SOCIEDAD NACIONAL DE ' MINERIA

ESTUDIO ·JEOLÓJICO

D · E HIDROLÓJICO EN LAS

PROVINCIAS DE TACNA I ARICA

POR

"AUGUSTO ORREGO CORTES Injeniero de Minas

SANTIAGO DE CHILE SOCo IMPRENTA y i LlTOGRAFIA UNIVERSO

. HUtRFANOS. 10S6 -

1910

SOCIEDAD NACIONAL DE MINERIA

ESTUDIO JEOLÓJICO

o E HIDROLÓJICO EN LAS

PROVINCIAS DE TACNA I ARICA

POR

AUGUSTO ORREGO CORTES Injeniero de Minas

SANTIAGO DE CHILE SOCo IMPRENTA y LlTOGRAFIA UNIVERSO

HUÉRFANOS, 1036

1910

ESTUDIO JEou5JICO E HIDROLÓJICO en las provincias de Tacna i Arica

§ l.-LA PAMPA DE TAONA 1 ARrUA

La llanura comprendida entre el Morro de Arica, por el Sur, i la Pun­-ta de Sama, por el N arte, que llega hasta el mar, por el Oeste, i que se estiende hasta el estremo del valle de Tacna, por el Este, abarca una grande estension.

Desde Arica hasta el punto opuesto de la bahía, hai una distancia de cerca de cincuenta kilómetros; desde Tacna hasta las playas marítimas en línea recta, hai treinta i seis; i desde esta ciudad hasta el límite del valle, en Calientes i San Francisco, veinticuatro kilómetros.

La parte mas estensa de esta zona comprende una superficie de 90 mil hectáreas.

La seccion siguiente, hasta enfrentar a Tacna, tiene una superficie de 12.000 hectáreas. En esta parte, el valle no tiene mas de 7 ~ kilómetros .(le anchura, Desde Tacna, hasta 9 kilómetros al Oriente, este ancho dis­minuye hasta 5 kilómetros, i esta parte no abarca mas de 4,500 hec­

táreas. ::\las adelante, el valle se angosta mas i mas hasta llegar a una an­

chura media de 3 kilómetros, con igual superficie de 4,500 hectáreas.

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-2-

La ~unm ele esta" :íreas da mas o ménof' unas 111 hectáreas. Aunque estas medidas no son rigurosamente exactas, son sin embargo,

bastante aproximadas, como puede yerse en el plano que se acompaüa a este informe: que ha sido levant ado por el injeniero de esta sub-comision don J erar(lo Fontecilla.

To<1o este terreno es ele formacion relatiyamente moderna, i se halla compuesto de los detritus i acarreos (Iue tienen sU~Ol'í.ien en los cerros qne limitan la Pampa i en las quebrac1as~(lue en ella desembocan. Estas se prolongan hasta la CorJillera en número de once: i cortan el terreno de arriba abajo; i por cllas han sido arrastraJas esas enormes masas de sedi­mentos i cantos rod:ulos de toda especic (Iue forman el subsuelo de la lla­nura.

Como la casi totalidad ele las quebradas se halla formaJa por cerros traq uíticos, i como son Je tra<iuita toJos los que limitan la Pampa, el des­gastc (le estas rocas, o sea el polvo traqnítico, constituye en su mayor parte la superficie de ese terreno.

Para estudiarlo bajo el punto de vista del regadío, conviene di,-idirlo en secciones, en el mismo <Írden en quc ha sido re'corrido, o sea en la for­ma siguiente:

1.0 Desde Tacna a la quebrada del Molle, 10 kilómetros; 2. ° Desde Tacna a Hospicio, 21 kilómetros; 3.° Desde Hospicio a Lagunillas, 17 kilómetros; 4.° Desde Hospicio a las Salinas, 4: kilómetros; .1.° Desde Hospicio a la Yaraela, 24 kilómetros; 6.° Desde Lagunillas a'la Yarada, 1!l kilómetros; 7.° Desde Lagunillas"a la quebrada de Lluta, lR kilómetros; R o Desde la Yarada a Punta de Samfl, 11 kilómetros; 9.° Desde la Yarada a Tacna, 3R kilómetros. Las (lÍstancias dadas llO son matemáticas, pero se hallan muí aproxi­

madas a la verJad. A continuacion me ocuparé separadamente del estudio de estas distin­

tas rejiones.

1

§ l. DESDE TAC~A A LA QUEBRADA DEL MOLLE

Desde rracna a la desembocadura de la quebrada El Molle, se pasa primero por la estremicla(l (le un cerro de traquita llamada Punta de Arunta. Hasta mui cerca de ella llega el cultivo, pero el espacio estéril que existe entre la línea de actual vejetacion i dicha Punta, es cultivable.

-:)-

Pasada la Punta, entre ésta i el cerro (iue signe, JW.i UJla superficie plana que tiene mas de 400 hectúreas, (ine tamlJien ~nll cultivables, (iue su­madas con los terrenos ~lnte8 indicados, pueden llegar a 600 hecütrea<

Il

§ :¿. DESDE TAGNA AL HOSPICIO

Si se sale de Tacna en direccion al Hospicio, no tarda en (lejarse atras la línea de vejetacion. A la vez aumenta el número (le guijarros, que concluyen pOI' formal' una gruesa capa de cantos rodados, como pue­de verse en los cortes de la gran curva que hace allí la línea férrea, que tienen mas de /± metros verticales. Estos acarreos ocupan por ese lado gran parte del valle.

, Los cultivos forman, salien(lo de Tacna en (lireccion al mar, una lí­nea curva que avanza considerablemente mas por el lado (lerecho, o sea por el Norte, que por el de la izquierrla.

Mas allá de esa línea, i en direccion a la costa hai tambien terrenos culti vables que pO(1rian facilmente regarse, en Ulla estension aproxima~la

de 400 a 600 hectáreas. La muestra número 1 de tierra ha sido sacada de un lugar ({ue se

halla entre la Punta de A1'nnta i PaTa chico, i que se en,cuentra, como los demas, señalado en el plano. La altura de ese punto sobre el mar es de 450 metros.

La llanura pedregosa sigue despues en descenso. En la milla 10 de la línea férrea, su altura es de 300 metros.

Cuatro kilómetros mas allá se encuelltra, a la izquierda, la Punta Blanca. Desde la milla 10, la piedra snelta disminuye consiclerablemente i la arena aumenta. En la milla 12 la altura de ese punto sobre el mar es de 225 metl'OS.

Entre Punta Blanca i la de Magollo, que se halla en el lado opuesto del llano, a la derecha, el terreno es mui arenoso. La arena cubre allí en todas partes el terreno de acarreo. Al pie de la Punta Blanca el bar()metro marca 195 metros lle altura sobre el mar.

Un cauce seco, ancho i pedregoso, que circunda la punta de Anmta i que se reune mas allá con otro que viene de la <luebrada del Molle, sigue paralelamente la gran curva del ferrocarril, pasa cerca ele la Punta Blanca, i cruza la Pampa en direccion al mar a 2 o 3 kilómetros a la derecha de Hospicio.

Desde Punta Blanca a Hospicio, todo el trayecto es de médanos casi inútiles para el cultivo.

- ±-

III i 1\'

§ :3. DESDE EL HOSPICIO A LAS ~ALI~AS I LAGüNITA~

A una legua frente al Hospicio, en las faldas de 10:-' cerros (Iue limi­tan la Pampa por ese la(lo, hai capas de sal, que se han esplotado úntes de ahora. Las hai tambien distrihuidas en casi toda s esas falda:-;, pero no to­das son regulares ni se prestan a una esplotacion industrial. Todo ese tra­yecto (de Hospicio a las Salinas), es arenoso.

De Hospicio a Laglluitas, tambien lo es. A tres kilómetros de aquel pllnto encontré traquita ro--ada, i cerca de allí capas (le :20 centímetros de espesor, de arenif-ca sala(la. Debajo (le ella habia arena. E"to mIsmo :-.e repite en numerosos puntos ele la Pampa.

Cerca <1e Lagullitas, c¡lsi a la orilla del mar, hai una pequeHa esteu­sion de terreno de buena calidad; pero a medida que uno se aproxima a la cosh, aumentan las arenas i se forman pequeños montículos de la misma, i \'erdaderos médanos. Sin embargo, la humedad de la atmós­fera i aun la del terreno mismo, hace brotar e11 toda la costa, hasta cierta distancia hácia el interior, numerosas plantas rastrera::;, que crecen tiO bre la arena.

En los cauces secos, pedregosos i arenosos, brotan tambien algu­nas plantas, pero de otro jénero; así he visto frente al Hospicio, un al­godonero, qUA, aunque desmedrado i pálido, tenia entre sus hojas capu­llos pequeños de algodono En otros cauces 8em~jantes he visto higueri­llas, i en casi todos, plantas de molle, conocido en Chile con el nombre de pimiento. 'fodo esto prueba que debajo hai una capa de agua, como se verá por lo que tendré ocasion de decir mas adelante cuando me ocupe de esta materia.

En Lagunitas se encuentra el agua dulce a un metro de la superfi­CIe, segun pude yer en una escavacion hecha a 200 metros de la playa.

v

§ 4. ENTRE HOSPICIO 1 LA YARADA

Tambien reconocí el terreno entre el Hospicio i la Yarada. En ese camino todo el terreno es arenoso; en muchos puntos tiene sal, i en otros alguna arcilla.

Tomé muestra de un punto intermediario.

-1)-

Al acercarse él la Ya rada aumentan la~ arenasi aparecen la~ du­nas! todas casi cubiertas en la parte superior con algunas plaÍlta~ acha­parradas.

VI

Entre Lagunitas i Yarada el mejor camino es la playa, porq ue los espesos médanos i numerosas dunas de mas al interior hacen por ese la­do el trayecto mui lento i muí penoso. Sobre esas cllll1a~, q lle casi no me­recen ese nombre, porqlJe son sólo pequeños montículos alongados de arena de cuatro aseis metros l~e diámetro, se han estable8ido plantas que las cubren i que producen por esta razon un efecto estraño. Desd e mu­cho ántes de llegar al término del viaje se di visan las palmeras i otros árboles que creceil en la Yarada . EI:)t.e nombre deriva de una planta denominada yara, que abundaba c1ntes en e~e lugar.

Como a 200 o 300 metros de la playa se hallan en ese punto 101:)

restos de un antiguo plantío, i algunas habitaciones que constituyen lo que se conoce con el nombre de Yarada.

El terreno que rodea este lugar i que es mui bueno, alcanza talvez a 150 hectáreas. Se halla rodeado de otro tanto de terreno arenoso, i después, de dunas, médanos, i arenas saladd,s.

Hai cerca de allí una especie de cauce seco en que existe una maquinaria de pozo artesiano, que me aseguran haberse labrado hasta 150 metros de hondura.

A unos 200 metros escasos del pozo, en direcc¡on a la playa, existe una escavacion rectaq,gular de 10 metros de largo por cinco o seis de ancho, con una hondura de un metro i 25 centímetros. Allí pue­den verse las siguientes formaciones:

0,05 de arenas i conchas.

0,25 de sal con algo de arena .

0,70 de igual formacion .

~-.-0,15 de arcilla.

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0,10 de conchas.

Sigue para abajo otra capa de conchas.

-G-

Cerca de las casas de la tarada hai ot ra esca vaeion dc tres metros de profundidad con agua dulce.

En el trayecto C'omprenJiJ() entre la Yarada i Lagunillas lwi él,

igual distancia de la playa, dos pozos con agua de buena calidad a la misma hondura.

.). E~l'RE LAUUNITAS 1 LLL'l'A

El trayecto entre Lagunitas i la desem IJocad ura de la q uel)1'ada del L1 uta, hasta llegar cerea de este punto. es j olIo de m{Odanos i dunas de arena.

