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Date post: 19-Sep-2018
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the swinging sixties the swinging sixties Proceso de diseño El diseño como identificador cultural La cultura popular Los sesentas El diseño en los sesentas La cultura Pop de los sesentas Paleta de color, formas y figuras
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Proceso de diseño

El diseño como identificador culturalLa cultura popularLos sesentasEl diseño en los sesentasLa cultura Pop de los sesentasPaleta de color, formas y figuras

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El Diseño como Identificador Cultural

El diseño puede servir para muchas cosas, puede servir para hacer algo mejor, mas bonito, mas practico o simplemente mas deseable. Pero el diseño también tiene una gran responsabilidad en la sociedad y es el de marcar la cultura popular de cierta época, como la gente recuerda algún momento simplemente por los colores que se usaban, los edificios, las fotografías, los peinados etc.

El diseño nos ayuda a detener el tiempo para poder darnos cuenta como era esa cultura popular en algún momento determinado, el diseño es el vehículo para poder trasladarnos y revivir todas las modas, las artes, la arquitectura, los carteles, la televisión, la música, las presentaciones, la mercadotecnia etc.

Es así como me baso en el diseño para lograr recrear la cultura popu-lar de cada década del siglo XX, estudiando las formas, los colores las modas. El estudio del diseño y de la cultura popular de cada década es mi herramienta principal para poder lograr el efecto que se necesita para cumplir las metas de este proyecto.

Cuando se habla de cultura popular no siempre se tiene una idea clara de los que el termino significa. La cultura que no es popular es el que todos conocemos, cuya historia se nos enseña en escuelas y universi-dades y que abarca desde la época prehistórica a nuestros días. Pudiera decirse que es la cultura oficial.

Frente a esta cultura aparece la cultura popular. Esta distinción es absurda porque en el fondo la cultura es única, es la obra mas valiosa del ser humano, la expresión mas sincera del hombre, su propio espíritu expresado no en palabras, sino en formas mas complejas que son de mayor alcance puesto que impresionan a cualquier hombre, cualquiera que sea su lenguaje. La cultura popular esta siempre presente cuando un pueblo vive de modo sincero y sano. Es la habili-dad que se requiere para producir lo que la sociedad siente. La cultura popular es creación exclusiva del hombre, así como el tiene conciencia de la vida y la muerte, el es el poseedor absoluto de la conciencia de su cultura popular.

La cultura popular es una forma de expresión en que se combina la satisfacción de una necesidad material con la necesidad de expresión de visiones y los ideales que tiene el hombre, es una expresión de creatividad que impregna y fecunda la vida común. La cultura popular solo se produce por el esfuerzo común que se ejerce durante largo tiempo, el cual esta siempre en constante cambio, tanto en su pasado como en su proyección hacia el futuro.La cultura popular es la cultura mas autentica, tal como lo entiende y practica el pueblo anónimam-ente, desde sus orígenes. Es funcional, utilitario, original, expresivo y autosuficiente, educativo, económico, renovable y artístico. Se distingue por su antigüedad y valores los cuales inspiran permanente-mente de generación en generación

La razón por la cual decidí hacer el prototipo utilizando los anos sesen-tas entre las diez grandes opciones de todo el siglo XX es porque pienso que los anos sesentas representan una revolución en todos los sentidos, una revolución de personas, de modas, de costumbres, de arquitectura, de forma de pensar, de tecnología etc. Es una época donde toda persona tenia una opinión sobre algún tema, una época donde la juventud se podía sentir en todo momento, donde los cam-bios eran buenos y necesarios.

En los sesentas se originaron eventos políticos e interculturales que han quedado en la historia del mundo, particularmente en las socie-dades occidentales, principalmente en la Gran Bretaña, Francia, Los Estados Unidos y Alemania del Oeste. Sin embargo, movimientos sociales no estaban limitados a estos países, y también incluyen a México, Japón y Canadá.

El termino los sesentas es usado de una manera nostálgica por todos aquellas personas que participaron esta época. Esta década ha sido etiquetada como “the swinging sixties” por todas las actitudes de liber-tinaje que emergieron durante este periodo.

Muchos de los cambios en los sesentas se dieron por los cambios demográficos traídos por la generación del baby boom, la guerra fría y la disolución de imperios coloniales europeos. El éxito en las revolucio-nes sociales, los movimientos de los derechos civiles, los movimientos de los derechos humanos, movimientos en contra de la guerra, y el movimiento de la contracultura son solo algunas características que definen a los sesentas.

