San Pedro Claver Apostol de los Negros de Padre Ángel PeNa O.A.R.

8/2/2019 San Pedro Claver Apostol de los Negros de Padre ngel PeNa O.A.R.

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P. NGEL PEA O. A. R.

San Pedro Claver,

Apstol de los negros

LIMA PER

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Nihil ObstatPadre Ignacio Reinares

Vicario Provincial del PerAgustino Recoleto

ImprimaturMons. Jos Carmelo MartnezObispo de Cajamarca

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NDICE GENERAL

INTRODUCCIN...............................................................................................6

1.SUS PRIMEROS AOS................................................................................7

2.ENTRADA EN LA COMPAA DE JESS............................................8

3.VIAJE A AMRICA....................................................................................11

4.CARTAGENA...............................................................................................13

5.EVANGELIZACIN DE LOS NEGROS..................................................16

6.CARTA DEL PADRE CLAVER ..............................................................27

7.APOSTOLADO CON LOS NEGROS ENFERMOS................................30

8.APOSTOLADO CON LOS ENFERMOS DEL HOSPITAL...................35

9.APOSTOLADO CON LOS LEPROSOS...................................................39

10.APOSTOLADO CON LOS PRESOS.......................................................4211.APOSTOLADO CON LOS NO CATLICOS.......................................46

12.APOSTOLADO MISIONERO...................................................................50

13.APOSTOLADO DE LA CONFESIN...................................................51

14.CELO PASTORAL......................................................................................54

15.ALGUNAS VIRTUDES.............................................................................56

16.MEDIOS DE EVANGELIZACIN..........................................................60

A)LA ORACIN ..............................................................................................60B)LAS IMGENES ...........................................................................................62C)LA SANTA CRUZ...........................................................................................62D)EL AGUA BENDITA .....................................................................................66E)LA BENDICIN SACERDOTAL ..........................................................................67F)EL ROSARIO..................................................................................................68G)LA MISA......................................................................................................70

17.DONES SOBRENATURALES..................................................................72

A)LEVITACIN ................................................................................................72B)CONOCIMIENTO SOBRENATURAL ......................................................................73

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C)DON DE HACER MILAGROS ..........................................................................78

18.LA MUERTE..............................................................................................87

19.MILAGROS DESPUS DE SU MUERTE.............................................90

20.BEATIFICACIN Y CANONIZACIN..................................................93REFLEXIONES................................................................................................96

CONCLUSIN.................................................................................................98

BIBLIOGRAFA.............................................................................................100

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INTRODUCCIN

San Pedro Claver es un santo extraordinario, que consagr suvida al cuidado y atencin de los negros esclavos que llegaban delos pases de frica occidental. El da de su profesin perpetua seconsagr como esclavo de los negros para siempre.

Realmente fue admirable en servirlos, atenderlos como unpadre, preocupndose de la salud de sus cuerpos y, sobre todo, desu salvacin eterna. Para ello no escatimaba trabajos ni sacrificiosy tena un equipo de traductores negros para ayudarle en la tareade la evangelizacin.

Fue un hombre de Dios muy penitente, casi no coma, y sepasaba las noches en oracin. Y Dios le dio buena salud hasta losltimos cuatro aos de su vida, en que debi vivir casi inmovilizado,ofreciendo sus sufrimientos por la salvacin de los esclavosnegros, que eran la nia de sus ojos. Esto no significa que descui-dara la salvacin de todos los que se acercaban a l, pues tambinse preocup de la salvacin de los leprosos, de los enfermos de los

hospitales y de los encarcelados, a quienes visitaba frecuen-temente. Incluso convirti a muchos herejes que vivan en la ciudadde Cartagena.

Dios le concedi ciertos carismas como el del conocimientosobrenatural de muchas cosas que no poda conocer huma-namente y el de hacer milagros. Todos los que lo conocan loconsideraban como un padre, pero de modo especial los esclavosnegros que eran sus preferidos, por ser los ms necesitados y

marginados.Ojal que la lectura de su vida nos estimule a nosotros a vivir

para los dems y amar a todos, pero especialmente a los msdespreciados y abandonados de la sociedad.

Nota.- Al citar el Proceso, anotamos el folio del escrito original deao 1696. Despus colocamos la pgina de la edicin del Procesopublicada por el Centro editorial Javeriano de la universidadJaveriana de Bogot, segn la primera edicin del 2002, que esttomada de la edicin original del ao 1696.

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1.SUS PRIMEROS AOS

Naci Pedro Claver en Verd, un pueblecito de Catalua de laprovincia de Lrida, que en tiempos del santo tena unos 2.000habitantes. Probablemente naci el 25 de julio de 1580; pues,aunque no consta el da de su nacimiento, sabemos la fecha de subautismo. Y como era costumbre bautizarlos al da siguiente denacer, se supone que naci la vspera. La partida de bautismo diceas:A 26 de julio de 1580, en dicha iglesia de Verd fue bautizadoJuan Pedro, hijo de Pedro Claver de la calle Mayor y de Ana, mujer

de aqul. Fueron padrinos Juan Borrel, cantarero, y Magdalena,mujer de Fabin Colom, calcetero, todos de Verd. Dios le hagabuen cristiano.

Sus padres fueron Pedro Claver y Ana Corber. La habitacindonde naci est convertida en capilla al igual que la habitacindonde muri en Cartagena de Indias. Su padre era un agricultoracomodado y fue concejal del pueblo durante mucho tiempo. Tenasu familia 18 fincas y el beneficio de la Natividad de Nuestra

Seora, fundado por los Claver, con otras 11 fincas ms.Sus padres eran cristianos piadosos. En un testamento

aparece que dejan un legado para alumbrar al SantsimoSacramento y el altar de san Esteban, disponiendo la celebracinperpetua de una misa rezada cada mes en el altar de NuestraSeora del Rosario.

Pedro era el benjamn de la familia. Sus hermanos mayoresse llamaban Juan, Jaime e Isabel. Cuando tena 12 aos, el 17 deenero de 1593 muri su madre y el 1 de febrero de ese mismo aomuri su hermano Jaime. Su padre se cas al poco tiempo con

ngela Escarrer y, al morir ella, se cas en terceras nupcias conJuana Greny, pero de las dos ltimas no tuvo hijos.

Pedro Claver realiz sus estudios en su mismo pueblo deVerd en la escuela parroquial. Despus se fue a estudiar conmucha probabilidad a casa de su to cannigo, que viva enTrrega, con miras al sacerdocio. Por ello, a sus 15 aos, el 8 dediciembre de 1595, recibi la tonsura, primer paso para elsacerdocio, de manos del obispo de Vich en la iglesia de Verd.

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Sus padres, viendo su deseo de ser sacerdote, determinaronque continuara sus estudios en la universidad de Barcelona losaos 1596-1597, donde estudi gramtica y retrica. El ao 1601fue a estudiar al Colegio de Beln de los padres jesuitas para

estudiar filosofa y teologa.

2.ENTRADA EN LA COMPAA DE JESS

El 7 de agosto del 1602, convencido por los jesuitas delColegio Beln, se decide a ser jesuita y va a estudiar a la casa-noviciado de Tarragona. All se destac por la observancia regular

de las reglas y normas de la Compaa de Jess, siendo unestudiante y novicio modelo.

Despus de dos aos de noviciado, el 8 de aposto de 1604,hizo sus votos temporales como jesuita. En un cuaderno escribisu entrega a Dios, hacindose esclavo de su Amo. Dice as: Hastala muerte me he de consagrar al servicio de Dios, haciendo cuentade que soy como esclavo que todo su empleo ha de ser en serviciode su Amo y en procurar con toda su alma, cuerpo y mente,

agradarle y darle gusto en todo y por todo1.Acabado su noviciado y hechos sus votos temporales, los

Superiores lo envan a Gerona para completar sus estudios enletras humanas. Lleg en octubre de 1604. Tena 24 aos. Allestudi griego, sigui estudiando retrica y perfeccion el latndurante un ao.

Al ao siguiente fue enviado a la isla de Mallorca, adondelleg el 11 de noviembre de 1605 y donde permaneci tres aos.Estos tres aos fueron fundamentales para el futuro de su vida,pues all encontr al santo hermano, no sacerdote, AlonsoRodrguez. Alonso Rodrguez tena ya 73 aos y tena fama desanto. Ejerca el oficio de portero de la casa. Durante 47 aosejerci este oficio en la misma casa del Colegio de Montesin dePalma de Mallorca. Varias generaciones de estudiantes jesuitas,que pasaron por ese Colegio, se beneficiaron de su trato ydireccin espiritual, a pesar de no ser sacerdote.

1 Valtierra ngel y Hornedo Rafael, San Pedro Claver, Ed. BAC,segunda edicin, Madrid, 1997, p. 33.

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Desde el primer momento se entabl una estrecha amistadentre ambos. Y el hermano Alonso oraba por Claver, presintiendoque era un alma escogida por Dios para grandes obras. Un datuvo un xtasis, fue arrebatado al cielo por su ngel custodio y vio

innumerables tronos ocupados por bienaventurados y, en medio,uno vaco, el ms resplandeciente. Quiso conocer el porqu y lefue dicho: Este lugar est preparado para tu discpulo Pedro Claveren premio de sus muchas virtudes y de las innumerables almasque convertir en las Indias con sus trabajos y sudores2.

Otro da le deca a Claver, mirando hacia el mar: Cuntos, que

estn ociosos en Europa, podran ser apstoles en Amrica Novalen tambin aquellas almas la vida de un Dios? Acaso no hamuerto l tambin por ellas? Ah, Pedro, hijo mo, y por qu novas t tambin a recoger la sangre de Jesucristo?? Ay, si supiesesel gran tesoro que te tiene preparado!3

En otra ocasin estaba el hermano Alonso en la puerta de lasacrista en compaa del padre Vicente de Arcayna, y le preguntquines eran aquellos dos estudiantes que venan por el patio. El

padre Vicente le contest que eran Claver y Humanes, sus

2 Ib. p.38.3 Ibdem.

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discpulos del curso de filosofa. Al or esto, el santo ancianoexclam: Estos hermanos han de ir a las Indias y han de hacergran fruto en las almas4. El hermano Humanes fue misionero enParaguay, donde muri despus de grandes trabajos apostlicos; y

el padre Claver ira al Nuevo Reino de Granada, en la actualColombia.

Segn refiere Nicols Gonzlez: Obtuvo licencia de susSuperiores para comunicarse con el hermano Alonso un cuarto dehora cada da en la noche, como le dijo el mismo padre Claver aeste testigo Un da en que estaban solos, ocho meses antes desu muerte, viendo que lea en la cama postrado y casi sin alientos,le llev el libro de la vida del hermano Alonso Rodrguez,

nuevamente impreso, que haba llegado de Espaa, y le dijo: Aquest impresa la vida del hermano Alonso, su maestro. Y el padrese levant y, sentndose en la cama, tom el libro y lo bes y lo

puso sobre su cabeza con tierna devocin y particular amorespiritual hacia l...