Pero tintes de llegar al valle existe una llanura unida de cascajo fino azulejo en (l11e habrá tal vez más de 200 hectáreas, i que convendria reconocer. porq ue parece ::;er de buen terreno. PasaJo 01 rio, vuel ve a aparecer este terreno a la entraua del valle; pero tanto en uno como en otro punto, no hai manifestacion alguna de fIue se haya intent ado cultivarlos, ni restos de planta::; de ninguna especie.

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§ 6. ENHE LA YA RADA 1 PUKl'A DE SAMA

Al salir de la Yarada en d¡reccion al estremo de la bahía, por ese lado, hasta la punta rocosa que allí se encuentra, denominada PnntiL de f:-)ama, se atraviesa primero una superficie de conchas i arenas sala­das, i uespues ll1l'danos espesos hasta llegar al punto indicado.

Los cerros que se hallan allí son de rocas enteramente distintas de las tra(Iuitas que limitan el llano por toJas partes. Se componen Jo una especie de pórfido j de rocas (lue no son otra cosa que margas are­náceas metamorfizadas, a veces mui ferrlljinosas.

A unos cuantos kilómetros en direccion a Tacna estas rocas se yen sustituidas por las traquitas que allí aparecell i circundan tam­bien 01 llano por esa parte.

E~a formacion eruptiva no puede ménos de relacionarse con la que existe en el lado opuesto dc la bahía, en Arica, i que constituye el Morro i demás cerros (Iue limitan la ribera por el bUl'.

IX

El camino que condl1ceue la Yaraua a Tacna, atraviesa primero laK arenas saladas que roJean aquel punt) i Jespues el trayecto com­puesto ue arenas, casca:io i arcillas que se estiende hasta llegar a los primeros cultivos que se encuentran a una tres leguas úntes ue llegar a esa ciuuau. Hai puntos sumamente arenosos, sobre toJo los (1 ue se hallan a la izquierda en la proximiuad de las lomas tra(luíticas.

He sacado UOS muestraH <1e tIerras en la Yarada i dos en este h·ayedo.

En algunos puntos la arena se halla mezclada ('on sal; en otros con sulfato de soda.

Descle la punta de Magollo adelante empiezan a verse restos de antiguos campos de culti vo, con Ulla estensioll de unas 400 a ;jOll hec­tárea:::;, preparados para el riego, pero actualmente est{>riles.

§ - LAS l'HIl\lBAN

Lláman:::;e así unos cnanto:::; lote:::; de terrenos ;-,ituadus a la orilla del mar, en las cercanías de Arica, i perfectamente cultivados. Frente a esa parte uesemooca el valle de Azapa. Entre la barranca en que ter­mina i el mar, hai comu término medio una distancia de unos 200 a ¡)OO metros. ocupada por terrenos bajos, ~í.ntes fangosos. i convert](1os aho­ra por medio del rlrenaJr en productivo verjel.

El agua subterránea que viene del valle, brota i se echa al mal' en el malecon mlsmo de Arica, a un metro de la superficie. Lo mismo pa­sa mas al norte, frente a las Chimbas, en donde existian antiguamente pantanos insalubres actualmente disecados.

El cróquis que a continuacion se copia manifiesta la disposicion de los trabajos ue Ulla chimba.

Tomo como tipo nna de dos hectáreas de uon Isidol'o Hiuro, hábil cultivador del norte de Italia.

Inmediatamente al pie de la oarranca se ha abierto una zanja de donde brota el agua desue un metro i medio de hondura; la que se conduce a un pm>;o de unos cuatrocientos metros cúbicos de capacidad. U na acequia reci be el agua de este estanque i la distribuye en toda la propiedad.

A dicho depósito va tambien el agua estraiua por una boml)a E,

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movida por un molino de viellto, i (lue la es trae de uno i medio metro de hondura por un tubo de 6 pulgadas, (lue la conduce hast<1 el estan­que A. Este pozo está en coneccion con otro subterráneo, que recibe por drenaje el agua de todo ese espacio de terreno, por medio de los cana­les, igualmente subterráneos, c. s.

El molino tiene unos 7 a 8 caballos Je fuerza i se mueve durante seis a siete horas al dia.

Toda el agua estraida durante ese tiempo V<1 al estanque A. Des­pues, cuando no hai viento, el agua se escurre hasta el mar por el ca­nal de drenaje D.

Por este sistema se cultivan las Uhimbas con toda clase de legum­bres, i aunque los salarios que allí se pag<111 son cmos (SO a !)O pesos mensuales, ademas de la alimentacion) i el número de operarios consi­derable, pues no baja de seis a siete por hectárea, sin emLargo, el pro­ducido de ese terreno es escepcional, pueE> su be de CU<1tro mil pesos anuales por hectárea como utilidad.

El número de chim bas alcanza a ocho, i su su perfici(~ total (!s de cerca de treinta hectáreas.

§ 8. C01UPOSICION DE LA PA:\IPA

Los elementos (lue constituyen 1<1 parte superficial ele la Pampa, son no sólo cantos rodados graníticos, feldspáticos o piroxénicos, aca­rreados desde el interior por la serie de quelJradas que desembocan en la llanura, sino tmnbien la enorme cantidad de tierra traquítica provenient.e de los cerros de esta naturaleza que la rodean.

Estas tierras se descomponen por el aire húmedo i producen are­nas silíceas, arcillas i otras sales. Las traquitas son silicatos de alumina, cal, soda i algo de potasa, i como el ácido carbónico conteni­do en el aire ataca a la larga todos los silicatos, aun las piroxenas, micas i anfíbolas, con mucha mayor facilidad descompone aquellas ro­cas, produciéndose carbonatos alcalinos i de cal, i arcilla hidrat<1da. Los granos de cuarzo contenidos en la traquita forman gran p<1rte de las arenas mas o ménos gruesas que se observan en la Pampa.

La accion del aire húmedo i la variacioll de la temperatura contri­buyen no sólo a redondear las aristas de las rocas mas sólidas, sino tambien a desagregadas i pul verizarlas.

Este interesante fenómeno se verifica dia a dia im'lensiblemente en todas partes, formándose así los elementos de las tierras cultiva­bles. Por ejemplo, en la desembocadura de l<1s quebradas de Higuera-

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ni i Covam, en una llanura que tiene unos cua t. ro ki16metros de super­ncie, existen innumerables cantos rodados, principalmente t,rozos re­dondeados de esa especie de p6rfido cuarzoso que pasa facilmente al estado de traquit.a cuarzosa, cuyas ernpciones apal~ecen en t?das par­t.es, desde el gran macizo de Huailillas hasta las vecindades del valle, i puede observárselas en las quebradas de Lluta, así como en las de Higuerani i Chuschuco.

Pues bien, innumerables de esos bloques , que tienen· hasta un me­t ro i mas de diámetro, aparecen desgastados interiormente, i a veces completamente huecos, quedando como restos de la primitiva roca, un cascaron casi esférico i un pequeño montan c6nico de polvo, compues-: to de arcilla i granos de cuarzo. '

¿Qué se han hecho los silicatos de soda i cal, con algo de potasa; ·que completan est,a roca?

La obra silenciosa de cont.1n na t.rasformacian lo¡:; con vierte en otras ~mstancias, que el vient.o i el agua arrastran a ot.ros punt.os ¡que, en contacto con nuevos cuerpos, vuelven dp nuevo a trasformarse.

Un hecho realmente estraño a primera vista, es que la part,e hue­·ca se halla siempre vuelta hácia el interior, o sea hácia el oriente, en direccion a la cordillera. A veces, aunque por escepcion, la accion co­Hosiva del ácido carb6nico destruye la roca de llna manera irregular,

. tal como ló manifiesta la figura de la derecha en el úóquis adjunto. ,E.n las micas i piroxenas el ácido carb6nico toma la magnesia i

tierra i forma carlJonatos de estas sustancias. Tambien~ gracias a la humedad del aire i al contacto, se forman

reacciones entre el carbonato de cal de las conchas i la sal de que Se

halla muchas veces penetrado el terreno, i se formá carbonato de soda . ~ cloruro de calcio.

Los carbonatos de soda en ciertas condiciones se nitrifican por los

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vapores nitrosos que se forman en la at1ll6sfera i llega a producil'::,e el nitrato de soda.

Así esplica el eminente Forbes la fonnacion del salitre. Es indudable que en los terrenos de la Pampa debe~encontrarse,

por esta causa, cierta proporcion pequcña de nitratos. Lo que la humedad del aire produce en la superficie, el agua flue

lleva aire en disolucion, i por consiguiente ácido carb6nico, lo produce mucllO mas rapidamentc cn profundidad, disolyiendo los carboltatos de cal i el yeso, e igualmente la silice de los silicatos, i en su circula­<?ion incesante deposita en puntos a veces mui distantes de su oríjen, las sales que lleva disueltas; i así suclen formarse capas calcáreas o silíceas o cementos de esta naturaleza, que interponiéndose entrc 1m;

fragmentos de otras 1'0cas, forman en ciertos casot! conglomerar1os compactos. produciendo en otros, con las arenas, verdaderas are­niscas.

Por estas consideraciones, i dada la composicion de estos terrel1()s, sólo los médanos compuestos escll1sivamente de arena silícea, o las <l.reniscas saladas, dejarian de ser productivos en la Pampa.

A un en terrenos sumamente arenosos crecen en esos sitios algu­nas plantas i se produc6 el algodon i la alfalfa.

Tambien crecen plantas forrajeras en tierras que tienen hasta 80 % de arcilla.

La buena tierra deLe contcner entre 50 a 70% de arena, 5 a 20% de arcilla, 5 a 10 de cal, olro tanto de materia orgúnica i algunos milé·­simos de fósforo. .

Pero la combinacion de estas proporciones, en mas o en méllos, da siempre lugar al cultivo de determinadas l¡}antas; así, COH 30% de arcilla se produce 81 trigo, i con mucha mayor cantidad, algunas legum­bres.

No es, pues, la cOTl.lposicion llnimica (le las tierras de la Pampa ]0

que P1Jede orijinar dudas respecto a su cnlti,'o, sino lacanti(lac1 de agufl ele que pueda disponerse, ya que, si ésta es limitarla, debe emplearse esdllsi­yamcnte en las tierras mejores.

Al final ele este informe se agrcg<t el ellSaye ele las (1istintas muestras de aguas i tierras tommlas por mí en la Pampa i Cl! el YflUe.

§ D. LAS AGUAS SUBTEHRAxEAS DE LA PAMPA

r 11 estudio de grande iuter8s es el de las agllm; subterrúneas cn esta rejion que, por su clima i otrfls condiciones, tOlllflrifl Ull inmenso vakr si pudiera regarse.

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En materia de aguas (le e~ta naturaleza, hai que conf>iderar dos cla­f-es completamcnte (listinta-;: la" "ubterrclneas profuwla~, separa(las Lle la superficie por roca..., impermeable~, i las ag-uas de ma:-; enc1ma, vecinas a veces a la supcrficie, <le la (lue no las separa capa impermeable (le ningu­lW especic.

Las primera..., S(llt a(luella" (lue, villiewlo (les(le los nive1e" superiores i circnlawlo constalltemente ai~la<las por (lo,", capa,,> ig-nalmente imperlllea­Lles, la (lel piso i la del techo, "ur.iCll con fuerza ha"ta b superficie i aun lllas aniha, si se las pone en comunicacioll COl! In atm():-;fera por me(lio de lln pozo o de un son(laje.

E:-;tas :-;on la" a,~.tllaS arte...,iana-; o Hlrjentes. ¿ Pueclen t'xistir en la P<llllpa? P,ml ello hai (iue tomar en cnenta la

cOlllpo:-,icion (lel snb"uelo i. ve]' como se ha fOl'ma(lo. Aun(Ine 110 me ha "i(lo p()sil)le haccr ]'cconocimientos en profnw1i(lad7

i llli opinion l:arecerú por e:-,to (le la fuerza (le cvi(lencia (Iue (lan lo" hecho-;; "in emhargo, se lee üm dammente en la formacioll (le esta clase (le ten'e­II 0:-; , (Iue no temo efIlü\TOCarllle al e~pre"ar a(luí mi" l(lea:-; sohre la ma­teria.