Muchos expertos atribuyen la revolución contra cultural como el

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La Cultura Popular

resultado de las segunda guerra mundial. La nueva generación estaba determinada a rechazar la vida conformista de la década pasada con hombres de traje y las mujeres en la cocina.

Aunque muchos creen que esto solo es un fenómeno que sucedió en el occidente, la revolución de los sesentas se expandió mas allá de las fronteras de América y de Europa del Oeste. En sur América, las revo-luciones eran la moda, en el este, muchos movimientos eran llevados acabo gracias a la inspiración que dejo la revolución de Hungría contra la dominación soviética.

En general, los sesentas afectaron a todo el mundo y sin lugar a dudas es la época que mas se recuerda de todo el siglo XX.

Los Sesentas

Contra cultura hippie, 1968

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El Diseño en los Sesentas

Son muchas las corrientes y las influencias que contribuyeron a hacer de esta década un periodo de intensa creatividad en plena cultura de la abundancia, el optimismo y las nuevas oportunidades.

El diseño de los anos sesenta tuvo una gran influencia en los procesos de consumo y comunicación. Contribuyo a definir los grupos sociales y los mercados. El estilo y el diseño dieron forma a actitudes y necesi-dades colectivas y tradujeron estas necesidades en ambiciones mate-riales. El diseño tuvo una función clave en el mercado, y los logros mas grandes en estilo y diseño estuvieron inevitablemente relaciona-dos con las naciones que experimentaban un mayor crecimiento económico. La historia internacional del estilo y el diseño se forjo alrededor de la economía norteamericana y de las economías recon-struidas y florecientes de Japón, Alemania Occidental, Gran Bretaña, Italia, los países escandinavos y Francia.

Estados Unidos se erigió en el punto de referencia de la cultura del consumo, ya que en este país se definieron y se refinaron el diseño de productos y el estilismo, la imagen corporativa y de marca, el market-ing y la publicidad. En Alemania y Japón, las capacidades nacionales se pusieron al servicio de la reconstrucción de su fuerza e influencia económicas. La disciplina, la metodología y los recursos tecnológicos se aplicaron a los mercados emergentes, con especial éxito en las industrias automovilística, eléctrica y electrónica. Gran Bretaña había superado el periodo de austeridad de la posguerra y se alejo de sus tradiciones industriales para convertirse en un país de servicios y de tecnologías altamente especializadas.

El país se volvo en aplicar el programa descrito por Harold Wilson en 1963, basado en el cambio, la tecnología, la automatización y la revo

lución científica. En la misma época, Italia experimentaba, en las ciudades industriales del norte, su propia rinascenza, y la estrecha relación entre le diseño y los procesos de producción proporcionaron al país una influencia internacional sin precedentes que se ha man-tenido hasta nuestros días.

La televisión comercial, los distintos medios publicitarios, las revistas para consumidores y los sistemas de señalización, tanto comerciales como prácticos, se convirtieron en nuevas disciplinas apasionantes que establecían, entre consumidor y producto , un lenguaje de prome-sas, de seducción, de exaltación y de consejos.

El diseño iba mucho mas allá de la necesidad de armonía entre forma y función. El diseñador se convirtió en un comunicador que daba forma a los productos, no de manera abstracta, sino en el seno de una cultura y para un mercado concreto. La moda también influyo decisiva-mente y el diseño tuvo que crear un lenguaje en constante evolución, inspirado tanto en la cultura popular como en las bellas artes. Nunca antes había existido un dialogo tan rico entre las bellas artes y el arte comercial.

Desde los anos cincuenta, los productos de consumo, la publicidad y los medios de comunicación fascinaron a un gran número de artistas. En los sesentas, los artistas de distintas disciplinas intercambiaron ideas sobre el color, el contraste, la forma y el motivo. Se estableció un dialogo entre el pop Art. y la cultura pop. Cada nuevo movimiento artístico encontró su homologo en la moda y el diseño. Experimentos como el op Art, el arte kinetico y el Hard Edge se integraron rápidam-ente e la cultura popular.

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La idea de que todo era posible se plasmo de manera simbólica en 1962 en la promesa del joven presidente Kennedy de que los astronau-tas norteamericanos pisarían la luna antes de acabar la década. La ficción parecía querer hacerse realidad y los avances tecnológicos prometían mejorar el nivel de vida. Los recursos globales parecían infinitos, como la capacidad de los seres humanos de imaginar y después crear un entorno mejor.

