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INDUSTRIA DEL ALCOHOL EN YECLA - Cayetano de...

Date post: 19-Sep-2018
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63 INDUSTRIA DEL ALCOHOL EN YECLA Gerardo Palao Poveda Desde el siglo XVIII, la vid se con- vierte en el cultivo básico para la econo- mía yeclana, origen de la industria del vino y de las de obtención de aguardientes y flemas de alcohol. Las flemas sacadas de brisas de uva y los vinos de mala calidad proporcionan la materia prima para la obtención de alcoholes rectificados, que comienza a finales del siglo XIX, obteniéndose tar- tratos, abonos combustible vegetal y otros productos, como subproductos de estas industrias alcoholeras, y vermuts y lico- res con el alcohol producido. En los inicios del siglo XX se insta- la una fábrica de obtención de aceite de pepita de uva, aumenta el número de bodegas, fábricas de alcohol y de otros productos de transformación agraria, prin- cipalmente, y hay un enorme desarrollo en Yecla, que llegó a alcanzar 27.000 habitantes en las proximidades de 1930, cifra superior a la actual, a pesar de haber en nuestra ciudad más de 200 fábricas en la actualidad. A partir de los años 60, hay una subida de los salarios que va haciendo antieconómicas estas industrias y se pro- duce un cierre de las mismas en la década de los setenta. En la actualidad, la industria del alcohol se reduce a la empresa de Juan Turu que obtiene flemas de alcohol, aceite de pepita de uva, piensos, abonos y com- bustible vegetal. Me permito acabar esta introduc- ción con un elogio a la vid, que está en la raíz de nuestro actual desarrollo. Los pri- meros carpinteros de Yecla fueron los toneleros y aperadores. La extensión del cultivo de la vid hizo que se talaran nume- rosos árboles que proporcionaron la pri- mera madera para fabricar sillas y otros muebles sencillos. Los empresarios del alcohol fueron los primeros banqueros cuando no había entidades de crédito en nuestra ciudad; así, el capital, el espíritu de empresa y el trabajo artesano de la madera nacieron de la vid y formaron los cimientos de la industria del mueble, de la que nos sentimos orgullosos todos los yeclanos. 1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. La primera noticia de existencia de vides en Yecla nos llega a través de Gimé- nez de Gregorio, con las Relaciones de
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INDUSTRIA DEL ALCOHOL EN YECLA

Gerardo Palao Poveda

Desde el siglo XVIII, la vid se con-vierte en el cultivo básico para la econo-mía yeclana, origen de la industria delvino y de las de obtención de aguardientesy flemas de alcohol.

Las flemas sacadas de brisas de uvay los vinos de mala calidad proporcionanla materia prima para la obtención dealcoholes rectificados, que comienza afinales del siglo XIX, obteniéndose tar-tratos, abonos combustible vegetal y otrosproductos, como subproductos de estasindustrias alcoholeras, y vermuts y lico-res con el alcohol producido.

En los inicios del siglo XX se insta-la una fábrica de obtención de aceite depepita de uva, aumenta el número debodegas, fábricas de alcohol y de otrosproductos de transformación agraria, prin-cipalmente, y hay un enorme desarrolloen Yecla, que llegó a alcanzar 27.000habitantes en las proximidades de 1930,cifra superior a la actual, a pesar de haberen nuestra ciudad más de 200 fábricas enla actualidad.

A partir de los años 60, hay unasubida de los salarios que va haciendoantieconómicas estas industrias y se pro-duce un cierre de las mismas en la década

de los setenta.En la actualidad, la industria del

alcohol se reduce a la empresa de JuanTuru que obtiene flemas de alcohol, aceitede pepita de uva, piensos, abonos y com-bustible vegetal.

Me permito acabar esta introduc-ción con un elogio a la vid, que está en laraíz de nuestro actual desarrollo. Los pri-meros carpinteros de Yecla fueron lostoneleros y aperadores. La extensión delcultivo de la vid hizo que se talaran nume-rosos árboles que proporcionaron la pri-mera madera para fabricar sillas y otrosmuebles sencillos. Los empresarios delalcohol fueron los primeros banqueroscuando no había entidades de crédito ennuestra ciudad; así, el capital, el espíritude empresa y el trabajo artesano de lamadera nacieron de la vid y formaron loscimientos de la industria del mueble, de laque nos sentimos orgullosos todos losyeclanos.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS.

La primera noticia de existencia devides en Yecla nos llega a través de Gimé-nez de Gregorio, con las Relaciones de

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Felipe II. En ellas se dice que existíanplantíos de viñedos que se regaban con elagua de un pequeño arroyo. En 1698comienza un pleito entre el obispo de ladiócesis y la Villa de Yecla, que duróhasta finales del siglo siguiente. En elcuaderno del citado pleito no se hacereferencia a la vid, por lo que no podemosafirmar que en el siglo XVII éstas secultivaban en cantidad ínfima o sólo oca-sionalmente, por lo que no era digna demención.