La Pmnpa es elresulta(lo (ld rellenal1liento (le mm enorme hahía (le la época secunflaria, prohablemente (lel perío(lo colítico inferior.

Los celTO~ (le Arica en d e~trel1lO Snr, los (lel interior a partir de San Francisco i los (lcllarlo Norte o (le la Punta de ~allla, a"í lo mani­fie:-;tan.

Estas rocas :-,ecUn(hlria..., se encuentran (lesde cinco o seis leg-ua~ de Taclla, en las (luebra(las (Iue van ha:-;ta la Corrlillera, como las ele ~an Frall­ci"co, Hignerani, i Pulnni i llegan hasta la Cordillera.

En la COl'(lillem misma ~c encuentra a(lemús el p<Írfi(lo metam(írnco (le Domeyko, atmve-;a(lo en parte ell el punto de Huallilla:-; del l'Ol'te por el túnel (Ine con (luce b:-; agua" (lel U dll1SlUna basta el valle de Tacna. E"ta" rocas han si(lo calificarlas como "ecundarla¡., por Forbe-;. Philippi ba clasificado como rretúceas roca~ semcjantcs (Iue constituyen una inmensa f¡ )]'macion en Chile.

Todo 10 demas, son rocas tra(Iuítica:-; po:-;teriores, (Iue' ~e presentan~ ya "ea al esta(lo (le rocas cruptivas. ya al (le tofo,,; de mo(lo cIue 10-' mares ¡.,ecllllcbrio:-; han oCL1pado eH pa~ac1o-; tiempos tOllo el e~pacio comprewl1do elltre la co¡"ta actual i los lugares cita(los,

A me(lida (Iue :-;e marcha hAcia el sur. la~ traquita..., ~e acercan mas i ;11as al valle i a la Pampa. Así, al 1-;nr (le San Francisco ::;e hallan en con­tacto con los terrenos seculHIarios que allí existen. En la quebrada de Hi­gncrani i Coyani llegan hasta una:-; cinco o sei:-; leguas (lel yalle i en las de mas al Sl1l', como en la (lc Yiñani, se estlemlen hasta el yaIle mismo i 11e-

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gan ha"ta cerca de la línea de la cumbre. Lo 11l1:-:ltlO pasa l'1l el ,'all(: (le Lluta i en el de Azapa; de tal modo qne los mares Sccull(larios han pelte­trado en el terreno {llltes de la erupcion traqnítica, fonll<lll<lo una ensena­da enorme.

Una serie de sole\'Hntamientos :·mcesivos, COll el ag-rega<lo llatlll'al del acarreo mecánico de toda clase rle rocas, ha i(lo poco a poco restrilljienrlo los límites de este golfo, hasta darle su forma actual.

N o S('¡lo las riberas marítimas de esa época sino tam hien las aguas que sin duda han corrido periódica o constantemente por las nUlnerosas quebradas que arrancan de la" cumbres, han arrastrado a la" partes bajas €sa cantidad de rocas sueltas i de detritus (le toda especie, (lue un corte vel'­tical profundo las manifestaria como una :-:erie de capas formarlas por -cantos rodarlos, por arcillas, arenas, etc,; capas que es mui rlifícil que ten­gan car{tcter de continuidarl, i que deben hallarse a distintos niveles i te­ner distinto espesor, i que deben encontrarse resclueln'ajadas i rotas (le mil maneras.

Por las quebradas de San Francisco i el interior de las ele Higuerani Covani, deben haber arrastrado rocas gmníticas, silíceas i cabireas has,

ta la Pampa misma, i por otras, como las de Viflani, Ll uta i Azapa, etc., conglomerados antiguos, traquitas i tofos. Las clemas, sólo tierras o léga­mo traquítico. 1 esto, de una manera illtermitente i rlesigual, de tal modo que parece casi imposible concebir la ullifol'lniclad de accioll que requiere la formacion en capas regulares, (lue puerlen dar lugar a la circulacioll re­gular de las aguas i a su aislamiento entre dos capas impermeahles COll­

tinua". Por eso creo sumamente (lifícil que existan aguas surjentes en la

Pampa en los terrenos de t.rasporte. De mui distinto modo de he opinarse cuando se trate de las aguas su­

perficiales. Es evidente que en rocas de esta naturaleza, como las que forman el

valle i las llanuras, que se hallan en primera línea entre las sustancias per­meables, el agua venida por las quebradas, i que escapala la evaporacion, se infiltra en estos terrenos, desciende por ellos i circula siguiendo la pendien­te del subsuelo como circula el agua de drenaje por los canales subterrá­neos de ca pt.acion.

¿Habrá en profundidad una capa impermeable uniforme que detenga las aguas en esa direccion'? Es casi seguro. La cil'culacion subterránea produce acciones mecánicas i químicas de grande importancia. Como lle­van disuelto ácido carbónico tomado de la atmósfera, éste a la larga disuel­ve las rocas calcáreas que hai en el interior i arrastra las arcillas tenues contenidas en ellas, así como lo hace c~m las corrientes de lodo que hajan

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dc las moltbñn .. , i (il1e (lC:'lplleS se han solidificarlo, El agua se llenl la ar­cilla i la m'Clla i (leja en :--U lugar 10:-, pe(lazo:-, (le roca (lue e:--ab míl:-,a-- loclo­f-as traen en sl1spell~ion; <) bicn arrastra la arcna i re<1on(1ea con ella las aristas (le lo:-, guijarros (iue encuelltra a :-'11 paso,

Por su finura, el légamo arcilloso penelra por los lllenore~ in ters­ticlos, i puede llegar ba8! a la ba~c (le la forlllacion i formar allí una capa impermeable. ~o siempre f;ucede, sin embargo, (lue la arcilla ::;ea en absuluto impermeable, porque ::;í se mezcla con arena, esta illlper­meabilidacl se hace jpn81'almente nula. El agua puede decirse (¡UP pe­netra todas las rocas, ann las mas sólidas, como los granitos, ]a 8íIice i los pórfidos. Se encueutra hasta en el interior de los granos d~ cuarzo de los granitos. Eminentes jeó]ogos modernos atribuyen la inmensa cantidad de agua arrojada p()r los "olcanes a las rocas interiores, líqui­das o sólidas, (lue la contienen al estado de clisolucion o de a1>sor­ClOno

Si se calcina una roca cualquiera, que parece hallarse completa­mente se('a, se encuentran entre 108 pro(1u('tos que arroja, gases i va­por de agua.

No cabe, pues, duda (iue en el subsuelo de la Pampa existt) un enorme dep6sito de e::;te líquido. .

El agua que se encuentra en las cercanías del mar, en toda, la. costa, es una pl'uelJa evidente de lo que digo.

Pero esta agua no es surjente. Si tiene base inferior es mui difícil que tenga un techo (1 ue la cu bra i que la aisle ele la superficie, i es se­guro (lue si esto pudiera suceder en uno que otro punto determinad0

7

pllo no podría en nillgull caso dar carácter de continuidad a cualquier fenómeno de esta naturaleza.

Si existe agua sUljente debe encontrarse debajo de esta masa de terrenos de acarreo, en los tenenos terciarios o secundarios no disloca­rlos, que pueelen formar capas impermeables continuas escapada~ a la accion solevantadora o mejor trastornadora de las rocas eruptivas ter­CIanas,

La resoluciun del problema no puede darse a prl'ori, i solo un son­daje a grande hondura poLlria resol \'81'10 prácticamente en sentido po­sitivo o negativo.

§ 10. EL VALLE DE TAl':NA

Por el plano anexo al presente informe, poclnln verse la ccnflgu­racion i dimensiones de este valle. Es la prolongacion de la Pampa.

- 1.5-

que se ' angosta dándole una forma (lue se asemep en r;on.iun to a un embudo irregular.

La jeolojía de esta seccíon es la misma que ya se ha descrito en la llanura, pero como aquí el t.erreno es ménos ancho i se halla mas pn')xi­mo al oríjen de las g randes avenidas, 108 caract.éres de la formacion de acarreo se hallan muí acentuados i aparecen en g randes proporciolles.

En el est.remo del valle, entre Calientes i San Francisco, que se halla al Noreste de Tacna, en todo el ancho que separa ámbos puntos , que es aproximadaniente de cuatro kilómetros, exist,e una enorme for­macíon de conglomerados, que t.iene un grueso de 80 a 100 met.ros, sobre el nivel del suelo.

Se compone de canto~ rodados de diverso volúmen i de distintas clases, cimentados por arenisca arcillosa.

Las aguas termales de Calientes brotan de este terreno con una ,temperatura de 39 g rados ü.

Por el otro lado, por el de San Francisco, el est.remo de esta enor­me capa de casc:1jo, descansa sobre una formacían estratificada, pro­fundamente accident.ada, como se observa ~n el lado Norte de la que­brada i de lo que el croq uis adiunt.o puede dar idea.

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Conglomerados de 80 o mas metros de potencia.

Capa!! sedimentarias secundarias verti­cales .

Acarreos modernos. Nivel de la quebrada .

En el lado Sur existen tambien t,errenos de acarreo, pero no afec­tan ,las dimensiones de los del lado opuesto.

En este mismo lado i casi alllegal' al valle, frente a la formacion indicada, existe una erupcion diorítica que se est.iende hácia el Sur i ::;e halla cubierta tambien por una serie de capas de conglomerados i aca­rreos, que posteriores corrientes de agua han dividido en distintos pun­tos, dclndole en unos la forma de montículos i en otros, la de cerri llos alargados. A cuatro kil6metros mas al Sur, esos cerros toman grandes.

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dimensiones i se hallan lonnados por acarreos que alternan con capas de tofo traquítico.

Esta fonnacion reciente de piedras i ('antos rodados de toda espe­cie, debido a la accion hiJrorlinúmica provocada por los movimientos del suelo, es enorme.

A parte de este gran depósitu de cunglomeradoó, que tiene, como he dicho, uu grueso medio de SO a lOO metros, exióten capas de la mi,nna naturaleza (111e no tienen mas de 15 a 20 i :10 metros de altura. U na de ellas arranca del cerro (1 ue se halla ('erca de Ualieutes, i se prolonga hácia el Sur por unos tres kilómetros, en forma de una lengua de cascajos (Iue divide en dos pactes el valle,

Se ob~ervan en estos acarreos (lus pequeñas capas paralelas de tofo traquítico, encerradas entre los cantos rodadOR, i C]ne tienen una pendiente uniforme sensiblemente horizontal.

Al occidente de San Francisco los cautos rodados que aparecen cubriendo una gran superficie, alternau despues con tofos traquíticos en cerros que tieuen mas de 200 metros de elevacion. Por el costado de estos cerros que miran al valle, los acarreos se prolongan con altu­ras de diez i mas metros, hasta una distancia de cerca de seis kilóme­trm; desde el arranque del valle.

El cordou ele cerros que lo limita por el Norte es todo compuesto de tofo traquítico. Su altura media sobre el valle es !llas o ménos de 150 metros; pero, a un:1S tres leguas al Sur de Oalientes, desde el pun­to denominado Oalana, el tofo traquítico penetra mas hácia el valle, en forma de lomas de 20 a 30 metros de altura, que llegan llasta el pie de los cerros altos.

De la misma manera, lomas de Ul1a altura de 20 a 30 metros com­puestas de cascajos, corren a lo largo de los cerros altos de traquita, a partir de Calientes en direccion a Pachía, por unos cuatro o cinco ki­lómetros.

Entre Pachía i Oalana, en el centro del \'a11e, existe tambien una lengua de cascajos de cuatro a seis metros ele altura, completamente aislada.

De todo esto se de (luce que existen actualmente los siguientes niveles de cascajos o conglomerarlos:

1.0 El qne hai entre Calientes i San Francisco con grueso de 80 a 100 metros, i que se estiende por el Sur de San Francisco hasta cerca del punto denominado Chusc7, /leo.

