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Trabajo y Familia Desde El Enfoque Del Curso de Vida

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Trabajo y Familia Desde El Enfoque Del Curso de Vida
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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11203805 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Mercedes Blanco, Edith Pacheco Trabajo y familia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes de mujeres mexicanas Papeles de Población, vol. 9, núm. 38, octubre-diciembre, 2003, pp. 159-193, Universidad Autónoma del Estado de México México ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Papeles de Población, ISSN (Versión impresa): 1405-7425 [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11203805

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Mercedes Blanco, Edith PachecoTrabajo y familia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes de mujeres mexicanas

    Papeles de Poblacin, vol. 9, nm. 38, octubre-diciembre, 2003, pp. 159-193,Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    Mxico

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Papeles de Poblacin,ISSN (Versin impresa): [email protected] Autnoma del Estado de MxicoMxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • Trabajo y familia desde el enfoque delcurso de vida: dos subcohortes

    de mujeres mexicanasMercedes Blanco y Edith Pacheco

    Introduccin

    l presente artculo tiene dos propsitos: uno metodolgico y otroterico. Aunque muchas veces resulta difcil distinguir claramenteentre ambas dimensiones, aqu es necesario diferenciarlas con finesE

    heursticos y expositivos. Desde la vertiente metodolgica, la intencin es poneren prctica la utilizacin simultnea de fuentes de informacin de ndole muydiferente cualitativa y cuantitativamente valoradas, en el marco de lo quealgunos autores llaman una metodologa mixta, como lo hemos hecho enalgunos otros trabajos (Blanco y Pacheco, 2001; Pacheco y Blanco, 2002).

    Resumen

    El artculo tiene un doble propsito, por unlado, en la vertiente metodolgica, el objetivoes poner en prctica la utilizacin simultneade fuentes de informacin cualitativas ycuantitativas y, por otro lado, en la vertienteterica, el propsito es rescatar algunos de losprincipios rectores del denominado enfoque delcurso de vida que privilegia, entre otroselementos, el entrelazamiento de lastrayectorias vitales. Este doble propsito seaplica, ms especficamente, al anlisisdiacrnico de la articulacin trabajo-familiapara dos subcohortes de mujeres ubicadas enmomentos histricos distintos del siglo XX, esdecir, se trata de mujeres nacidas en larepblica mexicana en las dcadas de 1930 y1950 y se les da seguimiento hasta finales deldecenio de 1990.

    Abstract

    Work and family from a life course theoreticalperspective: two subcohorts of mexican women

    The article has a double purpose, on the onehand, the methodological objective is to put inpractice the simultaneous utilization ofqualitative and quantitative databases and, onthe other hand, the theoretical aim is to rescuesome of the main principles of the life coursetheory that privileges, among other elements,the interplay of life trajectories. This doublepurpose is applied, more specifically, to adiachronic analysis of the work-familyarticulation for two sub-cohorts of womenlocated in different historical moments of thetwentieth century, that is, we are talking ofwomen born in the Mexican Republic duringthe 1930 and 1950 decades and we carry on afollow-up through the end of the nineties.

    Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social/El Colegio de Mxico

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    En la vertiente terica, el propsito es destacar algunos de los principiosrectores del denominado enfoque del curso de vida para analizar la articulacintrabajo-familia en dos grupos de mujeres mexicanas pertenecientes a doscohortes diferentes, es decir, ubicadas en momentos histricos distintos delsiglo XX. Por ello, en un apartado terico se exponen los principios rectoresdel denominado enfoque del curso de vida, perspectiva de la cual hemos tomadoalgunos elementos clave para nuestros anlisis. Este apartado termina con unabreve mencin al debate cuali-cuanti y a lo que se entiende por metodologamixta. En el siguiente apartado se presenta un resumen breve de dos ejerciciosanteriores, y en la tercera parte se explica cmo se llev a cabo la seleccin delos universos bajo estudio, al tiempo que se da cuenta de algunas de lasprincipales trayectorias vitales que conforman el curso de vida de las mujeresobjeto de nuestro estudio. Finalmente, en el cuarto apartado llegamos al anlisisde la articulacin trabajo-familia de los dos grupos de mujeres uno de losconjuntos formado por mujeres mexicanas nacidas en la dcada de 1930, y elotro, en la de 1950, basndonos en la idea general del entrelazamiento de lastrayectorias vitales.

    El enfoque terico-metodolgico del curso de vida

    Entre la variedad de orientaciones tericas que desde las ciencias sociales hanhecho propuestas y han llevado a cabo investigacin emprica, el enfoque delcurso de vida constituye una plataforma ciertamente til desde la cual esposible abordar el estudio de la vinculacin entre las vidas individuales y elcambio social. El enfoque terico-metodolgico del curso de vida surgi comouna propuesta nutrida de aportes de diferentes disciplinas, sobre todo, sociologa,historia, psicologa y demografa (ORand, 1998). En la dcada de 1970 empeza desarrollarse plenamente esta perspectiva, y desde entonces hasta el momentoactual han destacado las contribuciones de uno de sus principales creadores, elsocilogo estadunidense Glen Elder (1974, 1999).

    En trminos muy generales, el enfoque del curso de vida busca analizar lamanera en que las fuerzas sociales ms amplias moldean el desarrollo de loscursos de vida individuales y colectivos, para ello se sustenta en cinco principiosfundamentales, que son los siguientes:

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    El principio del desarrollo a lo largo del tiempo

    Este primer principio bsico se refiere a la necesidad de tener una perspectivade largo plazo en la investigacin y el anlisis, ya que el desarrollo humano esun proceso que abarca del nacimiento a la muerte. De esta manera, estudiandolas vidas a lo largo de periodos substanciales de tiempo incrementamos elpotencial del interjuego entre cambio social y desarrollo individual (Elder etal., 2003: 11).

    El principio de tiempo y lugar

    Este principio apunta directamente a la importancia de tomar en cuenta locontextual. As, se considera que el curso de vida de los individuos estincrustado (embedded) y es moldeado por los tiempos histricos y los lugaresque le toca experimentar a cada persona (Elder et al., 2003: 12).

    El principio del timing

    Si bien resulta un poco difcil traducir con precisin al espaol el trmino timing,es claro que se refiere al momento en la vida de una persona en el cual sucedeun evento. Por ejemplo, un suceso como la muerte de los padres repercutir enla vida de un individuo segn la edad y circunstancias en las que le ocurra dichoacontecimiento. As, este principio postula que el impacto de una transicin (osucesin de transiciones) o de un evento contingente en el desarrollo humanoest asociado al momento en que ocurre en la vida de una persona (Elder, 2002).

    El principio de vidas interconectadas (linked lives)

    Este principio afirma que las vidas humanas siempre se viven en interdependencia,o sea, en redes de relaciones compartidas, y es precisamente en estas redes dondese expresan las influencias histrico-sociales (Elder, 2002); precisamenteporque las vidas se viven en interdependencia, las transiciones individualesfrecuentemente implican transiciones en las vidas de otras personas.

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    El principio del libre albedro(agency)1

    Este principio lo que quiere destacar es que los individuos no son entes pasivosa los que solamente se les imponen influencias y constreimientos estructurales.Los individuos s hacen elecciones y llevan a cabo acciones, y de esta maneraconstruyen su propio curso de vida; sin embargo, es cierto que ejercen su librealbedro o libertad de accin dentro de una estructura de oportunidades quetambin implica, por supuesto, limitaciones, y que proviene de las circunstanciashistricas y sociales (Elder, 2001). En pocas palabras, el libre albedro individualo la libertad de accin est inevitablemente atado a las fuerzas histricas ysociales, de esta manera, las personas pueden moldear sus vidas, pero lo hacendentro de lmites socialmente estructurados, como se refleja en las oportunidadesy las limitaciones que a su vez van cambiando histricamente (Shanahan yElder, 2002: 176).