Los datos de las producciones entre1746 a 1759 recogen que de las 90.509fanegas de tierra de cultivo se dedican1.708 a viña y olivo, y 1.277 a viña sólo,cifras algo considerables teniendo en cuen-ta que el cultivo carecía de importanciaunos años antes.

Los datos de finales del siglo XVIII(1761 a 1793), nos indican que se produ-cen una media cercana al millón de litrosde vino; los de buena calidad son uno delos productos más vendidos a otras regio-nes. En cuanto a los de peor calidad, losque se estropeaban y los orujos de uvaproporcionaban la materia prima para laindustria de aguardientes y alcoholes, quecomenzaba.

En 1756, el marqués de la Ensenadarefiere en su catastro, la existencia de unaguardiente en Yecla. La producción deaguardiente pasó de 5.000 litros en 1788a 32.000 en 1794, con una media de 6.000litros para el periodo. En 1786 se quema-ron 228.000 litros de vino en la fabrica-ción de aguardientes, obteniéndose ade-más leche de anís y mistela. También se

obtenían vinagres con los desperdicios detoneles y vasijas.

Aunque los datos de finales delsiglo XVIII nos confirman que existenfábricas de aguardiente en Yecla, es en1803 cuando aparece en su Ayuntamien-to la primera autorización formal para lainstalación de una destilería o fábrica deaguardiente, en el paraje del Portichuelo.La segunda fábrica autorizada se remontaa 1860, en que el vecino José Ortega Juaninstala su destilería a la entrada de lacarretera de Almansa. No obstante Ma-doz consigna en 1850 la existencia de 5fábricas de aguardiente y el número sehabía elevado a 10 en 1861, según Gimé-nez Rubio.

La existencia de otras destileríasademás de las autorizadas por el Ayunta-miento, de acuerdo con los datos de Ma-doz y Giménez Rubio, podría ser confir-mada por el hecho de que Cristóbal Euse-bio de Mergelina y Selva, arrienda en1832, una fábrica de aguardiente que tie-ne en la calle de San Roque a unos mono-veros.

La baja pluviosidad y la adversaclimatología de Yecla hicieron que elcultivo de la vid fuese incrementándosepor ser el que mejor se adapta a las carac-terísticas del terreno1. El continuo incre-mento viene reflejado, según Madoz, enel hecho de que en 1870 el comercio deexportación de Yecla se reduce al vino ylos aguardientes. El panorama industrialse verá incrementado por la instalación delos primeros rectificadores para la obten-ción del alchohol, destacando por su im-

1 En el libro sobre la EXPOSICIÓNVINÍCOLA NACIONAL de 1877y en la Memoria sobe la provinciade Murcia, se dice: "...puede com-prenderse la fabulosa riqueza que lavid reportará a la provincia el díaque los labradores, conociendo susverdaderos intereses, den a tan pre-cioso arbusto, la importancia que semerece, y dejen para otras regionesmás abundantes en lluvia, el cultivode cereales..." La creciente exten-sión del cultivo de la vid en nuestrotérmino acabó dándoles la razón.

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portancia económica la alcoholera dePascual García Candela, instalada en 1874en la actual calle de las Fábricas2.

En 1878 se solicita el título de Ciu-dad para la Villa de Yecla, entre otrasrazones por "las grandes cosechas de ce-reales y caldos y por su desarrollada in-dustria fabril...", lo que es un reflejo de laindustria de transformación agraria, tantoen el capítulo correspondiente a la vid(vinos aguardientes y alcoholes), como aldel aceite (almazaras, extractoras de acei-te de orujo, jabones, etc.) y los molinos.

Sigue el incremento del cultivo dela vid desde finales del siglo XIX y seproduce la primera crisis vinícola a prin-cipios del actual siglo. Tras romper Fran-cia el tratado que regulaba la exportaciónde vinos, se produjeron excedentes y estollevó al gobierno a prohibir la importa-ción de alcoholes alemanes, al tiempoque impulsaba la producción nacionalmediante la destilación de vinos sobran-tes. El doble efecto de la medida fue lacreación de nuevas industrias alcoholerasy la desaparición de los vinos de malacalidad del mercado.