2." Las lenguas de conglomerados que arrancan de las prmn­mi(lades de Oalientes, la una aislada i la otra pegada a los cerros

-]7 -

traquíticos que existen por cse lado, i CJ1l8 ticnen Ilmt altura de :?O metros los primeros i (le :30 a ~O los snglllHlos.

A esta clase pertenecen lo::; PC(luc:uOS cerros aislados (1110' sr' ell­Cl1entran al Sllr de Ran Francis('o, en el valle i Ircmte a la (:ll:'Wlla(la de Cll1lscJmco, i el ccrrito alongac1o i angos10 d(, (~asca.i() qm' sr r:ll­cuentra entre Ualana i Pacllía cn 81 ('8ntro (lel \Tal1(,.

3." El nivel actual (lel terreno. Aparte (le los cascajos, hai testimonios de den IHlacioll iraqnÍ1 ica

manifestada por restos de esta snstancia, qne se halla en capas <lA igual altura (15 a 20 llletros), como la (rlle exi:-:18 a partir de Calana al pie de los cerros alt08 i que se interna al valle; i como los cerrillos blancos que se encuell.tran aislarlos en la rle8elll lJocadura de la quebrada de Higuerani por donde llega el.agua (lel callal de Uchn­suma.

ruede deducirse de esto qne en épocas .ieolc'J.iicamente nloelel'lllLS, un inmenso (lepósito de cantos rocla(los en algunos puntos i (le capas de acarreos alternadas con tofo tra(fnítico en otros, se cneontral>a cu­brienclo los terren08 se(limentarios antiguo:-:, pc;rteueciente8 a la {'poca terciaria, que descani3all8obre los terreno,.; secundarios, (Iue actualmen­te afloran en la (luehrac1a de San Franci:-:co.

Los mares ele esa época llogalJan, sin duela, hasta allí; pero mov i­mientos sucesivos elel snelo, lentos i tal vez aparentemente insensihles, lueron elevando el lonclo de csos cstuarios, dando lll,~ar al desgaste i arrastramiento de esos depósitos, ltricia ahajo, o sea hasta el lugar qllC

ocupa la Pampa actual. Las distintos niveles existentes parecen lllclicar distintos perío(los

ele permanencia dc esos mares en eS08 lugares, mares qne ihan reti­níndose a medida que se verificaban nuevos solevantamientos, los (lue se continúan hasta ahora, como puede observarse en la costa, en las playas actuales de la pampa, así como sucede en nuestras costas hasta las partes mas australes del territorio chileno.

Debajo elel nivel del valle, como puelle vrrse cn el cance dc cuatro o mas metros de hondura que el Caplina se ha labrmlo cerca de Caliell­te8 i en otros pnntos de sn cnrso, las capas de conglomcra(los conti­mian en hondura, alternados a veces con peqlleñoi'i depósitos de tofo traquítico.

1 aquí debo oh8ervar, a propósito eJe corri8ntes (le agua por esta clase de terrenos, que en pendientes como estas de cuatro a ciuc'o por ciento, es imposible evitar el ahondamiento del s11elo, i por consiguien­te el arrastramiento ele la arcilla que resulta de b. descomposicion

-- JK -

continl1a de lafl traquitas, i que, en nn cauce de poca pen:diente, po­dria :formal' a la larga un eli (l11C a la infil tracion ele las aguas.

Estoi fleguro que por esta causa se pierele parte de las del Capli­na, i que a ello se debe sin duda la disminncion vifljble que se observa en su caudal.

Seria ele interefl eleterminar la proporcion de agua que se pierde por la raí':on inelicada, ya que actualmente existen en el valle mues­tras inequívocas de haberse culti v'a( lo en pasados tiempos ma'y0r es­tcnsion de tierras.

§ 11. TERRENOS CULTIVABLES EN. ESTE VALLE

Por el plano lcvantado puede verse (1 ue la cantidau de terrenos cultivables elel valle se calcula aproximadamente en 9.000 hectáreas; pero si se recorre el terreno ele un estremo a otro, se verá que en algu­nos puntos la mitad de ellos permanecen estériles, i cn otros los dos tercios. Podría, pues, calcnlarse en 4.000 hectáreas la superficie no cultivttda de esta parte elel terreno, Cjue es siL. duela ele mejor clafle i la mas valiosa de tmlo el q l1e existe.

En efecto, a(luí no hai l1l("(lanos ni arenisctts salaelas, ni cfltenflOS pedregales. En jeneral, la superficie del terreno es pbna en casi su totaliclad, i los cascajos flólo ahnmbn hasta unOfl 3 o 4: kilómetros mas ahajo ele b línett (fue vtt defl<le Calientes a Sal! Francisco.

Si se agregan a estos terrenos c1Jltivables los que existen al Eflte de la Punta ele ..-"-nlllta, i los (1 ne se hallan flin riego entre ésta i las proximi(lades de J\Ittgollo, la efltension ele terrenos regables podria aumental'i-ie en unafl l.000 hectáreafl mas, o sca un total de 5.000 hec­táreas.

§ 12. COMO PODRIAN REGARSE ESTOS TERRENOS

Basta ver el plano i o bservar las proyecciones verticales i las al­turas correspondientes para comprender que no seria posible utilizar el agua ech,índola por quebradas como la de Higuerani (por donde viene actualmente el agua del Uchusuma) en la totalidad del terreno por regar.

Todo el que se hana mas arriba de la desembocadura de Rigue­rani qnedaria en suco, o flea una ofltension dc 2.000 hcct<Í,reas de mag­TI iílcas tlerrafl.

-ID-

La c1esembocmelura (lo la q llel)ra(ht iW C'llcuentra a 7 JU llidro::> :-.0-

bre el nivel del mar; PaC'hía a 1.()~)'") i San Fnl,llCi~eo a 1.-4-2:). Los cerros de tOlo tnt<luÍtico (IUC no tienen mas (le l.")U a ~()()

metros de elevacion en su partC' m<1'-l alta, ah,orlJerian casi to(b el agua que por allí se llevara, i aun cU8,]ulo /'w'l'a po:-:il)le labrar ('fl,llalc'-l eu ellos, quedaria sin rugarse lllaB (le la lllita(l (lc 10"1 terrc'uo'-l (1118 hai en los niveles superiores.

Por estas consideracioneR ere') (lue debe tratarse de echar el agua por la quebrada de San Franeisco.

A este respecto habrá que hacer dos estn<lios: el uno por las cum­bres de Huailillas del sur, abriendo, si fuere necesario, un socaVOll a traves de ella, i conduciendo el agua hasta la cumbrp de la Cuesta Blanca, para eeharla a la quebrada que baja de ella, hasta la de Palea un poco mas arriba de Causuri.

Este es un estmlio de nivelaeion intimameute relacionado con 10R

que el jefe de la comision de regadío ha mandado hacer en la rejion de Laguna Blanca detras del Tacora.

El otro estudio se reduciria a busear el me<1io de echar las aguas que vendrlau por la quebrada de Higuerani, a la íluebralla de San Francisco.

Podria recorrerse la quebrada secnn(laria que nace de aquella, frente a Tres Cruces, i que He dirije al sur en direecion a Ilignerani, i ver t'\i es posible llevar el agU:1 por ella.

Este proyecto se funda en (Iue el agua puede venir sin dificultad por la quebrada de Puluni o Palcota, por terrenos de . rocas sólidas. Si este proyecto pudiera realizarse, seria mas barato i de lllas fácil ejecu­eion i podrian así regarse todas las tierras ellltivables de esta r~jion.

Pourian tambien regarse atravesall(lo desde la quebrada de Hi­guerani a San Francisco, por Chusehuco; pero esto 11ai tambien que estudiarlo.

13.~E~TUDIO DE LAS QUEBRADAS TRASVERSALES

I¿UEBHAlJA DE i4AN FIL\NCI::;CO

Desemboca en la estremidad Sur-este del valle de Tacna, a 1.-:1:00 metros sobre el mar, i entre las gruesas capas de eonglomeraclos modernos de que he hablado.

En el lado Sur de la quebrada se encuentra una erupcion dioríti­ca (feldspato, cuarzo i anfíbola) i en el lado Norte, altos rerros formados por capas margosas solevantadaH hasta dal'leR en algunos puntoR la

- ::!() -

posicíon vertical. Estos terrenos se(limeni arios pertenecen, sjn dnda. a la j(JrInaC'ion seclllldaria, i afectan las lllclinaci\)lles maf, variadas, entre

la "crtical j In. horizontal. A cuatro kil<'nnctrus h(teia arriba, cerca del punto denominado

Tn's (1 ru C'p<;,vuelven a encontrarse las dioritaH. i un poco mas allá en el hwnr tlenomlnado Las l\Iinas SI' hallan en estas mismas rocas, vetas

M

platosas, <lue contienen mui buena lei de cobre i algo de oro. Una de 8Mtas veTas Re eRplota desde hace muchos años i todavía da buenos provechos.

A partir de las minas. a unos (los kil<'nnetros, se halb Llnta. Todo ('ste trayeeto l"S granítico. hasta unos tres kilómetros mas allá, en donde vuelven a enconi rarsp la¡., rocas estrat ificadas con una (lireceion aproxi­lllada de Norte a Sur, i con inclillacion al Sur-oeste.

Estas rocas se componen de margas i margas silíeeas alternadas con otras (;OmpueRtas casi esclusiymnente de sílicc. Su color es ama­rillento; peru úntes de llegar a Palea, toman un colol' blanco i aparecen en dOR o tres kil<'nnetros del call1ino en forma de conglomerados que pa­san a tofos tra(!Llíticos sin ninguua estratificacion.

Yuelvcn despues a dominar las rocas estratificadas, en que pueden olservarse algunas que parecen verdaderas cuarcitas. Tambien se ven muestras de conglomerados metamórficos de color azulado i morado, i di<lues de anfilJolita i de porfirita. Mas allá, por el lado Norte, se en­cuentran m<l,l gas i esq ui::-tas carboníferas, con alguna lei de carbono

En el punto denominado Causuri (véase el plano), a 2.970 metros sobre el mar, i a ~J o ~(-j kil<'JlnetroR de San Francisco, la quebrada si­gue al N or-este, i el camino se aparta hácia el ¡.;jUl'-este, i trepa por mecho de curn.s i zig-zag la empinada cuesta Blanca, que alcanza hasta :UjQO metros de altura.

- Toda ella se compone de capas estratificadas, margosas, silíceas i metamórficas, en (IUR He cncuentran posidomas i amonites que dan a esta formacioll el carúctcr de secundaria.

Se desciende la cuesta i vuelve a subir el camino a traves de los mismos terrenos. Se bifurca en un pUlltO. La senda del N or-este sigue por una queln'ada profunda hasta la cima de la cordillera llamado. Huailillas del Norte; la del Sur-este, conduce a otra cumbre que se co­noce con el nombre de Huailillas del Sur. Ambos pasos forman parte de un lllacizo de riolita que modifican profundamente la inclinacion de las capas sedimentarias '1 ue se hallan al Norte i en contacto con esa masa erupti va.

En H uailillas del Norte se encuentra el túnel que da paso a las aguas del U dmsuma. En los desmontes se ven muestras de esa roca

areillosa dura, que Dmlleyko lla111a púrfido llletalll{n·fiuo. i que PhiJippi ha calificado (~OlllO aeul1ndaria.

Taml)ien han at ravosado el 1 (llll'lllla¡..,as de roca pirox{'ui('a l1l',L;,],<l,

verdadero basalto, (lue proviene ¡.;in duda de Ja¡.; el'llp('iOlw¡,; del ('1m pi(luiña i del Taeora.

