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Ritual funerario peninsula iberica

Date post: 03-Oct-2015
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En el presente trabajo se plantea el desarrollo de ritua- les de comensalidad asociados al ritual funerario argárico. Las evidencias arqueológicas de estos rituales estarían re- lacionadas por una parte con la producción de un conjunto normalizado de vasijas cerámicas asociadas con la presen- tación y consumo de alimentos y bebidas, y en donde des- tacan sus propiedades visuales relacionadas con prácticas sociales de exhibición y escenificación.
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RITUAL FUNERARIO Y COMENSALIDAD EN LAS SOCIEDADES DE LA EDAD DEL BRONCE DEL SURESTE PENINSULAR: LA CULTURA DE EL ARGAR FUNERARY RITUAL AND COMMENSALITY IN THE BRONZE AGE OF SOUTH-EASTERN IBERIA: THE ARGAR CULTURE TRABAJOS DE PREHISTORIA 63, N o 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 117-133, ISSN: 0082-5638 GONZALO ARANDA JIMÉNEZ (*) JOSÉ ANTONIO ESQUIVEL GUERRERO (*) RESUMEN En el presente trabajo se plantea el desarrollo de ritua- les de comensalidad asociados al ritual funerario argárico. Las evidencias arqueológicas de estos rituales estarían re- lacionadas por una parte con la producción de un conjunto normalizado de vasijas cerámicas asociadas con la presen- tación y consumo de alimentos y bebidas, y en donde des- tacan sus propiedades visuales relacionadas con prácticas sociales de exhibición y escenificación. Por otra parte, la aparición de restos faunísticos en las sepulturas argáricas supone que, como parte de ritual, se procedió al sacrificio de bóvidos u ovicápridos, fundamentalmente en edades jó- venes de los que una parte, los extremos distales, fueron in- troducidos en las tumbas. El resto de la especie o especies sacrificadas, en un momento óptimo para su consumo, se- rían consumidas como parte de los rituales de comensali- dad. El acceso socialmente diferenciado a estas prácticas co- mensales contribuiría a la creación de un sentido de comunidad al tiempo que se escenifican y naturalizan unas relaciones sociales claramente desiguales. ABSTRACT In this paper we will explore the relationship between commensality and the funerary ritual of the Argaric culture. Evidences of feasting can be related to two main archaeo- logical domains; firstly, the production of special ritual pottery vessels with a high degree of standardization linked to the presentation and consumption of food and drink. In these vessels the visual and display properties have been clearly emphasised, which probably means their perform- ance in social practises based on display and dramatiza- tion. Secondly, the appearance of faunal remains, as part of the funerary ritual, implies the slaughter of cattle and ovicaprids mainly in young ages, the ideal moment to be consumed. The eating of these species would be part of rit- ual feasting, with the exception of the legs of these animals that were introduced in the burial as grave goods. The clearly differential social access to these commensal prac- tices would involve not only the construction of a strong sense of community but principally the naturalization of unequal social relationship. Palabras clave: Edad del Bronce. Cultura de El Argar. Sudeste de la Península Ibérica. Comensalidad. Ritual fu- nerario. Key words: Bronze Age. Argar Culture. Southeast of Ibe- ria. Commensality. Feast. Funerary ritual. 1. INTRODUCCIÓN Las investigaciones relacionadas con la Edad del Bronce que se han desarrollado desde finales del siglo XIX en el sureste de la Península Ibérica han permitido acumular una riquísima evidencia ar- queológica sobre el ritual funerario de la denomina- da Cultura de El Argar. Posiblemente la inclusión de las sepulturas en el interior de los poblados habitual- mente bajo los pisos de las habitaciones, junto a las propias características del ritual, han permitido un (*) Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada. Campus Cartuja s/n. 18071 Granada. Correo electró- nico: [email protected] Recibido: 30-III-06; aceptado: 5-VII-06.
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  • T. P., 63, No 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 117-133, ISSN: 0082-5638

    RITUAL FUNERARIO Y COMENSALIDAD EN LAS SOCIEDADES DE LA EDAD DEL BRONCE... 117

    RITUAL FUNERARIO Y COMENSALIDAD EN LAS SOCIEDADESDE LA EDAD DEL BRONCE DEL SURESTE PENINSULAR:LA CULTURA DE EL ARGAR

    FUNERARY RITUAL AND COMMENSALITY IN THE BRONZE AGE OF SOUTH-EASTERNIBERIA: THE ARGAR CULTURE

    TRABAJOS DE PREHISTORIA63, No 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 117-133, ISSN: 0082-5638

    GONZALO ARANDA JIMNEZ (*)JOS ANTONIO ESQUIVEL GUERRERO (*)

    RESUMEN

    En el presente trabajo se plantea el desarrollo de ritua-les de comensalidad asociados al ritual funerario argrico.Las evidencias arqueolgicas de estos rituales estaran re-lacionadas por una parte con la produccin de un conjuntonormalizado de vasijas cermicas asociadas con la presen-tacin y consumo de alimentos y bebidas, y en donde des-tacan sus propiedades visuales relacionadas con prcticassociales de exhibicin y escenificacin. Por otra parte, laaparicin de restos faunsticos en las sepulturas argricassupone que, como parte de ritual, se procedi al sacrificiode bvidos u ovicpridos, fundamentalmente en edades j-venes de los que una parte, los extremos distales, fueron in-troducidos en las tumbas. El resto de la especie o especiessacrificadas, en un momento ptimo para su consumo, se-ran consumidas como parte de los rituales de comensali-dad. El acceso socialmente diferenciado a estas prcticas co-mensales contribuira a la creacin de un sentido decomunidad al tiempo que se escenifican y naturalizan unasrelaciones sociales claramente desiguales.

    ABSTRACT

    In this paper we will explore the relationship betweencommensality and the funerary ritual of the Argaric culture.Evidences of feasting can be related to two main archaeo-logical domains; firstly, the production of special ritualpottery vessels with a high degree of standardization linked

    to the presentation and consumption of food and drink. Inthese vessels the visual and display properties have beenclearly emphasised, which probably means their perform-ance in social practises based on display and dramatiza-tion. Secondly, the appearance of faunal remains, as partof the funerary ritual, implies the slaughter of cattle andovicaprids mainly in young ages, the ideal moment to beconsumed. The eating of these species would be part of rit-ual feasting, with the exception of the legs of these animalsthat were introduced in the burial as grave goods. Theclearly differential social access to these commensal prac-tices would involve not only the construction of a strongsense of community but principally the naturalization ofunequal social relationship.

    Palabras clave: Edad del Bronce. Cultura de El Argar.Sudeste de la Pennsula Ibrica. Comensalidad. Ritual fu-nerario.

    Key words: Bronze Age. Argar Culture. Southeast of Ibe-ria. Commensality. Feast. Funerary ritual.

    1. INTRODUCCIN

    Las investigaciones relacionadas con la Edad delBronce que se han desarrollado desde finales delsiglo XIX en el sureste de la Pennsula Ibrica hanpermitido acumular una riqusima evidencia ar-queolgica sobre el ritual funerario de la denomina-da Cultura de El Argar. Posiblemente la inclusin delas sepulturas en el interior de los poblados habitual-mente bajo los pisos de las habitaciones, junto a laspropias caractersticas del ritual, han permitido un

    (*) Departamento de Prehistoria y Arqueologa. Universidadde Granada. Campus Cartuja s/n. 18071 Granada. Correo electr-nico: [email protected]

    Recibido: 30-III-06; aceptado: 5-VII-06.

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    buen nivel de conservacin de las necrpolis arg-ricas, que en muchas ocasiones han sobrevivido enmejores condiciones que los propios poblados mu-cho ms expuestos a procesos de desestructuracinde los contextos arqueolgicos. Afortunadamenteen la actualidad disponemos de mltiples necrpolisque han permitido una caracterizacin minuciosadel ritual funerario empleado y de su ordenacinespacio-temporal.

