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Número 98: Domingo 4-Domingo 25

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Estudios Exégeticos Homiléticos Volume 2008 | Number 98 Article 1 May 2008 Número 98: Domingo 4-Domingo 25 Follow this and additional works at: hp://digitalcommons.luthersem.edu/eeh Part of the Christianity Commons , and the Practical eology Commons is Article is brought to you for free and open access by Digital Commons @ Luther Seminary. It has been accepted for inclusion in Estudios Exégeticos Homiléticos by an authorized editor of Digital Commons @ Luther Seminary. For more information, please contact [email protected]. Recommended Citation (2008) "Número 98: Domingo 4-Domingo 25," Estudios Exégeticos Homiléticos: Vol. 2008 : No. 98 , Article 1. Available at: hp://digitalcommons.luthersem.edu/eeh/vol2008/iss98/1
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Page 1: Número 98: Domingo 4-Domingo 25

Estudios Exégeticos Homiléticos

Volume 2008 | Number 98 Article 1

May 2008

Número 98: Domingo 4-Domingo 25

Follow this and additional works at: http://digitalcommons.luthersem.edu/eeh

Part of the Christianity Commons, and the Practical Theology Commons

This Article is brought to you for free and open access by Digital Commons @ Luther Seminary. It has been accepted for inclusion in EstudiosExégeticos Homiléticos by an authorized editor of Digital Commons @ Luther Seminary. For more information, please [email protected].

Recommended Citation(2008) "Número 98: Domingo 4-Domingo 25," Estudios Exégeticos Homiléticos: Vol. 2008 : No. 98 , Article 1.Available at: http://digitalcommons.luthersem.edu/eeh/vol2008/iss98/1

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ESTUDIO EXEGÉTICO–HOMILÉTICO 098 – Mayo de 2008 Instituto Universitario ISEDET Autorización Provisoria Decreto PEN Nº 1340/2001 Es un servicio elaborado y distribuido por el Instituto Universitario ISEDET Buenos Aires, Argentina Este material puede citarse mencionando su origen Responsable: Álvaro Michelin Salomón

Domingo 4

Sal 47; Hch 1:1-11 (EEH 29); Ef 1:17-23 (EEH 3 Y 62); Lc 24:44-53 (EEH 14)

Comentaremos el Salmo 47 pero antes presentaremos algunas líneas sobre el salterio.

Algunas indicaciones generales sobre los Salmos

El Salmo 47 corresponde al 2º Libro de los Salmos bíblicos, cuya división general es propuesta como sigue: Libro I: Salmos 1—41; Libro II: Sal. 42—72; Libro III: Sal.73—89; Libro IV: Sal.90—106; Libro V: Sal.107—150.

La numeración de los salmos difiere en el texto hebreo y en la versión griega, si bien ambas contabilidades dan el número total de 150. Los Salmos 9 y 10 en hebreo corresponden al Salmo 9 en las versiones griega y latina. Por otra parte, los Salmos en hebreo 114 y 115 corresponden al Salmo 113 griego y latino. A su vez, los Salmos 114 y 115 griegos y latinos son uno solo en la versión hebrea, el Salmo 116. Los Salmos 146 y 147 en griego y latín son el Salmo 147 hebreo. Los Salmos 148—150 coinciden en las tres versiones.

Las Biblias protestantes asumieron la numeración hebrea y las Biblias católicas, tradicionalmente, la numeración griega y latina; pero la Biblia de Jerusalén, así como la Biblia “Dios habla hoy” (protestante) tomaron la numeración hebrea e incluyeron entre paréntesis la numeración gr.-lat.

Con respecto a los géneros literarios de los salmos se han propuesto varias definiciones; a modo de ejemplo compartimos una clasificación presentada por Samuel Almada en un Taller en Montevideo:

1) Himnos (alabanza): Salmos 29; 66; 92; 96; 100; 103; 117; 136; 145; 148; 150

Al Creador: Salmos 8; 19; 104.

Memoria histórica: Sal. 105.

Aleluya: Sal. 113.

Salmos a la realeza de Yavé: Sal. 47; 93; 96, 99.

Cánticos de Sión: Sal. 48; 76; 87; 132.

2) Súplicas (lamentaciones: Salmos 3; 5; 22; 42—43; 51.

Oraciones de confianza: Sal. 23; 27; 91; 121; 139.

3) Acción de gracias: Sal. 30; 34; 138.

4) Otros:

Salmos Reales (de la realeza o reinado de Yavé): Sal. 2; 72; 110.

Salmos sapienciales: Sal. 1; 9—10; 15; 25; 34; 37; 73; 111; 119; 133; 145.

Salmos de las peregrinaciones (subidas): Sal. 122; 126; 133; 134 (120—134).

Memoria histórica: Sal. 78; 105; 136.

Salmos del exilio: Sal. 137.

Salmos mixtos: Sal. 19.

