Número 98: Domingo 4-Domingo 25May 2008
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Recommended Citation (2008) "Número 98: Domingo 4-Domingo 25,"
Estudios Exégeticos Homiléticos: Vol. 2008 : No. 98 , Article 1.
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ESTUDIO EXEGÉTICO–HOMILÉTICO 098 – Mayo de 2008 Instituto
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Salomón
Domingo 4
Sal 47; Hch 1:1-11 (EEH 29); Ef 1:17-23 (EEH 3 Y 62); Lc 24:44-53
(EEH 14)
Comentaremos el Salmo 47 pero antes presentaremos algunas líneas
sobre el salterio.
Algunas indicaciones generales sobre los Salmos
El Salmo 47 corresponde al 2º Libro de los Salmos bíblicos, cuya
división general es propuesta como sigue: Libro I: Salmos 1—41;
Libro II: Sal. 42—72; Libro III: Sal.73—89; Libro IV: Sal.90— 106;
Libro V: Sal.107—150.
La numeración de los salmos difiere en el texto hebreo y en la
versión griega, si bien ambas contabilidades dan el número total de
150. Los Salmos 9 y 10 en hebreo corresponden al Salmo 9 en las
versiones griega y latina. Por otra parte, los Salmos en hebreo 114
y 115 corresponden al Salmo 113 griego y latino. A su vez, los
Salmos 114 y 115 griegos y latinos son uno solo en la versión
hebrea, el Salmo 116. Los Salmos 146 y 147 en griego y latín son el
Salmo 147 hebreo. Los Salmos 148—150 coinciden en las tres
versiones.
Las Biblias protestantes asumieron la numeración hebrea y las
Biblias católicas, tradicionalmente, la numeración griega y latina;
pero la Biblia de Jerusalén, así como la Biblia “Dios habla hoy”
(protestante) tomaron la numeración hebrea e incluyeron entre
paréntesis la numeración gr.-lat.
Con respecto a los géneros literarios de los salmos se han
propuesto varias definiciones; a modo de ejemplo compartimos una
clasificación presentada por Samuel Almada en un Taller en
Montevideo:
1) Himnos (alabanza): Salmos 29; 66; 92; 96; 100; 103; 117; 136;
145; 148; 150
Al Creador: Salmos 8; 19; 104.
Memoria histórica: Sal. 105.
Aleluya: Sal. 113.
Salmos a la realeza de Yavé: Sal. 47; 93; 96, 99.
Cánticos de Sión: Sal. 48; 76; 87; 132.
2) Súplicas (lamentaciones: Salmos 3; 5; 22; 42—43; 51.
Oraciones de confianza: Sal. 23; 27; 91; 121; 139.
3) Acción de gracias: Sal. 30; 34; 138.
4) Otros:
Salmos Reales (de la realeza o reinado de Yavé): Sal. 2; 72;
110.
Salmos sapienciales: Sal. 1; 9—10; 15; 25; 34; 37; 73; 111; 119;
133; 145.
Salmos de las peregrinaciones (subidas): Sal. 122; 126; 133; 134
(120—134).
Memoria histórica: Sal. 78; 105; 136.
Salmos del exilio: Sal. 137.
Salmos mixtos: Sal. 19.
Un comentarista expresa, resumiendo el sentido general de los
salmos, lo siguiente:
1
2
“…los Salmos son una síntesis bien hecha de la Biblia. En los
Salmos, la historia de la salvación, la naturaleza, los
sentimientos, la esperanza, los sufrimientos, etc., son
transformados en oración.”1
Salmo 47
La realeza de Dios, Dios como Rey, domina el contenido de este
salmo. Probablemente se lo puede datar en el tiempo del exilio en
Babilonia (Siglo VI a.C.) o en el post-exilio. Atrás había quedado
la historia de los reyes de Israel; por delante viene, en la
teología del salmista, la nueva historia de Yavé como Rey absoluto,
no sólo de su pueblo sino de todo el mundo. En este presente y el
futuro que ya está al llegar no habrá imperios ni reinos que puedan
doblegar la presencia de Aquel que había sido el Dios de Abraham y
de Jacob (Sal.47:4,9), en un tiempo en el cual Israel aún no tenía
reyes. En este otro tiempo histórico y, podríamos decir, también
escatológico (por la poderosa manifestación de Dios en el mundo) en
el cual se ubica el salmista, la memoria de los patriarcas vuelve
como anticipo de un pueblo cuyo Dios debe reinar en el mundo. Los
príncipes del mundo tendrán su gobierno pero es Yavé, en
definitiva, quien reina.