Ambas mOlltañas se hallan unidas en su La~e i forman do¡.; ellO]'­mes masas volcánieas. La primera se divi¡.;a elel pa¡..,o de' Hllaililla~ (:()n rumbo Norte 40° al E¡.;tl" i el Tacora, e11 d11'eocion de Norte QW Ebt<'. Sus cúspides se hallan a una línea Kor-oec;te i a una dibtancia C]UP 110

llega a 6.000 metros. La traquita cuarzosa i las rocas ba¡;¡úl! icas se enCU{'llt ran ('n gnlll

can! idad al rededor de estos volcanes, aet ualmente al (lbt adl) <le ¡..,oJ('a­taras, con ver! idas en eampo de esplotaeion illd u¡.., irial.

El azufre del Tacora se encuentra a veres al e¡..,t ado r-a¡.;i puro, i el!

muchos puntos con l<"yes de mas de 80%. La lei media, sill :elllbargo ,

puede ronsiderarse en eonjunto al rededor de ()O%.

El eolor del azufre varía a(luÍ desue el negro al blan('o, pasando por el amarillo carne! erístiuo de esta su::;tancia, i la ebtruul ura dt'scle el estado crist alino al terroso.

Rodea al Tacora en E>U base una gruesa capa de terrenos (le aca­rreo, en gran parte yoldnico, el! que se encuentrall rouas t-mel!as La­sálHeas de gran volúlllen.

El eallal del U ehusuma ha sido abierto en este terreno, i cireull<la en parte la montaña por el Sur i el Este, i llega hasta el rio que ]e da su nombre.

Erupciones graníticas o tl'aquítiras cuarzosas aisladas, eE> lo {mir-o que interrumpe eu tres o Cllatro puntos eE>ta enorme maf::a de rocas suelta~, que testifican los eolosales trastornos jeognústicos procluciJos por las pasa(las erupriones de estas cima" yolcúnif'aR.

No se halla eompletamente estinguida S11 fuerza eruptiva, ('omo lo atestiguan la multitud de fumarolas que depoHitan azufre en los Han­eos del Tacora.

El rio Azufre, que sale de esta montaña, lleva ácido sulfúrico liLl'e i sus aguas son absolutamente inadecnac!as para ]a agrienliura ° la bebida. (Véase el análisis respectiyo).

Ambas eumbres (le Huailillas pasan de 4.000 m. de altura. La del Norte llega a 4.200.

A las oeho de la maiíana el llig'l'<Jmetro lllarea lJa allí eero. A las nueve, ea si lo miRmo, cinco gradoR.

El Taeora eleva su cima en (lue exi¡.·;te un ('ráter de pequeñas di­mensiones, a eerca de (LOOO metros.

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D~ PACHIA A CJl lJC H TJ SCO 1 CITICUE1"{,AN[

Entre Tacna i Pachia el aO'ua ha arrastrado en muchos puntos el ,~

1,0[0 traquítico hast.a una hondura de dos, tres i mas metros, i COfre 80-

Ore la capa aluvial de cantos rodados de mas abajo. Nos alojamos fr ente a la desembocadura de la quebrada por don­

de se ha echado el agua del canal de Uchusmna, en un , punto del valle que se encuent.ra i:L 960 metros sobre el mar, i a unas cuatro le­guas de Tacna. Desde la mitad del trayecto, toda la, párte de la dere­cha, hasta los cerros que limitan el valle por ese lado, carece comple­tamente de agua, i unicamente podria obtenerse del Caplina, porque el agua del U chusuma s610 riega los terrenos de mas abajo. I .

Me dirijí a Clmschuco, pasando al norte del cerro de Guaguapasi que mira al valle.

La cima la constituyen capas de t.raquita, la parte media conglo­merados traquíticos, i la base, una capa compuesta de rocaS de aca­rreos constituida principalmente por cantos rodados cimentados por arcilia i arenisca. La posicion de estas capas es mas oménos horizontal.

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Los conglomerados traquíticos que se encuentran en muchos puntos en contacto con las traquitas, se componen de piedras suelta's casi siempre angulosas, a veces redondeadas, incrustadas en tofo tra­quítico.

A unos dos ki16metros ántes de llegar Chuschuco, i ántes de su­bir la cuesta que conduce a este pequeño oasis, existe una erupcion porfírica compuesta de felspato, penetrada de granos de cuarzo vi­drioso i raras hojillas de mica (riolita). Esta roca es dura, pero Se des-

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compone facilmente, i a esta descomposicion se debe la cantidad de are· na cuarzosa que existe en todas las partes en que aparece.

Vuelven despues a presentarse las formaciones an teri ores, en grande estension, i en un espesor de mas de cien metros.

La parte superior de la cuesta acusa 1.320 metros de altura , i el vallecito en que se errcuentra Chuschuco, al pie de di cha cuesta, solo 1.230 mts.

El higró~etro marca 60. Separada por una loma traq uítica i a un kilómetro de distancia

hácia el sur, se halla la quebrada de Higuerani, por donde viene el agua del canal de U chusuma.

A las 10 A. M. el termómetro marcaba mas de 35° i subiendo por la misma quebrada, el higrómetro señalaba 25 i 30".

Las t.raquitas terminan a unos tres kilómetros mas arriba, i apa­recen rocas sedimentarias en capas duras, silíceas, en parte met,am t¡r­ficas, que dos kiMmetros mas allá, se sustituyen por una roca g raní t ica compuesta de felspato i anfíbola (diorita).

La figura adjunta manifiesta la accionsolevantadora de los g ra­nitos sobre la roca sedimentaria que aparece en capas inclinadas en la parte superior; i esto a 10 kilómetros mas arriba del punto de es ta quebrada situado frente a Chuschuco.

A 1.500 metros de altura, un corte trasversal de la quebrada mani­fiesta la pqsicion respectiv~ de las t.raquitas connlleva8 capas sedimen­tarias estratificadas -q ue aparecen despues del tofo traq u í t,ico que se halla en contacto con las rocas g raníticas anteriormen te citadas.

Este tofo recorre una estension de dos a tres kilómetros . Las rocas sedimentarias en contacto con las eruptivas manifiestft l1 un

esfado metamórfico mui marcado, i se hacen mui sólidas. En el punto dellominado Pulnni la altura es de ] ,ROO metros. All í

con'verj en dos quebradas: una por donde vielle el agua tlcl canal tlc Uchu-

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suma , h de la ir.quierda, i que pasando por la P 01'lada, a unas 5 o 6 leguas mas arriba, llega ha~ta el paso de HU'1ilillas del Norte, i la otra, la dc la (lerecha) que va has ta Huailillas del Slll'.

P or ésta corrc una pequeila cant idad de agua. La temperatura de ese punto es de 20", i el hig rómetro marca a esa

hora, las 12, unos 25 a 30°. En, ese lugar se ven alg unas hig ueras raq ui ticas, con fruto, las

que han dado el nombre a la quebrada. El cróquis que sigue marca la c1ireccion i posicioll relativa de esos

lugares. El pun to en que se bifurcan las quebradas lleva en el lmtpa el nombre de Pultmi.

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- 26-

Bordean las hases de esto;; cerros, n úmbos lados de la quebrada, fajas (le terreno de acnrreo moderno (ille se elevan hnsta 20 i mas metros .sobre el [onclo (le la misma. El ngua corre sobre terreno de igual naturaleza en la parte inferior.

Una medida nproximaela me rlic') 577 litros por segundo. A seis leo'LUls mas abaJ'o en el l.muto en (lue el canal penetra a los

.j • ,

~clllbríos medí B27 litros. Estas medidas para nue den crarnnt.ía de exactitud, hai que hacerlas , ' 1 (j

mes n"mes, f'imu1t{meamente, i durante un afio entero. Las que yo doi ~l<luí son ~imples indicaciones sin carúctel' de exactitud, pero que pueden S81' <le nlguna utilidad.

Al bn;jnr la quebrada i desandar el camino, puede observars\a una l eo'Lla (le HicJ'uemlli nll derrame de tra(luita sobre las ca¡)as sedimentarias ;-, o

rUCl'telllcute inclinada hácia el Sureste seo'un se ve en la firrura si~uiente: , (j ( 1 '--..1

'J'r;\( I"iLa,

'l'eITPII.,>\ csLl'.atifica· dus seCUlld;Lrios

La quebrada de Covani (lesemboca como a dos kilómetros al sur de In, de Higuel'ani,

La temperatura a las nueve ele la h1añnna a la entrada de la quebra­da de Covani, el 15 (le Febrero, fné de 3P, El llano a a está compuesto de terreno aluvial constituido por una capa delgada de tofo, debajo de la cual se encuentra el de acarreo, compuesto de cantos rodados i de arena.

En la superficie se hallan numerosos bloques'de que ya he hablado, redonrleaoos, de distintas dimen siones, hasta de Hn metro i mas de diá­metro. Se componen de la mi sma roca eruptiva que se halla cerca de Chus­chnco, o sea de una masa de felsdpato impregnada de granos de cuarzo vidrioso i de algunas hojillas de mica, i se descomponen en la forma que ya he e~plica(lo anteriormente, Esta roca es una riolita,

La tierra vejetal (le Pachía i Pocolla)' tiene tambien granos de cuar­zo, de fel<lspatos i hojillas <le mica, perfect; \mente discernibles, aparte de polvo felcl spá tico i la arcilla.

El agua ha cavado su curso a traves del tofo traquítico de arriba, i

- 28-

§ 14. QUEBRADA DE VIKAN!

La quebrada ele Viñani tiene una direccion jeneral de N. E.-S. O. casi invariable. .

Las cuatro primeraR legllé.1s son casi todas do arenas i cascajos. Las lomas q uo la fUrlllé.1n s()n meJanosas i se elevan a cerca de dos­cientos metros.

El cauce del fondo se halla aOTietado en todas partes i cubierto h

de cantos rodados oTanÍticos feIJ::lI)áticos o Cllé.1l'ZUSOS, i de unos con-. b'

glomerados Juros, de ,'30, 40 i lllas centímetros de Jiámetro. A medjda que se remonta la (pleLrada, aUlllentu, como es natural, el volúlllen de estos cantos hasta lleo'ar a un mel.!'o cúlJico i mas,' i se encuentran , h

et:!cepcionalmente bloques Je li, 15 i mas metros cúbicos. A las seis leguas pude ver agua corriente (18 de febrero), que en

es! a parte del año apcirece én casi todas las y. nebradas en mayor o me­nor cantiJad. La altura del puuto eh que se halla el agua es de 1.900. metros. U na mediJa aproximada dió allí cerca de 150 litros por se~ gundo. .

Pasados los cerros arenosos puede observarse sin dificultad la es­tructura jeolójica de esas montañas.

Se componen en gran parte de conglomerados cubiertos por capas de rocas traquíticas. Estos conglomerados tienen hasta 100 metros de potencia. La traquita es ieneralmente cuarzosa.

La altura de Viñani Ohico, en donde hai algunos cultivos al pie de los cerros, es de 1.920 metros. Existen allí algunas plantas de al­godon, algunas higueras, pacayes i molles. El higrómetro marca 30°

A un kilómeLro mas arriba se halla Viña ni Grande, donde se cul­ti,ra alguna alf~lfa, merced a una pequeña vertiente de corriente cons­tante.

El agua que corre por la quebrada actualmente, i que se sumer.je a las dos o tres leberuas en la arena del lecho es aerua de temporada que , b ,

sólo aparece en la époc'a de lluvias, es decir en enero i febrero. La distancia de Tacna a Viñani, tomando la línea mas recta, la

calculo en 8 a 9 leguas. Los conglomerados que se encuentran alternando con las traquitas

se componen de distintas clases de rocas, rodados o angulosas, jene­ralmente graníticas, unidas por un ceniento arcillo-arenoso bastante duro.