    Estos cinco principios generales guan la investigacin realizada a la luz delenfoque terico-metodolgico del curso de vida, el cual puede sintetizarse, opuede ofrecerse una definicin operativa del mismo, de la siguiente manera:...el curso de vida se refiere a una secuencia de eventos y roles sociales,graduados por la edad, que estn incrustados (embedded) en la estructura socialy el cambio histrico (Elder, 2001: 8817).

    Pasando ahora, precisamente, a una faceta de la operacionalizacin de lospostulados generales anteriormente expuestos, es necesario decir que el enfoquedel curso de vida trabaja, en principio, con tres conceptos o herramientasfundamentales, stos son los de trayectoria, transicin y, nuevamente, unvocablo en ingls que es difcil traducir de manera sinttica, el de turning point.A continuacin se har referencia de manera breve a cada uno.

    1 Segn el Oxford Dictionary la palabra agency quiere decir means of action by which something isdone. En espaol dicha palabra inglesa puede traducirse como albedro que, segn el Diccionario dela Real Academia de la Lengua Espaola quiere decir potestad de obrar por reflexin y eleccin. Lapalabra albedro proviene del latn arbitrium , traducida como arbitrio que quiere decir facultad deadoptar una resolucin con preferencia de otra. El diccionario seala que la expresin que se usa msordinariamente es la de libre albedro, de ah que parezca pertinente usar esta expresin comosinnimo o, por lo menos, como equivalente cercano del vocablo ingls agency, sin embargo, tambinda una idea del mismo concepto hablar de libertad de accin.

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    Trayectoria

    El concepto de trayectoria se refiere a una lnea de vida o carrera, a un caminoa lo largo de toda la vida, que puede variar y cambiar en direccin, grado yproporcin (Elder, 1991: 63). Para el enfoque del curso de vida, la trayectoriano supone alguna secuencia en particular ni determinada velocidad en elproceso del propio trnsito. Las trayectorias abarcan una variedad de mbitoso dominios (trabajo, escolaridad, vida reproductiva, migracin, etc.) que soninterdependientes. As, esta perspectiva terica pone especial nfasis en elanlisis del entrelazamiento de las trayectorias vitales, tanto en un mismoindividuo como en la relacin de ste con otros individuos o conglomerados (demanera muy importante con la familia de origen y procreacin).

    Transicin

    La transicin hace referencia a eventos especficos en ciertos momentos de lavida, no necesariamente predeterminados o absolutamente previsibles (entreotros, entradas y salidas del mercado de trabajo, matrimonio, divorcio, etc.). Lastransiciones siempre estn contenidas en las trayectorias, que son las que les danforma y sentido; las transiciones marcan claramente cambios de estado, posicino situacin. Lo que el enfoque del curso de vida plantea es que las transicionespueden presentarse en cualquier momento (depende del dominio de que se trate,esto ser ms o menos probable) sin tener que estar predeterminadas. Aunquetambin es cierto que sigue prevaleciendo un sistema de expectativas en tornoa la edad, el cual tambin vara por mbitos, sociedades y grupos de diversandole.

    Turning point

    Con esta expresin se hace referencia a momentos especialmente significativosde cambio; se trata de eventos o transiciones que provocan fuertes modificacionesque, a su vez, se traducen en virajes en la direccin del curso de vida; porejemplo, la muerte de un familiar muy cercano y significativo, aunque nonecesariamente tienen que ser eventos desventajosos, sino puede ser todo locontrario (Elder et al., 2003).

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    Estos tres conceptos representan las herramientas analticas bsicas delenfoque del curso de vida y, entre otras cosas, ...reflejan la naturaleza temporalde las vidas y captan la idea del movimiento a lo largo de los tiempos histricosy biogrficos (Elder et al., 2003: 8).

    En esta ocasin es necesario hacer referencia a otro concepto fundamentalpara el enfoque del curso de vida, se trata del de cohorte. En la investigacindemogrfica, con el trmino cohorte se hace referencia a un grupo de personasque comparten simultneamente una experiencia demogrfica. La cohorte msclsica toma como elemento definitorio la edad, o sea, se trata de un conjuntode personas que comparten el evento origen de nacer en el mismo aocalendario. Uno de los supuestos o implicaciones ms importantes del trminocohorte, que ha sido rescatado e impulsado por el enfoque del curso de vida, esque ese conjunto de personas es un grupo que se mueve o transita a lo largo dela historia. Es decir, el ao o periodo de nacimiento sita a las personas en uncontexto histrico y, por lo tanto, las relaciona con una diversidad de fuerzas queoperan en ese momento y que van cambiando a lo largo del tiempo (Ryder, 1965,1985; Elder y Pellerin, 1998). Aqu es preciso agregar un matiz: las cohortes noson homogneas, por lo tanto, los integrantes de una cohorte no estn expuestosde manera uniforme a los cambios, por ello es necesario identificar subgruposdentro de una cohorte, en principio, a travs de los cortes ya clsicos de gnero,clase social, raza y etnia (ORand y Henretta, 1999).

    Para terminar con esta exposicin en torno a los postulados y conceptosbsicos que maneja el enfoque terico-metodolgico del curso de vida, se harreferencia a uno de los aspectos cardinales del manejo metodolgico. Deentrada, de los principios y conceptos fundamentales claramente se desprendela enorme importancia que se le concede a la dimensin temporal, sea sta anivel individual (como la edad y el proceso de envejecimiento), colectivo(grupos de personas que se mueven a lo largo del tiempo, o sea, las referidascohortes) o macroestructural (contextos histrico-sociales cambiantes). Deigual manera, la representacin ms elemental de una trayectoria remiteinmediatamente a la dimensin diacrnica, ya que se trata de dar seguimientoa lo largo del tiempo a una variedad de procesos (Blanco, 2002). Por todo loanterior, resulta prcticamente indispensable contar con informacin longitudinalpara cualquier proyecto o problema de investigacin que busque abordarsedesde la perspectiva terica del curso de vida (Scott y Alwin, 1998). Estainformacin puede provenir de una variedad de fuentes, ya sean stas de carcterretrospectivo, por ejemplo, historias de vida, o prospectivo, como las encuestas

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    llamadas panel, que dan seguimiento a los mismos individuos durantedcadas (Scott y Alwin, 1998), as como cuantitativas o cualitativas (Giele yElder, 1998; Laub y Sampson, 1998).

    De hecho, el enfoque del curso de vida propone y promueve la utilizacincombinada y simultnea de esta variedad de fuentes de informacin (siempre ycuando se conserve como eje el manejo de la dimensin diacrnica), de talmanera que actualmente puede relacionarse con aquella vertiente a la quealgunos autores se refieren como metodologa mixta (Tashakkori y Teddlie,1998). As, sobre la investigacin propuesta y guiada por el enfoque del cursode vida, el propio Glen Elder afirma que colectivamente y a travs de lasdisciplinas, este trabajo implica mltiples niveles, de las macroestructuras einstituciones sociales a la microexperiencia de los individuos, y se sustenta eninformacin tanto cuantitativa como cualitativa en un acercamiento de mtodosmixtos (Elder et al., 2003: 7).

    A propsito de todo esto, en uno de los textos anteriores (Blanco y Pacheco,2001) hemos hecho un recorrido del desarrollo que este debate entre losenfoques cuali y cuanti ha presentado en las ciencias sociales, sobre todo,desde la dcada de 1980. En este momento baste recordar que en esta luchaentre ambos enfoques se pas, digmoslo as, del reconocimiento del campoenemigo a la idea de la complementariedad en los aos ochenta. Luego seempez a buscar la integracin hasta llegar a fines de la dcada de 1990 con lapropuesta de la disolucin de la famosa dicotoma cuali-cuanti, e inclusoalgunos autores llegan a postular que ...entre los paradigmas cualitativos ycuantitativos hay un continuum de mtodos (Newman y Benz, 1998: 11)donde, entre otras cosas, cada enfoque retroalimenta al otro.