Es significativo el hecho de la doble mención de los patriarcas
Jacob y Abraham. La referencia a Jacob parece entroncar con la
afirmación de la tierra de Israel como herencia para el pueblo
elegido por Dios. Por otra parte, la referencia a Abraham asume la
línea de la universalidad de Yavé y, asimismo, la universalidad
apuntada al comienzo de la historia hebrea como bendición para
todos los pueblos. Esta tensión nacional-universal del Pueblo de
Dios permanecerá aún en la iglesia cristiana.2
Hay quienes interpretan que un salmo como éste se daba en el Sitz
im Leben (contexto vital) de las subidas al Templo de Jerusalén,
alabando a Yavé en peregrinación. Además tendría como trasfondo
histórico ciertos momentos especiales en la historia de los reyes
de Israel, a saber, concretamente, las entronizaciones de los reyes
(II Sm.15:10; I Reyes 1:39-40; II Reyes 9:13; 11:12). Inclusive
algunos suponen que existía, junto a ello, una fiesta anual de
Renovación del Pacto (cf. II Samuel 6:1-23; I Reyes 8:1-13 y
Sal.132). Todo ello habría forjado el soporte histórico-
teológico-cultual para una fiesta dedicada a la entronización de
Yavé como Rey.3
Parece imposible reconstruir con precisión todo lo que formaba
parte del ambiente histórico y teológico en el cual surgieron este
salmo y sus similares, pero sí es cierto que algunas de las
tradiciones más significativas de Israel, aunque sea como
resplandores lejanos en el tiempo, aparecen como reservas de
sentido que iluminan la comprensión de estos himnos. Podemos
mencionar, al respecto, las tradiciones patriarcales, el Dios
victorioso (guerrero y rey), las entronizaciones de los reyes y la
esperanza en la reunión de todos los pueblos bajo la soberanía de
Yavé (promesa a Abraham, Gn.12; y profecías del Trito-Isaías: Is.
60; 62; 66).
Sobre la teología de la realeza que se aplica en el NT a Jesús,
cf.: Mt.2:2 (los sabios de Oriente); Mt.21:5 (la entrada en
Jerusalén); Mt.27:37, 42 (el título de la cruz); Lc. 23:3 (Pilato
pregunta a Jesús); Jn.18:37 (lo mismo). Después de la resurrección
o en la parusía, cf.: I Tim.6:15s; Ap.4:9; 19:6. Credos
cristológicos también encontramos en el himno de Fil.2:5-11; en I
Tim.3:16; Col.1:15ss; Ef.1:3ss.
Puntualizaciones sobre los demás textos del Leccionario
Hch 1:1-11 – Es el relato de la Ascensión del Resucitado. El Salmo
47 considera la realeza de Dios y su soberanía en el mundo entero,
y el comienzo de Hechos relata la realeza de Cristo, el Señor que
venció a la muerte y comparte con Dios su grandeza y poder.
1 Jacir DE FREITAS FARÍA, en RIBLA Nº 52, p. 10. 2 Cf. Alonso
SCHÖKEL – CARNITI, Salmos I, pp. 672-675. 3 R. DE VAUX,
Instituciones del Antiguo Testamento, pp. 632ss, discute esta
teoría y no la defiende.
2
Estudios Exégeticos Homiléticos, Vol. 2008, No. 98 [2008], Art.
1
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3
Ef 1:17-23 – También este texto se ocupa de realzar la figura de
Cristo resucitado, quien fue constituido por Dios como autoridad
suprema de la iglesia y el mundo.
Lc 24:44-53 – El final del Ev.Lc. aborda las últimas palabras del
Resucitado a sus discípulos, en particular el sentido universal de
la muerte y resurrección de Jesús . Los discípulos deben esperar en
Jerusalén que se cumpla la promesa de Dios de enviar su Espíritu.
El Resucitado desaparece de su vista en las afueras de la ciudad y
los discípulos vuelven a Jerusalén, donde asisten al Templo con
gozo y alabando a Dios.
Hacia la predicación
1) El Salmo 47 no es un salmo descolgado de la historia de Israel;
la presupone y forma parte de ella. Las referencias a Abraham y
Jacob señalan una conexión inevitable en una historia muy extensa,
la cual requiere de la memoria de fe para no perder identidad como
pueblo. Así también el pueblo cristiano (y el pueblo hebreo) no
debe perder su ligazón con la historia bíblica del pueblo de Israel
ni con la historia cristiana. Cada iglesia tiene el derecho de
asumir su propia historia, su tradición, su memoria, como legado de
identidad en el transcurso de las generaciones.
2) Si Yavé es el Dios en el cual hebreos y cristianos creemos como
Creador y Señor liberador, la persona de Jesucristo es el referente
principal (pero no exclusivo) de la iglesia.
3) La universalidad de la promesa a Abraham y de algunas profecías
del AT, como ciertos textos del Trito-Isaías, predispone al
intérprete bíblico a encontrar allí la base testimonial del AT para
asumir el reinado de Cristo resucitado en el mundo. Este poder no
es visible para todos; aún no está completado; el Reino de Dios
está actuando pero es asumido por fe y por esperanza.
4) La alabanza es fundamental para alimentar nuestra fe. Sin
oración ni canto ni reconocimiento explícito de la soberanía de
Dios en nuestra vida y en el mundo, ¿qué quedaría de nuestra
esperanza?, ¿qué predicaríamos?, ¿qué testimonio daríamos?
5) Un tema enorme en sí mismo lo constituye la realidad siempre
presente del armamentismo, el militarismo, las ideologías
justificadoras de la violencia, la represión y el odio hacia otros
semejantes. ¿Cómo enfrentamos, como iglesia en general y
cristianos/as en particular, esta situación desde nuestra
concepción del Dios que promueve la justicia, la paz y la
integridad de la Creación?
6) Un abordaje temático que excede las posibilidades de una
predicación dominical “común y corriente” sería el del diálogo
interreligioso o, al menos, ecuménico intra-cristiano, habida
cuenta de que el salmo extiende su alabanza e invitación a que
todos los pueblos reconozcan al Dios de Israel como supremo señor.