Un comentarista expresa, resumiendo el sentido general de los salmos, lo siguiente:

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“…los Salmos son una síntesis bien hecha de la Biblia. En los Salmos, la historia de la salvación, la naturaleza, los sentimientos, la esperanza, los sufrimientos, etc., son transformados en oración.”1

Salmo 47

La realeza de Dios, Dios como Rey, domina el contenido de este salmo. Probablemente se lo puede datar en el tiempo del exilio en Babilonia (Siglo VI a.C.) o en el post-exilio. Atrás había quedado la historia de los reyes de Israel; por delante viene, en la teología del salmista, la nueva historia de Yavé como Rey absoluto, no sólo de su pueblo sino de todo el mundo. En este presente y el futuro que ya está al llegar no habrá imperios ni reinos que puedan doblegar la presencia de Aquel que había sido el Dios de Abraham y de Jacob (Sal.47:4,9), en un tiempo en el cual Israel aún no tenía reyes. En este otro tiempo histórico y, podríamos decir, también escatológico (por la poderosa manifestación de Dios en el mundo) en el cual se ubica el salmista, la memoria de los patriarcas vuelve como anticipo de un pueblo cuyo Dios debe reinar en el mundo. Los príncipes del mundo tendrán su gobierno pero es Yavé, en definitiva, quien reina.

Es significativo el hecho de la doble mención de los patriarcas Jacob y Abraham. La referencia a Jacob parece entroncar con la afirmación de la tierra de Israel como herencia para el pueblo elegido por Dios. Por otra parte, la referencia a Abraham asume la línea de la universalidad de Yavé y, asimismo, la universalidad apuntada al comienzo de la historia hebrea como bendición para todos los pueblos. Esta tensión nacional-universal del Pueblo de Dios permanecerá aún en la iglesia cristiana.2

Hay quienes interpretan que un salmo como éste se daba en el Sitz im Leben (contexto vital) de las subidas al Templo de Jerusalén, alabando a Yavé en peregrinación. Además tendría como trasfondo histórico ciertos momentos especiales en la historia de los reyes de Israel, a saber, concretamente, las entronizaciones de los reyes (II Sm.15:10; I Reyes 1:39-40; II Reyes 9:13; 11:12). Inclusive algunos suponen que existía, junto a ello, una fiesta anual de Renovación del Pacto (cf. II Samuel 6:1-23; I Reyes 8:1-13 y Sal.132). Todo ello habría forjado el soporte histórico-teológico-cultual para una fiesta dedicada a la entronización de Yavé como Rey.3

Parece imposible reconstruir con precisión todo lo que formaba parte del ambiente histórico y teológico en el cual surgieron este salmo y sus similares, pero sí es cierto que algunas de las tradiciones más significativas de Israel, aunque sea como resplandores lejanos en el tiempo, aparecen como reservas de sentido que iluminan la comprensión de estos himnos. Podemos mencionar, al respecto, las tradiciones patriarcales, el Dios victorioso (guerrero y rey), las entronizaciones de los reyes y la esperanza en la reunión de todos los pueblos bajo la soberanía de Yavé (promesa a Abraham, Gn.12; y profecías del Trito-Isaías: Is. 60; 62; 66).

Sobre la teología de la realeza que se aplica en el NT a Jesús, cf.: Mt.2:2 (los sabios de Oriente); Mt.21:5 (la entrada en Jerusalén); Mt.27:37, 42 (el título de la cruz); Lc. 23:3 (Pilato pregunta a Jesús); Jn.18:37 (lo mismo). Después de la resurrección o en la parusía, cf.: I Tim.6:15s; Ap.4:9; 19:6. Credos cristológicos también encontramos en el himno de Fil.2:5-11; en I Tim.3:16; Col.1:15ss; Ef.1:3ss.

Puntualizaciones sobre los demás textos del Leccionario

Hch 1:1-11 – Es el relato de la Ascensión del Resucitado. El Salmo 47 considera la realeza de Dios y su soberanía en el mundo entero, y el comienzo de Hechos relata la realeza de Cristo, el Señor que venció a la muerte y comparte con Dios su grandeza y poder.

1 Jacir DE FREITAS FARÍA, en RIBLA Nº 52, p. 10. 2 Cf. Alonso SCHÖKEL – CARNITI, Salmos I, pp. 672-675. 3 R. DE VAUX, Instituciones del Antiguo Testamento, pp. 632ss, discute esta teoría y no la defiende.

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Ef 1:17-23 – También este texto se ocupa de realzar la figura de Cristo resucitado, quien fue constituido por Dios como autoridad suprema de la iglesia y el mundo.

Lc 24:44-53 – El final del Ev.Lc. aborda las últimas palabras del Resucitado a sus discípulos, en particular el sentido universal de la muerte y resurrección de Jesús . Los discípulos deben esperar en Jerusalén que se cumpla la promesa de Dios de enviar su Espíritu. El Resucitado desaparece de su vista en las afueras de la ciudad y los discípulos vuelven a Jerusalén, donde asisten al Templo con gozo y alabando a Dios.

Hacia la predicación

1) El Salmo 47 no es un salmo descolgado de la historia de Israel; la presupone y forma parte de ella. Las referencias a Abraham y Jacob señalan una conexión inevitable en una historia muy extensa, la cual requiere de la memoria de fe para no perder identidad como pueblo. Así también el pueblo cristiano (y el pueblo hebreo) no debe perder su ligazón con la historia bíblica del pueblo de Israel ni con la historia cristiana. Cada iglesia tiene el derecho de asumir su propia historia, su tradición, su memoria, como legado de identidad en el transcurso de las generaciones.

2) Si Yavé es el Dios en el cual hebreos y cristianos creemos como Creador y Señor liberador, la persona de Jesucristo es el referente principal (pero no exclusivo) de la iglesia.