Entonces el padre le dijo que, estando en el Colegio de la islade Mallorca, un da de recreacin, queriendo salir por la puerta consu compaero, el hermano Alonso, que era portero, se acerc al

padre Claver y, sealndolo con la mano derecha extendida haciasu pecho, le dijo: Aqu est el Padre. Y voltendose al compaeroque llevaba, dijo: Aqu est el Espritu Santo. Y entonces elhermano pronunci: Espritu Santo y qued arrobado y casi sinsentido. Y al narrar esto, el padre Claver cerr los ojos ylevantando las manos las llev varias veces de la cabeza al pecho,como si dijera por seas que era tan grande la dulzura que le habasobrevenido en el espritu y en el corazn que no se poda declarar

con palabras sino slo con las acciones referidas Y continudicindole que (en esa ocasin) haba quedado con tanta dulzura ytanto fervor en el corazn por el fuego del amor de Dios, que seestaba desmayando del todo y casi le faltaban las fuerzas delcuerpo y que no poda caminar ni dar un paso. Y pens regresar alColegio de donde haba salido, pues le pareca que no le era

posible llegar al lugar donde los padres del Colegio estaban enrecreacin... Y estuvo todo el da en la recreacin arrobado y fuera

de s5

.

4 Ib. p. 63.5 Hno. Nicols Gonzlez, Proceso fol 40v, pp. 63-64.

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Nada extrao que Pedro Claver considerara estos tres aosde Mallorca como los ms bellos de su vida por el cuarto de horadiario de conversacin con el hermano Alonso, que le hizo creceren el espritu ms que muchos aos de oracin.

Despus de tres aos en el Colegio de Mallorca fue enviadoen noviembre de 1608 a Barcelona. La vspera del embarque, elhermano Alonso le haba regalado un tesoro. Era el Oficio de laInmaculada que el mismo hermano Alonso haba escrito con suspropias manos y que Claver guardar toda su vida y recitar tresveces por semana. Como el Superior haba prohibido al hermano

Alonso entregar escritos por su cuenta, debi pedir permiso, que lefue concedido. El padre Claver entregar este tesoro, con permiso

de su Superior provincial y general, al noviciado de Tunja enColombia, dicindoles: Cuiden este tesoro. Suplico y ruego al queesto lleva que ruegue a Dios por este pecador que, habiendotenido en su poder tan gran tesoro, en vez de sacar oro desantidad no sac sino escoria; por lo cual no pido premio ni paga,sino perdn y misericordia. Fechado en Cartagena el 28 de octubrede 16516.

3.VIAJE A AMRICA

En Barcelona permaneci dos aos estudiando teologa yesperando con ansia el permiso que haba pedido para ir demisionero a las tierras de Amrica. Un da, pasando por una callede la Barcelona vieja con un compaero, reconoci el lugar donde77 aos antes unos jvenes haban apaleado y lastimado a san

Ignacio de Loyola. l reconstruy mentalmente la escena y le dijoal compaero: Hermano aqu fue, aqu fue. Apenas dijo esto, quedinmvil con los ojos fijos en el cielo y quedando en xtasis. Estonos dice que en aquel tiempo ya tena un elevado grado desantidad.

Por fin el padre Provincial, conforme a los deseos del padregeneral, le escribi una carta, dndole prisa para ir a Amrica, puesel padre Alonso de Meja lo esperaba en Sevilla para partir. Le

deca: El padre Alonso de Meja da prisa desde Sevilla adonde le

6 Valtierra ngel, Pedro Claver, Imprenta nacional, Bogot, 1954, p.100.

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aguarda para que se ponga en camino y venga a Tarragona paraque se vaya junto con los dems hasta Valencia, de donde partir

para Sevilla con la compaa que le darn all, conforme a lo queyo ordenare. Y avseme de su camino y llegada cuando estuviere

en Sevilla para mi consuelo. No ms, sino que el Seor le eche sucumplida bendicin y enderece todas sus cosas y trabajos a lamayor gloria suya como yo se lo suplico. Tarragona, 23 de enerode 1610. Jos de Villegas7.

Pedro Claver parti de inmediato, sin despedirse de la familia.Desde Barcelona fue a Tarragona, Valencia, y Sevilla. Unoscuantos das de viaje por los caminos y mesones de aquel tiempode los que habla tan grficamente santa Teresa de Jess en su

libro de las Fundaciones.Sevilla era una ciudad cosmopolita con ms de 6.000 esclavosen su mayora negros. Tambin los haba turcos y berberiscos. Erauna ciudad donde, con la abundancia del comercio, iban a la parlos vicios. Tena 150.000 habitantes y era de las mayores delmundo, slo sobrepasada por Pars que tena 200.000, cuandoMadrid slo tena 100.000 y era la capital de Espaa. Cada aosalan de Sevilla de 60 a 70 navos hacia Amrica. De acuerdo al

patronato real concedido por los Papas a los reyes de Espaa, elEstado subvencionaba todos los gastos de transporte de losmisioneros, pues se haban comprometido los reyes a proteger yfomentar la propagacin de la fe.

La flota que parta de Sevilla sali el 15 de abril de 1610. Erantres galeones. En el galen San Felipe iban los misionerosagustinos. En el galen San Pablo iban los dominicos y en elgalen San Pedro iban los jesuitas. El padre Alonso de Meja era el

Superior, que diriga la expedicin. En aquellos tiempos, en que lareligin era parte esencial de la sociedad, al zarpar, el piloto de labarra asa el gobernalle y gritaba: Larga trinquete, en nombre de laSantsima Trinidad, Padre, Hijo y Espritu Santo, tres personas y unsolo Dios verdadero, que sea con nosotros y nos guarde, gue yacompae y nos d un buen viaje a salvamento y nos lleve yvuelva con bien a nuestras casas8.

Primero hacan escala en las islas Canarias y despus iban de

frente hasta su destino, amenazados por los piratas, las

7 Valtierra ngel y Hornedo Rafael, o.c., p. 49.8 Ib. p. 54.

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tempestades, las enfermedades, etc. Pedro Claver tena 30 aos ylleg a Cartagena de Indias en la actual Colombia con prosperidad.Llegaba al Nuevo Reino de Granada formado por la actualColombia y regiones pertenecientes a las actuales naciones de

Venezuela, Panam y Ecuador. Al llegar a Cartagena, segn diceel bigrafo Cassani, se encontr con un Colegio de jesuitas en malestado. La iglesia meda 100 pies de largo y el suelo era tanhmedo que se haca lodo. Los pocos jesuitas que all haba ledieron la bienvenida fraternal. Como todava no era sacerdote, porno tener terminados sus estudios de teologa, fue destinado alColegio de Bogot, adonde lleg cinco meses despus de su salidade Sevilla. All estuvo ao y medio, sirviendo como hermanocoadjutor y estudiando con el padre Antonio Agustn.

Termin sus estudios de teologa a fines de 1613 y dio suexamen final con xito. Despus fue destinado a Tunja, dondepermaneci todo el ao 1614. Tunja era la casa noviciado y, segnalgunos bigrafos como Andrade, Fernndez y Cassani, fueenviado all para que sirviera de edificacin a los novicios, lo quesignifica que ya entonces los Superiores lo consideraban unreligioso extraordinario. Su estada en Tunja dej huellas profundas

en l; pues, como hemos anotado, antes de morir envi alnoviciado su preciado tesoro: los apuntes espirituales de su santomaestro Alonso Rodrguez. De Tunja regres a Bogot el ao 1615con sus 35 aos. All estuvo muy poco tiempo y fue destinado aCartagena.

4.CARTAGENA

Era una ciudad que tendra en ese tiempo uno 2.000espaoles. Era un puerto muy importante del Nuevo Mundo juntocon Veracruz (Mxico) o Lima en el Per. Cartagena y Veracruzeran los dos puertos donde desembarcaban oficialmente losesclavos negros provenientes de frica, especialmente de Angola,Cabo Verde e isla de Santo Tom. Cada ao arribaban entre10.000 y 12.000 esclavos. Venan en psimas condiciones, en un

viaje que duraba unos dos meses y en el que moran muchos; aveces, hasta la tercera parte de los esclavos.

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El padre Claver nos dice: Los esclavos negros, en nmero de1.400 en la ciudad(de Cartagena), van casi desnudos. Los cuerposhumanos de continuo estn baados en sudor. Los alimentos sonbastos e inspidos. Hay gran escasez de agua dulce y la que se

bebe es siempre caliente como si hubiese estado al fuego. Creoque en ninguna parte del mundo hay tantas moscas y mosquitoscomo en estas regiones. La mayor parte de los campos son

pantanosos. El aire es poco propicio para la salud y los europeosenferman aqu casi todos. Las lluvias y tempestades sonfrecuentes y es tal el furor de los huracanes que no se puede tenerexperiencia de ellos en Italia.

En cuanto a forasteros, ninguna ciudad de Amrica tiene

tantos como sta. Es un emporio de casi todas las naciones que deaqu pasan a negociar a Quito, Mxico, Per y otros reinos. Hayoro y plata, pero la mercanca ms en uso es la de los esclavosnegros. Van los mercaderes a comprarlos a valiossimos precios alas costas de Angola y Guinea; y de all los traen en naves biensobrecargadas a este puerto donde hacen las primeras ventas conincreble ganancia... A los esclavos que desembarcan por primeravez en Cartagena acuden los de la Compaa (de Jess) con toda

caridad; ya que para esto fue llamada ac en aos pasados. Segnmuchos me dicen, yo ser uno de los destinados a la obra de sucatequizacin y ya se trata de darme los intrpretes para una nave

portuguesa que aguarda de da en da9.

Los portugueses tenan el monopolio casi exclusivo delcomercio de los esclavos negros y los traan en sus barcos desdelas costas africanas. Los dos nicos puertos permitidos por lacorona espaola para recibirlos eran Veracruz y Cartagena, pero

haba contrabando de ellos en otros puertos como La Habana,Santo Domingo, Puerto Rico, Caracas, Santa Marta, Jamaica yBuenos Aires.

En total, segn algunos autores, llegaran de frica a Amricaunos 15 millones de negros. En Estados Unidos, en 1860, habacuatro millones de esclavos negros y medio milln de negros libres.En Brasil, en 1872, haba un milln y medio de esclavos y cuatromillones cuatrocientos mil negros libres.

Lo que s hay que decir es que la legislacin espaola era lams benigna con relacin a los esclavos, aparte de que estaba

9 Ib. p. 63.14


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prohibida la esclavitud de los indgenas. Segn el historiador inglesHenry Kamen, no catlico: No se puede dudar que la legislacinespaola para los negros como para los indios era la ms

progresista del mundo en aquella poca10.