En todo caso se puede sugerir este salmo como un aporte bíblico
para la reflexión posterior, en otros ámbitos o circunstancias, en
la línea de las motivaciones siguientes: ¿en qué ha incidido en la
civilización moderna la religión hebrea? ¿y la cristiana? ¿Se
pueden reconocer algunas señales de la actualidad como
consecuencias del monoteísmo bíblico practicado en la vida social?
(p.ej. el cooperativismo, la prédica de la ética solidaria con los
pobres, etc.).
7) El tema cristiano de la Ascensión de Cristo se vincula, por
analogía, con el Salmo 47 y otros textos del AT (Sal.2 y 110,
¡aunque estos textos trasuntan una ideología militarista que, por
supuesto, no hay que traspasarla a la fe en Cristo resucitado!)
(cf. Is.9:1-7; 11:1-9; 53:12, etc.).
Para profundizar
L. ALONSO SCHÖKEL – C. CARNITI – SALMOS I – Traducción,
Introducciones y Comentario (Salmos 1 – 72), Estella, Ed. Verbo
Divino, 1994, pp.664-675.
P. BEAUCHAMP – Los Salmos noche y día, Madrid, Ed. Cristiandad,
1980.
J. de FREITAS FARÍAS, El libro de los Salmos en su contexto
literario, en RIBLA 52 (2005) 9-22.
R. de VAUX, Instituciones del Antiguo Testamento, Barcelona, Ed.
Herder, 1976, espec. 630ss.
3
4
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Domingo 11, Pentecostés
Sal 104:24-35; 1Co 12:3-7 (1Co 12:3-13, EEH 3); Hch 2:1-11 (EEH
26); Jn 20:19-23 (EEH 96)
Salmo 104:24-35
El Salmo 104 está dedicado a la Creación. Se puede encontrar una
sintonía con el relato de Gn.1:1—2:4ª, inclusive paralelismos. El
comentarista Paul Beauchamp anota a propósito lo siguiente:
“Este orden paralelo, sin embargo, no debe hacernos creer que
también el salmo narra la creación. Una cosa es narrar y otra
describir. Aquí no se narra, sino que se describe la creación. El
autor de Gn.1 se detiene en cada obra para precisar el día. Recoge
ya el gran palpitar que cuenta el tiempo; narra y fecha. Nada
parecido hay en nuestro poema, que se dedica a describir lo que
ahora existe […]”
“…Nos situamos ante el acto creador tal como hoy se nos hace
visible. No es el ayer en que las aguas de abajo descendieron al
lugar que Dios les tenía preparado, sino que siguen fluyendo hoy
mismo: veámoslas desbordar por las laderas de las montañas.”
“El agua que fluye y su movilidad que anima todo el poema es
también el mejor símbolo de lo que éste quiere decir. Si bien es
verdad que la creación se desarrolla en el pasado […], el salmo nos
recuerda, en presente, que Dios crea. Crea nuestro presente, que es
móvil. Si la atención se ve llamada aquí a concentrarse en el
presente móvil, en lugar del pasado inmóvil, de ahí se seguirá que
lo más presente y lo más móvil se manifestará como el objeto por
excelencia del acto creador de Dios. ¿Y qué puede haber más
presente y más móvil que un viviente? Por eso aparece Dios aquí
sobre todo como creador de cuanto vive.” 4
Otro comentarista, Helmer Ringgren, señala que,
“Según el concepto de los israelitas, la tierra era un disco plano,
que flotaba en el océano (tehom), sostenido por montañas firmemente
arraigadas en la profundidad del mar. Por lo tanto, dice el
salmista, “Afirmó también el mundo, no se moverá” (Sal.93:1;
96:10). Sabiendo esto, el israelita se sentía seguro en este mundo.
La tierra está bien fundada y no se moverá, puesto que descansa en
la mano de Dios y todas las fuerzas del caos y la muerte y el
desorden están refrenadas por su poder […]. En consecuencia, la
doctrina de la creación […] es más bien la proclamación de una
realidad presente […]. La creación, por lo tanto, es también un
acto redentor, cuyos resultados están presentes aún y constituyen
una fuente permanente de gozo y gratitud, especialmente cuando se
los conmemora en el culto.”5
Por su parte, L. Alonso Schökel y C. Carnita apuntan que
“En la primera página de la Biblia, Dios es un creador
trascendente, que queda fuera de su obra; da órdenes eficaces,
contempla, impone nombres, crea especies, les imprime un impulso
generador; y se retira a descansar. En el Salmo 194, Dios queda
dentro del universo celeste, como
4 Paul BEAUCHAMP, Los Salmos noche y día, pp. 173-174. 5 H.
RINGGREN, La fe de los salmistas, pp. 137-138.
4
Estudios Exégeticos Homiléticos, Vol. 2008, No. 98 [2008], Art.
1
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5
soberano en su corte, y se sigue ocupando de sus criaturas […].
¿Inmanente a la creación? No; su soberanía universal es su
trascendencia […]. Dios está sentido cercano y presente.”6
En el v.26 tenemos la referencia a Leviatán, una criatura del mar
difícil de identificar con precisión (algunos piensan en delfines,
otros en cocodrilos). En Job 3:8 es mencionado y en Job 41 hay una
larga referencia a la dificultad para pescarlo debido a su bravura
y fortaleza. Para el ser humano, entonces, es prácticamente
imposible sujetarlo, pero Dios (Sal.104:26) sí hasta puede jugar
con este monstruo, pues no se trata de un ser indomable para el
Señor sino de una criatura más.