    En esta ocasin as como en Blanco y Pacheco (2001) y Pacheco y Blanco(2002) hemos retomado esta propuesta al buscar establecer un dilogo entrediferentes tipos de fuentes de informacin, precisamente entre bases de datosestadsticamente representativas y un conjunto de entrevistas a profundidad.Algunos autores (como Tashakkori y Teddlie, 1998, y Creswell, 1995), quetambin se ubican en esta propuesta del continuum de mtodos, hablan a finesde la dcada de 1990 de una metodologa mixta como una manera de retomarel esfuerzo que las ciencias sociales han hecho a lo largo de varios lustros paralograr una autntica integracin de enfoques, mtodos y niveles de anlisis. Estetipo de autores ofrece una clasificacin de lo que ellos llaman mtodos mixtoso metodologa mixta y que, bsicamente, apunta a estilos o formas que seconstruyen por medio de diferentes combinaciones de elementos. As, retomando

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    sobre todo a Tashakkori y Teddlie (1998), dentro de esta vertiente se considerancuatro formas diferentes de combinacin de elementos: a) secuencial: se tratade dos etapas separadas, por ejemplo, primero se realiza un estudio cualitativoy luego uno cuantitativo, o viceversa, y finalmente se lleva a cabo su combinacin;b) paralelo o simultneo: se llevan a cabo al mismo tiempo las investigacionesde corte cualitativo y cuantitativo; c) estatus equivalente: se utilizan ambosenfoques concediendo a cada uno el mismo peso en el entendimiento yexplicacin del fenmeno bajo estudio, y d) enfoque predominante: aunque seusan ambos enfoques, desde el inicio el investigador elige uno de ellos comopredominante y el otro es slo complementario.

    El anlisis que planteamos en esta oportunidad puede ubicarse en laclasificacin denominada secuencial, toda vez que inicialmente se gener unainvestigacin de corte totalmente cualitativo sobre un grupo de mujeres desectores medios y, posteriormente, se acudi a una fuente de datosestadsticamente representativa (la Encuesta Demogrfica Retrospectiva), parautilizarlas comparativamente. Finalmente, la manera prctica de hacer lacombinacin cuali-cuanti fue identificando en cada una de las fuentes deinformacin las caractersticas variadas que presenta la articulacin trabajo-familia, para el caso de las referidas mujeres de sectores medios, y poder asestablecer una tipologa que, de inicio, surgi de la informacin cualitativa yluego se elabor para la otra base de datos.

    Antecedentes de investigacin

    En la sociodemografa se ha aplicado la herramienta metodolgica de lastrayectorias vitales al mbito laboral, vase, entre otros: Surez, 1992; Tuirn,1996, 1999 y 2001; Coubs, 1997 y 2001; Sols, 1996, y Sols y Billari, 2002.Dichas investigaciones utilizan informacin de encuestas de cobertura nacionalo elaboradas de manera especfica para diferentes investigaciones, dondegeneralmente la informacin es manejada por medio de herramientas estadsticasy modelos multivariados; en stas, el estudio de cohorte resulta uno de losprincipales elementos que hace posible el anlisis comparativo, especificandoclaramente los grupos considerados.

    En esta ocasin, atendiendo al doble propsito tanto de combinar fuentes deinformacin cuantitativas y cualitativas como de dar cuenta de las modalidadesque puede adquirir la articulacin trabajo-familia, empezamos por tomar como

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    punto de partida un estudio de corte cualitativo, llevado a cabo por Blanco(2002). Este estudio comprende 12 historias de vida de mujeres de clase mediaen la Ciudad de Mxico, nacidas todas ellas en los primeros aos de la dcadade 1950, por lo que pertenecen a una misma cohorte de nacimiento, a la vez quetambin pertenecen a una misma cohorte escolar, en virtud de que fueroncompaeras de secundaria, y algunas tambin de primaria y preparatoria, en unaescuela privada de la Ciudad de Mxico. Con la informacin cualitativa seindag, primero, cmo ese conjunto de mujeres de clase media haba entrelazadosus diferentes trayectorias vitales (escolar, laboral, conyugal y reproductiva) alo largo de la mayor parte de su vida. Tomando como eje del anlisis latrayectoria laboral, resaltaron, primero, dos polos (los cuales estn presentes encualquier grupo socioeconmico y ocupacin especfica que desempeen);en ellos se ubica al conjunto de las mujeres analizadas: el no haber trabajadonunca, ni antes ni despus de casarse, y el haber trabajado siempre, o sea,antes y despus de casarse e incluso sin abandonar el trabajo en los periodos enque han tenido hijos. Luego, como segundo paso, dado que la mayora de lasmujeres entrevistadas haba trabajado remuneradamente en algn momento desu vida, tanto estando solteras como casadas, se trat de ver las diferentesmodalidades que haba adquirido la dada familia-trabajo, es decir, cmo habanejercitado o desarrollado estas mujeres dicha vinculacin.

    As, para dar cuenta de tales modalidades, se construy una tipologa,considerando la historia de vida de estas mujeres y tomando como factordefinitorio la importancia o preeminencia que le haban atribuido, ya sea a laesfera laboral o a la familiar-domstica a lo largo de aproximadamente 20 aos.2

    2 En primer lugar, se distinguieron dos grandes vertientes y, en segundo, dos tipos de trayectoriascontenidas en los dos grupos principales: 1) Grupo A: aquellas mujeres que han priorizado la vidafamiliar frente al mundo laboral (A.1: aquel subgrupo en el que nunca se ha trabajado de maneraextradomstica o el periodo dedicado a la esfera laboral ha sido mucho menor en aos que el dedicadoal mbito familiar: dos casos; A.2: aquel subgrupo en que es clara la prioridad que se le ha asignadoa la vida familiar pero, a pesar de ello, a lo largo de los aos se han realizado actividades laboraleseventuales, a tiempo parcial, espordicas e incluso filantrpicas; adems, estas actividades siempre sehan considerado, en cuanto al ingreso que generan, como totalmente complementarias de la economafamiliar, o sea, del sueldo del marido: cuatro casos); 2) Grupo B: aquellas mujeres que han buscado msactivamente vincular familia y trabajo (B.1: Se trata de la trayectoria que presenta la mayor continuidad,o sea, se ha trabajado desde antes de casarse y la maternidad no ha implicado interrupciones prolongadaso renuncia al empleo; adems, siempre se ha trabajado en el mismo tipo de ocupacin o, incluso, en lamisma institucin: tres casos; B.2. aquel subgrupo en el que a pesar de que existe la discontinuidad, porhaber cambiado repetidas veces de lugar de trabajo o de tipo de ocupacin, y por haber permanecidoalgunos periodos ms o menos largos sin trabajar, debido fundamentalmente a la maternidad, semanifiesta el inters, y a veces tambin la necesidad econmica, de tener un empleo, ingresos y,tambin, un desarrollo profesional: tres casos).

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    GRFICA 1TIPOLOGA DE MUJERES CONSIDERANDO LA DADA FAMILIA-TRABAJO

    (DOCE MUJERES DE SECTORES MEDIOS DE LA CIUDAD DE MXICO)

    3 Cabe mencionar que debido a que la ENEU no es una encuesta biogrfica se consideraron dosmomentos en el tiempo con la idea de tomar en cuenta la dimensin diacrnica y, por lo tanto, losprocesos a lo largo del tiempo. Lo anterior se sustenta en un concepto demogrfico denominado cohorte

    Siempre trabajaron

    Compatibilizarontrabajo y familia

    Nunca trabajaron

    Privilegiaron familia

    A pesar de que en tres de los cuatro subgrupos de la tipologa haba estadopresente a lo largo del tiempo la vinculacin trabajo-familia (ubicados en lagrfica 1 en las categoras siempre trabajaron, compatibilizaron trabajo yfamilia y privilegiaron familia), mientras en un primer subgrupo se considerabala dedicacin a la esfera familiar-domstica en exclusividad (vase en grfica1 el rubro nunca trabajaron), se reitera que de lo que se trat precisamente fuede hilar ms fino y ver la diversidad y los matices que cada tipo implica, con locual se pretenda dar cuenta de la heterogeneidad interna que contienen lastrayectorias femeninas incluso en universos que, de entrada, son bastantehomogneos.