La década estuvo influenciada por el sueno de la era espacial, basado en los programas de la NASA, que generaron una iconografía futurista de la moda, los objetos y el entorno. Los deslumbrantes espacios blan-cos y plateados se convirtieron en la tabula sobre la que los diseña-dores crearon, a partir de la idea del futuro un presente tangible y sin embargo simbólico.

La idea de poder crear finalmente un mundo feliz gracias a los avances tecnológicos situó el urbanismo y la rehabilitación arquitectónica en el punto de mira. Iban a aplicarse con mayor o menor éxito las teorías que treinta o cuarenta anos atrás habían anunciado Le Corbusier y otros utopistas de la época.

Algunos grandes planes, como el ambicioso proyecto de Brasilia, acabado a principios de la década, resultaron mejores sobre el papel que en la practica. Tan solo algunos de los sueños urbanos se plasma-ron satisfactoriamente en la realidad.

Se llevaron a cabo algunos buenos ejemplos aislados de arquitectura pero, pese a conocerse los problemas de vivienda de la creciente población urbana, la circulación cada vez mas densa en los barrios antiguos y la necesidad de adaptar la arquitectura a los nuevos modosCubierta del álbum “Disrael Gears” de Cream, diseñado por Martín Sharp

con fotografía de Bob Whitaker, 1967

Edición especial de la revista “Life”, conmemo-rando la llegada a la luna, 1969

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La Cultura Pop de los Sesentas

Los años sesenta fueron testigo de grandes cambios y replanteamien-tos de valores en muchos aspectos de la vida que produjeron un profundo impacto en el diseño y en el modo de percibir el entorno. La propia noción de establishment se convirtió en el punto de mira de los nuevos ciudadanos con derecho a voto, los jóvenes urbanos, la nueva clase media acomodada y la ambiciosa clase obrera de los países con fuerte crecimiento económico. Ya no había lugar para la tradición paternalista del buen gusto impuesta por unos pocos de clase y educación privilegiadas.

Gran parte de la población que quería una gratificación visual inmedi-ata, novedades, cambios, disponibilidad. Surgió entonces una sensibi-lidad visual que se denomino pop.

El artista pop británico Richard Hamilton califico esta nueva estética de popular, provisional, reemplazable, asequible, producida en serie, joven, divertida, sexy, glamorosa y big business. La cultura popular aporto el material en el que se inspiraron los artistas pop, que se centraron en la vitalidad del lenguaje visual de los objetos corrientes, el comic, el arte de la publicidad y el embalaje de los productos, la vulgaridad de los escombros de las calles y el encanto superficial pero seductor de las películas, la música pop y la televisión. El festín visual que tanto fascinaba a los artistas pop surgió de la calle y de los medios de comunicación de masas. Se trataba esencialmente de un lenguaje inocente cuyos creadores eran en su mayoría artistas comerciales pero reconocidos.

El pop art se expresaba en un lenguaje fascinante e irónico y desta-caba por su dialogo con la cultura popular. El pop genero energía en los intercambios entre el arte menor y arte mayor e interacción entre

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de vida, en contadas ocasiones se aplicaron soluciones apropiadas. El optimismo de principios de la década y las desilusiones que le sucedi-eron se enfrentaron a un debate radical en la arquitectura y el urban-ismo. Las teorías y proyectos revolucionarios de grupos como Archi-gram, en Gran Bretaña, o Archizoom y Superstudio en Italia, llevaron la cuestión a un terreno distinto.

A finales de la década se hicieron evidentes las tendencias opuestas en el debate sobre el diseño. La idea del buen gusto, de la perfección moderna de las formas, fue ridiculizada por el cada vez mas fuerte lobby del antidiseno, que prefería explorar las metáforas y compleji-dades del lenguaje del diseño.

El conflicto estallo cuando los contestatarios obligaron al cierre de la Trienal de Milán de 1968. Fue un conflicto de ambiciones entre los clasicistas y los iconoclastas, si bien la historia del diseño de los sesentas se ha alzado a menudo como muestra de que las ideas opuestas no solo pueden coexistir, sino que además se complementan.

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Warhol’s 1964 silk screen basada en una foto publicitaria de 1952 de Marilyn Monroe.

Cubierta del álbum “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” por Peter Blake y Jean Haworth, 1967

Tom Wesselman: “Still Life 21”, 1962

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Paleta de Color, Formas y Figuras

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es un compendio de todos los héroes y heroínas del pop. El arte naif de los parques de atracciones, las pin-ups, las dianas, las banderas, principalmente las barras y estrellas de las banderas americana e inglesa, fueron utilizados por los artistas de la época y por los diseña-dores, que los reinterpretaron en sus trabajos comerciales.