    Los diferentes estudios realizados fundamental-mente en las ltimas dcadas sobre estas necrpo-lis se han centrado bsicamente en el anlisis de laestructura social de estas poblaciones; caractersti-cas como el tipo de enterramiento, la variabilidadcuantitativa y cualitativa de los ajuares funerarios,las paleopatologas y patrones de actividad de losindividuos inhumados y las relaciones espacialesentre diferentes sepulturas y de estas con las unida-des de habitacin a las que se asocian han sido uti-lizadas para proponer una sociedad fuertementejerarquizada y organizada en clases sociales (Mo-lina 1983; Lull 1983, 2000; Lull y Estvez 1986;Contreras et al. 1987-88; Lull y Risch 1996; Arte-aga 1993, 2000; Cmara 2001; Aranda y Molina2005, 2006). Sin embargo la riqueza de informa-cin que el propio ritual funerario ofrece nos per-mite avanzar en nuevas lecturas sobre las prcticassociales de estas poblaciones. En este sentido nosproponemos analizar las evidencias arqueolgicasque nos permiten plantear el desarrollo de ritualesde comensalidad asociados a la muerte, y cmoestos rituales forman parte de los procesos mediantelos cuales los grupos sociales negocian las relacio-nes entre ellos, persiguen objetivos econmicos opolticos, compiten por el poder, y reproducen y/osubvierten las representaciones ideolgicas estable-cidas. Antes de analizar en ms detalle estos aspec-tos es necesario introducir algunos planteamientostericos previos sobre la naturaleza de la comensa-lidad (Wiessner y Schiefehvel 1996; Dietler yHayden 2001a; Parker 2003a; Bray 2003a).

    Aunque existen diferentes matices en las aproxi-maciones a la definicin de comensalidad realiza-das por diversos autores, en trminos generalespodemos destacar una importante coincidencia enlas caractersticas bsicas de este fenmeno. En estesentido la comensalidad ha sido definida como unaforma de actividad ritual pblica centrada en elconsumo comunal de comida y bebida para un pro-psito u ocasin especial (Dietler 1996, 2001;Wiessener 2001; Clark 2001; Bray 2003b). El cri-terio que define el ritual sera que son actividades

    simblicamente diferenciadas de las actividadesrealizadas diariamente en trminos de forma deaccin y propsito. La comensalidad es una parti-cular forma de ritual en la que la comida y bebidaconstituyen el medio de expresin y el consumocomensal constituye el lenguaje simblico (Soren-sen 2000; Dietler 2001).

    El elemento central en los rituales de comensa-lidad consiste por tanto en el consumo comunal decomida y bebida que se convierte de esta forma enun recurso simblico de primera magnitud. Aunquela comida y la bebida se encuentran entre las nece-sidades esenciales del ser humano, su consumo noes simplemente un acto biolgico. Muy al contra-rio est cargado de significados normativos. Lacomida es importante para estructurar el tiempo ylas relaciones sociales, formando y reproduciendoidentidades, forjando relaciones de poder, de gne-ro y edad as como para proveer a la sociedad de in-tricados smbolos y metforas (Sherrat 1996; Par-ker 2000, 2003b; Bray 2003b). La unin de eventossociales especiales, junto con el consumo de comi-da y bebida, supone el marco inmejorable para laescenificacin y naturalizacin de las relacionessociales. En ese contexto la comensalidad debe serentendida como uno de los principales dominios dela accin poltica, y supone una importante escena-rio para la representacin y manipulacin de lasrelaciones sociales (Dietler 2001), a diferencia delas propuestas realizadas desde la ecologa culturalen donde el ritual ha sido considerado como unmecanismo adaptativo que mantiene la solidaridadsocial mejorando las oportunidades de superviven-cia y reproduccin (Hayden 1998, 2001).

    Aunque no hay que ignorar que los rituales sir-ven comnmente para crear y mantener un sentidode comunidad, recientemente se ha centrado la aten-cin en el rol que juega el ritual en crear, definir ytransformar las estructuras de poder. En la creaciny mantenimiento de las diferentes formas de domi-nacin, el desarrollo ritual es fundamental ya que esla forma mediante la cual la ideologa dominante esnaturalizada limitando la percepcin de posiblesalternativas o el reconocimiento de su arbitrariedad.Quien controla el ritual posee el medio para impo-ner su propia visin del orden social protegindolade otros modos de pensamiento. El ritual, por tan-to, es entendido como un instrumento de domina-cin, como un lugar para la naturalizacin simbli-ca, para la mistificacin pero tambin como unmedio de contestacin y transformacin del poder(Bloch 1989; Dietler 1999, 2001).

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    La eficacia del ritual en su relacin con las es-tructuras de poder se relaciona con varias caracte-rsticas. Los ms convincentes y efectivos, smbo-los o rituales, son aquellos que no son abiertamentepolticos sino ms bien tienden a basarse en unacierta ambigedad que mezcla intensas experien-cias personales de identidad existencial con las es-tructuras de poder. Esta sera la razn por la queeventos traumticos como la muerte son utilizadoscomo medio para el desarrollo de estas prcticassociales (Cohen 1979; Morris 1992; Dietler 1999).En este contexto el poder emocional del ritual tam-bin se deriva de la utilizacin de medios teatralescomo la msica, danza, trajes y maquillajes efectis-tas (Kock 2003), del uso de sustancias narcticaspara acentuar las experiencias sensoriales (Sherrat1991, 1996) o de simblicas referencias al pasadocon la finalidad de crear la percepcin de continui-dad temporal y de naturalizacin del orden estable-cido (Bloch 1989; Blake 2005).

    La comensalidad es, por tanto, un medio para larepresentacin simblica de las relaciones socialesque, como otros rituales, expresa conceptos ideali-zados como la manera en que la gente cree que lasrelaciones existen o deberan existir antes de comoestas relaciones realmente se manifiestan en la vidadiaria. Tales representaciones pueden camuflar onaturalizar el poder, o ser el lugar de lucha sobre elcontrol de las representaciones simblicas y su in-terpretacin. Junto a la idealizada representacindel orden social, los rituales ofrecen un importan-te potencial de manipulacin de individuos o gru-pos sociales que pueden competir los unos con losotros, bien sin alterar el orden social establecido quela comensalidad reproduce, o bien subvirtiendodicho orden (Dietler 1999, 2001).

    La comensalidad es una formula particularmentepoderosa de actividad ritual que adems es poten-cialmente visible en el registro arqueolgico. Estasprcticas, debido a su naturaleza, habitualmentegeneran importantes acumulaciones de residuos enlos lugares en donde se celebran y/o aparecen aso-ciadas a construcciones especficas para estos fines.Adems el carcter culinario de la comensalidadnecesita el uso de contenedores tanto para su prepa-racin como consumo, lo que facilita, a partir de laintroduccin de la cermica y del metal, su recono-cimiento arqueolgico (Dietler y Hayden 2001b;Hayden 2001; Blake 2005). Las posibilidades deidentificacin de prcticas comensales son muyvariadas y dependen del contexto cultural especfi-co y del tipo de comensalidad desarrollado. No obs-

    tante entre los elementos ms recurrentes destaca elanlisis de restos faunsticos y vegetales ya sea porsus propiedades especficas (Ej. Narcticos) o porel contexto o patrn de deposicin (Kim 1994; She-rrat 1996; Parker 2000; Kelly 2001; Pauketat 2002;Ray y Thomas 2003). Las caractersticas formales,decorativas y contextuales de los conjuntos cermi-cos as como el anlisis de sus contenidos han sidofrecuentemente utilizadas como indicadores decomensalidad (Clark y Blake 1994; Hayden 1995;Welch y Scarry 1995; Junker 2001); igualmente seha usado la aparicin de construcciones y materia-les especializados en estas prcticas rituales (Brown2001; Dunbabin 1998). Finalmente los textos escri-tos y las representaciones pictricas tambin supo-nen importantes evidencias (Haltead y Barret 2005).