    El primer ejercicio de combinacin de fuentes de informacin cuali ycuanti lo elaboramos tomando el referido estudio cualitativo (Blanco yPacheco, 2001) y una base de datos con representatividad estadstica para elpas, que es la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU). El camino queencontramos para vincular ambas fuentes fue la construccin de una tipologacon los datos cuantitativos similar y en paralelo a la elaborada previamenteen el estudio cualitativo, con el fin ltimo de dar seguimiento a algunas de lasvariables que caracterizan la vinculacin trabajo-familia de aquellas mujeres desectores medios.3 Al respecto de este primer trabajo, creemos que haber

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    conjuntado un recorte de tipo cuantitativo con los resultados previos del estudiocualitativo fue precisamente lo que hizo posible enriquecer a la vez que reforzarla propuesta de la existencia de la diversidad dentro de la homogeneidad.

    En sntesis, en este primer trabajo llam especialmente la atencin que elconjunto de casos del estudio cualitativo s reflejaba o contena las caractersticasgenerales que presentaba un universo similar extrado de una base de datos queen principio fue estadsticamente representativa, aunque cabe aclarar que en elproceso de creacin de la submuestra inevitablemente se tuvo que aplicarcriterios de seleccin que, finalmente, no permiten considerar ese subuniversocomo estadsticamente representativo. Con todo, se puede decir que algunasvariables que conforman el perfil sociodemogrfico del conjunto de los casoscualitativos encontraron su correlato en el comportamiento similar de lasmismas variables de la submuestra de la ENEU. Adems, no slo las variablesaisladas fueron similares sino incluso fue posible construir una tipologaparecida con las poblaciones de ambas fuentes, lo cual refuerza el supuesto delcontinuum interactivo entre diferentes estrategias de investigacin.

    En un segundo trabajo (Pacheco y Blanco, 2002), sosteniendo el nimoinicial de esta primera aproximacin metodolgica, o sea, la parte operativa decmo utilizar secuencialmente y de manera combinada fuentes de datos que casiinevitablemente siguen siendo clasificadas como polos, buscamos rescatar unaencuesta biogrfica aplicada tiempo despus de nuestro primer esfuerzometodolgico. La Encuesta Demogrfica Retrospectiva (Eder) es la primeraencuesta biogrfica mexicana, representativa a nivel nacional para tres cohortesde edad (las personas nacidas entre 1936-1938, 1951-1953 y 1966-1968), queda seguimiento a la historia de vida de hombres y mujeres, rescatando sobre todotres mbitos: el familiar, el laboral y el migratorio.4

    ficticia, lo cual implica que las mujeres entrevistadas en primer lugar, tiempo despus ya no son lasmismas; sin embargo, el supuesto central es que el segundo grupo de mujeres se comporta como secomportara el primer grupo aos despus. En el caso del primer ejercicio, esto se tradujo en un universode 28 mujeres para 1987 (cuyas edades fluctuaban entre 33 y 35 aos) y 25 mujeres para el ao 1997(cuyas edades fluctuaban entre 43 y 45 aos). Por otra parte, tomamos el criterio de educacin paraubicar a los sectores medios, de tal suerte que toda aquella mujer que hubiese alcanzado al menos unao de universidad formaba parte de nuestro universo de estudio.4 La Eder, en principio, busc conformar un subconjunto de 3 200 casos de la muestra de la EncuestaNacional de Dinmica Demogrfica (Enadid) aplicada en 1997, con la caracterstica de incluir 100casos para cada estado de la repblica mexicana, considerando localidades de menos de 15 000habitantes y localidades de 15 000 o ms habitantes. Cabe aclarar que se tomaron en cuenta tres aoscalendario para cada cohorte porque se quera que sta fuera lo ms homognea posible, por otro lado,todos los eventos registrados en la encuesta son aquellos que corresponden a una duracin de al menosun ao en la vida de los individuos.

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    Con datos seleccionados de la cohorte 1951-1953 de la Eder (24 mujeres) seconstruy la tipologa que se haba utilizado en el primer trabajo, de tal suerteque se observ que el subgrupo que correspondera a las mujeres que habanprivilegiado su vida familiar (cinco mujeres) inclua a las mujeres que tenan unmayor nmero de hijos y haban suspendido su trayectoria laboral al unirse otener hijos; un matiz de este subgrupo fue que dos de las mujeres privilegiaronsu vida familiar en etapas iniciales o intermedias del ciclo de vida, pero almomento de la entrevista se encontraban separadas y trabajando. Dentro de ununiverso aparentemente homogneo, como este primer subgrupo, fue posiblereconocer cierta diversidad interna, incluso algunas trayectorias no siguieron elmodelo tradicional conyugal, sino que presentaban segundas y tercerasnupcias, al igual que periodos prolongados de separacin. Estas evidenciasapuntan ya a una serie de cambios que habra de experimentar en la dcada de1970 este modelo tradicional, que conceba a las mujeres dedicadasprioritariamente a la esfera familiar-domstica, como se ver en los siguientesapartados.

    Un segundo subgrupo representara el opuesto de las mujeres que nuncahaban trabajado, o sea, correspondi a aquellas mujeres que presentantrayectorias laborales continuas (13 mujeres). En este subgrupo se encontraronmujeres casadas, separadas o divorciadas y solteras, por ello se podra decir quese apreci cierta heterogeneidad al interior de una caracterstica comn (noobstante, la mayor proporcin corresponde al grupo de casadas o unidas);tambin cabe mencionar que en este subgrupo se presentaba el mayor nmerode mujeres que no tienen hijos, apuntando tambin al descenso de la fecundidady a su relacin con la creciente participacin de las mujeres en los mercados detrabajo.

    Caractersticas de las trayectorias vitales

    En esta ocasin nos hemos propuesto comparar subgrupos femeninospertenecientes a dos cohortes de mujeres, buscando resaltar en el anlisis laaplicacin de algunos de los principios rectores del enfoque del curso de vida,los cuales apuntan fundamentalmente a la consideracin de lo contextual y dela dimensin diacrnica, por lo tanto, a la importancia de tomar en cuenta losprocesos a lo largo del tiempo en cualquier fenmeno bajo estudio. De estamanera, el objetivo central de este apartado ser contrastar las formas en que se

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    entrelazaron las trayectorias reproductivo-laborales de dos grupos de mujeresnacidas en diferentes momentos histricos, o sea, en las dcadas de 1930 y 1950.Para ello, como ya se ha mencionado, rescatamos informacin de la Edercorrespondiente a las mujeres que nacieron entre 1936-1938 y 1951-1953,algunas en contextos rurales, pero la mayora en contextos urbanos, aunque en1998 ya vivan todas en contextos urbanos.

    Ms especficamente, la seleccin en la Eder se realiz considerando varioscriterios. Primero, a diferencia del ejercicio anterior, con esta misma fuente dedatos (Pacheco y Blanco, 2002), en esta ocasin se consider como criterio deseleccin para aproximarnos a mujeres de clase media el hecho de que los padresde las mujeres hubiesen laborado en actividades no manuales (profesionistas,tcnicos, maestros, oficinistas y vendedores dependientes) y las hijas hubiesenalcanzado algn ao de secundaria. Esta decisin la tomamos despus deconstatar que a partir del criterio de que las mujeres nacidas en la cohorte 1936-1938 tuvieran al menos un ao de universidad, como se hizo con la cohorte dela dcada de 1950, la cohorte ms antigua presentaba muy pocos casos. As, yadesde la seleccin de los universos bajo estudio, resalta claramente la importanciadel principio de tiempo y lugar, puesto que para esta cohorte el acceso de lasmujeres a los niveles de educacin superior, no slo en Mxico sino prcticamenteen todo el mundo, era definitivamente ms una excepcin que una generalidad.Segundo, de los 2 496 casos de hombres y mujeres encuestados se trabaj condos subgrupos de aproximadamente 400 mujeres para cada cohorte y de estossubgrupos se seleccion a las mujeres en localidades urbanas (201 mujeres dela cohorte 1936-1938 y 254 de la cohorte 1951-1953). Por ltimo, de lapoblacin de mujeres urbanas slo 15 mujeres de la cohorte 1936-1938 y 24mujeres de la cohorte 1951-1953 cumplan con las caractersticas de haberalcanzado al menos un nivel de secundaria y que sus padres hubiesen realizadoactividades no manuales.