En Yecla, el efecto de la medida delgobierno fue la aparición de nuevas in-dustrias alcoholeras, tanto de rectifica-ción de alcoholes como de obtención deflemas. Van apareciendo, junto a la citadade Pascual García, la del "molino de va-por", la del italo-suizo Cherubino Valda-ggiacomo (1924), Alcograsa (1947) y lade Petronilo Puche (1958); se obtienenholandas de heces de vino en la de LuisAlonso (finales de los 40). Paralelamente

2 En el libro citado anteriormente,refiriéndose a la elaboración de vi-nos en la comarca norte de Murcia,donde está Yecla dice: "...nos abs-tenemos de comentar la pisa y lafermentación, mas desde luego de-bemos de protestar por el modo detrasegar los vinos y la manera delavar los toneles, pues con aquél sedisponen a la aceitificación por in-terponerse entre sus moléculas grancantidad de aire..." En la Memoria correspondientea la provincia de Albacete, se dice:"...lo destemplado del clima haceque no se complete el proceso defructificación de la uva; la fermen-tación de mostos se verifica anor-malmente, porque muchas veces seinterrumpe por un descenso bruscode la temperatura, ...los vinos nopueden conservarse largo tiempo...,las condiciones antes dichas comu-nican al vino la propensión a alte-rarse..." De los párrafos anteriores sededuce que una gran cantidad devinos se estropeaban en Yecla poruna deficiente elaboración y en laszonas manchegas próximas a nues-tro pueblo, por problemas deriva-dos de las bajas temperaturas; enambos casos se tenía materia primapara la industria alcohólica, la únicacapaz de aprovechar los citados pro-ductos.

se va produciendo la desaparición simul-tánea de las fábricas de aguardientes, queno llegaron a los años de la Guerra Civil.

La época de la industria alcoholerafue de mediados de los años 50 a media-dos de los 60, en que las técnicas dedestilación contaban con los últimos ade-lantos de Francia, pionera en estas indus-trias. Se rectificaban dos millones de li-tros anuales en los años 60, obteniéndosealcohol de la mejor calidad, que se solici-taba por las mejores fábricas de alcoholnacionales (brandys de Jerez, licor 43 deCartagena, etc.) siendo insuficiente lamateria prima del término, por lo quehabía que traer el déficit de las provinciaslimítrofes (Albacete y Alicante) y de LaMancha (Cuenca y Toledo, principalmen-te) de las que se traía alcohol en bruto oflemas.

El amplio mercado nacional delalcohol producido en Yecla, que era de lamejor calidad conocida en España, debíaestar relacionado con el agua del términoo algún otro factor, pues la materia primaera semejante a la de los pueblos limítro-fes y la técnica de elaboración era lamisma. Se comercializaba principalmen-te para las industrias de licores de Alican-te, Murcia y Andalucía.

El elevado costo de la mano de obrade estas industrias y las importaciones dealcohol que hizo el FORPA, crearon pro-blemas económicos y la baja rentabilidadde las empresas llevó a su cierre a finalesde los 70. Desaparecieron sucesivamente"el molino de vapor", Arclesa (antes Pas-cual García), Petronilo Puche, la de Por-

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tillo (antes Cherubino), la de Luis Alonsoy, finalmente Alcograsa en 1978.

Actualmente sólo pervive la fábri-ca de Juan Turu, antigua Arclesa, que hamodernizado maquinaria y procedimien-tos y continua obteniendo flemas de alco-hol, pero al no poder rectificarse en Ye-cla, las envía a una rectificadora de To-melloso. Esta fábrica produce lo que lascinco anteriores desaparecidas, en cuantoa flemas.

2. SITUACIÓN Y ESTADO ACTUALDE LAS INDUSTRIAS.

El agua es el factor decisivo a lahora de localizar las industrias de trans-formación agraria, en general, y principa-les caudales de aguas del término son losde la Fuente Municipal o aguas del Here-damiento, que suministran a nuestra loca-lidad desde 1700, y los de la HidráulicaSan Pascual, que fueron alumbrados porPascual García Candela, el impulsor deuna pujante industria que se suministrabadel mismo. El segundo factor es la proxi-midad a las carreteras, pues deben tenerfáciles accesos para entrada y salida deproductos.

Todas las industrias alcoholerasyeclanas están instaladas en la zona nortedel pueblo, junto a los cauces de las aguascitadas; en el plano de Yecla podemos veral "molino de vapor" situado en las proxi-midades de la carretera de Fuenteálamo,Alcograsa junto a la carretera de Alman-sa, las fábricas de Juan Turu junto a la deCaudete, las industrias de Petronilo Pu-

che y de Portillo en el Camino Real, concomunicaciones a las de Villena y Pinosoy la de Juan Alonso junto a esta últimacarretera.