Mas arriba de Viiiani Chico se encuentra una roca traquítica for-

mando una alta montaiía. Se compone de teld spato rosado; con raros cristalitos de anfíllo­la i hojilIas de mica, i gran cantidad de cuarzo vidrioso. Es la misma roca de qut' Se ven trozos en el camino de un volúmen de cuatro i ocho me­tros cúbicos, i en Viñani mis­mo. Es la misma roca cuarzosa de Chuschuco, la misma de los cantos rociados grandes Je Hi­guerani,frente a Pachía, i la

. misma que se descompone i hace brillar por millones como diamantes los cristales de cuar­zo en la arena que cubre la lla­nura que se encuentra mas allá de la punta de Arnnta i ántes de trasmont~r la loma arenosa que se atraviesa para caer en la quebrada de Yiñani. Esta roca forma tam bien el ma­cizo de la cumbre de la COl'di­llera conocido con el noin bre de E uailillas, con sus pasos del Norte 'i del Sur. Es tam­bien una n·oHll'J,.

En el 6rden de las eru pcio­nes es seguramente posterior a las capas estratificadas i a los granitos que las han ele­vado i trastornado, i coetánea con los tofos traquíticos.

La figura que se copia a con­tinuacion puede indicar clara­mente el 6rden en que han a pa­recido estas distintas rocas.

El fondo áspero i rocoso de la quebrada de Viñani i la na­turaleza arenosa del fondo ha-

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rian mui sensihle la filtracion del agua en todo su curso. En ese punto como en la (luebra­da de Higuerani el higrómetro marca 30" (seco), t10bre el curso mismo del agua, i un poco mas arriba, desciende hasta 20°, salvo cuando so­pla el viento del mar, que lo hace subir de nuevo a 30°. (1)

Seria mui interesante deter­minar la pérdida del agua por evaporacion en estas quebra­das.

El cró(lllÍs adjunte mani­fiesta la formacion de estos terrenos cerca de Viiíani.

Los conglomerados se com­ponen de cantos de todos ta­maños, de granito comun i an­fibólico i otras rocas, redon­deados o sem i - redondeados, cimentados por una arenisca rosada, que forman una masa de considerable dureza. Algu­nos de los bloques rodados hasta el fondo de la quebrada son de est.a naturaleza. Los hai de todas dimensiones, has­ta de liJO metros cúbicos de volúmen, i talvez de mayor tamaño.

Las capas de esta roca, que es evidentemente antigua i me­tamórfica, tienen un grueso de 60 i mas metros, i su posicioll es mas o ménoA horizontal. A veces se hallan entre dos de estas capas una de traquita

- 21 -

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Conglomerados metamórficos de Vii'iani.

encima, i ot.ra de acarreos modernos en la base, tal como se ve en la figura de mas arriba.

§ 15. VALLE DE LLU'l'A

Al acercarse a la entráda de la (luebrada de Llllt.a existe una pal'­_te plana, bastante estensa, cubierta de ripio menudo, arenoso azulejo, que podria aprovecharse para el cultivo,

Desqe que se penetra por ese camino en el valle, se encuentran cantos rodados que (orman a veces mantos de ocho a diez metros de espesor.

Los cerros traquíticos uel Sur i Norte ue la qucÚrada estún cubier­tos de arena. En sus flancos hai costras i venas de sal que en algunos puntos se esplota con provecho.

La aIt,ura de estas lomas va uisminuyellllo hasta desaparecer en la Pampa, pero mas al interior se elevan hasta ,100 i mas met,ros.

El 25 de febrero, a cuat.ro o cipco kilómetros de la entrada ue] valle, el barómetro marcaba 90 metros, el higrómetro ();)O, el termóme­tro 23°, Esto a las 5 de la mañana.

Mas arriba de este punto vuel ve a encontrarse una parte plana sin cultivo, de cascajo azulejo, igual al observado mas abajo, En la fe­cha indicada el rio llega hasta el mar, talvez con un metro cúbico ue agua. Esto Re vorifica todo el año con igualo menor volúmen, salvo en los meses de octubre i noviembre, en que el agua desaparece casi del todo.

A medida que se asciende por la quebrada los rodados graníticos aumentan de volúmen; los hai hasta de un metro cúbico i mas.

Estos cantos sueltos provienen sin duda de un manto de cascajo que cubre una capa de tofo traquítico. U na muestra clara ue esta for-

cascajo

cascajo x)( )C)( XX Xx )1.. )(..'1- Y. ~ . -'1- "j- '>': )( x )l. Traqu i te. )()( "'jo. X x )(

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_ cascajo ==' x x "le; < y Traqui ta ~

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quita. JO 1 tra-

t-:..

- 33-

macion se halla a la derecha del camino en el punto llamado Y Ut-5capa. Allí, se ven algunas capas inclinadas al Noroeste en un ángulo de maH de 20°.

Un poco mas allá i alIado tambien elel camino, se encuentra una roca porfídica que aparece en la superficie en forma arriñonada, o sea en grandes bloques redondos cimentados por la misma roca. No es otra cosa que aquella masa eruptiva compuesta de feldspato i cuarzo vidrioso, en parte cristalizado i que contiene raras h~jillas de mica, que se encuentra en distintos puntos formando erupciones que atravie­san el t.ofo traquítico o que se hallan cubierta5 por él o sea riolita.

Esta roca está íntimamente ligada a las erupciones de traquita, i puede considerarse como un'a variedad cuarzosa en que el cuarzo se encuentra en grandes elementos} i el feldspato en estructura'compacta. Su color es oscuro, o gris café característ.ico, i que, a algunos metros de profundidad se halla en masas compactas, como cualquiera otra roca granítica o porfídica.

La traquita pura, los conglomerados traquíticos i esta roca cuarzo­sa, alternan un poco mas arriba, en un espacio de dos a tres kilóme­tros, como lo manifiesta la siguient.e figura:

Traquita pura Traqui-ta i eon- ~ Roca .e- ' , 1; I

glomerado traqu~ rqptlva ~ c<uarzosa I .ti-eo 1 e

'! (Ri 01 i ta~

conglomerado;

t raqu i t leo

-:l± -

~ 10. PUl 'OXCHI LE

A los 37 kilómetros (medida del FerrocalTil~ valle arri ha, existe el caserío de Pocuncllile.

Altura s' \ore el mar. ................ . Temperatura a la somora ......... . Al sol .... ............................. . Higrómetro .......................... .

570 metros 29 grados 34 )) 45 ))

El "alle, en gran parte bem!Jrauo de alfalfü i en que crecen multi­tud de sauces i molles, se halla todo cultivado. Desde las alturas se le ve como una cinta verde que onclula -a traves de las <lridas lomas de traquita.

En Poconchile tiene mas de 800 metros de anchura. El defecto de e~te valle es tener muchos pantal'os, provenientes

de la impenneaoiliclad parcial del terreno. El agua es ademas saloore, a causa del río Azufre que se mezcla con ellas en la Cordillera i que contiene muchos sulfatos ácidos de fierro.

Sin emoargn , las legumbres como el maiz, las papas, lechugas, etc., se dan allí de buena calidad.

En ese punto, a ámoos lados, los \'erros son traquíticos, i de gran­de elevacion.

§ 17. MOLINO

Altura sobre el mar, 900 metros. A las 9 A . .1\1., higrómetro 55 0,

termómetro, 21 0•

Lo::; cerros son tam Llien de traquita, alternada eon capas ele con­glomerados' e interrumpidos ue trecho en trecho por erupcione::; de esa roca feldspútica cuarzosa de que ya me he ocupado.

En la oase se observan a veces fajas yerdosas, (Ine estimo como acarreos ue rocac; plutónicas que Re encuentran mas arriba.

La erupcion crii:ltalina de felclspato cuarzo (riolit'1) aparece aquí tambicn en la superficie formando masas redondeadas soldadas con ce­mento de igual composicion, como si esta roca huoiera aparecido deba­jo del agua i se hubiera contraido por enfriamiento.

Estas erupciones están barnizadas a veces con costras de sal. Se

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encuentran en medio del tofo traquítico intercaladastentre dos capas del mismo.

Hai tambien allí capas de conglomerados formadas por fragmen­tos angulosos o seudo-angulosos incrustados en el tofo traquítico. Tam-

o bien se hallan est.as rocas entre dos capas de traquit.a. Las capas de esta naturaleza que se ven inclinadas en algun punto

del camino, deben sin duda su actual posicion a derrumbes o caídas de las partes altas, porque la estratificacion jeneral es en todas partes mas o ménos horizontal. .

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o. o.;;;;.;.:: -:'-=-=::::;;-.;-:.7 __ --

Obsérvanse en los acarreos modernos adheridos a las baf:les de los cerros, relSto de plantas i de madera descompuesta que indica el anti­guo nivel del valle en época reciente, nivel que ahora se encuentra a 10, 15 i mas metros mas aba:jo, lo que demuestra el poder de desgaste

_ de las aguas, sobre todo en épocas de a venida. A un kilómetro ántes de llegar al Molino se observa una

erupcion verdosa, que es una especie de P9rfido feldspático de ese matiz.

De Molino a Putre en la Cordillera hai 16 leguas, o sea dia i medio de camino.

§ 18. VALLE DE AZAPA

De Poconchile al valle de Azapa hai cuatro leguas de camino. Ambos valles están separados por un alto cordon de montañas de

cerca de 1,000 metro~ de altura, elevacion hasta la que se llega por una cuesta arenosa i de que se desciende por otra al valle de Azapa, despues de cruzar una meseta bastante estensa. El higrómetro marca 450 en la cumbre de la cuesta: i el termómetro 27.

Las rocas del trayecto son todas traquíticas, pero en algunos pun­tos hai diques verdes o negros, eruptivos.

o Tambien se observan costras i venas de sal en el descenso del lado de Azapa.

- :3f¡ -

Hecorrí en este valle el camino hasta mas allá de Oasa Grande, hasta el término (le los cultivos, a unas 8 leguas de Arica.

A las 9 A . .1\1. del 26, el termómetro marca 29°, el higrómetro' 30, i 360 metros el barómetro.

El rio está seco i su cauce ocupa gran part.e del valle. Sin em­bargo, hai secciones cultivadas fertilísimas en que se dan toda clase de frutos: higos, naranjas, limones, plátanos, duraznos, pacares i otros.

En Casa Grande el valle tendrá 400 metros de anchura, que au­menta a medida que se desciende hácia Arica.

A 8 leguas mas arriba se halla el punto de Ucipa, hasta donde lle­ga agua por la quebrada en todo tiempo, para regar unas 5 o 6 hectá­reas. De Ucipa a Putre hai 10 a 12 leguas.

Tambien son traquíticos los cerros elel lado sur del valle. En ese mismo lado pueden observarse algunas erupciones graníti­

cas reducidas. La quebrada se halla cubierta de cantos rodados, principalmente

el lecho del rio. Hai tres vertientes permanentes en distintos puntos, en un trayec­

to de 5 a 6 leguas hasta la costa. Su caudal disminuye en ciertas épo­CáS i aumenta con las crecientes del rio de enero i febrero, que a ve­ces llega hasta el mar.

Estas vertientes alcanzan a regar mui poco terreno, dos o cuatro hectáreas cada una.

En jeneral, puede asegurarse que el valle de Azapa no tieue mucho terrono cultivable sin regar, a no ser en su desembocadura. Talvez no podrian aprovecharse actualmente mas de 200 a 300 hectáreas. Sólo con un plano ele este valle podrían obtenerse datos exactos sobre la materia.

Aparte de las vertientes, hai agua de pozo, que se encuentra a dis­tintos niveles, hasta 30 metros de hondura.

Tambien del lado Sur existen costras de sal, como en el lado Norl e del valle.

Siguiendo hácia Arica, continúan 108 cerros traquíticos por el Nor­te, hasta llegar a la Pampa, i por el Sur hásta encontrarse con la for­macion secundaria, una legua ántes de llegar a ese puerto.

A la simple vista se distinguen ::Ílnbas formaciones. La una es de colores claros y arenosa; la otra es oscura, sombría i carece casi de are­nas. Esta se prolonga por la costa en direceion al Sur i abarca grande estension.