Los vv.27-28 se repiten en el Sal.145:15-16.
El v.30 es una definición teológica sobre la re-creación de la
naturaleza viva: “envías tu Espíritu, son creados y renuevas la faz
de la tierra”. El verbo bará es utilizado para significar “crear”,
al igual que en el Génesis (Gn.1:1). El Espíritu (de Dios)
interviene para dar vida, así como se hacía presente en la creación
primordial (Gn.1:2). La tierra es renovada (¿re-creada?) por el
Espíritu que Dios envía (shalaj).
El extraño v.35 que alude a los pecadores e impíos parece fuera de
contexto. Si lo tomamos como integrado al todo del salmo podemos
asumir que, particularmente con los vv.31-34, hay un contraste
notorio que enseguida llama la atención. Los pecadores que no
reconocen las bondades de la naturaleza ni se gozan en el Creador
no corresponden al designio de Dios. Hay vida completa cuando
podemos alabar al Creador y discernir con gratitud todo lo que Dios
nos puso a disposición en esta gran casa común para el género
humano y para todo ser vivo..
La lectura del Salmo 104 en el domingo de Pentecostés tiene sentido
teológico cristiano en cuanto a la afirmación trinitaria de Dios
como Creador, Cristo como Salvador del mundo y el Espíritu Santo,
enviado por Cristo resucitado, como capacitador de los
cristianos/as en la misión que deben cumplir en el mundo.
Puntualizaciones sobre los demás textos del Leccionario
I Cor. 12:3-7 – “Hay diversidad de dones… de ministerios… de
actividades… pero a cada uno le es dada la manifestación del
Espíritu para el bien de todos.”
Hch.2:1-11 – La fiesta de Pentecostés narrada por Lucas en Hechos:
“todos fueron llenos del Espíritu Santo”. La reunión multitudinaria
del pueblo judío en Jerusalén en ocasión de esta importante fiesta
aporta el marco para el “lanzamiento” de la iglesia cristiana con
el poder del Resucitado. Algunos temas: internacionalidad de la
iglesia, comprensión en medio de los diferentes idiomas,
manifestaciones particulares del Espíritu (“lenguas”), predicación
de “las maravillas de Dios”.
Jn 20:19-23 - Aparece Jesús resucitado en la sala cerrada donde
estaban reunidos sus discípulos, con miedo, y a ellos les anuncia
la paz. Con su paz los envía al mundo, no desguarnecidos de fuerza
sino con el poder de su Espíritu. Con el Espíritu de Cristo, sus
discípulos tendrán la autoridad para discernir cuándo pueden
perdonar los pecados y cuándo pueden señalarlos para juicio.
Hacia la predicación
1) Un salmo como éste se presta para tomar la temática de la
ecología: el cuidado de la Creación, la naturaleza como el arte
creador de Dios y el ser humano como criatura integrada en la casa
común para todo ser vivo y la naturaleza que los contiene.
2) En la celebración de Pentecostés, por otro lado, el Salmo 104 da
un trasfondo de internacionalidad y “ecumenicidad”, gracias a la
contemplación de la Creación como el gran
6 L. ALONSO SCHÖKEL – C. CARNITI, Salmos II, p.1302.
5
6
espacio para toda criatura, incluidos nosotros/as, los humanos.
Existía una tradición hebrea que proclamaba que en el tiempo
primigenio sólo había una lengua común para toda la humanidad y el
mundo animal. En consecuencia, hacia el fin del tiempo presente, se
volvería a contar con una lengua común para toda la Creación. Leído
el relato de Hch.2 bajo ese trasfondo, Lucas nos invita a
considerar entonces que aquello que ocurrió en la Fiesta de
Pentecostés fue la gran maravilla de la comunicación en medio de la
diversidad geográfica, idiomática y cultural, maravilla que fue
posible por el Espíritu Santo. Pentecostés llega a ser, así, el
comienzo de aquella esperanza y proclamación de unidad del género
humano bajo una “lengua” común.
3) Volviendo a la concepción ecológica, y vinculando el Sal. 104
con I Cor. 12, se podría unir la diversidad de la Creación de Dios
en la naturaleza con la diversidad de ministerios, dones y
actividades en la iglesia y en la sociedad. Un mismo Espíritu debe
reinar aquí y allá, si bien cada uno está llamado a efectuar
aquello para lo cual está mejor capacitado. La iglesia debería ser
un espacio formador y educativo en la distribución de ministerios y
actividades para cada miembro y simpatizante.
Para profundizar
L. ALONSO SCHÖKEL – C. CARNITI: SALMOS II, Traducción,
Introducciones y Comentario, Estella, Ed. Verbo Divino, 1996,
pp.1295-1314.
P. BEAUCHAMP – los Salmos noche y día, Madrid, Cristiandad, 1980,
pp.170-177.
MAILLOT – LELIÈVRE, Les Psaumes, Traduction nouvelle et commentaire
(Ps. 101 à 150), Ginebra, Labor et Fides, 1969.
H. RINGGREN, La fe de los salmistas, Buenos Aires, La Aurora,
1970.
6
Estudios Exégeticos Homiléticos, Vol. 2008, No. 98 [2008], Art.