El estado actual de las industrias esde tal deterioro que apenas me ha permi-tido la realización de parte gráfica de estetrabajo. La fábrica de Portillo desapare-ció, no habiendose conservado ni su airo-sa chimenea, que era un punto de referen-cia en el paisaje yeclano; en el "molino devapor" no queda nada de su industriaalcoholera; de la fábrica de Pascual Gar-cía (hoy de Juan Turu) sólo queda lachimenea de la zona de rectificación, noquedando nada de la zona de obtención deflemas; de Alcograsa aún quedan restosde las columnas de rectificación; en lafábrica de Petronilo Puche quedan loscalderines y la chimenea, utilizándose lasinstalaciones como desahogo de la bode-ga familiar y está muy abandonado elhorno de secado de heces de vino de JuanAlonso.

No hay restos de industrias de aguar-dientes.

3. DESCRIPCIÓN DE LAS INDUS-TRIAS ALCOHOLERAS.

El estado de deterioro de las insta-laciones alcoholeras y la ausencia de res-tos de fábricas de aguardientes ha condi-cionado el trabajo, centrándolo en losapartados siguientes:

a) Reproducir la descripción oraldel antiguo alambique de la fábrica dePetronilo, desaparecido antes de la guerra.

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b) Descripción de los calde-rines de la fábrica de Petronilo,que permitían la obtención de fle-mas de alcohol y de los métodos detrabajo en los mismos.

c) Descripción del horno desecado de heces de vino.

d) Descripción de las co-lumnas de rectificación de Alco-grasa y de los modos de trabajo dedicha industria.

3. A) Los alambiques de las in-dustrias de aguardiente.

Los alambiques se utilizaron enYecla desde al siglo XVIII para obteneraguardientes y flemas, dando origen auna industria local que exportaba sus pro-ductos fuera del término y que manteníaa unas diez empresas.

El auge de la industria del alcoholfue haciendo desaparecer estas industriasy las últimas noticias de existencia dealambiques en nuestra ciudad se remon-tan a unos sesenta años, es decir, a antesde la Guerra Civil, en que aún se elabora-ba aguardiente o "anís de orujo" en labodega de Petronilo Puche, uno de cuyospropietarios actuales, Julio Puche, nos dareferencia oral de los mismos. De acuerdocon él, la elaboración era completamentesimilar a como se obtiene hoy en día enalgunos puntos de Galicia.

El alambique consta en esencia deuna caldera, una columna y un refrigeran-te, como podemos ver en algunos graba-dos antiguos (fig. 1). El vino o el orujo se

calientan en la caldera a fuego directo,siendo el tamaño de la que me describie-ron de unos 80 cms. de diámetro; losvapores que emanan llegan al refrigeran-te a través de la columna y se condensan.

El proceso es discontínuo, el gradoalcohólico de los vapores emitidos dismi-nuye a medida que se agota el alcohol delvino o de la brisa destilados, obteniéndo-se un destilado de baja graduación si sequieren recuperar todos los vapores alco-hólicos. En Yecla se obtenían orujos de22º de alcohol. Los aguardientes que lle-gan a 50 y más grados de alcohol esporque son sometidos a una segunda des-tilación para aumentar el grado, con loque el producto de mayor cantidad obte-nido compensa a lo largo y costoso delproceso.

En la época que desaparecieron losúltimos alambiques de Yecla, en pueblospróximos como Benejama se fabricabanaguardientes y aníses con alambiques másmodernos, alemanes, que daban mejorescalidades.

Figura 1.

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3. B) La alcoholera de PetroniloPuche.

Esta industria de obtención de fle-mas de alcohol es un ejemplo de lo quefueron otras similares, de las que no que-dan restos. Entre estas industrias tene-mos, por orden de instalación las delmolino de vapor, Pascual García (des-pués Arclesa y después Juan Turu), Cheru-bino Valdaggiacomo (después Portillo) yAlcograsa, que fue la última de las insta-ladas.

La empresa Puche y Candela esta-bleció una bodega y almacén de vinos enel Camino Real en 1921; muy cerca deesta bodega y con el fin de aprovechar lossubproductos de la misma, se establece-ría en 1958 la industria de obtención deflemas de alcohol y de tartratos, en la

chimenea de la alcoholera aparece la fe-cha citada. (fig. 2).

La materia prima para la obtenciónde flemas era el orujo o brisa de uva,subproducto que queda tras extraer elmosto a la misma y que tiene azúcaressusceptibles de fermentación, obtenién-dose unos 60 litros de alcohol por cada100 kilos de azúcar, por lo que dado laúltima cantidad de azúcar que queda enlas brisas, se deben mover grandes canti-dades de las mismas. La fermentación delas brisas se llevaba a cabo en enormeshoyos de 10 ó más metros de profundi-dad, en los que se metían de 300 a 500 milkilos de brisas, que tras fermentar enausencia de aire, eran extraídos a mano(con palas) y transportados con carreti-llas a los calderines. Estos eran llenadosy vaciados manualmente, lo que exigíauna media de 12 operarios para realizarlas faenas, que conllevaban el riesgo desubir y bajar a los hoyos, los peligros delgas carbónico que llenaba los mismos yla dureza del trabajo en los calderines, aunas temperaturas agobiantes produci-das por el vapor de agua que arrastra elalcohol.