    Cabe mencionar que, nuevamente, la propia seleccin de los casos en la Edertambin nos remite al tema de la complementariedad entre los estudios de cortecualitativo y los de aproximacin cuantitativa, debido a que en dicha seleccinencontramos mayor diversidad en la informacin cuantitativa y, en ese sentido,estamos ante una mayor variedad de mujeres de sectores medios, lo cual podraaportar elementos al tema de la heterogeneidad al interior de grupos aparentementehomogneos, o puesto de otra manera, es darle visibilidad a lo que en elpromedio se vuelve invisible.

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    Lo que a continuacin se presenta es la exposicin de algunos de losprincipales elementos que caracterizan a las trayectorias vitales consideradas:la escolar, la laboral y tambin las trayectorias conyugal y reproductiva.5

    Por lo que respecta a la trayectoria escolar, de las 12 entrevistadas en elestudio de corte cualitativo diez terminaron una licenciatura. Recordemos queestamos haciendo referencia a mujeres nacidas a principios de la dcada de 1950y este hecho, junto con la pertenencia de clase, apunta directamente al mayoracceso a la educacin, que es una de las caractersticas propias de una clasemedia-media y media-alta, es decir, se trata de mujeres profesionistas que,especialmente en esos aos, constituan una clara minora respecto del contextonacional (Mier y Tern, 1993). El camino seguido desde la primaria hasta elingreso a la licenciatura se realiz de manera continua, aunque se aprecia quea pesar de esta homogeneizacin en la secuencia de esta trayectoria, al iniciarla preparatoria se van desprendiendo casos que representan cursos de vidadiferentes, por ejemplo, la necesidad de obtener ingresos implica dar prioridada una trayectoria laboral temprana en un caso, mientras que la eleccin delmatrimonio y la futura maternidad lleva en dos casos a interrumpir los estudiosde licenciatura y a concentrarse en el mbito privado y domstico.

    Por lo que toca a las mujeres de las dos cohortes extradas de la Eder, paraempezar, es claro que la mayora no alcanza tales niveles educativos. Estadiferencia puede asociarse seguramente a varios factores; en primer lugar, porsupuesto, a los criterios de seleccin de los universos bajo estudio. Para elpresente trabajo, la manera de captar mujeres que pudieran considerarse comode sectores medios en la Eder fue ms amplio y laxo, toda vez que se tom comoelemento bsico el tipo de ocupacin del padre y el nivel de escolaridad de lasentrevistadas. Ya se explic por qu no se pudo tomar como criterio de seleccinpara las mujeres de los aos treinta de la Eder la caracterstica de haber llegadoa la universidad, en pocas palabras, simplemente porque en esos aos en Mxicoera excepcional que las mujeres llegaran a la universidad (Caballero, 2001). As,de la cohorte 1936-1938 solamente dos mujeres alcanzaron el nivel universitario(las cuales presentan trayectorias laborales como contadoras), una buenaproporcin (siete mujeres) alcanz la secundaria o niveles tcnicos de posprimaria(siendo principalmente secretarias o comerciantes) y el resto de las mujeres(seis) estudiaron algn ao de preparatoria o carrera tcnica subprofesional, o

    5 En los dos trabajos anteriores ya mencionados abordamos con mayor detalle el anlisis de lastrayectorias y, en especial, la caracterizacin de las trayectorias de las mujeres entrevistadas en elestudio de corte cualitativo.

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    bien, hicieron carrera normalista. En cambio, de las 24 mujeres de la cohorte1951-1953, nueve alcanzaron estudios universitarios (realizando actividadescomo bilogas, qumicas, arquitectas, profesoras y mdicas), diez slo contabancon estudios de secundaria o tcnico posprimaria (fundamentalmente secretariaso comerciantes) y el resto alcanz algn ao de preparatoria o subprofesional,o bien, complet una carrera normalista.

    Estos resultados nos remiten, entre otras cosas, no slo al contexto histricogeneral, sino tambin a los condicionamientos socialmente asignados a hombresy mujeres; sin embargo, pareciera posible que dichos condicionamientos sepueden matizar cuando se alcanza un cierto nivel educativo, es decir, en estoscasos se aprecia una mayor incidencia de ocupaciones tradicionalmente femeninaspara aquellas mujeres que no alcanzaron el nivel universitario, aunque hay quedecir que en el mbito profesional ha sido tradicional la segregacin por gnero.

    Por lo que toca a la trayectoria laboral, en este momento slo describiremosel inicio de sta; ms adelante, en la presentacin de la tipologa, podrapreciarse cul ha sido el desarrollo que han tenido dichas trayectorias a lo largodel tiempo. Diez de las mujeres entrevistadas en el estudio cualitativo tuvieronsu primer trabajo estable, en promedio, a los 25 aos de edad (correspondientea 1978), una vez concluida la licenciatura. Edad prxima a la edad de entradaal mercado laboral de las mujeres de la cohorte 1951-1953 provenientes de laEder (23.6 aos en promedio), pero muy distante de la edad de inicio de lacohorte 1936-1938 (16.8 aos en promedio). As, si comparamos a la cohortenacida en la dcada de 1930 con la de 1950, vemos que la edad en la cual seempez a trabajar ubica a las mujeres de la cohorte ms antigua en plenaadolescencia, aproximadamente siete aos ms jvenes que la cohorte de losaos cincuenta. Adems, inician su vida laboral en momentos histricos muydiferentes: las mujeres nacidas en los aos treinta comienzan a trabajaraproximadamente a mediados de la dcada de 1950, y las nacidas precisamenteen esos aos comienzan a trabajar por ah de mediados de los setenta; se sabeque estos dos momentos histricos fueron radicalmente diferentes en cuanto ala incorporacin de las mujeres a los mercados de trabajo en Mxico, siendorealmente hasta la dcada de 1970 cuando se present con mayor intensidad laparticipacin econmica femenina (Garca, 1994).

    En cuanto a las trayectorias conyugal y reproductiva, empezando por la edadal matrimonio, el conjunto de las doce entrevistadas se cas en promedio entrelos 24 y los 25 aos (1977-1978), a excepcin de los dos casos que abandonaronla universidad precisamente para casarse y que, por lo tanto, lo hicieron ms

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    jvenes, aproximadamente a los 20 aos, edad ms cercana a la que se haconsignado en estudios sobre poblaciones que nacieron en el primer lustro delos cincuenta (Zavala, 1992; Quilodrn, 2001). Ahora bien, a partir de los datosde la Eder se encuentra que, especficamente para la cohorte de mujeres nacidasentre 1951-1953, la edad promedio a la primera unin fue de 23.6 aos, mientraslas mujeres de la cohorte 1933-1936 se casaron en promedio a los 22.8 aos deedad. Atendiendo a estas cifras, se puede decir que la mayora de las mujeres delestudio cualitativo realiz un matrimonio ligeramente tardo, tal vez ms enconsonancia con un estrato de clase media alta, si se compara con el promedionacional o los resultados de la Eder.