3) La universalidad de la promesa a Abraham y de algunas profecías del AT, como ciertos textos del Trito-Isaías, predispone al intérprete bíblico a encontrar allí la base testimonial del AT para asumir el reinado de Cristo resucitado en el mundo. Este poder no es visible para todos; aún no está completado; el Reino de Dios está actuando pero es asumido por fe y por esperanza.

4) La alabanza es fundamental para alimentar nuestra fe. Sin oración ni canto ni reconocimiento explícito de la soberanía de Dios en nuestra vida y en el mundo, ¿qué quedaría de nuestra esperanza?, ¿qué predicaríamos?, ¿qué testimonio daríamos?

5) Un tema enorme en sí mismo lo constituye la realidad siempre presente del armamentismo, el militarismo, las ideologías justificadoras de la violencia, la represión y el odio hacia otros semejantes. ¿Cómo enfrentamos, como iglesia en general y cristianos/as en particular, esta situación desde nuestra concepción del Dios que promueve la justicia, la paz y la integridad de la Creación?

6) Un abordaje temático que excede las posibilidades de una predicación dominical “común y corriente” sería el del diálogo interreligioso o, al menos, ecuménico intra-cristiano, habida cuenta de que el salmo extiende su alabanza e invitación a que todos los pueblos reconozcan al Dios de Israel como supremo señor. En todo caso se puede sugerir este salmo como un aporte bíblico para la reflexión posterior, en otros ámbitos o circunstancias, en la línea de las motivaciones siguientes: ¿en qué ha incidido en la civilización moderna la religión hebrea? ¿y la cristiana? ¿Se pueden reconocer algunas señales de la actualidad como consecuencias del monoteísmo bíblico practicado en la vida social? (p.ej. el cooperativismo, la prédica de la ética solidaria con los pobres, etc.).

7) El tema cristiano de la Ascensión de Cristo se vincula, por analogía, con el Salmo 47 y otros textos del AT (Sal.2 y 110, ¡aunque estos textos trasuntan una ideología militarista que, por supuesto, no hay que traspasarla a la fe en Cristo resucitado!) (cf. Is.9:1-7; 11:1-9; 53:12, etc.).

Para profundizar

L. ALONSO SCHÖKEL – C. CARNITI – SALMOS I – Traducción, Introducciones y Comentario (Salmos 1 – 72), Estella, Ed. Verbo Divino, 1994, pp.664-675.

P. BEAUCHAMP – Los Salmos noche y día, Madrid, Ed. Cristiandad, 1980.

J. de FREITAS FARÍAS, El libro de los Salmos en su contexto literario, en RIBLA 52 (2005) 9-22.

R. de VAUX, Instituciones del Antiguo Testamento, Barcelona, Ed. Herder, 1976, espec. 630ss.

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ESTUDIO EXEGÉTICO–HOMILÉTICO 098 – Mayo de 2008 Instituto Universitario ISEDET Autorización Provisoria Decreto PEN Nº 1340/2001 Es un servicio elaborado y distribuido por el Instituto Universitario ISEDET Buenos Aires, Argentina Este material puede citarse mencionando su origen Responsable: Álvaro Michelin Salomón

Domingo 11, Pentecostés

Sal 104:24-35; 1Co 12:3-7 (1Co 12:3-13, EEH 3); Hch 2:1-11 (EEH 26); Jn 20:19-23 (EEH 96)

Salmo 104:24-35

El Salmo 104 está dedicado a la Creación. Se puede encontrar una sintonía con el relato de Gn.1:1—2:4ª, inclusive paralelismos. El comentarista Paul Beauchamp anota a propósito lo siguiente:

“Este orden paralelo, sin embargo, no debe hacernos creer que también el salmo narra la creación. Una cosa es narrar y otra describir. Aquí no se narra, sino que se describe la creación. El autor de Gn.1 se detiene en cada obra para precisar el día. Recoge ya el gran palpitar que cuenta el tiempo; narra y fecha. Nada parecido hay en nuestro poema, que se dedica a describir lo que ahora existe […]”

“…Nos situamos ante el acto creador tal como hoy se nos hace visible. No es el ayer en que las aguas de abajo descendieron al lugar que Dios les tenía preparado, sino que siguen fluyendo hoy mismo: veámoslas desbordar por las laderas de las montañas.”

“El agua que fluye y su movilidad que anima todo el poema es también el mejor símbolo de lo que éste quiere decir. Si bien es verdad que la creación se desarrolla en el pasado […], el salmo nos recuerda, en presente, que Dios crea. Crea nuestro presente, que es móvil. Si la atención se ve llamada aquí a concentrarse en el presente móvil, en lugar del pasado inmóvil, de ahí se seguirá que lo más presente y lo más móvil se manifestará como el objeto por excelencia del acto creador de Dios. ¿Y qué puede haber más presente y más móvil que un viviente? Por eso aparece Dios aquí sobre todo como creador de cuanto vive.” 4