1
http://digitalcommons.luthersem.edu/eeh/vol2008/iss98/1
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ESTUDIO EXEGÉTICO–HOMILÉTICO 098 – Mayo de 2008 Instituto
Universitario ISEDET Autorización Provisoria Decreto PEN Nº
1340/2001 Es un servicio elaborado y distribuido por el Instituto
Universitario ISEDET Buenos Aires, Argentina Este material puede
citarse mencionando su origen Responsable: Álvaro Michelin
Salomón
Domingo 18, Domingo de Trinidad
Sal 8 (EEH 26 Y 79); Gén 1:1-2:4; 2Co 13:11-13; Mt 26:16-20
Génesis 1:1—2:4
Este relato sacerdotal de la Creación está organizado sobre la base
de la semana hebrea, en la cual se trabaja del 1º al 6º día y se
descansa en el 7º. Se proyecta a la Creación primordial la sucesión
de trabajos y descanso que proclamaba y proclama el judaísmo. Así
como el fiel hebreo debe trabajar durante la semana y descansar el
6ª para alabar a Dios, el propio Creador, en la concepción
sacerdotal, respetó esa norma ya al comienzo de los tiempos. Por lo
tanto, lo que el israelita cumplidor de la Ley realiza viene a ser
el reflejo de que Dios mismo cumplió la Ley desde siempre (¡!)… lo
cual, por deducción, hace que la Ley tenga un carácter inviolable
para el Pueblo de Dios. Para la mentalidad científica moderna hay,
evidentemente, conflictos con una descripción de la naturaleza tal
como se la desarrolla en Gn.1, si bien también puede haber
coincidencias. Según el comentarista G. von Rad,
“…se nos ofrece mucho de la ciencia de la época sobre el origen del
mundo, tal como había sido elaborada por entonces; ciencia que como
tal, se ha visto amplísimamente superada por la nuestra. Pero no es
ella quien toma aquí la palabra sustantivamente, sino que más bien
ayuda a formar enunciados detallados sobre la creación realizada
por Dios. La fe y la imagen científica del mundo se entrelazan en
este texto tan sin tensiones, que precisamente los materiales
científicos son los que hacen posible que se hable de Dios.”
7
Con respecto a la relación de este relato de la Creación con los
mitos antiguos de otras culturas, expresa Von Rad:
“Resulta asombroso ver cuán netamente se separó el pequeño pueblo
de Israel de un entorno de mitos cosmogónicos y teogónicos que
parecía preponderante. No se trata aquí de un misterio generador
del mundo primigenio, del que se dedujese una divinidad, ni de un
combate ‘creador’ entre fuerzas míticamente personificadas, cuya
resultante fuese el cosmos, sino de aquel que no es combatiente ni
engendrador, de aquel a quien sólo conviene el atributo de
Creador.” 8
v.1 - Dios creó (bará): esa es la primera acción en la Biblia, el
primer verbo, la voluntad creadora de Dios. El designio del Creador
se manifiesta en las primeras palabras de las Escrituras. Sin la
Creación, Dios no tendría alteridad ni prójimos con quienes
dialogar. El verbo en hebreo expresa claramente que es Dios quien
tiene el poder y la voluntad de dar vida y forma a este mundo, “los
cielos y la tierra”.
v.2 – El relato no se plantea cuestiones filosóficas como la
creación “exnihilo” (desde la nada); no es su preocupación. En todo
caso dice que “la tierra estaba desordenada y vacía” (tohu vabohu)
y “el Espíritu de Dios se movía [o “temblaba”, “se mecía”] sobre la
faz del abismo”. Sorprende esta alusión tan temprana al Espíritu de
Dios ya al comienzo de la Creación.9
7 G. von RAD, Génesis, pp. 6-57. 8 Ibid., p. 8. 9 Según von Rad,
op. cit., pp.58-59, no hay que magnificar esta referencia ni darle
una proyección cosmológica que no tiene. Con todo llama la atención
su inclusión aquí. Dice S. Croatto, El hombre en el
7
8
vv.3-5 – El primer acto creador de Dios es la luz. Viene la luz por
una orden de Dios (“dijo Dios”). Dios crea mediante su Palabra, no
hay emanaciones desde la esencia invisible de Dios hacia la
materialidad de la naturaleza. La creación de los astros luminosos
vendrá después de la creación de la luz primordial. La luz primera
viene a marcar la diferencia esencial con las tinieblas pre-
existentes. A partir de allí, entonces, se desarrollarán todos los
demás actos creadores. Después de crear la luz Dios evalúa que era
buena (tob). Al haber noche y día se pueden contabilizar los
tiempos, inclusive los de la propia Creación de Dios (1er. día, 2º
día, etc.). Al nombrar lo creado, Dios toma posesión sobre ello y
muestra su soberanía: la Creación le pertenece pues viene por su
voluntad o designio.
vv.6-8 – Dios crea el firmamento para separar las aguas
primordiales de arriba con las de abajo, llamando cielos a lo de
arriba. Después de crear la distinción temporal (noche – día), Dios
crea la distinción espacial (arriba – abajo).
vv.9-10 – Dios descubre después lo seco, tierra, separándolo de los
mares. Esta creación complementa directamente la anterior (la
separación de las aguas), dando el marco necesario para el
desarrollo de la vegetación en la naturaleza seca, que será la
creación inmediatamente posterior.