    En cuanto al estado civil, lo que puede apreciarse es la diversificacin desituaciones por estado civil que se dio en el transcurso de la segunda mitad delsiglo XX entre las mujeres cuyos padres realizaron actividades no manuales. Enla cohorte ms antigua casi todas son unidas, solamente una es separada, otra esviuda y una tercera se uni por segunda vez y, finalmente, una de ellas nunca seuni, mientras que entre las mujeres de la cohorte 1951-1953, aunque la mayoratambin son unidas y existe un caso de viudez, tres nunca se unieron y, adems,se presentan casos de segundas, terceras e incluso cuartas nupcias. Esto apunta,como se mencion previamente, a ciertos cambios en la concepcin tradicionalde los roles asignados a las mujeres y al resquebrajamiento del modelo idealde la familia nuclear.

    Por lo que toca a la trayectoria reproductiva, el nacimiento del primer hijopara el conjunto del estudio cualitativo ocurri, en promedio, unos dos aosdespus del matrimonio. Es decir, estas jvenes mujeres profesionistas definales de los aos setenta contaban con la informacin necesaria para controlarsu fecundidad y eligieron cundo y cuntos hijos tener, lo cual puede enmarcarseen el principio del libre albedro. Prueba de ello es que, en promedio, estasmujeres tuvieron dos hijos, cuando la cifra nacional, por ejemplo, para 1980, erade 4.4 hijos por mujer (Zavala, 1992). La fecundidad de dos hijos por mujertambin se presenta en la cohorte 1951-1953 de la Eder, en cambio, cuando seven las cifras correspondientes a las mujeres de la cohorte de los aos treinta,es evidente que sus niveles de fecundidad fueron ms altos, ms encorrespondencia con la poca en que tuvieron sus hijos, al ubicarse en unpromedio de 4.3 hijos por mujer. Tomando en cuenta estos resultados, cabeapuntar una diferencia ms que distingue ambas cohortes, la presencia delfenmeno del hijo nico, por llamarlo de alguna manera. En el conjunto demujeres de la Eder de la cohorte 1951-1953, aproximadamente 25 por ciento

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    tuvo solamente un hijo, aunque la informacin disponible no da pistas de lasrazones que pudieron tener las mujeres para no procrear ms hijos, es notorioel contraste con la cohorte ms vieja donde slo se presenta un caso con un solohijo. Lo mismo podra decirse del hecho de no tener hijos; nuevamente, aunqueno se saben las causas, esta situacin es ms frecuente en la cohorte ms joven.

    Entrelazamiento de trayectorias vitales

    Pasamos ahora al anlisis del entrelazamiento de las trayectorias laboral,conyugal y reproductiva. Entre las entrevistadas del estudio cualitativo, casi almismo tiempo que la mayora estaba ingresando al mercado de trabajo demanera estable se dio el matrimonio, evento que no signific el abandono dela actividad laboral, como parece ser ms frecuente en otros estratossocioeconmicos. No sucedi lo mismo con el ejercicio de la maternidad, todavez que el hecho de tener hijos s influy en la decisin de dejar de trabajardurante algn tiempo. As, la mayora de las que trabajaban dejaron de hacerlodurante un tiempo (por ejemplo, un ao) para poder dedicarse de maneraexclusiva al cuidado del recin nacido; no fue as en todos los casos, puesalgunas slo se tomaron el tiempo estipulado por ley. A diferencia de losresultados obtenidos en el estudio cualitativo, a partir de los datos de la Eder seobserva que ninguna mujer de las cohortes analizadas presenta la caractersticade ingresar al mercado de trabajo casi al mismo tiempo que se une, sino ms bienlo que sucede es que empiezan a trabajar siendo solteras y dejan de trabajar almomento de unirse. Esto sucede, sobre todo, en la cohorte nacida en los aostreinta, toda vez que en la de los cincuenta se diversifican las opciones, porejemplo, hay una mayor proporcin de mujeres con trayectorias laboralescontinuas, tambin hay discontinuidades, e incluso situaciones sui generis,como empezar a trabajar por primera vez en su vida al darse la separacin odivorcio, teniendo hijos an en la escuela primaria. Lo presentado hasta aquapunta al proceso paulatino que se dio en la segunda mitad del siglo XX en tornoa lo cual se entr a aquello que algunos autores llaman la simultaneidad de roleso la interdependencia de las trayectorias vitales fundamentales (ORand yHenretta, 1999). Podramos reiterar que la tipologa de la que partimos en estetrabajo es precisamente una esquematizacin de la interrelacin de roles ytrayectorias vitales tomando en cuenta la dimensin diacrnica.

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    Ahora bien, por lo que respecta a la construccin de una tipologa a partir dela base de datos de la Eder, buscamos, en primer lugar, ubicar a las mujeres quenunca haban trabajado (subgrupo A.1 de la tipologa cualitativa). El resultado,al ubicar a este subgrupo de mujeres, nos remite de manera inmediata a laconstante mencin del incremento de la insercin de mujeres al mercado detrabajo, ya que de la cohorte de mujeres nacidas entre 1951 y 1953 solamentetres de las 24 mujeres seleccionadas, poco ms de la dcima parte, nunca habantrabajado, mientras para la cohorte ms antigua (1936-1938) este grupo seconform de cuatro mujeres de las 15 seleccionadas, es decir, aproximadamenteuna cuarta parte (grfica 2). Estas mujeres tuvieron la caracterstica de no haberalcanzado el nivel de preparatoria, aspecto que tambin nos remite al hecho deque a mayor nivel de escolaridad mayor probabilidad tendrn las mujeres deinsertarse en el mercado de trabajo.

    GRFICA 2TIPOLOGA DE MUJERES CONSIDERANDO LA DADA FAMILIA-TRABAJO

    (MUJERES DE LA ENCUESTA EDER)

    Nunca trabaj

    Privilegi familia

    Cohorte 1936-1939

    Siempre trabaj

    Cohorte 1951-1953

    Nunca trabaj

    Privilegifamilia

    Compatibiliztrabajo-familia

    Siempretrabaj

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    Adems de estudiar los distintos subgrupos de la tipologa, nos preguntamoscmo fue el curso de vida de estas mujeres en trminos de sus trayectorias endistintos mbitos, para ello buscamos confrontar, a manera de ejemplo, untestimonio literal tomado del estudio de corte cualitativo con una descripcinsobre las formas de entrelazamientos de las trayectorias vitales de las mujeresde la Eder, la cual denominaremos relato ficticio.6 De antemano sabemos quelas personas no relataran su vida de manera tan sinttica, pero creemos quecomo todo dato sntesis puede aportarnos elementos para la comprensin delas formas de entrelazamiento. Por otra parte, con la presentacin de untestimonio extrado del estudio de corte cualitativo buscamos en cierto sentidootro dato sntesis, dar voz a las mujeres en cuanto a la forma en que ellasestaran expresando su pertenencia al subgrupo de la tipologa:

    Si fuera por lo que uno quisiera programar, yo hubiera programado terminar micarrera y trabajar, pero es algo que te toca, no? O sea, cambian las cosas, de repenteas salieron y bueno... la casa, todo lo que implica, te esclavizas ms con la casa quecon los hijos (casada, ama de casa en exclusividad, tres hijos) (Blanco, 2002: 472).Nac en 1953, al ao de nacida migramos del campo a esta ciudad, entr a la escuelaa los seis aos, al terminar la primaria hice un ao de secundaria, pero me sal y entra estudiar una carrera tcnica corta. Cuando tena 15 aos mi pap controlaba unalmacn, a los 17 aos me sal de casa de mi madre y a los 18 aos me cas. Un aodespus tuve a mi primer hijo y enseguida tuve otros tres hijos... Nunca he trabajadofuera de casa, me he dedicado a mi familia... En este momento tengo 46 aos y mishijos siguen viviendo con nosotros (relato ficticio de una mujer de la cohorte 1951-1953, vase el segundo caso del diagrama correspondiente a esta cohorte).