Otro comentarista, Helmer Ringgren, señala que,

“Según el concepto de los israelitas, la tierra era un disco plano, que flotaba en el océano (tehom), sostenido por montañas firmemente arraigadas en la profundidad del mar. Por lo tanto, dice el salmista, “Afirmó también el mundo, no se moverá” (Sal.93:1; 96:10). Sabiendo esto, el israelita se sentía seguro en este mundo. La tierra está bien fundada y no se moverá, puesto que descansa en la mano de Dios y todas las fuerzas del caos y la muerte y el desorden están refrenadas por su poder […]. En consecuencia, la doctrina de la creación […] es más bien la proclamación de una realidad presente […]. La creación, por lo tanto, es también un acto redentor, cuyos resultados están presentes aún y constituyen una fuente permanente de gozo y gratitud, especialmente cuando se los conmemora en el culto.”5

Por su parte, L. Alonso Schökel y C. Carnita apuntan que

“En la primera página de la Biblia, Dios es un creador trascendente, que queda fuera de su obra; da órdenes eficaces, contempla, impone nombres, crea especies, les imprime un impulso generador; y se retira a descansar. En el Salmo 194, Dios queda dentro del universo celeste, como

4 Paul BEAUCHAMP, Los Salmos noche y día, pp. 173-174. 5 H. RINGGREN, La fe de los salmistas, pp. 137-138.

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Estudios Exégeticos Homiléticos, Vol. 2008, No. 98 [2008], Art. 1

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soberano en su corte, y se sigue ocupando de sus criaturas […]. ¿Inmanente a la creación? No; su soberanía universal es su trascendencia […]. Dios está sentido cercano y presente.”6

En el v.26 tenemos la referencia a Leviatán, una criatura del mar difícil de identificar con precisión (algunos piensan en delfines, otros en cocodrilos). En Job 3:8 es mencionado y en Job 41 hay una larga referencia a la dificultad para pescarlo debido a su bravura y fortaleza. Para el ser humano, entonces, es prácticamente imposible sujetarlo, pero Dios (Sal.104:26) sí hasta puede jugar con este monstruo, pues no se trata de un ser indomable para el Señor sino de una criatura más.

Los vv.27-28 se repiten en el Sal.145:15-16.

El v.30 es una definición teológica sobre la re-creación de la naturaleza viva: “envías tu Espíritu, son creados y renuevas la faz de la tierra”. El verbo bará es utilizado para significar “crear”, al igual que en el Génesis (Gn.1:1). El Espíritu (de Dios) interviene para dar vida, así como se hacía presente en la creación primordial (Gn.1:2). La tierra es renovada (¿re-creada?) por el Espíritu que Dios envía (shalaj).

El extraño v.35 que alude a los pecadores e impíos parece fuera de contexto. Si lo tomamos como integrado al todo del salmo podemos asumir que, particularmente con los vv.31-34, hay un contraste notorio que enseguida llama la atención. Los pecadores que no reconocen las bondades de la naturaleza ni se gozan en el Creador no corresponden al designio de Dios. Hay vida completa cuando podemos alabar al Creador y discernir con gratitud todo lo que Dios nos puso a disposición en esta gran casa común para el género humano y para todo ser vivo..

La lectura del Salmo 104 en el domingo de Pentecostés tiene sentido teológico cristiano en cuanto a la afirmación trinitaria de Dios como Creador, Cristo como Salvador del mundo y el Espíritu Santo, enviado por Cristo resucitado, como capacitador de los cristianos/as en la misión que deben cumplir en el mundo.

Puntualizaciones sobre los demás textos del Leccionario

I Cor. 12:3-7 – “Hay diversidad de dones… de ministerios… de actividades… pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para el bien de todos.”

Hch.2:1-11 – La fiesta de Pentecostés narrada por Lucas en Hechos: “todos fueron llenos del Espíritu Santo”. La reunión multitudinaria del pueblo judío en Jerusalén en ocasión de esta importante fiesta aporta el marco para el “lanzamiento” de la iglesia cristiana con el poder del Resucitado. Algunos temas: internacionalidad de la iglesia, comprensión en medio de los diferentes idiomas, manifestaciones particulares del Espíritu (“lenguas”), predicación de “las maravillas de Dios”.

Jn 20:19-23 - Aparece Jesús resucitado en la sala cerrada donde estaban reunidos sus discípulos, con miedo, y a ellos les anuncia la paz. Con su paz los envía al mundo, no desguarnecidos de fuerza sino con el poder de su Espíritu. Con el Espíritu de Cristo, sus discípulos tendrán la autoridad para discernir cuándo pueden perdonar los pecados y cuándo pueden señalarlos para juicio.

Hacia la predicación

1) Un salmo como éste se presta para tomar la temática de la ecología: el cuidado de la Creación, la naturaleza como el arte creador de Dios y el ser humano como criatura integrada en la casa común para todo ser vivo y la naturaleza que los contiene.

2) En la celebración de Pentecostés, por otro lado, el Salmo 104 da un trasfondo de internacionalidad y “ecumenicidad”, gracias a la contemplación de la Creación como el gran

6 L. ALONSO SCHÖKEL – C. CARNITI, Salmos II, p.1302.

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espacio para toda criatura, incluidos nosotros/as, los humanos. Existía una tradición hebrea que proclamaba que en el tiempo primigenio sólo había una lengua común para toda la humanidad y el mundo animal. En consecuencia, hacia el fin del tiempo presente, se volvería a contar con una lengua común para toda la Creación. Leído el relato de Hch.2 bajo ese trasfondo, Lucas nos invita a considerar entonces que aquello que ocurrió en la Fiesta de Pentecostés fue la gran maravilla de la comunicación en medio de la diversidad geográfica, idiomática y cultural, maravilla que fue posible por el Espíritu Santo. Pentecostés llega a ser, así, el comienzo de aquella esperanza y proclamación de unidad del género humano bajo una “lengua” común.