    2. PRCTICAS DE COMENSALIDAD ENEL RITUAL FUNERARIO ARGRICO

    Los ajuares funerarios argricos han sido tradi-cionalmente considerados como ofrendas que per-tenecan a un universo de creencias difcilmenteaccesible desde la arqueologa. Su anlisis, comoanteriormente ha sido indicado, se ha realizadobsicamente desde una perspectiva social interpre-tando la variabilidad existente en los ajuares comoel reflejo de una clara diferenciacin de clases.Nuestro inters por avanzar en la prcticas socialesargricas y en su significado nos lleva a plantearque al menos una parte de los ajuares, tradicional-mente considerados como ofrendas, pueden haberformado parte o son el reflejo de prcticas en las queparticipa al menos una parte de la comunidad msque de un acto ritual intimo del ncleo familiar. Lascaractersticas de una parte de los ajuares especial-mente cermicos y ofrendas crnicas, junto a otrosdatos arqueolgicos nos introducen en la hiptesisde que el ritual funerario podra haber estado aso-ciado a rituales de comensalidad.

    2.1 Los ajuares cermicos argricos

    Las investigaciones relacionadas con los con-juntos cermicos argricos en general y los ajuarescermicos en particular han estado basadas en bue-na medida en preocupaciones taxonmicas y cro-nolgicas. De esta forma, desde el inicio de las in-vestigaciones a finales de siglo XIX y hasta los aos80, las cermicas documentadas en contextos fune-

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    rarios han sido utilizadas para el desarrollo de pro-puestas de clasificacin tipolgica (Siret y Siret1890; Cuadrado 1950) u ordenacin cronolgica(Blance 1971; Schubart 1975; Ruiz-Glvez 1977).

    A partir de 1980 se producen importantes cam-bios resultado de la introduccin de nuevas pers-pectivas de investigacin y metodologas de anli-sis. El desarrollo de tcnicas estadsticas aplicadasa la clasificacin de los conjuntos cermicos hapermitido, por una parte, la sistematizacin de lainformacin evitando valoraciones basadas en cri-terios intuitivos, y por otra, el anlisis de la varia-bilidad en los atributos morfolgicos y tecnolgi-cos de la produccin cermica. Sin olvidar laspreocupaciones taxonmicas o cronolgicas, eldiferente grado de normalizacin en las produccio-nes cermicas, y por tanto, la presencia o ausenciade estandarizacin se va a convertir a partir de es-tos momentos en uno de los principales objetivos deinvestigacin. Desde esta perspectiva se han reali-zado diversos estudios de los conjuntos cermicosbien para todo el mbito argrico (Lull 1983; Aran-da 2004) o bien para asentamientos especficoscomo La Cuesta del Negro (Contreras 1986), Cerrode la Encina (Aranda 2001), Pealosa (Contreras yCmara 2000), Fuente lamo (Arteaga y Schubart2000), Gatas (Castro et al. 1999) o la Bastida deTotana (Garca 1992).

    Como resultado, la produccin cermica argri-ca puede ser caracterizada por la variabilidad exis-tente en formas y tipos aunque con un alto grado deestandarizacin formal y tecnolgica dentro de cadagrupo cermico (Aranda 2004). Adems la compa-racin entre los conjuntos cermicos procedentes deajuares funerarios y de otros contextos arqueolgi-cos ha puesto de manifiesto la existencia de un ma-yor grado de estandarizacin en los conjuntos fune-rarios, documentndose determinadas formascermicas, patrones morfomtricos y tecnolgicosespecficos de estos contextos (Lull 1983;2 Contre-ras et al. 1987-88; Contreras y Cmara 2000; Aran-da 2001). La documentacin de estos patrones su-pone una intencionalidad clara en la eleccin de lascaractersticas de, al menos, una parte importante delas cermicas que se utilizan en el ritual.

    Otro de los importantes cambios que se produ-cen a partir de los aos 80 ha consistido en el an-lisis de la variabilidad cualitativa y cuantitativaexistente en los ajuares funerarios con el objeto deestablecer consideraciones de carcter social. Eneste contexto los conjuntos cermicos son uno delos principales elementos que han sido utilizados

    para el anlisis del grado de riqueza de las sepultu-ras a partir de criterios de cantidad y cualidad. Enlas necrpolis argricas aparecen desde sepulturassin ningn ajuar hasta enterramientos en donde sehan llegado a documentar 12 vasijas cermicasentre otros elementos de ajuar (Aranda y Molina2006). Desde una perspectiva cualitativa las formascermicas tpicas del ritual funerario tanto por suscaractersticas morfolgicas, morfomtricas o tec-nolgicas se asocian a los ajuares de mayor rique-za. En yacimientos como por ejemplo el Cerro dela Encina (Aranda 2001) o la Cuesta del Negro(Contreras et al. 1987-88) cermicas como las co-pas, botellas o cuencos lenticulares aparecen aso-ciadas a las tumbas ms ricas.

    La tendencia es similar cuando se analizan laspropiedades tecnolgicas de las cermicas espec-ficas del ritual. Nos referimos a la aparicin de de-terminadas producciones que presentan pastas muydepuradas, superficies muy bruidas, que propor-cionan el tpico aspecto metlico, y sobre todo unacoccin a bajas temperaturas (Contreras et al. 1987-88) lo que genera cermicas de escasa dureza quehace imposible un uso que implique una manipula-cin continuada (1). Estas propiedades tecnolgicasse asocian con los tipos y subtipos exclusivos de losajuares y a su vez con las sepulturas de los nivelessociales ms elevados (Contreras et al. 1987-88;Aranda 2001, 2004). Junto a esta situacin, en losajuares cermicos tambin aparecen vasijas que nopresentan diferencias ni formales ni tecnolgicasrespecto a los conjuntos domsticos y que habitual-mente se encuentran asociadas a las sepulturas debajo nivel social. Por tanto, los ajuares cermicosfunerarios presentan una gradacin en la cantidad ycualidad paralela a las diferencias sociales.

    Precisamente el grado de estandarizacin de losconjuntos cermicos junto a la distribucin y con-sumo diferencial de las vasijas, especialmente evi-dente en los ajuares funerarios, nos ha conducido aplantear un contexto social de la produccin carac-terizado por un determinado control poltico delproceso de manufactura. El acceso a determinadascermicas estara fuertemente limitado a los secto-res sociales ms elevados, su uso como medio para

    (1) La documentacin de vasijas cermicas con las pastascrudas o cocidas a bajas temperaturas tambin es una importantecaracterstica de otros contextos funerarios como los pertenecien-tes al periodo dinstico antiguo de Mesopotamia. Como parte delos ajuares de las sepulturas de este periodo aparecen importantescantidades de cuencos y jarras realizados con las pastas crudascuya presencia en las sepulturas han sido asociada a rituales decomensalidad (Pollock 2003).

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    exhibir la riqueza y el estatus social obligara a uncontrol preciso de su distribucin, lo que supone unimportante poder sobre quin y en qu posicinaccede al ritual funerario o a determinados mediosde produccin o consumo. Las importantes diferen-cias en la distribucin de la cermica y su relacincon los sectores sociales de mayor estatus permiteplantear una organizacin de la produccin basadaen artesanos dependientes, al menos en lo que serefiere a la produccin de cermicas especficaspara el ritual funerario (Aranda 2004).