Simn Bolvar, el libertador de cinco naciones americanas,escribi: El colono espaol no oprime a su domstico con trabajosexcesivos, lo trata como a un compaero, lo educa en los principiosde la moral y de la humanidad que prescribe la religin de Jess...Como la religin le ha persuadido que es un deber sagrado servir,ha nacido y existido en esta dependencia domstica como unmiembro de la familia de su amo, a quien ama y respeta. Laexperiencia nos ha mostrado que ni aun excitado por los estmulos

ms seductores, el siervo espaol no ha combatido contra sudueo; por el contrario, ha preferido muchas veces la servidumbrepacfica a la rebelin11.

Evidentemente se habla en general, porque haba casosextremos de maldad como en todas partes. Lo cierto es que losesclavos que llegaron a Cartagena tuvieron la suerte de encontrarun santo que dio su vida por ellos y los atenda humana yespiritualmente como a hijos.

10 Citado por Corts Lpez Jos Luis, La esclavitud negra en la Espaa delsiglo XVI, Ed. universidad de Salamanca, 1989, p. 188.

11 Bolvar Simn, carta al director de la gaceta de Jamaica, de setiembre de1815, Coleccin Lecuna, tomo 1, p. 211.

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5.EVANGELIZACIN DE LOS NEGROS

El hermano Claver llega a Cartagena a mediados de 1615 sinser sacerdote. Parece que pens seriamente no ordenarse para

quedarse como un humilde hermano coadjutor y servir a los negrosdesde la sencillez y el anonimato de un simple hermano, siguiendolos pasos de su querido Alonso Rodrguez. As se lo pidi por cartaal padre Provincial, quien le aconsej ordenarse sacerdote,quitndole las dudas. Fue ordenado subdicono en la catedral deCartagena el 21 de diciembre de 1615; el 23 de febrero de 1616,de dicono y el 19 de marzo de 1616 fue el gran da de suordenacin sacerdotal.

Desde el primer momento sus Superiores lo destinaron aayudar en la evangelizacin de los negros al padre Sandoval. Conl estuvo aprendiendo durante un ao, hasta que el padreSandoval fue enviado a Per. Entonces qued como nicoresponsable y se entreg a ellos en cuerpo y alma. Hasta el puntode que, al hacer sus cuatro votos o profesin solemne el 3 de abrilde 1622, se consagr como esclavo de los negros.

Escribi con su propia mano: Amor, Jess, Mara, Jos,Ignacio, Pedro, Alonso mo, Tom, Lorenzo, Bartolom, santosmos, patronos mos, maestros y abogados mos y de mis queridosnegros, odme. Al final de la frmula de consagracin escribi:Petrus Claver, ethiopum semper servus (Pedro Claver, esclavo delos negros para siempre). Tena 42 aos. Segn los que loconocieron, era de estatura mediana, el rostro flaco y alargado, lafrente larga, la nariz afilada, los ojos grandes, la miradamelanclica, las cejas espesas, la barba negra y poblada, la bocagrande con el labio inferior un poco cado, su tez naturalmenteplida como la oliva, un poco amarillento, inclinado ligeramente porel hbito de mirar siempre a la tierra12.

Su mtodo de evangelizacin era primero bautizar a los queno lo estaban, ya que algunos venan bautizados desde suslugares de origen. Y, sobre todo, instruirlos en las verdades denuestra fe para que vivieran como verdaderos cristianos. Para ello

se serva de algunos esclavos intrpretes, que saban bien laslenguas de sus pases.

12 Valtierra ngel, Pedro Claver, o.c., p. 157.16


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Segn manifest en el Proceso el hermano jesuita NicolsGonzlez: Inmediatamente despus de haber sido consagradosacerdote, recibi orden de sus Superiores de dedicarse alministerio de instruir y bautizar a los negros que llegan a estaciudad. Y en ello se ocup y ejercit hasta su muerte con tantofervor, devocin y celo apostlico por la conversin de las almas delos negros que, cuando celebr la profesin solemne del cuarto

voto (de obediencia al Papa), despus de cumplidos todos losrequisitos que se exigen en conformidad con las reglas de laCompaa, escribi que se dedicaba y consagraba perpetuamentea Dios por todo el tiempo de su vida, y a procurar la salvacin desus queridos negros; y lo sell con su firma. Y lo sabe este testigo

por haber tenido en su poder la hoja en que el padre Claverescribi de su puo y letra esta profesin con las susodichas

palabras. Este documento lo escribi y firm el ao seiscientos y

veinte y dos y lo dio al capitn Don Antonio de Suiza, caballero dela Orden de Santiago, que vive en esta ciudad desde hace ms desiete aos, y quien se lo pidi por la gran devocin que le tena.

Desde el ao de seiscientos diecisis, fiel a la obediencia ypara cumplir su voto particular, no dejaba de da ni de noche deasistir a las necesidades espirituales de los negros sin tener encuenta el calor ni las lluvias, ni el barro, ni la enfermedad eindisposiciones que sufra; instruyndolos, bautizndolos,

confesndolos y ayudndolos a bien morir con tanto amor y caridadcomo si hubiera sido padre de cada uno de ellos en particular, contanto celo que cada da en la misa encomendaba a Dios en laoracin colecta la conversin de los negros. Porque los religiosos

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de la Compaa anteriores a l decan siempre en la misa estaoracin; lo que acostumbr tambin el padre Claver durante todasu vida.

Este testigo pregunt al padre algunos aos antes de su

muerte cuntos negros haba bautizado en el tiempo en que ejercieste ministerio; y le contest que haba bautizado ms detrescientos mil, segn la cuenta que hizo. Porque el padre la

primera cosa que preguntaba a los negros, as a los recinllegados como a los que ya estaban ac, era si estaban bautizadoso no, examinando muy minuciosamente este punto por medio delos intrpretes de las lenguas de los negros. Y encontrando algunoque no estaba bautizado, al instante lo instrua, catequizndolo y

bautizndolo.Este ministerio era ms conveniente a religiosos mortificados,por el gran hedor y mal olor que expiden los negros, causado porlas muchas enfermedades contagiosas con las que llegan a estas

partes, pasando trabajos en el mar y muchas incomodidades,siempre desnudos y mal alimentados. Por todo lo cual este testigotiene por cierto que el padre bautiz durante el tiempo en que vivilas trescientas mil personas.

Este testigo sabe bien que era tan grande el jbilo y la alegrainterior que el padre Claver experimentaba cuando saba quellegaba algn barco de negros a esta ciudad, que celebraba como

propina algunas misas por el primero que le daba la noticia Sepona de rodillas dando gracias a Dios por haberles dado unprspero viaje para la salud de sus almas y la primera cosa quehaca era averiguar su pas para buscar intrpretes con los cuales

pudiera catequizarlos e instruirlos en nuestra fe As procuraba

atraerlos ms fcilmente a aceptar los misterios de nuestra fe. Entodo lo cual no se puede expresar ni declarar con palabras el grantrabajo que el padre Pedro Claver soportaba en estas labores, sea

porque eran muchos los barcos de los negros que llegaban a estepuerto, sea por la diversidad de las gentes e idiomas que venanen ellos. Porque si el barco era de la Regin de los Ros, erantantos los idiomas, que algunas veces pasaban de cuarenta. Y

para todos el padre buscaba intrpretes sin economizar ninguna

diligencia y trabajo necesarios para tal efecto, con el fin de quenadie muriera sin bautismo. Todo lo cual sabe este testigo por ser

pblico y notorio, no habiendo nadie en esta ciudad que no lo sepay no lo haya visto por s mismo.

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Una vez que el padre tena los intrpretes necesarios parainstruir a los negros, se aprovisionaba de dulces, naranjas ylimones, tabaco y algunas jarras de agua, y cargaba todo en la

primera barca o balsa que encontraba e iba a los navos que ya

haban entrado en el puerto. Al llegar, les daba la bienvenida pormedio de los intrpretes, abrazndolos y acaricindolos con muchoamor y celo, y enseguida preguntaba si haba algunos enfermosen peligro y si haban nacido algunas criaturas en el viaje. En casoafirmativo, preguntaba si haban recibido el agua. Si no, losbautizaba inmediatamente. Y haca lo mismo con los enfermoscuando haba peligro, catequizndolos e instruyndolos en lonecesario por medio de los intrpretes segn el tiempo y lascircunstancias se lo permitan.

Para administrar el bautismo se pona en la mitad del navorodeado de los esclavos, y por medio de los intrpretes les decaque haba venido para ser padre de todos y para que fueran bienrecibidos en la tierra de los blancos donde haban llegado,dndoles muchas otras razones y palabras de amor y de celo paraquitarles el temor que esta pobre gente siempre tiene, pues creenque los blancos los traen a sus tierras para matarlos y hacer de

ellos manteca, de lo cual los convence el diablo en sus pases. Yellos lo creen tan firmemente, que si no fueran desengaados porlos religiosos de la Compaa, se dejaran morir de angustia alllegar a esta ciudad. Por esta razn era muy importante el cuidadoque tena el padre de borrar este engao mostrndose benigno ydulce con todos, brindndoles muchas demostraciones de amistad.Sucedi muchas veces que Dios lo premiaba inmediatamente poresta caridad y fatiga; porque antes que el padre saliera de los

navos sucedi que murieron muchos de los esclavos enfermosque acababa de bautizar; y lo mismo suceda con algunas criaturasque haban nacido en el mar y que haba bautizado. De lo cualreciba tan grande alegra, que su rostro, plido y macilento, se leinflamaba volvindose rojo y encendido como fuego, dando infinitasgracias a Dios Nuestro Seor que se haba complacido en servirsede l como instrumento para salvar a aquellas almas. Todo esto losabe este testigo pues lo vea ir a los navos, aunque no lo

acompaaba. Cuando el padre Claver se hizo ms anciano, no ibapersonalmente a las naves sino que enviaba a los intrpretes paraque dieran la bienvenida en su nombre a los que llegaban.