Como he dicho, las brisas fermen-tadas eran llevadas en carretillas a trescalderines (figs. 3 y 4), en los que cabíanunos 400 kilos y se les hacía llegar vaporde agua para destilar el alcohol (de puntode ebullición 78’3°C). El proceso eracontinuo en la práctica, pues cuando elprimer calderín estaba destilando secomenzaba a calentar el segundo; el ope-rario iba observando el densímetro o al-

Figura 2.

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cohómetro que había debajo del refrige-rante, que medía el grado alcohólico delas flemas obtenidas. Cuando marcaba 0,era señal de que ya había destilado todo elalcohol de este primer calderín y se pasa-ba el vapor al segundo calderín, que esta-ba ya a unos 80º C, comenzando seguida-mente a destilar este segundo calderín.Entonces se empezaba a calentar el tercercalderín y se vaciaban las brisas sin alco-hol del primero.

Las brisas obtenidas de los calderi-nes, eran llevadas por una correa sin fin ala parte de fabricación de tartratos, tra-tándolas con agua caliente y ácido sulfú-rico, tras lo cual se prensaban para quitar-les agua, se secaban y se les extraía las

Figura 3.

Figura 4.

pepitas para obtener aceites, y el resto,hollejo y raspajo, se utilizaba comocombustible para las calderas de vapor yhornos de secado de tartratos.

Como la destilación del alcohol delas brisas acaba cuando ya no queda nadade grado alcohólico, los últimos vaporesdestilados son muy pobres en alcohol,por lo que debe elevarse el grado de losmismos; esto se realiza en una pequeñacolumna de platos, que aparece sobre lapared, detrás de los calderines (ver fig.5), que puede elevar el grado hasta los 60ºalcohólicos. Después estos vapores enri-quecidos pasan al condensador refrige-rante que hay junto a la columna. Lasflemas obtenidas eran llevadas posteror-

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mente a las fábricas de rectificación dePortillo y Alcograsa.

No se encuentran datos de los cons-tructores de los calderines. Sólo recuer-dan que fueron fabricados en Valencia yque se llamaba David el que lo construyó.

Las corrientes de vapor que se lle-van a los calderines se producen en unacaldera situada en una sala contigua a lade calderines; es de las de tipo hogarexterior con tubos de humo, es decir,tubular (ver fig. 6). Fue fabricada enValencia por Juan Marco y Dolz; se en-cuentra en buen estado.

El agua de la caldera se le suminis-traba mediante un caballete y una bombaque hay en la misma sala (ver fig. 7). Era

Figura 5.

normal tener juntas ambas máquinas,debido a las frecuentes restricciones eléc-tricas. Cuando faltaba la luz y no se podíautilizar la bomba, se metía el agua a lacaldera manualmente, mediante el caba-llete. Sólo la bomba tiene datos de fabri-cación: sabemos que fue fabricada porPizzala y Crory, con casas en Barcelona,Madrid y Valencia, de donde deberíaprovenir ésta: era de pistón RAS, tipo3A; suministraba 1.500 litros por hora,trabajaba a 8-10 atmósferas y su poleagiraba a 375 rpm.

El cierre de estas fábricas de obten-ción de flemas de alcohol se debió alelevado costo de la mano de obra. Recor-demos el dato de los doce operarios que

Figura 6.

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necesitaba la fábrica de Petronilo parasus tres calderines y pensemos que en lade Pascual García habían seis calderines.Llegó un momento en el que el procesono era rentable ni en el caso de que lamateria prima fuese propia, es decir,subproductos de bodegas propias.

Los procesos de fermentación enalmacenes que se realizan en la fábrica deTuru permiten la carga con palas mecáni-cas, el proceso de destilación es automáti-co, moviéndose las brisas mediante tomi-llos sin fin. Un sólo operario supervisa elproceso. La drástica reducción de manode obra ha permitido abaratar los costes yproducir flemas de manera rentable, encantidad equivalente a todas las obteni-das en las cinco fábricas citadas.

3.C) Fábrica de alcohol de hecesde vino3.

Aunque la importancia de esta in-dustria es insignificante en relación a las

industrias citadasanteriormente, encuanto a la obtenciónde flemas, no podemosdejar de citarla.