vv.11-13 – Entonces llega el turno de la hierba, las semillas y los
árboles frutales, completando la creación del 3er. día. Dios crea
las plantas, la vegetación, permitiendo así el escenario para el
desarrollo posterior de los animales y la humanidad, lo cual marca
una fundamental proyección hacia el futuro. Y evalúa nuevamente el
Creador que la Creación era buena, es decir, que correspondía a su
designio.
vv.14-19 - Seguidamente son creados el sol, la luna y las estrellas
(sin nombrar explícitamente ni al sol ni a la luna), no en calidad
de semidioses que puedan regir el destino de otras criaturas (como
la astrología) sino como fuentes luminosas que permitan discernir
entre “las estaciones, los días y los años”. Los astros cobran un
carácter totalmente subordinado a la voluntad del Creador, a
diferencia de algunas mitologías antiguas que les adjudicaban
poderes influyentes en la actividad humana. Es entonces el 4º
día.
vv.20-23 - Recién ahora son creados los seres vivientes, los
animales del mar y del cielo (las plantas no recibieron tal
denominación). Dios crea (verbo bará nuevamente, como al principio)
en un acto que marcará su culminación en el 6º día. Estamos en el
5º día. La vida comienza a manifestarse en la Creación, vida que
será capaz de reproducirse a sí misma. El acto creador de Dios se
prolongará en la infinidad de acciones creadoras que se sucederán
en la multiplicación de los peces y las aves. En los extremos de
abajo y arriba aparecen los seres vivos que, después, verán surgir
otras especies, ya entonces sobre la tierra firme.
vv.24-25 – Dios da la orden para que la tierra produzca seres vivos
(hasta entonces sólo estaba la vegetación). La tierra adquiere un
papel significativo en este acto creador, más que el rol de
escenarios adjudicados al cielo y a los mares. Pero es Dios, de
todos modos, quien crea. Nuevamente evalúa el Creador lo bueno de
su acción.
vv.26-28 – El plural “hagamos” no es fácil de interpretar: ¿hay un
trasfondo de la angelología, por la cual Dios estaría hablando a su
corte de ángeles al momento de crear la humanidad? ¿O se trata de
un plural mayestático, una expresión de respeto o reverencia según
la cual una persona habla en 1ª persona plural cuando, en realidad,
habla sólo por sí misma? ¿O el plural quiere incluir al Espíritu de
Dios que se movía sobre el abismo (v.2), diferenciándolo de Dios
mismo?
Imagen y semejanza: los términos hebreos sélem (imagen) y demut
(semejanza) son complementarios. Sélem se aplica a la forma física,
el cuerpo y la estatua, teniendo un sentido visual, relacionado
también con la idea de sombra. Demut, por su parte, es la semejanza
con su arquetipo original, con el cual debe sintonizar
profundamente. Así, entonces, el hecho de que la humanidad sea
formada como sélem y en demut de Dios le da una preeminencia sobre
toda la
mundo I – Creación y designio, p. 58, que “entre los presocráticos
griegos se admite el aire como uno de los primeros principios del
mundo” (aire, soplo, espíritu).
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Estudios Exégeticos Homiléticos, Vol. 2008, No. 98 [2008], Art.
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Creación. Hay una vinculación tan estrecha entre Dios y su última
criatura que el clímax de la Creación llega con el ser humano.
Además, la procreación humana también llevará este sello a través
de las generaciones, donde los hijos tendrán la semejanza y la
imagen de sus progenitores (Gn.5:1b,3). La capacidad procreadora
del ser humano refleja la capacidad creadora de Dios. Pero a
diferencia de los animales, éstos no procrean a imagen y semejanza
de Dios, solamente lo hace la humanidad. El ser humano tiene la
potestad dada por Dios de gobernar en la Creación
Varón y mujer: el presente relato sacerdotal plantea que el ser
humano es sexuado desde el comienzo. Ambos reciben la bendición de
Dios y la exhortación a la procreación y el gobierno del mundo. El
relato no discrimina entre las funciones del varón y la mujer en su
estar en el mundo.
vv.29-31 – Llama la atención que tanto a la humanidad como a los
animales se les ofrece solamente la vegetación como alimento: no
hay alusión a la matanza de animales por otros animales ni de
animales como alimento para los seres humanos.
La evaluación final de Dios sobre su Creación es excelente. Así
termina el 6º día, última jornada de los ocho actos creadores de
Dios (luz – firmamento – separación de las aguas – vegetación –
astros – peces y aves – animales terrestres – ser humano).
2:1-4ª – El 7º día es de descanso (shabbat) para Dios… por lo tanto
lo debe ser también para su pueblo elegido. Ese día es día santo,
especial, apartado para una función diferente del resto de la
semana. El hebreo que lee esta narración de la Creación asume, por
añadidura, que le es imprescindible respetar el shabbat.
Puntualizaciones sobre los otros textos del Leccionario
Salmo 8 – Se refiere a la Creación en general y al ser humano en
particular como centro de la misma y su mayordomo.
II Cor. 13:11-13 – Saludo, exhortación ética a la comunidad de
Corinto y doxología trinitaria.
Mateo 26:16-20 – Los preparativos para la Cena de Pascua de Jesús
con sus discípulos.