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Y cuando los negros bajaban a tierra, si no haba idopersonalmente a los navos, iba al lugar del desembarco y les dabala bienvenida con mucho amor y caridad, teniendo gran cuidado de

hacer llevar a los enfermos con toda consideracin y diligenciasobre los hombros de otros esclavos o en carruajes; y l mismoayudaba a cargarlos con sus manos y los acomodaba en la parte ylugar donde deban estar. Todo lo cual vio este testigo y han vistocuantas personas estn en esta ciudad, de las que no recuerda aninguna en particular, porque son muchas y porque el padre hacaesto en lugares pblicos como son los muelles de nuestra casa dela Compaa y de la Tesorera y en las Casas Reales de esta

ciudad. Durante el tiempo en que los esclavos estaban en lascasas que les daban por habitacin, el padre iba a visitarlos y estetestigo lo acompaaba la mayora de las veces. La primera cosaque haca era ir al lugar donde tenan a los enfermos, que por logeneral era el ms retirado de la casa como son las despensas ybodegas; y en ese lugar les entregaba algunos regalos que llevabalistos para ellos. Sola decir que, para atraer a estas gentes, habaque hablarles primero con las manos hacindoles regalos con

caridad, y despus con la lengua, instruyndolos con amor. Lamisma diligencia que usaba en los navos con los enfermos,bautizando e instruyendo a los ms graves, la empleaba en tierra

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La primera cosa que haca era quitarse el manteo y, al primeresclavo que encontraba moribundo tendido en el suelo duro sinnada que lo cubriera, se lo colocaba encima cubrindolo y

protegindolo con l por decencia durante todo el tiempo en quedeba asistirlo para examinar si estaba bautizado. Y cuando no lo

estaba, lo preparaba e instrua para que recibiera el bautismo, sinpreocuparse de su enfermedad por contagiosa o nauseabunda quefuera. Muchas veces las huellas de los abscesos quedaban en elmanteo, y otras se adhera a l el cuerpo de algunos enfermos, porlos muchos flujos muy putrefactos con que suelen llegar, de dondemana un hedor pestfero mayor y ms nauseabundo del queexpiden las ms corruptas llagas. Es costumbre dar a cadareligioso dos pauelos cada semana para que con ellos se limpien

el sudor de la cara por lo mucho que se suda es esta ciudad acausa del gran calor que hace. Nunca el padre Claver se limpiabala cara con ellos sino slo con el revs del manteo; y los pauelosle servan para enjugar el rostro a los enfermos, que lo tenan llenode tierra y vuelto puro barro.

l nunca espant de su cuerpo ni de su rostro o manos loszancudos y moscas que le picaban, de los cuales hay granabundancia en esta ciudad, aunque muchas veces le entraran por

las narices, odos y boca, como lo vea este testigo quien,compadecindose, los espantaba.

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En cambio, era tan compasivo con los enfermos que,vindolos atacados por las moscas o zancudos, l mismo losespantaba, unas veces con su pauelo, otras con su bonetedoblado como si fuera un abanico; y cuando era necesario levantar

al enfermo y llevarlo, lo haca con sus propias manos con granagilidad y diligencia. Esto lo haca con todos sin olvidar a ninguno,mostrando a todos caridad y amor. Y mientras los visitaba,mantena siempre levantado en la mano derecha el crucifijo debronce que llevaba consigo; a no ser que lo pusiera sobre su

pecho, si era necesario hacer algo con las manos.

Separaba de un lado a las mujeres y de otro a los hombres ylos acomodaba lo mejor que poda sobre algunas esteras y

tablados Cuando haba enfermos o convalecientes y noencontraba dnde acomodarlos, despegaba su manteo en el sueloy los haca sentar sobre l.

A los intrpretes los acomodaba en asientos ms altos conespaldas y l se sentaba en una caneca (vasija grande de barro)vaca, y eso slo cuando se encontraba ya muy cansado deinstruirles y predicarles, porque de ordinario estaba de pie con unbastn y una cruz en la mano izquierda

Al terminar la instruccin levantaba el crucifijo de bronce conla derecha y les deca a todos juntos que aquel Seor se haba

puesto en aquella cruz para salvar a todo el gnero humano y parapagar por nosotros lo que merecan nuestros pecados; que siqueran ser sus verdaderos hijos les deba doler mucho y de todocorazn el tiempo en que haban vivido sin conocerlo, sumidos enla oscuridad de la idolatra y en la ebriedad de todos los vicios y

pecados que haban cometido en su pas. Y que deban liberarse

en absoluto de la gula, de la lujuria y de los otros pecados, de loscuales todos deban arrepentirse de todo corazn y pedir perdn aaquel Seor que l sostena entre sus manos clavado en una cruz.

Esto lo deca el padre con mucho fervor y celo, golpendosefuertemente la parte izquierda del pecho; con lo cual los esclavoshacan lo mismo, repitiendo lo que les deca, que era lo siguiente:Jesucristo, Hijo de Dios, t eres mi padre y mi madre, yo te amomucho, me duele en el alma haberte ofendido. Y repitiendo

muchas veces: Seor, yo te amo mucho, mucho, mucho, connuevos golpes sobre el pecho. Era tanto el fervor con que decaesto, que quedaba largo tiempo en suspenso y como fuera de s,

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derramando con gran ternura muchas lgrimas. Enseguida lesdeca que as como la serpiente muda de piel, ellos deban mudarde vida y costumbres, desnudndose de la gentilidad y de susvicios; de manera que hasta deban perder la memoria de todas

esas cosas. Y mientras deca estas palabras, colocando el crucifijosobre el pecho, se pasaba las manos de la frente a la cintura,rasgundose y como si quisiera arrancarse la piel; con lo cual losesclavos hacan lo mismo. Enseguida repeta la misma accinsobre los brazos y otras partes de su cuerpo, imitndolo todos enesta accin con tanto fervor que pareca que se despojabanverdaderamente de su piel y la arrancaban de s, y la escupan enseal de que se despojaban del antiguo Adn, de sus pasiones yvicios.

Enseguida los animaba a hacer muchos actos de caridad yamor de Dios, insistiendo en lo muy obligados que deban estarcon l por haberlos conducido a la tierra de los blancos para que loconocieran y amaran, dicindoles tambin cmo por l y por suamor se deban amar mucho unos a otros, sintiendo por cualquier

prjimo o compaero suyo el mismo afecto que se tenan a smismos. En particular insista mucho en el modo con que se ejerce

y se conoce el amor al prjimo, dicindoles que si uno tienehambre, tendr gusto en que otro le d de comer; y por lo tanto,cuando uno tiene algo para dar de comer al compaero, se lo debedar aunque l mismo tenga hambre. Y en esta forma les hacadeponer todos los odios y enemistades que haban tenido en sus

pases y durante el viaje, dejando las venganzas y pasiones,porque esas cosas eran contra la ley de Dios. Y si saba enparticular que algunos estuvieran airados y enemistados de

cualquier manera que fuera, haca que se perdonaranpblicamente los unos a los otros y se volvieran amigos,abrazndose y tratndose como hermanos e hijos de Dios. Yconclua la instruccin y doctrina de las tres virtudes teologales,dicindoles que en la ltima de ellas, que es la caridad, se contenaen resumen y eplogo toda la ley de los cristianos.

Despus de haberles enseado a cada uno en particular todolo dicho arriba y haberles instruido y catequizado durante algunos

das, puesto que el grupo de esclavos no haba recibido el agua delbautismo, se pona un alba muy pobre y rota que tena para talefecto y una estola tambin muy pobre y desteida de tafetnordinario que haba sido coloreada. Y agrupndolos de diez en

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diez, hecho un volcn de fuego, que tal pareca su rostro enaquellas ocasiones, como observ siempre este testigo, y despusde haber permanecido por breve tiempo con los ojos levantados alcielo en oracin, se acerca al altar que se indic arriba y a un

lebrillo de barro vidriado puesto al pie del altar. Entonces iballamando a los esclavos, a cada uno por su nombre, y hacindolosarrodillar con las manos puestas en el pecho, acompaado de una

pareja de esclavos que le servan de aclitos y sostenan un jarro,que era algunas veces de plata y otras de barro, explicaba en

particular al que estaba arrodillado que aquella era el agua santade que le haba hablado, con la cual sera cristiano e hijo de Dios,limpiara su alma de todos los pecados que haba cometido, yquedara con ella ms limpia que el sol y en gracia y amistad conDios.

Le preguntaba dos o tres veces, por medio del intrprete queestaba presente, si la quera recibir por el bien de su alma.Despus que el esclavo contestaba que s, le rociaba el agua delbautismo sobre la cabeza mojndolo muy bien con ella. Los ibaseparando de diez en diez como se ha dicho, porque a cada diezles pona un mismo nombre. Y despus de derramar sobre ellos el

agua, les colgaba al cuello una medalla pendiente de un hilo conJess de un lado y Mara del otro13.

El intrprete esclavo Andrs Sacabuche aclara: El modo queusaba el padre Pedro Claver para catequizar a los negros eraensendoles primero, por medio de este testigo y de los otrosintrpretes, a hacer la seal de la cruz perfectamente con losdedos pulgar e ndice de la mano derecha; y en este solo acto soladetenerse una hora, porque los iba examinando uno a uno viendo

si lo hacan bien y formaban la cruz, siendo as que a veces eragrande el nmero de aquellos, porque pasaban de trescientos y aveces de cuatrocientos. Despus haca que todos juntos,levantando la mano derecha, le mostraran la cruz perfectamenteformada, y enseguida les enseaba a persignarse y a hacerse lacruz; y a aquel que mejor y ms rpidamente aprenda, le dabaalgn regalo de tabaco Enseguida les enseaba el padrenuestro,el avemara y el credo. Y los exhortaba a creer en un solo Dios,

que era la Santsima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios EsprituSanto, y que aunque fueran tres personas no eran otro que un Diossolo. Y para drselo a entender mejor haca en su pauelo tres

13 Hno. Nicols Gonzlez, Proceso fol 93, pp. 84-94.24


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pliegues y ensendoles y manifestndoles cmo eran tres,despus les deca y les mostraba hacindoles ver cmo no erams que un solo pao; con lo cual ms fcilmente crean dichomisterio.

E igualmente les enseaba cmo, de las tres personas de laSantsima Trinidad, la segunda, el Hijo, se haba hecho hombrepara redimirnos Los bautizaba, derramando agua sobre lacabeza y diciendo: Fulano (su nombre) Yo te bautizo en el nombredel Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Si tena duda de si erabautizado o no, lo bautizaba sub conditione (bajo condicin)diciendo: Si no estas bautizado, yo te bautizo, etc. Y al terminar,el compaero del padre o alguno de los intrpretes pona al cuello

del recin bautizado una medalla de plomo con un hilo o algosimilar, lo que era seal de que ya estaba bautizado de manos delpadre. Recuerda este testigo que estas medallas tenan grabadode un lado a Jess y del otro a Mara. En esta forma los bautizabaa todos, y era tan solcito en las ceremonias eclesisticas y tanamigo de que se hiciesen con todo cuidado y limpieza, no slo delalma sino tambin del cuerpo, que antes de bautizar a losesclavos, como de ordinario suelen tener la cabeza muy sucia y

llena de tierra, ordenaba que se la lavaran muy bien, y no permitaque nadie llegara a bautizarse sino con la cabeza muy limpia. Ynot este testigo que, cuando el padre administraba el bautizo,demostraba con la actitud exterior de alegra, tener muchoconsuelo en su alma.