Las heceso posos de vino sonuno de los subpro-ductos de la fabrica-ción del mismo, queproporcionaban la ma-teria prima barata parala obtención de tartra-tos, ya que eran muy

ricas en éstos y, a la vez, producían algode alcohol.

La única fábrica de Yecla que recu-peraba las heces de vino era la de LuisAlonso, que se abrió a finales de loscuarenta y comenzaron recogiendo lasheces y prensándolas en sacos para qui-tarles el agua; después se ponían a secaral sol y una vez secas, se desmenuzabany vendían a las fábricas de Yecla queobtenían tartratos.

Como los días de lluvia había querecoger las heces que se secaban y no sepodía trabajar hasta la vuelta del tiemposeco, el procedimiento quedó enseguidaen desuso y se pasó a secar las heces en unhorno de tambor giratorio, movido por unmotor, que hacía que girara sobre el ho-gar. El cilindro del tambor tenía unatrampilla en la parte de arriba que permi-tía la carga de las heces. La trampilla secerraba una vez cargado y se iniciaba elproceso de secado, que duraba más omenos en función de la humedad de las

Figura 7.

3 En el libro citado se da una rela-ción de subproductos de la industriadel vino, citándose los productosobtenidos de las heces, de las queseparan por presión, desecación ycombustión, cenizas potásicas, conlas que se fabrica carbonato de po-tasa bruto. Las heces, que se com-ponen especialmente de levadura yactártaro, se emplean ante todo parapreparar un aguardiente. Con el tár-taro bruto que se encuentra en lostoneles y heces (tartrato decal conmateria colorante y fermento), seobtiene el tártaro depurado o cre-mor tártaro, y con él, el ácido tartá-rico, utilizado en numerosas indus-trias.

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heces, pero que se detectaba el final delmismo por el crepitar de las partículas enel interior del tambor.

La humedad eliminada de las hecesen el horno, contiene vapores alcohólicosen menor cantidad que las brisas fermen-tadas, pero que eran recuperables me-diante su condensación en un depósitocon agua, por el que pasaba el tubo quevenía del tambor, acabada la operaciónde secado. El líquido se denominaba ho-landas y era, como hemos dicho, unsubproducto de la obtención de heces quese utilizarían para obtener tartratos.

El tambor metálico del horno esta-ba fabricado en Alcázar de San Juan porun fabricante que lo tenía patentado comopropio.

La fábrica se cerró cerca del año 80debido a que la fabricación de tartratosdejó de ser rentable y lo era menos, portanto, la industria que suministraba lamateria prima.

3.D) Las fábricas rectificadoras:Alcograsa.

En Yecla hubieron tres fábricasque rectificaban las flemas y holandas,obteniendo alcoholes. La más antiguafue la instalada por Pascual García. Des-pués se instaló la de Cherubino y, final-mente Alcograsa, que fue la más moder-na industria de este tipo que se instaló y laúltima en cerrar.

Merece recordarse en un trabajosobre la industria alcoholera a PascualGarcía Candela, bracero, que se transfor-

mó en arriero o transportista en reatas demulas y que trajinando con vinos, creóuna pequeña fortuna. Su visión comer-cial le llevó a crear en 1874 una alcoho-lera, consiguió el alumbramiento de ungran caudal de agua, el de la HidráulicaSan Pascual, creó la industria vinícola"Rodríguez, Melero y García" en 1891,que pasó a denominarse "Pascual Garcíae Hijos" en 1898, exportaba desde Ali-cante a Francia y Bélgica sus vinos, alco-holes, vermuts y licores. Se convirtió enbanquero cuando en Yecla no habíanentidades bancarias. A la suscripciónpopular para dedicarle una estatua sesumaron numerosos trabajadores, pero laestatua no llegó a levantarse. Yecla sigueen deuda con este preclaro empresarioque tanta prosperidad creó y que fueejemplo de "trabajo, talento y honradez".

A Pascual García Candela le suce-dió su hijo Pascual J. García Ibáñez, quedió su nombre a la empresa en 1918. Dosaños después, construyó un almacén en lacalle de las Fábricas con 11 conos, cadauno de ellos de 4.000 arrobas, la alcoho-lera producía 3.500 litros diarios de alco-hol; era el primer exportador de Yecla yen 1921 trabajaban en su fábrica cerca de300 obreros.

La familia García quebró en losaños 30, la fábrica fue comprada por elempresario catalán Juan Turu Vila, quetenía fábrica de aceites de pepita de uva yobtenía flemas de alcohol, y BartoloméBañón, que tenía bodega y había sidoarriero. La industria pasó a denominarse

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(Fig. 8) Foto Archivo T ANI

Arclesa (Alcoholeras Reunidas de Cen-tro y Levante).