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§ ] O. EL MOURO

N o He puede echar una vista sobre las formaciones jeolójicas de este territorio sin que llame profundamente la atencion el sombrío pro­montorio conocido con el nombre del Morro.

Se le ha estudiado o citado por grandes je610gos como D'Orbigni, Darwin, David Forbes, i algunot:l otros naturalistas.

En la traduccion de las Observaciones sobre la Jeolo/ía de 811rl­América, de Darwin, en las p~jinas 384 a 389, hai una descripcion de­tall?da de eRta montaña, en que se establece el descubrimiento hecho allí de f6siles característicos del terreno serundario, como te1'e 1) rrttlllas, grijeas, exaj'ú'a8 i otras.

Don Alfredo Escuti Orrego, traductor de dicha obra, i actual ad­ministrador de la Aduana de Arica, tiene una coleccion de fósiles es­traidos por él mismo de las rocas estratificadas del Morro, tales como Rh'l'nchonellas, steplwnoceras, grijeas i posidomas, amonites Yason i amo· nites macrocephalos, todos característicos de los terrenos secundarios del lias i de la oclita media.

Por mi parte, en mis rápidas escursiones por el Morro, he obteni­do de las rocas arcillosas estratificaJafl de la base, las posirlomas carac­terísticas de los mismos t'?rrenos.

Debo hacer notar que en la cima de Cuesta Blanca, a 3,600 metros de altura, ~lllegar al macizo que forma la cumbre de la Cordillera, tuve la suerte de encontrar las mismas posidomas,junto con amonites, en una marga azul, que forma parte de esa enorme fonnacion estratificacla que aparece en la entrada de la quebrada de San Francisco i que se halla en todo ese rrayecto hasta las cumbres eruptivas de Huailillas, i que se eRtiende hácia el Sur i N ort e en grande espacio. Hai en tre esas rocas capas silíceas i calcáreas, i algunas carbonosas con e8quitas car­boníferas. Se hallan solevantadas en varios puntos por granitos i tra­quitas cuarzosas, i todas ellas forman un horizonte jeolójico caracterís­tico de los terrenos secundarios, que llegan hasta el Morro, formando como he dicho un inmenso golfo, i que se estienclen despues por la costa en direccion al Sur.

~l sabio naturalista David Forbes publicó en Lóndres en 1861 sus observaciones jeolójicas sobre Bolivia, en que aparecen los estudios que hizo mui detenidamente acerra del Morro de Arica en 1X57.

N o cree como D'Orbigni que el terreno que constituye este cerro perteneciera a la época carbonífera. Ello atribuye al período liásico, () sea a la base de los terren08 secundarios.

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Descubri6 Forbes tambien en los flancos del Morro conchas de Ballan Mellz'pora, moluscos que viven actualmente en el mar q·ue baila su base,

confirmando así la afirmacion del teniente Freyer en su carta a Sir Char­es Lyell, de haber encontrado esas conchas en el mismo sitio a 20 i 30 pies de altura. (Darwin, Jeolojical observat'l·ons, pájina 265).

Esto acusaria un levantamiento reciente de la costa, equivalente a esa altura. 1 así debe ser, porque no s610 cerca de la playa, sino tambien a cierta distancia del mar, en toda la bahía de Arica, pueden observarse ca­pas de conchas modernas que corroboran ese hecho.

Respecto a la composicion del Morro, ella es mui característica. El mar ha destrnido su base, que sin duda He estendia anteriormente

hasta la isla del Alarran, i el cerro se encuentra ahora por ese lado for­mando una muralla vertical de ciento cincuenta metros de altura.

Para darse cuenta de la estructura de esta montaña, hai que obser­varla sucesivamente por el lado del mar i por el Jado de tierra.

Por aquella parte se ve en la base una masa eruptiva parda oscura, sobre Ja cual descansa una serie de areniscas rojas i otras capas metamor­fizadas, que tienen una inclinacion pequeña hácia el Noreste, i una direc­cion de Norte 45° al Oeste, aproximadamente.

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., Por el. otro lado se descubre aJ pie del Morro una serie de capas fo­slhf~ras arclllosaE, M, cubiertas por la roca eruptiva, P, que sustenta las aremscas, margas i cabíreos de encima, S.

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Llama la atencion en el Morro (por el lado del mar) una serie de fallas, algunas con rumbos N. E., otras N. O., i la mayor parte con una

direccion de Este a Oeste i con inclinacion al Sur. Conté hasta ocho de estas fallas. En cinco de ellas se han formado grandes grutas o concavidades que

siguen la direccion de las fallas, i cuyo interior no he tenido tiempo de vi­sitar. La altura de estas grutas sobre el mar, me ha parecido ser de mas o ménos diez a veinte metros.

El Morro bordea la ribera, uniéndose con otras montañas mas ele­vadas que se prolongan a lo largo de la costa hácia el Sur, i en que, desde léjos, puede discernirse con toda claridad su estructura estratifi­cada.

La r0ca que mas llama la fttencion en el Morro es eruptiva, com­puesta de felspato oscuro con cristales negros aujíticos i otros al parecer felspáticos. Forbes califica esta roca con elllombre de aujita porfídica. Podria tambien llamársele pórfido andesí tico. . En la parte de encima de esta roca existen masas esferoidales de se-

. senta a ochenta centímetros de diámetro, cimentadas por una sustancia silícea, en las que el señor Escuti Orrego ha encontrado impresiones de braqui6podos i conchas.

La presencia de est.a sustancia silícea puede atribuirse a la precipita-

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cion de la :;;ílice ele aguas (lue la han disuelto de las areniscas o rocas silí­cea:;; de mas arriba, o bien, como lo creen algunos, a la erupcion de aguas cargadas de sílice o geisers.

Esto último poaria admitir~e ~i las distintas fallas que cruzan el ::\10-1'1'0 estuvieran rellenas con esa ~ustancia, cosa que no he tenido tiempo de verificar.

Encima de ese pÓl'tirlo (lescansa la serie de rocas estratificarlas que Forbes ha descrito en todos sus detalles.

,(::\Ias arriba de la roca eruptiva, dice, se ven costras parecidas a las­cle la base, de un color rojo, i como calcinadas. Encima de estas hai una capa de acull1ulacion salina i reciente, con frecuencia ll1ui calcárea, i mas­o ll1énos de un grosor de uno o dos pies. Las costras se ven sustituidas­por un pórfido negro sobre el que yacen costras alteradas. entre las cua­les se ve una capa delgada (le caliza gris, con señales mui marcadas de restos orgánicos; encima de estas un pórfido rojo con cristales blancos (le felspato i manchas aujítiefts elel mismo color seguidas con una serie de co::,tras en que hai una capa de piedra calcárea igual a la primera. Encima de ef,ta~ costras existe un segundo pórfirlo rojo; despues una tercera capa de co::,tras, i por último, gruesas capas de pórfido rojo, i algunos conglome­rados porfídicos pedregosos (lue contienen clgatas i nódulos de espato cal­cáreo, cubierto e;.;te último con 1111a especie mineral verde)).

K o terminaré estas observaciones :;;obre el Morro sin recordar el he­cho apunta(lo ya cuanclo me ocupé del valle de Lluta, que allí tambien se encuentra una roca eruptiva que, en su parte superior se halla constituida por gruesos bloyue:-; redondeados de la misma sustancia, cimentado;.; entre sí por una especie (le arenisca. Esta roca, que tiene todos los caracteres de la riolita, es distinta de l::t del ::\Iorro, i su estructura, como la de éste, puede atribuirse ::tI hecho de haber aparecido debajo del agua, pro. duciémlose por esto un enfriamiento rápiclo que dió lugar a la coutrac­cion (le la materia en forma globular.

§ :2u, ~OTAS

Para completar eote informe se ha procedido al análisis de aO'uas tierras i rocas que he tomq,do en el terreno mismo i que he pues~o e~ manos del señor Illspeetor de Hidráulica.

AG[',\ ])E UCHL'SU.\JA

Reaccion neutra.-Fuerte olor de hidrójeno sulfurado, que <lesa­parece por oxidacion, en contacto del aire.

ERRATA

En el testo se ha repetiao el análisis de las agnas de U chusnma i de

Azufre.

- 41-

Dosificado este gas, inmediatamente despues de abrir el frasco orijinal, di6 una lei de gas 0,017 por litro.

Residuo a 1100 gramos por litro ... " ..................... . ) ) 180 » » » ••••••••••••.....•.•.••.•••• ) al roj o ) » ».. .. .. . .. ........... .. .... ..

Sulfato. de sodio ............................................... . Cal ............................................................... . Magnesia ........................................................ .

0,357 0,337 0,257 0,143 0,070 0,020

El estado salino de cal i magnesia, es posiblemente el de bicar­bonato.

Bien aereada, hasta oxidar el ácido sulfhídrico, seria una agua de buena calidad.

Santiago, Mayo 4 de 1910. (Firmado ).-.J ORJE \V Ei"T:\IAN.

NOTA.-El agua de Uc\msuma no contiene ácido sulfhídrico i el que ~aparece en el análisis debe pwvenir de la reaccion de sulfato de sodio sobre alguna materia orgánica con­tenida en el !í<luido o sobre el corcho mismo.-A. ORREGO CORTES.

AGUA DEL RIO AZUFRE

Contiene algunas materias de carácter orgel,nico en suspension. Rea<:cion ácido inodora. Residuo a 1100 gramos por litro ........................ ..

» » 180 ») ») ....................... .. » » al rojo »)) ••••..•••..•.•••....•..••

Sulfato de aluminio gramos por litro ................. .. » férrico ............................................ . » de <:alcio ............................................ .

Acido sulfúrico libre .... " .................................. . Cloruro de sodio ............................................ . Cloruro de magnesia ...................................... .

Absolutamente impropia para regadío e industrias. Santiago, Mayo 4 de 1910.

14,24:6 11,986

8,368 4,081 1,033 1,394: 3,196 2,076 0,071

(Firmado).-JOR.JE \VESTMAN.

- 42-

Las muestras de agua han sido analizadas por don J orje ,Yest­man de la seccion de tT eografía i Minas, i las de tierras por don Fran­cisco Rojas Huneeus, jefe de la estacion agronómica de la Quinta Nor­mal. Las muestras minerales han sido clasificadas en la misma Seccion de .J eografía i Minas por don Alfredo Vallejo (noventa i siete mues­tras).

Acerca de las aguas solo debo observar que en las del Uchusuma no exi~te hidrójeno sulfurado en ninguna forma i que, si aparece en el análisis, ello se debe sin duda a una reaccion producida en la mues­tra misma entre el sulfato de soda i alguna sustancia orgánica.

ANÁLIRI~ DE LA:-; ACHT A:-;

.J.lfueslras del Urhusuma al llegar al valle de Tacna. «Reaccion neurra.-Fuerte olor de hidró.ieno sulfurado que des­

a parece por oxidacion en contacto del aire. «Dosificando este gas inmediatamente despues de abrir el frasco

orijinal dió una lei de 0,017 por litro.

Residuo a 110°, por litro ................................. .. » » 1~0° » )¡ ................................. ..

» al rojo »») ................................. .. Sulfato de sodio ............................................. . Cal ............................................................. . Magnesia ............................•.........................

0,357 0.337 0,257 0,143 0,070 0,020

\(EI estado salino de la cal i magnesia es probablemente el de bi­carbonato.

(Bien aereada, hasta oxidar el ácido sulfhídrico, sería una agua de buena calidad.

AGUA DEL RIO AZCFRE

«Contiene algunas materias de carácter orgánico en suspension. «Reaccion ácido inodora.

Resíduo a 1100 gramos por litro............ .............. 14:.246 » » 1800 » » J)......... ................. 12,980 » al rojo » » » .......................... 8,308

- 43-

Sulfato de aluminio, gms. por lit ........ ~~ .... ~ _. ~ ..... . ») férrico ...................................... ' .....•• ~ , .. . ») de calcio .................................. OH'" ••••.