Despus de haberlos bautizado, los abrazaba a todos y lesdeca por medio de los intrpretes que advirtieran que tenan quevivir con mucho cuidado de no volver a ofender a Dios y de no

transgredir ninguno de los mandamientos que les haba enseado;y que, si por su debilidad o por culpable descuido pecaren, elremedio que les quedaba para poderse salvar era confesar los

pecados a su confesor, dolindose de haber ofendido a Dios y confirme propsito de no volver a cometerlos. Les enseaba y lesexplicaba lo que contienen los siete sacramentos de la Iglesia; einmediatamente les distribua algunos regalos, advirtindolesigualmente que lo que confesaran a los sacerdotes declarndoles

sus culpas y pecados, no se haba de saber, porque los sacerdotesno lo podan decir.

Era tan modesto, honesto y reservado, que cuando debaexaminar a alguna negra sobre algn asunto, como ellas de

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ordinario andan desnudas, peda algunos paos y ropa prestadosen la casa donde estaban y con ellos la haca vestir para que

pudiera comparecer y estar en su presencia; y si estaba enfermaacostada en el suelo sobre alguna estera y la tena que confesar,

por estar desnuda la cubra y la tapaba con su manteo y enseguidala confesaba. Despus de haberlos bautizado, si tena muchosenfermos que confesar y darles los santos leos, lo haca primero alos ms graves y ponales una seal en el hilo de la medalla quetenan al cuello para indicar que se haban confesado y habanrecibido el leo santo y as los distingua al regresar al otro dacuando no haba podido confesarlos a todos por ser muchos losenfermos.

Finalmente, todos los domingos y das de fiesta, cerca de lasonce que era la hora en la que el padre deca la misa, enviaba aeste testigo y a todos los otros intrpretes para que le trajeran losnegros bautizados a la iglesia a escuchar la misa, y este testigo ytodos los otros intrpretes los llevaban y oan la misa. A veces erantan numerosos que no caban en la iglesia y era tanto el mal olorque exhalaban, que a veces vio este testigo cmo algunas damasespaolas salan huyendo de la iglesia; pero este olor era para el

padre Claver de flores y rosas. A veces, cuando estaba confesandoa algn enfermo negro muy maloliente, el dueo de la casa leenviaba un perfume para que lo usara mientras lo confesaba. El

padre no lo admita y, si alguna vez lo aceptaba, era para perfumarcon l al enfermo cubrindolo con su manteo, fingiendo que tenanecesidad del perfume para confesarlo y poder as hacerlo conms facilidad. Todo cuanto hasta aqu ha dicho, referido ydeclarado lo confirman igualmente todos los otros sus compaeros

intrpretes, que son Ignacio Soso, Francisco Yolofo, IgnacioAngola, Jos Monzolo, Manuel Biafra y el hermano NicolsGonzlez, sacristn de esta iglesia, que es la persona que deordinario acompaaba al padre cuando iba a hacer lasinstrucciones y los bautismos14.

Recuerda ahora que cuando las armazones (grupos) denegros recin llegados tenan que viajar a alguna parte,especialmente hacia los Reinos del Per, que es su ordinario

camino, los visitaba consolndolos y animndolos mucho para quehicieran con gusto aquel viaje, dicindoles cmo haba hablado ypedido a sus amos y seores que los trataran bien y que as

14 Andrs Sacabuche, Proceso fol 394, pp. 101-105.26


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confiaba en Dios que lo haran; que las regiones a donde iban eranmuy buenas y en ellas se iban a encontrar muy a gusto. Pero loque ms les recomendaba era que, si se vean en peligro demuerte y encontraban un confesor, se confesaran con l

dolindose muy profundamente y de todo corazn de haberofendido a Dios; y si no lo encontraban, procuraran ponerse engracia por medio de un acto de contricin. Y as iba con muchafrecuencia a visitarlos y a ensearles con mucho cuidado pormedio de este testigo y de todos los otros intrpretes yanombrados, la manera como haban de confesarse y el acto decontricin que estando en peligro de muerte deban hacer. Y

procuraba con mucho esfuerzo instruirlos muy bien en todo esto.

Adems recomendaba mucho al negro ms capaz einteligente que tuviera gran cuidado de sus compaeros y que, sialguno se enfermaba durante el viaje, hiciera que se confesarainmediatamente si encontraba la comodidad de un confesor; y nohabindola, le ayudara a hacer muchas veces el acto de contricin,recomendndoselo mucho y comprometindole en eso laconciencia. Y cuando los negros iban a embarcarse paraemprender aquellos viajes, los iba acompaando hasta el

embarcadero y en l se despeda de ellos abrazndolos tierna yamorosamente, y les prometa decir la misa aquel da si era la horaoportuna y, si no lo era, al da siguiente, para que tuvieran un buenviaje. Y cuando volva a este puerto la fragata o navo en la quehaban hecho el viaje, al que le daba noticias de que habanllegado todos sin peligro y sin haber muerto ninguno, le ofrecacomo propina una misa; y si le traa malas noticias, lo sentamucho, mostrando grandes manifestaciones de dolor15.

6.CARTA DEL PADRE CLAVER

En una carta escrita por el mismo padre Claver a su Provincialle deca: Ayer, 30 de mayo de este ao de 1627, salt a tierra ungrandsimo navo de negros. Fuimos all cargados con dosespuertas de naranjas, limones, bizcochuelos y otras cosas.

Entramos en sus casas que parecan otra Guinea. Fuimosavanzando por medio de la mucha gente hasta llegar a los

15 Andrs Sacabuche, Proceso fol 402, p. 207.27


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enfermos, de que haba una gran cantidad echados en el suelomuy hmedo y anegadizo, por lo cual estaba terraplenado deagudos pedazos de tejas y ladrillos, y sta era su cama, con estaren carnes sin un hilo de ropa.

Echamos manteos fuera y fuimos a traer de otra bodegatablas y entablamos aquel lugar, y trajimos en brazos los muyenfermos. Juntamos los enfermos en dos ruedas, la una tom micompaero con el intrprete, apartados de la otra que yo tom.Entre ellos haba dos murindose, ya fros y sin pulso. Tomamosuna teja de brasas, y puesta en medio de la rueda, junto a los queestaban muriendo, y sacando varios olores, de que llevbamos dosbolsas llenas, dmosles un sahumerio, ponindoles encima de ellos

nuestros manteos, que otra cosa ni la tienen encima, ni hay queperder tiempo en pedirles a sus amos, cobraron calor y nuevosespritus vitales, el rostro muy alegre, los ojos abiertos ymirndonos.

De esta manera les estuvimos hablando, no con lengua, sinocon manos y obras, que como vienen tan persuadidos de que lostraen para comerlos, hablarles de otra manera fuera sin provecho.

Asentmonos despus, arrodillmonos junto a ellos, y les lavamos

los rostros y vientres con vino, y alegrndolos, y acariciando micompaero a los suyos, y yo a los mos, les comenzamos a ponerdelante cuantos motivos naturales hay para alegrar un enfermo.

Hecho esto entramos en el catecismo del santo bautismo, ysus grandiosos efectos en el cuerpo y en el alma. Luego les

pedimos afectos de dolor, de aborrecimiento de sus pecados, etc.Estando ya capaces, les declaramos los misterios de la SantsimaTrinidad, Encarnacin y Pasin, y ponindoles delante una imagen

de Cristo Seor Nuestro en la cruz, les rezamos, en su lengua, elacto de contricin.

Aqu dio nuestro Seor a los que estaban muriendo fuerzas yespritu para abominar sus errores. De muchos que estaban biendispuestos bautic tres; y aunque mi compaero hizo instancia quebautizase ms, no me pareci conveniente, sino dilatarlo paradespus. Con esto acabamos muy gozosos y nos volvimos a casa.Pero tan molidos, que no volvimos en nosotros en muchos das,

aunque no por eso dejamos de ir mane et vespere (maana ytarde).

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La vspera de Pascua del Espritu Santo habamos ido a unnavo de negros recin venido, y entre muchos muy enfermoshaba uno que, al parecer de todos, se estaba muriendo, y el amonos dijo que perdamos el tiempo y fusemos a gastarlo con otros,

porque ya tena experiencia que darles aquel mal y morir era todouno. Eran ya ms de las once del da y no sabamos qu hacer,porque habamos gastado toda la maana en este enfermo paravolverle en s. Pero, por la gran misericordia de Dios, que le debade tener predestinado, al fin volvi en s, con gran admiracin de suamo y de todos los que le vieron. Pidi el santo bautismo, el cualno slo le quit los pecados del alma, sino tambin la enfermedaddel cuerpo. A Dios las gracias. Este suceso me ha enseadomucho a perseverar en la demanda de estos no bautizados, puesslo un enfermo que se bautice da ms contento que noventasanos.

La segunda fiesta de esta santsima Pascua junt por lamaana a toda una casta del navo susodicho, llamada erolo, quees una de las once lenguas que un negro, llamado Capelino, sabe,y fuera de l no la sabe otro en esta tierra, y Dios, por su granmisericordia, le ha dado aqu para este santo ministerio. Juntos

pues todos, met a dos que estaban muy al cabo, para que, al pasode los sanos, fuesen ellos tambin entendiendo, y no secondenasen. Tema mucho la empresa, como me haba costadotanto el otro susodicho. Puse con todo la mira en slo aquellos dos,y animando mucho a la lengua, ofrec al Espritu Santo todas lasganancias, en trueque de que aquellas dos almas recibiesen elsanto bautismo.

Despus de haber gastado con ellos muchas horas, sal a

tomar un poco de aire, y luego me fueron a llamar, diciendo queuno de los dos enfermos se haba muerto. Volv, y ya le habansacado al patio. Qued lastimado. Dije le metiesen dentro yestveme con l, y quiso el Seor que al cabo de un rato volvi ens, cobrando tanta mejora que responda mejor que los sanos.Bautic a los dos solos con grandsimo gusto y agradecimiento aDios. Y siendo las once del da, y habiendo de decir la postreramisa, llev conmigo gran nmero de negros.

Otra gran victoria alcanz del demonio el santo ministerio.Salimos una madrugada, y en la puerta de la casa de los negros,nos dijo el cirujano: Padres mos, all est una negra murindose;vayan y bautcenla. Fuimos a ella. Tena los ojos turbados y sin

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vista, y sin sentido, y el demonio muy seguro de la presa.Trabajamos cuatro o cinco horas con regalos y sahumerios, que lacalentaron y renovaron los sentidos traspasados de fro. Con locual quiso la gracia de nuestro Dios que recibiese el santo

bautismo, porque volvi en s, y fue instruida muy a gusto y aprovecho.