    Junto al desarrollo de producciones cermicasespecficas del ritual funerario, lo que implica larelevancia que estos contenedores adquieren en elritual, es posible destacar diversas caractersticas deestos conjuntos cermicos que, desde nuestra pers-pectiva, se justifican por su participacin en ritua-les de comensalidad. Adems de ser produccionesfuertemente estandarizadas sus formas se corres-ponden bsicamente con vasijas que pueden rela-cionarse con la presentacin, consumo de alimen-tos y bebidas y posiblemente almacenaje a pequeaescala. La forma cuantitativamente ms caracters-tica de los ajuares son los vasos carenados (Castroet al. 1993-94) que presentan una variabilidad for-mal importante. Tambin son comunes los cuencosms o menos profundos y las fuentes. Estas formasse caracterizan por ser vasijas relativamente abier-tas que facilitan el acceso a su interior y por tantoa sus contenidos. Especialmente tpico de los ajua-res cermicos son las copas, una forma nueva en elregistro arqueolgico de la Prehistoria del sudestepeninsular que tradicionalmente ha sido considera-da como un elemento definitorio de la cultura arg-rica con un fuerte contenido ritual. En este caso suscaractersticas formales apuntan hacia una funcinespecializada en el consumo de bebidas.

    Tambin aparecen como ajuares funerarios va-sijas con la boca muy cerrada como las formas len-ticulares que son tipos cermicos casi exclusiva-mente funerarios, y las denominadas botellas,cermicas de perfil globular u ovoide que marcanfuertemente el cuello. Formalmente estas vasijasdificultan el acceso a su interior por su forma cerra-da o muy cerrada pero mejoran el control sobre sucontenido, disminuyen las tasas de evaporacin y,en el caso de las botellas, facilitan su vertido alposeer un borde curvo saliente. Todas estas carac-tersticas nos situaran ante formas diseadas paracontener y almacenar lquidos a pequea escala.Las propiedades de todas estas cermicas, que sonlas ms caractersticas de los ajuares funerarios,

    parecen haber tenido un papel destacado en la pre-sentacin y en el consumo de alimentos y bebidas.

    No obstante quizs la caracterstica ms sobre-saliente de las cermicas que participan en el ritualfunerario, especialmente en las sepulturas de unnivel social elevado, sea el hecho de que han sidocreadas para ser observadas, para ser mostradas, portanto como un elemento de prestigio y de exhibi-cin de riqueza. Este hecho implicara que en losrituales participara al menos una parte de la comu-nidad que intervendra en la escenificacin y na-turalizacin de un determinado orden social, posi-blemente, como proponemos, a partir de ritos decomensalidad. Las evidencias que apuntan haciauna produccin cermica funeraria para ser exhibi-da son variadas. En primer lugar podemos destacarla mayor inversin de trabajo en estas vasijas ya queuna de sus caractersticas es el intenso bruido queles otorga un aspecto metlico a sus superficies.Aunque el bruido tambin caracteriza a produc-ciones domsticas sin embargo alcanza su mximodesarrollo en la cermica funeraria. En los trabajosexperimentales que hemos realizado reproducien-do el proceso de manufacturas de cermicas arg-ricas el bruido es una de las tareas que mayor es-fuerzo requiere en cuanto a tiempo empleado (2).Este hecho implica que los bruidos alcanzados enlas vasijas funerarias, especialmente las que acom-paan a las lites sociales, suponen una inversinen tiempo de trabajo considerable.

    A pesar de que las cermicas argricas se carac-terizan de forma mayoritaria por ser formas lisas sindecoraciones, al margen del bruido, no es excep-cional la documentacin de vasijas decoradas. Eshabitual la aparicin de suaves mamelones quedecoran el labio exterior o que cuelgan de la lneade carenacin. Estos adornos aparecen asociadoshabitualmente a copas y cuencos aunque no de for-ma exclusiva. Ejemplos de este tipo de decoracio-nes se documentan en necrpolis y poblados comoel Cerro de la Encina (Aranda 2001), Cuesta delNegro (Molina y Pareja 1975), Pealosa (Contre-ras 2000) y Fuente Amarga (Fresneda et al. 1999).Tambin se han documentado decoraciones demotivos florales o cruciformes conseguidas me-diante espatulado y situadas en la superficie inter-na fundamentalmente de copas aunque tambin decuencos. Cermicas con estas caractersticas apa-recen en las necrpolis de Zapata, Ifre, El Argar

    (2) Aranda, G. y Fernndez, S. e.p.: Reproduccin experi-mental del proceso tecnolgico de produccin cermica argri-ca. Boletn de Arqueologa Experimental.

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    (Siret y Siret 1890), Fuente lamo (Schubart2003), Lorca (Martnez et al. 1996) y Ciavieja aun-que en este caso la decoracin aparece formada porun crculo central del que parten 8 radios (Surez etal. 1987). El desarrollo de este tipo de decoracionesacenta el carcter visual de las cermicas especial-mente aquellas relacionadas con el consumo de ali-mentos y bebidas. En este sentido destaca el hechode que las decoraciones se concentran fundamen-talmente en las copas y cuencos.

    Otra de las caractersticas de las cermicas usa-das en el ritual funerario que resalta las propieda-des de exhibicin de estas producciones sera queson formas estilizadas en comparacin con las pro-piedades de vasijas documentadas en contextos nofunerarios (Lull 1983; Aranda 2004). La potencia-cin de propiedades ms visuales o ms funciona-les lleva a la produccin de vasijas con tendenciasmorfomtricas y tecnolgicas diferentes. Caracte-rsticas como la estabilidad y la durabilidad sonenfatizadas en las vasijas documentadas en los po-blados frente a las cermicas funerarias ms es-beltas con un centro de gravedad ms alto, y portanto menos estables, y con unas propiedades tec-nolgicas que, en al menos una parte de la produc-cin, les confiere una baja durabilidad. Las cermi-

    cas de contextos de poblado por contra son muchoms planas y estables.

    Estas caractersticas ya han sido destacadas paraalgunas vasijas como las formas carenadas (Lull,1983). No obstante el anlisis de los conjuntos ce-rmicos del poblado y necrpolis del Cerro de laEncina (Aranda 2001) nos permite avanzar y mati-zar estas propiedades formales. En concreto hemosrealizado un anlisis estadstico de las variablesdimetro de la boca y altura total de los vasos care-nados pertenecientes tanto a ajuares funerarioscomo a contextos de poblado. La muestra analiza-da se corresponde con 23 vasijas completas o poten-cialmente reconstruibles. 11 vasijas pertenecen alos contextos funerarios del yacimiento (Tab. 1), enconcreto a las sepulturas 6, 8, 9 (2 vasijas), 10, 13,14 y 20 (2 vasijas). Las 2 vasijas que completan lamuestra pertenecen a sepulturas expoliadas, y portanto, no poseen adscripcin a ninguna tumba. Las12 restantes vasijas que completan la muestra pro-ceden de contextos del poblado. Los 23 vasos ca-renados agrupan a toda la muestra disponible (3).

    Tab. 1. Sepulturas de la necrpolis del Cerro de la Encina. M=masculino, F=femenino, N=Nio/a, J=Joven, A=adulto,S=senil, Y=ao, O=Oro, P=Plata, C=cobre, br=brazalete, cn=cuentas de collar, dag=daga, cu=cuchillo, cl=coletero,pe=pendiente, an=anillo pu=punzn, or=ornamento, ofr=ofrenda re=remache, pi=piedra, hu=hueso, va=vasija cermica,bov=bvido, ovi=ovicprido.

    (3) La informacin de carcter contextual de las vasijas cer-micas funerarias puede consultarse en el trabajo (Aranda y Moli-na 2006) en donde se analizan las sepulturas de la necrpolis, sudistribucin espacial y se realiza una valoracin de carcter so-

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    Los anlisis se han realizado utilizando dosmetodologas estadsticas: a) considerando cadavariable de forma independiente, para conseguirdetectar la existencia o no de patrones univariantesen los datos adems de permitir la aplicacin de losmtodos de la inferencia estadstica, y b) relacionarlos valores de ambas variables, fundamentalmen-te mediante la relacin lineal, puesto que la varia-cin conjunta de ambas posibilita el estudio deaquellos aspectos en los que es muy importanteconsiderar la interaccin de dos o ms variables(Doran y Hodson 1977; Esquivel y Contreras 1982;Orton 1988, 1997).