    Dado que estamos comparando dos subcohortes, podemos rescatar elprincipio de tiempo y lugar del enfoque del curso de vida. En este sentidosurge una primera pregunta: los momentos histricos diferentes propiciaronentrelazamientos distintos en este subgrupo de mujeres que nunca trabajaron?Pues bien, a partir de la informacin con que contamos pareciera que el nuncahaber trabajado estructura trayectorias de vida muy similares, a pesar de queel curso de vida de este tipo de mujeres se ubic en momentos histricosdiferentes por pertenecer a dos cohortes. Una caracterstica que s destaca es, por

    6 Inspiradas en la idea de cohorte ficticia de la demografa, denominaremos relato ficticio a una brevedescripcin del curso de vida de las mujeres a partir del esquema del entrelazamiento de las trayectoriasvitales; esto es as porque la EDER es una encuesta biogrfica que no contiene un relato sobre la historiade vida, pero tomando la informacin tal como lo reflejan los diagramas se intent dar voz a laspersonas entrevistadas. Cabe hacer mencin que usamos el trmino relato ficticio conscientes de queninguna persona relata su vida de manera tan esquemtica como se podr ver a continuacin.

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    un lado, que la cohorte nacida a inicios de los cincuenta presenta un ligerodescenso en su fecundidad frente a la cohorte ms antigua pero, por otro lado,los hijos permanecen ms tiempo en el hogar de sus padres frente a la cohortems antigua, lo cual probablemente sugiere que las mujeres estaran dedicandoms tiempo al mbito familiar-domstico.

    Un segundo subgrupo correspondera a las mujeres que han privilegiado suvida familiar: seis de las quince mujeres correspondientes a la cohorte1936-1938 y cuatro de la cohorte 1951-1953 de la Eder (grfica 2). Estaagrupacin sera una aproximacin al subgrupo A.2 de la tipologa cualitativa.Este subgrupo incluye a las mujeres que tienen ligeramente menos hijos que elsubgrupo anterior, pero se caracteriza porque suspendieron su trayectorialaboral al unirse o tener hijos; en especial, la duracin de sus trayectoriaslaborales es menor a la de los subgrupos que revisaremos posteriormente. Unmatiz de este subgrupo es que una de las mujeres de la cohorte ms joven(1951-1953) privilegi su vida familiar en etapas iniciales o intermedias delciclo de vida, pero al momento de la entrevista se encontraba trabajando. Ahoranos preguntamos sobre cmo fueron los cursos de vida de estas mujeres y cmolas mujeres entrevistadas en el estudio de corte cualitativo podran estarexpresando su pertenencia a este segundo subgrupo de la tipologa:

    Tu prioridad es tu familia, tus hijos, pero sin dejar a un lado el trabajo, entonces yosiempre he tratado de adecuar el trabajo, o sea, las horas que puedo trabajar pero sinque afecte el tiempo dedicado a mis hijos... S, primero la familia, pero sin dejar dehacer algo de trabajo (casada, licenciatura en ciencias sociales, dos hijos) (Blanco,2002: 472).Nac en 1938, entr a la escuela a los seis aos de edad, a los quince aos ya estabacursando mi primer ao de preparatoria; justo en ese momento mi pap eraadministrativo en transportes y mi mam se dedicaba al cuidado de enfermos (perono era enfermera). En el ltimo ao de preparatoria comenc a trabajar, al mismotiempo estudiaba la carrera de contadora. Un ao antes de terminar la carrera mecas, y aunque segu estudiando un ao ms, deje el trabajo pues tambin naci miprimera hija, tuve otros cinco hijos varones y a los treinta aos me divorcie; un aodespus inicie otra unin que contina hasta la fecha y de la cual tuve otros cincohijos. Desde que me cas por primera vez no trabajo, actualmente tengo 60 aos yvivo con mi esposo y tres de mis hijos (relato ficticio de una mujer de la cohorte 1936-1938, vase el noveno caso del diagrama correspondiente a esta cohorte).

    En este segundo subgrupo de la tipologa se aprecia una mayor heterogeneidadal interior de cada subcohorte y entre subcohortes. Por otro lado, retomando el

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    principio de tiempo y lugar se observa, por ejemplo, el fenmeno de una mayormigracin, especialmente en las dcadas de 1960 y 1970 (dicho fenmeno serepresenta con la figura de una gaviota en el diagrama). Tambin podemos verel recorrimiento de dos aos en la entrada al mercado de trabajo entre unacohorte y otra, no obstante, el ingreso se daba todava a edades bastante jvenes(en promedio, entre 16 y 18 aos de edad para cada cohorte respectivamente).La heterogeneidad tambin se refleja en el nmero de aos trabajados que vandesde uno hasta 17 aos. Por ltimo, se observa la fuerte diferencia entre lafecundidad de la cohorte ms antigua y la cohorte 1951-1953. Ahora bien, encuanto a las similitudes, quisiramos retomar tanto el concepto de transicincomo la idea del timing, puesto que para este subgrupo es claro que la salida delmercado de trabajo se vincula especficamente al evento de haberse iniciado unaunin consensual en ambas cohortes.

    Un tercer subgrupo lo constituira la aproximacin al subgrupo B.1 de latipologa cualitativa, y representara el opuesto de las mujeres que nuncatrabajaron, o sea, corresponde a aquellas que presentan trayectorias laboralescontinuas: cinco mujeres de las quince correspondientes a la primera cohorte yonce mujeres de las 24 mujeres de la cohorte 1951-1953 (grfica 2). En estesubgrupo se encuentran mujeres casadas, separadas o divorciadas y solteras, porello se podra decir que se aprecia claramente la heterogeneidad al interior deuna caracterstica comn, aunque la mayor proporcin corresponde al grupo decasadas o unidas; en este subgrupo se presenta las mujeres que no tienen hijos.Destaca el hecho de que el nmero de aos trabajados se ubica entre 24 y 34 aosde actividad econmica continua (comparando las dos cohortes a los 45 aos deedad), siendo ste el periodo ms largo del conjunto. Ahora bien, cmo es sucurso de vida y qu diferencia una cohorte de otra?:

    Para m se me hacen muy importantes las dos reas (familia y trabajo), siento quesiempre he tratado de combinarlas, haciendo que las dos reas estn lo ms cercaposible. Yo he trabajado toda la vida, nunca he dejado de trabajar, ni cuando nacieronmis hijas. Adems, el trabajar siempre ha sido una necesidad por la cuestineconmica; por ejemplo, cuando mis hijas nacieron ni siquiera me pude cuestionardejar de trabajar (divorciada, licenciatura y especialidad en el rea de cienciassociales, dos hijas) (Blanco, 2002: 474).Nac en 1938, entr a la escuela a los siete aos de edad. Mi pap era maestro, as quea los 16 aos entr a la normal y a los 19 ya estaba trabajando como maestra deprimaria. Fue hasta los 24 aos que me cas, y a los 25 aos tuve a mi primer hijo,dos aos despus al segundo, y despus de otros dos aos tuve una hija; finalmente,

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    cuatro aos despus tuve a mi tercer hijo ... Despus de 32 aos de trabajo me jubila los 51 aos, recin haba salido de la casa mi primer hijo. Actualmente sigo casada,tengo 61 aos y todava vive con nosotros mi segundo hijo, quien ya tiene 35 aosde edad (relato ficticio de una mujer de la cohorte 1936-1938, vase el treceavo casodel diagrama correspondiente a esta cohorte).

    En especial, en este tercer subgrupo se aprecia una gran heterogeneidad alinterior de las cohortes, por ejemplo, trabajan antes de unirse, aunque se unense insertan posteriormente al trabajo, o bien, nunca se unen y trabajan de maneracontinua o se unen hasta los 58 aos de edad; a la vez estn desde las que notienen hijos hasta las que tienen cuatro hijos. Este aspecto nos hace rescatar laidea de cmo el momento en la vida de una persona en el cual sucede un eventopuede repercutir de manera muy diferente en distintas esferas o dominios de lavida de los individuos, a diferencia de lo que aconteca en el subgrupo anterior,en el que al realizar la transicin a la unin salan del mercado de trabajo. Lassimilitudes entre las cohortes se presentan en la lnea de la educacin, son estasmujeres las que en promedio presentan ms aos de escolaridad y a la vez sonlas que presentan carreras laborales continuas (caracterstica de este subgrupoen la tipologa).