El siguiente da se remedi un negro gentil, a quien eldemonio le haca hablar con lenguaje nunca odo, con tonecilloscomo de papagayo. Su amo y los mdicos le tenan pordesahuciado. Pero nosotros, que echamos de ver que eranasombros del demonio para que no se bautizase, dijimos losevangelios y el credo sobre l, y qued maravillosamente quieto,

de suerte que le catequic, bautice y qued bueno16

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7.APOSTOLADO CON LOS NEGROS ENFERMOS

Cuando el padre iba a confesar o a consolar a algn negroque tena una enfermedad ms contagiosa que de ordinario, siacaso los dueos de la casa, por el hedor encendan un brasero de

perfumes en la casa donde se encontraba el padre con el negroenfermo en compaa de este testigo, no lo permita de ningunamanera, diciendo que no era necesario, que se lo llevaran a laduea de la casa; y deca a este testigo: Hermano, retiraos un

poco ms all. En particular se acuerda que el ao de seiscientostreinta tres o treinta y cuatro, se present en esta ciudad una granepidemia de viruela de la cual muchas personas moran; y en

particular los negros tenan los cuerpos tan invadidos que

quedaban como pelados, sin piel. En ese tiempo el padre Claverconfes con celo particular del bien de las almas a los enfermos,ayudndolos a bien morir y consolndolos, sin excusarse deninguno por contagioso y repugnante que fuera, como lo hizo conuna negra que en aquel tiempo estaba enferma de viruelas en lacasa de Doa Mara de la Maza, su ama.

16 Valtierra ngel y Hornedo Rafael, San Pedro Claver, o.c., pp. 82-84.30


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Tenan a esta negra encerrada en una habitacin alta, cercade una azotea grande que est en la casa. Cuando abrieron lahabitacin, fue tan grande el hedor, que sali de un lugar tancaliente y apestado, que este testigo qued nauseado y casi fuerade s y a punto de caer en tierra por el mal olor. Observndolo el

padre y viendo que la duea de la casa orden que nadie entraraen el cuarto, en especial los muchachos pequeos, dijo dos vecesa este testigo: Retiraos all, hermano. Y habiendo entrado en el

cuarto, este testigo lo sigui enseguida hasta donde estaba laenferma que vio acostada en la mitad de la habitacin sobre unoscostales, que llaman de armas, acolchados de algodn, y tanrecubierta de las viruelas que no tena parte sana en su cuerpo,excepto los ojos, mientras la carne caa a pedazos y le escurra aros de su cuerpo cierta materia tan nauseabunda y pestilentecomo ha dicho, vio cmo se le acerc el padre con sincera caridady arrodillndose al lado de la enferma, sac del pecho un Cristo de

metal que llevaba siempre en una cruz de madera, y dndoselo abesar le dijo: Ahora tened buen nimo que aqu viene este Seor asanaros.

Y tocndole delicadamente el cuerpo con la mano para quevolviera en s, le deca: Despertaos, no os quedis dormida, vengoaqu para consolaros y animaros y ayudaros en lo que pueda, conlo cual la enferma, vuelta en s, se consol un poco y se anim enmedio de peligro tan manifiesto. Entonces el padre Claver se quit

el manteo y habindose sentado en el suelo, confes a la enferma,y despus le administr la extremauncin, ya que traa consigo elleo santo. Despus de todo esto, y de haberla consolado

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espiritualmente, viendo el padre que la enferma se quejaba muchopor la cantidad de pus que le manaba del cuerpo y por la durezadel lecho de costales sobre el que estaba acostada, tendi sumanteo en el suelo y ayudndolo un negro llamado Ignacio, de

nacin Angola, levantaron a la enferma de la cama y la pusieronsobre el manteo y all el padre con sus propias manos le refresclas narices con agua olorosa; y sacando unos dulces que solallevar para esas ocasiones, le dio algunos bocaditos con sus

propias manos para que comiera, y enseguida le limpi la materiacon algunos paos, secndole las llagas de las viruelas con ellos.Despus le acomod los costales, sacudindolos y limpindolos yacomodndoselos de la mejor manera que pudo para que no lamaltrataran; y de inmediato, con ayuda del negro, la volvi a poneren el lecho

En los aos pasados de treinta y cuatro o treinta y cinco, dade vsperas, este testigo acompa al padre y entraron a las casasdel capitn Francisco Caballero que estn en esta ciudad en lacalle principal, en donde haba una gran multitud de negrosbozales, y entre ellos haba uno flaco y descarnado que no tenasino los huesos y la piel encima de ellos, hecho una estatua viva de

la muerte. Aquella debilidad era causada por unos grandesabscesos que tena en el cuello con unas laceraciones abiertas delas cuales salan ros de materia muy hedionda y pestfera. Comoel negro estaba desnudo y tena solamente un trapo muy pequeocon el cual se cubra para poder estar con alguna decencia y notena con qu limpiarse, la materia escurra por todo su cuerpohasta las piernas y lo tena todo como almidonado y untado deaquella materia, excepto las partes por donde corra la materia. No

bien lo vio el padre en tal situacin, se acerc a l, que estabatendido en el suelo en el patio de la casa, y pidi a este testigo quele ayudara a levantarlo.

Este testigo lo hizo y lo alzaron entre ambos. Y habindolopuesto de pie, no pudo sostenerse slo y as fue necesario que losostuvieran entre ellos y lo llevaran en peso a una piedra queestaba en el patio junto a una puertecita. Lo sentaron en la piedra yel padre sac, de un bolso de cuero que llevaba siempre consigo

debajo de su manteo, unas galletas, y arrodillndose frente alenfermo le dio con sus propias manos algunos bocados de lasgalletas. Sac unas telas del bolso y con ellas le limpi todo elcuerpo y le sec la materia que sala de las laceraciones

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apostemadas, de manera que lo dej todo limpio lo mejor quepudo. Las telas las guard todas sucias de materia y enseguidatom su manteo, que se haba quitado apenas entr en las casas,y con l cubri al negro, envolvindole el cuello donde tena los

abscesos con el cinturn del manteo que era una cinta de hilado delino; y dejando al negro as cubierto con el manteo y en sucompaa a este testigo, el padre fue a la cocina y volvi de ellacon una vasija de barro y carbones encendidos, y ponindoladebajo del manteo y entre las piernas del enfermo, arrodillndose,ech algunos perfumes sobre los tizones de la vasija, perfumandocon ellos al enfermo para que se calentara y reconfortara del granhedor con el que se encontraba como ebrio, y lo refrescaba con un

pao mojado en agua olorosa y le frotaba muy cuidadosamente lasnarices y toda la cara. Y el negro enfermo, aunque rudo, qued tanatnito y maravillado de ver la gran caridad que el padre Claverejerca con l que, como no poda explicarse con la lengua, dabaseales de la gran gratitud que deseaba mostrar por tal beneficio,levantando muchas veces al cielo las manos y los ojos, como sidijera que Dios recompensara a quien le haca tanto bien

Tambin recuerda que casi por la misma poca del caso

anterior, otro da en la tarde, este testigo acompa al padre Clavera unas casas que hoy son de Doa Teodora de Rivera, dondeentraron porque haba un grupo o armazn pequea de negrosbozales que eran, segn recuerda, de los Ros de Guinea. Entreellos uno yaca en tierra en el patio de las casas, todo cubierto dellagas desde los pies hasta la cabeza; y emanaba de l un hedor

pestfero. No bien lo vio el padre, se le acerc y sacando unosregalos, que llevaba en el bolso que se ha mencionado arriba, se

los dio con sus propias manos, ponindole los bocados en laboca. Y de inmediato alzaron al negro entre el padre y este testigoy lo hicieron sentar en un banquito o sillita que estaba en aquellugar; el padre quitndose su manteo, lo cubri con l en la formadeclarada arriba, y preguntando a unas mujeres espaolas que seencontraban en la casa si tenan candela, le contestaron que latenan; y volviendo a preguntar dnde estaba y dicindoselo lasmujeres, fue l mismo a cogerla y la trajo sobre un pedazo de teja

y la puso debajo del manteo en la forma como lo haba hecho en elcaso arriba mencionado. Y arrodillndose frente al enfermo, echcierto perfume en la candela, con lo que consol al enfermo. Lasmujeres blancas quedaron muy admiradas y maravilladas de ver la

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gran caridad que el padre mostraba con aquel negro enfermo, queslo poda hacerlo por celo apostlico y encendido por el amor deDios y del prjimo.

Tambin recuerda este testigo que en otra ocasin,

acompaando al padre un da por la tarde en una poca degrandes lluvias, no recuerda el ao, fueron al huerto que llaman deLarate. Llegando a l, encontraron a un negro muy viejo y decrpitoque estaba enfermo, acostado en una cabaa de palos, cubierta

por un techo pequeo de hojas de palma, por lo que estaba casiexpuesto a la inclemencia del cielo. El padre lo reconcili al llegar.Enseguida, ponindose la estola y la casulla y encendiendo unavela, con la ayuda de este testigo le administr la extremauncin

con el leo santo que llevaba siempre consigo en el bolso, y loroci con agua bendita que llevaba en un frasquito de vidrio y conun pequeo hisopo hecho a propsito para el efecto, valindoseasimismo de un pequeo libro en el que haba escrito de su puo yletra la manera de administrar este santo sacramento de laextremauncin, sacado del manual y ritual romano. Le dio luegoalgunos regalos de los que llevaba; y enseguida, por lo querecuerda este testigo, or de rodillas y recomend el alma del

enfermo. Le parece a este testigo, por lo que recuerda, que elenfermo muri de repente, como que slo esperaba que el padre lellevara el remedio para su alma, administrndole los sacramentosde la penitencia y extremauncin...

A los enfermos graves no dejaba pasar una semana sin quelos visitara y consolara, llevndoles algunos regalos,medicamentos, paos y telas de que tenan necesidad por susllagas y enfermedades. En particular recuerda que en los

alrededores del convento de Santo Domingo de esta ciudad, cercaa la muralla, haba un negro enfermo y muy viejo en una cabaa depalmas, acostado en una camilla de ramas, tan pobre y miserableque no tena a quin dirigir los ojos sino a la misericordia de Dios.Este testigo vio que el padre Claver lo asisti llevndole de comer

por ms de catorce aos, trayndole todas las semanas roscones,pan de races de yerbas, frutas y otras cosas, conservas y un pocode tabaco. Cuando se quejaba de su lecho, lo alzaba l mismo; y

cuando deba irse, entraba a una de las casas vecinas y peda alos dueos que por el amor de Dios tuvieran cuidado del enfermo yno se olvidaran de l, envindole algo y visitndolo de vez encuando; que Dios se lo pagara. Todo lo vio este testigo por

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espacio de los catorce aos; porque fue l quien lo acompa conms frecuencia en aquel tiempo.