    El anlisis del dimetro de la boca indica la exis-tencia de dos grupos de vasijas determinados por elhistograma (Fig. 1), que estn caracterizados porcermicas cuyo dimetro de la boca es pequeo,con valores comprendidos entre 80mm. y 115mm.(30.4%), y vasijas de boca ms grande (56.5%) convalores comprendidos entre 135mm. y 185mm.Estos grupos no son independientes entre s, sinoque muestran un solapamiento representado portres vasijas de mediano tamao (13%), intermediasentre ambos grupos. La forma del histograma no seajusta a la grfica correspondiente a una distribu-cin normal basada en los datos, de lo que se deduceque los valores de los dimetros de la boca no sonaleatorios, es decir, que existen patrones mtricosde fabricacin que estn determinados por una in-tencionalidad clara en cuanto a fabricar preferente-mente vasos con dimetros de la boca previamen-te determinados.

    Al incorporar a los anlisis la variable de contex-to aparecen diferencias importantes por gruposcontextuales pues los vasos funerarios, en media,son mayores que los no funerarios (Tab. 2). No obs-tante es necesaria la aplicacin del test de diferen-cias en medias t-Student para determinar si las di-ferencias existentes entre ambos grupos sonsignificativas o no, planteando como hiptesis nulala no existencia de diferencias en media del dime-tro de la boca entre los contextos funerarios y no fu-

    nerario, mientras que la hiptesis alternativa serala existencia de diferencias en media entre amboscontextos:

    nffH =:0nffH :1

    siendo f la media del dimetro de la boca de lapoblacin de vasos funerarios, y nf la media deldimetro de la boca de la poblacin de vasos nofunerarios.

    La aplicacin del test utiliza una metodologadiferente si se conoce que las varianzas en cada unode los grupos (los contextos funerario y no funera-rio) son iguales o no; por tanto, es preciso analizareste aspecto como paso previo a la aplicacin deltest t-Student. La forma ms usual de llevarlo acabo es mediante la aplicacin del test de Leveneque, en este caso, determina que debe asumirse laigualdad de varianzas de la poblacin (homocedas-ticidad) como paso previo a la utilizacin del test t-Student, puesto que las varianzas en cada grupo soniguales (F=0.008, p=0.931). Entonces, la aplicacindel test t-Student para muestras independientes in-dica que se acepta la hiptesis nula y, por tanto, noexisten diferencias estadsticamente significativasentre las medias de los grupos (t=1.527, gl=21 yp=0.142) (Sokal y Rohlf 1982; Shenan 1998; Ve-nables y Ripley 2002).

    Los resultados aparentemente contradictoriosdel test (la diferencia en media entre los grupos es

    cial. No obstante en la Tabla 1 se incluyen las 17 sepulturas ex-cavadas sistemticamente de las 22 que posee la necrpolis, las 5restantes publicadas por Cabr (1922) y Tarradell (1947-48) per-tenecen en su mayora a sepulturas expoliadas y no han sido in-cluidas. Para las cermicas de contextos de poblado las adscrip-cin secuencial ha sido publicada en Aranda, 2001. Los vasoscarenados y las variables utilizadas en el estudio estadstico apa-recen igualmente en Aranda 2001 (apndice 2). Tan slo en lamuestra de vasijas funerarias se han aadido 2 ejemplares corres-pondientes a las nuevas sepulturas documentadas en las recientesintervenciones realizadas en el yacimiento (Aranda y Molina2005).

    Fig. 1. Histograma para la variable dimetro de la boca.

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    de 17cm.) se deben a que la desviacin tpica de losvasos encontrados en ambos contextos es muygrande respecto a la media (los coeficientes de va-riacin CV son 17.6% y 21.3%, respectivamente),lo que provoca un solapamiento de los intervalos deconfianza entre ambos contextos: casi el 64% de losvasos funerarios tienen un dimetro de la bocamayor que el de su grupo, mientras que el 42.6% delos vasos no funerarios tienen un dimetro de laboca menor que la media (Fig. 2). Este hecho indicaque no es posible utilizar el dimetro de la bocacomo nico elemento discriminante entre contex-tos, aunque existan diferencias en la media. Un gr-fico de secuencias con las vasijas de cada uno de loscontextos dibujados en el eje abcisas y los valoresdel dimetro de la boca en las ordenadas es muyaclaratorio: las tres vasijas funerarias con dimetrosmenores que la media (110, 112 y 125 cm.), y las

    dos vasijas de contexto no funerario con dimetrosexcesivamente grandes respecto a su grupo (160 y170 cm.) destacan del resto (Fig. 3).

    En segundo lugar se ha analizado la variable al-tura total de los vasos carenados, y los anlisismuestran que respecto a la altura s existen impor-tantes diferencias en funcin del contexto de pro-cedencia de las vasijas. Siguiendo el mismo proce-dimiento que para el dimetro de la boca a partir delhistograma (Fig. 4) se observa que el 80% de losvasos tienen una altura comprendida entre 61 y 137mm., un 15% tienen valores comprendidos entre163 y 186 mm., y solamente un 5% tienen una al-tura mayor de 210 mm. Por tanto, existe un claropatrn de fabricacin en cuanto a la altura total serefiere: la mayor parte son vasos pequeos y media-nos (hasta 137 mm.), mientras que el resto son va-sos mediano-grandes.

    De nuevo, la aplicacin del test t-Student permi-te determinar si existen o no diferencias de altura enfuncin del contexto. La aplicacin previa del testde Levene afirma que debe asumirse la heteroce-dasticidad como paso previo, es decir, que las va-rianzas en cada grupo son distintas (F=4.412,p=0.048). Por tanto, el test t-Student para muestrasindependientes considerando la hiptesis nulacomo la no existencia de diferencias en media yla hiptesis alternativa como la existencia de dife-rencias en media indica que s existen diferenciasestadsticamente significativas entre las medias delos grupos (t=3.47, gl=14.878 y p=0.003) y, en par-ticular, las vasijas pertenecientes a los ajuares fu-nerarios presentan una altura superior a las docu-mentadas en contextos de poblado. A partir de laTabla 3 se observa que las medias de los dos gruposson muy distintas entre s, hasta el punto que noexiste solapamiento en los intervalos de confianzapara la media al 95% de confianza. Por tanto, laaltura total es un patrn que permite discriminarcada vasija individualmente segn el contexto(Fig.5), es decir, que si la altura total de un vaso estcomprendida dentro del intervalo (113.85mm.,164.87mm.), existe un 95% de confianza de quedicha vasija pertenezca a un contexto funerario, y

    contexto N Media Desviacin Error tip. detpica la media

    dimetro bocaF 11 143.36 25.268 7.618NF 12 126.67 26.996 7.793

    Tab. 2. Parmetros descriptivos de el dimetro de la boca en base a los contextos de aparicin de las vasijas (F=funerario,NF=no funerario).

    Fig. 2. Grfico de barras de error para el dimetro de la boca,mostrando el solapamiento entre los contextos.

    95%

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    si dicho valor pertenece al intervalo (78.77mm.,104.56mm.), la vasija es de un contexto no funera-rio con un 95% de confianza.

    Aunque la altura total es un discriminador paradeterminar el contexto de aparicin de los vasoscarenados, en cada uno de los grupos contextua-les existe una variabilidad grande: en los vasos decontexto funerario el coeficiente de variacin esCV=29.2 %, similar a los vasos de los de contextono funerario (coeficiente de variacin CV=23.4 %).Este hecho indica que el patrn de manufacturaimplica el mantenerse dentro de los lmites quemarcan los intervalos de confianza, pero que noaparecen ms restricciones.