El resultado fue un ciclo de homenajes, pillaje y apropiaciones. La obra Great American Nudes, de Tom Wesselmann, incorporo objetos de uso cotidiano, como el teléfono que hizo sonar en la inaguracion de una de sus exposiciones. Allen Jones esculpió desnudos a partir de catálogos de chicas desnudas que también servían de muebles, enfrentando el arte mayor y el diseño funcional de manera agresiva. Roy Lichtenstein se inspiro en el diseño grafico de los anos treinta tanto en sus diseños sobre papel como en su cerámica, Jasper Johns pinto la bandera americana, dianas e hizo dos latas de cerveza en bronce.

Los artistas comerciales reproducían banderas y dianas de colores en cubiertas de libros, cajas, despertadores, servilletas y portadas de discos. Una importante exposición de pop art americano en la Bienal de Venecia de 1964 ofreció un nuevo impulso a esta interacción.

los artistas puros y los comerciales. Muchos diseñadores buscaron en el, colores, motivos y sobre todo , una actitud. La naturaleza fluida de este dialogo queda reflejada en el gran exponente del pop art, Andy Warhol, que empezó como ilustrador comercial y desenador de escaparates y en James Rosenquist, que había sido cartelista. En pop art, uno de sus primeros estudios de 1965, Mario Amaya se pregun-taba si los envases comerciales evocan la obra de Smith o si su trabajo evoca los envases comerciales. Smith respondió que ambos están tan interrelacionados que es difícil saber cual predomina.

El pop art dicto sus propias normas y se convirtió en la antitesis del movimiento moderno, si bien ambos estilos no eran antagónicos. De una forma distinta pero no exclusiva, el pop también era moderno, por sus diseños impactantes, su desenfado, su modernidad descarada y superficial, la modernidad de los carteles y los supermercados, el sentimiento de formar parte de una fantasía colectiva hecha de los objetos cotidianos, de los envases, la publicidad y la moda. El diseño pop formaba parte del sueno americano, una filosofía consumista y materialista que, a principio de los sesenta, se impuso en Occidente. Richard Hamilton, con su suma ironía, incorporo productos eléctricos Braun en sus cuadros transformando de esta manera los iconos del movimiento moderno en símbolos pop. Ya había rendido homenaje a una de las imagenes recurrentes del pop art, el automóvil americano, en su obra Hommage a Chrysler Corp. De 1957. El apetito del pop era voraz y variado. Christopher Booker escogió, no sin razón, el titulo de The Neophiliacs para su estudio sobre la Inglaterra de los sesentas.

La cultura pop bebió de muchas fuentes pero también creo sus héroes de un día y su propia iconografía. La cubierta de Peter Blake para el álbum de los Beatles Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967)

A lo largo de los sesenta, la influencia de las bellas artes en el diseño se manifestó mas allá de los limites del pop, si bien este tuvo un papel decisivo en el comienzo del dialogo. La segunda generación de artistas americanos del estilo abstracto influyo decisivamente en el diseño. Rechazaron el elemento emocional de los expresionistas abstractos y descantaron por un fenómeno que grafico mas frió de la forma y el color.

Estos artistas algunos de los cuales han sido catalogados como miem-bros del Hard Edge y el Colour Field del estilo abstracto, pintaban superficies lisas de colores fuertes, a menudo a escala monumental. Su obra suele caracterizarse por el toque impersonal y busca distanciarse de las pinceladas apasionadas de Pollock y sus contemporáneos para conseguir unos lienzos de trazos suaves, aplicando a veces el color directamente sobre una tela sin preparar. Lo que los diseñadores, sobre todo los que trabajan en dos dimensiones, encontraban tan estimulante de los cuadros de Ellsworth Kelly, Morris Louis, Kenneth Noland y Frank Stella eran las poderosas construcciones graficas y la fuerza de los colores primarios y los vibrantes contrastes. Hub un flechazo entre los artistas comerciales y el nuevo lenguaje del arte abstracto.

El resultado fue un estilo audaz con colores primarios saturados y otros colores fuertes que se asociarían siempre a este periodo. Esto quedo reflejado en el diseño grafico y de productos, sobre todo cuando la nueva paleta empezó a utilizar plástico moldeado por inyección. Los fabricantes italianos como Kartell, Danese y Artemide utilizaron rojos, amarillos, verdes y naranjas, propios de los lienzos del expresionismo abstracto del Colour Field. Las rayas inspiradas por Stella se plasmaron en un anuncio de Olivetti. Un cuadro de Robert Indiana, Love, fue adap-tado como póster por Neiman Marcus. Los audaces lienzos de

Ellsworth Kelly con sus planos cromáticos y el juego entre los espacios negativos y positivo inspiraron gran cantidad de diseños gráficos.