En esta tierra de Getseman (barrio de Cartagena) hubo otraenferma al inicio de la calle que llaman de la Magdalena, que era

lisiada y, por lo que puede recordar este testigo, tena una piernaherida. No recuerda su nombre, pues aunque acompaaba alpadre cuando iba a visitarla, nunca pregunt cmo se llamaba;pero s recuerda que la enferma era de la nacin de Gambia; y lavisit el padre Claver por ms de diez aos llevndole, como alenfermo anterior, todo lo que necesitaba de comida; y a sta, msen particular por ser mujer, le llevaba tambin algunas camisasviejas, vestidos y otra ropa con la cual pudiera cubrirse y estar

decentemente; y romero y espliego para enjugarse, porque el lugarde la casa en que habitaba era muy hmedo por estar cerca delmar17.

8.APOSTOLADO CON LOS ENFERMOS DELHOSPITAL

Francisco Lpez certifica que lo vio ir y asistir con muchafrecuencia de ordinario a este hospital y ejercer en l obras decaridad y servir a los pobres enfermos; para lo cual, no bienllegaba, se quitaba el manteo y se dedicaba al ms enfermo ycontagioso que all estuviera. Y era tanto su celo que habraquerido ser y hacerse cuarenta personas para servirlos yconsolarlos. Confesaba a todos los que con l lo deseaban, porqueste era el objetivo principal de su visita a este hospital. Y muchas

veces lo vio tender las camas de algunos enfermos de diarrea quenecesariamente tenan muy mal olor. Esto era lo que haca el

padre apenas llegaba. Y preguntndole algunas veces este testigo,que era prior, por qu haca aquello, responda que lo haca conmucho gusto con los pobres; en lo cual reconoci su esprituapostlico y que no tena ningn asco de sentarse en las camas

para confesar a los enfermos o para consolar a los que sufran dediarrea, antes se sentaba all con tanto gusto y placer como si se

sentara en una silla de gran importancia. Y era tan compasivo ymisericordioso que, si algn enfermo, cuando pasaba, le peda

17 Hno. Nicols Gonzlez, Proceso fol 56v, pp. 232-238.35


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alguna cosa de regalo, iba inmediatamente a buscarla y pedirla delimosna y se la llevaba. Y si alguno de aquellos que sufran dediarrea, a quienes les haban prohibido el agua, le peda un poco,hablaba con este testigo como prior que era y se la peda para el

enfermo; si este testigo le deca que no se la quera dar porque lehaca dao al enfermo, rogaba e insista mucho para que se ladieran, diciendo que no le hara dao; y el mismo padre se lallevaba y se la daba al enfermo18.

Observ este testigo que, aunque pona el manteo debajo demuchos negros llagados y apostemados y se llenaba de muchamateria y suciedad, nunca ola mal; antes ola como si talesinmundicias y malos olores no hubiesen cado sobre l, cosa que

causaba a este testigo y a todos los otros intrpretes que hanombrado, gran maravilla.

l nunca se quejaba del mal olor, ni demostraba nauseas;antes se acercaba y abrazaba a los enfermos y los acariciabacomo si hubieran sido hijos suyos. Y aunque este testigo, cuandovea algunos muy repugnantes, le deca que no se acercara aellos, que se alejara para que no se le contagiara la enfermedad ono se enfermara por el olor, no lograba que dejara de hacerlo y de

acercarse mucho a ellos para acariciarlos y consolarlos. Y vistoque no se cuidaba en nada, le decan este testigo y los otrosintrpretes, que tuviera en cuenta que el lugar donde estaban losenfermos estaba apestado y que el hedor que se senta podahacer dao a los que all permanecan mucho tiempo y queabreviara la estada; pero l permaneca all y, para dar gusto a losintrpretes, administraba los sacramentos un poco ms de prisa delo que sola hacer. Y despus de haber hecho que salieran los

intrpretes, se quedaba con los enfermos por mucho tiempo contanto gusto como si estuviera en un jardn muy ameno y oloroso,sin que nunca se le resintiera el estmago, cosa que maravillabamucho a ste y a todos los otros intrpretes, en especial cuando lohaca muy de maana, porque iba en ayunas. Despus, a las onceu once y media, iba a decir misa a la iglesia y convento vecino a lacasa de los esclavos, siendo as que para que a los intrpretes nose les revolviera el estmago, les daba de comer y un poco de vino

y algunos olores que los reconfortaran. l se iba en ayunas y sinningn alivio, como si fuera un hombre de bronce19.

18 Padre Francisco Lpez, Proceso fol 839, p. 279.36


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Cuando mora algn pobre negro en esta ciudad deca la misapor l. Procuraba que todas las personas de esta ciudad ganaranmuchas indulgencias y las aplicaran a las benditas almas del

purgatorio, distribuyendo para este efecto muchos rosarios y

medallas de indulgencias que tena. Asimismo dijo el padre a estetestigo que tena devocin de dar a sus penitentes, entre otraspenitencias, que hicieran alguna obra piadosa por las benditasalmas del purgatorio20.

Pedro Antonio Paduano atestigua: Dos veces a la semana ibacon todos sus novicios del Colegio al hospital de San Sebastin deesta ciudad en sotana, y, en la misma forma sus novicios,

precedindolos con una escoba en la mano y, apenas llegaban al

hospital, barran todas las salas de la enfermera y el patioprincipal. Enseguida tendan las camas a los enfermos y leslavaban los bacines, siendo el padre Claver el primero que lohaca. Y si bien los religiosos de San Juan de Dios, que tienen elhospital, trataban de impedirlo, no lo lograban; porque deca que sumayor gloria era servir a los pobres enfermos en los ministeriosms humildes y asquerosos. Y hecho todo lo referido, en el mismoorden y con mucha modestia y sin levantar los ojos del suelo,

porque el padre los mantena siempre bajos, volvan al Colegio.Pero antes, en el hospital, confesaba a todos los enfermos quequeran hacerlo con l y los consolaba, as en general como en

particular. Si por casualidad, mientras estaba en el hospital, llegabala hora de dar almuerzo o comida a los enfermos, el padre era el

primero que asista a su distribucin y a llevrselos, con lo cualnosotros, los novicios, nos movamos todos a hacer lo mismo21.

19 Esclavo Ignacio, Proceso fol 515, pp. 218-219.20 Hno. Nicols Gonzlez, Proceso fol 31, p. 342.21 Pedro Antonio Paduano, Proceso fol 281, p. 249.

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Muchas veces despus de que haban comido los enfermos,lavaba con sus mismas manos toda la loza de barro sin que fueransuficientes los ruegos de los religiosos de san Juan de Dios de estacasa para que no lo hiciera. En sntesis, no ha visto este testigo

mayor celo, fervor ni caridad en servir a los pobres; porque eraincansable en el ejercicio de la caridad y tan asiduo que, aunqueen tiempos de la Armada estaba casi todo el da en este hospital,no beba ni coma nunca cosa alguna, ni ha habido nadie que loviera comer ni beber, aunque trabajara la maana entera y tarde deese da22.

Juan Ramrez manifiesta: Estaba este testigo en el hospital deSan Sebastin de esta ciudad el ao pasado (de 1640) con una

enfermedad que lo volvi ciego y por ello tena gran dolor yafliccin y lloraba da y noche, adems de sufrir algunos muygrandes dolores de cabeza. Un da por la tarde estaba en la salade los febricitantes, despus que se volvi ciego, con un gran dolorde cabeza, llorando muy afligido por el dolor y por la vista quehaca poco haba perdido, cuando oy que en la sala estaba el

padre Pedro Claver confesando y consolando a algunos enfermos;y con mucho afecto se puso a gritar diciendo: Padre Claver,

venga ac!.Y l, tan pronto lo oy, reconoci a este testigo y se acerc al; y contndole sus desgracias, manifestndole la afliccin grandeque tena por la prdida de la vista y adems por los grandesdolores de cabeza que sufra, y cmo en ese momento los tenatan graves y fuertes que lo hacan sufrir grandemente, el padre loconsol con palabras muy amorosas, dicindole que deba serconveniente al servicio de Dios que perdiera la vista, y por eso se

la haba quitado; y que se conformara con su divina Majestad.Permaneci mucho tiempo con este testigo consolndolo, sentadoen la cama en que estaba acostado. Cuando se quiso ir, le cubrila cabeza con su manteo y acercndose a l le bes dos veces unamejilla; no se acuerda si fue la derecha o la izquierda; y despusde haberlo besado se despidi dejndolo, no slo consolado en elespritu, sino tambin sin el dolor de cabeza que sufra. Porqueapenas lo bes en la mejilla como ha dicho, ponindole su manteo

sobre la cabeza, se le quit el dolor y ni aquel da ni en toda lanoche le volvi, antes en ella durmi muy bien y como si estuvieracompletamente sano, con lo cual se confirm an ms este testigo

22 Padre Marcos de Bocanegra, Proceso fol 842, p. 281.38


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en la opinin que tena de la santidad del padre. Tiene este testigoun rosario que le dio el padre para que lo rezara; y lo apreciamucho por haberlo recibido de sus manos23.

9.APOSTOLADO CON LOS LEPROSOS

Pedro Antonio Paduano declara: Una vez a la semana elpadre iba al hospital de los leprosos de San Lzaro que quedafuera de la muralla de esta ciudad. Iba de sotana y sin manteo yllevaba un novicio en su compaa. La mayora de las veces fueeste testigo con l. Y entre ambos llevaban un canasto grande

lleno de pltanos o roscones, y para transportarlo se servan de ungrueso bastn con el cual lo llevaban colgando sobre sus hombrosel padre y este testigo, lo cual le pareca duro por ser largo elcamino y porque llegaba muy cansado y maltratado y con laespalda muy adolorida por el gran peso. En cambio, el padre nuncadaba seales de estar cansado. Llegaba al hospital de San Lzaromuy contento, alegre y sonriente, y distribua todo lo que llevaba alos pobres, reunindolos primero en la iglesia de madera que haba

en la mitad del hospital.Y llegado al pozo, haca que todos juntos recitaran las

oraciones y l las deca con ellos en voz alta como quien estenseando con toda devocin. Y enseguida les hacaexhortaciones muy fervorosas, invitndolos a practicar las virtudesy a observar los mandamientos de Dios. Y, cuando alguno de ellosquera confesarse, lo confesaba; y lo que ms admir este testigofue que trataba, tocaba y abrazaba a los enfermos como si fueran

sanos, sin escrpulo ni repugnancia alguna. Y a los que tenanmayor necesidad y estaban en sus cmaras impedidos por graveenfermedad, iba a visitarlos y les daba algunos regalos de pan ydulces que llevaba en los bolsillos; y se sentaba en sus camas paraconfesarlos cuando se lo pedan, como si fuesen muy limpios ysaludables24.