Hacia la predicación
1) Este relato se presta para una reflexión ecológica. Me parece
que, los efectos de una predicación dominical, no habría que tomar
la línea de una confrontación directa entre la teología y la
ciencia, donde deberíamos preguntarnos, en todo caso, ¿qué tipo de
teología tenemos?, ¿cuál orientación científica tomaremos de
referencia?, ¿qué relación hay entre las ciencias aplicadas y la
economía internacional? (ello constituiría una amplísima temática
de debates interdisciplinarios)... sino más bien la consideración
de ciertas puntualizaciones que anotamos en la exégesis, como las
referidas a la creación de la humanidad. Véase la responsabilidad
ecológica que tenemos los humanos en la Creación. El gobierno de la
misma es para proteger lo que Dios creó, no para sentirnos como
dioses con la facultad indiscriminada de usar y abusar de esta casa
común.
2) Una línea reflexiva también puede ser la siguiente: los actos
creadores de Dios fueron buenos, ¿los son también las obras, los
trabajos, las acciones humanas? ¿Puede cada persona tener una
actividad creadora que le permita expresar algo de sí misma y
sentir satisfacción legítima por ello? ¿Hay trabajo para todos/as?
Quien trabaja para ganarse el sustento, ¿tiene la posibilidad de
descansar y retomar energías? ¿Cómo se da la relación entre la
persona y la máquina? ¿Y entre patrones (o empresas) y
empleados?
Para profundizar
J. S. CROATTO, El hombre en el mundo – Creación y designio –
Estudio de Génesis 1:1—2:3, Buenos Aires, La Aurora, 1974.
G. von RAD, El libro del Génesis, Salamanca, Ed. Sígueme,
1977.
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ESTUDIO EXEGÉTICO–HOMILÉTICO 098 – Mayo de 2008 Instituto
Universitario ISEDET Autorización Provisoria Decreto PEN Nº
1340/2001 Es un servicio elaborado y distribuido por el Instituto
Universitario ISEDET Buenos Aires, Argentina Este material puede
citarse mencionando su origen Responsable: Álvaro Michelin
Salomón
Domingo 25, Comienzo del ciclo de la Iglesia (o propios del año, a
partir de propio 3)
Sal 131, Is 49:8-16, 1Co 4:1-5, Mt 6:24-34
Mateo 6:24-34
v. 24 – (Cf. Lc.16:13) En la antropología bíblica, cualquier
individuo está siempre bajo el servicio de algún poder exterior, no
existiendo la individualidad aislada de relaciones con Yavé o con
otros dioses o poderes particulares de la naturaleza. Explica
Bonnard este sentido de la disponibilidad de la persona en sus
vínculos externos:
“El término de pertenencia es el que mejor traduce la idea bíblica
de servicio. No se trata solamente de un trabajo efectivo que se ha
de cumplir, sino de una disponibilidad total del esclavo o del
servidor respecto de su señor. Este exclusivismo está bien marcado
por lo que sigue del versículo: se está o no se está ‘vinculado’ a
un señor o amo.”10
El término Mamón (Mamonas) probablemente deriva de la raíz hebrea
aman: aquello en lo que se puede confiar; cf. emuná, fidelidad, y
la misma raíz para el vocablo litúrgico amén: que sea sí. En el
judaísmo tardío, Mamón tenía el sentido de riqueza o ganancia,
frecuentemente realizada por actos de injusticia.
La contraposición que hace Jesús es muy clara: o confiamos en
nuestra capacidad para conseguir riquezas y se nos va la vida en
ello, o confiamos en el Dios que nos llama a disponer de nuestros
bienes al servicio del Reino y su justicia. Esta justicia del Reino
de Dios está planteada como plataforma programática por el Maestro
en las Bienaventuranzas (Mt.5:3-12; Lc.6:20-26). Todo el Sermón del
Monte (Mt.5—7 y paralelos en Lc.) es, en definitiva, una gran
reflexión sobre el Reino que nos involucra personal y
socialmente.
vv. 25-34 – (Cf. Lc.12:22-23) Jesús no está proponiendo la
eliminación del trabajo sino la regulación de la ansiedad desmedida
en la lucha por la supervivencia. Él sabía que la mayoría de su
pueblo era pobre. No era ciego frente a la realidad dura de muchos
enfermos, sufrientes, mendigos, desocupados o changadores
jornaleros.
El propio Jesús no tenía donde recostar su cabeza (Mt.8:20). Sus
discípulos lo seguían en peregrinación (Mt.4:18ss. y paralelos),
por lo tanto tampoco les sobraba nada en la supervivencia diaria,
ya que habían dejado a sus familiares y sus trabajos para aprender
del Maestro. Entre ellos había pescadores. Jn.12:4-6 cuenta que
Judas Iscariote era el tesorero del grupo, por lo visto de una
bolsa común para la cooperativa de consumo de esta escuela
itinerante. Lc.8:1-3 narra que no sólo había varones en el
discipulado de Jesús, sino también mujeres de Galilea, algunas de
ellas mencionadas por sus nombres “y otras muchas que ayudaban con
sus bienes”. Mt.10:5ss (par. en Mc.6:7-13; Lc.9:1-6 y 10:1ss)
relata la misión a la que envía Jesús a sus discípulos para: sanar
enfermos, curar leprosos, resucitar muertos, echar demonios, dando
por gracia y recibiendo por gracia. Les exhorta a no llevar dinero
ni ropa ni alimento, “porque el obrero es digno de su alimento”. En
las casas adonde los reciban deberán compartir la paz y el mensaje
del Reino, recibiendo a cambio el alimento.