Muchos de los artistas a principios de los sesenta se fijaron el reto de crear un arte que implicara al publico, que rompiera la distancia que lo separaba de la obra, que lo hiciera participar activamente. Si el espe-ctador se movía, la obra cambiaria con el. Para conseguirlo se hicieron construcciones tridimensionales que el publico debía observar desde distintos puntos de vista u obras que daban la impresión de profundi-dad gracias a ilusiones ópticas o juegos de luces. El situacionismo, el op art y el arte Kinetico fueron el producto final y sus derivados enseguida aparecieron en el mercado.

La situación de los primeros anos sesenta desafiaban el convencional-ismo de la pintura tradicional y hacia de las obras tridimensionales todo un acontecimiento. Empezaba a desdibujarse la frontera entre los artistas cuya obra exigía ser visualizada en tres dimensiones y los diseñadores y decoradores que creaban ambientes, sus equivalentes domésticos. Esto se plasmo en esquemas cromáticos muy intensos o en obras del tipo salón de conversación y los grupos de asientos en forma de matriz.

El impacto de los sorprendentes lienzos op art de Bridget Riley, que recibieron el reconocimiento publico en los anos 1964-1965, fue inme-diato. Los alucinantes efectos visuales del op art, estilo encabezado por la artista, fueron extremadamente útiles para los diseñadores de logotipos, diseño grafico, telas y cualquier superficie bidimensional que quisieran crear un impacto en un lenguaje moderno. Las efectistas formas en blanco y negro se difundieron por doquier. En Francia, Víctor Vasarely busco efectos similares en color y amplio el repertorio

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Op Art del fimle “Qui etes-vous Polly Maggoo”, por William Klein, 1966

Bridget Riley “Fragment 5”, 1965

Op Art en la vida diaria, 1966

Op Art en la vida diaria, 1965Victor Vassarely “Rosenthal Relief”, 1968

Gae Aulenti “Black and White”, 1966

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del op art. Sus obras sacaron el máximo provecho del diseño bidimen-sional. Los rótulos de neon, que habían sido la principal inspiración del pop art, se reciclaron rápidamente en el arte kinetico luminoso y se reincorporaron al diseño grafico. El op art y el arte kinetico se convirtieron en fuente de efectos especia-les basados en las normas exuberantes, el contraste de colores brillantes y el juego de luces. En la introducción de Decorative Art in Modern Interiors se defendía la síntesis experimental del arte y la arquitectura, el mobiliario y el arte, la luz, el color y la electrónica, una llamada a una experimentación multimedia para la era de la electrónica.

En los anos sesenta renació el interés por las artes decorativas de principios de siglo. Las importantes retrospectivas de principios de siglo. Las importantes retrospectivas en Londres y Paris de la obra de Alphonse Mucha en el Victoria and Albert Museum de Londres, de los dibujos de Aubrey Beardsley consagraron la entrada de estos mae-stros del trazo en la iconografía de la cultura popular. Sus obras y demás características del Art Nouveau se convirtieron en elementos frecuentes del popurrí de fuentes de inspiración, entre las que se incluían el op art psicodélico. Nacida simultáneamente en las subcul-tura de las drogas y la música de San Francisco y Londres, la psicode-lia surgió como una de las expresiones mas fuertes de los sesentas. El estilo, rico en colores, referencias y efectos, evocaban la libertad de imaginación en formas graficas complejas situadas al limite de lo inteli-gible.

Wes Wilson fue el principal exponente de este estilo en San Francisco. La mayor parte de su obra consistió en trabajos gráficos para promo

cionar dos salas de conciertos. Su homologo británico fue el equipo de Michael English y the Coloured Coat. Durante uno o dos anos, crearon un estilo que marco un cambio radical en los sesenta, alejado del optimismo naif de principios de la década.

El artista pop psicodélico americano Peter Max y los artistas holande-ses The Fool, con el patrocinio de la empresa Apple de los Beatles, decoraron toda superficie disponible, de todas las maneras posibles, con formas y colores psicodélicos y motivos neo surrealistas. Su trabajo era una huida hacia la fantasía, el final de un sueno mas inocente.

Wes Wilson poster, 1967

Paleta de color de los sesentas, Philippe Garner.


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