El esclavo Andrs Sacabuche relata: Sabe este testigo que elpadre Pedro Claver era muy devoto de los pobres leprosos del

hospital de San Lzaro, a los cuales visitaba con mucha frecuencia

23 Juan Ramrez, Proceso fol 811, p. 276.24 Pedro Antonio Paduano, Proceso fol 281, p. 249.

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consolndolos, no slo en lo espiritual, confesndolos yadministrndoles todos los otros sacramentos, sino tambin en lotemporal, llevndoles alguna limosna y ropa vieja para que sevistieran. Muchos das en Pascua o en fiestas de Cristo Nuestro

Seor y de la Virgen su Madre, consegua algunos almuerzos entresus devotos, lo ms esplendidos que poda y los enviaba amedioda al hospital para que comieran los pobres. Asimismoenviaba a este testigo y a todos los otros negros intrpretes ymsicos de este Colegio para que no slo se los distribuyeran, sinoque tambin quedaran tocando sus instrumentos mientras coman

para que lo hicieran con mayor gusto y alegra.

Y en una ocasin, sabiendo el padre que los pobres de San

Lzaro sufran mucho trabajo y que no dorman de noche por loszancudos (mosquitos) que en el hospital haba por estar en elcampo, consigui de limosna todo lo que fue necesario para hacertoldillos, como en efecto los hizo, algunos con tela y otros concostales de harina que cosieron y prepararon en el Colegio estetestigo y todos los otros compaeros intrpretes. Los llev

personalmente el padre a los pobres y se los fue acomodando ensus celdas y habitaciones con la ayuda de este testigo y de todos

los dems compaeros. Al instalarlos, el pobre a quien se lo dabase pona muy contento y alegre, y lo abrazaba agradecindole portener ya el toldillo con el cual poda dormir y descansar de noche25.

El esclavo Francisco Yolofo dice: En cierta ocasin,habindose cado la casa grande del hospital, y estando por esolos pobres muy incmodos y a la intemperie sin tener dnderefugiarse, consigui el padre limosna para volverla a fabricar yllev a todos los negros intrpretes y a este testigo para que

trabajaran en la obra. Ayud un hermano de la Compaa yadifunto, que se llamaba Juan de Cobalonga, carpintero de oficioantes de entrar en Religin, el cual con los negros levant la casahacindola an mejor de lo que era antes. Dur la obra unasemana entera; con lo cual, por solicitud y diligencia del padre,tuvieron los pobres enfermos casa en qu poder vivir26.

Pedro de Barahona recuerda: Un da, como a las cuatro ymedia de la tarde, saliendo este testigo a caballo por la puerta de la

Media Luna y, llegando cerca del hospital, vio que haba un pobre

25 Andrs Sacabuche, Proceso fol 390, pp. 256-257.26 Francisco Yolofo, Proceso fol 711v, p. 272.

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muy lleno de llagas cerca del camino, que peda limosna a los quepasaban como acostumbran hacer algunos, y llegndose a l elpadre Claver que iba delante de este testigo para el hospital, locubri con su manteo y se lo carg al hombro y lo llev al hospital

con tanto amor y humildad como si hubiera llevado a algnhermano suyo.

Cuando mora alguno de aquellos pobres leprosos enfermos,lo asista y le celebraba misa de cuerpo presente con muchadevocin. Y para que esto fuera con alguna solemnidad y pompafnebre, se quitaba el manteo y lo tenda sobre el atad del difunto

por no haber en el hospital una tela negra. Enseguida sacabacuatro velitas, que no recuerda este testigo en qu las llevaba, y

buscaba unos candeleros viejos de madera del hospital en los quelas pona; y, cuando no los encontraba, recoga naranjas agrias yhaca que sirviesen de candeleros para las velas que pona encimade la sepultura. En ella pona tambin un frasquito pequeo de vinoy algunos panes blancos en un plato. Despus de la misa, iba allugar de la sepultura y deca un responso; y, despus de quitarselos ornamentos, ofreca el pan y el vino a este testigo27.

El padre Juan Garca certifica: Habiendo enfermado

gravemente el padre Pedro Claver por sus grandes fatigas yquedndole como consecuencia un gran temblor en todas laspartes de su cuerpo, apenas poda sostenerse en pie y no poda ircomo antes al hospital de San Lzaro. Para poder hacerlo, ibaalgunas veces en un caballo de los que usan por la ciudad los

pobres que piden limosna. Y habiendo querido ir un da, vspera deSan Antonio, subi a un caballo muy brioso; y cuando iba por el

puente de esta ciudad, sala este testigo del convento de San

Francisco que est frente, y mirando a lo lejos vio venir al padre enel caballo por el puente, que como no poda usar las manos y lospies para recoger los ruedos de la sotana y del manteo, llevabastos tan sueltos que tocaban las ancas y la barriga del caballo,dndole, al parecer, con ellos golpes, por lo cual se asust elanimal y empez a correr como una furia, poniendo en peligromanifiesto la vida del padre. Porque por la velocidad con quecorra, aun un joven muy listo hubiera estado en peligro, ms an

un hombre sin el uso de los pies y de las manos, como suceda alpadre.

27 Antonio de Berrocal, Proceso fol 766, p. 275.41


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Y as todos preocupados por eso y diciendo Jess, que lomata! fueron a ver si lo podan ayudar deteniendo al caballo. Perono fue posible, aunque acudi mucha gente especialmente negros;hasta que, pasadas las casas del capitn Don Jos Evangelista, lo

detuvieron considerando todos como cosa milagrosa tanto elhaberse detenido el caballo como el no haberse cado de l elpadre; porque la distancia que corri fue de cuatro carreras muylargas de caballo. Cuando se detuvo, corri mucha gente a hablarcon el padre y entre ellos este testigo para ver si estaba asustado.Preguntndole qu haba pasado, slo contest dos veces QueDios, que Dios, con un semblante muy sereno, como si no lehubiera sucedido tal cosa, dejando entender con las palabras que

pronunci, que Dios lo haba librado del peligro. Y algunos de lospresentes dijeron que el demonio haba hecho aquello para ver sipoda impedir la buena obra que el padre iba a hacer de confesar yconsolar a los pobres de San Lzaro28.

10. APOSTOLADO CON LOS PRESOS

Dice el hermano Nicols Gonzlez: Asista con granfrecuencia a la crcel de esta ciudad. Casi no pasaba una semanasin que fuera a ella. Al entrar, se quitaba el manteo e iba al altar dela capilla, y tomando agua bendita, si la haba, rezaba. Y alterminar, reuna a todos los presos y les haca un razonamientomuy espiritual animndolos a soportar con paciencia su encierro yafanes; y conclua preguntndoles si queran confesarse para queesas angustias tuvieran mrito ante Dios, pues para eso vena l.

Cuando alguien quera hacerlo, lo confesaba. A veces se sentabaen las gradas del altar de la capilla o en algn banquito frente alaltar y all llegaban a confesarse los que tenan devocin dehacerlo. Enseguida los exhortaba a que no juraran, y otras vecesrecitaba con ellos las letanas de Nuestra Seora. Cuando alguienestaba en algn calabozo o prisin estrecha, se quedaba muchotiempo con l consolndolo.

Y aunque el lugar era muy incmodo y lleno de bacines por lo

que se originaba un psimo olor, movido por la caridad, nada leimpeda asistir y consolar a los afligidos; en particular a los que

28 Padre Juan Garca, Proceso fol 670, p. 270.42


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estaban en los ms estrechos calabozos. Les llevaba alguna cosaque los consolara, tanto en lo espiritual como en lo material.Escuchaba con gran atencin y paciencia a cuantos querancontarle sus angustias, y si le pedan que hiciera alguna diligencia

en orden a su libertad, as con los jueces como con las partes, lohaca muy puntualmente, viendo si era necesario hablar con loscuriales e informarlos para que no omitieran las diligenciasnecesarias, como lo podrn decir los licenciados Don Antonio deBetancur, que habita al presente en la ciudad de Santaf, y DonJuan Snchez Parejo, que vive hoy en esta ciudad, y eran losabogados a los que recurra con ms frecuencia para pedirles que

patrocinaran las causas de esos pobres presos. Les mostraba loscuadros de las almas condenadas que ardan en vivas llamas y lesdeca que era mejor pagar en esta vida las penas de los pecadosque cometemos, que pagarlas en el infierno donde no hay fin nitrmino. Y para terminar, sacaba el crucifijo de bronce que se hamencionado arriba y llevaba siempre consigo, y les deca que elremedio de todos sus afanes se encontraba en aquel Seorcrucificado. Y para que quedaran ms consolados y dispuestos asoportar con paciencia los afanes, les haca recitar un acto decontricin muy fervoroso, que empezaba el padre y continuabantodos, repitiendo con l lo que deca. Al despedirse, les deca quecualquiera que lo necesitara, a cualquier hora, lo mandara llamar,que lo asistira con mucho gusto y puntualmente lo atendera.

El acto en que mostraba el cumplimiento y seal perfecta desu caridad, era cuando asista a los que en la crcel erancondenados a muerte por los jueces u otros ministros de la justiciade esta ciudad. Y los alcaides de la crcel, conociendo el gran celo

y diligente espritu con que asista en tales casos, apenasnotificaban la sentencia de muerte a algn preso, avisaban alpadre, quien iba con gran prisa a la crcel, con algunos regalos ycon un crucifijo pintado en una cruz de madera. Al llegar paraasistir al sentenciado a muerte, lo abrazaba con gran amor yternura y le deca: Tienes suerte, hermanito mo, al saber el da enel cual debes morir, no te queda otra cosa que tener buen animo,y ponindole en las manos la cruz con Cristo pintado en ella, le

deca: ste es el madero con el que has de huir de esta granborrasca y no tienes otro remedio para librarte de ella queabrazarte a esta cruz, no perderla de tu vista y abrazarte a ella,

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pues all est tu salvacin. Afortunado sera yo si me llevarascontigo.

Enseguida lo instrua y preparaba para que hiciera unaconfesin general o tambin le deca que no se fatigara ni

atormentara su memoria pensando en las calles, casas yocasiones por las que le haba llegado aquel ltimo y penoso afn,y que no recordara ms al mundo ni a ninguna persona, como sino hubiese vivido en l. Cuando llegaba la hora de volver alColegio, le dejaba un librito para ayudarlo a bien morir con lainstruccin y modo de confesarse y un cilicio y una disciplina, y ledeca que volvera muy pronto para asistirlo, que no lo abandonarade ninguna manera. Y, si mientras tanto tena alguna afliccin y

angustia particular, lo mandara llamar; que vendra con todaprontitud. Si en la crcel se encontraba algn preso de buen juicioy capacidad, le daba la orden de asistir al condenado y de leerledurante el tiempo que pudiera el librito para ayudarlo a bien morir; yse despeda del preso conden

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San Pedro Claver Apostol de los Negros de Padre Ángel PeNa O.A.R.

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