanos, al menos uno es muy probable que lo haya encontrado, se llamaba Mximo, pero a los dems imposi-ble. As se haca antes, como desde siempre en esta larga historia social ecuatoriana. La diferencia es la suerte de cada uno, gracias a Dios, Julia tuvo en mis padres a los suyos, pues la formaron como una verdadera hija, con principios y virtud como si fuese su propia hija, le dieron educacin hasta graduarla all por 1981 cuando vivimos por un tiempo en Loja. Ella agradecida, desde su partida definitiva, continuaba llamado de vez en cuando para hablar con mi mam o con pap. Nunca pudo regresar, mltiples barreras han impedido que desde hace ms de veinte aos podamos vernos otra vez, solo el hilo telefnico me ha dejado sentir muy espordi-camente su voz, triste por las tantas piedras que ha tenido que sortear en el camino, feliz por las satisfacciones que su hija le ha dado, consiguiendo lo que ella no lo pudo hacer.

    Mi querida Julia, cuanto lamento que la vida nos haya llevado a lugares diferentes, a pesar de todas las circunstan-cias y distancias los recuerdos maravillosos que vivimos y ese cario innato siempre se ha mantenido intacto, y sobre todo en donde quiera que estemos siempre sers mi Julita, mi otra madre.

    Por: Juan Carlos IzquierdoZamora, 6 de noviembre del 2014

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    Apenas iniciamos el recorrido por el Jardn Ecolgico de la Amazonia como se conoce tursticamente al cantn Nangaritza, sent mucha curiosidad; el conocer nuevos destinos y paradisiacos paisajes alejados del ruido y ajetreos de la ciudad, nos haca imaginar la gran aventura que nos esperaba.

    Con cierta regularidad haba escuchado de los atracti-vos tursticos del Cantn, pero nunca tuve la oportunidad de conocerlos ms que en fotografas o mediante las historias contadas por la gente que haba recorrido el lugar. Alrededor de las 08h00 iniciamos la travesa, Don Franco Troyani, un seor muy amable, en las facciones de su rostro se refleja el paso de los aos y cuyas manos demuestran la dureza de las actividades que realiza la gente en el campo; nos dio la bienvenida y las primeras indicaciones.

    l, que sera nuestro gua durante todo el da y muy conocedor de lugar, nos explic con anterioridad los lugares que bamos a visitar, a simple vista no contbamos con la vestimenta adecuada, pero eso no fue impedimento para continuar, en el fondo sabamos que ramos dos personas de ciudad en medio de la amazonia.

    El olor a tierra mojada y el lodo blando de color rojizo por la lluvia del da anterior, que sin querer pisamos, nos demostraba una vez ms que no conocamos nada del lugar, para quienes vivimos en la ciudad es bastante difcil adaptarnos a este medio, pero quienes son oriundos del sector, nos miraban con cierto agrado, como si disfrutaran de vernos enterrados en el lodo, buscando los zapatos sumergidos o resbalando por la ladera. Irnico pensar, aquella experiencia un tanto anormal para nosotros, para ellos quiz era un da normal.

    Poco a poco nos adentramos en la montaa, buscando el sendero que en algn espacio de tiempo estuvo all, escondido entre la maleza y en un terreno bastante irregular. Caminamos aproximadamente 15 minutos en busca de la Cascada de la Paila, que sera el primer destino turstico que visitaramos. Algo que me llam mucho la atencin y me hizo reflexionar es, que en el campo todos son iguales, no existen

    preferencias para las mujeres, ni formalismo ni nada, cada quien vela por su propia seguridad, las mujeres salen al campo con machete en mano en busca de alimentos para su familia, adems de las actividades del hogar se dedican a la agricultura y ganadera junto a sus esposos.

    Nos sumimos en una experiencia mgica, estbamos all en medio de la selva, ese contacto con la naturaleza, nos revelaba una vez ms que despus de 50 0 100 aos, nuestras races han permanecido intactas a travs del tiempo, como deca nuestro recordado Leonel Feijo: (2004) en su libro: Martin, El ltimo Guerrero Shuar, la belleza de las peas y los enormes bancos de arena de sus playas se tornan impresionantes. Agua y agua, curva y curva, selva y selva, reflejan en la retina de los hombres, un paraso sin igual, al referirse al Alto Nangaritza.