10 P. BONNARD, Evangelio según San Mateo, p.145.
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Estudios Exégeticos Homiléticos, Vol. 2008, No. 98 [2008], Art.
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La preocupación por la comida, la bebida y el vestido es legítima,
pero los seguidores/as de Jesús deben marcar una diferencia con
respecto a los gentiles (v.32). Jesús llama a la confianza en Dios,
quien creó “las aves del cielo… los lirios del campo… la hierba del
campo” (vv.26-30). Si Dios mantiene a sus criaturas y la naturaleza
toda, también tiene el poder y la autoridad para mantener a sus
hijos/as, particularmente quienes se ocupan de la justicia de su
Reino. La confianza en el Dios, Señor del presente y del futuro,
nunca deberá faltar, de lo contrario caeremos en la auto- confianza
exclusiva o en la ansiedad por lograr a toda costa aquello que,
reemplazando el lugar de Dios, podría llevarnos a la desesperación,
la frustración, la angustia o la ambición descontrolada por el afán
de riquezas. No se puede servir a dos señores.
A la preocupación excesiva por querer tener la vida comprada de
antemano, Jesús opone la búsqueda del Reino de Dios y su justicia
(v.33). Llama a reemplazar la mérimna (preocupación, ansiedad) o el
merimnáo (preocuparse, afanarse), por el zetéo (buscar, empeñarse
en, esforzarse) del Reino. Una cosa es afanarse en la ambición de
los intereses individuales; otra muy diferente en comprometerse en
la práctica de la misericordia, de la paz y la justicia en la
sociedad (Mt.5:6-10).
Esta justicia y misericordia del Reino de Dios en la sociedad se
manifiesta en: dar de comer al hambriento, dar de beber al
sediento, recibir al extranjero, vestir al desnudo, visitar al
enfermo y al preso (Mt.25:31-46). La aparente contradicción entre
esta afirmación y exhortación de Mt.25 y el mensaje de Mt.6:24-34
se resuelve, a mi entender, en el hecho de que no es lo mismo
preocuparse por uno mismo que preocuparse por quienes están en
condiciones personales y sociales especialmente difíciles y
traumáticas. Cuando las preocupaciones giran siempre en torno de
uno mismo, entonces nunca habrá tiempo ni esfuerzo ni voluntad para
salir al encuentro de los demás. Encima se terminará justificando
esta situación.
Habrá ricos que no acepten la condición más exigente que pide Jesús
para seguirlo como lo hacen sus discípulos directos (Mt.19:16ss. y
par.), pero el planteo está hecho y Jesús marca el camino del
Reino.
Por las dudas recordamos estas otras palabras de Jesús en Mt.7:7-11
(cf. Lc.11:9-13):
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá;
porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le
pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas
a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos
dará buenas cosas a los que le pidan?”
Puntualizaciones sobre los otros textos del Leccionario
Salmo 131 – Salmo de confianza.
Isaías 49:8-16 – Profecía de restauración de Sión, en la cual Dios
muestra un futuro internacional promisorio para su pueblo.
I Corintios 4:1-5 – El apostolado de Pablo; los tribunales humanos;
el juicio del Señor y las intenciones de los corazones.
Hacia la predicación
Escribió D. Bonhoeffer:
“Las posesiones materiales deslumbran nuestra vista y nos seducen
para que creamos que nos pueden dar seguridad y librarnos de la
ansiedad. Y sin embargo ellas son la verdadera fuente de toda
ansiedad. Si nuestra mirada se fija en ellas, el pago es una
ansiedad cuyo peso es insoportable. La ansiedad nos lleva a buscar
tesoros y éstos a su vez engendran mayor preocupación. Cuando
buscamos la seguridad en las posesiones estamos tratando de
expulsar la
11
12
preocupación con más preocupación y el resultado neto es
precisamente lo opuesto de lo que anhelábamos. Las cadenas que nos
atan a nuestras posesiones se transforman en la fuente de nuestras
preocupaciones.”11
Escribió C. Delmonte:
“…El dinero es un patrón exigente que va esclavizando poco a poco a
todo el hombre. Buscado al principio como un simple instrumento de
intercambio, termina por adquirir un valor en sí mismo, llega a ser
un fin. Asume la apariencia de absoluto, llega a ser un ídolo. Y
como ídolo, aliena al hombre y lo va separando más y más de sus
hermanos, aunque se conserven las buenas costumbres. Crea
privilegiados y desheredados, crea intereses, rivalidades, luchas,
guerras internacionales.”12
PARA PROFUNDIZAR
P. BONNARD, Evangelio según San Mateo, Madrid, Cristiandad 2ª ed.,
1983.
C. DELMONTE, Sobre todo el Reino – La predicación de Jesús en el
Sermón de la Montaña, Buenos Aires, La Aurora, 1979.
VARIOS AUTORES, RIBLA Nº 27: EL EVANGELIO DE MATEO – La Iglesia de
Jesús, utopía de una Iglesia nueva, Quito, RECU – DEI, 1997.
11 D. Bonhoeffer, citado por C. DELMONTE, Sobre todo el Reino, p.
154. 12 C. DELMONTE – Sobre todo el Reino, p. 153.
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