En 1952, Juan Turu compra la par-te de Bartolomé Bañón y en ese momentose dejan de fabricar alcoholes, pero lasflemas se seguían obteniendo en el "mo-lino de vapor" que era propiedad delcitado empresario.

La segunda rectificadora instaladafue la del italo-suizo Cherubino Valsan-ggiacomo, en 1924 y en el Camino Real.Esta empresa obtenía también flemas dealcohol. Al acabar la guerra y disgusta-dos por las trabas que le ponían en elAyuntamiento, vendieron la empresa aJuan del Portillo, Caballero Mutilado enla Guerra Civil en 1941, cuando acababade regresar de Alemania. La producciónera de unos 1.400 litros de alcohol diarios

al comenzar, llegandó a los 3.500 al final;concretamente, en 1966 se destilaron316.700 litros de alcohol, a partir devinos malos de la Cooperativa "La Purí-sima" y de productores vinícolas de Ali-cante o flemas producidas en sus cuatrocalderines. La producción de la fábricade Portillo llegó finalmente a los 3.000litros diarios y, no obstante, tuvo quecerrar en 1975 por resultar antieconómi-co el proceso.

La fábrica de Portillo fue desman-telada y en su solar se han levantadobloques de pisos. Quedan fotos antiguasen las que se puede admirar la esbeltasilueta de su torre. (ver fig. 8).

La rectificadora más moderna ins-talada en Yecla fue Alcograsa, Alcoholesy Grasas de Yecla, S. A., situada junto ala carretera de Almansa. Fue levantadaen 1947 por Antonio Candela García,

Figura 9.

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empresario y propietario de las BodegasCandela, y Luis González Gómez, ma-drileño y yerno de uno de los mayoresbodegueros de Villena, por lo que lamateria prima de la industria era propiaen una buena parte. (ver fig. 9).

El estado actual de la fábrica es deabandono. En el patio se ven los enormespozos de fermentación de brisas; los cal-derines fueron vendidos para chatarra.Los numerosos depósitos para la obten-ción de tartratos siguen en buen estado, aligual que los hornos, calderas y depósitosde alcohol (fig. 10); en cuanto a las co-lumnas de rectificación, quedan parte deellas, pero son las únicas que quedan enYecla y a ellas hemos de referimos paradescribir estas industrias.

Figura 10.

Para efectuar el proceso de rectifi-cación, se necesitan tres columnas: larectificadora propiamente dicha, la des-trozadora y la desmetilizadora. La mate-ria prima para la rectificación eran lasflemas, holandas y vinos de mala calidad(traídos principalmente de La Mancha),al ser productos relativamente impuros,que contienen muchas sustancias voláti-les que han pasado del vino al alcohol yque son las que dan el sabor al aguardien-te, pero que hay que eliminar para obtenerel alcohol, que debe ser incoloro y casiincoloro cuando es puro. Así pues, lasflemas o alcoholes de mala calidad pasanprimeramente por la columna destroza-dora, en la que se eliminan las sustancias

Figura 11.

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volátiles que dan el color y el olor a lasflemas o vinos, saliendo de la columnadestrozadora un alcohol de 10° sólo.

El alcohol de la columna destroza-dora pasa después a la columna rectifica-dora4 que es la que sube la riqueza alco-hólica al máximo posible, es decir al 97%(ya que forma un azeótropo5 con el aguade 97’1 % exactamente).

Finalmente, el alcohol rectificadose pasa a la columna desmetilizadorapara eliminar el alcohol metílico, basán-donos en la diferente volatilidad del mis-mo, que hierve a 64’7°C. El metílicotiene unas características físicas pareci-das al etílico, pero es muy tóxico, por loque debe eliminarse, pues sería inacepta-

ble en la fabricación de licores o para lasanidad.

Los alcoholes que se obtenían enYecla, hemos dicho que eran de una grancalidad, por lo que se vendían a las mejo-res fábricas de licores nacionales, siendodestinados en parte para sanidad. Losalcoholes más impuros, de cabezas ycolas (los que se obtienen al principio o alfinal de la destilación) se dedicaban aalcohol de quemar o a la fabricación deproductos industriales, tales como laspinturas.

Las columnas de destilación de Al-cograsa medían unos 9 metros de altas,siendo de cobre las primeras que se insta-laron y se cambiaron posteriormente por

Figura 12.

Figura 13.