3) Volviendo a la concepción ecológica, y vinculando el Sal. 104 con I Cor. 12, se podría unir la diversidad de la Creación de Dios en la naturaleza con la diversidad de ministerios, dones y actividades en la iglesia y en la sociedad. Un mismo Espíritu debe reinar aquí y allá, si bien cada uno está llamado a efectuar aquello para lo cual está mejor capacitado. La iglesia debería ser un espacio formador y educativo en la distribución de ministerios y actividades para cada miembro y simpatizante.

Para profundizar

L. ALONSO SCHÖKEL – C. CARNITI: SALMOS II, Traducción, Introducciones y Comentario, Estella, Ed. Verbo Divino, 1996, pp.1295-1314.

P. BEAUCHAMP – los Salmos noche y día, Madrid, Cristiandad, 1980, pp.170-177.

MAILLOT – LELIÈVRE, Les Psaumes, Traduction nouvelle et commentaire (Ps. 101 à 150), Ginebra, Labor et Fides, 1969.

H. RINGGREN, La fe de los salmistas, Buenos Aires, La Aurora, 1970.

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Domingo 18, Domingo de Trinidad

Sal 8 (EEH 26 Y 79); Gén 1:1-2:4; 2Co 13:11-13; Mt 26:16-20

Génesis 1:1—2:4

Este relato sacerdotal de la Creación está organizado sobre la base de la semana hebrea, en la cual se trabaja del 1º al 6º día y se descansa en el 7º. Se proyecta a la Creación primordial la sucesión de trabajos y descanso que proclamaba y proclama el judaísmo. Así como el fiel hebreo debe trabajar durante la semana y descansar el 6ª para alabar a Dios, el propio Creador, en la concepción sacerdotal, respetó esa norma ya al comienzo de los tiempos. Por lo tanto, lo que el israelita cumplidor de la Ley realiza viene a ser el reflejo de que Dios mismo cumplió la Ley desde siempre (¡!)… lo cual, por deducción, hace que la Ley tenga un carácter inviolable para el Pueblo de Dios. Para la mentalidad científica moderna hay, evidentemente, conflictos con una descripción de la naturaleza tal como se la desarrolla en Gn.1, si bien también puede haber coincidencias. Según el comentarista G. von Rad,

“…se nos ofrece mucho de la ciencia de la época sobre el origen del mundo, tal como había sido elaborada por entonces; ciencia que como tal, se ha visto amplísimamente superada por la nuestra. Pero no es ella quien toma aquí la palabra sustantivamente, sino que más bien ayuda a formar enunciados detallados sobre la creación realizada por Dios. La fe y la imagen científica del mundo se entrelazan en este texto tan sin tensiones, que precisamente los materiales científicos son los que hacen posible que se hable de Dios.” 7

Con respecto a la relación de este relato de la Creación con los mitos antiguos de otras culturas, expresa Von Rad:

“Resulta asombroso ver cuán netamente se separó el pequeño pueblo de Israel de un entorno de mitos cosmogónicos y teogónicos que parecía preponderante. No se trata aquí de un misterio generador del mundo primigenio, del que se dedujese una divinidad, ni de un combate ‘creador’ entre fuerzas míticamente personificadas, cuya resultante fuese el cosmos, sino de aquel que no es combatiente ni engendrador, de aquel a quien sólo conviene el atributo de Creador.” 8

v.1 - Dios creó (bará): esa es la primera acción en la Biblia, el primer verbo, la voluntad creadora de Dios. El designio del Creador se manifiesta en las primeras palabras de las Escrituras. Sin la Creación, Dios no tendría alteridad ni prójimos con quienes dialogar. El verbo en hebreo expresa claramente que es Dios quien tiene el poder y la voluntad de dar vida y forma a este mundo, “los cielos y la tierra”.

v.2 – El relato no se plantea cuestiones filosóficas como la creación “exnihilo” (desde la nada); no es su preocupación. En todo caso dice que “la tierra estaba desordenada y vacía” (tohu vabohu) y “el Espíritu de Dios se movía [o “temblaba”, “se mecía”] sobre la faz del abismo”. Sorprende esta alusión tan temprana al Espíritu de Dios ya al comienzo de la Creación.9

7 G. von RAD, Génesis, pp. 6-57. 8 Ibid., p. 8. 9 Según von Rad, op. cit., pp.58-59, no hay que magnificar esta referencia ni darle una proyección cosmológica que no tiene. Con todo llama la atención su inclusión aquí. Dice S. Croatto, El hombre en el

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vv.3-5 – El primer acto creador de Dios es la luz. Viene la luz por una orden de Dios (“dijo Dios”). Dios crea mediante su Palabra, no hay emanaciones desde la esencia invisible de Dios hacia la materialidad de la naturaleza. La creación de los astros luminosos vendrá después de la creación de la luz primordial. La luz primera viene a marcar la diferencia esencial con las tinieblas pre-existentes. A partir de allí, entonces, se desarrollarán todos los demás actos creadores. Después de crear la luz Dios evalúa que era buena (tob). Al haber noche y día se pueden contabilizar los tiempos, inclusive los de la propia Creación de Dios (1er. día, 2º día, etc.). Al nombrar lo creado, Dios toma posesión sobre ello y muestra su soberanía: la Creación le pertenece pues viene por su voluntad o designio.