    Una vez establecidas las tendencias de las varia-bles dimetro de la boca y altura total se ha proce-dido ha analizar la correlacin entre ambas varia-bles y determinar si existe variacin conjunta entreellas, lo que indicara la existencia de un patrnbivariante. El valor del coeficiente de correlacinlineal de Pearson indica que no existe una relacinlineal entre ambas variables, es decir, son lineal-

    contexto N Media Desviacin Error tip. detpica la media

    alturaF 11 139.36 40.690 12.268NF 12 91.67 21.479 6.200

    Fig. 3. Grfico mostrando la separacin de vasos por contextos.

    Tab. 3. Parmetros descriptivos de la altura total en base a los contextos de aparicin de las vasijas (F=funerario, NF=nofunerario).

    Fig. 4. Histograma para la variable altura total.

    mente independientes entre s (Tab. 4). Ademssegn se aprecia en la figura 6, aunque los datos sonmuy escasos, no parece existir otro tipo de relacin.

    Segn los resultados de los anlisis estadsticosrealizados se pueden extraer varias conclusiones.En primer lugar no existen diferencias en la mues-tra analizada en el dimetro de la boca que es inde-pendiente del contexto de procedencia de las vasi-jas y tampoco existe una correlacin con la otravariable analizada la altura total. En segundo lugarexiste un claro patrn en lo que a la altura se refie-re ya que las vasijas carenadas de los contextos fu-nerarios poseen una altura mayor que las apareci-das en el poblado, hasta el extremo que la altura esun valor discriminador entre ambos contextos conuna confianza del 95%. Ambos elementos, lainexistencia de una correlacin altura-dimetro dela boca y la mayor altura de las vasijas funerarias,demostrara que, para el caso del Cerro de la Enci-na, se han elegido para el ritual aquellas formascarenadas ms estilizadas y por tanto se han poten-ciando las propiedades visuales y de exhibicin en

    di

    met

    ro b

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    detrimento de otras caractersticas ms funcionalescomo la estabilidad.

    La eleccin de determinadas formas ms estili-zadas se correlaciona adems con otras variables,que acentan igualmente los atributos visuales,como sera el bruido. En el estudio tecnolgico delas cermicas funerarias del Cerro de la Encina(Aranda 2001) sobre una muestra de 32 vasijas eltratamiento muy bruido afecta al 18.75% de lamuestra, el tratamiento bruido al 68.75% y lassuperficies alisadas o pulidas al 12.5 %. En trmi-nos generales la tendencia es clara hacia tratamien-tos de las superficies bruidos o muy bruidos enlas vasijas funerarias. Esta correlacin queda ade-ms matizada si se analizan los tratamientos de lassuperficies en funcin de la riqueza de los ajuaresfunerarios (4). Los tratamientos muy bruidos quesuponen superficies con brillos muy intensos degran espectacularidad se asocian, por una parte, aformas cermicas relacionadas con el consumo,muy especialmente a las copas, y por otra a las se-

    pulturas con ajuares de mayor riqueza (por ejemplosepulturas 9, 10 12). En el lado opuesto los trata-mientos alisado o pulido se relacionan con los ajua-res de menor riqueza, caso de las sepulturas 6 14(Aranda 2001:279).

    Adems, las decoraciones que acompaan a es-tas cermicas se concentran precisamente en estasformas relacionadas con el consumo y con super-ficies de intensos bruidos. De la muestra de 32vasijas tres de ellas presentan una decoracin carac-terizada por lneas de suaves mamelones. Dos deestas cermicas se corresponden a formas de cuen-cos pertenecientes a las sepulturas 10 y 12 y la ter-cera a una copa relacionada con el expolio de unasepultura. En los tres casos las superficies poseenintensos bruidos (Aranda 2001). El anlisis deestas variables, esbeltez, tratamiento de las super-

    Fig. 5. Grfico de barras de error para la altura mxima.

    (4) El anlisis de los ajuares funerarios y su organizacin entres categoras de riqueza ha sido realizado en Aranda y Molina2006.

    R R cuadrado R cuadrado Error tpico decorregida la estimacin

    .227 .052 .007 26.881

    Tab. 4. Coeficientes de correlacin lineal de Pearson entrealtura y dimetro de la boca de los vasos carenados.

    Fig. 6. Grfico mostrando que solamente dos vasos encon-trados en contexto no funerario tienen unos valores de al-tura total similares a los ms bajos de contexto funerario.

    95%

    In

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    con

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    ficies y decoracin, demostrara una clara tenden-cia en la eleccin de las cermicas funerarias endonde se resaltan las propiedades de visibilidad yexhibicin, tendencia que adquiere mayor protago-nismo en los ajuares de mayor riqueza.

    Finalmente, y dentro del anlisis de los conjun-tos cermicos, vamos a introducir otro aspecto degran relevancia que igualmente apuntara al desa-rrollo de rituales de comensalidad. En relacin conlas cermicas funerarias recientemente se ha reali-zado un anlisis de contenidos de 6 vasijas proce-dentes de dos sepulturas, 68 y 111, de la necrpo-lis de Fuente lamo asociadas a ajuares de granriqueza (Juan-Treserras 2004). Aunque es necesa-rio el desarrollo de un programa amplio de anlisisde contenidos de las cermicas funerarias de formaque sea posible establecer los posibles patrones ri-tuales, no obstante los resultados obtenidos para lasvasijas de Fuente lamo son de lo ms sugerente.Asociado a una copa se han documentado los res-tos de tartratos, compuestos caractersticos tantodel vino de uva como del jugo de granada. Igual-mente y en relacin con dos formas carenadas, enconcreto dos vasitos, se han identificado residuosde adormidera (Juan-Treserras 2004). Tambin enuna vasija de la necrpolis de la Cuesta del Negrose documentaron restos de mosto de uva (Molina etal. 1975) (5). El empleo de sustancias alcohlicasy narcticas en el ritual funerario reforzara la hip-tesis de su asociacin a ritos de comensalidad, yaque el consumo de ambos elementos es una de lascaractersticas que habitualmente acompaa a es-tas prcticas sociales debido a su importancia enfacilitar la interaccin social y en acentuar las ex-periencias sensoriales (Dietler 1990; Sherrat 1996).

    Las evidencias que apoyaran la relacin de losajuares cermicos argricos con prcticas de co-mensalidad son, por tanto, variadas: la documenta-cin de formas cermicas, patrones morfomtricosy tecnolgicos especficos de los contextos funera-rios, o la produccin de vasijas para ser mostradasy, por tanto, usadas como un elemento de exhibi-cin resultado del desarrollo de determinados pa-trones decorativos, intensos bruidos y un claronfasis en las formas esbeltas y estilizadas. Ademslas cermicas funerarias, tanto por sus caractersti-

    cas morfolgicas como por sus contenidos, se rela-cionaran con la presentacin y consumo de alimen-tos, bebidas e incluso sustancias narcticas como laadormidera. La documentacin de restos de bebi-das, incluso de alimentos slidos, en el interior delas vasijas apuntara en esta misma direccin. To-das estas propiedades nos permiten sugerir la pro-duccin de vasijas cermicas, al menos para laslites sociales, realizadas para su uso en rituales decomensalidad asociados a la muerte.

    Aunque las propias caractersticas del ritualfunerario consistente en enterramientos bajo lasunidades domsticas dificultan enormemente la do-cumentacin de otras evidencias de carcter con-textual sobre los rituales de comensalidad, no obs-tante existen algunos elementos que apoyaran estapropuesta. Por ejemplo, en las necrpolis del reanuclear argrica es relativamente habitual la docu-mentacin de ajuares al exterior de las sepulturas(vase Fuente lamo (Pingel et al. 2001, 2004) olas necrpolis argricas de los Cipreses, o Lorca(Martnez et al. 1996) lo que podra relacionarsecon el desarrollo de estos rituales. Incluso se hadescrito algn caso como en la sepultura 102 deFuente lamo de una copa rota intencionadamen-te en el entorno de la sepultura (Schubart 1991,2000). Tambin en el entorno de varias sepulturasde la necrpolis de Los Cipreses se han documen-tado varios hogares que han sido relacionados conel ritual funerario (Martnez et al. 1996).