4 En una columna de rectificación seestablece una contracorriente con-tínua entre el líquido alcohólico y elvapor, debiendo penetrar éste por laparte inferior y el líquido por lasuperior; el vapor de agua se vacargando progresivamente de alco-hol y lo va perdiendo el líquido, quesale sin alcohol por la base del apa-rato, constituyendo las vinazas, quese arrojan posteriormente al alcan-tarillado. El alcohol sale por la parte dearriba y se lleva a un condensador,de donde se recoge y lleva a lostanques de almacenamiento. parafavorecer los intercambios, el con-tacto entre las fases líquidas y vapordebe ser tan íntimo como sea posi-ble. Mientras que el líquido des-ciende por gravedad de unos platosa otros, el vapor burbujea en ellíquido gracias a unas perforacio-nes practicadas en los platos o mer-ced a aberturas tubulares cubiertaspor casquetes.5 En Yecla no se obtenía alcoholabsoluto o de 100º, pues ha de ha-cerse una destilación especial enpresencia de cuerpos muy ávidos deagua, como glicerina y sales, o sus-tancias que permitan separar el aguaen forma de azeótropo.

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otras de acero inoxidable. En las figs. 11y 12 se muestran las partes alta y baja dela columna rectificadora, en acero y ladestrozadora en cobre. La fig. 13 nosmuestra la columna desmetilizadora, tam-bién de cobre. La fig. 14 muestra el es-quema correspondiente a estas colum-nas.

La producción de Alcograsa fue enaumento, pasando de los 2.000 litros alabrir a más de 5.000 en la época que secerró; en esta época había dos columnasrectificadoras, produciéndose más de3.000 litros en la grande y algo más de2.000 litros en la pequeña. A pesar de lacolumna destrozadora, el alcohol siguellevando impurezas, apareciendo éstas al

Figura 14.

principio y al final de cada ciclo, consti-tuyendo las cabezas y colas, que hemosindicado que se utilizaban como alcoho-les de quemar y no para consumo enbebidas o sanidad; por cada 3.500 litrosde alcohol de buena calidad o de centro,se obtenían unos 450 litros de cabezas y200 de colas.

El consumo de agua era importan-te, la empresa se surtía de las aguas delHeredamiento y de un manantial propio.Tenemos los datos del día 21 de agosto de1960. Ese día se destilaron 5.300 litros,consumiéndose 26.500 litros de agua, loque supone un consumo de 5 kilos devapor por cada litro de alcohol destilado.Este consumo es superior al calculadoteóricamente, que era de 3’5 kilos de

Figura 15.

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vapor de agua por litro de alcohol desti-lado.

Este gasto de agua suponía que labomba de pistón inyectaba 1.100 litros deagua por hora al descalcificador paraabastecer las columnas, pero los calderi-nes de obtención de flemas necesitabanotros 400 litros por hora, por lo que lasnecesidades de la fábrica, sólo en la obten-ción de alcoholes ascendía a 1.500 litrosde agua cada hora. La potencia de labomba debía de ser de 1 HP al menos.

Se necesitaba un descalcificadorpara 10.500 litros de agua por ciclo reali-zado cada 9 ó 10 horas, es decir, dosciclos y medio diarios, que dan unos26.000 litros de agua a evaporar en lascalderas cada día. En las figs. 15 y 16

Figura 16.

Figura 17.

vemos la caldera de fuel y su chimenea.Esta caldera está en buen estado de con-servación; es de la marca Vaybora y fuefabricada en el Ferrol del Caudillo. Lafig. 17 corresponde a la caldera de vege-tal, desmantelada para chatarra y de laque queda sólo la parte superior. El vaporproducido por la caldera de combustiblevegetal era más uniforme y la destilaciónse hacía mejor, en cambio la de fuel noproporcionaba una cantidad de vaporconstante y provocaba más movimientosy peor funcionamiento de los aparatos,según cuentan los operarios de la fábrica.

El personal necesario para mante-ner las columnas era: un fogonero, undestilador y un ayudante, por cada ciclo,lo que suponía seis operarios fijos, más el

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encargado. En la actualidad, en la Fábri-ca de Alcoholes Maqueda de Tomellosose obtienen 30.000 litros diarios de alco-hol, con sólo dos operarios.

La fábrica cerró el 30 de septiem-bre de 1978. Antes habían cerrado lasección de obtención de flemas, debido alcoste de la mano de obra, que la hacíaruinosa. La causa inmediata del cierre yde la falta de rentabilidad de la empresa,fue la compra de alcohol de Sudaméricapor el FORPA, que llegó a ofrecer alco-hol a 75 pesetas el litro, puesto en fábricade los licoristas; en Alcograsa, tras rega-tear en la compra de brisas o flemas, salíaa 105 pesetas el litro, por lo que ni siquie-ra la razón de su calidad era suficientepara que se vendiese. Hemos dicho queantes de Alcograsa ya habían cerrado lasotras dos industrias de Yecla, pero nodesaparecieron solas. Desde finales delos 60, desaparecieron todas las de lazona, concretamente en Villena, Sax,Monforte, Pinoso, Almansa y Jumilla.

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Información oral.

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