vv.6-8 – Dios crea el firmamento para separar las aguas primordiales de arriba con las de abajo, llamando cielos a lo de arriba. Después de crear la distinción temporal (noche – día), Dios crea la distinción espacial (arriba – abajo).

vv.9-10 – Dios descubre después lo seco, tierra, separándolo de los mares. Esta creación complementa directamente la anterior (la separación de las aguas), dando el marco necesario para el desarrollo de la vegetación en la naturaleza seca, que será la creación inmediatamente posterior.

vv.11-13 – Entonces llega el turno de la hierba, las semillas y los árboles frutales, completando la creación del 3er. día. Dios crea las plantas, la vegetación, permitiendo así el escenario para el desarrollo posterior de los animales y la humanidad, lo cual marca una fundamental proyección hacia el futuro. Y evalúa nuevamente el Creador que la Creación era buena, es decir, que correspondía a su designio.

vv.14-19 - Seguidamente son creados el sol, la luna y las estrellas (sin nombrar explícitamente ni al sol ni a la luna), no en calidad de semidioses que puedan regir el destino de otras criaturas (como la astrología) sino como fuentes luminosas que permitan discernir entre “las estaciones, los días y los años”. Los astros cobran un carácter totalmente subordinado a la voluntad del Creador, a diferencia de algunas mitologías antiguas que les adjudicaban poderes influyentes en la actividad humana. Es entonces el 4º día.

vv.20-23 - Recién ahora son creados los seres vivientes, los animales del mar y del cielo (las plantas no recibieron tal denominación). Dios crea (verbo bará nuevamente, como al principio) en un acto que marcará su culminación en el 6º día. Estamos en el 5º día. La vida comienza a manifestarse en la Creación, vida que será capaz de reproducirse a sí misma. El acto creador de Dios se prolongará en la infinidad de acciones creadoras que se sucederán en la multiplicación de los peces y las aves. En los extremos de abajo y arriba aparecen los seres vivos que, después, verán surgir otras especies, ya entonces sobre la tierra firme.

vv.24-25 – Dios da la orden para que la tierra produzca seres vivos (hasta entonces sólo estaba la vegetación). La tierra adquiere un papel significativo en este acto creador, más que el rol de escenarios adjudicados al cielo y a los mares. Pero es Dios, de todos modos, quien crea. Nuevamente evalúa el Creador lo bueno de su acción.

vv.26-28 – El plural “hagamos” no es fácil de interpretar: ¿hay un trasfondo de la angelología, por la cual Dios estaría hablando a su corte de ángeles al momento de crear la humanidad? ¿O se trata de un plural mayestático, una expresión de respeto o reverencia según la cual una persona habla en 1ª persona plural cuando, en realidad, habla sólo por sí misma? ¿O el plural quiere incluir al Espíritu de Dios que se movía sobre el abismo (v.2), diferenciándolo de Dios mismo?

Imagen y semejanza: los términos hebreos sélem (imagen) y demut (semejanza) son complementarios. Sélem se aplica a la forma física, el cuerpo y la estatua, teniendo un sentido visual, relacionado también con la idea de sombra. Demut, por su parte, es la semejanza con su arquetipo original, con el cual debe sintonizar profundamente. Así, entonces, el hecho de que la humanidad sea formada como sélem y en demut de Dios le da una preeminencia sobre toda la

mundo I – Creación y designio, p. 58, que “entre los presocráticos griegos se admite el aire como uno de los primeros principios del mundo” (aire, soplo, espíritu).

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Creación. Hay una vinculación tan estrecha entre Dios y su última criatura que el clímax de la Creación llega con el ser humano. Además, la procreación humana también llevará este sello a través de las generaciones, donde los hijos tendrán la semejanza y la imagen de sus progenitores (Gn.5:1b,3). La capacidad procreadora del ser humano refleja la capacidad creadora de Dios. Pero a diferencia de los animales, éstos no procrean a imagen y semejanza de Dios, solamente lo hace la humanidad. El ser humano tiene la potestad dada por Dios de gobernar en la Creación

Varón y mujer: el presente relato sacerdotal plantea que el ser humano es sexuado desde el comienzo. Ambos reciben la bendición de Dios y la exhortación a la procreación y el gobierno del mundo. El relato no discrimina entre las funciones del varón y la mujer en su estar en el mundo.

vv.29-31 – Llama la atención que tanto a la humanidad como a los animales se les ofrece solamente la vegetación como alimento: no hay alusión a la matanza de animales por otros animales ni de animales como alimento para los seres humanos.

La evaluación final de Dios sobre su Creación es excelente. Así termina el 6º día, última jornada de los ocho actos creadores de Dios (luz – firmamento – separación de las aguas – vegetación – astros – peces y aves – animales terrestres – ser humano).

2:1-4ª – El 7º día es de descanso (shabbat) para Dios… por lo tanto lo debe ser también para su pueblo elegido. Ese día es día santo, especial, apartado para una función diferente del resto de la semana. El hebreo que lee esta narración de la Creación asume, por añadidura, que le es imprescindible respetar el shabbat.