    Un cuarto subgrupo corresponde a las mujeres que, aunque han trabajado demanera intermitente, han privilegiado las labores extradomsticas frente a lasdomsticas: ninguna en la primera cohorte y seis en la cohorte de 1951-1953(grfica 2). Esta sera una aproximacin del subgrupo B.2 de la tipologacualitativa. Una de las diferencias bsicas frente al grupo anterior radica en elnmero de aos trabajados, ya que el rango se encuentra en el intervalo de 14a 24 aos, con discontinuidades laborales de menos de cuatro aos y con lacaracterstica de que la edad al primer trabajo es mayor que en el caso previo.Ahora nos preguntamos cmo han sido las vidas de estas mujeres:

    Yo he seguido un camino muy tortuoso, estaba un poco como indecisa hacia dndeir, o sea, por un lado estaba la cuestin de si realmente lo acadmico era lo mo, o silo que me convena hacer era tener un trabajo de medio tiempo, casarme y hacer loque hacen muchas mujeres profesionistas, o sea, que no trabajo no interfiera con susobligaciones como mujer. Finalmente, y a pesar de algunas crisis, siempre hetrabajado en muchas cosas y a veces muy diferentes, desde escribiendo programaspara la televisin hasta laboratorios de investigacin y otras cosas (casada, licenciaturaen el rea de fsico-matemticas y maestra en el rea de ciencias sociales, dos hijos)(Blanco, 2002: 474).

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    Trabajo y famil ia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes.. . /M. Blanco y E. Pacheco

    Nac en 1952, al ao ya habamos migrado con mis padres, estudi toda la primaria,pero en ese momento tuvimos que migrar y dej de estudiar. Dos aos despus (tena14 aos) ya me haba unido, pero segua viviendo con mis padres quienes eranprofesionistas (abogado y directora en el sector pblico). Dur ocho aos en larelacin y tuve tres hijos, un ao despus de que haba nacido mi ltimo hijo mesepar, reinicie mis estudios, primero secundaria y despus hice cuatro aos de unacarrera tcnica, al iniciar la carrera tcnica empec a trabajar de enfermera, un aodespus sal de casa de mis padres (a los 25 aos), solo un ao despus migr, en esteproceso segu trabajando. Actualmente sigo sin casarme, mis tres hijos ya no vivenconmigo y tengo 47 aos (relato ficticio de una mujer de la cohorte 1951-1953, vaseel onceavo caso del diagrama correspondiente a esta cohorte).

    Este ltimo subgrupo de la tipologa, que slo corresponde a la cohorte1951-1953, tambin muestra diversidad, por ejemplo, una mujer despus decinco aos de unida entr a trabajar y a la vez tuvo su primer hijo; en otro casola mujer se uni un tiempo y despus de separarse empez a trabajar, o bien, unode los casos nos remite al concepto de turning point. Es decir, para este ltimosubgrupo queremos ilustrar dicho principio del curso de vida con el hecho de queun evento como la muerte del cnyuge cambia el curso de vida de una mujerperteneciente a este subgrupo, puesto que el evento hace que tiempo despus lamujer se inserte en el mercado de trabajo.

    Por ltimo, a dos de las mujeres de la submuestra de la cohorte 1951-1953fue imposible ubicarlas dentro de la tipologa, dado que son mujeres solteras ysin hijos, en consecuencia, tampoco es posible discutir el entrelazamiento de sudada familia-trabajo. No obstante, todo parece indicar que estas mujeresprivilegiaron la familia de origen, pasando gran parte de su vida con sus padreshasta que estos murieron, incluso una de ellas estudi en la universidad, pero sutrayectoria laboral slo tiene una duracin de doce aos con cierta discontinuidad.

    En trminos generales, en cuanto a la construccin de la tipologa, podemosdecir que para la cohorte 1936-1938 (quince mujeres) se presentan doscomportamientos opuestos, predominando el que representa los rolestradicionalmente asignados a las mujeres, es decir, el de nunca haber trabajadoo el de haber privilegiado a la familia (cuatro y seis casos, respectivamente) y,con menor presencia, la situacin de haber trabajado de manera continua (cincocasos); incluso no encontramos ningn caso en el subgrupo que representa labsqueda por compatibilizar las esferas domstica y extradomstica. Para lasmujeres de la cohorte 1951-1953 se muestra claramente cmo el hecho de habercompartido otro momento histrico se expresa en un cambio en los roles

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    socialmente asignados por gnero; en este caso once de las 24 mujeres, cerca dela mitad, se ubican en el subgrupo correspondiente al trabajo continuo, a la vezque se presenta un patrn ms heterogneo, reducindose el nmero de casosque corresponden al subgrupo de nunca haber trabajado (tres casos), o bien,haber privilegiado a la familia (cuatro casos), y se manifiesta claramente labsqueda por compatibilizar el trabajo domstico y extradomstico (seis casos).Finalmente, cabe mencionar que de manera esquemtica este resultado se puedeapreciar claramente en la grfica 2.

    Consideraciones finales

    Al inicio del artculo sealamos un doble propsito que, puede decirse, se centrao proviene de la bsqueda de la combinacin de mltiples elementos que en lasciencias sociales muchas veces se han planteado como pares dicotmicosantagnicos, aunque esta posicin, afortunadamente, es cada vez menos frecuente.As, en este texto buscamos abordar no slo la combinacin ms obvia yexplcita, la de las fuentes de datos, sino tambin, y tal vez sobre todo, lapropuesta al estilo Wright Mills (1959, 1981) de considerar la interrelacinbiografa/historia/sociedad. El enfoque terico-metodolgico del curso de vidaretoma este tipo de propuesta (o de promesa, como se titula el primer captulode la citada obra de Mills) al darle preeminencia al estudio de las trayectoriasvitales (individuales y colectivas) a lo largo del tiempo y en contextos socialese histricos en constante cambio. Por ello, en este artculo hemos tratado decombinar no slo lo cuali-cuanti de las fuentes de informacin sino lo micro-macro de lo individual y lo colectivo, tomando en cuenta desde los relatos onarrativas individuales hasta el comportamiento de las subcohortes. Es apenasun primer intento ms bien descriptivo pero que, seguramente, dar para muchoms.

    En sntesis, entonces, la idea general fue, parafraseando a Glen Elder ycoautores, reflejar la naturaleza temporal de las vidas individuales y colectivasy captar la idea de movimiento a lo largo de los tiempos histricos y biogrficos.De ah la comparacin entre dos cohortes o generaciones, o ms propiamente,entre subcohortes, ya que en realidad se trata de grupos bastante especficospuesto que responden a una serie de criterios de seleccin como se explic enel texto. Por lo que toca ms especficamente a la comparacin entre lassubcohortes, podemos decir que en el caso de la generacin que naci entre 1936

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    y 1938 pueden apreciarse dos comportamientos opuestos. Por un lado, predominael modelo que representa a los roles tradicionalmente asignados a las mujeres,es decir, el de nunca haber trabajado o el de haber privilegiado a la familia frenteal trabajo extra-domstico y, por otro lado, aunque con menor presencia, sepresenta la situacin de haber trabajado de manera continua. Para las mujeresde la subcohorte 1951-1953, se muestra cmo el haber estado ubicadas en otromomento histrico se expresa en un cambio en los roles socialmente asignadospor gnero; de esta manera, cerca de la mitad se ubica en el subgrupo de latipologa correspondiente a una trayectoria laboral continua. Tambin sepresenta un patrn ms heterogneo en la dada familia-trabajo, reducindoseel nmero de casos que corresponderan al subgrupo de nunca haber trabajado,o bien, haber privilegiado a la familia y, por ltimo, se manifiesta claramentela bsqueda por compatibilizar el trabajo domstico y el extradomstico.

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