Acido sulfúrico libre ................. ,,, ..................... . Uloruro de sodio ............................................ . O loruro de luagnesio ...................................... ..

«Absolutamente impropia para regadío e industria.

A~ALISIS DE LAS TIERRAS

Kit meros 1 i 2

Análisis físico

Humedad .............................................. . Arena gruesa ......................................... . Arena fina ............................................ . Arcilla ................................................. .. Hurnus .... ' ......................................... .

Análisis químico I

Anhidrido fosfórico total.. ......................... . Iel. soluble ........................ ..

Oxido de calcio ...................................... .. Potasa ................................................ ..

Cloruro de sodio ..................................... . Azoe total. ...................................... , ...... '1

Núm. 1

O,QOO 52,250 36,00U lO,10U

U,55U

U,lHJ 0,015 0,453

Indicios 0,U1Q 0,164

40S1 ..;, <)b3 1. ,\ ,J,

1,3'1.:1: 3,19n 2.07G 0,071

Núm. :2

1,8UI) 42,65U 33,20U 20,1)51J

0, \;,(1)

0,171 0,076 3,32U 0,01.") 0,04:1 0,0'3¡

-- 44-

~Ylímeros 3 ..j (1)

Análisis físico

Humedad .............................................. . Arena gruesa ......................................... . A.rena filia ............................................. . Arcilla ................................................. . Hunlus ................................................. .

Análisis químico

Anhidrido fosfórico total. .......................... . Id. soluble .......................... .

Oxido de calcio ....................................... . Potasa ................................................. .. Azoe total. ........................................... .. Cloruro de sodio ...................................... .

.L\'límI'l'08 6 i 6 (:¿)

Análisis físico

Humedad ............. , ............................... . Arena gruesa ......................................... . Arena fina ............................................. . Arcilla ................................................ .. Hunlus ................................................ .

Análisis químico

Anhidrido fosfórico total.. ........................ . Id. soluble .......................... .

Oxido de calcio ....................................... . Potasa ................................................. . Azoe total. ........................................... . Cloruro de sodio ...................................... .

(1) El núm. 4, corresponde a tierras de la Yarada. (2) El núm. 5 corresponde tambien a la Yarada.

:Núm. 3

1,600 üo,500

3,100 J 7,730 lU,350

U,163 U,040 1,174 U,U11 O,U65 (),~'2

:Núm. 5

U,(5 1)

17,55U 22,400 55,530

1,64U

U,186 0,148 u,337 O,UH) O,u39 u,012

Núm. "*

2,ü()0 &7,150

U,7UO 9,050 U,5lO

1),110 u,U61 0,680 l),u28 U,U33 0,578

Núm. 6

:¿,600 42,430 22,730 21),210

1,540

0, u8I Indicios

7,85iS Indicios

u,013 10,434

- 45-

.LYÚmeros 7 8

Humedad ............................................. . Arena grne~a ......................................... . Arena fina ............................................ .. Arcilla ................................................ .. Hll1uns ....................................... .

Análi¡:,i;; químico

Anhidrido fosfórico total ............................ . Id. soluble ......................... ..

Oxido de calcio ....................................... . Potasa .................................................. . Azoe total. ......................................... .. Cloruro de sodio ..................................... ..

Núm. 7

~),3UO

48)~UO 13,!)7U 31,bbU

3JI70

0,145 0,U23 3,57t\ 1),027 (),02G 2,31;¿

Kllrn. H

l,.")I)()

G7,3011 11),551) 1 q, >'1)1)

1,""(1)

0,1U4 0.027 0,712

I nciicios 0,024 } ,12t\

Tales son los resultados de los análisis de las aguas i tierras. Res­pecto a las rocas, creo inútil enumerarlas aquí, por haberme ocupado de ellas estensamente en el texto del informe i en los planos res­pectiyos.

Con relacion a las tierras, el señor Rojas Hllneeus, en carta del 1) de Junio, con que me acompaña copia de los análisis, me dice lo siguiente:

(cLas muestras de tierras, en jeneral, son suficientemente ricas en anhidrido fosfórico total i soluble, i contienen una buena proporcion de cal. Son en cambio casi todas pobres en potasa i en ázoe total. To­das contienen asimismo una proporcion regular de cloruro de sodio, pero siempre inferior a 0, 1 ~/o, ménos las muestras números 7 i 8, i sobre todo la muestra número 6 que contiene 10%, cantidad perjudi­cial a casi todo cultivo. La composicion física es tamLien un tanto Ya­riable; casi todas son tierras areno-arcillosas, ménos las muestras nú­meros 5, 7 i 2, que pueden considerarse lijeramente arcillmJas.

Resumiendo, estas tienas pueden considerarse aptas para el cul­tivo, i solo será necesario, en j eneral, emplear abonos potásicos i azoados. La muestra que contiene 10% de cloruro de sodio, no seria apta para el cultivo».

Sólo me resta agregar que en el plano se han marcado con los signos MI, M2, etc., los puntos dA donde han sido tomadas las ante­riores muestras.

R. 2'"

Arica

Arica

R.2'"

'Arica

R. 21 ..

Arica

, R. T.

R. T.

R. T.

R. T.

.' , CORTES JEOLOJICOS DE LAS PRINCIPALES QUEBRADAS QUE DESEMBOCAN EN EL VALLE DE TACNA

R. T. ~. ,

TyC Ry

PROYECCION E. O. VALLE DE AZAPA

R. T. R. T.

, rriaita , CU~8ta de Llut.a

R. T. R. T.

Casa Grande R.C

-- -~ ~I

240 mt. 860 mt.,

, PROYECCION E. O. QUEBRADA DE LLUTA

RT

'r y C Ry Poconchile TyC RT T.y C.

510 mt.

PROYECCION N. E. QUEBRADA DE VINANI

RT R. T.

Hospicio -- - --- --. -' --....-....-.;-/ 189 mt. 218 mt.

PROYECCION N. E. QUEBRADA DE HIGUERANI

R. T. JIospicio

R. T.

--- - ~ ---- ----189 mt.

Becal" de lBs vertica~: Om. 001-80 mI.

R. T. Tacna

550 mI.

RT El Molino

900 mt.

Lu horilOnt.ales oorresponden a nll1' eacal& de Om. 001 por 100 mI.

T.y C.

, ESPLICACION

.Los dibuJOI con1'ellcionaiu le rejleren a 101 cerrol que limitan tal quebradal. '

Te7'7'enos de aca7'~O

-<l __ ..... Q (..)o

o~ CA: ro rr l .,¡ ~ el • <.> --: vong ome7'ados antiguos

' I~R~· I Tr-aquitas

..-'\ -1 . ,

. "1 _ -,

'1 Ry .,. Riolitas ~ .., ., ..,

9locas grantticas

~ (Jlocas secunda7'ias

.Diques e7'UptivoB

TyCA

'r y O C. A. Y Ry Vl'«-~; Grande , Villani Chico .......

1~60

"

RT Pachía

1095 mt.

1800 1960 2050

1230 mt. -

R.O R 21 .. Y T. Pu\uni r

+ -

"

.A. ORREGO CORTES

~~I

1 ____ ---- --1 I I

--""--"' 1 _----1 I

1800 mt.

Sociedad Imprenta 1 Lltografla Unlverao - SaDllaro

.['[. ;.,.:; u·~Am ~,~ 3!' J..BY

ERR'ATAS

En el plano jeneral se ha omitido el nomhre de Arica i del Jforl'o, que de­

bieron colocarse en el estremo sur de la bahía' de Arica.

Tambien se han omitido los signos correspondientes a los médanos que exis­

teu ell las vecindades de la plava a partir de Arica hasta la punta de Sama, Sl­

, tnada en el estremo norte de la bahía.

Los puntos qne debieron seiíalarse ,con las letras M 1, M 2, etc. de que se

sacaron muestras de tierra son:

1) Al salir de Tacna cerca de la punta de Arunta.

2) Al terminar la capa gruesa de cascajOS ántes de llegar a .Punta

Blanca.

3) Entre el Hospicio i Yarada.

4 i 5) En los terrenos de la Yarada.

6 i 7) Entre la Yarada i Tacna,

. 8) Entre Pachía i Tacna.

R. 2'"

,-1' "

- , -:- '1 " - - ' ,' , _ ', - :.-----0------ -. -~ -o-::: -.:.- 1-::: -_-=-Iamdá - --:

- I :::..

PRÓYECCION GEOLÓGICA DEL TERRENO

R. T. R. T.

R. T.

- ---- , ~

. - '

Esenla. de {) .000 1 lJOT 00 mt.

R. T . , .. --.,...- .

.-:- --' . --: .1 , '----'" I . .....;.- .

R. T. i • • =. •• _J' --- • • ' . - .' -- • .. l" = ' "'" --

l095 I

R, T,

. ,

, o Cauce lec

139 mt.

I

I

1, , " , I

, I '

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I ' '1 , ' ,

,..¿:::::._~-_____ _,_.:....:...-:..__:_ -~-....:. Cauce seco ' ,

I I I

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BI. KG..RO SU BSTBUC'I'VB. GBOI.ÓSIC.

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I I Tres C?'uces

San Francisco • .I"'!>--, .,,. tnas L/uta Q, de :Pa/ca R. G.

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I :' ,-- ',' . ',< 1 1-=-:1

R. 2'"

T errenos de a carreo arenosos

T errenos cultivados

Tierras buenas sin cultivo

Tierras arenosas

.,Jdédanos

Conglomerados y cantos rodados

A reniscas s aladas

rRocas secundarias

-Rocas traquiticas

R iolita

-Rocas volcánicas

rRocas graniticas

42,10

~ .

v

v ~ ...,.,.. l

v R. V' I (/

1i760 I

v

I v R. V.

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R. G/

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I .\4·iO

R. G, O

17cltUSltllUI

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/

I I

,

PLANO TOPOGRÁFICO DE LOS TERRENOS DE

T ACNA y ARICA y

ESTUDIO GEOLOGICO DE ESA REGION l'OR LA

SUB-COMISION DE REGADIO QUE SUSCRIBE

Escala: 1 :100,000

Santiago¡ .Abril de 1910

J. FONTECILLA A. ORREGO CORTES

INGENIERO'AYUDANTE

Sociedad Imprenta Litografia Universo,- Sanliago

THE JOHN CRERAR

:.., ~ ,. '(

íNDICE

La Palnpa de Tacna i A rica.... . .................................................... .. § 1 Desde Tacna a la Quebrada del l\lolle ............................................... . § 2 Desde Tacna al Hospicio............ . ................................................. . § 3 Desde el Hospicio a las Halinas i La!2;llnitas ........................................ . § 4 Entre Hospicio i La Yal'ada ........................................................... . § 5 Entre Lagunitas i Lluta ................................................................ . § 6 Entre La Yarada i Punta d(' Hama ................................................... . § 7 Las Ohimbas .......................................... -................................ . § 8 Composicion de la Pampa ....................... , ...... '" ............................... ' § 9 Las aguas subterráneas de la Pampa ................................................. . § 10 El valle de Tgcna ........................................................................ . § 11 Terrenos cultivables en este valle ..................................................... . § 12 Cómo podrian regarse estos terrenos .................................................. . § 13 Estudios de las quebradas trasversales, Quebrada de San Francisco de Pachía

a Chuschuco e Higuel'ani ............................................................ . § 14 Quebrada de Viñani ......... , ........................................................... . § 15- Valle de Lluta ............................. ·· ..... ········· ...... ···· ..................... . § 16 Poconchile ........................................ ·· ...................................... .

§ 17 Molino ............................... ···.· .. ················································ § 18 Valle de Azapa ................................. -......................................... . § 19 El Morro ................................................................................... . § 20 Notas ....................................................................................... .

p,¡jina ...

1 2 3 4 4,

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11

H 18 18

22 28 31 34 34 !13 37 40

558.3 ROOl c.l Estudio jeo/gico e hidro/jico en /

11111111111111111111111111111111111111111111 086 745 549