    El solo hecho de imaginarnos que por esos lares antes transitaba el pueblo shuar y que el nico medio de transporte era la balsa o la canoa, nos haca soar y a las vez retroce-der en el tiempo, como si soando viajramos a otro mundo, un mundo donde la civilizacin no existe y nicamente la selva, las montaas, los rboles y las aves son el sagrario portentoso de su espritu, donde no se necesita las comodi-dades, muchas veces innecesarias, de la urbe, sino nica-mente el afn de sentirse libre, libre en un paraso selvtico.

    Aun tenamos muchos lugares por visitar, el recorrido recin iniciaba, as que apresurados nos dirigimos al Puerto de Las Orqudeas, est claro que para conocer todos los atractivos del lugar, un da no es suficiente, por lo que tenamos que planificar otra visita. En el trayecto al puerto, ya en el vehculo, Don Franco, nos contaba historias incre-bles cual sacadas de un libro de cuentos y nos enumeraba un sinnmero de lugares que debamos conocer como la ciudad Perdida, El Laberinto de las Mil Ilusiones, La Cueva de los Tayos, entre otros que aun los tengo presentes en mi mente y me hacen querer regresar.

    Una vez en el sector de Sumak Yaku, aprovechamos para almorzar y socializar con la poblacin, aunque fueron pocas las personas que encontramos, pues en este punto

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    del trayecto solo existen tres casas alrededor. Concluido el almuerzo subimos el carro a la gabarra y cruzamos el Ro Nangaritza, una experiencia un tanto singular, para quienes no hemos tenido la oportunidad de navegar antes, este transporte un tanto ruidoso por el paso de los aos y desgas-tado por el uso, en la actualidad cruzan un promedio de 30 a 40 vehculos por el ro diariamente. Sin embargo, la vista es impresionante en el momento justo cuando la gabarra se encuentra en el centro del ro, se aprecia el puente colgante que hay a unos cuantos metros que se conjuga con el verdor de los rboles y la tranquilidad de las aguas en donde se refleja el sol, crean un paisaje sin igual que calan en lo ms profundo de nuestra mirada, traspasando el umbral de lo mgico para guardase en los ms profundo de nuestros recuerdos.

    Ya en el otro lado del ro, nos dirigimos al Sector Los Geranios, donde se encuentra la cascada Yapi, la misma que est ubicada en los terrenos del Seor Antonio Iriarte, un hombre de avanzada edad que vive en una casa de madera, cerca del lugar, acompaado de su fiel amigo canino nos dirigimos a la cascada, la cual tiene una cada de agua de aproximadamente 60 metros y est rodeada de espesa vegetacin. A decir de Don Antonio, cuando es carnaval la cascada es visitada por propios y extraos, quienes se quedan maravillados del lugar.

    Como es costumbre de la gente del lugar, ser amables con los visitantes, nos endulzamos en la conversa, conociendo ms de la historia del Cantn, con mucho pesar, nos despedimos de Don Antonio y nos dirigimos al barrio Shaime, una comunidad shuar ubicada a unos 30 minutos de la gabarra (Sumak Yaku) en donde tuvimos la oportuni-dad de conocer a Don Miguel Cucush, un nativo del sector que tiene 30 hijos y 3 esposas, de las cuales una falleci ahogada en el ro, algo difcil de entender para nuestra cultura, pero dentro de la cultura shuar el hombre puede tener las esposa que cree puede mantener. Don Miguel nos invit a pasar a su casa, tpica vivienda shuar con piso de tierra y una fogata en el centro, la misma que pasa encendi-da todo el da, es donde preparan los alimentos; adems nos cont acerca de su familia y de las actividades que realizan en la comunidad, mientras nos brindaba la tpica chicha o nijiamanch en lengua shuar. Despus de un largo dilogo y

    varias rondas de chicha, el sol se ocultaba entre las monta-as y la noche estaba por caer, lo que nos indicaba que debamos despedirnos de tan especial anfitrin.

    Nuestro recorrido haba terminado por ahora, por aquel lugar mgico, lleno de encantos, ilusiones e historias fants-ticas, que te atrapan, te enganchan y te abrazan, donde el espritu del ser humano se siente libre y esa sintona con la naturaleza te hace que quieras regresar.

    Por: Denisse Loreth Aguilar Mndez Zamora, 23 de septiembre del 2015

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    Haba una vez un nio que se llamaba Manuel, siendo muy pequeo perdi a sus padres por beber agua contami-nada del ro.