Puntualizaciones sobre los otros textos del Leccionario

Salmo 8 – Se refiere a la Creación en general y al ser humano en particular como centro de la misma y su mayordomo.

II Cor. 13:11-13 – Saludo, exhortación ética a la comunidad de Corinto y doxología trinitaria.

Mateo 26:16-20 – Los preparativos para la Cena de Pascua de Jesús con sus discípulos.

Hacia la predicación

1) Este relato se presta para una reflexión ecológica. Me parece que, los efectos de una predicación dominical, no habría que tomar la línea de una confrontación directa entre la teología y la ciencia, donde deberíamos preguntarnos, en todo caso, ¿qué tipo de teología tenemos?, ¿cuál orientación científica tomaremos de referencia?, ¿qué relación hay entre las ciencias aplicadas y la economía internacional? (ello constituiría una amplísima temática de debates interdisciplinarios)... sino más bien la consideración de ciertas puntualizaciones que anotamos en la exégesis, como las referidas a la creación de la humanidad. Véase la responsabilidad ecológica que tenemos los humanos en la Creación. El gobierno de la misma es para proteger lo que Dios creó, no para sentirnos como dioses con la facultad indiscriminada de usar y abusar de esta casa común.

2) Una línea reflexiva también puede ser la siguiente: los actos creadores de Dios fueron buenos, ¿los son también las obras, los trabajos, las acciones humanas? ¿Puede cada persona tener una actividad creadora que le permita expresar algo de sí misma y sentir satisfacción legítima por ello? ¿Hay trabajo para todos/as? Quien trabaja para ganarse el sustento, ¿tiene la posibilidad de descansar y retomar energías? ¿Cómo se da la relación entre la persona y la máquina? ¿Y entre patrones (o empresas) y empleados?

Para profundizar

J. S. CROATTO, El hombre en el mundo – Creación y designio – Estudio de Génesis 1:1—2:3, Buenos Aires, La Aurora, 1974.

G. von RAD, El libro del Génesis, Salamanca, Ed. Sígueme, 1977.

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ESTUDIO EXEGÉTICO–HOMILÉTICO 098 – Mayo de 2008 Instituto Universitario ISEDET Autorización Provisoria Decreto PEN Nº 1340/2001 Es un servicio elaborado y distribuido por el Instituto Universitario ISEDET Buenos Aires, Argentina Este material puede citarse mencionando su origen Responsable: Álvaro Michelin Salomón

Domingo 25, Comienzo del ciclo de la Iglesia (o propios del año, a partir de propio 3)

Sal 131, Is 49:8-16, 1Co 4:1-5, Mt 6:24-34

Mateo 6:24-34

v. 24 – (Cf. Lc.16:13) En la antropología bíblica, cualquier individuo está siempre bajo el servicio de algún poder exterior, no existiendo la individualidad aislada de relaciones con Yavé o con otros dioses o poderes particulares de la naturaleza. Explica Bonnard este sentido de la disponibilidad de la persona en sus vínculos externos:

“El término de pertenencia es el que mejor traduce la idea bíblica de servicio. No se trata solamente de un trabajo efectivo que se ha de cumplir, sino de una disponibilidad total del esclavo o del servidor respecto de su señor. Este exclusivismo está bien marcado por lo que sigue del versículo: se está o no se está ‘vinculado’ a un señor o amo.”10

El término Mamón (Mamonas) probablemente deriva de la raíz hebrea aman: aquello en lo que se puede confiar; cf. emuná, fidelidad, y la misma raíz para el vocablo litúrgico amén: que sea sí. En el judaísmo tardío, Mamón tenía el sentido de riqueza o ganancia, frecuentemente realizada por actos de injusticia.

La contraposición que hace Jesús es muy clara: o confiamos en nuestra capacidad para conseguir riquezas y se nos va la vida en ello, o confiamos en el Dios que nos llama a disponer de nuestros bienes al servicio del Reino y su justicia. Esta justicia del Reino de Dios está planteada como plataforma programática por el Maestro en las Bienaventuranzas (Mt.5:3-12; Lc.6:20-26). Todo el Sermón del Monte (Mt.5—7 y paralelos en Lc.) es, en definitiva, una gran reflexión sobre el Reino que nos involucra personal y socialmente.

vv. 25-34 – (Cf. Lc.12:22-23) Jesús no está proponiendo la eliminación del trabajo sino la regulación de la ansiedad desmedida en la lucha por la supervivencia. Él sabía que la mayoría de su pueblo era pobre. No era ciego frente a la realidad dura de muchos enfermos, sufrientes, mendigos, desocupados o changadores jornaleros.

El propio Jesús no tenía donde recostar su cabeza (Mt.8:20). Sus discípulos lo seguían en peregrinación (Mt.4:18ss. y paralelos), por lo tanto tampoco les sobraba nada en la supervivencia diaria, ya que habían dejado a sus familiares y sus trabajos para aprender del Maestro. Entre ellos había pescadores. Jn.12:4-6 cuenta que Judas Iscariote era el tesorero del grupo, por lo visto de una bolsa común para la cooperativa de consumo de esta escuela itinerante. Lc.8:1-3 narra que no sólo había varones en el discipulado de Jesús, sino también mujeres de Galilea, algunas de ellas mencionadas por sus nombres “y otras muchas que ayudaban con sus bienes”. Mt.10:5ss (par. en Mc.6:7-13; Lc.9:1-6 y 10:1ss) relata la misión a la que envía Jesús a sus discípulos para: sanar enfermos, curar leprosos, resucitar muertos, echar demonios, dando por gracia y recibiendo por gracia. Les exhorta a no llevar dinero ni ropa ni alimento, “porque el obrero es digno de su alimento”. En las casas adonde los reciban deberán compartir la paz y el mensaje del Reino, recibiendo a cambio el alimento.