    2.2. Las ofrendas crnicas

    Otro de los aspectos presentes en los ajuaresfunerarios argricos y que tradicionalmente juegaun importante papel en los rituales de comensalidades el ganado. Tanto en el anlisis de sociedadespasadas (Junker 2001; Kelly 2001; Parker 2003b;Ray y Thomas 2003; Nelson 2003; Kim 1994)como etnogrficas (Hodder 1982; Parker 2000;Kim 1994) el sacrificio y consumo de especies,fundamentalmente domsticas aunque tambin decaza, es una de las caractersticas ms recurrentesde estas prcticas sociales y, por tanto, ha sido usa-da como un indicador arqueolgico de comensali-dad (Hayden 2001).

    En los ajuares funerarios argricos se documentaun elemento posiblemente no suficientemente va-lorado, nos referimos precisamente a la presenciade restos de fauna como parte del ritual de enterra-miento (Lm. I). La aparicin de restos seos de

    (5) En la Edad del Bronce del Norte de Europa se han docu-mentado, igualmente, vasijas funerarias con residuos de bebidasalcohlicas realizadas a base de agua y miel. En la mayora de lassepulturas estas bebidas aparecen asociadas a ajuares de gran ri-queza pertenecientes a individuos de un elevado estatus social. Elconsumo de estas bebidas ha sido relacionado con rituales de co-mensalidad (Koch 2003).

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    128 Gonzalo Aranda Jimnez y Jos Antonio Esquivel Guerrero

    animal en el interior de las sepulturas es una carac-terstica ritual de gran relevancia ya que posee unalto grado de normalizacin. Adems es un patrntransversal documentndose en los diferentes terri-torios que componen la geografa argrica. Ya des-de los inicios de las investigaciones a finales delsiglo XIX los hermanos Siret documentaron restosde bvidos y ovicpridos en necrpolis como Ifre,Gatas, Fuente lamo o el propio Argar (Siret ySiret 1890). Las investigaciones que se han desarro-llado con posterioridad especialmente a partir de losaos 70 han completado y sistematizado la docu-mentacin. Para el rea nuclear han aportado unaimportante documentacin necrpolis como la deFuente lamo, (Liseau y Schubart 2004) La Basti-da de Totana (Cereijo 1992) o Lorca (Martnez etal. 1996); para el rea granadina contamos con ca-sos como los de Terrera del Reloj, Castelln Alto,Cuesta del Negro (Molina et al. 1975, 1986; Dries-ch 1976), Fuente Amarga (Fresneda et al. 1999) oCerro de la Encina (Aranda y Molina 2005; 2006)y en la zona alicantina destaca la necrpolis de laIlleta dels Banyets (Miguel-Ibaez 2001, 2004).

    Del anlisis de la documentacin que aportanestas necrpolis emergen toda una serie de patro-nes del mximo inters. En primer lugar las espe-cies elegidas para el ritual son fundamentalmentebvidos y ovicpridos siendo ms excepcionaleslos restos de otros animales (6). En segundo lugar,las partes anatmicas incluidas en las sepulturasson bsicamente los extremos distales de las patascuyos restos seos aparecen en conexin. En ter-

    cer lugar, del anlisis de los restos faunsticos denecrpolis como la Bastida de Totana (Cereijo1992), Cuesta del Negro (Molina et al. 1975, 1986;Driesch 1976) y Fuente lamo (Liseau y Schubart2004) emerge otro importante patrn consistenteen un predominio claro en el sacrificio de anima-les jvenes. En el caso de la Bastida de Totana nin-guno de los restos analizados ha sido clasificadoclaramente como adulto, el 52.6 % corresponde aindividuos neonatos, infantiles y juveniles, el 36.8% ha sido clasificado como subadultos/adultos yel resto pertenece a cohortes de edad que van des-de juvenil a adulto (Cereijo 1992). En la necr-polis de la Cuesta del Negro los restos seos debvidos y ovicpridos documentados han sido cla-sificados como sigue: el 64% pertenece a indivi-duos infantiles y juveniles frente al 26% de indivi-duos adultos y el 6% restante correspondiente aindividuos subadultos (Driesch 1976). Estos datosdemostraran una clara seleccin para su uso ritualde individuos en edades jvenes, por tanto en unmomento en donde las carnes presentan las mejo-res propiedades para ser consumidas.

    Por ltimo, en aquellas necrpolis como Fuen-te lamo (Liseau y Schubart 2004), Cuesta delNegro (Molina 1983; Contreras et al. 1987-88) oCerro de la Encina (Aranda y Molina 2006) en don-de se han relacionado los restos faunsticos con losdems elementos de ajuar se documenta otra impor-tante tendencia en este caso con un fuerte carctersocial. Los restos de bvidos aparecen asociados alos ms ricos ajuares, y por tanto, a las sepulturaspertenecientes a las clases sociales dirigentes decada asentamiento. Los ovicpridos, por el contra-rio, aparecen en tumbas cuyos ajuares poseen unasdiferencias de riqueza mucho ms acentuadas.

    Este sera el caso de la Necrpolis del Cerro dela Encina (Tab. 1). Los ajuares crnicos de bvidosaparecen asociados a sepulturas con ricos ajuares.Este sera el caso de las sepulturas 9, 13, 18 y, muyespecialmente, de la 21, en donde la importanciacuantitativa y cualitativa del ajuar viene refrenda-da por la documentacin de hasta tres ofrendas cr-nicas (Lm. I). En el extremo contrario la sepultu-ras de un nivel social inferior o bien no presentanajuares crnicos de ningn tipo o son de ovicpri-dos, este sera el caso de la sepultura 14. Adems,las sepulturas con ofrendas de bvido aparecenconcentradas espacialmente. Aunque los enterra-mientos aparecen distribuidos por todo el asenta-miento, se ha documentado un rea del poblado, encontraposicin con otras zonas, en donde todas las

    Lm. I. Sepultura 21 del Cerro de la Encina con indicacindel ajuar faunstico.

    (6) Tan slo en las sepulturas de las necrpolis de la Cuestadel Negro (Driesch 1976) y Bastida de Totana (Cereijo 1992) ladocumentacin de suidos adquiere cierta relevancia.

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    RITUAL FUNERARIO Y COMENSALIDAD EN LAS SOCIEDADES DE LA EDAD DEL BRONCE... 129

    sepulturas se caracterizan por ajuares de conside-rable riqueza (Aranda y Molina 2006, Fig. 7). Esprecisamente en estas tumbas en donde se concen-tran las ofrendas de bvidos.

    En el caso de la necrpolis de Fuente lamo delas 22 sepulturas con restos de ofrendas crnicas 12pertenecen a bvidos y 10 a ovicpridos. Los dep-sitos de vacuno aparecen slo en tumbas de adultosconstruidas con una importante inversin de trabajojunto a un rico ajuar. Por su parte los restos de ovi-cpridos se documentan mayoritariamente en se-pulturas tipo covacha o pithoi, apareciendo indis-tintamente en inhumaciones de adulto y de nios(Liseau y Schubart 2004). En la necrpolis de laCuesta del Negro la tendencia es similar, los bvi-dos se concentran en las sepulturas de mayor rique-za frente a los ovicpridos que aparecen en tum-bas con mayor variabilidad en el grado de riquezade sus ajuares (Molina et al. 1975; Driesch 1976;Molina 1983; Contreras et al. 1987-88).