    El creci junto a un gran tronco de un inmenso romeri-llo, la naturaleza lo acogi como a uno de sus miembros y le dio poderes mgicos. Siempre recordaba a sus padres y con facilidad se deprima, recorra todos los das a la orilla del inmenso ro, recoga toda la basura que del ro llegaba y se le iba pegando a su cuerpo, de tal manera que pareca un monstruo, cuando la gente se acercaba a arrojar basura l se les apareca y dando gritos de terror la gente se regresa-ba con la basura. Cierto da caminando junto al ro vio acercarse cuatro jvenes con botellas en las manos y sin temor las arrojaron contra las piedras, Manuel sin poder contener la rabia los enfrent ellos de miedo corrieron sin regresar a ver. Al llegar al pueblo comentaron que a la orilla del ro nadie puede botar basura porque asusta un monstruo que est hecho de todos los desechos que son arrojados en el sitio y mientras ms basura se bote el monstruo crece ms porque se alimenta de los desperdicios inorgnicos, pero en el pueblo nadie les hizo caso.

    Pasaba el tiempo y una maana un joven sali a trotar por ese sendero y vio cuanta basura haba acumulada dio media vuelta a su casa y regreso con una gran bolsa y empez a recoger las botellas plsticas, as pasaron las

    semanas y todos los da se repeta la misma historia, Manuel senta que de su cuerpo iba cayendo la basura y el joven la recoga, un da entre los das Manuel sali casi sin basura en su cuerpo y le pregunto Qu haces? el joven algo preocu-pado le contesto recolecto botellas de plstico porque en la institucin que estudio tenemos un proyecto y necesito miles de botellas plsticas y dime Tu eres el monstruo que asusta a los que botan basura? Manuel un poco apenado contest si pero tengo un motivo, el joven se pregunt Cul es?, Manuel narro la triste historia de cmo perdi a sus padres siendo muy nio por beber agua contaminada.

    El joven bajo la cabeza, luego contest es lamentable lo que te ha sucedido, pero tienes que dejar este sitio y darle a la gente la gran oportunidad de que remedie en parte el dao que sin saberlo te hicieron.

    Desde ese da empez una gran amistad entre el joven ecolgico y el nio de la naturaleza, juntos caminaban por senderos, calles y avenidas recogiendo las botellas que propios y extraos lanzan a las aceras, al verlos realizar este trabajo la gente le cont al Alcalde del pueblo, el cual cre una ordenanza en la que se "prohbe arrojar basura a las calles", cuando los dos amigos se enteraron saltaban de felicidad por que vean que de esta manera alguien ayudaba a proteger el hogar donde creci el nio de la naturaleza y saban que nunca ms iba a morir alguien por tomar agua contaminada.

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    Por: Kevin Javier Narankas TsamaraintSegundo Lugar en el Concurso Al Escribir y Dibujar que nos puedes contar.

  • Haba una vez un hombre llamado Camilo, viva solo en una casa lejos del pueblo, l era muy valiente y dej la ciudad por la maldad que en ella exista, para l lo ms importante era convivir sanamente con la naturaleza a la cual respetaba y amaba de verdad.

    Una tarde decidi caminar hasta la montaa ms alta y cuando estaba en la cima se sent a descansar y derrepente apareci un pequeo y hermoso duende; los dos se pusie-ron a conversar cuando lleg la noche, el duende invit a Camilo para que durmiera en su cueva.

    Al da siguiente Camilo muy contento por haber encon-trado un amigo sincero regres a su casa, pasaron algunos das y Camilo visit nuevamente a su amigo, esta vez le llev algunos alimentos, el duende en agradecimiento le regal una flauta mgica y le pidi que fuera a las ciudades y probara el poder de la flauta.

    Camilo muy entusiasmado se fue a la ciudad a probar la flauta mgica que le regal su amigo. De camino a la ciudad encontr a un hombre que estaba pegando con un ltigo a su esposa, cuando estaba cerca de ellos toc la

    flauta y el hombre empez a rer mucho hasta que ya no pudo ms y muri de risa.

    Otra noche cuando caminaba por la ciudad vio a tres hombres que estaban robando y golpeando a un pobre anciano. Al instante toc la flauta y como por arte de magia los tres hombres empezaron a golpearse entre s hasta que cayeron sin fuerzas en el piso. Y as fue por muchas ciuda-des y caminos ayudando a la gente indefens


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