10 P. BONNARD, Evangelio según San Mateo, p.145.

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La preocupación por la comida, la bebida y el vestido es legítima, pero los seguidores/as de Jesús deben marcar una diferencia con respecto a los gentiles (v.32). Jesús llama a la confianza en Dios, quien creó “las aves del cielo… los lirios del campo… la hierba del campo” (vv.26-30). Si Dios mantiene a sus criaturas y la naturaleza toda, también tiene el poder y la autoridad para mantener a sus hijos/as, particularmente quienes se ocupan de la justicia de su Reino. La confianza en el Dios, Señor del presente y del futuro, nunca deberá faltar, de lo contrario caeremos en la auto-confianza exclusiva o en la ansiedad por lograr a toda costa aquello que, reemplazando el lugar de Dios, podría llevarnos a la desesperación, la frustración, la angustia o la ambición descontrolada por el afán de riquezas. No se puede servir a dos señores.

A la preocupación excesiva por querer tener la vida comprada de antemano, Jesús opone la búsqueda del Reino de Dios y su justicia (v.33). Llama a reemplazar la mérimna (preocupación, ansiedad) o el merimnáo (preocuparse, afanarse), por el zetéo (buscar, empeñarse en, esforzarse) del Reino. Una cosa es afanarse en la ambición de los intereses individuales; otra muy diferente en comprometerse en la práctica de la misericordia, de la paz y la justicia en la sociedad (Mt.5:6-10).

Esta justicia y misericordia del Reino de Dios en la sociedad se manifiesta en: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, recibir al extranjero, vestir al desnudo, visitar al enfermo y al preso (Mt.25:31-46). La aparente contradicción entre esta afirmación y exhortación de Mt.25 y el mensaje de Mt.6:24-34 se resuelve, a mi entender, en el hecho de que no es lo mismo preocuparse por uno mismo que preocuparse por quienes están en condiciones personales y sociales especialmente difíciles y traumáticas. Cuando las preocupaciones giran siempre en torno de uno mismo, entonces nunca habrá tiempo ni esfuerzo ni voluntad para salir al encuentro de los demás. Encima se terminará justificando esta situación.

Habrá ricos que no acepten la condición más exigente que pide Jesús para seguirlo como lo hacen sus discípulos directos (Mt.19:16ss. y par.), pero el planteo está hecho y Jesús marca el camino del Reino.

Por las dudas recordamos estas otras palabras de Jesús en Mt.7:7-11 (cf. Lc.11:9-13):

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá; porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

Puntualizaciones sobre los otros textos del Leccionario

Salmo 131 – Salmo de confianza.

Isaías 49:8-16 – Profecía de restauración de Sión, en la cual Dios muestra un futuro internacional promisorio para su pueblo.

I Corintios 4:1-5 – El apostolado de Pablo; los tribunales humanos; el juicio del Señor y las intenciones de los corazones.

Hacia la predicación

Pensamientos inspiradores

Escribió D. Bonhoeffer:

“Las posesiones materiales deslumbran nuestra vista y nos seducen para que creamos que nos pueden dar seguridad y librarnos de la ansiedad. Y sin embargo ellas son la verdadera fuente de toda ansiedad. Si nuestra mirada se fija en ellas, el pago es una ansiedad cuyo peso es insoportable. La ansiedad nos lleva a buscar tesoros y éstos a su vez engendran mayor preocupación. Cuando buscamos la seguridad en las posesiones estamos tratando de expulsar la

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preocupación con más preocupación y el resultado neto es precisamente lo opuesto de lo que anhelábamos. Las cadenas que nos atan a nuestras posesiones se transforman en la fuente de nuestras preocupaciones.”11

Escribió C. Delmonte:

“…El dinero es un patrón exigente que va esclavizando poco a poco a todo el hombre. Buscado al principio como un simple instrumento de intercambio, termina por adquirir un valor en sí mismo, llega a ser un fin. Asume la apariencia de absoluto, llega a ser un ídolo. Y como ídolo, aliena al hombre y lo va separando más y más de sus hermanos, aunque se conserven las buenas costumbres. Crea privilegiados y desheredados, crea intereses, rivalidades, luchas, guerras internacionales.”12

PARA PROFUNDIZAR

P. BONNARD, Evangelio según San Mateo, Madrid, Cristiandad 2ª ed., 1983.

C. DELMONTE, Sobre todo el Reino – La predicación de Jesús en el Sermón de la Montaña, Buenos Aires, La Aurora, 1979.

VARIOS AUTORES, RIBLA Nº 27: EL EVANGELIO DE MATEO – La Iglesia de Jesús, utopía de una Iglesia nueva, Quito, RECU – DEI, 1997.

11 D. Bonhoeffer, citado por C. DELMONTE, Sobre todo el Reino, p. 154. 12 C. DELMONTE – Sobre todo el Reino, p. 153.

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