    En otras necrpolis en donde se conocen escasassepulturas o no han sido publicadas sistemtica-mente tambin los restos de bvidos aparecen aso-ciados a ricos ajuares. Este es el caso de varias se-pulturas publicadas por Siret pertenecientes a Ifre,Gatas, Fuente lamo o el Argar (Siret y Siret 1890)o de investigaciones recientes como la realizada enla necrpolis de Los Cipreses (Martnez et al.1996). Los restos de bvidos aparecen asociados aelementos de marcan un muy alto estatus socialcomo la espada y diadema de la sepultura 9 deFuente lamo o la alabarda del enterramiento 3 delos Cipreses.

    La aparicin de restos faunsticos en las sepul-turas argricas supone que, como parte de ritualfunerario, se procedi al sacrificio de bvidos uovicpridos, fundamentalmente en edades jvenesde los que una parte, habitualmente los extremosdistales, fueron introducidos en las tumbas. El restode la especie o especies sacrificadas seran consu-midas como parte de los rituales de comensalidadasociados a la muerte. Este hecho vendra apoyadopor la seleccin de la edad de las especies sacrifi-cadas en un momento ptimo para su consumo.Adems la documentacin de un consumo diferen-cial de bvidos u ovicpridos en funcin de la ads-cripcin social de los individuos posee importantesimplicaciones sobre todo en lo que se refiere alpapel social desempeado por estas especies. Espe-cialmente los bvidos debieron poseer una impor-tante consideracin simblica que transciende sufuncionalidad como recurso estrictamente econ-

    mico (6). La asociacin de los bvidos a las clasessociales ms elevadas y su utilizacin como mediode exhibicin de riqueza y naturalizacin del poderconfiere a esta especie una nueva dimensin en lasrelaciones sociales y econmicas de estas poblacio-nes. Su consumo en el ritual funerario implica ade-ms un acceso claramente diferenciado a un impor-tante bien de produccin a favor de las litessociales. Precisamente la distribucin diferencial deeste recurso quedara simblicamente reforzada porsu consumo ritual.

    3. DISCUSIN

    Sin duda el ritual es un elemento central en lacreacin, definicin y transformacin de las estruc-turas de poder. Su importancia radica en que es elmedio mediante el cual una determinada visin delorden social es naturalizada protegindola de otrosposibles modos de pensamiento. El ritual es, portanto, un poderoso medio de dominacin pero tam-bin de contestacin y transformacin del poder.Habitualmente el ritual, como prctica social, po-see como marco inmejorable de desarrollo determi-nados eventos sociales que suelen relacionarse conintensas experiencias personales o comunitarias.En este contexto la comensalidad, entendida comomedio de expresin y lenguaje simblico, ha sidoconsiderada como una prctica muy extendida tan-to en sociedades arqueolgicas como etnogrficas,incluso ha sido definida como una categora trans-cultural (Hayden 2001).

    En las sociedades argricas un evento especialcomo la muerte con una importante carga emo-cional sera el momento idneo para el desarrollode rituales de comensalidad que escenifican ynaturalizan unas relaciones sociales claramentedesiguales. En este sentido la formalizacin de con-tenedores exclusivos para el consumo de bebidas,posiblemente alcohlicas, como son las copas y surelacin con el ritual demostrara la importanciaque adquiere el consumo ritual en las sociedadesargricas. La produccin de un conjunto normali-

    (6) En momentos tardos de la secuencia argrica el papelsimblico desempeado por los bvidos sera sustituido por loscaballos al menos en determinados contextos como el representa-do por el Cerro de la Encina. El anlisis de las muestras faunsti-cas de este asentamiento (Driesch 1974; Lauk 1976; Friesch1987) demuestra un importante proceso de especializacin en laganadera caballar lo que junto a la avanzada edad de muerte deesta especie ha sido interpretado en clave social resaltando lasconnotaciones simblicas de los caballos (Arribas et al. 1974;Molina 1983).

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    zado de vasijas rituales y su correlacin fundamen-talmente con la presentacin y consumo de alimen-tos y bebidas supone la expresin material de lasdiferencias de clases. Desde esta perspectiva losconjuntos cermicos rituales asociados a los secto-res sociales ms elevados pueden ser entendidoscomo autnticos smbolos del poder establecido. Laproduccin y distribucin de conjuntos cermicosdistintivos del poder argrico sugiere una estrategiaconsciente en la creacin de smbolos materiales dela jerarqua social y de las diferencias de clase. Dehecho en las fases tardas de la cultura argrica,asociadas a momentos de crisis y cambio, elemen-tos clsicos de la ideologa argrica como las copasdesaparecen del registro arqueolgico (Molina1978; Aranda 2001).

    Las diferencias sociales en el ritual de comensa-lidad no slo afectan a la produccin de contenedo-res cermicos especficos para los sectores socialesms elevados sino tambin al contenido del propioritual. Como hemos analizado anteriormente existeuna clara diferenciacin en el tipo de carne consu-mida. Los bvidos se asocian a las clases socialesms elevadas frente a los ovicpridos que se rela-cionan con sectores sociales con diferente gradoriqueza. El ritual de comensalidad poseera por tan-to unas caractersticas diferentes en funcin de laposicin social de los individuos. Los sectores mselevados gozaran de un banquete funerario carac-terizado por el consumo de carne de bvido, debebidas y sustancias estimulantes todo ello acom-paado de unos contenedores cermicos especfi-cos del ritual. Frente a esta situacin el ritual decomensalidad de aquellos individuos con un nivelsocial inferior no dispondra de vasijas especficasdel ritual y las especies sacrificadas para su con-sumo seran fundamentalmente ovicpridos yen menor medida suidos pero en ningn caso bvi-dos. Por ltimo aquellos individuos enterrados sinningn elemento de ajuar perteneceran a clases so-ciales que no tendran acceso al ritual de comensa-lidad, o bien, el rito desarrollado no ha dejado evi-dencia arqueolgica.

    La eleccin de la muerte en las sociedades arg-ricas como episodio para el desarrollo de rituales decomensalidad se debera a la necesidad de justificarideolgicamente, de naturalizar el acceso diferen-ciado a los bienes de produccin. La comensalidaden el contexto del ritual funerario argrico serviraprimeramente para distinguir socialmente a los di-ferentes individuos a partir de la cantidad y calidadde los elementos asociados; todo ello a pesar de que

    el consumo de bebida y comida en el ritual sea unvnculo que atraviesa las lneas sociales y, por tan-to, cree y potencie relaciones de solidaridad e inter-dependencia. El consumo comunal de alimentoscontribuira a la creacin de un sentido de comuni-dad y de conexin con los ancestros al tiempo quelegitima y naturaliza una situacin social claramen-te beneficiosa para ciertos sectores sociales.

    Las caractersticas del ritual descrito para lassociedades argricas entraran dentro de la categoradefinida por Dietler (1996, 2001) como patron-rolefeast consistente en rituales de comensalidad quereproducen y legitiman relaciones institucionaliza-das de asimetra social. A diferencia de otros tiposde comensalidad las relaciones de reciprocidad en-tre los invitados y el anfitrin o anfitriones no defi-nen a este tipo de comensalidad; muy al contrario seacepta un patrn desigual de hospitalidad simbli-camente expresado en la formalizacin de relacio-nes de poder desiguales e ideolgicamente natura-lizado a travs de la repeticin de un evento queinduce sentimientos de dbito social. Aquellos gru-pos sociales que ocupan el lugar de invitados acep-taran una posicin de subordinacin frente a losanfitriones para los que la organizacin de fiestassera una obligacin que incumbe a cualquier indi-viduo que posea un elevado status. La instituciona-lizacin de la autoridad descansara precisamenteen relaciones de este tipo en donde la aceptacin deuna posicin desigual ente anfitrin-invitado justi-fica claras asimetras sociales.

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